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Revista digit@l Eduinnova ISSN 1989-1520 Nº 27 – DICIEMBRE 2010

Depósito legal: SE 76-17 - 2010

sd SECCIÓN: ARTÍCULO DESTACADO DEL MES

EL ALUMNO CON DISCAPACIDAD AUDITIVA


EN EL AULA ORDINARIA
AUTORA: MARÍA DEL CARMEN ASENJO ANGULO DNI: 71.263.605- Z
ESPECIALIDAD: AUDICIÓN Y LENGUAJE

La actual Ley Orgánica 2/2006 de 3 de Mayo de Educación (L.O.E), establece la estructura del sistema
educativo y, dedica el Capítulo I del título II al “alumnado con necesidad específica de apoyo
educativo”, que comprende:
a) El alumnado con altas capacidades intelectuales.
b) Alumnos con incorporación tardía al Sistema Educativo Español.
c) Alumnos con Necesidades Educativas Especiales, y dentro de estos distingue:
- Alumnos con discapacidad física, psíquica y sensorial.
- Alumnos con trastornos de conducta.

Por tanto, los alumnos de los que trata este artículo, se encontrarían dentro del grupo de “alumnos
con necesidad específica de apoyo educativo”, concretamente por presentar necesidades educativas
especiales asociadas a discapacidad sensorial auditiva.

Esta Ley también propone que “la atención integral al alumnado con necesidad específica de apoyo
educativo se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por
los principios de Normalización e Inclusión”.
Por tanto, esta Ley apuesta por una Escuela Inclusiva que dé respuesta a todo el alumnado
escolarizado en ella.

Por consiguiente, será preciso disponer de una serie de recursos y medidas, de su concreción en los
diferentes documentos de centro y, en caso necesario, de la realización de Adaptaciones Curriculares
para aquellos alumnos/as que lo precisen.

La discapacidad auditiva se refiere a la falta o disminución para oír, esto


debido a la pérdida en algún lugar del aparato auditivo. La pérdida
auditiva puede ser desde lo más superficial hasta lo más profundo
(cofósis). Por ello, nos podemos encontrar por ejemplo, con
personas que realicen lectura – labiofacial y que se comuniquen
oralmente, u otras que se comuniquen a través del lenguaje de signos.

Para poder entender la discapacidad auditiva y realizar una valoración


coherente, será preciso conocer que las características del niño/a que las
presente, variará en función de las siguientes variables:
● Grado de pérdida auditiva (leve, media, severa, profunda, cofósis)

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sd ● Momento de aparición (prelocutiva -antes de la adquisición del lenguaje oral- o


postlocutiva -después de la adquisición del lenguaje oral-).
● Causas (hereditaria o adquirida).
● Forma de aparición (brusca o progresiva)
● Localización de la lesión (conductiva, de percepción, mixta).
● Influencia del ambiente (influyendo la actitud de los padres y la forma de comunicarse
con su hijo).

La intervención educativa con alumnos que presentan discapacidad auditiva, nos lleva a plantearnos
formas muy variadas de inclusión, ya que no podemos hablar de discapacidad auditiva en general, sino
de alumnos/as con criterios dispares en cuanto a la importancia de los restos auditivos (se deberá
realizar un examen exhaustivo de la audición por medio de las pruebas que el otorrino considere más
oportunas en cada caso), la inteligencia, la edad, el inicio de la escolaridad, el estatus oyente o no de la
familia, la calidad de la interacción familiar, la posibilidad de aprovechar o no ayudas técnicas.

Los alumnos con discapacidad auditiva, por su propio déficit, presentan mayores dificultades a la hora
de acceder a la adquisición de algunas competencias básicas y objetivos, por lo que estas necesidades
educativas adquieren el carácter de especiales, precisando de una mayor ayuda o, de una ayuda
distinta a la del resto de sus compañeros de su edad para poder dar respuesta a las mismas.

Así mismo, para poder hablar de necesidades educativas especiales, es preciso que el alumno/a con
discapacidad auditiva, haya pasado por un proceso de Evaluación Psicopedagógica, regulado por la
Orden 14 de Febrero de 1996, y llevado a cabo por los EOEPS (Equipos de Orientación Psico-
Pedagógica) ya que dicho proceso es necesario no sólo para detectar las necesidades del alumno, sino
las futuras medidas a tomar, como por ejemplo, las cuestiones relativas a su escolarización, a la
elaboración de Adaptaciones Curriculares, y a las ayudas técnicas que pueda necesitar (audífonos,
equipos individuales de FM, equipos de reeducación auditiva, como el SUVAG, materiales informáticos,
ETC).
(Aquí podrían ir insertadas las ilustraciones nº 1, 2, 3, 4 que aparecen en el apartado del resumen)

Por tanto, es importante resaltar que, las necesidades que presenta un niño/a van a ser siempre
Individuales, y que no por el hecho de presentar discapacidad auditiva van a ser las mismas y van a
requerir idéntica respuesta educativa.

No obstante, de forma general, podemos afirmar que los alumnos con discapacidad auditiva
presentarán unas necesidades genéricas:
- Aprender de forma intencional el código mayoritario.
- Apropiarse y desarrollar tempranamente un código de comunicación útil, verbal o no
verbal.
- Intervenir y estimular su lenguaje oral
- Potenciar y aprovechar los restos auditivos.

Teniendo en cuenta el carácter de esta discapacidad, se convierte en una labor interdisciplinar en la


que deben participar, colaborar y coordinarse todos los responsables del alumnado: tutor, maestros

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sd especialistas, maestros de apoyo (especialmente el maestro de Audición y Lenguaje) y, por supuesto, la


familia, para poder ofrecer así, unas mayores posibilidades de generalización de lo aprendido.

Una vez hechas estas consideraciones previas sobre discapacidad auditiva, pasamos a presentar una
serie de recomendaciones de carácter genérico que, ayudarán al docente en su trabajo diario con los
alumnos que presentan esta discapacidad.

Recomendaciones generales a los docentes que dan clase a alumnos con discapacidad auditiva.

En un primer momento será útil que nos informemos de las posibilidades auditivas del alumno, del
aprovechamiento que realiza de sus restos auditivos a través de la prótesis. No debemos esperar que
el alumno oiga por el hecho de llevar audífono, ya que en el caso de sorderas severas o profundas este
no sirve para discriminar fonemas de la voz humana.

Situaremos al alumno en el lugar en que mejor pueda percibir a través de sus restos auditivos, lectura
labial y acceso visual a la información que se presenta. Habrá que combinar el “cerca del profesor” con
“una visión general de la clase y de sus compañeros”. Una buena opción para esto, es la colocación de
la clase en forma de U o, bien en equipos de cuatro a seis alumnos alrededor de una mesa.

Para que el alumno pueda realizar una correcta lectura labiofacial, la distancia entre el hablante y el
alumno no puede superar los 2,5 m.

La iluminación debe ser la suficiente para que el alumno pueda observar claramente nuestra cara (el
alumno, de espaldas a la luz y nosotros, con la mayor luminosidad).

No hablaremos nunca sin que el alumno nos mire. Antes de comenzar llamaremos su atención con un
leve toque en el hombro o bien mediante alguna señal visual con la mano.
Al hablar lo haremos de cara a la clase, nunca de espaldas; si hay que escribir en la pizarra, lo haremos
primero y después continuaremos la explicación de cara a los alumnos.

El esfuerzo que se requiere para mantenerse atento a los mensajes recibidos en su mayor parte
mediante la lectura labial, hace que el alumno sordo se canse con facilidad. Por ello, se deben alternar
actividades verbales con actividades motoras (esto disminuye la fatiga visual que origina la lectura
labial).

En el caso de que los restos auditivos del alumno sean lo suficientemente buenos para permitir una
discriminación aceptable, se podrá utilizar un aparato de FM, teniendo siempre en cuenta que dichos
aparatos no amplifican más el sonido, sino que se lo acercan al alumno, paliando en parte la pérdida
de intensidad en la recepción que provoca la distancia de la fuente de sonido.

Con respecto a la actitud que mantendremos con el alumnado con discapacidad auditiva, deberemos
tener en cuenta aspectos como los que siguen:

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sd Trataremos de aceptarlo positivamente aunque su lenguaje no sea muy claro o su comprensión y


vocabulario sean deficientes. Lo consideraremos ante todo, de igual manera a cualquier alumno se su
edad.

En nuestra comunicación con él usaremos un lenguaje claro y fácil de entender. Trataremos de


articular claramente y a una velocidad moderada, no exagerando nuestra forma de pronunciar
habitual.

Se ha de animar al alumno para que pregunte siempre lo que no ha entendido sin sentirse
avergonzado. No hay que impacientarse si el alumno sordo acude a nosotros con mucha frecuencia
para asegurarse de que ha comprendido.

Con frecuencia el alumno con discapacidad auditiva llega a la escuela con una baja autoconfianza
consecuencia del ambiente en que se desenvuelve, donde la fustración comunicativa y la sensación de
impotencia para controlar el medio, es muy habitual. Necesita muchas experiencias positivas que
contrarresten los sentimientos negativos que tiene de si mismo y favorezcan el proceso de aceptación
de la sordera. Para ello podemos: confiar en sus posibilidades y demostrárselo, asignarle tareas que
sabemos que puede realizar, proveer oportunidades para el éxito del alumno sordo.

Ante las dificultades que la pérdida auditiva impone al alumno con discapacidad auditiva en los
aprendizajes, hemos de asegurar un nivel alto de motivación en el alumno programando contenidos
interesantes y materiales asequibles, que en conjunción con asegurar oportunidades de éxito
consoliden una actitud positiva hacia si mismo y hacia la escuela.
En las situaciones de clase en que se produzca una discusión en grupo procuraremos:
- Identificar al que habla, señalándolo, poniéndose en pie o levantando la mano antes de hablar. Esto
va a permitir al alumno con discapacidad auditiva saber quién está comunicando en cada momento.
- Se le han de dar al alumno con discapacidad auditiva las mismas oportunidades de hablar que a los
otros alumnos de la clase.
- Controlaremos el ritmo de la discusión de manera que el joven sordo no se sienta perdido ante un
ritmo demasiado acelerado y utilizaremos la técnica de retomar y repetir los puntos que se van
tratando para que el pueda entenderlos mejor.

¿Cómo debemos presentar los contenidos al alumno con discapacidad auditiva?

La preparación es la clave. Como profesor de alumno con deficiencia auditiva es preciso planificar muy
detalladamente los contenidos de las unidades didácticas: el vocabulario nuevo, el lenguaje técnico
que vayamos a emplear.

En la preparación de los materiales para el aprendizaje, la presencia del alumno con discapacidad
auditiva puede requerir una reflexión más cuidadosa, pasos más pequeños en el aprendizaje, más
oportunidades para repasar, más tiempo para practicar, y desde luego, pasar de las tareas más fáciles
a las más difíciles de un modo muy consciente y sistemático.

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sd Hemos de tener presente que el alumno con discapacidad auditiva no puede escribir y “escuchar” (con
los ojos) al mismo tiempo, por tanto habrá que buscar una solución para el problema de tomar
apuntes. Facilitarle resúmenes escritos, por ejemplo, puede reducir la dificultad de tomar notas y
proporciona una manera útil de ordenar la información.

Utilizaremos ilustraciones y diagramas siempre que sea posible, así como todo tipo de “medios
visuales”: transparencias, diapositivas, dibujos, materiales concretos y por supuesto salidas y visitas a
lugares o acontecimientos de importancia social. Así animaremos a todos los alumnos a buscar y
utilizar materiales visuales.

Podemos escribir en la pizarra un pequeño guión, esquema o resumen que pueda servir al alumno
como marco de referencia o para retomar el hilo cuando se pierda en una explicación.

La utilización de distintos colores al escribir en el encerado puede ayudar también a atraer la ya


sobrecargada atención del alumno con discapacidad auditiva sobre aquello que le queremos trasmitir.

Siempre que empleemos información visual debemos tener cuidado de señalar aquello a lo que nos
estamos refiriendo.

Para concluir, nos gustaría resaltar los siguientes aspectos:


■ En los centros donde hay escolarizados alumnos con discapacidad auditiva, es fundamental el
asesoramiento de un equipo de profesionales (otorrino, psicólogo, pedagogo, asistente social…) que
proporcionen la evaluación del niño en sus aspectos auditivos, intelectuales y lingüísticos y en sus
posibilidades de aprender y que colaboren en la elaboración del currículum del alumno (si fuera
preciso), en la adaptación de textos y materiales, en las decisiones sobre el material que debe utilizarse
y en el control de la prótesis del alumno,
■ La posibilidad por parte de los maestros del colegio de conocer los problemas y las características de
estos alumnos, sus procesos de aprendizaje, los sistemas de comunicación que pueden utilizar y los
recursos técnicos más adecuados.
■ Destacar la existencia en el centro de aulas disponibles con profesorado especializado (maestro de
Audición y Lenguaje, Intérprete en lenguaje de signos) y equipos suficientes para que se pueda trabajar
en ella con estos niños todo el tiempo necesario que su desarrollo y nivel de aprendizaje aconseje.

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sd Bibliografía

GARCÍA FERNÁNDEZ, J.M y PÉREZ COBACHO, J: El niño con déficit auditivo en el aula. Desarrollo,
comunicación e intervención. DM-Diego Marín. Murcia, 2001.

TORRES MONREAL , S y OTROS: Deficiencia auditiva. Aspectos psicoevolutivos y educativos. Aljibe.


Málaga.

SEGOVIA, JD y PEÑAFIEL MARTINEZ, F: desarrollo curricular y organizativo en la escolarización del niño


deficiente auditivo. Aljibe. Málaga, 1995.

E.O.E.P ESPECÍFICO DE DEFICIENCIA AUDITIVA. COMUNIDAD DE MADRID. CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN.

EL NIÑO SORDO EN LA ESCUELA: PROBLEMAS QUE PLANTEA.


LA INTEGRACIÓN DEL NIÑO SORDO.
www.psicologoescolar.com

RESUMEN

En primer lugar presentamos unas consideraciones previas sobre discapacidad auditiva, ofreciendo a
continuación, una serie de recomendaciones de carácter genérico, que ayudarán al docente en su
trabajo diario con alumnos que presenten esta discapacidad.

CONCEPTOS

● DISCAPACIDAD AUDITIVA:
Es un déficit total o parcial en la percepción auditiva, que afecta fundamentalmente a la
comunicación. Dependiendo del momento en el cual se produzca la discapacidad, y en función de la
adecuación del proceso educativo y/o rehabilitador, se encontrarán personas que realicen lectura
labiofacial y que se comuniquen oralmente u otras que se comuniquen a través del lenguaje de signos.

● AUDÍFONO:
Es un producto sanitario electrónico que amplifica y cambia el sonido para permitir una
mejor comunicación. Los audífonos reciben el sonido a través de un micrófono, que luego convierte
las ondas sonoras en señales eléctricas. El amplificador aumenta el volumen de las señales y luego
envía el sonido al oído a través de un altavoz.
(ILUSTRACION Nº 1 – Colocarlas en la página 2)

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● IMPLANTE COCLEAR:
El implante coclear es un producto sanitario implantable activo de alta tecnología que consiste de
un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio
auditivo. Estas señales eléctricas son procesadas mediante las diferentes partes que forman el
implante coclear, algunas de ellas se colocan dentro del cráneo y otras fuera de él.
(ILUSTRACIONE Nº 2 – Colocarlas en la página 2)

● EQUIPO DE FRECUENCIA MODULADA:


El equipo de FM consiste en un conjunto de emisor y receptor del sonido desprovisto de cables que
transporten la señal hablada desde el emisor al receptor; dicho transporte viaja por el aire mediante
ondas moduladas de una frecuencia determinada.
(ILUSTRACION Nº 3 – Colocarlas en la página 2)

● SUVAG:

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sd Sus siglas significan Sistema Universal Verbal Auditivo de Guberina. Este dispositivo consta de un
sistema de filtros electrónicos destinados a modificar la recepción de un mensaje sonoro. Contiene
tres filtros: a) Paso-alto: mantiene las frecuencias altas, b) Paso-bajo: mantiene las frecuencias bajas y
c) Paso-banda: mantiene una determinada banda frecuencial. Todos ellos con una doble finalidad,
tanto diagnóstica como de intervención.
(ILUSTRACION Nº 4 – Colocarlas en la página 2)

ANATOMÍA DEL OÍDO

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