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2.2.

1 Principios de transporte de
contaminantes

En el trazado de zonas de protección para pozos de abastecimiento de agua potable,


es necesario predecir el destino de los contaminantes que eventualmente pueden
llegar al acuífero que abastece dichos pozos. El transporte de contaminantes por
medio del agua subterránea requiere del establecimiento del campo de flujo, los
tiempos de viaje a lo largo de las líneas de flujo y predecir cuales reacciones
químicas y/o procesos físicos modificarán la concentración original del soluto
analizado. Los métodos de análisis de transporte de solutos o en forma más
específica de transporte de contaminantes que se analizarán a continuación se
apoyan fuertemente en ecuaciones diferenciales que han sido desarrolladas por
varios autores (Ogata, 1970; Bear, 1972; Bear y Verruijt, 1987) para medios porosos
homogéneos e isótropos. Adicionalmente, se definirán algunos de los términos
relacionados con dichas ecuaciones y se discutirá su significado.

Cuando los contaminantes vertidos sobre o debajo de la superficie atraviesan la zona


no saturada y llegan finalmente a la zona saturada, son transportados por el agua
subterránea mediante tres procesos principales: i) dispersión mecánica o hidráulica,
ii) difusión molecular y iii) advección. En el estudio del transporte de solutos, es
común agrupar los términos dispersión mecánica y difusión molecular en un
concepto denominado dispersión o dispersión hidrodinámica (dilución del soluto).
Durante el transporte, los contaminantes también sufrirán modificaciones por su
interacción con los minerales que componen el acuífero, o con las especies químicas
previamente disueltas en el agua subterránea. Entre las reacciones que ocasionan
que el viaje de los contaminantes sea más lento que el correspondiente al agua
subterránea, se pueden apuntar adsorción, absorción e intercambio.

El proceso por medio del cual los contaminantes son transportados por la acción del
movimiento del flujo de agua subterránea se denomina advección. En el caso de un
medio isótropo, esta porción del transporte de contaminantes se calcula
matemáticamente considerando el flujo del agua subterránea paralelo al gradiente
hidráulico. El flujo subterráneo tendrá una velocidad igual a la velocidad real
promedio del agua subterránea (término a definir en el capítulo siguiente). En la
hipotética situación de que la advección fuera el único proceso que condiciona el
movimiento de solutos en el agua subterránea, la masa añadida al flujo
subterráneo se distribuiría gradiente abajo, pero únicamente de forma paralela a
las líneas de flujo. En otras palabras, sería un flujo que avanzaría como el émbolo
dentro de un pistón, en donde el émbolo representa al fluido en los poros que ha
sido invadido por el soluto.

La expresión matemática del flujo de masa advectivo unidimensional para el soluto o


contaminante “i”; que se desplaza a través de un medio poroso homogéneo e
isótropo, está representada por la siguiente ecuación:

J i = v i Ci η

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El término J; se refiere al flujo de masa del soluto "i" por unidad de área y unidad de
tiempo, vx es la velocidad real promedio del agua subterránea en la dirección “x”; C;
es la concentración en masa por unidad de volumen de solución y η es la porosidad
total del medio poroso. Con base en lo anterior, la masa de soluto por unidad de
volumen de medio poroso es la multiplicación de η por Ci. De acuerdo con el análisis
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dimensional correspondiente, las unidades del término "J" corresponden a M/L T.

Existen algunas situaciones especiales en donde la velocidad real promedio del agua
subterránea es menor de aquella que presentan los solutos por el efecto de
la advección. Este caso es ocasionado por el desarrollo de fuerzas eléctricas de
repulsión entre los iones disueltos y la carga superficial de minerales arcillosos. Una
condición contraria es cuando se presenta en el medio geológico una condición de
membrana semipermeable. En esta situación, debido a fuerzas electrocinéticas,
algunos solutos evitan atravesar dicha membrana semipermeable y por lo tanto se
mueven más lentamente que el flujo de agua subterránea.

El análisis experimental del transporte de solutos en un medio poroso saturado


señala que la advección por si sola, no es capaz de explicar el avance observado en
los solutos y las concentraciones registradas. Por lo tanto, es necesario incorporar en
la investigación del transporte de solutos, los efectos del par de procesos
mencionados previamente: dispersión mecánica y difusión molecular. La difusión
molecular es el proceso por medio del cual, los solutos disueltos se mueven de las
zonas de mayor concentración a las regiones en donde se registran los menores
valores del mismo componente. Este fenómeno es ocasionado por la presencia de
gradientes de concentración, por lo que la difusión molecular es totalmente
independiente del movimiento del agua subterránea. La comparación entre las
fuerzas que ocasionan el flujo de agua subterránea y aquellas que originan la
difusión molecular, señala que la última sólo es importante en medios
hidrogeológicos de muy baja permeabilidad, en donde la velocidad real promedio del
agua subterránea es muy baja.

La transferencia de masa por efecto de la difusión molecular se expresa


matemáticamente por medio de la denominada Primera Ley de Fick, que manifiesta
una relación proporcional directa entre la masa del soluto que se desplaza por
difusión y el gradiente de concentración. Considerando un líquido simple y puro, es
válida la siguiente expresión para el cálculo de la difusión molecular en una
dimensión:

⎛ δC ⎞
J = Dd ⎜ ⎟

⎝ δx ⎠
En la ecuación previa “J” representa a la masa del soluto por unidad de área en
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unidad de tiempo, Da es el coeficiente de difusión de la masa (L /T) en un fluido
continuo, C representa la concentración del soluto y por último el término δC/δx que
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constituye el gradiente de concentración (M/L /L). El signo negativo indica que el
movimiento del soluto, es desde la región en donde se establece la mayor
concentración, hacia aquella zona en donde se ubica la menor. Los valores
correspondientes para el coeficiente de difusión han sido determinados para un
extenso número de iones (aniones y cationes) en solución. Cuando el líquido es agua
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pura a 25°C de temperatura, el coeficiente de difusión varía entre 93x10 cm /s para
+ -6 2 +3
el H y 6.07x10 cm /s para el Fe (Li y Gregory, 1974). De acuerdo con Freeze y
Cherry (1979), el efecto de la temperatura en los coeficientes de difusión es más
importante que el relacionado con la variación de la fuerza fónica en la solución.

Las causas de la difusión molecular se relacionan con la energía termal cinética del
soluto, fuerza que causa mezcla por los movimientos moleculares aleatorios de los
iones. El coeficiente que describe esta diseminación es mayor en la medida de
que se incrementa el espacio entre las moléculas, por lo que es mayor en los gases
que en los líquidos. Debido a los choques entre los iones y los sólidos presentes
en un medio poroso, el coeficiente de difusión para un medio poroso, es menor
que el equivalente para un medio líquido puro. En un medio poroso, el proceso de
difusión molecular tiene lugar en la fase líquida, que está limitada por las
partículas que componen el medio. Por esta razón, el proceso no es tan rápido
como en la circunstancia correspondiente al agua pura. En el medio poroso, los
iones tienen que desplazarse alrededor de las partículas que lo componen, por lo
que recorren una distancia mayor que para una situación equivalente en agua pura.
De este modo, es conveniente realizar una corrección al coeficiente de difusión
definido previamente, con la finalidad de incluir los efectos “retardadores" del medio
poroso. El coeficiente de difusión aparente D * para especies no absorbidas,
para especies conservativas en un medio poroso, está definido de la siguiente
manera (Freeze y Cherry, 1979; Fetter, 1993):

D* = ωD d
De
(τ) acuerdo
que es con Bear y Verruijt (1987) el términoorden
"ω" seque
relaciona conella efecto
tortuosidad
un tensor simétrico de segundo expresa de la
configuración del agua en el medio poroso. La tortuosidad se define como una
medida del efecto que ocasiona la forma de la trayectoria de flujo de las moléculas
en un medio poroso. El recorrido de una partícula entre dos puntos dentro de un
medio poroso, siempre será mayor que la trayectoria equivalente en un líquido puro,
por lo que la tortuosidad siempre será mayor a la unidad. El valor de la tortuosidad
será mayor para un medio poroso mal clasificado, en donde existen partículas de
tamaño pequeño en los intersticios entre las partículas de mayor tamaño, que para
un sedimento bien clasificado.

La porosidad es otro concepto que tiene influencia directa en el coeficiente de


difusión efectiva. En muchos casos, D* es función tanto de la tortuosidad como de la
porosidad. De acuerdo con Helfferich (1966), el coeficiente de difusión efectiva en
columnas de intercambio se ubica entre los valores extremos ejemplificados por las
siguientes relaciones:

D* = (η 2)D d hasta D d (η
(2 − η))2
Cuando se considera
(Greenkorn y Kessler, que el término
1972) se tiene"ω"
ω=es(η/τ).
función de la porosidad
El término "ω" es uny tortuosidad
coeficiente
empírico que, de acuerdo con estudios de laboratorio realizados en diferentes
materiales geológicos que constituyen medios porosos, tiene valores comprendidos
entre 0.5 y 0.01.

Las observaciones en un medio poroso saturado indican que existe la tendencia de


expansión en el movimiento de los solutos disueltos, alejándose en la dirección de
flujo de la trayectoria, que seguirían si el sistema fuera simplemente advectivo
(Figura 2.12). Este fenómeno que se denomina dispersión mecánica, es el
componente del transporte de solutos ocasionado por la variación espacial de los
patrones de flujo en un medio poroso, además de las diferencias en la velocidad que
caracterizan el flujo de agua subterránea. El resultado principal de esta expresión,
que también se denomina como dispersión hidrodinámica, es la expansión del soluto
o contaminante en un área mayor que la originalmente ocupada, desarrollo que
incluye los sentidos paralelo y ortogonal a la dirección de flujo. De este modo, la
dispersión hidrodinámica produce una mezcla entre el agua subterránea y el
contaminante, situación que produce la dilución del último. Por esta razón, se
establece que se trata de un proceso de tipo advectivo y no puede ser clasificado
como de tipo químico, a diferencia de la difusión molecular. En forma burda, la
dispersión hidrodinámica produce el mismo efecto de mezcla que se presenta por la
turbulencia en las corrientes superficiales.

Figura 2.12 Factores que causan dispersión longitudinal


En la proporción que la heterogeneidad del acuífero se incrementa, aumenta la
irregularidad de las trayectorias que tienen que seguir los solutos. En este tipo de
medios heterogéneos, la dispersión hidrodinámica puede ser un mecanismo de
transporte de solutos tan importante como la advección. La tortuosidad también tiene
una relación directa con la dispersión hidrodinámica. Por ejemplo, cuando el flujo de
agua subterránea tiene lugar a través de un depósito de partículas bien clasificadas
de gran tamaño (grava, por ejemplo), las trayectorias de las partículas serán
moderadamente irregulares pero aproximadamente paralelas a la dirección
preferencial de flujo. Sin embargo, en un medio poroso mal clasificado o en un medio
fracturado en donde las aberturas están separadas por espacios amplios, algunas de
las trayectorias que seguirán los solutos serán muy diferentes a la dirección
preferencial que dicta el gradiente hidráulico promedio.

Adicionalmente, la dispersión hidrodinámica se relaciona con la heterogeneidad de


los materiales geológicos, factor que se presenta a escalas diferentes. En la escala
microscópica la distribución de los poros, su geometría y la presencia de canales
cerrados entre los poros, condicionan variación en la velocidad del agua subterránea,
ya que la velocidad del agua no es igual en el centro del poro que en las
inmediaciones del límite con las partículas. Desde el punto de vista macroscópico, la
heterogeneidad ocasionada por la presencia de estratificación discontinua,
contrastes en la estratificación, variaciones en la permeabilidad, al igual que la
presencia de fallas, buzamiento en los estratos, etc., producen diferentes velocidades
en el agua subterránea, ocasionando la aparición del fenómeno de dispersión
hidrodinámica.

Como se mencionó previamente, la dispersión hidrodinámica ocasiona expansión de


los solutos, por lo que se pueden distinguir al menos dos componentes. A la
propagación en el sentido de la dirección de flujo, se le denomina como dispersión
longitudinal. En el avance de los solutos en un medio poroso, es relativamente
común detectar expansión en el sentido ortogonal a la dirección de flujo preferencial,
componente que se conoce como dispersión transversal. (Figura 2.13).
Estableciendo la hipótesis de que la dispersión mecánica puede ser apropiadamente
descrita por la primera ley de Fick y que además es función de la velocidad real
promedio del agua subterránea, entonces es posible definir un coeficiente de
dispersión mecánica de la siguiente manera:

Coeficiente de dispersión mecánica longitudinal = αi υi


en donde υi es la velocidad real promedio (L/T) en la dirección "i"; y αi es la
dispersividad dinámica (L), también conocida como dispersividad en la dirección "i".
El coeficiente de dispersión mecánica transversal se representa con la expresión
siguiente:

Coeficiente de dispersión mecánica transversal = αj υy

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