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el cine de no ficción
centro universitario de estudios cinematográficos
méxico , 2014
© Retórica y representación en el cine de no ficción
© Universidad Nacional Autónoma de México
versión en español para todo el mundo
Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria,
Coyoacán, México, 04510, DF
ISBN: 978-607-02-5276-1
Agradecimientos 11
Prefacio a la segunda edición 13
Introducción 21
1. ¿Qué es una película de no ficción? 29
¿Por qué categorías, definiciones y distinciones? 30
Ficción y no ficción: notas sobre una distinción 32
Intentos pasados de definición 35
Por qué fracasan las definiciones tradicionales 38
La catalogación y la postura asertiva 40
Ambigüedad y catalogación 47
Mostrar y afirmar en la no ficción 51
2. Ejemplares y expresión 53
El documental griersoniano 54
La objetividad y el documental periodístico 57
Las películas de no ficción como registros fotográficos 60
Robert Flaherty y la disposición de escenas 63
Expresión, no imitación; retórica, no re-presentación 67
3. Íconos de imágenes en movimiento 69
Los íconos, el anti arte y la ideología burguesa 70
El referente y la “ideología de lo visible” 72
La imagen icónica 76
Percibir fotografías: evidencia empírica 86
Íconos e información verídica 89
4. Índices y el uso de las imágenes 93
Imágenes y evidencia 94
Tratamiento digital de imágenes y evidencia fotográfica 99
Haciendo cosas con fotografías 105
Haciendo afirmaciones con fotografías 109
La banda sonora y la información acústica 112
Imágenes y sonidos en contexto 117
5. El discurso de no ficción 121
Discurso y mundo proyectado 122
La selección 125
El orden 128
El énfasis 138
La voz 139
6. Voz y autoridad 143
Los modos del documental 143
Narrativa, argumento y forma categórica 146
Autoridad textual y voz 148
La voz formal 153
La voz abierta 158
7. Estructura 165
Retórica y otras estructuras 166
Estructura narrativa formal 169
Los inicios 171
Finales 176
Estructura dramática y representación 178
Estructura abierta 182
8. Estilo y técnica 195
Coherencia de discurso y edición 198
Imagen y evento profílmico 204
La narración con voz en off y la entrevista 208
Acompañamiento musical 215
La voz formal regresa 219
9. La voz poética 223
El documental poético 225
Película de no ficción de vanguardia 228
El metadocumental 232
Perro mundo y el documental paródico 241
10. Pragmática de la no ficción y los límites de la teoría 247
Cuestionando a las tres voces 248
La objetividad y The Twentieth Century 258
Ilusión y reflexividad 273
Decir la verdad: una conclusión 279
Bibliografía 283
Índice filmográfico 295
Índice general 303
Agradecimientos
11
Carl R. Plantinga
1
Carl R. Plantinga, «Defining Documentary: Fiction, Nonfiction, and Projected Worlds», en
Persistence of Vision, pp. 45-54.
2
Carl R. Plantinga «The Mirror Framed: A Case for Expression in Documentary», en Wide
Angle, pp. 40-53.
3
Carl R. Plantinga «Roger and History and Irony and Me», en Michigan Academician, pp.
511-520.
4
Carl R. Plantinga «Blurry Boundaries, Troubling Typologies, and the Unruly Nonfiction
Film», en Semiótica, pp. 387-396.
12
Prefacio a la segunda edición
13
Carl R. Plantinga
por ejemplo Cloverfield: Monstruo (2008), y Sector 9 (2009), las cuales imitan
los consabidos estilos de representación documental.
La erudición sobre el documental también ha crecido en una propor-
ción sorprendente. Un vistazo al trabajo documental actual revela libros
sobre documentalistas individuales, géneros y cinematografías regionales
o nacionales; sobre la representación documental de temas particulares,
por ejemplo, la naturaleza, la vida animal salvaje y la ciencia; y sobre aspec-
tos olvidados del documental, como las políticas del documental, los atracti-
vos visuales (en oposición a las funciones informativas) de la representación
documental, o las películas híbridas fascinantes que conjuntan la fic-
ción y la no ficción. Hemos visto libros sobre la elaboración de documenta-
les con información teórica y crítica, libros de entrevistas a documentalistas,
historias exhaustivas del documental, e incluso la vasta Encyclopedia of the
Documentary Film, editada por Ian Aitken.2
Dentro de este contexto, es satisfactorio el poder ofrecer Retórica y re-
presentación en el cine de no ficción, por primera vez, en la edición rústica.
Retórica y representación en el cine de no ficción trata directamente sobre mu-
chos de los temas teóricos centrales que surgen del documental, o de lo
que llamo en estas páginas el cine de no ficción. En general, ofrece una
exposición “realista crítica” del documental que se encuentra en oposi-
ción a los argumentos comunes del escepticismo que prevalece en la teoría
de cine documental. La teoría documental escéptica, influenciada por el
pensamiento posmodernista o posestructuralista, duda de la capacidad del
documental para representar la realidad con veracidad, exactitud u obje-
tividad. El enfoque realista crítico, por otra parte, sostiene que en algunos
casos, el documental puede ser veraz, preciso y objetivo, y que sus afirma-
ciones epistémicas pueden ser racionales y estar plenamente justificadas.
Por supuesto, el realismo crítico no debe confundirse con la postu-
ra simplista de que todos los documentales son, por definición, veraces,
mientras que las obras de ficción son falsas o “inventadas”. El sostener que
los documentales pueden ser relativamente exactos o veraces no minimiza
sus funciones retóricas, persuasivas, y su capacidad de engaño y distorsión.
La “retórica” en el título de este libro sugiere su plan general de examinar
las maneras en que los documentales representan la realidad por medio de
elecciones creativas en estructura, estilo, y lo que llamo “voz”. Aunque no
examino las funciones políticas o éticas de los documentales individuales
a detalle en estas páginas, espero que el análisis de la retórica de la voz, la
forma y el estilo en el documental pueda contribuir a tal examen.
14
Prefacio
de documental, véase mi artículo «What a Documentary Is, After All», en The Journal of
Aesthetics and Art Criticism, pp. 105-117.
15
Carl R. Plantinga
16
Prefacio
17
Carl R. Plantinga
4
Véase Jane Roscoe y Craig Hight, Faking It: Mock-Documentary and the Subversion of Factua-
lity; y Alexandra Juhasz y Jesse Lerner (eds.), F is for Phony: Fake Documentary and Truth’s
Undoing.
5
Para una explicación breve de estos debates, véase mi texto «Documentary», en Paisley
Livingston y Carl Plantinga (eds.), The Routledge Companion to Philosophy and Film, pp. 499-
501. Entre los documentalistas, Errol Morris ha tomado una firme postura realista crítica.
Véase mi artículo «The Philosophy of Errol Morris», en William Rothman (ed.), Three
Documentary Filmmakers: Errol Morris, Ross McElwee, Jean Rouch, pp. 43-60.
18
Prefacio
19
Introducción
2
Michael Renov, «Toward a Poetics of Documentary», en M. Renov (comp.), Theorizing
Documentary, p. 21.
21
Carl R. Plantinga
Véase especialmente David Novitz, Pictures and Their Use in Communication y Ernst Gom-
3
22
Introducción
5
Stanley Fish, «Rhetoric», en Critical Terms in Literary Studies, p. 217.
23
Carl R. Plantinga
Si todo discurso busca llegar al poder, como afirmaba Foucault, entonces alguna teoría
6
24
Introducción
7
Argumento esto con mayor extensión en «Film Theory and Aesthetics: Notes on a Schism»,
en The Journal of Aesthetics and Art Criticism, pp. 445-454.
8
Brian Winston, «The Documentary Film as Scientific Inscription», en Michael Renov
(comp.), Theorizing Documentary, pp. 37-57. También véase Brian Winston, Claiming the
Real: The Documentary Film Revisited.
9
John Tagg otorga una teleología general similar para el documental cuando afirma que el
documental realiza una retórica de “inmediatez” y “verdad”, Afirma, «únicamente para
“poner los hechos” directa o indirectamente, por medio del reporte de la “experiencia de
primera mano”». En general, Tagg argumenta, el documental se desarrolla en la historia
de Europa occidental y de Estados Unidos para responder a un «momento particular de
crisis». Se buscaba «reestructurar el orden del discurso, apropiándose el disenso, y reafir-
mando los vínculos amenazados del consenso social». Se podría confiar en las afirmacio-
nes de Tagg si se hubieran hecho a un nivel más local, y si hubieran mostrado un matiz de
mayor familiaridad con la historia del documental. Por ejemplo, como la mayoría de noso-
tros, Tagg toma a John Grierson como una figura central en el desarrollo del documental,
25
Carl R. Plantinga
pero parece desconocer su trabajo o escritos. Tagg se refiere a Grierson como a un “crítico
de cine”, e ignora por completo la insistencia de Grierson en que el documental, lejos de
ser una verdad transparente, es propaganda y, en la frase de Grierson, el «tratamiento crea-
tivo de la realidad». Véase Tagg, p. 8.
10
Véase especialmente Larry Gross, John Stuart Katz y Jay Ruby (eds.), Image Ethics: The
Moral Rights of Subjetcts in Photographs, Film, and Television.
26
Introducción
La serie será editada por Jane Gaines, Faye Ginzberg y Michael Renov para la University of
11
Minnesota Press.
27
5. El discurso de no ficción
121
Carl R. Plantinga
2
Estas categorías son tomadas de David Bordwell y Kristin Thompson, Film Art: An Intro-
duction.
3
Seymour Chatman, Story and Discourse: Narrative Structure in Fiction and Film; Roland Bar-
thes, «Introduction to the Structural Analysis of Narratives», en Image, Music, Text; Gérard
Genette, Narrative Discourse: An Essay in Method; Shlomith Rimmon-Kenan, Narrative Fic-
tion; David Bordwell, Narration in the Fiction Film.
4
Seymur Chatman, op. cit., p. 9.
5
Shlomith Rimmon-Kenan, op. cit., p. 3.
6
David Bordwell, op. cit.
122
5. El discurso de no ficción
Bill Nichols, Representing Reality: Issues and Concepts in Documentary, pp. 111-112.
7
123
Carl R. Plantinga
una narrativa únicamente hasta cierto sentido, sigue empleando todas las
estrategias disponibles a las narrativas de ficción, y debemos distinguir entre
qué y cómo representa.9
El discurso de una película es su organización intencionada de sonidos
e imágenes, el mecanismo por el cual proyecta su modelo del mundo y por
el cual realiza otras acciones diversas. Mientras que el texto del cine de no
ficción es una entidad física —una serie de imágenes proyectadas y sonidos
amplificados—, el discurso es abstracto —un arreglo formal—. El discurso
es el medio por el cual el mundo proyectado o eventos de la historia son
comunicados; sus estrategias principales, en el nivel más abstracto, son la
selección, orden, énfasis y voz.
El mundo proyectado es más amplio que la “historia” de Seymour Chat-
man. Como una historia, consiste de eventos, escenarios y personajes del
“mundo” presentado, además de sus varios atributos supuestos o implícitos
en el discurso de la película. Ya que no podemos limitar el discurso de la no
ficción a la presentación de historias, el de mundo proyectado es aquí el térmi-
no apropiado. De acuerdo con Chatman, la “historia” es tanto una extrapola-
ción lógica basada en lo que la obra muestra y afirma, como una construcción
del espectador o del lector:
9
Sobre High School y otras películas de Wiseman, véase Barry Keith Grant, Voyages of Dis-
covery: The Cinema of Frederick Wiseman. Bill Nichols llama a la estructura de las películas
de Wiseman una estructura tipo “mosaico”. Véase su Ideology and the Image, pp. 210-216.
Para un interesante análisis de High School, véase Film Art, de Bordwell y Thompson,
pp. 336-342.
10
Seymour Chatman, op. cit., p. 28.
124
5. El discurso de no ficción
La selección
125
Carl R. Plantinga
Esta información fue obtenida en la visita de Epstein y Friedman a Hollins College y Roa-
11
126
5. El discurso de no ficción
127
Carl R. Plantinga
El orden
Menackem Perry, «Literary Dynamics: How the Order of a Text Creates its Meanings», en
12
128
5. El discurso de no ficción
129
Carl R. Plantinga
13
Meir Sternberg, Expositional Modes and Temporal Ordering in Fiction.
130
5. El discurso de no ficción
14
Ibid., p. 51.
15
Ibid., p. 44.
16
Véase Hayden White, Metahistory: The Historical Imagination in Nineteenth-Century Europe;
Tropics of Discourse: Essays in Cultural Criticism; The Content of the Form: Narrative Discourse
and Historical Representation.
131
Carl R. Plantinga
132
5. El discurso de no ficción
rre cuando en 1986 y 1987, General Motors cierra once de sus plantas más
antiguas en Flint, lo cual el documental representa como un evento catas-
trófico sin precedentes.17 El guión clásico consiste en “puntos de inflexión”
bien colocados o “percances”, que dirigen la historia en una nueva di-
rección y la mantienen novedosa e interesante. Junto con la inauguración
de la misión de Moore de llevar a Roger Smith a Flint para forzarlo a ver el
daño que ha causado, los cierres de las plantas en 1986 y 1987 representan
el primer punto de inflexión de Roger y yo.
En Metahistoria, Hayden White también nota que las historias deben ha-
cer uso de lo que él llama motivos finales. Un motivo final común en el cine
de no ficción (y de ficción) es terminar la narrativa con una celebración,
muchas veces en torno a una ocasión ritual tal como una fiesta o cumplea-
ños. Roger y yo termina con una celebración de la Navidad, aunque Moore
invierte la celebración con una ironía directa y salvaje. Aquí la narración se
entrecruza con Roger Smith leyendo un espectacularmente aburrido discur-
so sobre las “maravillas de la Navidad” en forma de homilía, mientras una
familia de desempleados de la General Motors es desalojada de su casa.
White señala que para cualquier grupo de eventos, uno puede repre-
sentarlos a través de cualquiera de las formas que describe (mito, romance,
comedia, tragedia, ironía). Aunque pueda ser difícil representar el final de
Flint por medio de la estructura narrativa del romance, podríamos fácilmen-
te imaginar los eventos en una estructura dramática trágica. General Motors
podría aparecer como el héroe trágico (de tipo corporativo), que debido a
sus fallas morales —falta de planeación a largo plazo, quizás— sufre una
gran caída, un tipo de muerte. Tratar la historia de la relación de General
Motors con la ciudad de Flint como tragedia en lugar de con ironía impli-
caría una interpretación radicalmente diferente de la información histórica,
pero de ningun modo más apegada a dichos eventos o más realista. Quizá
podamos estar de acuerdo con mucha de la información; que los eventos
estén mejor representados a manera de tragedia o ironía, por otra parte,
depende la perspectiva de cada persona.
Roger y yo da a la historia de Flint una estructura narrativa irónica, que
termina con la aparente desintegración de Flint, el fracaso de la misión de
Moore de llevar a Roger Smith a la comunidad, y la poca esperanza en el
desde 1974, y continúa haciéndolo hasta la fecha en que escribía este libro. De acuerdo
con los críticos de la película, los cierres de plantas de 1986-1987 resultaron en alrededor
de 10,000 despidos y no en los 30,000 que señala la película. Por lo tanto, una de las mani-
pulaciones de las que se acusa a la película es representar los despidos de 1986-1987 como
un solo evento, en lugar de un paso más de un largo proceso.
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Carl R. Plantinga
134
5. El discurso de no ficción
20
Gary Crowdus y Carley Cohan, «Reflections on Roger and Me, Michael Moore, and his
Critics», en Cineaste, p. 28.
21
Michael Moore, «In Flint, Tough Times Last», en The Nation.
135
Carl R. Plantinga
22
Esto se encuentra directamente relacionado con mi discusión sobre la posibilidad de equi-
dad y objetividad en los medios. Véase capítulo 10.
23
Gérard Genette, op. cit., pp. 33-160.
136
5. El discurso de no ficción
truyen una carretera se repite tres veces, cada una con distinta narración de
voz en off. La primera voz imita a la propaganda anticomunista, la segunda
a la propaganda prosoviética, y la tercera una descripción supuestamente
“objetiva”. Aquí la manipulación de la frecuencia desfamiliariza el fenómeno
de la narración con voz en off y pone en primer plano la precariedad de su
función interpretativa. Otro ejemplo ocurre en La delgada línea azul, en la
cual Errol Morris repite una dramatización del asesinato del policía varias
veces, cada una ilustrando (y sutilmente socavando) el testimonio de uno
de los testigos.
La duración en el mundo proyectado es el tiempo real que un evento se
supone que dura, mientras que la duración discursiva consiste en el tiempo
de pantalla dado al evento. La relación entre mundo proyectado y duración
discursiva puede ser de equivalencia, reducción y expansión.24 En una re-
lación equivalente, la duración discursiva se aproxima a la duración en el
mundo proyectado. La reducción condensa el tiempo del mundo proyecta-
do de un evento, mientras que la expansión aumenta la duración de tiempo
del mundo proyectado y la extiende en su presentación discursiva.
La reducción es más común en el cine de no ficción. Harlan Coun-
ty, USA, de Barbara Kopple, por ejemplo, no hubiera podido representar
cada evento del movimiento de mineros en ese Kentucky en tiempo real.
Tampoco The War Room, podría haber mostrado cada característica de la
campaña de Bill Clinton para la presidencia de Estados Unidos. El discurso
necesariamente debe seleccionar y escoger, representando únicamente los
eventos más relevantes, y a menudo debe comprimir el tiempo del mundo
proyectado de los eventos (usualmente) a una duración de menos de dos
horas. Por lo tanto, las omisiones temporales involucran la selección y omi-
sión de eventos así como su condensación. Al examinar una película en
particular, es muchas veces útil explorar las motivaciones de las estrategias
de compresión, ya que inevitablemente requieren que ciertos eventos sean
condensados y otros suprimidos por completo. ¿Qué elecciones se hicie-
ron y por qué?
La expansión comúnmente se logra por medio de la cámara lenta. La del-
gada línea azul otra vez proporciona un ejemplo. Ahí las dramatizaciones del
asesinato del policía muchas veces aparecen en cámara lenta. Al igual que en
la condensación temporal, la expansión enfatiza, porque cuando el tiempo
de discurso de un evento se extiende, enfoca la atención del espectador en
su importancia textual, y hace que sus detalles visuales sean más entendi-
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Carl R. Plantinga
El énfasis
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5. El discurso de no ficción
La voz
25
Shlomith Rimmon-Kenan, op. cit., p. 71.
26
Seymour Chatman, op. cit., p. 153.
139
Carl R. Plantinga
cual un personaje o espectador puede ver una escena; esto se puede con-
fundir fácilmente con la actitud del personaje o espectador. Una toma hecha
desde la supuesta posición de un personaje se llama toma de punto de vista,
porque literalmente se realiza desde su punto de vista.
Mi principal preocupación residen en el punto de vista como “foca-
lización”, en el sentido utilizado por Rimmon-Kenan. Toda película de no
ficción presenta su mundo proyectado desde una perspectiva (o perspecti-
vas), en relación con un tono y actitud.27 La palabra que utilizo para des-
cribir esto es “voz”. Mi uso del término es más amplio que el de Chatman, y
se encuentra más cercano a la “voz” descrita por Bill Nichols:
aquello que nos transmite el sentido del punto de vista social del texto, de
cómo nos está hablando y de cómo está organizando los materiales que
nos presenta. En este sentido, la “voz” no se restringe a un determinado
código o característica como el diálogo o el comentario hablado. La voz es
quizá afín a aquel patrón intangible, tipo patrón de Moiré, formado por la
interacción única entre de todos los códigos de la película, y aplica a todos
las formas de comentario.28
27
No intento sugerir que el tono o la actitud son siempre unívocos e incambiables. Algunas
películas pueden exhibir una voz cambiante, una voz de ambigüedad, o quizá incluso vo-
ces contradictorias. La “voz” no necesariamente asume una unidad de propósito y función,
aunque en muchos casos uno encuentra dicha unidad.
28
Bill Nichols, «The Voice of Documentary», en Movies and Methods, pp. 260-261.
140
5. El discurso de no ficción
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Retórica y representación en el cine de no ficción
de Carl R. Plantinga, fue editado por el
Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
y la Facultad de Artes y Diseño de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Su diseño, corrección y composición tipográfica
se realizaron en el Departamento de Publicaciones del Centro,
se utilizaron familias tipográficas Berkeley y Frutiger.
Se terminó de imprimir en el 24 de abril de 2014, en
Impresiones Editoriales FT S.A. de C.V., Calle 31 de Julio de 1859,
Col. Leyes de Reforma, Iztapalapa, 09310, México, DF.
Se tiraron dos mil ejemplares. Impreso en offset:
interiores sobre papel bond blanco de 105 g
y forros en cartulina couché mate de 300 g.
Con la colaboración de Fidel Ángel Hernández Jaimes
en la formación, de Silvia Arce Garza en la corrección,
y de Gabriela García Jurado en el cuidado editorial,
la edición estuvo a cargo de Rodolfo Peláez.