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FRÍA.
2. El fin de la Historia
Desde 1945 el mundo estuvo sometido a una tensión sin precedentes en la Historia. Durante 40
años el enfrentamiento radical, abierto, sin paliativos entre dos cosmovisiones antitéticas
focalizó las relaciones planetarias. Fueron años de incertidumbre con la continua amenaza del
holocausto nuclear. La euforia por el final de la guerra fría no puede ocultar la inquietud por los
interrogantes que abre el mañana.
Para Fukuyama no había duda. En su polémico y pionero artículo ¿El Fin de la Historia?
Publicado en 1989 sostenía de forma terminante que la mezcla de democracia y capitalismo
constituían, tras la crisis del comunismo, la forma de organización mas perfecta a la que la
Humanidad podría aspirar, ya que en ella encontraría solución a cualquier tipo de problema
venidero. El modelo mas acabado hasta la fecha de este sistema serían los EEUU y Europa
Occidental. En buena medida Fukuyama se servía de las teorías de Hegel y Marx en el sentido
de que la Historia es un proceso finito, precedido y seguido por un estado que no es parte de la
Historia. Sobre esa base pretendía demostrar lo contrario de lo que los marxistas sostenían, es
decir, que la libertad humana, propósito básico de la Historia, se ha alcanzado con el sistema
liberal occidental, y no bajo el comunismo. Por tanto, para escarnio de los marxistas, habría
llegado el fin de la Historia.
Es fácil de acusar a Fukuyama de soberbia, nacida, sin duda, del entusiasmo ante el fin del
comunismo. Aquella euforia ocultó parcialmente una realidad que después se ha abierto paso.
En cuanto al régimen democrático, aún resulta obvio que continúa siendo el peor de los sistemas
posibles con excepción de todos los demás. Ciertamente la situación actual no puede
compararse con la que atravesó en la década de los treinta, pero hay síntomas de alarma. En
Italia el fascismo renovado adquiere cotas de representación parlamentaria impensables hace tan
solo unos poco de años. La banalización del discurso político aleja a las masas de la cosa
pública. Son sombras inquietantes que anuncian, quizás mas cambios de gran calado en el
mundo occidental.
Los principales retos para el futuro, no serían de carácter ideológico, puesto que esa cuestión
estaría ya superada. Tras el fin de la guerra fría, naciones aplastadas bajo décadas de tiranía
buscan su señas de identidad propia en la raza o en la religión. Nacen guerras civiles en
Yugoslavia o en Rusia, se disgregan estados como Checoslovaquia, es aplastado el
fundamentalismo en Argelia.
1-En el primero, formado por los países de más bajos ingresos(hasta 761 dólares) se encuentra
la mayor parte del África subsahariana. También en ese nivel los Estados de Asia Meridional y
algunas antiguas repúblicas soviéticas y de dos Estados americanos, Haití y Nicaragua.
2-En un segundo escalón, de ingresos medios bajos se encuentran países asiáticos como China,
Filipinas, y Tailandia; también Rusia y las repúblicas balcánicas del antiguo bloque socialista.
La mayoría de los Estados de Oriente Próximo y buena parte de los países de la América Central
y del Sur(entre ellos Brasil, Colombia o Perú) están igualmente en este escalón.
3-Por encima de ellos, en un nivel de ingresos medio alto( de 3.011 dólares a 9.360) están las
Repúblicas bálticas y las antiguas democracias populares de Centroeuropa y algunos Estados de
Oriente Próximo y varios de los países mas importantes de América Central( México, Costa
Rica, Panamá) y del Sur( Argentina, Chile, Uruguay).
4-Por último, en el nivel de ingresos altos( superiores a 9.361 dólares) están situados Australia,
Nueva Zelanda y los Estados de reciente industrialización de Asia Oriental (Corea del Sur,
Japón, Hong Kong o Taiwan). También Israel y algunos países árabes productores de petróleo y
los países de la Europa occidental y nórdico, más EEUU en América del Norte.
-*El movimiento antiglobalizador
A partir de 2002, con la organización del Foro Social Mundial en Porto Alegre(Brasil) las
manifestaciones de protesta han dado paso a la realización de foros de debate alternativos.
Los Estados unidos siguen buscando su papel en el mundo y parece que no pueden ejercer un
papel planetario de guardián del orden internacional, por lo que se han replegado hacia el
interior. La vuelta al aislacionismo moderado ha ido ligado al desinterés por los asuntos
europeos.
Rusia permanece en una situación de crisis interna permanente, debilidad exterior, fuertes
debates internos, y falta de concreción en sus complejos y amplios objetivos externos. A partir
de este planteamiento los rusos tratan de ser considerados por los norteamericanos en pie de
igualdad. Un renacimiento imperial y un lenguaje amenazador que no ocultan la dependencia
económica de Rusia.
En Europa Occidental no existe ninguna potencia que pueda ejercer el papel de líder absoluto.
En asia, ni China, que desea actuar de forma independiente, ni Japón, que sigue siendo un
gigante económico y un enano político, pueden ocupar este vacío de liderazgo.
Con esta perspectiva, podemos jerarquizar el sistema internacional de la siguiente manera:
Una potencia hegemónica mundial representada por EE. UU. De enorme influencia económica,
un amplio arsenal militar y cierto poder sobre sus aliados europeos y japonés.
Una potencia hegemónica intercontinental representada por Rusia, cuyos problemas internos
condicionan permanentemente la política exterior. Rusia, por tanto, desea ejercer una política de
superpotencia y como tal quiere que se la reconozca pero no es posible.
Cinco grandes potencias, representadas por China, Francia, Gran Bretaña, Japón y Alemania.
Disponen de recursos económicos y tienen cierta capacidad de influencia en el mundo
Un conjunto de potencias medias que disponen de recursos y capacidad de asumir
responsabilidades para configurar el NOM. Estas son algunas: España, Italia, México, Brasil,
Israel, etc.
El resto de estados no tienen una influencia importante en el nuevo sistema.
Ante la situación creada han de ser las principales organizaciones internacionales las que en su
seno han de adoptar las decisiones pertinentes para hacer frente, a los cambios y retos de la
sociedad internacional.
A nivel mundial, la ONU ha estado bloqueada durante toda la guerra fría, pero ahora, tras los
cambios desde 1989, ha aumentado su relevancia. Desde 1992, sus objetivos eran claros: a)
tratar de poner fin a las causas más profundas de los conflictos y actuar diplomáticamente para
evitarlos, b) tomar medidas para el establecimiento de la paz, c) estar dispuestos a ayudar para
consolidar la paz en sus distintos contextos, d) poner fin a las causas más profundas de los
conflictos.
A nivel regional destacarán las instituciones político-defensivas y económicas.
En Europa, el pilar de seguridad y defensa estará representado por la OTAN. Desde un punto de
vista político y cultural, la institución clave será el Consejo de Europa, formado por 38
miembros, entre los que ahora se ha incluido Rusia.
El pilar económico y monetario lo constituye la Unión Europea. Estos tres pilares sostienen un
amplio frontón paneuropeo que viene representado por la Organización para la Seguridad y
Cooperación Europea, incrementándose la tendencia hacia la regionalización del mundo que
impulsa a la integración pera también a la confrontación.
En América, la Organización de Estados Americanos integrada por 35 Estados.
En África-Oriente Próximo son Importantes la Organización para la Unidad Africana, en la que
se integran 5 Estados y la Liga de Estados Árabes, con 22 miembros.
La falta de un liderazgo internacional y el impulso que se está produciendo en el proceso de
cooperación regional, impulsarán una importante reorganización del espacio, incrementándose
la tendencia hacia la regionalización del mundo que impulsa a la integración pero también a la
confrontación. El NOM parece alejarse el peligro de una destrucción mutua y global del planeta
a través de la utilización de las armas nucleares. La competencia económica internacional ya no
puede resolverse con fórmulas elaboradas a nivel estatal o bilateral
Ante esta nueva situación, la regionalización de los espacios está siendo un proceso muy
significativo.
Si la cooperación regional, como hemos visto, se verá consolidada en esta nueva estructura
internacional.
La región de Oriente Próximo seguirá siendo el centro de crisis permanentes, endémicas, en la
que confluyen factores económicos, religiosos, nacionalistas y estratégicos.
La región Mediterránea, dividida en cuatro “Mediterráneos”: el Noroeste, el más rico y
desarrollado; el Sudoeste, el espacio magrebí, fuertemente ligado económicamente al anterior y
sometido a una presión demográfica elevada; el Sudeste, integrado por un conjunto de Estados
heterogéneos sometidos a la influencia del conflicto árabe-israelí,; el Nordeste o entramado
geopolítico complejo que bascula entre el occidentalismo y el fundamentalismo religioso.
La región balcánica seguirá por desgracia, identificada como lo ha visto a lo largo de la historia
por una serie de palabras que la caracterizan, es decir, como polvorín, embrollo o conflicto.
La región del Caribe, en la que la cuestión cubana sigue constituyendo un contencioso abierto
entre EE. UU. Y el régimen de Fidel Castro.
EE.UU.
Estados Unidos de América ha venido siendo, desde su victoria en la IIGM, la primera potencia
del mundo, pero tras el colapso de la Unión Soviética se ha encontrado en la situación inédita de
ser la única verdadera gran potencia. Ningún Estado del mundo se acerca de lejos a su potencial.
El multilateralismo, es decir la formación de alianzas y la cooperación con otros países para
enfrentarse a los problemas comunes, ha sido la opción básica de los gobiernos estadounidenses
a partir de Roosvelt, pero ha tenido siempre un límite.
En las últimas décadas la tendencia política más próxima a la sensibilidad europea, representada
por los demócratas, ha perdido terreno en EE.UU. Desde la guerra de Vietnam, los demócratas
perdieron los demócratas perdieron muchos apoyos, y el nuevo conservadurismo fue avanzando.
Bush hijo, actual presidente, es un heredero de Reagan, mientras que Bill Clinton es un hombre
del Sur. Su origen les permitió a los demócratas evitar el predominio que los republicanos han
adquirido en el Sur a partir de los años sesenta. Clinton desarrolló en su presidencia un
programa coherente de política interior. George Bush se había interesado sobre todo por su
política exterior.
Los republicanos mantuvieron su control del Congreso, así es que los logros de Clinton en
política interior requirieron acuerdos bipartidistas. En el plano internacional, Clinton dio un
gran impulso al libre comercio, pensando que la globalización era irreversible y aceptando las
ventajas del libre comercio.
En los temas clásicos de la política exterior su mayor fallo fue el de haber sido incapaz de hacer
nada por poner fin al horrendo genocidio que asoló Ruanda en 1994.
La última etapa de la presidencia Clinton se vio oscurecida por la sórdida historia de sus
relaciones sexuales con una becaria de la Casa Blanca.
Analizar la presidencia de Bush hijo es más complejo, pues todavía está comenzando su
segundo mandato. Sin embargo, se considera su resultado como negativo, pese a que sus
votantes han aumentado. Desde el comienzo, se lanzó a una política radicalmente conservadora,
tomando decisiones controvertidas, como la oposición a la investigación sobre células madres
procedentes de embriones.
En temas económicos, es un directo heredero de Reagan, efectuando un drástico recorte de los
impuestos.
La lucha contra el terrorismo, que tras el 11-S se ha convertido en una prioridad, especialmente
tras la invasión de Irak y Afganistán.
Aunque no conviene extremar las generalizaciones, pude decirse que la América más urbana,
más cosmopolita, más secular y más liberal vota demócrata, mientras que la América más
conservadora, más religiosa y menos vierta al mundo vota republicano.
RUSIA
La Unión Soviética fue una de las dos superpotencias mundiales. La nueva Rusia, el más
importante de los quince Estados surgidos de la fragmentación de la URSS, sigue ostentando
esa posición en un solo plano, el del armamento nuclear, pero en términos generales nos es más
que un gran país de nivel de desarrollo medio, con cierta influencia internacional pero con
graves problemas internos. Ni la economía de mercado ni la democracia funcionan todavía de
manera satisfactoria en Rusia.
A comienzos del siglo XXI, Polonia es más próspera que Rusia, y mucho más que Ucrania,
como resultado de haber experimentado un crecimiento económico bastante importante desde el
hundimiento del comunismo.
La combinación de una esperanza de vida modesta con una fertilidad bajísima augura un declive
demográfico. Rusia ha perdido un 1.3 % de su población desde su nacimiento.
Las dificultades económicas a las que no pudieron hacer frente ni las primeras medidas ultra
liberales ni las posteriores más moderadas, condujeron finalmente a una aguda crisis financiera
en 1997. En ese momento, la crisis era también política.
En 1996 Yeltsin fue reelegido presidente, pero su salud comenzaba a deteriorarse seriamente,
mientras que las dificultades seguían siendo muy graves. En 1999 Vladimir Putin, un hombre de
los servicios secretos se convirtió en nuevo dirigente ruso. Muestra ciertas tendencias
autoritarias, como por ejemplo el hecho de que los dirigentes regionales los designará el
presidente.
Sin embargo, su popularidad es cada día mayor, y esta crece junto a la economía, que ha
elevado el nivel de la vida, reduciéndose el número de pobres.
En el plano exterior, Putin ha tratado de reforzar la influencia rusa en los estados ex soviéticos.
CHINA
A comienzos del siglo XXI, tres de las cuatro mayores economías del mundo son asiáticas. Si
medimos el PIB teniendo en cuenta el nivel de precios interno, es decir de acuerdo con la
paridad del poder adquisitivo, China, Japón y la India, ocupan los puestos segundo, tercero y
cuarto en la clasificación mundial. China, es que el país más poblado del mundo, ha tenido las
tasas de crecimiento económico más elevadas del planeta. China tendrá el mayor PIB del
planeta. Dentro de 15 años.
China e India son dos gigantes demográficos, que en conjunto representan un tercio de la
población mundial.
El inicio del gran desarrollo chino se produjo tras la muerte de Mao, cuando a finales de los
años setenta Den Xioping, el nuevo hombre fuerte del régimen, comenzó a impulsar las
reformas liberalizadoras. Estas reformas se dirigieron al ámbito económico, nunca a la
modernización democrática, donde hoy día, el Partido Comunista sigue imponiendo su control.
La política de Jiang se ha centrado en impulsar, con el éxito que hemos señalado, el desarrollo
económico de China, a través de la gradual adopción de la economía de mercado y de la
apertura al mercado internacional.
En el terreno político la dictadura ha frenado el desarrollo de todo tipo de organizaciones de la
sociedad civil.
La eliminación de las distorsiones impuestas por el maoísmo y la adopción de una política
económica adecuada han permitido a China aprovechar su enorme potencial de desarrollo.
Gracias a su bajo nivel de salarios, puede competir con ventajas en el mercado internacional.
Es el principal productor de toda una amplia gama de productos de consumo. A su vez el capital
chino juega un importante papel en Estado Unidos. Dicho de otra manera, China está
contribuyendo a que los Estados Unidos puedan mantener su doble déficit, fiscal y de cuenta
corriente, con el exterior.
Todo esto no significa que China, un país todavía de desarrollo medio, no tenga importantes
problemas en el terreno económico, en el social y en el político. En el terreno económico su
gran desafío está en el sector estatal, que sigue ocupando a casi la mitad de los trabajadores
urbanos pero resulta muy poco productivo. Chisa se enfrenta a un pavoroso problema de
reconversión industrial. El sector agrícola tampoco es próspero y puesto que dos tercios de la
población reside en áreas rurales, esto supone un gran freno al desarrollo del mercado interior.
Hay dificultades en la sanidad, la educación y las pensiones, ya que tradicionalmente muchos
servicios sociales los cubrían las empresas estatales, pero esto ya no es una solución viable.
En el terreno político, China sigue anclada en el régimen de partido único, aunque el cambio
social está llevando a una deslegitimación de la ideología comunista, y las autoridades no están
permitiendo el desarrollo de organizaciones en la sociedad civil que pudieran servir de base para
el futuro pluralismo político.
Últimamente, ha accedido al poder en China una nueva generación de dirigentes que parece ser
un indicio de la creciente madurez del país.