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Miguel Ángel Morelli

MORELLI, Miguel A. [Coronel Suárez, Buenos Aires, Argentina - 1955]


Fragmentos de un cielo Impenetrable
Poesía Argentina Actual
Colección de Poesía Latinoamericana Contemporánea La Lira de Orfeo
Director de Colección: Luis Alberto Vittor

© Copyrigth 1999 By Miguel Ángel Morelli


© Copyrigth 2010 By Ediciones del Timonel/ Analecta Literaria
© Copyrigth 2010 Diseño de Tapa: NeoDesign Studio

Diseño de Tapa: Ruth Noemí Vittor Pereiras

Segunda Edición Digital: Septiembre de 2010


Ediciones del Timonel /
Analecta Literaria Ediciones (Buenos Aires – Rosario - Argentina)
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Colección de Poesía Latinoamericana Contemporánea
La Lira de Orfeo
Director:
Luis Alberto Vittor
Colección de Poesía Latinoamericana Contemporánea
La Lira de Orfeo

Director:
Luis Alberto Vittor

Títulos Publicados:

1. Miguel Ángel Morelli


Fragmentos de un cielo impenetrable

Próximos Títulos:

2 . María Rosa Lojo


Forma Oculta del Mundo

3. Luis Benítez
Mitologias / La Balada De La Mujer Perdida

4. Daniel Chirom
Candelabros

5. Luis Thonis
No Vienen Avispas
Quien haya pasado por el Vacío verá
en toda sensación dolorosa un socorro
providencial, y lo que más temerá
será devorarlo, agotarlo
demasiado de prisa
y volver a caer en el estado
de desposesión y ausencia
del que aquella lo había sacado.

e. m. cioran, la caída en el tiempo

De hecho, pienso con la pluma,


pues con frecuencia mi cabeza
no sabe con qué escribe mi mano.

ludwig wittgenstein, observaciones.


ÍNDICE

Fragmentos de un Cielo Impenetrable


fragmentos deun cielo impenetrable / 1
fragmentos deun cielo impenetrable / 2
fragmentos deun cielo impenetrable / 3
fragmentos deun cielo impenetrable / 4
duro amor
los signos de fuego
declaración
palabras a hamlet
parábola
la flecha del tiempo
sueño y razón
signo
defensa de la poesía
de los ojos
cosmogénesis
instante
el silencio primordial
la palabra
a un pájaro que muere
contrapunto

Cuaderno Magritte
elogio de la dialéctica
el modelo rojo
recuerdos de un viaje
la tumba de los luchadores
poema
escrito en las paredes de la locura
el espejo falso
le chateau des pyréné
Fragmentos de un cielo Impenetrable
fragmentos de un cielo impenetrable / 1

todo tiempo es un tiempo de inacabado génesis |


un eterno regresar de las cosas || y sin embargo
a cada instante se precipitan los siglos | algo que es único
estalla en el mundo y lo derriba para siempre

¿cómo huir entonces del signo de una aurora


que es también el signo del final de todo tiempo? |
¿adónde refugiarnos? | ¿con qué silencios envolver las palabras
hasta exiliarlas del ser | sin que dejen por eso de nombrarnos?

a patricio mc g., in memoriam


fragmentos de un cielo impenetrable / 2
(sobre un cuadro de magritte)

¿y si fuésemos tan sólo la mirada de los otros? |


¿y si fuésemos apenas
su locura y su náusea | el exilio de sus sueños
los fragmentos sombríos de otro cielo impenetrable?

¿qué sería de nosotros sin a la hora del relámpago


comprendiésemos que son nuestros nada más que los espejos
y la carne | esta tibia invención del tiempo
adonde clava el destino sus guijarros?
fragmentos de un cielo impenetrable / 3

con excepción de dios | nadie ha visto nunca


el gesto del hombre que se deshace en gemidos |
el brillo siniestro del ojo que corrompe |
las manos que estrangulan razón hasta partirla

con excepción de dios | nadie puede entrever los días


que urde el tiempo con su paciencia mecánica |
el devenir de esas horas que dibujan la historia |
dónde se apoya esta nada a la que llamamos presente

dios ha de ser el nombre que invocan los sentidos


para huir de la locura y soportar las excepciones
fragmentos de un cielo impenetrable / 4

tendría que servirnos de consuelo saber que dios |


si existiese | tampoco se podría mirar en los espejos |
ni detenerse en los umbrales que el pensamiento reclama |
o dibujar a su antojo los signos del futuro

tendría que servirnos de alivio comprender que dios |


si existiese | sería también un náufrago de la historia |
otro despojo del mundo obligado a exiliarse eternamente |
la ráfaga del odio que alguien echó sobre la tierra

soñar podría ser nuestra manera de agradecerle a dios |


si existiese | su estar más acá de lo que la vigilia reclama
duro amor

duro amor el del oído en la tierra | el de los ojos abiertos |


el de quien ha decidido ser como un dios en acecho

duro oficio el de buscarte en las palabras hasta perderlas |


hasta sentir que se ha rozado aquello que no debía nombrarse

dura pan y triste vino el que en las noches de insomnio


beben hasta la muerte mi nostalgia y tu recuerdo

a oscar s.
los signos de fuego

la manos del pintor recorre un camino inevitable |


el camino secreto que alguien ya ha trazado
pero que él, sin embargo, no conoce

la mano del pintor dibuja en el espacio


retazos de cielo que no son de este mundo |
fragmentos de mundos que no habitan nuestro cielo

finalmente | la mano del pintor


con gesto seguro
se disuelve en el aire

a manuel o.
declaración

si me arrancase los ojos |


si tomase coraje
y finalmente me arrancase los ojos
para mirar hacia adentro |
sólo hacia adentro |
y ver así de una vez y para siempre
esto que ahora los ojos se empeñan en ocultarse
palabras a hamlet

somos lo que somos, hijo mío | pero también


lo que hemos sido y lo que seremos |
lo que no somos ni seremos nunca |
la memoria y el olvido de otra manera

somos el ojo que atisba y el ojo que interroga |


pero hay un ojo que es el ojo de no ver
y es en el hueco terrible de ese terrible espectro
cuando somos un duda para siempre

ah desdichado que huyes llevando contigo


aquellas vanas preguntas que el futuro
no ha puesto en tu boca | todavía
parábola

un chasquido de mis dedos alcanza para modificar el mundo


y hasta el destino final de su caída | el álgebra oculta
del incierto cosmos | los bordes donde se apoya el infinito

un chasquido de mis dedos es, a su modo, un soplo


fatal | en la figura circular de la vida y de la muerte

un chasquido | un leve chasquido de mis dedos


altera ocaso y alboradas | despierta tempestades |
y cambia todo el universo para que en mí nada cambie
la flecha del tiempo

«en el fondo de sus ojos adorables


veo siempre la hora de una manera
distinta, siempre la misma, una hora
inmóvil que los relojes no marcan»
charles baudelaire

digo ahora y el ahora se desvanece en la nada |


se hunde dócilmente en los pliegues del silencio

digo ahora y el borde de mis palabras


se vuelve lejano | perdido | inalcanzable

el tiempo es una flecha que atraviesa los días


en todas direcciones | y sin embargo
nadie puede eludir su destino al dejar que lo nombrado
huya con furia de sí mismo
como un animal que agoniza al pie de sus heridas
sueño y razón

la vigilia engendra monstruos


que los sueños desvanecen |
cada día está hecho de fragmentos
que las noches recomponen en el todo

animal de luz | todo hombre en un soñar


que muere con el alba al recordarse

tendida a mi lado, distante y profunda


eres | mujer | una suave respirar que me interroga:
¿en qué urnas de fuego tendremos que hundir la razón
para que luego nos recorra la certeza
de saber que hemos sido capaces de soñarnos?
signo

¿cómo negar el signo? -se preguntaba


mientras aullaban en su oído los lobos del espanto |
¿de qué manera fragmentar la voz hasta el infinito?
y una vez deshecha | ¿adónde guardar esos fragmentos?

(artaud tenía la edad del mundo cuando lo hallaron


al costado de su propio cadáver | famélico y sonriente)

¿habrá descubierto acaso durante esa noche de enero


que somos tan sólo una ráfaga del odio
que aquel que sin querer y con dolor nos sueña?
defensa de la poesía

pensar | pensar hasta romperse |


hasta caer más allá del pensamiento |
hasta perder de vista las orillas

huir de sí para confundirse con el todo |


aunque el todo se fragmente en la nada
ante el soplo leve del primer pensamiento
de los ojos

los ojos creen ver lo que la razón quiere que vean |


porque la razón quiere que los ojos lo vean todo |
todo menos los ojos | todos menos el todo

para ser feliz hay que ver detrás de las razones |


para ser feliz uno tiene que arrancarse los ojos
cosmogénesis

se van | huyen con la luz | prologan la agonía


son fragmentos dispersos de indescifrables sueños
memorias que se marchan a fundar otros cielos

entonces todo es fuga para los ojos abiertos:


laberinto, espejos, tigres
mitologías
universo
instante

la sombra de los tilos entigrece el empedrado


y pone en el camino fragmentos de lunas nuevas |

a los lejos | alguien corre detrás de la lluvia |


nacen estrellas en algún rincón del universo

ah si pudiera despojarme de esta vana costumbre de nombrar


para caer una noche en las enaguas de la muerte
con la inocente de aquel niño del que no recuerdo nada
el silencio primordial

«soy inasible en la inmanencia»


paul klee, teoría del arte moderno

uno es apenas
esa voz que le dicta | el signo inabordable

uno es tan sólo el espejo del espejo


que en el vacío multiplica las máscaras y los gestos

y después el silencio | dulce pájaro de olvido


que deshabita la carne mientras el otro agoniza
la palabra

si resiste, que resista loso dones furiosos del tiempo |


el peso de mi sombra clavada en su espalda |
el olvido de los otros

si resista, que resista tanto al fuego de lo cotidiano


como a la impasible mirada del extraño
o al íntimo cuchillo de mi propia mirada

si sólo entonces sabré si fue donaire o castigo divino


a un pájaro que muere

de nada y no de otra cosa |


de nada y sólo de nada
está hecha la sombra que ahora raya el aire
buscando la frágil silueta del pájaro

de nada y no de otra cosa |


de nada y sólo de nada
están hechos los días del que caerá en círculos
tiñendo con su sangre los pliegues de la tarde
contrapunto

pájaro y pez | lámpara y compás |


razones que se buscan entre dos abismos |
fragmentos apenas de un infausto y largo viaje
que nos empuja de una nada hacia otra nada

(cada pájaro lleva en sus alas el signo de esa flecha


que acabará derribándolo || pero, ¿cómo eludir
la tarea de volar? | ¿de qué manera conciliar los opuestos
cuando somos tan sólo un albur | la quietud y el vértigo?

pájaro y pez | lámpara y compás |


razones que nos condenan y nos salvan del ocaso
Cuaderno Magritte
elogio de la dialéctica
(sobre un cuadro de magritte)

cada vez que se abre una ventana se cierra esa ventana | porque
siempre habrán de entornarse las mismas que se nos abran

relámpago azul que devora los ojos, dios nos quiere ciegos |
irrepetibles en el reflejo
de nuestra propia luz | nuestro fulgor | nuestra mirada

entre cielo e infierno, una sombra y mil ventanas:


¿cuál de todas nos pertenece? | ¿cuán de todas nos está vedada?
el modelo rojo
(sobre un cuadro de magritte)

yo es el otro | el que nos mira | el que nos ve


el que nos justifica detrás de la mirada
y en los bordes de su propio vacío | latitudes de otra ausencia

yo es el ojo que nos instala en el mundo |


el soplo vital que entreteje las noches y los días

sin embargo | un leve parpadeo bastará para acabarnos |


y hará que vencidos regresemos
allí donde no existen los ocasos

allí donde todo es aurora de ensangrentadas miradas


en inhabitados espejos que proclaman su victoria para siempre
recuerdos de un viaje
(sobre un cuadro de magritte)

hay mundos dentro de este mundo |


que no son de este mundo |
ni siquiera de ninguno de los otros mundos

hay ojos dentro de mis ojos |


que no son mis ojos | ni pueden ser míos

sin embargo | para ver otros mundos hacen falta otros ojos
del mismo modo que para ver la primavera
es necesario haber muerto |
lejos del mundo |
detrás del otoño
la tumba de los luchadores
(sobre un cuadro de magritte)

¿hay un afuera, un adentro? | si todo es borde


¿dónde apoya su rosa el infinito? | si todo es centro
¿cómo escaparle al furor de las espinas?

hay una hora de la noche en la que todo se desvanece |


un instante en el que centro y borde son partes de la rosa

pero luego viene el alba | ese latigazo que devora los ojos
y el rencor de dios se precipita
dejándonos en las manos sus flores asesinas
poema
(sobre un cuadro de magritte)

para cifrar la realidad hay que separar lo real de lo real |


del mismo modo que para entrar al poema
es necesario separar el silencio del silencio | la palabra de la palabra
el llanto que quema los ojos del hombre
del llanto que quema los ojos del hombre

para entrar al mundo hay que haberlo derribado


para siempre | renunciando a cualquier otro deseo de mundo

¿de qué absurda material | con qué crueles astillas del infierno
estarán hechas estas manos que para entrar en la vida
necesitaron matar primero al padre y a la madre
y separar en las canizas lo humano de los humano?

a hilda p.
escrito en las paredes de la locura
(sobre un cuadro de magritte)

con destellos de mundo he construido esta sombra


reservándome un perfil de sustancia arbitraria |

con migajas de infinito me he levantado en idea


para darle a la vigilia el albur del pensamiento |

después, sólo después, he sido el resto:


el devenir de las cosas, un decir, otra mirada

ahora | hundido en vértigos de terribles contornos


soy apenas una sombra que dibujo y me acorrala
el espejo falso
(sobre un cuadro de magritte)

«esos ojos no son tus ojos


¿de dónde los han tomado?»
lautréamont

el ojo que nos mira, nos otea, nos indaga |


el ojo inquisidor que nos penetra y luego estalla
en miles de ojos que nos miran, nos otean, nos indagan

¿dónde está aquel cuyos ojos nos quema los ojos? |


fuego contra fuego | ¿a quién devolverle la mirada?
Le chateau des pyrénés

Masse de terre dans le ciel


Silence signo de néant
Montagne herbeuse endormante jaunie
Chute de l’etre dans la nuit
(...)
un sentiment de terreur
resserre doucement la gorge
il grace lenteent le Coeur

george bataille, poemes

cuando todo es vacío y fuga y tierra yerta |


cuando la noche es hielo y el alba naderías
que no logran encender el perfil de la tarde |
y el viento esparce sus fragmentos en el aire

razón de la sinrazón | dolor de ojos abiertos:


cuando el otro ya no existe es porque nunca existió
(el otro era el reflejo del yo inhabitable)

es el término, me digo | la caída final


el vértigo que corroe y abisma la sangre

—urde el poema su venganza y me escribe


golpeando las puertas de un cielo impenetrable—
LIBROS PUBLICADOS

Piedra blanca sobre piedra negra,


Editorial Galerna, Buenos Aires 1980.

Los signos de fuego, Editorial


Galerna, Buenos Aires 1989.

Fragmentos de un cielo
impenetrable, Editorial Tiempo Sur,
Buenos Aires 2000.

Humanos casi humanos, Editorial


Tiempo Sur, Buenos Aires, 2007

Humanos casi humanos, Edición


crítica del texto trilingüe [español-
inglés-francés] con Pórtico de María
Eugenia Gantus, Prólogo de John A.
MIGUEL ÁNGEL MORELLI Morrow y un Estudio Crítico de Luis
Alberto Vittor. Edición conjunta de la
Poeta, escritor y periodista. Nació el 16 Northern State University of Aberdeen,
de mayo de 1955 en Coronel Suárez, Universidad Nacional de Rosario y
provincia de Buenos Aires. Es Licenciado Universidad Argentina John F. Kennedy,
en Ciencias de la Información por la [South Dakota- Rosario - Buenos Aires
Universidad Nacional de La Plata y un 2009].
periodista de extensa y reconocida
trayectoria que trabajó en importantes Despojos, Editorial Tiempo Sur,
medios de comunicación masiva como Buenos Aires 2009
Clarín, El Cronista Comercial, Revista
Vosotras y La Nueva Provincia de Bahía
Blanca, entre otros. Según Luis Alberto
Vittor, la poesía de Morelli puede
incluirse dentro de las llamadas Poéticas
del Vacío y las Filosofías de La Nada o el
No Ser. Compone un delicado juego de
asonancias internas, aliteraciones,
hiatos, vocales que se responden y
sílabas que se asocian por encima de las
palabras propiamente dichas para dar
lugar a la verdadera unidad expresiva
superior de sentido y sonido, enunciación
y pausa, oscuridad y claridad, forma y
fondo.

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