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“El Errante”

Yamila Sorce
ESC.1 - ENTRADA DEPARTAMENTO MARTÍN - INT. – DÍA

Vemos la amplia entrada de un departamento. Todo está en


silencio. De pronto, se escucha el sonido de llaves en la
cerradura, y la puerta se abre. Una pareja, ambos de 30
años
y vestidos informalmente, se adentra. La mujer, linda, de
cabello oscuro, pasa por el costado de la cámara, y nos
quedamos con el hombre, quien termina de cerrar la puerta y
se queda allí por un momento, mirando a la mujer.
Ella está apoyada contra el respaldo de un sofá. Mira al
hombre con enojo, todavía no sabemos por qué, pero hay
acusación en su mirada.
EN PLANO GENERAL. El hombre, llamado MARTÍN, camina hasta
quedarse frente a ella, apoyando su espalda contra la
pared.
Hay una distancia considerable entre ellos. Él coloca sus
manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, pero no se
mueve de su lugar.
Nos acercamos hacia MARTÍN, mientras él mira al suelo y
luego a ella.
MARTÍN
Estuviste con ellos todo el tiempo,
riéndote, hablando. Y yo, yo estaba
ahí, sólo. Obviamente, no te
importo lo suficiente... las novias
no se comportan así(suena como si
quisiera clarificar su punto, suena
convencido con lo que dice).

Mientras tanto, la MUJER frunce el ceño. Luce totalmente


incrédula.

MUJER
¿Me estás tratando de decir que
porque estaba con mis amigos y no
con vos, significa que ya no siento
lo mismo...?

MARTÍN asiente, como si aquello fuera lo más lógico del


mundo.

MARTÍN
Yo nunca te haría eso. Digo... te
amo, o pensé que lo hacía. Pero
ahora no sé si puedo estar con
alguien como vos.

La MUJER ríe, claramente enojada.


MUJER
¿Alguien como yo? (se señala así
misma)

MARTÍN
Si, alguien... alguien tan egoísta,
que solo se preocupa por su
felicidad.

Sin embargo, frente a él ya no se encuentra la misma mujer.


Hay otra, pero ésta luce más joven, 25 años al menos. Ésta
SEGUNDA MUJER está llorando histéricamente. Sus manos
cubren su rostro, mientras todo su cuerpo tiembla como si
estuviera a punto de sufrir un ataque.

SEGUNDA MUJER
Eso no es verdad (murmura
rápidamente). ¡Sabes que te amo!
Somos perfectos juntos.

MARTÍN ahora se encuentra vestido y peinado diferente. Está


en el mismo lugar, y con sus manos todavía en los bolsillos
de su pantalón. Luce incómodo.

MARTÍN
No somos perfect-

SEGUNDA MUJER
¡Sí que lo somos! (remueve las
manos de su rostro y comienza a
caminar de un lugar a otro)¡No
entiendo por qué!

MARTÍN
Vos sos... (se detiene, busca las
palabras correctas). Estás muy
centrada en vos misma. Te llevé a
cenar y pusiste esa cara. No
aprecias lo que hago por vos.

La SEGUNDA MUJER deja de caminar y vemos su expresión


desconcertada.

SEGUNDA MUJER
¿De qué hablas? (pregunta,
frunciendo la nariz).

MARTÍN
¡De eso! (saca las manos de los
bolsillos y comienza a gesticular)
Haces ese gesto, esa cosa estúpida
que haces con la nariz, como si
fuera un puto código secreto que
todas ustedes tienen para decirme
que ya no les importo.

SEGUNDA MUJER
(Casi gritando)
¡Pero si siempre me importaste!

MARTÍN coloca de nuevo las manos en los bolsillos, y se


alza de hombros.

MARTÍN
Bueno, evidentemente nunca me
quisiste lo suficiente, capaz que
ni siquiera sentiste algo por mi.
Siento que soy el único que se
comprometía con ésta relación.
Silencio.

Contra el sofá hay otra mujer, muy diferente a la anterior.


Tiene una mirada fuerte, madura.

TERCERA MUJER
Yo... yo realmente pienso que tenes
serios problemas.

MARTÍN resopla y niega con la cabeza, escéptico.

MARTÍN
Son todas iguales, sabes. Todas
tienen esa capacidad perfecta para,
no sé... .

La TERCERA MUJER lo contempla sin decir nada. Se cruza de


brazos.

TERCERA MUJER
Estoy de acuerdo (reconoce,
asintiendo), hay que terminar.
Quiero decir, tu vieja me contó
sobre... esto, pero pensé que
estaba siendo celosa.

MARTÍN
No la metas en esto.
TERCERA MUJER
(Sarcástica)
¿Sabes qué? Estoy feliz que
terminemos. Yo soy demasiado
egoísta para estar con vos,
realmente.

La TERCERA MUJER comienza a caminar hacia la puerta.

MARTÍN
(Siguiéndola con la mirada)
¿A dónde vas?

En el lugar de la TERCERA MUJER, ahora se encuentra la


PRIMERA. Se da vuelta y lo mira como si fuera idiota, para
después girarse y seguir caminando.

MARTÍN
¿Entonces qué? ¿Ya es oficial?
¿Terminamos? (receloso, como sino
creyera que fuera tan fácil)

En la entrada ahora se encuentra la SEGUNDA MUJER, con su


rostro completamente rojo por el llanto y el enojo.

SEGUNDA MUJER
¿Sos imbécil o te haces? ¡Qué te
parece!

MARTÍN
¡Ves! Eso es lo que estoy diciendo.
Estás loca, ¡están todas locas!

En la entrada nuevamente, ahora con la TERCERA MUJER, quien


lo mira y rueda los ojos. Abre la puerta, sale, y la cierra
con un portazo.

El departamento vuelve a estar en silencio. Y cuando nos


enfocamos en MARTÍN él está vestido con ropa diferente. De
pronto, una CUARTA MUJER sale caminando de uno de los
pasillos de la sala, con vestido y arreglándose uno de los
aros en su oreja. Lo ve y le sonríe.

CUARTA MUJER
(acercándose a MARTÍN)
Perdón por la tardanza, pero no
encontraba los zapatos, además pen-
MARTÍN
(interrumpiéndola)
Ésta relación no funciona, tenemos
que terminar.
CORTE A NEGRO.

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