Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
C ALLERMDE LETRAS
ARTÍNEZ N° 37: 67-76,LA2005
MEMORIA ISSN
SILENCIADA. LA HISTORIA FAMILIAR 0716-0798
EN LOS RELATOS…
LA MEMORIA SILENCIADA.
LA HISTORIA FAMILIAR EN LOS RELATOS
DE TRES ESCRITORAS CHILENAS:
COSTAMAGNA, MATURANA Y FERNÁNDEZ
The silent memory. The familiar history in three Chilean writers:
Costamagna, Maturana and Fernández
The reconstruction of the familiar memory is a constant worries that they can appreciate
in the novels written by young Chilean authoresses that they have published in the last
decade. Example of this are En voz baja (1996) and Cansado ya del sol (2002) of Alejandra
Costamagna; El daño (1997), of Andrea Maturana, and Mapocho (2002), of Nona Fer-
nández. In this article one raises how to rearm the history of the family supposes a series
of challenges in the measurement that involves to enter a memory that has been changed,
mutilated and concealed for the own familiar nucleus. From this attempt there arises a new
type of feminine subject: interested in her origins in spite of the troubled thing that these
could be and, for especially —and moving away with it from the patriarchal models—
totally active and ready to confront the voice of the authority.
Key words: memory, family group, female subject.
67 ■
TALLER DE LETRAS N° 37: 67-76, 2005
1 Naturalmente, este callar no se traduce solo en un mutismo obstinado, sino también en otro tipo de
acciones que van estrechamente ligadas al silencio. Un ejemplo es la imposición de tener que hablar
en voz baja, el susurro, que conlleva decir para unos y silenciar para otros. La mentira, por su parte,
también es otro de los disfraces que el silencio emplea usando como recurso su propia antítesis: la
palabra utilizada para no-decir.
2 Al analizar la Carta Atenagórica y la Respuesta a Sor Filotea, Josefina Ludmer reconoce al menos
dos movimientos en torno al uso de la palabra: la separación del saber y el decir, y el saber sobre el
no decir (y con ello, la importancia del callar, del sugerir). A través de estas estrategias, Sor Juana
consigue enfrentar el discurso hegemónico sin parecer transgresora pero dando pie a interpretaciones
múltiples.
■ 68
CLAUDIA MARTÍNEZ LA MEMORIA SILENCIADA. LA HISTORIA FAMILIAR EN LOS RELATOS…
Hay, en efecto, una dicotomía notoria entre las dos generaciones que
se enfrentan: para los adultos, la mejor solución es el olvido, manteniendo así
un orden ficticio que les da seguridad. Su discurso será el del silencio y se
obligan a olvidar (como si eso fuese posible); sus hijas, en cambio, entienden
que la solución no pasa por ahí y buscarán la forma de rescatar el pasado,
apostando por la verdad aun cuando intuyen que aquello que se esconde puede
ser muy doloroso. Vemos así nuevamente la oposición inicial que a su vez
es reflejo de una contradicción nacional: por una parte, desde fines del siglo
XX se produjo un interés notable por todos aquellos temas vinculados a la
memoria, producto de la decepción que el presente provocaba. Y por otra,
paradójicamente, en Chile se habría dado, según Grínor Rojo, el fenómeno
contrario: una política deliberada para institucionalizar el olvido (Richard,
2000). Según este pensamiento, lo importante es mirar hacia delante y seguir
avanzando sin perder más tiempo en inútiles discusiones sobre lo que ya pasó.
Rojo advierte, sin embargo, sobre lo peligroso de esta posición: “un pueblo
sin identidad nacional —dice— es un pueblo sin memoria y… un pueblo sin
memoria es un pueblo sin historia” (331).
3 En Mapocho es donde la alusión a la nación es más explícita, partiendo del hecho de que la casa
donde la Rucia y el Indio pasan su infancia es “larga y flaca como una culebra” (211).
69 ■
TALLER DE LETRAS N° 37: 67-76, 2005
■ 70
CLAUDIA MARTÍNEZ LA MEMORIA SILENCIADA. LA HISTORIA FAMILIAR EN LOS RELATOS…
4 Si bien en las novelas mencionadas en este trabajo la nana solo aparece en esta, es un personaje
importante en nuestra narrativa. Dado el rechazo que la madre suscita en la hija es que adquiere
predominancia la nana, quien suele transformarse para la niña en una imagen mucho más atractiva y
que —al pertenecer a otro estrato social— le da una visión más amplia de su medio. Además, la nana
suele ser menos estricta que la madre, maneja otra información y tiende a generar con la niña una
relación de igual a igual, con lo que se gana su confianza (Mª. Inés Lagos). Cabe señalar también que
la nana pasa a ser una figura sin tiempo que recorre los años como si se tratara de una especie de hilo
conductor de las generaciones de la familia. La nana de La casa de los espíritus (Allende), la de
Retrato de familia (Urrutia) y Zoila, de La amortajada (Bombal), entre otras, tienen esa cualidad, que
las vuelve mujeres sin edad. Es la presencia de lo estable cuando todo lo demás va cambiando. En
Mapocho, es la misteriosa abuela quien cumple dicha función.
71 ■
TALLER DE LETRAS N° 37: 67-76, 2005
opta por lo contrario: cuando Amanda le pide que cierre la historia, ella
propone el olvido, perdiendo así la última oportunidad de sincerarse y ayudar
a su hija.
■ 72
CLAUDIA MARTÍNEZ LA MEMORIA SILENCIADA. LA HISTORIA FAMILIAR EN LOS RELATOS…
A pesar de los puntos anteriores, que podrían calificarse como los usos
favorables de la memoria, cabe destacar que en las novelas estudiadas la
memoria no deja de tener una connotación negativa. “La maldita memoria”
es, en efecto, una frase que, curiosamente, se reitera en varias de ellas, tal como
si se tratara de un “link” o eslabón que pretende dar con un sentido oscuro
—aunque necesario— de esta condición.5 Quienes han reflexionado en torno
a ella, además, tienden a reiterar que la memoria no es perfecta: “La memoria
real —dice Huyssen— es siempre transitoria, notoriamente poco fiable y
asediada por el olvido; en una palabra, humana” (1999:14). La pregunta,
entonces, queda rondando: este proyecto del rearmar una historia, teniendo
como base la memoria, y más encima una memoria maldita, ¿podrá dar con
las respuestas necesarias, considerando todas sus limitaciones? Una posible
respuesta la daremos un poco más adelante, pero desde ya podemos hacernos
una idea pensando en cómo terminan estos intentos.
5 La “maldita memoria” aparece en El daño en la página 153. En Cansado ya del sol, de Costamagna,
si bien no se utiliza la misma expresión, se señala constantemente que la memoria es “un almacén de
desperdicios”. Por otra parte, en El beneficio de la duda, novela de Alejandra Rojas, la “maldita
memoria” es mencionada en la página 40. También en Malas noches, de Costamagna, en la página 18.
73 ■
TALLER DE LETRAS N° 37: 67-76, 2005
6 Con respecto a la ortografía del término, cabe señalar que en Chile se utilizan ambas formas: guacho
y huacho. Acá se optó por emplear la palabra tal como es registrada por el diccionario de la RAE,
con g. Sin embargo, cuando se cita el texto de Sonia Montecino se respeta la ortografía que ella
utilizó.
7 Juana Lucero es, en este sentido, quien refleja con mayor intensidad esta soledad que se traduce en
una serie de carencias. En palabras de Cánovas: “Sin familia (la purisimita es guacha, sin rostro (es
puta, es loca), sin patria (es lucero sin luz) e, incluso, sin Dios (un alma abandonada, proyectada hacia
el firmamento), Juana parece haber nacido muerta” (132).
■ 74
CLAUDIA MARTÍNEZ LA MEMORIA SILENCIADA. LA HISTORIA FAMILIAR EN LOS RELATOS…
BIBLIOGRAFÍA
8 Tal afirmación es válida para las madres que aparecen en En voz baja y El daño, quienes evitan
asumir su responsabilidad. Distinto es el caso de la madre de la Rucia y el Indio, cuya huida con sus
hijos, a los que aleja del padre, será su manera de confrontar la traición que Fausto comete al aceptar
el trato que se le propone. Su consecuencia la llevará a pedir ser cremada al morir, como un modo
de acercarse a los suyos, a la gente de su antiguo barrio, muertos en el incendio.
9 La psicoanalista francesa Christiane Olivier ha desarrollado una interesante teoría en torno al perso-
naje que Freud habría ignorado: Yocasta. En relación al punto que aquí nos interesa, señalaremos que
la relación madre-hija efectivamente es conflictiva. La primera, sin notarlo, va creando en la segunda
un sentimiento de abandono y envidia que serán muy difíciles de superar incluso de adulta.
75 ■
TALLER DE LETRAS N° 37: 67-76, 2005
■ 76