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VINCULACIÓN DE TEORÍAS Y PARADIGMAS.

Por Ana Lilia Ruiz Hernández.

El banco de México señala en su reporte sobre el sistema financiero mexicano, que su objetivo prioritario
de estabilidad de precios a un menor costo en términos de actividad económica y posibles repercusiones
sobre la estabilidad financiera. Factores como la depreciación cambiaria acumulada, el proceso de
liberalización de las gasolinas y el incremento en el salario mínimo, propiciaron un repunte de la inflación.
Este repunte ocurrió en el contexto adverso en cuanto a la relación bilateral entre México y los Estados
Unidos, que se teme afecte en cuanto la inflación principalmente. Una de las problemáticas o riesgos
provenientes del entorno internacional, que afecten el equilibrio financiero está la “posible adopción de
políticas proteccionistas” por parte de Estados Unidos, principalmente. Como se ha visto este
proteccionismo estatal se distingue por afectar el libre mercado y la globalización de los mercados,
que actualmente se están desarrollando de manera vertiginosa. Los riesgos del entorno económico que
afectan la estabilidad financiera se clasifican en a) el incremento de la inflación, b) un ritmo bajo de
crecimiento económico y c) factores como menores ingresos petroleros que pudieran afectar el proceso
de consolidación fiscal y d) la posibilidad de una reversión importante de los flujos de capital, que
pudieran ocurrir de manera súbita. En cuanto al incremento de la inflación, causado principalmente por
la depreciación acumulada de la moneda nacional y el proceso de liberalización del precio de los
hidrocarburos en el país. En cuanto a la inflación, en este reporte del Banco de México, hace mucho
énfasis y especial atención al mismo, como es sugerido por el enfoque capitalista y también el
neoliberal, cuidar este incremento de la inflación tomando medidas como el análisis de la inflación,
dividiéndola en inflación subyacente que no incluye los precios de los bienes y servicios que representan
mayor volatilidad en el mercado; como señalan los economistas este indicador facilita las decisiones de
política monetaria, debido a que los precios de los bienes y servicios que integran la canasta con la que
se mide, descuentan decisiones administrativas, estacionalidad o alta volatilidad. En la inflación
subyacente se elimina del INPC, los bienes y servicios, que tengan precios volátiles como bienes
agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas gubernamentales. Ofreciendo una mayor aproximación
a las presiones inflacionarias generales que se presentan en el mediano plazo, descontando la
volatilidad de los precios en la economía. Estas medidas de política monetaria, también llamada política
financiera es una rama de la política económica que usa la cantidad de dinero como variable para
controlar y mantener la estabilidad económica. Se observa en el reporte cómo se han aplicado las
medidas para aumentar el mercado de dinero a corto plazo, es decir el tipo de interés se incrementó a
corto plazo, es decir se está siguiendo una política monetaria expansiva. El efecto de la inflación para
México se extenderá por todo el 2018, aunque se señala que de acuerdo a la opinión de los expertos el

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efecto se irá diluyendo siempre y cuando no existan o se presenten los riesgos de segundo orden, y que
si se materializan estos riesgos podrá afectar al sistema financiero del país a través de: al existir una
mayor inflación implica un disminución en el poder adquisitivo de la moneda, causando como
consecuencia disminuir ingresos reales de las personas que tienen créditos o deudas bancarias o en
otras instituciones financieras, que tendrán mayores dificultades para cumplir con sus compromisos
financieros. Si aumentan los índices de morosidad, causará un desbalance en las instituciones
financiera. Con una inflación más alta surge la volatilidad e incertidumbre sobre la evolución de los
precios, esto nuevamente repercutiría en las tasas de interés, ya que al subir los precios, los productos
se elevan su precio y al no comprar los consumidores, los productores van perdiendo capital para pagar
a su vez sus deudas con las instituciones financieras, este se vuelve un circulo vicioso de
interdependencia total de unos y otros, tal como señala el capitalismo financiero. Si existiesen
incrementos no anticipados de la inflación esto generará menores ingresos reales para las instituciones
de crédito, es una medida precautoria sana el contratar deuda con una tasa de interés nominal fija. Otro
tema de origen capitalista señalado en el reporte, es respecto al crecimiento económico, que es el
aumento de la renta o valor de bienes y servicios finales producidos por una economía (generalmente
de un país o una región) en un determinado periodo (generalmente en un año). Tomando como
referencia el incremento de ciertos indicadores, como la producción de bienes y servicios, el mayor
consumo de energía, el ahorro, la inversión, una balanza comercial favorable, el aumento de consumo
de calorías per cápita, etc. Se dice que México tuvo una expansión mayor de la que se anticipaba a
principios del 2017, afectada por la política económica de la nueva administración de los Estados Unidos
y su posible impacto sobre el país, que en sí afectó negativamente las perspectivas para la economía
nacional. Y aunque éstos se prospectan en crecimiento para el periodo 2017-2018, no se puede ignorar
en el panorama mundial una recuperación económica generalizada pero existe el riesgo de mayor
problemática en las relaciones bilaterales México-Estados Unidos, afectando al altamente sensible
sistema financiero. Volviendo a los elementos básicos que conforman un círculo económico, si las
empresas en particular el sector productivo sufre una desaceleración, se genera un impacto también
sobre las empresas no financieras y las familias, ambas sufriendo una reducción de sus ingresos,
volviendo nuevamente a afectar a las instituciones financieras. La actividad económica se ha venido
expandiendo, como resultado de un incremento leve de las exportaciones y de la trayectoria positiva del
consumo, sin embargo cabe destacar que la inversión ha permanecido baja. Es cuestionable de que a
pesar de que nuestro país se encuentra bajo un enfoque capitalista-neoliberal, en el cual debe existir
una plena libertad del mercado, la economía mexicana se encuentra en una total dependencia de los
vaivenes políticos y económicos de los Estados Unidos, así que es un tanto imperialista, impositivo y
colonialista el pensamiento del vecino país del norte. Volviendo al tema esta afectación, vista en el

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escenario extremo de ver terminado el TLCAN, el comercio entre los países de la región quedaría sujeto
a las disposiciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde en el reporte se hace
hincapié en el concepto de la cláusula de la nación más favorecida. Este principio se conoce como el
trato de la nación más favorecida (NMF). Tiene tanta importancia que es el primer artículo del Acuerdo
general sobre aranceles y comercio (GATT), que regula el comercio de mercancías. Donde los países
no pueden normalmente establecer discriminaciones entre sus diversos interlocutores comerciales. Si
se concede a un país una ventaja especial se tiene que hacer lo mismo con todos los demás miembros
de la OMC. Aunque se permiten ciertas excepciones, como el que los países pueden establecer un
acuerdo de libre comercio que se aplique únicamente a los productos objeto de comercio dentro del
grupo y hacer discriminaciones con respecto a los productos de terceros países, incluso otorgar acceso
especial a sus mercados a los países en desarrollo, etc. Esta renegociación debería ser más equilibrada
para todas las partes involucradas pero se sabe de antemano el tipo de política que maneja Donald
Trump, poco afecta al ganar-ganar. Tocante a este aspecto de relación bilateral, es incomprensible que
no haya una política económica más estratégica, es momento de que el Estado genere y busque otras
alternativas de comercio internacional y empezar de verdad con una sana independencia de los Estados
Unidos en cualquier aspecto. La existencia de otros mercados internacionales atractivos para México es
un hecho, aquí hay una oportunidad de establecer nuevas políticas comerciales e incluso aprovechar
los innumerables acuerdos, tratados o convenidos comerciales que de hecho ya tiene México con
diversos países, es momento de mirar más allá. México vive un feudalismo político, ya que la cuestión
política aporta una influencia negativa sobre la política, hay una oligarquía, pero inepta económicamente
hablando, lo que genera riqueza para unos cuantos pero no busca el bien común en ningún aspecto. El
enfoque o búsqueda del bienestar social es totalmente inexistente, lo suplen medidas populistas en
tiempos electorales, remarcando mayormente la desigualdad social, al hacerse más evidente las clases
socioeconómicas. Volviendo al reporte del Banco de México, otro rubro importante y que forma parte de
la fórmula de la economía del país, es la cuestión fiscal, cómo bien se señala en el mencionado reporte,
la sostenibilidad de las finanzas públicas no únicamente es condición necesaria para el objetivo de
proteger el poder adquisitivo de la moneda nacional, sino también para preservación de la estabilidad
del sistema financiero. La cuestión del consumo pero como parte de la maquinaria financiera, no
analizado como una resultante de bienestar para el país. Las finanzas públicas han presentado graves
problemas por la dependencia del precio del petróleo y la caída de la actividad económica del 2008, que
impactaron gravemente sobre los ingresos públicos y generaron déficit en la balanza, que buscaron
solucionarlo con el ajuste fiscal del 2010, no obstante no estar subsanado se continuó con la
problemática nuevamente petrolera en el 2014, lo que afectó nuevamente las cuentas fiscales. Y a todo
esto hay que añadirle el hecho de ser 2018 un año electoral.

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En el reporte del Banco de México se menciona como otro riesgo potencial para la estabilidad financiera
el de una reversión alta de los flujos de capital hacia la economía nacional, de manera repentina. Señala
que esto sería causado por ajustes brucos en la composición de los portafolios de inversión que podrían
tener dos causantes uno llamado factores globales, los inversionistas globales son muy especulativos,
que al menor “vaivén” sea político, como en el caso de las elecciones presidenciales o económicas,
como sucedió con el famoso Brexit, como se llamó a la salida de Gran Bretaña de la comunidad
económica europea. El caso Brexit, recuerda el enfoque del Mercantilismo, que consistían en una serie
de medidas que se centraron en tres aspectos: las relaciones entre el poder político y la actividad
económica; la intervención del Estado en esta última; y el control de la moneda. Son exactamente estas
características las que impulsaron a Gran Bretaña a decidir salirse de la Unión Europea, basta analizar
la regulación estatal de la economía, la unificación del mercado interno, controlando recursos naturales
y mercados exteriores e interiores, protegiendo la producción local de la competencia extranjera,
subsidiando empresas privadas y creando monopolios privilegiados. Por lo tanto se puede hablar de un
neomercantilismo, que siempre irá acompañado de un proteccionismo estatal, evidenciado en el
caso de Gran Bretaña. Muchos economistas en la actualidad, aceptan y reafirman la existencia de este
nuevo tipo de proteccionismo, que en sí no se ha ido nunca, es más algunos como Paul Biroch,
afirmaba que este prevalecía a pesar de la influencias económicas como el capitalismo o el
neoliberalismo. Se dice que las instituciones actuales como la Organización Mundial del Comercio
(OMC), el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), están “guiadas por un mercantilismo
ilustrado “, donde las negociaciones entre países ricos y pobres se focalizan en el tema agrícola en el
que las oportunidades de un intercambio mutuamente beneficioso resultaba imposible. No era una suma
positiva, el comercio internacional aparece como un juego “de suma cero”, donde las ganancias de una
nación significaran pérdidas para otra. El término neomercantilismo sirve para designar, las políticas
contemporáneas que recuerdan las de los mercantilistas del siglo XVIII, donde se caracterizan por
medidas proteccionistas o en políticas comerciales agresivas en las que el Estado se implica para
fomentar la competitividad de las empresas nacionales. Gran Bretaña después de ser 44 años miembros
de la Unión Europea (UE), cumple con el referéndum realizado entre su población el 23 de junio del
2016, para separarse de la comunidad. En este periodo que vencerá aproximadamente en el 2019, Gran
Bretaña seguirá gozando de los beneficios de la UE y deberá cumplir con las obligaciones que se le
impongan. El Brexit se ganó en el voto de la gente de 60 y más años que buscó recuperar el “control
sobre la vitalidad perdida de la nación y para frenar la inmigración europea”. Una grave problemática de
bienestar social, pues la mayoría de los ingleses que votaron a favor de la salida de Gran Bretaña de
la comunidad, fue por motivos sociales, se sienten desplazados por los inmigrantes en su propio país,
principalmente por españoles y polacos. Se pretende negociar la salida y de manera paralela la nueva

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relación comercial que se establecerá entre este país y la comunidad. Es donde surge el lado capitalista
de la Gran Bretaña, ya que no dejan de ver a la comunidad europea como “un gran mercado” compuesto
de 500 mlls de consumidores, donde el 63% de sus exportaciones e importaciones son hacia y desde la
UE. Alemania por supuesto se opone a esta doble negociación, al advertir esta postura. Otro factor de
influencia es el llamado a normalizar su tasa de política y su hoja de balance por parte de Estados
Unidosl, mismo camino que están siguiendo el Banco de Inglaterra, y el Banco Central Europeo, que
aunque se negaba a llevarlo a cabo a terminado cediendo. Esta política monetaria no convencional de
los bancos centrales, que determinaban tasas de interés cero y las compras masivas de activos, iniciaron
en el 2008-2009, debido a que sus políticas con origen capitalista y completamente en base al
neoliberalismo, acota medidas emergentes ante el situaciones económicas contingentes de uso de
instrumentos de política tradicional que no daban más en dicho proceso, con la finalidad de no colapsar
al mercado financiero y a la inminente implosión de la economía real. Generaron inyecciones masivas
de liquidez que se denominaron como “flexibilización cuantitativa”. Como estrategia detuvo la caída de
los mercados, pero no la reactivó, las economías del G7 (Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania,
Reino Unido, Francia e Italia) han crecido en conjunto a tan solo una tasa promedio anual del 1.8%
durante la crisis del periodo 2010-2017. Esta tasa se ensombrece frente a la tasa repuntado promedio
del 3.2% registrado a lo largo de intervalos comparables de ocho años durante las dos recuperaciones
de los años ochenta y noventa. Algunos especialista advierten que la cúpula de los bancos centrales no
hicieron un buen análisis de esta situación, de manera simplista basándose en una estrategia de rápida
respuesta para poner fin a la crisis pero no para fomentar un repunte cíclico en la economía real,
reforzándola prontamente a tasas de política cero y expander la hoja de balance. Sobre todo esto último,
el aumento de las tendencias combinadas de activos de los bancos centrales en las principales
economías avanzadas aumentaron en los últimos 9 años casi duplicándose, sin embargo esta enorme
expansión de la hoja de balance ha tenido poco que mostrar. En este mismo periodo el PIB nominal en
los integrantes de estas economías aumentó apenas $ 2.1 mlls., lo que significó una inyección de
millones de exceso de liquidez, esta diferencia entre el crecimiento de los activos de los bancos centrales
y el PIB nominal, que no fue absorbida por la economía real y que es un flujo que flota e influyendo
intermitente en todos los mercados financieros mundiales, distorsionando los precios de los activos a lo
largo del espectro de riesgo. Esto ha provocado que la normalización sea resultado, tardíamente
después de 10 años de la Gran Crisis Financiera. Los expertos acotan que las cabezas de los bancos
centrales fieles al modelo neoliberal, apuestan principalmente por los objetivos de la inflación, incluso en
situaciones sin inflación. La decisión de la normalización, es un evento largamente esperado, conclusión
lógica del debilitamiento de modelos donde se han llevado políticas monetarias mal enfocadas, no es lo
mismo aplicar una medida para una situación de emergencia y postergar continuamente estas medidas

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que una economía ya estabilizada aun anémica pero en recuperación. Esta medida equivocada no ha
sido del todo reconocida por los jerarcas de los bancos centrales, argumentando que tratan de evitar la
deflación, siendo la estabilidad de precios la condición sine qua non. Recordando que la deflación, es la
inflación negativa, siendo un descenso generalizado y prolongado (aproximadamente dos semestres de
acuerdo a lo expuesto por el Fondo Monetario Internacional FMI ), de los precios de bienes y servicios
motivado por una atonía de la demanda y un exceso de las capacidades productivas (oferta). De acuerdo
a la curva de Phillips, que está condicionada por el presunto equilibrio compensatorio entre holgura
económica e inflación, los del banco central permanecen firmes en la opinión de que se deben tener
holgura entre éstas variables, y esto se logra mediante las políticas económicas que cada país aplique,
pero cumpliendo con el objetivo de que la inflación esté por debajo de la media. Esta normalización no
se debe hacer bajo el precepto de la inflación, debe manejarse independiente no como una
condicionante, esta debe llevarse a cabo a largo plazo. La política monetaria debe encaminarse o
enfocarse a situaciones de largo plazo previas a una crisis, no tomar medidas de crisis que no han
dejado nada a favor, y son tan evidentes en el mundo su fracaso. Las políticas económicas no deben
ser determinadas en base al populismo o aceptación de la población, no es a base de generar mayor
dependencia de los activos como una economía se va a fortalecer. De los efectos negativos que la
normalización de las tasas de interés Norteamericanas tendrían está el hecho de que es posible que la
actividad económica de Estados Unidos caiga de manera considerable, propiciando una caída de las
exportaciones de México y una consecuente reducción de la actividad económica en México,
lamentablemente por la gran dependencia que se tiene en relación económica con ese país. Otro temor
afectaría al mercado financiero en cuanto que se teme que al aumentar las tasas de interés en los
Estados Unidos puede generar una gran salida de capitales de México, causando un incremento todavía
mayor en el tipo de cambio del peso con respecto al dólar e incentivaría a un aumento considerable de
las tasas de interés en México, deteriorando la inversión y el consumo afectando gravemente la actividad
económica de México. Como se ha analizado párrafos antes a nivel global esta política monetaria de
tasas mínimas de interés para evitar la inflación es una medida a corto plazo pero insostenible y dañina
en el largo plazo, Estados Unidos lo comprende así, les funcionó ya que crecieron lo que ningún otro
país logro hacerlo en esta década, pero las resultantes microeconómicas resultantes perjudicando la
asignación de recursos, reduciendo el ahorro y aceptando proyectos de inversión francamente no viables
en una economía real son efectos que deben terminar. En los últimos acontecimientos respecto a las
tasas de interés, en la última reunión que se tuvo en la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejó
sin cambios su tasa de interés de referencia en la última reunión que mantuvo bajo la dirección de Janet
Yellen, en un decisión que era esperada por los mercados. La Fed elevó su tasa en diciembre en 0.25
puntos porcentuales, entre 1.25 y 1.50 %, por lo que se espera que en el transcurso del año presente

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se registren nuevos pero muy graduales aumentos de la tasa y Estados Unidos avance hacia la
normalización de su política monetaria. Como una consecuencia lógica la misma Fed pronosticó que la
inflación crecerá en el año 2018 y esperan una estabilidad en torno al 2% fijada por el mismo banco
central estadounidense. En este año finalizó el gobierno de Janet Yellen su período de cuatro años al
frente de la Fed, su sucesor, Jerome Powell, asumirá el cargo tras ser nominado en noviembre del año
pasado por el presidente Donald Trump y también confirmado por el senado. Se espera que Powell siga
en general la línea de Yellen, por lo que se da por hecho que continuará con la actual política de ir
aumentando ligeramente las tasas de interés y vendiendo lenta pero constantemente los bonos
comprados durante la crisis financiera global del 2008. Una observación, Jerome Powell no es
economista de profesión, es abogado, no obstante tiene mucha experiencia dentro de la Fed, de la que
es miembro desde el 2012. Dentro del reporte del Banco de México, señala también cuestiones como
los llama “Factores regionales”, que pueden afectar los flujos de capital hacia México, debido a choques
que tengan en determinadas regiones de las que forma parte la economía mexicana y que además
existan canales económicos o financieros mediante los cuales puedan transmitirse los efectos de
contagio.Se toma como la principal región que corresponde al área delimitada por el TLCAN. Algunos
especialistas comentan el efecto negativo que causaría el no concluir la renegociación del TLCAN,
incluso la falta de acuerdo en temas relevantes o una muy excesivamente prolongada negociación,
podrían generar incertidumbre a los inversionistas y producir una volatilidad financiera. En cuanto a los
flujos de capital y estabilidad financiera, el mencionado reporte recalca que la participación de no
residentes en la tenencia de la deuda pública y privada de México aumentó notablemente después de
la crisis financiera de 2008 y que sigue manteniéndose esta tendencia con niveles históricamente
elevados. En el mismo, se comenta que este fenómeno es global, debido a que es a causa de la
búsqueda de rendimientos por parte de los inversionistas institucionales ante las bajas tasas de interés
prevalecientes en las economías avanzadas, y también que es un reflejo de la “confianza” que dichos
inversionistas han depositado en el país. Afirmando que es consecuencia de que México ha implentado
reformas estructurales profundas y que se ha actuado oportunamente para reforzar los fundamentos
macroeconómicos ante los problemas que se han tenido que enfrentar como país. Pero regresando a
los flujos de capital, que no son otra cosa que la cantidad de dinero invertido en un país por individuos
o empresas extranjeras. Si los mencionados flujos de capital se “fueran” del país, entonces podrían
generar consecuencias como: alzas de las tasas de interés en pesos, depreciaciones adicionales del
peso e incrementos en el costo del financiamiento en dólares estadounidenses para nacionales. Esto
rememora las características que como países del tercer mundo se tienen, como la dependencia, que
se tiene, ya que otros países que tienen el capital, las que están influyendo en decisiones de política
económica en el país, en este caso México. Se tiene una economía deficiente al igual que política, las

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decisiones de carácter internacional deben ser acatadas y aplicadas por los gobiernos, estos sí
gobiernos tercermundistas, pues toman sus decisiones no pensando en su país si no en acatar
lineamientos globalizantes muchas veces dañinos para el país.

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