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Integrantes Grupo 3:
● Melissa Noemi Martinez Guggiari
● Jorge Martín Cáceres López
● Jorge Daniel Coronel Garay
La teoría de la arquitectura es cosa de todos
En cualquier noción de lo que debería ser un edificio hay una teoría de la arquitectura.
Los límites de la teoría de la arquitectura han sido definidos en los tratados formales,
escritos por distintos tipos de profesionales y por estudiosos de la materia como guías tanto
para los arquitectos como para los clientes.
En los escritos teóricos, la materia relativa a la práctica conserva su relevancia sólo durante
un tiempo o en un ámbito geográfico limitado. La teoría más duradera lo es sobre todo por
los temas conceptuales, atañen al proyecto y a la calidad del diseño. La teoría duradera
trata de la búsqueda de la identidad formal y cultural de los edificios.
Los ámbitos de la teoría
Claude Ordonnance des cinq París, 1683 Propugnaba fiarse más del
Perrault especes de colonnes juicio visual del arquitecto,
manteniendo la posición
moderna de que en la
proporción no hay autoridad
objetiva.
Modernidad John Ruskin The Seven Lamps of Londres, Tomó la arquitectura gótica
(Proto- Architecture (“Las 1849 como principal fuente de
modernismo) siete lámparas de la inspiración y diseñó un
arquitectura”) formato totalmente nuevo
para un tratado completo. al
The Stones of Venice Londres, mismo tiempo que ignoraba a
(“Las piedras de 1851-1853 Vitruvio. Incluía en su teoría
Venecia”) al cliente, al arquitecto y al
constructor. Amplió la
moralidad (honradez) de un
edificio (su estructura, el uso
de materiales, la calidad de
su factura y su idoneidad
cultural).
Tony Garnier Una cité industrielle París, 1917 Propuso un modelo orgánico
(“Una ciudad de zonificación de las
industrial”) distintas partes de la ciudad
(industrial, residencial, cívico
y comercial) en una
disposición informal y
asimétrica determinada por la
topografía y por otras
características geográficas
del emplazamiento.
Modernismo Adolf Loos Ornament und Viena, 1908 Condenaba la decoración
Verbrechen como decadente e inmoral y
(“Ornamento y delito”) prescribía en su lugar la
austera sencillez que
posteriormente caracterizó el
diseño moderno.