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U m berto Eco nacido en Alessandria, Piamonte, el año


1932, es actualmente titular de la Cátedra de Semiótica de
la Universidad de Bolo nia y director de la Escuela Supe­
rior de Estudios Humanísticos en la misma institución. Ha
desarrollado su actividad docente en las universidades de
Turín, Florencia y Milán, y ha dado asimismo cursos en
varias universidades de Estados Unidos y de América
Latina. Entre sus ob ras más importantes publicadas en UMBERTO Eco
castellano figuran: Obra abierta, Apocalípticos e integrados, La
estructura ausente, Tratado de semiótica general, Lector in fabula,
Semiótica y ftlosofia del lenguqje, Los límites de la interpretación, Cinco escritos morales
Las poéticas de Jqyce, Segundo diario mínimo, El superhombre de
masas, Seispaseos por los bosques narrativos, Arte y belleza en la
estética medieval, Sobre literatura, Historia de la belleza, Historia
de laftaldad, A paso de cangrejo y Decir casi lo mismo. Su faceta de
narrador se inicia en 1980 con El nombre de la rosa, que
obtuvo un éxito sin precedentes. A esta primera novela han
seguido El péndulo de Foucault (1988), La isla del día de antes
(1994), Baudolino (2001), La misteriosa llama de la reina
Loana (2004) y El cementerio de Praga (2010).

Traducción de
Helena Lozano Miralles

..
Sudamericana
al deber intelectual de entender el propio tiempo
y participar en él, sino para entenderlo y partici­
par meJor.
Ahora bien, aun cuando elige espacios de si­
lencio táctico, la reflexión sobre la guerra requie­
re al fin que este silencio se manifieste en voz alta.
Con la conciencia de las contradicciones de una
proclamación del silencio, del poder persuasivo
de un acto de impotencia, del hecho de que el
ejercicio de la reflexión no exime de la asunción
de responsabilidades individuales. Pero el primer EL FASCISMO ETERNO

deber es decir que la guerra hoy anula toda ini­


ciativa humana, e incluso que su misma finalidad
aparente (y la victoria aparente ele alguien) no
puede detener el juego, a estas alturas autónomo,
de pesos enredados en su misma red. Porque un
peso «cuando es un peso, pende, y lo que pende
depende... y aun quiere bajar, porque el próximo
punto supera por lo bajo al que cada vez suspen­
de... El peso no puede ser persuadido» (Michel­
staedter),
Este descenso no puede justificarse, porque
-en términos de derechos de la especie- es
peor que un delito: es un despilfarro inútil.
En 1942, a la edad de diez años, gané el primer
premio de los LudiJuveniles (un concurso de li­
bre participación forzada para los jóvenes fas­
cistas italianos, esto es, para todos los jóvenes
italianos). Había discurrido con virtuosismo re­
tórico sobre el tema: «¿Debemos morir por la
gloria de Mussolini y el destino inmortal de Ita­
lia?» Mi respuesta había sido afirmativa. Era un
chico listo.
Después, en 1943, descubrí el significado de la _
palabra «libertad». Contaré esta historia al final
de mi discurso. En aquel momento «libertad» no
significaba todavía «liberación».
Pasé dos de mis primeros años entre SS,fascis­
tas y partisanos, que se disparaban mutuamente,
y aprendí cómo evitar las balas. No estuvo mal
como eJerCiCIO.
En abril de 1945, los partisanos tomaron Mi­
lán. Dos-días después llegaron a la pequeña ciu­
dad donde yo vivía. Fue un momento de alegría.

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La plaza principal estaba abarrotada de gente que seph, que me hizo conocer las maravillas de Dick
cantaba y agitaba banderas, invocando a grandes Tracy y de Li'l Abner. Sus historietas eran en co­
voces a Mimo, el jefe partisano de la zona. Mimo, lor y tenían un buen olor.
ex brigada de los carabineros, se había pasado a Uno de los oficiales (el mayor o capitán
los seguidores de Badoglio y había perdido una Muddy) era huésped en la villa de la familia de
pierna en uno de los primeros choques. Se dejó dos compañeras mías del colegio. Me sentía en
ver en el balcón del ayuntamiento, apoyado en mi casa en aquel jardín donde algunas señoras
sus muletas, pálido; intentó, con una mano, cal­ hacían corrillo en torno al capitán Muddy, ha­
mar a la muchedumbre. Yo estaba allí, esperando blando un francés aproximado. El capitán Mud­
su discurso, visto que toda mi infancia había esta­ dy tenía una buena educación superior y sabía un
do marcada por los grandes discursos históri­ poco de francés. Así pues, mi primera imagen de
cos de Mussolini, cuyos pasos más significativos los liberadores norteamericanos, después de tan­
aprendíamos de memoria en el colegio. Silencio. tos rostros pálidos con camisa negra, fue la de
Mimo habló con voz entrecortada, casi no se le un negro culto de uniforme verdeamarillento que
oía. Dijo: decía:
-Ciudadanos, amigos. Después de tantos do­ -Oui, merci beaucoup Madame, moi aussi
lorosos sacrificios ... aquí estamos. Gloria a los j'aime le champagne...
caídos por la libertad. Por desgracia, faltaba el champán, pero el ca­
Eso fue todo. Y volvió dentro. La muchedum­ pitán Muddy me dio mi primer chicle y empecé
bre gritaba, los partisanos levantaron sus armas y a mascar todo el día. Por la noche lo metía en
dispararon al aire festivamente. Nosotros, los ni­ un vaso de agua para conservarlo para el día si­
ños, nos abalanzamos a recoger los casquillos, guiente.
preciosos objetos de colección, pero yo había En mayo, oímos decir que la guerra había aca­
aprendido también que la libertad de palabra sig­ bado. La paz me dio una sensación curiosa. Me
nifica libertad de la retórica. habían dicho que la guerra permanente era la
condición normal para un joven italiano. En los
meses siguientes descubrí que la Resistencia no
Algunos días más tarde, vi a los primeros solda­ era sólo un fenómeno local, sino europeo. Apren­
dos norteamericanos. Eran afroamericanos. El dí nuevas, excitantes palabras como «reseau»,
primer yanqui que encontré era un negro, J0­ «maquis», «armée secrete», «Rote Kapelle», «gue­

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to de Varsovia». Vi las primeras fotografías del sol vuelve a salir una vez más», «Florecerán las
Holocausto, y entendí de esta manera su signifi­ rosas »), y la mayor parte eran «mensajes para la
cado antes de conocer la palabra. Me di cuenta de Franchi». Alguien me susurró que Franchi era el
qué habíamos sido liberados. jefe de uno de los grupos clandestinos más pode­
En Italia, hoy en día, hay personas que se pre­ rosos de la Italia del N arte, un hombre cuyo va­
guntan si la Resistencia tuvo un impacto militar lor era legendario. Franchi se convirtió en mi
efectivo en el sesgo de la guerra. Para mi genera­ héroe. Franchi (cuyo verdadero nombre era Ed­
ción la cuestión no tiene relevancia alguna: com­ gardo Sogno) era un monárquico, tan anticomu­
prendimos inmediatamente el significado moral nista que después de la guerra se unió a grupos de
y psicológico de la Resistencia. Era motivo de or­ extrema derecha y fue acusado incluso de haber
gullo saber que nosotros los europeos no había­ colaborado en un golpe de estado reaccionario.
mos esperado la liberación pasivamente. Pienso Pero ¿qué importa? Sogno sigue siendo todavía
que también para los jóvenes norteamericanos que el sueño de mi infancia. La liberación fue una em­
derramaban su tributo de sangre por nuestra li­ presa común para gente de diferente color.
bertad no era irrelevante saber que, detrás de las En Italia, hoy en día, hay personas que dicen
líneas, había europeos que estaban pagando ya su
que la guerra de liberación fue un trágico episo­
deuda. .
dio de división, y que ahora necesitamos una re­
En Italia, hoy en día, hay personas que dicen
conciliación nacional. El recuerdo de aquellos
que el mito de la Resistencia era un mentira co­
años terribles debería ser reprimido. Pero la re­
munista. Es verdad que los comunistas han ex­
presión provoca neurosis. Si reconciliación sig­
plotado la Resistencia como una propiedad per­
nifica compasión y respeto hacia todos aquellos
sonal, al haber desempeñado en ella un papel
que combatieron su guerra de buena fe, perdonar
fundamental; pero yo recuerdo a partisanos con
no significa olvidar. Puedo admitir incluso que
pañuelos de diferentes colores.
Eichmann creyera sinceramente en su misión,
Pegado a la radio, pasaba mis noches -con las pero no me siento capaz de decir:
ventanas cerradas y el oscurecimiento general -Vale, vuelve y hazlo otra vez.
que convertía el pequeño espacio en torno al apa­ N osotros estamos aquí para recordar lo que
rato en el único halo luminoso- escuchando sucedió y para declarar solemnemente que «ellos»
los mensajes que Radio Londres transmitía a los no deben volver a hacerlo.
partisanos. Eran a la vez oscuros y poéticos (<<El ";1,
Pero ¿quiénes son «ellos»?
,>

~.
36 37
Si todavía estamos pensando en los gobiernos Europa (por no hablar de otras partes del
totalitarios que dominaron Europa antes de la mundo)?
segunda guerra mundial, podemos decir con tran­ Ionesco dijo una vez que «sólo cuentan las pa­
quilidad que sería difícil verlos volver de la mis­ labras, lo demás son chácharas». Las costumbres
ma manera en circunstancias históricas diferen­ lingüísticas son a menudo síntomas importantes
tes. Si el fascismo de Mussolini se fundaba en la de sentimientos no expresados.
idea de un jefe carismático, en el corporativismo, Déjenme preguntar, entonces, por qué no sólo
en la utopía del «destino fatal de Roma», en una la Resistencia sino toda la segunda guerra mun­
voluntad imperialista de conquistar nuevas tie­ dial han sido definidas, en todo el mundo, como
rras, en un nacionalismo exacerbado, en el ideal de una lucha contra el fascismo. Si vuelven a leer Por
toda una nación uniformada con camisa negra, quién doblan las campanas de Hemingway, des­
en el rechazo de la democracia parlamentaria, en cubrirán que Robert Jardan identifica a sus ene­
el antisemitismo, entonces no tengo dificultades migos con los fascistas, incluso cuando piensa en
en admitir que Alianza Nacional es, sin duda, un los falangistas españoles.
partido de derechas, pero tiene poco que ver con Permítanme que le ceda la palabra a Franklin
el antiguo fascismo (al que sí se remitía, en cam­ Delano Roosevelt: «La victoria del pueblo ame­
bio; su progenitor, el Movimiento Social Italia­ ricano y de sus aliados será una victoria contra el
no, MSI). Por las mismas razones, aunque estoy fascismo y contra ese callejón sin salida del des­
preocupado por los diversos movimientos filo­ potismo que el fascismo representa» (23 de sep­
nazis que están activos aquí y allá en Europa, Ru­ tiembre de 1944).
sia incluida, no pienso que el nazismo, en su for­ Durante los años de McCarthy, a los nortea­
ma original, vaya a reaparecer como movimiento mericanos que habían tomado parte en la guerra
que involucre a toda una nación. civil española se los definía como «antifascistas
Sin embargo, aun pudiéndose derribar los re­
prematuros», entendiendo con ello que combatir
gímenes políticos, y criticar y quitar legitimidad
a Hitler en los años cuarenta era un deber moral ";.
a las ideologías, detrás de un régimen y de su ideo­
para todo buen americano, pero combatir contra
logía hay una manera de pensar y de sentir, una
Franco demasiado pronto, en los años treinta, .':~
serie de hábitos culturales, una nebulosa de ins­
era sospechoso. ¿Por qué una expresión como
tintos oscuros y de pulsiones insondables. ¿Es
Fascist pil1la usaban los radicales norteamerica­
T
que todavía queda otro fantasma que recorre
nos incluso para indicar a un policía que no apro- r.
l.
'rl.; /.
11:
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38 .~I
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1:,,1
baba lo que fumaban? ¿Por qué no decían: «Cer­
el concordato con la Iglesia y simpatizar con los
do Caugolard», «Cerdo falangista», «Cerdo us­
obispos que bendecían los banderines fascistas.
tacha», «Cerdo Quisling», «Cerdo Ante Pave­
En sus primeros años anticlericales, según una le­
lic», «Cerdo nazi»?
yenda plausible, le pidió una vez a Dios que lo
Mein Kampf es el manifiesto completo de un
fulminara en el mismo sitio, para probar su exis­
programa político. El nazismo tenía una teoría
tencia. Dios estaba distraído, evidentemente. En
del racismo y del arianismo, una noción precisa
años posteriores, en sus discursos, Mussolini ci­
de la entartete Kunst, el «arte degenerado», una
taba siempre el nombre de Dios y no desdeñaba
filosofía de la voluntad de potencia y del Über­
hacerse llamar «el hombre de la Providencia». Se
mensch. El nazismo era decididamente anticris­
puede decir que el fascismo italiano fue la prime­
tiano y neopagano, con la misma claridad con la
ra dictadura de ,derechas que dominó un país
que el Diamat de Stalin (la versión oficial del
europeo, y que todos los movimientos análogos
marxismo soviético) era a todas luces materialis­
encontraron más tarde una especie de arquetipo
ta y ateo. Si por totalitarismo se entiende un régi­
común en el régimen de Mussolini. El fascismo
men que subordina todos los actos individuales
italiano fue el primero en crear una liturgia mili­
al estado y a su ideología, entonces nazismo y es­
tar, un folklore e, incluso, una forma de vestir,
talinismo eran regímenes totalitarios.
con la que tuvo más éxito en el extranjero que
El fascismo fue, sin lugar a dudas, una dictadu­
Armani, Benetton o Versace. Sólo en los años
ra, pero no era cabalmente totalitario, no tanto
treinta hicieron su aparición movimientos fas­
por su tibieza, como por la debilidad filosófica de
cistas en Inglaterra, con Mosley, y en Letonia,
su ideología. Al contrario de lo que se suele pen­
Estonia, Lituania, Polonia, Hungría, Rumania,
sar, el fascismo italiano no tenía una filosofía
Bulgaria, Grecia, Yugoslavia, España, Portugal,
propia. El artículo sobre el fascismo firmado por
N oruega e incluso en América del Sur, por no
Mussolini para la Enciclopedia Treccani lo escri­
hablar de Alemania. Fue el fascismo italiano el
bió o fundamentalmente lo inspiró Giovanni
que convenció a muchos líderes liberales europeos
Gentile, pero reflejaba una noción hegeliana tar ­
de que el nuevo régimen estaba llevando a cabo
día del «estado ético y absoluto» que Mussolini
interesantes reformas sociales, capaces de ofrecer
no realizó nunca completamente. Mussolini no
una alternativa moderadamente revolucionaria a
tenía ninguna filosofía: tenía sólo una retórica.
.. la amenaza comunista.
Empezó como ateo militante, para luego firmar ~;
Aun asi,'la prioridad histórica no me parece


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una razón suficiente para explicar por qué la pa­ «rey», al que ofreció incluso el título de «empe­
labra «fascismo» se convirtió en una sinécdoque, rador». Pero cuando, en 1943, el rey relevó a
en una denominación pars pro toto para movi­ Mussolini, el partido volvió a aparecer dos meses
mientos totalitarios diferentes. No vale decir que más tarde, con la ayuda de los alemanes, bajo la
el fascismo contenía en sí todos los elementos de bandera de una república «social», reciclando su
los totalitarismos sucesivos, digamos que «en es­ vieja partitura revolucionaria, enriquecida por
tado quintaesencial». Al contrario, el fascismo acentuaciones casi jacobinas.
no poseía ninguna quintaesencia, y ni tan siquie­ Hubo una sola arquitectura nazi, y un solo
ra una sola esencia. El fascismo era un totalitaris­ arte nazi. Si el arquitecto nazi era Albert Speer,
mo [uzzy? No era una ideología monolítica, no había sitio para Mies van der Rohe. De la mis­
sino, más bien, un collage de diferentes ideas po­ ma manera, bajo Stalin, si Lamarck tenía razón,
líticas y filosóficas, una colmena de contradiccio­ no había sitio para Darwin. Por el contrario,
nes. ¿Se puede concebir acaso un movimiento hubo arquitectos fascistas, sin duda, pero junto a
totalitario que consiga aunar monarquía y revo­ sus pseudocoliseos surgieron también nuevos
lución, ejército real y milicia personal de Musso­ edificios inspirados en el moderno racionalismo
lini, los privilegios concedidos a la Iglesia y una de Gropius.
educación estatal que exaltaba la violencia, el N o hubo un Zdanov fascista. En Italia hubo
control absoluto y el mercado libre? El partido dos importantes premios artísticos: el Premio
fascista nació proclamando su nuevo orden revo ­ Cremona estaba controlado por un fascista in­
lucionario, pero lo financiaban los latifundistas culto y fanático como Farinacci, que promovía
más conservadores, que se esperaban una contra­ un arte propagandístico (me acuerdo de cuadros
rrevolución. El fascismo de los primeros tiempos que llevan títulos como «Escuchando por la ra­
era republicano y sobrevivió veinte años procla­ dio un discurso del Duce», o «Estados mentales
mando su lealtad a la familia real, permitiéndole a creados por el fascismo» ); y el Premio Bérgamo,
un «duce» que saliera adelante del brazo de un patrocinado por un fascista culto y razonable­
mente tolerante como Bottai, que protegía el arte
1. Usado actualmente en Lógica para indicar conjuntos por el arte y las nuevas experiencias del arte de
«difuminados», cuyos contornos son imprecisos, el térmi­ vanguardia, que en Alemania habían sido pros­
no fuzzy podría traducirse como «difuminado», «confu­ critas corno.corruptas y criptocomunistas, con­
so», «impreciso », «desenfocado». trarias al Kitsch nibelungo, el único admitido..

42
.
,
..
43
El poeta nacional era D'Annunzio, un dandy partido fueran tolerantes, sino porque pocos de
que en Alemania o en Rusia habrían mandado al ellos poseían los instrumentos intelectuales para
paredón. Se lo elevó al rango de Vate del régimen controlarlas.
por su nacionalismo y su culto al heroísmo (al En el transcurso de aquellos veinte años, la
que había que añadir fuertes dosis de decadentis­ poesía de los herméticos representó una reacción
mo francés). al estilo pomposo del régimen: a estos poetas se
Tomemos el futurismo. Habría debido consi­ les permitió elaborar su protesta literaria dentro
derarse un ejemplo de entartete Kunst, igual que de la torre de marfil. El sentir de los herméticos
el expresionismo, el cubismo, el surrealismo. era exactamente lo contrario del culto fascista del
Pero los primeros futuristas italianos eran nacio­ optimismo y del heroísmo. El régimen toleraba
nalistas, por razones estéticas favorecieron la este disentimiento evidente, aunque socialmente
participación italiana en la primera guerra mun­ imperceptible, porque no le prestaba suficiente
dial, celebraron la velocidad, la violencia, el ries­ atención a una jerigonza tan oscura.
go, y, de alguna manera, estos aspectos parecie­ Lo cual no significa que el fascismo italiano
ron cercanos al culto fascista de la juventud. fuera tolerante. A Gramsci lo metieron en la cár­
Cuando el fascismo se identificó con el Imperio cel hasta su muerte; Matteotti y los hermanos
Romano y descubrió las tradiciones rurales, Ma­ Rosselli fueron asesinados; la prensa libre fue su­
\J
rinetti (que proclamaba más bello un automóvil primida, los sindicatos desmantelados, los disi­
que la Victoria de Samotracia y quería incluso dentes políticos fueron confinados en islas remo­
matar el claro de luna) fue nombrado miembro tas; el poder legislativo se convirtió en una mera
de la Academia de Italia, que trataba el claro de ficción y el ejecutivo (que controlaba al judicial,
luna con gran respeto. así como a los medios de comunicación) emana­
Muchos de los futuros partisanos, y de los fu­ ba directamente las nuevas leyes, entre las cuales
turos intelectuales del Partido Comunista, fue­ ,;¡
se cuentan-también las de la defensa de la raza (el
ron educados por el GUF, la asociación fascista apoyo formal italiano al Holocausto).
de los estudiantes universitarios, que debía ser la La imagen incoherente que acabo de describir
cuna de la nueva cultura fascista. Estos clubes se no se debía a la tolerancia: era un ejemplo de des­
convirtieron en una especie de olla intelectual, ~~
coyuntamiento político e ideológico. Pero era un
donde las ideas circulaban sin ningún control .
~
>;1
-t:
«descoyuntamiento organizado», una confusión
estructurada. El fascismo filosóficamente era
ideológico real, no tanto porque los hombres de
i

44 45
racterística en común con 1. Sin embargo, en ra­
desvencijado, pero desde el punto de vista emoti­
zón de la serie ininterrumpida de parecidos de­
vo estaba ensamblado firmemente con algunos
crecientes entre 1 y 4, sigue habiendo, por una es­
arquetipos . pecie de transitividad ilusoria, un aire de familia
y llegamos al segundo punto de mi tesis .
entre 1 y4.
Hubo un solo nazismo, y no podemos llamar
El término «fascismo» se adapta a todo por­
«nazismo» al falangismo hipercatólico de la Es­
que es posible eliminar de un régimen fascista
paña de Franco, puesto que el nazismo es funda­
uno o más aspectos, y siempre podremos reco­
mentalmente pagano, politeísta y anticristiano, o
nocerlo como fascista. Quítenle al fascismo el
no es nazismo. Al contrario, se puede jugar al
imperialismo y obtendrán a Franco o Salazar;
fascismo de muchas maneras, y el nombre del
quítenle el colonialismo y obtendrán el fascismo
juego no cambia. Le sucede a la noción de «fas­
balcánico. Añádanle al fascismo italiano un anti­
cismo» lo que, según Wittgenstein, acontece con
., capitalismo radical (que nunca fascinó a Musso­
la noción de «juego» . Un juego puede ser compe­
!: lini) y obtendrán a Ezra Pound. Añádanle el cul­
.¡ . titivo o no, puede interesar a una o más personas,
to de la mitología celta y el misticismo del Grial
puede requerir alguna habilidad particular o nin­
(completamente ajeno al fascismo oficial) yob­
guna, puede poner dinero en el platillo o no. Los
tendrán uno de los gurus fascistas más respeta­
juegos son una serie de actividades diferentes que
dos,julius Evola.
muestran sólo un cierto «parecido de familia». ;1.
A pesar de esta confusión, considero que es
3 4 posible indicar una lista de características típicas
1 2
ede de! de lo que me gustaría denominar «Ur-Fascis­
abe bed .\
mo», o «fascismo eterno». Tales características
: .~
no pueden quedar encuadradas en un sistema;
Supongamos .que exista una serie de grupos
muchas se contradicen mutuamente, y son típi­
políticos. El grupo 1 se caracteriza por los aspec­
cas de otras formas de despotismo o fanatismo,
tos abe, el grupo 2 por bed, etcétera. 2 se parece a
pero basta con que una de ellas esté presente para
1 en cuanto que comparten dos aspectos. 3 se pa­
rece a 2, y 4 se parece a 3 por la misma razón. Nó­ hacer coagular una nebulosa fascista.
1. La primera característica de un Ur-Fascis­
tese que 3 también se parece a 1 (tienen en común
el aspecto e). El caso más curioso es el de 4, ob­ mo es el culto de la tradición. El tradicionalismo
es más -antiguo que el fascismo. No fue típico
viamente parecido a 3 y a 2, pero sin ninguna ca­

47
46
sólo del pensamiento contrarrevolucionario ca­ se alimentaba de elementos tradicionalistas, sin­
tólico posterior a la Revolución Francesa, sino cretistas, ocultos. La fuente teórica más impor­
que nació en la edad helenística tardía como reac­ tante de la nueva derecha italiana, Julius Evola,
mezclaba el Grial con los Protocolos de los An­
ción al racionalismo griego clásico.
En la cuenca del Mediterráneo, los pueblos de cianos de Sión, la alquimia con el Sacro Imperio
religiones diferentes (aceptadas todas con indul­ Romano. El hecho mismo de que, para demos­
gencia por el Olimpo romano) empezaron a so­ trar su apertura mental, una parte de la derecha
ñar con una revelación recibida en el alba de la italiana haya ampliado recientemente su cartilla
historia humana. Esta revelación había permane­ juntando a De Maistre, Guénon y Gramsci es
cido durante mucho tiempo bajo el velo de len­ una prueba fehaciente de sincretismo.
guas ya olvidadas. Estaba encomendada a los je­ Si curiosean ustedes en los estantes que en las
! librerías americanas llevan la ' indicación N ew
I
roglíficos egipcios, a las runas de los celtas, a los
textos sagrados, aún desconocidos, de las religio­ Age, encontrarán incluso a San Agustín, el cual,
por lo que me parece, no era fascista. Pero el he­
nes asiáticas.
Esta nueva cultura había de ser sincrética. cho mismo de juntar a San Agustín con Stonhen­
«Sincretismo» no es sólo, como indican los dic­ ge, esto es un síntoma de Ur-Fascismo.
cionarios, la combinación de formas diferentes 2. El tradicionalismo implica el rechazo del
de creencias o prácticas. U na combinación de ese modernismo. Tanto los fascistas como los nazis
tipo debe tolerar las contradicciones. Todos los adoraban la tecnología, mientras que los pensa­
mensajes originales contienen un germen de sa­ dores tradicionalistas suelen rechazar la tecno­
biduría y, cuando parecen decir cosas diferentes !. logía como negación de los valores espirituales
~
o incompatibles, lo hacen sólo porque todos alu­ , tradicionales. Sin embargo, a pesar de que el na­
~
den, alegóricamente, a alguna verdad primitiva. ~. ­ zismo estuviera orgulloso de sus logros indus­
1,
Como consecuencia, ya no puede haber avan­ triales, su aplauso a la modernidad era sólo el as­
ce del saber. La verdad ya ha sido anunciada de pecto superficial de una ideología basada en la
una vez por todas, y lo único que podemos hacer «sangre» y la «tierra» (Blut und Boden). El re­
nosotros es seguir interpretando su oscuro men­ chazo del mundo moderno se camuflaba como
saje. Es suficiente mirar la cartilla de cualquier condena de la forma de vida capitalista, pero con­
movimiento fascista para encontrar a los princi­ cernía.principalmente a la repulsa del espíritu del
pales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi 1789 (o del 1776, obviamente). La Ilustración, la

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edad de la Razón, se ven como el principio de la do de la diferencia. El primer llamamiento de un
depravación moderna. En este sentido, el U r­ movimiento fascista, o prematuramente fascista,
Fascismo puede definirse como «irracionalismo». es contra los intrusos. El Ur-Fascismo es, pues,
3. El irracionalismo depende también del cul­ racista por definición. .
to de la acción por la acción. La acción es bella de 6. El Ur-Fascismo surge de la frustración in ­
por sí, y, por lo tanto, debe actuarse antes de y sin dividual o social. Lo cual explica por qué una de
reflexión alguna. Pensar es una forma de castra­ las características típicas de los fascismos históri­
ción. Por eso la cultura es sospechosa en la medida cos ha sido el llamamiento a las clases medias
en que se la identifica con actitudes críticas. Des­ frustradas, desazonadas por alguna crisis econó­
de la declaración atribuida a Goebbels (<<Cuando mica o humillación política, asustadas por la pre­
oigo la palabra cultura, echo la mano a la pisto­ sión de los grupos sociales subalternos. En nues­
la») hasta el uso frecuente de expresiones como tra época, en la que los antiguos «p roletarios» se
«cerdos intelectuales », «estu diante cabrón, tra­ están convirtiendo en pequeña burguesía (y los
baja de peón», «muer a la inteligencia», «univer­ lumpen se autoexcluyen de la escena política),
sidad, guarida de comunistas», la sospecha hacia el fascismo encontrará su público en esta nueva
el mundo intelectual ha sido siempre un síntoma mayoría.
de Ur-Fascismo. El mayor empeño de los inte­ 7. A los que carecen de una identidad social
lecrúales fascistas oficiales consistía en acusar a la cualquiera, el Ur-Fascismo les dice que su único
cultura moderna ya la intelligentsia liberal de ha­ privilegio es el más vulgar de todos, haber nacido
ber abandonado los valores tradicionales. en el mismo país. Es éste el origen del «naciona­
4. Ninguna forma de sincretismo puede acep ­ lismo». Además, los únicos que pueden ofrecer
tar el pensamiento crítico. El espíritu crítico opera una identidad a la nación son los enemigos. De
distinciones, y distinguir es señal de moderni­ esta forma, en la raíz de la psicología Ur-Fascista
dad. En la cultura moderna, la comunidad cientí­ está la obsesión por el complot, posiblemente in­
fica entiende el desacuerdo como instrumento de ternacional. Los secuaces deben sentirse asedia­
progreso de los conocimientos. Para el Ur-Fas­ dos. La manera más fácil para hacer que asome
cismo, el desacuerdo es traición. un complot es apelar a la xenofobia. Ahora bien,
5. El desacuerdo es, además, un signo de di­ el complot debe surgir también del interior: los
versidad. El Ur-Fascismo crece y busca el con­ judíos suelen ser el objetivo mejor, puesto que
senso explotando y exacerbando el natural mie­ presentan' fa ventaja de estar al mismo tiempo
.
.-
..1
'"i
5° 51
dentro y fuera. En América, el último ejemplo de cipio de la guerra permanente. Ningún líder fas­
la obsesión del complot está representado por el cista ha conseguido resolver jamás esta contra­
libro The New World Order de Pat Robertson. dicción.
8. Los secuaces deben sentirse humillados por 10. El elitisrno es un aspecto típico de toda
la riqueza ostentada y por la fuerza de los enemi­ ideología reaccionaria, en cuanto fundamental­
gos. Cuando era niño, me enseñaban que los in­ mente aristocrático. En el curso de la historia, to­
gleses eran el «pueblo de las cinco comidas»: co­ dos los elitismos aristocráticos y militaristas han
mían más a menudo que los italianos, pobres . implicado el desprecio por los débiles. El Ur-Fas­
pero sobrios. Los judíos son ricos y se ayudan cisma no puede evitar predicar un «elitismo po­
mutuamente gracias a una red secreta de recípro­ pular». Cada ciudadano pertenece al mejor pue­
ca asistencia. Los secuaces, con todo, deben estar blo del mundo, los miembros del partido son los
convencidos de que pueden derrotar a los enemi­
ciudadanos mejores, cada ciudadano puede (o
gos. De este modo, gracias a un continuo salto de
debería) convertirse en miembro del partido.
registro retórico, los enemigos son simultánea­
Pero no puede haber patricios sin plebeyos. Ellí­
mente demasiado fuertes y demasiado débiles.
der, que sabe perfectamente que su poder no lo
Los fascismos están condenados a perder sus
ha obtenido por mandato, sino que lo ha con­
guerras, porque son incapaces constitucional­
quistado con la fuerza, sabe también que su fuer­
mente de valorar con objetividad la fuerza del
za se basa en la debilidad de las masas, tan débiles
enemIgo. . que necesitan y se merecen un «dominador».
9. Para el Ur-Fascismo no hay lucha por la Puesto que el grupo está organizado jerárquica­
vida, sino más bien, «vida para la lucha». El paci­ mente (según un modelo militar), todo líder su­
fismo es entonces colusión con el enemigo; el paci­ "-oí
bordinado desprecia a sus subalternos, y cada
fismo es malo porque la vida es una guerra per­ uno de ellos desprecia a sus inferiores. Todo ello
manente. Esto, sin embargo, lleva consigo un refuerza el sentido de un elitismo de masa.
complejo de Harmaguedón: puesto que los ene­ 11. En esta perspectiva, cada uno está educado
migos deben y pueden ser derrotados, tendrá que para convertirse en un héroe. En todas las mitolo­
haber una batalla: final, de resultas de la cual el gías, el «héroe» es un ser excepcional, pero en la
movimiento obtendrá el control del mundo. U na ideología Ur-Fascista el heroísmo es la norma.
solución final de ese tipo implica una sucesiva era Este culto al heroísmo está vinculado estrecha­
de paz, una Edad de Oro que contradice el prin­ mente con-el culto a la muerte: no es una coinci­

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dencia que el lema de los falangistas fuera «¡Viva tienen derechos, y e! «pueblo» se concibe como
la muertel ». A la gente normal se le dice que la una cualidad, una entidad monolítica que expre­
muerte es enojosa, pero que hay que encararla sa la «voluntad común». Puesto que ninguna
con dignidad; a los creyentes se les dice que es una cantidad de seres humanos puede poseer una vo­
forma dolorosa de alcanzar una felicidad sobre­ luntad común, e! líder pretende ser su intérprete.
natural. El héroe Ur-Fascista, en cambio, aspira a Habiendo perdido su poder de mandato, los ciu­
la muerte, anunciada como la mejor recompensa dadanos no actúan, son llamados sólo pars pro
de una vida heroica. El héroe Ur-Fascista está im­ toto a desempeñar e! papel de pueblo. El pueblo,
paciente por morir, y en su impaciencia, todo hay de esta manera, es sólo una ficción teatral. Para
que decirlo, más a menudo consigue hacer que poner un buen ejemplo de populismo cualitati­
mueran los demás. vo, ya no necesitamos Piazza Venezia o e! estadio
12. Puesto que tanto la guerra permanente de Nuremberg. En nuestro futuro se perfila un
como el heroísmo son juegos difíciles de jugar, e! populismo cualitativo Televisión o Internet, en el
Ur-Fascista transfiere su voluntad de poder a que la respuesta emotiva de un grupo selecciona­
'¡ do de ciudadanos puede ser presentada o acep­
cuestiones sexuales. Éste es el origen del machis ­
mo (que implica desdén hacia las mujeres y una tada como la «voz del pueblo». En razón de su
condena intolerante de costumbres sexuales no populismo cualitativo, e! Ur-Fascismo debe opo­
conformistas, desde la castidad hasta la homose­ nerse a los «p odridos» gobiernos parlamentarios.
xualidad). Y puesto que también el sexo es un U na de las primeras frases pronunciadas por
juego difícil de jugar, e! héroe Ur-Fascista juega Mussolini en e! parlamento italiano fue: «H ubie­
con las armas, que son su Ersatz fálico: sus jue­ ra podido transformar esta aula sorda y gris en
, ~ ; gos de guerra se deben a una invidia penis perma­ un vivac para mis manípulos. » De hecho, encon­
nente. tró inmediatamente un alojamiento mejor para
13. El Ur-Fascismo se basa en un «populismo sus manípulos, pero poco después liquidó e! par­
cualitativo». En una democracia los ciudadanos lamento. Cada vez que un político arroja dudas
gozan de derechos individuales, pero e! conjunto sobre la legitimidad del parlamento porque no
de los ciudadanos sólo está dotado de un impacto representa ya la «voz de! pueblo», podemos per­
político desde e! punto de vista cuantitativo (se .
., cibir olor de Ur-Fascismo.
14. El Ur-Fascismo habla la «neolengua», La
siguen las decisiones de la mayoría). Para e! Ur­
Fascismo los individuos en cuanto individuos no «neolengua» fue inventada por Orwell en 1984,
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cuenta enseguida de que era imposible que tantos


como lengua oficial del Ingsoc, el socialismo in­
partidos hubieran surgido de un día para otro.
glés, pero elementos de Ur-Fascismo son comu­
Comprendí, así, que ya existían como organiza­
nes a formas diversas de dictadura. Todos los tex­
ciones clandestinas.
tos escolares nazis o fascistas se basaban en un
El mensaje celebraba el final de la dictadura y
léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la
el regreso de la libertad: libertad de palabra, de
finalidad de limitar los instrumentos para el ra­
prensa, de asociación política. Estas palabras, «li­
zonamiento complejo y crítico. Pero debemos
bertad», «dictadura» -Dios mío- era la prime­
estar preparados para identificar otras formas de
ra vez en mi vida que las leía. En virtud de estas
neolengua, incluso cuando adoptan la forma ino­
nuevas palabras yo había renacido hombre libre
cente de un popular reality-show.
occidental.
Después de haber indicado los posibles arque­
Debemos prestar atención a que el sentido de
tipos del Ur-Fascismo, concédanme que conclu­ ~
~,
estas palabras no se vuelva a olvidar. El Ur-Fas­
ya. La mañana del 27 de julio de 1943 me dijeron
cisma está aún a nuestro alrededor, a veces con
i que, según los partes leídos por radio, el fascismo ~
. ¡ trajes de civil. Sería muy cómodo, para nosotros,
había caído y Mussolini había sido arrestado. Mi
que alguien se asomara a la escena del mundo y
madre me mandó a comprar el periódico. Fui al J
dijera: «¡Q uiero volver a abrir Auschwitz, quie­
quiosco más cercano y vi que los periódicos esta­
ro que las camisas negras vuelvan a desfilar so­
ban , pero los nombres eran diferentes. Además, ,."
'1­
.~
lemnemente por las plazas italianas!» Por des­
después de una breve ojeada-a los títulos, me di r gracia, la vida no es tan fácil. El Ur-Fascismo
cuenta de que cada periódico decía cosas diferen­ ~~
.....L. puede volver todavía con las apariencias más
tes. Compré uno, al azar, y leí un mensaje impre­ ;¡ ~
.·l ~
inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y
so en la primera página, firmado por cinco o seis
apuntar con el índice sobre cada una de sus for­
partidos políticos, como Democracia Cristiana,
mas nuevas, cada día, en cada parte del mundo.
Partido Comunista, Partido Socialista, Partido
Vuelvo a darle la palabra a Roosevelt: «Me atrevo
de Acción, Partido Liberal. Hasta aquel momen­
a afirmar que si la democracia americana deja de
to yo creía que había un solo partido por cada
progresar como una fuerza viva, intentando me­
país, y que en Italia sólo existía el Partido N acio­
jorar día y noche con medios pacíficos las condi­
nal Fascista. Estaba descubriendo que en mi país
ciones de nuestros ciudadanos, la fuerza del fas­
podía haber diferentes partidos al mismo tiempo.
cismo_crecer á en nuestro país» (4 de noviembre
No sólo esto: puesto que era un chico listo, me di

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de 1938). Libertad y liberación son una tarea que
no acaba nunca. Que éste sea nuestro lema: «No
olvidernos.»
y permítanme que acabe con una poesía de
Franco Fortini:

En el pretil del puente

Las cabezas de los ahorcados

En el agua de la fuente

Las babas de los ahorcados

SOBRE LA PRENSA
En el enlosado del mercado

Las uñas de losfusilados

En la hierba seca del prado

Los dientes de losfusilados

M arder el aire morder laspiedras


. Nuestra carne no es ya de hombres

Morder el aire morder las piedras

Nuestro corazón no es ya de hombres

Pero nosotros lo leímos en los ojos de


y'
[los muertos :-~.,
Yen la tierra haremos libertad ~.

Pero apretaron los puños de los muertos


La justicia que se hará.

..
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