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I. ESPECÍFICAS.
ANTECEDENTES.
-Los años sesenta fueron decisivos para la consolidación artística de Antonio López pues
coincide con los años de docencia en la Escuela de Bellas Artes en los que se produce un
cambio conceptual y formal en su obra y se aprecian las influencias de movimientos
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artísticos como el Informalismo. Pese a vivir en un cierto aislamiento cultural nacional,
encontramos paralelismos con artistas de otros países que se interesan por las mismas
cuestiones ópticas y entre los que destacan D. Hockney, L. Gowing y J. Wonnacott.
Asimismo se publicaron en aquellos años teorías sobre el mismo sistema geométrico que
él comenzaba a practicar: el tratado de Perspectiva curvilínea de A. Barre y A. Flocon.
METODOLOGÍA PICTÓRICA.
-Entre 1967 y 1969, Antonio desarrolla una nueva metodología de trabajo motivado por
la necesidad de una mayor precisión. Por ello inventa unos instrumentos inspirados en la
medición tradicional pero mucho más exactos: la escuadra de madera (que sustituye al
brazo extendido) y el compás para medir las longitudes (que sustituye a las indicaciones
relativas del pulgar). Estos son decisivos a la hora de transcribir las medidas de las
formas reales pues la constante distancia ojo-compás que define la escuadra es más
fiable. Podemos constatar entonces que la metodología empleada varía sutilmente en
función del motivo que pretende representar: si es un interior interviene en la realidad
con numerosas marcas permanentes y si es un exterior buscará una alternativa similar
aunque no tan estable. Por último, y gracias a dos ejemplos gráficos hemos podido
comprobar la alternancia de rectas verticales procedentes de la plomada con arcos
horizontales que, evidentemente, repercuten en la alteración de las formas.
CONDICIONANTES ESPACIALES.
-En los espacios interiores, las distancias entre el ojo y el muro frontal son muy similares
al lado mayor de este. En los interiores del estudio son levemente menores mientras que
en las estancias de Tomelloso lo superan y en cualquier caso, la diferencia es mínima. En
cuanto a los objetos, hemos de decir que hay una constancia general sin distinción de
tamaños: todos tienen unas dimensiones inferiores a la distancia comprendida entre estos
y el punto de vista. De todo lo expuesto deducimos que el artista se acerca notable e
insistentemente a los espacios que representa, llegando solo a un tercio la distancia de
alejamiento recomendada por Leonardo211.
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Recordemos que entre sus opciones aconsejaba: “que la distancia sea el triple de la mayor magnitud
del objeto.” Vid nota14.
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a) En los espacios interiores, desde fuera, Antonio comienza utilizando una
distancia principal que es la mitad del largo del cuadro y un ángulo que supera
los 90º.
b) En los espacios interiores, desde dentro, las distancias aumentan pero nunca
superan el lado más largo del cuadro y oscilan entre los 2/4 y los 3/4. En cuanto
al campo visual representado, observamos que es inferior a los 90º. Por tanto,
podemos concluir que a medida que aumenta la distancia de contemplación
reduce el cono visual.
c) En los objetos de gran tamaño agranda el alejamiento con respecto a las
anteriores obras. Todas oscilan entre los 3/4 y el largo del cuadro. Lógicamente,
los ángulos no superan los 70º.
d) En los objetos pequeños, crece aún más el alejamiento, llegando a sobrepasar el
largo del cuadro y como era esperable, los ángulos se estrechan y son inferiores a
60º: a menor tamaño de los objetos, mayor es la distancia principal. En resumen,
podemos afirmar que en los objetos el artista ha aumentado progresivamente con
respecto a los interiores la distancia principal y ha cerrado el campo visual. Esto
sucede porque los objetos son representados a escala real y se ve obligado a
aproximar a este el plano del cuadro.
e) En los espacios exteriores a gran altura, Antonio comienza con una distancia
excesivamente corta (algo superior a la mitad del cuadro) y un espacio muy
abierto, características similares al primer espacio interior. Casi todos los demás
paisajes poseen una distancia principal inferior a los 3/4 y un ángulo que no
supera los 90º. Comprobamos que estos condicionantes espaciales no muestran
diferencias en relación con los interiores.
f) En los espacios exteriores desde las afueras, notamos que reducen las distancias
de contemplación, que superan sutilmente los 2/4 y que por tanto los ángulos se
abren. En el paisaje más reciente (2006), el artista vuelve a repetir los mismos
condicionantes extremos que en el primer paisaje (1960) de Madrid.
g) En los espacios exteriores a pie de calle, no hay variaciones con respecto al resto
de los paisajes y redundan las mismas distancias y los mismos ángulos. En
resumidas cuentas podemos decir que los condicionantes espaciales en la obra de
Antonio López no plantean grandes diferencias en los distintos temas que trata.
Nuestro artista concibe habitualmente la realidad bajo las mismas premisas
espaciales sin distinción de los motivos que representa. Las únicas diferencias las
encontramos en los objetos que, cuanto más pequeños son, mayores son las
distancias de contemplación.
-En el sistema de cuadro vertical notamos una predilección por las composiciones
frontales y simétricas y un rechazo por la oblicuidad. Curiosamente no hemos
encontrado ningún espacio interior sesgado. En cambio, los paisajes de cuadro vertical
de Madrid alternan ambas visiones. Por tanto, aún no hay una misma concepción de los
espacios interiores y exteriores.
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-Este sistema geométrico que utiliza Antonio es una adaptación de la proyección
ortodoxa sobre el plano. Pero si en esta los rayos visuales interceptaban en el soporte, en
la de nuestro artista lo hace en los dos ejes semicirculares principales. A tal proceso lo
hemos denominado “perspectiva pictórica”.
-El sistema de cuadro inclinado es utilizado por primera vez como necesidad
improvisada en la obra Espejo y lavabo (1967), pues intenta representar un espacio
bastante amplio a una distancia excesivamente próxima que le obliga a inclinar la cabeza
en dos direcciones para percibir el espacio total en dos secuencias pictóricas. En las
obras posteriores con similares apariencias nacerá como idea preconcebida y meditada.
-Debido a una de las características de este sistema (el aprovechamiento del cono visual
de la mirada que es dirigida al objeto que se pretende representar), Antonio decide
incorporarlo a su pintura. Fue la única alternativa formal susceptible de ser aplicada en
aquellos años debido a que la perspectiva curvilínea suponía para el artista un enorme
problema: aceptar las fuertes distorsiones. De este modo, el sistema de cuadro inclinado
suponía un término medio.
-Todas las obras de cuadro inclinado pertenecen a la serie del estudio y tan solo hemos
localizado un paisaje con este método espacial: Madrid hacia el Observatorio (1965-
1970). Pese a estar realizado en los mismos años muestra muchas más irregularidades
que en los interiores. Así se confirma la opinión de Antonio acerca de una mayor
dificultad para abarcar el espacio exterior.
-El grado de precisión formal en las vistas inclinadas es notablemente mayor respecto a
las primeras perspectivas de cuadro vertical. Hemos de decir que en los picados frontales
los elementos representados concuerdan con más exactitud con el espacio real que los
oblicuos y en estos últimos la altura del punto de vista es algo confusa.
-Solamente utiliza este método en un periodo de cinco años, entre 1967 y 1971,
convirtiéndose así en un recurso transitorio. El motivo por el cual decide abandonarlo es
el descubrimiento y aceptación del inusual sistema curvilíneo. Si en los picados, Antonio
utiliza dos inclinaciones del plano en una sola obra, en el esférico será la multiplicación
de un número indefinido de planos. Por tanto, el sistema de cuadro inclinado está
implícito, en cierto modo, en el curvilíneo.
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PERSPECTIVA CURVILÍNEA.
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-Comparando el número de obras centrales y oblicuas podemos afirmar que Antonio
tiende insistentemente a la visión frontal de los objetos. En los interiores hemos
encontrado una sola perspectiva sesgada en un total de diez obras. Sin embargo, las
únicas oblicuas de espacios exteriores las hemos encontrado en las modalidades: desde
las afueras y desde gran altura, ni una sola a pie de calle. El número proporcional de
obras es mayor que en los interiores debido a la fisonomía de la ciudad. Desde la afueras
es prácticamente imposible representar una visión central.
-El grado de precisión en las obras que usan este método espacial es muy alto. Hemos
apreciado una gran evolución dentro de este sistema y notamos un avance considerable
comparando el primer espacio curvado con otras obras posteriores. Debido a que los
espacios interiores fueron realizados antes que los paisajes podemos constatar que en los
segundos la estructura esférica es mucho más precisa y no hemos hallado las fugas
discordantes de 45º y 90º que determinan la semiesfera.
II. GENERALES.
Una vez extraídas estas conclusiones parciales, podemos afirmar en líneas generales lo
siguiente:
-En las tres modalidades espaciales hemos encontrado un dato constante en las obras de
López: la situación inexacta en los alzados de los puntos más próximos al artista. Debido
al movimiento natural de la cabeza, el punto de vista se desplaza continuamente y con él
la escuadra. El motivo de tal imprecisión es la amplitud del campo visual porque cuanto
más abierto es, mayor es el margen de error en la medición, y por muy estricto que sea
en esta, siempre hay variaciones inevitables. No obstante, una vez comparada su
metodología con el sistema de medición manual utilizado en los manuales y en las
academias para representar la realidad, hemos de afirmar que es, indudablemente, mucho
más fiable.
-El paso de un sistema a otro (de cuadro vertical a inclinado y de este al esférico) va
unido a un creciente rigor en la precisión de las formas reales. El primer cambio fue
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causado por motivos circunstanciales del lugar, pues surgió de un modo improvisado.
Las demás obras, con el mismo método, nacen como una idea preconcebida. El último
paso que da será hacia el curvilíneo que es el único que tiene en cuenta la disminución de
los objetos sea cual sea su dirección. Por tanto, los espacios curvilíneos son el resultado
de una actitud de precisión severa y extrema. Podríamos decir que no hay cambio
intencionado o programado de un sistema a otro sino una búsqueda de la exactitud física.
-Los espacios interiores, tanto su estudio de Madrid como las estancias de Tomelloso,
fueron el primer lugar de investigación de los diferentes sistemas geométricos
practicados, fundamentalmente porque podía controlar elementos como la luz, los
objetos y la medición. Una vez asimilados los conceptos y la metodología, recurre al
exterior. De igual forma sucede con los formatos: salvo El wáter y El cuarto de baño,
todas las demás obras de interiores son de proporciones reducidas. Cuando ya siente que
ha interiorizado los principios espaciales introduce los grandes formatos.
-De los tres sistemas espaciales estudiados pensamos que el curvilíneo es el que más se
aleja de la visión humana, aunque la realidad se proyecte físicamente en nuestras retinas
de semejante manera y no la percibamos así. En contra de lo que piensa el artista (que
representa la realidad tal como vemos) consideramos que aplica un método matemático
de transcripción de medidas o tamaños de los objetos. Solo esto le lleva a la perspectiva
curvilínea.
-Mediante la obra de Antonio hemos podido deducir una constante cota del punto de
vista, es decir, nunca trabaja ni más alto ni más bajo que la altura de sus ojos: siempre
percibe y representa la realidad desde la misma ubicación visual. En cuanto a los demás
condicionantes espaciales utiliza insistentemente unas distancias principales muy cortas
(casi siempre inferiores al lado más largo del cuadro) y unos ángulos visuales muy
abiertos. Estas características geométricas influyen sin duda en las apariencias de las
formas representadas, y entonces es cuando hacen acto de presencia las llamadas
aberraciones marginales.
-Los trazados lineales de sus obras se aproximan bastante a los sistemas geométricos
curvilíneos y tienen los desajustes propios de una metodología manual, pero en general
se van acercando gradualmente a la perspectiva rectificada de G. Postel y (algo menos) a
la de A. Barre y A. Flocon. Dentro de los espacios esféricos, Antonio experimenta una
evolución que comienza con unas formas con escasa curvatura y, a medida que
profundiza en la realidad, va aumentando el énfasis de los arcos. Según los datos básicos
que nos han facilitado la orientación de las perspectivas curvilíneas, concluimos que la
curvatura del espacio que representa Antonio López debería tener mucho más acento, lo
cual no ocurre por el sistema de medición que aplica el artista.
-Por último, constatamos que la evolución de los tres sistemas espaciales que
experimenta Antonio López se produce no solo por una observación y medición de la
212
Vid nota 214.
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realidad sino también como fruto de una gran intuición. No se han detectado influencias
ni de la fotografía, ni del cine, ni de ningún manual teórico específico que condicionen
su obra. Nuestro artista comprobó, a través de un método de trabajo personal, que la
realidad nos envuelve y que el ojo percibe la disminución de los objetos conforme se
alejan, tanto en profundidad ortogonal (como sucede en el sistema cónico convencional)
como en latitud y altitud. Una vez experimentados los tres estadios espaciales, Antonio
elige por decisión propia y en función de sus intereses estéticos, utilizar con asiduidad la
perspectiva curvilínea y, ocasionalmente, el sistema de cuadro vertical, pero con una
mirada mucho más profunda y madura que en los primeros trabajos.
Esta evolución de los diferentes sistemas espaciales que practica Antonio López se cifra
y explicita en el título de la tesis: De la perspectiva artificial a la visión natural. Dicho
título no solo alude a los cambios formales que experimentan sus obras sino que también
recoge, de manera implícita, la cosmovisión del artista y su producción ante la realidad.
En definitiva, la obra de Antonio López se alza como una nueva mirada hacia la realidad
en la que lo esencial es el respeto a ella. Por otro lado, esta tesis ha estado marcada por
las circunstancias del distanciamiento geográfico del artista, del tiempo que hemos
dispuesto para hablar con él y de nuestras propias limitaciones que nos han impedido
profundizar en mayor grado en el análisis de ciertas obras. Quizás nos hubiese gustado
visitar más espacios exteriores reales para fotografiarlos y contrastarlos con las formas
pictóricas. Asimismo, el no poder acceder a muchas obras ha condicionado la
metodología de nuestra investigación, ya que el estudio ideal hubiese sido ante las
pinturas reales.213
Por todo lo expuesto, y como aportación final, creemos que esta indagación ha sido el
comienzo de una línea de investigación que debe ser continuada tras haber dejado
apuntadas y abiertas algunas cuestiones necesarias que, sin duda, aún están por dilucidar
en el campo artístico y científico.
213
Esta metodología de investigación nos la ha motivado el especialista en perspectiva Pietro Roccasecca,
de la Academia de Bellas Artes de Roma. En una estancia de investigación dirigida por él nos informaba
de su método de trabajo. Este consiste en proyectar sobre las obras reales una determinada luz que nos
permite ver los estadios y las capas pictóricas subyacentes que el pintor ha realizado. Nos aconsejaba pedir
permiso en los museos e instituciones para llevar a cabo tal disección.
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