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José Luis Moreno Valero

Ética grupo 1

Las dimensiones del ser y el pertenecer

Voy a referirme concretamente a los planteamientos de Jean-Pierre Vernant sobre el individuo y su papel en el
triple plano social, religioso y espiritual que lo determinan y lo han determinado desde y para siempre en una
dimensión interior y una dimensión exterior a él, en la que radica principalmente el debate del ser individual y el
ser social del que es preciso centrar este escrito buscando en los argumentos del autor evidencias que validen la
conveniencia de una dimensión o de la otra para responder la pregunta fundamental ¿Qué soy yo?.

Para comenzar divagare en los terrenos del individuo y concretamente en la definición y persecución del
individualismo como mecanismo de interacción con el mundo buscando en las observaciones de Foucault las
variables que lo encaminan hacia la dimensión interior que asocian al individuo con un lugar y un papel dentro de
su grupo o impertinentemente de su sociedad adelantándome a la transición del interior al exterior pero que en
este punto lo encaminan hacia el individuo singular que habla en su propio nombre y se define en el “YO”, en el
conjunto de prácticas y aptitudes psicológicas que dan al sujeto una dimensión de interioridad y lo constituyen
dentro de sí como un ser real y único.

Luego será pertinente introducirnos en el terreno de la dimensión exterior al ser saliendo del plano espiritual y
desembocando en el plano religioso que sitúa al hombre en una esfera a la que Vernard denomina una sociedad
selectiva, cada vez más nos aproximamos a la ciudad y la vida en sociedad, pero por lo pronto ubicamos al hombre
en un grupo del cual ya hace parte y por tanto se ve obligado a interactuar, se ve obligado a surgir en medio del
seno de las instituciones públicas, refiriéndome a los ejemplos de Vernard del derecho criminal y el testamento en
los que sus actos no son lejanos a las consecuencias que estos le devengan y lo hagan sujeto del delito y objeto del
juicio, es decir que tiene deberes con su grupo pero así mismo también tendrá derechos como decidir entregar su
herencia por voluntad propia y proyectar una circunstancia estrictamente individual en un plano social, es aquí
donde empezamos a llegar a la ciudad.

En el transcurso de este viaje al pertenecer debemos contemplar un factor determinante para cada individuo que
se relaciona directamente con la transición del ser individual al ser social y que se encuentra inerte durante toda su
vida, este factor es precisamente el tiempo pues está ligado al transcurso de la vida desde que se nace hasta que
se muere, es en este tiempo donde el individuo limita su vida y adquiere todos los factores determinantes que el
psicoanálisis estudia y proporciona en tanto y en cuanto el individuo interactúa desde la primera infancia en un
grupo social y se desenvuelve en el mismo, este conjunto de vivencias y experiencias forman y determinan al
hombre en el grupo social, de esto ya he profundizado en un ensayo anterior, lo importante es que finalmente
hemos llegado a la ciudad, pero falta aún responder la pregunta fundamental.

Tenemos pues un hombre que convive en el triple plano fundamental, pero que necesita ahora emprender la
búsqueda de su verdadero yo, estamos entonces ante el hombre moderno, este que se debate en la dualidad del
yo comprendido entre un cielo y un infierno, entre una ética y la aparición de una estructura social que lo llevan a
una prueba solitaria de búsqueda en estas dos dimensiones que lo encaminan nuevamente hacia su intimidad,
hacia su interior y ayudado por una tradición religiosa que le dice que no tiene que buscar a dios sí, si no que dios
está en sí, que no tiene que buscar respuestas en el cielo si no en sí mismo. Entonces esta apunto de encontrar la
respuesta a su pregunta, solo le falta decir como San Agustin yo soy, yo me conozco y yo me quiero, es decir
alcance la conciencia del “YO”. Por esto es de concluir que el hombre se determina tanto por una dimensión
interior como por una dimensión exterior siendo ambas validas pues una responde al ser y la otra responde al
pertenecer.

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