Está en la página 1de 13

2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

Traducción e historicidad del


libro de Abraham
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta el libro de Abraham
como libro de Escrituras. Este libro, que es un registro del profeta y patriarca bíblico
Abraham, relata cómo Abraham procuró las bendiciones del sacerdocio, rechazó la
idolatría de su padre, hizo convenios con Jehová, se casó con Sarai, se mudó a Canaán
y a Egipto, y recibió conocimiento acerca de la Creación. El libro de Abraham sigue, en
gran medida, la narración bíblica, pero agrega información importante en cuanto a la
vida y a las enseñanzas de Abraham.

El libro de Abraham se publicó por primera vez en 1842 y se canonizó como parte de la
Perla de Gran Precio en 1880. Este libro procedió de papiros egipcios que José Smith
tradujo a partir de 1835. Hubo muchas personas que vieron los papiros, pero no se ha
conservado ningún relato de un testigo presencial de la traducción, lo cual hace que
sea imposible reconstruir el proceso. Actualmente, solamente existen pequeños
fragmentos de los largos rollos de papiros que en su día pertenecieron a José Smith.
La relación entre esos fragmentos y el texto que tenemos hoy es mayormente
cuestión de conjeturas,

aunque hay ciertas cosas que sí sabemos acerca del proceso de traducción. La palabra
traducción suele suponer un conocimiento experto de varios idiomas; si bien José
Smith no a rmó ser experto en ninguno, reconoció sin reparos que formaba parte de
“lo débil del mundo”, y que fue llamado a hablar palabras enviadas de “los cielos”1.
Re riéndose a la traducción del Libro de Mormón, el Señor dijo: “…no puedes escribir
lo que es sagrado a no ser que lo recibas de mí”2. El mismo principio puede aplicarse al
libro de Abraham. Para el Señor, no era necesario que José Smith tuviera
conocimientos del idioma egipcio; mediante el don y el poder de Dios, José recibió
conocimiento acerca de la vida y las enseñanzas de Abraham.

En muchos aspectos, el libro de Abraham coincide con el conocimiento histórico


acerca del mundo antiguo3. Parte de este conocimiento, el cual se analiza más
adelante en este ensayo, todavía no se había descubierto o era escasamente conocido
en 1842; pero incluso esa evidencia de su origen antiguo, por muy sólida que sea, no
puede demostrar la veracidad del libro de Abraham, del mismo modo que las pruebas
arqueológicas no pueden demostrar el éxodo de los israelitas de Egipto o la
resurrección del Hijo de Dios. La cali cación del libro de Abraham como libro de
Escrituras en de nitiva depende de la fe en las verdades salvadoras que se encuentran
en el libro, y de las cuales se recibe un testimonio por medio del Espíritu Santo.

El libro de Abraham como libro de las Escrituras

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 1/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

Hace miles de años, el profeta Ne llegó a saber que uno de los propósitos del Libro
de Mormón era establecer la verdad de la Biblia4. De manera similar, el libro de
Abraham apoya, amplía y aclara el relato bíblico de la vida de Abraham.

En el relato bíblico, Dios establece con Abraham el convenio de hacer de él “una nación
grande”5. El libro de Abraham aporta el contexto a ese convenio al mostrar que
Abraham buscaba ser poseedor de “gran conocimiento” y era un “seguidor de la
rectitud” que eligió el camino correcto a pesar de grandes tribulaciones. Rechazó la
maldad de la casa de su padre y despreció los ídolos de la cultura que lo rodeaba, pese
a la amenaza de muerte6.

En la Biblia, el convenio de Dios con Abraham parece originarse durante la vida de


Abraham. Según el libro de Abraham, el convenio comenzó antes de la fundación de la
Tierra y se pasó de una generación a otra mediante Adán, Noé y otros profetas7. En
consecuencia, Abraham ocupa su lugar en una larga línea de profetas y patriarcas cuya
misión consiste en preservar y extender el convenio de Dios en la Tierra. El centro de
ese convenio es el sacerdocio, mediante el cual se transmiten “las bendiciones de
salvación, sí, de vida eterna”8.

El libro de Abraham aclara varias enseñanzas que carecen de nitidez en la Biblia. La


vida no comenzó con el nacimiento, como se cree habitualmente; antes de venir a la
Tierra, las personas existían como espíritus. En una visión, Abraham percibió que uno
de los espíritus era “semejante a Dios”9. Ese ser divino, Jesucristo, dirigió a otros
espíritus para organizar la Tierra a partir de “materiales” o materia preexistente, no ex
nihilo o a partir de la nada, como muchos cristianos llegaron a creer más tarde10.
Abraham también llegó a saber que la vida mortal era crucial en el plan de felicidad
que Dios proporcionaría a Sus hijos: “…con esto los probaremos”, declaró Dios, “para
ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare”, con el agregado de la
promesa de aumentar gloria a los eles para siempre11. No hay ninguna parte de la
Biblia donde se declare con tanta claridad el propósito y el potencial de la vida sobre la
Tierra como en el libro de Abraham.

Origen del libro de Abraham

Las poderosas verdades que se hallan en el libro de Abraham surgieron a partir de


una serie de acontecimientos históricos únicos. En el verano de 1835, un empresario
llamado Michael Chandler llegó a la sede de la Iglesia en Kirtland, Ohio, con cuatro
momias y varios rollos de papiros12. Chandler encontró una audiencia interesada.
Debido en parte a las hazañas del emperador francés Napoleón, los artefactos
antiguos desenterrados en las catacumbas de Egipto habían originado fascinación por
todo el mundo occidental13. Chandler sacó partido de ese interés viajando a diferentes
ciudades y cobrando dinero a los visitantes que deseaban verlos.

Estos objetos habían sido descubiertos por Antonio Lebolo, antiguo soldado de
caballería del ejército italiano. Lebolo, que supervisó algunas de las excavaciones en
representación del cónsul general de Francia, retiró 11 momias de una tumba situada
no lejos de la antigua ciudad de Tebas. Envió los objetos a Italia, los cuales, tras su

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 2/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

muerte, terminaron en Nueva York. En algún momento, las momias y los rollos fueron
adquiridos por Chandler14.

Para cuando la colección llegó a Kirtland, casi todo menos cuatro momias y varios
rollos de papiro ya se habían vendido. Un grupo de Santos de los Últimos Días de
Kirtland compró los objetos restantes para la Iglesia. Una vez que José Smith analizó
los papiros y comenzó “la traducción de algunos de los caracteres o jeroglí cos”, según
relata su historia, “tuvimos la gran alegría de constatar que uno de los rollos contenía
los escritos de Abraham”15.

La traducción y el libro de Abraham

José Smith trabajó en la traducción del libro de Abraham durante el verano y el otoño
de 1835; para entonces ya había terminado, por lo menos, el primer capítulo y parte
del segundo16. Su diario habla más tarde de la traducción de los papiros en la
primavera de 1842, una vez que los santos se habían mudado a Nauvoo, Illinois. Los
cinco capítulos del libro de Abraham, junto con tres ilustraciones (actualmente
conocidas como los facsímiles 1, 2 y 3) fueron publicados en Times and Seasons, el
periódico de la Iglesia en Nauvoo, entre marzo y mayo de 184217.

El libro de Abraham fue el último trabajo de traducción de José Smith. En estas


traducciones inspiradas, José Smith no a rmó conocer los antiguos idiomas de los
registros que estaba traduciendo. De manera muy similar a lo que sucedió con el Libro
de Mormón, la traducción del libro de Abraham realizada por José fue registrada
utilizando el lenguaje de la Biblia del Rey Santiago. Ése era el tipo de expresión de las
Escrituras con el que estaban familiarizados los primeros Santos de los Últimos Días, y
su uso era coherente con el modelo del Señor de revelar Sus verdades “según [la]
manera de hablar [de Sus siervos], para que alcanzasen conocimiento”18.

Las traducciones de José adoptaron diversas formas. Algunas de sus traducciones,


como la del Libro de Mormón, utilizaban antiguos documentos que estaban en su
posesión. Otras veces, sus traducciones no se basaban en ningún registro físico
conocido. Su traducción de fragmentos de la Biblia, por ejemplo, abarcaba el
restablecimiento del texto original, la armonización de contradicciones internas de la
Biblia, y comentarios inspirados19.

Existen algunos indicios de que José estudió los caracteres de los papiros egipcios e
intentó aprender el idioma egipcio. Su historia indica que, en julio de 1835, se
encontraba “dedicado continuamente a traducir un alfabeto para el libro de Abraham,
y preparando una gramática del idioma egipcio según la empleaban los antiguos”20.
Esta “gramática”, según era conocida, consistía en columnas de caracteres jeroglí cos
seguidos de traducciones al inglés registradas en un gran cuaderno por el escriba de
José, William W. Phelps. Otro manuscrito de José Smith y Oliver Cowdery contiene
caracteres egipcios seguidos de explicaciones21.

La relación de estos documentos con el libro de Abraham no se conoce plenamente.


Ni las reglas ni las traducciones que contiene el libro de gramática corresponden a las
que están aceptadas por los egiptólogos hoy día. Fuera cual fuera la función del libro
https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 3/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

de gramática, parece que José Smith comenzó a traducir fragmentos del libro de
Abraham casi inmediatamente después de la compra de los papiros22.
Aparentemente, Phelps consideraba que José Smith tenía la habilidad especial de
comprender los caracteres egipcios: “Dado que nadie sabía traducir estos escritos”, le
dijo a su esposa, “le fueron presentados al presidente Smith, quien no tardó en saber
lo que eran”23.

Los papiros

Cuando los Santos de los Últimos Días abandonaron Nauvoo, los objetos egipcios
quedaron allí. La familia de José Smith vendió los papiros y las momias en 1856. Los
papiros se dividieron y se vendieron a diversas partes interesadas. Los historiadores
consideran que la mayoría de ellos fueron destruidos por el gran incendio de Chicago
de 1871. Diez fragmentos de papiro que José Smith tuvo en su poder en algún
momento terminaron en el Museo Metropolitano de Arte de la Ciudad de Nueva
York24. En 1967, el museo trans rió esos fragmentos a la Iglesia, que, seguidamente,
los publicó en la revista de la Iglesia: Improvement Era25.

El descubrimiento de los fragmentos de papiro reavivó el debate acerca de la


traducción de José Smith. Los fragmentos contenían una viñeta, o ilustración, la cual
aparece en el libro de Abraham como el facsímile 1. Mucho antes de que los
fragmentos fueran publicados por la Iglesia, algunos egiptólogos habían expresado
que las explicaciones de José Smith de los diversos elementos de estos facsímiles no
coincidían con las interpretaciones que ellos daban a esos dibujos. José Smith había
publicado los facsímiles como dibujos separados, sin los jeroglí cos o caracteres
hieráticos que inicialmente rodeaban las viñetas. El descubrimiento de los fragmentos
implicaba que los lectores ya podían ver los jeroglí cos y caracteres que rodeaban la
viñeta que se convirtió en el facsímile 126.

Ninguno de los caracteres de los fragmentos de papiro mencionaba el nombre de


Abraham ni de ninguno de los acontecimientos registrados en el libro de Abraham.
Tanto los egiptólogos mormones como los no mormones coinciden en que los
caracteres que guran en los fragmentos no coinciden con la traducción que se
presenta en el libro de Abraham, aunque no existe unanimidad, incluso entre los
eruditos no mormones, en cuanto a la interpretación correcta de las viñetas de esos
fragmentos27. Los eruditos han determinado que los fragmentos de papiro formaban
parte de textos funerarios estándar que se depositaban con cuerpos momi cados.
Estos fragmentos datan de entre el tercer siglo a. C. y el primer siglo d. C, mucho
después de la época en que vivió Abraham.

Por supuesto, los fragmentos no tienen que ser tan antiguos como Abraham para que
el libro de Abraham y sus ilustraciones sean auténticos. Los registros antiguos se
suelen transmitir como copias o reproducciones de copias. El registro de Abraham
podría haber sido revisado o redactado por escritores posteriores, del mismo modo
que los profetas-historiadores Mormón y Moroni, del Libro de Mormón, revisaron los
escritos de personas anteriores28. Es más, documentos inicialmente elaborados para
un contexto se pueden reorganizar para otro contexto o propósito29. Ilustraciones que
https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 4/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

en cierto momento guardaban relación con Abraham podrían haberse desviado o


desprendido de su contexto original y reinterpretado cientos de años más tarde en el
ámbito de las prácticas de enterramiento en un momento posterior de la historia
egipcia. También podría darse la situación contraria: Ilustraciones sin un vínculo claro
con Abraham en la antigüedad podrían, mediante la revelación, arrojar luz sobre la
vida y las enseñanzas de esa gura profética.

Algunos han supuesto que los jeroglí cos adyacentes al facsímile 1, y los que lo
rodean, deben ser una fuente del texto del libro de Abraham. No obstante, esa
a rmación se basa en la suposición de que una viñeta y su texto adyacente tengan
signi cados relacionados. Lo cierto es que era frecuente que las viñetas egipcias
antiguas se colocaran alejados de su comentario asociado30.

Ni el Señor ni José Smith explicaron el proceso de traducción del libro de Abraham,


pero se puede aprender algo de las instrucciones del Señor a José en cuanto a la
traducción. En abril de 1829, José recibió una revelación para Oliver Cowdery, la cual
enseñaba que para traducir registros antiguos sagrados, tanto el trabajo intelectual
como la revelación resultaban esenciales. Era necesario “estudiarlo en [la] mente” y
después buscar una con rmación espiritual. Los registros indican que José y otras
personas estudiaron los papiros y que los observadores cercanos también creían que
la traducción llegó mediante la revelación. Como observó John Whitmer: “José, el
vidente, vio estos registro[s] y, mediante la revelación de Jesucristo, pudo
traducirlos”31.

Probablemente sea fútil evaluar la capacidad de José para traducir papiros, en vista de
que ahora solamente tenemos una parte de los papiros que él tenía en su posesión.
Los testigos visuales hablaron de “un rollo largo” o varios “rollos” de papiro32. Dado
que solamente se han preservado fragmentos, es probable que gran parte de los
papiros que José tenía a su disposición cuando tradujo el libro de Abraham no se
encuentren entre estos fragmentos. La pérdida de una parte importante de los
papiros signi ca que la relación de los papiros con el texto publicado no puede
establecerse de manera concluyente basándose en ellos.

También es posible que el estudio de José de los papiros haya conducido a una
revelación acerca de acontecimientos y enseñanzas clave en la vida de Abraham, de
manera muy similar al modo en que anteriormente recibió una revelación acerca de la
vida de Moisés mientras estudiaba la Biblia. Esta perspectiva supone una de nición
más amplia de las palabras traductor y traducción33. De acuerdo con ese punto de
vista, la traducción de José no habría plasmado de manera literal el contenido de los
papiros como lo habría hecho una traducción convencional. Más bien, los objetos
físicos ofrecieron una ocasión para meditar, re exionar y recibir revelación; aceleraron
un proceso mediante el cual Dios le dio a José Smith una revelación acerca de la vida
de Abraham, aun cuando esa revelación no guardara una relación directa con los
caracteres de los papiros34.

El libro de Abraham y el mundo antiguo

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 5/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

Un estudio detenido del libro de Abraham proporciona una mejor indicación de los
méritos del libro que cualquier hipótesis que trate el texto como una traducción
convencional. La evidencia sugiere que los elementos presentes en el libro de
Abraham encajan ampliamente en el mundo antiguo y apoyan la a rmación de que el
libro de Abraham es un registro auténtico.

El libro de Abraham habla con desaprobación de los sacri cios humanos que se
ofrecían en un altar en Caldea. Se colocaban a algunas víctimas en el altar como
sacri cios porque rechazaban los ídolos que sus dirigentes adoraban35.
Investigaciones recientes han encontrado ocasiones en las que se administraba ese
tipo de castigo en los tiempos de Abraham. Las personas que se oponían al orden
religioso dominante, ya fuera en Egipto o en las regiones bajo su in uencia (como
Canaán), podían sufrir y sufrían la ejecución por sus ofensas36. El con icto en torno a
la religión del faraón, como se describe en Abraham 1:11–12, es un ejemplo de castigo
que ahora se sabe que se administraba durante la era abrahámica.

El libro de Abraham contiene otros detalles que coinciden con descubrimientos


modernos acerca del mundo antiguo. El libro habla de “la planicie de Olishem”, un
nombre que no se menciona en la Biblia. Una antigua inscripción, que no se descubrió
ni se tradujo hasta el siglo XX, menciona una población llamada “Ulisum”, situada en el
noroeste de Siria37. Además, Abraham 3:22–23 está escrito con una estructura poética
más característica de los idiomas del Cercano Oriente que del estilo de escritura de los
primeros estadounidenses38.

Las explicaciones de José Smith de los facsímiles del libro de Abraham contienen otros
signos distintivos del mundo antiguo. El facsímile 1 y Abraham 1:17 mencionan al dios
ídolo Elkénah. Esa deidad no se menciona en la Biblia, pero los eruditos modernos la
han hallado entre los dioses que adoraban los antiguos mesopotámicos39. José Smith
interpretó las cuatro representaciones de la gura 6 del facsímile 2 como “esta tierra
en sus cuatro partes”. Los eruditos que estudian guras idénticas en otros textos
egipcios antiguos han aportado una interpretación similar40. El facsímile 1 contiene
una deidad con forma de cocodrilo que nada en lo que José Smith llamó “el
rmamento arriba de nuestra cabeza”. Esa interpretación tiene sentido a la luz de las
investigaciones que asocian las concepciones egipcias del cielo con “un océano
celestial”41.

El libro de Abraham coincide con diversos detalles que se encuentran en relatos no


bíblicos acerca de Abraham y que circulaban en el mundo antiguo alrededor de la
época en la que probablemente se escribieron los papiros. En el libro de Abraham,
Dios enseña a Abraham acerca del sol, la luna y las estrellas. “Te enseño estas cosas
antes que entres en Egipto”, dice el Señor, “para que declares todas estas palabras”42.
Los textos antiguos hacen referencia repetidamente a que Abraham instruyó a los
egipcios en el conocimiento de los cielos. Por ejemplo, Eupolemo, que vivió bajo el
reinado egipcio en el siglo II a. C., escribió que Abraham enseñó astronomía y otras
ciencias a los sacerdotes egipcios43. Un papiro del siglo III procedente de una
biblioteca de un templo egipcio vincula a Abraham con una ilustración similar al
facsímile 1 del libro de Abraham44. Un texto egipcio posterior, descubierto en el siglo
https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 6/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

XX, explica que el faraón intentó sacri car a Abraham, pero su intento quedó frustrado
cuando un ángel lo liberó. Más tarde, según este texto, Abraham enseñó astronomía a
los miembros de la corte del faraón45. Todos esos detalles guran en el libro de
Abraham.

Hay otros detalles del libro de Abraham que se encuentran en antiguas tradiciones
situadas por todo el Cercano Oriente. Entre ellos se encuentran el hecho de que Taré,
el padre de Abraham, era idólatra; la mención de un periodo de hambre que azotó su
tierra natal; el hecho de que Abraham conociera los ídolos egipcios, así como que
tuviera menos de 75 años cuando salió de Harán, como lo indica el relato bíblico.
Algunos de esos elementos que no se encuentran en la Biblia estaban disponibles en
libros apócrifos o comentarios bíblicos durante la época de José Smith, pero otros
solamente se encontraban en tradiciones no bíblicas inaccesibles o desconocidas para
los estadounidenses del siglo XIX46.

Conclusión

La veracidad y el valor del libro de Abraham no pueden establecerse mediante un


debate académico en cuanto a la traducción y la historicidad del libro. La naturaleza
del libro de Abraham como libro de Escrituras reside en las verdades eternas que
enseña y el poderoso espíritu que transmite. El libro de Abraham imparte profundas
verdades acerca de la naturaleza de Dios, Su relación con nosotros como Sus hijos y el
propósito de esta vida mortal. La veracidad del libro de Abraham se conoce, en
de nitiva, mediante un estudio dedicado de sus enseñanzas, la oración sincera y la
con rmación del Espíritu.

Recursos

1. Doctrina y Convenios 1:17, 19, 24.


2. Doctrina y Convenios 9:9.
3. Véase, por ejemplo, Daniel C. Peterson, “News from Antiquity”,
Ensign, enero de 1994, y John Gee, “Research and Perspectives:
Abraham in Ancient Egyptian Texts”, Ensign, julio de 1992.
4. 1 Ne 13:40. Véase también Mormón 7:8–9.
5. Génesis 12:2.
6. Abraham 1:1–2, 5–12.
7. Abraham 1:2–3, 19.
8. Abraham 2:11. Véase también Doctrina y Convenios 84:19–21.
9. Abraham 3:24.
10. Abraham 3:24; 4:1, 12, 14–16.
11. Abraham 3:25–26.

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 7/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

12. Joseph Smith History, 1838–1856, tomo B-1, pág. 596, disponible
en josephsmithpapers.org (Sólo disponible en inglés).
13. Véase S. J. Wolfe con Robert Singerman, Mummies in Nineteenth
Century America: Ancient Egyptians as Artifacts (Je erson, NC:
McFarland, 2009); y John T. Irwin, American Hieroglyphics: The
Symbol of the Egyptian Hieroglyphics in the American Renaissance
(New Haven: Yale University Press, 1980).
14. El trabajo más amplio sobre Lebolo y sus excavaciones, aunque
sea anticuado en ciertos aspectos, es el de H. Donl Peterson, The
Story of the Book of Abraham: Mummies, Manuscripts, and
Mormonism (Salt Lake City: Deseret Book, 1995), págs. 36–85. En
cuanto al paradero de las momias después que llegaran a los
Estados Unidos, véase la entrevista de Brian L. Smith por Philip R.
Webb, “Mystery of the Mummies: An Update on the Joseph Smith
Collection”, Religious Studies Center Newsletter 20, Nº 2, 2005:
págs. 1–5.
15. Joseph Smith History, 1838–1856, tomo B-1, pág. 596, disponible
en josephsmithpapers.org (Sólo disponible en inglés).
16. Brian M. Hauglid, A Textual History of the Book of Abraham:
Manuscripts and Editions (Provo, Utah: Instituto Maxwell, 2010),
págs. 6, 84, 110.
17. Joseph Smith, Journal, 8–9 de marzo de 1842, disponible en
josephsmithpapers.org; “A Fac-Simile from the Book of Abraham”
y “A translation”, Times and Seasons, 1 de marzo de 1842, págs.
703–706, disponible en josephsmithpapers.org; “The Book of
Abraham”, Times and Seasons, 15 de marzo de 1842, págs. 719–
722, disponible en josephsmithpapers.org; y “A Fac-Simile from
the Book of Abraham” y “Explanation of Cut on First Page”, Times
and Seasons, 16 de mayo de 1842, págs. 783–784. (Sólo
disponible en inglés).
18. Doctrina y Convenios 1:24.
19. Robert J. Matthews, “A Plainer Translation”: Joseph Smith’s
Translation of the Bible: A History and Commentary (Provo, Utah:
Editorial de la Universidad Brigham Young, 1985), pág. 253. En la
época de José Smith, la palabra traducir podía signi car
“interpretar o transmitir en otro idioma”. La palabra interpretar
podía signi car “explicar el signi cado de unas palabras a una
persona que no las comprende”, o “explicar o develar el
signi cado de predicciones, visiones, sueños o enigmas; exponer
https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 8/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

y divulgar lo que está oculto para el entendimiento”. (Noah


Webster, An American Dictionary of the English Language [New
York: S. Converse, 1828], bajo las palabras “Translate” e
“Interpret”).
20. Joseph Smith History, 1838–1856, tomo B-1, pág. 597, disponible
en josephsmithpapers.org (Sólo disponible en inglés).
21. Las transcripciones e imágenes digitales de estos manuscritos,
conocidas en su conjunto como “Kirtland Egyptian Papers”,
pueden encontrarse en “Book of Abraham and Egyptian
Material”, josephsmithpapers.org (Sólo disponible en inglés).
22. Joseph Smith History, 1838–1856, tomo B-1, pág. 596, disponible
en josephsmithpapers.org (Sólo disponible en inglés).
23. W. W. Phelps a Sally Phelps, 19–20 de julio de 1835, en Bruce A.
Van Orden, “Writing to Zion: The William W. Phelps Kirtland
Letters (1835–1836)”, BYU Studies 33, Nº 3, 1993, pág. 555,
disponible en byustudies.byu.edu (Sólo disponible en inglés).
24. John Gee, A Guide to the Joseph Smith Papyri (Provo, Utah:
Foundation for Ancient Research and Mormon Studies, 2000),
pág. 2. Se sabe que los fragmentos formaban parte de los
papiros que pertenecían a la Iglesia porque estaban adheridos a
papel que contenía registros mormones de la época, lo cual se
ajusta a las descripciones contemporáneas de la presentación de
los papiros.
25. Jay M. Todd, “New Light on Joseph Smith’s Egyptian Papyri”,
Improvement Era, febrero de 1968, págs. 40–41. Se encontró otro
fragmento en la O cina del Historiador de la Iglesia más o menos
en la misma época del descubrimiento del Museo Metropolitano,
con lo cual se reunieron 11 fragmentos en total.
26. Michael D. Rhodes, “Why Doesn’t the Translation of the Egyptian
Papyri found in 1967 Match the Text of the Book of Abraham in
the Pearl of Great Price?”, Ensign, julio de 1988, págs. 51–53.
27. Kerry Muhlestein, “Egyptian Papyri and the Book of Abraham: A
Faithful, Egyptological Point of View”, y Brian M. Hauglid,
“Thoughts on the Book of Abraham”, ambos en No Weapon Shall
Prosper: New Light on Sensitive Issues, ed. Robert L. Millet (Provo y
Salt Lake City, Utah: Centro de Estudios Religiosos, Universidad
Brigham Young, y Deseret Book, 2011), págs. 217–258. En cuanto
a la falta de unanimidad entre los egiptólogos, véase, por

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 9/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

ejemplo, John Gee, “A Method for Studying the Facsimiles”,


FARMS Review 19, Nº 1, 2007: págs. 348–351; y Hugh Nibley, The
Message of the Joseph Smith Papyri: An Egyptian Endowment, 2ª ed.
(Provo y Salt Lake City, Utah: Deseret Book y Foundation for
Ancient Research and Mormon Studies, 2005), págs. 51–53. Para
consultar la traducción y el comentario de los fragmentos, véase
Michael D. Rhodes, Books of the Dead Belonging to Tschemmin and
Neferirnub: A Translation and Commentary (Provo, Utah: Instituto
Maxwell, 2010); Michael D. Rhodes, The Hor Book of Breathings: A
Translation and Commentary (Provo, Utah: Foundation for Ancient
Research and Mormon Studies, 2002); y Nibley, Message of the
Joseph Smith Papyri, págs. 34–50.
28. José Smith, o quizá un colega suyo, presentó la traducción
publicada diciendo que los registros fueron “escritos por su
propia mano [la de Abraham], en papiro”. La frase puede
interpretarse con el signi cado de que Abraham es el autor y no
el copista literal. Hugh Nibley y Michael Rhodes, One Eternal
Round (Salt Lake City, Utah: Deseret Book, 2010), págs. 20–22;
Michael D. Rhodes, “Teaching the Book of Abraham Facsimiles”,
Religious Educator 4, Nº 2, 2003, págs. 117–118.
29. Kevin L. Barney, “The Facsimiles and Semitic Adaptation of
Existing Sources”, en John Gee y Brian M. Hauglid, eds.,
Astronomy, Papyrus, and Covenant (Provo, Utah: Foundation for
Ancient Research and Mormon Studies, 2005), págs. 107–130.
30. Henk Milde, “Vignetten-Forschung”, en Burkhard Backes y otros,
eds., Totenbuch-Forschungen (Wiesbaden, Alemania: Harrassowitz
Verlag, 2006), págs. 221–231; Holger Kockelmann,
Untersuchungen zu den späten Totenbuch-Handschriften auf
Mumienbinden (Wiesbaden, Alemania: Harrassowitz Verlag, 2008),
tomo II, págs. 212–214; Valérie Angenot, “Discordance entre texte
et image. Deux exemples de l’Ancien et du Nouvel Empires”,
GöttingerMiszellen 187, 2002, págs. 11–21.
31. John Whitmer, History, 1831–aprox. 1837, pág. 76, en Karen Lynn
Davidson, Richard L. Jensen y David J. Whittaker, eds., Histories,
tomo 2: Assigned Historical Writings, 1831–1847, tomo 2 de la serie
“Histories” de The Joseph Smith Papers, edición de Dean C. Jessee,
Ronald K. Esplin y Richard Lyman Bushman (Salt Lake City:
Imprenta del Historiador de la Iglesia, 2012), pág. 86. “Me he
sentado a su lado y he escrito la traducción de los jeroglí cos
egipcios según a rmaba recibirlos mediante la inspiración
https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 10/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

directa de los cielos”, escribió Warren Parrish, escriba de José


Smith. (Warren Parrish, 5 de febrero de 1838, Carta al editor,
Painesville Republican, 15 de febrero de 1838, pág. 3.)
32. Hauglid, Textual History of the Book of Abraham, págs. 213–214,
222 (Sólo disponible en inglés).
33. “Joseph Smith as Translator”, en Richard Lyman Bushman,
Believing History: Latter-day Saint Essays, ed. Reid L. Neilson y Jed
Woodworth (Nueva York: Imprenta de la Universidad de
Columbia, 2004), págs. 233–247; Nibley, Message of the Joseph
Smith Papyri, págs. 51–59. Véase también la nota al pie número
19.
34. Por analogía, la Biblia parece haber sido un frecuente catalizador
para las revelaciones que José Smith recibió en cuanto a las
comunicaciones de Dios con el pueblo de Su antiguo convenio. El
estudio del libro de Génesis que hizo José, por ejemplo, originó
revelaciones acerca de la vida y las enseñanzas de Adán, Eva,
Moisés y Enoc, las cuales se encuentran hoy en el libro de
Moisés.
35. Abraham 1:8, 10–11 La mayoría de los eruditos de la actualidad
ubican “Caldea” (o Ur) en el sur de Mesopotamia, lejos de la zona
de in uencia egipcia; pero existen argumentos convincentes a
favor de una ubicación en el norte, dentro de dicha zona de
in uencia. (Paul Y. Hoskisson, “Where Was Ur of the Chaldees?”,
en H. Donl Peterson y Charles D. Tate Jr., eds., The Pearl de Great
Price: Revelations from God [Provo, Utah: Centro de Estudios
Religiosos de la Universidad Brigham Young, 1989], págs. 119–
136; y Nibley, Abraham in Egypt, págs. 84–85, 234–236.)
36. Kerry Muhlestein, Violence in the Service of Order: The Religious
Framework for Sanctioned Killing in Ancient Egypt (Oxford, Reino
Unido: Archaeopress, 2001), págs. 37–44, 92–101; Kerry
Muhlestein, “Royal Executions: Evidence Bearing on the Subject
of Sanctioned Killing in the Middle Kingdom”, Journal of the
Economic and Social History of the Orient 51, Nº 2, 2008, págs. 181–
208; Anthony Leahy, “Death by Fire in Ancient Egypt”, Journal of
the Economic and Social History of the Orient 27, Nº 2, 1984, págs.
199–206; Harco Willems, “Crime, Cult and Capital Punishment
(Mo’alla Inscription 8)”, Journal of Egyptian Archeology 76, 1990,
págs. 27–54.

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 11/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

37. Abraham 1:10; John Gee, “Has Olishem Been Discovered?”,


Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scriptures 22,
Nº 2, 2013, págs. 104–107, disponible en
maxwellinstitute.byu.edu.
38. Julie M. Smith, “A Note on Chiasmus in Abraham 3:22–23”,
Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 8, 2014: págs. 187–190,
disponible en mormoninterpreter.com; Boyd F. Edwards y W.
Farrell Edwards, “When Are Chiasms Admissible as Evidence?”
BYU Studies 49, Nº 4, 2010, págs. 131–154, disponible en
byustudies.byu.edu.
39. Kevin L. Barney, “On Elkenah as Canaanite El”, Journal of the Book
of Mormon and Other Restoration Scripture 19, Nº 1, 2010, págs.
22–35, disponible en maxwellinstitute.byu.edu; John Gee y
Stephen D. Ricks, “Historical Plausibility: The Historicity of the
Book of Abraham as a Case Study”, en Historicity and the Latter-
day Saint Scriptures, ed. Paul Y. Hoskisson (Provo, Utah: Centro de
Estudios Religiosos, Universidad Brigham Young, 2001), pág. 75.
40. Martin J. Raven, “Egyptian Concepts of the Orientation of the
Human Body”, en Proceedings of the Ninth International Congress
of Egyptologists, 2007, 2, págs. 1569–1570.
41. Erik Hornung, “Himmelsvorstellungen”, Lexikon der Ägyptologie, 7
tomos (Wiesbaden: Harrassowit, 1977–1989), tomo 2, pág. 1216.
Para consultar estos y otros ejemplos, véase Peterson, “News
from Antiquity”; Hugh Nibley, An Approach to the Book of Abraham
(Salt Lake City y Provo, Utah: Deseret Book y Foundation for
Ancient Research and Mormon Studies, 2009), págs. 115–178;
Nibley y Rhodes, One Eternal Round, págs. 236–245; John Gee, “A
New Look at the Conception of the Human Being in Ancient
Egypt”, en “Being in Ancient Egypt”: Thoughts on Agency, Materiality
and Cognition, ed. Rune Nyord y Annette Kjølby (Oxford, Reino
Unido: Archaeopress, 2009), págs. 6–7, 12–13.
42. Abraham 3:2–15
43. Fragmentos de Eupolemo, en John A. Tvedtnes, Brian M. Hauglid
y John Gee, eds., Traditions about the Early Life of Abraham,
Studies in the Book of Abraham, ed. John Gee, tomo 1 (Provo,
Utah: Foundation for Ancient Research and Mormon Studies,
2001), págs. 8–9. Para consultar otras referencias al hecho de
que Abraham enseñó astronomía, véase, por ejemplo, Tvedtnes,

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 12/13
2/1/2018 Traducción e historicidad del libro de Abraham

Hauglid y Gee, Traditions about the Early Life of Abraham, 7, págs.


35–43.
44. Fragmentos de P. Leiden I 384 (PGM XII), en Tvedtnes, Hauglid y
Gee, Traditions about the Early Life of Abraham, págs. 501–502,
523.
45. John Gee, “An Egyptian View of Abraham”, en Andrew C. Skinner,
D. Morgan Davis y Carl Gri n, eds., Bountiful Harvest: Essays in
Honor of S. Kent Brown (Provo, Utah: Instituto Maxwell, 2011),
págs. 137–156.
46. Véase E. Douglas Clark, revisión de Michael E. Stone, Armenian
Apocrypha Relating to Abraham, 2012, en BYU Studies Quarterly
53:2, 2014, págs. 173–179; Tvedtnes, Hauglid y Gee, Traditions
about the Early Life of Abraham; Hugh Nibley, Abraham in Egypt, 2ª
ed. (Salt Lake City y Provo, Utah: Deseret Book y Foundation for
Ancient Research and Mormon Studies, 2000), págs. 1–73.
Algunos de estos elementos extrabíblicos estaban disponibles
para José Smith por medio de los libros de Jaser y Josefo. José
Smith sabía de la existencia de estos libros, pero se desconoce si
los utilizó.

La Iglesia reconoce la contribución de eruditos para el contenido histórico que se presenta


en este artículo y su trabajo se utiliza con permiso.

© 2017 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados.

https://www.lds.org/topics/translation-and-historicity-of-the-book-of-abraham?lang=spa&old=true 13/13

También podría gustarte