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Aprendizajes esperados
ANTECEDENTES/IDEAS PREVIAS
Un antecedente al estudio de la importancia de la clasificación se puede encontrar en la
asignatura de Ciencias I. Bloque I. La biodiversidad: resultado de la evolución. Subtema
1.2. Importancia de la clasificación. Se toma como antecedente la importancia de la
clasificación ya que es fundamental que los alumnos reconozcan que los sistemas de
clasificación han cambiado de acuerdo a las necesidades y el contexto histórico social.
Además es necesario promover la reflexión de los alumnos en torno a la naturaleza de la
ciencia y la tecnología, destacando su validez y su carácter provisional.
Un antecedente al estudio de las aportaciones de los científicos a la humanidad se puede
encontrar en la asignatura de Ciencias II. Bloque V. Conocimiento, sociedad y
tecnología. Integración y aplicación 4. Ciencia y Tecnología en el desarrollo de la
sociedad. En el análisis de las aplicaciones tecnológicas relacionadas con la salud y la
comunicación existe el uso de nuevos materiales, como las sustancias radiactivas y la
fibra óptica.
Ideas previas de los alumnos.1
2
Rodrigo, Ma. José y J. Arnay (1997), Construcción del conocimiento científico escolar, España, Paidós, p.
41.
1
J.I. Pozo y M. A. Gómez Crespo (1998), Aprender y enseñar ciencia, Madrid, Morata, pp. 24,25 y 41
2
ESTRUCTURA DE LA SECUENCIA DIDÁCTICA
Evaluación
acercamiento
Momentos
Nivel de
Propósitos Actividades
Tipo/Productos Criterios
Trabajo en equipo:
Manifiestan
tolerancia, respeto y
colaboración.
(PNI). significados,
CIERRE
reconocen conductas
respecto a la ciencia,
tienen actitud crítica y
socializan sus
conocimientos.
3
Actividades sugeridas Tiempo estimado: 7 horas
.
Orientación didáctica
Se pide a los alumnos que clasifiquen los objetos cotidianos que se les
proporcionen, con el fin de que se cuestionen sobre los pasos que deben seguir y
con qué propósito se realiza una clasificación.
Concluida la actividad:
En plenaria, resaltar los criterios que utilizaron para clasificar, la necesidad de tener un
propósito y seguir un procedimiento, comparar los pasos que siguieron, con un
procedimiento estructurado para clasificar.
3
Margarita A. de Sánchez,. (1994) “Procesos Básicos del pensamiento” Desarrollo de Habilidades del
pensamiento, México, Trillas, pp. 78-81
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que los objetos son, de alguna manera, semejantes y diferentes. Defina el o los criterios de
clasificación. Identifique los grupos de objetos que comparten las mismas características,
con respecto a las variables elegidas y asigne cada objeto a la clase correspondiente. Anote
o describa los conjuntos que forman las clases. Verifique el proceso y el producto.
Evaluación diagnóstica:
Evaluación de las ideas iniciales de los alumnos. Escucharlas, registrarlas y relacionarlas
con la temática y su posible desarrollo.
Tomar decisiones oportunas para valorar si la actuación docente está en correspondencia
con las demandas de los estudiantes.
Identificar los obstáculos comunes para los procesos de enseñanza y aprendizaje que
servirán como referencia para que el docente diseñe sus propuestas en función de lo que
va a evaluar.
Actividades de desarrollo.
Actividad 1 Tiempo estimado: 120 minutos
Orientación didáctica
Se pretende que los alumnos comprendan que el conocimiento científico se genera con
ideas o hipótesis, las cuales se comprueban por medio del rigor de los métodos de
investigación científica, como la actividad experimental, la propuesta de modelos, la
elaboración de conclusiones, estas ideas o hipótesis pueden ser acertadas o erróneas,
además este conocimiento está limitado por la sociedad en la cual se desarrolla y su
momento histórico.
• Una historieta sencilla, con un lenguaje claro y preciso. Hacer una narración
amena, divertida e interesante, empleando personajes imaginarios que narren la
historia.
• Aspectos a tomar en cuenta, para la elaboración de la historieta:
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Stanislao Cannizzaro
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químicos pudieron ponerse de acuerdo en cuanto a las fórmulas de los compuestos más
importantes.
En el otoño 1855 fue nombrado profesor de química en la universidad de Génova, y
después de remotos profesorados en Pisa y Nápoles, aceptó la cátedra de química
inorgánica y orgánica en Palermo. Allí pasó diez años, estudiando los compuestos
aromáticos y continuó su trabajo sobre las aminas, hasta que en 1871 fuera nombrado para
la cátedra de química en la universidad de Roma.
En 1860 gracias a Napoleón III de Francia se estaban unificando los pequeños estados que
existían en Italia y Cannizzaro se unió al ejército de Garibaldi en el ataque contra Nápoles.
La eminencia científica de Cannizzaro en 1871 le aseguró la admisión al senado italiano,
del cual fue vicepresidente, y como miembro del Consejo de Instrucción Pública rindió
importantes servicios a la causa de educación científica en Italia.
Por su contribución en el congreso de Karlsruhe, de importancia fundamental para la
teoría atómica en química, le concedieron la Medalla Copley de la Royal Society en 1891.
Al revisar la actividad:
La tabla periódica de los elementos fue propuesta por Dimitri Mendeleiev y Julius Lothar
Meyer quienes, trabajando por separado, prepararon una ordenación de los 63 elementos
conocidos, basándose en las propiedades químicas (Mendeleiev) y físicas (Meyer) con la
variación de sus masas atómicas. Esta tabla fue publicada en 1869, sobre la base de que
las propiedades de los elementos son función periódica de sus masas atómicas.
Orientación didáctica
Es importante que los alumnos valoren las aportaciones de cada investigador,
considerando que el discurso científico tiene su historia y que ésta expresa los
esfuerzos, discrepancias, límites, excesos, anticipaciones y acuerdos, ya que en
su elaboración se involucran seres humanos con enormes virtudes, pero
también con defectos. De tal manera que la ciencia se construye socialmente,
mediante aproximaciones, ajustes y convenciones.
Primera parte.
Formar equipos de 4 a 5 integrantes y proporcionar a los alumnos la lectura del tema a
tratar, para marcar los hechos sobresalientes, que después serán comentados en el grupo.
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• ¿En qué fechas sucedieron los acontecimientos?
• ¿Cómo se llaman los científicos principales de los que trata la lectura?
• ¿Cuál era su país de origen?
• ¿Cuál era su profesión y que intentaban hacer?
• ¿Qué criterios utilizaron para clasificar los elementos químicos?
• ¿En qué fecha publica cada uno su trabajo?
• ¿Quién publicó su trabajo en alemán? ¿Por qué?
• ¿Cuál fue la razón por la que no compartieron el crédito los dos científicos?
• ¿Qué fue lo sobresaliente del trabajo del científico?, ¿a quién le dieron todo el
crédito?, ¿cómo explicó su trabajo?
• ¿De qué manera respondieron los químicos prestigiados de ese tiempo ante la
propuesta de su trabajo?
• ¿Cómo logró demostrar que estaba en lo correcto?
• ¿Tú a quién le hubieras dado el premio Nobel?, ¿por qué?
• Los dos científicos trabajaron duro, sin embargo uno sobresalió. ¿Cuál era su
actitud?
4
Isaac Asimov, (1978), Los lagartos terribles y otros ensayos científicos, Madrid España, Editorial Alianza,
p. 188.
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elementos dispares. Si un elemento parecía ir a caer en una columna que no le cuadraba, lo
corría a la siguiente, dejando un hueco.
¿Cómo explicar esos vacíos? Mendeleiev indicó audazmente que era obvio que no todos
los elementos estaban descubiertos aún, y que cada vacío correspondía a un elemento por
descubrir. Newlands no había contado con elementos aún desconocidos. En cuanto a
Meyer, su gráfico estaba arreglado de manera que no había huecos; y él mismo confesó
más tarde que nunca hubiese tenido el valor de razonar como Mendeleiev.
Éste llegó a afirmar que hasta podía predecir las propiedades de los elementos
desconocidos, fijándose en las propiedades de los demás elementos de la columna en que
estaba el hueco. Escogió en particular los huecos que quedaban bajo los elementos
aluminio, boro y silicio, en sus tablas primitivas. Esos huecos, dijo, indican elementos por
descubrir; los llamó provisionalmente «eka-aluminio», «eka-boro» y «eka-silicio».
Se consideró, por ejemplo, el eka-aluminio. Juzgando por el resto de la columna y por su
situación general en la lista, Mendeleiev dedujo que su masa atómica estaría alrededor de
68; que tendría una densidad moderada, unas 5.9 veces mayor que el agua; que su punto
de ebullición sería alto, pero el de fusión bajo, y que poseería una porción de propiedades
químicas cuidadosamente especificadas.
Ante esto, la reacción del mundo químico registró desde la risa de indulgente burla al
bufido de desprecio. Bastante mal estaba jugar con los elementos, edificando con ellos
complicadas estructuras; pero describir elementos que nadie había visto, basándose en
esas estructuras, parecía misticismo y nada más, cuando no charlatanería.
Lecoq de Boisbaudran ardía en deseos de descubrir también elementos. Aplicando una
nueva técnica, pasó quince años sometiendo al análisis espectral cuantos minerales caían
en sus manos, orientándose con sagacidad hacia los minerales más idóneos para
proporcionarle los nuevos elementos que buscaba.
Al fin dio con un mineral que había sido llamado por los mineralólogos primitivos galena
inanis o «mena de plomo inútil». Resultaba inservible, porque era una mezcla de sulfuro
de zinc y de hierro, y los procedimientos ideados para extraerle el plomo que no contenía
fracasaban, naturalmente. Ahora se llama esfalerita, de una palabra griega que significa
«traidor», por haber engañado tantas veces a los mineros primitivos.
Para Lecoq de Boisbaudran nada tuvo esa mena de inútil y de traidora. En febrero de
1874, sometió el mineral al análisis espectroscópico y descubrió dos líneas espectrales que
nunca había visto.
Corrió a París, donde repitió sus experimentos ante varios químicos eminentes. Empezó
luego a trabajar con cantidades mayores de mineral y en noviembre de 1875 había
obtenido ya un gramo de un cuerpo nuevo; suficiente para presentar parte a la Academia
de Ciencias de París y sacar muestras del resto, para analizarlas.
El nuevo metal resultó tener un peso atómico un poco inferior a 70; una densidad 5.94
veces mayor que el agua; un punto de fusión bajo: de 30oC; un punto de ebullición alto: de
unos 2.000oC; y presentaba una serie de reacciones químicas características.
En cuanto se anunció esto, Mendeleiev, desde la remota Rusia, proclamó muy excitado
que lo descrito por Lecoq de Boisbaudran era precisamente el eka-aluminio, que él había
deducido de su tabla periódica, cinco años antes.
El mundo científico quedó estupefacto. Las propiedades del eka-alumnio, predichas por
Mendeleiev, corrían impresas; las descritas por Lecoq de Boisbaudran, de su nuevo
elemento, corrían impresas también. Ambas coincidían casi exactamente en todos los
detalles.
No era posible negarlo: tenía que estar en lo cierto Mendeleiev. La tabla periódica tenía
que ser una descripción útil del orden y sencillez ocultos tras los elementos.
Por si alguna duda quedaba, los otros elementos predichos por Mendeleiev fueron
descubiertos también a los pocos años, y sus predicciones coinciden también con la
realidad. Así como antes todo el ridículo cayó sobre Mendeleiev y no sobre Meyer, ahora
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en cambio Mendeleiev acaparó toda la fama. En 1906, pocos meses antes de morir, estuvo
a punto de lograr el premio Nobel; se lo quitó por un voto Moissan, el descubridor del
flúor.
Segunda parte.
• En equipos ilustrar la vida de Mendeleiev a través de una historieta sencilla. Con
los datos más sobresalientes que se obtuvieron de la lectura.
Al revisar la actividad:
• Cada equipo presenta su historieta ante el grupo, explicando la historia de
Mendeleiev y su aportación a la ciencia.
• En plenaria los alumnos destacan la importancia del trabajo de Mendeleiev y de
Meyer, es importante resaltar la hazaña de Mendeleiev, al predecir nuevos
elementos químicos, así como la sistematización de sus resultados; lo anterior
ayuda a ejemplificar la capacidad predictiva y tentativa de la ciencia.
• Retomar de la actividad de inicio, la importancia de la clasificación, la necesidad
de tener un propósito y seguir un procedimiento, igualmente retomar de la
actividad uno, lo trascendental del trabajo de Cannizzaro, para la posterior
clasificación de los elementos químicos.
• Como evaluación de la sesión se considerará la comprensión de lectura plasmada
en historietas con información que refleje la información analizada, además de la
participación de los estudiantes para exponer este trabajo.
Orientación didáctica
Lo importante es que los alumnos comprendan el desarrollo que ha tenido la tabla
periódica, las aportaciones que a lo largo de su vida realizaron diversos científicos y que
en la actualidad aun se siguen proponiendo arreglos y maneras alternativas de presentar los
elementos en una tabla. Los alumnos ya tienen idea del trabajo de Mendeleiev y Meyer y
podrán profundizar en él con su investigación, pero vale la pena orientarlos un poco más
para que localicen información sobre los intentos de clasificación previos de Döbereiner,
Chancourtois y Newlands, por ejemplo.
Orientación didáctica
Lo importante es que los alumnos elaboren conclusiones respecto al trabajo científico,
destacando las habilidades y actitudes del quehacer científico durante su desarrollo.
• • •
• Este es un momento adecuado para volver a rescatar el hecho de que cada época,
con sus avances, sus formas de comunicación, sus comodidades y dificultades,
condiciona el desarrollo de la actividad científica, misma que está en constante
evaluación y renovación.
• Para concluir la actividad destacar que los trabajos realizados por todos los
científicos hacen posible el progreso de la ciencia, pero hay algunos que en
particular dan un impulso decisivo a determinado campo y es necesario hablar un
poco más de ellos. Como es el caso de Cannizzaro y Mendeleiev.
• La evaluación del conjunto de actividades debe considerar todos los productos
obtenidos y los comentarios de los estudiantes sobre las facilidades y dificultades
que tuvieron para lograrlos.
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Bibliografía.
D. Cruz, J. A. Chamizo, y A. Garritz,. (1988), “Emplear la historia para enseñar
química” Contactos, vol III, No 4. México, Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 54-
61.
Isaac Asimov, (1978), Los lagartos terribles y otros ensayos científicos, Madrid España,
Editorial Alianza, p. 188.
J. I. Pozo Municio y M. A. Gómez Crespo (1998) Aprender y enseñar ciencia. Madrid,
Morata, pp. 41.
J. L. Hidalgo Guzmán (2000), La ciencia en la escuela, México, D.F., Graphos y
Entornos, p.25.
J. Méndez Vivar (2001), “Una odisea a través del espacio, de la tabla periódica y de la
mitología” Contactos, 40. México, Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 53-67.
M. A de Sánchez (1994), “Procesos Básicos del pensamiento” Desarrollo de habilidades
del pensamiento, México, Trillas, pp. 78-81.
M. de los D. Ayala Velásquez (1997), “Intercambio de experiencias en la enseñanza III.
Un científico” Contactos 22, México, Universidad Autónoma Metropolitana. pp. 30-36.
Rosalind Driver et al. (2000), Dando sentido a la ciencia en secundaria. Investigaciones
sobre las ideas de los niños, México, Visor/SEP (Biblioteca para la actualización del
maestro), pp. 103-108.
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