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Artículo de investigación

El Estructuralismo en literatura:
Aportes y límites a las nuevas teorías estéticas y a la
investigación en Didáctica de la Literatura*
Structuralism in Literature: Contributions and limits
to new aesthetic theories and research
in the didactics of teaching Literature
Mónica Moreno Torres∗ Edwin Carvajal Córdoba**
mtorres@ayura.edua.edu.co ecarvajal@catios.udea.edu.co
luna3910@hotmail.com ecarvajal26@hotmail.com
Universidad de Antioquia Universidad de Antioquia

Resumen Abstract
En este artículo se expone un acercamiento a la historia del Taking into account that literary approach is recognized
estructuralismo en literatura, dado que este enfoque literario as one of the most traditional tendencies in literary
es reconocido como una de las tendencias con mayor tradi- studies as well as in the programs of basic and continuous
ción en los estudios literarios y en los programas de formación formation of teachers, this text shows a first approach to
inicial y continua de maestros de literatura. En su devenir es the history of structuralism in literature. It is possible to
posible encontrar defensores y opositores, sin embargo, una find supporters and opponents in its development but a
mirada histórico-hermenéutica del concepto podría funda- historic-hermeneutic revision of the concept should show its
mentar su importancia en el contexto de las siguientes pre- importance in the context of the following questions: which
guntas: ¿Cuáles son los aportes y los límites de los conceptos are the contributions and the limits of the initial concepts of
iniciales del estructuralismo a las nuevas teorías estéticas?, y structuralism to new aesthetic theories? And, which is its
¿cuál es su incidencia en la formación de un maestro de lite- impact in the formation of a teacher of literature?
ratura?

Palabras clave Key words


Estructuralismo en literatura, formalismo ruso, estructu- Structuralism in literature, russian formalism, french
ralismo francés, competencia literaria, nuevas teorías esté- structuralism, literary competence, new aesthetic theories,
ticas, didáctica de la literatura, formación de maestros de didactics of literature, teaching teachers of literature.
literatura.
*
Recibido: 21 de abril de 2009 / Aceptado 15 de mayo de 2009
**
Candidata a doctora en el Doctorado en Educación, Línea Didáctica Universitaria, de la Facultad de Educación
de la Universidad de Antioquia. Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.
***
Doctor en Teoría de la Literatura y el Arte y Literatura Comparada de la Universidad de Granada, España.
Profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y Coordinador del Doctorado en
Literatura de la Universidad de Antioquia.

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Artículo de investigación

Introducción do para llevar a feliz término el análisis literario.


Este método fue prolífico en el estructuralismo

E
literario y en otras ciencias y disciplinas como la
ntre las figuras más destacadas del es- antropología, la sociología y otros ámbitos de la
tructuralismo en literatura se encuen- cultura.
tran: Roman Jakobson (1984), Roland
Barthes (1970a, 1970b, 1972).), Jonathan Culler
(1987), Tzvetan Todorov (1975) , Mijaíl Bajtín Los métodos de la lingüística
(1994), Gerard Genette (1989), Algirdas Grei-
mas (1976), entre otros. Sus planteamientos han contemporánea fueron
sido estudiados por diversos críticos, entre quie- determinantes en el surgimiento
nes se encuentra el español David Viñas Piquer
quien se refiere a los precursores de esta corriente y la consolidación del movimiento
en su libro Historia de la crítica literaria (2002). estructuralista en literatura. Para los
De manera particular en este texto se reto-
marán los planteamientos de este último crítico precursores de esta corriente literaria,
español relacionados en el capítulo “La crítica li- los planteamientos de Ferdinand
teraria en el siglo XX: principales métodos (Vi-
ñas, 2002: 431-459), en donde el estructuralismo
de Saussure (2007) se convierten
en literatura es abordado a partir de su floreci- en el soporte teórico que sustenta
miento, crisis y aportes a las nuevas teorías es-
téticas. Estos temas se convierten en un insumo
la validez de aplicar los métodos
importante para fortalecer la investigación en di- lingüísticos al análisis de la obra.
dáctica de la literatura, ya que a partir de esta
corriente se han producido una serie de investi-
gaciones y manuales de teoría literatura que han Así, para los defensores del estructuralismo
determinado las concepciones y las prácticas del en literatura, el método lingüístico hace los si-
profesor universitario interesado en la formación guientes aportes a la poética estructural o la poética
de maestros de literatura en Colombia. del texto: sus procedimientos permiten adelantar
un estudio científico de la obra con independen-
De la lingüística estructural al cia de la historia literaria y la crítica biográfica;
las categorías de análisis que sustentan el méto-
estructuralismo en literatura do, como son: el significante, el significado, las
relaciones sintagmáticas y paradigmáticas, entre
De acuerdo con Viñas (2002), los métodos otras, se pueden utilizar en términos figurados
de la lingüística contemporánea fueron determi- para explicar el análisis de la obra; sus procedi-
nantes en el surgimiento y la consolidación del mientos se pueden convertir en reglas generales
movimiento estructuralista en literatura. Para para el análisis semiótico del texto.
los precursores de esta corriente literaria, los De acuerdo con lo anterior, un análisis crí-
planteamientos de Ferdinand de Saussure (2007) tico de los aportes en mención podría señalar el
se convierten en el soporte teórico que sustenta cientificismo del enfoque debido a su interés en
la validez de aplicar los métodos lingüísticos al mostrar un análisis objetivo de la obra, indepen-
análisis de la obra. diente del punto de vista del lector y de los có-
La validez del método es confirmada por digos culturales que moviliza en su trayecto de
Roland Barthes en su libro Crítica y verdad lectura. Esta visión convierte al analista en un
(1972), cuando dice que solamente la lingüísti- tecnólogo literario, experto en poner en funciona-
ca puede otorgarle a la literatura el rigor analíti- miento una máquina conceptual que puede ser
co que requiere, pues las reglas que la identifican vista mas no alterada. Esta mirada objetivista de
se convierten en el procedimiento más adecua- la obra trae consigo un prejuicio para el estudian-

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te de literatura y su maestro, al insinuarles cierta Al respecto, se debe recordar que este lin-
sabiduría técnica, lo cual aumenta la distancia en- güista, además de referirse a la creatividad del
tre los intereses del lector y la comprensión de la hablante-oyente-ideal para dominar una lengua,
obra, y de paso se convierte en un problema di- considera que dicha capacidad puede ser análo-
dáctico, pues el maestro de literatura olvida que ga con otras actividades humanas, que van desde
las formas de interpretación de la obra son tan el desarrollo cognoscitivo y pragmático hasta la
diversas y complejas como sus lectores. creación artística. Por ello, la creatividad se guía
De manera contraria, y coincidiendo con por un sistema de reglas cuyos límites se orien-
Viñas, uno de los mayores aportes del análisis es- tan hacia un fin. Sus estudios sobre la competen-
tructural en literatura a las nuevas teorías esté- cia lingüística han sido tomados como punto de
ticas reside en el tipo de relaciones que establece partida para hablar de la existencia de otro tipo
con la semiótica y la semiología. Aquí el análisis de capacidades llamadas por algunos competen-
del sistema de signos propuesto por la lingüísti- cia literaria, competencia poética o competencia
ca estructural es bastante útil, pues le permite al narrativa (De Aguiar e Silva, 1980: 46).
lector comprender los diversos niveles de senti-
do de la obra, desde su dimensión semiológica, A propósito de la competencia literaria, y re-
abandonando el método saussureano su carácter gresando a Viñas, no es gratuita su alusión a Jo-
prescriptivo. nathan Culler cuando comenta de este último su
Pero si bien este valor agregado del méto- interés por el lenguaje binario como una opción
do lingüístico al análisis de la obra es reconoci- para explicar la producción de significados de la
do por la crítica literaria, es dable recordar de obra literaria. En concreto, se refiere a uno de
la teoría de Saussure (2007) las oposiciones bi- los textos más conocidos por la crítica literaria
narias entre la lengua y el de Culler como es la poética
habla, lo funcional y lo no estructuralista. En palabras
funcional, el significante y del mismo Culler, “quien
el significado, entre otras, no esté versado en absoluto
las cuales explican el porqué en literatura ni esté fami-
para la lingüística la lengua liarizado con las conven-
es un sistema de relaciones ciones por las cuales se lee
y oposiciones que debe ser la ficción se sentirá com-
analizado desde su carácter pletamente desconcerta-
inmanente, a diferencia del do ante un poema” (Culler,
habla, la cual se ubica como 1987: 89).
un producto del sistema que En esta perspectiva,
es utilizado por el hablante la obra literaria es anali-
para expresar un conjunto zada como el producto de
de enunciados individuales. un sistema en cuyo interior
Esta diferencia entre se encuentran una serie de
lengua y habla es retomada códigos determinados por
por Chomsky, quien consi- unas leyes generales. De
dera que la competencia pue- esta manera, otras cien-
de entenderse a partir de dos cias afines a la lingüística,
niveles básicos como son: conocimiento y uso. En como la fonética y la fonología, también reto-
el primero, el hablante-oyente conoce las reglas man los postulados de Saussure, como lo hace
que estructuran su lengua, y en el segundo, las Trubetzkoy quien separa a esta última del estu-
utiliza para comunicarse con los demás. Pero si dio del fonema al considerar que un elemento no
bien esta acotación de Viñas (2002) es importan- puede ser analizado por fuera del sistema. Asi-
te, es oportuno ampliar las ideas del generativis- mismo, Todorov plantea que las obras literarias
ta relacionadas con el uso creativo del lenguaje. son la expresión de una estructura más general y

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abstracta, es decir, cada una de ellas es sólo una Por tanto, al estructuralismo le intere-
expresión del sistema al que pertenecen. sa construir una teoría del discurso literario o, en
En este contexto, recuérdese por ejemplo la términos aún más precisos, crear una teoría de
categoría estructural de ac- la competencia literaria que
tante propuesta por Vladimir explique cuáles interpre-
Propp (1985) para el análisis “quien no esté versado en taciones son pertinentes y
de la tradición literaria rusa, absoluto en literatura ni por qué otras no lo son (Vi-
y sobre la cual años más tar- ñas, 2002: 435). Esta inten-
de volvería A. Greimas para esté familiarizado con las cionalidad, desde nuestro
ampliar sus referentes. En el convenciones por las cuales punto de vista, incluye al
enfoque de Propp la catego- lector quien debe desarro-
ría personaje(s) es reconoci- se lee la ficción se sentirá llar su competencia literaria
da bajo el rótulo de actantes completamente desconcertado siguiendo los criterios arriba
debido al carácter funcional mencionados los cuales, de
de los mismos en la histo- ante un poema” acuerdo con Viñas, lo exclu-
ria narrada. Por ello, el per- yen del proceso de interpre-
fil psicológico del actante es secundario al tener tación crítica de la obra1.
mayor valor su función, pues ésta le otorga con- Al método analítico se une el inductivo.
sistencia al sistema de oposiciones que soportan Esto quiere decir que al estructuralista le inte-
la estructura del relato “(ayudante / opositor; su- resa analizar un corpus de obras literarias con la
jeto / objeto, entre otros)”. idea de encontrar las leyes generales que las ri-
En este contexto, es importante advertir gen. En palabras de Todorov, se trata de iden-
que el segundo Barthes va más allá del análi- tificar la literariedad, entendiéndose por ello la
sis categorial del relato, pues para el semiólogo búsqueda del sistema en el discurso literario
francés el lector debe enfrentarse a un proceso de (Viñas, 2002: 435).
observación y descripción de la obra, con la idea La literariedad deja de lado la presencia del
de que pueda reconstruir el sentido del texto. La autor de la obra y, por consiguiente, afecta el pa-
reconstrucción del sentido funge como el ele- pel del lector en su proceso de comprensión e in-
mento nuevo que le permite al lector reconocer terpretación. Este límite del estructuralismo en
la inteligibilidad de la obra. Así, la idea de su des- literatura para los defensores de las nuevas teo-
composición –o la máquina perezosa como diría rías estéticas, quienes valoran el papel del autor
Eco– permanece, pero su énfasis en el carácter en el proceso de producción de la obra, se fun-
indicial y sígnico del relato comienza a otorgar- damenta en la preexistencia del lenguaje. Es de-
le al análisis literario un matiz que lo irá distin- cir, para los estructuralistas el sujeto accede al
guiendo de sus homólogos y predecesores como lenguaje a partir del conjunto de convenciones y
el fundador del juego intersemiótico entre el lec- códigos que previamente ha logrado asimilar de
tor y la obra. otros hablantes. En este caso, la tradición se con-
En consonancia con lo anterior, Todorov
retoma el enfoque binario del positivismo del si-
glo XIX con el propósito de explicar las diferen-
1
Nuevamente aparece en la visión holística de Viñas su
referencia al concepto de competencia literaria. Asunto
cias entre interpretar una obra y describirla. En que hace aún más interesante nuestra búsqueda, pues si
el primer caso, se trata de un proceso de subjeti- se recuerda el título de este texto y la pregunta que lo
vación que puede caer en la arbitrariedad, a di- orienta, la competencia literaria pareciera perderse en el
debate que nos ocupa. En efecto, para muchos críticos
ferencia del segundo, donde el análisis tiene un de literatura el concepto podría ser materia de estudio
carácter objetivo, preciso e inteligible. Este enfo- en la escuela, por tanto, del maestro de educación básica
que devela la presencia de un científico literario y media; sin embargo, como se verá más adelante, se po-
encargado de calcular y verificar, con la ayuda dría descubrir que dicho concepto logra reunir en buena
medida los aportes y los límites del estructuralismo no
del método estructuralista, las funciones actan- sólo a las nuevas teorías estéticas, sino también a la in-
ciales como elementos singulares del relato. vestigación en didáctica de la literatura.

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vierte en un legado que al transmitirse de gene- cada de los sesenta, llegando diez años después
ración en generación tiene un valor cultural que a España, es decir, en la década de los setenta,
es superior al individuo. época que coincide con su inserción en los pro-
Esto es aún más claro cuando el crítico es- gramas de formación de maestros en Colombia.
pañol señala que para Culler la obra literaria no El pensamiento de Bajtín y Lotman, unido
es un objeto autónomo, ya que su existencia es a la crisis del estructuralismo checo, se convier-
producto de las relaciones que establece con otras ten en un estímulo al ingenio y la capacidad crí-
del sistema literario. Y si el sistema es el nicho tica de Barthes quien instaura una querella entre
donde las obras adquieren significado, al lector la crítica tradicional o académica y la Nouvelle
no le queda otra alternativa que internarse critique o crítica de la interpretación de corte
en dicha lógica para, de esta manera, reconocer ideológica (Viñas, 2002: 437). Este replantea-
las convenciones o las reglas que determinan su miento del estructuralismo checo entre la comu-
análisis. nidad académica francesa estuvo determinado
por dos situaciones. En primer lugar, en este país
la obra literaria se analizaba teniendo en cuenta
Del formalismo ruso al al autor, situación que también implica un reco-
estructuralismo francés nocimiento de la misma en su singularidad. En
segundo lugar, el exilio de Lévi-Strauss en Amé-
Pero si bien Viñas presenta algunas alusio- rica del Norte lo puso en contacto con Jakobson
nes a Barthes, es dable reconocer algunos hitos y este último se relacionó con Trubetzkoy. De
importantes relacionados con el tránsito del for- estos lingüistas el antropólogo francés retoma
malismo ruso al estructuralismo francés. Cabe los estudios de la fonología y los relaciona con el
recordar que el surgimiento del estructuralismo estructuralismo antropológico.
en literatura se apoyó en los estudios del Círculo En consecuencia con lo anterior, la críti-
Lingüístico de Praga (1926). A pesar de que sus ca de la interpretación se convirtió en un movi-
desarrollos y su origen son bastante anteriores al miento de renovación en Francia. El propósito
estructuralismo francés, el estructuralismo che- común que aglutinó a sus impulsores consistió
co fue conocido en Occidente cuando comenza- en hacerle una crítica a los métodos tradicionales
ba su crisis. para el análisis literario. Por esta razón, debie-
Un indicio de esta crisis se explica a par- ron conciliar la teoría de Nietzsche, Marx, Freud,
tir de los replanteamientos del formalismo ruso entre otros, para darle consistencia a sus plan-
que realiza Roman Jakobson, pues si bien ini- teamientos. Este proceder fue criticado por otros
cialmente emigró a Praga y se convirtió en uno intelectuales de la época, quienes sustentaban
de los precursores del Círculo Lingüístico de que dichos planteamientos caían en la generali-
Praga, posteriormente se desplaza a los Estados dad, pues dejaban de lado las particularidades de
Unidos de América y se pone en contacto con los referentes teóricos en los que se sustentaba la
Lévi-Strauss de quien recibe su influencia sobre “nueva crítica”.
la antropología estructural. Este evento comien- Pero, ¿qué tipo de corrientes fueron pro-
za a señalar el tránsito entre el formalismo y el es- tagónicas en la “nueva crítica” literaria? Al res-
tructuralismo moderno (Viñas, 2002: 437). pecto, se deben señalar la crítica temática o de
Sumado a lo anterior, los trabajos de To- interpretación y la crítica objetiva. La prime-
dorov y Kristeva fueron fundamentales para el ra postura se caracteriza porque sus impulsores
desarrollo del estructuralismo francés, pues los consideran que en toda obra el autor pretende
interesados en esta corriente pudieron conocer instaurar un tema que se convierte en el aspecto
por medio de estos dos búlgaros el pensamiento indicial a partir del cual el lector debe construir
de Bajtín y Lotman, de quienes son famosos sus el sentido de la misma. Aquí, el autor cumple
planteamientos relacionados con la polifonía del un papel importante al ser reconocido como un
texto y la semiótica literaria. La época de esplen- creador, a quien debe convertirse en materia de
dor del estructuralismo francés se ubica en la dé- estudio por parte del crítico para hacerlo partí-

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cipe de la construcción del sentido de la obra. Graciela Montes a partir de un número limita-
Y en la segunda, se encuentran enfoques estruc- do de reglas 2.
turalistas, marxistas y psicoanalíticos, los cuales Esta concepción del hablante, como un su-
de manera contraria desconocen la presencia del jeto creador, determina tanto la escritura de un
autor en el proceso de construcción del sentido texto con fines estéticos como la de un hablante
de la obra. y sujeto lector. Esta diferenciación entre la crea-
ción de un texto y su lectura es fundamental para
explicar los problemas epistemológicos y meto-
El nacimiento del lector dológicos a los que se enfrenta la “competencia
literaria”.
como intérprete de signos El primer punto de referencia para hablar
le otorga a la escritura de la de un sujeto competente en términos literarios
se apoyó en los presupuestos chomskianos. Así,
obra literaria la muerte de su para Claudio Guillén y Jonathan Culler, el desa-
amanuense, para instaurar en rrollo de la literatura le ha permitido a su lector
su lugar la escritura como un incorporar una serie de normas donde es posible
distinguir la existencia de un discurso específico.
recurso ético, Igualmente, para van Dijk, la competencia lite-
político e ideológico. raria consiste en la habilidad que tiene un ser hu-
mano para producir e interpretar un texto.
Para quienes comparten la tesis de Choms-
ky, la competencia literaria surge de la capacidad
Una conclusión preliminar relacionada con que tiene el lector de interiorizar una gramática
los aportes de Barthes al estructuralismo en li- con fines estéticos, por tanto, la reflexión explíci-
teratura y las nuevas teorías estéticas podría se- ta de dicho proceso cultural no es esencial. En
ñalar la siguiente: el semiólogo llama la atención este enfoque, la asimilación de la norma literaria
de sus predecesores y compañeros de lucha aca- es el criterio fundamental para garantizar el de-
démica en relación con la importancia de reco- sarrollo de dicha competencia (introspección de
nocer el carácter indicial y sígnico de la obra para la norma).
avanzar en su proceso de reconstrucción del sen- En contraposición con este criterio, De
tido. En consecuencia con lo anterior, el naci- Aguiar e Silva considera que en el proceso de
miento del lector como intérprete de signos le lectura y escritura de un texto, el sujeto ha lo-
otorga a la escritura de la obra literaria la muer- grado tomar conciencia de las reglas y las con-
te de su amanuense, para instaurar en su lugar la venciones que determinan un proceso u otro.
escritura como un recurso ético, político e ideo- Por esta razón, llama la atención del cuidado que
lógico. debe tener el investigador –y nosotros agregaría-
mos el maestro de literatura– cuando traslada las
ideas de Chomsky al campo literario, lingüísti-
La competencia literaria co y escolar.
En suma, la competencia literaria en el en-
El término competencia, como se señaló, foque estructuralista se expresa cuando el lec-
surge de la Gramática generativa transformacional tor de una obra puede interactuar con el sistema
de Noam Chomsky. Para el lingüista estadouni- literario y reconoce la gramática narrativa, así,
dense la “competencia lingüística” es propia de uno y otro conocimiento le permiten convertir
un hablante-oyente-ideal a quien nosotros pre-
ferimos llamar un hablante real que tiene la ca-
pacidad de intercambiar objetos culturales para
recrear su visión de mundo, su entorno, por tan- 2
Véase el artículo “De lo que sucedió cuando la lengua
emigró de la boca”, de Graciela Montes (1999: 174-
to, jugar con la lengua, “lenguajear” como diría 188).

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las “secuencias lingüísticas en estructuras y sig- significado literario; la existencia de diversos gé-
nificados literarios” (Viñas, 2002: 444). En este neros literarios le permite al lector comprender el
contexto, la literatura es considerada como un proceso de naturalización de la obra, o en otras
“sistema semiótico de segundo orden”, pues en el palabras, su historicidad le permite al lector en-
interior de toda obra subyace una gramática que trar en diálogo con la tradición literaria.
al depender de una lengua convierte la sintaxis
en un conjunto de enunciados con significado.
Por otro lado, el estructuralismo mira con Las primeras rupturas del
bastante celo el procedimiento de la interpreta- estructuralismo en literatura
ción, pues el lector ideal debe dominar todos los
códigos o claves que hacen comprensible la obra; Entre las décadas de los sesenta y setenta,
evitar las influencias sociales y culturales que exactamente a finales de 1968, comienza la cri-
pueden surgir en su proceso de comprensión e sis del estructuralismo, época en la que Roland
interpretación, entre otras. Pero si bien para el Barthes también modifica algunos de sus postu-
estructuralismo en literatura no toda interpreta- lados cuando escribe S/Z.
ción es válida, para esta corriente la inter- En esta obra crítica, el francés presenta un
pretación también es objeto de investigación. Se análisis de la obra literaria de Honorato de Bal-
hace esta advertencia porque la crítica a esta zac, Sarrasine, y expresa que cada texto postula
corriente se ha centrado en los métodos de análi- su propio modelo, por tanto, no es pertinente ha-
sis literario, dejando de lado su reconocimiento a blar de una gramática universal del relato (Viñas,
la historia de la competencia literaria que incluye 2002: 448). Este cuestionamiento ocasiona el
al lector, la obra y las reglas que rigen la producción surgimiento de un nuevo movimiento conocido
de textos (Viñas, 2002: 445). como la “crítica posestructuralista o reconstruc-
Por tanto, para Culler la poética del tex- tiva”. Así, en la década de los setenta se cuestiona
to debe preocuparse por formular una teoría de la teoría lingüística-poética de Jakobson y surge
la práctica de la lectura, interés que incluye una la semiótica literaria, unida a las poéticas textua-
reflexión sobre el género literario (Viñas, 2002: les, la pragmaliteratura, entre otras nuevas teo-
446). Hablar del género rías estéticas.
significa al mismo tiem- No es gratuito que
po referirse a su creador, el Viñas mencione a Sarra-
escritor. Este aspecto tiene sine para explicar las posi-
bastante valor para quie- bilidades de una semiótica
nes estamos interesados literaria. Al respecto, debe-
en la construcción de una mos decir que S/Z (1970a)
estrategia didáctica basa- es un texto de crítica lite-
da en la lectura de diversas raria en el que Roland Bar-
obras literarias, pues cada thes analiza la novela de
aporte del estructuralis- Balzac con la idea de lle-
mo en literatura comienza var hasta las últimas con-
a aclararnos que las rela- secuencias la idea de que el
ciones tríadicas entre lec- texto configura un lector-
tor, autor y obra son una investigador. Cada una de
preocupación de las nue- las piezas que estructuran
vas teorías estéticas como la novela las desmonta con
la recepción estética. la maestría que lo caracte-
En síntesis, los aportes de Culler al concep- riza en su doble condición de crítico y lector, po-
to de competencia literaria se pueden sintetizar niendo en funcionamiento la máquina perezosa
de la siguiente manera: el lector debe conver- o el discurso textualizado. Pero si bien las lexías
tir las secuencias lingüísticas en estructuras con se convierten en la estrategia metodológica que

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le permite develar el enigma, la existencia del ca dicha estructura. Una de las limitaciones de
código hermenéutico3 se convierte en la categoría este enfoque, que se convierte en un “olvido”
rectora de su análisis. irreconciliable con las nuevas teorías estéticas,
Esta perspectiva barthiana se convierte en reside en que el autor y el lector no son conside-
un insumo al desarrollo de la competencia lite- rados como figuras determinantes en la búsque-
raria al insinuar la presencia de un lector dis- da del sentido del texto. Su postura desconoce
puesto a luchar en franca lid con las claves del la competencia del autor y del lector en el pro-
texto. Así las cosas, los postulados de Saussure, ceso de producción y recepción de la obra.
Hjelmslev y Chomsky se reformulan, dejándose La poética sociológica de Bajtín (1994),
de lado el interés por la lengua como sistema y serían muchos los aportes por rescatar, sin em-
en su lugar se rescatan los casos particulares de bargo, por ahora se mostrarán aquellos aspectos
habla, acuñándose el término de la competen- que son más relevantes para las nuevas teorías
cia para el uso en contextos reales de actuación. estéticas. Uno de los rasgos más característicos
En términos aún más precisos, los actos de habla de su teoría se relaciona con el concepto de sig-
se convierten en dispositivos fundamentales para no, el cual define como un producto ideológico.
explicar las tareas de la lingüística. Y en el caso Esta perspectiva le permite formular un méto-
de los estudios literarios, se retoma el llamado de do de análisis literario en el que expone las re-
Bajtín cuando expresa su interés en los “discur- laciones entre el individuo y la sociedad, y el
sos individuales” proferidos por los hablantes en pensamiento y el lenguaje.
contextos particulares. Esta pareja de términos supera el dualis-
A modo de síntesis, podríamos decir que mo cartesiano o lenguaje binario saussureano,
para los posestructuralistas existe una comu- ya que en su lugar instaura el concepto de diá-
nidad lingüística heterogénea constituida por logo o dialogismo, el cual sustentó al hacer una
una serie de sujetos con intereses y necesidades crítica a teorías y escuelas como el psicoanáli-
distintas. Esta pluralidad produce una serie de sis freudiano, la lingüística estructural y el for-
contradicciones, por tanto, de miradas distintas malismo. En el primer caso, considera que el
sobre un mismo fenómeno convirtiéndose el sig- psicoanálisis no puede hablar de un individuo
no en un objeto cultural cambiante. Estas ideas sin tener en cuenta las influencias que recibe de
proferidas por Bajtín entre 1920 y 1930 se re- su entorno, pues como bien lo dice la escuela
cuperan en la década de los setenta, gracias al freudiana el sujeto es producto de un conscien-
estudio que realiza Todorov sobre la teoría del te y un inconsciente. Esta escisión es un pro-
soviético (Viñas, 2002: 458). ducto socio-ideológico que debe ser estudiado
en atención a los condicionamientos y las expe-
riencias del individuo.
La poética lingüística y la poética En lo que respecta al formalismo ruso,
sociológica Bajtín considera que el interés de cientificidad
de los defensores de esta escuela los llevó al
Para Roman Jakobson (1984), la poética y empobrecimiento de su objeto de estudio. En
la lingüística son inseparables, pues mientras la concreto, expresa que el énfasis sobre la forma,
primera se encarga de los problemas de la estruc- la sustancia, en última instancia la palabra ar-
tura verbal, la segunda, en tanto ciencia, abar- tística, unido a su fundamento lingüístico, de-
jaba de lado el análisis de contenido, donde por
supuesto el análisis del texto es un producto so-
cio-ideológico fundamental.
3
Se entiende por código hermenéutico al “conjunto de
unidades que tienen función de articular, de diversas Con relación al estructuralismo, a Bajtín
maneras una pregunta, su respuesta y los variados ac- le interesa estudiar la lengua a partir de su uso
cidentes que pueden preparar la pregunta o retrasar la en oposición a la idea de un código que es in-
respuesta, o también formular un enigma y llevar a su
desciframiento” (Barthes, 1980: 12-13).
dependiente de la vida que le otorgan sus ha-

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El Estructuralismo en literatura: aportes y límites a las nuevas teorías estéticas y a la investigación en Didáctica de la Literatura

blantes. Igualmente, se opone a las relaciones


de exclusividad entre el investigador y el obje-
La investigación en didáctica de la
to estudiado al considerar que en todo tipo de literatura
procesos aparecen una serie de voces que esta-
blecen un dialogismo con y a partir de la cul- Con todo y lo anterior, de las nuevas teo-
tura, la ideología, las prácticas sociales, entre rías literarias, la recepción estética y la poética socio-
otras. lógica comienzan a tener acogida en los procesos
Estos aspectos son de gran importan- de formación de maestros en Latinoamérica y
cia para las nuevas teorías estéticas, en espe- en Europa. En Colombia, Jurado (1994)4, seña-
cial para las teorías del discurso estético en el la que en la mayoría de los países latinoameri-
contexto de la comunicación literaria. Esto in- canos la obra de Bajtín y Voloshinov comienza
dica que la literatura es una práctica discursiva a difundirse en las décadas de los setenta y los
donde intervienen una serie de voces: la del au- ochenta. Sin embargo, sus planteamientos fue-
tor, la de sus personajes, la del lector, la recrea- ron olvidados muy rápido, a pesar de su pertinen-
ción del contexto de la historia narrada, todas cia para abordar las relaciones entre lingüística y
ellas determinadas por agentes individuales y pragmática, y lingüística y sociología.
colectivos. Un enunciado entonces no precede Los planteamientos de Bajtín superan la
a otro, pues su textura es el producto de múl- idea del lenguaje como sistema, al proponerlo
tiples voces: la propia, la ajena, la del presente como un “proceso productor de sentido y un acto
y la que proviene de la historia de la humani- ideológico social”. Estas ideas tienen eco en Es-
dad. tanislao Zuleta, quien realiza en 1974 el primer
En efecto, se trata de un pacto enuncia- acercamiento crítico de la obra de Bajtín en Co-
tivo o comunicación literaria en el contexto ba- lombia al publicar uno de los ensayos más cono-
jtiano que incluye: el contexto histórico de la cidos en el ámbito académico: “Sobre la lectura”.
obra, la función social del lenguaje, el emisor En dicho texto, el maestro Zuleta critica la ma-
y el receptor. Estos dos últimos conceptos, si nera como la escuela asume los procesos de lec-
bien han sido estudiados por la lingüística y re- tura y escritura, de allí que recomendara leer del
tomados por los estructuralistas y formalistas, ruso los Problemas de la poética de Dostoievski en
su diferencia con la perspectiva bajtiana radi- los que fundamenta buena parte de sus críticas.
ca en que mientras para Saussure el emisor y el En consecuencia, Jurado convoca al maes-
receptor decodifican el mensaje, para la poética tro para que reconozca en los conceptos de
sociológica el intercambio entre uno y otro no “dialogismo” y “pluralidad cultural” su valor for-
se realiza de manera desprevenida, pues ambos mativo y educativo. En este giro pedagógico de
reaccionan de acuerdo con su intencionalidad la enseñanza de la lengua y la literatura, a partir
comunicativa. de Bajtín-Voloshinov, los hablantes son recono-
En términos aún más precisos, la recep- cidos como sujetos que interactúan socialmente;
ción estética de un texto literario es ante todo personas que comprenden el lenguaje como un
un proceso de comunicación que incorpora la fenómeno semiótico que pone en juego la cons-
voz del lector, quien en su calidad de productor trucción del sentido que se encuentra determina-
de sentido participa del intercambio de signos. do por una “ideología y una cultura”.
En suma, se trata de una voz interior de la que Esta visión de lo que significan el hablante
participan muchos ecos que, entendidos como y la lengua tiene como punto de partida la crítica
un legado de la cultura, le permiten al percep- que estos autores hacen al “subjetivismo indivi-
tor de la obra, como diría Eco, estar contex- dualista” y al “objetivismo abstracto”. La primera
tualmente autorizado para participar del juego corriente considera la lengua como un producto
intersemiótico o el pacto enunciativo en términos
de Mendoza Fillola (2003) o del discurso so-
cial en la perspectiva bajtiana. 4
Se recomienda leer el texto de Fabio Jurado (1994).

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estático que, al ser formalizado por la lingüís- tímulos del discurso estético, bien sea porque sus
tica, hace posible su enseñanza. En la segunda, claves le evocan otras experiencias de lectura y
el sujeto debe someterse a las reglas del sistema de vida, o porque la enciclopedia cultural del lector
lingüístico y de la comunidad lingüística, ambas lo hace partícipe del pacto enunciativo (Mendo-
encargadas de normalizar su za, 2003: 61-62).
funcionamiento. En consonancia con
En conclusión, el dia- El texto no impone un mundo lo anterior, para Eco la apa-
logismo sociodiscursivo de
diversos géneros, y en par-
o intenta recomponer otro, rición de las teorías de la
recepción desde los años se-
ticular de la lectura literaria sino que demanda del lector senta, señalan su reacción
cuestiona: las clasificaciones contra “ciertas metodologías
estandarizadas de obras lite-
una participación activa en la estructuralistas al intentar
rarias (movimientos, escue- labor de reconstrucción de la explicar la obra de arte o el
las, períodos, géneros); los
exámenes memorísticos que,
realidad. De esta manera, el texto en su objetividad como
texto lingüístico” (1992: 25).
siguiendo el “libro de texto” lector establece un diálogo Este enfoque cuestiona las
o inspirados en dicho enfo- con el texto, de donde “semánticas formales” dado
que, normalizan la enseñan- su interés por aislarse de
za compensatoria; el canon surgen diversas imágenes y cualquier situación o cir-
que deja de lado obras de la sistemas simbólicos. cunstancia que explique el
cultura popular oral y escrita, uso de los signos y de sus
entre otras expresiones artís- enunciados. Los represen-
ticas a las que deben acceder los estudiantes. tantes de esta corriente plantean el debate entre
Por su parte, en España, Mendoza Fillola lo que podría significar una mirada del texto
considera que “el interés del planteamiento di- literario como “semántica diccionarial y semán-
dáctico, basado en la recepción, radica en que tica enciclopédica”.
permite enlazar los distintos niveles (lingüístico, La semántica enciclopédica comienza a posi-
estilísticos, literarios) con las habilidades bási- cionarse en la teoría de Eco y en las investigacio-
cas (receptivas, productivas) en combinación con nes en el ámbito de la didáctica de la literatura,
diferentes códigos (lingüísticos, artísticos, etc.)” la cual posteriormente adquiere el rótulo de “En-
(Mendoza, 2003: 172). En este enfoque didácti- ciclopedia cultural”, concepto que ubica al lector
co, la recepción estética se asume como un mo- como un sujeto implicado en el proceso de com-
delo interactivo. Esto significa entender la lectura prensión e interpretación del texto. En este plan-
literaria como un proceso de interacción entre el teamiento semiótico el lector debe “buscar en el
lector y el texto. texto lo que dice con referencia a su misma co-
En este ámbito, la recepción estética se herencia textual y a los sistemas de significación
apoya en los siguientes criterios: el lector es el re- a los que se remite” (Eco, 1992: 29).
ferente del texto, pues actualiza los significados De acuerdo con el semiólogo italiano, el
de la obra a partir de sus propios saberes y habili- texto no impone un mundo o intenta recompo-
dades; el carácter interactivo de la lectura se debe ner otro, sino que demanda del lector una parti-
a la presencia de las aportaciones del perceptor cipación activa en la labor de reconstrucción de
de la obra como respuesta a los estímulos forma- la realidad. De esta manera, el lector establece
les o conceptuales del discurso estético; la lectu- un diálogo con el texto, de donde surgen diver-
ra literaria comprende actividades cognitivas que sas imágenes y sistemas simbólicos. En suma, las
le exigen al perceptor apoyarse en su horizonte relaciones entre el autor, el texto y el lector son
de expectativas con la idea de ir reconstruyen- de gran utilidad en la clase de literatura, pues se
do el sentido del texto, convertirse en un recep- convierten en índices de una situación compleja
tor activo o Lector modelo, en términos de Eco, lo en la que están comprometidas las competencias
que significa responder adecuadamente a los es- literarias del perceptor y de su maestro.

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En síntesis, un maestro interesado en in- Es decir, en palabras de Barthes (1970b:


corporar a su investigación en el campo de la di- 19), es posible hablar de diversos estructuralis-
dáctica de la literatura la recepción estética debe mos como son: “el genético, fenomenológico y un
tener en cuenta que su labor es similar a la de un estructuralismo ‘escolar’, que consiste en darnos
artista. Esto es, modelar objetos de conocimien- el ‘plan’ de la obra”. Posiblemente, su entreco-
to que se convierten en objetos de enseñanza. El millado al concepto “plan” sugiere también una
arte de la enseñanza convierte formas dadas en crítica a la escuela tradicional, preocupada por
formas de ser, hace posible la emergencia de la mostrarle al educando el plan de la obra como
expresión y del sentido para la vida y la sociedad. un producto y no como un proceso –recuérdese
Así, la obra de arte literaria es objeto de conoci- la reflexión de Jurado–.
miento y de goce estético, convierte el proceso de Las críticas de Barthes a la escuela como a
enseñanza y aprendizaje en un juego intersemió- sus predecesores demuestran que la literatura es
tico en el cual los estudiantes y su maestro son un objeto cultural abierto, plurisignificativo, es
los protagonistas de la historia leída al crear nue- materia y sustancia en movimiento para el crí-
vos senderos o trayectos de lectura. tico, el investigador y el maestro de literatura.
De allí la necesidad de hacerle un reconocimien-
to a la teoría y la crítica literaria estructuralista,
Conclusión para de esta manera aclarar la ruta que siguieron
los posestructuralistas y reconocer la incursión
Como se observa, hablar de recepción es- de las nuevas teorías estéticas en la escuela, y de
tética y competencia literaria significa remitirse estas últimas analizar la manera como pueden
al estructuralismo y al posestructuralismo, pues convertirse en una opción crítica de la investiga-
este recorrido histórico permite reconocer las ción en didáctica de la literatura.
deudas y las rupturas de estos dos movimientos Asimismo, debemos reconocer que la crea-
con las nuevas teorías estéticas. Igualmente, este ción de sentido de la obra, en tanto modelo refe-
análisis, además de interesarse por la historia y la rencial para el análisis literario propuesta por
epistemología del estructuralismo, pretende res- Culler, y la producción de significado estudiada
catar el lugar de estas corrientes en los diversos por Barthes, se convierten en dos hallazgos im-
enfoques de la crítica literaria y la lectura con portantes del estructuralismo en literatura que
propósitos estéticos y educativos. las nuevas teorías estéticas incorporan tanto en el
estudio de la obra con fines críticos, como tam-
bién cuando dichos estudios se trasladan a otras
La obra de arte literaria es disciplinas como la pedagogía y la didáctica de
la literatura.
objeto de conocimiento y Finalmente, consideramos que las reflexio-
de goce estético, convierte nes de los teóricos de la literatura comienzan a
mostrar las bases para una epistemología e histo-
el proceso de enseñanza ria de la lectura literaria, el lector, el escritor y el
y aprendizaje en un juego público. Aspectos que también deben ser abor-
dados por la investigación en didáctica de la li-
intersemiótico en el cual los teratura.
estudiantes y su maestro son
los protagonistas de la historia Reconocimientos
leída al crear nuevos senderos o Resultado parcial de la investigación “Di-
trayectos de lectura. seño teórico de una estrategia didáctica se-
mio-epistemológica basada en la teoría de la
abducción y la recepción estética de la obra li-

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