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ISBN 978-987-1407-26-2
ISBN 978-987-1407-26-2
El derecho a la ciudad 91
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Entre la maravilla y la vergüenza. La ciudad prometida 92
y la ciudad pendiente
Gustavo Maurino, Co-Director de la Asociación Civil por la Igualdad
y la Justicia (ACIJ)
Los derechos humanos en la Ciudad Autónoma de 99
Buenos Aires
Violeta Burkart Noe, María Elia Capella, Demian Konfino, Amalia
Marron, Carlos Pisoni, Observatorio de Derechos Humanos (ODH)
Casos: Parque Indoamericano y “La Veredita” 107
Abogados por la Justicia Social (Ajus)
El derecho de los ciudadanos
a la ciudad
La ciudad como célula madre
del Estado-Nación
Cuando los funcionarios del Estado escribi- Sin instituciones fuertes y representativas, no
mos sobre prospectivas políticas de gestión, no hay ciudadanía. El estatus, los derechos y debe-
buscamos originalidad en el planteamiento, sino res reclaman instituciones públicas para garanti-
que nos “apropiamos” de reflexiones teóricas del zar su ejercicio o cumplimiento. La igualdad re-
campo intelectual y de banderas de lucha del mo- quiere acción pública permanente, las libertades
vimiento social para convertirlas en políticas esta- urbanas se ven afectadas por las exclusiones que
tales. Así sucede con el derecho de los ciudada- generan las desigualdades económicas, sociales
nos a la ciudad. o culturales. La ciudadanía está estrechamente
vinculada a la democracia representativa para po-
Planteamiento de la cuestión der realizar sus acciones públicas tendientes a la
transformación de la sociedad y el Estado.
La ciudadanía es, en primer lugar, un estatus, A su vez, una ciudadanía consciente de sus
es decir, un reconocimiento social y jurídico por derechos y responsabilidades fortalece el siste-
el cual una persona tiene derechos y deberes por ma democrático y avienta todo riesgo por parte
su pertenencia a una comunidad, en general, de de los enemigos de éste: los beneficiarios de las
base territorial y cultural. Los “ciudadanos” son desigualdades y los que administran como pro-
iguales entre ellos: en la teoría, no se puede dis- pios el poder de las instituciones o las fuentes
tinguir entre ciudadanos de primera y de segunda. generadoras de la riqueza nacional. Sólo con una
En el mismo territorio, sometidos a las mismas le- ciudadanía madura y activa, puede marcharse ha-
yes, todos deben de ser iguales. cia una sociedad justa, equitativa e igualitaria.
Derecho a la ciudad
Vivimos en un mundo en el que las ciudades En los años 60, la crisis urbana de las grandes
son las unidades territoriales claves de la organi- ciudades desencadenó internacionalmente un
zación económica, política y administrativa. Las profundo replanteamiento de las teorías acerca
ciudades crecen en relevancia y en población: de la ciudad que dio lugar a una nueva escuela de
por las migraciones internas o externas de los urbanismo crítico.
países limítrofes, porque siguen representando El derecho a la ciudad no es una propuesta
en el imaginario social un espacio de oportunida- nueva. El término apareció en 1968 cuando Henri
des donde mejorar las condiciones de vida. Lefèbvre escribió su libro El derecho a la ciudad y
En esta dinámica, la economía juega un papel tomó en cuenta el impacto negativo sufrido por las
determinante, y a nivel territorial no se reduce sólo ciudades en los países de economía capitalista,
con la conversión de la ciudad en una mercancía
al desarrollo de las grandes ciudades sino que es
al servicio exclusivo de los intereses de la acu-
un proceso más amplio que integra progresiva-
mulación del capital. Este filósofo y geógrafo fran-
mente, alrededor de las ciudades importantes la
cés enunció que, entre los derecho básicos de los
vida cotidiana, económica, social, cultural y po-
ciudadanos, junto al derecho de libertad, trabajo,
lítica de zonas urbanizadas o rurales alejadas y
salud o educación, se debía incluir el derecho a
diversificadas.
la ciudad, es decir, el derecho de los ciudadanos
La ilusión de integración en el enclave urba- a vivir en territorios propicios a la convivencia y
no de este modo, si bien permite la accesibilidad, ricos en usos diversos, en los que el espacio y
más teórica que real, a una calidad de vida supe- los equipamientos públicos sean factores de de-
rior a la del mundo rural por la inmediatez con los sarrollo colectivo e individual. El derecho de todos
servicios de toda índole, sin embargo, este poten- a disfrutar de un entorno seguro que favorezca el
cial, con el modelo de desarrollo histórico desi- progreso personal, la cohesión social y la identi-
gual e inequitativo, no se traduce en una mejora dad cultural. Lefèbvre se oponía así a la deshu-
de las condiciones de vida de sus habitantes, sino manización de las ciudades, y trataba de rescatar
que al contrario, genera concentraciones econó- al hombre como elemento real y principal, como
micas y de poder, grandes bolsones de pobreza, eje de una ciudad que el hombre mismo había
marginación social, desigualdad, discriminación, construido durante su historia.
exclusión, injusticia e insostenibilidad. Tal como señala Charlotte Mathivet, aquél
construye una propuesta política que parte de la
El desarrollo histórico de las ciudades ciudad para reivindicar la posibilidad de que la
y el derecho a la ciudad gente volviera a ser dueña de la ciudad. Frente a
los efectos causados por el neoliberalismo, como
Históricamente, el desarrollo de las ciudades la privatización de los espacios urbanos, el uso
precedió a la formación del Estado-Nación, y cons- mercantil de la ciudad, la predominancia de in-
tituyó la célula madre de los Estados modernos. dustrias y espacios mercantiles, se propone una
Con el devenir del tiempo, en el mundo, las nueva perspectiva política denominada derecho a
la ciudad. La ciudad fue tomada por los intereses
formas urbanas han evolucionado, crecieron en
del capital y así dejó de pertenecer a la gente, por
tamaño y en complejidad. A partir de la revolución
lo tanto, Lefèbvre aboga a través del derecho a
industrial, se puso claramente ������������������
de manifiesto que
la ciudad por “rescatar el hombre como elemento
la forma de asentamiento del modo de producción
principal, protagonista de la ciudad que él mismo
capitalista no era neutra y que los problemas que
ha construido”. El derecho a la ciudad es enton-
la ciudad generaba no se distribuían de forma ho-
ces restaurar el sentido de ciudad, instaurar la
mogénea. posibilidad de un vivir digno para todos, y hacer
La insatisfacción por las contradicciones cre- de la ciudad “el escenario de encuentro para la
cientes entre el potencial de las ciudades y la sa- construcción de la vida colectiva”.
tisfacción de las necesidades de sus habitantes Asimismo, la vida colectiva se puede cons-
ha reactivado la reflexión sobre las ciudades rea- truir sobre la base de la idea de la ciudad como
les de hoy y sobre cómo son las condiciones de producto cultural, colectivo y, en consecuencia,
vida en éstas.
El derecho de los ciudadanos a la ciudad. La ciudad como célula madre del Estado-Nación
“(...) el derecho a la
ciudad no es un derecho
más, es el derecho a hacer
cumplir los derechos que
ya existen formalmente”.
político. La ciudad, como lo analiza el reconoci- fenómeno de la ciudad está analizado y pensado
do urbanista catalán Jordi Borja, es un espacio a través de los conceptos de ciudadanía y espacio
político donde es posible la expresión de volun- público con una visión integral e interdependien-
tades colectivas; un espacio para la solidaridad, te de los derechos humanos para lograr la meta
pero también para el conflicto. El derecho a la de recuperar la ciudad para todos sus habitantes.
ciudad es la posibilidad de construir una ciudad Sin embargo, es importante aclarar que el dere-
en la que se pueda vivir dignamente, recono- cho a la ciudad no es un derecho más, es el dere-
cerse como parte de ella y donde se posibilite cho a hacer cumplir los derechos que ya existen
la distribución equitativa de diferentes tipos de formalmente. Por eso, el derecho a la ciudad se
recursos: trabajo, salud, educación, vivienda; basa en una dinámica de proceso y de conquista
recursos simbólicos: participación, acceso a la en la cual los movimientos sociales son el motor
información, etcétera. para lograr su cumplimiento.
El derecho a la ciudad es “el derecho de toda Un paso fundamental en la construcción del
persona a crear ciudades que respondan a las derecho a la ciudad ha sido la elaboración de la
necesidades humanas”. Todo el mundo debería Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad articu-
tener los mismos derechos para construir los dife- lada por Habitat International Coalition (HIC): un
rentes tipos de ciudades que queremos. El dere- conjunto de movimientos populares, organizacio-
cho a la ciudad, como lo afirma David Harvey, “no nes no gubernamentales, asociaciones profesio-
es simplemente el derecho a lo que ya está en la nales, foros y redes nacionales e internacionales
ciudad, sino también el derecho a transformar la de la sociedad civil, comprometidas con las lu-
ciudad en algo radicalmente distinto”. chas sociales por ciudades justas, democráticas,
La reivindicación de la posibilidad necesaria humanas y sustentables. La Carta Mundial por el
de crear otra ciudad se basa en los derechos Derecho a la Ciudad busca recoger los compro-
humanos, y más precisamente en los derechos misos y medidas que deben ser asumidos por la
económicos, sociales y culturales (DESC). El sociedad civil, los gobiernos locales y nacionales,
Derecho a la ciudad
El derecho de los ciudadanos a la ciudad. La ciudad como célula madre del Estado-Nación
En camino
hacia el derecho a la ciudad
Marita Perceval
Subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos
de la Secretaría de Derechos Humanos
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
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En camino hacia el derecho a la ciudad
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Derecho a la ciudad
animados por una fuerza de resistencia, buscan accesibilidad, que puede venir de la mano del
el cambio social y convergen en proponer la cons- mercado a través de importantes inversiones,
trucción del derecho a la ciudad. no se desvincule de la proximidad. Puesto que
En 2010, el Foro Urbano Mundial en su quin- accesibilidad sin proximidad refuerza el funcio-
ta versión elige como lema “The Right to the City namiento desigualitario de la ciudad. Este debate
Bridging the Urban Divide” [El derecho a la ciu- es el que anima la prioridad de encontrar una ar-
dad, uniendo la brecha urbana]. En él se plantea ticulación virtuosa entre lo justo, lo democrático
la voluntad de apropiarse del derecho a la ciudad y lo sustentable.
como propuesta política de cambio y alternativa El objetivo de la Cumbre de la Tierra es promo-
a las condiciones de vida urbana creadas por las ver una Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad
políticas neoliberales. con el fin de construir un instrumento universal y
Un paso fundamental en la construcción del consistente que pueda ser adoptado por el siste-
derecho a la ciudad es la elaboración de la Carta ma de las Naciones Unidas, los sistemas regio-
Mundial por el Derecho a la Ciudad articulada por nales de derechos humanos y los gobiernos en
Hábitat International Coalition (HIC). vistas a definir y adoptar el derecho a la ciudad
Esta construcción entraña un intenso proceso como un nuevo derecho humano, exigible, univer-
que reconoce distintas etapas. sal, indivisible e interdependiente de los restantes
La idea de construir el derecho a la ciudad derechos humanos.
como un nuevo derecho humano emergente nace El preámbulo de la Carta Mundial por el De-
en las actividades preparatorias de la Cumbre de recho a la Ciudad afirma que “los modelos de
la Tierra –II Conferencia Mundial de las Naciones desarrollo implementados en la mayoría de los
Unidas sobre Medio Ambiente– que se realiza en países empobrecidos se caracterizan por esta-
Río de Janeiro, Brasil, en 1992. En esa ocasión, blecer niveles de concentración de renta y de
se suscribe el Tratado sobre Urbanización “Por poder que generan pobreza y exclusión, contri-
ciudades, villas y poblados justos, democráticos buyen a la depredación del ambiente y aceleran
y sustentables”. los procesos migratorios y de urbanización. Las
Puesto que la ciudad descansa sobre el en- ciudades están lejos de ofrecer condiciones y
cuentro de las diferencias, la vida urbana exige oportunidades equitativas a sus habitantes. La
la supresión de las fronteras, distancias y dis- población urbana, en su mayoría, está privada o
criminaciones con el fin de garantizar el acceso limitada –en virtud de sus características econó-
a todos los espacios de la ciudad, plantea Yves micas, sociales, culturales, étnicas, de género y
Jouffe. Pero también advierte sobre la necesi- edad– para satisfacer sus más elementales ne-
dad de ejercer un proyecto lúcido por el cual la cesidades y derechos”.
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Derecho a la ciudad
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En camino hacia el derecho a la ciudad
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Derecho a la ciudad
Nuestras ciudades
“¿Es posible que la ciudad
vuelva a ser un espacio
de diálogo, debate,
confrontación y acuerdos?”
Zygmunt Bauman
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En camino hacia el derecho a la ciudad
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Derecho a la ciudad
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En camino hacia el derecho a la ciudad
Los derechos
en la ciudad
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Apostillas sobre el derecho
contravencional de la ciudad
de Buenos Aires
Después de casi un siglo de discusiones, hace Debemos tener en cuenta que la ciudad tie-
tiempo que se ha llegado a la feliz conclusión ne una corta vida de ente autónomo, o sea, que
de que los derechos civiles y políticos y los su población tiene poco más de quince años de
derechos económicos, sociales y culturales se experiencia federal, pues hasta entonces y des-
hallan globalizados, o sea, que ninguno de ambos de 1880 se hallaba en situación de intervención
órdenes puede existir y ser garantizado sin el otro. federal permanente. A eso se agregaba una situa-
Sin espacios de reclamo e incluso de adecuada ción de absoluta limitación e inseguridad jurídica
protesta, no existe posibilidad de avance de en cuanto a la libertad personal de sus habitantes,
los estándares de realización de los derechos sometidos a una constante arbitrariedad policial.
sociales, que como es sabido, son de realización Por cierto que la ciudad no alcanzó su condi-
progresiva, lo que no implica que no sean ción de ente político autónomo en razón de recla-
verdaderos derechos y, por ende, susceptibles de mos de su población, sino en función de la coyun-
reclamo judicial en esa medida. tura política que llevó a la reforma constitucional
Uno de los aspectos sustanciales es, pues, el de 1994. Tampoco hubo una resistencia popular a
espacio de reclamo que existe en la ciudad. En la arbitrariedad policial que afectaba la seguridad
este sentido, el derecho contravencional es uno de sus ciudadanos, sino que ésta se limitó incluso
de los aspectos más centrales a considerar, pues- a un amplio sector de la opinión pública manipu-
to que se trata del tradicional instrumento de re- lada por comunicadores mediáticos y por algunos
presión y reducción de ese espacio. sectores del poder.
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Apostillas sobre el derecho contravencional de la ciudad de Buenos Aires
Las alternativas del poder contravencional de la ciudadanos, pero mientras se violan las de los su-
ciudad merecen ser recordadas, para evitar futuros balternos, nadie las reclama. Sólo cuando se toca a
errores y para perfeccionar la situación vigente. alguien del sector hegemónico se hacen efectivas.
En la ciudad de Buenos Aires, desde el siglo En la primera presidencia del teniente general
XIX, el jefe de la policía fue legislador contraven- Perón, las Damas de Beneficencia hicieron una
cional y también juez contravencional, o sea que protesta pública cantando el Himno Nacional en
tenía facultades que la Constitución Nacional pro- la calle Florida y fueron detenidas y condenadas
híbe expresamente al Presidente de la República. por tumulto por el jefe de policía e internadas en
Las funciones legislativas las perdió en 1956 y las el Buen Pastor. Después de 1955, la emprendie-
judiciales en 1998. ron contra los edictos. Estaban a punto de ser
Somos un país con considerable nivel de cul- declarados inconstitucionales cuando por decre-
tura jurídica. Sin embargo, hemos tolerado esa to-ley 17.189/1956, ratificado por la ley 14.467 de
atrocidad constitucional sin pestañear. Por cierto 1958 (la llamada ley ómnibus), se los hizo ley de
que –como siempre– se han inventado explica- la Nación para salvar su vigencia. El jefe de poli-
ciones insólitas, como la del derecho penal admi- cía siguió siendo juez contravencional, pero ya no
nistrativo, tomada de James Goldschmidt, ilustre podía legislar.
catedrático alemán perseguido por judío y que Si era una aberración que el jefe de policía
murió en tierras rioplatenses, pero que sospecho legislase, no lo fue menos que el texto de esos
que nunca se enteró del uso perverso de su teo- edictos pasase a ser contenido de una ley nacio-
ría, por otra parte elaborada con base en la legis- nal. En ningún país serio podría una ley punitiva
lación del Imperio del káiser Guillermo II que, sal- tener semejante contenido, con disposiciones de
vo que alguien demuestre lo contrario, no parece derecho penal de autor, tipos de sospecha, ana-
tener mucho en común con nuestra Constitución crónicos, con prohibiciones absurdas o con ha-
Nacional. bilitaciones de penas para hechos que no eran
Tomás Jofré, el procesalista penal más desta- conductas, otros abiertamente ridículos (prohibi-
cado de su tiempo, autor del código procesal penal ción de banderas el 1° de Mayo, tarjeta firmada
de San Luis –su provincia natal– y de la Provincia por el comisario prendida al pecho izquierdo para
de Buenos Aires, hace noventa años afirmaba, en disfrazarse en carnaval, prohibición del juego de
su famosa obra de conjunto, que en ningún país padrone e sotto).
civilizado se legislaba en materia contravencional Mientras tanto, el jefe de policía fue el juez
como en la ciudad de Buenos Aires. que más sentencias dictó, superando a toda la
¿Cómo perdió el jefe de policía la facultad magistratura penal del país: más de cien mil pro-
de legislar? ¿Acaso por el clamor público contra cedimientos contravencionales por año, en una
semejante suma del poder? ¿Acaso porque los población inferior a tres millones de habitantes.
jueces la declararon inconstitucional? No. Fue Realmente un record, expeditivo como ningún
como siempre. Las garantías son de todos los magistrado.
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Derecho a la ciudad
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Apostillas sobre el derecho contravencional de la ciudad de Buenos Aires
del Código Penal, permanecían impávidos con- usó ningún elemento de esta naturaleza, me-
templando desmanes. Los vecinos de las zonas tiéndose directamente con la privacidad de las
afectadas protestaban y la respuesta policial era personas en violación al artículo 19 de la Cons-
que el Código Contravencional había derogado el titución Nacional.
delito de exhibiciones obscenas y que no había Como era de esperar, poco y nada cambió en
norma que prohibiese los ruidos molestos. la realidad, salvo el restablecimiento de los cáno-
Entre los vecinos justamente molestos por nes de recaudación autónoma policial, pero los
estos desmanes aparecían algunos sospechosa- medios dejaron de tratar en el tema.
mente repetidos ante todas las cámaras de tele- No obstante, desde el gobierno de la propia
visión. ciudad, se insistía en sancionar la contravención
Después de algunos meses, la Legislatura de de “merodeo”. Se trata de un delito de sospecha.
la ciudad, en una sesión cuyo debate es de lectura ¿Cuál era la norma violada en estos proyectos?
necesaria para comprender cómo se anunciaba la Las normas se deducen de los tipos y si el tipo
próxima agonía de una clase política que mostra- sanciona al que “merodea” en actitud sospecho-
ba signos alarmantes de decadencia, reformó el sa, como “merodeo” en el medio urbano no puede
Código Contravencional, introduciendo un esper- ser otra cosa que andar dando vueltas y eso no
pento legal sin precedentes: sancionó la “oferta y puede ser prohibido a nadie, lo prohibido es “ha-
demanda de sexo en la vía pública”. cerse sospechoso a la policía”.
Los edictos, por lo menos, exigían el “escán- No se trata de detener e identificar, como me-
dalo”, y aunque nadie supiese qué era “escán- dida de prevención, a quien resulte sospechoso,
dalo” y el concepto fuese manejado arbitraria- facultad que tiene la policía desde siempre, pu-
mente por el jefe de policía, por lo menos había diendo detener hasta diez horas (la llamada ley
un elemento que trataba de cerrar el tipo con- Lázara), lo que es materia de otra discusión, sino
travencional, pero la Legislatura de la Ciudad directamente de penar al sospechoso como “autor
de Buenos Aires fue mucho más allá, pues no de la conducta de hacerse sospechoso”.
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Derecho a la ciudad
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Apostillas sobre el derecho contravencional de la ciudad de Buenos Aires
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condicionó en la institución y que alucinaba una país entero y llegue a la ciudad para poder contar
nueva guerra publicitada impúdicamente por los por primera vez en nuestra historia con una poli-
medios televisivos de su tiempo. cía territorial comunitaria, de cercanía, próxima a
Las lamentables consecuencias de dos presi- la conflictividad, que prevenga y derive conflictos,
dentes empujados por la producción de muertes sin tener que llevar adelante otras tareas que no le
policiales no bastaron para poner de manifiesto son propias, ni que se transforme únicamente en
los peligros políticos de una carencia de política una fuerza de ocupación territorial, como también
policial. La prudencia política que siempre debe- que en el orden federal dispongamos de una policía
rá reconocerse al presidente Kirchner evitó ma- realmente idónea para la prevención de las gran-
les mayores y nuevas ejecuciones sin proceso, des amenazas que modernamente cunden por el
al amparo de los más graves defectos de técnica mundo. Por otro lado, que sean los legisladores los
con la pretensión de utilizar armas de fuego para que cumplan con la función de legislar al margen de
controlar desórdenes. agendas marcadas por las corporaciones mediáti-
Los acontecimientos de fines del año 2010 cas y que sean los jueces los que juzguen conduc-
mostraron una vez más los grandes riesgos de las tas contando como auxiliar con una policía judicial
policías autonomizadas para la vida democrática de investigación específica, sin estar amenazados
del país y, al mismo tiempo, su ineficacia preven- por campañas de linchamiento publicitario.
tiva en su función específica. Es inútil hablar de derechos sociales en serio
Creemos que ha llegado el momento de hablar sin tener asegurado el espacio de reclamo y pro-
de todo esto y la reciente creación del Ministerio de testa adecuada y civilizada. Nuestra libertad es
Seguridad en el ámbito nacional abre una esperan- tan preciada como nuestra salud, que, por cierto,
za. Esperamos que este efecto se propague por el no la dejamos en manos de improvisadores.
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Derecho a la ciudad
y justicia social
Una ciudad para todas y para todos
Ana Casal
Máster en Análisis de la Opinión Pública (USM),
Subsecretaria de Planificación Estratégica
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación,
integra el Cuerpo de Administradores Gubernamentales
de la Jefatura de Gabinete de Ministros
Plantear una ciudad para todas y todos puede Una ciudad exclusiva para los mejores, que no
parecer hoy una consigna obvia. Sin embargo, es más que la afirmación que sintetiza el mode-
no lo es. lo de una ciudad excluyente: sólo para dueños.
A la pregunta sobre para quién es esta ciudad, Los que no tienen propiedades –los desposeídos,
algunos responden que es para pocos, para algu- los desheredados– no tienen derecho a habitarla.
nos elegidos, para aquellos que merecen habitar- O, en los hechos, tienen casi su propia ciudad,
la. En este punto podemos citar las palabras de una ciudad de pobres creciendo al margen de una
Guillermo del Cioppo, último intendente de la dic- ciudad de ricos.
tadura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Esta exclusión territorial, propia de la gestión
que, hacia 1980, cuando era titular de la Comisión neoliberal de las ciudades, es un síntoma de la
Municipal de la Vivienda (CMV), expresaba esta exclusión social. La fragmentación social se mani-
postura –que hoy pocos se animarían a declarar fiesta en la propia superficie del tejido urbano, no
públicamente de forma tan elocuente–. es algo que haya que ir a investigar en las profun-
“(...) vivir en Buenos Aires no es para cualquie- didades. Se retraduce en la forma de territorios de
ra sino para el que la merezca, para el que acepte exclusión, que son considerados como un cuerpo
las pautas de una vida comunitaria agradable y extraño, y que aparecen interrumpiendo la lógica
eficiente. Debemos tener una ciudad mejor para mercantil de la ciudad oficial, lógica que resulta
la mejor gente”1. también en la privatización del espacio público.
1
Revista Competencia, N° 191, Buenos Aires, marzo, 1980.
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Derecho a la ciudad
Siguiendo a Bourdieu2, estos espacios se ca- ministerios nacionales en el marco del Consejo
racterizan esencialmente por una ausencia: la Coordinador de Políticas Sociales es una mani-
del Estado. De hecho, si vemos un mapa de la festación de la preocupación del Estado Nacional
infraestructura social y de servicios públicos de por estos territorios.
la ciudad de Buenos Aires, constatamos que allí La ciudad del sueño neoliberal es una ciudad
donde las redes –de agua, de electricidad, cloaca- que resulta en territorios sobreprotegidos a espal-
les, de transporte– se cortan, donde existe riesgo das de territorios abandonados. Un territorio parti-
ambiental, donde encontramos la deserción/de- do en vez de compartido. Una ciudad fragmentada,
sertificación estatal, es donde podemos detectar una ciudad rota, metáfora geográfica de la fractura
la concentración geográfica de la pobreza. No se social que aísla a grandes sectores de la pobla-
trata entonces de una segregación invisible. Por ción, debilita su participación política y le impide
el contrario, este modelo espacializa la segrega- su acceso a derechos básicos. El norte y el sur
ción socioeconómica haciéndola visible y aislan- como cristalizaciones de esta división. Una falta
do a los habitantes en barrios destituidos de los de cohesión territorial y social que margina y aísla,
mínimos derechos, “las zonas de no derecho”3. impidiendo la convivencia y el diálogo entre los di-
Corresponde aclarar que a lo largo del artículo ferentes, quienes se desconfían mutuamente.
me refiero especialmente a la ausencia del Es- Esta tendencia a generar espacios sin mezcla
tado local, ya que en los últimos años se regis- social alguna implica una política simultánea de
tran esfuerzos del Gobierno Nacional en distintas bipartición y homogeneización, que va empo-
villas y asentamientos de la ciudad de Buenos breciendo cultural y socialmente a la ciudad. Es
Aires. Cabe distinguir el interesante y logrado interesante marcar en este punto que se trata
despliegue territorial de los Centros de Acceso de homogeneizar y no de igualar. Por el contra-
a la Justicia, una política activa del Ministerio de rio, este proceso de anulación del diferente –al
Justicia y Derechos Humanos de la Nación –casi que se excluye y teme– y de la diversidad que
la única institución estatal presente en distintas este aporta, potencia aún más las desigualda-
villas de la ciudad– y el esfuerzo creciente de nu- des existentes. A su vez, lo que es visto como
merosos programas nacionales –especialmente homogéneo desde afuera, oculta, en el caso de
del Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo las zonas relegadas de la Ciudad Autónoma de
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad So- Buenos Aires, una enorme heterogeneidad inter-
cial– por acercarse a estos ciudadanos, utilizando na, fruto de la numerosa población inmigrante de
para ello diferentes estrategias. Asimismo, la polí- diversos orígenes que las conforma. Podríamos
tica interministerial Ciudadanía e Inclusión llevada decir, sí, que esta población es “homogénea en
adelante en 2010 y de la que participaron ocho la desposesión”4.
2
Bourdieu, Pierre, “Efectos de lugar”. En: La Miseria del Mundo. Akal, Barcelona, 1999.
3
Wacquant, Loic, Los condenados de la ciudad. Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2007.
4
Bourdieu, Pierre, “Efectos de lugar”. En: La Miseria del Mundo, Barcelona, Akal, 1999.
28
Derecho a la ciudad y justica social: Una ciudad para todas y para todos
5
Wacquant, Loïc, “El cuerpo, el gueto y el Estado penal”. En: Apuntes de Investigación del CECYP: Oficios y Prácticas, N° 16, Uni-
versidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2007.
29
Derecho a la ciudad
6
Santos, Milton, Ensayos sobre la urbanización latinoamericana. Hucitec, San Pablo, 1982.
30
Derecho a la ciudad y justica social: Una ciudad para todas y para todos
“Garantizar la igualdad
implica, necesariamente,
desplegar una política de
discriminación positiva de
territorios y grupos. Esto
requiere también operar
sobre el plano urbanístico
y modificar las formas de
planificar y gestionar las
ciudades”.
7
Wacquant, Loic, Los condenados de la ciudad. Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2007.
8
Castel, Robert, Las metamorfosis de la cuestión social. Paidós, Buenos Aires, 1997.
31
Derecho a la ciudad
9
Cruz, Manuel y Birulés, Fina (comps.), En torno a Hannah Arendt. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1994.
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El derecho a la ciudad1
Horacio González
Sociólogo,
Director de la Biblioteca Nacional
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Derecho a la ciudad
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El derecho a la ciudad
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Derecho a la ciudad
artística e intelectual. En toda gran metrópolis ciudades periféricas del viejo conurbano, expan-
hay ciencias ocultas, clandestinidad y secreto. dir fundaciones laterales, recrear sus aparatos
Estas evidencias no deben alcanzar su punto de educativos mediante una gran reforma pedagó-
fusión con la producción capitalista de la ilegali- gica que realce las formas de vida suburbanas a
dad, que ya son formas de dominio fuertemente la luz de nuevos descubrimientos culturales uni-
alienadas que afectan la ciudad abierta. La hipó- versalistas. Hay que ir hacia el sur, el oeste y el
tesis de “inclusión social” es generosa, pero debe norte de la Región Metropolitana, hacia todo el
ser acompañada del proyecto de cambiar también cuadrante de las aguas y los vientos, hacia el Río
la ciudad –en el sentido de su cultura democráti- de la Plata, con nuevas hipótesis habitacionales
ca y social–, en la que simultáneamente nuevos y de socialización de las tecnologías del vivir in-
habitantes de pleno derecho se incluyan. La ciu- tervinculante.
dad es una máquina incesante donde millones Para replantear Buenos Aires, es posible con-
de acciones humanas se interrogan a sí mismas, vocar a una vasta familia de arquitectos e inge-
por eso, no debe quedar en manos de poderes nieros; demógrafos, sanitaristas y antropólogos;
que hagan de ese universo genérico un poder críticos literarios, técnicos, sociólogos, psicólo-
abstracto, un logotipo disciplinario. Las grandes gos y novelistas; cineastas, políticos e informá-
tecnologías contemporáneas son manifestación ticos de nuevas estirpes, las profesiones de la
de una urbe viva, no ésta de aquéllas. construcción y la imaginación, ésas y otras, que
Las colosales obras de ingeniería, la acción están destinadas a repensar las ciudades por el
de una tuneladora o de grandes grúas deben ser trabajo, el arte y la política. Existe el saber de
decisiones políticas democráticas y no manifes- los que trabajaron y trabajan con la materia viva
tación de un poder técnico que desconecte para popular y los símbolos literarios de vanguardia,
siempre la urbe de las lluvias o de la naturaleza. los que ya se empeñaron y se siguen empeñan-
Los grandes puentes son la historia de la ciudad. do en la tarea, como los arquitectos Bereterbi-
El pavimento no es ocultación del suelo sino dia- de, Marcos Winograd, Juan Molina y Vedia. En
léctica cultural de la existencia urbana. El conur- esas filas, trabajaron y trabajan también los que
bano debe ser repensado en el sentido del urba- se ocuparon de escribir la ciudad, como Roberto
nismo crítico, de nuevas vías de comunicación no Arlt, Borges, Scalabrini Ortiz, David Viñas. Es en
radiales, de la justicia social y un mundo laboral- esta época, no otra, donde esto, además de po-
existencial volcado a un juego centro-periferia, der ser discutido, se preste al sentimiento de que
intercambiable y sin subordinaciones, realmen- es posible otro habitar y otro convivir en la ciudad
te emancipado. Hay que refundar también las de Buenos Aires.
36
Políticas con perspectiva
de derechos
Desarrollo social
y derecho a la ciudad
38
Desarrollo social y derecho a la ciudad
Hablar de desarrollo social es hablar de una po- agrandar la Nación”, claramente quedaba refle-
lítica integral y colectiva que coloca en el centro a jado que el individualismo era más fuerte que la
la persona, su familia y la comunidad desde una solidaridad del conjunto.
perspectiva de ejercicio de derechos y responsabi- Es así que se naturalizaron la pobreza, el de-
lidades, siendo las ciudades el sustento material y sempleo y la exclusión; y, por ende, la sociedad
simbólico de problemas y oportunidades sociales. quedó dividida entre los que podían o no sobrevi-
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Trabajar en pos del desarrollo social es un vir bajo las reglas del mercado. Para los primeros,
proceso lento que debe construirse entre todos. todas las bondades del modelo. Para los otros,
Por lo tanto, primero tuvimos que reconstruirnos
el abandono, la desnutrición, el abuso, la explo-
desde las cenizas y reparar los efectos nefastos
tación, la violencia… y sólo algunas prestaciones
que produjeron las políticas implementadas en las
básicas que los sostenían como meros objetos re-
últimas décadas. Es decir, como sociedad tuvi-
ceptores de recursos.
mos que encontrar un destino común en la cons-
trucción de un país que nos incluya a todos y no a “Las ciudades”, como procesos de relaciones
unos pocos privilegiados. e intercambio sociales no quedaron ajenas a esta
La concepción neoliberal instrumentó políti- fragmentación y desintegración. La brutal inequi-
cas sociales focalizadas que, a pesar de definirse dad también se reflejó en la apropiación y delimi-
como “compensatorias, reparadoras y contene- tación de los espacios como bienes privados y de
doras de los desajustes momentáneos del mer- acceso restringido versus los espacios públicos
cado”, produjeron efectos sociales devastadores: como un “no lugar de nadie”. El ritmo especulati-
nos hicieron creer que este país era inviable; que vo de los negocios y las urgencias comerciales y
sus hombres y mujeres también lo eran; que, bí- financieras produjeron efectos de “balcanización
blicamente, pobres hubo siempre y que ese sino espacial”, con pérdida de ciudadanía y de dere-
trágico, absolutamente inevitable, tenía que ver chos básicos, y el retroceso de los niveles cultura-
con el fin de la historia. les, económicos y sociales.
Aquí, cabría una pregunta: ¿Sobre qué con- Es así que esta delimitación sigue producien-
cepto de desarrollo se sustentaban estas políti- do efectos y reforzando un imaginario social indi-
cas cuando no compensaron y sí profundizaron
vidualista, que desconfía de lo diferente, rechaza
la precariedad de muchas familias por la situación
el Estado como proceso colectivo, desprecia la
de ajuste que el modelo reproducía?
política como transformación. Vemos con dolor
El pensamiento neoliberal alcanzó tal grado
cómo aún en ciertas “ciudades ricas”, existen
de hegemonía en lo económico, político, social
y cultural que, a modo de profecía autocumplida, mayorías pobres. Y lo más deleznable es que
atravesó a la mayoría de la sociedad, que creyó sus gobernantes no tienen intención de modificar
como verdad inexorable que “el sálvese quien esta situación, sino que la profundizan: asignan
pueda de la lógica del mercado” era la única una reducida parte de sus recursos a mejorar la
solución. En el axioma “achicar el Estado es vida de los que menos tienen, los ubican en los
39
Derecho a la ciudad
Desde este proyecto nacional, popular y demo- de la profundización del desarrollo local en los dis-
crático, queremos hacer el aporte para reconstruir tintos territorios y la promoción de los recursos en
espacios que, conteniendo a las comunidades, poder de las comunidades.
les permitan organizarse y participar. Es por ello Como esta “construcción” no se agota en lo
que trabajamos todos los días con todos los que material sino que apunta a bienes intangibles y
piensan como nosotros y con los que no. Porque simbólicos, en el siguiente análisis, se podrá ob-
para cambiar las miradas es necesario convencer servar que ese ejercicio ciudadano, planteado en
con prácticas justas y solidarias. los principios del derecho a la ciudad, está llevado
Un ejemplo concreto de una política integral que a la práctica por distintas comunidades y en dis-
apunta al desarrollo social y que contiene los prin- tintos territorios, todos ellos, con su particularidad
cipios básicos de los enunciados en la Carta Mun- e identidad.
dial por el Derecho a la Ciudad es la construcción Los principios enumerados en el derecho a
de los centros integradores comunitarios (CIC). la ciudad son: la gestión democrática, la función
Estos centros constituyen un modelo de ges- social en general y en particular de la propiedad,
tión pública que implica la integración y coordi- el ejercicio pleno de la ciudadanía, la igualdad y
nación de políticas de atención primaria de salud no discriminación, la protección especial de los
y desarrollo social en un ámbito físico común de grupos y las personas en situación de vulnerabili-
escala municipal. Es un espacio público de inte- dad, el compromiso social del sector privado y el
gración comunitaria con el fin de transformar la impulso de la economía solidaria y las políticas
realidad en pos de la inclusión social, por medio impositivas progresivas.
41
Derecho a la ciudad
Respecto al funcionamiento de los centros inte- la economía formal de aquellas personas en si-
gradores comunitarios (CIC), podemos decir que: tuación de vulnerabilidad que han estado históri-
• La gestión de los CIC es democrática y se camente excluidas de los sistemas impositivos y
realiza a través de la organización de la comuni- de los circuitos económicos.
dad en las denominadas “mesas de gestión”. Tal como otras políticas, los centros integrado-
• Este modelo de gestión pública está pensado res comunitarios tienen un sentido en sí mismos,
con y desde la comunidad. Es una planificación que se resignifica con el contexto de los resul-
de abajo hacia arriba y con las características de tados de otras políticas públicas activas: el au-
cada territorio mento del trabajo registrado, el descenso de la
• La propiedad está registrada a nombre del desocupación, el incremento de la participación
municipio, porque el Estado local también está salarial en el PBI, la moratoria jubilatoria, el au-
presente, pero la función es eminentemente social, mento de la cobertura de las pensiones no contri-
por eso se constituyen las mesas de gestión. butivas, los aumentos en el monto de la jubilación
• Todos pueden participar en igualdad. mínima, las obras de infraestructura energética y
• La economía social encuentra en los CIC un viales, la cobertura en salud, la construcción de
espacio de desarrollo, tanto por los talleres de for- viviendas, la asignación del 6,5% del PBI para la
mación, como de producción. Las cooperativas educación, la modificación de la educación se-
de trabajo que construyeron el edificio, como los cundaria y la recuperación de la educación téc-
emprendedores de la comunidad, se encuentran nica, la valoración de la ciencia y tecnología, y
registrados en el Monotributo Social que es una tantas otras políticas sectoriales realizadas con el
categoría tributaria permanente, creada con el fin último de colaborar con el desarrollo social de
objeto de facilitar y promover la incorporación a nuestra comunidad.�
“(…) Ahora más que nunca debemos profundizar lo que vinimos concretando
desde aquel mayo del año 2003. No es tiempo de tibios sino de militantes compro-
metidos con la causa popular. En política no pueden asustarnos los conflictos ni la
supuesta fortaleza del enemigo. Nosotros no venimos a dejar de lado nuestras con-
vicciones, venimos a concretarlas. Llegamos al gobierno para poner a la Argentina
de pie, para luchar por la distribución justa de la riqueza, para situarnos políticamen-
te en una América Latina que vuelve a soñar con su destino de grandeza. Por eso
seguimos militando”.
42
Sistema Único de Boleto
Electrónico (SUBE):
una herramienta de cambio
en los derechos ciudadanos
El sistema de transporte del Área Metropoli- servicios. Está compuesto por 18.000 colectivos,
tana de Buenos Aires (AMBA) es la herramienta 7 líneas de trenes, 6 líneas de subterráneo y un
de conectividad y desarrollo humano y producti- premetro. El sistema de transporte del área metro-
vo de la región. Genera 11 millones de viajes por politana genera 330 millones de viajes mensuales.
día, de los cuales el 66% tienen su motivo en el Esta situación la ubica entre las tres ciudades más
trabajo, en una región que ha superado los 13 importantes en materia de transporte público del
millones de habitantes. mundo, junto a San Pablo y Hong Kong.
El sistema se ha desarrollado a partir del cre-
cimiento de la región, como consecuencia de po-
El servicio público como derecho
líticas macroeconómicas y no centrado en una
planificación estratégica de la zona.
Dentro de los derechos humanos inalienables
El transporte público en su totalidad tuvo y
se encuentra el derecho a los servicios públicos
tiene la responsabilidad de ser el gran movili-
zador cotidiano de desarrollo. Es por ello que el como herramienta que sirva para mejorar la ca-
gobierno nacional, desde el año 2003, no ha ce- lidad de vida a los habitantes de la Nación. En
jado en generar una política de inversión sobre este punto hay que considerar al transporte de
el sector en sus distintas formas: mejorar la viali- pasajeros como uno de los servicios públicos más
dad, invertir en los sistemas de patrimonio estatal básicos y primarios de nuestro país.
(subterráneo, tren y premetro) y regular el sistema La significativa importancia de estos servicios
de autotransporte para una mejora continua de los radica en que cumplen la función de nivelar las
43
Derecho a la ciudad
44
Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE): una herramienta de cambio en los derechos ciudadanos
1
Fuente: Investigación de Transporte Urbano Público de Buenos Aires (INTRUPUBA).
45
Derecho a la ciudad
ANSES
+ CUIT / SUBSIDIO
AFIP
El pasajero se acerca Con el DNI
Pasajero con su tarjeta y DNI Centro de (CUIT) accede Base de datos
(CUIT) al Centro de Adhesión a datos
Adhesión y solicita el personales
subsidio
46
Dime qué ciudad imaginas
y te diré qué sociedad pretendes
47
Derecho a la ciudad
provincias la autoridad de fijar el alcance de esa El municipalismo es la forma con que mayori-
autonomía municipal y reglamentarla en sus terri- tariamente se organiza políticamente en nuestro
país el nivel de gobierno más próximo al ciuda-
torios (artículos 5 y 123).
dano. Para abarcar todas las posibilidades exis-
Todo esto ha tenido como consecuencia que
tentes, preferimos hablar del nivel de gobierno
exista un fuerte nivel de competencias y recursos
local. Este es, por su proximidad a la ciudadanía,
en el nivel de gobierno provincial, que le permi-
el que contribuye en gran medida a forjar el juicio
te a nuestro país mostrar importantes índices de
de valor de sus vecinos sobre el funcionamien-
descentralización y, al mismo tiempo, mostrar un
to del sistema democrático. Pero es también un
universo municipal muy diverso y heterogéneo
concepto que encierra otros significados cualitati-
en cuanto a dimensiones, alcance de sus com-
vamente relevantes.
petencias, recursos, fortalezas y debilidades, que
Los gobiernos locales son cada vez más, por
depende de los consensos políticos obtenidos el creciente proceso de urbanización, concentra-
al momento de incorporar este concepto a cada ción y metropolización de la población nacional y
constitución provincial y al legislar al respecto. mundial, mayoritariamente, gestión de ciudades
Existen provincias que aún no han incorporado la y en consecuencia de los ámbitos donde se al-
autonomía municipal y se rigen por leyes orgáni- canzan los procesos más importantes de socia-
cas municipales con competencias restringidas. lización, de evolución de nuestras sociedades.
Al mismo tiempo, en la última reforma constitu- Las ciudades son el escenario de los cambios, el
cional, se estableció la autonomía de la ciudad de escenario que los intelectuales reconocen como
Buenos Aires (artículo 129), y se le otorgó un es- la máquina más poderosa del mundo moderno.
tatus especial que suma a los atributos históricos Por eso nosotros decimos: “Dime qué ciudad ima-
de su gestión, competencias de legislación y juris- ginas y te diré qué sociedad pretendes”.
dicción con límites establecidos por el Congreso Todos los procesos que fomentan el indi-
Nacional, destinados a preservar los intereses del vidualismo, como lo hicieron las dictaduras en
Estado Nacional en su territorio, mientras sea la nuestros países, que además de conculcar los
Capital de todos los argentinos. derechos políticos siempre impusieron la institu-
El debate sobre alcance institucional de las ción del estado de sitio, es decir, la prohibición
gestiones locales suele utilizar distintos términos de reunión que es la base de la socialización,
que es útil ubicar política y temporalmente su sig- debilitan la memoria histórica y fomentan el de-
nificado para una mejor comprensión de las ideas sinterés por el destino colectivo. Hay muchas
que encierran. Descentralización, niveles sub- formas concretas de generar resultados simila-
nacionales de gobierno y municipalismo tienen res en las gestiones locales.
48
Dime qué ciudad imaginas y te diré qué sociedad pretendes
49
Derecho a la ciudad
50
Dime qué ciudad imaginas y te diré qué sociedad pretendes
logrado por parte de las políticas nacionales en (regularizaciones, titularizaciones, etc.) es la ma-
relación con la universalización de derechos y nera de quebrar el círculo vicioso de la injusticia.
de acceso a los servicios básicos. El récord de La política fiscal local debe capturar una parte
inversión en educación, la incorporación a los de aquellos beneficios que no son el resultado de
derechos previsionales de quienes fueron ex- la inversión privada: prácticas especulativas, deci-
pulsados del mercado de trabajo formal, la siones políticas (como el dictado de normas urba-
asignación universal por hijo y para las mujeres nas de zonificación y edificabilidad), y esfuerzos
embarazadas, la enorme inversión en redes de colectivos representados en obras y servicios pú-
agua potable y saneamiento, las 700.000 solu- blicos. De esta manera, se pueden cubrir los cos-
ciones habitacionales alcanzadas por la política tos de la extensión de los servicios esenciales para
federal de vivienda, la política de recaudación y que alcancen a las poblaciones que aún carecen
coparticipación, con especial énfasis en la dis-
de ellos. Caso contrario, se genera un fuerte dese-
tribución a provincias y municipios de la renta
quilibrio entre la privatización de las ganancias del
extraordinaria a las exportaciones de soja con des-
sistema, derivadas del derecho de propiedad, y la
tino a inversiones de carácter local, son algunos
socialización de las obligaciones de prestación pú-
de los hitos que junto a la plena vigencia de las
blica y sus costos correspondientes.
convenciones colectivas de trabajo y a la movili-
Equilibrar esa ecuación se logra por distintos
dad jubilatoria, han puesto nuevamente a nuestro
mecanismos. Estos van desde la correcta gestión
país a la cabeza de los indicadores de equidad y
del catastro urbano y la actualización periódica de
cobertura social. Pero aún resta mucho por hacer
su valuación, que constituyen la base imponible
y en ese sentido es vital que el esfuerzo nacional
del impuesto territorial y de las tasas municipales
se fortalezca y no que resulte neutralizado por las
de ABL; la aplicación de contribuciones por me-
políticas locales de apropiación de la renta urbana.
joras; la aplicación de un sin fin de mecanismos
Políticas locales complementarias con las polí-
innovadores de captura de plusvalías, como la
ticas nacionales detalladas son aquellas de inter-
creación de empresas o fideicomisos municipales
vención regulatoria y de fuerte inversión pública
o mixtos para el impulso de desarrollos urbanos;
que amplían la oferta de suelo urbano con servi-
cios para los sectores populares y ellas requieren las obligaciones contributivas, las obligaciones de
un mayor debate social sobre los mecanismos hacer y los convenios urbanísticos asociados al
adecuados para aportar a su financiamiento des- dictado de normas urbanísticas; la actualización
de el municipio. En ese sentido, es un ejemplo de los derechos de construcción; entre otros.
muy relevante el Proyecto de Ley de Acceso al En los países sajones, la financiación de los
Habitat Popular que está impulsando el Gobierno gobiernes locales se apoya en forma dominante
de la Provincia de Buenos Aires. en las contribuciones territoriales. América Latina
La dinámica propia del mercado inmobiliario, tiene una cultura tributaria mucho menos desa-
cuando es dominante la inversión como reserva rrollada al respecto, pero con experiencias muy
de valor, impulsa una espiral de precios del suelo interesantes, particularmente en países como
que expulsa a los más pobres hacia los terrenos Colombia y Brasil. En nuestro país hay cada vez
periurbanos, no servidos y ambientalmente de- más iniciativas en este sentido, algunas de las
gradados, en forma de ocupaciones informales. cuales se enunciarán en el presente trabajo. Es-
La informalidad abarca a los pobres pero también tas iniciativas, además de ser socialmente justas,
a quienes los explotan. Mantener a los pobres desde el punto de vista económico, dinamizan las
en la informalidad reproduce sus condiciones economías locales y evitan sobrecargar las con-
de explotación. Sacar a los pobres de la infor- tribuciones sobre las transacciones que afectan la
malidad mediante el otorgamiento de derechos competitividad de las ciudades donde rigen.
51
Derecho a la ciudad
Sin detenernos en las metas alcanzadas en lo náuticas y promover la industria del sector empla-
que refiere a la extensión de los servicios básicos, zada en el municipio.
por su carácter generalizado en los últimos años, • Municipio de Trenque Lauquen (Provincia
deseamos exponer brevemente y como conclusión de Buenos Aires): desarrolló un sistema de con-
de este trabajo sólo algunas experiencias de regu- venios urbanísticos que le permite regular la ex-
lación municipal de suelo urbano con claro sentido pansión urbana y contar con tierras para vivienda
social. Todas exigen un trabajo compartido entre social como parte del proceso de aprobación de
el Poder Ejecutivo y el Legislativo de cada lugar. nuevos loteos.
Cuando el municipio no es autónomo debe apoyar- • Municipio de Rosario (Provincia de Santa Fe):
se en leyes provinciales que lo habiliten o refrendar para el desarrollo urbano de tierras improductivas
sus normas ante la provincia respectiva. de carácter portuario estableció mecanismos im-
• Municipio de Moreno (Provincia de Buenos positivos de captación de plusvalías.
Aires): la experiencia es tan extensa y continuada • Municipio de Cipoletti (Provincia de Río Ne-
que se ha materializado en un instituto descentra- gro): creación de un banco de tierras poco aptas
lizado: Instituto de Desarrollo Urbano, Ambiental para la producción agropecuaria con destino a
y Regional (IDUAR), cuya gestión abarca un ban- nuevos barrios por autoconstrucción, impulsados
co de tierras municipales para destinar a vivienda por el municipio junto a ocupantes informales or-
social, convenios urbanísticos, transferencias de ganizados en cooperativas.
tierras al fisco por deudas, y programas de regu- • Municipio de Formosa (Provincia de Formo-
larización de asentamientos informales. sa): programa de saneamiento y regularización
• Municipio de San Fernando (Provincia de municipal de tierras para ocupantes informales
Buenos Aires): creó una sociedad anónima mix- mediante el sistema de lote con servicios más
ta denominada Consorcio Náutico San Fernando solución habitacional semilla. El programa viene
S.A. con participación de las cámaras empre- asociado a importantes inversiones en acceso al
sarias relacionadas con la industria náutica con agua potable, al saneamiento, equipamiento so-
el objeto de recuperar tierras costeras para el cial y transporte público.
acceso público, regularizar las concesiones
1
Se trata de una unidad mínima compuesta de habitación, baño y cocina, sobre lote con servicios, que permite a sus ocupantes
continuar ampliando por autoconstrucción.
52
La gestión democrática
de la seguridad en las ciudades
Ileana Arduino
Abogada, con orientación en derecho penal (UBA),
Secretaria de Políticas de Prevención
y Relaciones con la Comunidad
del Ministerio de Seguridad de la Nación
1
Agradezco a Geraldine Oniszczuk por su colaboración para la realización del texto.
53
Derecho a la ciudad
es que el espacio de la seguridad –como el de poder del Estado. Hoy en día, los Estados demo-
cualquier otra política– también sea un campo de cráticos promueven modelos policiales acordes
diálogo entre representantes y representados. con la participación de los habitantes, bajo el en-
El acento que pone la carta en la convivencia tendimiento de que la protección de los ciudada-
en condiciones de diversidad y en la conducción nos por parte de los agentes del orden debe dar-
democrática de las fuerzas debe ser puesto de se en un marco de respeto de la institución, las
resalto como condición de posibilidad en la cons- leyes y los derechos fundamentales. Así, desde la
trucción de modelos de seguridad genuinamente perspectiva de los derechos humanos, cuando en
democráticos. la actualidad hablamos de seguridad no podemos
Como puede advertirse, los tres parágrafos de limitarnos a la lucha contra la delincuencia, sino
ese artículo abordan los ejes indispensables para que estamos hablando de cómo crear un ambien-
el desarrollo de una política pública democrática te preciso y adecuado para la convivencia pacífi-
en materia de seguridad. ca de las personas (…)”2.
Para el contexto interamericano, estas ideas Pensar en el tratamiento de la problemática de
aparecen reforzadas en el reciente Informe sobre la seguridad en el marco del derecho a la ciudad
seguridad ciudadana y derechos humanos (2009) es un complemento importante para analizar el
de la Comisión Interamericana de Derechos Hu- fenómeno de manera integral y definir horizontes
manos al afirmar que: concretos de actuación.
“La seguridad ha sido desde siempre una de También supone, en un escenario minado de
las funciones principales de los Estados. Induda- formulaciones prefabricadas por vía del asesora-
blemente, con la evolución de los Estados autori- miento multilateral y externo, una buena herra-
tarios hacia los Estados democráticos ha ido evo- mienta hermenéutica para facilitarnos la a veces
lucionado, también, el concepto de seguridad. El dificultosa tarea de distinguir entre el alcance de
concepto de seguridad que se manejaba antes se distintas propuestas de acción y cuán genuinas
preocupaba únicamente por garantizar el orden resultan en términos democráticos.
como una expresión de la fuerza y supremacía del Políticas de seguridad, integración
2
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos. CIDH, OEA/Ser.L/V/II.
Doc. 57, 31 de diciembre de 2009, original en español, apartado Nº 18.
54
La gestión democrática de la seguridad en las ciudades
3
Kessler, Gabriel, “Inseguridad subjetiva, sociedad y política: aportes para un debate latinoamericano”. En: Moro, Javier (Ed.), Ju-
ventudes, violencia y exclusión. Desafíos para las políticas públicas. Magna Terra, Guatemala, 2006, pág. 73.
4
Dice el tercer párrafo del preámbulo de la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad: “Las ciudades están lejos de ofrecer condicio-
nes y oportunidades equitativas a sus habitantes”.
5
Ciertamente, definidas como tales sin intervención alguna de quienes conforman tales sectores.
6
Cf. De Giorgi, Alessandro, El gobierno de la excedencia. Postfordismo y gobierno de la multitud. Traficantes de sueños, colección:
Mapas, Madrid, 2006, pág. 134.
7
Borja, Jordi, “Miedos, segregación y mercados en la ciudad globalizada”. En: Revista Nueva Sociedad Nº 213, enero - febrero de 2008.
55
Derecho a la ciudad
En el mismo sentido, Gabriel Kessler8, al reali- pública democrática que pretenda reafirmar ciu-
zar una serie de estudios cualitativos y cuantitati- dadanía: no puede resignarse el lugar central de
vos, identifica la aparición de la inseguridad como la meta de integración efectiva, es decir, deben
problema político al inicio de la década del 90 y de tomarse en consideración las dos concepciones
la mano de una “asociación estrecha entre la cues- de las ciudades aludidas: integración territorial e
tión social y la cuestión delictiva”, intensificándose integración política. La concepción colectiva del
paulatinamente la tendencia hacia la criminaliza- derecho a la ciudad que expresa la carta ofrece
ción de la pobreza como enfoque de abordaje de un marco de referencia interesante para ordenar
la cuestión de la inseguridad urbana por parte de el debate acerca de qué nos proponen en materia
algunos sectores sociales y políticos9. de seguridad y nos permite, a su vez, tamizar crí-
Estos señalamientos no equivalen a negar la ticamente lo que escuchamos muchas veces uni-
validez y oportunidad del trabajo sobre los colec- formado por una sinonimia meramente formal.
tivos urbanos que se ubican en los barrios más La comprensión de esta problemática que
relegados de la ciudad (entendida territorial o ins- domina las ciudades contemporáneas introduce
titucionalmente); muy por el contrario, deben ser una lectura compleja del territorio que resulta in-
destinatarios privilegiados del servicio público de sostenible si nos mantenemos anclados en una
seguridad pero no en relación de instrumentalidad concepción que asimila inseguridad a crimina-
respecto de la demanda de los sectores dominan- lidad callejera10, que concentra la búsqueda de
tes sino en el entendido de que son legítimos titu- solución en la intervención sobre ciertos lugares
lares del derecho a una convivencia pacífica, en y personas y que en su instrumentación pierde
condiciones de integración e inserta en un contexto de vista la necesidad de un enfoque multiagen-
de aseguramiento de distintos niveles de derechos cial que haga de la integración una meta que, en
que tienen que ver con una concepción amplia en tanto tal, ofrece también la posibilidad de mensu-
materia de seguridad, respecto de la cual los sec- rar el nivel de efectividad que logra el reconoci-
tores más desaventajados tienen demandas muy miento jurídico.
específicas (por ejemplo, las formas de conflicto y Desde este punto de partida es posible pen-
criminalidad de las que son víctimas por razones sar en el diseño de estrategias de gestión de la
de discriminación racial, étnica, entre otras). seguridad que visibilicen los conflictos sociales
En este orden de ideas, se aplica a la política (y no sólo sus posibles consecuencias) y diseñar
de seguridad lo mismo que para cualquier política así estrategias inclusivas, participativas y no
8
Kessler, Gabriel, El sentimiento de inseguridad: sociología del temor al delito. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2009.
9
Este fenómeno se profundiza cuando, al proceso de discriminación por pobreza, se agrega la discriminación racial asociada con
la conflictividad social y los delitos urbanos. En reiteradas oportunidades, a la estigmatización de los sectores que habitan las villas
de las ciudades argentinas se le suma un componente xenófobo. El peligro de esta operatoria radica, tal como lo señalan los repre-
sentantes de las comunidades inmigrantes latinoamericanas y de distintas organizaciones de derechos humanos, en el aumento
de la violencia y de los crímenes raciales. A modo de ejemplo de esta cuestión, vale la pena recordar cómo fue materializado este
tipo de fenómenos en diciembre de 2010 en el marco del conflicto por la toma de tierra del Parque Indoamericano. Luego de que la
intervención policial que buscaba desalojar el predio ocupado dejara un trágico saldo de tres muertes, dos de estas personas boli-
vianas, desde distintos sectores sociales, medios de comunicación y funcionarios públicos de primera línea del gobierno porteño se
reprodujeron declaraciones públicas responsabilizando a las comunidades inmigrantes por los problemas de pobreza urbana en la
ciudad más rica del país.
10
“La irrupción de problemas inusitados, como la irreversibilidad de la degradación ambiental o el empobrecimiento hasta el límite
extremo de supervivencia de poblaciones enteras, o la disgregación social de las metrópolis y la violencia difusa ejercida sobre los
menores (sic), las mujeres, los extranjeros, etc. replantean la legitimidad de la discusión pública acerca de ‘las cosas últimas’. Barce-
llona, Pietro, Postmodernidad y comunidad. El regreso de la vinculación social. Trotta, Madrid, tercera edición, 1999, pág. 77.
56
La gestión democrática de la seguridad en las ciudades
Bibliografía
Barcellona, Pietro, Postmodernidad y comunidad. El regreso de la vinculación social. Trotta, Madrid, tercera edición, 1999.
Borja, Jordi y Castells, Manuel, Local y Global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Taurus, Madrid, 1997.
Borja, Jordi, “Miedos, segregación y mercados en la ciudad globalizada”. En: Revista Nueva Sociedad Nº 213, enero - febrero
de 2008.
Bossoer, Fabián, “Entrevista al sociólogo y antropólogo Loïc Wacquant. La marginalidad actual no se resuelve sólo con crecimiento
y empleo”. En: Cuadernos del CENDES, enero – abril, año 2008 / vol. 25, Nº 67, Universidad Central de Venezuela, Caracas, págs.
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octubre de 2004 – Foro Social Mundial; Porto Alegre, enero de 2005 – Revisión previa a Barcelona; septiembre de 2005.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos. CIDH, OEA/Ser.
L/V/II. Documento Nº 57, 2009.
De Giorgi, Alessandro, El gobierno de la excedencia. Postfordismo y gobierno de la multitud. Traficantes de sueños, colección
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Kessler, Gabriel, El sentimiento de inseguridad: sociología del temor al delito. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2009.
Kessler, Gabriel, “Inseguridad subjetiva, sociedad y política: aportes para un debate latinoamericano”. En: Moro, Javier (Ed.),
Juventudes, violencia y exclusión. Desafíos para las políticas públicas. Magna Terra, Guatemala, 2006.
Wacquant, Loïc, Parias Urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio. Manantial, Buenos Aires, 2001.
11
De Giorgi, Alessandro, ob. cit., pág. 137.
57
Urbanización para el desarrollo
con inclusión social
I - Política Nacional de Desarrollo y Ordenamiento Territorial
Graciela Oporto
Arquitecta,
Subsecretaria de Planificación Territorial de la Inversión
Pública del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios de la Nación
Como parte del conjunto de políticas públicas argentino a tener garantizadas buenas condicio-
expresivas del cambio de época que inauguró el nes para vivir y desarrollar sus actividades produc-
gobierno del presidente Néstor Kirchner y con el tivas con independencia de su lugar de residencia
objetivo de recuperar la planificación territorial como y en la necesidad de construir un Estado sólido,
política de Estado, se crea en el año 2004 la Sub- capaz de anticiparse a las demandas del territorio
secretaría de Planificación Territorial de la Inversión para que esto pueda realizarse. Estos conceptos
Pública (SSPTIP). En el mismo año, se produjo el fueron fundantes a la hora del desarrollo del Plan
documento denominado “Argentina 2016: Política y Estratégico Territorial-Argentina 2016 (PET), tra-
Estrategia Nacional de Desarrollo y Ordenamien- bajo que fue coordinado por el equipo técnico de
to Territorial”, que contiene los principios rectores la SSPTIP y llevado a cabo mediante un proceso
que se propuso llevar a cabo el gobierno nacional de formación de consensos acerca del país de-
en una materia abandonada durante décadas, en seado con todos los gobiernos provinciales.
virtud de la preeminencia de políticas neoliberales Los resultados de dicho proceso de trabajo
que otorgaron al mercado la potestad de pensar fueron de diversa naturaleza. Por una parte, la
el futuro de nuestro territorio. que refiere al significado documental que reviste
Tales principios se resumieron en la visión de la propia publicación del Avance I del PET, pre-
una Argentina equilibrada, integrada, sustentable sentada a principios del año por la presidenta
y socialmente justa; en la voluntad de concre- Cristina Fernández de Kirchner, en tanto contie-
tar el derecho de todos los habitantes del suelo ne el resultado de la construcción de los Modelos
58
Urbanización para el desarrollo con inclusión social
59
II - Desafíos de la dinámica de urbanización contemporánea
Marta Aguilar
Arquitecta,
Dirección Nacional de Planificación Estratégica Territorial
de la Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión
Pública del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios de la Nación
Un mundo urbano de luces y sombras espacio urbano tiende a ser el ámbito cotidiano
de la vida en sociedad de la mayoría de la po-
Lograr incidir en los procesos de producción blación mundial: en el año 2010, el 58% de la
urbana con políticas públicas redistributivas repre- población mundial residía en ciudades; compor-
senta, actualmente, un desafío de carácter global. tando un incremento anual del 2% –casi el doble
El espacio urbano es el lugar donde se manifies- del porcentaje de crecimiento poblacional total–,
ta una parte primordial de los problemas sociales y ante un estancamiento de la población rural,
contemporáneos y se agudizan los desafíos que cuyo incremento anual fue del 0,07 por ciento.
el crecimiento y desarrollo humano representan En América del Sur, la población urbana pasó de
para las políticas territoriales. Las ciudades son el representar un 43% del total en 1950 a un 79%
ámbito del trabajo; el lugar donde se expresan las del total en 2010, con valores superiores para el
necesidades de vivienda, de educación, de salud, caso argentino.
de recreación, de movilidad; el contexto en el que Pero para comprender el verdadero significado
se desarrollan las relaciones sociales, familiares de estas cifras, es necesario asociarlas a la dife-
y afectivas; el escenario en el que se ejercita la rencia entre dinámicas demográficas regionales de
ciudadanía y se reclaman los derechos de equi- acuerdo a sus niveles de desarrollo. La población
dad social. Más allá de los criterios de discrimina- en las regiones menos desarrolladas tuvo
������������
una va-
ción entre “lo urbano” y “lo rural” –asentados en riación del 5,1% en el período 2007-2010, mien-
el debate acerca de la identidad de los territorios tras que en las regiones desarrolladas la variación
difusos que caracterizan al proceso actual de su fue de solo 1,6 por ciento. A modo de ejemplo,
ocupación–, es incontrasta�����������������������
ble el hecho de que el según las proyecciones que arroja esta dinámica
1
Los contenidos de este texto forman parte de la futura publicación “Argentina Urbana”, componente del Avance II del Plan Estraté-
gico Territorial, actualmente en proceso de edición.
2
Fuente: CEPAL – CEPALSTAT (http://www.eclac.cl/celade/proyecciones/basedatos_BD.htm)
3
Regiones menos desarrolladas abarcan todas las zonas de África, América Latina y el Caribe, Asia (excluido el Japón) y Melanesia,
Micronesia y Polinesia (Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2010).
60
Urbanización para el desarrollo con inclusión social
4
Fondo de Población de las Naciones Unidas, Estado de la población mundial, 2007.
61
Derecho a la ciudad
62
Urbanización para el desarrollo con inclusión social
“La población argentina se asienta básicamen- complejidad urbana– se vinculan a sus centros
te en las áreas urbanas: en el año 2001 la po- de referencia mediante sistemas viales radiales,
blación urbana total era del 89,3% y para el año con frágiles interconexiones, fragilidad que va en
2015, según proyecciones del INDEC, se estima aumento a medida que es mayor la distancia a
que la población llegará a 42,4 millones y la tasa estos últimos, afectando severamente a la pobla-
de urbanización ascendería al 94%. Sin embargo, ción rural”.
si bien estos valores son significativos, es la dis- A la hora de establecer las pautas para la
tribución geográfica del sistema de ciudades en construcción del Modelo Deseado del Territorio
el territorio, su tamaño relativo y su tipología lo Nacional, los representantes provinciales coinci-
que caracteriza la naturaleza de nuestro proceso dieron en la estrategia de promover un “Esquema
urbanizado. (…) Mientras gran parte de la región Policéntrico de Núcleos Urbanos”, como idea rec-
pampeana detenta una estructura policéntrica, tora que acompañó a las de promover la integra-
articulada por una red vial mallada que soporta ción nacional e internacional, el fortalecimiento y
vínculos multidireccionales, el resto de las zonas la reconversión productiva, y la conectividad in-
no llega a configurar estructuras de este tipo. En terna del territorio nacional.
ellas se observan subsistemas de ciudades con- “La premisa subyacente es que todos los ha-
centrados en orden a los rasgos particulares de bitantes del país deben tener adecuada accesi-
cada geografía –los valles en el NOA; los oasis bilidad a los servicios sociales e institucionales,
de riego en Cuyo y el Alto Valle; los ríos en el a los recursos tecnológicos y culturales, que his-
NEA y el litoral marítimo en la Patagonia– en las tóricamente se han concentrado en las grandes
que la ciudad capital y sus satélites centralizan la ciudades y capitales provinciales. Para lograr
población y los servicios regionales. (…) Las una adecuada distribución territorial de este tipo
pequeñas ciudades componentes de cada de dotaciones –esenciales a la equidad regional
subsistema regional –de poca población y baja y a la difusión de innovaciones– es necesario
5
Avance I del Plan Estratégico Territorial-Argentina 2016.
63
Derecho a la ciudad
6
Ídem.
64
Urbanización para el desarrollo con inclusión social
65
Derecho a la ciudad
66
¿Ciudades de derechos
o el derecho a la ciudad?
La función social de la ciudad
en el marco de la globalización
Ana Falú
Profesora e investigadora,
Directora del Instituto de Investigaciones
de Vivienda y Hábitat de la Facultad de Arquitectura,
Urbanismo y Diseño (FAUD)
de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)
ex Directora Regional
del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer
en la Región Andina (2002-2004)
y en Brasil y Países del Cono Sur hasta 2009
1
Tomado de European Charter for Women in the City. Traducción propia.
2
Falú, Ana, “Violencia y discriminaciones en las ciudades”. En: Falú, Ana (editora), Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos.
Edición Sur, Chile, 2009.
67
Derecho a la ciudad
primera vez la población del mundo es definitiva- El Informe sobre el Estado de las Ciudades
mente urbana. Estas ciudades en América Lati- del Mundo reafirma lo que la CEPAL viene ela-
na viven la tensión entre extensiones de falta de borando y dando cuenta sobre la desigualdad en
desarrollo urbano y pobrezas, por un lado, y la América Latina y el Caribe. Este estudio fue lide-
concentración de riqueza y modernidad que la so- rado por el Global Urban Observatory de ONU
ciedad global ofrece, por el otro. Hábitat, a partir del análisis de insumos, consu-
Como resultado de estos procesos, se verifi- mos y gastos a nivel de las ciudades, aplicando
ca un nuevo modelo de espacialidad, ciudades el coeficiente de Gini para 101 ciudades de 47
en red, grandes metrópolis, territorios metropo- países, de las cuales 19 son de la región latinoa-
litanos extendidos, corredores urbanos que in- mericana y del Caribe. Éstas resultan las más
terconectan ciudades y regiones con periferias desiguales del mundo, con las mayores brechas
en las cuales conviven los más altos desarrollos entre riqueza y pobreza, América Latina supera a
habitacionales de perímetro controlado junto a África, con un índice de 0,55.
extensiones de pobreza. Una nueva geografía Estas desigualdades definen las nuevas for-
urbana se evidencia en sistemas urbanos com- mas urbanas, tendencias que demandan análisis
plejos, motores de la economía local, regional y particulares según los distintos contextos nacio-
también global. Estas ciudades son las promo- nales y locales.
toras del desarrollo, las que generan riquezas, El tema central que estructura este artículo re-
cultura, crean empleos, educación y recreación, fiere al derecho a la ciudad. La primera sección
concentrando diversidad y potencialidad. A la refiere a la Carta Mundial por el Derecho a la Ciu-
vez que hay una concentración de los ingresos dad, instrumento que busca ser una herramienta
y el poder y en muchos casos en la región la- de gobiernos y sociedad civil, para luego avanzar
tinoamericana, la exclusión se institucionaliza en los derechos específicos de las mujeres a la
y la pobreza se profundiza, lo cual resulta en ciudad y dar cuenta de los debates en curso y los
segregaciones de clase, de nivel socioeconómi- consensos alcanzados en la Carta del Derecho de
co, de género, étnicas y etarias. las Mujeres a la Ciudad.
3
Informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) e Informe sobre las Ciudades del Mundo, ambos de 2007, dan
cuenta que más del 50% de la población del mundo vive en ciudades.
4
State of the World Cities 2008/2009. Harmonious Cities. UN Habitat, Earthscan, Sterling.Va. London.
68
¿Ciudades de derechos o el derecho a la ciudad? La función social de la ciudad en el marco de la globalización
5
Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad (2005) En http://www.redmujer.org.ar/herramientas/declara_derecho_ciudad.html
6
Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad (2005), ob.cit.
7
Velásquez Carrillo, Fabio, “El derecho a la ciudad”. En: El derecho a la ciudad en el mundo, Compilación de Documentos Relevan-
tes. Coalición Internacional para el Hábitat, México, 2008.
69
Derecho a la ciudad
8
Pisarello, Gerardo y Tedeschi, Sebastián, “Transformar la ciudad en un mundo global. Apuntes para un debate sobre la Carta Mun-
dial del Derecho a la Ciudad desde una perspectiva de derechos humanos”. En: El Derecho a la Ciudad en el Mundo. Documentos
Relevantes. Coalición Internacional para el Hábitat, México, 2008.
9
Morey, Patricia, De la Inconmensurabilidad a la Complementariedad en Teorías de Género. UNC, 2010.
70
¿Ciudades de derechos o el derecho a la ciudad? La función social de la ciudad en el marco de la globalización
particular el impacto de la violencia, tanto la que vi- más enfocadas en visibilizar la subordinación y
ven como la que perciben en sus vidas urbanas10. desigualdades y en buscar revertir la definición
Más allá de estos avances y como lo señala que históricamente han construido los varones
Morey11, “paradójicamente, la polémica entre dife- de las mujeres, por lo tanto buscando significar
rentes marcos teóricos es persistente y a menu- las diferencias. Otras planteando la necesidad de
do crea diferencias tan profundas que parecieran sostener la capacidad emancipadora (Celia Amo-
constituirse en paradigmas inconmensurables”. A rós, 2009), o la de correr riesgos (Pitch, 2008)
partir de evidenciar las diferentes miradas y mar- como formas de interpelar y trascender los con-
cos conceptuales desde los cuales se abordan los tenidos impuestos desde el poder androcéntrico;
derechos de las mujeres en las distintas discipli- solo rompiendo los paradigmas de sometimiento,
nas. A la vez, es importante cómo se definen las las mujeres podrían proscribir el mito de feminei-
claves analíticas, en algunos casos exagerando dad y adquirir y ejercer nuevos derechos.
las diferencias, en otros enfatizando las semejan- A la vez que desde los clásicos del marxismo
zas. Para algunas estudiosas del tema, las con- de Friedrich Engels en El origen de la Familia, la
diciones materiales son la base de la explicación Propiedad Privada y el Estado, y los de Bebel La
de las opresiones que viven las mujeres, mientras Mujer y el Socialismo, como los de Karl Marx, se
que otras centran el debate en la construcción de vincula a las mujeres a la explotación capitalista
las subjetividades o las identidades.
y se reconoce la necesidad de incorporarlas en
Construir una plataforma sobre los derechos de
el proceso de liberación social, subsumiendo la
las mujeres a la ciudad remite también a estos dife-
opresión de género a la de clase. La autonomía
rentes enfoques y el debate no ha sido sencillo: pú-
de las mujeres como bandera de lucha ha sido
blicos diversos, movimientos y organizaciones de
la forma de contestar la propuesta que buscaba
mujeres apremiadas por las necesidades las más
convencer que la “revolución equipararía las desi-
de las veces colocando una mirada generalizadora
gualdades entre mujeres y varones”. Autonomía,
de los problemas y centrando más el cuestiona-
por cierto, necesaria en determinada etapa de la
miento en la redistribución que en el reconocimien-
construcción del sujeto mujer, estrategia que a
to de sus propios derechos; las autoridades que-
riendo cumplir con acciones contra reloj o las técni- partir de los 90 cambiarán las feministas, o bue-
cos y las técnicas preocupados y preocupadas por na parte de ellas, buscando “privilegiar la acción
el desarrollo de las propuestas encontrando más en el marco y en relación con los Estados”. Aquí,
las semejanzas que las diferencias; las feministas se busca incidir, influir en los planes, programas,
10
Ver en www.redmujer.org.ar o en WICI Women in the cities international, o en Genero Urban, Escania, entre otras.
11
Ob. cit.
71
Derecho a la ciudad
12
Falú, Ana, Celebración del Día de la Mujer. Generalitat de Catalunya, España, Conferencista principal, Ponencia mimeo, en prensa,
2009.
13
El caso de la Argentina, pionera en la aplicación de la ley de cuota (1992) como acción positiva para corregir desequilibrios exis-
tentes, ésta ha demostrado ser exitosa ya que ha transformando sustantivamente la participación y el reconocimiento de las mujeres
como capaces para la acción política, rompiendo de alguna manera el techo de cristal impuesto por la cultura política patriarcal.
72
¿Ciudades de derechos o el derecho a la ciudad? La función social de la ciudad en el marco de la globalización
La acción pública presenta aún grandes deu- • La cuestión central y persistente de la divi-
das para con las mujeres, algunos de los dere- sión sexual del trabajo que demanda de un nuevo
chos prioritarios y pendientes serían: pacto social entre hombres y mujeres. La división
• La necesidad de asumir los derechos huma- sexual del trabajo requiere de políticas de estado,
nos y universales como el marco desde el cual del sector privado, de la sociedad en su conjun-
hablamos de los derechos de las mujeres, aplica- to, necesita de mecanismos, de compromiso del
bles a las culturas diversas, las religiones, las ma- Estado que contribuyan a cambiar los comporta-
sas de población que se mueven por el mundo. mientos, que aporten a lo más difícil de la transfor-
• El derecho a vivir una vida sin violencias. La mación, el cambio cultural y simbólico.
violencia de género no solo persiste, sino que se Como lo plantea la Carta Mundial por el De-
ha complejizado, se evidencia en el ámbito priva- recho de las Mujeres a la Ciudad que cuenta con
do y público, en la trata de mujeres y niñas. Sigue una introducción, una justificación, dos capítulos y
siendo un desafío prevenir, sancionar y erradicar nueve temas alrededor de las cuestiones centra-
la violencia hacia las mujeres. El miedo como el les que hacen a la vida en las ciudades y el impac-
dolor es un límite a la libertad de las personas. to en la de las mujeres, no bastan las condiciones
• El derecho a decidir sobre la reproducción y de libertad para asegurar la participación política y
la sexualidad. La necesidad de una continua edu- social, ni el derecho civil lo asegura, evidenciando
cación sexual y política de anticoncepción para aun obstáculos para la participación de las mu-
no abortar, así como aborto legal para no morir jeres, que se asientan no solo en lo simbólico y
ni terminar privadas de la libertad. Respeto a la cultural construido, sino en la división sexual del
elección sexual o de género. trabajo, en las diferencias de acceso a recursos
• El derecho a la igualdad de oportunidades en económicos, en la falta de tiempo, el bien más
todos los ámbitos de la vida, incluidos el derecho caro a la vida de las mujeres, entre otros condi-
a vivir y disfrutar la ciudad, de la recreación. Para cionantes.
ello, es necesario volver a revisar y recuperar las
doce áreas temáticas comprometidas en la Pla- A modo de cierre
taforma de Acción Mundial consensuada en la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing 95, y Si bien “las mujeres no somos todas iguales,
profundizarlas. algunas somos más iguales que otras y las mu-
• Las brechas entre la riqueza y la pobreza que jeres jóvenes, las indígenas, las desplazadas, las
sufren particularmente las mujeres latinoamerica- migrantes, las afrodescendientes, organizadas o
nas, que no es solo pobreza económica, sino tam- no, han quedado fuera de la toma de decisiones
bién pobreza de derechos, de educación, de posi- públicas que afectan sus vidas”14.
bilidades de romper los círculos de la pobreza.
14
Declaración de Redes Feministas de América Latina. CEPAL, México 2004.
73
Derecho a la ciudad
15
CEDAW (1979), Belém do Pará (1994), Carta Europea de las Mujeres en la Ciudad (1992), Carta Mundial por el Derecho de las
Mujeres a la Ciudad (2004), entre otros.
16
Vargas, Virginia. Discurso en la CEPAL, Conferencia de Ministras de América Latina y Caribe, Brasilia, 2009.
74
Derecho a una ciudad
sustentable
75
Derecho a la ciudad
los asentamientos humanos aplicando principios racional en el uso de los recursos, y equitativo en
urbanísticos que respeten el entorno y eviten la los beneficios, dentro de un contexto político de-
contaminación. Se crea el Programa de las Na- mocrático, donde se reconozcan los derechos de
ciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), todos los ciudadanos.
destinado a asegurar la protección del entorno. Hoy, más de 5000 ciudades de todo el mundo
La Declaración de Estocolmo constituye un im- están elaborando sus Agendas 21 Locales a tra-
portante documento, en donde los representantes vés de mecanismos de participación de la comu-
de los países más pobres defendieron su postura nidad local, a fin de establecer objetivos compar-
manifestando que la peor de las contaminaciones tidos y poder contribuir localmente al desarrollo
es la pobreza y que la protección ambiental exige sostenible de la sociedad global.
hacer partícipes a todos los miembros de la familia Las Agendas 21 Locales son una buena con-
humana, como “principio de la calidad de vida”. creción de la vieja máxima ecologista “pensar
En 1987, el informe anual de la Comisión globalmente y actuar localmente”; su prepara-
Brundtland, Nuestro futuro común, introduce el ción debe ser tomada como un proceso abierto
concepto de “desarrollo sustentable”, según el en donde cada ciudad debe elegir, en función de
cual el desarrollo es sostenible cuando satisface sus características y realidades, una vía propia
las necesidades de las generaciones presentes para elaborar su Agenda 21. Las actividades que
sin comprometer la posibilidad de que las gene- se desarrollan en la ciudad no deben destruir los
raciones futuras puedan satisfacer sus propias recursos ni la diversidad de los ecosistemas en
necesidades. Esta declaración fue ampliada en la los cuales se sustenta. Para el cumplimiento de
Declaración de Río 92 y acompañada por la Agen- las agendas locales es necesaria la participación
da 21 –también llamada Programa 21–, que se en- de los ciudadanos en el ejercicio de los derechos
cargó de desarrollar los componentes, objetivos e y las responsabilidades colectivas.
instrumentos tendientes a alcanzar un desarrollo En el año 2005, con la participación de repre-
sostenible. Al concepto de desarrollo sustentable sentantes de cincuenta naciones, se firman los
se le incorporan tres dimensiones fundamentales: Acuerdos Ambientales Urbanos. Esta declaración
lo ambiental, lo social y lo económico. de intenciones establece veintiuna acciones que
Una ciudad es sustentable cuando satisfa- los gobiernos locales se comprometen a aplicar,
ce de manera equitativa las necesidades de sus teniendo como base el derecho a un ambiente
habitantes sin poner en riesgo el bienestar y una limpio, saludable y seguro para todos los miem-
vida digna para las generaciones futuras. bros de nuestra sociedad.
Estas acciones tienen como objetivo mejorar
La Agenda 21 como instrumento las condiciones ambientales de las ciudades en
de gestión diferentes temáticas, obteniendo a cambio un re-
conocimiento oficial de la ONU. Entre las cuestio-
La Agenda 21 es un programa para el desarro- nes esenciales de sustentabilidad para el ciuda-
llo sostenido iniciado a fines de la década del 80 dano se encuentran la energía, la reducción de
y aprobado en la Cumbre para la Tierra, realizada residuos, el transporte, el agua y el diseño urbano
en 1992 en Río de Janeiro. A lo largo de estos y los parques naturales.
años se han desarrollado ajustes y revisiones;
primero en la asamblea extraordinaria de 1997, La ciudad y el ambiente.
realizada en Nueva York y, posteriormente, en el Hacia una sustentabilidad urbana
año 2000 con la adopción de una agenda com-
plementaria denominada “Objetivos de desarrollo Mediante un análisis de la evolución de la po-
del milenio”, donde se pone particular énfasis en blación urbana y rural mundial entre 1950 y 2005
las políticas de globalización y en la erradicación podemos observar que mientras la población rural
de la pobreza y el hambre. Se instala la nece- aumenta ligeramente hasta llegar a una cierta es-
sidad por parte de los Estados de transformar tabilización, la población urbana experimenta un
el modelo de desarrollo actual basado en una continuo crecimiento hasta superar a la población
explotación desmesurada de los recursos naturales rural. En 1950, el 52,1% de la población de los
y una participación desigual de sus beneficios, ha- países más desarrollados era urbana. En cam-
cia un desarrollo sostenible en el tiempo, eficiente y bio, la población rural en los países en vías de
76
Derecho a una ciudad sustentable
desarrollo representaba el 81,9%; más de la mi- recurso hídrico, la gestión de los residuos genera-
tad (el 57,9%) de la población urbana mundial se dos, la contaminación atmosférica, un uso correc-
encontraba en los países más desarrollados, aun to de la energía, del transporte y del tejido urba-
cuando la población de éstos sólo representaba el no (uso de suelos y espacios). Además, los cos-
32,1% de la población mundial. tos ambientales deben ser tenidos en cuenta por
El crecimiento de la población urbana en los aquellos que contaminan y que además utilizan los
países en vías de desarrollo no ha parado durante bienes ambientales. Un principio a incorporar es la
la segunda mitad del siglo XX y en 2005 repre- justicia social, para lograr una distribución equita-
sentaba el 42,9% de su población (2.273.300) y el tiva de los recursos y satisfacer las necesidades
71,6 % de la población urbana mundial. En cam- sociales, económicas y culturales.
bio, el crecimiento de la población urbana en los “El 50% de la población mundial, 3.200 millo-
países más desarrollados ha sido mucho menor. nes de personas, viven en ciudades ocupando el
En 2005 esta cifra superaba por poco los 900 mi- 2% de la superficie terrestre, consumen el 75%
llones y representaba el 74,1% del total de pobla- de la demanda de energía global y emiten el 80%
ción de los territorios más desarrollados. de CO2”.
Las proyecciones para el año 2030 estiman Otro de los grandes problemas tiene que ver
un crecimiento muy bajo en los países más desa- con la dependencia del exterior en cuanto a re-
rrollados, con una tasa de crecimiento estimada cursos y su gran capacidad de generar residuos:
para fines de siglo cercana a cero. En cambio es “Se ha calculado que en una ciudad de un millón
notorio el elevado crecimiento en los países me- de personas en el mundo occidental entran cada
nos desarrollados que, con casi 4.000 millones, día 2000 toneladas de alimento, 625.000 de agua
pasarán a tener el 79,5% de la población urbana y 9500 de combustible. Los residuos no son me-
mundial y que superarán la barrera del 50% res- nores: 500.000 toneladas de aguas residuales,
pecto al total de su población. 950 toneladas de contaminación aérea y 9500 de
El problema no es el crecimiento demográfico residuos”.
para el logro de un desarrollo urbano sustentable. Consideramos que los problemas ambientales
El crecimiento económico, el aumento de los nive- son “aquellas interrelaciones entre las sociedades
les de vida y del consumo, son algunos de los fac- y el medio físico (transformado o no) que generan
tores que más afectan al desarrollo sustentable de directa e indirectamente consecuencias negati-
una ciudad, porque se produce una mayor deman- vas sobre la salud de la población presente y/o
da de energía, de agua, de alimentos, de espacios futura sobre sus actividades (y relaciones) socia-
para las viviendas, y un aumento en la generación les; pueden provocar un impacto negativo sobre
de residuos y de elementos contaminantes. Las los componentes de la flora y la fauna, alterar las
ciudades crecen al mismo tiempo que lo hacen los condiciones estéticas y sanitarias del ambiente”.
conflictos ambientales que se generan. También podemos agregar algunas variables
La gestión urbana en las ciudades argentinas a tener en cuenta: cantidad de población afecta-
se caracterizó por una casi inexistente planifica- da, grado de perturbación, grupos sociales afec-
ción a mediano o a largo plazo, que generó la ne- tados, fuentes, origen del conflicto, escala espa-
cesidad de definir una política global en relación cial (urbana, barrial) y escala temporal.
con el desarrollo urbano. Para abordar una ciudad
ambiental y socialmente sustentable hay que tra-
bajar sobre algunos problemas relacionados entre
sí: la situación socioeconómica, el uso racional del LAS SIETE NORMAS PARA LA GOBERNANZA
URBANA
1
Ecocity World Summit. San Francisco, Califormia, 2008.
2
“Hacia una ciudad verde”. En: Revista Eroski Consumer, Vizcaya, 2006. Disponible en:
http://revista.consumer.es/web/es/20061201/medioambiente/70939.php..
3
Di Pace, María y Reese, Eduardo, “Diagnóstico preliminar ambiental del municipio de Malvinas Argentinas”. En: Programa de Desa-
rrollo Local, Manual de Gestión Nº 2. Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires, 1999.
Disponible en:
http://abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/archivos/anales/numero08/archivosparaimprimir/16_di_pace_st.pdf.
77
Derecho a la ciudad
78
Derecho a una ciudad sustentable
79
Derecho a la ciudad
“Todo esto lleva a plantear la necesidad de “Todos los habitantes gozan del derecho a un
entender la ciudad como proyecto. Proyecto ambiente sano, equilibrado, apto para el desa-
construido por medio de sus instituciones demo- rrollo humano y para que las actividades produc-
cráticas y de las diversas expresiones sociales y tivas satisfagan las necesidades presentes sin
culturales que en ella conviven”. comprometer las de las generaciones futuras;
La sustentabilidad pretende definir, a partir y tienen el deber de preservarlo. El daño am-
de los límites y potencialidades de la naturaleza biental generará prioritariamente la obligación
y su complejidad, nuevas formas de abordaje en de recomponer, según lo establezca la ley. Las
el vínculo sociedad-entorno. Esta nueva relación autoridades proveerán a la protección de este
implica, entre otras cuestiones, una relectura de derecho, a la utilización racional de los recursos
los patrones de producción, de consumo y de las naturales, a la preserva-ción del patrimonio na-
relaciones entre lo social y lo ambiental, y propo- tural y cultural y de la diversidad biológica y a
ne arribar a una forma de racionalidad ambiental la información y educación ambientales. Corres-
equilibrada que refleje sociedades sustentables. ponde a la Nación dictar las normas que conten-
La posibilidad de plantear un hábitat urbano gan los presupuestos mínimos de protección y a
que refleje estas necesidades, incorporando la las provincias las necesarias para complemen-
sustentabilidad en su propuesta, implica el abor- tarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones
daje no sólo de problemáticas ambientales, sino locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacio-
también de aquellas vinculadas a las necesidades nal de residuos actual y potencialmente peligro-
básicas insatisfechas, el desempleo, el deficiente sos y de los radioactivos”.
ordenamiento urbano actual y la carencia de in- La Constitución de la Ciudad Autónoma de
fraestructuras mínimas. El ambiente es concebido Buenos Aires dedica el Capítulo IV –artículos 26
como un sistema complejo que tiene en cuenta el al 30– a los aspectos ambientales. Considera al
equilibrio entre lo biológico, el desarrollo humano, ambiente como “patrimonio común”, establece la
las instituciones sociales y las políticas implemen- “obligación de recomponer” todo daño ambiental,
tadas por el Estado. declara a la ciudad como “territorio no nuclear” y
prohíbe toda actividad relacionada con la produc-
Nuestros derechos ción de energía nucleoeléctrica y la manipulación
de sustancias o residuos radioactivos. Estable-
La Argentina no se caracteriza por el desarrollo ce como derecho de toda persona la posibilidad
de políticas globales tendientes a una gestión ur- de solicitar la información sobre el impacto que
bana sustentable, esta temática se encuentra bajo pueden causar actividades públicas o privadas
la órbita de cada provincia y municipio, según el (artículo 26).
proyecto político de cada gobierno y sin tener en También establece los lineamientos genera-
cuenta las necesidades reales de cada ciudad. les para el desarrollo de “una política de planea-
La reforma de la Constitución Nacional de miento y gestión del ambiente urbano integrada
1994 introdujo, en su artículo 41, la protección al a las políticas de desarrollo económico, social y
medio ambiente como un derecho inalienable de cultural” (artículo 27); la prohibición del ingreso a
todos los habitantes, el deber de preservarlo, y el la ciudad de residuos peligrosos (artículo 28); la
concepto de daño ambiental. También incorporó elaboración de un plan urbano y ambiental con
la distribución de competencias entre el gobierno la participación de todos los sectores involucra-
nacional y los gobiernos provinciales y estableció dos en la problemática ambiental: académicos,
que corresponde a la Nación dictar las normas de profesionales, organizaciones sociales (artículo
presupuestos mínimos de protección y a las pro- 29) y la “obligatoriedad de la evaluación previa
vincias las complementarias: del impacto ambiental de todo emprendimiento
4
Peris Blanes, Jordi; Acebillo Baqué, Míriam y Calabuig Tormo, Carola, “La agenda 21 local como instrumento para la gobernanza
democrática local”. En: Avances de Investigación Nº 21, Universidad Politécnica de Valencia, mayo de 2008.
5
Constitución de la Nación Argentina, reforma de 1994.
80
Derecho a una ciudad sustentable
público o privado susceptible de relevante efecto ocupación desordenada del territorio y de áreas
y su discusión en audiencia pública” (artículo 30). de protección y a la contaminación, incluyendo
Un instrumento de gestión que incorpora a to- ahorro energético, gestión y reutilización de resi-
das las regiones del planeta es la Carta Mundial duos, reciclaje, y recuperación de vertientes, para
por el Derecho a la Ciudad, producto de un proce- ampliar y proteger los espacios verdes”. Y tam-
so internacional y colectivo iniciado en la Cumbre bién de “respetar el patrimonio natural, histórico,
para la Tierra (Río de Janeiro, 1992). Se sustenta arquitectónico, cultural y artístico y a promover la
en los principios de solidaridad, libertad, equidad, recuperación y revitalización de las áreas degra-
dignidad y justicia social, y en el respeto a las di- dadas y de los equipamientos urbanos”.
ferentes culturas urbanas. El desarrollo urbano sustentable debe estar
Su artículo XVI –“Derecho a un medio ambien- orientado a un Estado articulador de acciones
te sano y sostenible”– establece el compromiso entre los distintos sectores involucrados, con una
de “adoptar medidas de prevención frente a la fuerte participación social y de desarrollo de la po-
tencialidad cultural.
Pensar la ciudad…
Con responsabilidad social y ambiental,
Con inclusividad ciudadana,
Con compromiso cívico y social,
Con participación igualitaria.
Bibliografía
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Programa 21: Programa de Acción de las Naciones Unidas de Río. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo. Río de Janeiro, República Federativa del Brasil, junio de 1992.
81
Hábitat y movilidad: derechos,
políticas y política
Los habitantes de las villas y asentamientos opera en el barrio y que les cobra $15 por ir a
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) buscarlas a la parada de colectivo más cercana,
son especialistas en políticas públicas urbanas; a unas seis cuadras oscuras, y de temer por la
no les queda otra, todos los días se encuentran noche. Cuando salen sus hijos, ella se preocupa
frente a las consecuencias que se derivan de su de que no puedan volver, y cuando formen sus
exclusión en el diseño de políticas y tienen que propias familias no sabe dónde van a poder vivir
encontrar formas de sobrevivir ante la ausencia si no entran bajo su techo.
de soluciones que los integren a la ciudad formal. En su conocido análisis de las políticas urba-
Ir a una celebración por el bicentenario peruano nas en la ciudad de Buenos Aires, Oscar Oszlak
en el Teatro General San Martín, como explicó demuestra cómo los procesos de formación mu-
una dirigente del Barrio Fátima en Villa Soldati, chas veces atribuidos a la mano invisible del
implica un cuidadoso planeamiento y uso de re- mercado son, en realidad, el resultado de políti-
cursos: la compañía de amigas para no volver cas públicas orientada a ideologías e intereses
sola, el arreglo previo con el único remís que muy específicos. En su texto, Oszlak recorre las
1
Este documento sintetiza varias reflexiones, lecturas y discusiones protagonizadas por todos los miembros del área de Hábitat y
Movilidad del Centro de Estudios Perspectiva Sur: Lucila Capelli, Luna Miguens, Nicolás Ferme, Eugenia Giraudy, Luis Cecchi, Igna-
cio Puente y las autoras de este artículo.
2
“Los sectores populares y el derecho al espacio urbano”. En: Punto de Vista, Buenos Aires, 1983. También publicado en SCA (Re-
vista de la Sociedad Central de Arquitectos), Nº 125 aniversario, Buenos Aires, 1983. También ver: Oszlak, Oscar, Merecer la ciudad:
los pobres y el derecho al espacio urbano, CEDES/Hvmanitas, Buenos Aires, 1991.
82
Hábitat y movilidad: derechos, políticas y política
Hábitat y movilidad
como derechos humanos
3
Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad.
4
Cass Sunstein utiliza un argumento parecido en su análisis del derecho a la libre expresión, donde marca que el supuestamente
“libre mercado” de expresión en realidad favorece a un statu quo económico, es decir, que beneficia a los dueños de los medios de
comunicación en contra del acceso a la libre expresión por parte de otros sectores. Democracy and the Problem of Free Speech.
New York: The Free Press, 1995.
5
Pírez, Pedro, “Actores sociales y gestión de la ciudad en Ciudades”. Red Nacional de Investigación Urbana, Año 7, N° 28, octu-
bre-diciembre 1995, Puebla, México; “Gestión de servicios y exclusión social en América Latina”. Serie Síntesis N° 10, Unión Ibero-
americana de Municipalistas, Granada; Gutiérrez, Andrea, “La producción del transporte público en la metrópolis de Buenos Aires.
Cambios recientes y tendencias futuras”. Eure, 26 (77), 109-136, 1998; Oszlak, Oscar, ob, cit.
83
Derecho a la ciudad
6
Como, por ejemplo, los múltiples ataques violentos, en los últimos años, de usuarios de transporte ferroviario hacia las empresas
concesionarias. Según un relevamiento de Victoria Pérez, en el período 2004-2008 hubo más de trece incidentes de este estilo, entre
los cuales se destacan los episodios ocurridos en las estaciones de Haedo (noviembre de 2005), Constitución (mayo de 2007) y
Castelar (septiembre de 2008) (Pérez, Verónica. La gestión del sistema ferroviario urbano de pasajeros. Un terreno fértil para el des-
borde hostil de los disconformes. (1994-2008). Revista Transporte y Territorio, Nº 3, Universidad de Buenos Aires, 2010. pp. 103-123.
(www.rtt.filo.uba.ar/RTT00307103.pdf). En la “quema” de la estación Constitución, por ejemplo, hubo diecinueve policías y nueve
civiles heridos cuando usuarios atacaron las boleterías y, eventualmente, el Destacamento de la Policía Ferroviaria, en protesta por
cancelación de servicios (“Caos y furia en Constitución por el atraso en los trenes”, Clarín, 16/05/2007).
7
“Van a venir todos los negros a armar un bardo tremendo”, Página 12, 13 de abril de 2011.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/166171-53030-2011-04-13.html; Cecchi, Horacio, “Intervención para Lemus y el
SAME”, Página 12, 16 de abril de 2011. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-166376-2011-04-16.html
8
Fernández Wagner, Raúl, “La perspectiva de derechos en las políticas sociales y habitacionales en América Latina”. XIII Encuentro de
la Red ULACAV y V Jornada Internacional de Vivienda Social “El derecho a la ciudad y la vivienda: propuestas y desafíos en la realidad
actual”, 10 al 13 de octubre de 2007, Valparaíso, Chile.
84
Hábitat y movilidad: derechos, políticas y política
Por otra parte, el derecho a la movilidad se El rol del Estado y el acceso al hábitat
puede entender como un elemento de la liber- y la movilidad en la ciudad
tad de movimiento garantizada por la Declara-
de Buenos Aires
ción Universal de Derechos Humanos y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. En
La Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad,
este sentido, sería la obligación positiva por parte
tanto por su origen como por sus contenidos, puede
del Estado de facilitar la libertad de movimiento
ser pensada como un instrumento político para
(como contrapartida de la obligación negativa de
orientar las acciones estatales y la participación
no restringirlo). A la vez, Andrea Gutiérrez señala
de los movimientos sociales urbanos en la
la importancia de la movilidad territorial para la
construcción de herramientas para el goce efectivo
integración social (movilidad social ascendente y
de los derechos humanos en las ciudades. Así, este
descendente), y la identifica como “componente y
instrumento establece las bases para garantizar
posibilidad de realización” de los derechos de los
el derecho colectivo a la ciudad: participación, no
ciudadanos. Al respecto, señala que la movilidad
discriminación, solidaridad, integración. La carta
“es una capacidad que habilita el derecho a la ciu-
cuenta con un importante nivel de desagregación
dad y, por su intermedio, a la inclusión social”10.
sectorial, lo cual brinda recomendaciones que
Al igual que el derecho a la vivienda, la movilidad
permiten construir un marco de acción coherente
debe ser entendida de forma amplia. Este dere-
para las políticas públicas. En lo que se refiere a
cho no se refiere solamente al transporte, sino
los derechos al hábitat y la movilidad, esta carta
también a la práctica social del viaje, “que con-
aborda un conjunto de cuestiones que se expresan,
juga deseos y necesidades de desplazamiento
principalmente, en los artículos IV, V, XII, XIII y
(o requerimientos de movilidad) con capacidades
XIV. Este marco de acción establece como punto
para satisfacerlos. Ambos son resultado y condi-
de partida el desarrollo de mecanismos integrales
ción de la inserción de un grupo en un contexto
para el reconocimiento de la producción social del
social, definido por factores físicos, locacionales,
hábitat, la planificación equitativa y sustentable
económicos, regulatorios, culturales, de género y
del espacio urbano, el acceso permanente e
étnicos, entre otros”11.
igualitario a los servicios públicos, el derecho
integral a la movilidad y a la vivienda. De esta
manera, se puede encontrar un piso de discusión
9
Oliveira, Joao Alencar, “Dereito a mobilidade urbana: a construçao de um direito social”. Anais Eletronicos do XVI Congresso Lati-
namericano de Transporte Público e Urbano (XVI CLAPTU), del 6 al 8 de octubre de 2010, en Ciudad de México.
10
Gutiérrez, Andrea, “Geografía, transporte y movilidad”, Revista Espacios, mayo de 2008, Buenos Aires, pág. 103.
http://www.filo.uba.ar/contenidos/secretarias/seube/revistaespacios/PDF/37/37.15.pdf
11
Ibídem, pág. 104.
85
Derecho a la ciudad
86
Hábitat y movilidad: derechos, políticas y política
12
Ver el Informe de la Comisión de Vivienda de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de 2010: Buenos Aires sin
Techo. La ausencia de políticas de acceso a la vivienda: una violación a los derechos humanos.
87
Derecho a la ciudad
13
Existen numerosas estrategias para abordar esta problemática. En el plano local, se destacan las iniciativas desarrolladas por los
municipios de Bariloche (Río Negro) o San Fernando (Buenos Aires) que ya aprobaron ordenanzas para ordenar de manera equi-
tativa las condiciones de uso y valor del suelo urbano. Asimismo, cabe mencionar el interesante impulso de la Provincia de Buenos
Aires que presentó en la Legislatura un proyecto de Ley de Hábitat popular que brinda un marco integral para garantizar el acceso a
la vivienda regulando las condiciones de desarrollo estructural del mercado inmobiliario y las acciones de gobierno para la construc-
ción de soluciones habitacionales.
88
Hábitat y movilidad: derechos, políticas y política
Versalles– tienen un acceso más limitado al trans- líneas de metro que los bordean. Aun así, las po-
porte público automotor, al contar con alrededor líticas desarrolladas hasta el momento continúan
de quince líneas de colectivo que los atraviesan consolidando los corredores de circulación del nor-
y ninguna línea de subte. Más específicamente, te de la ciudad e invisibilizando las limitaciones de
en lugares como Villa Fátima o Ramón Carrillo, acceso al derecho a la movilidad de gran parte de
en donde la población necesita con mayor urgen- la población. En efecto, se percibe que una mayor
cia el desarrollo del transporte público para des- obligación por parte del gobierno local en el plano
plazarse, se encuentran solamente una línea de normativo, fijaría un horizonte de acción para ga-
colectivo y el premetro, servicios que no tienen rantizar un acceso más igualitario del derecho a la
cobertura nocturna. Entretanto, barrios como Pa- movilidad y, asimismo, habilitaría canales de recla-
lermo o Caballito cuentan con más de 45 recorridos mo y participación por parte de la ciudadanía.
que los vinculan con el resto de la ciudad y con tres
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Derecho a la ciudad
14
“El Tribunal Superior de Justicia recibió a la Asesoría General Tutelar para escuchar los argumentos en la acción judicial para evitar
que se reduzca la asistencia habitacional en la Ciudad”, Gacetilla de Prensa del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. Disponible en:
http://asesoria.jusbaires.gob.ar/gacetillas/tribunal-superior-de-justicia-recibi-la-asesor-general-tutelar-para-escuchar-los-argument
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Hábitat y movilidad: derechos, políticas y política
El derecho a la ciudad
en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
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Entre la maravilla y la vergüenza.
La ciudad prometida
y la ciudad pendiente
Gustavo Maurino
Co-Director de la Asociación Civil por la Igualdad
y la Justicia (ACIJ)
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Entre la maravilla y la vergüenza. La ciudad prometida y la ciudad pendiente
2
Por supuesto, las teorías diferirán acerca de cuál es la canasta básica de derechos cuyo pleno goce debe garantizarse a todos, y
también acerca de las condiciones normativas y materiales que deben cumplirse para que el goce de un derecho merezca conside-
rarse “pleno”. Las concepciones más libertarias o conservadoras defienden una lista corta de derechos que se satisfacen con con-
diciones normativas de no interferencia y poco más, mientras que las concepciones más igualitarias o progresistas abogan por una
lista más robusta de derechos que deben garantizarse con condiciones positivas, tanto normativas como materiales, particularmente
para los más desaventajados.
93
Derecho a la ciudad
protección e incremento de los espacios públicos interpretaciones posibles sobre lo que la “priori-
de acceso libre y espacios verdes, la protección, dad a las personas de los sectores de pobreza
el saneamiento, el control de la contaminación, la crítica” en las políticas públicas significa, o sobre
regulación de los usos del suelo, la localización la manera de honrar los “criterios de equidad so-
de las actividades y las condiciones de habitabili- cial” en la provisión de infraestructura comunita-
dad y seguridad de todo espacio urbano, público ria. Todo concepto normativo –como lo son los de
y privado y la provisión de los equipamientos co- “igualdad”, “equidad”, etcétera– admite diversas
munitarios y de las infraestructuras de servicios concepciones para construir su sentido y segu-
según criterios de equidad social. ramente existen desacuerdos profundos sobre
El artículo 31 establece que la ciudad “resuel- ellos, algo que resulta inevitable en una socie-
ve progresivamente el déficit habitacional, de dad pluralista, y que al mismo tiempo constituye
infraestructura y servicios, dando prioridad a las su fuente de experimentación e innovación. Ese
personas de los sectores de pobreza crítica y con es el espacio que la Constitución reserva a la
necesidades especiales de escasos recursos” y competencia entre visiones políticas.
que promueve “(…) la integración urbanística y Pero no hay espacio, no hay permiso constitu-
social de los pobladores marginados, la recupera- cional, para Estados desentendidos de estas prio-
ción de las viviendas precarias y la regularización ridades, para políticas cuya finalidad o resultado
dominial y catastral, con criterios de radicación sea la marginación, la exclusión, la fragmentación
definitiva…”. estructural, la profundización en lugar de la neu-
Esta es la ciudad que promete la Constitución: tralización de las desigualdades zonales. Tales po-
con derechos para todos y políticas públicas que líticas pueden, tal vez, ser avaladas por algunas
remuevan inequidades sociales y prioricen la concepciones de la justicia social3 pero han sido
atención de los más desaventajados para el de- rechazadas en el pacto constitucional porteño.
sarrollo integrado, para la construcción de UNA Sin embargo, ya lo sabemos, Buenos Aires no
ciudad para todos. ha honrado su pacto constitucional, y ahí están sus
La justicia social que promete la Constitu- vergüenzas. Seguramente nada las ilumine tanto
ción porteña es la propia de un Estado social de como la reflexión sobre lo que la ciudad ha hecho
derecho, solidario, fraterno; que establece prio- en –con y de– sus villas y asentamientos; lo que le
ridades claras de agenda pública y rumbos ha venido haciendo al 10 % más vulnerable de su
expresos a los que debe apuntar la acción de población; justo a aquellos a quienes nos hemos
gobierno. Ciertamente, hay muchos caminos comprometido a priorizar en su desarrollo.
alternativos para seguir estas directivas, muchas
3
Probablemente algunas ideas libertarias rechazarían la adopción de políticas públicas que compensen desigualdades sociales, que
prioricen la atención a los más desfavorecidos, que subsidien el desarrollo de los más postergados.
94
Entre la maravilla y la vergüenza. La ciudad prometida y la ciudad pendiente
4
Más allá de escandalizarnos, las fantasías xenófobas deben ser contrastadas con principios y con datos que las derroten en el
discurso público honesto.
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Derecho a la ciudad
Las villas son –para el Estado– territorios sin que reciben a los niños de las villas; el Estado
derechos. En una dinámica perversa, a la “ile- destina millones a la higiene urbana y promue-
galidad” de la ocupación original que dio lugar ve la separación de residuos en la ciudad formal
al asentamiento, se le opone (se le impone) la mientras acumula desechos en basurales a cielo
sostenida ilegalidad (estatal) de negar el goce abierto en las villas. Y los ejemplos podrían seguir
de los derechos básicos, y de excluir a tales te- hasta cansarnos pues el Estado ha conformado y
rritorios de las políticas públicas destinadas al reproducido las villas como guetos de exclusión,
desarrollo humano. como lugares fuera de la Constitución.
La Constitución promete la maravilla (derechos
plenos y ciudad equitativa), las políticas públicas La salida de la pendiente
ofrecen la vergüenza (territorios sin derechos,
fragmentación social). Así como la trampa de la pobreza, en las villas,
El Estado arregla las calles de la ciudad formal está construida por el Estado, por sus acciones y
pero deja libradas al olvido y al fango las calles omisiones estructurales, su desmantelamiento tam-
de las villas. Asegura el mantenimiento seguro bién está al alcance del Estado; siempre y cuando
de la red eléctrica de la ciudad formal pero deja sus prácticas y políticas se comprometan genuina-
libradas a condiciones indecibles la seguridad y mente con los principios de justicia social consa-
regularidad del servicio eléctrico en las villas – grados en el pacto constitucional de la ciudad.
cada año, cada invierno la dependencia eléctrica Cerrar la brecha entre los derechos y los he-
en condiciones insustentables suma incompren- chos es una responsabilidad fundamental de las
sibles muertes evitables en las villas–; el Estado comunidades políticas que quieran dejar atrás
asegura el acceso a gas natural subsidiado a los sus vergüenzas.
habitantes de la ciudad pero expone a los vecinos Para ello deben, de una vez y antes que nada,
de las villas al mercado inaccesible del gas enva- superarse y rechazarse los presupuestos en los
sado; desarrolla y custodia el mercado de medi- que se apoyan las prácticas estatales y sociales que
cina social y privada, pero carece de servicios de han construido este estado de cosas. Me refiero a la
salud y de emergencias efectivos para la comuni- suposición de que “los villeros no merecen dere-
dad de las villas que depende del sistema público chos, sino, en el mejor de los casos, caridad”.
de salud, asigna multimillonarios subsidios a es- Esa suposición tiene dos variantes posibles,
cuelas privadas confesionales que educan a las igualmente erradas, una radical y otra moderada.
clases medias pero deja sin vacantes, o en aulas Bajo la variante radical, las villas resultan de prácti-
hacinadas de las escuelas públicas a los distritos cas ilegales o contrarias al derecho del Estado por
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Entre la maravilla y la vergüenza. La ciudad prometida y la ciudad pendiente
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Derecho a la ciudad
inconstitucionales –que ha logrado modificacio- conceptos y la fascinación por las teorías sofisti-
nes significativas en concretas políticas públi- cadas no nos lleven a apurar de manera elitista
cas– han sido posible en gran medida por la pro- los desarrollos y agendas comunitarias, o a intro-
gresiva apropiación del discurso de derechos por ducir complicaciones innecesarias en la compleja
parte de las propias comunidades afectadas, por y desafiante práctica de reclamo de los derechos
el entendimiento común de que cuando se habla reconocidos en la Constitución.
de salud, vivienda, educación, en suma, de todo El reconocimiento y la exigibilidad y efectividad
aquello que hace –o debe hacer– de una ciudad de los derechos sociales en la Argentina en gene-
un ámbito de dignidad y autonomía, se habla de ral, y en la ciudad de Buenos Aires en particular,
derechos. están aún en sus primeras etapas de experimen-
En la ciudad de Buenos Aires, favorecida con tación, luego de las reformas constitucionales de
el hecho de tener una constitución que no sólo los últimos veinte años.
es generosa en derechos, sino que también es A nivel comunitario, y especialmente en los
especifica en la consagración de principios pro-
sectores más afectados por las injusticias dis-
gresistas de justicia social como parámetros
tributivas históricas, la apropiación de estos de-
para las políticas que se deben adoptar para
rechos y su utilización como herramientas para
hacer efectivos los derechos relativos a la cali-
reclamar dignidad (y no caridad) es un proceso
dad de vida, se ha avanzado en la apropiación
todavía novedoso pero prometedor, que debe ser
comunitaria y el reclamo de esas promesas con
fortalecido.
la perspectiva de derechos. Así, se han desa-
rrollado acciones para reclamar, por ejemplo, el La superación de las concepciones incom-
derecho a la radicación y urbanización de las vi- patibles con los principios constitucionales, la
llas, la garantía de la educación pública desde reconfiguración de las políticas públicas de ma-
los 45 días de vida, la mejora en las condiciones nera que reviertan la inequitativa e injusta frag-
de prestación del servicio de salud pública para mentación social y la postergación a la que son
las comunidades postergadas, etcétera. sometidas las (cada vez más pobladas) villas de
En este contexto, la incorporación discur- nuestra ciudad, y la afirmación y el desarrollo de
siva del derecho a la ciudad nos coloca ante la perspectiva de los derechos en la afirmación
grandes oportunidades de avances, ya que sir- de los reclamos por la dignidad, la autonomía y
ve de síntesis de todos los derechos sociales la igualdad de las comunidades que sufren las
en ámbitos urbanos y tiene una prometedora vergüenzas de la ciudad son tal vez un camino
potencia simbólica; aunque –también debe seña- valioso para que la ciudad sea, de una vez, una
larse– resulta importante que el atractivo de los (y muchas) maravillas.
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Los derechos humanos
en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
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Derecho a la ciudad
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Los derechos humanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
1
de Reca, Ricardo Pablo, Derecho urbanístico tomos I, II y III. Comentarios de Quiroga Lavié, Humberto, La Ley 28/05/2003, 6-La
Ley 2003-D, 1471.
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Derecho a la ciudad
con el objeto de alcanzar el pleno ejercicio del de- de prestigio, de los espacios físicos donde se
recho a una calidad de vida adecuada”. asientan. Cuando un actor social actúa tal como
Al terminar la dictadura y la represión social lo que se espera socialmente de él, difícilmente
en el año 1983, la ocupación de casas se intensi- deba ofrecer explicaciones al respecto. Por el
ficó. Otro factor que incidió en el crecimiento de- contrario, cuando ese actor actúa inesperada-
mográfico de emergencias fue la posibilidad que mente, le son requeridos los motivos de su con-
se presentó a los expulsados (a raíz de la erra- ducta” (Giddens, 1995: 307).
dicación de villas implementada por el gobierno Lo mismo es válido respecto de los usos del
militar previo) de iniciar el “operativo retorno” a la espacio urbano: no hay argumento de carencia
ciudad. “Los pobres” intentan vivir en la ciudad o exclusión que justifique el sacrílego hecho de
–y especialmente en sus zonas céntricas– porque usurpar tierras a escasos metros del centro de
buscan el acceso a las oportunidades económi- poder económico y político del país. Cuando las
cas o a la satisfacción de las necesidades de la ocupaciones se perpetran, por ejemplo, en ba-
vida material. Algunas reparticiones del Estado, rrios céntricos, acaudalados o de alto valor patri-
así como sectores de clase media urbana, parten monial, sus responsables son vistos como “atre-
del supuesto de que los nuevos “intrusos” del es- vidos” y, por tanto, han de salir del silencio y dar
pacio urbano no “merecen vivir” en la ciudad, ni cuenta de su accionar. Por otra parte, al haber ido
mucho menos en sus barrios cotizados. “demasiado lejos” en la búsqueda del techo –y al
Podemos sostener, siguiendo a María presumirse que sus habitantes son más ilegales
Carman, que estos ocupantes son “más margi- que otros sectores–, resulta necesario hacerlos
nados”, descalificados, precisamente, por no es- invisibles.
tar en los márgenes y haber osado fijar residen- Las ocupaciones que vulneran el principio
cia en el corazón mismo de la ciudad. En efecto, de máxima intrusión socialmente aceptable se
cuando las “casas tomadas” se emplazan en vuelven merecedoras de grandes acusaciones.
zonas mejor situadas que las villas –que serían Concepciones estigmatizadoras que pesan sobre
una suerte de “hábitat natural” de los pobres–, los habitantes “indeseables” de la ciudad perma-
sus habitantes son tomados como amenaza: “en necen a la orden del día, aunque éstas tienden
lugar de moderarse, las intrusiones se estarían a ser menos reconocidas abiertamente por el
tornando una provocación”. La cercanía física Estado, proclive a adoptar un discurso integra-
de los “indeseables” –sin muro de por medio, dor respecto al “diferente” y que diversos autores
como en las urbanizaciones cerradas– amenaza conceptualizan irónicamente en términos de mul-
el estatus y la identidad de los “vecinos respeta- ticulturalismo blando.
bles”. Por definición, los “marginados” deberían El hecho concreto de la conformación de grupos
vivir en los márgenes de la ciudad y no en sus más o menos organizados para intentar paliar es-
barrios céntricos. En el esfuerzo de reconstruir tas políticas que cercenan el efectivo ejercicio del
la lógica que subyace a los discursos y prácticas derecho a la ciudad comienza a inscribirse en una
que hacen invisibles e ilegalizan a los ocupantes dinámica de relaciones sociales y políticas particu-
de inmuebles, se podría argumentar que existe lar, al vehiculizar exigencias de reconocimiento de
una máxima intrusión. derechos, y esos derechos se reclaman en la ciu-
“La representación prevaleciente, y por lo ge- dad y para ser ejercidos y disfrutados en la ciudad.
neral implícita, es que solo han de subsistir en Esto es parte de una renovación que contendría la
la ciudad las villas u ocupaciones ilegales cuya marca de una capacidad creadora capaz de incor-
ubicación geográfica coincida con el capital eco- porarlos como actores sociales en este particular
nómico, cultural y social imputado a sus morado- escenario, la ciudad de Buenos Aires.
res. La aceptación o impugnación social de tales Ante su falta de reconocimiento entre los ope-
intrusiones se deduce del prestigio, o ausencia radores políticos, la desigualdad se mistifica.
2
Medici, Alejandro, Presupuestos Participativos: derechos y garantías de proximidad. Hacia un marco comprensivo y comparativo de
estudio. Universidad Nacional de La Plata (UNLP), La Plata, 2008.
3
Carman, María, Las trampas de la naturaleza, Medio ambiente y segregación en Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica,
Buenos Aires, 2011.
4
Ídem.
102
Los derechos humanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Pese a que hoy día no hay legitimidad para re- IRSA compró los predios correspondientes a la ex
conocer abiertamente el derecho restringido a la Ciudad Deportiva Boca Juniors por 50 millones de
ciudad del que gozan los sectores más desfavo- dólares con el objetivo de construir un complejo de
recidos, no nos debe extrañar que el principio de viviendas. Este proyecto de urbanización denomi-
máxima intrusión socialmente aceptable continúe nado “Santa María del Plata” fue autorizado por
funcionando como justificativo –puertas adentro, resolución en 2003, y dejó en una situación de “ile-
y sin expresión pública– de políticas expulsivas. galidad” a los habitantes del asentamiento.
Diversas zonas de la ciudad se han caracte- En nuestra ciudad, estas políticas indirectas de
rizado, a partir de la década del 90, por un alto expulsión se evidencian con la implementación de
crecimiento de inversiones estatales y extranjeras desalojos, que buscan la “recuperación” de bie-
orientadas a “modernizar y embellecer la ciudad” nes tanto privados como del Estado local. Y con
para obtener altas tasas de ganancias. La refor- medidas persecutorias que hacen aún más difícil
ma del Estado, la desregulación económica y las la vida en algunas zonas de la ciudad, por ejem-
privatizaciones sentaron las bases de una nueva plo, la suspensión de la recolección de basura, la
transformación del espacio urbano regulado por reducción de la limpieza de los pozos ciegos con
el mercado inmobiliario. En consecuencia, a me- los camiones cisterna, los cortes de luz, la falta de
diados de 2005, se dio comienzo al proceso de alumbrado público dentro de los barrios, los cor-
avance sobre territorios urbanos donde ya existían tes de agua.
actores con intereses contrapuestos, que se resis- Otro ejemplo interesante para abordar las cla-
ten a ser desalojados de sus casas apelando a la sificaciones que se hacen sobre la población de la
organización barrial, las instancias judiciales y la ciudad y quienes tendrían derecho a ella es lo que
movilización como forma de recobrar la visibilidad ocurre con la cuenca Matanza-Riachuelo. Con el
pública que les permite a otros actores sociales so- único objetivo de limpiar la cuenca y mejorar el
lidarizarse con su problema. medioambiente, los barrios, villas y asentamientos
Puede tomarse como ejemplo el barrio Rodri- de la zona reciben el dictamen de la Corte Supre-
go Bueno-Costanera Sur: en 1997, la constructora ma de Justicia de la Nación de ser “erradicados” o
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Derecho a la ciudad
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Derecho a la ciudad
únicamente una pequeña porción de quienes lo Sin embargo, si la justicia también existe para
necesitarían, en virtud de las barreras clásicas la mirada de los vulnerados, quienes llegan a ella
de acceso a la justicia (costos indirectos, trans- para reclamar sus derechos fundamentales; en-
porte, etc.)– acceden generalmente a una res- tonces, también se crea un problema, que con-
puesta que resulta paliativa de la urgencia, mas tiene las significaciones que traen estos actores
no reivindicatoria de sus derechos ni una solu- novedosos a los tribunales: las desigualdades,
ción definitiva. las relaciones de subordinación, la explotación, la
Las desigualdades imperantes entre quienes discriminación, el rechazo, la negación, que con-
habitamos esta urbe hacen que se profundicen ciernen a las personas que se sienten más o me-
los conflictos sociales. La incapacidad para anti- nos amenazadas en su ser, negadas, agobiadas
ciparlos hace que al final lleguen a plasmarse en o excluidas como miembros de una comunidad.
disputas judiciales que serán abordadas de dife- Es necesario generar una relación equitativa
rentes maneras según el operador judicial intervi- e inclusiva en la ciudad entre todos sus integran-
niente y así obtendrán diferentes resultados. tes para los cuales las instituciones y el gobierno
Los votos de la mayoría en la jurispruden- local dejarán de percibirse como un obstáculo o
cia del Superior Tribunal de Justicia padece de un enemigo y se constituirán en otro ámbito de
un aislamiento que la torna ignorante no solo construcción de una mejor sociedad.
de lo que ocurre en las calles de la ciudad, sino
también de las decisiones de las cortes a las que
deberían sentirse vinculados.
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Casos: Parque Indoamericano
y “La Veredita”
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Casos: Parque Indoamericano y “La Veredita”
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Derecho a la ciudad
gobierno favorecen inversiones inmobiliarias con que favorecen de esta forma el mercado informal
la justificación de movilización económica y/o ge- de viviendas. Actualmente, tenemos una ciudad
neración de empleo, que en realidad ocultan la con 500.000 personas en situación de emergen-
hipervalorización del suelo; la retención especula- cia habitacional y, a su vez, con un boom de cons-
tiva del suelo (o la vivienda) que no está penada. trucciones de las cuales un 50% tiene niveles lu-
Se compone también de alquileres que favorecen josos, un 30% niveles suntuarios, un 20% niveles
los derechos de los propietarios más que los de medios y un 0% destinado a viviendas sociales.
los inquilinos, hoy con contratos en negro, y la
proliferación de nichos de mercado informal que Contraste con el modelo
venden “productos” inhabitables, inseguros, sin de Estado local que establece
privacidad y expuestos a las consecuencias de la Constitución porteña de 1996
los desalojos.
Quienes integramos Ajus hemos expresado
Prevalencia del derecho el siguiente concepto en la Facultad de Derecho
de propiedad a ultranza de la Universidad de Buenos Aires cuando nos
tocó exponer sobre las reformas que proponía el
La política implementada por el gobierno actual actual jefe de Gobierno al Poder Judicial y, espe-
de impulsar desalojos masivos de bienes que per- cialmente, al fuero contencioso administrativo y
tenecen al Estado local en el marco de la grave tributario: no se compatibiliza la forma macrista
crisis habitacional que padece la población de de gestionar esta ciudad con sus lineamientos
menores recursos, apunta a la recuperación de constitucionales.
los inmuebles que luego quedan ociosos. Por otra En efecto, la Carta Magna local es sumamente
parte, no se penaliza con fuertes cargas fiscales a garantista y generosa en cuanto a la protección
los propietarios de esos terrenos ociosos; en con- de los derechos, e impone a los gobernantes el
secuencia, se privilegia a la industria de la cons- deber de desarrollar políticas públicas que favo-
trucción y a sus corporaciones, que adquieren un rezcan a los sectores más vulnerables. Se enrola
rol dominante en el mercado generando aumen- claramente dentro del constitucionalismo social,
tos exorbitantes en el valor económico del metro y pone en cabeza del Estado la obligación de
cuadrado. Entonces, en una de las capitales con promover acciones tendientes a superar las de-
mayor PBI de la región como es la CABA, es el sigualdades de hecho que existen en la socie-
propio Estado quien produce ciudadanos indigen- dad, lo cual resulta un avance en materia de de-
tes genera situaciones de extrema precariedad y rechos y garantías, en especial en materia social.
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Protege los derechos personales y establece los conjunta de un comunicado con otras organiza-
distintos mecanismos que permiten volver eficaz ciones y legisladores, que luego se hizo circular
su resguardo. Esto se hace sobre la base de la y fue publicado en los medios de comunicación
consideración de que la vida cotidiana de las en repudio por los hechos sucedidos; el cual, in-
personas que no cuentan con sus necesidades dependientemente de la repercusión que tuviese,
vitales satisfechas se encuentra atravesada por consolidó la posición de muchos actores jurídicos
problemáticas que son efecto de su situación vul- y/o políticos, y fue presentado por la Defensoría
nerable y de un incumplimiento constante de sus General de la Ciudad en la causa penal. Transcri-
derechos fundamentales. Viene al caso recordar bimos a continuación los principales párrafos.
lo que dice Bidart Campos acerca de la suprema- Ajus (Abogados por la Justicia Social); AABA
cía de la Constitución: “la doctrina de la suprema- (Asociación de Abogados de Buenos Aires); ACIJ
cía suministra argumentos para sostener que la (Asociación Civil por la Igualdad y Justicia); CELS
Constitución se vulnera no solamente cuando se (Centro de Estudios Legales y Sociales); Consejo
hace lo que ella prohíbe hacer, sino también cuan- Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de
do se deja de hacer lo que ella manda que haga. la Universidad de Buenos Aires; CIBA (Coordina-
No hay zona alguna de reserva que el Ejecutivo, o dora de Inquilinos de Buenos Aires); Comisión Po-
la Administración puedan invocar para eximirse de lítica de la Iglesia Dimensión de Fe; Cooperativa
hacer lo que la Constitución manda que hagan”. de Vivienda la Unión; Cooperativa de Vivienda,
Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta el mo- Trabajo y Consumo “Fuerza y Resistencia 1220”;
mento, basta transcribir el texto del artículo 31 de CTA de los Trabajadores - Ciudad de Buenos
la Carta Magna porteña que prevé el derecho a la Aires- ; CTA Capital; Encuentro por la Democracia
vivienda para demostrar nuestra hipótesis: y la Equidad; La Tendencia Nacional y Popular;
Artículo 31.- Hábitat- La Ciudad reconoce el La Vallese; MPP (Movimiento de Profesionales
derecho a una vivienda digna y a un hábitat ade- por los Pueblos); Observatorio de Derechos Hu-
cuado. Para ello: manos (ODH); Organización Popular Hormigone-
1. Resuelve progresivamente el déficit habita- ra; Pablo Barrera, Secretario General de la FUA
cional, de infraestructura y servicios, dando prio- (Federación Universitaria Argentina); Unión de
ridad a las personas de los sectores de pobreza Trabajadores de la Educación (UTE-CTERA), en-
crítica y con necesidades especiales de escasos tre otros, en repudio a las prácticas de criminali-
recursos. zación de la pobreza y en demanda de soluciones
2. Auspicia la incorporación de los inmuebles inmediatas al problema habitacional en la Ciudad,
ociosos, promueve los planes autogestionados, la emitimos un comunicado, con las siguientes ma-
integración urbanística y social de los pobladores nifestaciones:
marginados, la recuperación de las viviendas pre- “(...) Repudiamos la práctica del Ministerio Pú-
carias y la regularización dominial y catastral, con blico Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires de iniciar
criterios de radicación definitiva. causas judiciales contra las personas en situación
3. Regula los establecimientos que brindan de calle y emergencia habitacional que ocupan
alojamiento temporario, cuidando excluir los que espacios públicos y la falta de políticas públicas
encubran locaciones. respetuosas de la dignidad humana y los dere-
chos fundamentales, relativas a las salvaguardas
Comunicado de repudio ante los hechos básicas de vivienda digna para las comunidades
de “La Veredita” del 11 de mayo de 2011 más vulnerables.
Por otra parte y advirtiendo que muchos de
Para finalizar, nos gustaría resaltar la impor- los allanamientos ordenados en la Ciudad de
tancia de militar por el derecho a la ciudad con Buenos Aires se llevan adelante en clara violación
otras organizaciones. de garantías y derechos elementales a la defen-
Desde la Comisión de Derechos Sociales de sa, con consecuencias especialmente graves
Ajus, y a fin de dar apoyo al patrocinio de nuestro para las personas que ya se encuentran en una
compañero Lisandro Teszkiewicz en el marco de situación vulnerable; exhortamos a los magistra-
la causa de “La Veredita”, impulsamos la redacción dos porteños a que aseguren la adecuación de
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las actuaciones judiciales a los estándares cons- menor gravedad o urgencia en lo inmediato, a la
titucionales e internacionales relativos a este tipo inmensa mayoría de los ciudadanos.
de conflictos. Desde dichas circunstancias, se pensó en
(...) La persecución penal y la utilización de la construcción de una fuerza política y social
medidas de coerción de las más gravosas, no que pudiese visibilizar y plantear con claridad y
es una solución admisible a esta problemática; energía un modelo alternativo, que cuente con
por el contrario, sólo retroalimenta las dinámicas capacidad de movilización, tanto para exigir
de exclusión y marginación, estigmatización y la implementación de ese modelo, como para
persecución hacia quienes requieren con más sostenerlo, en caso de que se den las posibilidades
intensidad de políticas de seguridad social que de implementarlo desde la gestión de gobierno.
aseguren su dignidad (...)”. Con dicho fin, se planteó la realización de un
congreso de vivienda en la ciudad, en el cual pu-
Congreso por el Derecho diesen confluir organizaciones de lucha por el
a la Vivienda adecuada derecho a la vivienda, agrupaciones, cooperati-
vas, militantes de villas y asentamientos, junto a
Advirtiendo que desde muchos de los sec- profesionales que le sumen su mirada específica
tores medios de la sociedad no se percibe la al tema: arquitectos, urbanistas, abogados, soció-
influencia perjudicial de las políticas públicas logos, antropólogos, etcétera.
excluyentes sobre vivienda y hábitat, especial- Ese congreso que comenzó a pensarse hace
mente en lo relativo a la afectación de quienes algún tiempo, y al cual nos sumamos a participar
se encuentran en el mercado del alquiler, gene- activamente, con el empuje de todos los actores
rándose fuertes prejuicios sobre la lucha de las involucrados, fue adquiriendo la forma y el espí-
clases más pobres, hemos resuelto que parte de ritu deseado, teniendo como primer escalón el
nuestra tarea será decir y resaltar que esta lucha encuentro que se llevará a cabo en el mes de
por el derecho a la vivienda afecta con mayor o junio de 2011 en la CABA.
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