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Apuntes de Historia Contemporánea  2000, Mariano Santos La Rosa Editores, S. no A.


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APUNTES DE CLASE PARA EL 1º PARCIAL - HISTORIA CONTEMPORÁNEA

1. LA EPOCA REVOLUCIONARIA
1.1) La Revolución Industrial en Inglaterra. Etapas de transición. Estallido de la
revolución industrial: industria textil, minera y metalúrgica. Surgimiento del factory system.
Desarrollo del capitalismo agrario. El proceso de concentración y proletarización. Revolución
agrícola y de los transportes.
1.2) Transformaciones en la vida familiar y social. El trabajo de las mujeres y niños.
Leyes de pobres y worhouses. La protesta de los trabajadores: motines de subsistencia y
destrucción de máquinas. Sociedades de resistencia. El Ludismo.
1.3) La Revolución Francesa. Caracterización del Antiguo Régimen en Francia. Iniciación
del proceso revolucionario. Reconocimiento y análisis de las diferentes etapas.
1.4) La época de Napoleón. La guerra con la Europa absolutista. Expansión de los
principios revolucionarios. El imperio francés: vida económica y difusión del Código
napoleónico. Repercusiones en América.

1.1.- LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN INGLATERRA:


Hacia 1780 comienza un período que muchos denominan el ciclo de la doble revolución
(Hobsbawm):
- La Revolución Francesa: cuyas implicancias serían exclusivamente políticas
- La Revolución Industrial: cuyas implicancias serían exclusivamente económico-sociales.
Sin embargo, la Revolución Francesa propagó ideales liberales, tanto económicos como sociales,
lo que parece desmentir la anterior apreciación tradicional.
Con respecto a la Revolución Industrial, hay una corriente historiográfica que rechaza el término
revolución ya que consideran que los hechos no se producen casi espontáneamente.

1.1.1) Etapas de transición:

1.1.1.1. Factores que incidieron en el estallido de la Revolución Industrial:


Para muchos historiadores, revolución industrial es sinónimo de innovación tecnológica. Pero esta
concepción disocia los avances técnicos del contexto social y productivo que los crea. La revolución
industrial no habría sido posible:
- Sin que la burguesía tomara el poder y dirigiera la sociedad; sin una revolución política burguesa
que barriera buena parte de las limitaciones feudales al desarrollo del capitalismo y crease condiciones
sociales adecuadas para la expansión del capitalismo. En Inglaterra, la resistencia al desarrollo capitalista
dejó de ser efectiva hacia fines del siglo XVII.
- Sin la proletarización de millares de campesinos, exploados de sus tenencias y derechos
comunales.
- Sin la disponibilidad de mano de obra abundante y susceptible de ser proletarizada
- Sin la creación de un mercado interno que absorbiese una cantidad creciente de mercancías.
- Sin la expansión colonial que aportase más mercados y más sitios de donde abastecerse de
materias primas. Sin la formación de una economía mundo que vertebrase económicamente distintas
áreas de producción y consumo del planeta.
- Sin el derrumbe y la abolición de los gremios y la promoción de la libertad de industria y
protección por parte de las autoridades, de estas propiedades.
- Sin la existencia de un proceso mediante el cual la producción manufacturera que se veía
haciendo en talleres artesanales y a domicilio, hubiese empezado a ser controlada por comerciantes y
manufactureros capitalistas. Sin el desarrollo de una división del trabajo más productiva.
- La revolución industrial sólo pudo producirse en el seno de una economía previamente en
expansión.

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El Proceso de cercamientos:
Pese a que este proceso se inició en el siglo XVI, se encuentra entre los antecedentes de la
revolución industrial porque entre 1760 y 1810 se dan los cercamientos parlamentarios, que tenían su
origen en leyes. La ley que permitía un cercamiento tenía casi siempre su origen en la petición que uno o
más propietarios hacían al Parlamento. Para delimitar las nuevas propiedades y estimar los derechos de
los invidudos, se designaban a cierto número de comisarios, que a veces resarcían a alguchos indivudos
con minúsculas parcelas a cambio de sus derechos sobre las tierras comunales. Pero como estos
individuos no disponían de medios para cercarlas y mantenerlas, lo único que podían hacer era verderlas a
bajo precio a los nuevos propietarios, interesados en redondear sus posesiones. (Mori, p. 91).
Este proceso de cercamientos:
- Inicia la proletarización del campesinado
- Genera un mercado interno.
- Produce la extinción de las common lands (tierras comunales) absorbidas en haciendas de
grandes dimensiones.
- Produce es la recuperación de extensas zonas incultivadas y pantanosas.
Hacia 1750 la estructura de la propiedad de la tierra era la siguiente: unos millares de propietarios
arrendaban sus tierras a unas decenas de miles de aparceros por contrato (copyholders), quienes a su vez
contrataban a varios cientos de miles de jornaleros.

Proceso de concentración y proletarización de la mano de obra:


- Acumulación de capital en la burguesía: la burguesía, en un primer momento desarrolla
actividades industriales pero a través de los gremios, dedicándose a una producción de lujo. Será la
burguesía ligada al T.R.D. la que desencadenará la revolución industrial.
- Proletarización del campesinado: a mediados del siglo XVIII la presencia del pequeño
campesinado en los campos ingleses había sufrido una sustancial y difusa disminución o incluso había
desaparecido. Casi el 90% de la tierra estaba ya en manos de los arrendatarios (Mori, p. 90).
Surge una especie de artesanado rural, especializado cada vez más en la elaboración de un
producto determinado, con lo que seiba convirtiendo gradualmente de pequeño campesino o artesano en
obrero asalariado. Los villorrios onde la gente dedicaba su tiempo libre estacional a tejer, hilar o a la
minería, con el tiempo se convertirian en ciudades industriales (Hobsbawm, p. 29).
- Proletarización del artesanado: la evolución desde el T.R.D. al taller manufacturero y de allí a la
fábrica, donde prolifera el maquinismo

Surgimiento de un mercado interno y externo:


- Surgimiento de un mercado interno: debido al éxodo rural, a la inmiigranción irlandesa y al
crecimiento vegetativo de la población. Si nos remontamos a 1750 Inglaterra ya era una economía
monetaria y de mercado a escala nacional. Una nación de pequeños comerciantes, significa una nación de
productores para la venta en el meracdo, además de una nación de clientes. Una economía cerrada y
autosuficiente es imposible en ciudades grandes, e Inglaterra contaba con la mayor de las ciudades
occidentales: Londres, que era el mayor de todos los mercados centrales de artículos de consumo.
Cuando se produjo un choque entre los intereses del comercio y de la industria, el gobierno se
decidió por el productor doméstico, ya que el comerciante sólo pudo movilizar a Londres y algunos
puertos en defensa de sus intereses, mientras que el manufacturero contó con los intereses políticos de
amplios sectores del país y del gobierno. La cuestión quedó decidida cuando los fabricantes de tejidos
obtuvieron la prohibición de importar indianas extranjeras. La industria británica pudo crecer a sus
anchas en un mercado interior protegido hasta hacerse lo suficientemente fuerte como para pedir
libre entrada en los mercados de otros pueblos, es decir, el "librecambio".
- Surgimiento de un mercado externo: debido a la expansión comercial y el establecimiento de un
imperio colonial. El mercado interior favoreció el paso del T.R.D. al taller manufacturero, pero el
mercado exterior provoca la chispa de la revolución industrial, debido a las perspectivas de crecimiento
infinito por la demanda ilimitada.
La revolución industrial agravó, en beneficio de los países en vías de industrialización y en primer
lugar de Inglaterra, el desequilibrio que reinab ya entre las diversas categorías de países.
Por todo lo expuesto, podemos afirmar que los avances técnicos nacieron del impulso social,
fueron el efecto del cambio social y no su causa (Baldó Lacomba, p. 105).

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Los avances técnicos, si bien fueron una consecuencia del desarrollo de unas relaciones sociales
dadas, tenían un efecto multiplicador sobre estas. No crearon las relaciones sociales capitailstas pero con
los avances técnicos, el capitalismo se reafirmó. Las máquinas no crearon el capitalismo, ni la burguesía,
ni al obrero. Inglaterra, antes de Watt, era una sociedad capitalista, donde existían burgueses y proletarios.
Además, los problemas técnicos de la industrialización eran extraordinariamente fáciles de resolver.

1.1.2) Estallido de la Revolución Industrial:


Estaban dadas las condiciones, pero esto no explica por qué la revolución idustrial no estalló antes.
Ningún otro país tuvo que hacer su revolución industrial prácticamente sólo como Inglaterra,
imposibilitado de beneficiarse de la existencia de un sector industrial ya establecido en la economía
mundial o de sus recursos de experiencia, tecnología o capital. Es posible que esta situación sea en gran
medida responsable de los dos extremos a que fue impelido el desarrollo social británico (la práctica
eliminación del campesinado y de la produccióñ artesanal a pequeña escala) y del modelo extrañamente
peculiar de las relaciones económicas británicas con el mundo subdesarrollado. Por el contrario, el hecho
de que Gran Bretaña hiciese su revolución industrial en el siglo XVIII y estuviera razonablemente bien
preparada para realizarla, minimizó determinados problemas que fueron muy importantes en países de
industrialización posterior. Por ejemplo: la tecnología con que deben operar hoy en día los países
desarrollados es más compleja y costosa que aquella con la que Inglaterra llevó a cabo su revolución
industrial. La historia de Gran Bretaña no es un modelo para el desarrollo económico del mundo de hoy
(Hobsbawm, p. 20).
Nadie esperaba la inminente transformación del país por una revolución industrial, ni siquiera los
viajeros que pasaron por Inglaterra en los primeros años de la década de 1780, cuando ya sabemos que se
había iniciado. Pocos esperaban su inminente explosión demográfica. A mediados del siglo XVIII, la
gente aún discutía si la población inglesa crecía o se mantenía estable, pero hacia fines de siglo, Malthus
daba como cosa hecha que estaba creciendo demasiado (Hobsbawm, p. 27).
La novedad no radicaba en las innovaciones sino en la disposición mental de la gente práctica para
utilizar la ciencia y la tecnología que durante mucho tiempo habían estado a su alcance y en el amplio
mercado que se abría a los productos, con la rápida caída de costos y precios.

1.1.2.1. La Industria Textil:


La Revolución Industrial se produjo debido al desarrollo de la industria textil a través del impulso
del mercado interno, y se potenció y explotó por la incorporación del mercado exterior. Como las
posibilidades productivas alcanzaron un techo que correspondía a una sociedad con una base tecnológica
manufacturera, las limitadas posibilidades de crecimiento de la época manufacturera fueon las que se
intentaron solucionar mediante las máquinas. Entonces y no antes, se utilizaron principios tecnológicos
sencillos que ya se conocían.
La industria textil impulsaba la modernización de la industria química y mecánica, a la espera de
que el desarrollo general de las industrias desencadenara la revolución de los transportes y determinase el
perfeccionamiento de la industria metalúrgica, convertida a su vez en motriz. Suscitó la renovación
completa de todas las actividades industriales que, por su capacidad casi inagotable de crear riquezas y
empleos, no iban a tardar en afirmar su preponderancia dentro del conjunto de la economía.

- Los progresos de la industria algodonera:


El algodón fue esencialmente una industria de exportación.
En la primera mitad del siglo XVIII el sector algodonero era una modesta manufactura textil de las
muchas que contaba Gran Bretaña. Eran mucho más importantes la sindustrias de la lana, el lino y la seda,
que habían desarrollado enormemente el trabajo a domicilio.
La manufactura el algodón era una especialidad oriental. Correspondía a la Compañía de Indias
Orientales inglesa el monopolio, que había arrebatado este comercio a Holanda. Importaba los tejidos de
algodón a Inglaterra y de allí eran reexportados al resto de Europa, debido a que tenían una gran
aceptación en Europa por estar muy bien manufacturadas, tener colores brillantes, ser livianas y suaves.
Este era un gran negocio para los comerciantes pero no para los industriales ingleses, que se
quedaban sin mercado para su producción de tejidos de lana. Pronto, dado el éxito de las "indianas",
comenzaron a imitarse en Inglaterra, aunque sin lograr la calidad de las orientales. Comienza así a
desarrollarse una industria algodonera para competir con los comerciantes. El algodón era obtenido de las
colonias inglesas del sur norteamericano y de la India.

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Como las telas de algodón hindúes le hacían competencia a las telas de lana inglesa, en un
mercado de altos recursos ya que las telas de la India eran caras, los industriales de la lana comienzan a
presionar para que el gobierno prohiba la exportación de telas hindúes. El gobierno a veces accede, otras
veces no (en ocasiones prohibe la importación de telas estampadas, etc.), hasta que finalmente, los
industriales logran la prohibición definitiva. Se impide la importación de telas acabadas, pero se permite
la de algodón en bruto.
A partir de 1701 los industriales laneros consiguen que se corte la importación de telas de algodón
hindúes. Pero esto da la oportunidad a los industriales algodoneros, que comienzan a vender mucho más
que antes, cuando debían competir con las telas de la India. Esta nueva situación provocó que en 1721 se
prohibiera fabricar en Gran Bretaña tejidos totalmente de algodón, ante la queja de los industriales
laneros. Entonces, los algodoneros la mezclan con lino, originando el fustán que es muy barata.
Los industriales algodoneros pasan entonces a disponer de un mercado en constante crecimiento,
alcanzando a los sectores de menores recursos, que es el que más está creciendo en Inglaterra. En los años
1720-1740, surge la industria algodonera de Lancashire, basada en el consumo nacional. Pero si la
industria del algodón fue la primera que dio el salto desde una forma de organización a otra, como bien
indica Hobsbawm ello se debió a la presión de un mercado exterior europeo y atlántico, en plena
expansión desde la segunda mitad del siglo XVIII. Un mercado que exigía la fabricación masiva de
artículos de consumo.
Entre 1750 y 1770 las exportaciones de las manufacturas de algodón británicas aumentaron un
900%, debido a que las colonias abrían una perspectiva de expansión considerable, sobre todo desde el
final de la guerra de los Siete años, en 1763. Esta es una de las razones que sitúan el punto de partida de la
revolución tecnológica inmediatamente después de la guerra de los Siete años.
Inglaterra encuentra en las colonias americanas un primer mercado. Un segundo mercado se halla
constituido por las economías de Europa Oriental, basadas en la servidumbre. El 95% de las
exportaciones de algodón inglés iba dirigido a Africa, América e Irlanda. Se incrementa así la demanda de
algodón norteamericano, lo que a su vez intensifica el comercio de esclavos. A más desarrollo de las
plantaciones, más necesidad de esclavos. Los esclavos comprados en parte a cambiod e telas de algodón
en las costas africanas y vestidos con telas de algodón compradas por los plantadores en las regiones en
las que eran desembarcados.
Como la producción de algodón norteamericano no era suficiente, los ingleses van a comenzar el
proceso de ocupación de la India en 1764, que recién culmina en 1818. La competencia de los productos
industriales ingleses arruinó a los artesanos hindúes. Los tejedores de Bengala, en 25 años quedaron
proletarizados. Las ciudades manufactureras se despoblaron mientras que los pequeños puertos dnode
ingresaban las mercaderías británicas se desarrollaban espectacularmente (Baldó Lacomba, p. 150).
Finalmente, gracias a la riqueza y a la capacidad de presión que les daba el mercado, los
manufactureros del algodón lograron que en 1774 directamente se derogara la prohibición de fabricar
telas de algodón puro. Esta medida se implementa porque Inglaterra, en su expansión colonial, está
penetrando en la India y comienza un proceso definitivo para el estallido de la revolución industrial, ya
que después de mediados del siglo XIX encontró su mercado principal en la India y en el Extremo
Oriente (Hobsbawm, p. 57).
prohibe el hilado y tejido de algodón en la India. Inglaterra importaba la materia prima (el algodón hindú)
y exportaba a la India las manufacturas (las telas de algodón) inglesas. De esta manera, la industria
algodonera logró incorporar un enorme mercado exterior (los mercados hindúes, americanos y africanos)

- La maquinización de la industria textil:


Las herramientas de la economía preindustrial son instrumentos movidos directamente por el
trabajador, dependen de su fuerza y habilidad, dependiendo de las limitaciones humanas. Las máquinas,
en cambio, permiten independizar la producción de estas limitaciones. Y tras la máquina, llegó la fábrica.
Todos los inventos y desarrollos de esta época responden a una necesidad social y todas las
industrias están interrelacionadas. Muchos de los creadores de las primeras máquinas de la revolución
industrial eran artesanos. Hasta que la fuerza del vapor comenzó a ser utilizada, las técnicas de la
revolución industrial eran técnicas medievales aprovechadas hasta el límite de sus posibilidades. Pero sin
un medio económico y social adecuado, estos inventos hubiesen quedado com aparatos curiosos, pero
nada más.

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En 1733 se crea el dispositivo de la lanzadera volante, que se incorpora al telar y permite tejer telas
de gran anchura. Este invento recién comenzó a difundirse a mediados del siglo y pronto comenzó a
notarse un estrangulamiento en la elaboración del hilo: si las telas son más anchas, se necesitan más
fibras, más hilo de algodón, pero el hilo se elaboraba de manera artesanal, utilizando la rueca. Este
desequilibrio entre las necesidades de hilo y la capacidad productiva de los telares con lanzadera, además
de obligar a importanciones de hilo de algodón, elevaba los precios del hilo. El hilo de algodón adquirió
pronto buen precio y muchos campesinos optaron por dedicarse a la manufacturar hilo de algdón con
ruecas. Una vez que el hilado consiguió captar muchos trabajadores y un buen precio, los artesanos
procuraron encontrar un procedimiento para aumentar la producción pero ahorrando salarios.
En este contexto, Hargreaves inventó en 1764 la primer máquina para hilar, la jenny.
Originalmente era de pequeño tamaño, se movía a mano y se adaptaba a los talleres y a los domicilios, lo
que contribuyó a su éxito porque no rompía con la organización del trabajo existente. Sin embargo, el
invento se perfeccionó pronto y se contruyeron jennies de tamaño mayor, impulsadas por la fuerza
hidráulica. En la medida en que algunos fabricantes concentraban los medios de producción y optaban por
la jenny de tamaño grande, centralizaban los intrumentos de trabajo en recintos específicos (las fábricas).
De este modo se desarrollaba la división social característica del capitalismo industrial:
- Contrataban el trabajo de otros para usarlo en las máquinas y también contrataban trabajadores a
domicilio, para que tejiesen el hilo producido en sus talleres
- Reinvertían las ganancias obtenidas, en el mismo negocio, con el fin de ampliarlo
No era posible que el hilado manual compitiese con las máquinas hiladoras, que reducían el
coste de la operación en un 90%. Entonces, muchos hiladores manuales a domicilio se convirtieron
en tejedores.
Pero el éxito de las innovaciones técnicas derivó del hecho de que sólo necesitaban de inversiones
iniciales modestas. Los cercamientos y los progresos agrícolas absorbían muchos capitales, junto a los
gastos de consumo que exigía el estilo de vida de la aristocracia. Cuando se hacían inversiones fuera del
sector agrícola, se orientaban hacia la minería, las carreteras, los canales.
Desde la época de la jenny la competencia se tornó feroz. Los cambios técnicos se producen con
gran rapidez y las empresas que no innovaban eran pronto incapaces de competir, quedando desplazadas.
La frame fue inventada por Arkwright en 1768, luego la perfeccionó al accionarla por medio de la
energía hidráulica creando la water-frame en 1772. Esta máquina ya no podía ser utilizada en pequeños
talleres, pero por otro lado aumentaba la productividad y reducía la importancia de las habilidades
artesanales. Los empresarios entonces pudieron desligarse de los trabajadores expertos y poner en su
lugar a mujeres y niños.
Crompton creó la mule-jenny en 1779. Con esta máquina, ya el proceso de concentración fabril se
tornó irreversible. Esta máquina producía un hilo óptimo, capaz de hacer que los tejidos fueran más finos
que los de la India. A la mule se le pudo aplicar en seguida el vapor, co lo que la industria dejaba de
vincularse a las zonas donde hubiese saltos de agua (cosa que todavía requería la water-frame) y podía
establecerse en las ciudades.
El éxito de la mule alteró nuevamente el equilibrio entre tejido e hilado y el estrangulamiento que
se había dado en los años 1760 se invirtió, así que en 1795 se inventó el telar mecánico, pero el proceso
de mecanización de los telares mecánicos se retrasará hasta la década de 1820, debido a que todavía
abundaba la mano de obra disponible para trabajar como tejedores manuales, artesanales. Las razones que
un sector se tecnifique antes o después dependen de:
- La mayor o menor abundancia de trabajadores. En general, a mayor abundancia de mano de obra
barata, menor prisa en desarrollar avances técnicos.
- De su grado de especialización
- De la demanda del mercado interno o externo (Baldó Lacomba, p. 127)
Sin embargo, la revolución industrial solamente empezó a ejercer una influencia importante a
partir de la década de 1780. Así, entre 1815 y 1840 se produjo la difusión de la producción fabril por toda
la industria. Sin embargo, no se produjeron nuevas revoluciones técnicas. La mule siguió siendo la base
de la hilatura británica, en tanto que la ring spinning inventada hacia 1840 se dejó a los extranjeros. La
aplastante superioridad mundial conseguida en esta época por el Lancashire había empezado a hacerlo
técnicamente conservador aunque sin llegar al estancamiento (Hobsbawm, p. 58).
Estos tejedores se fueron empobreciendo progresivamente, en un vano intento de competir con las
nuevas máquinas, a costa de trabajar más barato (Hobsbawm, p. 90).

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- La máquina de vapor:
En las minas de carbón se gestaron dos inventos principales para la revolución industrial: la
máquina de vapor y el ferrocarril
Desde principios de siglo se usaban bombas accionadas por vapor para extraer agua. Estas
bombas, deudoras de los estudios de las máquinas atmosféricas fueron inventadas por T. Savery (1698) y
T. Newcomen (1712), ambas utilizaban al vapor como fuerza impulsora para solucionar el problema de
las inundaciones de las minas. La máquina de Newcomen era mucho más adecuada y consistía en una
caldera que producía vapor a presión atmosférica y que extraía más de 400 litros de agua por minuto, a
una profundidad de 45 metros. Su principal problema era que consumía mucho carbón, lo que sólo la
hacía rentable en las minas donde consumía escorias.
En 1769, J. Watt perfeccionó esta máquina al limitar considerablemente la pérdida de energía y la
adaptó para usos múltiples. Esto demuestra que sólo cuando el capitalismo maduró lo suficiente, el
cambio técnico se desarrolló y se convirtió de simple bomba de agua en máquina de vapor, es decir una
máquina que mueve a las máquinas-herramienta. La novedad consiste entonces en que su máquina de
vapor comenzó a ser utilizada con otro fin, en la industria textil, el proceso textil en las fábricas de hilar
(hilanderías). Esto permitió que las fábricas puedan independizarse de la fuerza hidráulica. Las industrias
ahora pueden abandonar el ámbito rural y trasladarse a las ciudades.

1.1.2.2. La Industria Minera y Metalúrgica:


La revolución industrial afectó al conjunto de la economía y el auge de la industria textil se
traslada poco después a la minería y a la metalurgia. En poco tiempo, la máquina de vapor también pasa a
ser utilizada en la industria metalúrgica, en la extracción de mineral (sea carbón o hierro) y en las
fundiciones. Por esto, la otra gran industria desarrollada en la Inglaterra del siglo XVIII fue la
metalúrgica. Ambas industrias se encuentran en íntima relación
- La minería del carbón se vio estimulada por las necesidades de cok que tenían la siderurgia y las
máquinas de vapor. Requerían de un combustible vigoroso y abundante que sustituyese a la cada vez
menso disponible madera.
- La siderurgia se vio estimulada porque cada vez más, buena parte de las piezas de las máquinas
eran de hierro.
- La construcción de máquinas, al principio una tarea artesanal, pronto acabó por mecanizarse
también.
- El desarrollo de las comunicaciones fue otra de las conasecuencias a la que llevó la producción
masiva de mercancías.
- El desarrollo de la industria química: los industriales blanquearon y tiñeron los tejidos echando
mano a las invenciones más recientes de la química, ciencia que cristalizó entre 1770 y 1780, con el
advenimiento de la revolución industrial. No fue un azar que la química lograra su madurez precisamente
cuando la industria tuvo necesidad de ella.

- La industria minera: el carbón


El consumo doméstico se había duplicado sino porque las máquinas industriales comienzan a ser
construidas con hierro, lo que aumenta la demanda de carbón para la fundición del hierro. Entonces, la
producción de hierro estaba a punto de incrementarse enormemente en Inglaterra, debido a la utilización
en gran escala del coque para la fundición.
El grave problema de la extrancción de las aguas subterráneas en las minas, había empezado a ser
solucionado desde fines del siglo XVII. También era frecuente la instalación de railes de madera, para
facilitar el transporte de los minerales.
La fuerza necesaria para mover toda clase de máquinas nuevas empezaba a proporcionarla la
máquina de vapor de James Watt, que encerraba muchas más posibilidades económicas que las costosas e
ineficaces máquinas atmosféricas anteriores. Sin embargo, hasta fines del siglo fueron raras las empresas
industriales que utilizaron en escala considerable las máquinas de vapor. Hasta el final de este período la
disponibilidad de fuerza hidráulica fue el factor determinante del desarrollo y localización de la mayoría
de las industrias británicas.

- La Industria metalúrgica: el hierro


Durante siglos, las herrerías estuvieron dispersas por los bosques, donde la abundancia de madera
aportaba el combustible necesario para alcanzar las altas temperaturas que requería la fundición del
hierro. La escasa duración de los bosques determinaba un alto grado de movilidad de las instalaciones,
cuyas eventuales ampliaciones se veían limitadas por este aspecto.

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Durante los últimos años del siglo XVII y el primer tercio del siglo XVIII, la producción británica
de hierro experimentó un lento descenso por la creciente escasez de madera y porque los nobles cada vez
estaban más interesados en proteger los bosques, que eran sus cotos de caza. La solución fue importar
lingotes de hierro fundido de Suecia y Rusia, donde la madera era un elemento que no escaseaba y cuya
extracción era barata debido a la utilización de mano de obra servil.
Por esto, se hacía necesario encontrar un combustible más barato que la madera para realizar la
fundición del hierro. El carbón se utilizaba domésticamente desde siempre, aunque en pequeñas
cantidades. Hacia 1703, Derby comienza a realizar experimentaciones de fundición del hierro con coque
(carbón mineral) del que Inglaterra poseía en abundancia. Derby obtiene efectos positivos del nuevo
método, aunque el hierro que obtenía era peor que el logrado con los métodos tradicionales, debido a las
impurezas. Pero tenía una ventaja nada despreciable: producía mucho más y mucho más barato. (Baldó
Lacomba, p. 163).
Sin embargo, hacia 1750 sólo el 5% del hierro era obtenido mediante el método del coque , pero
cuando en 1760 la madera incrementó su precio, el hierro obtenido a base de coque comenzó a ganar la
partida y hacia 1810 el 90% del hierro era obtenido por el método de Derby. Puesto que el metal cada vez
tenía mayor demanda, las mejoras llegaron:
- La primera fue refundir el hierro obtenido al coque en unos hornos especiales, llamados hornos
de reverbero. En esta segunda fundición se eliminaban muchas impurezas. Anteriormete, debido a las
impurezas que contenía el hierro fundido, se lo presentaba en lingotes que luego se forjaba. El forjado se
hacía en fraguas, donde a base de recalentados y de golpes, se eliminaban las impurezas y se daba forma a
la manufactura.
- La segunda fue alimentar los fuelles del alto horno con procedimientos mecánicos. La razón era
que el carbón de coque quemaba con mucha más dificultad que la madera
- La tercera, la pudelación y laminación fue el gran avance del sector, hacia 1780. En el horno de
reverbero, el hierro fundido se atizaba, se batía y descarburaba. A esto se le llama pudelación. Se
conseguía así una buena calidad, por lo que seguidamente se procedía a su laminado. La laminación
consiste en dar forma de láminas o barras a la fundición de hierro. La laminación sustituía la operación
manual de forjar los lingotes. Era un trabajo continuo y mecánico, que producía 15 veces más.
La guerra en general y la flota en particular, proporcionaron a la industria del hierro constantes
estímulos y un mercado intermitente. Cuando la industrialización comenzó a desarrollarse en otros países,
luego de las guerras napoleónicas, el hierro adquirió un importante mercado de exportación (Hobsbawm,
p. 68).
En Francia como en Inglaterra, las industrias metalúrgicas marcaban el paso de la expansión
industrial. La elaboración de hierro y la herrería eran industrias dispersas que se hallaban en muchas
partes boscosas del este y sureste de Francia, que en general aún usaban carbón vegetal como
combustible. Fuera de Gran Bretaña, salvo en cierta medida Francia y los Países Bajos austríacos, la
revolución industrial ni siquiera había empezado a desarrollarse a comienzos de la década de 1780.
A lo largo de todo el siglo, las grandes ciudades europeas fueron capitales o puertos marítimos,
pero no centros industriales.

1.1.3) Surgimiento del Factory System:


La gran novedad de la época es el surgimiento de las fábricas y el comienzo de la utilización de
grandes máquinas de vapor que se utilizaban para el hilado. La fábrica, poco a poco fue eliminando los
talleres artesanos, las manufacturas, el trabajo a domicilio (o putting out system).
Las máquinas también permitieron concentrar la propiedad sobre los medios de producción y
centralizarla. En la época manufacturera, los medios de producción se hallaban en manos de los artesanos,
los cuales producían las mercancías con sus herramientas. Ahora, las mercancías se producen en las
fábricas y quien no tuviera recursos para montarlas y contratar trabajadores, acababa vencido por la
competencia.
El sistema fabril no acabó con el trabajo a domicilio pero lo reconvirtió. Durante el siglo XIX, la
industria británica se caracteriza por combinar el trabajo en la fábrica (factory work) y el trabajo a
domicilio (home work), pero con cambios notables con respecto a la época manufacturera:
- Si antes el trabajador mantenía cierta independencia, ahora el trabajador a domicilio es un obrero
en casa, que cobra un salario aunque sea por unidad realizada.
- Si antes el trabajador a domicilio estaba en cierta forma especializado, ahora no ya que se
subordina al trabajo que se hace en la fábrica y no requiere una preparación particular.

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Al mantener a estos trabajadores a domicilio, dispersos, lo que se hace es explotar de la forma más
descarnada la mano de obra ya que no tiene capacidad de resistencia. Esta mano de obra resulta muy
barata por estar subempleada y muy por debajo de las condiciones sociales de los obreros organizados de
las fábricas. (Baldó Lacomba, p. 116)

1.1.3.1. Características del trabajo en el Factory System:


Las fábricas tienen características que implican diferencias cuantitativas y cualitativas frente a las
maneras de producir anteriores. Reúnen gran cantidad de obreros dedicados a las máquinas, a las que
deben atender continuamente.
La generalización del maquinismo requería mucho menos adiestramiento que el necesario para
cualquier oficio. Hasta las mujeres y los niños pudieron (y debieron) trabajar en las fábricas, debido a la
gran demanda de mano de obra no cualificada.
Pronto comienza un disciplinamiento de la mano de obra fabril, para adaptarla a la vida en la
ciudad, el ritmo y la intensida y la cantidad de horas de trabajo. El campesino, acostumbrado a trabajar
estacionalmente, ahora debe acostumbrarse a trabajar todo el año. La fábrica enseguida comienza a
parecerse a la workhouse o incluso a la prisión, aunque los empresarios más inteligentes trataron de elevar
el rendimiento de los trabajadores a través del pago por piezas, gratificaciones, el suministro de vivienda
y educación, de la que pueden encontrarse ejemplos ya a finales del siglo XVIII.
El capataz, intermediario entre el patrón y los obreros, surgía de las filas de los trabajadores. De
esta manera, los obreros se alejan de la figura del empresario, no lo conocen. Esto expresa la polarización
social, donde se observan pocos y desconocidos propietarios de los medios de producción muchos
proletarios.
Los obreros, concentrados, comienzan a adquirir cierta conciencia de clase. El trabajador tendía
cada vez más a confundirse en el grupo. A la larga, esto hizo inevitable el desarrollo de una conciencia de
grupo.

1.1.4) Desarrollo del capitalismo agrario: proceso de concentración y proletarización


La revolución industrial alimentó el desarrollo de nuevas clases.

1.1.4.1. El surgimiento de la clase obrera industrial:


Se produce el surgimiento de un nuevo tipo de proletario: el obrero industrial que vive en
condiciones hasta entonces inusitadas de degradacióñ y aislamiento, mientras que sus separación
económica y moral con relación a la clase de empresarios crecía fuertemente.
La clase obrera inglesa se formó a partir de algo que no era una clase social. Sin embargo, las
capas sociales que la nutrieron, de procedencia diversa, acabaron por ser una clase social específica. Lo
que dirime que un conjunto de individuos conforme una clase social son las relaciones de producción.
Esta clase se conformó por campesinos y artesanos asalariados
Simultáneamente con el proceso de la revolución industrial, se produce la desaparición del
campesinado inglés, que se transforma en asalariado. Se establece una relación entre el desarrollo del
capitalismo agrario y la revolución industrial, que se observa en:
- La oferta de mano de obra para la industria por el proceso de cercamientos y despojo de los
medios de producción.
- La maquinización de las tareas agrícolas, aunque se generalizan recién en el siglo XIX
Con la desaparición del campesinado inglés se da el definitivo establecimiento de la propiedad
privada de todos los medios de producción, junto a la consolidación de una masa de campesinos
convertidos en mano de obra asalariada.
Otra condición favorable para el desarrollo de un proletariado urbano y rural fue el incremento
demográfico, a partir de 1750. Durante largo tiempo se discutió si esto se debió a la disminución de la
mortalidad a al aumento de la natalidad. La opinión más consolidada tiende a considerar al primero de
estos motivos. Hacia fines de siglo, Malthus edita su Ensayo sobre el principio de la población (Mori, p.
102).
La maquinización permitió prescindir de la pericia de los especialistas y emplear mano de obra
más barata. Muchos trabajadores que hasta entonces estaban parcialmente proletarizados, lo estuvieron
por completo. Se produjo entonces la existencia de un flujo bastante consistente de población del campo
hacia los centros urbanos, durante todo el siglo XVIII. Este movimiento se pudo producir por:
- La expulsión de los campesinos debido al proceso de cercamientos
- Por la atracción ejercida por los salarios más altos pagados en las fábricas.

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Incluso después de la segunda mitad del siglo XVIII (cuando la población ya estaba aumentando)
existía en Inglaterra una escasez de mano de obra extra-agrícola. Los manufactureros se quejaban de la
insostenible presión salarial que provocaba la escasez de mano de obra. Las máquinas fueron en este
sentido, una réplica a esta situación en la cual era muy dificil garantizar cantidades suficientes de hilado a
unos telares que cada vez eran más productivos, gracias a la generalización del uso de la lanzadera
volante (Mori, p. 107).
Chambers ha mostrado que no se puede establecer una relación directa entre el movimiento de los
cercamientos y la industrialización. La mejora en las técnicas agrícolas y los cercamientos no impidieron
el mantenimiento de un alto nivel de empleo en el campo. La partición y roturación de los terrenos
comunales forestales, la recuperación de páramos, crearon una demanda de mano de obra.

1.1.4.2. El surgimiento de la Burguesía Industrial:


La aparición de una burguesía industrial estuvo precedida por ciertas evoluciones mentales:
- La creencia en la posibilidad de eliminar cualquier obstáculo para la producción, fruto de la
difusión del espíritu newtoniano.
- Un espíritu de empresa más decidido, capaz de aceptar los riesgos de la aventura industrial
- Una concepción nueva del lucro, que marca el paso de la noción tradicional de lucro elevado,
conseguido con un pequeño número de unidades fabricadas, a la noción moderna de beneficio reducido,
conseguido con una fabricación masiva.
La gran mayoría de la primera generación de la burguesía industrial inglesa procedió de la pequeña
propiedad terrateniente (Mori). Baldó Lacomba no está de acuerdo con esto y sostiene que durante mucho
tiempo se creyó que la burguesía industrial había surgido de los comerciantes empresarios, pero la
aportación social más importante que constituyó la naciente burguesía industrial provino de los
campesinos acomodados (yeoman) y los productores mercantiles simples y los artesanos (pag. 122). Un
ejemplo de yeomen convertidos en exitosísimos industriales del algodón fueron los Peel. Al principio eran
muchos los pequeños industriales que empezaron en el negocio, pero con el tiempo sólo los más
competitivos, los que aumentaban su negocio, lograron sobrevivir.
El capital fijo necesario para impulsar las nuevas fábricas textiles y metalúrgicas fue
proporcionado por los mismos círculos industriales, por medio de la autofinanciación o recurriendo a
socios capitalistas. La autofinanciación se vio favorecida por el modo de vida austero y casi ascético de
las primeras generaciones de empresarios, que reinvertían sus beneficios inmediatamente en el negocio.
Al término del siglo XVIII había un grupo social que por el mero hecho de existir sentaba las
bases para la reducción del predomino de la nobleza y del sector del gran comercio: la burguesía
industrial. La calidad de sus productos y sus bajos costos de producción les hacía sentirse seguros y les
inducía a convertirse en valientes campeones del liberalismo comercial, sin temor a nada y en condiciones
de conceder todo tipo de reciprocidades. Se advirtió que las altas tarifas a las importaciones eran un
obstáculo para la conquista de los mercados internos en otras regiones, a causa de las recíprocas mediadas
restrictivas que provocaban. También pedían la libre importación y exportación de cereales, ya que las
leyes vigentes contribuían a mantener altos los precios de los alimentos y por ende, de los salarios. Su
coherencia antiintervencionista sólo se debilitará cuando haya que hacer frente a la cuestión obrera (Mori,
p. 99).

1.1.5) Revolución Agrícola y de los transportes:


La revolución industrial estuvo precedida por un vasto movimiento de progreso agrícola, que
luego habrá de continuar acompañándola.
Antes del final del siglo XVII, la agricultura de la isla estaba asentada sobre bases muy distintas de
la continental. Luego de la revolución de 1640, los propietarios de las tierras, fueran o no nobles se
liberaron de toda dependencia residual respecto de la corona y adquirieron así la plena disponibilidad de
sus tierras. Hacia mediados del siglo XVIII la agricultura ya no dominaba la economía de Inglaterra, a
diferencia de lo que sucedía en la mayoría de los otros países. Sin embargo, era la base indispensable para
la industria ya que no se disponía de otra fuente para alimentar al país, debido a que recién en la segunda
mitad del siglo XIX los costos del transporte y la tecnología no permitirían que el grueso de la población
se alimentara de importaciones de alimentos. Una generación después de introducido el librecambio
(1846), la agricultura británica seguía siendo el bastión de precios elevados, inmune a la competencia
extranjera.

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Todavía en 1830, el 90% de los alimentos que se consumían en Inglaterra provenía de la isla. Si se
considera que la población de esa época era muy superior a la de 1750, y la proporción de familias
empleadas en la agricultura era considerablemente menor, obtendremos un cierto indicador del esfuerzo y
de los resultados conseguidos por los agricultores británicos.

1.1.5.1. La Revolución Agrícola:


Hobsbawm dice que hay un progreso agrícola pero no una revolución agrícola de carácter tan
importante como la revolución industrial. La revolución agrícola precede a la revolución industrial y es lo
que sustenta el gran incremento poblacional inglés que se registra en el siglo XVIII. Esta revolución se
produjo por transformaciones sustanciales en la producción agrícola, que posibilitaron la obtención de
nuevos productos y una mayor productividad agrícola.
La revolución agrícola es una de las manifestaciones de la modernidad: se abandonan las
explotaciones comunales, siendo reemplazadas por una planificación de la explotación de acuerdo al
criterio del propietario o arrendatario (de tipo capitalista). Estas transformaciones tienen lugar a partir
del proceso de cercamientos y de redistribución de las tierras, que respondió a un criterio más racional
y modernizante. A partir de 1760, los terratenientes aceleraron este proceso, recurriendo de forma
sistemática a las leyes del Parlamento, primero a escala local y a partir de 1801, a nivel general. Para
1790, la estructura de la propiedad agraria estaba determinada de la siguiente manera: los terratenientes
poseían el 80% de la tierra cultivada, los agricultores libres (free holders) entre el 15 y el 20% y ya no
existía un campesinado en el sentido usual de la palabra.
También en esta época aparecen textos agrícolas muy populares, que indican a los agricultores
cómo explotar las tierras, cuáles son los cultivos más adecuados, etc. Los ingleses tomaron muchas
técnicas de explotación de los holandeses
La revolucion agrícola se basa en:
- Explotaciones mixtas: agrícolo-ganaderas, en campos diferenciados. Cuando se levanta la
cosecha, se le permite acceder a esas tierras al ganado, que se nutre de los rastrojos y abona la tierra. Este
método estaba razonablemente difundido a principios del siglo XVIII.
- El método Norfolk: implica la rotación de cultivos cada 4, 5 o 6 años y la eliminación del
barbecho ya que ahora no es necesario hacer descansar la tierra porque se utilizan cultivos que no la
erosionan sino que la nitrogenan (como las papas, la remolacha, los nabos, etc.). Este sistema termina con
los cultivos bienales y trienales.
- El uso de fertilizantes, tanto inorgánicos como orgánicos (pastura de los rebaños en los campos).
Esta última solucionaba el viejo problema de la supervivencia de grandes cantidades de ganado durante el
largo período invernal.
Las innovaciones quizá fueron resultado de la depresión de precios agrícolas que afectó a toda
Europa entre 1650 y 1750. Es verosímil que la amenaza de entonces estimulara a los grandes propietarios
a la innovación. El incremento de la producción es tan grande que no sólo alcanza para alimentar a la
población urbana en constante crecimiento sino que se logran excedentes para exportar. Cuando hacia
1750-1760 Inglaterra entró en una fase de desarrollo demográfico sin precedentes, este desarrollo no se
vio frenado por una insuficiente capacidad alimenticia, sino todo lo contrario.
Era preciso que la agricultura fuese capaz de alimentar una cantidad creciente de población activa
no agrícola. Quizá esto fue lo que provocó que el período que media entre 1760 y el fin de las guerras
napoleónicas se caracterizó por una aceleración de los cercamientos en beneficio de las tierras cultivadas,
por una amplia difusión de las nuevas prácticas agrícolas, definidas y recomendadas medio siglo antes.
Sólo la exportación de granos pudo desarrollar las construcciones navales y el trabajo en los
puertos. La reinversión de los beneficios de origen agrícola pudo favorecer también a la industria, en
forma de construcciones rurales o urbanas, así como de excavaciones de canales.

1.1.5.2. La Revolución en los Transportes:


Este término es aún más exagerado que el de revolución agrícola, ya que en esta estapa sólo se
produce una mejora en la infraestructura vial, y no se crea nada nuevo ni innovador.

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Los nuevos medios decomunicación y transporte sólo avanzaron cuando los viejos medios de
comunicación resultaron insuficientes. Es decir, cuando se pasó de la producción agraria de autoconsumo
y mercado limitado, a la producción agraria en gran escala; cuando el taller manufacturero se convirtió en
fábrica y empezó a producir a gran escala; cuando los mercaderes nacionales se vertebraron; cuando los
mercados coloniales empezarno a abastecer no sólo productos coloniales sino toda clase de materias
primas a las metrópolis y a consumir sus manufacturas. Las máquinas producían mercancías en masa y
requerían medios de transporte masivos.
Se mejora la navegación fluvial, aumenta el número de canales, se desarrolla un sistema de
carreteras, lo que logró una gran disminución en el costo de los fletes y facilitó la formación del mercado
nacional que va a cristalizarse con la invención del ferrocarril, en 1830.

1.2.- TRANSFORMACIONES EN LA VIDA FAMILIAR Y SOCIAL EN INGLATERRA:

1.2.1) Los cambios sociales:


Las clases cuyas vidas experimentaron menos transformaciones fueron las que más se beneficiaron
en términos materiales. Su inhibición ante los cambios que estaban afectando a los demás obedecía no
sólo al conformismo material sino también al moral. Nadie es más complaciente que un hombre
acomodado y triunfante, satisfecho de un mundo que parece haber sido construido por personas de su
misma mentalidad (Hobsbawm, p. 78)

1.2.1.1. El Incremento Demográfico:


Según algunos autores, la mejora de la oferta de alimentos, tanto en cantidad como en calidad,
pudo haber beneficiado este proceso. La introducción de forrajes hizo posible la supervivencia, en
invierno, de grandes cantidades de ganado y la difusión del consumo de carne fresca también en estos
meses (Mori, p. 104). Hobsbawm hace notar que la agricultura en su forma preindustrial era tan poco
eficaz que mejoras pequeñas, referentes a los animales, abonos, cultivos y la selección de plantas, podrían
producir resultados considerables.
Los datos concernientes al consumo confirman que la alimentaciónd el conjunto de la población
aumentó en cantidad y en variedad durante la primera mitad del siglo XVIII. El progreso de los servicios
higiénicos en las ciudades, a través del adoquinamiento de las calles; la recogida de la basura en
depósitos; el enterramiento de los muertos en lugares alejados de los centros poblados; la mayor higiene
de las personas por el mayor uso del jabón; la disminución del trabajo en los mismos lugares en los que se
vivía. El progreso en la medicina, como la vacuna contra la viruela, lo que explicaría el descenso de la
mortalidad.
En la primera mitad del siglo XVIII, el crecimiento demográfico parece haber sido lento,
cambiando de tendencia hacia 1750. De 1750 a 1770, la curva de crecimiento demográfico sube
sensiblemente pero entre 1770 y 1780 se produce una caída, que parece anunciar el fin de este
movimiento cíclico. Pero desde 1780, la fertilidad comienza de nuevo a aumentar y mantiene esta
tendencia de forma duradera hasta ya avanzado el siglo XIX.
La aceleración del crecimiento demográfico a partir de 1780 responde a una necesidad de manod e
obra por parte de una economía en expansión, con una industria capaz de ofrecer nuevos puestos de
trabajo, lo mismo en lo que respecta a una agricultura en plena transformación.

1.2.1.2. La Aristocracia y la pequeña nobleza:


La industrialización afectó escasamente a la aristocracia y a la pequeña nobleza. Su predominio
social y político permaneció intacto hasta 1830. Los nobles no tuvieron que dejar de ser feudales porque
hacía ya mucho tiempo que habían dejado de serlo (Hobsbawm, p. 79).
Cualquier industrial afortunado podía elevarse a la clase superior y con el tiempo tendría un escaño
en el Parlamento. Un ejemplo de esto son los Peel, los Barings, etc.

1.2.1.3. La Clase Media:


La gran masa de gentes que se elevaban desde inicios modestos a la opulencia comercial. Este
grupo fue adquiriendo cada vez mayor conciencia como "clase media" y no ya como una "capa media" de
la sociedad, conciencia que se fue generalizando a partir de 1830. Como tal calse, exigía derechos y
poder. Además, no estaba vinculada emocionalmente con el Antiguo Régimen. Tales fueron los pilares de
la liga contra la ley de cereales, enraizada en el nuevo mundo comercial de Manchester. Las sencillas

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máximas de la economía liberal, difundidas en los latiguillos de sus periodistas, les dotó de la guía que
necesitaban. (Hobsbawm, p. 81).

1.2.1.4. Los Campesinos:


Al servidor agrícola tradicional se le alquilaba por años en las grandes ferias y si no estaba casado,
vivía y comía con su patrono. Gran parte de sus ingresos eran en especie, ganaba poco pero al menos
tenía un empleo regular. Ahora, aquellos que alquilaban su trabajo por semanas, días o por tarea realizada,
sólo cobraban cuando había realmente trabajo, cosa que desde luego no sucedía en la estación invernal.
Por eso, en 1816, 1822 y 1830, los jornaleros concentraron su furia en las trilladoras que les robaban el
trabajo invernal (Hobsbawm, p. 100).
Hacia 1790, la decadencia de los pobres de las aldeas había alcanzado proporciones catastróficas
en zonas del sur y del este de Inglaterra. La ley de pobres y el sistema de Speenhamland tuvieron que
hacer frente a esta situación.
Pero hacia 1850, mejoró notablemente la suerte de los jornaleros rurales, a causa del éxodo rural
de asalariados para ir a trabajar a los ferrocarriles, las minas, las ciudades. Esto supuso una necesaria
reducción de la mano de obra rural y salarios ligeramente más altos. Estas mejoras se produjeron cuando
fueron abolidas las leyes de cereales (1846) y la agricultura británica quedó abierta a la competencia
extranjera.

1.2.1.5. Los Obreros:


La clase media triunfante estaba satisfecha. No así el trabajador pobre, cuyo mundo y formas de
vida tradicionales destruyó la revolución industrial, sin ofrecerle nada a cambio. El proletario, cuyo único
vínculo con su patrono es un "nexo dinerario", debe ser distinguido del "servidor" o dependiente
preindustrial, que tenía una relación social y humana mucho más compleja con su dueño, que implicaba
obligaciones por ambas partes, si bien muy desiguales.
En el plano sicológico, la evolución hacia el individualismo de los hogares arrancados del marco
de la comunidad campesina se vio acompañada de una destrucción de las bases tradicionales de la vida
familiar, a causa del trabajo de las mujeres y los niños, ampliamente difundido desde el final del siglo
XVIII.

El ritmo de trabajo y los horarios:


El trabajo industrial impone una regularidad, rutina y monotonía completamente distintas de los
ritmos de trabajo preindustriales. El miembro de la primera generación de proletarios de fábrica procedía
de un ambiente en el cual la única medida del tiempo eran los fenómenos naturales, en el que nadie la
daba órdenes directas, en el que podía dejar de trabajar cuando quisiera, en el que podía alternar el telar o
el torno de hilar con el cuidado del campo o de la vaca. Ahora este individuo se encontraba con horarios
de trabajo continuados e interminables, tuvo que obedecer las órdenes de un jefe y adaptarse al ritmo de
trabajo de una máquina.
En la fábrica, el obrero debe seguir el ritmo de la máquina. Por esto se requiere disciplina, para que
los trabajadores renuncien a sus hábitos de irregularidad en el trabajo.
La industria trajo consigo la tiranía el reloj: la medición de la vida ya no en estaciones sino en
minutos.
A esto se sumaban las desagradables condiciones ambientales derivadas del polvo de algodón, el
olor del aceite y el hacinamiento provocado por el trabajo durante las 24 hs. A partir de 1805 se pudo
alargar la jornaad laboral iluminando las fábricas con gas.

Los salarios:
La razón de la miseria de la clase obrera se debía a los bajos salarios y a la larga jornada de trabajo
(14 a 18 hs. diarias). Los empresarios, al ver la abundancia de oferta de mano de obra, decidieron
establecer salarios al nivel de subsistencia, mientras Adam Smith construye un aparato teórico para
justificar esto. El estado no debe proteger a los pobres ya que la pobreza es una responsabilidad
individual. Conviene mantener al obrero en un estado de mera subsistencia para estimularlo a trabajar, por
lo que el bajo salario sirve como control social y es una forma de comenzar a disciplinar la mano de obra.
En el caso de las mujeres y los niños, debían recibir salarios aún más bajos que los del nivel de
subsistencia, ya que se suponía que no debían mantenerse a sí mismos sino que simplemente estaban
colaborando con el hombre.

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La familia se ve muy afectada por la necesidad de trabajar que tienen todos sus miembros, aunque
si bien siempre trabajaron todos, ahora deben hacerlo fuera de la casa y en condiciones mucho más
extremas. En el ámbito rural, toda la familia era una unidad de producción y en ella se realizaban todas las
actividades económicas necesarias para la subsistencia. Antes, era su producción lo que estaba en el
mercado. Ahora se compra o vende la fuerza de trabajo al precio de mercado. Esta mercancía recibe como
pago el salario.
Sin embargo, autores como Mori sostienen que en términos medios, el salario de los obreros era
muy superior al que el ex campesino ganaba anteriormente, aunque también eran muy superiores los
precios que debía pagar. Más tarde, las guerras antifrancesas llevarán la situación a momentos de tensión
que producirán agitaciones endémicas y el surgimiento de rudimentos de una conciencia de clase de los
obreros fabriles.
La pobreza de los ingleses fue en sí misma un factor importante en las dificultades económicas del
capitalismo, ya que fijó límites reducidos en el tamaño y expansión del mercado interior para los
productos británicos. Esto se hace evidente cuando se contrasta el elevado aumentod el consumo per
cápita de determinados productos de uso general (como el azucar) después de 1840, con el estancamiento
del consumo del período anterior.
Ni la teoría económica, ni la práctica económica durante la primera fase de la Revolución
Industrial se cimentaban en el poder adquisitivo de la población obrera, cuyos salarios, según el
consenso general, no debían estar muy alejados del nivel de subsistencia. Las ventajas económicas
de los salarios altos, como incentivos a la productividad y como formas de aumentar el consumo, no
fueron descubiertas hasta después de mediados del siglo XIX. Por el contrario, tanto la teoría como
la práctica económica hicieron incapié en la crucial importancia de la acumulación de capital
(Hobsbawm, p. 71).

Las viviendas:
Se produce la concentración de la población en las ciudades y el surgimiento de nuevos núcleos de
población que crecen rápidamente, sobre todo en el norte de Inglaterra, en la zona de Manchester. Esta
aceleración de la urbanización no es planificada sino caótica, da lugar a la aparición de barrios obreros, en
donde los asalariados vivían hacinados.
Las viviendas, construidas en el espacio más pequeño posible, en calles estrechísimas, sin luz ni
aire y con servicios higiénicos prácticamente inexistentes llevaron a que las crónicas de la época
detallaran la difusión de gran cantidad de enfermedades, aunque hay autores que sostienen que debido a la
difusión del consumo de pan de trigo, de la papa y del té y en menor medida, de la carne, aumentó la
resistencia a las enfermedades y al cansancio por parte del trabajador medio (Mori, p. 116)
Se construyeron inacabables hileras de casa y almacenes, pero no fuentes ni plazas públicas,
paseos o árboles. Recién a partir de 1848 las ciudades comenzaron a dotarse de tales servicios públicos,
pero en las primeras generaciones de la industrialización fueron muy escasos en las ciudades británicas.
Por todo esto, la casa pasó a ser considerada simplemente como alojamiento, en el que debido al
sistema de turnos y relevos, los miembros de la familia tenían un contacto mínimo los días laborales
(Rule, p. 247).

1.2.2) El trabajo de las mujeres y niños:


Al principio, la capacidad de atracción del trabajo en las fábricas era muy débil. Pero poco después
de la aparición de water-frame, la tendencia ascendió casi repentinamente y muchos campesinos
asalariados terminaron por dirigirse a las puertas de las hilanderías. Pero la masa de obra esencial y
decisiva, que dio un carácter propio al factory system estuvo representada por grupos de mujeres y niños
reclutados en las workhouses. Mediante auténticos contratos con la parroquia, que obligaba a estos grupos
a permanecer durante 7 años en la fábrica, con horarios determinados por la resistencia física y con
salarios reducidísimos. (Mori, p. 111)
Las máquinas permitieron que trabajasen en las fábricas mujeres y niños. El hombre debe afrontar
la competencia de las mujeres y niños (e incluso de los irlandeses, aunque más a partir de 1840). Se
prefiere mano de obra femenina e infantil porque no es cualificada (más barata) y es más dócil. Además,
los niños podían ser utilizados en la limpieza de las máquinas
En las minas, a mediados del siglo XIX prosperaba el butty system, por el cual se explotaba a los
aprendices pobres, a quienes se despedía al final de su época de aprendizaje. Las tareas que anteriormente
hacían las mujeres y los niños en las galerías se convirtieron en parte del período de aprendizaje del
minero varón (Rule, p. 256).

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Se destruía así el orgullo y la posición del cabeza de familia, a medida que se hundía en su
situación de dependencia respecto de los salarios fabriles de su esposa y sus hijos. Por esto, los hombres
desarrollan un discurso en contra del trabajo de las mujeres y niños. Reclaman que la mujer vuelva al
hogar afirmando que la familia inglesa se está degradando. En el siglo XIX se difunde mucho la
servidumbre doméstica. Por todo esto, podemos decir que el burgués se consolida económica y
socialmente a costa de la fragmentación de la familia proletaria.
Pero los obreros tenían poca elección. Los empresarios esperaban reclutar a los hijos de sus
empleados, así que un minero le resultaba imposible negarsea a trabajar en alguna zona insalubre de la
mina, porque corria el riesgo de que despidieran también a su hijo.
También, los hombres se quejaban de que ya no podían dar una buena educación a sus hijos y de
que las mujeres ya no podían atender al hogar como era debido. A ello se añadía que, al trabajar desde tan
jóvenes en las fábricas, sus hijas no podían recibir el necesario aprendizaje doméstico. Sin embargo,
algunos testimonios de obreros la época, que se casaron con muchachas de las fábricas, consideraban que
"pueden salir tan buenas esposas de las fábricas como de cualquier otra ocupación"
Pero las esposas permanecían como mano de obra fabril solamente durante el periodo crítico del
ciclo familiar, en el que la proporción de los que dependían y los que ganaban un sueldo era tan adversa
que creaba este imperativo, según Stockport. La emancipación (en el sentido de ser asalariadas
independientes, fuera del hogar) parece que estuvo restringida a las mujeres jóvenes solteras. Los hijos
mayores que entraban a trabajar en las fábricas aportaban unos ingresos que permitían que las madres
dejasen el trabajo (Rule, p. 263).
Además, la idea de la oportunidad creciente para las mujeres parace contradicha pro las
investigaciones de J. Walkovitz, según la cual la típica prostituta de mediados del siglo XIX era una
muchacha obrera de la misma edad que las que iban a trabajar en las fábricas, pero se había dedicado a
otro oficio debido a las limitadas oportunidades que tenía a su alcance (Rule, p. 270).
Las muchachas de las ciudades fabriles dejaron en sus contemporáneos una imagen de nueva
libertad al abandonar las limitaciones tradicionales de la familia y el hogar, aunque eran una pequeña
minoría aquellas jóvenes que abandonaban su casa paterna antes del matrimonio. La crítica a las mujeres
obreras se basaba más en la imagen de la naturaleza del trabajo que realizaban, contrastada con la visión
idealizada de una esfera apropiada para la mujer (Rule, p. 270).

1.2.3) Leyes de Pobres y Workhouses:


El mantenimiento de las leyes de pobres y las workhouses tenía la finalidad de impedir que la
mano de obra rural se trasladara a las ciudades, lo que provocaba que los pocos trabajadores rurales que
quedaban debían ser pagados con salarios muy altos, lo que no convenía a los terratenientes.
En 1782, por la Ley de Gilbert, cada parroquia debe auxiliar nada más que a sus propios pobres. Si
algún campesino intentaba instalarse en otra parroquia, debía ser trasladado a su parroquia de origen. En
cambio, los dirigentes de la casa de trabajo de la parroquia si estaban autorizados a buscarle trabajo en
otro lado
Luego, en 1795 la ley de pobres fue transformada en un medio sistemático para asegurar a los
jornaleros un salario de subsistencia, a través del sistema de Speenhamland. Se fijó una cifra mínima que
dependía del precio del grano: si los salarios eran inferiores a dicho precio, serían equilibrados por
subsidios parroquiales. Entonces, cuando el precio del pan superara un determinado nivel, todo pobre en
condiciones de trabajar recibiría una cantidad de dinero establecida según una escala móvil en base al
precio de ese producto. Estas sumas de dinero provenían del impuesto para los pobres, que se cobraba a
los propietarios rurales y urbanos, lo que señala la persistencia de una actitud paternalista. Con esto,
Inglaterra trata de evitar conflictos internos ya que se encuentra en plena guerra con Francia y los
propietarios terratenientes pagaron sin excesivas protestas debido al temor a una sublevación popular y al
ejemplo de la Revolución Francesa.
Para Hobsbawm, los efectos de este sistema de seguridad social fueron desastrosos. El sistema
implicaba que todos los contribuyentes locales subvencionaban a los agricultores, en la medida en que
pagaban salarios bajos. Pauperizó, desmoralizó e inmovilizó al jornalero, a quien se mantendría justo al
límite de la inanición en su propia parroquia y no en otro lugar, y discriminó al hombre soltero o al que
tenía una familia reducida. Lo mejor que puede decirse del sistema es que, dado que la industria aún no
podía absorber el excedente rural, algo había que hacer para mantenerlo en los pueblos. El significado del
sistema de Speenhamland fue social, no económico: vino a ser un intento de mantener un orden rural
tradicional frente a la economía de mercado (Hobsbawm, p. 101).

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Estas medidas consiguieron apagar en buena medida la mecha del grave malestar existente en el
campo, un malestar que tal vez habría podido ser la base masiva de un asalto subversivo victorioso a las
estructuras económico-sociales dominantes y al esquema del poder político (Mori, p. 130).

1.2.4) La protesta de los trabajadores:


Un tipo de protesta son los motines de subsistencia, tanto en el ámbito rural como en el urbano. Se
producen ante el aumento del precio del cereal y por la protesta tratan de lograr el precio justo de esas
mercaderías
Otra forma de protesta, hacia fines de la década de 1770 fue la destrucción de máquinas, por
considerarlas ladronas del trabajo. A veces, también se destruía la producción. Estas medidas se
adoptaban con la creencia de que el proceso de industrialización podría ser detenido y vuelto atrás.
Hacia 1811-1812 se produce un movimiento de destrucción de máquinas con características
diferentes, los ludditas. Este movimiento se produce en plena guerra de Inglaterra con Francia y Estados
Unidos, por lo que no llegaba mucho algodón y muchos obreros perdían sus trabajos.
La diferencia es que ahora, cuando se destruye una máquina, ya no existe la impresión de que es
posible volver a una etapa precapitalista. Previamente, los ludditas enviaban un mensaje firmado por el
Capitán Ludd, advirtiendo que el propietario de la fábrica debía entregar x cantidad de dinero a una
Union, o debía reclutar más mano de obra, o volver a emplear a obreros despedidos. Si no accedían a sus
reclamos, destruirían las máquinas. Esta destrucción esra una forma de protesta contra la falta de trabajo,
producto de la escasez de algodón debido a la guerra contra Estados Unidos.

1.2.4.1. Las Unions, Friendly Societies y Corresponding Societies:


Hacia 1730 se forman las primeras comunidades de trabajadores, las Unions, formadas por
trabajadores de oficios artesanales y no fabriles. Recurren a este tipo de asociación porque son
conscientes del proceso de proletarización que están sufriendo. Son asociaciones de oficio, integradas por
el artesanado tradicional. En ese entonces, las solidaridades de los trabajadores eran más de oficio que
generales, concepción que va a cambiar hacia finales del siglo, dando paso a una conciencia de clase más
articulada. Las Unions intentan salvar el oficio y rescatarlo de la masividad de la producción. Utilizan
como arma de protesta las huelgas, aunque el gobierno no reacciona ante el florecimiento de estas
asociaciones
Hacia 1770, las Unions comienzan a orientarse hacia la conformación de sociedades que nuclean a
varios oficios y cuyos objetivos ya no son meramente laborales sino sociales y políticos. Son las
sociedades de ayuda mutua (Friendly Society), a través de cuotas (cotizaciones) pagadas por los afiliados.
Sus objetivos eran socorrer al obrero en momentos dificiles (muerte, huelgas, despidos). Estas
agrupaciones fueron toleradas por el gobierno, que incluso las hizo obligatorias en 1793.
Hacia 1790 aoparecen las Corresponding Society, más combativas ya que afirmar el derecho a
ejercer la huelga (hasta crean un fondo de huelgas). Este tipo de asociaciones reune a los obreros y a la
burguesía radical (que planteaba consignas republicanas). El gobierno, en guerra con Francia, las
consideró subversivas, pro-francesas y traidoras a la patria.
Ya en 1792 habían nacido las primeras asociaciones de obreros de las hilanderías, las de Oldham y
Stockport, que tras la apariencai de una Friendly Society escondían una voluntad de unión y lucha.
Contra este tipo de agrupaciones apuntaban las Combinations Acts, de 1799 y 1800, que prohibían
las asociaciones obreras, por lo que se debía encarcelar a todo obrero que integrara una Union, pero no
afectaba a las Friendly Societies. Esta era otra forma de evitar que los conflictos sociales agravaran aún
más las dificultades que vivían Inglaterra como consecuencia de la guerra contra Francia, como fueron las
Leyes de Speenhamland. La base legal de esta medida encontraba su justificación en el hecho de que las
condiciones de trabajo y los salarios eran cuestiones cuya reglamentación correspondía no a los
individuos o grupos sino a las corporaciones y autoridades públicas, instituciones aún vigentes del estado
precapitalista (Mori, p. 119). Estas leyes recién serían derogadas en 1824.
Poco a poco las reivindicaciones laborales se suman a las políticas, en pro de una reforma político-
intitucional. Sólo recién a partir de 1830 el movimiento obrero comenzó a adquirir conciencia de su
unidad y comenzaron a formarse sindicatos a escala nacional. La conciencia obrera les permitirá
desarrollar posturas políticas definidas
Pero la industrilización, limitada esencialmente a un sector de la industria textil, no era ni estable
ni segura según Hobsbawm. La Gran Bretaña industrial atravesó una crisis que alcanzó su punto
culminante en la década de 1830 y los primeros años de 1840. La prueba más clara de esta crisis fue la
marea de descontento. En ningún momento de la historia moderna de Inglaterra, el pueblo llano
experimentó una insatisfacción tan duradera, profunda y desesperada (p. 70).

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A partir de 1830 todos estos movimientos se hicieron más conscientes y característicamente


proletarios. Las agitaciones de 1829-1835 vieron surgir la idea del sindicato general y su arma definitiva:
la huelga general. El cartismo se apoyaba firmemente en la consciencia de la clase obrera. Lo que
mantenía unidos a todos los movimientos era el descontento general de gentes que se sentían hambrientas
en una sociedad opulenta y esclavizadas en un país que blasonaba de libertad (Hobsbawm, p. 91).

1.3.- LA REVOLUCIÓN FRANCESA:

1.3.1) Caracterización del Antiguo Régimen en Francia:


El término Antiguo Régimen se refiere a los aspectos económicos, sociales y políticos previos al
6estallido de la revolución francesa e industrial, aunque para algunos autores se extiende hasta 1848.

Características del Antiguo Régimen:


- Economía agrícola
- Sociedad Preindustrial
- Régimen político centralizado
- Las crisis comienzan en el campo y repercuten sobre el consumo de bienes industriales, son
sobre todo crisis de subproducción agrícola, que se subsanan importando alimentos.

Características del Nuevo Régimen:


- Economía industrial
- Sociedad burguesa y capitalista
- Régimen político democrático
- Desde fines del sigllo XVIII, en Inglaterra, las crisis importantes se van a iniciar en el ámbito
industrial y son crisis de sobreproducción.

Características del Antiguo Régimen en Francia:


Desde el punto de vista económico:
- La base de la economía es la agricultura. Hay una industria manufacturera de producción de lujo
- Abunda la pequeña posesión campesina, aunque los propietarios de la tierra son los nobles o
terratenientes burgueses.
- Desde el siglo XVII se da el fenómeno de la aparcería, efectuados por burgueses o campesinos
prósperos que arriendan tierras a los nobles.
Desde el punto de vista social:
- Sociedad estamental.
- En el siglo XVIII se produce la reacción de los estamentos privilegiados contra el avance de la
burguesía. Ante esto, la burguesía reafirma su propia identidad y busca el poder político.
- La mayor parte del campesinado se mantiene bajo el régimen de servidumbre. Sobre este gruop
pesa la mayor parte de los impuestos (del estado, diezmos y rentas señoriales)
Desde el punto de vista político:
- Se mantiene una monarquía absolutista, que tiene la suma de poderes cuyo origen sería divino.
Es absoluta en la medida en que no comparte el poder con otras instituciones y la autoridad real es
indiscutida.

1.3.2) Iniciación del proceso revolucionario:


Como causas de la revolución se menciona la crisis económica, estructural y coyuntural. Esta
crisis se viene prolongando desde décadas atrás, incluso algunos autores sostienen que se remonta al
reinado de Luis XIV.

1.3.2.1. Causas de la crisis económica:

Causas externas de la crisis económica:


Entre estas causas se encuentra la guerra de independencia norteamericana terminó por agotar el
tesoro y no reportó ganancias económicas.

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Causas internas de la crisis económica:


- Causas estructurales: se observa que las dificultades en la producción de cereales provocan
problemas políticos. La política fisiocrática había favorecido la exportación de cereales, lo que agravó su
escasez. Los campesinos cosechan los cereales pero compran la harina y el pan en el mercado.
- Causas coyunturales: en 1775 tiene lugar un motín conocido como la "guerra de las harinas"
donde el incremento del precio del cereal lleva a que el pueblo intente tasarlo al precio justo.
En 1786 Francia firmó un tratado de libre comercio con Inglaterra. Este tratado establecía que
Inglaterra debía importar vinos franceses, mientras que Francia no iba a poner restricciones a las
exportaciones inglesas (sobre todo las telas de algodón, cerámica, hierro). Francia producía telas de seda,
que ahora deben entrar en competencia con las telas de algodón inglesas.
En 1788 se produce una mala cosecha de cereal, que eleva los precios. A pesar de esto, los grandes
productores siguen exportando, lo que provoca que el precio siga subiendo. Simultáneamente se produce
una sobreproducción de vinos, que perjudica a la nobleza al bajar sus precios.
De todo esto se observa que:
- Los campesinos se hallaban descontentos por el incremento del precio de los cereales
- Los terratenientes se hallaban disgustados por el descenso del valor de los vinos
- Los industriales se encontraban disgustados por la competencia inglesa y porque no se
cumplieron los tratados con Estados Unidos, que otorgaban a Francia el carácter de nación más
favorecida, por lo que no se pudieron apropiar del mercado norteamericano.

1.3.2.2. La prerrevolución o rebelión nobiliaria:


Se ha calificado de revolución aristocrática o de rebelión nobiliaria a este período que va de 1787 a
1789 y que otros han llamado prerrevolución. En 1787, un ministro liberal, Calonne, convoca a una
Asamblea de Notables para intentar hallar una solución a la crisis financiera, pero choca con la
intransigencia de los privilegiados. Su sucesor, Brienne intenta una negociación directa con las altas
cortes de justicia, los Parlamentos que, según la tradición, presentan sus amonestaciones y encuentran el
apoyo popular cuando proponen la convocatoria a Estados Generales, aunque detrás de esta fachada de
liberalismo, lo que en realidad hacían los aristócratas y los Parlamentos era defender sus privilegios de
clase.
Es que los ministros de Luis XVI ven como única salida a la crisis económica el aumento de la
recaudación impositiva y para esto ya no se puede sobrecargar más a los campesinos y a la burguesía, por
lo que proyectan crear un impuesto conocido como "subvención territorial" que alcanzara al clero y la
nobleza. Luis XVI entonces no tuvo otra opción que convocar a los Estados Generales para mayo de 1789
y convocar al ministerio a Necker, un banquero con cierta popularidad.
Con vistas a su reunión, comienzan a prepararse "cuadernos de quejas" locales y generales, en los
que la burguesía se hizo portavoz del campesinado (que era analfabeto). Estos libros muestran un
impresionante testimonio colectivo de las esperanzas de cambio. En este ambiente convulsionado,
proliferan los clubes políticos (sean monárquicos, democráticos, etc.) y comienzan a aparecer numerosos
órganos de prensa

1.3.3) Reconocimiento y análisis de las diferentes etapas:


1º) Reunión de los Estados Generales (1789)
2º) Asamblea Constituyente (julio de 1789 a octubre de 1791)
3º) Asamblea Legislativa (octubre de 1791 a septiembre de 1792)
4º) La Convención:
- Girondina (septiembre de 1792 a junio de 1793)
- Montañesa (junio de 1793 a julio de 1794)
- Termidoriana (julio de 1794 a octubre de 1795)
5º) El Directorio (octubre de 1795 a noviembre de 1799)
6º) El Consulado (enero de 1800 a mayo de 1804)
7º) El Imperio (mayo de 1804 a 1815)

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PRIMERA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN

1.3.3.1. Los Estados Generales (5 de mayo-20 de junio de 1789):


El 5 de mayo de 1789 se reunen los Estados Generales. Al principio se suponía que la reunión se
haría por estamento, los cuales sesionarían en salas separadas, pero la burguesía había conseguido que el
número de diputados del Tercer Estado fuera igual al de la suma de los de la nobleza y el clero, por lo que
deseaba hacer valer su número y para esto era necesario que sesionaran todos los estamentos juntos.
Si se mantenía la sesión en salas separadas y la votación por orden, la mayoría de la burguesía no
tendría importancia, por lo que los burgueses plantearon además que el voto no fuera por estamento sino
por cabeza. La burguesía también sabía que contaba con el apoyo de sectores del bajo clero y de nobles
liberales ilustrados.
Vovelle se pregunta si se trata de una sola o de tres revoluciones:
- Una revolución institucional o parlamentaria del Tercer Estado
- Una revolución urbana o municipal de los sectores populares parisinos
- Una revolución campesina.

1.3.3.2. La Asamblea Nacional (20 de junio- 9 de julio de 1789):


El 17 de junio, cuando algunos diputados del Tercer Estado se dirigen a sesionar, se encuentran
con que el recinto se encuentra cerrado. Entonces deciden retirarse a sesionar, junto con algunos
miembros del clero y la nobleza, a la "cancha de pelota".
El 20 de junio se declaran como Asamblea Nacional arrogándose la soberanía de la nación,
dejando de actuar como Estados Generales.
Entonces, el rey convoca tropas mercenarias en las afueras de París y el pueblo comienza a
alarmarse. En los primeros días de julio, este proceso se acelera. El pueblo comienza a movilizarse y a
buscar armas para defenderse. Ante esto, asesores del rey le sugieren que invite al clero y la nobleza a
sumarse a la Asamblea Nacional, reconociendo la soberanía de ésta.

1.3.3.3. La Asamblea Nacional Constituyente (9 de julio de 1789-octubre de 1791):


El 9 de julio la Asamblea Nacional, dominada por el Tercer Estado, se declara en Asamblea
Nacional Constituyente, por lo que ahora la asamblea tiene un claro objetivo: sancionar una constitución,
aunque los logros más importantes de la Asamblea Constituyente serán la abolición del feudalismo y la
Declaración de Derechos del Hombre.
No obstante haber obligado a sentarse con ellos a los diputados de los estamentos privilegiados,
los diputados del Tercer Estado sentían la precariedad de la situación, cuando se perfila la contraofensiva
real el 11 de julio, con la destitución del ministro Necker y la concentración de tropas en París. Pero
entonces es el pueblo de París quien toma el relevo, quien se dota de una organización revolucionaria.
El pueblo, temeroso, sigue buscando armas. Como consecuencia de esto, el 13 de julio asaltan el
hospital de los Inválidos y el 14 de julio la prisión de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico. En
la toma de la Bastilla se denota el alto grado de participación del pueblo. Esto alarma a la burguesía
dirigente, que decide crear la Guardia Nacional con el objetivo de controlar al pueblo parisino. También
crean la comuna. La Guardia Nacional, comandada por Lafayette, estaría integrada por voluntarios
pertenecientes a la burguesía, no pudiendo incorporarse aquellas personas que no tuvieran empleo o
domicilio fijo.
Pero gracias a la invervención popular, la revolución parlamentaria pudo materializar sus éxitos,
gracias al 14 de julio, el rey tuvo que ceder el día 16 y volver a llamar a Necker. Luego, el 17 de julio,
Luis XVI es llevado a París por la presión de los sectores populares. El rey bebe a la salud de la
revolución y se coloca el gorro frigio y la escarapela tricolor. Entonces se declara a Luis XVI como rey de
los franceses, asumiéndose que la soberanía pasa al pueblo entendido como nación

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Las revueltas campesinas de 1789:


Lo que se ha dado en llamar revolución campesina no es sólo un eco de las revoluciones urbanas.
Por el contrario, es evidente que tiene su ritmo propio y sus objetivos de guerra específicos: lograr la
reducción de impuestos y el fin de los vínculos feudales.
Entre el 20 de julio y el 6 de agosto, en el campo se produce el fenómeno conocido como el "Gran
Miedo", caracterizado por un incremento de la movilización campesina ante el convencimiento de que iba
a producirse una reacción por parte de los nobles. Este pánico colectivo se inscribe como el eco de las
revoluciones urbanas que el campo devuelve deformadas. Los aldeanos corren a las armas ante el anuncio
de peligros imaginarios. Propagado por contacto, este temor se disipa pronto, pero en unos pocos días
llega a los confines del reino. Provoca la sublevación agraria y se prolonga en el pillaje de los castillos y
la quema de títulos señoriales que probara los lazos feudales (Vovelle, p. 28).

La abolición del feudalismo:


Las conquistas más importantes, las que han cuestionado profundamente el orden social, fueron el
fruto de la presión de las masas. Esto fue lo que ocurrió en agosto de 1789.
Cuando llegan a París los comentarios de todo esto, la Asamblea Nacional Constituyente resuelve
el 4 de agosto la abolición del feudalismo. Los campesinos interpretan esto como una liberación de todos
los impuestos, el otorgamiento de la propiedad de la tierra. Pero en realidad sólo quedaron abolidos los
derechos de tipo personal, mientras que los llamados derechos reales que gravaban la tierra, debían ser
rescatados mediante compra.
Los campesinos se resistieron a pagar por sus tierras, por lo que la mayoría fueron compradas por
la burguesía, la Iglesia y los nobles. Pero la violenta oposición del campesinado impondrá la abolición
lisa y llana de los restos del sistema feudal. En 1793 la Convención decidió entregar las tierras que
quedaban sin vender a los campesinos. De esta manera se evita la expulsión masiva del campesinado, lo
que retrasa la industrialización francesa hasta 1850.
El 4 de agosto también establecía las bases de un nuevo derecho civil burgués, fundado en la
igualidad y la libertad de iniciativa.

La Declaración de los Derechos del Hombre:


El 26 de agosto, la Asamblea Constituyente declara los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
que es una enunciación burguesa dirigida a los hombres libres. Pese a su mensaje universalista, ignora a
las mujeres y a los esclavos (esto provoca la sublevación de las colonias francesas en el Caribe). Apunta
principalmente al ejercicio del derecho político, aunque el mensaje de que todos los hombres nacen libres
y son iguales ante la ley es algo revolucionario para la época. Sus principios son:
- Libertad, igualdad, seguridad.
- Derecho a rebelarse contra la opresión
- Se declara inviolable y sagrada a la propiedad en términos absolutos, en un sentido capitalista.
La Declaración de Derechos proclama la soberanía del pueblo, el principio de la elección en todos
los dominios, la necesidad de un régimen representativo fundado en la separación de poderes, la
designación por talento para los funcionarios de los cargos públicos, etc.

La marcha de las mujeres a Versalles:


Mientras sucedía todo esto, se produjo una sequía muy fuerte, lo que provocó el alza en los precios
del pan, sobre todo en París donde se produce un nuevo malestar, principalmente entre las mujeres en los
mercados. Se plantea la necesidad de que el rey se traslade de Versalles a París, para estar más en contacto
con el pueblo y observar sus necesidades. Entonces se produce la "marcha de las mujeres a Versalles" el 5
y 6 de octubre, van a buscar al rey, garantía del abastecimiento. Esto nos muestra que las mujeres se
movilizan sólo por cuestiones de subsistencia, relacionadas con la alimentación, no por sus derechos. El
rey se establece entonces en la antigua residencia real, el palacio de las Tullerías y toma medidas para
garantizar el aprovisionamiento de la ciudad.

Nacionalización de los bienes de la Iglesia y los asignados:


Los impuestos como la talla y la gabela, los diezmos, las barreras aduaneras, las inmunidades
fuscales, etc. habían sido eliminados a mediados de 1789. Para reemplazarlos se creó un impuesto sobre
la tierra, que gravaba todas las propiedades; un impuesto sobre los ingresos personales y sobre la
propiedad mueble; otro sobre los ingresos comerciales e industriales, etc. Pero estas medidas fueron
insuficientes para afrontar la deuda cada vez más elevada y provocaron una violenta hostilidad, sobre
todo en los campesinos que se quejaron de que aún continuaban soportando impuestos excesivos

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Entonces, la crisis económica llevó a que el 2 de noviembre de 1789 se decidiera nacionalizar los
bienes de la Iglesia y ponerlos en subasta pública. Para financiar la operación, se emitieron bonos que
devengaban interés, llamados asignados, que gradualmente pasaron a ser aceptados como papel moneda
respaldado por la venta de los bienes eclesiásticos nacionalizados. Si bien el asignado salvó a la Asamblea
de sus dificultades momentáneas, a partir de 1790 estos asignados soportaron una fuerte depreciación y
provocando una inflación crónica.
A pesar de su carácter revolucionario, esta medida no entraba en contradicción con la tradición
galicana y afectó entre el 6 al 10% del total de las tierras francesas. Desde 1790, las ventas ligaron
indisolublemente a la causa de la revolución al grupo de los compradores de los bienes nacionalizados. Si
bien la Asamblea Constituyente favoreció a los grandes compradores e hizo poco para vender tierras en
pequeñas parcelas o alentar a la población rural a unir sus recursos. (Vovelle, p. 31).
La Constitución Civil del clero:
Aprobada en julio de 1790, la constitución civil del clero convertía a los curas y a los obispos en
funcionarios públicos elegidos en el marco de las nuevas circunscripciones administrativas: los
departamentos, distritos y municipios (por ejemplo, los obispos debían ser elegidos por la asamblea
electoral del departamento). También les imponía un juramento de fidelidad a la constitución del reino.
Con los bienes de la Iglesia nacionalizados y los diezmos abolidos, el Estado debía hacerse cargo del
salario del clero, como verdaderos funcionarios públicos
Dentro del bajo clero no hubo gran resistencia a esta medida, ya que ahora recibían un sueldo
mayor que el que anteriormente les proporcionaba el papado. Los sacerdotes de las parroquias, resentidos
por el poder de los obispos, hacía tiempo que habían comenzado a reclamar que la Iglesia fuese
gobernada por la comunidad entera de pastores. Los galicanos ven en la constitución civil el medio de ser
más independientes de Roma. En cuanto a los jansenistas, esperan de este modo purificar y moralizar la
iglesia francesa.
En cambio, estas medidas sí fueron resistidas por el alto clero, debido a que se redujeron el
número de obispados, de 135 a 83 (coincidiendo con los departamentos). Otra circunstancia que conducía
al conflicto era la negativa de la Asamblea a someter la constitución civil a un sínodo de la Iglesia para
que la aprobase antes de que se convirtiera en ley. Esta negativa se fundaba en que las corporaciones
habían sido abolidas y remitir a una asamblea de la Iglesia una medida que le competía a la Asamblea
Constituyente era someter la voluntad general al veto superior de un cuerpo corporativo individual. De
modo que la sanción canónica debía ser requerida al papa.
Pío VI, temeroso de perjudicar sus intereses temporales ya que estaba negociando la condición del
antiguo enclave papal de Avignon, demoró su respuesta varios meses. Pero la Asamblea tenía prisa porque
varias sedes estaban vacantes y en noviembre de 1790 declaró vigente la constitución civil del clero, que
casi no fue actada por la totalidad de los obispos. Cuando en abril de 1791 el papa se decidió a conderna
este sistema, se produjo un cisma.
El sudeste, la región de los alpes y las llanuras cercanas a París prestaron juramento masivamente,
mientras que el oeste, el norte y parte del macizo central se negaron a hacerlo. Esto dividió en dos al clero
francés: por un lado se encontraba el clero juramentado, que fue el que juró la constitución civil, mientras
que por el otro estaban los refractarios, que no la aceptaron. Se consideró que estos últimos habían
renunciado a sus cargos ya que sólo los sacerdotes juramentados, elegidos por el pueblo, podrán estar al
frente de las parroquias.

1790
1790 es el año de la unanimidad, todos son revolucionarios. La mejora de la situación económica
contribuyó a aflojar las tensiones de las masas populares. Mientras tanto, el rey comienza a ponerse en
contacto con las cortes de Austria y España para que colaboren en su intento de recuperar el pdoer,
aunque el emperador Leopoldo II actua prudentemente.
Pero por el momento, los futuros promotores de la contrarrevolución tenían otros problemas:
Rusia, Suecia y Prusia estaban ocupadas en el asunto de Polonia; Austria estaba enfrascada en sus asuntos
con Turquía, y con sus súbditos belgas y húngaros. Por su parte, Inglaterra estaba dispuesta a continuar
esperando hasta que considerase amenazada su propia seguridad.
Pero desde el principio de la revolución, los miembros de la Asamblea Constituyente renunciaron
formalmente a cualquier política de agresión. El 22 de mayo de 1790 el gobierno declaraba: "La nación
francesa renuncia a emprender guerra alguna destinada a hacer conquistas y no empleará sus fuerzas
contra la libertad de ningún pueblo"

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Había países como Holanda, Bélgica, Renania, los cantones suizos y ciertas regiones de Italia que
por su proximidad con Francia, sus tradiciones culturales y el desarrollo social eran sumamente
susceptibles a las ideas revolucionarias francesas. Solo en estos lugares hubo revoluciones que siguieron
muy de cerca el modelo de la francesa. Pero ninguno de estos modelos sobrevivió una vez retirada la
protección militar francesa.

1791
El año 1791 es más complicado y ya es imposible mantener la ficción de la unanimidad. El
resurgimiento del malestar económico, debido a la mala cosecha del '91 y por la inflación provocada por
la caída del valor del asignado, contribuyó a la creciente movilización popular. En este momento es
también cuando en als cudades los clubs y sociedades populares se multiplican hasta abarcar toda la
nación con una red a veces muy densa.
El gran aumento del número de periódicos es otra novedad revolucionaria, uno más de los
elementos de esta politización acelerada.

Los Sans Culottes:


En París, comienza a denominarse como sans culottes a los sectores populares revolucionarios,
factores políticos esenciales de la revolución desde el 10 de agosto de 1789. Son pequeños comerciantes,
propietarios de pequeños talleres artesanos (tanto maestros como oficiales), etc. No están en contra de la
propiedad aunque sí en contra de la concentración (que nadie tenga más tierra de la que pueda trabajar,
que nadie tenga más de un taller). Por esto, tienen un pensamiento precapitalista y se resisten a perder su
pequeña propiedad, aunque reconocen que se encuentra amenazada por el desarrollo del capitalismo.
Temen proletarizarse. Pero los sans culottes, de extracción social heterogénea, no podían tener conciencia
de clase y sólo esperabaon de forma algo confusa, ventajas de la revolución. Tampoco los jacobinos
formaban una clase (Soboul, p. 232).
La mayor parte de estos grupos eran asalariados, pero con mentalidad de artesanos. Se declaran
contrarios a la gran propiedad y sostienen las ideas de Rousseau, ejemplificadas en la frase: que nadie
tenga tanto como para comprar a otro, ni nadie tan poco como para tener que venderse". Tienen ideas
políticas democráticas, de una democracia participativa y directa, manifestadas a través de las asambleas
que se realizan por sección o barrio. Sostienen que el voto debe ser universal y los representantes del
pueblo deben ser controlados permanentemente y dar cuenta de sus acciones. Con el tiempo, adquirieron
educación política y comenzaron a formar un movimiento que tenía su propia visión, a menudo distinta de
la que afirmaban sus mentores.
Los sans culottes se caracterizan por ciertos símbolos: el uso del gorro rojo, la pica y el uso del
tuteo, que impusieron a todos los otros grupos sociales hacia 1793, lo que era un signo de la pasión
igualitaria de estos grupos. Pero luego de la reacción de termidor, desaparecerá el tuteo a medida que
decline también la influencia popular.
Los jóvenes se destacaron durante los primeros disturbios espontáneos, durante la prerrevolución
de 1787 y 1788. En cambio, los momentos más estructurados y organizados como los ataques a la Bastilla
y a las Tullerías en 1789 y 1792 atrajeron a los maestros artesanos, tenderos y a los hombres de más edad.

La huida del rey y la declaración de Pillnitz:


El 20 de junio de 1791, toda la familia real abandona el palacio real, disfrazada. El rey intenta huir
hacia Austria, pero es descubierto en Varennes y traído de regreso a París. Esto provoca la furia de los
sectores populares, lo que marca el compromiso político creciente de las masas populares, que más tarde
serán llamadas sans culottes.
El 17 de julio, el pueblo bajo encabezado por el Club de los Cordeleros, reclama la destitución del
rey. Esto provoca que la Guardia Nacional, bajo las órdenes de Lafayette los reprima brutalmente.
Entonces, la burguesía trata de defender al rey, sosteniendo de que en realidad no quería huir sino
que fue secuestrado. Lo justifican para evitar acceder al pedido de los manifestantes y perder de esta
forma el control de la revolución.
Ocupados hasta este momento en el reparto de Polonia, el rey de Prusia y el emperador de Austria
se pusieron de acuerdo en la declaración de Pillnitz, de agosto de 1791. En ella, advierten a Francia que la
persona de Luis XVI y su familia no debían sufrir ningun menoscabo.

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La Constitución de 1791:
En septiembre de 1791, la Asamblea Constituyente finalmente sanciona una Constitución,
transformando la monarquía absoluta en una monarquía constitucional. Esta constitución retoma una serie
de transformaciones que se están operando en Francia y las sanciona:
Desde el punto de vista económico:
- Reconoció la nacionalización de los bienes de la Iglesia
- Abolió todas las aduanas interiores y los peajes locales en los caminos y ríos, promoviendo el
comercio libre en el mercado interno.
- Creó barreras aduaneras exteriores que protegían a la industria francesa, aunque los
manufactureros no consiguieron persuadir a la Asamblea de la necesidad de anular el tratado de "libre
comercio" firmado con Inglaterra en 1786.
- Mantuvo el impuesto a la tierra, conocido como subvención territorial.
- Se aplicó un sistema unitario de pesas y medidas.
- Confirmó la supresión de las corporaciones (medida adoptada en febrero de 1791) y los controles
a los artículos manufacturados. La Compañía de Indias perdió su monopolio.
Desde el punto de vista social:
- Confirmó la Declaración de Derechos del Hombre, aunque mantuvo la esclavitud
- Confirmó la abolición del feudalismo, aunque no de todas las cargas feudales que aún pesaban
sobre la tierra desde 1789.
- Abolió los títulos nobiliarios, que a partir de ahora dejaran de implicar privilegios. La aristocracia
y otras corporaciones dejaron de existir como un estado del reino.
- También mantuvo la ley Le Chapelier, que en el mes de agosto de 1791 declaró ilegales las
coaliciones de trabajadores y de patronos, norma que fue aplicada con mucho rigor cuando los precios de
alimentos comenzaron a elevarse por falta de controles. Ningún miembro de la Asamblea, ni siquiera
Robespierre, se opuso a la medida y esta ley no fue derogada hasta 1864.
Desde el punto de vista político:
- Se constituye una monarquía constitucional, con un voto censitario. Votaba el que pagaba un
impuesto. De esta manera, se divide a la población en dos categorías: los ciudadanos pasivos (que sólo
reunían derechos civiles) y los activos (que gozaban de los derechos civiles y políticos, debía ser mayor
de 25 años, estar domiciliado durante un año, no dedicarse a tareas domésticas y pagar un impuesto
directo). A su vez, los ciudadanos activos estaban divididos en 3 grupos:
a) los que pagaban un impuesto equivalente a 3 días de trabajo: estos ciudadanos podían
seleccionar a los candidatos de su preferencia en la asambleas primarias, en la primer etapa del proceso
electoral.
b) Para las asambleas secundarias (que eran las que elegían a los diputados) sólo podían
votar aquellos ciudadanos que pagaran un impuesto fijo equivalente a 10 días de trabajo.
c) A su vez, los integrantes de las asambleas secundarias elegían a los diputados de la
Asamblea Legislativa. Para ser elegido diputado había que pagar un marco de plata en concepto de
impuestos.
Estas restricciones al derecho de voto eran mucho menos severas que las impuestas por el
Parlamento británico de ese entonces.
- El rey tendría el derecho de designar a sus propios ministros, embajadores y comandantes
militares. Podía suspender o retrasar la aplicación de leyes por 4 años, mediante el veto suspensivo, pero
no tenía el poder de disolver la Asamblea Legislativa. Además, los ministros eran responsables ante la
Asamblea. El rey también podía dar los primeros pasos para declarar la guerra o hacer la paz, pero tales
medidas estarían sujetas a la aprobación del Parlamento.
- La Asamblea Legislativa tendría el poder real del país, siendo un cuerpo unicameral, sin el
estorbo de los controles y contrapesos del modelo inglés o norteamericano.
Desde el punto de vista administrativo:
- La autoridad real se vio debilitada todavía más por la reforma de la administración y el gobierno
local. Los antiguos cargos hereditarios, obtenidos por compra, fueron eliminados y se indemnizó a
quienes los ocupaban. Esto se hizo así porque 2 de cada 5 miembros de la Asamblea eran funcionarios
reales. Después de la Declaración de Derechos, los cargos públicos quedaron abiertos al talento.

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- Se ideó un sistema basado en departamentos, distritos, cantones y comunas, que en esencia ha


sobrevivido hasta hoy. Se crearon 83 departamentos de extensión más o menos igual, sus límites se
trazaron prestando cuidadosa atención a la geografía. Todas estas administraciones ya no serían
gobernadas por funcionarios designados, sino por comités elegidos por los votantes. La base de la
pirámide estaba formada por 44.000 comunas (o municipalidades) cuyos alcaldes y consejeros eran
elegidos por los ciudadanos activos y tenían considerables atribuciones de administración local. De esta
forma, se desmanteló la monarquía absoluta y el sistema de gobierno centralizado. En esta etapa de la
Revolución, Francia se convirtió en una federación de departamentos y municipalidades electivos, que
gozaban de una amplia autonomía local y se unificaban mediante una legislatura fuerte y un ejecutivo
débil.
Desde el punto de vista judicial:
- La justicia ya no podía estar sujeta a la prerrogativa real ni ser dispensada por una aristocracia
local. De modo que, los Parlamentos, las cartas selladas y los tribunales señoriales y eclesiásticos fueron
eliminados. Como en Inglaterra y los Estados Unidos, se declaró al poder judicial independiente del
Ejecutivo.
- Se creó una red de tribunales municipales, departamentales y nacionales, con jueces electivos y
jurados elegidos para actuar en los casos penales. En la cúspide había dos tribunales nacionales: la Corte
de Apelaciones y la Alta Corte, esta última relacionada con el enjuiciamiento de altos funcionarios
públicos.

Desde el punto de vista militar:


- Los cargos dentro del ejército estaban abiertos a todos. Todos los oficiales debían prestar
juramento de fidelidad a la nación tanto como al rey.
- Las autoridades locales dispondrían de su propia milicia o Guardia Nacional.
Desde el punto de vista religioso:
- Confirmó medidas tomadas con anterioridad, como la abolición del diezmo (realizada el 4/8/89)
y la nacionalización de los bienes de la Iglesia. Estas medidas no fueron muy resistidas debido a que la
presencia de la corriente crítica del jansenismo (que planteaba la vuelta a la pobreza) desde el reinado de
Luis XIV.
- Terminó por sancionar la constitución civil del clero. Los sacerdotes pasan a ser considerados
como funcionarios del Estado, a los que hay que pagar un sueldo.

LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL

1.3.3.4. La Asamblea Legislativa (octubre de 1791-septiembre de 1792):


Luis XVI jura la constitución el 18 de septiembre de 1791 y el 16 de diciembre de ese mismo año
entra en funciones la Asamblea Legislativa. Los diputados de esta asamblea estaban divididos en tres
fracciones:
- La derecha: compuesta por los monárquicos constitucionales y los fuldenses (conformados por
sectores burgueses moderados, entre ellos Lafayette). Ambos grupos consideraban que la revolución
estaba terminada al sancionarse la constitución y establecerse una monarquía constitucional).
- Los independientes, que no tienene un postura clara y marcan el equilibrio entre la derecha y la
izquierda.
- La izquierda: integrada por los girondinos (liderados por Brissot, Condorcet y Carnot, originarios
de las grandes ciudades portuarias) y montañeses (con centro en París y en las ciudades jacobinas). Estos
últimos, más extremistas, surgen de grupos intelectuales roussonianos radicales. Son liderados por
Robespierre, que los dirige a través del club de los jacobinos.

Los disturbios por el azúcar:


El trasfondo de la crisis estaba dado por la inflación provocada por la depreciación del asignado,
que hacia enero de 1792 había descendido al 65% de su valor anterior. El problema principal ya no era el
suministro de pan barato sino productos coloniales. En 1792, la escasez de azúcar provocó la principal
inquietud. Los participantes de los desórdenes, creyendo que la causa de la escasez era la retención de los
suministros por los comerciantes especuladores y que la guerra civil en las colonias francesas era una
excusa, irrumpieron en las tiendas y depositos de los principales mayoristas e intermediarios.

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El desorden comenzó el 20 de enero, con un disturbio de mujeres en el mercado. Hubo otra oleada
de desórdenes el 14 de febrero. La multitud se apoderó de las existencias de azúcar y las vendió al "precio
justo".

Francia en guerra:
La guerra actuará como acelerador de la revolución, haciendo más rígidas las opciones políticas y
más graves las tensiones sociales. Esto va a dinamizar y modificar a la revolución y a su vez, va a dividir
a la izquierda ya que los dos sectores que la integran están en desacuerdo acerca de qué hacer en caso de
guerra. Para Godechot, la guerra es lo que luego va a desatar el Terror, pero sin éste no hubiera triunfado
la revolución en Francia, ni se hubiera ganado la guerra en Europa.
La posibiildad de guerra generó diversas posturas dentro de la Asamblea Legislativa:
- El rey apoya esta postura, diciendo que Francia no puede tolerar las intromisiones extranjeras,
pero por otro lado esperaba una fácil victoria de los aliados.
- Entre los fuldenses, Lafayette sueña con una guerra victoriosa, que lo colocara en un papel
importante.
- Los girondinos mantienen una postura a favor de la guerra, sosteniendo que favorecerá a la
revolución y la consolidará al expandirla hacia otros países, aunque también tenían la esperanza de que
ésta obligara al rey a mostrar cuáles eran sus intenciones verdaderas.
- Sólo los jacobinos se opusieron a la declaración de guerra. Robespierre sostiene que si Francia
iba a la guerra, corría el riesgo de ser derrotada ya que no estaba preparada adecuadamente. Y si triunfaba,
podría aparecer un lider militar que se adueñara de la revolución.
El 14 de abril de 1792, la Asamblea Legislativa enuncia una declaración contraria a las conquistas
territoriales, considerándolas incompatibles con las nuevas ideas de fraternidad y derechos del hombre.
Finalmente triunfa la postura de Brissot y el 20 de abril de 1792, la Asamblea Legislativa le
declara la guerra a Austria, aunque también se enfrentaba con una coalición que asociaba a Prusia, Rusia
y el rey de Piamonte.
Los primeros enfrentamientos militares son desastrosos para Francia, en la frontera norte las tropas
se desbandan, mientras en todo el país aumenta la tensión.

Se incrementa la crisis interna:


El aumento de los peligros provocó en París una clara manifestación del poder del bajo pueblo
parisino, el 20 de junio de 1792. Los sans culottes invaden el palacio de las tullerías e intentan intimidar
al rey. Entonces, el frente de la burguesía revolucionaria deja de tener unanimidad ante el movimiento
popular que se moviliza tanto en París como en las provincias. Los girondinosse sienten tentados a unir
fuerzas con los sostenedores del orden monárquico, por temor a verse desborados. Pero ha perdido la
iniciativa, que en la capital ha pasado a manos de la Comuna, a los sans culottes, al Club de los
Cordeleros, con el apoyo de ciertos líderes como Marat, Danton o Robespierre.
El 1 de agosto, el general austríaco Brunswig advierte a Francia que atacará e incluso llegará hasta
París si algo le pasa a la familia real. Esto provoca una gran movilización de los sectores populares, que
cada vez son más fuertes. A su vez, la burguesía revolucionaria advierte que no los puede reprimir porque
necesita su apoyo en la guerra.

La destitución de Luis XVI:


La jornada decisiva fue el 10 de agosto de 1792, en que se produce una insurrección preparada,
durante la cual los sectores populares atacan a Las Tullerías y la familia real se refugia en el recinto de la
Asamblea Legislativa.
La presión popular pidiendo la destitución del rey es muy grande, por lo que la Asamblea vota la
suspensión del rey de sus funciones, encarcelando a la familia real.
Se decide entonces la convocatoria a una Convención Nacional, elegida por el voto universal,
para que dirija al país y lo dotara de una nueva constitución.

Las masacres de septiembre


Del 2 al 5 de septiembre de 1791, el pueblo bajo parisino asalta las prisiones de la capital y asesina
a unos 1500 detenidos (aristócratas, burgueses, integrantes del clero refractario). Esto es lo que se ha dado
en llamar las "matanzas de septiembre".
Esta reacción de pánico se explica por el doble temor de invasión enemiga y complot interno. El
vacío de poder generado por la destitución del rey explica que la reacción de pánico se desarrollara sin
oposición.

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LA I REPÚBLICA

1.3.3.5. La Convención Girondina (septiembre de 1792-junio de 1793):


El 22 de septiembre de 1792, la Asamblea Legislativa declara abolida la monarquía e instaurada la
República. Se inicia así un proceso con muchas simbologías, como por ejemplo la adopción de un nuevo
calendario, ajustado a los intereses de la burguesía (menos feriados al ser semanas de 10 días, con un solo
descanso semanal). 1792 pasa a ser el año I de la Revolución según el nuevo calendario.
Inmediatamente se crea un nuevo poder legislativo, la Convención. En ella queda simplificado el
espectro político ya que sólo se advierten sólo tres facciones: los girondinos, la llanura o el pantano y los
montañeses o jacobinos. Esto muestra la ruptura de la burguesía francesa tras la caida de la monarquía.
- Para unos, el mayor peligro es la subversión social, por lo que consideran que el retorno del
orden es una necesidad perentoria.
- Para otros, lo más importante es la defensa de la revolución y esto impone una alianza con el
movimeinto popular, aún cuando ello obligue a dar satisfacción a sus reivindicaciones sociales. A partir
de este momento, el peso político de los sans culottes se volverá cada vez más importante.
El enfrentamiento entre la gironda y la montaña era inevitable. Tuvo lugar desde fines de 1792
hasta junio de 1793, aunque desde el principio los girondinos fueron el grupo dominante dentro de la
Convención.

La ejecución de Luis XVI:


El primer conflicto que se plantea en la Convención es qué hacer con el rey. La Convención había
juzgado al rey en diciembre de 1792. Los girondinos eran partidarios de la clemencia y estaban conformes
con que se lo mantuviera en prisión, mientras que los jacobinos quieren que se adopte una medida
ejemplar ya que el rey traicionó a Francia.
Por una pequeña mayoría gana la postura jacobina y Luis XVI es ejecutado el 21 de enero de
1793. Entonces comienza una etapa de persecución política de nobles y burgueses que no compartían el
giro que estaba tomando la revolución.

Los triunfos de fines de 1792 y la ampliación de la coalición:


La guerra en las fronteras aumentó de intensidad con la ejecución del rey. El 20 de septiembre de
1792, los ejércitos franceses detuvieron el avance prusiano en Champaña, al vencerlos en Valmy.
Entonces, los soberanos europeos todavía ocupados con Polonia, no pudieron evitar que los ejércitos
franceses explotaron su victoria. Las tropas revolucionarias ocuparon los Países Bajos austríacos, Saboya
y Niza en los territorios del reino de Piamonte y de la zona de Renania. El ejército francés avanza
buscando las fronteras naturales, siguiendo al respecto la política de Luis XIV.
Inmediatamente, la Asamblea recibió de los patriotas de Saboya, Niza y Renania la petición de que
estos territorios fueron anexionados a Francia. Esto fue intensamente debatido durante el mes de
septiembre. Finalmente, Dantón y los girondinos convencieron a la Asamblea para que encontrase una
nueva fórmula que justificara estos procedimientos. Así se llegó a la famosa doctrina de las fronteras
naturales de Francia, que se extendían desde los Alpes y los Pirineos hasta el Rin.
El 19 de noviembre, la Convención emitió una declaración en el sentido de que dispensaría
fraternidad y ayuda a todos los pueblos que desearan recobrar su libertad. Todo esto marca al paso
de la defensa de la revolución a la "liberación" de los territorios que estaban bajo el absolutismo, que
pronto se confunden con conquista militar. La gironda y otros grupos también tenían otros objetivos
expansionistas, con el fin de organizar repúblicas hermanas en los países que estaban más allá de las
fronteras naturales de Francia, las que debían contribuir a los gastos de la guerra y formarían un
semicírculo de estados tapones. A las palabras siguieron los hechos y cuando los pueblos de Saboya y
Niza votaron a favor de integrarse a la república francesa (el 27 de noviembre de 1792 y el 31 de enero de
1793) la Convención dio su conformidad a tal decisión.
Sin embargo, a raíz de la petición explícita de los demócratas de Bélgica para que Francia
reconociera su independencia, pronto estalló el conflicto entre la política de liberación y la de expansión.
A finales de marzo de 1793, embriagada por el éxito militar, la Convención decretó que los belgas y
flamencos francófoos, así como la orilla izquierda del Rin formarían parte de la Gran Nación.
Mientras tanto, se incorporan nuevas potencias a la primer coalición: en febrero de 1793,
Inglaterra y Holanda, alarmadas por la conquista de Bélgica entran en la guerra; España y Nápoles,
disgustadas por la ejecución de Luis XVI. A partir de abril, los ejércitos franceses se vieron obligados a
evacuar los Países Bajos austríacos y la Renania.

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Nueva sublevación por los alimentos:


Mucho más violenta e importante que la de enero-febrero de 1792 fue esta nueva revuelta que
estalló en febrero de 1793 debido a que los precios, que habían descendido se elevaron nuevamente a
partir del año nuevo. El 23 de febrero, se produjo una invasión masiva a las tiendas de comestibles y aquí,
las mujeres nuevamente desempeñaron un papel destacado. Se realizó la tradicional tasación popular y los
productos se pusieron a la venta.
Este movimiento marcó un primer conflicto entre las clases populares y las poseedoras, que
incluían al Club de los jacobinos. No es sorprendente que, enfrentado con esta violencia espontánea en la
calle, incluso Robespierre denunciara despectivamente la preocupación del pueblo por el precio de
"mezquinas mercancías". Tales críticas son razonables para hombres formados en la creencia de que todo
lo que fuese interferir en la libre circulación de alimentos parecía una negación de las libertades más
apreciadas de la revolución (Rudé, p. 140).

La sublevación de la Vendee:
La apertura de un frente interno de guerra civil agrava la situación. En marzo de 1793, se produce
la sublevación de la región de la Vendee, al oeste de Francia, por varios factores:
- Por cuestiones religiosas ya que la Vendee era una zona de campesinos, por lo tanto muy
tradicionalista y católica, en donde el clero refractario tenía un papel social muy importante. Además,
como estaba cerca de la región de La Rochelle (uno de los baluartes del protestantismo francés), había
sido sometida a intensas misiones católicas de predicación, que habían conseguido crear en el oeste un
sacerdocio auténticamente popular. Por lo tanto, no puede sorprender que se manifestase un grado
desusado de solidaridasd con la jerarquía eclesiástica. Muchos de los sacerdotes que se ordenaban,
volvían a su aldea de origen. De ahí que el clero constitucional que fue a reemplazar a los sacerdotes
refractarios locales fueran vistos como extranjeros. Los decretosde 1792 que impusieron la deportación de
los refractarios obstinados agravaron todavía más el conflicto. La gente no sólo protegía y ocultaba a los
sacerdotes refractarios sino que obstaculizaban y hostilizaban todo lo posible a los juramentados, que a
menudo necesitaba la ayuda de un pelotón de la Guardia Nacional para instalarse (Schama, p. 678).
- Una oposición federalista contra el gobierno central de París, rechazando los impuestos y sobre
todo las levas (Vovelle, p. 47).
- Para Schama, fue la aparición de los oficiales reclutadores en las aldeas lo que desencadenó la
serie de alzamientos espontáneos en toda la región, ya que al ser una región campesina necesitaba
imperiosamente de la mano de obra rural. El anuncio del reclutamiento convirtió en rebelión directa esta
irritación y este resentimiento contenido (Schama, p. 681).
Del 10 al 12 de marzo se produjo la primer etapa del alzamiento, cuando las turbas reunidas
espontáneamente en las aldeas atacaron las oficinas y casas de los alcaldes, jueces de paz y procuradores,
así como las aisladas unidades de la Guardia Nacional. La revuelta empezó con sangrientas masacres de
todos los que estaban identificados con el gobierno.
Después de expulsar a sus enemigos y apoderarse de sus armas, las multitudes se reagruparon,
formando columnas que marcharon hacia los pueblos más importantes y cuya fuerza creció a medida que
avanzaban por los caminos. Uno de los rasgos más notables de la rebelión fue la integración social y los
vínculos que unieron a personas de grupos económicos muy distantes entre sí. El Gran Ejército Real y
Católico se formó con pequeños campesinos y terratenientes acomodados, así como aldeanos que
aparentemente eran los representantes de la revolución en la campiña. Incluso había nobles, pero también
en el bando revolucionario. El carácter de la lucha como cruzada fue destacado públicamente en todas las
oportunidades posibles. Se enarbolaban estandartes con la imagen de la Virgen y se entonaban himnos
religiosos durante las marchas.
La gran cualidad de los vendeanos fue su dominio del territorio local. Sus tácticas se adaptaban de
un modo impresionante al terreno específico que combatían, en forma de guerrilla. A pesar del éxito
temprano, era importante reclutar figuras de autoridad en la nobleza local, cuya adhesión favorecería el
reclutamiento de más tropas. Lo que llama la atención de los nobles de la región es su moderación.
Hacia principios de abril, prácticamente en toda La Vendée se había establecido un mando
unificado y se crearon comités parroquiales electos para organizar la recolección de armas y el
abastecimiento de las tropas. Los comandantes advirtieron que todo lo logrado sería sólo una victoria a
corto plazo si no aseguraban su base mediante la captura de grandes centros urbanos e intentaban el
derrocamiento de la República. A fines de mayo, su posición era aún más firme y habían derrotado a los
ejércitos republicanos enviados a combatirlos.

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Los organos de control y represión:


La presión de los peligros que rodeaban a la república llevó a poner en práctica un nuevo sistema
de instituciones. Se forma un Tribunal Criminal Extraordinario en París, que se convertirá en el Tribunal
Revolucionario. En las ciudades se instaura una red de Comités de Vigilancia, encargados de controlar a
los sospechosos.
Por último, en abril de 1793 se crean dos órganos de gobierno: el Comité de Salvación Pública y el
Comité de Seguridad General, a imagen y semejanza de la Revolución inglesa de 1640. A pesar de que su
autoridad derivaba exclusivamente de la Convención, los dos Comités estuvieron dotados de atribuciones
ejecutivas plenas
- El Comité de Seguridad General era responsable de la policía y de la seguridad interna. Por lo
tanto, el Tribunal Revolucionario y los Comités de Vigilancia locales estaban bajo su control.
- El Comité de Salvación Pública tenía poderes más amplios: controlar los ministerios, dirigir la
política exterior y depurar y conducir el gobierno local. En el Comité de Salvación Pública, ocupaban un
sitio especial los represetantes en misión, que eran convencionales enviados a las provincias durante un
tiempo determinado.
De esta forma, la centralización del gobiero se obtenía a expensas no de la Convención sino de los
departamentos y las comunas. Se arrebataba a la Comuna el derecho de enviar comisionados a las
provincias, se limitaba su control sobre la Guardia Nacional y se sometía a los comités revolucionarios de
las secciones a la dirección del Comité de Seguridad General. El terror ahora estaba institucionalizado y
dirigido desde el centro. Era el fin de la anarquía pero también el comienzo del fin de la iniciativa
popular.

1.3.3.6. La Convención Jacobina (junio de 1793-julio de 1794):


La economía se distorsiona en función de la guerra y comienza a llevarse una política de economía
de guerra. Se recluta gran cantidad de hombres y por otro lado, se experimenta una gran demanda de
productos para abastecer al ejército. También la industria es reconvertida para adaptarse a las necesidades
bélicas.
Mientras tanto, los conflictos entre jacobinos y girondinos habían aumentado luego de la muerte
del rey y de la represión en la Vendee. Los jacobinos responsabilizan a los girondinos de los desastres de
la guerra interna y externa exterior y los acusan de no saber conducir a la revolución.
Es así que, entre el 31 de mayo y el 2 de junio estalla el conflicto entre ambos bandos. Los
jacobinos, apoyados por los sans culottes (quienes a su vez responsabilizaban a los girondinos de no
haber cumplido con las espectativas de los sectores populares), logran que las tropas de la Guardia
Nacional apresen a 29 diputados girondinos, las cabezas del partido.
Luego de la purga de los girondinos, la oposición de la derecha se agrupó alrededor de Danton y su
partido de los Indulgentes. Los dantonistas tenían un programa político preciso: acabar con el gobierno
revolucionario, restablecer la independencia de las autoridades locales, desmantelar el Terror, liberar la
economía nacional de los controles y negociar la paz con Inglaterra. Danton tiene una visión más realista
y consideraba que había que buscar un punto de conciliación para no fragmentar tanto el espectro de la
revolución. Este grupo entendía por libertad preferentemente la libertad económica, ya que la suma de
los intereses individuales satisfechos daba la felicidad general.
Mientras tanto, la extrema izquierda se nucleó alrededor de Hébert y los jefes de la comuna de
París y del Club de los Cordeleros.

El Comité de Salvación Pública:


El Comité de Salvación Pública se convierte en el principal órgano de gobierno a partir de julio de
1793. Esta importancia eclipsó pronto a los demás elementos del gobierno central, pues los ministros se
subordinaban a su iniciativa, incluso el Comité de Seguridad General quedó limitado a la coordinación de
la aplicación del Terror.
Dantón y sus aliados, a quienes se acusó de intrigar para hacer la paz con Inglaterra, fueron
separados del Comité de Seguridad Pública en julio de 1793 y reemplazados en octubre por hombres
como Robespierre y Saint Just, cuya principal prioridad era impulsar la guerra revolucionaria.
En efecto, la experiencia acumulada en la guerra y la revolución llevó a que Robespierre
renunciara a sus antiguas creencias liberales. Sostuvo ahora que la Revolución podía ser salvada y sus
enemigos externos e internos derrotados sí, con la ayuda de los sans culottes armados, se instalaba un
gobierno central fuerte para reprimir a todos los opositores y sospechosos (Rudé, p. 151).

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La rebelión federalista:
La caída de los girondinos desencadenó otra guerra civil, en forma de rebelión de las provincias
contra el centralismo de París: la rebelión federalista. En el sudeste, Lyon se levanta contra la Convención
y tuvo que ser sitiada. También se levantan Burdeos, Toulouse y la Provenza, con Marsella y Tolón, que
los contrarrevolucionarios entregarán a los ingleses.

La alianza de los sans culottes y los jacobinos:


Bajo la presión conjunta de estos peligros, se refuerza la unión entre la burguesía jacobina y las
masas populares de los sans culottes. Estos sectores populares constituyen hasta el principio de 1794 el
alma del dinamismo revolucionario. Su presión constante impone al gobierno la realización de una cierta
cantidad de consignas:
- En el plano económico: el control y fijación de precios máximos. El "terror económico" permitió
controlar la especulación y la inflación y en diciembre, el asignado recuperó el 48% (en agosto de 1793
había caído hasta el 22%). Los sans culottes también lograron la satisfacción a su reclamo de alimentoss
baratos y de control de los abastecimientos.
- En el plano social: a mediados de 1793 se produjo la eliminación del complejo programa de
pagos de rescate de los derechos señoriales sobre la tierra, establecido en 1789, que debían soportar los
campesinos. También hubo un proyecto para distribuir las propiedades confiscadas a los sospechosos
entre los patriotas pobres. Además, se produjo una sucesión de proyectos relacionados con la educación,
la industria, el código civil y la asistencia pública.
- En el plano político: obtienen el derecho de voto universal y la redacción de una nueva
constitución. También logran el desencadenamiento del Terror contra los aristócratas y los enemigos de la
Revolución: los fuldenses, girondinos, liberales y moderados, curas refractarios (para este entonces, todos
estos grupos eran considerados contrarrevolucionarios); así como la aplicación de la Ley de Sospechosos.
En esto, va a tener gran injerencia el Comité de Salvación Pública, controlado por Robespierre.
Esta asociación, aunque ventajosa para las dos partes, estaba impregnada de contradicciones y tuvo
escasa duración. Sus lazos se aflojaron en octubre de 1793 y hacia mediados de 1794 la alianza se
derrumbaría y arrastraría con su caída a ambos participantes.

La Constitución del Año I:


Después de la caída de la gironda, la Convención jacobina elaboró a toda prisa un nuevo texto
constitucional, debido a la presión constante a la convención jacobina. La Constitución del Año I
sancionada en junio de 1793, fue ratificada por el pueblo en agosto de ese mismo año y establecía:
- El voto universal de los hombres mayores de 25 años, siempre y cuando no fueran empleados
domésticos.
- El deber del Estado de asegurar la subsistencia de pobres y desocupados.
- El derecho de insurrección contra la opresión.
Pero ante los diversos peligros internos y externos que debe afrontar Francia, la Convención
decidió suspender el 10 de octubre de 1793 la vigencia de esta constitución, a la que se considera
apropiada sólo para tiempos de paz.

La Ley de Precios Máximos y el abastecimiento:


Mientras tanto, Francia no logra solucionar sus problemas económicos, que se van agudizando a
medida que aumentan los gastos del ejército y la producción debe dedicarse cada vez más a la guerra. La
gente pasaba hambre, las cosechas no eran suficientes, en un país que depende totalmente de ellas.
Además, la falta de brazos afectaba mucho a la producción agrícola.
Muchos campesinos retienen las cosechas para especular con el alza de los precios, por lo que se
generaliza la escasez de productos agrícolas, como también de productos coloniales como el azúcar, el
café, el tabaco, etc. debido a la rebelión de las colonias del Caribe.
Los sans culottes siguen planteando la necesidad de la aplicación de una política de control
económico por parte del Estado, por lo que a principios de mayo, la Asamblea siguiendo el ejemplo de la
Comuna de París, impuso un límite a los precios del pan y de la harina. Pero esto fue sólo un primer paso
y no satisfizo a los consumidores. Los perturbadores de 1792 y 1793 ya habían extendido sus operaciones
de control de precios mucho más allá de los artículos de primera necesidad. Entre tanto, el asignado cayó
todavía más hasta un 22% en agosto de 1793, de modo que los precios de los alimentos aumentaron
nuevamente. Se produjeron entonces grandes manifestaciones callejeras entre el 4 y 5 de septiembre.

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Finalmente, la Convención cedió ante la presión popular y el 29 de septiembre de 1793 aprobó la


Ley del Máximo General que retrotraía todos los precios de los artículos al valor de junio de 1790,
aunque esta medida se extiende también a los salarios, estableciéndose un tope. Además, esta medida se
complementa con requisaciones de mercaderías y la persecución a los especuladores.
Los sans culottes con constituyen una clase, ni su movimiento es un partido de clase. Artesanos,
tenderos y comerciantes, oficiales y jornaleros formaron una coalición con una minoría burguesa que,
frente a la aristocracia, desplegó una fuerza irresistible. Pero en el propio interior de esta coalición se
mantuvo la oposición entre los que eran propietarios de los medios de producción y los asalariados.
Justamente, la aplicación de un tope máximo a los salarios hizo estallar la contradicción.
Por otro lado, los jacobinos, en su condición de empleadores, estaban interesados en frenar el
brusco aumento de los salarios. Entonces, no solamente se produce una división entre los sans culottes
sino también un distanciamiento con los jacobinos y un proceso de desmovilización, excepto en los
grupos más radicalizados.
La economía dirigida del año II encontró dificultades insuperables para el aprovisionamiento de
ganado y productos agrícolas. Así pues, el gobierno revolucionario se limitó a garantizar el
aprovisionamiento de pan a la población de París, sin llegar a la creación de una cartilla para toda la
nación (Soboul, p. 231).

La leva en masa y la represión en La Vendée


El 23 de agosto de 1793 la Convención decide movilizar a la nación para la guerra, ordenando una
leva en masa de toda la población francesa: los jóvenes irían al combate, los hombres casados forjarían
armas, las mujeres coserían uniformes, etc. Así, la República con casi 1.000.000 de hombres en armas
comenzó a limpiar de invasores el territorio.
Los ejércitos republicanos, reforzados por la primer conscripción importante de la leva en masa,
derrotan a los rebeldes en Cholet, el 17 de octubre. El 23 de diciembre, los restos del ejército realista
fueron derrotados definitivamente. El comandante Westermann escribió al Comité de Salvación
Pública:"de acuerdo con vuestras órdenes, he aplastado a los niños bajo las patas de los caballos, y
masacrado a las mujeres, que por lo menos ... ya no engendrarán más bandidos. No tengo prisioneros que
puedan reprochárseme. Como la principal ventaja de los vendeanos era la fuerza de su base local, los
republicanos decidieron destruirla. Las ciudades y aldeas que colaboraron con los rebeldes fueron
destruidas y comenzó una matanza indiscriminada que incluyó hasta simpatizantes de la república.
Hacia mediados de abril de 1794, la pacificación militar de La Vendee estaba más o menos
concluida. Los dos comandantes sobrevivientes se dedicaban a una guerra de guerrillas, emboscadas e
incursiones repentinas, evitando las batallas frontales y esquivando la captura. Pero la región era un
verdadero desierto, con las fincas incendiadas, el ganado sacrificado y las aldeas despobladas. Se calcula
que fue exterminada un tercio de la población de la región, alrededor de 250.000 hombres (Schama, p.
761).

La descristianización y el nuevo calendario:


Poco a poco, a medida que transcurría la revolución, el anticlericalismo se iba acrecentando. Se
perseguía a los refractarios y ahora se ataca a los mismos juramentados, puesto que parecen ser sacerdotes
partidarios de los girondinos y contrarios a los jacobinos y sans culottes. El sector más radicalizado de los
sans culottes, los "enragés" (rabiosos) no sólo atacan a los sacerdotes sino a la religión que profesan.
En los primeros días de octubre de 1793, la descristianización comienza en las provincias y en este
mismo mes se adopta un calendario revolucionario que comienza con la proclamación de la República, el
22 de septiember de 1792. Se divide en 12 meses de 30 días y los nombres de los meses tienen
vinculación con las estaciones. Cada mes está dividido en 3 décadas de 10 días cada una. Los días llevan
el nombre correspondiente a su lugar en la década: primedi, duidi, tridi, ... decadi. En muchas regiones, la
nueva división del tiempo se acepta muy dificilmente. El domingo sigue siendo el día de descanso y
donde se saca la mejor ropa. En cambio, los empresarios adoptan el nuevo calendario muy fácilmente ya
que éste reduce sensiblemente los días feriados y acrecienta la ganancia que pueden obtener de la mano
de obra.

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Muchos sacerdotes, en pleno movimiento de descristianización deciden casarse para responder a


las exigencias de los revolucionarios exaltados, aunque muchos de los sacerdotes casados son jóvenes y
quizás fuera una forma de escapar al reclutamiento. Otros no renuncian simplemente al sacerdocio sino
que abjuran del cristianismo. En otros casos, el temor a ser sospechosos guía la conducta de más de un
sacerdote. Piensan que secularizarse es dar una induscutible prueba de civismo, que los pondrá a
resguardo de los comités revolucionarios. Algunos, junto con sus cartas de sacerdocio remiten sus actas
de bautismo, para mostrar mejor su total adhesión a la descristianización. ¿Qué sucede con estos
secularizados? A partir de 1795 muchos se esfuerzan por recuperar su ministerio, o bien por colocarse en
la administración o en la enseñanza.

Los nuevos cultos:


Pero la descristianización no es sólo la destrucción de la antigua religión, sino que elabora un culto
nuevo: el culto de la diosa Razón, en cuyo honor se realizan fiestas y representaciones. Además, se
establece la veneración de los "mártires" de la libertad: Marat, Lepeletier y Chalier. Los sans culottes,
todavía imbuidos de catolicismo, creen en la inmortalidad del alma y que un mártir tiene el poder de un
santo y los protege desde el más allá. Pero el culto a Marat inquieta a los descristianizadores, preocupados
por extirpar cualquier germen de catolicismo. También contraría a Robespierre y sus seguidores. En esta
inquietud se encuentra la explicación del culto que inventan los montañeses a favor de jóvenes mártires
como Bara y Viala.
A partir de noviembre, Robespierre se inquieta aún más por el culto a la Razón. El 10 de
noviembre la comuna de París decide que se celebre en la catedral de Notre Dame una fiesta de la
Libertad. En esta fiesta se proclama que de allí en adelante, Notre-Dame será la iglesia de la Razón. Esta
medida se traslada el 25 de noviembre a todas las iglesias de París.
Para Robespierre el movimiento de descristianización resultaba muy peligroso, debido a que
quitaría adeptos a la revolución. Pero tampoco quiere volcarse hacia la Iglesia Católica e influenciado por
el pensamiento de Rousseau, cree sinceramente en la existencia de una divinidad que asegura la felicidad
a los justos y el castigo a los malvados. La divinidad es la que santifica el contrato social y las leyes
republicanas. La República no puede existir sin virtud y la virtud no puede subsistir sin respeto por la
divinidad, el Ser Supremo.
A partir del 6 de diciembre, un decreto afirma la libertad de culto y pone un primer freno al culto
de la Razón. Para acabar con él, proyecta un culto al Ser Supremo, que actuara como punto de unión de
todos los franceses. El 7 de mayo de 1794, Robespierre hace que la Convención decrete que "el pueblo
francés reconoce la existencia del Ser Supremo y la inmortalidad del alma". Algunos sacerdotes que
todavía sueñan con unir la religión y la revolución se adhirieron a este culto de la Patria, en el que se
mezclaban el de los santos patriotas y el de los mártires de la libertad.
Enseguida se inserta la fiesta del Ser Supremo dentro de las fiestas nacionales y el 8 de junio,
Tobespierre se pone a la cabeza del cortejo como Presidente de la Convención.

La Dictadura de Robespierre:
Dantón y Robespierre desaprueban el proceso de descristianización, al que consideran muy
peligroso. Por esto, sostienen que los rabiosos son anárquicos y atentan contra la revolución.
A principios de marzo, Hébert y el Club de los Cordeleros trataron de forzar el ritmo amenazando
con una insurrección. Pero este fue un gesto de desesperación más que de fuerza, pues a estas alturas su
dominio sobre la comuna y las secciones se había debiiltado. Los conspiradores fueron arrestados y
guillotinados el 25 de marzo de 1794. De esta forma, movimiento popular de los sans culottes comienza a
ser domesticado y ya no ofrece resistencia, pero su apoyo a los montañeses en el poder también se vuelve
muy moderado.
Para castigar a los hebertistas, Robespierre contó con el apoyo de los indulgentes. Pero al
denunciar la prosecución de la política terrorista después de la caída de los hebertistas, los indulgentes se
expusieron. Como Danton estaba a favor de un acuerdo con Inglaterra, que la sacara de la coalición contra
Francia, fueron acusado de traición y Dantón y sus amigos fueron guillotinados el 5 de abril. También en
el caso de la ejecución de Danton, la actitud predominante del pueblo fue de apatía más que de cólera.

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Enseguida fue disuelto el ejército revolucionario parisino, se disolvieron los comités de vigilancia
destinados a perseguir a los acaparadores y pronto sucedió lo mismo con las sociedades populares que
escapaban al control del Club de los Jacobinos. Comienza así el período denominado como la Dictadura
de Robespierre, ya que concentra todo el poder sin ningún tipo de oposición. Comienza también la etapa
del Gran Terror, donde se persigue a todos los sospechosos, se suspende el derecho de defensa del
acusado y ahora, con cualquier tipo de prueba moral es suficiente para condenar a un individuo a la
guillotina. Durante esta etapa, unas 1300 fueron guillotinadas.
Los sans culottes, silenciados políticamente también debieron soportar la decepción de la Ley de
Precios Máximos. Durante un tiempo, los precios se mantuvieron estables pero luego se dejó de controlar
su cumplimiento, debido a que el gobierno estaba ansioso por mantener el apoyo de los campesinos, los
comerciantes y los fabricantes. De esta forma, los productores apelaron al incumplimiento a gran escala
de la ley.

Los triunfos exteriores de principios de 1794:


Gracias al ejército de masas, los franceses recuperaron Saboya, los españoles fueron expulsados al
otro lado de los Pirineos y en abril de 1794 ocuparon Cataluña, donde se estableció un protectorado
francés. Finalmente en junio de 1794 se obtuvo la victoria de Fleurus que obligó a los ejércitos enemigos
a abandonar el territorio francés.

Se prepara la reacción:
- La Convención había aceptado las sucesivas purgas de los girondinos y dantonistas, pero la
eliminación de estos hombres dejó una estela de temores y resentimientos que se manifestaría cuando
estallase otra crisis. Esas reacciones se reavivaron a causa de una ley del 10 de junio de 1794, que
aceleraba el proceso de la justicia en el Tribunal Revolucionario y privaba al detenido del auxilio de un
abogado defensor. Además, muchos diputados temieron que esta medida afectase su inmunidad
parlamentaria.
- El entusiasmo de Robespierre por una religión cívica sobre el modelo esbozado por Rousseau lo
había llevado a convencer a la Asamblea de que adoptase su propia creación, el Culto al Ser Supremo, el
7 de mayo. El resultado inmediato fue que en junio, cuando se realizó la gran celebración del culto al Ser
Supremo, los descristianizadores y teístas voltarianos que temían un renacimiento del fanatismo católico,
sospechaban que Robespierres aspiraba a ser el pontífice de una nueva religión.
- La victoria de Fleurus el 26 de junio provocó que la gente se preguntara si era necesario
continuar apoyando una política de terror si la situación de peligro interno y externo ya no existía. De
manera que la alianza entre la montaña y la llanura ahora había perdido su propósito y comenzó a
desintegrarse y la cordialidad de los aliados dejó sitio al resentimiento y la suspicacia.
- Entre tanto, se había originado divisiones muy profundas en los dos comités gobernantes, tanto
en el seno del Comité de Salvación Pública como en las relaciones entre los dos. Se habían manifestado
cierta superposición en el funcionamiento de los dos organismos: el Comité de Seguridad General era el
responsable de todas las cuestiones relacionadas con la policía, pero el Comité de Salud Pública creó en
abril su propio departamento de policía, para perseguir a los funcionarios públicos que se desviaban del
camino recto y eran deshonestos. El comité de Seguridad se vengó al acumular víctimas en las carretas de
condenados durante los meses de junio y julio, lo que contribuyó a provocar la "naúsea" contra la
guillotina.
- Entretanto, en el seno del Comité de Salud Pública habían estallado agrias disputas entre Carnot
y Saint Just en relación con la dirección de las operaciones militares. Hacia fines de junio, la atmósfera en
el Comité de Salud Pública era tan densa a causa de las sospechas y las recriminaciones mutuas que
Robespierre se retiró disgustado de sus reuniones y limitó sus actividades a su oficina privada y al Club
de los Jacobinos. A la larga, este gesto tuvo fatales consecuencias (Rudé, p. 166).
El 26 de julio, Robespierre decidió apelar a la Convención contra sus colegas disconformes.
Afirmó que aún era posible salvar a la Revolución si al menos se aceptaba una última operación
quirúrgica, la eliminación de un pequeño grupo de hombres impuros, cuya identidad sugirió pero no dio
nombres. Fue un fatal error de cálculo y Saint Just desarpobó enérgicamente esta actitud de Robespierre.
Entonces, la alianza entre los jacobinos moderados y la llanura se consolidó. Durante la noche, los
conjuradores arreglaron un plan de acción para la sesión de la Convención del día siguiente.

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El 27 de julio, Robiespierre y sus aliados fueron arrestados. La comuna de París, que seguía siendo
fiel a Robespierre, fracasa en un intento de liberar a los jacobinos, lo que pone de manifesto la falta de
apoyo del pueblo parisino. Al día siguiente, Robespierre y 22 jacobinos fueron ejecutados y el 29 de
junio, 71 consejeros de la comuna le siguieron a la guillotina. De esta manera terminó el período
denominado como el "Gran Terror".

1.3.3.7. La Convención Termidoriana (julio de 1794-octubre de 1795):


A partir de la reacción termidoriana, la revolución se "reencauza" hacia la derecha, buscando sus
raíces burguesas y liberales. Boissy D'Anglas sostiene que ahora debían ser gobernados por los mejores
pero "solo encontrareis hombres semejantes entre aquellos que posean una propiedad, pues están
apegados al país que la contiene, a la ley que la protege, a la tranquilidad que la conserva".
Este período asiste al triunfo del centro, de la llanura, cuyos personajes más representativos son
Barras, Sieyes, etc. Libertad, Igualdad, Seguridad y Propiedad son los principios que constituyen la
continuidad de los valores burgueses restaurados por la reacción.

El terror blanco:
Termidor fue una jornada totalmente engañosa para los sans culottes. Descontentos con el
gobierno revolucionario, no comprendieron la amenaza que su caída representaba para ellos. Diez meses
después, sopesaron lo que habían perdido y reclamaron la vuelta a la economía dirigida rebelándose por
última vez.
Las persecuciones a los robesperianos, jacobinos, sans culottes y descristianizadores son
clandestinas (no pasan por la Justicia) y en las provincias, su represión es más brutal. La "juventud
dorada" masacra a muchas personas en el interior, arrojándolas al Ródano.

Los levantamientos de Germinal y Pradial


Estos van a ser años muy críticos para los sectores populares debido a la crisis económica y a la
persecución política. Desde el punto de vista económico, el año III es el año en que retornaron las
hambrunas y el pan caro, a lo cual contribuyeron las malas cosechas, la vuelta a la libertad de precios tras
la derogación de la ley de precios máximos, la inflación del asignados, etc. Todo esto provocó mucha
especulación, gran escasez y racionamiento de alimentos, con el consiguiente surgimiento de un mercado
negro.
Por todo esto, el pueblo parisino comienza a movilizarse nuevamente en marzo y mayo de 1795,
en los meses de germinal y pradial. En ambas ocasiones, los sans culottes invaden la sala de la
Convención al grito de "pan y constitución del '93". También en ambas oportunidades, los convencionales
les hacen promesas que luego no cumplen.
Enseguida se desata una gran represión y las tropas son enviadas a los barrios más poblados,
aunque también se ejecuta a algunos diputados pertenecientes al sector de la Montaña. Después de esto, el
pueblo parisino no volverá a levantarse hasta 1830.

La pacificación interna:
Se decreta la total libertad de cultos y se negocia con los campesinos de La Vendee, como una
forma de lograr definitivamente la pacificación interna. Llegan a un compromiso por el cual ya no se les
exigirá tantos hombres para el reclutamiento y se les permitirá que conserven sus armas. El 30 de mayo
de 1795, después del acuerdo celebrado con los rebeldes de la Vendeé, los refractarios que aceptan prestar
un juramento de fidelidad a la República, tendrán derecho a decir misa en las iglesias, igual que los
juramentados.
El 18 de septiembre de 1794 la Convención decide no pagar ni sostener más ningún culto y la ley
del 26 de febrero de 1795 establece la separación de la Iglesia y el Estado.

Los tratados de paz de Basilea y La Haya:


En el frente exterior, la convención termidoriana aprovecha los triunfos obtenidos por los ejércitos
frances que vuelven a ocupar la margen izquierda del Rin y Holanda a mediados de 1794. Una serie de
tratados firmados en Basilea y La Haya, de abril a junio de 1795 restablecen la paz con Prusia, España y
con Holanda. Los firmantes reconocen a Francia la posesión de Bélgica (anexioada en octubre de 1795) y
Renania. Más allá de las fronteras naturales de Francia se declaró la república Bátava en Holanda, la
unificción de los cantones suizos que conformarán la República Helvética (aunque recién en 1798). Al
ampliar us fronteras y crear repúblicas hermanas, la Gran Nación había contrarrestado la pérdida de sus

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colonias, ya que se abrían grandes perspectivas para los productores franceses de ampliar los mercados
terrestres.
El precio que se pagó por ello fue el descrédito definitivo de los patriotas profranceses en los
distintos países y la inequívoca hostilidad popular hacia las exacciones arbitrarias de las fuerzas de
ocupación francesas (Woolf, p. 40).
Tras la victoria de Fleurus, la política oficial consistió en considerar que todos los países ocupados
eran inicialmente territorio enemigo, en el que el ejército debía vivir de lo que encontrara. Las propuestas
locales respecto a un cambio de status que iban revestidas de un apoyo popular ficticio, ya fuera para
formalizar su unión con Francia o para crear una república, se debían en gran parte a la esperanza de que
se regulara o suprimiera la presencia militar francesa (Woolf, p. 36).
Incluso se aplicó un "nacionalismo económico". Los agentes de extracción en Bélgica y Renania
en 1794, tenían instrucciones de mandar a París la maquinaria mecanizada potencialmente útil, e incluso
de destruiri la maquinaria que compitiera directamente con la producción textil nacional (Woolf, p. 39).
Para mediados de 1795, la primer coalición queda reducida a Inglaterra y Austria, que no podía
aceptar esta base de negociaciones.

La Constitución del Año III:


Una vez controlados los sans culottes, la Convención procedió a la sanción de una nueva
constitución en 1795, basada principalmente en el derecho de propiedad ya que como afirma Boissy
D'Anglas: "un país gobernado por los propietarios está dentro del orden social".
La Constitución del Año III rechaza el sufragio universal, aunque se baja la edad de los electores a
21 años y el censo que se estipulaba era menor al fijado por la constitución de 1791. De esta manera,
alrededor de 200.000 electores censitarios debían designar a un cuerpo legislativo articulado en dos
asambleas:
- El Consejo de los 500
- El Consejo de los Ancianos, compuesto por 250 miembros.
La nueva constitución también crea un órgano ejecutivo colegiado, el Directorio, conformado por
5 miembros. Sin embargo, interesados en equilibrar los poderes, los convencionales no previeron ningún
curso legal en caso de conflicto entre el ejecutivo y los consejos, razón que originó los inevitables golpes
de estado.

La revuelta monárquica:
Los termidorianos habían sancionado un decreto que establecía que las 2/3 partes de los nuevos
representantes para los órganos creados por la Constitución del Año III debían pertenecer a sus filas. Los
realisats no podían aceptar esta medida, ya que en el nuevo clima de contrarrevolución podían aspirar a
triunfar en las elecciones. Entonces, el 13 de vendimiario del año III, los realistas intentan una especie de
golpe de estado en París. La Convención confía el mando de las tropas al joven general Napoleón
Bonaparte, que reprime duramente a los rebeldes
Este episodio marca que, por primera vez, la revolución ha tenido recurrir a la fuerza militar, luego
de haber desarmado a los sans culottes.

1.3.3.8. El Directorio: (octubre de 1795-noviembre de 1799)


El gobierno del Directorio se caracteriza por una gran inestabilidad, aunque los autores de la
constitución del año III creen que con ella lograban volver a los principios del '89 y '91. El ejecutivo
colegiado y el legislativo bicameral eran formas de evitar los problemas del pasado, se afirmaba una
política liberal en cuanto al tema religioso con la separación de la Iglesia y el Estado y daban una gran
importancia a la educación.
La etapa del Directorio se caracteriza por la inestabilidad:
- Inestabilidad económica: el directorio se ve obligado a crear nuevos impuestos, como el de
puertas y ventanas. También deja de lado el asignado, volviendo a la moneda. Las conquistas se
convierten en un medio de sacar a flote la economía, con el consiguiente debilitamiento de las
motivaciones ideológicas y el aumento del poder militar.
- Inestabilidad política: se generan focos contrarrevolucionarios en el noroeste, así como una
constante presión tanto de la derecha como de la izquierda jacobina.
Además, cada vez era más evidente que el Directorio era incapaz de controlar a sus generales.
Estos tenían la responsabilidad de cubrir las necesidades de sus ejércitos, lo que creó un vínculo entre el
ejército y su general. Esta falta de autoridad provenía no sólo de la necesidad que tenían de que la guerra

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se autofinanciara, sino de su dependencia cada vez mayor del éxito de las guerras para poder hacer frente
a sus problemas financieros y políticos internos.
La introducción del reclutamiento en 1798, significó el reconocimiento por parte del Directorio, de
que el patriotismo revolucionario ya no era capaz de provocar una respuesta voluntaria.

Paz con Austria y surgimiento de nuevas repúblicas hermanas:


El Directorio había proyectado en 1795 un ataque al emperador de Austria, mediante la presión
conjunta de una ofensiva sobre Viena, por Alemania y una campaña de dispersión por Italia. La ofensiva
del Rin fracasó, mientras que la campaña de los Alpes alcanzó proporciones inesperadas. Napoleón, en
una ofensiva fulminante, venció a los piamonteses, expulsó a los austríacos de Milán y los derrota en
varias batallas sucesivas, hasta que a principios de 1797 se apodera de Venecia y sus territorios,
abriéndose paso hacia Viena.
Por iniciativa propia, Napoleón conduce las negociaciones que culminan en el tratado de Campo
Formio, el 17 de octubre de 1797. Austria aceptó ceder Bélgica, reconocer la renuncia de los príncipes
alemanes a sus provincias renanas y el derecho de Francia a las islas Jónicas en el Adriático. También se
comprometía a reconocer a las nuevas repúblicas hermanas: Cisalpina, Ligur, Cispadana, Romana,
Partenopéa, Helvética y Bátava. A cambio, Venecia, liberada de su aristocracia local por los franceses,
pasó a poder del emperador, lo cual es dificil de compaginar con el ideal revolucionario de la
emancipación de los pueblos. También la idea de las fronteras naturales pierde vigencia.
Napoleón destruyó las aspiraciones localistas de los patriotas italianos y formó una extensa
República Cisalpina. Sobre la costa noroeste, organizó una República Ligur, basada en Génova. Cuando
Napoleón partió para Egipto, estas repúblicas se convirtieron en modelos para sus sucesores: en 1798 el
papa fue transferido a la ciudad de Siena y se proclamó en el centro de la península una República
Romana, bajo la protección militar francesa. A principios de 1799 fue ocupado Nápoles y se creó una
República Partenopea.
Estas repúblicas hermanas fueron una abundante fuente de recursos ya que los pueblos "liberados"
debían recaudar impuestos con el fin de contribuir al mantenimiento de los ejércitos franceses. Napoleón
comprobó que el medio más seguro para convencer a los Directores de que tolerasen sus métodos
cesaristas en Italia era colmar los cofres de la República con el botín y los tesoros retirados de las
regiones ocupadas.
Además, todas estas regiones incorporaron nuevas leyes e instituciones políticas que respondían al
modelo francés. Se formaron ejércitos nacionales y se impusieron las leyes y constituciones francesas. La
constitución del Año III se convirtió en el modelo de las repúblicas hermanas, entre 1796 y 1799. El
resultado fue más o menos siempre el mismo: un sufragio más o menos restringido (aunque más liberal
que el francés) y elecciones en dos etapas, una asamblea bicameral, la tolerancia religiosa y los derechos
civiles para los judíos. Por supuesto, también fueron abolidos los derechos feudales, el diezmo y la
servidumbre, las órdenes y corporaciones. Se procedió a la confiscación de las tierras de la Iglesia, que
salieron a subasta pública.
Estos cambios no satisfacieron a todos. El sur de Italia era una región de pequeños campesinos
pero no sometidos a servidumbre. Ganaron poco o nada con el nuevo régimen. En Bélgica y en algunas
regiones de Italia, las nuevas medidas de ayuda pública no llegaron a compensar a los pobres por la
pérdida de la caridad eclesiástica. De modo que los "libertadores" franceses, en lugar de merecer la
gratitud universal, a menudo se vieron frente a manifestaciones hostiles de campesinos y pequeños
consumidores urbanos.
Solo los piamonteses se mostraron dispuestos a seguir a los franceses en el camino de una
revolución popular más amplia que la que los gobernantes franceses del momento estaban dispuestos a
tolerar. En 1799 después de que esta región fuera anexada a Francia, grupos jacobinos locales protestaron
contra la violación francesa de los derechos de soberanía popular.

La conspiración de los iguales:


La izquierda planea una conspiración liderada por Babeauf, la "conspiración de los iguales" en
donde aparece por primera vez una propuesta comunista, aunque en el programa de Babeuf, se pone el
énfasis en la distribución y no en la producción. Cada individuo debía producir de acuerdo a sus
capacidades, para ponerla en almacenes comunes. Luego, el Estado se encargaría de redistribuir los
productos de acuerdo a las necesidades de cada individuo. Esta conspiración fue delatada por uno de sus
integrantes y abortada debido a que no halló eco popular.
Esto constituye un testimonio del repliegue del movimiento revolucionario a un estado de
conspiración.

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El golpe de estado de Fructidor:


En las elecciones del año V, los realistas lograron la mayoría de los votos para lso consejos y el
general Pichegru se introduce en la red de complot monárquico. Los miembros del Directorio, en vista del
peligro se ven obligados a tomar la delantera. Así, el golpe de estado del 4 de septiembre de 1797 (18 de
Fructidor del año V) anula el resultado de las elecciones, e inaugura una fase de represión violenta,
aunque ahora se deporta más que ejecuta. La Guayana se convierte en la "guillotina seca".

La expedición a Egipto y la formación de la segunda coalición:


La campaña a Egipto en 1798 puede parecer una distracción incoherente. ¿Acaso el Directorio veía
en ella un medio momentáneo para alejar a un general cuyas ambiciones resultaban inquietantes?
(Vovelle, p. 67). La excusa era que la ocupación de Egipto dificultaría las comunicaciones de Inglaterra
con la India, haciendo peligrar su dominio sobre esa región.
Las tropas francesas lograron derrotar a los mamelucos, pero el almirante inglés Nelson destruyó
la flota francesa en la bahía de Abukir. Napoleón, cautivo en su conquista, emprende la campaña de Siria,
donde el desierto, la peste y la resistencia de la ciudad de San Juan de Acre determinan el fracaso de esta
aventura.
Mientras tanto, la creación de las Repúblicas Romana y Helvética en 1798, anularon de hecho
todas las disposiciones del Tratado de Campoformio. La extensión de la estrategia militar a todo el
Mediterráneo con la anexión de las Islas Jónicas y Malta y con la invasión a Egipto y Siria hizo que
Turquí y Rusia pasaran a engrosar las filas de los enemigos de Francia. En 1798 se forma entonces la
segunda coalición, que nuclea a Inglaterra, Austria, Rusia, Nápoles y el Imperio Otomano.
Las repúblicas hermanas se derrumban y se pierde Italia. Los ingleses desembarcan en Holanda y
Alemania. Los franceses se repliegan ante los austrorrusos y hacia mediados de 1799, la república
francesa se halla nuevamente en peligro.
Pero cuando Napoleón abandona su campaña en Egipto para volver a Francia, la situación ya ha
sido corregida por otros, sobre todo por la victoria lograda por Massena en Zurich, en septiembre de
1799. Pero a Napoleón no se lo recibe cmo salvador en las fronteras sino en París.

El golpe de brumario:
En las elecciones de 1799 triunfan los candidatos jacobinos. Entonces el Directorio se alarma y
busca apoyo en la derecha no realista y en el ejército, ya que no podía apoyarse en los sectores populares.
Van a buscar el apoyo de varios generales, hasta que se deciden por Napoleón Bonaparte, cuya juventud
les hizo creer que sería fácil de manejar.
Napoleón, que en este momento se encontraba en Egipto, decide volver a Francia ante la
convocatoria de Sieyes y el 9 de noviembre de 1799 (18 de brumario) le es entregado el mando del
ejército. Al día siguiente debía culminar el golpe de Estado, pero el Consejo de los 500 se resiste a ser
disuelto, por lo que las tropas deben expulsar a los diputados. Ese día se declaró la disolución del
Directorio y del poder legislativo bicameral, estableciéndose un triunvirato.

1.4.- LA EPOCA DE NAPOLEÓN:

1.4.1) El Consulado (enero del 1800-mayo de 1804):


El primer consulado estuvo compuesto por Sieyes, Ducos y Napoleón. Sieyes fue el cerebro del
golpe de estado, confiando en que Napoleón sería un dócil instrumento en sus manos para reprimir todo
movimiento de izquierda o de derecha, pero rápidamente se desengañó. Pronto surgieron discusiones
entre ambos, con respecto al futuro inmediato de la República.
Sieyes quería un poder político compartido y que se formara una elite burguesa de notables,
apoyada por un ejército profesional. Pero Napoleón impuso sus puntos de vista y en el año 1800 se
sanciona una nueva constitución.

La Constitución del Año VIII:


Se mantiene el Consulado, pero se crea la figura del Primer Cónsul y se crea un Consejo de
Estado. El poder legislativo estaría dividido entre varios organismos, entre ellos el Senado.

Las victorias de Napoleón y los tratados de paz de 1801 y 1802:


Napoleón derrotó a los austríacos en Marengo (14 de junio de 1800) y les impuso el tratado de
Lunéville (9 de febrero de 1801), que confirmaba la ocupación de Italia por parte de Napoleón. Todo esto
presionó para que el Papa aceptara el Concordato.

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Finalmente, las dificultades económicas y políticas de Inglaterra le obligaron a firmar la paz de


Amiens (25 de marzo de 1802). Se reconocía el control británico sobre los mares, la conquista inglesa de
Ceilán y Trinidad. Por su lado, Francia conseguía el reconocimiento de sus fronteras naturales y de su
hegemonía más allá de estas, a través del sistema de repúblicas hermanas: Bátava, Helvética, Ligur y
Cisalpina; la expulsión de los Habsburgos de Italia y la creación del reino de Etruria para los Borbones
españoles, en virtud del tratado de Aranjuez, del 21 de marzo de 1801.

El consulado vitalicio:
La paz de Amiens significó el acrecentamiento del poder de Napoleón. El 2 de agosto de 1802,
como agradecimiento por haber conseguido la paz con Inglaterra en Amiens, se declara a Napoleón como
Cónsul Vitalicio y en 1804, como consecuencia del nuevo estallido de la guerra y ante el peligro exterior,
el pueblo se nuclea en torno a él y las instituciones lo aclaman como Emperador. Pero antes, Napoleón
convoca a un plebiscito para saber si el pueblo quiere que se lo proclame emperador o no.

La política exterior de Napoleón:


Era muy dificil que Napoleón, después de asumir poderes dictatoriales en Francia, no modificase
las anteriores instituciones representativas de las repúblicas hermanas. A partir de 1800 se observó una
tendencia cada vez más acentuada a limitar los derechos de los electores, a apartar del gobierno a los
demócratas y a asignar los principales cargos de autoridad a notables y aristócratas, fortaleciendo el
ejecutivo y centralizando más firmemente el gobierno.
A la paz de Amiens, pronto le siguió la elección de Napoleón como Presidente de la República de
Italia, constituida en diciembre de 1801 sobre la república Cisalpina; el 29 de mayo de 1802 se obligó a
los cantones suizos a firmar una alianza con Francia; el Piamonte fue anexionado a Francia el 11 de
septiembre de 1802, al igual que la isla de Elba; Parma fue ocupada en octubre de 1802

Reanudación de la guerra:
Los intereses comerciales y manufactureros ingleses se sentían frustrados y amenazados por la
negativa francesa a abrir su mercado y por la renovación de sus aspiraciones coloniales, que se
concretaron con la cesión de Luisiana a Francia por parte de España (1 de octubre de 1800) y en la
expedición francesa para reconquistar Santo Domingo y Guadalupe (febrero de 1802).
Por todo esto, en mayo de 1803 los ingleses se niegan a evacuar la isla de Malta y se reanuda la
guerra. Mientras tanto, la presencia francesa en Luisiana alarmó a los Estados Unidos, quienes hacen una
propuesta de compra a Napoleón, quien vende la región el 3 de mayo de 1803, en parte para financiar su
proyectada invasión a Inglaterra.

1.4.2) El Imperio (mayo de 1804 a 1815):


La declaración de guerra inglesa pareció muy injusta a los ojos de los franceses, quienes se
nuclearon en torno a Napoleón, el cual es nombrado Emperador. Se diferencia de Luis XVI
principalmente en el respeto a la igualdad ante la ley. La nobleza imperial no está justificada por el
nacimiento sino por el mérito y los servicios a la nación.

1.4.2.1. La Guerra con la Europa Absolutista:


Después de la reanudación de la guerra con Inglaterra, sobrevino el desdichado intento de
Napoleón de invadir Inglaterra, la pérdida de la flota francesa y española combinadas en Trafalgar, el 21
de octubre de 1805.

La tercera coalición y el tratado de Tilsit


La continua ambición de poder de Napoleón provocó que la lucha económica por mar con Gran
Bretaña se transformara en una guerra terrestre contra la tercera coalición. Napoleón asumió el título de
rey de Italia el 19 de marzo de 1805, al tiempo que se anexionaba la República de Liguria. En agosto de
1805, Austria y Rusia le declaran la guerra. Luego se sumarían Prusia, Nápoles y Suecia.
Napoleón se desquitó de su derrota en Trafalgar ocupando Viena y obteniendo una aplastante
victoria sobre el ejército austrorruso en Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805. Francisco II, el emperador
de Austria fue obligado a firmar la paz de Presburgo, en virtud de la cual perdió el Véneto y el Tirol, que
fueron anexiadas al Reino de Italia, y además tuvo que reconocer a Baviera, Baden y Wurttenberg como
reinos independientes. La dinastía Borbón de Nápoles fue despojada de su reino y Napoleón instaló allí a
su hermano José el 30 de marzo de 1806.

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Entonces Prusia decidió entrar en la guerra y Napoleón en Jena, en octubre de 1806 y ocupó
Berlín. Luego derrotó a los rusos en Friedland (14 de junio de 1807).

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Esta victoria fue seguida de la paz de Tilsit (7 de julio) que establecía la alianza entre el zar y el
emperador francés. Este tratado marcó del desmembramiento de Prusia: los territorios al oeste del Elba se
asignaron al reino de Westfalia, entregado a Jerónimo Bonaparte, mientras que las provincias polacas se
convirtieron en un estado independiente, el Gran Ducado de Varsovia, que entró a formar parte de la
Confederación del Rin. Los ejércitos franceses permanecerían en Varsovia y en lo que quedaba de Prusia,
que quedó sujeta al pago de una enorme indemnización.

El bloqueo y la política exterior:


El tratado de Tilsit también fue muy importante por la decisión de cerrar las puertas al comercio
británico, gracias al acuerdo entre Rusia y Francia, que obligaba a Dinamarca, Suecia y Portugal (estados
neutrales) a incorporarse a la federación continental. Napoleón se vio obligado a adoptar esta medida
debido a la imposibilidad de invadir a Inglaterra.
Ante esto, Inglaterra responde en 1807 con el bloqueo marítimo y la adopción de medidas como la
que todo buque que quisiera comerciar con el continente, previamente debería pasar por Inglaterra, pagar
una licencia (de alrededor del 25% de la carga) y entonces sí podría dirigirse al continente. Pero los
franceses no permiten el comercio de las embarcaciones que hubieran pagado la licencia. El objetivo del
bloqueo francés era crear una crisis de sobreproducción, mientras que el bloqueo inglés era impedir la
llegada de productos coloniales a Europa, así como también impedir la compra de maquinarias inglesas.
Ambas medidas hacían imposible mantener la neutralidad. Como los Estados Unidos se resistieron
firmemente a pagar estas licencias, entre 1811 y 1812 estalló una nueva guerra entre Inglaterra y su ex
colonia, lo que provoca la escasez de algodón en Inglaterra, lo que genera a su vez los motines ludditas.
Entonces, Inglaterra buscó nuevos mercados, invadiendo la antigua colonia holandesa del Cabo y
algunas zonas de América Latina. Otra solución al bloqueo será el contrabando en puntos del continente
como Portugal, Roma y Rusia.
La invasión de Portugal en octubre de 1807 fue la contrapartida de la invasión de la Finlandia
sueca y de Turquía, por parte del zar, según lo acordado en Tilsit. La anexión francesa de Toscana y
Parma (en diciembre de 1807 y mayo de 1808), así como la incorporación de los estados papales al Reino
de Italia (en abril de 1808), obedecían a las exigencias del bloqueo, puesto que colocaban esos territorios
bajo la administración directa de Francia.
El traslado del Gran Ejército a España en noviembre de 1808 fue la causa inmediata de la decisión
austríaca de reanudar la guerra contra Francia, en 1809. Pero la victoria de Wargram (6 de julio de 1809)
restableció el dominio de Napoleón. El control sobre Italia se completó con la deportación del Papa y la
anexión definitiva de los estados papales en mayo-julio de 1809. Pro el tratado de Schonbrunn (14 de
octubre de 1809), Austria perdió su salida al mar, a causa de la anexión francesa de Trieste, Croacia, Istria
y Dalmacia. Estos territorios, reagrupados bajo el nombre de Provincias Ilirias (en diciembre de 1809)
tenían la misión de garantizar las importaciones de algodón y de cerrar las costas adriáticas a los
británicos.
En 1810, Napoleón quizá empieza a dudar de que su política dinástica haya sido acertada: sus
hermanos no se dan ninguna prisa en aplicar el bloqueo. Además, la boda de Napoleón con María Luisa,
hija del emperador de Austria (2 de abril de 1810) invirtió bruscamente su política anti-Habsburgo en
Alemania. Pero la política del bloqueo se mantuvo con la anexión del reino de Holanda al Gran Imperio,
el 9 de julio de 1810.
Ya para esta altura, el zar Alejandro estaba cada vez más descontento con Napoleón, puesto que los
franceses no le apoyaron como habían prometido en Finlandia, Turquía y Persia. La denuncia de la
alianza, el 31 de diciembre de 1810, abrió una grieta en el bloqueo, por su extremo báltico.

La invasión de Rusia y el fin de la guerra:


La invasión de Rusia (mayo de 1812- marzo de 1813) con un Gran Ejército de casi 700.000
hombres provenientes de 20 naciones diferentes, demostró hasta qué punto el Imperio dependía del éxito
militar. Napoleón fue incapaz de destruir a su enemigo, a pesar de la victoria de Borodino (7 de
septiembre de 1812) y su ejérctio se desintegró durante la retirada en invierno.
Finalmente, la derrota de Leipzig (16-19 de octubre de 1813) llevó al desmoronamiento del
Imperio francés y a la abdicación de Napoleón el 6 de abril de 1814.

1.4.2.2. Expansión de los principios revolucionarios:


La clase política y militar francesa jamás dudo, ni siquiera durante la República, acerca de su
misión como portadora de la forma más avanzada de civilización, que debía imponerse a los pueblos
menos afortunados (Woolf, p. 27).

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El problema es que los ideales de libertad e igualdad desarrollan pronto en las repúblicas hermanas
el deseo de independizarse de los franceses, comenzando a surgir los nacionalismos
Aunque Napoleón negó los derechos de la democracia y la elección popular, tenía interés en
realizar drásticas reformas políticas y sociales dondequiera llegaba su dominio. Esta actitud era
conveniente por cuanto atraía a los campesinos y las clases medias. En esto, el Código Civil sería la
piedra angular de su política.
En su carácter de déspota ilustrado, Napoleón estaba interesado en centralizar y modernizar su
gobierno y fortalecer su autoridad sin prestar atención a los organismos intermedios, situados entre el
soberano y el pueblo. Ocupaba un lugar destacado en su lista de reformas a seguir: la construcción de
caminos y canales, la unificación de las zonas aduaneras, los sistemas unificados de justicia y de pesas y
medidas, la creación de ejércitos nacionales, las constituciones escritas, la secularización de la propiedad
eclesiástica y la disolución de los monasterios. El Concordato cumplió una función muy útil porque
conquistó partidarios en la Bélgica católica, en Nápoles y en el sur y el oeste de Alemania.
Pero de un modo mucho más drástico que cualquier déspota ilustrado anterior, Napoleón arrancó
de cuajo las instituciones del antiguo régimen en las regiones europeas en que arraigaban más
profundamente, e introdujo la igualdad ante la ley, el matrimonio civil y la educación secular. Abolió los
privilegios, los organismos corporativos, los diezmos y los derechos feudales.
Los cambios realizados tendían a exhibir mayor alcance en las áreas ya incorporadas durante el
Directorio y el Consulado, o donde el ascenso de una burguesía educada favorecía su desarrollo. Tal era el
caso de Bélgica, Renania, Ginebra y las provincias piamontesas y ligures de Italia. Aunque soportaban los
impuestos establecidos por Napoleón, así como la falta de libertad política y las restricciones económicas
originadas por el bloqueo, de todos modos se beneficiaron con el desarrollo económico, las más amplias
oportunidades de progreso, por lo que la población mostraba escasa inclinación a sacudir el yugo
napoleónico..
Las provincias alemanas y polacas fueron incorporadas al sistema napoleónico sólo después de
1805. Por lo tanto, en esta áreas las reformas fueron más apresuradas o más fragmentarias y en general
tendieron a incluir concesiones a los antiguos grupos e intereses gobernantes.
Por todo esto, podemos aseverar que los ejércitos conquistadores de Napoleón habían sacudido la
estructura del orden social y echado los cimientos del moderno Estado burgués.

1.4.2.3. El Imperio Francés:


Para asimilar las nuevas conquistas, Napoleón ideó la organización del "Gran Imperio" que se
extendería más allá del propio Imperio Francés. El Imperio Francés había absorbido a Génova en 1805, a
Parma, Piacenza y Toscana (el breve reino de Etruria) en 1808 y en 1809 a los Estados papales y las
provincias Ilirias del Adriático. Holanda había sido transformada en reino en 1804 e incorporada al
Imperio Francés en 1810.
En 1805 se formó un Reino de Italia, gobernado en nombre de Napoleón por su hijastro, Eugéne
de Beauharnais. El 30 de marzo de 1806, el reino de Nápoles había sido entregado a José Bonaparte y en
1808, cuando José pasó a España, Nápoles quedó en manos de Murat, esposo de Carolina, hermana del
Emperador. El 3 de mayo, Luis Bonaparte fue nombrado rey de Holanda y el 18 de agosto de 1807,
Jerónimo fue designado rey de Westfalia.
El 12 de julio de 1806 se produjo la creación de la Confederación del Rin, formada por 16
principados alemanes, la mayoría dotados de independencia nominal y eran aliados más que vasallos del
Emperador. Esto lo llevó a declarar, el 1 de agosto de 1806, que el Sacro Imperio Romano había dejado
de existir. La Confederación del Rin sirvió como contrapeso de Prusia y Austria. En el este, la polonia
prusiana rebautizada con el nombre de Gran Ducado de Varsovia, actuaba como estado tapón frente a
Rusia.

1.4.5.1. Vida Económica:


El 21 de noviembre de 1806, Napoleón declaró que Inglaterra estaba en "estado de bloqueo". El
bloqueo económico no era sólo un arma contra Gran Bretaña sino también la base de un proyecto para
abrir los mercados continentales a los productos franceses, en sustitución de los mercados coloniales
perdidos.
Pero la incapacidad manifiesta del servicio de aduanas para vigilar las extensas fronteras, provocó
el despliegue de tropas regulares y la modificación arbitraria de las fronteras territoriales. Si por un lado
el bloqueo se desarrolló como complemento natural de la ampliación del sistema imperial, a cambio se
convirtió en un elemento propulsor de un control militar cada vez más extendido.

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