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Narrativa(s), (auto)biografía(s) y formación

La narración: puerta y espejo


en la formación investigativa
de maestros/as*
María Nancy Ortiz Naranjo**

La narración: puerta y espejo


en la formación investigativa de maestros/as

Al referirnos a la investigación, no nos encontramos de cara a un concepto trans-


parente, sino frente a una construcción histórica y cultural cargada de imágenes
sobre la formación, los sujetos, los contextos, y que convoca a modos concretos de ser
maestro/a. Este artículo esboza algunas relaciones entre narración y formación
de maestros/as, en el contexto de un proceso investigativo en el cual lo narrativo
constituyó en principio sólo una parte de la metodología, pero gradualmente fue
transformando la investigación misma en una construcción polifónica, que abrió
paso a la observación de condiciones de posibilidad para la resistencia crítica y crea-
tiva ante un imaginario instituido de investigación regido por un juego de reglas
jerárquicas, competitivas, objetivas y universales. En concreto, trazo una reflexión
metainvestigativa sobre la narración como puerta y espejo en la formación de maes-
tros/as. En este caso, el lenguaje y la literatura operan como componentes contex-
tualizadores que permiten ubicar el papel del área específica en la formación investi-
gativa; además, constituyen un campo propicio para la divergencia, la creatividad,
la resistencia, para la emergencia de mundos posibles.

Palabras clave: educación, investigación, narración, formación de maestros, ima-


ginario instituido, imaginario instituyente, enseñanza del lenguaje y la literatura,
experiencia, autobiografía.

Narrative: gateway and mirror


in teachers’ research training
__________________________________________________________
*
Este artículo hace parte de los re- When referring to research, we are not dealing with a transparent concept, but with
sultados de la investigación “La a cultural and historical construction which is full of images of education, subjects,
formación de maestros investigado- and contexts, and which calls for specific ways of being a teacher. This article outli-
res en el contexto de la Licenciatura nes some of the relations between narrative and teacher education, in the context of
en Educación Básica, con énfasis en a research process in which, initially, narrative meant just a part of the methodolo-
Humanidades, Lengua Castellana. gy, but it gradually transformed the investigation into a polyphonic construction
Una aproximación a los imaginarios
circundantes”, investigación finan-
that led to the observation of conditions of possibility for a creative and critical
ciada por el Comité para el Desa- resistance before an instituted imaginary of research, which is governed by a set of
rrollo de la Investigación (CODI) y hierarchical, competitive, objective, and universal rules. Specifically, we designed a
la Facultad de Educación, Universi- meta-investigative reflection on narrative as a gateway and mirror for teacher edu-
dad de Antioquia, 2007-2010, código cation. In this case, language and literature work as the contextual components that
8700-10278 menor cuantía. allow the identification of the role of specific areas in research training; furthermore,
**
Profesora Facultad de Educación, they constitute a favorable field for discrepancy, creativity, and resistance, and for
Universidad de Antioquia. Estudian- the emergence of possible worlds.
te del Doctorado en Ciencias huma-
nas y sociales, Universidad Nacional
de Colombia, Sede Medellín. Palabras clave: Research, narration, teacher education, instituted imaginary, edu-
E-mail: nanytanana@gmail.com cation, language and literature teaching, experience, autobiography.

Revista Educación y Pedagogía, vol. 23, núm. 61, septiembre-diciembre, 2011 133
Narration: porte et miroir dans la formation
à la recherche d’enseignants

Quand on fait référence à la recherche, on ne se trouve pas face à un concept trans-


parent, mais devant une construction historique et culturelle chargée d’images con-
cernant la formation, les sujets, les contextes et laquelle appelle à des manières
concrètes d’être enseignant/enseignante. Cet article trace quelques rapports entre
récit et formation d’enseignants/enseignantes, dans le contexte d’un processus de
recherche dans lequel ce qui est narratif a constitué en principe seulement une par-
tie de la méthodologie, mais progressivement il a transformé la recherche elle-même
dans une construction polyphonique qui a ouvert le pas à l’observation de conditions
de possibilité pour la résistance critique et créative devant un imaginaire institué de
recherche gouvernée par un jeu de règles hiérarchiques, compétitives, objectives et
universelles. En bref, on a tracé une réflexion méta- investigatrice sur le récit com-
me porte et miroir dans la formation des enseignants/enseignantes. Dans ce cas,
le langage et la littérature opèrent comme des composantes contextualisantes qui
permettent de situer le rôle du domaine spécifique dans la formation en recherche.
En plus, elles constituent un domaine favorable pour la divergence, la créativité et
la résistance pour l’apparition de mondes possibles.

Mots clés: Recherche, récit, la formation d’enseignants, imaginaire institué, édu-


cation, enseignement du langage et la littérature, expérience, autobiographie.

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Narrativa(s), (auto)biografía(s) y formación

¿En qué lenguaje se escribirá su


experiencia?, ¿en el lenguaje que de
nuevo, y reactualizando su secular
condición subalterna, les será provisto
por los altos expertos?
Óscar Saldarriaga (2003: 299)

Imaginarios sobre investigación

E l proyecto “La formación de maestros investigado-


res en el contexto de la Licenciatura en Educación
Básica, con énfasis en Humanidades, Lengua Cas-
tellana. Una aproximación a los imaginarios circundantes”,
se planteó con el propósito de comprender los imaginarios
que se tejen en torno a la formación investigativa y las rela-
ciones que se derivan del quehacer cotidiano de los actores
que hacen parte de dicha Licenciatura. Los resultados de este
trabajo devienen en un conjunto de reflexiones sobre la in-
vestigación en el programa, y en propuestas de interacción y
participación en los procesos de formación de los estudiantes
de tales estudios.

Así, a partir de los hallazgos de la investigación en mención,


planteamos algunas ideas en relación con las condiciones de
posibilidad para la apropiación de identidades de maes-
tros/as como sujetos de saber, y no como simples reproducto-
res/as de un conocimiento que otros/as intelectuales fabrican
desde una visión externa a los contextos educativos y a la sub-
jetividad misma de los/as maestros/as.

Lo anterior nos convocó a descubrir, analizar y comprender


los imaginarios sobre investigación que acontecen en la Li-
cenciatura, desde dos dimensiones: uno de los seminarios
de práctica pedagógica (con un interés especial en los rela-
tos de vida de los/as estudiantes), y el archivo del programa.
El contacto interpretativo con la información procedente de
ambas dimensiones nos condujo a explorar y posteriormente
a analizar el discurso sobre investigación formativa, puesto

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La narración: puerta y espejo en la formación investigativa de maestros/as

en circulación en el país principalmente por y poder nos permitió desnaturalizar el ima-


el Consejo Nacional de Acreditación (CNA). ginario en cuestión, problematizar la idea de
que éste corresponde a la investigación verda-
Por tratarse de una investigación sobre la in- dera, pura, estricta.
vestigación, los hallazgos y las construcciones
del proceso fueron modificando nuestra pro- De igual modo, este trabajo propició cuestio-
pia concepción sobre la práctica investigativa, nar la idea de que existe una sola forma de
y ello se vio reflejado en el itinerario meto- producir conocimiento, y comprender que los
dológico, que pronto se ubicó en la perspec- mecanismos de validación que instituciona-
tiva cualitativa, que participa del giro herme- lizan dicha forma corresponden a diferentes
néutico de las ciencias humanas y sociales, y dispositivos de poder que dan voz a deter-
admite, por lo tanto, la transformación pro- minados imaginarios y, a su vez, enmudecen
gresiva de los componentes investigativos, otros. Lo anterior no quiere decir que poda-
así como del pensamiento mismo. Por esta ra- mos llamar “imaginario” a cualquier fenóme-
zón, las diferentes narraciones que integran no o conjunto de imágenes, ya que para la
la investigación muestran una metamorfosis aparición y la permanencia de imaginarios es
de sus preguntas y propósitos. Así mismo, en necesaria la conjunción de diferentes condi-
el recorrido, ésta tomó distancia de la visión ciones históricas, sociales y políticas.
paradigmática que asume un marco teórico
que ilumina una experimentación en una re- En este punto, comprendimos que lo narra-
lación hipotética-deductiva, para, más bien, tivo ya no estaba sólo presente en los relatos
salir al encuentro de un diálogo de praxis y de vida de los/as estudiantes, sino también
experiencia, en el que desde los referentes en nuestras propias formas de comprensión
teóricos ya hay análisis, comprensión y, desde y construcción de saber y, por lo tanto, en los
luego, práctica. hallazgos. De modo que la narración se ha-
bía convertido en una amplia puerta desde la
En el análisis, rápidamente emergió un ima- cual alcanzábamos a avizorar las condiciones
ginario instituido1 de investigación ilustrada de lo posible, las líneas de fuga de los dispo-
y competitiva, nucleado por la imagen de la sitivos de formación, desprendidos del imagi-
formación como ascenso por una escalera, en nario instituido sobre investigación. En dichas
cuyos primeros peldaños se ubican “los me- líneas pudimos observar la emergencia de la
nos formados”; dentro de este imaginario, resistencia y, por tanto, el surgimiento de ima-
aquellos sujetos que se encuentran en la cús- ginarios instituyentes. Resistirse, en este caso,
pide están autorizados para hacer investiga- tiene implicaciones epistémicas y políticas im-
ción “en sentido estricto”. Las reglas de este portantes, pues no es cuestión de combate u
juego discursivo apuntan a la homogeneiza- oposición, sino de creación.
ción, universalización, objetivación, neutra-
lización y estandarización de los procesos Así, descubrimos el valor y las tensiones dis-
de producción de conocimiento. Asumir este cursivas presentes en el acto de hablar en pri-
trabajo como el análisis de un juego de saber mera persona, desde la experiencia, desde el

1 Cornelius Castoriadis (2007) distingue dos tipos de imaginarios, los instituidos, a los que pertenecen los conjuntos
de significaciones que consolidan lo establecido, y los instituyentes, que se manifiestan en nuevas formas de apre-
hender la realidad. Los primeros mantienen la cohesión y la identidad de un grupo; los segundos crean fisuras,
hacen posible la diferencia, el movimiento, la transformación. Aunque entre ambos tipos hay tensiones, no po-
dríamos decir que existe entre ellos una oposición; de hecho, los segundos surgen precisamente de las fugas de
los primeros.

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Narrativa(s), (auto)biografía(s) y formación

saber situado en un cuerpo particular. Este en formación, que enuncian analógicamen-


interés no responde a una moda o pretensión te formas de apropiación de lo académico en
de “decorar” el discurso; por el contrario, las tramas de la vida de personajes concretos,
coincidimos con Denise Najmanovich, cuan- de yoes narrativos que hacen propicia una
do plantea que hablar en primera persona genealogía de la investigación y, en términos
generales, de la formación investigativa, que
no inicia ni termina en la universidad, pues
[…] trata de una afirmación a la vez viene moviéndose enérgica desde las expe-
ética —porque indica la decisión del riencias escolares e incluso desde el ámbito
hablante de hacerse responsable de familiar y su inscripción cultural; en sus re-
su discurso—, estética —ya que reco- corridos habitan, de una forma poco percep-
noce la importancia del contenido de tible a la simple vista, condiciones de posibi-
la forma y de los vínculos específicos lidad para conocer y estudiar, para recrear la
que ésta crea— y política —porque
memoria, y participar de una resignificación
pretende un lugar en el entramado
de lo académico.
relacional contemporáneo (2005: 20).
De manera que la investigación se convirtió
Desde luego, en la escritura —como en la
en un diálogo entre diversos autores y autoras,
vida—, el yo es siempre una construcción
personas y relatos, entre nosotros y noso-
narrativa en la cual alguien decide verse,
tras, nuestras narrativas y biografías, entre
no para reafirmar a un sujeto unitario o una lo que nace y muere cada vez que descu-
identidad estática, sino para todo lo contra- brimos que ya no somos los/as mismos/as
rio, para verse de un modo distinto, o incluso cuando investigamos, cuando leemos y escri-
para dejar de verse. Aquí, la narración fun- bimos, cuando narramos.
ciona como espejo que provoca las imágenes
deformándolas, que las sacude de toda con-
vención, que las re-crea, y con ello moviliza el Maestros/as, experiencia y narración: un
pensamiento. vínculo vital
Lo anterior permitió la emergencia de la na-
El maestro
rración, el diálogo con la literatura y la escri-
tura autobiográfica, formas comúnmente ex- El maestro —cuya labor se desenvol-
cluidas de la agencia académica, que han sido vía entre el conuco y el aula— se llevó
objetos de investigación, pero no elementos el libro debajo del sobaco, y el calor
constitutivos de la construcción investigativa. derritió entonces las palabras, y las
Al hacerlos visibles, no tratamos de llevar al imágenes de colores de los padres de
centro lo que era periférico e invalidar con las la patria rodaron convertidas en mel-
mismas estrategias tiránicas lo que en algún cocha por debajo de la camisa caliente
momento fue lo central; antes bien, salimos al y pedagógica; las ciudades de la pági-
encuentro con la multiplicidad narrativa que, na 32 se poblaron de agrios olores su-
desde luego, no es un campo armonioso ni dorosos, y los pistilos y corolas aban-
donaron ya en la página 95, el marco
exento de tensiones.
blanco de las hojas.
En este contexto surgen, íntimamente ligadas, Cuando el maestro quiso sacar su li-
las metáforas de la puerta y el espejo, que con- bro para leer la lección del día, com-
fluyeron en un dossier narrativo, compuesto probó que sus alumnos recogían los
por los relatos de un grupo de maestros/as capítulos en vasijas de barro y que

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La narración: puerta y espejo en la formación investigativa de maestros/as

sólo colocándolos a la luz y el calor del En suma, se trata de la concepción de la edu-


sol la sequedad anterior se recupera- cación como espacio de construcción y recons-
ba en una mezcla de temas y paisajes trucción de historias, y de los maestros y las
que eran ya un tipo de saber diferente maestras como contadores/as de relatos. Por
al que el maestro había durante años esta razón, sigue teniendo vigencia la ya clási-
explicado ca cita de Michael Connelly y Jean Clandinin:
Marcio Veloz Maggiolo (1998: 141).
Los seres humanos somos organis-
mos contadores de historias, orga-
La lectura del anterior texto nos permite ob-
nismos que, individual y socialmente,
servar la enseñanza como un proceso derivado
vivimos vidas relatadas. El estudio de
de la experiencia que maestros y maestras te-
la narrativa, por lo tanto, es el estudio
nemos con las ciencias, las disciplinas, los dis- de la forma en que los seres humanos
cursos y, de forma especial, con los problemas experimentamos el mundo. De esta
que pretendemos enseñar. En concordancia, idea general se deriva la tesis de que
enseñar lenguaje y literatura no constituye la educación es la construcción y re-
el producto de un mero transponer “objetos” construcción de historias personales
de la lingüística, las ciencias del lenguaje y los y sociales; tanto los profesores como
estudios literarios al aula de clases. Más bien, los alumnos son contadores de his-
quienes enseñamos lenguaje y literatura ela- torias y también personajes en las
boramos una narración no sólo a partir del co- historias de los demás y en las suyas
nocimiento científico, sino también desde las propias (1995: 11-12).
dimensiones estética, ética y lógica de nuestra
experiencia con la lengua materna, las formas En concordancia con lo expresado, narrar
de expresión y significación que aprendimos en hace parte de la experiencia vital de los seres
nuestra cultura y sus lenguajes específicos, humanos, aunque cada cultura —y de hecho
con la creatividad desarrollada para recrear- cada sujeto— establezca diferentes relaciones
los, con la literatura en tanto arte y con el es- de poder y saber en esta acción. La educa-
pacio poético. ción no se escapa de esta condición, ni de sus
implicaciones, ya que en ningún caso narrar
Todo esto confluye en la práctica pedagógi- constituye una acción desprevenida ni amo-
ca y es indesligable de posiciones políticas ral; en este sentido, nos recuerdan Paul Ri-
construidas en el ir y venir de la praxis, en los coeur (2006) y Jerome Bruner (1991), que una
movimientos del pensamiento y la acción. Lo narración siempre tiene una posición moral,
anterior hace que la enseñanza no se reduzca “aun cuando sea una postura moral contra las
a la transmisión de información, sino que se posturas morales” (Bruner, 1991: 62).
convierta en una narración configurada por
diferentes reelaboraciones de las preguntas Precisamente, el cuento del dominicano Mar-
y los problemas en los que han pensado las cio Veloz Maggiolo dibuja, con sus secuen-
ciencias, y además, por la experiencia de vida cias, diferentes imágenes sobre el universo
y la posición frente al mundo —confronta- educativo desde un lugar político concreto: el
das y enriquecidas en la interacción con otras maestro enseña lo que ha pasado antes por
personas, en lo comunitario y lo popular— y su cuerpo. Pero no hablamos de cualquier
por la lectura del espacio educativo, de los/as cuerpo: él viene del conuco,2 su vida no em-
estudiantes y sus entornos, con una mirada pieza y termina en la escuela, pues también
pedagógica. participa de la cotidianidad del cultivo, y lo

2 El conuco es una parcela pequeña destinada para el cultivo.

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que enseña también proviene de allí. El calor corriente de una cultura”4 (Cfr. Bruner, 2003:
hace propicio que el conocimiento apresado 32, 34, 126), que corresponde, como conjun-
simbólicamente en el libro —escrito por otros to analógico, a la lectura del mundo que ésta
autores— sea deformado por el sudor, que hace perdurar. Así, hay una estrecha rela-
nos remite ineludiblemente a la corporeidad ción entre narración y saber pedagógico, así
y, a la vez, al trabajo. Hablamos de la expe- como un fuerte vínculo entre investigación
riencia de un cuerpo situado y, por lo tanto, y enseñanza (Cfr. Freire, 1997: 30-31; 2002:
de una experiencia situada; el sol, las vasijas, 184), cuando son inherentes a esta última la
la vida rural —quizás taína— y el calor des- pregunta, la curiosidad y la búsqueda siste-
figuran el conocimiento inodoro contenido mática, en función de una elaboración esté-
en el marco blanco de las hojas. En efecto, no tica de la existencia, y no del cumplimiento
estamos frente a una transposición positiva de una tarea más; cuando no constituyen un
del conocimiento, sino de cara a la elabora- agregado al oficio del/de la maestro/a, cuando
ción de un saber que en su paso por el cuerpo interrogarse y seguirle la pista a determinada
del maestro sufre modificaciones, cambia, se pregunta no se convierten en un peso, sino
llena de olores y sabores; no en vano el calor en la posibilidad de movilizar la práctica pe-
del cuerpo del maestro derrite las palabras dagógica, de pensarla y pensarse en ella.
y convierte en melcocha las imágenes de los
padres de la patria. Al mismo tiempo, ese sa- No hay duda de que maestros y maestras ela-
ber también toca el cuerpo del maestro, rueda boramos saber pedagógico y de que hay en
por debajo de su camisa, se funde en la expe- ello un ejercicio de investigación; siempre y
riencia que le permitirá después enseñar. cuando no entendamos la investigación como
la inscripción en la carrera competitiva de
Ahora bien, el concepto de experiencia cons- producción de conocimiento universal, obje-
tituye el núcleo de lo planteado hasta el tivo y jerárquico, de aplicación de verdades o
momento, pero ésta “ya no es aplicación de experimentación de hipótesis en un sentido
verdades ni experimentación de hipótesis” cientificista. A lo mejor, el problema no sea el
(Saldarriaga, 2006: 107); es una configuración determinar si se nos puede o no dar el título
de tramas compuestas por recuerdos, teorías de investigadores/as, sino, más bien, de in-
(en el amplio sentido de la palabra), por sen- terrogar de qué manera concebimos nuestro
saciones y voces; en últimas, la experiencia se oficio de maestros/as, y las particularidades
construye narrativamente. En la vida cotidia- de la formación que nos hace idearlo de ese
na narramos para comprender problemas y modo. También entra aquí una vez más la re-
asuntos de la vida presente; ello hace parte flexión por lo que hemos venido asumiendo
de la necesidad humana de “volver a contar como investigación, y la persistencia del imagi-
lo contado de una manera que permita com- nario que la enmarca en la lógica de ascenso
prender los orígenes, significados e impor- de los niveles de una escalera.
tancia de sus dificultades actuales” (Bruner,
1991: 112).
Cruzar la puerta, narrar
En suma, la narración comporta una for-
ma de saber; para Bruner, un saber profun- Desde el umbral de la puerta divisábamos
damente popular.3 Narrar es la “moneda un conjunto de imágenes alternativas a la de

3 Bruner la llamará psicología popular (1991) y más tarde, pedagogía popular (1997).
4 “La convencionalización de la narrativa es la que convierte la experiencia individual en una moneda colectiva
que —por decir así— puede circular sobre una base más amplia que la simple relación interpersonal” (Bruner,
2003: 33).

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la escalera. Dos acontecimientos nos habían caciones que permea y orienta la vida cotidia-
conducido hacia la puerta: la lectura crítica de na. Castoriadis (2007: 529-536) denomina esta
las reglas del juego discursivo sobre el imagi- red el “magma de significaciones imaginarias
nario instituido de investigación ilustrada y sociales”, que además de estar inmersa en la
competitiva, y la interpretación de los relatos sociedad y los sujetos que la componen, se
de los/as estudiantes desde una perspectiva moviliza entre las instituciones y les da vida.
dialogante, y no simplemente como textos en
los que identificaríamos unos “objetos” pre- Estas afirmaciones provienen de la concep-
supuestos. La puerta estaba abierta, pero aún ción de una realidad socialmente construida,
no nos atrevíamos a cruzar; quizá hasta allí y abren paso a la multiplicidad y la diversidad
bien podría llegar nuestro trabajo de investi- de mundos, posición que —insiste Bruner
gación, podíamos describir todo aquello que (1991) repetidas veces— no hace parte de un
veíamos desde el umbral, con nuestro ojo in- relativismo descomprometido. Ciertamente,
vestigador. Pero no fue así; un día, sin darnos hablar de diversidad es aceptar que las na-
cuenta, la habíamos atravesado, estábamos rraciones se proyectan a partir de diferentes
narrando. focos: “el relato del triunfo del vencedor es el
fracaso del derrotado, aunque ambos hayan
Cruzamos la puerta para incorporar la me- combatido en la misma batalla” (Bruner, 2003:
táfora, para darnos cuenta de cómo sus 41). Pero esta admisión, lejos de equivaler a la
sentidos son capaces de producir realidades, condescendencia del “todo vale”, se convier-
imbricadas de forma discontinua en la historia te en posibilidad de develar las relaciones de
de la humanidad y en la experiencia concreta poder desde las cuales las narraciones ope-
de los sujetos y sus lecturas del mundo. No ran por medio de la pregunta: “de quién es la
puede cruzarse la puerta sin encarnar una ex- perspectiva, y con qué finalidad se hipoteca,
periencia que “estremezca, atraviese y transfi- ontológica o políticamente, su relato” (p. 43).
gure el ser” (Foucault, 2002: 33, 37), una expe- Por esta razón, surge un especial empeño en
riencia que relacione dinámicamente teorías, descubrir por qué se cuenta de una manera
subjetividades y contextos. y no de otra; desde esta óptica, la forma y el
contenido están estrechamente unidos para
En Realidad mental y mundos posibles, Jerome dilucidar en el relato no una verdad inma-
Bruner (1986) propone la imagen del castillo nente, sino narrativa, en la que el pasado lle-
para referirse a la lectura del mundo; en un ga a constituir una historia nueva.
acto de creatividad magna, los seres humanos
construimos castillos, construimos complejos Todo esto sucede por la doble función de la
mundos para significar, para dar sentido e narración, de resignificar aquello que se man-
interactuar con los otros dentro de nuestra tiene en el tiempo y de ofrecer sentidos para
cultura. Para Bruner (p. 58), el saber popular lo inesperado, para lo nuevo. Justamente, un
contenido en las narrativas cotidianas cons- relato nace cuando acontece algo imprevis-
truye castillos tan reales, tan sólidos como los to, cuando se altera algo que se ha asumido
creados por la ciencia. Así mismo, el arte crea como “normal”. Así, las secuencias narrativas
mundos posibles mediante la transformación tienen lugar para enfrentar las desviaciones
metafórica de lo ordinario y lo “dado” con- y los desafíos a lo canónico (Bruner, 1991: 61). Y
vencionalmente (Cfr. p. 59). es en este punto en el que la narración cum-
ple uno de sus principales papeles: transfigu-
De modo que no nos situamos en una divi- rar lo banal (Bruner, 2003: 16), vestir de asom-
sión entre lo real y lo imaginario, dado que bro lo cotidiano, transformar lo indicativo en
todo lo real lleva impreso un sello imaginario, subjuntivo (p. 27). En medio de la tensión entre
al hacer parte de la intrincada red de signifi- lo canónico y lo anticanónico,

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Narrativa(s), (auto)biografía(s) y formación

[…] lo que intentamos corroborar no guaje de la posibilidad, con el fin de admitir


es simplemente quiénes y qué somos, que desde una visión crítica tiene mucho que
sino quiénes y qué podríamos haber aportar al ámbito académico, concretamente
sido, dados los lazos que la memoria y al campo de formación investigativa de maes-
la cultura nos imponen (Bruner, 2003: tros/as.
30, 31).

En esta vía, la propiedad analógica de la El espejo de la escritura


narración permite no tanto solucionar pro-
blemas, en cuanto que descubrirlos, y ello la Un plan de formación planteado a partir de
instaura como un terreno en el que brota con la imagen de la escalera tiende a restringir la
mayor fuerza el lenguaje de la posibilidad investigación a la prescripción de prácticas
que el de la instrucción. y técnicas estandarizadas para todos los/as
maestros/as; así, investigar se convierte en
De ahí que no haya historia sin trama, ni tra- un conjunto de tareas y requisitos dispues-
ma sin personaje (Cfr. Ricoeur, 2006: 141-144). tos por otros sujetos ubicados en peldaños
La identidad narrativa de este último no se más altos, otros que saben más, que están “más
opone a la diversidad; por el contrario, la di- formados”, y que, con toda seguridad, por
námica de la trama encadena en la imagen lógica física, se encuentran más alejados del
del actante lo diferente, lo diverso, en una suelo educativo y sus actores. Desde esta óp-
línea de sentido que la hace correlativa a la tica, no tiene por qué sorprendernos la hiper-
identidad de la historia misma (Cfr. p. 142). metropía pedagógica de muchos/as de los/as
En tanto la existencia humana es temporal, egresados/as de las Facultades de Educación.
somos testigos de la forma en que la expe- Se han enfrentado a las grandes corrientes
riencia elige como morada la narración. Des- teóricas, y por ello quizá alcancen a saludar
de esta perspectiva, afirma Ricoeur que desde lejos a aquellos autores/as e investiga-
dores/as de los escalones de arriba; pero tie-
[…] el desarrollo personal en el flujo nen bastantes dificultades para ver de cerca,
del tiempo expresa un conjunto de
para verse a sí mismos/as, y establecer rela-
narraciones retrospectivas que se pro-
ciones en su cotidianidad con los discursos
yectan en el presente y en los posibles
escenarios futuros (1995, I: 77).
académicos. En esta vía, escribir no va más
allá de diligenciar, y por eso termina con-
No pretendo, con lo planteado hasta el mo- virtiéndose, para muchos/as maestros/as, en
mento, argüir una supremacía del lenguaje una pesada carga que interesa a esos otros/as,
narrativo sobre el referencial o cualquier otro; pero no a sí mismos/as.
esto correspondería a la inversión del juego
de poder académico que excluye a lo narrati- En este sentido, es absurdo seguir plantean-
vo de la producción de conocimiento, lo que do procesos de formación investigativa de
reautorizaría precisamente la lógica de exclu- maestros/as en el vacío, sin condiciones de po-
sión que he intentado poner en entredicho. sibilidad que permitan que, efectivamente, la
De hecho, el modo en que he estado refirién- investigación pase por el cuerpo, que se anu-
dome a la narración en los últimos párrafos es de a una elaboración estética de la existencia,
eminentemente lógico. Lo que considero, en que devenga no como imposición, sino pro-
definitiva, consustancial a las reflexiones sus- vocación de formas de comprensión y de re-
citadas en este texto, es la necesidad de mirar lación con el poder que se ejerce sobre sí y so-
desde otros puntos de vista la narración, so- bre otros/as. Por otro lado, escribir deja de ser
bre todo en lo que tiene que ver con su len- una tarea, un requisito, una diligencia, cuan-

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La narración: puerta y espejo en la formación investigativa de maestros/as

do se vivencia, así sea como acontecimiento voces que, bajo otro enfoque, simplemente
momentáneo, la fuga y la libertad por medio permanecerían silenciadas. Por esta razón,
de la diferencia, la lucha y la contingencia; es la combinación entre autobiografía y crítica es
decir, cuando la escritura propicia la subjeti- fundamental, dado que este tipo de investi-
vación. gación no consiste en realizar una mera con-
templación del hacer, sino el empoderamien-
Ahora bien, la narración está íntimamente li- to de una mirada crítica del contexto y de sí
gada con este ejercicio de saber-poder sobre mismo/a, con el ánimo de transformar las
uno mismo, que da lugar a la escritura de sí. prácticas y la forma de concebirlas.
Escribir no es algo que venga a materializar
un momento de pensar previo al acto de es- A mi modo de ver, lo que ubica el trabajo au-
critura, sino que es éste, en sí mismo, un pro- tobiográfico en el campo de la investigación
ceso de pensamiento. En la lucha con los sig- narrativa no es sólo su secuencialidad tempo-
nos, quien se escribe desenreda y enreda la ral, o la tan importante posibilidad de hablar
madeja del pensamiento; no se piensa y lue- en primera persona, sino la relación dialógica
go se escribe: se escribe pensando, y se piensa del yo narrativo con los otros y lo otro, tam-
escribiendo. bién con el

Esta comprensión de la escritura no hace par- […] lector que se presume inclemen-
te de un proyecto romántico, ni de un tipo te y a quien se intenta exorcizar des-
de sensiblería, tampoco de un interés tera- de la interpelación inicial, a través de
péutico; en la escritura de sí están en juego la explicitación de un pacto peculiar
—y en lucha— el saber y el poder sobre uno que lo incluye, el pacto autobiográfico
y sobre el mundo. De hecho, actualmente la (Arfuch, 2002: 44-45).
autobiografía es reconocida como un método
de investigación retrospectiva, en la que tiene En este sentido, Demetrio nos dice:
lugar la reflexión sobre las relaciones de ten-
siones entre sujetos investigadores y contex- Escribir sobre uno mismo siempre es es-
to, y la forma en que estos sujetos, maestros cribir sobre los demás y, como hemos
y maestras en nuestro caso, dotan de sentido visto, hablar de ellos haciéndolos re-
esta relación por medio de la palabra oral y vivir por lo que han sido, en la lejanía
escrita. Duccio Demetrio sintetiza el propósi- nos los hace querer todavía más. La
to investigativo de la autobiografía: autobiografía es escribir para otro (en
memoria de quien no ha escrito nun-
La autobiografía por ese poder suyo, ca una línea, quizá porque no sabía
proporciona al hombre de ciencia las escribir) y con otro (porque la trama
imágenes que se forman los indivi- de nuestra autobiografía traduce las
duos a partir de lo que ven y piensan. palabras de las que hemos sido tes-
En los distintos lugares de la vida co- tigos y que, si no fuera por nosotros,
munitaria se ha convertido en un pre- habrían caído en el olvido) (1999:
cioso e indispensable medio que obli- 123).
ga al investigador a confrontarse con
historias de vida, tradiciones orales y Ciertamente, no sólo la autobiografía con-
con el sentido común (1999: 178). tiene una escritura que relaciona a otro, sino
que su yo es también otro. Paul Ricoeur (2006),
Desde esta perspectiva, cobra mucho valor el en el libro titulado Sí mismo como otro, llama a
trabajo autobiográfico en relación con la in- este fenómeno del lenguaje, ya problematiza-
vestigación educativa; recurrir a la autobio- do por Ludwig Wittgenstein, aporía del anclaje,
grafía permite develar imágenes y escuchar en la que

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Narrativa(s), (auto)biografía(s) y formación

[…] el punto privilegiado de pers- bernantes o personajes de la vida nacional,


pectiva sobre el mundo, que es cada que sacralizan lo íntimo, lo escinden de lo pú-
sujeto hablante, es el límite del mun- blico para luego desnudarlo morbosamente.5
do y no uno de sus contenidos. Y sin En general, estos formatos vienen acompaña-
embargo, de un modo que resulta dos de una visión voyerista, exitista o narci-
enigmático, después de haber pare- sista, que refuerza el individualismo e inhibe
cido obvio, el ego de la enunciación de toda responsabilidad a los contextos, los
aparece en el mundo, como atestigua Estados y las condiciones que plantean. Es
la asignación de un nombre propio al por esta visión que Goodson (1992: 54-55) con
portador del discurso. En efecto, soy
toda razón advierte sobre el riesgo de alejar el
yo, fulano, P. R., quien es y quien no
centro de interés de lo político para situarlo
es en el límite del mundo (Ricoeur,
en el individuo, desconectándolo de fuerzas
2006: 31-32).
sociales más amplias, de entornos colectivos,
lo que, de acuerdo con este autor, tendría un
Esta aporía del lenguaje relaciona también
efecto colateral de una aparente despolitiza-
los deícticos aquí y ahora. No podríamos decir
ción de la investigación. En últimas, la pro-
que, junto con el yo, éstos son localizadores
puesta apunta a asumir narración y autobio-
equivalentes de forma substancial a las coor-
grafía desde una mirada dialógica, en la que
denadas objetivas del tiempo y el espacio.
tanto el yo como lo otro, las otras, los otros y
Pero tampoco se trata de ilusionismos de la
el contexto entren en diálogo dentro de un
enunciación carentes de un compromiso de
“enfoque no disociativo entre lo público y lo
significación. Esta reflexión lía de nuevo al
privado” (Arfuch, 2002: 27).
cuerpo, en este caso como “fragmento de
la experiencia del mundo” y, a la vez, como
aquel cuerpo que es asumido como “propio”, De modo que la narración puede ser una
por usar la expresión de Ricoeur, en el límite de las puertas y de los espejos para la for-
del mundo. Dicho de otra manera, “el cuerpo mación investigativa, para las preguntas,
es a la vez un hecho del mundo y el organis- las búsquedas o las evasiones. Sin embar-
mo de un sujeto que no pertenece a los obje- go, es posible que quien llegue hasta esta
tos de los que habla” (Ricoeur, 2006: 36). Por puerta decida no cruzarla, ya sea porque
esta razón, no es posible plantear una corres- la abertura le parece muy pequeña o por-
pondencia radical entre el autor y el narrador, que no se decida a abandonar las seguri-
pero tampoco el negar de forma rotunda una dades a las que la puerta da la espalda;
relación, por más que sea “extratextual”.
entonces, quizá permanezca en el umbral
En este sentido, llama la atención Leonor Ar-
y desde allí contemple esa otra realidad
fuch (2002: 56) frente al contemporáneo “re- abierta. Es posible también que alguien
torno del autor”, manifiesto en el reality show, intente narrar y no se vea reflejado en el
la “ego-historia”, los libros en serie de exgo- texto, que encuentre el relato muy brumo-

5 Es lo que Ivor Goodson viene a llamar “pornografía del exceso que no deja secreto por descubrir, el texto biográ-
fico borra de un solo plumazo la línea que separa lo público de lo privado, además de que ceremonializa lo que
acaba de poner al descubierto. De este modo perpetúa el mito de que la vida privada y sus significados internos
existen realmente. Pero en la práctica esto ya no es así: nuestros métodos han hecho desaparecer los límites entre
lo público y lo privado. Inconscientemente, hemos convertido lo personal en político, pero hemos fracasado en el
intento de articular una política que sea consecuente con esta posición, puesto que una teoría moral y social de la
democracia ya no puede dar por supuesta la existencia de una esfera sagrada dentro de la vida social” (Goodson,
1992: 53).

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La narración: puerta y espejo en la formación investigativa de maestros/as

so, o que sienta que su propio aliento empaña Foucault, Michel, 2002, La hermenéutica del sujeto.
demasiado el cristal de palabras e imáge- 2.a ed. en español, Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica de Argentina.
nes. Asimismo, puede suceder que tenga
miedo, o superstición, de mirarse en un Freire, 1997, Pedagogía de la autonomía, México, Si-
espejo quebrado. glo veintiuno.

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Referencia

Ortiz Naranjo, María Nancy, “La narración: puerta y espejo en la


formación investigativa de maestros/as”, Revista Educación y Pedagogía,
Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, vol. 23,
núm. 61, septiembre-diciembre, 2011, pp. 133-144.

Original recibido: junio de 2011


Aceptado: agosto de 2011

Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos


de los autores.

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