Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Enigma
De las pirámides de
Egipto al asesinato de
Kennedy
Este libro está dedicado a nuestras musas
inspiradoras; Silvia, Begoña, Julia y Beatriz.
Gracias a su complicidad, comprensión y
cariño hemos conseguido, seguramente, llegar
hasta aquí. Por tanto, a los Dioses debemos
que nos concedieran semejantes compañeras,
que, a modo de hadas benefactoras, han
esclarecido nuestros caminos en este planeta
cuajado de peligros
Prólogo
Las 4C entran en acción literaria. Buenas
noches, mi nombre es Alfredo y escribo desde
Barcelona. Mi pregunta es: ¿llegó realmente el
hombre a la Luna? Me llamo Blanca y mi duda
consiste en saber si los nazis consiguieron
fabricar armas milagrosas. Queridas 4C, os
escribo desde Valencia, mi nombre es José Luis
y la pregunta es: ¿es auténtica la Sábana Santa? Y
así durante años hasta completar un inmenso
archivo preñado de cuestiones formuladas a los
contertulios reunidos en torno al misterio
generado por la antena de Onda Cero Radio en
sus madrugadas. Jesús Callejo, Carlos Canales,
Bruno Cardeñosa y yo mismo llevamos varios
años acompañando las inquietudes de miles de
oyentes ávidos de saber cada noche un poco más.
La verdad es que me siento muy seguro al lado de
mis compañeros; ellos, cual mentes renacentistas
de nuestro tiempo, siempre han sabido estar a la
altura de nuestra exigente audiencia. Y sé que se
puede confiar en estos ilustrados viajeros de lo
ignoto porque a lo largo del tiempo en el que me
honran con su amistad, nunca han desatendido
ninguna obligación por difícil que ésta fuera.
Cientos de monográficos, tertulias, programas
especiales, debates..., en todo momento
estuvieron al máximo nivel y no es de extrañar
que sus apariciones radiofónicas se esperen con
cariño, complicidad y pasión. Cuentan con una
legión de seguidores que serían el orgullo de
cualquier comunicador en este maremágnum de
informaciones equívocas, desestabilizadoras y
banales.
Ahora iniciamos juntos el trasiego por el
complicado mundo literario. Es, de alguna
manera, la consecuencia lógica de tantos años de
buen trabajo. Recuerdo con emoción nostálgica
la primera vez que me situé ante un micrófono
dispuesto a divulgar los mayores misterios de
nuestra humanidad. Fue el 16 de septiembre de
1991 cuando inaugurábamos las emisiones de
madrugada en Onda Cero con mi programa Turno
de Noche. Ese día un jovencísimo Cebrián daba
paso a una suerte de contenidos tan distintos
como originales para las noches radiofónicas.
Entre la oferta se encontraba una sección a la que
titulé «La Zona Cero», cuyo principal
colaborador era un excelso profesor de filosofía
llamado Germán de Argumosa y conocido
popularmente por sus investigaciones durante los
años setenta sobre el fenómeno
parapsicobiofísico. Junto al mítico profesor
aprendí lo que se debía saber en torno al
raciocinio y su difícil relación con la
heterodoxia de lo enigmático. Fueron tres
temporadas absolutamente brillantes en las que
investigamos, analizamos y difundimos casos
paranormales del más amplio espectro. Más
tarde, llegarían capítulos renovadores en los que
los mejores estudiosos y difusores del misterio
se pasearon por el programa sorprendiendo a
propios y ajenos. En ese sentido cabe destacar a
Fernando Jiménez del Oso, Juan José Benítez y
Javier Sierra... ellos y otros muchos nos
entregaron la virtud de su sabiduría y en el
terreno personal, el orgullo de una amistad que
se ha mantenido hasta nuestros días. Aunque
también hubo terribles pérdidas como la del
anteriormente citado Jiménez del Oso, un druida
de lo insólito, el cual más que un colaborador fue
un amigo entrañable que me ayudó a comprender
las inquietudes fundamentales de nuestra
humanidad.
En 1997 La Rosa de los Vientos tomó el
relevo de Turno de Noche y, mientras las
secciones cambiaban de título, escenarios y
colaboradores, «La Zona Cero» permaneció
inmutable dado el seguimiento entusiasta de sus
ya innumerables leales. El 5 de julio de ese año
celebramos la Alerta Ovni más multitudinaria de
la historia gracias al emergente poder de internet
y, al poco, concreté el sueño de ver reunidos a
mis especialistas favoritos, de cuya amistad
gozaba desde varios años atrás. Por fin, con
Jesús, Carlos y Bruno pude hacer realidad el
viejo proyecto de crear una tertulia dedicada en
exclusiva a divulgar la temática que tanto nos
apasionaba a los miembros de las 4C. Desde
entonces han transcurrido siete años y por la
mesa de trabajo de nuestro estudio de locución
han pasado cientos de cuestiones a las que hemos
podido responder con mayor o menor acierto.
Pero, en todo caso, nuestra ilusión y ganas de
hacer bien las cosas, creo, sinceramente, que han
trascendido más allá de los micrófonos
impregnando los corazones, así como
estimulando las mentes de personas tan curiosas
como nosotros.
En este libro el lector encontrará la esencia
de «La Zona Cero», sus enigmas y misterios más
frecuentes, las cuestiones más sugerentes por las
que nos hemos interesado en los últimos
tiempos: desde las fundamentales y perdidas
civilizaciones antiguas hasta las conspiraciones
más sonoras. En estas páginas viajaremos a la
Atlántida, soñaremos con Egipto, nos llenaremos
de emoción ante la figura de Jesucristo, nos
preguntaremos por el verdadero carisma de los
templarios, emularemos al rey Arturo, sabremos
qué hay de cierto en el hermetismo de algunas
sociedades secretas, resucitaremos a herejes de
la historia, buscaremos las tumbas más
importantes de la crónica humana, temblaremos
ante los planes nazis e intentaremos resolver
mediante el ADN algunos capítulos ocultos de
nuestro acontecer humano. En definitiva, cien
preguntas que han aparecido con insistencia ante
nosotros formuladas por oyentes que no se
conforman con la supuesta realidad ofrecida
tradicionalmente, y que son, sin duda, portavoces
de otros miles que ansían conocer todas las
hipótesis disponibles sobre los mayores enigmas
de nuestra civilización. Les invito a dejarse llevar
por las sensaciones emanadas desde esta obra.
Pero ahora discúlpenme, pues debo atender
nuevas preguntas formuladas por los amigos de
La Rosa de los Vientos. Queridas 4C, os sigo
desde hace años y mi pregunta es: ¿murió
asesinado Tutankamon? Hola, mi nombre es
Manuel y quisiera saber si hubo una conspiración
del gobierno en el asesinato de Kennedy. Mi
nombre es Isabel y me gustaría conocer todo lo
que pudierais contarme sobre las modernas
técnicas de investigación de ADN y su
importancia en la resolución de enigmas
históricos. Hola, soy Francisco y tengo
dieciocho años; sólo quería saber cuándo nació
exactamente Jesús de Nazaret y, por supuesto,
muchas felicidades por vuestro programa que
sigo a escondidas de mis padres desde hace cinco
años...
JUAN ANTONIO CEBRIÁN
Las Rozas, abril de 2005
Capítulo I Culturas y
civilizaciones del pasado
¿Existió la Atlántida?
España 59 7.000.000
Portugal 4 1.000000
Italia 36 3.400.000
Polonia-Lituania 10.000
Dinamarca-Noruega 1.350
La quincuagesimosexta, la de B.t.r.yus, en la
que falleció. Salió de Córdoba estando ya
enfermo, el jueves, seis de... del 392 (1002 de la
era cristiana), e hizo botín... la enfermedad, por
lo que emprendió regreso hacia Córdoba, pero
murió... y fue enterrado en la frontera, en
Medinaceli, el veintisiete del ramadán de ese año
(9 al 10 de agosto del 1002). Fue enterrado bajo
el polvo que había recogido en sus campañas,
pues, cada vez que salía de expedición, sacudía
todas las tardes sus ropas sobre un tapete de
cuero e iba reuniendo todo el polvo que caía.
Cuando murió lo cubrieron con ese polvo. Sobre
su tumba se escribió:
Sus hazañas te informarán sobre él
Como si con tus propios ojos lo estuvieras
viendo,
¡Por Allah!, nunca volverá a dar el mundo
nadie como él
ni defenderá las fronteras otro que se le
pueda comparar.
Esta es la versión que nos da el anónimo
compilador musulmán, en traducción del
profesor Molina, que seguidamente nos añade:
«Ibn al-Jatib (historiador musulmán) llama a esta
campaña de Canales y el Monasterio, que
tradicionalmente se identifica con el monasterio
de San Millán de la Cogolla. El nombre que le da
nuestro autor (B.t.r.yus) puede ponerse en
relación con el del río Pedroso, que corre muy
cerca de la zona de Canales de la Sierra (villa
riojana al sur de la provincia, en la vertiente
meridional de la Sierra de la Demanda y al
suroeste del monasterio de Valvanera)».
El sabio orientalista Lèvi Provençal, en su
Historia de la España musulmana, nos aporta
algún dato más sobre su muerte y su lugar de
enterramiento:
Un año: 1887.
Una ciudad: Preneste (la actual Palestrina,
en Italia).
Un descubrimiento arqueológico: un broche
de bronce.
Una inscripción en latín: «Manios med fhe
fhaked Numasioi» (que sería el equivalente del
latín clásico «Manius me fecit Numasio», es
decir, «Manió me hizo para Numerio»).
He aquí los elementos principales del
llamado «broche de Preneste», que pretendía ser
la prueba más antigua en latín escrito (siglo VII a.
C).
Y así empieza el misterio de esa extraña
fíbula que se pensó que pertenecía a la época
etrusca, porque había sido encontrada en una
tumba de esta cultura datada en el siglo VII a. C.
Todo esto era asombroso porque venía a
demostrar a los lingüistas que el latín escrito era
algo común en esa lejana época y, por lo tanto,
había que reescribir parte de la historia.
El autor del fabuloso descubrimiento fue
Wolfgang Helbig, un conocido científico alemán
especialista en arqueología romana, sobre todo
en lo referente a las pinturas de Pompeya. Una
persona que gozaba de una gran reputación,
casado con la princesa Nadina Schakowskoy, y al
que nadie osaba contradecir o poner en
entredicho sus hallazgos. Y éste de la fíbula era
de tal categoría que sirvió para que Helbig
ocupara la dirección del Instituto Alemán en
Roma, del que había sido vicerrector hasta ese
momento.
Pero no todos estaban de acuerdo con este
polémico descubrimiento arqueológico y con
este nombramiento. Se empezó a analizar el
pasado de Helbig y se descubrió que no todo
estaba claro en su carrera académica. Por
ejemplo, había sospechas de que había traficado
con objetos antiguos de los museos para
conseguir así un sobresueldo. No obstante, su
prestigio era tal por aquella época de finales del
siglo XIX y principios del XX que nadie puso en
duda sus afirmaciones. Hubo sólo un profesor
italiano que empezó a decir
que aquello era imposible, que Helbig
estaba mintiendo; todo el mundo se echó sobre
él, le echaron de la Universidad, y murió solo,
amargado y pobre en una buhardilla.
Cuando se inició la Primera Guerra Mundial
en 1914, se expulsó de Italia a los súbditos
alemanes y, sin embargo, a Helbig se le permitió
permanecer en Roma, por expreso deseo de la
familia real de Vittorio Emmanuel III.
Helbig muere al año siguiente, en 1915,
cargado de reconocimientos y honores, y con el
broche expuesto en las vitrinas de los museos de
la ciudad eterna. Tuvo que pasar más de medio
siglo para que su falsificación fuese demostrada,
gracias a la investigación de la famosa fíbula de
Preneste que realizó la profesora italiana
Margarita Guarducci, quien fue directora
nacional de Arqueología en Italia. Sus
conclusiones se recogen en su obra La Cosidetta
Fíbula Prenestina: Antiquari, Eruditi e Falsari
nella Roma dell'Ottocento (Roma, 1980).
Guarducci es conocida como la arqueóloga
de San Pedro. Tenía noventa y siete años cuando
murió en 1999, y su prestigioso nombre ya era
conocido por sus estudios sobre la basílica de
San Pedro, a los que dedicó toda su vida. A ella
se debe de modo especial la confirmación de la
existencia de la tumba del apóstol Pedro bajo el
altar mayor de la Confesión, la identificación de
las reliquias del apóstol en 1965, y el
desciframiento de numerosas inscripciones
como la de Preneste. De esta manera, sabemos
que el broche fue en realidad una burda
falsificación hecha por dos personas.
Una de ellas era el comerciante sin
escrúpulos Francesco Martinetti, un antiguo
restaurador y anticuario enriquecido con el
tráfico de obras de arte clásicas, y la otra era el
propio Helbig, que fue quien le añadió a la aguja
del broche etrusco la arcaica inscripción latina
que lo haría famoso. Dejar la fíbula en una tumba
etrusca y lanzar el descubrimiento a bombo y
platillo, aprovechando la credibilidad que tenía
Helbig, fue todo uno. Reconstruyendo los
hechos, existían tres elementos importantes en
esta operación, de los cuales dos eran auténticos:
el broche y la tumba. El tercero, la inscripción,
era la pata que no encajaba en este elaborado y
falsificado banco arqueológico.
Martinetti murió ocho años después del
supuesto descubrimiento, en 1895, dejando a su
familia cargada de pleitos y de deudas con una
singular herencia: la «casa de los milagros»,
llamada así porque con los años fueron
apareciendo, ocultos en los muros, suelos y
muebles, objetos de lo más variopintos, monedas
de oro y joyas. El último tesoro y el más valioso
surgió en 1933, cuando se demolió todo el
edificio. La falsa inscripción supuso un nuevo
jarro de agua fría para la arqueología y la
lingüística.
Habrá que esperar a otra prueba más sólida
para demostrar que el latín escrito se utilizaba de
manera asidua en el siglo VII a. C., porque el
broche de Preneste ha pasado a formar parte de
las falsificaciones arqueológicas más sonadas de
la historia. Descartada la fíbula, tres pueden ser
los documentos más vetustos con alfabeto latino:
la inscripción de Dueños (o Vaso de Dueños ,
especie de vasija con una fórmula de
encantamiento mágico, escrita en latín arcaico
del siglo IV a. G), el Lapis Niger y el Lapis
Satricanum (siglo VI a. C.).
El fraude y la falsificación de objetos y
obras etruscas fue una moda en el siglo XIX y
XX, tal es así que en ese mismo año de 1933 se
expusieron al público, en el Museo
Metropolitano de Nueva York, tres estatuas de
guerreros de terracota en un lugar de honor de la
Sala Etrusca.
El Museo estaba orgulloso de esta
exposición hasta que se demostró que también
eran más falsos que un euro de corcho...
Capítulo IX Grandes
conspiraciones de la
historia
¿Quién mató a Kennedy?
bookdesigner@the-ebook.org
06/07/2011
Table of Contents
Prólogo
Capítulo I Culturas y civilizaciones del pasado
¿Existió la Atlántida?
¿Quiénes construyeron Teotihuacán?
¿A qué fines sirvió Stonehenge?
¿Dónde estaba Tartessos?
¿Llegaron los vikingos a América antes que
Colón?
¿Cómo fueron los viajes de Rata y Maui?
¿Dónde están las diez tribus perdidas de
Israel?
Las legiones perdidas de Roma
¿Cómo era el país de Punt?
Capítulo II Egipto
¿Cómo se construyó la gran pirámide de
Keops?
¿La Esfinge tiene 8.000 años?
¿Cómo murió Tutankamon?
¿Cuál fue la religión de Akhenaton?
La piedra de Rosetta
Pirámides, ¿templos o tumbas?
¿Hubo faraones rubios y faraones negros?
¿Cómo influyó Sirio y Orión en los
egipcios?
Capítulo III Enigmas del cristianismo
¿Dónde se encuentra el Arca de la Alianza?
¿Cuándo nació y murió Jesús?
¿Quién fue María Magdalena?
¿Tuvo Jesús hermanos e hijos?
¿Tienen algún mérito los evangelios
apócrifos?
¿Es auténtica la Sábana Santa?
¿Vírgenes negras?
¿A cuántos herejes mató la Inquisición?
Capítulo IV Tecnología en la Antigüedad
¿Qué era la Mesa de Salomón?
¿Para qué sirvió la máquina de Antikitera?
¿Lentes en la Antigüedad?
¿Hubo alguna vez lámparas perpetuas?
¿Funcionó la pila de Bagdad?
¿Existieron autómatas medievales?
¿Cuáles fueron los inventos de Leonardo da
Vinci?
¿Existió el cronovisor?
Capítulo V Linajes, órdenes y caballeros
Samuráis, los guerreros del Sol Naciente
Los viajes secretos de los templarios
Jacques de Molay, ¿el último maestre?
Los tesoros escondidos de los templarios
Bafomet o el culto de los templarios
Rosslyn, ¿el último enigma templario?
¿Quiénes fueron los cataros?
¿Existió el rey Arturo?
Rennes-le-Château, el misterio continúa
¿Quiénes fueron los merovingios?
Capítulo VI Herejes
Prisciliano, el Latero hispano
Giordano Bruno, el hereje que pensó por sí
mismo
Juicio contra Galileo Galilei
Miguel Servet, el teólogo contestatario
El juicio de Juana de Arco
Nostradamus, un científico y profeta aún
incomprendido
Nicolás Flamel
Vlad Tepes, el hijo del diablo
El conde de Saint Germain
¿Quién fue el conde de Cagliostro?
Capítulo VII Las grandes tumbas perdidas
La tumba de Alejandro Magno
La tumba de Alarico
La tumba de Atila
Don Rodrigo
La tumba de Almanzor
La tumba de Gengis Khan
La tumba secreta de Moisés
La tumba de Cervantes
Capitulo VIII Fraudes históricos
El hombre de Piltdown
El mapa de Vinlandia
La Dama de Elche
Los canales de Marte
El tesoro de Schliemann
El regimiento Norfolk
El experimento Filadelfia
Los discos de Baian Kara Ula
El broche de Frenesie
Capítulo IX Grandes conspiraciones de la
historia
¿Quién mató a Kennedy?
¿Llegó el hombre a la Luna?
¿Qué pasó con los nazis huidos tras la II
Guerra Mundial?
¿Se realizó una autopsia a un alien en
Roswell?
El proyecto HAARP
¿Qué es la red Echelon?
¿Estuvo implicada la monarquía británica en
los asesinatos de Jack el Destripador?
Capítulo X Sociedades secretas
¿Existen los Illuminati?
Sociedad de la Niebla
La Sociedad Teosófica
La Golden Dawn
¿Es una secta la masonería?
Los rosacruces
¿Quiénes son los neotemplarios?
¿Existió el Priorato de Sión?
Boxers los puños fanáticos de China
Capítulo XI Esoterismo nazi
¿Cuál es el origen de la esvástica?
La Sociedad de Thule
La arquitectura del castillo de Wewelsburg
La obsesión de Hitler con la Lanza del
Destino y otras reliquias
La reencarnación de Himmler
Las armas milagrosas
¿Nazis en la Antártida?
Capítulo XII Enigmas históricos resueltos por el
ADN
¿Tuvo un hijo secreto Thomas Jefferson?
El enigma de Luis XVII de Francia
¿Sobrevivió la duquesa Anastasia a la
matanza de la familia Romanov?
¿Se encontraron los restos de Josef
Mengele?
¿Napoleón fue envenenado en la isla de
Santa llena?
¿Dónde están los restos de Colón?
¿A qué se debió la locura de Iván IV el
Terrible?
Epílogo El enigma por desvelar