Llovía torrencialmente en el pequeño pueblo de Arual. El agua
corría velozmente por los resbaladizos tejados rojizos y grises de las pequeñas casas. Las calles torpemente pavimentadas acumulaban gran cantidad de agua. El caótico escenario de un pequeño callejón, húmedo y de casi total penumbra, de no ser por las pequeñas luces de unos faroles puestos en lo alto de rudimentarios postes, fue de pronto sorprendido por fuertes y rápidos pasos que sonaban y retumbaban en la intranquila agua que bañaba la estrecha callejuela. Sólo era distinguible una sombra que cruzaba con paso decidido bajo la pesada lluvia. Por fin, la negra silueta se paró frente a una pálida puerta que se encontraba al final del sombrío callejón. Al ingresar al lugar, el mojado sujeto con la vista relativamente baja y ahora con paso lento caminó hacia la barra del silencioso bar, respiró profundamente, secó un poco la humedad de su rostro, y se sentó en una inmóvil banca frente al oscuro mesón. — ¿Como estas Daft? Preguntó el hombre de grises cabellos que atendía el bar. -bien, Sony. Gracias. Sírveme lo más fuerte que tengas. — Dijo Daft con tono suave, mientras respiraba profundamente. — ¿Un día duro?— pregunto Sony mientras limpiaba un vaso y luego sacaba una botella con algún licor bastante oscuro—. Últimamente te has estado esforzando demasiado muchacho, uno de estos días vas a terminar en una cama sin poder moverte en semanas. — Así es — dijo Daft algo ido, como si en su cabeza hubiesen mil cosas atormentándole. Daft recibió el vaso con el oscuro trago. Respiro profundamente una vez más y detuvo su atención en un extraño hombre que estaba sentado a unos metros de él, tapado completamente con un enorme abrigo. Lo quedó mirando de reojo un momento y luego puso su vista en el cristalino vaso lleno de aquel licor. Miró de reojo nuevamente al extraño sujeto y bebió por fin un buen trago. Observó nuevamente al tipo del enorme abrigo, tomó el vaso y bebió completamente el trago que le quedaba, sintiendo como el fuerte líquido le quemaba la garganta. Daft le pidió a Sony que le sirviera otro trago, sin poder evitar volver a mirar al extraño sujeto de abrigo y sombrero. Aquel tipo estaba vestido con un abrigo largísimo de color beige. Llegaba hasta el suelo y tenía un sombrero del mismo color, que le tapaba completamente la cara. Lo extraño de aquel sujeto era el descomunal espesor de su espalda. Parecía como si tuviera una extraña joroba o algo que abultaba su dorso. El extraño sujeto se veía inmóvil, salvo por su brazo que tomaba de vez en cuando un vaso con algún alcohol y se lo llevaba a la boca. Daft lo miraba de vez en cuando y pensaba en la cantidad de tipos extraños que habían aparecido últimamente. Daft se disponía a beber de su oscuro y fuerte trago, cuando de pronto y con gran estruendo la tranquilidad del lugar se vio aniquilada por un fuerte portazo en la entrada del pequeño local. La pálida puerta del local salió volando y calló en el opaco piso de madera dando un gran chasquido. En el marco donde hace unos segundos se encontraba la pálida puerta había una silueta. El viento y la humedad del exterior no tardaron en hacerse presentes, mientras un relámpago que se expandió por todo el gris y furioso cielo, iluminó durante unos segundos al extraño sujeto para dejarlo nuevamente en penumbras. Los pocos sujetos que estaban en el interior del bar, sintieron una extraña sensación de asombro e incertidumbre, al ver la cara pintada durante unos segundos del extraño que estaba parado en la oscura entrada. El extraño comenzó a caminar como en cámara lenta al interior del lugar, revelando de manera ostensible ser algún loco. De esos seguidores de sectas satánicas o adoradores de demonios. El sujeto con la cara pintada, algo parecido a un mimo, con los ojos delineados intensamente de color negro, con algunas líneas negras que recorrían desde sus ojos hasta las mejillas. Los labios pintados del mismo color. El cabello largo mojado a causa de la furiosa lluvia era de color negro. Su rostro estaba adornado por una malvada sonrisa. Estaba vestido con una camiseta negra sin mangas, en el brazo derecho llevaba atado un cinto también negro seguramente de cuero. En ambas manos llevaba muñequeras negras. Sus pantalones también de color negro, eran atravesados en la cintura por dos cinturones de cuero unidos que formaban una x, también de color negro con unas puntas metálicas que los recorrían completamente. Y del cinturón en el lado derecho llevaba colgando un extraño artefacto metálico con forma bastante extraña. Daft que había volteado un poco la cabeza, miraba de reojo muy sorprendido y alerta al extraño sujeto que acababa de entrar de manera tan escandalosa al lugar. De sobremanera le sorprendió y exaltó el extraño aparato que llevaba colgando el tipo junto a su cadera. Sony estaba petrificado detrás del mesón. Armándose de valor sacó de un cajón que había cerca de él, una reluciente escopeta y sin pensarlo apunto al sujeto mientras las manos le temblaban y lo hacían titubear. El extraño hombre miró a Sony directamente sin dejar de sonreír terroríficamente. Sony que titubeaba, dejó caer la escopeta y se sumió como por arte de magia en un extraño trance con la vista pegada en el aterrador e infernal mimo, que parecía como sacado de algún cuento demoníaco. Sony que temblaba por completo cayó por fin al piso aun temblando y respirando bastante agitado. Uno de los tipos que se encontraba en el interior del lugar se puso de pie y dijo al oscuro sujeto: — ¿quien diablos te crees que eres maldita piltrafa pintada como prostituta del diablo, al venir de esta manera a nuestro bar? — ¿Por que no se lo preguntas a la prostituta de tu maldita madre? — dijo el hombre de negro— acabo de matarla mientras se refregaba asquerosa y odiosamente por todo mi cuerpo. Gritando y clamándole a tu querido Dios para que no le arrancara su horrible rostro. Acto seguido, el extraño levantó su brazo derecho extendiéndolo completamente mientras sostenía la cosa más repugnante y aterradora que persona alguna hubiese contemplado jamás. El tipo que había encarado al extraño, se sumió en el más profundo terror que había sentido en toda su vida. Sintió como toda su alma ardía en el fuego más incandescente que existiera en el mundo. Una oleada de pánico y desesperación hizo explotar su alma. El frío mas extremo del mundo paralizó todo su ser al ver el horror que colgaba de la mano del maldito sujeto. En los ojos de aquel imprudente hombre, se reflejó lo que había matado de inmediato su existencia y sentido humano. Era aquel rostro que conoció por primera ves cuanto abrió sus ojos al nacer; ese rostro que durante miles de veces lo observó con cariño; el rostro se su amada madre sin vida que lo miraba y le producía angustia. La cabeza de su madre colgaba de la mano del maldito entre los malditos y odiado tipo de ropas negras como la negra noche, que envolvía su casi sin fuerzas corazón. Daft que observaba todo cuanto ocurría, miró al pálido y casi sin vida hombre que frente al extraño estaba. Y luego miró el brazo extendido del sujeto y su mano extrañamente empuñada, en la cual no había nada más que el cargado aire que el extraño sujeto producía. Fue entonces al mirar nuevamente al aterrado hombre, como Daft comprendió lo extraño y peligroso que podía llegar a ser el tipo vestido de negras ropas. Como este estaba infundiendo terror al otro a través de su poderosa mente. Y es que existen personas capaces de influir en las mentes débiles. Pero esto era distinto. Ese extraño estaba influyendo sobre algo más que su mente. Aquel desafortunado estaba casi destruido existencialmente. El extraño estaba destruyendo directamente su alma. Las personas que viven en permanente miedo hacen a su alma débil. Pero es improbable que un humano pueda influir directamente en una de esta manera. El extraño dejó por fin al hombre que lloraba casi sin fuerzas en el piso de madera, y se volteó hacia donde se encontraba Daft. Con su malévola sonrisa, imperturbable y sus ojos pérfidamente abiertos, pronunció las siguientes palabras: — este es un día perfecto para matar un ángel. Mientras entrecerraba los ojos y su sonrisa se acentuaba aun más. Entonces hizo algo que termino por preocupar en gran medida a Daft. Con su mano derecha tomo muy lentamente el extraño aparato que colgaba junto a su cadera. Lo llevó algo adelante y sucedió lo que Daft temía. Del extraño aparato comenzó a brotar de manera casi mágica un incandescente haz de luz. Pero no parecía eso, parecía algo mucho mas extraño. Parecía como un fluido brillante de un color rojo oscuro, sin una forma definida que comenzó a circular paulatinamente desde el extremo del aparato que tenia el extraño en su mano. Lo que parecía un fluido, era una luz, como atravesada por un siniestro humo negro dándole esa extraña forma. Daft, que se disponía a levantarse de su banca mientras bajaba su brazo con la intención de tomar algo de su bolsillo, se vio inesperadamente detenido por una resonante voz que pronunció las siguientes palabras: — ya deja de hablar y muéstrame lo que tienes alimaña. Después de todo creo que es un día perfecto para destruir un demonio. Acto seguido, el extraño tipo de abrigo de color beige y gorro, se levantó de su puesto, giró velozmente hacia donde se encontraba el demoníaco hombre pintado, mientras lanzaba su pesado abrigo a volar por el aire. Y lo que parecía ser una noche de locos fue rematada por la imposible apariencia del hombre que ahora se mostraba. El sujeto pintado de negro era extraño, pero este se llevaba todos los premios. Vestido con una camiseta de color marfil sin mangas, pantalones del mismo color, el rostro pálido, cabello corto de color castaño, y sus ojos negros como la noche. Pero esto no era lo raro, de su espalda sobresalieron dos enormes alas blancas cubiertas de plumas, las que movía de vez en cuando. Y por fin de su mano que sostenía otro extraño aparato salió la extraña luz antes vista pero de un color verde indescriptible, casi calipso. Daft estaba atónito. Junto con los otros hombres que en el lugar se encontraban, uno de los tipos gritó casi sin voz: — ¡Ese es un ángel enviado por el cielo a librarnos de ese demonio! El hombre de la cara pintada no pudo aguantar la risa. Empuñó su extraña arma y se lanzó al ataque. Daft todo esto veía impresionado. Cogió el vaso con el oscuro y fuerte licor y se lo tragó en un santiamén. Se giró completamente para seguir viendo los macabros acontecimientos. El hombre vestido de blanco contuvo el ataque del otro dando un violento sablazo para detener su reluciente y obscura arma. El hombre con alas dio un violento sablazo descendente, el cual esquivó el de negro con gran tranquilidad. Luego, el hombre pintado se giró completamente dando un feroz y luminiscente sablazo circular. El de alas blancas como la nieve se agachó y luego envió un golpe directo, pero fue esquivado por el otro con un gran salto mortal hacia atrás. El hombre pintado de negro sin dejar nunca de sonreír malévolamente, extendió su brazo y levantó lentamente su palma dejando todos sus dedos de negras uñas pintadas separados. Y la pérfida sonrisa desapareció para transformarse en presagio de que algo aun más asombroso venía. Con su cara ahora mostrando severidad y aun más maldad que antes, entrecerró los ojos y prenunció estas desconcertantes palabras: — ahora arderás en el fuego del infierno. ¡Muere! De su mano totalmente extendida, comenzó a salir un casi imperceptible humo gris y su brazo se agitó y se distorsionó como si un calor aterrador lo envolviera. Unos segundos después e increíblemente, de su mano brotó un ardiente e incandescente fuego rojo que se revolvía y danzaba entre los dedos de aquel sujeto. La llama alcanzó un tamaño considerable y acto seguido salió disparada en dirección del hombre de blancas alas produciendo un gran estruendo y liberando un viento calido que salió disparado en todas direcciones. La luminiscente espada del alado sujeto brilló tanto como el sol incandescente de un día de verano, mientras la levantaba de un golpe destrozando la bola de fuego que hacia el se dirigía. Con gran destreza hacía tal cosa mientras decía estas confiadas palabras: — tendrás que esforzarte más maldita criatura de la oscuridad. No me asustan tus estúpidos trucos. Pero un pequeño susurro en su oído perturbó su divina alma y la sumió en la más obscura decadencia. — ¿para que? Si ya estas muerto. Y como salido de la nada, aparecía el diabólico tipo con la cara pintada detrás del alado hombre y dejaba su vista en tinieblas. Del pecho del hombre de alas blancas como la luna llena aparecía de golpe la endemoniada espada rojiza del oscuro hombre. De la boca del alado personaje brotaba rojiza sangre. Sus manos soltaron la increíble arma ya sin brillo, y sus ojos se desvanecieron. La extraña luz parecida a un líquido rojizo del arma del oscuro hombre comenzaba a regresar al raro aparato, mientras el cuerpo sin vida del alado hombre caía estrepitosamente al suelo. Daft que veía todo lo acontecido junto con los demás hombres estaba asombrado. La ola de terror que sentían sus corazones, era aun sobrepasada por la angustia de no poder hacer nada. El oscuro personaje comenzó a caminar hacia la destrozada puerta. Llegó a la entrada del lugar, se giró y con su imperturbable sonrisa miró fijamente a Daft durante unos segundos, luego se giró y desapareció en la oscuridad de la terrible y húmeda noche. Todos los presentes se levantaron a contemplar de cerca el cadáver del hombre de blancas alas. Sony que observaba ya repuesto de aquel susto, dijo a los demás hombres que ahí se encontraban: — hace una semana atrás aproximadamente, encontraron los hombres del pueblo otro sujeto con alas parecido a este. Creo que ya sabemos quien es el responsable de todo esto. El atormentado hombre que había sufrido el horror de ver la cabeza decapitada de su madre ya se había recuperado. Contempló el cadáver del tipo alado y luego salió corriendo a ver a su madre que seguramente estaba en casa. Daft se agachó junto al cadáver para observarlo de cerca y meditó un momento sobre el extraño episodio acontecido .Luego de un momento, dijo a Sony que iría tras el extraño sujeto pintado de negro, Sony le dijo que tuviera cuidado. Daft asintió y se marchó. Daft salió por la destruida puerta. Se asomó en el oscuro callejón apenas iluminado y miró hacia el nublado y tenebroso cielo para despejar un poco su mente turbada por los acontecimientos mientras la lluvia rozaba su blanco rostro, respiro profundamente y se puso en marcha rápidamente creyendo que podría alcanzar al demoníaco sujeto de negro como la negra noche que cubría al pueblo de Arual. Mientras Daft corría por los pasajes del pequeño pueblo recordaba como el hombre de negro había manejado aquella extraña arma que el muy bien conocía, y con la velocidad increíble con la que se movía. Eso sin dejar de mencionar la manera en la que influyó en la mente del desafortunado hombre. El viento comenzó a ulular estrepitosamente mientras Daft corría por un lugar mucho más abierto preguntándose donde se podría haber metido el endemoniado hombre pintado. De pronto, la furiosa lluvia cesó de arremeter con tanta fuerza y solo unas finas gotas de agua se dejaban caer del oscuro cielo. Daft que tenía sus sentidos muy desarrollados sintió una leve presencia que inmediatamente se hizo notar. — ¿Donde vas con tanta prisa preciosa criatura?— pronunció una resonante y delicada voz que traspasó la espesura de la negra noche. Daft se giró inmediatamente y contempló una negra silueta en lo alto del tejado de una casa que se encontraba bastante cerca. Acto seguido, la criatura que se encontraba en lo alto de aquel techo dio un gran salto y calló muy cerca de Daft, el que no alcanzaba a reponerse de los acontecidos sucesos y ahora, por enésima vez en esta alocada noche quedaba totalmente horrorizado con lo que sus ojos nuevamente veían. Frente a él, una voluptuosa mujer vestida con un traje bastante sexy con encajes y ese tipo de cosas lo observaba con atención. Cabello Violeta escalonado, unos ojos oscuros aparentemente del color de su cabello y aproximadamente un metro setenta y cinco de estatura. Pero esto no era lo que sorprendía de la hermosa mujer. Su cara estaba pintada de manera muy parecida a la del otro hombre al cual Daft le seguía la pista. La mujer se acercó a Daft y del lado de su cadera sacó para rematar la turbia noche, un arma similar a la que fue usada por ambos combatientes en la pelea pasada. Empuñó el aparato y surgió la luminiscente energía de un color rojizo muy similar a la del otro tipo de cara pintada pero algo más oscura. Se paró frente a Daft y lo interrogó nuevamente. — ¿Dónde vas con tanta prisa hombrecito, y por que pareces tan angustiado? — ¿eres amiga del maldito hombre pintado no es así? — Respondió Daft —. Dime quienes son ustedes, quien era el tipo al que mató tu amigo y por que lo hacen. — ¿Con que viste al estúpido de Aras no es así?— Respondió la extravagante mujer— eso quiere decir que ese mal nacido anda por estos lados —. Y comenzó a reír pérfidamente, a lo que volvía a decir: — Yo no soy amiga de ese despreciable engendro. Mi intención es matar a ese mal nacido y a todo aquel que se me ponga al frente, o sea a ti cariño. Daft sin pensarlo y velozmente sacó de su bolsillo su luminiscente arma e inmediatamente apareció la extraña y peligrosa energía brillante. Puso el sable frente a él como en posición desafiante. — Con que Aras es el nombre de ese extraño tipo— dijo Daft mientras la lluvia que había cesado un momento se alzó con más furia que antes. La atractiva pero peligrosa mujer sonrió y se lanzó a gran velocidad contra Daft y estuvieron luchando durante unos largos segundos. — Eres realmente bueno pequeño hombrecito— dijo a esta sazón la mujer, asombrada por los veloces movimientos de Daft y su gran capacidad para usar el extraño sable. — ¿Cómo es que una persona como tu posee y puede usar ese sable de energía espiritual? — Preguntó la mujer. A lo que Daft le respondió: — yo me preguntaba lo mismo que tu. Yo soy un Cazador, y mi nombre es Daft. — Con que un Cazador. He oído hablar de ustedes y déjame decirte que estoy realmente sorprendida. Te diré mi nombre antes de que mueras y tu alma se consuma en las tinieblas de la eternidad. Velishka. — Dejemos que sean nuestras habilidades con las armas las que decidan eso Velishka, y vamos a pelear. La malvada Velishka dio una gran carcajada y miró pérfidamente a Daft y le dijo estas últimas palabras — Lo siento cariño pero estas fuera del mapa. No existe mortal que me pueda derrotar. Jamás se ha visto que un humano haya derrotado a un demonio. Estas palabras desconcertaron a Daft el que bajó la defensa y fue alcanzado por una potente patada de la malvada demonio, dejándolo casi inconsciente en el blando y húmedo suelo. Velishka se acercó a Daft, se agachó, besó sus labios y lo observó durante un momento y luego pronunció las siguientes palabras: — lo siento cariño, pero no tengo tiempo para divertirme con tigo ahora. Daft con los ojos entrecerrados oyó el suave susurro como la brisa matutina de la pérfida mujer y su vista se sumió en tinieblas.