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Se define masticación como el acto de triturar los alimentos. Es la fase inicial de la digestión,
en la que los alimentos son fragmentados en partículas pequeñas para facilitar su
deglución. La mayoría de las veces es una actividad agradable que utiliza los sentidos del
gusto, el tacto y el olfato. Cuando una persona tiene hambre, la masticación es un acto
placentero que causa satisfacción. Cuando el estómago está lleno, un mecanismo de
retroalimentación inhibe estas sensaciones positivas.
La masticación es una función compleja que utiliza, no sólo; los músculos, los dientes y las
estructuras de soporte periodontales, sino también; los labios, las mejillas, la lengua, el
paladar y las glándulas salivales. También podemos decir que es una actividad automática
y casi involuntaria; no obstante, cuando se desea fácilmente puede pasar a un control
voluntario.
Acción Masticatoria
La masticación se lleva a cabo mediante movimientos rítmicos bien controlados de
separación y cierre de los dientes maxilares y mandibulares. Esta actividad está bajo el
control del GPC (Centro Generador de Patrones) situado en el tronco del encéfalo.
Un movimiento masticatorio corresponde a cada movimiento de apertura y cierre de la
mandíbula. Este puede dividirse en una fase de apertura y una fase de cierre. El movimiento
de cierre puede subdividirse, a su vez, en la fase de aplastamiento y la fase de trituración.
Durante la masticación se repiten movimientos similares una y otra vez hasta que se ha
fragmentado lo suficiente el alimento.
Fase de apertura: La mandíbula se desplaza de arriba hacia abajo desde la posición
intercuspídea hasta un punto en el que los bordes de los incisivos están separados de
16 a 18 mm. A continuación se desplaza en sentido lateral hasta unos 5 o 6 mm de la
línea media y se inicia la fase de cierre.
Fase de Cierre
Fase de Aplastamiento: En esta fase se atrapa el alimento entre los dientes. Al
aproximarse los dientes se reduce la separación del borde de los incisivos hasta 3mm
y el desplazamiento lateral de la mandíbula hasta 3-4mm con respecto a la de la
posición inicial de apertura. En este momento, los dientes están colocados de tal forma
que las cúspides bucales de los dientes mandibulares están situadas casi directamente
debajo de las cúspides bucales de los dientes maxilares. Cuando continúa el cierre de
la mandíbula, el bolo alimenticio queda atrapado entre los dientes. Esto da inicio a la
siguiente fase.
Fase de Trituración: Durante esta fase, la mandíbula es guiada por las superficies
oclusales de los dientes, que la llevan de nuevo a la posición intercuspídea, de forma
que los planos inclinados de las cúspides dentarias pasan unos sobre otros y permiten
el corte y el desmenuzamiento del bolo alimenticio.
La dureza del alimento influye en el número de movimientos de masticación, es lógico
suponer que mientras más duro sea el alimento se darán más movimientos repetidos de la
mandíbula contra el maxilar.
La masticación puede realizarse de forma bilateral, aunque cerca del 78% de los individuos
sienten preferencia por un lado, en el que se realiza la mayor parte de la masticación y se
dan un mayor número de contactos dentarios durante el desplazamiento lateral. Las
personas que no tienen preferencia por un lado, simplemente alternan la masticación entre
uno y otro lado (masticación bilateral).
La masticación de un solo lado da lugar a una carga desigual en las articulaciones
temporomandibulares. En condiciones normales, esto no constituye ningún problema,
gracias al efecto de estabilización de los pterigoideos laterales superiores sobre los discos.
Fuerzas de la masticación
La fuerza de mordida máxima que puede aplicarse a los dientes varía de un individuo a
otro. En general, se observa que los varones pueden morder con más fuerza que las
mujeres. En un estudio se indicó que la carga de mordida máxima de la mujer oscilaba entre
35,8 y 44,9 Kg, mientras que la del varón era de 53,6 a 64,4 kg. La fuerza de mordida
máxima más alta que se ha descrito es de 443 kg.
La fuerza de mordida máxima parece aumentar con la edad hasta llegar a la adolescencia.
Se ha observado también que las personas pueden aumentar su fuerza de mordida máxima
a lo largo del tiempo con la práctica y el ejercicio. Así pues, una persona cuya dieta contenga
una cantidad elevada de alimentos duros desarrollará una fuerza de mordida más intensa.
El fenómeno también puede atribuirse a las relaciones esqueléticas faciales es así que las
personas con divergencias notables del maxilar y la mandíbula generalmente no pueden
aplicar tanta fuerza en los dientes como las personas con unas arcadas maxilar y
mandibular relativamente paralelas. De igual forma, la fuerza de mordida de los individuos
que llevan dentaduras postizas tan sólo es una cuarta parte de la de los individuos con
dientes naturales.
Durante la masticación, la mayor cantidad de fuerza se aplica en la región del primer molar.
Para los alimentos más duros, la masticación se realiza sobre todo en las áreas del primer
molar y el segundo premolar.