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“Año de la consolidación del mar de Grau”

TEMA:

MÉTODOS DE EXTINCIÓN

TIPOS DE EXTINTORES

Especialidad :
Administración Industrial
Curso :
Seguridad e Higiene
Profesor :
Lic. Danny Cesar

Integrantes :
Allison Andrés Quispe Abarca

2016
DEDICATORIA

Quiero dedicarle este trabajo


A Dios que me ha dado la vida y fortaleza
para terminar este proyecto de investigación,
A mis Padres por estar ahí cuando más los necesité; en
especial a mi madre por su ayuda y constante cooperación y
A mi novio por apoyarme y ayudarme en los
momentos más difíciles.
INTRODUCCIÓN

En los capítulos precedentes, hemos hablado sobre el fuego en general y, para


ir entrando en materia, sobre los que son probablemente los incendios más
peligrosos a los que puede enfrentarse el hombre: Los incendios estructurales.
En los incendios estructurales hemos podido ver que para enfrentarnos con el
fuego debemos contar con estrategias bien definidas de lucha y herramientas
adecuadas para ello.
Para empezar, miremos atrás en la historia para conocer como se comenzó a
luchar contra el fuego. Es más que probable, que el primer agente extintor que
se empleó sigue siendo el más empleado hoy en día: El agua.

Su descubrimiento se debería al azar, al volcarse algún caldero sobre el fuego o


tras la observación del agua de lluvia apagando una hoguera. Estos hechos
debieron suponer una autentica tragedia en la prehistoria, pero enseñó a la
humanidad a luchar contra el fuego cuando este se descontrola.

Por supuesto, esta lucha al principio era titánica, ya que el agua debía ser
transportada en pesados cubos y calderos. La primera máquina aplicaba a
combatir incendios, fue una bomba ideada por Ctesibios, sabio griego que vivió
en Alejandría, durante el reinado de Ptolomeo Filodelfo (285-246 aC).

Esta máquina llamada sipho por los romanos se encuentra en numerosos


testimonios de la época. La máquina ctesibica desaparece en el tiempo y hasta
XVI siglos más tarde, en 1.477 no sé reinventa una jeringa a agua en la ciudad
alemana de Augsburgo, destinada igualmente a la extinción de incendios.
Desde la primitiva bomba del siglo II antes de Cristo, hasta la más moderna
autobomba de nuestros días, podría reconstruirse las etapas sucesivas de la
historia humana a lo largo de los siglos.
Aparte del agua, se usaron desde la antigüedad agentes sólidos como la arena
o tierra y... poco más. Hachas picos y azadas para retirar el material cercano a
los incendios y dejar que estos se consumieran por falta de combustible.
ABSTRAC

In the preceding chapters, we talked about the Fire And in general, to go Moving
on, On the son I probably fires Most Dangerous you may face one man: Structural
Fires. In the Structural fires we have seen para to deal with the fire we must have
well-defined control strategies and appropriate tools for this.

Start Paragraph, let's look back in history to see Como Se began fighting the fire.
It is more than likely that the extinguishing agent Employment primer is still the
most used today: Water.

Their discovery should be random, the tip ANY cauldron Fire On or after
observation of rainwater putting out a fire. Estós: facts must make a real tragedy
in prehistoric times, but teach humanity to fight the fire when you are Descontrola.

Of course, This titanic struggle was the beginning, since water should be
transported in heavy buckets and kettles. The first machine applied a firefighting,
WAS A bomb devised by Ctesibius, Greek sage who lived in Alexandria during
the reign of Ptolemy Filodelfo (285-246 AD).

This machine called sipho by the Romans found in numerous testimonies of the
time. The machine ctesibica Disappears in Time and Up XVI Centuries Later in
1477 not know reinvents A syringe of water in the German city of Augsburg,
EQUALLY Destined to firefighting.

Since the early pump II century BC, to the most modern fire engine of Our Days,
could rebuild the successive stages of human history Throughout the Ages.
Besides water, they were used since the ancient As Agents Solid sand or dirt and
... little more. Hatchets and hoes Picos paragraph Unsubscribe material Close to
the fires and let these were consumed for lack of fuel.
Índice
1. MÉTODOS DE EXTINCIÓN

Para la extinción del incendio, se recurre a la eliminación de alguno/s de los


elementos del triángulo del fuego y/o de la reacción en cadena. Así, podemos
diferenciar cuatro métodos de extinción diferentes: por sofocación, por
enfriamiento, por dispersión o aislamiento del combustible y por inhibición de la
reacción en cadena.

1.2. Métodos de Extinción

Como estudiamos en el capítulo 1, al estudiar el tetraedro de fuego, para que


un incendio se inicie o mantenga, hace falta la coexistencia en espacio y tiempo
con intensidad suficiente de cuatro factores: Combustible, Comburente (aire),
Energía de Activación y Reacción en Cadena. Si se elimina uno de los factores
o se disminuye su intensidad suficientemente, el fuego se extinguirá.

Es por ello, que los distintos métodos de extinción que vamos a estudiar a
continuación se basan todos en el ataque a uno de los lados del citado tetraedro,
procurando que el elemento que representa desaparezca de las inmediaciones
del incendio. Según el factor que se pretenda eliminar o disminuir, el
procedimiento o método se clasifica dentro de los 4 grupos que pasamos a
estudiar a continuación:

Eliminación del combustible.

Sofocación, o eliminación del comburente. Enfriamiento.


Inhibición de la reacción en cadena.

1.3 Eliminación del combustible.

Resulta algo evidente. Cuando se acaba el combustible, el fuego se apaga.


Todos lo hemos visto en situaciones tan simples y cotidianas como ver arder
una cerilla, cigarrillo, barbacoa,... Tan evidente como que un mechero al que se
le ha acabado el gas deja de arder.
Este método de extinción ha sido usado desde antiguo como mal menor,
aislando la zona de fuego de nuevos materiales combustibles, y dejando que
estos ardan y con ello pierdan su poder combustible. Aun hoy en día, es habitual
el empleo de este método en incendios forestales, bien como medida de
prevención creando zonas “cortafuegos” durante la primavera antes de la época
de incendios, o bien cortando árboles y retirándolos de la zona cercana al
incendio, para evitar que el fuego siga en esa dirección.

Curiosidad.
En Estados Unidos, país de enormes dimensiones y que cuenta con grandes
zonas boscosas, en donde todos los años se producen incendios forestales, se
han creado brigadas contraincendios especializadas en atacar al fuego en
zonas inaccesibles pero de alto valor ecológico. Su técnica consiste en lanzarse
en paracaídas a la zona de actuación. No cuentan con agua ni agentes
extintores, solo pequeñas herramientas con las que deben procurar eliminar el
combustible de una zona aledaña al fuego, antes que este la alcance.

Aclarando ideas.
Un cortafuegos es una zona de terreno de anchura variable, que se deforesta
(eliminando los árboles e incluso arando el suelo para que no quede hierba seca
susceptible de arder), para crear compartimentos “estancos” al fuego. Si
tenemos parcelas de este tipo, una puede arder, pero el resto queda a salvo.
Es importante realizar cortafuegos en las lindes, cuando sospechamos que el
vecino es “poco cuidadoso” en cuestiones de incendios.

No obstante, no solo es un método empleado en incendios forestales o en la


antigüedad. Pensemos en ciertos accidentes domésticos como un
calentador de agua a gas, que comienza a arder debido a algún defecto o
falta de mantenimiento. ¿Cuál debe ser nuestra primera actuación? Cerrar
la llave de paso y cortar el suministro de gas. Casos como este pueden
encontrarse las brigadas contra incendios en multitud de situaciones, no
tan domésticas. Por ejemplo en incendios desatados en instalaciones
industriales a las que llegan suministros de gas y combustibles líquidos.

Además, no siempre es necesario retirar el combustible del incendio, a veces


es suficiente con interponer una barrera entre el fuego y el combustible. Y esta
barrera no tiene porque ser sólida. En determinadas ocasiones, podemos
entender como eliminación del combustible el refrigerarlo (por ejemplo
mojándolo), ya que el combustible mojado pierde la capacidad de arder y por
tanto, su condición de combustible. Por tanto, podemos entender que existen
dos medios de provocar la extinción por eliminación del combustible:

Directamente. Cortando el flujo a la zona de fuego de gases o líquidos, o


bien quitando sólidos de las proximidades de la zona de fuego.
Indirectamente refrigerando los combustibles alrededor de la zona de fuego.

1.4 Sofocación.

Por definición, la combustión es la reacción química que se produce entre un


material denominado combustible y otro al que denominamos comburente.

Siendo en la gran mayoría de los casos el oxígeno del aire el comburente que
interviene. Además, ya hemos visto en los incendios estructurales, en los que el
fuego se desarrolla en recintos cerrados, como la ausencia de oxígeno da lugar
a que el fuego remita. El problema que se plantea en estos casos, es la formación
de gases muy calientes como el monóxido de carbono, que puede dar lugar
incluso a explosiones cuando se produce una entrada de aire fresco: Backdraft,
como vimos el tema anterior.

Por lo tanto, la eliminación del oxígeno es un medio claro de combatir al


fuego, pero ¿cómo conseguimos la eliminación de este elemento, gaseoso
y que nos rodea por completo? Existen varias técnicas para ello:
Por ruptura de contacto combustible-aire recubriendo el combustible con un
material incombustible. Este procedimiento que parece tan complicado, es
probable que lo hayamos puesto en práctica alguna vez en casa. Es un típico
accidente doméstico que el aceite a gran temperatura que está en una sartén
puesta al fuego se incendie espontáneamente. Si tenemos sangre fría,
este incidente se resuelve simplemente cubriendo la sartén con una tapa
metálica. Al poner la tapa, dejamos confinado el fuego en el pequeño
espacio entre la tapa y la sartén, y rápidamente se consume el oxígeno.
Aunque el cierre no sea hermético, los gases de combustión calientes que
se producen empujan hacia fuera al aire evitando que este entre. También
habremos visto aunque solo sea en películas, como la forma de “sofocar” el
fuego que ha prendido en una persona es envolverlo en una manta. A ser
posible, esta debe ser ignífuga, sino podemos estar aportando más
combustible y empeorar la situación. En situaciones reales de incendio,
podemos emplear como medio cobertor del fuego arena, espuma, polvo...

Dificultando el acceso de oxígeno fresco a la zona de fuego cerrando


puertas y ventanas. Es una medida esencial ante la presencia de un
incendio. Debemos evitar la afluencia de aire, además de las
corrientes que lo avivarían. Por supuesto, caso de existir ventilación
forzada (calefacción o aire acondicionado), este debe cortarse, ya que
además puede llevar humo y gases tóxicos a estancias no afectadas
directamente.

Por dilución de la mezcla proyectando un gas extintor (N2, CO2, ...) en


suficiente cantidad para que la concentración de oxígeno disminuya por
debajo de la concentración mínima necesaria. Se consigue el mismo efecto pero
con menor efectividad proyectando agua sobre el fuego, que al evaporarse
disminuirá la concentración de oxígeno (más efectivo si es pulverizada).
El método de gas extintor, es habitual en grandes centros de proceso de datos.
Estos centros son recintos cerrados, ocupados solamente por
ordenadores y electrónica diversa, que es operada de forma remota por el
personal. Estos equipos, además de ser bastante caros, pueden contener
información muy valiosa, por lo que no debe permitirse que esta
desaparezca pasto de las llamas. Sin embargo, métodos de extinción
clásicos como el utilizar agua, espuma o polvo, pueden causar un daño en los
equipos equiparable al propio fuego. Por esta razón, en estas estancias, suele
existir una bombona de un gas como el dióxido de carbono conectada a un
detector de incendios. Ante un incendio, el detector abre automáticamente la
botella de gas, que inmediatamente inunda la sala, diluyendo primero y
expulsando después al oxígeno del aire. Es una forma limpia y muy efectiva de
acabar con el fuego.

Aclarando ideas.
El empleo de CO2, a pesar de las ventajas que presenta, está limitado a este
caso y pocos más. La razón es que al eliminar el oxígeno, no solo acaba con el
fuego, sino que asfixia a toda persona o animal que se encuentre en la zona.
En los centros de proceso de datos no suele trabajar nadie. Los ordenadores
están claramente separados de las oficinas, y además, cuando se activa la
extinción de incendios mediante gas inerte, una señal óptica y acústica avisa
que el personal no debe penetrar en la zona sin medios de respiración
autónomos.

1.5 Enfriamiento.

El enfriamiento es la forma de acabar con la energía de activación. Como ya


hemos mencionado en múltiples ocasiones, la energía desprendida en la
combustión, parte es disipada en el ambiente y parte inflama nuevos
combustibles propagando el incendio. Y aunque sabemos que un incendio
emite energía en forma de radiación visible, ultravioleta y otras, la principal
forma de transmisión que propaga los incendios es la emisión de energía
térmica. Por tanto, es esta energía contra la que debemos lucha, sabiendo que
la eliminación de tal energía supondrá la extinción del incendio.
El agente universalmente utilizado como enfriador en los incendios es el agua (o
su mezcla con ciertos aditivos). Esto se debe a su abundancia, facilidad de
transporte y utilización en un incendio, ya que puede ser transportada mediante
mangueras hasta el punto donde se encuentre el problema y lanzada a una
distancia de relativa seguridad. Pero sobre todo se debe, en lo que a enfriamiento
se refiere a sus propiedades físicas. Cada gramo de agua que aumenta su
temperatura un grado centígrado, retira del incendio 4,18 Julios. En la siguiente
tabla, se compara esta cifra con la de otros materiales.

Material c [kJl(kg K)]

aluminio 0,898

acero 0,447
nitrógeno (gas) 1,040
oxígeno (gas) 0,915
agua líquida 4,169

hielo (-10ºC) 2,089


vapor de agua 1,963

Observamos como el agua posee una capacidad calorífica, que así es


como se denomina esta propiedad física elevada comparada con otros
elementos, luego es capaz de retirar del fuego cuatro veces más calor que
el aluminio o el nitrógeno y más de nueve veces el calor que es capaz de
retirar el acero.

Y esta propiedad se intensifica si tenemos en cuenta el calor que es capaz


de retirar el agua al cambiar de fase de estado líquido a estado vapor.
Sustancia Punto de Calor latente Punto de Calor lat.
fusión (ºC) fusión (kJlkg) ebullición (ºC) vaporización (kJlkg)
Helio -268,9 21

Nitrógeno -209,9 25,5 -195,8 201


Alcohol etílico -114 104 78 854
Mercurio -39 11,8 357 272
Agua 0 333 100 2255
Plata 96 88,3 2193 2335
Plomo 327 24,5 1620 912

Oro 1063 64,4 2660 1580

Si descartamos sustancias como el oro y la plata, que ciertamente tienen un calor


de vaporización elevado, pero que no son de utilidad ya que esta vaporización
se produce a más de 2000 ºC, observamos como el agua sigue siendo un
elemento muy eficaz, ya que su cambio de fase se produce a una temperatura
moderada (100
ºC) y absorbe muchísima energía en el proceso 2.255 Julios por gramo de agua
que se evapora. La comparación de esta energía con los 4,18 Julios que
veíamos anteriormente, muestra la enorme diferencia de absorción de energía
que existe entre los dos fenómenos.

Como técnica para conseguir el mayor enfriamiento posible en el menor


tiempo, se emplea la pulverización del agua sobre el fuego. De esta manera,
las pequeñas gotitas incrementan rápidamente su temperatura y pasan a forma
vapor (en este cambio es cuando más calor retiran). Si empleamos un chorro
de agua, esta aumenta su temperatura, pero no pasa a forma vapor con la
misma facilidad.

1.6 Inhibición.

Es con toda seguridad el mecanismo más difícil de entender, al igual que lo fue
al explicar su influencia en la formación y propagación de los incendios.
Para nota.

Para explicar con rigor este método deberíamos hablar de radicales libres, que
son unos compuestos muy inestables que se producen como fase intermedia
de la reacción química de combustión.

Dado que no es objeto de este manual entrar en tal nivel de complejidad,


estudiando el nivel atómico del fuego, indicaremos que es quizás el más
reciente descubrimiento como método de extinción y trata de neutralizar esos
radicales libres mencionados antes de su reunificación y consecuente
reacción química.

Simplificando, podemos decir que este método interrumpe la producción de


llama en la reacción química, resul- tando con ello una rápida extinción. Dado
que solo estamos atacando a la llama, este método de extinción sólo es efectivo
en combustibles líquidos y gases. Para materiales sólidos que pueden mantener
brasas aunque hayan dejado de producir llamas, se requiere emplear además
la técnica de enfriamiento.
Los halones y el polvo químico son agentes extintores que provocan la
inhibición química de la reacción en cadena.
Algunos autores postulan, que el gran efecto extintor sobre las llamas del polvo,
no es la sofocación, sino la inhibición física por la separación espacial de los
radicales libres que provocan las minúsculas partículas de polvo proyectadas.

2.- AGENTES EXTINTORES.

Clasificación.

Durante todo el apartado anterior hemos expuesto las distintas técnicas que
podemos utilizar para combatir un incendio, pero implícitamente, hemos
empezado a introducir los elementos que podemos utilizar en cada uno de los
métodos para obtener un resultado positivo: Agua, polvo, espuma...
Este elemento es el que definimos como agente extintor, es decir, aquel
producto que vamos a utilizar físicamente para eliminar el fuego.

Son diversas las clasificaciones que se


suelen hacer de los agentes extintores, pero
prevalecen dos sobre todas:

- Clasificación de acuerdo al estado


físico del agente extintor:

 Sólido.

 Líquido.

 Gaseoso.

- Clasificación de acuerdo al tipo de fuego para el que está indicada su


utilización. Utilizando la tipología de fuegos ya introducida:

A. Combustibles sólidos.
B. Combustibles líquidos.
C. Combustibles gaseosos.

D. Metales combustibles.

E. Incendios en los que hay elementos eléctricos involucrados.

Nosotros vamos a utilizar por claridad la primera clasificación: Estado físico del
agente extintor, mencionando para cada caso el tipo de fuego para el que está
indicado cada agente. No obstante, y a modo de resumen, se muestra en la
siguiente figura la eficacia de diversos agentes extintores dependiendo del tipo
de fuego.
Clases de fuego

Tipo de extintor A B C D
De agua pulverizada *** *
De agua de chorro **
De espuma física ** **
De polvo convencional *** **
De polvo polivalente ** ** **
De polvo especial *
De anhídrico carbónico * **
De hidrocarburos halogenados * ** *
Espefífico para fuego de metales *

Como introducción a los siguientes apartados en los que se desarrollará con


detalle los distintos tipos de agentes en función de su estado, vamos a indicar
cuales podemos encontrar en cada apartado.

 Espumas.
 Liquidos
 Agua

- Gases.
- Dióxido de carbono.
- Hidrocarburos halogenados.
- Gases Inertes.

- Sólidos.

- Polvos extintores.

3.- AGENTES EXTINTORES LÍQUIDOS.

El agua.
Aunque posteriormente mencionemos algún otro agente extintor líquido, es
evidente que la mayor parte de este apartado debe estar dedicado al que es sin
lugar a dudas el agente extintor más conocido y más empleado. Prácticamente
deberíamos decir el agente extintor universal: El agua.

Sin embargo, si la denomináramos extintor universal, estaríamos cometiendo un


grave error, ya que existen casos en que el uso del agua no se aconseja, e
incluso está contraindicado. Hablaremos de ellos más adelante.

Ya hemos mencionado parcialmente las razones por las que el agua es el


agente más conocido y utilizado:
- Abundante.

- Barato.
- Fácilmente transportable.
- Posibilidad de ser lanzado desde una distancia segura.

Gran capacidad de enfriamiento.

Además de su gran capacidad de enfriamiento (principal acción extintora que


posee), podemos utilizar el agua como agente sofocante (retira el oxígeno del
fuego). Como ya se mencionó al hablar del método de enfriamiento, la mayor
capacidad de enfriamiento del agua reside en su calor de vaporización. Pero al
pasar de agua a vapor, además de retirar 2275 julios del incendio por cada gramo
que se evapora, se aporta vapor de agua. Este vapor (que evidentemente no es
combustible, y solo en casos muy excepcionales puede comportarse como
comburente), aumenta su volumen entre 1.500 y 1.700 veces al pasar de fase
líquida a fase vapor y como consecuencia, desplaza al aire de los alrededores
del incendio: Efecto sofocación.

Por último, puede actuar también por dilución, pero solo en el caso de
combustibles líquidos solubles en agua, como el alcohol. Nunca en el caso de
aceites.
Para nota.

La densidad del agua (1kg/l) es superior a la de la mayoría de los combustibles


líquidos. Si además tenemos en cuenta su inmiscibilidad con los aceites y
grasas, tenemos el fenómeno conocido por todos: El aceite flota sobre el agua
y no se mezclan.

Aclarando ideas.

Este inocente fenómeno por todos conocidos tiene importantes consecuencias


en los incendios. Si la grasa o aceite ardiendo llega a flotar sobre el agua, el
incendio tenderá a expandirse a gran velocidad sobre la lámina de agua.

Por tanto, la principal utilización del agua se realiza en los fuegos clase A.
A los que se ataca con un chorro compacto. Este sistema tiene la ventaja
de poder lanzar el agua desde una cierta distancia de seguridad, pero la
desventaja de ser menos efectivo, pues abarca una zona menor y el agua no
evapora de forma inmediata como puede ocurrir al aplicarse en forma de
pequeñas gotas. Esta otra forma de aplicación suele hacerse mediante
rociadores automáticos instalados en zonas susceptibles de sufrir un incendio,
o con boquillas especiales que se adaptan a las mangueras.

Como hemos dicho, el agua puede estar contraindicada en fuegos clase B, y


en cualquier caso, su acción no suele ser la principal en estos incendios. En
ellos se emplea principalmente como medio de control, pero no de extinción.
Su uso es similar para los fuegos clase C.

En cuanto a los fuegos clase D, NUNCA debe emplearse el agua, ya que su


acción oxidante sobre los metales causantes de estos incendios agravaría
el problema.

Otra limitación del agua reside en el hecho de ser conductora de la electricidad.


Por lo que debe evitarse en incendios tipo E. No obstante, debe indicarse al
respecto que el riesgo de electrocución existente es en cierta parte una leyenda
negra, ya que se ha demostrado que existe siempre una distancia de seguridad,
desde la que se puede lanzar agua sobre instalaciones en tensión. El riesgo
disminuye cuanto mayor es el grado de pulverización del agua y existen lanzas
especiales que permiten extinguir con seguridad fuegos en tensión de hasta
300 Kilovoltios desde distancias de alrededor de 10 metros

El otro agentes extintor líquido del que vamos a hablar es la espuma. Las
espumas no son más que una variante de las clásicas espumas que todos
conocemos, formadas por pequeñas burbujas. La principal diferencia que se
percibe en las espumas utilizadas como agentes contra incendio, reside en la
estabilidad de las mismas, necesaria para que cumplan su función extintora.

Se suelen clasificar en dos grupos


dependiendo de su forma de producción:

- Espumas químicas. Se generan al reaccionar dos o más productos


químicos a los que se le solía agregar algún tipo de estabilizador. Hoy en
día se encuentran en desuso debido a su gran corrosividad.

- Espumas físicas. Se obtienen al mezclar aire con un espumante. En la


producción de este tipo de espumas no interviene ningún tipo de reacción
química.

Para nota.
Denominamos espumante al agente tenso-activo que facilita la formación
de espuma o mejora su estabilidad al inhibir la coalescencia de las
burbujas. Los tenso- activos, son sustancias que alteran la tensión
superficial de los líquidos (fenómeno físico por el cual la superficie de un
líquido tiende a comportarse como si fuera una delgada película elástica).
Lo que se trata de conseguir con este efecto son multitud de burbujas muy
pequeñas, en lugar de unas pocas grandes.
La espuma actúa como recubrimiento que elimina el oxígeno al formar una
capa que impide el paso del aire, y además, enfría un poco. Se aplica en
forma de una capa que cubre la superficie del combustible. Sin embargo,
en muchos casos, los vapores que se desprenden de las sustancias en
combustión atraviesan la capa de espuma, y si su concentración es suficiente,
arderán encima de ella.

Es especialmente útil en la extinción de los fuegos clase B, y en los que el efecto


de sofocación del agente extintor es de gran importancia. Ciertos solventes
(alcoholes, acetona, etc.) deshacen la espuma, por lo que es preciso emplear en
estos casos una espuma especial para alcoholes y solventes orgánicos. (En la
actualidad las espumas que no son compatibles con estos productos tienden a
desaparecer).
La espuma también es conductora de electricidad, por lo que debe evitarse su
uso en incendios clase E.

En resumen, es un gran agente extintor por sofocación, de gran empleo en los


incendios tipo B, para los que es la mejor solución, y por tanto, de gran uso en
plantas químicas, almacenamientos de líquidos combustibles, aeropuertos...

5.- AGENTES EXTINTORES GASEOSOS.

Los agentes extintores gaseosos proporcionan una protección limpia


contra incendios, ya que respetan durante el proceso de extinción la
integridad de los bienes existentes en el entorno del incendio.

La técnica de extinción que suele emplearse en estos casos, es la de inundación


total, es decir, descarga del elemento gaseoso, hasta que rellena la estancia en
la proporción adecuada. Estos sistemas están diseñados para conseguir una
mezcla homogénea del agente extintor gas con el aire en el compartimiento
protegido. La concentración extintora alcanza la base del incendio y se mantiene
hasta que haya desaparecido todo peligro de fuego.

Históricamente el agente gaseoso más común fue el anhídrido carbónico


(CO2). El problema que plantea este agente extintor es su peligrosidad para
las personas a las concentraciones necesarias para la extinción, siendo por
tanto no aceptable su uso allí donde las personas pueden estar presentes
en el momento de la descarga.

Como sustituto de este gas, fueron desarrollados los denominados halones o


hidrocarburos halogenados.
Estos compuestos tenían una gran eficacia de actuación y era posible su
actuación en presencia de personas, sin embargo, plantean una doble
problemática:

1.6.1 Toxicidad de algunos de los productos que generan al


descomponerse en un incendio.

1.6.2 Suponen un grave perjuicio para la capa de ozono.

En la actualidad estos productos han sido sustituidos por otros gases


(hidrofluorocarbonados) que solventan estos problemas y que
estudiaremos en su apartado correspondiente.

Como sustitutos del CO2, también se han desarrollado algunas soluciones


basadas en gases inertes, puros o mezclados, que también describiremos a
continuación. Empezaremos por el CO2.

5.1 Dióxido de carbono.


Como ya hemos mencionado, el CO2 se usa con éxito en la protección contra
incendios desde hace mucho años. Es de eficacia demostrada, bajo coste y
disponible en el mundo entero. Entre sus propiedades generales podemos
mencionar:

- Es un gas incoloro e inodoro.

- Por compresión y enfriamiento puede licuarse.


- No es corrosivo ni deja residuos.
- Es un mal conductor de la electricidad.

Para su uso en extinción de incendios, se emplea la inundación total del


recinto a proteger, por lo que debemos tener en cuenta algunas otras
propiedades del producto:

Durante su descarga produce temperaturas de –40º centígrados por lo que


puede producir quemaduras por congelación.

- Es un producto asfixiante y resulta


peligroso por encima de
concentraciones del 9%.

- A igualdad de condiciones su densidad es un 50% superior a la del


aire

De manera que solo debe emplearse donde no existe la posibilidad de exponer


a personas al agente extintor, así como en pequeños extintores con las debidas
precauciones.

El gas se almacena a presión en fase líquida y puede almacenarse lejos del


compartimiento protegido. En su descarga, debido a su alta relación de
expansión, suele producirse un importante descenso de temperatura. Este
descenso puede resultar de utilidad porque enfría y por tanto favorece la
extinción del incendio, pero crea elevados niveles de condensación y de
humedad, por lo que hace falta un diseño cuidadoso para evitar que se
produzcan daños en objetos sensibles o irremplazables

La descarga de CO2 no aporta ninguna sustancia corrosiva debida a la


descomposición térmica del agente.

Aunque como hemos visto, la descarga de CO2 provoca un enfriamiento en el


incendio, su principal método de extinción es la sofocación. La descarga de CO2
provoca una notable disminución de oxígeno junto al combustible, lo que paraliza
la reacción de combustión. En función del tipo de combustible la concentración
mínima de CO2 necesaria varía entre un 30% y un 75%

Los sistemas de inundación total de CO2 se diseñan normalmente para que se


alcance la concentración de diseño en un período que va de uno a siete minutos,
aunque tiempos de descarga más largos ayudan a minimizar el coste del
sistema.

Existen sistemas de aplicación local que a menudo tienen tiempos de descarga


más cortos y están diseñados para apagar el incendio en pocos segundos.

Sus aplicaciones son las siguientes:

- Fuegos Tipo A: Su utilidad se reduce a fuegos superficiales ya que no


tiene capacidad de penetración en fuegos con presencia de brasas.

- Fuegos Tipo B y C: Es efectivo solo en ciertos casos

- Fuegos Tipo D: No es efectivo ya que los fuegos de metales provocan la


descomposición del CO2
- Fuegos tipo E: Es el agente extintor ideal ya que no conduce la
electricidad y estos fuegos no presentan producción de brasas. Hay que
tener cuidado para no lanzar este agente sobre equipos no incendiados
ya que su temperatura de descarga puede causar daños

5.2 Hidrocarburos halogenados.

Los primeros hidrocarburos halogenados diseñados, también denominados


halones, eran compuestos químicos derivados del metano (CH4), que utilizaban
como método principal de extinción la inhibición de la reacción en cadena, y
como método secundario, pero incluso más eficazmente que el CO2, el
enfriamiento.

Estos compuestos, podían ser usados con éxito para extinguir fuegos tipo A,
B y C, y también podían aplicarse sobre fuegos tipo E. Su principal forma de
empleo es por inundación, aunque también se usa en instalaciones de
aplicación local y pequeños extintores.

Su uso es muy limpio y resulta un agente extintor muy adecuado para la


protección de equipos delicados. Frente al CO2 presenta las ventajas de
necesitar una menor concentración para acabar con el fuego, luego el espacio
destinado a depósitos es menor, y además puede emplearse en presencia de
personas.

Las limitaciones que presentaban en su uso y que han obligado a sustituirlos por
nuevas generaciones de compuestos eran dos:

1. Si las instalaciones o descargas no estaban bien calculadas, y no se


conseguía extinguir el incendio, el fuego provocaba la descomposición de
estos gases y la producción de gases tóxicos.
2. Los halones perjudican gravemente la capa de ozono, por lo que en
aplicación del Protocolo de Montreal, su uso está prohibido en la

Para nota.

Los halones son en general son substancias muy estables en la troposfera (nivel
del suelo) y que sólo se degradan en la estratosfera al ser sometidas a intensas
radiaciones ultravioletas. Cuando se rompen sus moléculas se liberan átomos
de cloro y bromo que son los que destruyen ozono estratosférico. Una
molécula de cloro puede romper miles de moléculas de ozono. Una de bromo
entre 10 y 100 veces más.

Por esta razón, en la actualidad estos compuestos han sido sustituidos por otros
denominados HFC (hidrofluorocarbonados) que son respetuosos con el ozono y
actúan directamente sobre el fuego a bajas concentraciones. Además de esta
ventaja, estos compuestos comparten la mayoría de aquellas que poseían los
halones originales:

- Los HFC se descargan y apagan los incendios en pocos segundos. No


dejan residuo que dañe objetos sensibles o insustituibles, no conducen
electricidad y no son corrosivos.

Los HFC se almacenan como gases licuados a presión y se requiere una


cantidad relativamente pequeña de agente para conseguir la extinción. Por
esta razón los sistemas de HFC suelen usar menos botellas que en el caso de
otros agentes gaseosos y ocupar menos superficie.

- Los sistemas de HFC están diseñados para alcanzar una concentración


de diseño en un máximo de 10 segundos. Esto es especialmente
importante en el caso de los incendios de propagación rápida o donde se
protegen bienes sensibles de alto valor.

- Debido a la cantidad relativamente pequeña de gas que se descarga de


los sistemas de HFC, el descenso de temperatura en el recinto protegido
es insuficiente para dañar los equipos electrónicos sensibles.

- Los HFC más comunes usados en la protección contra incendios se


pueden respirar sin peligro a las concentraciones normales de diseño. No
son tóxicos ni reducen significativamente el nivel de oxígeno.

- No obstante, En caso de incendio, se requiere que todo el personal salga


cuanto antes para minimizar la exposición a los productos de
combustión y de descomposición del agente extintor.

Al igual que en el caso del CO2, la descarga de los HFC puede provocar una
nube visible de condensación cuya densidad depende de la humedad relativa
del aire en el espacio protegido y que se disipa en pocos minutos.

5.3 GASES INERTES.

Son productos que comenzaron a usarse tras la prohibición de actuar con los
primeros halones. Son una combinación de CO2 y gases nobles (argón y
nitrógeno) en distintas proporciones y su mecanismo de extinción es la
sofocación, eliminando el oxígeno del recinto, por lo que su aplicación es por
sistemas de inundación total.

Desde el punto de vista medioambiental, los gases inertes son neutros y están
disponibles fácilmente. El agente se conserva en forma de gas comprimido y
puede estar almacenado lejos del compartimiento protegido

Su utilización habitual se realiza en sistemas de inundación total, donde


existen equipos o componentes electrónicos de gran valor, y en todos
aquellos en que el resto de agentes extintores puedan producir daños por
corrosión, inundación o abrasión. También se utilizan en sistemas de
prevención y supresión de explosiones.
Las principales virtudes de este agente extintor son las siguientes:

Los gases inertes se almacenan como gases comprimidos, no en fase


líquida, por lo que no se produce un descenso significativo de temperatura
ni del compartimiento, ni de los equipos. Contrariamente a lo que podíamos
pensar, esto es una ventaja, ya que el enfriamiento no es su método de
extinción y una gran bajada de temperatura produce condensaciones y efectos
no deseados.

• La descarga de los gases inertes no aporta al compartimiento


ninguna sustancia corrosiva.

• No se produce ninguna descomposición térmica de los gases


inertes durante la extinción, por lo que no existe ningún peligro
de gases tóxicos salvo de los generados por el propio fuego.

• Los gases inertes se consideran seguros para las personas a


las concentraciones normales de diseño. No son tóxicos y no
provocan sensibilización cardiaca. No obstante, en caso de
incendio, se requiere que las personas salgan cuanto antes para
minimizar el riesgo de exponerse a los productos de combustión.

- Los gases inertes se fabrican y suministran localmente en cada país y están


disponibles en el mundo entero.

- Otros efectos positivos son su bajo coste y mínimo daño medioambiental

Como efectos negativos podemos apuntar que necesitan un tiempo de descarga


más elevado, mayor volumen de agente extintor (de 8 a 10 veces mayor) y
equipos de descarga más complejos, todo ello comparado con lo que el halón
necesitaba
6.- Agentes extintores sólidos.

El principal agente extintor sólido usado actualmente es el denominado polvo


extintor.
● El polvo extintor es una sustancia en estado pulverulento
denominada comúnmente: “polvo seco”, “polvo químico seco”, “polvo
químico” o “polvo polivalente”.
● Su composición es a base de sales inorgánicas y aditivos:

- Bicarbonato sódico.

- Bicarbonato potásico.
- Cloruro potásico.
- Bicarbonato de urea-potasio.
- Fosfato monoamónico.

- Metales alcalinos.
Para nota.
Se le añaden estearatos metálicos, fosfato tricálcico, siliconas y otros
productos para mejorar la fluidez, higroscopicidad (Propiedad de absorber
y exhalar la humedad dependiendo del medio) y aislamiento eléctrico del
producto final.

Entre sus propiedades principales, destacamos las ya mencionadas sobre


su naturaleza, ya que el tamaño de partícula utilizada va a ser siempre
inferior a 500 micras. Otras características interesantes para su uso como
agente extintor radican en su toxicidad nula, salvo si se produce una
descarga masiva que puede causar problemas respiratorios y falta de
visibilidad, y en su mal comportamiento como conductores de la
electricidad.

Estos agentes, se clasifican en distintas categorías, dependiendo del tipo de


fuego para el que estén indicados. Estas son:
- Polvo convencional o BC para fuegos de tipo B y C.

- Polvo polivalente ABC para fuegos de tipo A, B y C.


- Polvos especiales para combatir fuegos del tipo D.

Recordemos, que de todos los agentes extintores vistos hasta ahora, este es
el primero que es aplicable para fuegos tipo D. De hecho es el único indicado
para este tipo de incendios, tan complejos, aunque afortunadamente poco
habituales. Estos incendios son tan singulares, que son precisos compuestos
distintos dependiendo del material concreto que esté ardiendo. Se indican a
continuación algunos de los agentes y su aplicación.

ADECUACIÓN DE DISTINTOS POLVOS PARA LA EXTINCIÓN O


CONTROL DE FUEGOS DE
METALES

Naturale Sodio Potasio Litio Magnesio Aluminio Titanio Uranio Zirconio


za del
polvo
*C
Talco

* * * **(seco) * ** ** **
Grafito
Arena seca *C
Limaduras de hierro *C *

Cloruro sódico ** ** *

Cenizas de sosa ** ** **
(Carbonato sódico)

Silicato de
zirconio
**C *
**
(seco) C
(
Dolomitas s
(carbotato de e
calcio y c
magnesio) o
)

* Aceptable **Adecuado C - Solo para control de fueg


No obstante, en la actualidad ya existen compuestos complejos sujetos a
patente, que son capaces de actuar sobre un mayor número de combustibles de
este tipo.

El método de extinción que emplean estos agentes es diverso, aunque se


centra en la sofocación e inhibición, siendo el enfriamiento que producen
en su descarga prácticamente despreciable.
Sus aplicaciones coinciden básicamente con las descritas al indicar la tipología
de los polvos:

- Fuegos tipo A: Se emplea el denominado polvo polivalente ABC,


utilizando extintores de distintos tamaños.

- Fuegos tipos B y C: Se utiliza el denominado polvo seco teniendo una


gran efectividad, tanto en extintores como en instalaciones fijas.

- Fuegos tipo D: Se utilizan EXCLUSIVAMENTE los polvos adecuados a


cada tipo de metal y NO pueden utilizarse ninguno de los anteriores.

Adicionalmente, el polvo es muy mal conductor de la electricidad pero se


recomienda no utilizarlo en tensiones superiores a 1.000 voltios. En
cualquier caso, sus características de abrasivo y propiedades que lo llevan
a descomponerse a altas temperaturas, así como a dispersarse con
facilidad y penetrar fácilmente en el interior de los equipos, hacen no
recomendable su uso sobre sistemas eléctricos, electrónicos y mecánicos.
En su utilización conjunta con espumas deben utilizarse polvos compatibles que
deberán estar indicados por el fabricante en cuestión.
MÉTODOS DE EXTINCIÓN DE FUEGOS

Para extinguir un fuego es necesario, por lo menos anular, uno de los cuatro
elementos del tetraedro de fuego. A continuación damos una
breve descripción de cada uno de los métodos empleados más comúnmente:

ACTUACIÓN SOBRE EL COMBUSTIBLE- ELIMINACIÓN


Este método se centraliza en la eliminación del combustible o en evitar la
formación de mezclas inflamables a través del retiro del combustible de la zona
del fuego antes de que sea efectuado por el fuego. Las medidas preventivas más
frecuentes son:
* Sustituir el combustible por otro que no lo sea o tenga un punto
de inflamación superior.* Diluir el combustible mediante el empleo de aditivos
que eleven el punto de inflamación.* Ventilar las zonas donde se puedan formar
concentraciones de vapores inflamables.* Eliminar los residuos inflamables a
través de programas de limpieza y utilización de recipientes herméticos.* Aspirar
de forma localizada aquellas zonas donde se pueden generar mezclas
inflamables.* Ignifugar el combustible mediante el empleo de elementos que
permiten disminuir la combustibilidad de éste.* Almacenar y transportar los
combustibles en recipientes estancos.

ACTUACIÓN SOBRE EL COMBURENTE- SOFOCACIÓN


Consiste en actuar sobre el comburente, en general el oxígeno del aires,
mediante el recubrimiento del combustible con un material difícilmente
combustible o incombustible (manta ignífuga, arena, tierra, etc), o la protección
de un gas inerte, por ejemplo dióxido de carbono que provoque la disminución
de la concentración de oxigeno por la presencia de un productos incombustible
como por ejemplo polvo químico.

ACTUACIÓN SOBRE LA ENERGÍA DE ACTIVACIÓN- ENFRIAMIENTO


Consiste en actuar sobre la energía de activación (calor), eliminándola y por
consiguiente, deteniendo la combustión. Esto puede lograrse a través del
agregado de sustancias que absorban dicha energía como por ejemplo agua.
La medidas preventivas están relacionadas con los criterios entre los que
encontramos:
* Adecuar las instalaciones eléctricas a lo prescripto por la legislación
vigente.* Separar y almacenar de forma adecuada las sustancias
reactivas.* Ventilar y controlar la humedad en las zonas donde se almacenan
sustancias auto- oxidables.* Prohibición de fumar y evitar cualquier otra fuete de
ignición.* Refrigerar o ventilar los locales expuestos a cargas térmicas
ambientales.* Recubrir o apantallar las áreas donde se efectúa proceso en
caliente como soldaduras.* Pedir permisos de fuego para las operaciones antes
mencionadas.* Utilizar herramientas antichispas.

ACTUACIÓN SOBRE LA REACCIÓN EN CADENA


Consiste en actuar sobre la reacción en cadena, es decir impedir la formación de
la combustión en el combustible mediante la adición de compuestos que dificulte
el proceso. Los polvos químicos actúan de esta forma.
Como técnicas preventivas de este tipo encontramos:

* Ignición de tejidos.* Adición de antioxidantes en plásticos.


Criterios de la transmisión del calor

El calor se trasmite de tres formas diferentes:

CONDUCCIÓN
Es la transferencia de calor por contacto directo entre dos cuerpos. Se da
únicamente cuando los cuerpos se encuentran a temperaturas diferentes.
La dirección del flujo calorífico es siempre de los puntos de mayor calor a los de
menor calor. La cantidad de calor que atraviesa una superficie es directamente
proporcional a dicha superficie y a la diferencia de temperaturas e inversamente
proporcional al espesor. La constante de proporcionalidad es el coeficiente de
conductividad térmica (K). A mayor conductividad térmica, mayor la cantidad de
calor que pasa por unidad de tiempo si los demás factores permanecen iguales.
CONVECCIÓN
El calor que se produce en un fuego se transfiere al aire circundante por
conducción, y el calentamiento de otros objetos se produce a través de la
circulación de este aire caliente. En un incendio este tipo de transferencia de
calor ocurre regularmente en sentido ascendente. Este tipo de sistema de
transmisión del calor es el que más influencia tiene en la propagación del fuego
a través de un edificio.

RADIACIÓN
Es la transferencia de calor por la emisión de ondas electromagnéticas que se
mueven a través del espacio siendo absorbida por los cuerpos que no son
transparentes a ellas (cuerpos opacos). La energía radiante depende de
la temperatura del cuerpo emisor y la naturaleza de la superficie. A menor
temperatura, la radiación por unidad de tiempo es más pequeña. Cuando la
temperatura aumenta, la radiación por segundo crece rápidamente, siendo
proporcional a la cuarta potencia de la energía.

MÉTODOS DE EXTINCIÓN DE FUEGO

La forma de actuar ante los incendios forestales vendrá determinada por el tipo
de fuego ante el que nos encontremos y las características del mismo. La
coordinación entre los efectivos que luchan contra el fuego es esencial para la
extinción del fuego y la seguridad de los operarios.

Si el fuego lleva poco tiempo activo y es de pequeñas dimensiones, se puede


optar por el ataque directo, aunque este no siempre es posible, por lo que se
tiene que recurrir al ataque indirecto.

ATAQUE_DIRECTO
Consiste en actuar directamente sobre el frente de fuego, tratando de extinguirlo
mediante agua, tierra, batefuegos, ramas, etc. Este tipo de ataque se suele
utilizar en los incendios de superficie y cuando llevan poco tiempo activos. En
este ataque directo se empezará a luchar contra el fuego por la cola siguiendo
después por los flancos y terminando en la cabeza.
El agua es el mejor medio y el más rápido para apagar un incendio, porque enfría
el combustible a la vez que lo aísla del aire, eliminando el oxígeno del triángulo
del fuego. El agua debe dirigirse hacia la base de las llamas. El problema de la
utilización del agua es la dificultad de encontrarla cerca del incendio forestal y de
transportarla hasta el lugar.

Hay muchos tipos de batefuegos, pero por lo


general, el extremo de los batefuegos es una
plancha triangular o rectangular, metálica o de
caucho, con superficie continua o formada por
varillas. Los batefuegos se utilizan dando golpes
repetidos sobre ramillas menudas, hierbas,
hojarascas, etc., en llamas. El sentido del golpe
debe dirigirse hacia la superficie quemada a fin de
que incidan sobre ella las pavesas y las brasas. Si
no se tienen estos batefuegos, se pueden utilizar las
ramas verdes.

ATAQUE_INDIRECTO
El ataque indirecto se realiza mediante barreras (cortafuegos, carreteras, fajas
de apoyo, etc.). La línea de defensa no estará muy alejada del frente de fuego,
y se situará teniendo en cuenta la velocidad de propagación del incendio y otras
características del fuego (velocidad del viento, topología, tipo de vegetación,
etc.)

Cuando el fuego avanza por una zona de monte en la que no existen


cortafuegos, caminos, ni ninguna barrera, se suele eliminar la cubierta vegetal y
se remueve el terreno para eliminar los materiales combustibles. Estas fajas de
apoyo o cortafuegos de emergencia, cuya anchura será la mínima necesaria
para contener el incendio o para dar un contrafuego. Cuando una faja de esta
clase se establece en una ladera, se cava una zanja para evitar que los
materiales que bajan rodando extiendan el fuego y queden retenidos en esa
zanja. Las dimensiones de la zanja dependerán de la pendiente y del tamaño de
los materiales que bajen.
Por tanto, es aconsejable lo siguiente:

 Cuando la faja se haga para separar la zona quemada de la no quemada,


o para esperara y realizar un ataque directo, el combustible se depositará
en el lado opuesto al del fuego.
 Cuando la faja actúe como cortafuego, el combustible se depositará en el
lado del fuego.

En ocasiones, no suele haber tiempo para realizar una faja de apoyo cortando y
retirando la vegetación, por lo que se emplea el fuego, es decir, el contrafuego.
Es un fuego voluntario y controlado, que apoyándose en una línea
suficientemente segura, avanza en condición contraria al avance natural del
incendio que se trata de dominar y extinguir. De esta manera se intenta detener
el último en la zona quemada por el primero. Este método del contrafuego se
basa en el principio del triángulo del fuego, concretamente en el elemento
combustible, si no tiene combustible el fuego no avanza. Pero esta decisión, por
los peligros y le responsabilidad que entraña, sólo puede ser tomada por la
persona que dirige los trabajos de extinción. La decisión de realizar un
contrafuego la debe tomar el jefe de la extinción.

En los incendios forestales es frecuente la utilización de medios aéreos, los


cuales permiten llevar agua al frente de fuego con rapidez. Para estas tareas se
utilizan dos tipos de aviones, que se diferencian en la forma de cargar el
agua. Los aviones anfibios cargan el agua durante el vuelo en embalses o en
puntos protegidos de la costa (rías, puertos, puertos, bahías, etc.). El otro tipo de
avión carga el agua en tierra mediante mangueras. En ocasiones también se
utilizan helicópteros con depósitos colgados, que se cargan desde tierra o
sumergiéndolos en un punto de toma de agua. Los puntos de carga de agua
deben estar relativamente cercanos al incendio para que la actuación de estos
hidroaviones sea eficaz.
TERMINOLOGÍA
CONCLUSIONES

Los extintores de incendio son unos equipos imprescindibles para la lucha contra
los incendios que tienen su aplicación específica en los primeros momentos del
mismo.

Es fundamental que sean adecuados al tipo de fuego derivado de los combustibles


presentes en las áreas protegidas, que se encuentren cerca de los lugares en los
que es posible el inicio de un incendio y que estén en buenas condiciones
de funcionamiento.

Esperamos que la aplicación de los criterios expuestos en esta Guía para la


Selección, Instalación, Uso y Mantenimiento de los Extintores de incendios,
contribuya a que los extintores que Usted dispone cumplan estos objetivos de
protección y sirvan para extinguir con éxito cualquier conato de incendio que
pueda producirse en el desarrollo de su actividad profesional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://www.miliarium.com/monografias/Incendios/Metodos.asp
http://img.webme.com/pic/e/extintoresctbtrf1a/metododeextincion.jpg
ANEXOS

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