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Nociones Generales
Índice
1 Tabla de contenido
Introducción………………………………………………………………………………………………………………………………………. 2
1
1. Los derechos humanos: nociones generales ...........................................................................
Introducción
Los derechos humanos suponen una apuesta por la continuidad del pensamiento
que ha inspirado la acción en las sociedades durante gran parte de los dos últimos
siglos. Se puede retomar los principios de donde nacen los derechos humanos,
unos ejemplos de dichos símbolos son los principios de libertad, igualdad y
fraternidad que al ser contrastados con la situación actual, surge la pregunta:
¿Hasta qué nivel se cumplen los derechos humanos?.
La libertad de los ciudadanos, respaldada por los derechos civiles que hacen
posible su ejercicio, resulta con frecuencia ignorada, y estos últimos crecientemente
socavados desde diversos poderes ante la aparente indiferencia o resignación de
gran parte de las instancias encargadas de protegerlos.
MÓDULO 1.
1.
Los Derechos Humanos:
Nociones Generales
Son muchas y diversas las definiciones existentes sobre derechos humanos, por lo
que hemos optado por presentar aquí algunas sobre las que existe un amplio
consenso a nivel internacional, y otra que destaca por su claridad. Antes de ello,
cabe señalar que etimológicamente la expresión derechos humanos hace alusión a
derechos que se poseen por el solo hecho de ser seres humanos; en otros términos,
derechos que las personas detentan simplemente por su condición de tales.
Las Naciones Unidas nos aportan la siguiente definición genérica: “Los derechos
humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, 4
color, religión, lengua, o cualquier otra condición”. Complementariamente, y
desde un enfoque jurídico, la misma organización afirma que: “Los derechos
humanos son garantías jurídicas universales que protegen a los individuos y
los grupos contra acciones y omisiones que interfieren con las libertades y
los derechos fundamentales y con la dignidad humana” (Fuente: Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos).
Por otra parte, otra definición ilustrativa y comprensiva de las distintas dimensiones
de los derechos humanos resulta la utilizada por las entidades del grupo Red en
Derechos, que expresa que éstos son un: “Conjunto de valores, principios y
normas universales, propios de la dignidad de la persona humana y se refieren
a la vida, libertad, igualdad, seguridad, participación política, bienestar social
y cualquier otro aspecto ligado al desarrollo integral de la persona” (Fuente:
Grupo Red en Derechos).
Intentando una síntesis y una definición propia a partir de los elementos expuestos,
se puede afirmar que los derechos humanos constituyen atribuciones y garantías
inherentes a las personas, fundadas en la dignidad humana y necesarias para su
desarrollo integral, que consagran valores reconocidos, apreciados y comunes a las
diversas culturas y civilizaciones, que deben ser respetadas como tales sin
La raíz de los derechos fundamentales se dio en Francia a finales del siglo XVIII con
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Los derechos
fundamentales se encuentran plasmados en las constituciones de los Estados, 5
debido a la magnitud e importancia que los caracteriza. Se les denomina así
(fundamentales) por la relevancia de los derechos que agrupa el concepto:
aquellos derechos que se consideran vitales para el desarrollo individual y social de
las personas, con independencia de factores como condición social, religión,
preferencia sexual o nacionalidad. Generalmente los derechos fundamentales son
derechos humanos reconocidos por el Estado o los Estados en cuestión, es decir,
son derechos humanos positivados.
Antonino Pérez Luño nos presenta una de las definiciones más aceptadas por
aquellos que desean alejarse de definiciones formalistas, tautológicas o teológicas:
los derechos humanos son un conjunto de facultades e instituciones que en cada
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Jiménez Campo Javier, Derechos Fundamentales: Concepto y Garantías, Madrid, Trotta, 1999, p. 24
Por su propio origen y naturaleza, los derechos humanos poseen una serie de
características y principios que les son aplicables y sobre los que existe amplio
consenso: son universales, inalienables, no discriminatorios, indivisibles,
interdependientes, gozan de protección legal e imponen obligaciones.
los derechos humanos y, a la vez, una de sus mayores fortalezas: todos los
Estados miembros de las Naciones Unidas han manifestado su
consentimiento en obligarse y ratificados al menos uno de los tratados
fundamentales de derechos humanos, y el 80% de ellos ha ratificados al
menos cuatro de éstos, lo que constituye una expresión concreta de la
universalidad de los mismos y del consenso de los Estados al respecto.
Cabe destacar que si bien los Estados son los principales sujetos obligados
o titulares de obligaciones, también otros actores están vinculados y
obligados a respetar los derechos humanos para con sus semejantes, entre
ellos la comunidad internacional, la familia o las empresas, lo que es objeto
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de tratamiento en apartados posteriores.
Para finalizar, y atendiendo al objeto del presente trabajo, cabe hacer referencia a
dos características surgidas de la evolución de los derechos humanos y de la
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Puesto que los Derechos Humanos son una realidad compleja de naturaleza ético-
jurídica y política, según el ámbito al que se refiere la fundamentación de los
Derechos Humanos puede hablarse de diversos tipos o clases de fundamentación
de los mismos:
2
PEREZ LUÑO, A.E.: La seguridad jurídica, Ariel, Barcelona, 1991, pp. 23-26
3
KELSEN, H.: Teoría pura del derecho, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 12 ed. , 1974, pp. 125 y ss
4
CASTRO, Federico de: Derecho civil de España, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, T. II, 1952, p. 27 nota1
5
BOBBIO, N.: Sul fundamento dei diritti dell´uomo en Rivista Internazionale di Filosofia del Diritto, Roma, 1965, pp. 301 y ss.
6
PEREZ LUÑO, A.E.: Sobre la igualdad en la Constitución española en Anuario de Filosofía del Derecho, Nueva Epoca, T. IV, Madrid, 1987, p.141.
7
MUGUERZA, J.: La alternativa del disenso en MUGUERZA y otros autores El fundamento de los Derechos Humanos, Debate, Madrid, 1989, pp. 19 y ss
8
SCHMAUS, M.: Teología dogmática, 2ª Edición, Rialp, Madrid, 1963, T. I, p. 516
9
STEINBÜCHEL: Die Philosophischen Grunlegung der catholischen Sittenlhere... citado por Schmaus, M.: Op. cit., p. 334.
10
KÜNG, H.: Ser cristiano, Editorial Cristiandad, Madrid, 1977, p. 748.
11
RAHNER, K.: Escritos de Teología, Madrid, 1961, p. 245.
al estallido revolucionario, pues tal análisis nos permitirá comprender mejor por
qué ciertos derechos humanos fueron exaltados en la Declaración y, en cambio,
otros quedaron en un segundo plano u omitidos, aunque posteriormente
incorporados en la Constitución de 1791 o en la de 1793. Los historiadores
coinciden en señalar que el estado social y político de Francia en el siglo XVIII
no cuadraba con el avance alcanzado en el plano de las ideas filosóficas en el
campo de las ciencias naturales o experimentales El siglo XVIII es conocido,
precisa mente, como el "siglo de las luces", de la Ilustración Los pensadores
de la época creían en el derecho natural, en la "razón" y en el "progreso", se
mostraban escépticos frente a la religión, críticos del "derecho divino de los
reyes" y de las instituciones sociales existentes Hasta un historiador tan
conservador como Hipólito Taine reconoce que la Corte de Versalles, en
tiempos de los Luises, era anacrónica, más propia de la China de los
mandarines que de la Francia moderna.
Una de las peores injusticias del sistema era el régimen de tributación, basado
en una increíble e inmoral desigualdad Mientras los nobles y el alto clero apenas
tributaban (y siempre hacían lo posible por evadir los pocos impuestos que les
correspondía pagar) se estima que el 81% del valor de la cosecha lo tenía que
entregar el campesino al Estado, dada la serie de cargas que se le imponían
Esta situación, que no era exclusiva de Francia, hacía que el campesino fuera
Aún cuando algunos historiadores sostienen que el deseo del francés de gozar
de libertades civiles y políticas fue más estimulado por el ejemplo de las
libertades y garantías arrancadas por los ingleses a su rey y por la
Independencia de los Estados Unidos, que por la influencia de las doctrinas
filosóficas, lo cierto es que sin la labor de los pensadores franceses del siglo
XVIII, especialmente de los enciclopedistas, sería imposible entender un
fenómeno tan complejo como fue la Revolución de 1789 que algunos incluso
sostienen no es más que la puesta en acción del "Contrato Social" de Rousseau. 23
Los escritores franceses del siglo XVIII, afirma Cariton Hayes, en su Historia
Política y Cultural de la Europa Moderna (Hayes, 1946), experimentaron
particularmente no sólo la influencia de la filosofía política de Locke, sino
también la de los extraños contrastes que descubrían entre el gobierno de su
país y el del gran filósofo Inglaterra tenía una "Constitución" de la que Francia
carecía La soberanía del rey de Inglaterra era limitada, en tanto que la del de
Francia era absoluta y arbitraria El parlamento inglés era poderoso y la libertad
personal se encontraba garantizada y respetada allí, en tanto que en Francia no
existía una participación efectiva del pueblo en el gobierno, ni menos,
salvaguardias de las libertades individuales Grandes pensadores franceses
hicieron, en esa época, apología de las libertades e instituciones inglesas Tal
fue el caso de Voltaire, quien, en 1734, publicó sus Cartas sobre los ingleses,
en las cuales, a la vez que describe las instituciones políticas inglesas,
aprovecha para criticar el orden de cosas existentes en Francia y la emprende
contra la Iglesia y el Estado Voltaire elogia las costumbres de los cuákeros
ingleses y atribuye la prosperidad de Inglaterra a la circunstancia de haberse
librado de sacerdotes, eremitas y frailes. El clamor que se alzó en Inglaterra
pidiendo libertad y propiedad, era, según Voltaire, el grito de la Naturaleza "Los
ingleses, dice, merecen ser envidiados, porque entre ellos todos los ciudadanos
han recobrado los derechos naturales que los súbditos de otras monarquías han
Por consiguiente, con valor similar al que ésta tiene en su opúsculo didáctico
sobre los derechos humanos, editado por la UNESCO, Leah Levin dice "La
Declaración” no es, como tal, un documento jurídicamente obligatorio, pero los
estados, al utilizarla e invocarla, le han otorgado una legitimidad gracias a la
cual pueden recurrir a ella, jurídicamente, en los niveles internacionales e
internos En la Conferencia sobre Derechos Humanos de Teherán, celebrada en
1968, la comunidad internacional acordó que "la Declaración Universal
significa que hay en los pueblos del mundo un consenso en cuanto a los
derechos inalienables de todos los integrantes de la familia humana, y
constituye una obligación para los miembros de la comunidad
internacional", pero Levin advierte "No existe sanción jurídica que obligue a
los Estados a cumplir con esta obligación Como en otros campos del derecho y
la práctica internacionales, la sanción de que dispone la comunidad
internacional es el retiro de la confianza por parte de los estados frente a
quienes no están dispuestos a cooperar en el cumplimiento de sus
obligaciones".
Cabe observar, como lo hacen ver algunos tratadistas, que para una mayor
eficacia de la acción internacional en pro de los derechos humanos, se necesita
revisar el clásico concepto de la soberanía estatal absoluta, otros, en cambio,
sostienen que los estados que suscriben y ratifican los pactas internacionales
referentes a los derechos humanos, libre y soberanamente están aceptando los
procedimientos en ellos previstos para la protección internacional de los
derechos humanos.
Si bien se sostiene que el origen de los derechos humanos se ubica en los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial y en vinculación con el surgimiento de
la Organización de las Naciones Unidas, cabe afirmar que este momento
constituye solamente una etapa de un largo proceso histórico iniciado mucho
tiempo antes y por el cual se reconocen, consagran, positivizan y jerarquizan a
nivel universal derechos que, como se ha analizado, por su misma naturaleza
Para finalizar, cabe señalar que así como la labor de Naciones Unidas fue
y es esencial en el reconocimiento, promoción y tutela de los derechos
humanos tanto en el ámbito normativo como institucional, su labor fue y
continúa siendo de suma importancia en orden a mover al diálogo y a
aproximar los derechos humanos al concepto de desarrollo o, en otros
términos, en orden a promover el trabajo con derechos humanos en el
ámbito del desarrollo, en el entendimiento de que sin su respeto no hay
desarrollo posible, lo que es objeto de tratamiento en apartados
posteriores.
Derecho a la vida.
Derecho a no sufrir torturas ni tratos o penas crueles, inhumanas o
degradantes.
Derecho a no ser sometido a esclavitud, servidumbre o trabajos forzosos.
Derecho a la libertad y la seguridad de la persona.
Derecho a no ser sometido a arresto o detención arbitrarios.
Derecho de las personas detenidas a ser tratadas humanamente.
Derecho a la libertad de circulación y de residencia.
Derecho a la justicia y a un juicio imparcial.
Derecho a la prohibición de las leyes penales retroactivas.
Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica.
Derecho a la intimidad.
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
Derecho a la libertad de opinión y expresión.
Derecho a la prohibición de la propaganda en favor de la guerra y de la
apología del odio nacional, racial o religioso.
Derecho a la libertad de reunión.
Derecho a la libertad de asociación.
Derecho a la propiedad privada.
Derecho a contraer matrimonio y formar una familia. 41
Derecho a participar en la dirección de los asuntos públicos, a votar y ser
elegido y a tener acceso a las funciones públicas.
Derecho a la igualdad ante la ley y a la no discriminación por ninguna
causa.
Derecho a la nacionalidad.
Derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias en la vida privada y
familiar, a la privacidad del domicilio y la correspondencia y a no sufrir
ataques a la honra o reputación.
Derecho a solicitar asilo en caso de persecución política.
En el marco de esta tendencia, los derechos humanos que integran esta segunda
generación son cada vez más y mejor reconocidos y definidos por los
ordenamientos jurídicos (convenciones y tratados, normas y regulaciones
regionales, Constituciones, leyes y regulaciones nacionales), lo que genera para los
Estados, como se ha señalado, obligaciones jurídicas concretas tendentes a
garantizar el disfrute de los mismos a las personas bajo sus jurisdicciones.
Por otra parte, interesa resaltar que el reconocimiento de los derechos económicos,
sociales y culturales, junto con el principio de la no discriminación que rige en la
materia, dan lugar a que la atención se centre en los grupos más excluidos,
discriminados y marginados de la sociedad. En este sentido, los derechos de esta
generación constituyen herramientas jurídicas útiles para mejorar la inclusión y
revertir realidades como la desnutrición y la falta de acceso al agua potable, el
desempleo o la precariedad laboral, la falta de acceso a la salud, el analfabetismo
y la deserción escolar, la falta de acceso a la vivienda, la falta de acceso a la tierra,
los desalojos y desplazamientos forzados, la desigualdad y la pobreza, entre otras
manifestaciones que atentan contra la dignidad de las personas. Desde este
enfoque, la pobreza puede ser entendida como la falta de oportunidades en lo
económico, en lo social y en lo cultural que impide a las personas tener una vida
digna. La plena realización de estos derechos contribuye a reducir las
desigualdades y las asimetrías entre los miembros de la sociedad y, por lo tanto, a
hacer efectiva la igualdad real. Atento a ello, las estrategias de desarrollo y de lucha
contra la pobreza que derivan de las obligaciones internacionales en materia de
derechos económicos, sociales y culturales deben estar destinadas a los grupos
más vulnerables, puesto que son los más desfavorecidos los titulares prioritarios de
estos derechos.
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Como se puede apreciar, los derechos económicos, sociales y culturales requieren
para su consecución de actuaciones concertadas de los Esta- dos con otros actores
sociales en tanto que titulares de responsabilidades; poseen una especial
vinculación con el derecho al desarrollo y con la cooperación internacional, y su
realización está íntimamente relacionada con el objeto del presente trabajo, puesto
que ésta constituye el fin de la aplicación del EBDH a los programas y proyectos de
desarrollo.
Para finalizar con el desarrollo de este apartado, cabe señalar que, si bien todas las
características y los principios generales de los derechos humanos oportunamente
analizados resultan aplicables a todos los derechos de las tres generaciones, las
particularidades de las distintas generaciones repercuten en su tutela y, como se
verá, en la aplicación del EBDH. Así, partiendo de que todos los derechos son
universales, inalienables, no discriminatorios, indivisibles, interdependientes, gozan
de protección legal e imponen obligaciones, las actuaciones y el carácter de las
obligaciones de los Estados varía: mientras que en el contexto de los derechos de
primera generación adquieren relevancia las obligaciones negativas o de no hacer
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