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Vivienda social y espacio urbano en Santiago de Chile

Rodrigo Hidalgo

Vivienda social y espacio urbano en


Santiago de Chile. Una mirada
retrospectiva a la acción del Estado en las
primeras décadas del Siglo XX1
Rodrigo Hidalgo2
Abstract

Chilean public housing begins in the last decade of the 19th century, when initiatives
that tried to solve the problem of popular housing arose from philantrophy and catholic
charity. The State gave an important step by promulgating the Workers Housing Law
in 1906, which became the first law trying to approach that situation in an integral
way. The Cheap Rooms Law and the Renting Law of 1925 are a consequence of the
application of the 1906 legislation, as well as the social and political processes that
Chile experienced during the first decades of the 20th Century. The territorial aspects
that shaped those initiatives are analyzed, considering the localization of the main
neighborhoods built around those actions in the city of Santiago, and the respective
social and political debate accompanying this process.

Key Words: Public Housing, Housing Legislation, Urbanization.

Resumen

El origen de la vivienda social chilena se remonta a la última década del siglo XIX,
período en el que se generaron, desde la filantropía y beneficencia católica, una
serie de iniciativas que intentaron dar solución al problema de la habitación popular.
El Estado dio un paso importante en esta materia al promulgar la Ley de Habitacio-
nes Obreras en 1906, la que constituye la primera normativa que trata de abordar de
forma integral dicha situación. La Ley de Habitaciones Baratas y la Ley de Arrenda-
mientos de 1925 son una consecuencia de la aplicación de la legislación del año
1906 y de los procesos sociales y políticos que vivió el país en las primeras décadas
del siglo XX. Se analizan aquellos aspectos territoriales que marcaron dichas inicia-
tivas, teniendo presente para ello la localización en la ciudad de Santiago de los
principales conjuntos residenciales que se edificaron en torno a esas acciones y el
respectivo debate político y social que acompañó a dicho proceso.

Palabras clave: Vivienda social, Legislación Habitacional, Urbanización.

1
El presente articulo expone parte del Proyecto del Fondo de Desarrollo de la Docencia titulado "La
Geografía y los procesos urbanos: evolución, forma y crecimiento espacial de la ciudad", financiado por la
Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 2002.
2
Profesor del Instituto de Geografía de la PUC. Doctor en Geografía Humana, Universidad de Barcelo-
na. El auto agradece la valiosa contribución cartográfica e investigativa desempeñada por la geógrafa Carolina
Rodríguez a la presente publicación.

Revista eure (Vol. XXVIII, Nº 83), pp. 83-106, Santiago de Chile, mayo 2002
[83]

 
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Rodrigo Hidalgo

1. Introducción mera ley chilena que aborda el problema de


la habitación popular es la Ley de Habitacio-
nes Obreras de 1906. Este cuerpo legal cons-
Parte importante de la población que ha-
tituye, por una parte, el punto de partida de
bitaba en las ciudades de Europa y
un largo camino que ha desarrollado este país
América a fines del siglo XIX y princi-
para aproximarse a la solución de sus pro-
pios del XX, lo hacía en un ambiente carente
blemas sociales. Por otra parte, dicha norma-
de servicios básicos de urbanización. El ha-
tiva marcó el comienzo de las actuaciones
cinamiento, la segregación social, la falta de
públicas en el contexto de la vivienda social,
servicios públicos y la degradación de las
y tuvo importantes implicaciones en el inicio
condiciones higiénicas constituyeron parte de
de la discusión en torno a cómo debían plani-
las características de la transición urbana vi-
ficarse las ciudades chilenas, considerando
vida en el cambio de siglo anterior; como
los requerimientos que planteaba la localiza-
transformaciones que marcaron el paso "des-
ción de los primeros barrios obreros en aque-
de la ciudad liberal de la primera revolución
llas áreas urbanas.
industrial a la ciudad neotécnica y posliberal"
(Capel y Tatjer, 1991).
Desde una perspectiva general, desde sus
comienzos la ciudad latinoamericana dio ca-
El tema de la vivienda obrera comenzó a
bida a la formación de áreas en las cuales
ser discutido por parte de la elite burguesa
desarrollaron su vida los sectores populares
progresista del Viejo Mundo en el contexto
de la sociedad. Los asentamientos origina-
de la Exposición Universal de París de 1867.
dos por aquellos contingentes de población,
Las sociedades de economía social, existen-
se construyeron generalmente fuera de la ciu-
tes hacia ese año en los distintos países de
dad formal y delimitada a partir de la cuadrí-
Europa, difundieron los valores de la casa
cula clásica. Los primeros actos de control y
unifamiliar, del sistema cooperativo y del de-
erradicación de algunas de las manifestacio-
recho del obrero a la propiedad de su vivien-
nes territoriales de la pobreza en estos
da como elementos que sustentaban la paz y
asentamientos, se dieron con mayor énfasis
la armonía social. Tal es el antecedente con
hacia finales del siglo XIX y principios del XX,
que cuentan los Congresos Internacionales
período en el cual los procesos de concen-
de Casas Baratas, celebrado el primero de
tración de población en las ciudades de ma-
éstos el año 1889 en París, y cuyos temas
yor desarrollo industrial comenzaron a cobrar
fundamentales fueron el estudio del financia-
cierta fuerza, dándose inicio así a la urbani-
miento, la legislación, la higiene y las normas
zación en determinados polos manufacture-
de edificación de las habitaciones para obre-
ros y mineros. Tanto los inmigrantes recién
ros (Barreiro, 1991).
llegados como los sectores populares ya exis-
tentes demandaron lugares para su aloja-
En este sentido, las duras condiciones de miento, ante lo cual surgieron distintas res-
vida que afrontaban las masas asalariadas y puestas, las que abarcaron desde las iniciati-
los inmigrantes llegados a las nacientes ciu- vas de los propios afectados, pasando por las
dades industriales del continente americano, acciones de las sociedades de beneficencia,
hicieron que los Estados de esos países co- hasta los emprendimientos públicos en la
menzaran a promulgar legislaciones que con- materia.
trolaran el mercado de los alquileres y la edi-
ficación de viviendas destinadas a los colec-
Es por esto que resulta relevante conocer
tivos de obreros.
los antecedentes históricos de los procesos
vinculados al desarrollo urbano de las ciuda-
Chile constituye uno de los países de des de América Latina, ya que las institucio-
América del Sur que desarrolló en forma más nes y normas establecidas en cada país du-
temprana su legislación habitacional. La pri-

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rante la primera mitad del siglo XX, fueron húmedas y putrecibles; y a los segundos como
utilizadas para dar forma a una parte no des- una reunión de cuartos redondos a lo largo
preciable de la ciudad en que vivimos hoy, en de una calle que sirve de patio común. Esta
nuestra región. última constituyó una modalidad optimizada
de alojamiento, debido a que la cocina y el
En este sentido, este artículo se adentra lavado de la ropa no se realizaba en los dor-
en el análisis del origen de la vivienda social mitorios (Gross y De Ramón, 1983). El "ran-
chilena y sus efectos sobre el espacio urba- cho" era en realidad una tipología de origen
no de Santiago, teniendo presente, las inicia- rural y constituyó una forma desmejorada de
tivas que se generaron desde la filantropía y alojamiento del mundo campesino, habiendo-
beneficencia católica a fines del siglo XIX, se derivado de las "rucas" indígenas, las cua-
hasta los emprendimientos que se realizaron les se levantaban con materiales precarios y
a partir de la promulgación de la Ley de Habi- techo de paja (Gross, 1985).
taciones Obreras de 1906 y la Ley de Habita-
ciones Baratas de 1925. Complementario a El conventillo era la vivienda más repre-
lo anterior, se ha buscado profundizar en sentativa de los pobres a finales del siglo XIX.
aquellos aspectos territoriales que marcaron Su descripción acaparó una importante can-
tales iniciativas, considerando la localización tidad de páginas en los diarios de los viaje-
en la ciudad de los principales conjuntos resi- ros, artículos de prensa y alusiones en nove-
denciales que se edificaron en torno a esas las (De Ramón y Gross, 1984). Esta forma
acciones, y el respectivo debate político y de habitar se asocia fundamentalmente a una
social que acompañó este proceso. vivienda colectiva, y tuvo variados matices,
así como diversos orígenes. Por una parte,
2. Las condiciones de vida de la esta tipología corresponde a la definición plan-
población obrera en los teada por el Dr. Puga Borne; en este caso, se
albores del siglo XX y sus trataba de construcciones precarias concebi-
formas de habitar en la das originalmente como conventillos para ser
ciudad puestas en régimen de alquiler en el merca-
do. Por otra parte, los conventillos se forma-
ron también por la acción deliberada de los
En relación con los barrios pobres de San- antiguos propietarios de casas ubicadas en
tiago, ya en 1843 el Intendente de la provin- la zona céntrica de Santiago, quienes las sub-
cia, José Miguel de la Barra, dictaba la pri- dividieron y comenzaron a alquilar las habita-
mera ordenanza alusiva a normar las habita- ciones en forma separada. En este último
ciones de aquellos lugares; tal ordenanza es caso, el proceso tiene lugar a partir del aban-
la referida a los "cuartos redondos", los cua- dono por parte de los grupos aristocráticos
les eran concebidos como aquella habitación de esas localizaciones, quienes posteriormen-
"que no tenía más luz ni ventilación que la te, y con un bajo nivel de inversión, reacondi-
que provenía de la puerta de entrada" (To- cionan aquellas viviendas para obtener be-
rres,1986). neficios económicos.

La vivienda popular en la segunda mitad Esta forma de construir viviendas y de


del siglo XIX se tipifica en tres categorías. A habitar en la ciudad, por parte de los secto-
los ya mencionados "cuartos redondos" se res populares, tuvo también sus expresiones
debían sumar los "ranchos" y los "conventi- homólogas en el contexto de América Latina.
llos". El doctor Puga Borne, médico higienista Por ejemplo, en Argentina los conventillos son
chileno de fines del siglo XIX, definió a los muy similares y reciben el mismo nombre; en
primeros como habitaciones construidas en Cuba los llamaron "ciudadelas" y en Brasil,
base a materiales compuestos por masas cortiços. En Argentina, el conventillo se con-

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virtió en una de las formas de habitación más como la salud e higiene pública, la pobreza y
extendidas en Buenos Aires, sobre todo a la carencia de servicios de urbanización
partir de la década de 1870, cuando se co- (Grez, 1997).
mienza a incrementar notablemente la pobla-
ción porteña debido a la llegada de importan- Antes de la promulgación de la Ley de
tes contingentes de migrantes provenientes 1906, durante la segunda mitad del siglo XIX
de Europa (Vásquez,1994). En Cuba, las "ciu- se redactaron una serie de normativas muni-
dadelas" son definidas como una casa o edi- cipales que pretendieron regular la construc-
ficio con muchos cuartos o habitaciones inte- ción de viviendas precarias, fijando normas
riores, reducidas y separadas, que se alqui- de edificación, detallando límites en los cua-
lan a diferentes personas y familias pobres, con les ese tipo de habitaciones no podían ser
un patio común para todos, así como con levantadas, y otorgando franquicias para que
una única puerta de entrada; "en ellas vivía los particulares invirtieran sus capitales en la
hacia finales del siglo XIX gran parte de la edificación de casas salubres y baratas. Como
población proletaria de la capital de ese país, hemos señalado, uno de los primeros ante-
estando algunas habitadas por población de cedentes relativos a normar la vivienda po-
color y otras, sólo por personas blancas" pular es la ordenanza de los ya mencionados
(Sardaña,1993). Los cortiços fueron, en las "cuartos redondos", promulgada en el año
principales ciudades brasileñas de principios 1843, la cual estableció lo siguiente: "Se
del siglo XX, el alojamiento típico de la pobla- prohíbe habitar todo cuarto a la calle que no
ción pobre, de los inmigrantes de las áreas tenga una ventana, cuando menos de vara y
rurales del interior del país y de aquellos que cuarto de alto y una vara de ancho, o postigo
provenían del Viejo Mundo (Bonduki, 2000). en la puerta de la mitad de alto y ancho de
ésta, a no ser que el cuarto esté comunicado
3. Las primeras iniciativas franca y expeditamente con algún corral o
legales en Chile patio" (Del Fierro, 1919).

Las precarias condiciones de vida de los En 1844 se dio un importante paso en ma-
más pobres llamaron la atención de los políti- teria de diseño de las áreas de expansión de
cos, intelectuales y burócratas, quienes, im- la ciudad, promulgándose un decreto que de-
buidos en el debate de la llamada "cuestión fine "las reglas para la oportuna delineación y
social", realizaron una serie de intentos por nominación de las nuevas calles, barrios o
abordar el problema que planteaba la esca- poblaciones" (Gurovich, 2000). Esta fue una
sez de viviendas baratas y salubres. de las primeras medidas tendentes a regular
los ensanches o áreas de expansión de los
centros urbanos chilenos en el siglo XIX. Pos-
Debemos destacar que la historiografía teriormente, la Ley de Municipalidades, apro-
chilena ha profundizado en el fenómeno de bada en 1854, decretó que éstas se encarga-
la "cuestión social", apuntando que ésta ad- ran de todo lo relativo "a la salubridad de las
quiere connotación a partir de la década de
ciudades y poblaciones, protegiéndolas con-
1880, cuando ciertos procesos relacionados
tra las causas ordinarias y comunes de infec-
con la evolución económica y social de Chile,
ción y prescribiendo reglas de policía sanitaria
cobraron especial relevancia y desencadena- cuando las circunstancias y acontecimientos
ron ciertos puntos de quiebre respecto de lo permitiesen" (De Ramón y Gross, 1984).
cómo abordar los problemas más acuciantes
de los sectores populares del país. Los efec-
tos de la expansión económica del último ter- En 1865 una ordenanza de la Municipali-
cio del siglo XIX exacerbaron y se sumaron a dad de Santiago define la exigencia obligato-
problemas ya existentes en las ciudades, ria de cierros de propiedades y les asigna una
altura mínima, justificada por razones de se-

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guridad y de conformación del orden urbano, giene y salud pública, que tuvo sus proyec-
medida que procuró contribuir al control de ciones en la vivienda obrera. Hacia la prime-
las construcciones precarias asociadas a los ra mitad de la década de 1880 aparece en el
"ranchos" y "cuartos redondos". En 1883 la debate médico, y posteriormente en el Con-
Municipalidad de Santiago estableció diver- greso, el tema de la salubridad. Las epide-
sas concesiones y franquicias a los construc- mias que azotaban a la población chilena con-
tores de habitaciones para obreros. La Ley tinuaron en aumento en ese período; el cóle-
de Municipalidades de 1887 agrega algunos ra que se detectó en Buenos Aires pronto se
preceptos sobre asuntos de higiene que su difundió hacia Chile. La puesta en marcha de
antecesora de 1854 no consideraba, así como medidas de salubridad en las ciudades eran
algunas disposiciones de aseo y ornato de especialmente urgentes, apuntándose "que
las ciudades. El 22 de diciembre de 1891 se era la hora propicia para emprender la tarea
promulga una nueva normativa municipal, de una ley sobre higiene pública" (Illanes,
también conocida como la "Ley de la Comu- 1993).
na Autónoma". La nueva ley municipal aumen-
tó y diversificó las funciones de la "policía de Lo anterior se manifestó en el tránsito des-
salubridad", vinculada al aseo físico y al or- de una "policía de aseo local", encargada de
den moral de la ciudad, y de la "policía de velar por la aplicación de los reglamentos de
seguridad", relacionada con la delincuencia. higiene e inspeccionar "focos insalubres", a
Esta ley fue bastante completa para la épo- una política general de higiene y saneamien-
ca, e intentó fomentar la construcción de ha- to ambiental. En 1887 se formó la Junta Ge-
bitaciones para obreros y restringir la prolife- neral de Salubridad, con sedes locales en ciu-
ración de viviendas precarias. dades y provincias. Esta junta devino en 1892
en el Consejo Superior de Higiene Pública, el
En lo que respecta directamente a la cons- cual posteriormente fue incorporado como
trucción de viviendas obreras, cabe destacar ente consultivo del Consejo Superior de Ha-
que entre 1883 y 1906 se presentaron al me- bitaciones Obreras, constituido a partir de la
nos siete proyectos para promover una ley Ley de Habitaciones Obreras de 1906. El
de casas baratas en el Congreso (Arellano, Consejo de Higiene "debía estudiar e indicar
1985). En 1883 se expone por primera vez a a la autoridad respectiva todas las medidas
la Cámara de Diputados un proyecto de ley de higiene que exijan las condiciones de sa-
tendiente a reglamentar la construcción de lubridad de las poblaciones o de los estable-
barrios pobres, "pero debido a la poca impor- cimientos públicos y particulares, como es-
tancia que se le atribuía a la habitación, el cuelas, cárceles, fábricas, talleres y otros re-
proyecto no fue aprobado" (Montaner, 1925). lacionados con la higiene" (Luengo, 1946).
Posteriormente, en 1888 se discute en la mis-
ma instancia autorizar al Presidente de la En este sentido, las actuaciones en el
República para otorgar garantías de intere- ámbito de la habitación popular estuvieron
ses hasta el 6 por ciento a las empresas que también influidas por la corriente higienista,
construyan barrios para obreros, de acuerdo que predominaba en algunos círculos de la
con los planos y presupuestos aprobados por administración pública chilena. Lo anterior se
el Ejecutivo. Hacia 1902, una nueva iniciativa manifestó en la transición desde aquellas
intentaba fomentar la construcción de habita- medidas que intentaban restringir las cons-
ciones obreras mediante los recursos pro- trucciones precarias en determinados límites
venientes del impuesto sobre los alcoholes, pero de las ciudades, hacia iniciativas que trata-
no tiene quórum y es rechazada nuevamente. ban de privilegiar las condiciones de salubri-
dad en la construcción de viviendas para los
Paralelamente, hubo en Chile una signifi- sectores populares.
cativa labor legislativa en el ámbito de la hi-

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De la descripción efectuada, resalta por emprendimientos fueron un argumento co-


una parte un volumen importante de regla- múnmente utilizado por quienes defendían la
mentos aprobados, en su gran mayoría des- idea que la solución al problema habitacional
tinados a fortalecer la acción de los poderes pasaba sólo por iniciativas individuales y pri-
locales en materia de higiene; tales reglas vadas, no teniendo cabida una posible inter-
estuvieron vinculadas a la acción fiscalizadora vención directa del Estado en esas materias.
de las municipalidades e instituciones sanita- Esta postura predominó en el Parlamento
rias. Por otra parte, y respecto de las iniciati- hasta la promulgación de la Ley de 1906, que
vas que se quedaron en el camino, se desta- marcó un cambio de actitud respecto de los
ca el hecho de que ellas buscaban convertir modos de abordar la carencia de viviendas
al Estado en promotor de viviendas baratas, baratas y salubres.
función que en aquellos tiempos era propia
de los privados. La acción de la beneficencia católica en la
ciudad de Santiago jugó un destacado pa-
4. Las sociedades de pel en la construcción de viviendas sociales
beneficencia católica y los en los últimos años del siglo XIX, y en las pri-
intentos privados en la meras décadas del siglo XX. En este contex-
vivienda obrera to, nacen en esta ciudad la Fundación León
XIII y la Fundación Sofía Concha. En esos
mismos años aparece en Valparaíso la Unión
En la década de 1840 ya hay antece- Social de Orden y Trabajo. Otras institucio-
dentes de organizaciones de la Iglesia Católica nes de este tipo que desarrollaron construc-
que se preocuparon de las condiciones de ción de viviendas para obreros fueron la "So-
vida de los desvalidos, como el Instituto de ciedad de Instrucción Primaria" del Arzobis-
Caridad Evangélica, que atendía en 1844 a pado de Santiago, fundada en 1900; la "So-
un número considerable de indigentes, y que ciedad San Vicente de Paul", la "Parroquia
presentaba planes de expandir su acción ha- de la Asunción" y la "Iglesia de la Inmaculada
cia las áreas rurales, aprovechando la estruc- Concepción". La finalidad de estas entidades
tura parroquial existente. Hacia ese período era construir casas para obreros casados que
surge también la "Sociedad Cristiana para los se arrendaban por un valor máximo del 10
Pobres Desvergonzados" y la "Sociedad de por ciento del valor del terreno y de la cons-
Beneficencia de Señoras", preocupadas de trucción, teniendo los arrendatarios la posibi-
dar asistencia a los pobres a través de la ca- lidad de transformarse en propietarios al cabo
ridad, con aportes de la Iglesia y de sus con- de 10 años de pago puntual de la renta
tribuyentes (Silva, 1965). (Heisse, 1974).

La acción de las sociedades de beneficen- El Cuadro 1 muestra los cuatro primeros


cia comenzó a tener una importancia creciente conjuntos de viviendas edificados en Santia-
en Chile luego de que el Papa León XIII hi- go por las sociedades de beneficencia católi-
ciera pública la encíclica Rerum Novarum, en ca en la última década del siglo XIX. Según
1891. En ella, la Iglesia Católica toma una se observa en la Figura 1, se trata de conjun-
posición ante las deplorables condiciones de tos ubicados en la periferia de la ciudad, más
vida del proletariado industrial y postula las allá del "camino de cintura" trazado por Vicu-
normas a seguir por los gobiernos para miti- ña Mackenna en la primera mitad del dece-
gar y comenzar a revertir esa situación. Las nio de 1870. A excepción de la Población León
propuestas generadas a partir de la encíclica XIII, ubicada hacia el nor-oriente de la ciudad
propiciaron la aparición de varias institucio- en terrenos cedidos por el Arzobispo Mariano
nes de caridad que incursionaron en la edifi- Casanova, todas las restantes (Pedro Lagos,
cación de viviendas para obreros. Estos San Vicente y Mercedes Valdés) se ubicaron

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hacia el sur-poniente de la capital, en lo que amurallada" (Arteaga,1985). La cantidad de


eran los nacientes barrios industriales del casas de cada conjunto era variable; cuando
cambio de siglo anterior. Por ejemplo, la Po- estaban dirigidos a los estratos obreros con-
blación San Vicente es habitada por personal taban con mayor cantidad que los dirigidos a
de la Empresa de Ferrocarriles, y se ubica sectores medios. En general, los "cités" de
cerca de la maestranza, localizada en la calle menor superficie contaban con dos o tres
Exposición. habitaciones, baño, cocina y en algunas oca-
siones, con un pequeño patio.
Sin duda, este tipo de intervenciones fue
un aporte al desolador panorama que mos- Existe la hipótesis de que en su origen,
traba la realidad de la vivienda de los secto- los cités en Chile, estuvieron dirigidos a sec-
res populares en Chile. Estas intervenciones tores medios-altos de la sociedad. El primer
fueron prácticamente la única alternativa a la cité fue diseñado por el arquitecto francés
que pudieron acceder las familias obreras en Emilio Doyére en 1890, por encargo del filán-
esos años. En general, estos conjuntos esta- tropo Melchor Concha y Toro -empresario
ban constituidos por viviendas de fachada minero de la plata y principal fundador de la
continua, de uno, dos y tres dormitorios, con Sociedad de Beneficencia León XIII- para dar
los servicios mínimos de urbanización. Ellas vivienda a familiares y amigos en mala situa-
se constituyeron en el modelo que se siguió ción económica. Fue un conjunto de siete
en los primeros conjuntos que el Estado cons- casas de dos plantas ubicadas en el área
truyó y fomentó, en materia de vivienda so- central de la ciudad de Santiago (Arteaga,
cial, en las primeras décadas del siglo XX. 1985).

Los emprendimientos de las sociedades 5. La Ley de Habitaciones


de beneficencia católica siguieron realizando- Obreras y sus resultados en
se durante los siguientes decenios y adopta- su período de vigencia
ron diferentes tipologías de edificación. Los
cités fueron una de las modalidades ensaya-
das, que según algunos arquitectos son un Lo que se ha venido describiendo hasta
"conjunto de viviendas, generalmente de edi- ahora permite dar una idea respecto de algu-
ficación continua, que enfrentan un espacio nos de los antecedentes que influyeron en la
común, privado, el que tiene relación con la promulgación de la Ley de Habitaciones Obre-
vía pública a través de uno o varios accesos. ras en 1906. Este texto es además el punto
Su denominación tiene como origen esta for- de partida de un largo camino que ha desa-
ma especial de relacionarse con el espacio rrollado el Estado chileno para aproximarse
público que recuerda la ciudadela medieval a la solución del problema de la vivienda po-

Cuadro 1.
Principales conjuntos de viviendas construidos por la Beneficencia Católica en Santiago en la década de 1890

Conjunto Nombre fundación N° de Viviendas

León XII León XIII 164 (*)

Pedro Lagos Sofía Concha 133

San Vicente San Vicente de Paul 232

Mercedes Valdés Sofía Concha 60


Fuente: Pérez Canto, 1898.
(*) Se construye en etapas sucesivas hasta 1912.

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pular. Dicha iniciativa legal fue pionera en el clararon las habitaciones encuestadas como
ámbito latinoamericano. Cabe destacar que, insalubres o inhabitables, según los precep-
para el caso de algunos países europeos, tos determinados para ello por la Ley de 1906.
estas legislaciones fueron relativamente con- Para el período en cuestión, se declararon en
temporáneas a las de naciones latinoameri- dicha ciudad 2.216 propiedades como inha-
canas; por ejemplo, en España la Ley de Ca- bitables y 1.720 como insalubres. Las prime-
sas Baratas data del año 1911. ras eran las que presentaban las peores con-
diciones para seguir siendo habitadas, y la
Específicamente, la Ley de 1906 creó el mayor probabilidad de ser demolidas, debido -
Consejo Superior de Habitaciones Obreras, según la ley- a la existencia de "focos per-
entre cuyas atribuciones se contaban las si- manentes de infección capaces de dañar a
guientes: favorecer la construcción de vivien- las casas vecinas". En general, estas residen-
das higiénicas y baratas destinadas a ser cias precarias estaban asociadas a los dife-
arrendadas o vendidas; tomar medidas orien- rentes conventillos que existieron en Santia-
tadas al saneamiento de las habitaciones go en las primeras décadas del siglo XX.
obreras existentes; fijar las condiciones de las
nuevas viviendas destinadas a los grupos pro- La realización de las labores de higiene y
letarios; y fomentar la creación de socieda- la puesta en marcha del catastro de las habi-
des de construcción. El Consejo tuvo una fun- taciones "malsanas", por parte de los Conse-
ción higienizadora importante, que estuvo re- jos de Habitaciones Obreras, tuvo dificulta-
presentada por la rehabilitación de aquellas des en sus comienzos, debido principalmen-
viviendas que no cumplían con los mínimos te a la falta de personal técnico. Para cumplir
vigentes en materia de higiene, o su demoli- sus funciones el Consejo Superior de Habita-
ción en caso de inhabitabilidad (Hidalgo, ciones Obreras contaba, según el cuerpo le-
2000). gal que le dio forma, con una plantilla com-
puesta de dos personas, un secretario y un
En los aproximadamente diecinueve años inspector de habitaciones. Con tan mengua-
de jurisdicción de la Ley de Habitaciones do personal difícilmente se pudo hacer frente
Obreras, resalta el significativo empuje que a las ingentes tareas que demandaba cum-
se le dio a aquellos aspectos vinculados a la plir con las funciones impuestas por la ley, las
labor higiénica que tuvo el Consejo de la Ha- que iban desde gestionar la acción de los pri-
bitación. En efecto, un informe efectuado por vados, pasando por la supervisión de las vi-
el gobierno chileno en 1926 a través del Mi- viendas de construcción directa, hasta reco-
nisterio de Higiene, Asistencia, Previsión So- lectar la información de la realidad de la habi-
cial y Trabajo, cuyo objeto era ser enviado a tación popular, para tomar las medidas co-
la Oficina Internacional de Trabajo, permite rrespondientes al mejoramiento o demolición
conocer la acción higienizadora que cumplie- de las mismas.
ron estas entidades públicas entre los años
1906 y 1924 (Córdova,1926). Dichas interven- La situación mencionada llevó en 1910 a
ciones estuvieron centradas en la demolición proponer una planta de técnicos y adminis-
de los conventillos insalubres en la ciudad de trativos para que dieran soporte a la acción
Santiago, llegándose a derribar 1.626 unida- del Consejo Superior. El Boletín de la Oficina
des con cerca de 16.713 piezas, que afecta- del Trabajo da cuenta del debate parlamen-
ron a un total de 46.794 personas. tario que suscitó esta situación. El vicepresi-
dente de la Cámara de Diputados señalaba
Uno de los objetivos principales que se al respecto que "el ingeniero sanitario tiene
planteó el Consejo Superior de Habitaciones un trabajo abrumador. Tiene que visitar los
Obreras, con sede en Santiago, fue la reali- conventillos que están en demolición; tiene
zación de un catastro, a partir del cual se de- que hacer los planos de reconstrucción de los

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conventillos insalubres y visitar las construc- habitadas por cerca de 75.000 personas, lo
ciones ya ordenadas. Tiene que visitar hasta que da un número de cerca de tres personas
treinta conventillos al día. Con motivo de la por habitación. Cabe destacar que, en un con-
campaña emprendida por el Consejo, muchos texto general, hacia 1909 la tasa de mortali-
dueños de conventillos se han presentado dad en Chile alcanzaba las 32,2 personas por
pidiendo que se les indique los arreglos que cada mil habitantes, y las defunciones de
deben ejecutar para dejar sus propiedades menores de cinco años, más aquellas causa-
en condiciones adecuadas. Esto significa un das por la tuberculosis, la tifoidea y la viruela
nuevo trabajo para el ingeniero sanitario" (Ga- representaban el 69,6% de ese total (concre-
llardo, 1911). tamente, 72.916 de 104.707). Ante tal pano-
rama era necesario intervenir decididamente
Algunos antecedentes señalan que, hacia en las deficitarias condiciones de la vivienda
1912, las tareas de inspección del menciona- popular, como un medio para elevar las con-
do organismo se intensifican, señalándose en diciones de vida de la población pobre; estas
un artículo de prensa que "tan pronto como el acciones eran la base, según el discurso de
Consejo dio comienzo a su labor pudo impo- la época, para la protección de la moral y las
nerse que casi la totalidad de los conventillos virtudes del pueblo.
de Santiago, contravenían más o menos
abiertamente las disposiciones de la ordenan- Las áreas de "conventillos" se ubicaban
za no sólo por ser considerados insalubres, principalmente en la periferia norte, y en me-
sino más aún, inhabitables, o sea no suscep- nor medida hacia el límite sur y poniente de
tibles de efectuar en ellos reparaciones que Santiago. En esa parte de la ciudad se reali-
los dejaran siquiera en regular estado, debien- zaron, desde el siglo XIX, numerosas
do ordenarse por tanto su demolición" (To- parcelaciones que efectuaron los propietarios
rres,1986). En este sentido, podemos apun- del suelo a fin de llevar a cabo el "arrenda-
tar que los criterios que prevalecieron para miento a piso"; éste representaba el alquiler
llevar a cabo las demoliciones tuvieron rela- que efectuaban personas de escasos recur-
ción con la decisión de la autoridad de erradi- sos de una porción de suelo en la que poste-
car las habitaciones "inhabitables" en base a riormente levantaban lentamente una "mejo-
parámetros de higiene. Esta situación tuvo, ra" que les servía de habitación (De Ramón,
en el período de aplicación de la Ley de 1906, 1992). En los años 1900, en aquellas zonas
ciertos efectos sobre el mercado de alquile- de Santiago, los mismos propietarios que rea-
res, debido a que la edificación de nuevas lizaban las subdivisiones del suelo vieron en
residencias fue el punto débil de la citada el negocio de la construcción y arriendo de
normativa, lo que causó una disminución de "conventillos" mayores expectativas de ren-
la oferta y la respectiva subida de las tarifas ta, por lo cual este tipo de edificaciones proli-
de arriendo. Además, lo anterior provocó, en feraron de manera significativa.
la mayoría de los casos, la fuerte oposición
de los propietarios de los conventillos decla- Otra de las funciones que le otorgó la Ley
rados en esa categoría, quienes abogaron por de 1906 a los Consejos fue la de favorecer la
la defensa a la propiedad privada para prote- construcción de habitaciones higiénicas y ba-
ger sus intereses inmobiliarios. ratas, ya sea mediante la construcción directa
o el fomento a las sociedades y empresas. En
La magnitud del problema que represen- el período comprendido entre 1906 y 1924,
taban los conventillos hacia esa época sólo dicha labor llevó a la edificación en Santiago
en Santiago era bastante significativa. Algu- de 193cités que involucraban 4.128 casas, es
nas cifras señalan que existían en esa ciu- decir, cerca de diez mil piezas o habitaciones
dad 1.574 agrupaciones de viviendas en esa (Cuadro 2). En base a estos antecedentes,
categoría, compuestas por 26.272 piezas y podemos afirmar que las demoliciones supe-

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raron a las nuevas edificaciones, con lo que, to de nuevas obras, permitiendo además defi-
como hemos esbozado anteriormente, se ge- nir las modalidades de acceso a las casas ge-
neraron efectos que incidieron en el ámbito neradas bajo esta forma.
social y espacial. Alrededor de 5.369 cuartos
o piezas no fueron repuestos, con lo que cer- Dentro de las edificaciones levantadas
ca de veinte mil personas se vieron obligadas tanto por la acción directa como por medio
a abandonar los "conventillos" declarados "in- de las franquicias otorgadas por la Ley de
habitables". Esto llevó a aumentar la densidad 1906, observamos algunos ejemplos de las
en los que quedaron en pie mientras que, por obras que se efectuaron en Santiago. La pri-
otro lado, los propios afectados buscaron otras mera de las poblaciones que se acogió a los
alternativas, como el "arrendamiento a piso" beneficios mencionados fue el conjunto resi-
en la periferia de la ciudad. Además, se reali- dencial "Huemul", construida por la Caja de
zaron cada vez más ocupaciones ilegales de Crédito Hipotecario en 1911. El Boletín de la
terrenos, que comenzaron a cobrar cierta fuer- Oficina del Trabajo del segundo semestre de
za en las décadas siguientes a la aplicación 1911 publicó en detalle el discurso que pro-
de la Ley de 1906. nunció el director de la Caja de Crédito Hipo-
tecario, Luis Barros Borgoño, al momento de
La construcción de nuevas viviendas higié- entregar las obras a la comunidad. En torno
nicas fue uno de los puntos débiles de la nor- a la localización del proyecto en cuestión, y
mativa de 1906 y durante su vigencia se reali- respecto del proceso de adquisición de los
zaron una serie de iniciativas tendentes a sub- terrenos, el director de la Caja señalaba que
sanar esta situación. La primera medida que "aquí, en medio de las fábricas y talleres, en
se tomó fue la de autorizar al Consejo Supe- las grandes calles y avenidas, al lado de mag-
rior de Habitaciones Obreras para contratar un níficas construcciones de la ciudad, podrá
préstamo para la construcción de casas para hallar el obrero el hogar apacible, abrigado y
obreros en las ciudades de más de 8.000 ha- luminoso que asegura la vida y la felicidad de
bitantes, proyecto que fue decretado por la Ley las familias. La compra de los solares desti-
1.969 del 16 de julio de 1907. Esta acción fue nados a la edificación es una negociación pro-
una de las primeras que se tomaron en el go- vechosa en todas las ciudades que, como
bierno del presidente Pedro Montt relativas a nuestra capital, atraviesan una época de ver-
la vivienda obrera, y constituyó en esos años dadera transformación" (Barros Borgoño,
un novedoso aporte para iniciar el levantamien- 1911).

Cuadro 2.
Viviendas y cités declaradas higiénicas por el Consejo de Habitación de Santiago, 1906-1924

Años Cités (*) % Viviendas %

1906-1918 139 72,02 3.039 73,62

1919 11 5,70 144 3,49

1920 8 4,15 138 3,34

1921 12 6,22 303 7,34

1922 6 3,11 158 3,83

1923 10 5,18 250 6,06

1924 7 3,63 96 2,33

Totales 193 100,00 4.128 100,00


Fuente: Córdova, 1926
(*) Cada cité agrupa un conjunto de viviendas.
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servicios con escuela, capilla, Caja de Aho-


Lo señalado por el presidente de la Caja rros y plazas (Prieto,1911). Desde el punto
de Crédito Hipotecario da una idea acerca de de vista arquitectónico, el conjunto tiene una
cómo se fueron localizando los nuevos con- gran unidad formal en sus fachadas, que con-
juntos habitacionales para obreros en San- forman diversas calles corredor, las que des-
tiago. La periferia fue, tanto para los promo- embocan en una plaza donde se destacan
tores inmobiliarios vinculados a las operacio- sus edificios de equipamiento. Las casas co-
nes de viviendas para obreros como para el rresponden a una tipología con patios cen-
Estado, el sitio más buscado para materiali- trales y corredores exteriores, con los servi-
zar las edificaciones baratas. Ello fue motiva- cios ubicados al fondo del terreno y sus ha-
do principalmente por el bajo costo del suelo bitaciones abiertas a los corredores y la ca-
asociado a esos lugares. lle (San Martín, 1992).

Otra de las cuestiones de interés que se La construcción directa por parte de los
perfilan en el discurso citado está referida a Consejos fue relativamente baja respecto de
la forma de acceder a las viviendas construi- lo que se edificó gracias a la participación de
das por la Caja de Crédito Hipotecario, y que los privados y sociedades en general, cons-
fueron válidas para el conjunto de las habita- truyéndose 396 de las 4.128 casas que se
ciones para obreros que se edificaban por levantaron por la iniciativa particular durante
esos años. Al respecto, se apuntaba que "para la vigencia de la Ley de 1906. Desde una
poder comprar una propiedad en cualquiera perspectiva global, y considerando la inser-
de las poblaciones que forma la Caja de Cré- ción de estas agrupaciones de vivienda en el
dito Hipotecario, será preciso ser imponente conjunto de la ciudad hacia la década de
de la Caja de Ahorros y tener en depósito una 1910, podríamos señalar que la Caja de Cré-
cantidad de dinero que guarde relación con dito Hipotecario comienza a ser uno de los
la parte del precio que debe pagarse al con- gestores inmobiliarios que desarrolló mayo-
tado. Esta exigencia corresponde a la natu- res acciones en la construcción de viviendas
raleza misma de la operación, desde que se no sólo dirigidas a las clases trabajadoras;
trata de dar aplicación a los fondos de las ins- también impulsó proyectos de relativa mag-
tituciones de ahorro y, por lo tanto, la inver- nitud para los grupos sociales medios. A prin-
sión solo puede hacerse por cuenta de los cipios de la década de 1910, esta entidad
imponentes y a la medida y la forma que lo emprendió la realización de obras en diver-
vayan estableciendo" (Barros Borgoño, 1911). sos sectores de Santiago, que sumaban, sin
2
considerar la población Huemul, 54.636 m .
Se apuntaba desde dicha institución que "la
El conjunto residencial Huemul fue un ver- edificación de estos grandes solares habrá
dadero ejemplo de las promociones que im- de hacerse en forma ordenada y metódica,
pulsaba por esos años la Caja de Crédito por secciones, y de modo que la conclusión y
Hipotecario, destinadas a la población obre- enajenación de las primeras secciones sea
ra con capacidad de ahorro. Su diseño co- condición necesaria para continuar la edifi-
rrió por cuenta del arquitecto Ricardo Larraín cación de las siguientes. La oficina técnica
Bravo, profesional que presentó interés en tiene concluidos los planos de distribución de
lo referente a la vivienda obrera. Este hecho cada una de las poblaciones, y se hallan fija-
lo llevó a publicar en 1911 una obra titulada dos los tipos de casas que se levantarán en
Apuntes sobre las casas para obreros en ellas, formados los respectivos presupuestos
Europa y América. Además, dos años antes y concluidas las especificaciones y demás
había editado en Santiago su libro La higie- particularidades que han de servir de base
ne aplicada en las construcciones. El men- para la contratación de cada población" (Ba-
cionado conjunto supuso la edificación de rros Borgoño, 1911).
166 casas y se construyó en una superficie
2
de 25.434 m ; el diseño contempló áreas de

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El Cuadro 3 muestra los principales con- El negocio inmobiliario vinculado con la


juntos de viviendas edificados tanto por ac- vivienda social de comienzos del siglo XX
ción indirecta como directa de la Ley de Ha- comenzaba a tomar cierta fuerza. Tanto los
bitaciones Obreras de 1906. Aparte de la po- promotores de las nuevas residencias cons-
blación descrita, el Consejo construyó tres truidas para ser puestas en el mercado de
conjuntos residenciales en Santiago de más alquiler, relacionados con los conventillos hi-
de 100 viviendas, ubicados en el mismo sec- giénicos y diversos cités, como aquellas vi-
tor de la ciudad: la Población San Eugenio, viendas que se construyeron directamente por
Santa Rosa y Matadero, que suman 374 de el Consejo o impulsadas por esa institución
las 396 viviendas producto de la acción di- para que fueran levantadas por las empre-
recta del Consejo. La Figura 2 muestra la lo- sas o sociedades constituidas para tal efec-
calización de estos cuatro conjuntos, todos to, empezaron a generar un mercado de la
ellos ubicados en el actual Barrio Franklin de habitación popular que adquirió diversos ma-
la comuna de Santiago, y que siguen la ten- tices. Los distintos agentes involucrados ini-
dencia de emplazamiento iniciada por los ciaron procesos especulativos, interviniendo
emprendimientos de la beneficencia católica. directa o indirectamente en los precios de los
Lentamente, estas edificaciones comenzaron terrenos y los alquileres.
a conformar un espacio urbano habitado por
población de similar nivel socioeconómico, La Ley de Habitaciones Obreras de 1906
tras el que estuvo presente la acción del Es- marcó el inicio de la acción del Estado chile-
tado, que contribuyó desde aquel período a no respecto de la vivienda social, y sentó las
sectorizar la geografía social de la ciudad. bases para las futuras acciones que se desa-
rrollaron en esta materia. El balance, tanto
Estas poblaciones construidas por la Ley positivo que tuvo la acción del Consejo Su-
de 1906 corresponden a edificaciones en fa- perior de Habitaciones Obreras hacia la
chada continua que adoptaron la morfología demolición de los "conventillos" declarados in-
de las manzanas del ensanche de Santiago habitables, como negativo respecto de la
hacia el sur del Camino de Cintura (actual construcción de nuevas viviendas, repercutió
Avenida Manuel Antonio Matta, en la perife- significativamente en el precio de los alquile-
ria sur de la ciudad de esos años). En gene- res. Ello llevó a la profundización del conflicto
ral eran viviendas de dos y tres dormitorios, entre propietarios y arrendatarios, ante lo cual
con todas las ventajas que presentaba el ac- el Estado intentó legislar para regular dichas
ceso a los servicios de urbanización en el in- relaciones, junto con promulgar una nueva
terior de las residencias, como el agua pota- legislación de casas baratas en 1925, que
ble, energía eléctrica y servicio de alcantari- tuvo como objetivo impulsar la construcción
llado. de nuevas viviendas sociales.

Cuadro 3.
Principales conjuntos de viviendas construidos por la acción directa e indirecta de la Ley de Habitaciones Obreras
de 1906

Conjunto N° de Viviendas

Huemul 166

San Eugenio 100

Matadero 135

Santa Rosa 139


Fuente: Consejo Superior de Habitaciones Obreras, 1919.

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Figura 2.

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6. Los conflictos de alquileres y das colectivas, que muchas veces contaban


los Tribunales de Vivienda con órdenes de realizar mejoras y cuyos due-
ños tuvieron significativas ganancias por su
alquiler. Esa misma fuente señalaba, para
Como hemos señalado, uno de los pro- ejemplificar globalmente los beneficios eco-
blemas generados con la aplicación de la Ley nómicos que generaban aquellas residencias,
de Habitaciones Obreras de 1906 fue el alza que "por datos recogidos en conventillos to-
de los precios de los alquileres debido a la mados al acaso, todos ellos en estado de
acción higienizadora de los Consejos mandarlos a demoler por inhabitables, se ha
Habitacionales, la cual no fue acompañada
llegado a constatar intereses superiores al 30
por una reposición de los "conventillos" de-
por ciento, nunca inferiores al 12 por ciento,
molidos, ni por el respectivo aumento de la
salvo el caso de que se trate de conventillos
edificación de nuevas casas para las clases ubicados en partes tan centrales de la ciudad
trabajadoras. que el valor del terreno que ocupen sea des-
proporcionado al valor total de los edificios"
Por otra parte, las viviendas que se cons- (Consejo Superior de Habitaciones Obreras,
truyeron al amparo de la mencionada Ley tu- 1914).
vieron costos relativamente altos para ser
arrendadas o adquiridas por obreros de ba-
Las condiciones sociales y los vaivenes
jos ingresos; esta parte de la población siguió económicos relacionados con los diferentes
habitando en condiciones mínimas, ajenas a momentos de la crisis financiera a nivel ge-
la presencia de los servicios de urbanización. neral del país, junto a las propias limitaciones
Un estudio efectuado a principios de la déca- de las normativas anteriores, se manifesta-
da de 1920, que realizó una evaluación de la ban en las reacciones que tuvieron los gru-
legislación de 1906, señalaba que "el 90 por
pos más afectados por la carencia de vivien-
ciento de las habitaciones higiénicas construi-
da. Los altos precios de los alquileres y la for-
das en Santiago al amparo de la Ley, está
mación de las llamadas Ligas de Arrendata-
formado por departamentos de varias piezas, rios, que intentaban abrir un campo de negó-
cuyo canon mensual fluctúa entre cuarenta y ciación con los propietarios y el gobierno,
ochenta pesos, cantidad muy distante de los marcaron el destino de las respuestas esta-
medios económicos de la clase más pobre tales hacia finales de la década de 1910 y en
de la sociedad: jornaleros, gañanes y lavan- la primera mitad de los años 1920.
deras, que no pueden gastar más de veinte
pesos mensuales en arriendo de habitación"
(Munita, 1921). El primer movimiento de arrendatarios que
se genera en Chile ocurre en 1914, más preci-
samente en la ciudad portuaria de Valparaíso.
Precisamente, los propietarios rentistas En ese año, las sociedades obreras comen-
que estaban relacionados con las habitacio- zaron a realizar manifestaciones en protesta
nes para obreros no se involucrarían en el por la carestía de la vida. En ese marco, se
negocio inmobiliario sin obtener ganancias.
formó una Liga de Consumidores que tuvo
Tanto los conventillos insalubres como las
como una de sus principales banderas de lu-
casas higiénicas reportaban importantes ga-
cha el alto precio de los arriendos; esa asocia-
nancias a sus propietarios. Un informe reali- ción derivó, ese mismo año, en la constitución
zado por el Ingeniero Inspector del Consejo de una Liga de Arrendatarios (Espinoza, 1988).
Superior de Habitaciones Obreras en 1913, En su declaración de intenciones, esa agru-
expone el régimen de intereses y renta de pación daba a conocer los objetivos que per-
algunos conventillos de Santiago (Consejo seguía: "Impedir el alza de los cánones de al-
Superior de Habitaciones Obreras, 1914). En
quiler en las habitaciones; trabajar para obte-
ese documento se da cuenta de la situación
ner una reducción del cuarenta por ciento en
de algunas agrupaciones de aquellas vivien-

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los arriendos; exigir a los propietarios reformas como hemos señalado, representaba el alqui-
higiénicas y el cumplimiento municipal de las ler que efectuaban personas de escasos re-
disposiciones de aseo; y combatir todo abuso cursos de una porción de suelo en la cual
de los propietarios en contra de los arrendata- posteriormente levantaban lentamente una
rios" (Espinoza, 1988). "mejora" que les servía de habitación. Por este
medio, numerosos habitantes de diferentes
En Santiago y otras ciudades de Chile ciudades solucionaban su carencia de vivien-
hubo también otros movimientos de arrenda- da, y a partir de esta modalidad de subdivi-
tarios, los que convocaron a mítines para ex sión del suelo se formaron importantes
poner las abusivas condiciones de los alqui- asentamientos en la periferia de las ciudades
leres y dejar presente la crisis económica que chilenas. En la mayoría de los casos, las áreas
afectaba a los obreros que pagaban mes a residenciales constituidas a partir del "arren-
mes una renta de arriendo. En general, las damiento a piso" estuvieron ajenas de los
ligas no obtuvieron los resultados esperados: servicios básicos de urbanización, por lo que
los propietarios no bajaron los cánones y el uno de los objetivos de las ordenanzas de
Estado no declaró la moratoria en los pagos; urbanismo dictadas desde la década de 1910
a lo más se llegó a negociaciones individua- estuvo destinado a controlar estas precarias
les entre propietarios y determinados grupos formas de habitar en los espacios urbanos por
de moradores de casas de alquiler. En mu- parte de los pobres de comienzos del siglo XX.
chas oportunidades, los inquilinos siguieron
en una posición de desventaja respecto de Los Tribunales de la Vivienda se estable-
los propietarios rentistas: los acuerdos no cieron en cada Departamento de la Repúbli-
siempre les fueron favorables, pero a partir ca, previa autorización del Gobernador. Los
de esos años se comenzó a sentar las bases Tribunales también tuvieron competencia para
de un movimiento que toma cada vez más conocer las infracciones a las respectivas le-
fuerza entrada la década de 1920 y que al- yes sanitarias, vinculadas a la vivienda y a la
canzó importantes reivindicaciones sociales Ley de Habitaciones Obreras de 1906. De ese
(Chaparro, 1994). modo, ellos podían proceder a decretar el cie-
rre, reparación o demolición de las viviendas
En este escenario, en 1925 se procedió a declaradas insalubres o inhabitables. Este
la promulgación del Decreto Ley 261, conoci- apartado amparó parte de los vicios a que dio
do como Ley de la Vivienda, que estableció lugar posteriormente dicha ley, debido a que
la reducción del 50 por ciento de la renta de en muchas oportunidades los arrendatarios
alquiler de las propiedades declaradas insa- contribuyeron intencionalmente a provocar el
lubres; limitación de los precios de los arrien- deterioro de sus habitaciones para poder ob-
dos de las viviendas salubres; exención del tener así la rebaja del cincuenta por ciento
pago de contribuciones; y prohibición de des- del canon de alquiler (Bravo, 1959).
alojo a los arrendatarios antes de los seis
meses, entre las medidas más relevantes. Al Los resultados del Decreto Ley de Arren-
mismo tiempo, dicha normativa creó los Tri- damientos de 1925 estuvieron afectados en
bunales de Vivienda, que además de intentar parte por las argucias que tanto los inquilinos
fijar las tarifas de los alquileres de los con- como los propietarios rentistas intentaron rea-
ventillos y cités, tuvieron jurisdicción para fi- lizar en su aplicación; a ello debemos sumar
jar la renta de arrendamiento a pagar por los la contundente oposición que mostraron es-
arrendatarios de pisos. tos últimos a los resultados de los Tribunales
de la Vivienda cuando les eran desfavorables.
Lo anterior constituye uno de las primeras En un mensaje enviado por la Asociación de
acciones legales que se realizaron en Chile Propietarios de Chile al Gobierno en mayo de
en torno al "arrendamiento de pisos", que 1925, se afirmaba respecto de los citados Tri-

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bunales que "su existencia no estaba ajusta- se retiraron de una actividad que comenzaba
da a las leyes vigentes, pues se sustraía a a tener riesgos, y que de una u otra forma el
los jueces respectivos, legalmente nombra- Estado comenzó a regular. Posteriormente,
dos, del conocimiento de los juicios de arren- los empresarios inmobiliarios concentraron
damiento" (Espinoza, 1988). sus recursos en las transacciones de suelo
para satisfacer a los grupos sociales en as-
Respecto del referido autodeterioro de los censo, y aprovecharon con mayor intensidad
propios arrendatarios como uno de los "ma- las franquicias que dio el Estado a través de
les no deseados" de la normativa de arrenda- las nuevas políticas de fomento a la construc-
mientos de 1925, podemos apuntar que si ción, que tomaron fuerza en la década de
bien el texto de la ley estableció algunas ven- 1930.
tajas para los inquilinos, éstas quedaron algo
restringidas con la ordenanza promulgada que Las reminiscencias del conflicto de los
complementaba a dicha legislación, la que se arrendatarios tuvo además sus expresiones
dictó en marzo de 1925 y recogió gran parte en las formas de acceso a la vivienda. En pri-
del pliego petitorio de los propietarios rentis- mer lugar, aumentó el hacinamiento en las
tas (Guzmán, 1990). Los Tribunales estuvie- habitaciones de alquiler existentes, situación
ron vigentes hasta 1927, fecha en la cual fue- ya agravada con la aplicación de la Ley de
ron refundidos con los Tribunales del Traba- 1906. Una segunda consecuencia fue el in-
jo, bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Cam- cremento de la compra de sitios a plazos en
po. En el período en que actuaron estuvieron la periferia de las ciudades. Por último, se
relacionados con la demolición de cerca de generó un crecimiento de las ocupaciones ile-
treinta mil piezas, por lo que contribuyeron a gales de terrenos, con la consecuente cons-
aumentar el déficit de habitaciones; ellos re- trucción de "ranchos" sin los servicios míni-
presentaron una continuación de lo que de- mos de urbanización.
sarrolló en esa línea el Consejo Superior de
Habitaciones Obreras, que como hemos co- 7. La Ley de Habitaciones
mentado, tuvo una significación relevante en
la aplicación de las normas higiénicas exigi-
Baratas de 1925
das por las autoridades de salubridad.
El conflicto generado tanto por la legisla-
ción de alquileres citada como por su aplica-
A lo anterior debemos agregar que el De-
ción misma, tuvo consecuencias en el rumbo
creto de Arrendamientos de 1925 fue la pri-
mera acción del Estado tendiente a controlar que tomaron las actuaciones del Estado en
los alquileres, y dio inicio a una serie de leyes materia de vivienda. Pocas semanas después
congelatorias del precio de los alquileres, que de la promulgación de la normativa de arren-
continuaron prácticamente hasta la década de damientos, las instancias parlamentarias co-
1970. En 1932 se creó un organismo público rrespondientes aprobaron la Ley de Habita-
que intentó velar no sólo por los valores de ciones Baratas de 1925, la que fue presenta-
da como uno de los posibles remedios a la
los alquileres, sino que por una gama muy
escasez de habitaciones higiénicas para las
amplia de bienes y servicios de primera ne-
clases más necesitadas.
cesidad: este fue el Comisariato General de
Subsistencias y Precios de la República, en-
tidad que tuvo un papel relevante en fijar los El primer artículo de esta iniciativa legal
precios de los arriendos y mediar en los con- estableció la creación del Consejo Superior de
flictos entre propietarios e inquilinos. Bienestar Social, que sustituyó al Consejo
Superior de Habitaciones para Obreros esta-
blecido por la Ley de 1906. El nuevo ente en-
Muchos de los rentistas que operaban en
el negocio del alquiler de cités y conventillos cargado de la vivienda social chilena estuvo

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Vivienda social y espacio urbano en Santiago de Chile
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bajo la tuición del Ministerio de Higiene, Asis- podrán venir al país las mismas empresas y
tencia, Trabajo y Previsión Social, según lo cooperativas constructoras que en Europa y
estableció el modelo de protección social que Estados Unidos han realizado estos mismos
comenzaba a gestarse en el país hacia finales ideales colectivos. Nuestros obreros podrán
del primer quinquenio de los años 1920. vivir como viven los obreros de los países más
adelantados" (Salas, 1925).
La Ley de 1925 optó por el concepto de
"habitación barata" que vino a reemplazar el Las cooperativas de vivienda tuvieron una
de "habitación obrera", impuesto por la nor- importancia significativa en la Ley de 1925;
mativa de 1906. Según lo establecido por la a ellas se les dio preferencia en los présta-
legislación de 1925, habitación barata será mos que otorgaban las instituciones finan-
aquella cuya renta de arrendamiento no ex cieras definidas en esa legislación. Respec-
ceda los trescientos pesos mensuales o la to del tipo de habitaciones a fomentarse se
casa individual cuyo valor no sobrepase los establece que debía otorgarse preferencia
treinta mil pesos en las ciudades de Santiago al edificio cooperativo-colectivo, entendién-
y Valparaíso; en las demás ciudades del país dose como tal toda construcción de un solo
dichos valores máximos los fijará el Presiden- cuerpo, asísmico e incombustible, destina-
te de la República a indicación del Consejo do a diez familias que sean copropietarias
de Bienestar Social. del inmueble. Las edificaciones que se efec-
tuasen bajo esta modalidad durante los tres
Es interesante destacar que muchos de primeros años de vigencia de la Ley, levan-
los preceptos de la normativa de Habitacio- tadas dentro del radio urbano de las ciuda-
nes Baratas de 1925 se desprendieron en des, quedaban exentas por diez años de todo
parte de la discusión planteada en la década impuesto fiscal o municipal.
de 1910 y en la primera mitad del decenio de
1920 para activar la edificación de residen- La aplicación de la Ley de 1925 introdujo
cias económicas, en el contexto de la aplica- una serie de innovaciones en la política habi-
ción de la Ley de 1906. Estas propuestas gi- tacional chilena de la segunda mitad de los
raban alrededor de conseguir y dar seguri- años 1920 y comienzos de la década de 1930.
dad para que ingentes capitales fuesen inver- Las cooperativas de vivienda son puestas por
tidos en la construcción de viviendas econó- primera vez en una posición importante para
micas. La presentación que realizó José Sa- resolver el déficit de residencias. El aporte a
las, Ministro de Higiene, Asistencia, Trabajo realizar por las sociedades de empleados y
y Previsión Social, al momento de aprobar la trabajadores para solucionar su respectiva
Ley de 1925, remitía a los aspectos aludidos, falta de habitaciones fue considerado como
detallando lo siguiente: "El Gobierno continúa uno de los puntos fundamentales de la ley.
su política de mejoramiento de la vivienda. En la ciudad de Santiago, y al amparo de esta
Dicta el presente Decreto que hará surgir en legislación, se formaron 19 cooperativas de
el país entero poblaciones nuevas de cons- edificación, entre las que podemos destacar
trucciones higiénicas y baratas que aseguren las siguientes: Congreso Social Obrero, Na-
una ancianidad tranquila al proletariado de la cional de Comerciantes con 85 socios;
nación. La ley exige un sacrificio económico Miraflores con 100 socios; Artesanos la Unión
del Estado, pero el Gobierno estima que es con 274 socios; General de Policías; Correos
un deber llegar al abaratamiento general de y Telégrafos; Personal Sanitario; y Manuel
la vida, en cuyo costo la vivienda ocupa una Montt (Alvarez, 1935).
parte importante del haber. La Ley protege la
inversión de grandes capitales nacionales y Dentro de la tipología habitacional que es-
extranjeros bajo la garantía del Estado para tas cooperativas utilizaron para dar vivienda
el interés y la amortización. De este modo a sus socios, se basaron fundamentalmente

100 eure

 
Vivienda social y espacio urbano en Santiago de Chile
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en viviendas unifamiliares más que en los blo- tos nuevos conjuntos residenciales
ques de viviendas propuestos originalmente involucraron fueron significativamente mayo-
por la normativa en cuestión. Es en esta épo- res que aquellos realizados con anterioridad.
ca cuando se empieza a conocer a los con- La casa unifamiliar en los límites de la ciu-
juntos residenciales destinados a empleados dad, con predios amplios y con todas las con-
y obreros como "poblaciones". Fueron agru- diciones favorables de la higiene moderna,
paciones de viviendas unifamiliares, muchas empezó a ser vista como uno de los objetivos
veces diseñadas en su conjunto bajo la in- residenciales de los sectores medios y me-
fluencia de la "ciudad jardín", las cuales con- dios bajos.
tribuyeron a crear una nueva morfología ur-
bana residencial que fue más allá de la calle Bajo el marco de la Ley de 1925, sólo en
o pasaje aislado, constituyéndose sobre tro- Santiago se formaron 29 poblaciones y 14 en
zos de terrenos mayores e involucrando un el resto del país. Se edificaron 6.064 casas con
número importante de manzanas un total de 20.775 piezas, que beneficiaron a
(Palmer,1984). Bajo el período de aplicación cerca de 35.000 personas. El Cuadro 4 mues-
de la Ley de 1925, las "poblaciones" reem- tra 22 de los 29 conjuntos edificados en la ca-
plazaron a los cités, y las superficies que es- pital bajo la acción de la Ley de Habitaciones

Cuadro 4. Principales conjuntos de viviendas construidos bajo la vigencia


de la Ley de Habitaciones Baratas de 1925

Población N° Viviendas

Cooperativa de Edificación y Consumos Alimenticios La Unión Ltda.


(Artesanos La Unión y Dávila Baeza) 274
Sociedad Comerciantes del Mercado Central 81
Correos y Telégrafos - Luis Izquierdo Valdés 28
Sociedad La Universal Leopoldo Lagos 59
Asociación Tranviarios Santiago 14
Sociedad de Chauffeurs Manuel Montt 189
Población Caja de Asistencia Policías 475
Población Policial "De Georgis" 73
Población Consejo Superior de Bienestar Social 270
Cooperativa Sagrada Familia 57
Suboficiales del Ministerio de la Guerra y Comando III División 84
Regimiento Artillería Tacna 26
Unión de Peluqueros 41
Regimiento Dragones, Caballería y Carabineros, Trenes y Comunicaciones 112
Empleados Casa Grace 39
Cooperativa de Empleados Emilio Delporte 39
Sociedad Impuestos Internos 70
Legión Militar 114
Propietarios Población Correos y Telégrafos (H. Venegas) 57
Población "El Mirador" H. Pizarro (*) 238
Sociedad Cooperativa "La Colmena" (*) 49
Sociedad Cooperativa Gráficos de Imprenta 80
Total 2.604

(*) Sin localizar en el plano


Fuente: Municipalidad de Santiago, 1929.

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Baratas, detallando el número de viviendas de En síntesis, respecto de la acción de las


cada conjunto. Ellos estuvieron compuestos cooperativas que se formaron al amparo de
por viviendas edificadas en fachada continua la Ley de 1925, podemos señalar que ellas
y también aisladas, de tres dormitorios como aceptaron como socios a personas que ade-
promedio, con patio y antejardín, cuyos pre- más de no comprender las obligaciones que
2
dios fluctuaban entre los 100 y 200 m , con contraían, carecieron de suficiente capacidad
una superficie construida que iba desde los 40 de pago, lo que se explica, en parte, por las
2 2
m a los 100 m aproximadamente, tamaño que circunstancias de haber sido las cooperativas
dependía de la capacidad de pago de los so- simples organismos decorativos creados por
cios de las cooperativas. contratistas interesados. A lo anterior debe-
mos agregar que, en un comienzo, las coo-
La Figura 3 da cuenta de la localización perativas tuvieron dirigentes inescrupulosos,
de 20 de las 29 poblaciones que se constru- por lo cual casi todas sufrieron un período de
yeron en Santiago bajo el impulso de esta fraudes, hasta que el Departamento de Habi-
normativa. Se observa un patrón de ubica- tación intervino y las ayudó a salvar las difi-
ción relativamente distinto al seguido por la cultades financieras. Lo anterior podemos
Beneficencia Católica y la Ley de 1906, di- complementarlo con lo señalado por la Me-
fundiéndose la construcción hacia la periferia moria del Ministerio de Bienestar de 1929, que
norte y el oriente de la capital. La búsqueda da cuenta de las debilidades de la Ley de
de predios de mayor tamaño guió en parte Habitaciones Baratas de 1925, señalando lo
esta tendencia, la que a su vez estuvo vincu- siguiente: "La Ley 308 [de Habitaciones Ba-
lada en algunos casos con una población en ratas] tiene algunos defectos, especialmente
condiciones de invertir una mayor cantidad en lo que se refiere a: la sanción de los casos
de recursos en sus viviendas. de incumplimiento de sus disposiciones; a la
fijación de atribuciones y responsabilidades
de la Caja Hipotecaria; a procurar una ayuda
Una de las principales limitaciones que tuvo más eficaz al obrero que da estricto cumpli-
la mencionada Ley se refirió al deficiente fun- miento a sus compromisos; a facilitar la tra-
cionamiento de los préstamos que se realiza- mitación de las operaciones; y finalmente, a
ron a las cooperativas, las que muchas veces la falta de procedimientos rápidos para ex
fueron utilizadas como escaparate para apro- pulsar o castigar a los ocupantes que son
vechar los beneficios de la ley en negocios de morosos en el cumplimiento de sus obliga-
especulación con las construcciones. El era- ciones" (Ministerio de Bienestar Social, 1930).
rio nacional hizo grandes esfuerzos por obte-
ner fondos para financiar la Ley de 1925. Mu-
chos de los recursos provinieron de préstamos La citada normativa, por el tipo de solu-
solicitados al gobierno de Estados Unidos. El ciones que se edificaron bajo su amparo, prác-
no pago de los dividendos de la deuda por parte ticamente no alcanzó a llegar a la población
de las cooperativas dañó al sistema habitacio- de más escasos recursos. Nuevamente si-
nal que comenzaba a operar por ese tiempo, y guieron postergados de una vivienda higiéni-
obligó a desviar fondos del presupuesto en vi- ca numerosas personas que habitaban en los
vienda para zanjar el problema. El período de "conventillos" y demás tipologías de vivien-
vigencia de la Ley de Habitaciones Baratas de das precarias. Las cooperativas y sus "pobla-
1925 duró prácticamente hasta la creación de ciones" estuvieron destinadas a la clase me-
la Caja de Habitación Popular en 1936; mu- dia o media baja, por lo que la población que
chas de las medidas que tomó el Estado en el estaba por debajo de esos grupos no tuvo los
lapso transcurrido entre esos años en materia recursos suficientes para poder cumplir con
de vivienda, se redujeron a buscar solución las obligaciones económicas que ese tipo de
para los problemas de la deuda generada por instituciones impuso a sus afiliados. En esa
los créditos impagos. perspectiva, los más pobres solucionaron su

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Figura 3.

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problema habitacional, aumentando el mer- rencia de viviendas de las clases sociales más
cado del "arrendamiento a piso"; tal fue la pobres del país, y desde la perspectiva del
magnitud de aquella modalidad de acceso a presente trabajo, creemos que en el período
un "techo", que el Estado se vio obligado a analizado se dieron importantes pasos para
intervenir en la materia, para lo que dictó una ir generando una institucionalidad pública y
serie de normativas en los años 1930. social en torno al problema habitacional, que
estuvo representada por el reconocimiento de
las demandas de los movimientos de arren-
8. Consideraciones finales
datarios y por la puesta en marcha de iniciati-
vas de intervención directa por parte del Es-
El Estado chileno, en las primeras déca- tado en la construcción de casas baratas.
das del siglo XX, generó una serie de esfuer-
zos destinados a dar solución al déficit de vi-
Desde una perspectiva espacial, se esti-
viendas que afectaba a los grupos sociales
ma que el conocimiento de los primeros pa-
de más escasos recursos. Resalta en este
sos del accionar del sector público en mate-
período la constante preocupación por parte
ria habitacional puede ayudar a comprender
de los poderes públicos de abordar el proble-
cómo se ha ido construyendo una parte de la
ma, principalmente a través de distintos me-
ciudad y cuáles han sido los elementos que
canismos de incentivo hacia las sociedades
han marcado la morfología urbana y social
y empresas dedicadas a la construcción de
resultantes de dichas intervenciones, así
viviendas obreras. Sin embargo, las iniciati-
como los diversos agentes involucrados.
vas desplegadas no fueron capaces de re-
mediar en plenitud el problema de la habita-
ción popular: el marco institucional creado 9. Referencias bibliográficas
para dar respuesta al déficit habitacional no
fue capaz de satisfacer la demanda de resi- Alvarez, Oscar (1935). "El problema de la ha-
dencias higiénicas y baratas. bitación en Chile". Acción Social, 43:17-28.
Arellano, José Pablo (1985). Políticas socia-
Si insertamos lo anterior en un contexto les y desarrollo. Chile 1924-1984. Santia-
más amplio, se puede inferir que la labor cons- go: CIEPLAN.
tructiva fue insignificante si se comparaba con Arteaga, Oscar (1985). "El cité en el origen
algunas cifras de viviendas faltantes que se de la vivienda chilena". CA. Revista Ofi-
proyectaron hacia comienzos de los años cial del Colegio de Arquitectos de Chile,
veinte, que señalaban un déficit de 200.000 41:18-21.
viviendas salubres aproximadamente. Consi- Barreiro, Paloma. (1991). Casas Baratas. La
derando lo expuesto, debemos agregar que vivienda social en Madrid 1900-1939.
el crecimiento demográfico de Chile en las Madrid: Colegio Oficial de Arquitectos de
primeras décadas del siglo XX sobrepasó con Madrid.
creces la capacidad de generar nuevas resi- Barros Borgoño, Luis (1911). "Discurso pro-
dencias para las familias de las clases más nunciado en la ceremonia de inauguración
necesitadas. Santiago duplica su población de la Población Huemul por la Caja de
entre 1907 y 1930, aumentando de 332.724 Crédito Hipotecario, señor Luis Barros
a 696.231. En el ámbito nacional, en similar Borgoño". Boletín de la Oficina del Traba-
lapso, la población aumentó de 3.231.022 jo, 3,1:116-117.
personas a 4.287.445.
Bonduki, Nabil (2000). Origens da habitação
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A pesar de que las políticas habitacionales Libertade.
en las primeras décadas del siglo XX no al- Bravo, Luis (1959). Chile: El problema de la
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