“EL TESTIMONIO DEL PASTOR”
DEBE SER UNA VIDA GUIADA
TEXTO Isaías 58:11
Introducción
Desde el principio de la creación, Dios estableció
un principio muy importante (Gén 1:11-12):
cada planta y animal se reproduce según su
género.
Apliquemos este principio a nuestro llamado
como pastores.
El pastor es una pieza clave en los propósitos de
Dios. ¡Su vida marca la calidad de vida de la
Iglesia! Cada pastor produce una iglesia según
su ‘género’.
- Un pastor ‘liviano’ producirá una iglesia
‘liviana’.
- Un pastor ‘carnal’ producirá una iglesia
‘carnal’.
- Un pastor ‘espiritual’ producirá una
iglesia ‘espiritual’.
¿Qué clase de pastores somos?
Pablo desafió a Timoteo a cuidarse a sí mismo (1
Tim 4:16). Dijo lo mismo a los ‘ancianos’ de la
iglesia en Éfeso (Hch 20:28).
Uno de los peligros en el ministerio pastoral es
la ‘sequedad’ espiritual. Damos tanto a otros,
que nos quedamos ‘secos’, ‘áridos’
espiritualmente hablando. ¡Eso afecta nuestro
ministerio!
PELIGRO: Producir iglesias/creyentes ‘secos’.
En Is 58:11 tenemos un hermoso cuadro de la
vida cristiana; como pastores, debemos tomar
este verso como un modelo para nosotros.
La vida del pastor debe estar marcada por
CINCO características:
1.
“Jehová te pastoreará siempre” (v.11a). El
verbo en hebreo significa, ‘guiará’.
Veamos DOS ejemplos del uso de este verbo:
- Gén 24:27 (Dios guiando al siervo de
Abraham cuando buscaba una novia para
su hijo). Como pastores, buscamos
formar la ‘Novia’ para el Hijo de Dios.
¡Necesitamos ser guiados!
- Éx 13:17 (Dios guio a Israel por una ruta
que evitara la tierra de los filisteos,
sabiendo que no estaban listos para
pelear contra ellos). Necesitamos que
Dios nos guíe por el mejor camino para
nosotros. ¡Él nos conoce!
A veces pasamos por tiempos de ‘oscuridad’
espiritual (v.10b). En esos tiempos, no sabemos
qué hacer. Dios promete guiarnos…
Debemos volver a meditar sobre el Sal 23.
Como pastores, somos ‘ovejas’ del Señor.
¡Necesitamos Su dirección en nuestras vidas!
Él promete guiarnos siempre…
La Iglesia necesita saber/sentir que el pastor
está siendo guiado por Dios en lo que él hace.
2. DEBE SER UNA VIDA SATISFECHA
“en las sequías saciará tu alma” (v.11b).
Según algunos comentaristas, la palabra
“sequía” tiene el sentido de: ‘una tierra
quemada por el sol’. En dicha tierra casi no hay
nada que comer.
Lo que Dios promete es saciarnos. La palabra
tiene el sentido de ‘llenar’, ‘saciar
completamente’ (ver Deut 8:7-10).
¡Qué hermosa promesa!
Como pastores, debemos andar bien ‘llenos’
espiritualmente; ‘saciados’ por Dios. ¡Bien
alimentados! ‘Gorditos’ (espiritualmente).
La promesa no es sólo que Dios saciará nuestras
almas, sino dónde lo hará – en qué contexto. En
las “sequías” de la vida.
EJEMPLO: Israel en el desierto (Éx 16:8).
La Iglesia necesita ver a su pastor en esa
condición espiritual. No muriéndose de hambre
espiritual; no raquítico. Sino robusto,
satisfecho, saciado espiritualmente.
3. DEBE SER UNA VIDA FUERTE
“y dará vigor a tus huesos”. Los huesos son
la parte de nuestra anatomía que sostiene todo
el cuerpo.
Cuando nos da la gripe, sentimos que nos duele
todo el cuerpo; no tenemos fuerza para nada.
A veces nos puede dar una ‘gripe’ espiritual, que
nos deja adoloridos y débiles.
Aquí tenemos una linda promesa: Dios promete
fortalecer nuestros huesos, para que seamos
fuertes en la obra.
Pero a veces los huesos se debilitan por la
descalcificación…necesitan mayor calcio. ¡Eso es
peligroso en la vejez!
Aquí hay otro peligro: nos podemos
‘descalcificar’ como pastores. Nos volvemos
frágiles.
¡Qué hermosa promesa! Dios promete
recalcificar nuestros huesos espirituales.
PENSAMIENTO: Mientras nuestros huesos son
fuertes, el cuerpo dura más tiempo.
Hay pastores que se ‘envejecen’ espiritualmente
antes de tiempo. Dios promete rejuvenecernos
espiritualmente, desde adentro…
La Iglesia necesita vernos robustos, fuertes,
vigorosos en nuestra vida espiritual.
4. DEBE SER UNA VIDA FRESCA
“serás como huerto de riego”. En Palestina, la
falta de lluvia producía tiempos de sequía. En
esos tiempos, las chacras se ponían secas. Pero
donde había regadío, los huertos mantenían su
verdor y frescura todo el año.
Hay pastores que se han vuelto ‘secos’; su vida
espiritual carece de verdor. ¡No animan a la
congregación! Sus problemas, y las luchas en
el ministerio, han ‘secado’ su alma. Se vuelven
impacientes, irritables, exigentes, insensibles,
etc.
¡No hay nada más triste que ver un pastor seco
espiritualmente! Sin ese 'verdor' espiritual’; esa
frescura que anima a otros.
Dios no quiere eso para nosotros. Él quiere que
seamos como el huerto de Edén.
En Gén 2:8, esta es la palabra que se usa para
describir el Edén (“huerto”).
¿Cómo se mantenía fresco y verde? Por el río
que regaban el huerto (Gén 2:10).
Eso es lo que Dios quiere para nosotros. ¡El Sal
1 explica como!
La Iglesia necesita pastores que son así. Llenos
de verdor espiritual; animados, alegres, frescos
en su vida espiritual (alabando a Dios, orando
con frescura, etc.).
5. DEBE SER UNA VIDA PLENA
“como manantial de aguas, cuyas aguas nunca
faltan”. Estas palabras nos hacen recordar lo
que Cristo prometió en Juan 7:37-38. Le dijo lo
mismo a la mujer samaritana (Juan 4:13-14).
Es el Espíritu Santo que mantiene nuestras vidas
en plenitud – de gozo, paz, amor, paciencia,
mansedumbre, etc.
El mismo Señor Jesús es el modelo de esa clase
de ‘pastor’. Él disfrutaba una plenitud de vita
cual ningún otro.
La vida cristiana comienza con el Espíritu…Debe
continuar en el Espíritu. Especialmente si somos
pastores. ¡Eso marca una enorme diferencia!

La Iglesia necesita pastores que disfrutan una

plenitud de vida espiritual.

Conclusión

Miremos una vez más a nuestra congregación.

¿Podemos ver rasgos en la iglesia que reflejan
nuestra condición espiritual?

Animémonos con estas grandes promesas del

Señor, y acerquémonos a Él para recibir la clase
de vida que nuestra congregación necesita.