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Autoayuda Habilidades Sociales UD 4 PDF
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B) Te será de utilidad
II Procedimientos defensivos
III Procedimiento de “ataque”
VI Consideraciones finales
- No es única, sino que tiene una serie de estrategias que varían en función de la
situación y la persona.
- Es una característica del comportamiento, no de las personas.
- Es incompatible con la ansiedad.
- Es incompatible con acciones que dañen deliberadamente a otras personas o que
no respeten sus derechos. Implica respeto a uno mismo y a los demás.
- Está basada en la capacidad de la persona para decidir libremente cómo actuar.
- No es innata.
- Se puede aprender.
- Es una característica del comportamiento socialmente eficaz.
‒ Expresar sentimientos o deseos positivos o negativos de una forma eficaz sin negar
ni desconsiderar los de los demás y sin sentirse ni hacer a los demás sentirse mal
por ello.
‒ Ser capaz de discriminar entre la conducta pasiva, agresiva y asertiva (véase
unidad didáctica 2).
‒ Reconocer, asumir y defender los propios derechos, respetando los de los demás.
B) Te será de utilidad
A la hora de ser asertivo, te será muy útil tener en cuenta estos consejos:
Ventajas de su uso
o Podemos hacer que el otro cese en su intento de manipulación.
o Usándolas de forma correcta pueden permitirnos rechazar peticiones sin ofender a
la otra persona.
o Pueden llevar a que la otra persona recapacite y decida reanudar la comunicación
de una forma más equitativa.
Inconvenientes de su uso
o Es imprescindible saber usarlas correctamente, lo cual requiere un entrenamiento
adecuado.
o Un uso incorrecto puede hacer que nos convirtamos en personas agresivas en
lugar de asertivas.
o En algunos casos, si la otra persona no parece dispuesta a adoptar una postura
más equitativa, puede llevar a una pérdida de la comunicación e, incluso, de la
relación, por lo cual es muy importante sopesar las consecuencias antes de decidir
si las usamos o no. Esto es muy evidente en situaciones en las que se nos critica
algo, por lo que es fundamental saber distinguir si la crítica es constructiva o
destructiva (el uso de estas técnicas no está indicado cuando la crítica es
constructiva).
Puedes practicar anotando en una hoja los intentos de manipulación que directa o
indirectamente recibes durante unos días, ¡te sorprenderás!
SE SIENTE
ACEPTA
MANIPULADO
PETICIÓN
RESPUESTA
PASIVA
PETICIÓN
INJUSTA COMUNICACIÓN INSATISFACTORIA
UNIDIRECCIONAL
RECHAZA
PETICIÓN
RESPUESTA SE SIENTE
ASERTIVA BIEN COMUNICACIÓN
ADECUADA ADECUADA
BIDIRECCIONAL
RECHAZA
PETICIÓN
NADIE SE
RESPUESTA SIENTE
AGRESIVA BIEN
COMUNICACIÓN INSATISFACTORIA
UNIDIRECCIONAL CON ROTURA
A continuación, mostramos algunas de las técnicas defensivas que suelen dar mejores
resultados si se usan de la forma adecuada:
Disco rayado
- Hacer peticiones.
- Rechazar una petición poco razonable o que no queremos aceptar.
- Resistir presiones.
La persona escucha, pero no responde a lo que se salga del tema. La persona “suena”
como un disco rayado, repitiendo una y otra vez lo mismo.
Usando esta técnica conseguirás ser persistente, repetir una y otra vez lo que quieres
sin enfadarte ni levantar la voz. Te permite no dar razones, no buscar excusas. Realmente, el
secreto está en no hacer caso de lo que diga la otra persona, de esta forma, evitaremos las
manipulaciones. Continuaremos con la técnica hasta que la otra persona acepte nuestra
petición o admita llegar a un acuerdo.
Ejemplo:
Observa que en ningún momento ofreces una excusa, si lo hicieras, tu amigo sería
capaz de desmontar cada una de ellas, y, una vez agotadas te verías obligado a prestarle el
coche (por ejemplo, “No puedo porque tengo que llevarlo al trabajo”; tu amigo te podría
proponer: “No te preocupes, yo te dejo allí de camino”).
Aserción negativa
Esta técnica es útil cuando alguien te está haciendo una crítica justificada, pero de
forma inadecuada o insistente. Te enseña a admitir tus errores y equivocaciones, pero sin tener
que dar mil excusas y disculpas por ello.
Aunque a priori parece sencillo, es más complicado de lo que parece, sobre todo,
porque estamos acostumbrados a sentirnos “heridos” si alguien nos hace una crítica negativa.
Tenemos la creencia de que si una persona nos dice que hemos hecho algo mal en realidad
nos está diciendo que esto es una “nulidad”. La clave está en evitar ponerse a la defensiva,
mantener la calma y contestar con tranquilidad.
Con la práctica en esta técnica conseguirás no sentirte culpable cada vez que cometas
un error, ya que todos tenemos derecho a cometer errores. Deberás evitar ponerte a la
defensiva, mantendrás la calma y no iniciarás una discusión o un largo listado de disculpas o
excusas.
Ejemplo:
EL OTRO: “Eres tonto, has confundido todos los colores del dibujo”.
TÚ: “La verdad es que debería haber prestado más atención, es cierto, lo siento. La
próxima vez seré más cuidadoso”.
El recorte
Consite en dar respuestas de sí o no sin ofrecer libre información. Esperamos que sea
la otra persona quien ofrezca esta información, aclarando más la situación.
Lo que buscamos es que la otra persona nos aclare la situación. Cuando esto suceda
debemos dejar la técnica y dar la respuesta adecuada, en función de que la crítica sea
realmente justificada o no. Evita una discusión a destiempo o sin fundamento.
Ejemplo:
Supongamos que siempre que alquiláis una película en el videoclub, eres tú quien
compra las palomitas, no es un acuerdo, simplemente lo haces porque quieres, hoy no las has
comprado:
Banco de niebla
Esta técnica es muy adecuada cuando la crítica que nos hacen se ha convertido en una
especie de “regañina” interminable, o bien en discusiones en las que el otro no parece oírnos y
simplemente enumera cosas y más cosas que echarnos en cara.
Con esta técnica das la razón al otro en todo, pero no aceptas lo que te propone.
Reconoces que pueda haber parte de verdad en lo que te dice, pero no renuncias a tus
derechos, evitas la manipulación, evitas reforzar la conducta del que discute y con ello terminar
la discusión.
Ejemplo:
Interrogación negativa
Se usa cuando estamos siendo criticados por alguien de forma injusta y lo sabemos. Es
necesario tener una imagen positiva de nosotros mismos y estar convencidos de que cualquier
cosa que nos digan no nos va a afectar, si esto no es así, es mejor no usarla.
En un principio esta técnica va a generar más críticas, sobre todo si la otra persona
está a la defensiva, e incluso intentará herirnos con “golpes bajos” o comentarios que piensa
que nos pueden doler.
Ejemplo:
EL OTRO: “Hoy llevas una camisa horrible, ¿no te miras al espejo antes de salir?”.
TÚ: “¿Hay algo más que no te guste de mi forma de vestir?”.
EL OTRO: “Ahora que lo dices, sí, eres anticuado, usas colores chillones, te peinas
fatal…
TÚ: “¿Hay algo más que no te guste de mí?”.
Parafrasear
Normalmente, se usa cuando alguien nos insulta o hace una crítica injusta.
Consiste en repetir lo que nos dice el otro, en un tono similar, pero expresando nuestra
opinión verdadera. En lugar de sentirnos mal, hablamos de ello como si fuera algo natural y
normal.
Ejemplo:
Sencillamente di “no”
De este modo, diciendo no sin más evitas dar pie a la otra persona para posibles
manipulaciones.
Ejemplo:
Procura no adoptar una actitud agresiva en ninguna de las ocasiones; se trata de saber
responder de forma asertiva, hacer que respeten tus derechos y respetar los de los demás.
A continuación, mostramos algunas de las técnicas de “ataque” que suelen dar mejores
resultados si se usan de la forma adecuada.
La inversión
Suele utilizarse cuando vamos a pedir o solicitar algo y resulta evidente que nuestra
petición será rechazada, pero la otra persona aún no ha dicho “no”, sino que nos está dando
una toda una serie de razones y excusas que nos indican claramente que es eso lo que va a
hacer.
Consiste en pedir a la otra persona que nos de un “sí” o un “no”, sin más.
Esta técnica no hace que te digan que sí cuando la persona no quiere aceptar tu
petición, los efectos son a largo plazo, puesto que está demostrado que recordamos más las
contestaciones directas negativas que las positivas y en nuestro intento de ser “justos” con los
demás, es más probable que en la siguiente ocasión diga “sí” para equilibrar los resultados.
Ejemplo:
La repetición
Es útil cuando creas que la otra persona no te está atendiendo o no entiende lo que le
dices.
Consiste en pedir, de la forma adecuada a la otra persona que repita lo que estás
diciendo, con frases del tipo “¿entiendes lo que te estoy diciendo?”.
Gracias a esta técnica consigues que la otra persona te atienda, escuche tus razones
y, si por ejemplo estaba negando tu petición “porque tocaba”, sin haber oído siquiera tus
razones, puede que cambie de opinión.
Es útil cuando vamos a rechazar o hacer una petición, pero nos tememos que la otra
persona se lo tomará mal.
Consiste en revelar nuestro temor sobre la reacción que puede tener la otra persona
antes de rechazar o hacer una petición.
Ejemplo:
Es muy útil si pretendemos suavizar una expresión negativa pero queremos que la otra
persona la escuche claramente, minimizando en lo posible su malestar.
Ejemplo:
Alguien te propone salir a tomar algo “como pareja”. Tus intenciones con esa persona
no son las mismas, sin embargo, te cae bien y no quieres hacerla sentir mal, por eso le dices:
TÚ: “Me encantaría salir contigo (mensaje positivo), pero no de la forma que quieres
(mensaje negativo), si quieres que salgamos como amigos, estaré encantado (mensaje
positivo)”.
Las principales situaciones en las que pueden verse vulnerados nuestros derechos
son:
situaciones de consumidor
situaciones de familia
situaciones de autoridad
situaciones de amistad
1. Situaciones de consumidor:
Todos nos hemos visto inmersos en situaciones de este tipo, y la mayoría de las veces
adoptamos una posición pasiva (“¿Qué le voy a hacer?”), sin embargo, debemos tener muy
claros nuestros derechos, entre otros:
- Entra en una tienda, pide educadamente que te enseñen varias prendas (como
mínimo seis o siete), luego da las gracias y sal sin comprar nada.
- Compra algo en una tienda y, después ve a cambiarlo sin dar demasiadas
explicaciones.
- Entra en un quiosco y, sin comprar nada, pide que te cambien un billete.
2. Situaciones de familia
- El derecho a tomar nuestras propias decisiones y vivir nuestra vida como queramos
(siempre que no vulneremos los derechos de los demás).
- El derecho a equivocarnos cuando tomas nuestras propias decisiones.
Debemos tener tacto a la hora de defender nuestros derechos. Una vez más insistimos
en la idea de que no hay que ser ni parecer agresivo (ya te hemos mostrado algunas técnicas
para ello).
- Di a tu madre que no irás a ver a (cualquier compromiso familiar), pues hoy tienes
tus propios planes.
- Di a tu padre que has decidido ir a ese concierto, aunque a él no le guste la idea.
- A tu madre no le gusta tu peinado o la ropa que llevas, en lugar de discutir, usa
alguna de las técnicas que conoces.
Hacer cumplidos, dar las gracias, reforzar… también son derechos, no olvides hacerlo
(por ejemplo, tu madre no tiene la obligación de hacerte la comida cada día, acuérdate de
decirle lo buena que está).
3. Situaciones de autoridad
Son las que se dan con personas que se creen con cierto “poder” sobre nosotros (por
ejemplo, jefes, profesores, en definitiva, tienen estatus diferentes). Sin embargo, no olvides
que:
4. Situaciones de amistad
Aquí nos solemos encontrar situaciones similares a las que se dan en la familia, ya
que, en muchas ocasiones, los amigos aluden al poder de la amistad, al “creí que eras mi
amigo” para convencernos de algo o plantearnos peticiones poco razonables. No olvides que
no se es peor amigo por no acceder a todo lo que te proponen, la verdadera amistad se basa
en un respeto mutuo y en saber aceptar los derechos, errores y decisiones de los demás.
Recuerda también reforzar a tus amigos, felicitarles por sus éxitos, reconocer sus
méritos y expresarles a menudo tus sentimientos y tu afecto.
Consejos útiles
No seas demasiado sensible a la vulneración de tus derechos, no estés pendiente de
que se produzca la más mínima transgresión para “saltar”. Permite cierta flexibilidad, sopesa
las ventajas e inconvenientes, no debes pasar al otro extremo y convertirte en una persona
rígida, intransigente, molesta y con reacciones desproporcionadas a la situación.
No está de más aclarar que hay situaciones extremas en las que aunque nuestros
derechos estén siendo vulnerados de forma muy evidente no es aconsejable defenderlos. Por
fortuna no se producen muy a menudo, pero son aquellas situaciones en las que existe peligro
de una agresión física por parte del otro/s, o que podamos ser castigados con penas legales,
por ejemplo, si somos empujados deliberadamente por alguien con “pinta de buscar pelea”, si
nos están robando, etc.
Antes de pasar a ver qué podemos hacer para evitar discutir, o mejor dicho para que
las discusiones resulten productivas y no acabemos con malestar o con alguna relación a
causa de ellas, parémonos a pensar en por qué nos enfadamos.
A
ALLG
GUUN
NOOSS M
MOOT
TIIV
VOOSS PPO
ORRL
LOOSS Q
QUUE
ELLA
AGGE
ENNT
TEE SSE
EEEN
NFFA
ADDA
A
- LA TENSIÓN DE LA SITUACIÓN
- PONERSE A LA DEFENSIVA
- ACTITUD DE “ATAQUE”
- INTRANSIGENCIA
- ETC.
Otro de los motivos de enfado más comunes es hacer de la discusión una “causa
personal”. Adoptamos una actitud frente a la discusión que solo nos deja dos alternativas:
mantenernos a la defensiva o bien atacar (cualquier cosa con tal de no “perder la batalla”). Esto
te obliga necesariamente a una discusión nada productiva, no te aportará nada y,
probablemente, irá subiendo de tono hasta acabar en una “bronca”.
No debes olvidar que el fin de una discusión no tiene que ser convencer al otro de que tú y
solo tú tienes la razón. En la mayoría de las ocasiones este es un detalle de poca importancia,
lo productivo es que puedas expresar tus opiniones y puntos de vista y estos sean escuchados
y considerados, pero para ello debes hacer lo mismo con tu interlocutor.
EMPATÍA
PARA DISCUSIONES PRODUCTIVAS
ASERTIVIDAD
La empatía, es decir, situarnos en el lugar del otro, pararnos a pensar qué siente, o por
qué se comporta de esa manera, nos ayudará a comprender a los demás y anticipar posibles
reacciones.
Teniendo siempre en cuenta estos dos aspectos que debemos practicar y cuidar,
vamos a ver algunos consejos y técnicas para discutir mejor.
En primer lugar, repasa las técnicas asertivas que vimos anteriormente, pues te serán
de utilidad en muchas ocasiones. Además, toma nota de las que te mostramos a continuación y
añádelas a tu repertorio conductual:
Desarmar la ira
Esta técnica resulta muy útil cuando, a pesar de nuestros intentos por no discutir, la
otra persona se irrita, grita e incluso nos insulta. Si ante esta situación procedemos de la misma
manera, no conseguiremos nada, ninguno de los dos será escuchado, la situación será
desagradable y se convertirá meramente en un intercambio de insultos y una competición
sobre quien grita más.
¿Cómo proceder?
Para ello, dile que está enfadado, que retomaréis la discusión cuando se calme, debes
hacerlo con un tono de voz moderado, aunque la otra persona grite, tú no (solo esto puede
hacer que se dé cuenta de su actitud). Además, mírale a los ojos mientras se lo dices.
Una forma puede ser pedirle que se siente o proponerle que se tome algo, hasta que
se calme. No retomaremos el tema de la discusión hasta que la otra persona se haya calmado.
Podemos hacer uso de la técnica del disco rayado (por ejemplo, repitiendo “Hablaremos del
tema cuando quieras, pero antes debes calmarte).
Procura estar prevenido, pues antes de que el otro reconozca que está enfadado y
comience a calmarse puede sufrir una especie de “rabieta” que deberás saber aguantar
manteniendo la calma y evitando entrar en cualquiera de los puntos de la discusión (disco
rayado).
Sin embargo, en casos extremos en los que la ira de la persona aumente hasta el
punto de que temamos ser agredidos físicamente, lo más inteligente ante estas situaciones es
marcharse del lugar.
Ignorar selectivamente
¿Cómo proceder?
Muy sencillo, muestra atención y contesta a todo aquello que te dicen de forma
adecuada tanto en tono como en contenidos, ignora las manifestaciones injustas o
destructivas. Ignóralas del todo, a través del silencio, no respondas a ellas, retoma la
conversación normalmente cuando los contenidos sean adecuados.
Las HHSS y la asertividad deben ser flexibles, no algo rígido, por lo tanto, considera las
posibles consecuencias de tus actos antes de actuar. Utilizadas de la forma adecuada, con
destreza y adaptadas a las necesidades interpersonales, pueden mejorar la competencia social
de las personas.