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La técnica (del griego, τέχνη tékhnē 'arte, técnica, oficio') es un procedimiento o conjunto

de reglas, normas o protocolos que tiene como objetivo obtener un resultado


determinado y efectivo, ya sea en el campo de las ciencias, de la tecnología, del arte, del
deporte, de la educación o en cualquier otra actividad. Es el conjunto de procedimientos
que se usan para un arte, ciencia o actividad determinada que, en general, se adquieren
por medio de su práctica y requieren determinadas habilidades o destrezas.

Requerimientos de la técnica
La técnica requiere tanto destrezas manuales como intelectuales, frecuentemente el uso
de herramientas y de varios conocimientos. En los animales las técnicas son características
de cada especie. En el hombre, la técnica surge de su necesidad de modificar el medio y se
caracteriza por ser transmisible, aunque no siempre es consciente o reflexiva.
Generalmente, cada individuo la aprende de otros (a veces la inventa) y eventualmente la
modifica. Es generalizada la creencia, que sólo las personas son capaces de construir con
la imaginación, algo que luego pueden concretar en la realidad. Sin embargo, algunos
primates superiores, aparte del hombre, pueden fabricar herramientas. La técnica, a veces
difícil de diferenciar de la tecnología, surge de la necesidad de transformar el entorno para
adaptarlo mejor a sus necesidades.

La tecnología es la ciencia aplicada a la resolución de problemas concretos. Constituye un


conjunto de conocimientos científicamente ordenados, que permiten diseñar y crear
bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y la satisfacción de las
necesidades esenciales y los deseos de la humanidad. Es una palabra de origen griego,
τεχνολογία, formada por téchnē (τέχνη, arte, técnica u oficio, que puede ser traducido
como destreza) y logía (λογία, el estudio de algo).

Un método común a todas las tecnologías de fabricación es el uso de herramientas e


instrumentos para la construcción de artefactos. Las tecnologías de prestación de
servicios, como el sistema de suministro eléctrico hacen uso de instalaciones complejas a
cargo de personal especializado.

Las primeras herramientas, como los martillos de piedra y las agujas de hueso, sólo
facilitaban y dirigían la aplicación de la fuerza, por parte de las personas, usando los
principios de las máquinas simples. El uso del fuego, que modifica la composición de los
alimentos haciéndolos más fácilmente digeribles, proporciona iluminación haciendo
posible la sociabilidad más allá de los horarios diurnos, brinda calefacción y mantiene a
raya a alimañas y animales feroces, modificó tanto la apariencia como los hábitos
humanos.

Las herramientas más elaboradas incorporan información en su funcionamiento, como las


pinzas pelacables que permiten cortar la vaina a la profundidad apropiada para arrancarla
con facilidad sin dañar el alma metálica.

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