Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una ética ciudadana a través del ejercicio del derecho a la ciudad: justicia socio
espacial
En primer lugar, se pretende encontrar las bases de construcción del derecho al espacio,
tanto público como privado. Según Engels, la propiedad privada nace a partir de
cambios sociales y económicos plasmados en la conformación de la familia
monogámica, ya que como menciona: “Fue la primera forma de familia que no se basó
en condiciones naturales, sino económicas, concretamente en el triunfo de la propiedad
privada sobre la propiedad común primitiva originada espontáneamente.” (Engels, F.
1924. Pag. 72.) Por ende, la propiedad privada se establece como un beneficio que
poseen algunas familias, ante esto nace una institución que busca asegurar que esto no
se logre cambiar y dicha institución es el Estado. (Engels, F. 1924. Pag. 116). De manera
que el Estado crea sus cimientos en la defensa del espacio privado, mas no en la
equidad de derechos, lo cual sin duda ha definido la situación actual del Estado. Sin
embargo, cabe recalcar que el análisis histórico que realiza Engels sobre el Estado
corresponde a la historia occidental, por lo tanto, dicha institución es meramente un
vestigio de occidente que ha sido expandido al resto del mundo, y se ha ido modificando,
pero sin perder su esencia.
Por lo tanto, nace la pregunta: ¿Qué hacer para revertir esta situación? Dicha respuesta
puede poseer dos entradas, una que nazca desde la perspectiva de los individuos en
comunidad, y otra que represente cambiar el rol de las instituciones que promueven
dicha conducta. Si bien desde las limitaciones culturales de la colectividad sobre la
persona, la individualización parece ser una respuesta para revelar el verdadero
carácter y gustos de cada persona, la realidad demuestra que antes de permitir al
individuo realizarse o encontrarse a nivel personal, resulta únicamente en un
impedimento de relacionarse con los demás lo que dificulta la cohesión social y, por lo
tanto, la participación de las personas en las decisiones colectivas se ve disminuida.
Esto se puede mitigar o contrarrestar a partir de que el individuo mismo tome conciencia
de las limitaciones de lo individual en lo colectivo, así como promover la identidad y el
territorio en la construcción subjetiva de cada individuo.
Desde el rol de la institución, el listado de soluciones que se pueden brindar son varias,
por lo que se escogió únicamente tres que parecen abarcar a las demás. Como primer
postulado, se encuentra en redefinir al Estado desde las perspectivas locales, con la
finalidad de que este pierda de una vez por todas su función principal caduca, que es
de defender la propiedad privada de manera desigual. Como segundo gran postulado,
es brindar los espacios de participación a los individuos, es decir, reducir el poder del
Estado y brindar a las personas comunes con la finalidad de que estos se empoderen
de su realidad. Y como tercer postulado, el Estado debe ser el encargado de igualar las
condiciones de los individuos con el fin de que los espacios públicos en las ciudades
dejen de pertenecer a clases y pertenezcan a identidades. Considerando estos
postulados, el rol del estado es amplio y abarcaría funciones que desde un punto de
vista neoliberal no son su competencia; por lo tanto uno de los objetivos claves es lograr
que el estado, en cualquiera de sus inclinaciones político-ideológicas, permita y
promueva estas acciones. Es entonces que desde cualquiera de estas entradas,
individual o institucional, una redefinición de las funciones del estado es importante,
complementando el nuevo carácter activo y participativo en la toma de decisiones que
tendría la ciudadanía.
Los requerimientos para el pleno ejercicio del derecho a la ciudad son muchos, y por lo
tanto la justicia socio-espacial dependerá de los pequeños logros y avances que se
tengan en relación a la participación ciudadana; los mecanismos en muchos casos se
encuentran incluso facilitados por el estado, en donde ya se encuentra algunos de los
postulados que fueron mencionados. Por lo tanto para aumentar una plena participación
ciudadana, en los espacios de socialización, decisión, ejecución y evaluación de las
políticas públicas, que implican ciertamente, temas como el acceso y creación de los
espacios públicos que vayan de acuerdo con las múltiples formas de vida, la
planificación del crecimiento urbano, los procesos de gentrificación y revalorización del
suelo, etc., se requieren el funcionamiento interrelacionado de estas dos vías: una
comunitaria que refleje una ética colectiva y una institucional; sumando una cultura
política renovada que considere las distinta problemáticas de la vida en la ciudad.
Bibliografía:
Engels, F. (1924). El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado. Ediciones AKAL.