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  NEOCLÁSICOS

SEMANA 5  

El análisis marxista del sistema de producción capitalista había sido tan claro como
demoledor. La teoría de valor-trabajo y la puesta en evidencia de la profunda
contradicción que suponía el modelo de producción socializado de la riqueza con su
apropiación privada había puesto en cuestión la claridad teórica de los economistas
clásicos. Sin embargo, a finales del siglo XIX no solo las condiciones sociales de los
trabajadores habían mejorado sustancialmente, sino que el desarrollo del sistema
capitalista había madurado con el desarrollo del capital por acciones, el sistema
bancario, el reconocimiento legal de la jornada laboral y los sindicatos, entre otros. En
síntesis, existía un déficit teórico para dar cuenta de la realidad económica de occidente,
el cual sería suplido por el trabajo de una serie de autores entre 1826 y 1986, quienes
reivindicarán los postulados clásicos de la economía y fundamentarán las bases del
análisis micro-económico actual.

En su conjunto, estas obras retomarán los postulados ricardianos sobre “renta


diferenciada en niveles y capitales heterogéneos y la re-expresaron en un modelo de
 

renta con cambios marginales decrecientes y rendimientos constaste a escala” 1 .


Adicionalmente, retomaron los principios de satisfacción utilitarista desarrollados por
Bentham para fundamentar una teoría psicológica y subjetiva del valor, con lo que se
abandona la propuesta marxista de valor-trabajo.

En términos metodológicos, los neoclásicos introducirán el análisis matemático como la


principal herramienta de análisis. Y posicionarán la eficiencia como principal valor
económico de las sociedades y punto de referencia para juzgar el desempeño
económico de las mismas. De esta manera, el gran legado de los marginalistas es la
formulación del modelo de equilibrio general.

En su primera fase, el pensamiento marginalista se desarrolló en tres escuelas: la


inglesa, la austriaca y la lausana. En una segunda generación, autores como Alfred
Marshall, Wilfredo Pareto y Francis Ysidro Edgeworth desarrollarán las características
del pensamiento marginalista que lo posicionarán como el referente teórico vigente
(mainstream). Entre los desarrollares posteriores de la teoría neoclásica en el Siglo XX
se encuentra los trabajos de Irving Fisher (1908), Frank Knight (1921), Lionel Robbins
(1935), E. Chamberlain (1933).

                                                                                                               
1
ALDANA, Yanold y José Silva Ruiz. Mercados imperfectos, keynesianismo y economía del desarrollo.
En: Pensamiento económico con énfasis en pensamiento económico público. Bogotá: ESAP, 2008. p. 81.

 
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El concepto de marginalidad y utilidad marginal decreciente (un ejemplo


ilustrativo).

Se había señalado que los neoclásicos abandonan la teoría de valor-trabajo y retoman


el principio utilitarista de valor. En este sentido, el comportamiento del consumidor está
definido por el valor o satisfacción que le produce el consumo de un bien. Sin embargo,
a diferencia de los clásicos que consideraban que el bienestar tiene un valor absoluto,
la aproximación marginalista señala que el consumidor trata de maximizar la utilidad
que le genera el disfrute de una unidad adicional de dicho bien o servicio. De hecho, el
consumidor normal suele combinar el consumo de diversos bienes. Un ejemplo sencillo
facilita una compresión intuitiva de este postulado.

Suponga que usted es un aficionado de escalar en muro y, también, es un amante del


cine. En vacaciones, su presupuesto es restringido, así que lo puede gastar comprando
un tiquete para entrar a escalar al muro de la Séptima con 56 o en una boleta de cine
(usted odia ver películas en casa y odia más verlas en computador). Pero,
definitivamente y en principio, le parece que ir a escalar es más divertido que ir al cine.

Suponga que el primer día de vacaciones usted va al muro y, realmente, lo disfruta. El


segundo día lo sigue disfrutando. El tercer día y, tal vez, el cuarto lo disfruta con menor
entusiasmo que el primer día. ¿Qué pasaría en una semana? Seguramente estará
aburrido y pensará que pagar por un día u hora más para escalar muro no valdrá la
pena ya que no lo divertirá igual que cuando lo hizo por primera vez. Con el transcurso
de los días, ¿no cree que, en algún momento, escalar dejará de ser más divertido que ir
al cine? En efecto, usted suele hacer lo que quiere (en la medida de las posibilidades) y
por eso considerará que en vez de seguir gastando en el muro de escalar, será más
divertido ir al cine.

 
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Ahora nombremos “Escalar muro” como “x” e “Ir al cine” como “y”. Para resumir, en
efecto, al principio el consumo de unidad de “x” le genera más satisfacción que el
consumo de una unidad de “y”. Sin embargo, a medida que aumenta su consumo de “x”,
usted experimenta una utilidad marginal decreciente. Esto es, el consumo de una
unidad mas de “x” le genera menos satisfacción que antes ya que “la utilidad que brinda
cada unidad adicional de x, o utilidad marginal, se ha venido reduciendo en la medida
que la cantidad consumida de x ha ido aumentado” (Véase Gráfico 1).

Grafico 1. Comportamiento de la Utilidad Marginal del bien X (UMAX)

Fuente: CUEVAS. Op. cit., p. 515.

De allí, que en la medida que siga consumiendo “x”, se llega a un momento donde el
consumo de unidad adicional de “x” es menor que el consumo de una unidad de “y”. De

 
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esta manera usted consumirá “y”, hasta que, por efecto de la utilidad marginal
decreciente, usted considere que una unidad adicional de “y” no es tan satisfactoria
como retomar el consumo de “x”. Este proceso de comparación de utilidades seguirá
hasta que usted sienta que gastar en el muro de escalar o en ir al cine es la misma
cosa.

En este ejemplo hay cuatro variables que hay que tener en cuenta, la utilidad marginal
que genera ir a escalar muro (nombremos UMAx), la utilidad marginal de ir al cine
(UMAy), el precio de una entrada al muro de la Séptima con 56 (px) y el precio de una
boleta de cine (py). Lo que hemos dicho aquí es que usted, como es un consumidor
racional, trata de sacar mayor provecho de su dinero en términos de satisfacción. Por
ello, lo que hará es tomar una decisión con base (i) en el cálculo de la satisfacción que
le generará la cantidad adicional de tiempo que usted puede obtener por cada peso que
invierta en el muro de escalar en comparación con (ii) la satisfacción que le generará la
cantidad adicional de tiempo que usted puede obtener por cada peso que invierta en
cine. De acuerdo con la teoría, al maximizar su utilidad los consumidores tienden a
llegar a un punto donde son indiferentes en gastar un peso adicional en cualquier de las
dos actividades, esto es cuando llega al equilibrio del consumidor. La Tabla 1 resume el
comportamiento de los consumidores. Aquí, usted se puede encontrar en una de estas
tres situaciones.

Tabla 1. Comportamiento de los consumidores y equilibrio del consumidor

Situación Decisión Representación


Matemática
La Utilidad marginal del En este caso usted
último peso gastado en gastará el peso adicional

 
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ir a escalar (x) es mayor en ir a escalar (x) y está !"#$ !"#$


>
que la utilidad marginal dispuesto a sacrificar ir !" !"

del último peso gastado al cine (y)


en ir al cine (y)
La Utilidad marginal del En este caso usted
último peso gastado en gastará el peso adicional
ir a escalar (x) es menor en ir al cine (x) y está !"#$ !"#$
<
que la utilidad marginal dispuesto a sacrificar ir a !" !"

del último peso gastado escalar (y)


en ir al cine (y)
La Utilidad marginal del En este caso usted es !"#$ !"#$
=
último peso gastado en indiferente. Le da lo !" !"

ir a escalar (x) es igual mismo gastar el peso


que la utilidad marginal adicional en ir a escalar O, lo que es lo mismo,
del último peso gastado (x) o ir al cine (y).
en ir al cine (y). EQUILIBRIO DEL !"#$ = !"
!"#$ !"
CONSUMIDOR

Cabe aclarar que la reflexión que se ha hecho hasta el momento con fines ilustrativos
parte de un supuesto difícil de sostener: la utilidad de las personas es medible e incluso
comparable. Este supuesto inicial que fue formulado por los primeros marginalistas será
abandonado por la segunda generación, quienes reconocen que no es posible medir
con una “regla” la utilidad de las personas, ni mucho menos suponer que la utilidad de
un individuo se puede comparar con otra. Sin embargo, son los mismos marginalistas
quienes dan una solución coherente a este problema. En específico, Marshall explicará
que el equilibrio del consumidor se da cuando este toma los precios del mercado “y a
partir de estos datos ajusta su comportamiento de consumo, de tal manera que llega a
!"#$
igualar la proporción de sus utilidades subjetivas !"#$ (e incomparables en términos

 
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absolutos con la de los otros consumidores) a la proporción de los respectivos precios


!" 2
!"
.” .

El comportamiento del consumidor y la función de demanda.

A partir de la formulación anterior sobre el principio de maximización de la utilidad en el


ámbito de la utilidad marginal decreciente, corresponde hacer un análisis más detallado
del comportamiento tanto del consumidor como del productor3. Anteriormente se anotó
que los consumidores hacen lo que quieren en cuanto pueden. Así, al buscar maximizar
la utilidad de su ingreso al comparar el disfrute de dos bienes, se encontrarán que hay
situaciones de indiferencia. Esto es, una combinación de consumo entre estos dos
bienes dónde se mantiene inalterado el nivel de utilidad del consumidor. Esta
combinación de consumo puede representarse como la serie de puntos a lo largo de
una curva con pendiente negativa y convexa desde el origen, tal como se muestra en el
Gráfico 2. ¿Qué implicaciones tiene estas dos características?

Gráfico 2. Curva de Indiferencia

                                                                                                               
2
CUEVAS, Homero. La economía neoclásica. En: Introducción a la economía. Bogotá: Universidad
Externado, 1992. p. 519.
3
“Marshall propuso analizar el equilibrio parcial entre dos variables, considerando constantes todas las
demás, es decir ceteris paribus. Aunque este tipo de análisis es considerado muy restrictivo, según
Marshall ofrece la ventaja de estudiar los hechos económicos individuales que son esenciales para la
economía y es la forma más recurrida de análisis” CUEVAS, Homero. La economía neoclásica. En:
Introducción a la economía. Bogotá: Universidad Externado, 1992. p.512

 
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Fuente: CUEVAS. Op. cit., p. 521

La pendiente negativa representa una relación inversa entre el consumo del bien ! y el
consumo del bien y. De esta manera, para mantener inalterado el nivel de utilidad U0, al
incrementar la cantidad consumida de ! (de !0 a !1), es necesario reducir la cantidad
de consumo de !0 a !1. En este sentido, mientras que el cambio de x es positivo (Δ!)
el cambio de y es negativo (−Δ!), y por ende la pendiente de la curva es negativa
(Δ!/Δ! < 0). La curva es convexa dado que la utilidad marginal de cada producto es
decreciente en la medida que se aumenta el consumo de este. Para avanzar en la
explicación de esto es necesario recordar que habíamos dicho que el disfrute de un
bien representa el sacrificio del otro (costo de oportunidad), razón por la cual si se
incrementa en consumo de ! se debe sacrificar el consumo de ! a un mismo nivel de
utilidad. Sin embargo, cuando asumimos que existe una utilidad marginal decreciente
en el consumo de !, estamos asegurando que para consumir una unidad adicional de !,
debemos hacer un sacrificio cada vez menor en unidades de consumo de !.

 
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En definitiva: “−Δ!/Δ! que es la pendiente de la función, recibe el nombre de “tasa


marginal de sustitución de consumo entre ! y ! (TMASxy) la cual indica cuantas
unidades de y se deben sacrificar por cada unidad de x”4. De esta manera, los puntos A,
B, C y D representan diversas combinaciones de bienes para obtener un mismo nivel
de utilidad, dadas la TMASxy para cada punto. Ahora bien, existen diversos niveles de
utilidad superior o inferior, los cuales se representan con curvas de indiferencia
paralelas tal como se ve en el Grafico 3.

Grafico 3. Diversos niveles de utilidad expresados en diversas curvas de indiferencia

Fuente: CUEVAS. Op. cit., p. 523

Partamos de U0. En un nivel superior de Utilidad (UI), para el consumo de x3 el


consumidor debe sacrificar mucho menos consumo de y (dado que y0>y2) y, en un nivel
inferior de Utilidad (UII), para el consumo de x3 el consumidor debe sacrificar mucho
mas consumo de y (dado que y1<y2). En teoría, el consumidor tiene un mapa de curvas

                                                                                                               
4
CUEVAS. Op. cit., p. 522.

 
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de indiferencia infinito, de manera que al pasar a curvas cada vez más elevadas, el
consumidor tiene la posibilidad de aumentar su consumo de, al menos, un bien sin
reducir el consumo del otro.

Entonces, los consumidores buscarán alcanzar la curva de indiferencia más alta posible.
Sin embargo, en un mundo de escasez, los consumidores tienen un ingreso restringido,
el cual limita la posibilidad de alcanzar la curva de indiferencia más alta. El alcance de
los consumidores está representado por la línea de presupuesto (I), la cual es igual al
producto de las unidades consumidas de x por el precio por unidad de dicho bien más
el producto de las unidades consumidas por y por el precio de dicho bien. A
continuación la representación gráfica y algebraica de la línea de presupuesto.

Grafico 4. La línea del presupuesto del consumidor

   

 
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