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LOS NUEVOS ESTUDIANTES

DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR:

Jessica Hernández Mendoza

UAM Azcapotzalco
Ciudad de México, 3 de Noviembre de 2017
I.

Es muy común que entre los estudiantes de último grado de bachillerato comiencen las
dudas sobre ¿Qué carrera me gusta? ¿En qué institución podré realizar tales estudios? O
¿Qué carrera me conviene estudiar en términos económicos? En este ejercicio prospectivo
más allá de la elección de una carrera universitaria, lo que se pone en reflexión es el futuro
de muchos otros ámbitos de la vida del individuo; además de influir en el proceso de
decisión, las metas, objetivos e intereses personales; los recursos y condiciones materiales
del individuo, el contexto socioeconómico en el que se ha desarrollado, son igualmente
factores de toma de decisión.

En el imaginario colectivo, es muy frecuente relacionar la cuestión educativa con la


movilidad social, a un mayor nivel educacional mayores probabilidades de obtener un
ingreso económico más alto. No obstante, en la realidad mexicana lo que alguna vez fue
ejemplo de ésta idea, debido a las constantes transformaciones económicas, políticas,
laborales, entre otras, ya no lo es más. Sin embargo, está idea de movilidad social sigue
siendo un factor relevante en la elección de carrera universitaria de quienes están por
concluir su educación media superior.

En el contexto de estas reflexiones, el presente ensayo pretende dar luz, de manera muy
breve, a las interrogantes: ¿Quiénes son los nuevos estudiantes de nivel superior? ¿Qué
expectativas tienen?; el obstáculo que personifica el problema de la trivialización de los
estudios superiores, en un contexto de feroz competencia laboral; y los mecanismos y
reflexiones que desde la universidad pueden surgir para transformar la educación superior.

II.

En las sociedades modernas, la cuestión educativa, como institución social, ha tomado


parte fundamental en la construcción social de los individuos; desde el rol que ejerce como
espacio sociabilizador del individuo desde temprana edad, hasta vehículo de movilidad
social, en sinónimo de progreso y bienestar económico. La educación superior viene a ser
el pináculo de ésta idea, la cual refiere que, a mayor escolaridad, hay mayor oportunidad
de lograr una posición privilegiada dentro de la pirámide social. Sin embargo, en palabras
de Giddens (1995) aún en una sociedad “perfectamente fluida” en la que cualquiera tuviera
una probabilidad exactamente igual de alcanzar las posiciones más elevadas, solo una
pequeña minoría lo conseguiría. Y si a esto agregamos que, en la realidad mexicana, a
nivel educación superior, quienes tienen acceso aún son muy pocos, esto se agrava.
Aunque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 3° refiere
que: “toda persona tiene derecho a recibir educación (…) siendo además garantizada por el
Estado”, la realidad dista significativamente de este deber ser. En México solo el 17% de
las personas entre 25 y 64 años logran tener estudios universitarios. Esto coloca al país en
los últimos lugares, con la proporción más baja, entre los países de la OCDE1. Según los
datos duros, los ingresos de los individuos tienden a aumentar conforme al nivel educativo:
los adultos con un título de educación superior ganan en promedio más del doble que los
adultos solo con estudios de educación media superior2.

Sin embargo, la lógica de conquistar un título universitario para obtener un mejor empleo,
está rota. En una realidad que se muestra acelerada y cambiante, los jóvenes quienes
somos los protagonistas de la actualidad, nos distanciamos cada vez más de una
proyección de vida a largo plazo, en palabras de Judith Shapiro3 vivimos siempre en lo post:
lo postmoderno, lo posthumano, lo postcapitalista, es decir, vivimos el presente como
catalizador del futuro. Las transformaciones contemporáneas de los modelos laborales han
imbricado el horizonte del futuro; los empleos no se piensan a largo plazo y tampoco se
emplea los trabajadores para que permanezcan en sus puestos. Aún quienes ven en la
educación la cristalización de sus metas a largo plazo, tienden a ver constantemente
imbricados sus objetivos.

No es atípico que año con año, los jóvenes de nuestro país, se integren a las cifras de miles
y miles de rechazados de la educación superior. Los resultados de la Encuesta Nacional de
la Juventud 2010 refieren que 76% de los jóvenes entre 12 y 29 años afirman que les
gustaría “llegar a la licenciatura”. No obstante, de los 36 millones habitan en el país un
aproximado de 3 millones es alumno en la educación superior (normal, profesional o
posgrado). Y de los que logran ingresar cinco de cada 10 desertan en el camino. Aunado a
esto el 37 % de los matriculados no está en la universidad de su elección.4

1
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
2
En México, solo 17% de los jóvenes logran estudiar la universidad. Disponible en:
http://www.animalpolitico.com/2017/09/educacion-superior-mexico-estudiantes-universidad-ocde/ Fecha
de consulta: 1-Nov- 2017
3
Desafíos en educación: subjetividades virtuales, TICs y cuerpo. Disponible en:
http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/5428/shapiro.pdf?sequence=3 Fecha de consulta: 1-Nov-
2017
4
Ante estas cifras que muestran una realidad negativa, habría que cuestionarse ¿Quién logra
entrar a la universidad? ¿Quiénes son los nuevos estudiantes de la educación superior?

La mayor parte de recintos educativos de nivel superior se encuentran en las zonas urbanas
del país, lo cual propicia que la educación universitaria este un tanto condicionada a la
ubicación geográfica de residencia. Por lo tanto, un gran número de estudiantes de
educación superior provienen de espacios urbanos. Esto se traduce en que la mayor parte
de jóvenes universitarios tengan cierto tipo de recursos que faciliten su estadía y mejoren
el aprovechamiento de los conocimientos impartidos en las aulas. Las tecnologías de la
información y la comunicación, son básicas en este sentido; el internet, las bibliotecas
digitales, los artilugios como teléfonos inteligentes, computadoras, tablets, etc., facilitan la
vida estudiantil. Incluso el ambiente citadino, que cuenta con infraestructura en el ámbito
de comunicaciones y transporte, hace más fácil el acceso a los espacios de aprendizaje.

Estos recursos alternativos de los cual puede tener o hacer uso el individuo, pueden
propiciar cierta ventaja de acceso a la educación, en este caso superior, entre los que
carecen de ellas y los que no. Esto nos habla de que el universitario forma parte de una
clase privilegiada, no en el sentido de las clases sociales, sino de una elite de pensamiento,
que independientemente, de la capacidad intelectual del individuo, sus recursos alternativos
son de vital importancia en el trayecto universitario. Esto se confirma, haciendo un contraste
con las zonas rurales por ejemplo, donde no existe ni la infraestructura, ni los medios, o
posibilidades de tener acceso muchas veces a la educación más básica.

Haciendo un poco de revisión en foros donde confluyen estudiantes universitarios, me di a


la tarea de recopilar algunos puntos de vista de cuáles son las motivaciones para que los
jóvenes decidan estudiar una carrera universitaria. Algunas de las motivaciones que más
repetición tuvieron fueron: la idea de tener un mejor nivel de vida, en cuanto a lo económico
se refiere; el prestigio de contar con un título universitario, sobre todo cuando se es de los
primeros en obtenerlo dentro de la familia; y la idea del crecimiento personal con base al
conocimiento, el saber cultiva las mentes. Es decir, se tienen altas expectativas de lo que
la educación universitaria puede aportar a la vida en general. Sin embargo, estas
expectativas, algunas veces, se llegan a quebrantar en el andar.

México ocupa junto a Turquía el primer lugar en el abandono universitario. De acuerdo a la


OCDE, en México sólo en 38% de los jóvenes que cursan la universidad logran graduarse.
Siendo durante el primer año en que se produce la mayor cantidad de deserción. La cual
puede ser por causas multifactoriales, como la situación económica, la insatisfacción
académica, motivos de salud, conflictos familiares, solo por mencionar algunos.

El primer año universitario es un tramo crítico en la decisión de trayectorias escolares


exitosas, ya que independientemente de las variables multifactoriales ya resaltadas, dentro
del propio ambiente institucional pueden surgir otras de igual influencia como “la exigencia
académica”, el “ambiente socio- cultural” y la “relación con los profesores”. (De Garay, 2001,
citado en Silva, 2011)

La salida al campo laboral es otro de los puntos críticos que debe enfrentar el estudiante
universitario. Ya que, aun eligiendo carrera por vocación, gusto o por el beneficio
económico, existe una gran posibilidad de que la carrera elegida este rebasada en sus
egresados. De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad, las
licenciaturas de Derecho, Arquitectura y Medicina, son las de mayor demanda, y a su vez
las que tienen tasas de desempleo más altas5.

Actualmente, los egresados universitarios se enfrentan al pensamiento neoliberal de


nuestro tiempo, en la que las perspectivas educativas están orientadas por el mercado. Lo
que puede tener como consecuencia la anulación del pensamiento crítico, incluso desde
las propias aulas, al enarbolar un pensamiento tecnocrático, que responda a los intereses
mencionados.

Esto nos lleva a cuestionarnos ¿cómo podemos romper con ésta idea en la que entendemos
la educación universitaria atada a la cuestión mercantil? Y contrariamente desacelerarnos
de ésta lógica que nos lleva rápidamente, dentro del mundo globalizado, a convertirnos,
sobre todo nosotros los jóvenes, en individuos apáticos, frustrados o empleados de “algo
que no se estudió”, a ser dueños de nuestras propias vidas.

Un primer punto sería la discusión que debe surgir desde los propios espacios
universitarios. Tanto de los académicos como de los estudiantes; sobre todo desde la
antesala universitaria y posteriormente, desde el primer contacto con la universidad. Los
nuevos sujetos que se integran generación tras generación a las aulas universitarias, deben
establecer, para sí mismos y dentro de la academia, nuevas interrogantes, espacios críticos
de debate y sobre todo de la reconstrucción de la educación superior. Donde si bien, a

5
¿Cuáles son las carreras más solicitadas y con mejor salario en México? Disponible en:
https://blog.universidaduvm.mx/cuales-son-las-carreras-mas-solicitadas-y-con-mejor-salario-en-mexico
Fecha de consulta: 1- nov- 2017
mayor escolarización hay mayor posibilidad de un mejor empleo, la sujeción a la lógica
mercantil del estudiante debe ser superada y retomar motivaciones como la vocación
profesional, el crecimiento intelectual por gusto propio o la inserción al mercado laboral
donde el entorno sea justo en relación al contexto mundial en el cual se desarrollan estas
acciones.

En este sentido, es imperante retomar la cuestión de la inclusión de la mayor parte de la


población a la educación, ya que una población educada posibilita un mayor bienestar
social, además de posibilitar la construcción de sociedades más democráticas.

Es deber de los universitarios dentro de una institución pública retomar la relación con la
sociedad, ya que, al ser un financiamiento público, estos deberían tener la capacidad de
retroalimentar de forma efectiva los diversos espacios de interacción e integración social.
Para evitar que la educación superior se convierta en lo que predominantemente ha sido,
un espacio para las elites, es decir, que este espacio permita la ampliación del horizonte de
expectativas y de acción de los sujetos.

III.

Las nuevas generaciones universitarias están sujetas cada vez a retos más desafiantes,
como el ingreso cada vez más complicado a la universidad, la reducción del presupuesto
estatal a los ámbitos educativos, el tener una permanencia provechosa y que culmine
exitosamente, y lograr una inserción al mercado laboral.

La universidad debe proponer una posición crítica, donde más allá de fomentar las
habilidades del individuo al mercado laboral, los estudiantes, a través del proceso
educativo, desarrollen habilidades, que más allá de los logros académicos, en una lógica
de meritocracia, se conviertan en sujetos activos del cambio social,

En México solo 16% de los jóvenes y adultos cuentan con una carrera o estudios de
licenciatura, el porcentaje más bajo entre los 34 paises que integran el OCDE6

Bibliografía

Cibergrafía

México, último lugar en población con estudios de licenciatura. Disponible:


https://www.publimetro.com.mx/mx/economia/2016/10/10/mexico-lugar-poblacion-estudios-
licenciatura.html Fecha de consulta: 1-Nov- 2017
En México, solo 17% de los jóvenes logran estudiar la universidad. Disponible en:
http://www.animalpolitico.com/2017/09/educacion-superior-mexico-estudiantes-universidad-ocde/ Fecha
de consulta: 1-Nov- 2017

Desafíos en educación: subjetividades virtuales, TICs y cuerpo. Disponible en:


http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/5428/shapiro.pdf?sequence=3 Fecha de
consulta: 1-Nov-2017

¿Cuáles son las carreras más solicitadas y con mejor salario en México? Disponible en:
https://blog.universidaduvm.mx/cuales-son-las-carreras-mas-solicitadas-y-con-mejor-salario-en-
mexico Fecha de consulta: 1- nov- 2017

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