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INTRODUCCION

La investigación que presento necesitó diez años para acabarse, más que en un escritorio fue desarrollada en el campo, tuve que recorrer la red vial de
la década del 45/55 y conocer profundamente la Patagonia casi mil días, recorriendo decenas de miles de kilómetros desde las costas del Atlántico,
cruzar el continente por rutas no transitadas hasta rincones perdidos en las faldas de los Andes.
Recogí en mis viajes informaciones entre el paralelo 32 y el 52, encontré muchísimas huellas y en varios casos pude cruzar las informaciones y luego
llegar a rastrear testigos y testimonios.
Todo esto permitió reconstruir una historia coherente y alternativa a la mítica conocida y consolidada referente a los verdaderos últimos días de Hitler,
o mejor diría, a sus últimos años.

CAPITULO I

El padre Cornelius Sicher fue hasta 1970 párroco de la aldea alpina de Monclassico una pequeña villa de origen
longobardo, enclavada en el Valdisole entre el macizo de lo Stelvio y del Adamello, valle accesible desde siglos por el
Mendellpass .
En la Primera Guerra Mundial era base de abastecimiento de la primera línea austrohúngara que defendía los límites del sudtirol, entonces imperio
Ausbúrgico, en las cumbres montañosas cercanas, donde el frente, por su naturaleza, quedó estable durante todo el conflicto.
El pueblo de unos cientos de habitantes todavía queda idéntico, inmutable en el tiempo. Sus callecitas y su iglesia,
pertenecen al pasado casi milenario como su campanario románico.
En la canónica, tras mi primer encuentro en 1969, el padre Cornelius me contó la historia de Canaris y de cómo lo había
conocido, entonces, comandante de un submarino tipo UB, un U-Boote de 500 Tn, el UB128 en la base de Cattaro
provincia dálmata del imperio Austriaco.
En 1971, tras contarme las últimas palabras de Canaris que fundamentaron mi investigación, me entregó, como recuerdo de él una recopilación de
copias de documentos secretos del Estado Mayor Francés referentes a maniobras secretas intercursadas entre los altos mandos aliados en mérito a la
invasión de Francia desde 1939 hasta 1940, entregada por el jefe de la ABWHER, almirante Canaris. En ese entonces, la década del 70, dicho material
hubiera sido una perfecta base histórica para una novela de espionaje estilo Jack Higgins.
En 1987, casualmente visité el sur de Chile y la X Región. Me fascinaron los paisajes agrestes y sus suaves colinas, que
recordaban a los de Alemania y la arquitectura de las casas y las iglesias de los colonos alemanes que se radicaron allí
desde hacía ya ciento cincuenta años; impactante fue la visión del volcán Osorno de 2.652m bañándose en el lago
Llanquihue de 850 Km2, que me hizo recordar lo que me había contado el Padre Sicher casi dos décadas antes.

CAPITULO II

El edificio de la nueva cancillería edificado por el arquitecto Speer es parte del mito que rodea el suicidio de Hitler. El
plano de la cancilleria evidencia un edificio de 220 m de largo que con su fachada cubría toda la Voss Strasse y
enmarcaba con su frente un área de jardines a la italiana, bajo los cuales se encontraba el Führerbunker.

Una foto tomada en una incursión aliada en abril de 1945 y otra toma aérea días después de la caída de Berlín,
evidencian la integridad estructural del conjunto arquitectónico. Por cierto no está destruida, se puede evidenciar sí que
sólo una bomba de 500 kg cayó cerca de la entrada secundaria de la Voss Strasse, sus interiores tampoco resultan
destruidos. Hay caída de revoque en el pasillo central, largo más de cien metros y en el estudio de Hitler, donde las
arañas de Bohemia todavía se encontraban intactas.

CAPITULO III

El área que cubre el Führerbunker fue fotografiada desde el techo de la corte de honor en julio de 1945 y es relevante la
cantidad de material de construcción y andamios en el pastizal que cubre ese sitio y específicamente cerca del cubo de
la salida de emergencia, frente a la cual fue encontrada una zanja en forma de L, una excavación cavada para construir
los cimientos de un muro de protección a la misma. Todavía en mayo de 1945 era evidente la tierra amontonada a pico
y pala a unos cuatro metros de la salida del bunker. Dos meses después, en julio de 1945, aún se puede ver la tierra
amontonada que se desmoronó muy poco en la zanja, no más honda de medio metro. Todavía quedaban en el sitio,
abandonados por los soviéticos como trofeo, cuatro bidones de veinte litros acribillados y, como testigo silencioso en el
ángulo de la zanja, una hormigonera de obra.
Muy pocos daños de esquirlas quedaban en los revoques del salón de los diplomáticos, a la espalda de la salida de
emergencia y la cercana torreta de guardia a la izquierda de la misma. Los faroles y las persianas quedaron intactos, al
igual que las lisas caras de hormigón del cubo de la salida de emergencia. El desorden de la obra interrumpida es
evidente en las fotos de mayo de 1945 y de Julio del mismo año.
El área no fue declarada off limit a las fuerzas aliadas, muchísimos fueron los visitantes, tanto militares, políticos o
periodistas. Todos visitaban la miserable zanja en forma de L de cuatro por tres metros, medida con una cinta blanca
que salía de la puerta de emergencia en oportunidad de la visita de Churchill el 16 de julio de 1945. A la vista de todos
era una simple zanja sin ninguna huella de que allí hubo una pira y menos aún un embudo de bomba como siempre se
contó. Se puede decir, por cierto, que tampoco había cráteres u otros rastros en los alrededores que justificaran ese
mito y lo de la hoguera wagneriana donde Hitler fue reducido ceniza.
Cierto es que los soviéticos quisieron lucir con los aliados que visitaban el sector ruso, mostraban CAPITULO III fotos de
los ocupantes reunidos alrededor de un cadáver, casi a modo de trofeo. También publicaron en la Pravda, el órgano
oficial del partido, un primer plano del supuesto cadáver de Hitler, foto retocada burdamente de un hombre veinte años
menor que Hitler, cuyo parecido se encontraba sólo en bigotitos, hubo testigos que afirmaron que era un humilde
cocinero, pero por cincuenta años siguió apareciendo en libros referentes a los últimos días de Hitler.
Otro mito más fue el bunker de Hitler. Fue pintado como una guarida, en realidad era un sistema interconectado de
varios refugios, cuyo fulcro estaba constituido por el Führerbunker, zona restringida a Hitler y a sus más estrechos
colaboradores y el Vorbunker, destinado a servicios y anexos del anterior, como se evidencia en el plano que tuve que
dibujar, porque nunca fue publicado por conveniencia de la historia oficial, resultando ser un señor refugio de quinientos
metros cubiertos útiles. Su inaccesibilidad fue también mitificada para acrecentar el misterio, con la excusa pueril que
los soviéticos impedían el acceso, pero las fotos demuestran que tanto en el dormitorio de Hitler, como en el de Eva
Braun, así como en el estudio hubo acceso no sólo a investigadores rusos sino también a norteamericanos,
reconocibles por el uniforme y las armas que llevan. Cierto es también que en los cuartos del Führerbunker había
cientos de objetos, muebles y hasta una caja fuerte muy grande que se encontraba en cuarto privado de Hitler, todo
desapareció hasta el día de hoy.
En julio de 1945 Bill Vandivert de Life Magazine tomó una foto a los investigadores estadounidenses del CIC que, sin
ningún medio, excluyendo una vela, examinan en el estar, el sitio del suicidio de Hitler; una mancha de sangre en el
apoya brazos del diván fue la prueba del mito, si bien por forma y tamaño fue probablemente dejada por uno de las
cientos de heridos que fueron encontrados por los soviéticos al ocupar el sistema de bunker, también aquel mítico
diván desapareció conjuntamente a todas las evidencias históricas que se encontraban en el lugar, desde la
enciclopedia Brockhaus de Hitler apilada en su cuarto, a la ropa de Eva, que quedó desparramada en su cama.
El casamiento de Eva Braun, más que otra cosa demuestra que desde los 19 años fue fiel compañera de Adolf Hitler,
cuya predilección por las muchachas jóvenes nunca escondió, toda vez que le tomaron fotos con algunas, se lo ve
transformado. Su sobrina Geli Raubal fue su pasión anterior, también ella como Eva Braun era muy joven cuando se
relacionaron.

CAPITULO IV

Siempre los historiadores corean una cancillería arrasada por un granizo de bombas, pero las fotos de los jardines y del
parque centenario de robles alrededor del área del Führerbunker demuestran exactamente lo contrario. Todos los
árboles quedan en pie con sus ramas intactas, el cubo de salida del Führerbunker está rodeado de ellos y no hay rastros
alrededor de embudo de bomba de avión ni cráteres de morteros. También quedó intacto el dibujo de los jardines a la
italiana, esa masa arbórea impedía, como afirmó el SS Mergenhausen el haber sido testigo de un funeral vikingo. La
distancia y la arboleda impidieron la visión desde los ventanales de la cancillería hacia la salida de emergencia, sitio de
la supuesta hoguera.
En las actas forenses se habla de autopsias de dos cadáveres desconocidos, el Acta Nro. 12 habla de un ignoto de sexo
masculino y la frase textual final de la carátula ratifica “Se supone que sea Hitler”, está fechada 8 de mayo y analiza un
cuerpo sacado de uno de dos cajones conteniendo los restos de la pareja Hitler irreconocibles, tanto que no parecen
cuerpos humanos.
Las evidencias fotográficas exhibidas dos décadas después, además como pruebas identificables, se limitan a un
fragmento de mandíbula con una prótesis de oro apoyada arriba del mismo, el maxilar presenta huecos y el puente de
oro está privado de la parte cerámica. También las radiografías usadas como término comparativo tomadas en 1944 a la
cabeza de Hitler son de una calidad ínfima y su valor de prueba forense nulo.
En los primeros días de mayo de 1945, fue tomada una foto a un cadaver carbonizado, hasta un grado tal, que las
extremidades se disgregaron manipulándolas, la única cosa intacta que aparecía evidente en la foto era el pene y un
escroto con un testículo, de ahí otro mito más.
La única foto clara y atribuible difundida por las autoridades soviéticas en las autopsias efectuadas en la primera
quincena de mayo de 1945, fue la de Helga Goebbels, de doce años. Otra fue la del cadáver chamuscado del padre,
Joseph Goebbels que lleva puesto todavía camisa de algodón blanca y corbata negra.
Otro mito más difundido con bombos y platillos es el degrado físico de Hitler tras el atentado de julio de 1944. En agosto
de ese año condecora al SS OberstgruppenFührer Sepp Dietrich. Siete meses después, comparando su estado de forma
con las últimas fotos de Hitler tomadas el 21 de abril de 1945, es evidente que su condición es idéntica, aparecen los
mismos detalles físicos, no hay deterioro alguno, las dos fotos muestran la imagen de un hombre de 55 y 56 años de
muy buena salud y para nada decaído. Las últimas fotos de Hitler le fueron tomadas el día después de su cumpleaños,
en una de ellas se lo ve estrechando la mano del Generalfeldmarshall Ferdinand Schorner, esas tomas, reservadas,
nunca fueron publicadas masivamente, siempre fueron difundidas hasta hoy, fotos borrosas, sombreadas y oscuras que
avalaban la historieta de un Hitler, sombra de sí mismo en sus últimos días. En otra de las últimas fotos tomadas con
Schorner, se ve muy detalladamente a un hombre con un desgaste normal para la edad que tenía. En los años 40, para
un hombre tener 56 años correspondía, más que hoy, ingresar a la tercera edad.

CAPITULO V

A fines de febrero de 1945 hubo una reunión en el cabezal de la cama donde yacía amputado de una pierna el coronel
Hans Ulrich Rudel. Piloto de Stuka Ju87, con 2530 misiones exitosas, fue el militar que recibió la más alta condecoración
del Tercer Reich, creada expresamente para él y entregada en la noche de fin del anio 1944, la Cruz de Caballero de la
Cruz de Hierro con hojas de roble en oro con brillantes y espadas. En esa oportunidad se reunieron el general de
aviación Ritter von Greim, quien fuera el comandante del Ju52 de Hitler; participó de dicha reunión también la
comandante piloto Hanna Reitsch, primera mujer Flugkapitan de Alemania y piloto de prueba de prototipos de aviones
jet como el Messerschmidtt Me262,(que el general Udet impulsó a desarrollar desde 1941 hasta que entrara en octubre
de 1944 en servicio los primeros ejemplares tipo A, que tenían una velocidad de 750 Km/h, los últimos producidos tipo S
tenían hasta radar nocturno y superaban los 900 km/h.) Hanna Reitsch pilotó también el Fieseler Fi103-R I, modificación
de la bomba voladora V1, propulsada por un pulso jet Argus alcanzaba los 650 km/h, (Otto Skorzeny impulsó la
conversión pilotada en la primavera de 1944. La versión R IV, cuyo piloto podía eyectarse tras apuntarle al blanco que
tenía que ser la operativa nunca llegó a utilizarse y varias fueron encontradas por los aliados en fase de ensamblaje).
Otro participante de la reunión fue el coronel Otto Skorzeny, el liberador de Mussolini y planificador de acciones
increíbles por su fantasía y audacia.
Se habló en esa reunión sobre la posibilidad de hacer aterrizar en el techo del edificio, una torre de la defensa antiáerea
Flak, un helicóptero. Esa torre era una de las que rodeaban el centro de Berlín, parecidas a gigantescos cubos de
hormigón, eran prácticamente indestructibles, tanto que algunas fueron usadas reciclándolas como colinas artificiales
rodeándolas de escombros en la etapa de la reconstrucción de Berlín, hoy hacen parte de parques y jardines públicos.
La torre en objeto del plan que maduró en ese entonces era la número uno, cerca del zoológico de Berlín y la estación
Zoo del ferrocarril urbano. Era una de las seis gigantescas construcciones de 5 mil metros cuadrados de base y 40
metros de altura. En cada ángulo en el techo se encontraban cañones antiaéreos de 88 mm, los mismos de los Pzkpfw
VI Tiger, el mas conocido tanque alemán. El centro del techo era un perfecto helipuerto y protegido en el interior del
edificio estaba el hospital de la Luftwaffe, después de la caída de Berlín esa torre quedó intacta y hospedó al hospital
aliado Robert Koch.
El helicóptero contemplado en la reunión era el Focke Achgeris Drache Fa 223/S, motorizado con un BMW de 1000 HP,
podía transportar una carga de más de 900 kg o nueve adultos, fueron producidos mas de cincuenta. En abril de 1945
el Lufttranspotstafel 40 tenía tres en la base de Ainring, en mayo de 1945 fueron encontrados dos, el número 14 y el
número 51, el número 14 fue llevado por su tripulación a Inglaterra en el mismo mes y fue el primer helicóptero en
cruzar el canal. El prototipo del mismo fue proyectado en tiempos de paz para la Deutsche Lufthansa para transporte de
pasajeros, su asombrosa maniobrabilidad para la época fue puesta a prueba rescatando 17 alpinistas en el Mont Blanc
y aterrizando en otra oportunidad en la cumbre del Dresdener Hutte. Este verdadero helicóptero fue el desarrollo del
Focke Achgeris Fa61, sus primeros pilotos fueron el general Udet y Hanna Reitsch, quien lo voló en el interior de la
Deutschland Halle en Berlín repleta de espectadores en febrero de 1938. El Fa61 en realidad no era un helicóptero como
el Fa223, más bien un girocóptero, un avión tradicional con hélice que propulsaba al aparato, las aspas no estaban
motorizadas directamente sino servían solo para la sustentación inducida por la velocidad desarrollada,
conceptualmente derivado del autogiro del español De la Cierva.
En el bunker de Berlín en las últimas horas del día 23 de abril llega uno de los pocos íntimos de Hitler, el arquitecto
Albert Speer, Ministro de Armamentos, es una misteriosa visita que durará muy poco, en las primeras horas del día 24
ya había partido.

CAPITULO VI

El 25 de abril de 1945 el escuadrón 617 de British Lancaster arrasa las edificaciones del Obersalzberg. Los ingleses
tomaron una foto aérea justo antes de bombardear el Berghof, al que Hitler consideraba su hogar, el que fue destruido
completamente, como las casas de veraneo de Bormann y Goering aledañas. Entre ellas se encontraba el hotel Zum
Turken, ex sede de la Gestapo.
Todavía a fines de la década de los años 50 quedaban los escombros aplanados de las casas linderas de los
prominentes, Bormann y Goering. El sitio del Berghof ya había sido reforestado y de la construcción quedaba sólo el
murallón de contención. Entonces, el hotel Platerhof, detrás del sitio del Berghof había sido convertido en el hotel
General Walker para recreo y descanso de las tropas americanas acuarteladas en Europa y el área declarada off limits.
En Berlín, en la época del bombardeo, ya había sido habilitado el Eje Este-Oeste, la gran avenida que cortaba en dos el
Tiergarten, en su tramo desde la Puerta de Brandenburgo hasta la Columna de la Victoria con sus 900m de largo era
una pista de aterrizaje perfecta. Ya en marzo de 1945, por expresa orden de Hitler, fueron quitados los faroles para
habilitarla a aviones anchos, como el Ju52 de 19m de abertura alar.
Los primeros días de mayo los soldados soviéticos fueron rastreando supuestas minas en el Eje Este-Oeste para
utilizarlo como pista, siendo que el aeropuerto Tempelhof estaba todavía inhabilitado por los daños de los bombardeos.
La gran avenida que cortaba el parque de Berlín se encontraba prácticamente intacta y las fotos de la época
demuestran que también lo estaban los árboles que la rodeaban, solo las ramas resultaron dañadas por esquirlas. Los
aviones, por lo general, aterrizaban llegando desde la Puerta de Brandenburgo y despegaban desde la Columna de la
Victoria.
El 26 de abril Hanna Reitsch y von Greim vuelan del aeropuerto de Rechlin hacia Gatow en un Focke Wulf Fw 190A-8/U1,
un caza modificado a dos asientos para entrenamiento, cuya velocidad era de 480 Km/h. Desde Gatow hasta Berlín
vuelan en un Fieseler Storch Fi 156-D1, tenía un motor Argus de 280 HP, se produjeron 2549 en tiempos de guerra,
llevaba 359 Kg de carga a 145 km/h con una autonomía de 385 Km.
El 28 de abril, por cierto, aterriza en el Eje E-O un Arado Ar96, una avioneta para enlace y escuela de vuelo, que tenía
una velocidad de 295 km/h, como también un trimotor Junker Ju52.
CAPITULO VII

En los últimos días esencialmente quienes defendían la capital del Reich eran Waffen SS de las más variadas
nacionalidades, chicos imberbes de la Hitlerjugend y ancianos que militaban en el Volksturm. Se combatía casa por
casa y calle por calle, a unos 500 m de radio alrededor de la cancillería del Reich.

En las últimas horas del día 28 de abril Hitler, a los 56 años, se casa con Eva Braun de 33, la ceremonia acabó los
primeros minutos del 29 de abril con las firmas de los esposos y de los testigos en el Acta Matrimonial; en ese entonces
las secretarias de Hitler que quedaban en el bunker Frau Gertraud Junge, la más joven de las secretarias que se había
casado con Hans Junge, un vallet de Hitler y Frau Gerda Daranowsky, mujer del general Christian, enlace del mariscal
Goering, tipeaban el testamento político de Hitler. Las otras secretarias del Führer, Johanna Wolf y Christa Schroder, las
más antiguas, habían salido de Berlín la semana anterior en un convoy que llevo el Estado Mayor en quince aviones
Ju52 a distintos destinos.
El 29 de abril suben a los jardines de la cancillería el jefe de la Gestapo, el SS Gruppenführer Heinrich Müller y el marido
de Gretel, hermana de Eva Braun, Herman Fegelein, el mito relata una ejecución sumaria pero sin pruebas ni cadáveres,
cierto es que desde entonces ambos desaparecieron sin dejar rastro.
El día después, el 30, el piloto personal de Hitler, comandante Hans Baur, rogó a su Führer que escapara en avión hacia
Argentina o Japón. Tenía listo un Junkers Ju390 V2, tenía seis motores de 1700 HP BMW, una velocidad de crucero de
500 km/h y 9700 km de autonomía. Fue proyectado para bombardear New York, en efecto el prototipo de dicho avión en
el mes de enero de 1944 voló hasta Estados Unidos y volvió. El comandante Baur era el comandante del Grenzmark,
avión personal de Hitler, un Focke Wulf Cóndor Fw200-V, cuatrimotor, BMW de 850 HP, en 1938 hizo su primer vuelo
desde Berlín hacia Tokio. Tenía una velocidad de crucero de 335 km/h y una autonomía de 3560 Km.
A las 15.30 hs. del día 30 de abril Hitler se suicidaría según la historia conocida conjuntamente a su esposa, testigos
directos habrían sido, de una u otra forma, los Sturmbannführer Erich Kempka, Otto Gunsche y Heinz Linge y unos
miembros de la RSD y de la Leibstandarte como Erich Mansfeld y Herman Karnau testimoniaron el traslado de unos
bultos por la salida de emergencia del Führerbunker en los jardines y posterior hoguera. El RSD Harry Mergerhausen
atestiguó que cerca del estudio de Hitler, desde una ventana de la cancillería, pudo observar que cerca de la torre de
guardia se quemaban los cuerpos de Hitler y señora, cosa imposible a 100 m de distancia, entre los árboles del parque,
reconocer ni siquiera las fisonomías de quienes podrían haber estado presente. El sitio fue visitado también por
Churchill quien se sentó en el sillón de Hitler traído del Führerbunker, que por estar roto, fue apoyado en la torre de
guardia que enfrenta el columnado neoclásico del que fue el estudio de Hitler en la cancillería.

CAPITULO VIII

Entre el 1 y el 2 de mayo todos los que se encontraban sanos abandonaron los bunkers, el círculo íntimo de Hitler dejó
el Führerbunker y tomó diferentes iniciativas y rumbos. Tras unas últimas horas de preparativos bien diferentes de la
retórica imagen de locura y borracheras pintada por los historiadores clásicos, la familia Goebbels se autoaniquila por
desesperación, el Generaloberst Hans Krebs, último jefe de Estado Mayor de Hitler desde marzo de 1945 se suicida, los
demás íntimos de Hitler intentan huir de Berlín con diferente suerte. Unos unos como el segundo comandante del avión
de Hitler, Georg Betz son capturados por los rusos que se encuentran a unos 300 m en el radio de la cancillería, otros
como el cirujano del Bunker, Ludwig Stunpfegger, mueren intentando cruzar el cerco ruso y otros desaparecen como el
comandante de la ciudadela de la chancillería, Wilhel Monke. Por un lado los soviéticos habían alcanzado la Puerta de
Brandenburgo procedente desde la Unter den Linden dirigiéndose hacia la Hermann Goering Strasse y por el otro lado,
la maniobra a tenaza se había cerrado alrededor de la cancillería del Reich, habían alcanzado el Ministerio del Aire y se
dirigían por la Wilhelmstrasse, también a ellos le faltaban unos 300 m para llegar tardíamente a unos bunker donde
quedaban algunos centenares de heridos que allí se habían cobijado, y que fueron encontrados abandonados a si
mismo. Ya no había más resistencia y empezaba el pillaje de las tropas soviéticas contra los indefensos ciudadanos de
la capital alemana, las víctimas elegidas eran preferentemente las mujeres.

CAPITULO IX

El 30 de abril de 1945, a las 4.15 horas de la tarde, un Ju52 aterrizó en el centro de Berlín, dos tripulantes de ese avión,
en el intervalo para reponer combustible, vieron a Adolf Hitler delante de un avión turbojet probablemente un Arado
234 B ,o un tipo C un excepcional bombardero táctico de dos/cuatro turbo-jet. A diferencia de los otros aviones a chorro
alemanes de la época podía aterrizar en pistas accidentadas o campo natural gracias a su sobredimensionado tren de
aterrizaje, también su despegue era muy corto si no tenía carga de bombas, que según la versión standard, era de 500
a 1000kg. Tenía una gran cabina para los pilotos y un cómodo espacio atrás antes del compartimiento de carga. Un
avión perfecto para evadirse de una situación extrema, este bombardero táctico en su versiones B/C tenía autonomía
de 1650 / 1400 km y una altura de vuelo de 10.000/11.000 mts. que lo hacía invulnerable conjuntamente a su
velocidad de crucero, 700/800 km/h, prestaciones superior a la de los aviones convencionales aliados de aquella época
y parecidas a un jet executive de hoy.

El último día de abril la batalla por el Rechstag había virtualmente acabado en la Konigsplatz, en la cercana avenida que
cruzaba el Tiergarten era menos peligrosa, la batalla por el Reichstag había virtualmente acabado en la cercana
Konigsplatz, un aterrizaje y un despegue era posible entonces. El Eje había quedado intacto, las probabilidades de éxito
en la tarde eran buenas, pero en la noche, entre el 30 y el 1, eran altísimas. Hanna Reitsch, cuenta que despegó en un
Arado, la acompañaba un piloto de apellido B. y es poco clara en fechar su último vuelo. Sus últimas frases sibilinas
publicadas en 1979, época de su fallecimiento, son reveladoras de un misterio irresuelto, el escape de Hitler.
El 2 de mayo los soviéticos ocuparon el Tiergarten y allí encontraron restos de un Ju52 abatido al despegar hacia la
Puerta Brandenburgo a la altura de la Konigsplatz. También encontraron los restos de una avioneta Storch Fi156 entre
los árboles a unos 50 m de la Columna de la Victoria. Las tomas fotográficas sugieren que se dañó al aterrizar, se ve la
quebradura de un aspa y la falta de un neumático. Fue exhibida y vendida a los periodistas aliados como la de Hanna
Reitsch, pero las evidencias indican lo contrario. La piloto aterrizó en la plazoleta frente a la Puerta de Brandenburgo, no
en la avenida a un kilómetro de distancia y además, no se había dañado al aterrizar, sino que se había quedado sin
carburante.
A los periodistas aliados les fue exhibido también el interior del Führerbunker y les hicieron ingresar por la escalera de
44 peldaños que utilizó la pareja Hitler el 30 de abril por última vez. En el interior aún quedaba el mobiliario
amontonado, en el exterior del cubo de salida pudieron tranquilamente tomar notas de las obras de hormigoneo que
quedaron interrumpidas.
Esta procesión de visitantes continuó hasta la voladura del cubo realizada por los soviéticos el 11 de diciembre de 1947,
la cancillería del Reich fue desmantelada para borrar los rastros más evidentes del nazismo y la soberbia arquitectónica
de Hitler. En el descampado quedó solitario el cubo de la salida de emergencia y la torre de guardia, prácticamente
indestructibles. A unos cientos de metros de ellos fue levantado el muro que dividió Berlín por tres décadas, en 1988 el
baldío fue urbanizado por la construcción de un barrio y el techo del Vorbunker apareció intacto con sus 3 m de espesor,
apareció también el hueco de las escaleras del Führerbunker. En el interior del Vorbunker en 1990 fueron encontradas
todavía literas, cascos militares, hasta papeles y documentos, si bien los bunkers de Hitler se habían inundado por
décadas quedando evidentes las marcas en las paredes.
El 1 de julio de 1992 la Municipalidad de Berlín emitió una ordenanza para preservar el bunker como monumento
histórico.

CAPITULO X

El 10 de julio de 1945 se rinde en la base de la Armada Argentina en Mar del Plata el U-530 , un U-Boote tipo IX, el
capitán Otto Werhmoutt entregó solamente la bandera del submarino (hoy en manos de un coleccionista privado
argentino) y ningún documento que atestiguara sus andanzas por los mares por casi dos meses y medio, tras finalizar el
conflicto mundial.
El modelo IX era un submarino oceánico de gran alcance pero el almirante Doenitz, patrón de los U-Bootes en 1943,
cuando fue nombrado Gran Almirante y comandante supremo de la Kriegsmarine había impulsado la construcción de un
super submarino, más bien un sumergible, el XXI. Su construcción no era de quilla y costilla como los modelos
anteriores IX o VII, sino ensamblado con ocho elementos prefabricados, muy hidrodinámico y con una gran torre, el
doble de tamaño de los modelos anteriores.

CAPITULO XI

Testigo de la llegada del U-530 y del desembarque de sus tripulantes fue un publicista de origen húngaro Ladislao
Zsabó, quien escuchó que el destino de su derrotero había sido la Antártida Alemana y, equivocadamente, hipotetizó
una huida de Hitler hacia la Antártida, publicando el libro “Hitler está vivo”, donde hace referencia a una posible
ubicación de Hitler en la tierra de la reina Maud, frente al mar de Weddel y rebautizada entonces Neuschwabenland,
cuando el área fue explorada en 1938/39 por la expedición alemana del capitán Ritschter.
Zsabó se equivocó en su conjetura, si hubiese leído el libro “Nazis en el Uruguay” publicado en 1940 por el profesor
Hugo Fernández Artucio, habría descubierto que sí existió un plan referente a la Antártida Alemana, pero esta era nada
más y nada menos que la definición usada para referirse a la Patagonia y que además esta misma información se había
hecho pública en New York desde marzo 1939.

CAPITULO XII

El 13 de diciembre de 1939 navega en la entrada del estuario del Río de la Plata un acorazado de bolsillo, una unidad
modernísima para la época, tenía un armamento poderoso y una gran velocidad que le permitía competir con las
obsoletas unidades de batalla que tenían un armamento superior. El Admiral Graf von Spee, de seis cañones de 280 mm
y 12000 Tn de deslocamiento, hacía que su comandante Hans Langsdorff se encontrara muy satisfecho, hasta que fue
rodeado por los cruceros británicos Exeter, Ajax y Aquiles, empujado hacia el interior del estuario y si bien, dañado no
gravemente, el comandante Langsdorff decidió erróneamente buscar cobijo en el puerto de Montevideo. Acorralado en
el puerto uruguayo por más de un mes, resolvió, en la tarde del 17 de diciembre, salir del puerto y ordenó el
autohundimiento de su acorazado volándolo con cargas explosivas frente a la ciudad. Los restos de 185 m de largo y
21m de ancho todavía quedan casi intactos apoyados en el fondo lodoso del Río de la Plata. Los tripulantes se
dirigieron hacia la cercana Argentina, el capitán se suicidó tres días después en Buenos Aires, donde fue sepultado y sus
marineros fueron internados tras registrarlos en las oficinas de migraciones del puerto .

CAPITULO XIII
El GOU, Grupos Oficiales Unidos, liderado por el coronel Juan Domingo Perón tenía como meta final asegurar la
preeminencia de Argentina en América Latina, cuando se produjera la victoria esperada de Alemania, la que se
descontaba como segura en ese entonces. El 3 de junio de 1943 un golpe gestado por el GOU derrocó al presidente de
la nación Ramón Castillo y fue difundida al pueblo de la República Argentina una proclama conservada en la Biblioteca
Nacional, donde se justifica el golpe de los coroneles que lo efectuaron como una salida impuesta en defensa de los
sagrados intereses de la patria. Muy diferente en los contenidos de esta proclama es el texto de otra rubricada en el
diario de la Cámara de Diputados chilena del 6 de abril de 1953 y leído allí en oportunidad de la visita al país trasandino
del entonces presidente Perón.
Es una proclama de filiación nazi del justicialismo y dirigida, en mayo de 1943, a los camaradas auspiciando a la
brevedad en la Argentina una dictadura inflexible de corte nazi y un programa para la conquista de sudamérica, al
ejemplo del Reich Alemán.

CAPITULO XIV
El crucero liviano Dresden fue una moderna unidad para la época, alimentado en lugar de calderas por turbinas a
carbón, fue botado en el astillero Blohm & Voss de Hamburgo el 5 de octubre de 1907, largo 118 m y ancho 13,50 m,
era muy liviano, sólo 3650 Tn. Al estallar la Primera Guerra Mundial fue integrado a la escuadra del contralmirante
Maximilian Graf von Spee, desde el Caribe donde se encontraba tomó rumbo hacia las aguas tropicales del Pacífico
donde tenía que encontrarse con el grupo de von Spee, corto de carbón busca cobijo en el puerto patagónico de San
Antonio a la espera de un reabastecimiento que sucesivamente efectuará en la bahía Guanaco, cerca de Cayetano
Bucht, el área protegida de Cabo Dos Bahías que aparece como destino en la Bitácora del Dresden. Tras participar
victoriosamente, el 1 de noviembre de 1914, en la batalla naval de Coronel, frente a la bahía de Arauco en Chile, el mes
siguiente participó marginalmente llegando último, el 8 de diciembre del mismo año, en la batalla naval de Las Malvinas
o Falkland, donde el vicealmirante británico Sir Doveton Sturde hundió casi en su totalidad la flota al mando de von
Spee, quien perecería conjuntamente a sus hijos Otto y Heinrich.
El Dresden entonces se fuga por los canales fueguinos rumbo al Pacífico, donde se refugia perseguido por los cruceros
ingleses en el fiordo Quintupeu, cerca del canal Cholgo en la X Región.
Su huida y el juego del gato y el ratón con los ingleses acabó el 9 de mayo de 1915 en el archipiélago Juan Fernández,
en la isla Robinson Crusoe, el día 14, acorralado por los cruceros Glasgow y Orama, el comandante del Dresden, capitán
de navío Fritz Emil Ludecke decide hundir su barco con la bandera desplegada en la bahía Cumberland. Toda la
tripulación tomó tierra en la isla chilena. El capitán y sus oficiales y todos los marinos del Dresden fueron internados en
la isla Quiriquina donde se acuartelaron en los bungalows de una escuela de grumetes en la base de la armada chilena
en la bahía de Talcahuano.

CAPITULO XV
Los biógrafos de Canaris se equivocaron o pasaron por alto la historia de su huida épica cruzando el continente a la
altura de los 41º de Latitud Sur. Desde Karl Heinz Ashagen a André Brissaud se evidencia un vacío que necesita rellenar.
Fundamentalmente hay errores en el período en que huyó, que resulta documentado en un Informe Confidencial
número 84 del 12 de agosto de 1915 y emitido por el Director General de la armada chilena referente a un informativo
fechado 10 de agosto de 1915 remitido desde la isla Quiriquina por el teniente primero Eduardo Dueñas a cargo de los
internados del Dresden.
También hay desinformación sobre la ruta que tomó, el entonces teniente Canaris se dirigió al sur en tren bajando en la
estación de Osorno, donde fue recibido por el cónsul alemán Carlos Wiederhold Piwonka, esperó el fin del invierno
austral residiendo en el pueblo habitado principalmente por colonos alemanes en 1915. Cruzó los Andes por el paso
Puyehue que se encuentra a unos 100 km desde Osorno hacia el este, a fines del invierno austral, cabalgando la senda
que recorrían las caravanas comerciales de mulas que abastecían a los vecinos colonos alemanes de Argentina recién
acentados en las riberas del lago Nahuel Huapi. Desde su extremidad casi lindera con los Andes y la frontera chilena,
embarcado a bordo de un velero de carga de un colono alemán, cruzó los 100 km de lago hasta llegar al pueblo de San
Carlos de Bariloche, fundado a fines del siglo anterior por el comerciante y entonces cónsul alemán de Osorno, quien lo
ayudó para que también allí fuera asistido por otros alemanes, los Lahusen, quienes eran dueños de un almacén en el
pueblo desde 1911 y de otros en toda la Patagonia argentina. El barón Luis von Bulow, quien administraba la más
grande estancia lindera del pueblo, la San Ramón, desde el 12 de marzo de 1915 hasta el 30 de agosto de 1918,
hospedó a Canaris durante unas semanas.
En la primavera austral de 1915 Canaris recorre la llamada línea sur, desde la estancia San Ramón hacia el ferrocarril
que tenía punta de riel en Ingeniero Jacobacci y de allí llegó en tren al puerto de San Antonio, donde empezó un largo y
aventurero regreso a su patria; ingresando en el mundo del espionaje, participó en operaciones planeadas por el III/B
que tenía oficinas en la sede del Estado Mayor alemán en Berlín y donde su jefe era el teniente coronel Wilhelm Nicolai.

CAPITULO XVI

Tras dos años como agente del Servicio Naval de Información, Canaris quiere regresar a usar el uniforme de oficial,
quiere comandar un submarino, el más poderoso medio naval a disposición de la flota Alemana en la primera guerra
mundial, cazar buques mercantes torpedeándolos y echar a pique los miles de veleros que todavía cruzaban los mares
en esa época con un pequeño cañón de tiro rápido que tenían en el puente los U. Boote. Por eso hizo el curso de
comandante en la escuela de Eskernforde, en la primavera de 1918 donde salió llevando prendida en su uniforme,
además de la Cruz de Primera Clase, la insignia de los submarinistas. Recibió el mando de su primer submarino y
empezó a operar desde la base austrohúngara en la bahía de Cattaro en el sur de la costa dálmata. A mediados de
octubre al mando del UB128, tras un viaje venturoso, ingresó al Mar Báltico en los primeros días de noviembre, el 8 de
ese mes once submarinos llegaron a Kiel enarbolando las banderas de combate, la guerra había acabado, pero la flota
alemana allí atracada izaba la bandera roja de los marxistas y había manifestaciones. Canaris estaba indignado como
sus amigos y capitanes de U-Boote. Doenitz al mando del UB68 y von Schmidt del UB106.
Una semana antes el coronel Nicolai había llegado secretamente a Kiel, empezó a maniobrar la reconstrucción con sus
métodos. Ya se había reunido con el mariscal Hindenburg y con el general Ludendorff para trazar planes a largo plazo.
Alemania a fines de 1918 estaba casi al borde de una revolución, había dos bandos contrarios que se enfrentaban en las
calles, la inflación se disparó como nunca en la historia de la economía de ningún país, no había comida y muchos vivían
pidiendo limosna, el Káiser Wilhelm II había huido a Holanda con veinte baúles cargados de todo lo más preciado que
pudo reunir. El joven Hitler al enterarse anotó en su diario que quería incursionar en la política; pero sus inicios fueron
diferentes, para comer y tener un techo se alistó como agente informador del departamento político del ejército. El cabo
Hitler en setiembre de 1919 recibe la orden de investigar el Partido de los Trabajadores alemanes, un puñado de
personas que se reunían en una cervecería.
Un día, casualmente, viéndolo asistir le piden que dé un discurso y como cuenta Hitler, fue un relámpago y encontró su
vocación, fue invitado a adherirse, lo hizo el 16 de setiembre, recibiendo su cédula de inscripción el 1 de enero de 1920
con el número 83.

CAPITULO XVII

Nicolai seguía su plan de refortalecer Alemania con entramados secretos y medios políticos, empujando desde la
sombra a Hitler y su partido. Paralelamente, hacía lo mismo con su pupilo, Wilhelm Canaris, el que seguía en su doble
rol de agente y marino; comandante del Scharnhost, acorazado escuela de la Kriegsmarine observa los movimientos
políticos que todavía no lo tocaban personalmente.

La muerte de Hindenburg en 1932 y las maniobras de Nicolai anteriores, cuando von Papen era canciller y el NSDAP
recibió subsidios secretos que fueron decisivos para permitir a Hitler triunfar, como también las maniobras posteriores
de su maestro hicieron temer a Canaris que los vencedores de 1918 no hubieran tolerado que tras del último canciller
von Schleicher asumiera Hitler en enero de 1933 y que desde la central de los nazis en Munich, la Casa Parda Hitler
tomara la rienda de Alemania, mudándose a Berlín a la cancillería del Reich.
Dispuso entonces Nicolai, y Canaris fue nombrado el 1 de enero de 1935 jefe de los Servicios Secretos instalándose
también él en Berlín en la sede del ABWEHR, los años que siguieron no fueron fáciles para el almirante, en febrero de
1944 fue alejado del ABWEHR por presiones de las SS y fue designado para un cargo que tuvo que ver con el desvío de
dinero hacia el exterior y con la implantación de empresas en países neutrales, hasta el 20 de julio de 1944.
En Rastenburg se atentó contra Hitler, un maletín explotó bajo la mesa de conferencia del cuartel de mando. Hitler salió
milagrosamente ileso, si bien sus pantalones quedaron hechos jirones, desde entonces la estrella de Canaris declinó
rápidamente. Fue detenido pero no enjuiciado ni juzgado, Canaris sabía demasiado, quedó en el limbo, un preso de lujo.

CAPITULO XVIII

Desde febrero de 1945, las cosas se pusieron peor, Canaris fue enviado al campo de concentración de Flossenburg, ya
estaba desgastado por una década de intrigas y por los meses de cautiverio. No existe documentación de este período,
cierto es que la cúpula de la SS lo presionaba con interrogatorios infructuosos. El mismo jefe de la RSHA Ernest
Kaltenbrunner se encontró a fines de marzo con él, quería saber algo que Canaris no reveló, un secreto que le había
salvado la vida hasta entonces. Confiaba en que las fuerzas armadas de Patton que se estaban acercando lo liberaran,
pero por orden expresa de Hitler, quien nunca formalmente lo acusara de nada, fue ejecutado el día 9 de abril cuando la
tercera armada norteamericana se acercaba a Flossenburg. El arquitecto del faraón tiene que morir para que los
secretos de su oficio nunca sean conocidos. Con su muerte los secretos de Canaris habrían ido con él, pensaba Hitler, y
se equivocó.
Canaris había hablado de algo muy secreto referente a Hitler con el padre Sicher un año y medio antes; el cura, además
de ser uno de sus agentes V era su amigo desde décadas, y Canaris, como buen católico, pensó que lo contado era de
considerarse un secreto confesional, pero para el padre Cornelio eso fue una simple confidencia, no hubo confesión
canónicamente hablando.

CAPITULO XIX

El teniente Max von Schmidt internado en la isla Quiriquina con Canaris, tras la huida del mismo también huyó al año
siguiente, el 19 de octubre de 1916. Escondido también él por el cónsul alemán Carlos Wiederhold en las afueras de
Osorno prepara con otros oficiales y marineros fugados de varios lugares de internación la ejecución de un ambicioso
plan de huida masiva, regresar a Alemania con un barco a vela abandonado en la isla de Chiloé por un armador alemán.

Era el Brick Tinto, un barco de 70 años y 55 metros de eslora, en él se embarcaron ocho tripulantes del Dresden,
dieciseis cadetes del buque escuela Herzogin Cecilia y cuatro marineros del vapor Gottingen. El 28 de noviembre
zarparon con la ayuda de los colonos alemanes de la X Región de Chile.
Se dirigieron al sur del Pacífico, cruzaron el Cabo de Hornos y remontaron el Atlántico, enarbolaban la bandera alemana,
no tenían miedo de la armada inglesa. Fueron protagonistas de una hazaña increíble.
El 31 de marzo de 1917, tras cuatro meses de navegación, habían recorrido doce mil millas sin cruzarse con nadie y alcanzaron el puerto de Trondheim
en Noruega, una historia olvidada pero una épica empresa en los anales de la vela.

Tras volver a Alemania, por su linaje, von Schmidt recibió una invitación del Kaiser Guillermo II para compartir una cena y a los
pocos días, tras reencontrarse con sus compañeros del Dresden que se habían fugado anteriormente, entre ellos Canaris, ingresó
a la escuela de submarinos y egresó como capitán.

Comandó el UB106 con el grado de Kapitanleutnant, tras el derrumbe de Alemania, regresó a Chile y en 1920 se casó
con una señorita alemana que había conocido cuando se encontraba internado.
Dieciocho años después, en febrero de 1938, llega de visita a Chile el crucero escuela Schlesien, su comandante, que
había sustituido a Canaris en 1934, era otro compañero del Brick Tinto y del Dresden, el capitán de navío Friedrich
Fleisher. Este encuentro le cambiará la vida de terrateniente, cual fuera la suya desde sus orígenes hasta entonces.
En 1941 von Schmidt regresó a Alemania, en un increíble viaje, vía Japón y rodeando Siberia llegó a Kiel; ascendido a
Korvetencapitan en 1943 asumió el comando de la VIII flotilla de submarinos con base en Danzing, cargo que mantuvo
hasta abril de 1944.
A partir de este entonces desaparece y vuelve a las tierras de su familia en Alemania en 1955, años misteriosos
considerando las conexiones con Canaris y Doenitz, ambos amigos y compañeros desde Eskernforde y su experiencia
en el cono sur de América, incluyendo el dominio del idioma español .

CAPITULO XX

De la tripulación del Graf Spee que quedó internada en la Argentina y que constaba de 1055 marinos, repartidos en
varios campamentos como el de Sierra de la Ventana, el de la Cumbrecita, el de Forencio Varela y otros, la mayoría de
los oficiales y suboficiales calificados se fugaron, 6 capitanes, 21 tenientes, 3 alferez y 34 suboficiales de alto grado.
Casi la totalidad de los fugados volvió a la brevedad a Alemania y como ocurriera en la Primera Guera Mundial con los
hombres del Dresden, se alistaron en los submarinos.
La vida en los campamentos no era para nada mala, parecían acuartelados en Alemania y gozaban de mucha libertad,
demasiada, podían salir a voluntad, tal es así que muchos encontraron pareja en los cinco años de internación y se
celebraron 285 matrimonios.
Otros 182 marineros y suboficiales de rango intermedio se fugaron en el mismo período. En febrero de 1946 fueron
repatriados los que no habían huido, 811 hombres, quiere decir que una cuarta parte de la tripulación se había fugado.
Se estima que más de 60 se habían escondido en la Argentina y, en la clandestinidad, operaron a las órdenes de los
que cumplían la función de jefe del ABWEHR en la Argentina, como en su oportunidad el agregado naval de la
embajada, capitán Niebuhr, quien convocaba sin medio término con notas a los sujetos que necesitaba.
En varios de los relatos documentados de desembarques clandestinos en el período bélico y en su postrimería,
aparecen marinos del Graf Spee indicados con nombres y apellidos, como Alfred Scholz y Willy Brennecke, nombrados
hasta en Le Figaro el 1 de setiembre de 1970 en referencia al desembarque de un misterioso cargamento llegado a una
playa argentina a fines de julio de 1945.
Quien los mandaba, en estas tareas, era el oficial de más alto grado, tras el suicidio del capitán Hans Langsdorff, su vice
Walter Kay, segundo comandante del acorazado, el único alto oficial que no se fugó.
Muchas cosas de las que ocurrieron en la Argentina en el período bélico tienen una explicación en la investigación realizada por el político y
parlamentario argentino, Silvano Santander, quien había sido integrante de la Comisión de investigaciones sobre las actividades antiargentinas de los
nazis desde 1939.
Tuvo que autoexiliarse en Uruguay, con sus denuncias se jugaba la vida quedándose. Había publicado un libro semi
desconocido titulado: Nazismo en Argentina, la conquista del ejército investigando los eventos golpistas del período
1943/1945. Publicó en Montevideo otra obra polémica y poco conocida en julio de 1953, cuando todavía Perón se
encontraba en el poder, Técnica de una traición. Juan Perón y Eva Duarte agentes del nazismo en la Argentina, libro muy
raro que publica fotos de documentos Top Secret encontrado en Berlín tras su caída y que comprometía, entonces,
muchísimos personajes que tenían las riendas de Argentina, además de atacar el sagrado nombre de la difunta Evita y a
Perón, presidente de Argentina que de coronel se había ascendido a teniente general de Golpe en Golpe.
Tras la caída y huida de Perón en 1955 Santander fue embajador en España y colaboró con Simon Wiesenthal desde
1958, época de creación de su centro de documentación.

CAPITULO XXI

La obra de Silvano Santander es también un detallado análisis de los movimientos financieros de los nazis en Argentina alrededor de 1940. Para
evaluarlos correctamente hay que hacer una relación de cambio actualizada. Una estampilla argentina de 2 centavos correspondía, en Alemania de
aquella época a una que costaba 6 pfening, es decir que el cambio era de 1 peso argentino equivalente a 3 Reich Mark = 15 dólares USA actuales. En
aquel año un vehículo Auto Unión sedán de lujo importado tenía un valor de 3975 pesos, equivalentes a un valor de 60 mil dólares actuales, valor
correcto también hoy en la Argentina de un auto de status parecido.
En los documentos de Santander se hacen referencias a pagos en pesos, en realidad millonarios hoy día, efectuados con la relación 1 peso argentino =
15 dólares actuales e inversiones en marcos alemanes con la relación 1 RM = 5 dólares actuales.
Los más relevantes documentos secretos alemanes objeto de denuncia del libro de Santander Técnica de una traición
son:
 Copia parcial del protocolo en que constan las declaraciones del embajador alemán en Buenos Aires von Thermann
y su secretario Schaumberg Lippe a la comisión aliada de investigación en setiembre de 1946, donde resultan pagos a
varios personajes muy importantes, entre ellos Perón y Eva Duarte, vinculando a ambos desde fines de junio de 1941.
 Carta del capitán Niebuhr al general Faupel en la que se da cuenta del asesoramiento del Dr. Gache Pirán en agosto
de 1939.
 Carta del capitán Niebuhr a Faupel, donde Eva Duarte ayuda al agente Sandstede a salir de Argentina en agosto de
1941.
 Carta del capitán Niebuhr a Faupel declarando a la señorita Eva Duarte como colaboradora y el interés de Perón en
ella, en enero de 1943.
 Carta Meynem a Niebuhr confirmando a la Srta. Duarte como amante de Perón y declaraciones de este último en
junio de 1943.
 Carta de Wilhelm Faupel declarando a Perón como hombre fuerte y nombrando a Rudel y a Hanna Reitsch en mayo
de 1944.
 Carta de Ludwig Freude a Faupel declarando los nexos fuertes con Perón y hablando de un collar de brillantes para
Eva Duarte en noviembre de 1944.

CAPITULO XXII

1997 fue el año del despertar, las entidades judías empezaron a investigar los movimientos de dinero y otros valores
financieros que los nazis hicieron antes de la caída del régimen. Resultó que la Argentina era el destino principal del oro
y de las reservas financieras, además de ser, como se diría hoy, un punto de lavado de dinero. Santander esto lo había
denunciado hace más de cuarenta y cinco años atrás.

Lo que los nazis montaron en la Argentina hubiera sido imposible sin un régimen militar manejado por el entonces
coronel Perón. Pero siendo un timonel, tarea pasiva por sí misma, como demuestra su historia, necesitaba de un piloto,
Eva Duarte. Ella también tenía que recibir órdenes por un capitán, necesitó más de un lustro para aprender a navegar
sola.
Si Eva Duarte desde 1941 maniobrada por Canaris y muy estimada por el mismo, fue una agente de los Servicios
Secretos alemanes como Mata Hari desde 1914 lo fue de Nicolai no debería extrañar. Nadie, hasta hoy, hizo una
reconstrucción completa de las complejas conexiones existentes y sobre todo de las motivaciones de determinadas
acciones y hechos históricos.
El mérito de Santander fue denunciar un hecho, el defecto fue no dar una explicación.

CAPITULO XXIII
Eva Duarte nació en 1919 y pasó su niñez en una modesta casa de un pueblecito de la inmensa pampa, Los Toldos, hoy
General Viamonte. Esta construcción se convirtió en un monumento y un letrero citaba su última frase famosa del 1 de
Mayo de 1952, un presagio de su fin próximo.
Adolescente y aspirante a actriz, la futura Evita se muda a Buenos Aires antes de cumplir los 16 años, en enero de 1935
y se toma su primera foto para casting. Consigue algunas pequeñas partes en los cinco años sucesivos y a los 21 años
aspira a algo mejor, e intenta conseguirlo por cualquier medio. En esa época comienza a acercarse a ambientes
militares frecuentando coroneles de aspiraciones golpistas y también se inicia como agente del ABWHER según los
documentos aportados por Santander en su obra.
Tras el golpe del 1943, consigue unos roles cinematográficos más importantes, que culminan en marzo de 1945
interpretando La Pródiga , su película como protagonista nunca proyectada y premonitoria de su vida .
En este momento histórico en que acaba la Segunda Guerra Mundial, hay un cambio radical en su vida que empieza con
el matrimonio el 10 de diciembre de 1945 con Juan Domingo Perón.

CAPITULO XXIV

Juan Domingo Perón, tras una infancia en una estancia costera perdida en la inmensidad de la Patagonia, emprende la
carrera militar; criado en un academia militar de estilo prusiano, conserva su casco de cuero con punta como un
preciado recuerdo, Perón ya oficial, sigue pasando cada momento libre en su querida Patagonia, que tanto apreciaba y
conocía hasta escribir una obra sobre ella y sus habitantes indígenas. Por ese conocimiento específico le fue encargada
antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial una misión de reconocimiento misteriosa y secreta en la misma.
Inmediatamente después fue enviado a Italia a la embajada de Roma por su origen y dominio del italiano; gran
admirador de Mussolini, lo era también de Hitler. Estudió el alemán para leer en original la obra magna de Hitler, Mein
Kampf.
Tras su regreso a Argentina en 1942, lidera el GOU, Grupo de Oficiales Unidos para efectuar al año siguiente un golpe militar de corte nazifascista.

CAPITULO XXV

Durante el segundo conflicto mundial las costas patagónicas fueron estratégicas para reabastecimiento de U-Bootes y corsarios alemanes. En sus días
finales y hasta más de dos meses y medio tras la caída el Tercer Reich esas mismas fueron punto de desembarque misteriosos, ligados a envíos de cajas
y grupos de personas.
Pude reconstruir un mapa de los avistajes y desembarques más interesantes, uno de los cuales resulta harto
sospechoso y refrendado por documentación oficial de la armada argentina, decenas de fojas, fechadas alrededor de
dos meses y medio después de la rendición de Alemania.
Muy significativo es que son también posteriores a una o dos semanas a la rendición del U-530 del 10 de julio y
anteriores de tres a cuatro, a la rendición del U-977 del 17 de agosto 1945 en cuyas llegadas Estados Unidos estaba
muy interesado.
Resulta obvio que los avistajes documentados se refieren a otros U-Bootes y además más de uno, considerando las
fechas y los puntos geográficos relativos a cada informe.
En referencia se pueden citar unas fojas significativas desclasificadas en 1997.
Un informativo del 18 de julio de 1945 retransmite avistaje del torpedero Mendoza en el Golfo de San Antonio a los 42º
de Latitud Sur. En la misma fecha otro horas más tarde denuncia que un submarino desconocido fue atacado con
bomba de profundidad.
Sorprendentemente el Ministerio de Marina, tras recibir estos y otros informes calificados, da la orden, el 21 de julio de
1945, de levantar el patrullado de la costa, quien se hace cargo de esta resolución es el Jefe del Estado Mayor General
de la Armada. Es como dar el vía libre a una impresionante cantidad de avistajes en la última semana de julio. Hay un
memorandum del 24 y otra nota del 26 que son muy llamativos y los testimonios detallados, como lo de otro
informativo referente al avistaje del día 26.
Unos informativos pocos días anteriores a éstos, no pudieron ser ocultadas, ya a mitad del mes de julio de 1945
llegaron a oídos de periodistas que dieron conocimiento público en Argentina por medio de radio Bahía Blanca y
retransmitida por una radio uruguaya, del acercamiento a las costas de unos U-Bootes misteriosos. El mismo Ministerio
de Marina se quejó, como resulta en su documentación, denunciando el hecho como escandaloso al comandante en jefe
de la escuadra de mar con dos informes parecidos, uno de ellos tiene fecha del 23 de julio, subraya, la gravedad de lo
que ello implicaba, citando textualmente la frase al final de dicho documento. Muchos testimonios referentes a
desembarques desde U-Bootes fueron aportados por varios investigadores, periodistas y escritores, muy interesante
resultó el contenido del libro, virtualmente desconocido, Operación Patagonia. Hitler murió en la Argentina de Jeff
Kristenssen editado en 1987. La figura central es un marino del Graf Spee, un suboficial, mecánico de bordo, que tras
ser seleccionado entre los tripulantes internados por su capitán, se fuga y hace parte de un restringido grupo a las
órdenes de un ex oficial del Dresden, un compañero de Canaris que lidera una operación secreta. Entre varios
operativos, tras supervisar a fines de julio 1945 un desembarque de un U-Boote en la costa patagónica, viaja a la falda
de los Andes hasta un ranch de la Patagonia norte y después se queda unos años en una misteriosa central donde se
pone al servicio del mismísimo Hitler, tarea que llevará adelante hasta el fallecimiento en la soledad de su Führer varios
años después en un remoto paraje de la Patagonia sur.
Pude entrevistarme con el autor y constatar que lo contado en su obra correspondió a una experiencia personal cuyo
protagonista conoció personalmente a mediados de los años 60.

CAPITULO XXVI

Quise verificar el cuento del ex suboficial mecánico del Graf Spee y viajé hacia Caleta Olivia un pueblecito patagónico
que tras el descubrimiento del petróleo en sus alrededores floreció repentinamente.
A mediados de 1960 se había descubierto el oro negro a los 42º de Latitud Sur, en esta costa desolada ni siquiera había
un puerto, sólo un pequeño muelle sobresalía en una modesta ensenada que acogía a su alrededor las pocas casas de
Caleta Olivia. Allí vivió Juan Paulovsky, con este nombre lo conocieron muchos y aún lo recuerdan y aparece con este
nombre su tumba ubicada en el morro arriba del viejo muelle. En el registro del cementerio es el único que aparece
como indocumentado y sin fecha de nacimiento. De los 26 mecánicos que se fugaron en los años de internación
Paulovsky queda no identificable, siendo su nombre falso por su misma confesión.
Pero sus revelaciones resultaron correctas con el adelanto progresivo de mi investigación.
Recorrí por enésima vez la Patagonia a lo largo y a lo ancho por sus caminos solitarios y paisajes silvestres.
Recorriendo la Línea Sur, la misma que transitó Canaris en 1915, abandonado en un ramal en desuso del paraje
Clemente Onelli encontré un convoy de vagones antiguos, los mismos que tuvo que abordar el futuro almirante y jefe
del ABWEHR. Unos cien kilómetros más adelante encontré la parte que faltaba en Ing. Jacobacci, la locomotora quedó
parada desde hacía décadas en la rampa del taller de donde nunca más salió.
Llegué a la ciudad de San Antonio y al Golfo San Matías, encontré muchas huellas del paso del Dresden que fondeó en
Punta Villarino, fui a ver su fondeadero, el mismo que utilizó el otro y único barco que se salvó del desastre de la batalla
de Malvinas/Falkland, el Seydliz, cuando la escuadra naval de von Spee fue aniquilada por los británicos.
En el sitio fue encontrada una botella de un litro de cerveza mexicana marca Corona, un marino del Dresden, tras
haberla comprado en Tampico en 1914, la tiró allí y un buzo local la rescató después de 80 años.
En San Antonio encontré varios testigos y testimonios relativos a uno o dos U-Bootes hundidos a unos cien kilómetros de
la ciudad, en Caleta de Los Loros, una playa perdida en la nada más absoluta, un fondeadero hoy impracticable por la
acumulación de arena, atrás de Punta Mejillones.
Caleta de Los Loros es uno de los pocos parajes en donde se encuentra una ensenada y justo en frente, a fines de julio
de 1945, un testigo, residente allí desde décadas, la Sra. Paisani, vio desde su casa flotar un submarino.
La costa patagónica en sus miles de kilómetros de largo por lo general es inaccesible y desértica, sólo cada unas
decenas de kilómetros se encuentran núcleos habitacionales, en su mayoría hoy abandonados como las estancias
relativas.
Los pueblos patagónicos no progresaron por décadas. Sólo en casos excepcionales progresaron como San Antonio que
sólo en los últimos años tuvo empuje por el turismo veraniego, todavía en sus calles queda la que fuera la casa madre
de Lahusen en el pueblo, Villa Bremen y otra casa colonial de la época de su fundación, hoy museo del pueblo. En el
centro histórico de San Antonio también se encuentra el hotel El Vasquito cuyo propietario, el Sr. Rivera, fue testigo a
fines de julio 1945 de mucho movimiento y voces que corrían por el pueblo. Allí mismo, en su hotel, en los años bélicos
y prebélicos se afiliaban al Partido Nazi estancieros de origen alemán, también vio tres veces reaparecer el U-Boote de
Caleta de Los Loros en oportunidad de bajamar excepcional .

CAPITULO XXVII
Fueron tantas las informaciones que recogí alrededor de Caleta de Los Loros que muchos de los entrevistados empezaron a hablar tras un silencio de
décadas y la prensa comenzó a interesarse en el tema, hasta se armaron expediciones al sitio y, por cuanto no trascendió periodísticamente, sus
resultados fueron positivos.
Dos expediciones financiadas por el editor argentino Ramos lograron en febrero de 1998 detectar por medio de un
magnetómetro a protones huellas magnéticas que graficadas muestran un objeto de gran tamaño lineal y masa. Fue
tomado también un video de elementos que por tamaño y forma corresponderían a unas bitas de amarre de un U-Boote
tipo XXI. El relevamiento magnético corresponde como forma y ubicación de masas férreas sepultadas en la arena del
punto llamado Z1, a una media milla de la costa con coordenada 41º03’125” y 64º03’203”.
Visualizando el sitio en objeto se puede observar una brecha en la línea costera donde los vientos patagónicos empujan
la arena de las dunas que rodean Caleta de Los Loros, que en medio siglo enterró completamente el U-Boote que yace
fragmentado, probablemente a causa de una explosión que lo auto hundió. Los restos fueron observados
reiteradamente por varios testigos a lo largo de cuarenta años y cómo desaparecían en la arena año tras año. En
octubre de 1991 fue tomada desde un avioneta una foto donde los restos están al límite de desaparecer, por tamaño y
forma correspondería a un tipo XXI, como también a las imágenes computarizadas relevadas por la expedición de
búsqueda de 1998.
Otro sitio no fue, todavía, objeto de un seria búsqueda, unos 600 kilómetros más al sur se encuentra el Cabo Dos
Bahías, cerca del pueblo de Camarones, el feudo de Perón. Muchos motivos y testimonios recogidos, incluyendo la del
ex mecánico del Graf Spee, indicarían que cerca hubo un desembarque a fines de julio de 1945.
Allí se encuentra la estancia La Península y su casco colonial desde el cual un camino predial recorría la propiedad
bordeando la costa, medio siglo atrás llegaba hasta una bahía entonces sin nombre, Guanaco Bay, una ensenada
protegida por la Punta Guanaco.
Hoy el lugar en los mapas modernos es llamado Bahía Huevo y es uno de los pocos fondeaderos protegidos por la furia
de las 45 rugientes, las terribles tempestades de esta latitud. Unos elementos y testimonios recogidos indicarían que en
el canal de acceso protegido por la Península San Antonio y el islote Valdes sería la tumba de otro U-Boote. Puerto
Huevo tiene toda la característica para que ese fuera el verdadero fondeadero del Dresden de Canaris, el lugar es
invisible desde alta mar, como también desde lo alto de la isla Leones donde queda un faro abandonado, la Península
de San Antonio impide observar la bahía escondida detrás de la misma. En la playa todavía merodean los guanacos
como en 1914.
En la isla de los Leones todavía quedan en sus playas los restos tirados por la furia del mar, muchos tambores alemanes
de 200 litros de la época bélica, que según testimonios recogidos en el pueblo de Camarones, formaban parte de una
gran cantidad almacenada en la Bahía San Gregorio que hacía parte de la estancia La Península y que barridos por las
tempestades fueron desparramados por todo el área. Los mismos testigos relatan que esa bahía era un punto de
reabastacimiento de U-Bootes en la Segunda Guerra Mundial, en su bahía donde hoy viven colonias de pingüinos
estacionaban los Lobos Grises de Doenitz, tal como aparece en una foto de la época, un U-Boote tipo IX se reabastece
de una barcaza repleta de tambores parecidos a los encontrados en la isla de los Leones, el sitio correspondería a una
de las ensenadas de Cabo Dos Bahías. El submarino en objeto y la foto son fechables como anteriores al año 1943,
época en que a las torretas de los IX les agregaron las barandas posteriores que llevaron hasta el final del conflicto y
que la foto del submarino reabasteciéndose no lleva todavía.

CAPITULO XXVIII
A fines de julio de 1945 unos testimonios recogidos indicarían que un par de autos, desde unas costas aisladas,
cruzaron la Patagonia por sus caminos desérticos y sus paisajes desolados. Su meta una estancia ubicada al pie de los
Andes, la estancia San Ramón donde Canaris encontró cobijo en 1915 correspondería perfectamente, la cruzaba en
1945 la única carretera que daba acceso al pueblo de Bariloche, también contaba con una parada de ferrocarril que
llegaba a la ciudad; en la estancia existía también la única pista de aterrizaje de la zona y un autobus que llevaba los
primeros visitantes que podían permitirse este medio a descubrir las maravillas naturales del Parque Nacional recién
instituido entonces. Un valle arbolado escondía las construcciones de la estancia, única mancha verde de los
alrededores esteparios.
El límite de la estancia llegaba a la costa del lago Nahuel Huapi y a pocos kilómetros se encontraba el pueblo de
Bariloche. Todavía queda en el puesto número 1, casi a la entrada de la propiedad, un pino centenario y solitario, bajo
el cual se encuentra la olvidada tumba del barón von Bulow, cuya lápida, queda a unos cien metros de la casa del
puestero donde en 1914 le tomaron una foto cuando, entonces recién llegado a estos parajes, los inspeccionaba a
caballo.
También Bariloche encaja perfectamente, su alejamiento en 1945 era total y perfecto para el caso, el pueblo hoy es
muy distinto a la modesta villa de aquellos años, pero todavía quedan rastros arquitectónicos de aquella época. El gran
lago Nahuel Huapi tiene panoramas incomparables, sus aguas cristalinas colindan con las cumbres nevadas, hoy
paraíso con sus pistas de los esquiadores sudamericanos.
Seguí la pista del padre Sicher y del marino Paulovsky, en un día del invierno austral de 1945 Hitler se embarcó en la
playa de la estancia San Ramón, cerca del cerro Leones, al pie del cual se encuentra la tumba de von Bulow y cruzó el
lago Nahuel Huapi en toda su longitud hasta su punto más lejano y aislado.
Medio siglo después hallé ese lugar, en el brazo Ultima Esperanza, en una bahía escondida por dos islitas en 1991
encontré la gran mansión de Inalco en un abandono total, tres años después la propiedad fue reestructurada y lució en
sus detalles como en su época de edificación.

CAPITULO XXIX
La mansión Inalco está ubicada en lo que fue el lote Nº 8 de la colonia de asentamientos Nahuel Huapi planeada a
comienzos del siglo XX alrededor del lago que lleva su mismo nombre, uno de los más alejados, prácticamente
inaccesible hasta mediados de los años 60 cuando se empezó a ejecutar el camino cordillerano que cruza los Andes
hacia el lindero Chile, hasta entonces el lote Nº8 quedaba separado por el río Correntoso, hoy cruzado por un moderno
puente, desde el cual hay que recorrer tres kilómetros y medio del recién pavimentado camino hacia Chile. Desde el
puente a seis kilómetros y medio se encontraban en los años 40 las pocas edificaciones que conformaban entonces
Villa la Angostura.
El lote Nº8 fue uno de los tantos que fueron colonizados tras esfuerzos sobrehumanos para talar unos miles de metros
cuadrados de los tupidos bosques cordilleranos. Su primer poblador construyó una casita en el sitio hoy ocupado por la
mansión Inalco y desde este punto hoy como ayer se pueden contemplar las dos islitas que frontean la playa.
La arquitectura de Inalco es un típico ejemplo de la obra del arquitecto Bustillo, como su casa Cumelén, la capilla de la
Angostura o el hotel Llao Llao, los materiales y el juego arquitectónico de los techos y chimeneas se reflejan en la
mansión Inalco.

CAPITULO XXX
En 1943, en el período en que fue edificada Inalco, el arquitecto Bustillo levantó lo que se conoce como su estudio, se
trata de una copia de una torre sarracena, el sitio, la Península de San Pedro, que eligió era de lo más inaccesible en
aquella época y, todavía hoy, no es simple su acceso y se puede apreciar sólo navegando el lago o desde un avión. Sólo
desde este punto se puede controlar el lago Nahuel Huapi y sus alrededores en un radio de cien kilómetros, su posición
central le permite observar las rutas lacustres y sus destinos hacia Inalco que se encuentra en el extremo cordillerano o
hacia Bariloche que se encuentra en el extremo de la estepa patagónica.
La torre de Bustillo se encuentra a unos 5 km del hotel Llao Llao y es un perfecto centinela que, en caso de alarma,
puede dar un preaviso de varias horas a Inalco, por medio de un simple radio receptor de tipo militar,
independientemente de un control previo de los acceso de Bariloche en San Ramón en la década 1945/55.
En 1997 pude examinar Inalco tras su reestructuración de 1994. El área fue también despejada de malezas y resaltaba
mucho mejor de cuando la descubrí en total abandono, en ese entonces pude tomar fotos aéreas que resaltan su
aislamiento, el alejamiento del lote Nº8 es el mismo de medio siglo atrás, sólo la playa frente a la mansión es
reconocible desde el aire.
Haciendo un rodeo arriba de la playita se valora el panorama y la naturaleza que la rodea. También la restauración del
conjunto permite desde el aire valorar el conjunto de las edificaciones y su destino, que no parece ser el de una
estancia, más bien se semeja a un cuartel.
Recorriendo Inalco desde tierra, muy llamativo es el conjunto de los edificios de la plaza, el gran establo y la fuente de
piedra, varias casas de tamaño considerable la rodean. Los motivos arquitectónicos típicos del arq. Bustillo se repiten
allí puntualmente, los edificios menores como la carnicería parecen copias de las capillas que edificó en los alrededores.
Llamativas son las antiguas perreras y significativa la rampa abandonada para hidroaviones, cerca de la misma se
encuentran las casas de huéspedes y la casa de té, mudo testigo, frente a la mansión en la sombra de los árboles, las
islitas mellizas.
Una historia de una pistola de oro me fue contada en referencia a los primeros años en que Inalco fue habitada, casi
cincuenta años después encontré en una tienda anticuaria una pieza que se puede considerar única en Sudamérica, una
Walther PP 7.65 laminada en oro, tenía grabado el nombre de su propietario, el Obergruppenführer SS Hans Juttner, el
número dos de las SS en 1945, detrás de Himmler. Los detalles de la talla son inequívocos, como la carta de entrega
por parte de Adof Eichmann jr. del estuche del arma al anticuario.
En la misma tienda encontré un jarro de cerveza que fue del general de la aviación Udet, como agasajo de Goering por
la batalla de Inglaterra y otro dedicado a Rudel en honor a sus 2400 blancos con su Stuka.

CAPITULO XXXII

En 1950/51 el personaje de Evita domina la escena, casi borrando al mismo Perón, sus discursos y sus actuaciones públicas quedarán en el recuerdo
futuro, pese a que su actuación fue interrumpida por su enfermedad y muerte en 1952. Murió por cáncer o por excesivas dosis de radiaciones?
Desapareció de la escena en el momento más oportuno para Perón y la cúpula militar que no toleraban más su protagonismo, su libro seudo
autobiográfico La razón de mi vida no hizo a tiempo de leerlo.

CAPITULO XXXIII

Perón tuvo mano libre y se lanzó a tiempo lleno en proyectos militares que tenían que garantizarle superioridad tecnológica y militar en Sudamérica.
Sus asesores incluían al as de la aviación Hans Rudel, quien ya apareció presente en Bariloche desde 1950 y que, tras
el derrocamiento de Perón, volvió en 1974 cuando retomó el poder.
Otro personaje fue el general Galland, el jefe de los cazas a chorro, quien conjuntamente al ing. Tank, proyectista de la
Messerschmidtt, empujaran el desarrollo del jet Pulqui, el tipo I era nada más la copia del Me P1101 que ya había volado
en julio de 1944. El tipo II presentado al público en febrero de 1951 era también el desarrollo del Focke Wulf Fw TA183
de 1945.
En el IAME, Instituto Aeronáutico de Córdoba en 1954 fue probado también el Horten H X el prototipo no propulsado fue
acarreado por el Ju 52 Patagonia, pero también este derivaba del desarrollo del Horten H IX que ya en 1945 acabó
produciéndose como Gotha Go 229.
Estos proyectos para nada novedosos y que no progresaron fueron el prólogo de otro fracaso de Perón en el campo de la
física termonuclear, el profesor Richter le prometió milagros tecnológicos que todavía hoy no se lograron, en Bariloche
hizo construir un centro nuclear en la Isla Huemul de la cual quedan sólo las ruinas.

CAPITULO XXXIV

En los primeros años 50 en la Argentina ya se encontraban unos cientos de personajes que fueron clasificados como criminales de guerra, sobresalen el
Dr. Joseph Mengele, el Angel de la Muerte del campo de Auschwitz, que fue ubicado en Bariloche ya desde 1949, y Adolf Eichmann detectado en
1950, el artífice de la solución final al problema judío, como eufemísticamente lo definían entre ellos, fue cazado desde allí por Iser Harel, el jefe de los
Servicios Israelíes quien lo persiguió por diez años hasta su captura, el mismo año que Mengele, como cuenta Wiesenthal, todavía se encontraba en el
pueblo andino.
No debe extrañar la presencia de nazis en la Argentina, tampoco 30 años después, en 1991 en el mayor periódico argentino La Nación aparecieron
clasificados recordatorios de los aniversarios de Joseph Goebbels y Rudolph Hess.

CAPITULO XXXV

Mucho se habló respecto a Martin Bormann y su hipotética sobrevivencia y presencia en la Argentina, pese a que en 1972 fue encontrado un esqueleto
atribuido a él en Berlín, sólo en 1977, tras un peritaje dental, fue identificado como perteneciente a la sombra de Hitler. El mito de Bormann no se
derrumbaría aún, muchos investigadores lo necesitaban vivo en el período 1945/60. En la Argentina o en los países linderos, aparecieron varios falsos
Bormann y hasta documentos atribuidos a él, como su supuesto pasaporte que apareció en Chile en junio de 1996, resultando inexplicables a todos los
expertos en el tema las maniobras financieras y políticas postbélicas. Sólo el 4 de mayo de 1998, la moderna técnica del ADN y de la dentina puso
punto final a las dudas, Martin Bormann murió el 2 de mayo de 1945.

CAPITULO XXXVI

Se encontraría Hitler conforme de vivir en la falda de los Andes en Inalco u otras residencias precordillerana?
Por cuanto pude averiguar de su manera de vivir y exigencias físicas hay que contestar indudablemente que sí.
El modo de vivir que condujo en el período prebélico y bélico lo podía tranquilamente repetir en la Patagonia. Pasar horas mirando las cumbres
nevadas descansar en cómodos sillones con su pareja, leer, su pasión, poniéndose los anteojos cosa que nunca hizo en público, también.
Su deseo de montaña es certificado por la casa que consideraba su hogar, el Berghof. La entonces Haus Wachenfeld fue alquilada en 1927, en el lustro
que siguió se transformó en su residencia. En 1933 adquiere la propiedad, le cambia nombre y le agrega terraza y garaje, se conformó con esta típica
casa de los Alpes bávaros sólo por dos años, la misma ya no era suficientemente representativa para el amo de Alemania, se parecía demasiado a una
casa normal, con sus modestos desempeños, su pequeño estudio y un modesto cuarto para su amada.
Toma la rienda de la reestructuración, siempre quiso ser arquitecto, y empieza a construir alrededor de la vieja casa, agregando e improvisando; el
resultado es un palacio ajeno al entorno por su arquitectura, más parece un hotel, el estilo transatlántico adoptado se refleja tanto en el exterior con
ventanales gigantescos y techos de zinc como en el interior, donde un salón tamaño sala cinematográfica y estares se suceden en la planta baja.
Alrededor surgen otras edificaciones complementarias, la casa de té y el refugio en la cumbre del Kehlstein, que tras la toma del Obersalzberg fue
visitado por el general Eisenhower, hoy es un concurrido mirador.
Cuando Hitler descubrió el Obersalzberg, tras su fallido putsch de 1923, fue a vivir cerca de la pensión Moritz, el lugar le fascinó, en el bosque lindero
frente al establecimiento se encontraba la que sería su casa. También esa construcción fue agrandada convirtiéndose en el hotel Platterhof, allí se
hospedaban los visitantes y se hacían reuniones importantes. Tras la caída de Alemania el edificio se convirtió en el hotel General Walker y el
Obersalzberg en área de descanso para las tropas norteamericanas.
Hitler y Bormann convirtieron el agreste Obersalzberg en un super cuartel construyendo una gran cantidad de edificios,
incluyendo las Landhaus de sus íntimos. Tras el bombardeo del 25 de abril de 1945 que arrasó el área quedaron hasta
siete años después las ruinas de su casa , las de Bormann y las de Goering, las más concurridas por procesiones de
nostálgicos, esto hizo declarar, por los norteamericanos, el área como off limits.
Por unos meses más sólo los militares norteamericanos pudieron visitar las ruinas del Berghof, privilegio que duró pocos
días, el 30 de abril de 1952 el Berghof fue volado para que no se convirtiera en un monumento y también fueron
voladas casi todas las otras edificaciones.
Lo que queda hoy en día es el abandonado hotel General Walker y el Zum Turken, hoy un típico establecimiento turístico
tirolés que fue sede de la Gestapo y lindero al asentamiento del Berghof. De la casa de Hitler no queda nada, su área de
emplazamiento fue reforestada y tupidos árbolitos crecen en lo que fue el gran salón de la mansión, alrededor quedan
los muros de contención y una parte de los muros de los garajes anexos, lo único intacto y visitable desde 1996 es parte
de la kilométrica red de túneles y refugios que unía las edificaciones del Obersalzberg, cuyos accesos se encuentran en
el bosque amurados, y que solo se pueden visitar accediendo por el hotel Zum Turken, donde una larga escalera lleva a
local del generador, que era un poderoso Diesel de U-Boote y a otros locales vacíos.
El porqué de la elección de Hitler de vivir en el Obersalzberg y en la falda de los Andes hay que buscar más que en un
gusto personal en una razón de salud. Necesitaba un microclima especial, como también casas especiales, sombreadas
y frías; el mal de Basedow, un pequeño bocio en la base de la garganta es la única explicación plausible y posible para
explicar su elección y su comportamiento temperamental.
En 1919 cuando ingresó como espía en la Gendarmería de Baviera, no escondía su cuello y menos aún la base de su
garganta, desde 1927 en adelante, repentinamente, adopta un tipo de cuello en sus camisas muy alto, no era una moda
porque los demás uniformados o no, no lo imitaban, desde entonces, sea en camisa parda, sea en guerrera o en traje
uniforme, el cuello de la camisa le llegaba a la papada que se apoya inusualmente en el mismo.

CAPITULO XXXVII
Como dijo Doenitz en 1943 los submarinistas estaban orgullosos de haber creado para Hitler un paraíso terrenal, en un lugar inexpugnable y en un
punto alejado del mundo. Si este acierto era valedero en 1945 ya no lo era cinco años después, Bariloche ya no se encontraba en el fin del mundo,
había comenzado a crecer, hubo mucha inmigración y definitivamente nacía como ciudad de vacaciones, tanto de verano como de invierno y muchos
alemanes de dudosos antecedentes se habían radicado ya en ella.
Como contara el ex marino del Graf Spee Paulovsky, en los primeros años todo anduvo como en rieles, pero las cosas no
siguieron lo proyectado y tuvieron que irse más al sur.
De la presencia de Hitler en la Patagonia recogí muchos testimonios, desde su aparición al pie del cerro Tronador de
3.554 metros, el más alto de la Patagonia, allí en Cholila fue visto en 1948 y la noticia publicada en la revista Ahora de
febrero del mismo año. Cholila es famoso también porque allí queda la casa que construyeron Butch Cassidy y su
asociado Sundance Kid, quienes en 1901 también buscaron cobijo en la Patagonia fugándose desde Estados Unidos
donde eran buscados por asaltos a bancos y trenes.
En verdad la noticia más antigua de la presencia de Hitler se remonta a fines de julio de 1945, una mujer polaca,
Brunislava Kitajgrodski, lo vio proveniente desde la costa y dirigiéndose hasta los Andes en el medio de la provincia del
Chubut, el lugar se llama Alto las Plumas, entonces punta de rieles, allí llegaba un tren desde la costa y el caserío,
además de la estación constaba más que otro en una posada-almacén y unas casitas más. Allí un convoy de autos paró
para reabastecerse de bencina, todavía queda el almacén, la estación y los rieles fueron desmontados y quedan sólo los
durmientes.

CAPITULO XXXVIII
Otros testimonio atendible es el de María Mafalda Falcón, enfermera profesional en Comodoro Rivadavia fue testigo de haber visto a Hitler en la
cama de un paciente, no hay posibilidad de equivocación, ella misma en Europa más de diez años antes tuvo el dudoso privilegio de tener la misma
experiencia en un hospital de campo de la Cruz Roja donde entonces militaba, estuvo a escasos metros del mismo hombre, sólo que en la última
oportunidad no tenía los típicos bigotes, su pelo era canoso y estaba cortado a máquina; sólo la experiencia anterior referente a la voz, a las palabras
pronunciadas y a la postura le permitieron reconocer inmediatamente quien era.
Reconstruí por computadora la apariencia de Hitler tomando como referencia la última foto que le tomaron el 21 de abril
de 1945, es indudable que nadie en el mundo podría reconocerlo, sólo alguien que tuvo la oportunidad de verlo de
cerca, que entendía alemán y que vivió aquella época podría haberlo hecho, y este es el caso de la Sra. Falcón.
Su experiencia dio ulteriores pistas que seguir y éstas me llevaron a unos 350 kilómetros desde la costa hacia una
estancia precordillerana, allí, al límite con Chile, del pueblo fronterizo de Balmaceda se encuentra la estancia Valle
Huemules, en Lago Blanco, el caserío más cercano, recogí informaciones relativas a la estancia y sus moradores
alemanes o suizos, entre ellos un mecánico con las características del ex marino Paulovsky que en los primeros años 50
residían en una mansión que ya no existe más porque se quemó completamente y fue sustituida por otra más modesta.
En mayo de 1997 otro anciano, Hernán Ancín, decidió hablar de su encuentro con Hitler, en 1953 varias veces se cruzó
con él cuando trabajaba como carpintero en un edificio en construcción en Mar del Plata, su patrón era Ante Pavelic el
caudillo nazifascista de Croacia, quien con muchos de sus fieles Ustachas habían llegado a la Argentina tras los buenos
oficios de Evita y Perón, muchos llevaban un tatuaje que decía Libertad o Muerte. También don Hernán como las Sras.
Brunislava y María Mafalda describió a Hitler como un hombre anciano, de pelo corto y canoso y sin bigote, y además,
acompañado por una mujer, mínimo 25 años menor, regordita y de cabello claro.

CAPITULO XXXIX

Otra historia es la de Felisa Alsina, en 1957 trabajaba como empleada doméstica en la casa patronal de un alemán, Albrecht Boehme, que en Cervantes,
un pueblo del Valle del Río Negro, era propietario de un campo frutal. En aquella fecha hubo una reunión de alemanes y a la misma participaron Hitler
y señora. Todos los presentes estaban muy emocionados y entre lágrimas y levantar de brazos hubo una recepción, agasajo del huésped por algo que
hizo el patrón de casa a final de la guerra
El hombre en cuestión era un anciano que parecía pelado y sin bigote y su compañera una mujer regordita y de pelo
claro.
Investigando al Sr. Boehme resultó ser un teniente piloto de bombarderos Condor del I/KG 200 y además su nombre
resulta asociado a las andanzas del Dr. Mengele en 1960 por aquellos parajes norpatagónicos, en su chalet, fue
encontrada una tarjeta suya en la cual en el reverso con otro carácter quedaba impreso el nombre del Angel de la
Muerte de Auschwitz.
Interesante resultó también su orígen, nació en México y al estallar la revolución y siguiente derrocamiento del
presidente Huerta él y su familia tuvieron que huir abandonando todo, hecho es que el único barco que evacuó los
colonos alemanes y sus niños, embarcándolos en Tampico, fue el Dresden de Canaris y ciertas conexiones con el
almirante y sus planes son más que posibles.
Los cuatro testimonios aportados darían fe de los movimientos de Hitler en el arco de una docena de años a lo largo de
la Patagonia, pero faltaba algo. Quise seguir la pista del mecánico Paulovsky en referencia a su última morada y esto me
llevó hasta el extremo sur, cerca del monte Fitz Roy otra información me confirmó su deceso estimado en 1959 al
cumplir los 70 años. El cuento del ex marino del Graf Spee, relataba que el fallecimiento de Hitler ocurrió en una
propiedad cuya característica y propietarios coincidirían con el relato, el lugar es, como las dos residencias anteriores,
casi fronterizo con Chile y los Andes, una propiedad también como las demás de excepcional belleza paisajística y
conformada por una espectacular mansión, se puede decir que los tres sitios objeto de mi investigación compiten entre
ellos por el confort y la seguridad derivada del alejamiento increíble de su ubicación. La estancia Altavista se encuentra
en una llanura entre las montañas y próxima al lago Argentino y al glaciar Perito Moreno.

CAPITULO XXXII

En 1950/51 el personaje de Evita domina la escena, casi borrando al mismo Perón, sus discursos y sus actuaciones públicas quedarán en el recuerdo
futuro, pese a que su actuación fue interrumpida por su enfermedad y muerte en 1952. Murió por cáncer o por excesivas dosis de radiaciones?
Desapareció de la escena en el momento más oportuno para Perón y la cúpula militar que no toleraban más su protagonismo, su libro seudo
autobiográfico La razón de mi vida no hizo a tiempo de leerlo.

CAPITULO XXXIII

Perón tuvo mano libre y se lanzó a tiempo lleno en proyectos militares que tenían que garantizarle superioridad tecnológica y militar en Sudamérica.
Sus asesores incluían al as de la aviación Hans Rudel, quien ya apareció presente en Bariloche desde 1950 y que, tras
el derrocamiento de Perón, volvió en 1974 cuando retomó el poder.
Otro personaje fue el general Galland, el jefe de los cazas a chorro, quien conjuntamente al ing. Tank, proyectista de la
Messerschmidtt, empujaran el desarrollo del jet Pulqui, el tipo I era nada más la copia del Me P1101 que ya había volado
en julio de 1944. El tipo II presentado al público en febrero de 1951 era también el desarrollo del Focke Wulf Fw TA183
de 1945.
En el IAME, Instituto Aeronáutico de Córdoba en 1954 fue probado también el Horten H X el prototipo no propulsado fue
acarreado por el Ju 52 Patagonia, pero también este derivaba del desarrollo del Horten H IX que ya en 1945 acabó
produciéndose como Gotha Go 229.
Estos proyectos para nada novedosos y que no progresaron fueron el prólogo de otro fracaso de Perón en el campo de la
física termonuclear, el profesor Richter le prometió milagros tecnológicos que todavía hoy no se lograron, en Bariloche
hizo construir un centro nuclear en la Isla Huemul de la cual quedan sólo las ruinas.

CAPITULO XXXIV
En los primeros años 50 en la Argentina ya se encontraban unos cientos de personajes que fueron clasificados como criminales de guerra, sobresalen el
Dr. Joseph Mengele, el Angel de la Muerte del campo de Auschwitz, que fue ubicado en Bariloche ya desde 1949, y Adolf Eichmann detectado en
1950, el artífice de la solución final al problema judío, como eufemísticamente lo definían entre ellos, fue cazado desde allí por Iser Harel, el jefe de los
Servicios Israelíes quien lo persiguió por diez años hasta su captura, el mismo año que Mengele, como cuenta Wiesenthal, todavía se encontraba en el
pueblo andino.

No debe extrañar la presencia de nazis en la Argentina, tampoco 30 años después, en 1991 en el mayor periódico argentino La Nación aparecieron
clasificados recordatorios de los aniversarios de Joseph Goebbels y Rudolph Hess.

CAPITULO XXXV
Mucho se habló respecto a Martin Bormann y su hipotética sobrevivencia y presencia en la Argentina, pese a que en 1972 fue encontrado un
esqueleto atribuido a él en Berlín, sólo en 1977, tras un peritaje dental, fue identificado como perteneciente a la sombra de Hitler. El mito de Bormann
no se derrumbaría aún, muchos investigadores lo necesitaban vivo en el período 1945/60. En la Argentina o en los países linderos, aparecieron varios
falsos Bormann y hasta documentos atribuidos a él, como su supuesto pasaporte que apareció en Chile en junio de 1996, resultando inexplicables a
todos los expertos en el tema las maniobras financieras y políticas postbélicas. Sólo el 4 de mayo de 1998, la moderna técnica del ADN y de la dentina
puso punto final a las dudas, Martin Bormann murió el 2 de mayo de 1945.

CAPITULO XXXVI
Se encontraría Hitler conforme de vivir en la falda de los Andes en Inalco u otras residencias precordillerana?
Por cuanto pude averiguar de su manera de vivir y exigencias físicas hay que contestar indudablemente que sí.
El modo de vivir que condujo en el período prebélico y bélico lo podía tranquilamente repetir en la Patagonia. Pasar horas mirando las cumbres
nevadas descansar en cómodos sillones con su pareja, leer, su pasión, poniéndose los anteojos cosa que nunca hizo en público, también.
Su deseo de montaña es certificado por la casa que consideraba su hogar, el Berghof. La entonces Haus Wachenfeld fue alquilada en 1927, en el lustro
que siguió se transformó en su residencia. En 1933 adquiere la propiedad, le cambia nombre y le agrega terraza y garaje, se conformó con esta típica
casa de los Alpes bávaros sólo por dos años, la misma ya no era suficientemente representativa para el amo de Alemania, se parecía demasiado a una
casa normal, con sus modestos desempeños, su pequeño estudio y un modesto cuarto para su amada.
Toma la rienda de la reestructuración, siempre quiso ser arquitecto, y empieza a construir alrededor de la vieja casa, agregando e improvisando; el
resultado es un palacio ajeno al entorno por su arquitectura, más parece un hotel, el estilo transatlántico adoptado se refleja tanto en el exterior con
ventanales gigantescos y techos de zinc como en el interior, donde un salón tamaño sala cinematográfica y estares se suceden en la planta baja.
Alrededor surgen otras edificaciones complementarias, la casa de té y el refugio en la cumbre del Kehlstein, que tras la toma del Obersalzberg fue
visitado por el general Eisenhower, hoy es un concurrido mirador.
Cuando Hitler descubrió el Obersalzberg, tras su fallido putsch de 1923, fue a vivir cerca de la pensión Moritz, el lugar le fascinó, en el bosque lindero
frente al establecimiento se encontraba la que sería su casa. También esa construcción fue agrandada convirtiéndose en el hotel Platterhof, allí se
hospedaban los visitantes y se hacían reuniones importantes. Tras la caída de Alemania el edificio se convirtió en el hotel General Walker y el
Obersalzberg en área de descanso para las tropas norteamericanas.
Hitler y Bormann convirtieron el agreste Obersalzberg en un super cuartel construyendo una gran cantidad de edificios,
incluyendo las Landhaus de sus íntimos. Tras el bombardeo del 25 de abril de 1945 que arrasó el área quedaron hasta
siete años después las ruinas de su casa , las de Bormann y las de Goering, las más concurridas por procesiones de
nostálgicos, esto hizo declarar, por los norteamericanos, el área como off limits.
Por unos meses más sólo los militares norteamericanos pudieron visitar las ruinas del Berghof, privilegio que duró pocos
días, el 30 de abril de 1952 el Berghof fue volado para que no se convirtiera en un monumento y también fueron
voladas casi todas las otras edificaciones.
Lo que queda hoy en día es el abandonado hotel General Walker y el Zum Turken, hoy un típico establecimiento turístico
tirolés que fue sede de la Gestapo y lindero al asentamiento del Berghof. De la casa de Hitler no queda nada, su área de
emplazamiento fue reforestada y tupidos árbolitos crecen en lo que fue el gran salón de la mansión, alrededor quedan
los muros de contención y una parte de los muros de los garajes anexos, lo único intacto y visitable desde 1996 es parte
de la kilométrica red de túneles y refugios que unía las edificaciones del Obersalzberg, cuyos accesos se encuentran en
el bosque amurados, y que solo se pueden visitar accediendo por el hotel Zum Turken, donde una larga escalera lleva a
local del generador, que era un poderoso Diesel de U-Boote y a otros locales vacíos.
El porqué de la elección de Hitler de vivir en el Obersalzberg y en la falda de los Andes hay que buscar más que en un
gusto personal en una razón de salud. Necesitaba un microclima especial, como también casas especiales, sombreadas
y frías; el mal de Basedow, un pequeño bocio en la base de la garganta es la única explicación plausible y posible para
explicar su elección y su comportamiento temperamental.
En 1919 cuando ingresó como espía en la Gendarmería de Baviera, no escondía su cuello y menos aún la base de su
garganta, desde 1927 en adelante, repentinamente, adopta un tipo de cuello en sus camisas muy alto, no era una moda
porque los demás uniformados o no, no lo imitaban, desde entonces, sea en camisa parda, sea en guerrera o en traje
uniforme, el cuello de la camisa le llegaba a la papada que se apoya inusualmente en el mismo.

CAPITULO XXXVII

Como dijo Doenitz en 1943 los submarinistas estaban orgullosos de haber creado para Hitler un paraíso terrenal, en un lugar inexpugnable y en un
punto alejado del mundo. Si este acierto era valedero en 1945 ya no lo era cinco años después, Bariloche ya no se encontraba en el fin del mundo,
había comenzado a crecer, hubo mucha inmigración y definitivamente nacía como ciudad de vacaciones, tanto de verano como de invierno y muchos
alemanes de dudosos antecedentes se habían radicado ya en ella.
Como contara el ex marino del Graf Spee Paulovsky, en los primeros años todo anduvo como en rieles, pero las cosas no
siguieron lo proyectado y tuvieron que irse más al sur.
De la presencia de Hitler en la Patagonia recogí muchos testimonios, desde su aparición al pie del cerro Tronador de
3.554 metros, el más alto de la Patagonia, allí en Cholila fue visto en 1948 y la noticia publicada en la revista Ahora de
febrero del mismo año. Cholila es famoso también porque allí queda la casa que construyeron Butch Cassidy y su
asociado Sundance Kid, quienes en 1901 también buscaron cobijo en la Patagonia fugándose desde Estados Unidos
donde eran buscados por asaltos a bancos y trenes.
En verdad la noticia más antigua de la presencia de Hitler se remonta a fines de julio de 1945, una mujer polaca,
Brunislava Kitajgrodski, lo vio proveniente desde la costa y dirigiéndose hasta los Andes en el medio de la provincia del
Chubut, el lugar se llama Alto las Plumas, entonces punta de rieles, allí llegaba un tren desde la costa y el caserío,
además de la estación constaba más que otro en una posada-almacén y unas casitas más. Allí un convoy de autos paró
para reabastecerse de bencina, todavía queda el almacén, la estación y los rieles fueron desmontados y quedan sólo los
durmientes.

CAPITULO XXXVIII

Otros testimonio atendible es el de María Mafalda Falcón, enfermera profesional en Comodoro Rivadavia fue testigo de haber visto a Hitler en la cama
de un paciente, no hay posibilidad de equivocación, ella misma en Europa más de diez años antes tuvo el dudoso privilegio de tener la misma
experiencia en un hospital de campo de la Cruz Roja donde entonces militaba, estuvo a escasos metros del mismo hombre, sólo que en la última
oportunidad no tenía los típicos bigotes, su pelo era canoso y estaba cortado a máquina; sólo la experiencia anterior referente a la voz, a las palabras
pronunciadas y a la postura le permitieron reconocer inmediatamente quien era.
Reconstruí por computadora la apariencia de Hitler tomando como referencia la última foto que le tomaron el 21 de abril
de 1945, es indudable que nadie en el mundo podría reconocerlo, sólo alguien que tuvo la oportunidad de verlo de
cerca, que entendía alemán y que vivió aquella época podría haberlo hecho, y este es el caso de la Sra. Falcón.
Su experiencia dio ulteriores pistas que seguir y éstas me llevaron a unos 350 kilómetros desde la costa hacia una
estancia precordillerana, allí, al límite con Chile, del pueblo fronterizo de Balmaceda se encuentra la estancia Valle
Huemules, en Lago Blanco, el caserío más cercano, recogí informaciones relativas a la estancia y sus moradores
alemanes o suizos, entre ellos un mecánico con las características del ex marino Paulovsky que en los primeros años 50
residían en una mansión que ya no existe más porque se quemó completamente y fue sustituida por otra más modesta.
En mayo de 1997 otro anciano, Hernán Ancín, decidió hablar de su encuentro con Hitler, en 1953 varias veces se cruzó
con él cuando trabajaba como carpintero en un edificio en construcción en Mar del Plata, su patrón era Ante Pavelic el
caudillo nazifascista de Croacia, quien con muchos de sus fieles Ustachas habían llegado a la Argentina tras los buenos
oficios de Evita y Perón, muchos llevaban un tatuaje que decía Libertad o Muerte. También don Hernán como las Sras.
Brunislava y María Mafalda describió a Hitler como un hombre anciano, de pelo corto y canoso y sin bigote, y además,
acompañado por una mujer, mínimo 25 años menor, regordita y de cabello claro.

CAPITULO XXXIX

Otra historia es la de Felisa Alsina, en 1957 trabajaba como empleada doméstica en la casa patronal de un alemán, Albrecht Boehme, que en Cervantes,
un pueblo del Valle del Río Negro, era propietario de un campo frutal. En aquella fecha hubo una reunión de alemanes y a la misma participaron Hitler
y señora. Todos los presentes estaban muy emocionados y entre lágrimas y levantar de brazos hubo una recepción, agasajo del huésped por algo que
hizo el patrón de casa a final de la guerra
El hombre en cuestión era un anciano que parecía pelado y sin bigote y su compañera una mujer regordita y de pelo
claro.
Investigando al Sr. Boehme resultó ser un teniente piloto de bombarderos Condor del I/KG 200 y además su nombre
resulta asociado a las andanzas del Dr. Mengele en 1960 por aquellos parajes norpatagónicos, en su chalet, fue
encontrada una tarjeta suya en la cual en el reverso con otro carácter quedaba impreso el nombre del Angel de la
Muerte de Auschwitz.
Interesante resultó también su orígen, nació en México y al estallar la revolución y siguiente derrocamiento del
presidente Huerta él y su familia tuvieron que huir abandonando todo, hecho es que el único barco que evacuó los
colonos alemanes y sus niños, embarcándolos en Tampico, fue el Dresden de Canaris y ciertas conexiones con el
almirante y sus planes son más que posibles.
Los cuatro testimonios aportados darían fe de los movimientos de Hitler en el arco de una docena de años a lo largo de
la Patagonia, pero faltaba algo. Quise seguir la pista del mecánico Paulovsky en referencia a su última morada y esto me
llevó hasta el extremo sur, cerca del monte Fitz Roy otra información me confirmó su deceso estimado en 1959 al
cumplir los 70 años. El cuento del ex marino del Graf Spee, relataba que el fallecimiento de Hitler ocurrió en una
propiedad cuya característica y propietarios coincidirían con el relato, el lugar es, como las dos residencias anteriores,
casi fronterizo con Chile y los Andes, una propiedad también como las demás de excepcional belleza paisajística y
conformada por una espectacular mansión, se puede decir que los tres sitios objeto de mi investigación compiten entre
ellos por el confort y la seguridad derivada del alejamiento increíble de su ubicación. La estancia Altavista se encuentra
en una llanura entre las montañas y próxima al lago Argentino y al glaciar Perito Moreno.

CAPITULO XL
Por último quiero agregar dos encuentros que tuve con los últimos nazis de relevancia que todavía viven en 1999 en la Argentina.
A ambos conté una síntesis de mi investigación, en Buenos Aires me encontré con Wilfred von Owen, amigo de Hanna
Reitsch le pregunté en referencia a una foto de ella tomada en la Argentina en la cual aparece charlando con el
embajador alemán von Thermann y un general argentino. Hablamos también de la hipótesis del investigador Gerald
Postner, un convoy de cinco submarinos había llevado a Hitler a la Argentina, el anciano secretario de prensa de
Goebbels cándidamente me respondió: No, eran tres.
En Osorno, donde me encontraba casualmente para fotografiar viejas casas coloniales, en una concesionaria de auto
me crucé con Hans Reinhart Maler, ex oficial del ABWEHR y hombre de confianza por diez años del almirante Canaris; lo
vi también en Bariloche, le pedí que me confirmara que Hitler no había fallecido en Berlín y se negó, le pedí entonces
confirmarme la muerte de Canaris en Flossenburg y me contestó: El sí.
CONCLUSIONES

Como escribió Chesterton, ¨Nada es como aparenta y la mayor inopía es contentarse con la certidumbre que da la realidad visible de las cosas.¨
Hice mía esta frase verificando lo contado por el padre Cornelio Sicher, todo correspondió, como las pistas que siguieron parcialmente Efron, Dickman
y Santander, los tiempos en que vivieron no les permitieron profundizar y lograr descubrir y reconstruir un plan muy complicado donde apellidos
conocidos se repiten a lo largo de medio siglo, donde amigos y camaradas de Canaris contribuyeron al armado y desarrollo de la evasión de Hitler,
como también proveerle seguros refugios.
Resultan evidentes las relaciones entre los aviadores implicados tanto como con los submarinistas y el rol que tuvieron
Evita y Perón. Lo que armó Canaris le sobrevivió. La hermandad SS del trío Kempka, Linge y Gunsche y sus historias
patéticas en su simplicidad, honestamente valen menos o a lo sumo tanto cuanto los recuerdos fehacientes de María
Falcón, Brunislava Kitajgrodski, Felisa Alsina y Hernán Ancín. Los primeros tres SS, amigos desde una década y al
servicio de Hitler dijeron que lo vieron muerto en Berlín, los otros cuatro, humildes pesonas, lo vieron vivo entre los años
47 y 57 en la Argentina y unánimemente sin conocerse lo describen con el pelo muy corto, canoso y sin bigote.
Lo que expuse es sólo otra lectura de lo conocido, que ordenado y unido a la investigación in situ resulta al fin otra
hipótesis, es cierto, pero más sustentada y lógica de la aceptada supinamente hasta hoy.
CONFIRMACIONES

A las dos semanas de registrar copy de cuanto investigado y que he sintetizado en este CD, un 10% de mi libro,
apareció la primera confirmación oficial de cuanto he expuesto, el FBI desclasificó un archivo secreto referente a Hitler
en junio de 1998.
De las 745 fojas top secret sólo 12 resultan interesantes y muy contadas personas podrían sacar provecho de ellas.
Todos los informes están dirigidos al director del FBI, John Edgard Hoover, el primero en orden de tiempo, fechado 14 de
agosto de 1945 está rubricado como el Nº 374 y 375; del memorandum se desprende que hubo una detallada
información referente al desembarque de Hitler desde dos submarinos en una solitaria playa patagónica cerca de San
Antonio, y que tras el desembarque hubo un largo viaje hacia los Andes, el grupo que lo acompañaba se refugió en un
ranch donde a la fecha se encontraría, involucrados había oficiales de alto rango argentinos ya desde 1944. De acuerdo
a informaciones Hitler se había afeitado y que él mismo (el testigo) estaría dispuesto para guiar un grupo para apresar a
Hitler.
Hay que decir que este memorandum está censurado como los demás desclasificados, algunos hasta completamente,
pero igual resulta clarísimo, como otro fechado cinco semanas después, el 21 de setiembre de 1945, sus fojas lleva los
Nº 2; 3 y 4, el mismo es una ampliación del anterior del 14 de agosto.
El más interesante detalle es que si se organizara un raid de comandos tendría que contactarse con un hombre que lo
esperaría en un hotel de San Antonio y que el destino final a donde irían está fuertemente protegido y por ende ese
grupo debe arriesgar su vida yendo allí.
Si estos dos documentos resultan llamativos en la óptica de mi investigación hay otros dos que no lo son menos, uno
está fechado el 21 de agosto 1945 y rubricado con el Nº 369; otra fuente no relacionada con las anteriores repite que en
un ranch en la base de los Andes Hitler reside en aquel tiempo con sus secuaces.
A los cuatro días llega al director del FBI otro memo fechado el 25 de agosto que tiene el Nº 520 y521; este documento
destaca que había una variedad de informaciones insistiendo que Hitler y varios de sus asociados se estaban refugiando
en la Argentina y se considera que se está intentando detener a estos criminales de guerra pero se cree que nunca
serán detenidos.
Otro asombroso documento, redactado por el general Ladd, jefe residente del OSS en la Argentina, fechado casi un año
antes, el 4 de setiembre de 1944, fue dirigido al director del FBI, su foja es la Nº 745; de entrada es muy interesante, ya
se hipotetizaba entonces que Hitler podría buscar refugio en la Argentina después del colapso alemán. Relata algunos
planes formulados para abandonar Alemania tras un vuelo de 7.373 millas, cosa posible para un Ju 390 o como pasajero
privilegiado en un seguro viaje en submarino.
No se puede creer que ese alto oficial de los Servicios Especiales sea un vidente, es obvio que tenía información
detallada y que informó de esto a los más altos niveles, tanto que de esta carta existe otra rubricada con el Nº 456.
Estos primeros cinco documentos están sembrados a lo largo de todo el expediente, desde la primera foja a la última,
sin respetar fechas o asociaciones de hechos y la única impresión posible es que esto fuera hecho a propósito para
ocultar una relación posible entre ellas.
Lo más llamativo es que en los documentos desclasificados no hay rastros de ninguna investigación relativa a lo
denunciado en los documentos citados. Siendo impensable que éstas no existan, por cierto no fueron desclasificadas.
Otras pequeñas informaciones se pueden rescatar entre las 745 fojas desclasificadas, una es un recorte del Washington
Daily News del 18 de diciembre de 1957, foja Nº 279; un piloto dijo que llevó a Hitler y a Eva a Dinamarca, información
que resulta repetida en un editorial de la revista Zig Zag publicada en Chile el 16 de enero de 1948, lo más interesante
de esta información es que ésta provoca dos días después la publicación en el Diario Ilustrado de Santiago la aparición
de un testigo indirecto de la presencia de Hitler más de una hora después de su muerte oficial frente a un avión jet,
discutiendo y gesticulando con un grupo de jerarcas y con una actitud para nada suicida.
El último de los documentos del FBI relacionable con mi investigación está fechado el 17 de setiembre de 1945; hay
otra información que sigue fechada 13 de Noviembre. En éste se hipotetiza como posible refugio la zona montañosa
cerca de Córdoba, donde una familia alemana, los Eichhorn le podía ofrecer refugio, este apellido se relaciona, no tanto
a un efectivo refugio en aquellos días sino más bien a unas reuniones efectuadas con ellos posteriormente.
Estos documentos referentes a las postrimerías de la guerra y hasta anteriores no son los únicos en orden de tiempo,
hay uno del 17 de febrero de 1955, foja Nº 245, en el cual la misma CIA, dirigida por Allen Welsh Dulles, pregunta al
Bureau información relativa a un testigo que había visto a Adolf Hitler en Buenos Aires un lustro antes, esta nota
documenta como después de diez años de la caída de Berlín todavía se investigaba la ubicación de Hitler en la
Argentina.
Si los Estados Unidos tenían informaciones lo lógico es que también otros la tuvieran. El jefe del BFV, Otto John, había
investigado en 1953 a los nazis que operaban en la Argentina y había ventilado la presencia de Hitler en la misma,
siendo él dependiente del BND, también su jefe, Reinhard Gehlen tenía que estar al tanto, y si los Servicios Secretos de
Alemania Federal se enteraron de algo también resultaría que los servicios de Alemania del Este hicieron lo mismo, el
jefe del MFS, Wilhelm Zaisser, había recibido ya anteriormente una información parecida desde el KGB.
En síntesis, los más importantes servicios de inteligencia estaban enterados de la presencia de Hitler en una zona
específica de la Patagonia. El conocimiento de esto habría sido una importante carta en el juego llevado adelante en la
primera década de la guerra fría. Se habría podido utilizar a Hitler para parar una invasión soviética y ambos lados
estaban interesados en esta hipótesis de trabajo. Si puede parecer una hipótesis atrevida de inteligencia, se necesita
recordar el plan que pusieron en obra medio siglo antes, a mitad de la Primera Guerra Mundial los Servicios Secretos del
coronel Nicolai usaron a los exiliados marxistas para sus fines bélicos, lograron derrumbar al Imperio Ruso. Es un hecho
documentado que a sueldo del IIIB estuvieron Lenin, Trotzki, Zinoviev, Kamenev y otros, incluyendo Kerenski en el otro
bando, entre los que jugaban un doble juego también se encontraba Stalin, también a sueldo, pero de la Policía Secreta
del Zar, esta historia olvidada remarca que no hay que confiar en la historia conocida escolarmente y más aún, resulta
evidente la posibilidad que Lenin-Trotzki como Evita-Perón, ambos a sueldo de los Servicios Secretos alemanes, pasaron
de títeres a titiriteros adueñándose de sus respectivos países.
En agosto de 1998 otros elementos se agregaron, otros testigos aparecieron en el Valle del Río Negro, Eugenia Schaffer
atestiguó que Hitler vivió y murió en la Patagonia, que Boehme, Rudel y Mengele estuvieron presentes y que es bueno
que se sepa que Hitler no se suicidó en Berlín.
Aparecieron también elementos que comprometerían en este sentido y en el de mi investigación que el misterioso
teniente piloto Boehme fue la pieza clave de la evasión de Hitler, es impensable que este desconocido oficial estuviera
relacionado en la manera que lo estuvo. Aparte de recibir una visita y un agasajo personal de Hitler en su casa por algo
muy importante que hizo para él, aparecieron, en las manos de Alberto Aragón, elementos indiscutibles; dentro de una
maleta, etiquetada José Mengele, se encontraban varias cartas dirigidas a Albrecht Boehme y rúbricas que contienen
muchos nombres importantes y de otros no tanto, pero conocidos criminales.
En las cartas sobresale la del general Walther von Seydliz, fechada el 20 de junio de 1956, este general, que fuera
conjuntamente a von Paulus capturado en Stalingrado, escribe un año después de ser liberado por los soviéticos una
carta en la cual cita una próxima reunión en Córdoba con nuestro amado y recordado camarada Hitler y hace referencia
a lo que le contaron otros camaradas, de lo linda que es la Patagonia del Führer.
No necesita comentario y el documento está completo con su sobre, fechado y firmado de puño y letra, como cada hoja
de la carta.
Esta reunión en Córdoba resulta por otra correspondencia mantenida por Boehme con el general Heinrich Ashenbrener,
fechada 17 de noviembre de 1956.
Entre otra correspondencia resalta la de Franz von Papen, quien a este ilustre desconocido de Boehme hasta le envía
sus afectuosos saludos.
Las últimas confirmaciones de cuanto he expuesto se remontan a fines de 1998, cuando una expedición noruega de la
NTNU recorrió con un sonar de barrido lateral el área de dunas sumergida frente a Caleta de los Loros. Repitiendo el
recorrido de las anteriores expediciones relevaron las mismas anomalías magnéticas y tras analizar su trabajo,
encontraron unas imágenes digitalizadas sospechosas; dos figuras paralelas que sobresalían del fondo llamaron la
atención, por su tamaño y forma resultaría corresponder a las medidas del casco interior de un U-Boote XXI no
completamente cubierto de arena, estas imágenes fueron relevadas unos 800 metros mar afuera del punto objeto de
las anteriores expediciones en donde yacería otro U-Boote completamente tapado por la arena.
Estas pruebas indirectas confirmarían los memorandum del FBI de agosto y septiembre de 1945, dos U-Bootes
desembarcaron a Hitler en una aislada playa cerca de San Antonio.
Agrego que el 31 de marzo de 1998, Antonio Rivera solicitó públicamente al gobierno de Alemania los derechos sobre
los restos hundidos frente a Caleta de los Loros, no es superfluo remarcar que su padre, antifascista, era dueño en 1945
del único hotel de San Antonio, elementos fundamentales a los cuales se hace referencia en los documentos citados
anteriormente para llegar y apresar a Hitler.
Pongo punto final, en mayo de 1999, a mi investigación cuyo fin último fue el de ofrecer otra versión histórica más
sustentada sin compromiso de parte alguno y adoptando la postura que asumiría un fiscal presentando un planteo de
revisión del caso Hitler, no acatando la sentencia fundamentada en una hipótesis simplona y ofrecida espontáneamente
por un puñado de SS.

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