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El presente documento busca establecer el sentido y la metodología que la práctica teológica encierra,
dentro de nuestra reflexión cristológica. Por eso, se iniciará con un marco teórico de lo que es la narración
de una historia de vida en teología. En él se encontrará las bases conceptuales que guiará al grupo de
estudiantes durante su trabajo de campo, pues no se trata de abordar un contexto por el contexto, sino
hacer una interpretación teológica del mismo. Luego se presenta las guías de elaboración de las dos
prácticas teológicas. Tengan en cuenta que se escoge un contexto en el que se realizará las dos prácticas
teológicas.
El objeto primario de la teología no es Dios en sí mismo, sino la vivencia de ese Dios revelado en el mundo,
que acontece en la historia de los seres humanos y se ha hecho historia. Esa experiencia de Dios es
narrada tanto por Jesús de Nazaret como por los discípulos y por las comunidades de fe, los cuales al
sentir y “vivenciar” ese acontecer de Dios, lo hacen propio, lo viven y lo transmiten a los demás no sólo
con sus palabras sino con su propia vida. Es más, Jesús al narrar el acontecer de Dios en su vida hace
explícito a sus contemporáneos y a todo aquel que cree en su vida y en su Palabra, la voluntad del Dios
Padre. Esa Vivencia expresa el principio que mueve al Padre como invitación y principio ético del creyente:
Dios es amor, es decir Dios ha optado por lo humano de lo humano, es la opción fiel por la humanidad y
por ello acontece en su historia y se hace historia en su Hijo.
“El mensaje de amor de Dios que transforma el ser, ese mensaje que las parábolas ofrecen, no
podrán plenamente entenderse, hacerse eficaz y convencer sino en el contexto de la vida de
Jesús, donde él realizó ese amor. Si aconteció alguna vez el
Reino de Dios, entonces fue Él quien lo hizo acontecer” 1
- Jesús no se predicó a sí mismo, ni una doctrina religiosa nueva; su centro es el Reino de Dios,
como su acontecer y voluntad de Dios, lo que implica que el Reino su última intensión.
- El proyecto de Jesús, Reino de Dios (acontecer y voluntad de Dios) implica asumir una serie de
valores y defenderlos: la misericordia y la compasión, la solidaridad con los últimos, el perdón y la
lucha por la dignidad del ser humano como expresión de la exigencia ética del Reino, exigencia de
amor. Amar con el amor con que Dios nos ama.
- El quehacer
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1
J Gnilka Jesús de Nazaret, Barcelona, 1993. p121
Por eso la mejor noticia, que se puede anunciar a la humanidad, es el Reino de Dios y, a partir de Jesús, la
oferta permanente de Dios a los hombres, que espera de ellos respuesta que se fundamente en vivir la
vida con justicia, libertad y solidaridad. Su realización es siempre posible. Está presente y por venir, no sólo
en el interior a modo espiritual, sino en la realidad humana, corporal y material, en la historia de la forma
en que Jesús entrega su vivir poniendo a los demás en sintonía con el Dios Padre para que Él envíe su
Espíritu a sus hijos, capacitándolos en el seguimiento de su Hijo. Una dimensión de futuro en el cual Dios
se acerca a la humanidad con una vida nueva, con un carácter salvador y universal.
“No por casualidad la teología latinoamericana gira en torno al tema del Reino de Dios:
Significa que su propuesta es pública, aunque no política; no privada, aunque sí personalizada.
Significa que la religión no está separada de la vida, sino que el cristianismo concierne a toda
la existencia, a la historia y a la creación. Significa que la voluntad irrevocable de Dios es la
constitución del mundo fraterno de los hijos de Dios. Jesús es el Hijo de Dios y el Hermano
universal. Él es, pues, el camino y la matriz de este proyecto histórico. Ser cristiano es seguir a
Jesús, entregarse desde su Espíritu a este proyecto. Pero como la historia es siempre
ambivalente, el Reino de Dios se consumará en la transhistoria. Aunque sólo lo que se siembre
acá se cosechará allá. Si acá no vivimos la vida fraterna de los hijos de Dios, es decir, la vida
eterna, no la viviremos después de morir. Una concreción inevitable de este apego al Jesús de
los evangelios es aceptar en la práctica que los destinatarios privilegiados son los pobres: de
ellos ante todo tenemos que hacernos hermanos, si pretendemos vivir la fraternidad de los
hijos de Dios”.2
El reto que enfrenta la Teología es doble: 1. ¿Cómo puede interpretar y comprender el hablar de Dios en el
contexto contemporáneo y en particular en el contexto colombiano, ya que la experiencia de fe no puede
ser simplemente un “balbuceo” acerca de la divinidad, sino que debe expresar realmente el contenido
objetivo de la revelación vivenciado y asumido en la historia de las comunidades creyentes? 2. A la vez,
¿Cómo puede ser la formación teológica en las universidades en un contexto de pluralidad (político, social,
religioso), de tal manera que responda a las necesidades formativas y a la lógica teológica de su esencia
epistemológica y su carácter de ciencia?
Se trata de rescatar, acoger y visibilizar fenómenos que se están dando en el mundo de los creyentes como
teologías con perspectiva local. Las cuales establecen relación entre el Evangelio y las experiencias
concretas de los creyentes; conectándose así con la vida de las comunidades. Es la forma alternativa que
tienen las comunidades para expresar su experiencia de fe a partir de la desesperanza y la indiferencia de
las instituciones sociales y religiosas instituidas. No se puede pasar por alto la complejidad que supone la
vida de fe en las ciudades “No se puede pensar en la ciudad como si tuviera una sola geografía y una sola
historia. Por el contrario, las ciudades se caracterizan por su nueva apertura: a nuevas posibilidades y a
nuevas interacciones entre personas” (Massey- Allen- Pile, 1999: vii)
Tampoco es menos importante recordar que la propuesta de la modernidad llevó a las experiencias
religiosas al mundo intimista, secreto y particular. En este caso como en los anteriores, la mayoría de los
2
Trigo, Pedro SJ. Decir Reino de Dios Hoy. Centro Teológico de Gumilla. Venezuela.
http://www.servicioskoinonia.org/relat/226.htm
3
Texto extractado de Agudelo, D –Rojas, L, EL DISCURSO Y LA PEDAGOGÍA TEOLÓGICA EN DIÁLOGO CON EL CONTEXTO
CONTEMPORÁNEO avance de la investigación El discurso teológico en la nueva religiosidad cristiana. Pontificia Universidad
Javeriana Cali 2005 -2006.
cristianos no tienen contacto directo con la teología formal, lo cual lleva a vivir e interpretar las vivencias
desde la fe mediada por tradiciones y comprensiones básicas fundamentales, muchas veces fruto de lo
que se ha llamado teologías locales. El reto que se asume es la formación teológica de personas que
ayuden a la función de dicha ciencia, la mediación crítica entre la fe cristiana y la experiencia de la vida
contemporánea de los creyentes.
La vida de los seres humanos “narra” su propia experiencia y se apropia del lenguaje religioso en cuanto
hace referencia a la realidad que habita. Aceptando la hipótesis trabajada hasta ahora que el carácter
histórico de la revelación cristiana, del acontecer de Dios, hace que su lenguaje sea narrativo, un camino
de acercamiento al fenómeno religioso contemporáneo sería desde las narraciones de los seres humanos
en sus contextos, con sus quehaceres, esperanzas y preocupaciones. Desde la teología, pedagógicamente
se plantea enfrentar los discursos narrativos, en especial en referencia a la experiencia humana y de
opción por el hombre a la crítica y discusión de su significatividad desde problemas como la apertura del
ser humano, el valor de la fe como elemento interpretativo y explicativo de la acción humana y del saber
que de ella se desprende, al igual que el valor testimonial que valida dicho saber.
Este trabajo puede ser de tipo explorativo ya que se trabajará con unas dimensiones del ser humano que
parten de su experiencia tienen sentidos de verdad objetivable que requieren ser comunicados
simbólicamente pues no son totalmente contenidas y comprendidas en conceptos. Se partirá de sujetos
reales cuyas afirmaciones no son míticas, ni totalmente teóricas o absolutamente prácticas. Enseñar
Teología va más allá del hecho veritativo del discurso, se hace necesario desde el hecho formativo y
pedagógico que para aprender este lenguaje es fundamental participar en las formas de vida en las que
adquieren significado. En buena parte la crisis del lenguaje religioso se debe a la ausencia de experiencias
reales de las personas en las que se inscribe este lenguaje. Es parte de la formación “el ser educado” en
ciertas descripciones e imágenes, que están conectadas a acciones y formas de vida. 6
4
Agudelo-Rojas Ibíd.
5
Ibíd.
6
Ibíd.
Por eso, el esfuerzo de la teología es ayudar a leer la vida y la realidad desde las narrativas de fe y
verificado desde el plano mismo de la teología como disciplina y del discurso religioso; hacer otra cosa
puede llevar a descontextualizar y banalizar la experiencia humana que rompe con la lógica ilustrada de la
modernidad o a mitificar en un solipsismo radical que alimenta fundamentalismos.
Lo que se quiere es hacer desde el ámbito formativo, pedagógico y vital, es hacer asequible el lenguaje
religioso a la cultura contemporánea, para entrar en diálogo con ella. No se trata solo de catequizar. Se
trata de hacer conectar el lenguaje de la fe con el lenguaje de hoy, lo cual significa que debe conectar con
las formas de vida y juegos de lenguaje del hombre actual con el fin de que sea para él significativo. Si se
olvida el lenguaje existencial e histórico se hace imposible comunicar el lenguaje de la fe. Se impone la
tarea de “preservar, frente a las objetivaciones del lenguaje científico, el lenguaje que comprende, y frente
al lenguaje de lo disponible en la tecnología, el lenguaje que abre las posibilidades ”. Recuperar el lenguaje
de los símbolos, que no es unívoco y atañe a la existencia de cada persona y apela a su libertad creadora.
Finalmente, contribuirá a legitimar la narración y por lo tanto al lenguaje religioso el apoyo de una praxis
coherente, como un modo irrenunciable de comprobar la significatividad del lenguaje. La subjetividad que
expresa la intimidad de una persona no la hace verificable solo da cuenta razonable de ella. Lo que
decimos resulta creíble por lo que hacemos. Las narraciones humanas terminan siendo testimoniales, lo
cual se traduce en la imposibilidad de separar la palabra de la realidad, el hablante de la cosa hablada.
Ladriere en este sentido afirma que “el lenguaje de la fe, en todos sus aspectos es un lenguaje realizativo”,
en el cual la existencia se abre a un campo nuevo de realidad que hace comunidad y hace presente el
misterio en medio de ella. (Ladriere, 1973: 215-299).
La teología en su práctica pedagógica debe lograr que sea en la experiencia religiosa y por referencia a ella
que adquieren su significado el discurso teológico y religioso. Es desde la vida que se puede dar cuenta del
sentimiento y capacidad religiosos del hombre, que se sabe remitido a una realidad trascendente. Es así
como de alguna manera se puede sensibilizar y tomar conciencia del acontecer de Dios en la historia de la
humanidad y en la propia historia para lograr apertura a un ser trascendente, y al mismo tiempo la
conciencia de creatura. Si la experiencia religiosa es entendida como un conocimiento de Dios en relación
con determinadas experiencias humanas acerca del mundo y del mismo hombre en ese diálogo con el
contexto y la historia, esto quiere decir que tenemos que reinventar nuestros discursos, nuestras
pedagogías e incluso, nuestras didácticas si queremos llegar a la vida de jóvenes que buscan transformar
su vida y la pongan al servicio del Reino, acompañada de una renovación espiritual que permita ser
testigos, que experimenten el gozo de serlo y narren sin miedo el proyecto de Jesús de Nazaret;
motivando a otros a acercarse a este conocimiento personal que transforma. La tarea de la teología en la
universidad apunta entonces hacia lo contextual, tendrá un pie en lo global y otro en lo local porque surge
de personas reales y del análisis de todas las fuerzas que configuran la comunidad; debe ser urbana, y por
tanto práctica.
Recuerden…saber guardar una «distancia cínica» (Berg 1990)…mostrar una postura neutral ante lo
relatado, ya que cualquiera otra posición (empatía o antipatía) puede degenerar la información en un
relato imaginario, donde se mezcle con facilidad la información ficticia o, por el contrario, una transmisión
entrecortada, tediosa, sin interés, por parte del informante, ocultando datos y aspectos que a posteriori
pueden ser valiosos. Entre el informante y el investigador ha de existir un ambiente cordial, distendido y
de confianza, pero no de complicidad manifiesta. Conviene, asimismo, «estimular el deseo de hablar» del
entrevistado. El investigador no hablará más de lo necesario. Cuando se dirige excesivamente la entrevista
se provoca la inhibición del informante.
Un buen investigador que trabaje con esta técnica ha de tener presente varios aspectos:
1. Que al ser una autobiografía, debe existir una identidad entre el narrador y lo narrado.
2. Ha de crearse un ambiente distendido que sea proclive a la comunicación.
3. Procurará, reconduciéndola, si es preciso, que la narración no sea exclusiva de la vida del
informante, sino que también la introduzca en su contexto espacio-temporal: que describa
lugares, otros personajes, hechos históricos, etc., tal como los percibió en su momento.
A continuación, encontrarán los aspectos que deben tener presentes para desarrollar satisfactoriamente
su práctica teológica. El propósito de esta guía es resaltar lo más importante de la vida de hombres y
mujeres que por su testimonio han contribuido al mejoramiento de la calidad de vida para la sociedad.
Para recoger y analizar estos testimonios echaremos mano de la herramienta “historias de vida” que
mediante la aplicación de un formato se recopilará la información clave.
El tipo de personas a tener en cuenta para esta primera actividad deben ser personas cercanas a su vida,
mayores de 60 años; que puedan dar cuenta de lo que da sentido a la vida, a partir de acontecimientos
que son importantes. Personas que han marcado la vida de alguno de los miembros del grupo, para poder
ser lo que son y hacer lo que hacen dando cuenta de lo que han hecho en su vida.
Tengan en cuenta:
1. Para la segunda historia de Vida, sobre la cual se hará el análisis teológico, se utilizará el mismo
contexto, la misma persona que han escogido en la primera práctica teológica. Y des de allí deben
identificar una problemática social en la cual se vea vulnerada la dignidad humana de alguna
manera y que le llame la atención al grupo: Se debe estar en capacidad de realizar un marco
teórico del mismo (datos, informes, análisis teóricos) como averiguar y acceder a personas que
estén trabajando para poder solucionar el problema planteado y en el que se encuentre la
persona que han escogido.
2. En un segundo lugar se buscará una persona que junto con la que han escogido, vean que con su
vida, ideas y propuestas ha gestado una mejor calidad de vida para seres humanos, visibilizando,
defendiendo o recuperando la dignidad de los seres humanos imbuidos en el problema planteado.
3. LA FECHAS DE ENTREGA:
Primera Historia de Vida en la sesión 7.
Segunda Historia de Vida en la Sesión 18.
1. Para la primera parte de la entrevista, realizar una serie de preguntas que permitan conocer aspectos
hacer
relato
centrales de la persona para situarnos en su contexto socio-económico, las cuales tienen que ver con su
biográfco
4. La observación participante.
1. Garantizar la comodidad, confianza y cordialidad.
entrevista
realizar
espontaneidad).
datos
1. Según lo previsto utilizar los medios más efectivos (y según el consentimiento de las personas) para
registrar la entrevista.
de
7
Esta etapa debe quedar registrada en el reporte del primer informe.
Soporte
Análisis informático
1. Confeccionar un archivo con la transcripción literal de la entrevista.
2. Realizar una cronología de las etapas más importantes del informante.
3. Realizar un registro de las personas citadas durante la narración.
reinterpretación
4. Realizar esquema organizativo sobre los puntos más importantes de la historia de vida.
1. Elaboración de una ficha técnica con los datos biográficos del informante
2. Esquema de la historia de vida (reseña –resumen según objetivos planteados)
3. Justificación de la selección del sujeto entrevistado.
4. Justificación de la relación con los objetivos propuestos inicialmente.
5. Conclusiones del entrevistador.
1. Objetivos formativos.
La experiencia práctica en las asignaturas de Teología es una oportunidad para realizar una lectura
de Dios en la vida. Como aprendizaje vital, las prácticas se pueden entender como un proceso de
percepción, interpretación y asimilación de una experiencia con el fin de encontrarle sentido a la
vida. Este aprendizaje se logra con una experiencia cuya finalidad es el desarrollo humano, la
sensibilidad y la compasión.
Para lograr este fin, los estudiantes presentarán un análisis teológico (cristológico) de la
experiencia. Como se ha debido ser entregado la historia de vida previamente, después de las
correcciones realizadas se puede realizar el análisis desde una perspectiva teológica, para ello se
señalan los elementos que no se han realizado hasta el momento y que deben presentarse de
manera clara en esta segunda fase del trabajo.
4. Análisis
6. Criterios de evaluación
La evaluación de la experiencia se inspira en los cinco pasos del paradigma pedagógico ignaciano y
privilegia el desarrollo de la capacidad hermenéutico - teológica de los estudiantes. En
consecuencia, se abordará cada experiencia teniendo en cuenta: