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FIJACION INTERNA EN LESIONES OSEAS

Las lesiones óseas pueden ser simples fracturas, como cualquier persona puede
tener en caso de un traumatismo, o ser más graves como un cáncer, sobretodo.
El tumor puede ser benigno(osteocondroma, osteoma o condroblastoma, por ejemplo) y no
ser particularmente peligroso. También pueden ser malignos (osteosarcoma, condrosarcoma
o sarcoma de Swing) y poner en juego el pronóstico vital. Las metástasis también son
lesiones óseas debidas a la migración de las células cancerosas a los huesos.

Una lesión ósea es una anomalía en el crecimiento o la estructura de un hueso. Estas


lesiones pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en los
huesos largos, principalmente en los brazos y las piernas. También pueden ocurrir a
cualquier edad, pero son mucho más comunes en los huesos de rápido crecimiento de los
niños y los adultos jóvenes. Las lesiones óseas pueden ser o no cancerosas y los métodos
de tratamiento varían en función de la agresividad y el tipo de lesión.

El HUESO. Es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del esqueleto de los
vertebrados . Está compuesto principalmente por tejido óseo , El tejido óseo combina células
vivas (ostioncitos) y materiales inertes (sales de calcio y fósforo), además de sustancias
orgánicas de la matriz ósea como el colágeno, proteína que también está presente en otros
tejidos. Los huesos son órganos vivos se están renovando
Se suele pensar q el mecanismo de producción de las lesiones óseas es el de una
fractura x mecanismo directo, esto no es asi, pues también existen multitud de lesiones
debidas a una sobre carga.
La capacidad de remodelación del hueso es muy grande debido a la gran
vascularización existente, la cual lo da una gran viveza, cuando un hueso se fractura,
cualquier método de unión es con hueso. Sin embargo cuando se rompe algún órgano, su
atrevas de una cicatriz.
Cuando no se forma el callo óseo y se firma cicatriz y se denomina pseudoartrosis,
que será una patología difícil de tratar.
Los huesos q soportan la mayor cantidad de peso, poseen más calcio es más difícil
que se fracturen. Por lo tanto, los deportistas tendrán los huesos más duros q los no
deportistas.
Si algún hueso deja de ejercitarse empieza a soltar calcio y, por lo tanto, su fractura
será relativamente más fácil. Además si el hueso recibe un traumatismo q va en contra de la
dirección de su trabeculas,se fractura con mayor facilidad q si el traumatismo es en la
dirección de las mismas
El hueso está recubierto por el periostio que, en adultos ayude a que se forme el callo
oseo.tambien podrá degenerar el periostio en periostitis.
La descalcificación u osteoporosis se produce después de una inmovilización
duradera, y que se debe tratar con cargas y presión, aunque a veces pueda resaltar
doloroso su tratamiento.

LESIONES ÓSEAS.
EXISTEN DOS TIPOS:

Las lesiones óseas afectan a los huesos.


Existen dos tipos:
 Las fisuras: grietas que se
producen en los huesos sin que éstos
lleguen a romperse.
 Fracturas: rotura total del
hueso. La fractura puede ser interna, si
el hueso roto no rompe la piel y queda
en el interior del cuerpo, o externa, que
provoca el desgarro de la piel y el hueso
queda al descubierto.
Este tipo de lesiones, se producen por
un choque violento, un golpe o por
osteoporosis.

LAS FISURAS:
Grietas que se producen en los huesos sin que éstos lleguen a romperse.
La fisura anal se define como una lesión ulcerada mucosa de aspecto benigno, que se
extiende desde la margen anal a la línea pectínea sin sobrepasarla.. Su incidencia no se
conoce exactamente, pero es más frecuente en el sexo femenino (60-70%), y la edad media
de aparición 40 años. Es un problema relativamente banal, bastante frecuente y que produce
importantes molestias en los pacientes. Se trata de una lesión cuyo origen no está aun bien
comprendido, pudiendo intervenir varios factores. : Con mayor frecuencia se origina en la
pared posterior, debido a que el espacio su endotelial y el esfínter anal están poco vascular
izados en esta región. La presencia de fisuras múltiples, muy dolorosas, y en otras
localizaciones debe hacernos sospechar la posible existencia de otras enfermedades, entre
otras: enfermedad de Croan, colitis ulcerosa, tuberculosis, sífilis y VIH .
Las fisuras anales se pueden clasificar en primarias y secundarias; siendo las
primeras idiopáticas, que se vinculan a múltiples factores patogénicos como veremos
más adelante; a su vez las secundarias son manifestaciones anales de diversas
patologías, como ser la enfermedad de Crohn, colitis específicas, fisura sifilítica. Por
otra parte las fisuras anales se dividen en agudas y crónicas, lo que lleva implicancias
terapéuticas; la aguda es una laceración mucosa, de corta evolución, generalmente
pocos días, y que retrocede habitualmente con tratamiento médico; por otro lado las
fisuras crónicas son verdaderas úlceras de la mucosa anal, de bordes indurados,
sobre elevados, con exposición del esfínter anal interno en el fondo de la misma,
acompañada a veces de una hemorroide centinela y/o una papila hipertrófica.
Únicamente a las primeras. La fisura anal se ha vinculado clásicamente al
estreñimiento. Por lo general el comienzo de los síntomas se suele identificar con un
traumatismo por las heces que despierta un dolor agudo, pero se vinculan múltiples
factores en su génesis, a saber: - factor anatómico, es mas frecuente en comisura
posterior porque es el cuadrante menos protegido por el esfínter anal externo y mas
expuesto a traumatismo - factor vascular, menor densidad vascular en el cuadrante
posterior - factor esfintérico, esfínter anal interno hipertónico aumenta el déficit de
perfusión de comisura posterior al comprimir los vasos que lo atraviesan - factor
traumático, traumatismo agudo por las heces del canal anal durante la defecación.
Fracturas
Durante un tiempo hay fractura de trabé culas y remodelación ósea. Se puede
ver una zona hipertensa en la radiografía. A veces la fractura de trabé culas supera la
capacidad de regeneración. Sospechamos, por tanto, fractura por estrés si presenta
antecedente doloroso e inexistencia de mecanismo violento que la produzca.
Debemos hacer además de una radiografía (en la que la fractura puede pasar
desapercibido) una gammagrafía ósea para ver el aumento de captación de la zona por
el elevado metabolismo del hueso (en regeneración). Ejemplo: Fractura de
Deutschlander = fractura del segundo metatarsiano por fuerzas repetidas de flexión.
Más frecuente en corredores maratonianos, y en personas con el segundo
metatarsiano más largo. o Patológicas: Una fractura patológica es aquella que se
produce en el seno de una estructura debilitada del hueso, ya sea por traumas
mínimos (que en condiciones normales no produciría una fractura) o
espontáneamente. Localizada: Quiste, tumor, orificio en el hueso dejado por la
retirada de un tornillo Generalizada (insuficiencia ósea): Todo el tejido óseo es débil,
como en la osteoporosis o las displasias (metabolismo óseo anómalo que conduce a
fragilidad) Punto que soporta la violencia: o Directa: Las fracturas directas son
aquellas que se producen cuando el agente traumático actúa directamente sobre el
punto de fractura, siendo con frecuencias fracturas abiertas y con grandes lesiones
de las partes blandas. Las causas o mecanismos pueden ser variadas: compresión,
aplastamiento, agentes penetrantes… Un caso particular son las armas de fuego, que
pueden ser de baja o alta velocidad. Estos proyectiles pueden producir una fractura
multifragmentaria (fracturas conminutas) o daños agravados por lo que se conoce
como “proyectiles secundarios”, que son fragmentos óseos y del proyectil
desprendido al chocar el uno con el otro. Además, existe apertura en la piel, con las
complicaciones por infección que suponen. o Indirecta: Las fracturas indirectas son
aquellas en las que la solución de continuidad del hueso se produce en un punto
distante de aquel donde actúa la fuerza. Estas fracturas pueden producirse por
diversos mecanismos: Tracción: típica en las apófisis de los huesos como el
calcáneo, la tuberosidad de la tibia, el olecranon o la rotula Compresión: que ocurre
principalmente en aéreas de hueso esponjoso débil, como las vertebras Torsión:
como en el esquí (normalmente en huesos largos) Flexión: que se produce cuando un
hueso recto es obligado.
Las fracturas pueden clasificarse atendiendo a:
Etiología: o Habituales: Las fracturas habituales son aquellas que se producen
en el hueso sano como resultado de un traumatismo directo o indirecto cuya fuerza
vence la resistencia del hueso, pudiendo clasificarse en fracturas de alta y fracturas
de baja energía y pueden producirse por mecanismos directos o indirectos (más
abajo) o Por estrés: traumas repetidos de baja energía, que por sí solos no podrían
causar fractura. Deben existir por tanto antecedentes; el paciente suele referir previas
molestias. Son típicas de atletas en relación a cambios de calzado, de terreno... o en
militares que realizan largas marchas. La mayoría asienta en los miembros inferiores y
en la pelvis. El hueso afectado más a menudo es la tibia:
Características de las lesiones internas oseas
Una fractura es la pérdida de continuidad normal de la sustancia ósea o
cartilaginosa, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades
superen la elasticidad del hueso. El término es extensivo para todo tipo de roturas de
los huesos, desde aquellas en que el hueso se destruye amplia y evidentemente,
hasta aquellas lesiones muy pequeñas e incluso microscópicas.

Etiología
En general, la fractura se produce por la aplicación de una fuerza sobre el
hueso, que supera su resistencia elástica, en cuanto al mecanismo de aplicación de
dicha fuerza sobre el foco de la fractura, podemos clasificarlas:
 Por traumatismo directo, en las cuales el foco de fractura ha sido
producido por un golpe directo cuya energía se transmite directamente por la piel y
las partes blandas. Por ejemplo, el golpe de un martillo sobre un dedo, fracturando
la falange correspondiente. En esta misma clasificación se encuentran las
fracturas producidas como consecuencia de una caída, en las cuales el hueso es el
medio de transmisión de la acción de la fuerza y el suelo u otro elemento
contundente es el elemento que reacciona, superando la resistencia ósea.
 Por traumatismo indirecto, en las cuales el punto de aplicación de la
fuerza está alejado del foco de fractura. En este caso, las fuerzas aplicadas tienden
a torcer o angular el hueso. Por ejemplo, la caída de un esquiador, con rotación de
la pierna, produce una fractura a nivel medio de la tibia y el peroné, estando las
fuerzas aplicada a nivel del pie fijo y de todo el cuerpo en rotación y caída.
 Si la fuerza es aplicada paralelamente al eje de resistencia habitual
del hueso, como lo que ocurre en las caídas de altura de pie sobre las
vértebras, resultando en una compresión del hueso, acortándolo, se
denominan fractura por aplastamiento.
 Si la fuerza es aplicada sobre un punto de sujeción de estructuras
tendoligamentosas, desgarrando un trozo del hueso, se denomina fractura por
arrancamiento.
 Por fatiga, también denominadas espontáneas, son aquellas en que la
fuerza es aplicada en forma prolongada e intermitente en el tiempo. Por ejemplo,
la fractura de marcha que se produce en algunos atletas o reclutas del ejército, que
se produce en el pie (a nivel del segundo metatarsiano)
En niños
Las fracturas en niños y adolescentes tienen varias características que las
distinguen de las que se presentan en adultos. En comparación con el hueso maduro
de los adultos, el hueso en crecimiento tiene un coeficiente de elasticidad mayor,
debido a su particular composición histológica. Esta elasticidad condiciona la
aparición de fracturas que no se acompañan de ruptura completa del hueso en el foco
de fractura. Debido a que no existe una ruptura completa, los síntomas observados en
muchas fracturas en niños suelen ser de menor intensidad que los que se ven en
adultos.
Existen diversos tipos de patrones de fractura exclusivos del hueso en
crecimiento de los niños y adolescentes:
 En "tallo verde": El hueso está incurvado y en su porción convexa se
observa una línea de fractura que no llega a afectar todo su espesor. En su porción
cóncava el hueso solamente se encuentra deformado.
 En "botón o tours": La corteza del hueso se fractura solamente en uno de
sus lados, deformándose sobre sí misma.
 Deformación plástica: La diáfisis del hueso lesionado se incurva, sin que
exista una fractura lineal que pueda observarse en radiografías. Sin embargo, sí se
puede observar ruptura de las trabé culas óseas al microscopio.
El tratamiento de las fracturas en niños suele ser más sencillo y tiene en general
mejores resultados que en adultos, debido a la alta capacidad de regeneración y
remodelación del esqueleto en crecimiento.
Patogenia
La fractura de un hueso comprende habitualmente la destrucción de la
continuidad del periostio, el tejido óseo propiamente dicho y el endostio.
Proceso de curación:
1. Inflamación aguda con presencia de hematoma, edema y
angiogenesis.
2. Formación de cartílago que luego se calcifica por medio de la
osificación endocordal y forma el callo óseo
3. Remodelación: los osteoclastos moldea el hueso para darle la
forma inicial y funcional.
La resistencia del hueso disminuye, haciendo el segmento fracturado que ahora
esta reparado más propenso a una nueva fractura.

TRATAMIENTO DE LESIONES OSEAS

En el caso de este tipo de lesiones y por sus características, el entrenador pocas


cosas puede realizar para evitarlas, y debe conformarse con cooperar con sus
rehabilitaciones.

Fracturas: esta lesión es típicamente accidental, y ocurre generalmente en deportes


donde los participantes tienen un serio contacto con sus rivales, o en aquellos
deportes donde sus pruebas tienen como característica un alto riesgo corporal. Se
define como fractura la solución de continuidad o pérdida de continuidad del hueso.
La fractura puede ser cerrada o abierta (expuesta), esta última posee suma gravedad
ya que el foco de la fractura se comunica con el exterior, y esto puede producir algún
tipo de infección. También existen otros tipos de clasificación de las fracturas, según
la parte del hueso fracturada, según el trazo de la fractura y según la cantidad de
fragmentos. El tratamiento que puede recibir esta lesión, puede ser incruento,
mediante la inmovilización de la zona, o cruento, es decir por intervención quirúrgica.

En caso de inmovilización por tratamiento incruento, es de suma importancia acordar


con el kinesiólogo para la recuperación de los músculos involucrados, que tienden a
atrofiarse por la falta de trabajo

Fisuras: el hueso mantiene su continuidad y alineación, pero se produce una pequeña


rajadura o línea. El hueso se mantiene estable, y el tratamiento depende del médico a
cargo.

Tratamiento de fracturas de huesos – Serie


Las fracturas de huesos se clasifican de varias maneras. La fractura simple
(fisura) implica una sola línea de fractura que atraviesa un hueso. La fractura
conminuta es aquella en la que el hueso se fractura en dos o más fragmentos. La
fractura abierta es aquella en la que el hueso fracturado rompe tejidos vecinos y
atraviesa la piel.

Procedimiento.
Las tres opciones principales para el tratamiento de fracturas de huesos son:
Inmovilización con férula.
Reducción abierta y fijación interna. Requiere una operación quirúrgica para
reparar la fractura. Con frecuencia se utilizan varillas de metal, tornillos o placas para
reparar el hueso, los cuales se mantienen fijos, debajo de la piel, después de la
cirugía. Este procedimiento se recomienda en los casos de fracturas complicadas que
no se pueden realinear (reducir) con una férula, o cuando el uso prolongado de una
férula no es recomendable.
Reducción abierta y fijación externa. Requiere una operación quirúrgica para
reparar la fractura y la colocación de un aparato para fijación externa del miembro
fracturado. Este aparato es un marco externo que sostiene al hueso y lo mantiene en
la posición correcta mientras se consolida. Por lo general, esta técnica se aplica a las
fracturas complejas que no pueden repararse por medio de la reducción abierta y la

fijación interna.

Procedimiento.
Se hace una incisión sobre el hueso fracturado, mientras el paciente se
encuentra sin sentir dolor (bajo anestesia general o local). Se coloca el hueso en la
posición correcta y se fijan los tornillos, clavos o placas al hueso o dentro de éste, ya
sea de forma temporal o permanente. Se ligan o cauterizan los vasos sanguíneos que
se hayan lesionado. Si un examen de la fractura muestra que se ha perdido parte del
hueso como resultado de la fractura, especialmente si hay un espacio entre los
extremos quebrados, el cirujano puede decidir que es necesario hacer un injerto de
hueso para evitar que se retarde el proceso de consolidación.
Si el injerto no es necesario, la reparación de la fractura puede hacerse a través
de uno de los siguientes métodos:
a) se atraviesa la fractura con uno o más tornillos para sostenerla;
b) se coloca una placa de acero con tornillos insertados en el hueso;
c) se introduce un clavo de metal acanalado con huecos por uno de los
extremos, a lo largo del hueso y luego se pasan los tornillos atravesando el hueso y el
hueco del clavo. En algunos casos, es necesario hacer una reparación
microquirúrgica de los vasos sanguíneos y de los nervios después de este tipo de
estabilización. Luego, se sutura la incisión de la piel en la forma usual.
Cuidados postoperatorios
CLASIFICACIÓN DE LESIONES OSEAS
Las lesiones en los huesos son muy dolorosas y en general llevan un cierto
período de recuperación que se debe respetar. Los tipos de fracturas más comunes
suceden a causas de caídas y golpes importantes que terminan por romper el hueso.
El cuerpo humano está expuesto a diferentes tipo de lesiones dentro de las que
se encuentran las roturas óseas, generándose ciertos tipos de fracturas que deben
ser tratadas en tiempo y forma para evitar daños y dolencias crónicas.
Generalmente estas lesiones se generan por algún traumatismo importante,
causa de una caída, golpe, accidente o simplemente por el debilitamiento de los
huesos y un mal movimiento.
Las fracturas son igual de comunes en los adultos que en los niños, donde más
allá que los pequeños en general tienen los huesos más sanos reciben golpes y
caídas mucho más a menudo.
En general, pueden ser:
cuando un hueso se rompe total o parcialmente. Puede causarla una caída, un
golpe fuerte y, a veces un movimiento de torsión (contracción violenta de un
musculo). La mayoría de las veces se requiere una fuerza considerable para que un
hueso se rompa, pero en niños y ancianos los huesos son mas frágiles, razón por la
cual son más frecuentes las fracturas en estas personas.
Estas lesiones solamente pueden poner la vida en peligro si van acompañadas de
hemorragia arterial o si comprometen el sistema nervioso, produciendo parálisis
como en las fracturas de la columna vertebral. Las fracturas pueden ser:
FRACTURA CERRADA
Es aquella en la cual el hueso se rompe y la piel permanece intacta.
FRACTURA ABIERTA
Implica la presencia de una herida abierta y salida del hueso fracturado al exterior.
Ejemplo: Cuando un brazo o una pierna se dobla de tal manera que el hueso
termina perforando la piel. Las fracturas abiertas son las mas peligrosa; estas
conllevan el riesgo de infección y de hemorragia.

Las lesiones más comunes son las fracturas y los esguinces. Frecuentemente
se producen dentro del hogar, en el colegio, en la calle y lugares de trabajo, mientras
realizamos las actividades que forman parte de nuestra rutina diaria, por lo que
siempre hay que estar prevenidos.
Fracturas
La rotura de un hueso se llama fractura y puede involucrar a uno o más de
estos, dependiendo de su magnitud. Suceden generalmente por caídas o golpes, que
con frecuencia afectan alguna parte de las extremidades superiores. Sin embargo, las
extremidades inferiores tampoco están libres de sufrir fracturas, como la tibia y
peroné, por ejemplo. Incluso las costillas pueden romperse.
En la mayoría de las fracturas son suficientes el yeso (cuando corresponde) y el
reposo, pues quien se preocupa de reparar la fractura es el propio hueso. ¿Te
acuerdas de los osteoblastos? Pues bien, ellos empiezan a actuar fabricando tejido
óseo esponjoso, estimulados por el aporte extra de oxígeno que llevan los glóbulos
rojos atraídos por el coágulo que se forma en la parte rota del hueso.
Existen diferentes tipos de fracturas: incompleta, en la cual el hueso no está
completamente roto; completa, en la que el hueso sí está totalmente
quebrado; cerrada, es aquella que no está expuesta, como en la abierta, en que uno de
los fragmentos ha rasgado los tejidos cercanos y ha abierto una herida en la piel. La
fractura abierta es la más grave, porque corre el peligro de que se infecte.

¿Qué hacer con una persona fracturada?


 Es importante no mover al afectado sin antes inmovilizar (entablillar) la
zona afectada.
 Se debe dar un tratamiento adecuado a la fractura, ya que una mala
maniobra puede producir daños a los nervios y vasos sanguíneos de la zona afectada.
 Si la manipulación no es la adecuada, la fractura cerrada puede
convertirse en expuesta (cuando el hueso se sale por la herida).
 Si hay que retirar ropa, esta se debe cortar, para no producir movimientos
bruscos, que causarían un dolor innecesario.
Esguinces.
Seguramente has oído hablar de los esguinces o, por desgracia, los has
experimentado. Lo que sucede es que, ante un esfuerzo violento, el hueso tiende a
salirse de su posición habitual, pero no lo hace. Esto provoca un brusco estiramiento
de los músculos, tendones, ligamentos y vasos sanguíneos que rodean la
articulación, produciéndose a veces la ruptura de alguno de ellos.
CUIDADOS DE ENFERMERI A DE LESIONES OSEAS.
Mencionaremos primeramente el tratamiento de las fracturas de cartílago de
crecimiento:
Tipo I: Inmovilización mediante yeso, pero podría ser necesario tratamiento
quirúrgico.
Tipo II: Inmovilización mediante yeso
Tipo III: Cirugía y fijación interna

Esta fractura Tipo III del fémur atraviesa la placa epifisaria y baja en la
articulación de la rodilla. La fractura se fija con tornillos. Esto restablece la alineación
normal de la articulación.

Tipo IV: Cirugía y fiijación interna


Tipo V: Inmovilización mediante yeso o cirugía

Cuidados de Enfermería en vendajes en general

• No realizar vendajes apretados o demasiados compresivos.


• Controlar el vendaje en forma regular para observar su correcto
posicionamiento.
• Controlar la coloración de la extremidad vendada a fin de detectar signos de
isquemia (palidez, cianosis, llene capilar enlentecido, hormigueo,
adormecimiento).
• Realizar los vendajes de forma oblicua o en espiga.
• La compresión que debe ejercer la venda debe ser ligera de manera de no
afectar la circulación.
• No dejar ventanas o espacios sin vendar.
• Para realizar el vendaje retirar elementos que se encuentren en el
segmento corporal donde se vendara.
• Colocar el segmento a inmovilizar en la posición correcta según su afección y
aplicar
el vendaje.
• Realizar los vendajes en sentido ascendente (de caudal a cefálico) para evitar
edemas y estasis venoso.
• No inmovilizar la articulación en hiperextensión, ya que traerá problemas en la
movilidad articular. Se debe inmovilizar respetando la posición funcional.
• Proteger las prominencias óseas para evitar presiones sobre estos puntos.
• Evitar arrugas y giros de vendas que puedan lesionar los tejidos.

Cuidados de Enfermería en aparatos enyesados

Valoración:
Los traumatismos u operaciones que afectan a una extremidad producen edema
que provocan insuficiencia vascular y compresión de los nervios.
El aparato enyesado puede provocar fenómenos compresivos particularmente
en áreas de prominencias óseas que originan isquemias localizadas, necrosis tisular,
aparición de úlceras por decúbitos y disminución de la motricidad y de la sensibilidad.
(paresias y parestesias).
Vigilar la aparición de signos y síntomas como: edemas, dolor generalizado
o local en aumento.
Observar la coloración de la piel y su temperatura: Los dedos deben tener color
rosado y sentirse cálidos al tacto. La coloración cianótica indica trastornos venosos y
al tiempo que la palidez y frialdad de los dedos apunta a obstrucción arterial. La
temperatura de la extremidad lesionada debe compararse con el miembro sano, lo que
también es válido para los pulsos.
Evaluar el estado neurológico, preguntando al paciente sobre las sensaciones
en los dedos y la capacidad para moverlos. Estos signos y síntomas se observan en
las partes distales del miembro no recubierto por el vendaje.
Recomendaciones:
Si por debajo del yeso hay una herida abierta, antes de colocar el yeso se colocará
una cobertura con gasas o apósito estéril.
En el lugar donde se encuentra una herida se realiza una “ventana” en el yeso
para tener acceso a dicha zona después de 48 horas, cuando el yeso ya este fraguado.
Recomendar al paciente que no se moje el aparato de inmovilización colocado,
para evitar su deterioro y maceramiento del miembro por la humedad.
Recomendar que no introduzca ningún objeto en el interior del aparato de
inmovilización (por ejemplo palillos para tejer) porque puede lesionar la piel y luego se
puede infectar.
Para mejorar la circulación, disminuir el edema y el consecuente dolor se debe
elevar el miembro afectado y brindar mayor comodidad a través de los cambios de
posición y la administración de analgésicos.
Una vez retirado el dispositivo de inmovilización estimular al paciente para la
realización de ejercicios para recuperar el movimiento de la articulación.
Fijación interna
Definición: Consiste en la inserción quirúrgica de implantes metálicos como ser
clavos o
tornillos metálicos, a veces combinados con placas y tornillos, alambres, vástagos,
etc.
Estos sirven como férulas internas que mantienen la alineación y la unión del hueso
lesionado mientras se consolida.
Preoperatorio para fijación interna
Idealmente el paciente no debe tener un período preoperatorio muy prolongado por
las complicaciones que conlleva la inmovilización.
Preoperatorio mediato.
Evaluar los sistemas cardiovascular y respiratorio.
Se solicitará una espirometría, en especial en pacientes con afecciones
respiratorias (insuficiencia respiratoria, infecciones respiratorias en curso etc.).
Batería completa de exámenes de laboratorio.
Radiografía de tórax.
Detectar y compensar patologías que presenta el paciente, para llevar al
paciente a cirugía en las mejores condiciones generales.
GRADO DE LESIONES OSEAS
Los defectos condrales u osteocondrales generados en el cartílago articular,
agudos o crónicos, como resultado de fuerzas excesivas de compresión en el espesor
del tejido cartilaginoso o de cizallamiento a nivel subcondral, tienden a evolucionar,
con el tiempo, hacía procesos degenerativos que, en las personas de más edad son,
normalmente tratados mediante la sustitución total de la articulación por una prótesis
artificial, pero que en pacientes jóvenes, por el contrario, este tipo de defectos deben
ser solucionados antes de que se generen patologías más severas.
Las lesiones osteocondrales representan una entidad diferente a las condrales
y en bastantes ocasiones se asocia a una lesión de los ligamentos. Por definición
abarcan el cartílago articular y el hueso subcondral adyacente.
Etiología.
La etiología y fisiopatología de estas lesiones es multifactorial. Dentro de las
más frecuentes se encuentra los traumatismos directos o por torsión y la
osteocondritis disecante. Aunque a esta última se le adjudican múltiples causas, en
general el tratamiento se basa en los mismos principios de manejo de las fracturas
osteocondrales.
Pueden producirse tres grados de lesiones titulares:
 Alteraciones de las células y matriz extracelular sin lesión
macroscópica de la superficie articular.
 Lesión macroscópica del cartílago articular sin afectación del
hueso subcondral.
 Lesión macroscópica del cartílago articular y el hueso subcondral
subyacente. Es la fractura osteocondral.
Las lesiones microscópicas del cartílago articular pueden ser debidas a un
traumatismo único o a microtraumatismos repetidos. Independiente de la causa se
observan bandas de condrocitos muertos que dificultan los procesos de degradación
y síntesis de la matriz extracelular, como consecuencia hay una disminución de
proteoglicanos y una desorganización ultraestructural del colágeno y aumento de la
hidratación tisular. Estos cambios provocan un aumento de la permeabilidad y una
disminución de su rigidez.
Las lesiones condrales abarcan la capa cartilaginosa más blanda y suelen
localizarse en el cóndilo femoral lateral y la superficie medial de la rótula. Estas
lesiones se encuentran en personas con esqueleto maduro, a diferencia de las
fracturas osteocondrales que suelen afectar a pacientes con esqueleto inmaduro. En
este caso los traumatismos son de mayor energía que en las lesiones microscópicas
del cartílago articular. La mayoría de los defectos condrales están asociados con daño
a otros tejidos de la rodilla.
En las zonas en que se ha producido el impacto se aprecian lesiones
macroscópicas del cartílago que pueden consistir en fisuras o fragmentos
desprendidos pero que no afectan al hueso subcondral. La producción de estas
lesiones no ocasiona hemorragia intraarticular ni respuesta inflamatoria, ya que el
tejido cartilaginoso es avascular.
Los condrocitos responden sintetizando matriz, pero en cantidad insuficiente
para reparar todo el defecto.
La lesión del cartílago articular, puede asociarse a procesos degenerativos y de tipo
traumático, que pueden ser agudos o crónicos.
Manifestaciones clínicas:
 Dolor.
 Crepitación.
 Bloqueos si existen fragmentos desprendidos.
 Puede haber derrame articular por irritación de la sinovial.
 El diagnóstico se basa en la clínica y en al resonancia magnética y
se confirma con una artroscopia.
La clasificación más usada para describir las lesiones condrales es la propuesta
por Outerbridge, la cual divide las lesiones en cuatro grupos:
Grado 1. Reblandecimiento y tumefacción del cartílago articular en un área
irregular.
Grado 2. Existe fragmentación y fisuración
Grado 3. La fragmentación y fisuración se extienden hasta el área del hueso
subcondral.
Grado 4. Se observa el hueso subcondral expuesto.

En la fractura osteocondral, a diferencia de aquella limitada al cartílago, la


lesión incluye cartílago y hueso subcondral, y se evidencia hemorragia y formación de
coágulo de fibrina que activa la respuesta inflamatoria alterando el líquido sinovial. La
reacción inflamatoria y el coágulo de fibrina se extienden sobre la superficie articular
dependiente de la lesión, las plaquetas que participan de esta reacción liberan
factores mediadores vasoactivos y factores de crecimiento o citoquinas que son
proteínas que influencian múltiples funciones celulares.
Dado que también hay compromiso óseo, la matriz extracelular a este nivel
también participa, con múltiples factores de crecimiento que contribuyen de manera
importante en la curación, estimulando la invasión vascular y la migración de células
indiferenciadas que evolucionarán a condrocitos con todas sus capacidades
funcionales.
Grado I: Lesión entre cartílago de crecimiento y metáfisis.
Grado II: Cuando una parte de la metáfisis queda junto al cartílago.
Grado III: Cuando el trazo cruza el cartílago y la epífisis.
Grado IV: Cuando el trazo cruza metáfisis, cartílago y epífisis.
Grado V: Cuando hay destrucción del cartílago de crecimiento, es la forma más grave.
.
AUTORES
Chemes de Fuentes, C., & Solórzano, L. (2011). Cátedra Enfermería Quirúrgica.
Lesiones Traumatológicas. Recuperado el 21 de Octubre de 2012, de
http://www.fm.unt.edu.ar/carreras/webenfermeria/documentos/Quirurgica_Modulo_05_
lesiones_traumatolgocias.pdf

Grado I: Lesión entre cartílago de crecimiento y metáfisis.


Grado II: Cuando una parte de la metáfisis queda junto al cartílago.
Grado III: Cuando el trazo cruza el cartílago y la epífisis.
Grado IV: Cuando el trazo cruza metáfisis, cartílago y epífisis.
Grado V: Cuando hay destrucción del cartílago de crecimiento, es la forma más grave.

 Genety, J. y Brunet-Guedj, E. “Traumatología del deporte”. Ed.


Hispano Europea, Barcelona. 1983.
 Hevia, J. y Villa, J. A. “El hielo como terapia”. Cuaderno del
entrenador. nº 41. Madrid, Septiembre 1989. (Págs. 56-61).
 www.pagina.de./marky.

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