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Introducción
a los Registros Akásicos
Los Registros Akásicos son una esfera de sanación constituida por el Aka-
sha: la sustancia primaria. Esta sustancia es Luz, la fuerza vital esencial
que existe con anterioridad a que nuestros pensamientos y sentimientos
la manipulen. Es tanto una presencia como una fuerza curativa. Los Re-
gistros Akásicos jamás se nos imponen, por cuanto son no intrusivos por
naturaleza. Nunca interfieren en nuestras decisiones, ni siquiera en las
circunstancias más desesperadas; en ningún momento ponen en peligro
la dignidad humana. Por el contrario, la energía de los Registros responde
a nuestro deseo de ayuda, a la llamada de nuestro corazón cuando se halla
sumido en el dolor. Si estamos abiertos a la energía del Akasha, aunque
sólo sea un poco, ésta vendrá hacia nosotros para satisfacer nuestras nece-
sidades. Y lo hará a un ritmo que nos resulte manejable, a un ritmo que
nos sirva de ayuda y no nos atemorice.
En su nivel más básico, nuestro cometido al trabajar con los Registros
es el de alinearnos con nosotros mismos. Una vez nos hayamos centrado,
podremos dirigir nuestra atención a la Luz y dejar que trabaje.
Uno de los supuestos que establecemos en este trabajo es que la Luz del
Akasha es una inteligencia superior a la nuestra. Es conocimiento y sa-
biduría infinitos. Es la Luz de la mente de Dios moviéndose a través del
corazón del cuerpo energético de Dios. Y, debido a que es una inteli-
gencia superior, no hace falta decirle qué hay que hacer: confiamos en
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que operará en nuestro nombre y por nuestro propio bien. Tal como he
podido observar repetidamente a lo largo de años de enseñanza y de mi
propia experiencia, cuanto más experimentamos con la Luz, más resul-
tados positivos obtenemos y más confianza generamos en las acciones de
la Luz. Cuanto más confiamos, más Luz podemos asumir; y cuanta más
Luz podemos asumir, con más frecuencia y rapidez se mueve la Luz para
nuestro bien.
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Lo que hacemos es permitir la sanación
Hay entornos que conducen mejor que otros hacia una experiencia sana-
dora. La atmósfera presente en los Registros Akásicos apoya intensamente
la transformación, y esto se debe a los principios esenciales que gobiernan
los Registros.
«No juzgues», «No temas» y «No te resistas» son los imperativos del
Akasha. Combinados, estos principios dan lugar a una cultura de honor,
bondad y respeto, ofreciéndonos la oportunidad de conocer nuestra alma
como algo íntegro, completo y bueno. Y, a medida que obtenemos este
conocimiento, nos transformamos. Pasamos de enjuiciar, de temer y de
resistirnos a aceptar, permitir y abrazar. Cuando examinamos nuestras difi-
cultades desde dentro de los dominios akásicos y sus principios directrices,
vemos nuestros problemas como lo que realmente son. Y, como muchos de
nosotros hemos descubierto, la verdad, una vez revelada, nos hace libres.
La influencia del principio de «No juzgues» establece un espacio neu-
tral donde nos resulta más fácil ser sinceros. En un entorno libre de juicios
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no existe la amenaza de la crítica. Libres del potencial para enjuiciar y
de la presión que genera, podemos dedicarnos simplemente a observar
y a dar cuenta de lo que vemos. Acontecimientos y situaciones ya no se
perciben como acusaciones o evidencias de nuestros fracasos; son, simple-
mente, acontecimientos y situaciones. En un espacio tal nos sentimos se-
guros de observar en profundidad lo que hemos hecho o lo que hemos
dejado de hacer, sabiendo que los Registros no apoyarán su utilización en
nuestra contra.
Añadiendo el «No temas» a la mezcla, se amplifica el clima benévolo
del Akasha. Aquí nos encontramos la bondad, el respeto y la alta estima
que están siempre presentes para nosotros. La intimidación, la vergüenza,
el hostigamiento y el ridículo se disuelven en tal atmósfera. «No juzgues»
y «No temas» son principios gemelos: si el juicio negativo no está activo,
no hay razón para tener miedo. Pero, aunque esto es de por sí un gran
alivio, puede llevar algún tiempo habituarse a ello, pues no estamos acos-
tumbrados a la ausencia de juicio y de miedo. La exposición regular a este
ambiente nos permite ajustarnos a la libertad inherente en él; y, con el
tiempo, nos damos cuenta de que ya no tenemos por qué ocultarnos ni
protegernos de lo que ocurre dentro de nosotros y a nuestro alrededor.
«No te resistas» es la fuerza que nos permite consentir, dejarnos ir y,
más tarde, avanzar. Si bloqueamos o apartamos a un lado algún aspecto
de nosotros mismos o de nuestra experiencia, éste termina, paradójica-
mente, por hacer una cuña en nuestro interior, creando una barricada
que nos impide abandonar aquello que no queremos. Por otra parte, en
una atmósfera en la que no existen los juicios duros, y por tanto tampoco
el miedo, deja de tener sentido aislarnos de nuestras experiencias con un
muro. Podemos, simplemente, dejarnos llevar y dejar que la vida fluya.
Podemos ajustarnos al movimiento natural de la fuerza vital que existe
dentro y alrededor de nosotros, y podemos relajarnos con ello. En presen-
cia de la energía de «No te resistas», perdemos nuestro apego al estanca-
miento. Nos damos cuenta de que no hay ningún peligro en evolucionar.
Cuando somos conscientes de cómo operan estas fuerzas en el reino
de los Registros Akásicos es cuando podemos sentir su inmenso potencial
transformador. Debido a que los principios activos de «No juzgues», «No
temas» y «No te resistas» están operando en todo momento, la sanación
espiritual a través de los Registros Akásicos nos permite entrar en un
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espacio plenamente seguro de la conciencia, disolviéndose todo lo que ha
dejado de ser apropiado para nosotros.
La palabra conformada
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tuación negativa. Estoy hablando de una paz de alto nivel, una paz que
trasciende las circunstancias cotidianas. Quizás no obtengamos aquello
que necesitábamos; quizás no encontremos a la persona que creemos que
tenemos que encontrar para sentirnos satisfechas; quizás no demos con el
trabajo que creemos necesitar para ser felices. Puede ser que no consigamos
el nivel de salud que deseamos o la situación económica que creemos debe-
mos alcanzar para sentirnos seguros. En lo referente a la sanación espiritual
y a esta cualidad de la paz, consideramos la posibilidad de estar en paz tanto
si las cosas se nos dan bien como si se nos dan mal. Es fácil sentir la paz
cuando consigues lo que quieres, pero el reto consiste en conservar la sere-
nidad ocurra lo que ocurra. Cuando nos metemos en los Registros Akásicos
y disfrutamos de la atmósfera de bondad y respeto que encontramos allí, la
paz se hace poco a poco más fácil de alcanzar.
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ma de Luz es un conducto para la conciencia expandida de lo Divino.
Abordando nuestras preocupaciones mundanas –salud, felicidad, familia,
amigos, todas las facetas de la vida– nos comunicamos efectivamente con
la Trama.
Como ya he dicho antes, cuando interactuamos con los Registros
ponemos en palabras nuestra experiencia; es decir, afectamos a nuestra
Trama de Luz en tanto pronunciamos, escribimos o pensamos en estas
palabras. Cuando identificamos o describimos la verdad, transformamos
la Trama, la alteramos para que represente adecuadamente la actual reali-
dad. Los viejos y fosilizados patrones comienzan a desarmarse; se ensam-
blan nuevas constelaciones de la Trama, y encontramos el lugar que les
corresponde dentro del conjunto de nuestro sistema energético. Lo que
está ocurriendo es un ajuste con el patrón en el nivel del mismo patrón.
Y la Trama, una vez reestructurada, nos sustenta mientras interactuamos
con este patrón nuevo, más apropiado, dándosenos la oportunidad de
crecer en él.
Es algo parecido a la alteración del patrón de una prenda de vestir.
En determinado momento de tu vida, ese patrón puede que te encaje
a la perfección; pero luego, con el transcurso del tiempo, quizás te tire
de un lado o te roce, causándote incluso molestias. Cuando estás en los
Registros, los puntos donde el patrón aún encaja y los puntos donde
ya no encaja son más fáciles de identificar; y, a medida que abordas las
situaciones que provocan el desencaje, vas alterando consecuentemente
el patrón. Las palabras que utilizas en los Registros sirven para describir
las alteraciones que necesitas, y el patrón la Trama de Luz se adapta a la
perfección a tus necesidades concretas. A partir de ahí, te resultará mucho
más fácil que nunca cambiar tus pensamientos, sentimientos y comporta-
mientos; el cambio deja de ser una continua pugna.
El proceso natural de sanación a través de los Registros Akásicos co-
mienza con la transformación de los patrones de la Trama de Luz, que nos
sostienen en nuestro lugar en su función de contenedores energéticos –pa-
rámetros para nuestra expresión humana–. El hecho de decir la verdad
respecto a nuestra experiencia cambia la configuración. Y a medida que
el patrón se altera para reflejar nuestra actual conciencia respondemos y
cambiamos nuestra forma de funcionar.
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Las tres fases de la sanación
Causas y condiciones
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las influencias de vidas pasadas y los patrones ancestrales que han influido
en un dilema concreto. Se trata de una fase especialmente fascinante del
proceso sanador, normalmente rico en ideas, atisbos y comprensión. Y
es importante profundizar bien en esta fase para llegar a una resolución.
Cuando la mente logra dar sentido a algo y lo comprende normalmente
se relaja, liberándonos para ir más allá de lo conocido, para ir hasta donde
reside el nivel más potente de la sanación, la Verdad del Alma.
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