Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RP LB PDF
RP LB PDF
¡Disfruta la lectura, te desea todo el staff Love Books & Paraíso Literario
MODERADORA DE TRADUCCIÓN
Mich Fraser
Traductoras
Amélie. Mich Fraser Tannia Maddox
Feña St. Clair Evarg7 Pagan Moore
Sapphire Debby TamiMiau
Kari
3 Mechita
MODERADORA DE CORRECCIÓN
Debby Mich Fraser
CORRECTORAS
Pagan Moore Cris Maddox Kari
Camila Cullen Getzee Mich Fraser
Jessibel Nuwa Loss Daliam
Caile Juliee ivettelaflaca
Lectura Final
Florpincha y Daliam
DISEÑO
Mich Fraser
MODERADORA DE TRADUCCIÓN
Sitahiri
TRADUCTORAS
Lita
Leonor_92
Jane
July Belikov Grey Maddox
Sitahiri
4
Kenzie
Blonchick
Kari_Val
Sinopsis Capítulo 22
Capítulo 1 Capítulo 23
Capítulo 2
Capítulo 24
Capítulo 3
Capítulo 25
Capítulo 4
Capítulo 26
Capítulo 5
Capítulo 6 Capítulo 27
5 Capítulo 7 Capítulo 28
Capítulo 8 Capítulo 29
Capítulo 9
Capítulo 30
Capítulo 10
Capítulo 31
Capítulo 11
Capítulo 32
Capítulo 12
Capítulo 13 Epílogo
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Para el mundo exterior, lucen como la realeza americana, dando obras de
caridad, alimentando a personas sin hogar, reconstruyendo la ciudad. Pero a puertas
cerradas es una constante batalla por la dominación entre dos jefes, culturas y
corazones.
Ruthless People es una novela romántica de crimen en el actual Chicago, tras
la vida y matrimonio de Melody Nicci y Liam Callahan—rivales por sangre y líderes
a través del miedo. Su matrimonio fue arreglado por sus padres con la esperanza de
poner fin a años de derramamiento de sangre entre los irlandeses e italianos.
6 Liam, el próximo en la línea para dirigir a los irlandeses, cree que tendrá una esposa
de mente simple, una que puede controlar, quien se dobla a cada necesidad de él…
todo lo contrario a Melody. Criada para ser un jefe, un tirador de primera clase, una
maestra del disfraz, sin piedad ni temor. Veinticuatro años más tarde, ella ha logrado
más que cualquier hombre incluso podría soñar, matando a cualquier persona que
se atraviese en su camino. Ella sabe exactamente qué tipo de hombre es Liam y
preferiría morir antes de abandonar el poder que ha pasado toda su vida
construyendo. Pero con ninguna otra familia de izquierda, no sólo debe aprender a
trabajar con Liam sino con todo el clan Callahan.
La mafia del pasado está evolucionando y con los jefes rivales disparando fuegos a
ellos, Melody y Liam tendrán que encontrar la manera de trabajar como uno solo
para acabar con los que se interponen en su camino, a la vez manteniendo las
apariencias.
LIAM
Así que, hoy era el día. Bebí directamente de la botella de brandy. Al diablo
el vaso. Estaba demasiado cansado para moverme.
—Este es un día tan triste. —Frunció el ceño cuando le quité la botella. Si tan
sólo ella se fuera después de nuestros encuentros. Pero no tenía sentido botarla ahora
mismo. Nuestros encuentros estaban oficialmente terminados, o mi madre exigiría
mis bolas y mi padre se las entregaría.
—De nuevo, ¿cómo es que se llama esta chica? —preguntó Natasha, rodando
encima de mí.
Apartando el pelo rubio de su cara, pienso en todas las cosas que preferiría
estar haciendo en lugar de hablar, pero tengo que reprimirme.
Ella hizo un mohín, y fue feo. La mayoría de sus expresiones faciales eran
feas, pero no la conservaba cerca por su cara o su cerebro, si vamos al caso.
—Ya te he explicado esto, Natasha. Los Giovannis son una de las familias más
poderosas, si no la más poderosa en Italia y la mayor parte de la costa oeste. Mi
padre quiere terminar con la rivalidad entre los Irlandeses y los Italianos. Así que,
8 inclusive si es fea, o gorda, o está cubierta de malditas verrugas, cumpliré con mi
deber y me casaré con ella. —Apartándola de mí, me pongo de pie.
Sedric, mi padre, ha hablado de este matrimonio por los últimos doce años.
Sólo tenía quince y quería probarme a mí mismo, así que estaba dispuesto a hacer
cualquier cosa que necesitara hacerse para enorgullecer a la familia, como un
maldito idiota. Debería haber dejado que Declan se casara con ella, pero él ya había
pirateado su primera gran cuenta bancaria suiza, robándole todo a los Rusos. Neal
era demasiado viejo y ya se había encontrado a su chica de escaparate. Como todos
los hijos, queríamos impresionar a nuestros padres. Creí que no tenía otra opción,
pero como dije, fui un maldito idiota.
—¿Y por qué no? —gritó, sosteniendo la sábana contra su pecho como si
tuviera alguna modestia que proteger.
—Pero no estés triste. Todos tenemos nuestros roles por cumplir y tú has
cumplido el tuyo. Tus servicios ya no serán requeridos.
Me dirigí al baño, y como no respondió, me volteé hacia ella una última vez.
—Vete, nena, y si piensas en tomar algo más que el dinero que te acabo de
dar, no dudaré en matarte, dulce garganta o no. —Y lo digo en serio. Yo era un
Callahan. Nuestra palabra era ley en Chicago y en la mayoría de la costa este. La
policía ya ni siquiera se molestaba con nosotros.
¿A ella le gustan las duchas o los baños? No me importaba, pero sólo probaba
que no sabía nada significante sobre ella además de su fecha de nacimiento, 13 de
febrero de 1990, y unos cuantos hechos. Todo lo demás, su padre lo mantuvo
enterrado. No había fotos de ella en ningún lado, ninguna cuenta de red social o
licencia de conducir. Nada, ni siquiera un maldito recibo con su nombre en él. Era
un fantasma. Si no lo supiera, pensaría que no existía.
Aunque, tenía sentido. Yo haría lo mismo si fuera a tener una hija. Había
algunos locos en el mundo que no entendían lo que significaba ser la descendencia
de un líder de la mafia. La familia era todo. Era lo único que mi padre había
infundido en nuestras cabezas desde que éramos niños.
Regla Uno: Matas por la familia. Mueres por la familia. Porque no puedes confiar en
nadie más.
Al salir del baño, ahí estaban parados, mi padre, hermano y primo, todos
10 vestidos con los trajes más finos que el dinero podía comprar.
—De hecho, lo hice, pero me importa un carajo a dónde fue a la escuela o cuál
es su color favorito. Lo único que necesitaba saber no estaba en ese expediente. Hasta
dónde sé, Melody Giovanni podría verse como un caballo italiano.
Sedric se puso en mi camino, ahí parado con toda su altura, evitando que
fuera a mi armario.
—Padre…
—Cómo…
—La primera y última vez que vi a Melody, estaba haciendo tiro al plato
mientras su padre y yo discutíamos la posibilidad de este contrato en su oficina. Ni
una sola vez esa pequeña cabeza oscura suya erró, y tenía nueve años —dijo mi
padre.
—Liam, apúrate. ¡Tienes que reunirte con el Sr. Giovanni en una hora! —gritó
la esposa de mi primo desde el otro lado de la puerta.
Tiene que haber un límite a los límites que un familiar político puede cruzar.
Si a Declan no le importara tanto ella y ella no fuera familia, estaría tentado a hacerle
daño.
Ninguno de ellos tiene sentido para mí. Declan era callado, tranquilo y más
pálido que la nieve, mientras que Coraline era ruidosa, extrovertida y bueno…
negra. Mi padre estuvo furioso de que no fuera irlandesa por cerca de diez segundos
antes de que se diera cuenta de que no podía quejarse, ya que mi madre era mestiza.
12
—Liam, deja de masturbarte —dijo Olivia, la esposa siempre tan atrevida de
Neal. Todas ellas estaban ahora infestando mi cuarto.
Olivia se rió.
—Vimos salir corriendo de aquí a tu ramera como alma que lleva el diablo,
así que creímos que te estabas alistando.
—Si les preocuparan sus vidas, las alejarían de mí rápido —dije a través de
mis dientes apretados.
—Sí, como siempre —dijo Coraline, riendo, antes de darle un abrazo. Por
supuesto, mi madre lo devolvió, la traidora.
—Creo que hemos tenido suficiente por ahora. Dejemos que el chico se vista
en paz —dice ella, y me hubiera ofendido por el comentario de chico, pero sólo
necesito que se vayan sin recurrir a la fuerza mortal.
Ante eso, todos se ríen antes de cerrar la puerta, pero todavía puedo oírlos.
Esta era otra razón por la que necesitaba casarme. No eras un verdadero hombre
irlandés hasta que tenías esposa. Sin una, no importaba lo que hiciera, nunca me
ganaría el respeto que se me debía.
Regla Tres: Sólo porque vendes drogas para vivir, no es una excusa para no vestirse
bien.
—Aquí están los expedientes financieros y bursátiles actualizados de los
Giovanni —dijo antes de darme una gruesa carpeta mientras caminamos.
—Lo terminé —dije una vez que llegamos a los autos esperándonos.
Sonrío.
—De algún modo también infiltró sus drogas en territorios de Valero: Grecia,
Rusia y las malditas Filipinas. Tiene redes pasando por la mayoría de Europa
Oriental el maldito —declara Declan a través de la radio. Aparentemente estábamos
en una conferencia telefónica.
Hemos tratado de meter nuestras drogas en ese lado del mundo por los
últimos cuatro años, pero los Valero lo cuidaban más herméticamente que un padre
en vacaciones de primavera. Había tres familias más fuertes que el resto. Los
Callahan, los Giovanni y los malditos Valero. Los Valero no eran nada más que
serpientes, no, gusanos arrastrándose en la suciedad, comiéndose su propia mierda.
La mayoría de ellos eran rusos, algunos alemanes, todos ladrones robando mi
propiedad y vendiéndola como suya.
—No lo jodas. Con este matrimonio podemos arrollar a los Valero y a todos
los demás —añadió mi padre de nuevo.
—Liam, ¿puedes hacer esto? Eres muy superficial. ¿Y si ella no está a la altura
de tus fuertes estándares? —El tono de Neal era serio, y quise golpearlo con un tubo
en la cara.
—Vete a la mierda. —No iba a joder esto. Deberían saberlo llegado a este
punto. La hija de Orlando Giovanni era la llave para todas las puertas—. Si no está
a la altura, beberé hasta que no pueda ver bien. O hasta que pueda convencerla de
ver al cirujano plástico de Olivia —estaba medio bromeando. La gente fea no tenía
que permanecer fea para siempre.
1
Nos estamos quedando atrás.
—Jódete —espetó.
—Que los juegos comiencen —susurré para mí mismo. Iba a hacer que esto
funcionara o moriría en el intento. Pero si ella era como las mujeres que tuve en el
16
pasado, estaría bailando en la palma de mi mano, y no podía esperar.
2
Traducido por Lita
Corregido por Jessibel
“Inclusoal asesinar,
ten buenos modales.”
~ Confusio
17
MELODY
—Srta. Giovanni, aterrizaremos en m-media h-hora —tartamudeó el
aeromozo.
—Estoy tan…
—No digas lo siento —le dije en un bajo siseo—. Ni siquiera estás en el umbral
de sentirlo todavía.
Sus ojos se abrieron como platos antes de dar un paso atrás y toparse
directamente con Fedel, que ya tenía la pistola apuntándole a la parte de atrás de su
cráneo.
—Fedel, ¿cómo fue que este idiota se subió al avión? —pregunté, sólo
medianamente interesada mientras Monte me daba otro archivo.
—Su hermana acumuló una deuda bastante grande. Creo que él está tratando
de pagarla —dijo él, esperando a que le diera el visto bueno. A veces él era tan
propenso a disparar a la mínima oportunidad.
—¿Es por eso que estás aquí? ¿Tu hermana es una adicta del crack?
—Cristal.
—Mi padre no estuvo complacido con las manchas de sangre que dejé en el
último jet —sonreí con suficiencia, levantando la foto de mi futuro marido.
2
Pistola.
Marido. Me encogí ante la palabra.
—Pero por supuesto, nada menos que perfección para el perro callejero
19
irlandés. Eso no sólo aplica a las escuelas, sino también a sus elegantes trajes de
medio millón de dólares, autos de lujo, casas vacacionales, fiestas y putas.
—Sólo irlandés —añadí. Podían beber todos los días, de sol a sol, y seguir
caminando en línea recta.
—Sí, así es. Conozca a Neal Aiden Callahan, edad: treinta y uno. Casado con
20 Barbie Malibú, alias Olivia Ann Colemen, edad: veintinueve, hace tres años. —
Levantó una foto de la feliz pareja. Neal era todo músculos, con cabello castaño y
ojos castaños, mientras que su esposa parecía como una muñeca Barbie de tamaño
natural. En la muñeca de ella había un pequeño tatuaje de un nudo celta con la forma
de un roble.
—¿Un qué?
—Bueno, seguro le gusta el dinero que le da. No puede morder las manos que
le dan esos buenos Jimmy Choo.
—¿Y qué pasa con éste? —pregunté, señalando al hombre al lado de Liam.
Tenía los mismos ojos verdes que Liam, sin embargo, el hombre tenía el cabello más
largo y de un tono castaño más ligero. Supuse que la mujer afroamericana a su lado
tenía que ser su esposa.
Fedel mira alrededor para ver si tiene la respuesta en algún lado en sus
papeles. No necesitaba saberlo, pero verlo retorcerse era divertido. Italiano de
primera generación como yo, nos parecíamos mucho: el mismo tono de piel olivácea,
cabello negro y ojos cafés. Era mi mano derecha, y de alguna forma, eso lo hacía más
cercano que un hermano. No obstante, nunca quería que se volviera demasiado
cómodo. Sin importar lo ridícula que era la pregunta, o lo inútil que pudiera parecer,
su trabajo era conseguirme la respuesta o morir en el intento.
—Parece ser una tradición que comenzó en los mil ochocientos cuarenta,
después de que los primeros Callahan llegaran de Irlanda —dijo al fin. Asintiendo,
esperé a que continuara.
—Tal vez porque si Robin Hood y la Madre Teresa tuvieran una hija sería
ella.
Traté de no sonreír.
—Explícate.
—Pasa más tiempo dando toda su mierda que cualquiera de la familia. Tan
sólo el año pasado gastó casi nueve millones en caridades, e hizo cerca de dos mil
horas de servicio comunitario. Es como si ella…
—Se sintiera culpable —declaré. Dar era normal. Dar para hacerte ver como
una mejor persona era normal, pero esto iba más allá de eso.
Eso podría ser un problema. Ambas mujeres parecen amar el estilo de vida y odiar la
vida… genial.
—Vamos Fedel, es malo juzgar —sonreí. La verdad del asunto es que estaba
ligeramente impresionada, y se necesitaba mucho para impresionarme.
Podía ver que los ojos verdes de Liam eran por parte de su madre, mientras
que los rasgos más oscuros por parte de su padre. Todos eran muy bien parecidos,
y por lo que podía ver, todo era dado por Dios, con la excepción de Barbie Malibú.
Era bueno, pero podía ver que se había hecho un trabajo. Aun así, todos parecían
sacados de una foto para Hallmark. Casi era repugnante.
—Todo lo que sé es que él no quería liderar pero no tuvo otra opción después
de la muerte de su hermano. Ahora se está lavando la sangre de las manos para
pasársela a sus hijos.
—Mi padre también perdió a su hermano mayor, Fedel. Nosotros los italianos
tenemos drama.
—Sí, bueno, ellos todavía la necesitan más a usted que usted a ellos.
Fedel bufó.
Cuando le echo un vistazo a los hombres que me rodean, asienten, sin hacer
contacto visual, pero conscientes de que estoy viéndolos.
La ironía era que la mayoría de la gente en nuestro mundo, pensaba que los
hijos hombres eran la única manera de mantener en crecimiento nuestro imperio
clandestino. Mi padre no lo creía. Él sentía que estaba bendecido. Los hombres de
nuestra familia todos parecían morir del mismo tipo de cáncer, pero las mujeres
estábamos hechas de material más duro. Mi abuela vivió hasta que tuvo ciento
cuatro años antes de morir mientras dormía, con una almohada bajo su almohada.
La razón por la que murió mi madre fue debido a un accidente aéreo.
Tenía seis cuando comprendí lo que era mi familia. Era más inteligente que
la mayoría de los niños de mi edad, y a los siete años de edad, estaba aprendiendo a
disparar mi primer arma. Para los once, estaba siendo instruida en casa sobre álgebra
universitaria, carteles de drogas, y ante la insistencia de mi padre, combate mano a
mano. Para los diecisiete, conocía el negocio como la palma de mi mano. Fedel estaba
en lo cierto. Pondría una bala en su cabeza en un parpadeo si me diera una razón, y
Fedel me caía bien.
—Llévasela a tu hermana y hazle saber lo cerca que has estado de morir hoy,
y mientras lo haces, ve y encuentra tus bolas antes de que te vea de nuevo.
Con eso, salí y me encontré con una reluciente limusina negra esperándome.
Deteniéndome al lado de Monte, traté de no poner los ojos en blanco.
3
En inglés, Swimming, shooting, sex and speed. De ahí lo de las cuatro S’s.
—Sí, señora —dijo él, sacando su teléfono, ya hablando con alguien. Si Fedel
era mi mano derecha, entonces Monte era la izquierda. Nunca era tomado por
sorpresa. No necesitaba ser reconocido o incluso visto, y sólo hablaba cuando era
necesario. A diferencia de Fedel y yo, él sólo era mitad italiano. Su cabello rubio lo
hacía destacar como Donatella Versace en un Walmart. ¿Su solución? Él sólo se lo
afeitó casi todo.
—Il mia bambina dolce5. Nunca dudaría de ti. Después de todo, fuiste tú quién
26 renovó el contrato.
El contrato estipulaba que me casaría con Liam Alec Callahan y que uniría
nuestras familias por voluntad propia. Orlando y Sedric habían firmado el contrato
hace quince años cuando lo crearon por primera vez. Después necesitaba ser
firmado por Liam y por mí en nuestros cumpleaños número dieciocho, y una última
vez durante el primer año de matrimonio.
—Lo hice. ¿Y él? —pregunté, justo cuando un Aston Martin blanco aparcaba
frente a mí. Sonriendo, me volteé hacia Monte y Fedel y asentí, eso era mucho mejor.
—Entonces supongo que eso quiere decir que no ha visto el cambio todavía
—esto iba a ser interesante.
4
Hola, padre.
5
Oh, mi dulce niña.
—¿Te refieres a donde exiges ser mantenida, informada y estar de acuerdo
con sus futuras decisiones concernientes al negocio? —Orlando se rió—. Será
bastante interesante ver su reacción. Esa no es la posición normal que juegan las
esposas.
Declan era bueno, excelente, incluso. Era una de las tres personas que podían
romper mis muros de seguridad de primer nivel, el segundo estaba muerto y la
tercera era yo. Si Callahan no aceptaba, lo que lo convertiría en un idiota, entonces
tendría a Declan enterrado justo al lado del número dos. Odiaba a los piratas que
estaban contra mí.
—Es porque soy tu hija que deberías temerme. —En su día, Orlando podía
hacer que hombres adultos lloraran y suplicaran por una bala. Si Orlando ponía las
manos en ellos, el dolor estaba garantizado.
—Eres una de las mejores que ha habido nunca. Pero no descartes a Liam
Callahan. Puede que te sorprenda, pero él es igual, sino más, despiadado de lo que
tú lo eres. —Él estaba en lo cierto. Liam Callahan era un nombre que muchos temían.
Él era conocido como el Coco del Este y yo era la desconocida Bruja Malvada del Oeste.
—Fedel… —dije, mi voz enlazada con ira. Sabía bien que no debía jugar
adivina quién conmigo.
6
Adiós.
3
Traducido por Leonor_92
Corregido por Jessibel
"El
asesinato nace del amor,
Y el amor alcanza la mayor intensidad en el asesinato"
~ Octave Mirbeau
29
LIAM
—Alguien es sólo un poco presuntuoso —Declan se rió en el teléfono—. Ella
ya empacó, Liam.
7
Downton Abbey es una serie dramática de la televisión británica.
Asentí con la cabeza, porque no quería perder el tiempo con formalidades
tampoco. Todos sabíamos por qué estábamos aquí, y no había necesidad de esa
mierda. Por lo general, mi padre caminaba delante de nosotros, pero desde que yo
era el hombre clave hoy, seguí al anciano al interior primero. La casa era hermosa,
rica y muy jodidamente italiana con azulejos de cerámica de época, demasiadas
estatuas, y el abrumador aroma de las rosas. Se sentía más como un museo de la
antigua Roma que un hogar.
Su rostro sin vello estalló en una sonrisa. —Sedric, los entrenaste bastante
bien. Ellos ni siquiera se inmutaron.
—Me siento insultado de que te des cuenta de eso ahora —dijo mi padre, y
con sólo una mirada de reojo me di cuenta de lo que estaba pensando. Estaba tan
sorprendido como nosotros. Él sólo lo escondió bien.
Esto explica por qué quiere que finalice esta fusión, pensé.
Tentado a perder la calma, miré a Declan, diciéndole con mis ojos que lo
leyera. Él podía leer tan rápido como yo, y no quería que Orlando me viera cayendo
en sus juegos. Quería jugar limpio por ahora, pero no estaba por encima de golpear
a un hombre en una silla de ruedas.
—Orlando.
—No trates de engatusarme. Soy italiano, escribí el libro sobre eso. Así que
toma el acuerdo o aléjate. Esa es mi única oferta. Y en caso de que no te hayas dado
cuenta, no tengo tiempo que perder.
—¿Cuánto sabe ella sobre la empresa, perdón, quiero decir imperio, como
ustedes lo llaman? —le pregunté mientras me servía.
—Suficiente.
—Ella aprende rápido considerando a las mujeres con las que has estado, ¿no
es eso suficiente? —Él tenía un punto.
Declan sonrió. —En el peor de los casos, vas a gastar cinco minutos
explicándole las cosas a ella. Además, como que me gusta esta idea. Tal vez si las
mujeres supieran lo difícil que es hacer unos pocos millones, no los gastarían tan
rápido.
Todos nos reímos y nos volvimos a Orlando quien sonrió con esos malditos
labios agrietados. No estaba seguro de si era porque estaba de acuerdo o porque
34 todos los medicamentos contra el cáncer estaban jugando con su cerebro. Orlando
Giovanni era más difícil de leer que la mayoría.
—Bueno, entonces, Orlando, creo que me casaré con tu hija —le dije sin
ninguna emoción en mi voz. Declan me entregó el contrato de nuevo.
Quería verla primero, pero firmé de todos modos. Mi padre siempre me había
dicho que debía elegir mis batallas para poder tener energía para sobrevivir a la
guerra. Había demasiado en juego como para negarme sólo porque quería obtener
el visto bueno de una pequeña princesa. Además, cuando estuviéramos casados, la
mantendría demasiado ocupaba como para tener que cuidarla.
—Su novia, su elección —dijo mi padre, hablando por primera vez y con
apenas tanta emoción como yo. Ninguna.
—Buenos días, señor. La jefa está en una reunión en el sótano —dijo, haciendo
que todos nosotros nos congeláramos. Todo el mundo en nuestro mundo conocía
esa puta palabra.
—¿Quién creen que ha estado haciendo funcionar las cosas, mientras que yo
muero, señores? —Él se rió, antes de alejarse de nosotros—. Si no me crees, eres libre
de ir al sótano. Pero cuidado, no se encontrarán con una mujer que necesita que le
enseñen algo. Benvenuti famiglia nella8, Callahans.
—No, Liam, no era consciente. Parece haber sido un secreto bien guardado,
pero explica el reciente crecimiento del Imperio Giovanni —contestó, pareciendo un
tanto desconcertado por el pensamiento él también.
—De ninguna jodida manera una niña ha estado detrás de todo esto —dijo
Neal como un niño.
36
—Llévanos a ella entonces —ordené a la chica y ella asintió. Me gustaría ver
a esta Melody y averiguar si ella era realmente la jefa como ellos se habían atrevido
a llamarla.
La última vez que volví a ver a Orlando, ni siquiera se molestó en mirar hacia
atrás cuando nos fuimos. Debe haber sido un día triste para él. Él perdería una
empresa y una hija. No sentí lastima por él, aunque, estaría muerto muy pronto.
—Señor. —Los hombres me miraron antes de abrir la puerta, sólo para revelar
un ascensor con Fedel Morris al interior. Él era el hijo bastardo de Gino Morris, uno
8
Bienvenido a la familia, Callahans.
de los putos perros callejeros que tuvieron las pelotas para irrumpir en nuestra casa
de seguridad y matar a quince de nuestros hombres hace dieciséis años. Fue la razón
de que mi padre empujó por este maldito contrato.
—Aquí es hasta donde puedo ir, señor. Fue un placer estar a su servicio —
nos dijo Adriana y me dio una pequeña reverencia de nuevo antes de dar un paso
atrás.
—Sr. Callahan —dijo el perro con respeto forzado, haciendo espacio para
nosotros en el ascensor.
37 Todo lo que cualquiera de nosotros podía escuchar cuando nos bajamos del
ascensor era un hombre sin aire mientras el agua salpicaba a su alrededor.
Estábamos un nivel por encima de donde estaban ahogando al hombre. El sótano
era sólo un gimnasio gigante con un ring de boxeo en la esquina. Habían limpiado
todo en la planta baja para hacer sitio a su prisionero. A medida que me acerqué a
la barandilla, los ojos cayeron sobre mí. Los hombres me dieron una breve
inclinación de cabeza como si entendieran el cambio sucediendo dentro de su
empresa. Cada uno de ellos parecía tan mortal como nuestros hombres, y todos ellos
se quedaron en silencio, permitiendo que el hombre bajo el agua gritara para hacerse
eco en todo el espacio.
—Suficiente —dijo una voz suave, y cada hombre se irguió cuando la mujer
más hermosa que había visto en mi vida dio un paso adelante. Incluso desde donde
yo estaba, me di cuenta de que era la perfección. Desde su cabello ondulado y negro,
piel aceitunada impecable y profundos ojos marrones, a su figura perfecta de reloj
de arena.
El vestido blanco hasta la rodilla que abrazaba cada una de sus curvas
tonificadas y, Dios, su apretado culo, mierda. Sus labios exigían ser besados, y mi
polla exigía tener mi camino con ella en ese mismo momento.
—Neal —dije, sin emoción. La última cosa que quería era que los italianos
creyeran que estábamos impresionados.
38 —Ryan, por mucho que me gustaría prolongar esto, llego tarde a una reunión
con mi prometido, y odio llegar tarde —declaró Melody, mientras un hombre rubio
daba un paso adelante, sosteniendo sus joyas en una maldita almohada blanca.
—Es jefa o Sra. Giovanni —dijo el hombre, escupiéndole—. Nada más. Nada
menos.
Melody frunció el ceño e incluso eso me hizo poner duro. Tenía labios
hermosos.
—No quiero hacer esto —dijo, poniendo sus pendientes antes de que le fuera
entregado un arma.
—¿Quién dijo que era para ti? —Melody le devolvió la sonrisa mientras dos
hombres arrastraban a una mujer sollozando hacia adelante y la colocaron en una
silla frente a la escoria. Los ojos de Ryan se abrieron mientras él la miraba.
—Valero no sabe acerca de tu amiga especial, ¿verdad? Ellos no son
magnánimos contigo jodiendo mujeres fuera de los que ellos te ofrecen. Has
intentado muy duro mantenerla en secreto —dijo ella, caminando detrás de él. Hizo
hervir mi sangre lo cerca que estaba de él.
Él todavía no habló.
Suspirando, ella no disparó una, ni dos, sino varias veces, deteniéndose sólo
39
cuando el cuerpo sin vida de la chica se cayó de la silla. Ella ni siquiera se inmutó.
En cambio, se acercó a la chica y vació el resto del cargador en su cuerpo. Cuando
terminó, se volvió de nuevo a Ryan ahora salpicado de sangre, sentado con los ojos
abiertos y agitados. Esto debe ocurrir a menudo, porque sus hombres trabajaron,
llevándose el cuerpo y limpiando la sangre en el suelo, que no la había tocado.
Trajeron una nueva silla libre de sangre para que ella se sentara y le entregaron un
par de tacones. Todo lo cual ocurrió en cuestión de segundos. Se movían como los
militares.
En un instante, sin embargo, ella había ido en contra de todo lo que siempre
creí. Este no era el papel que yo quería que mi futura esposa jugara. Ella era
demasiado hermosa para la sangre y la oscuridad. Ella debería estar arriba, hojeando
catálogos y pintándose sus pequeñas lindas uñas, o esperando en la cama por mí
para que yo la tuviera. No podía soportar esto, y este no sería su papel. Yo iba a
convertirme en el jefe y el Ceann na Conairte. Ella estaría de pie a mi lado así que
los italianos caerían en línea.
No es que pudiera negar lo sexy que lo encontré. Mi mente odiaba esto… vio
el peligro en esto... pero mi cuerpo la deseaba dolorosamente. Mi polla latía por ella.
Declan rió a mi derecha. —Ahora mismo, deseas que la cosa más grande con
la que tengas que lidiar fuera una adicta a la caridad por esposa.
Los ojos que brillaron con más rabia fueron los de mi hermosa, pronto-a-ser-
esposa. Oh, bueno, esta sería su primera lección. Había un solo jefe, un solo Ceann
na Conairte, y no era ella.
40
4
Traducido por Leonor_92
Corregido por Jessibel
ORLANDO
—Gracias por haberle mentido. Sé que no es tu fuerte. —Tosí. Con sangre
como siempre. No quería nada más que rasgar mi maldita garganta de mi cuello.
—Ella es tu hija ahora. —Odiaba decirlo. Ni siquiera podía mirarlo a los ojos.
Me quedé mirando el vaso vacío. Mis manos parecían tan extrañas para mí.
—¿Orlando?
Caminando hacia mí, Sedric me levantó lentamente con una mano. —Dije,
ella siempre será tu hija. Me gustaría saber por qué no me dijiste sobre el cáncer. No
lo habría usado en tu contra.
42
—Mentiroso. —No pudo evitarlo, una pequeña sonrisa se dibujó en su
rostro—. No quería que alguien supiera, incluida Mel. Pero esa maldita chica es
demasiado sangrientamente inteligente para su propio bien y chantajeó a los
médicos para que se los dijera. —Riendo, agarré la botella de mi escritorio,
derramando unas gotas en mis manos.
—No permito que Mel haga ninguna cosa. Ella no pide permiso. Ella toma lo
que quiere. En el momento en que he descubierto lo que pasó, ya era demasiado
tarde para detenerla. Ni siquiera me di cuenta de cuándo comenzó a tomar más. En
un momento me estaba ayudando a equilibrar la cocaína y las armas, al siguiente,
ella me decía que no me preocupara porque ya sabía qué hacer. Traté de luchar
contra ella, pero los planes de la maldita niña siempre salían tan bien. Me quedé sin
palabras.
—Su imperio nos ha necesitado alguna vez, pero no ahora. Debo admitir, que
lo ha hecho bien, terriblemente bien, de hecho. Podrías haber terminado el contrato
—dijo, y tenía razón, pude haberlo hecho. Cualquier jefe que se precie nunca habría
compartido su trono con otro, y sin embargo, aquí estábamos.
—Si Mel fuera un hombre, nadie se atrevería a negar que tiene la capacidad
de ser el mejor que alguna vez hubo. Pero siempre habrá un tonto que crea que
puede atropellarla, y ella nunca dejaría de luchar. Si alguien la empujara a un rincón,
ella lucharía o derribaría el muro y los atacaría por la espalda. —Me reí. Era una de
las cosas que más me gustaban de ella. Ese fuego en sus ojos me recordaba mucho a
su madre.
—Mi hijo no va a dejar que ella mande. De hecho, me temo que los años de
paz que hemos disfrutado en mi casa han terminado. —Sedric sonrió y yo sabía que
él estaba esperando eso. Detrás de su acento pulido y el comportamiento cortés, él
disfrutaba del caos. Tenía una vieja herida de bala en el brazo para probarlo.
43
—Pero —se volvió de nuevo a mí—, ese no es tu único motivo, Orlando. Si tú
hubieras pensado que ella era una luchadora, la habrías encerrado alejándola de
todo en el momento en el que nació. Los combates no te molestan. ¿Qué lo hacen?
—¿Pero? —Tosí.
—Pero detrás de la fachada de Liam, anhela ser amado, y odia estar solo. —
Él frunció el ceño, odiando que tuvo que admitir la verdad, y que esa era la verdad—
. Él no está enfocado como debería estar y es demasiado compasivo a veces. Yo culpo
a su madre por eso.
Él asintió con la cabeza. —Él no tiene piedad en muchas formas. Pero para
ser el Ceann na Conairte, no debe mostrar misericordia a nadie más que a su familia.
Tú eres frío. Distante. Disfrutas de la sangre, la muerte. Liam mata, pero él no
disfruta como debería. Si lo hiciera, el Valero le temería, tanto como te teme a ti, o
debería decir, la mujer que ahora está actuando como tú.
—Debo pedirte algo, Sedric —añadí, deseando más que nada no tener que
decir las palabras que estaban a punto de liberarse de mis labios.
44 —Sea lo que sea, dilo, y lo haré —dijo, sólo haciendo que el dolor en mi
corazón arda más.
Tragando mi orgullo asentí. —Deseo que camines con ella por el pasillo.
—Voy a llamar a Evelyn, y ella tendrá todo listo en tres días. Tú puedes ver
desde una habitación secreta. Nadie te verá —dijo, con un gesto agradecido.
Ofreciendo más que eso, y que bien podría tallar mi corazón.
—¿No sientes como si fuéramos Pandora justo cuando está por abrirse la caja?
—le sonreí—. Ellos van a traer el caos como nosotros nunca pudimos, y lo hicimos
simplemente con la esperanza de mejorar su futuro.
9
Mi dulce niña.
Sedric rió antes de terminar su brandy. —Sí, en una especie de retorcida
manera.
—¿Sí?
—¿Por qué es eso? —preguntó Sedric con una frialdad en su voz que no había
tenido desde que nuestra conversación comenzó.
46 MELODY
¿Quién carajos quiere morir?
Mi sangre hervía.
—¿Tu padre pagó por tu diploma en Darmouth? Porque parece que no eres
bueno en la lectura —lo miré, tratando de no dejar que las gruesas olas de lujuria
que irradiaban de él me molestaran—. Ese documento dice que trabajas conmigo
después de nuestro matrimonio, Callahan y nosotros aún no estamos casados,
entonces eres un puto invitado en mi casa.
Él sonrió y era sexy, así que peligrosamente, quería matarlo por eso. —Sé una
buena novia y dile a tus mascotas que se larguen, o voy a ponerlos abajo, cariño. —
Sus verdes ojos me evaluaron como si fuera su brillante y nuevo juguete.
Podía escuchar sus pies mientras seguían mis órdenes y corrían como
cucarachas a la luz del día. Los únicos hombres que no se movían eras dos que
reconocí como el hermano y primo de Liam.
Dando un paso hacia delante, me detuve cuando él estaba a poco más de una
pulgada lejos de mí. Podía sentir su aliento en la punta de mi nariz y sonreí
dulcemente.
—Sólo si están en bolsas de cadáveres —dije, caminando alrededor de Liam
y frunciendo el ceño a los dos hombres que tenían que salir—. Tienen dos segundos.
Sonrió, pero antes de que pudiera hablar otra vez, lancé mi cabeza atrás y la
aplasté contra su puta nariz. Su cabeza se fue hacia atrás y su agarre en mí se aflojó.
Llevé mis rodillas atrás lo suficiente para patearle la entrepierna. Lo que hizo que
me liberara por completo.
Torció mi pie y me llevó hasta el suelo, fijándome allí con el peso de su cuerpo,
antes de que pudiera llegar a mi tercer punto.
Furia ardía en sus ojos mientras más o menos respiraba por la nariz. —Mi
madre me dijo que no golpeara a una mujer, pero estás empujando mis límites.
Cuando la abrí, mis hombres estaban con las armas sobre Declan y Neal
quienes reflejaban sus poses. Eso explicaba porque ninguno de ellos había entrado.
No pudieron comprobar la puerta sin poner la espalda al enemigo.
—¿Qué le gustaría que hagamos con ellos, señora? —preguntó uno de ellos,
sonriendo aún más amplio que el resto. Antonio odiaba a los Callahan tanto como
Fedel lo hacía. No estaba tan cerca de mí como de Monte o Fedel, pero era muy leal.
Él y su padre habían trabajado para Orlando mucho antes de que yo me hiciera
cargo. La adquisición de él en la línea significaba conseguir a los mayores, los que
50 todavía estaban amargos de que yo, una mujer joven, ahora fuera jefa y cayera en la
línea.
Me giré hacia mi familia de ley y les sonreí antes de llegar a estrechar sus
manos. —Me disculpo por no ser propiamente presentada. Como saben, soy Melody
Nicci Giovanni, pero ustedes pueden llamarme Mel.
—¿Mi hijo te hizo esto? —preguntó, mirando mis brazos y las piernas
ligeramente magulladas, labios heridos y cabello desordenado.
—Fue un pequeño desacuerdo. —Sonreí—. Y yo le disparé por ello. Si no
fuera mi futuro marido, hubiese sido peor. Espero que podamos ser debidamente
presentados más adelante Sr. Callahan, ya que su trabajo pasado me parece
fascinante.
Y con eso me metí en el ascensor, ya que se volvió a abrir. Fue sólo cuando
las puertas se cerraban que vi al hermano y primo de Liam lanzarse de nuevo a la
habitación para recogerlo. Detuve mi risa.
—Me sorprende que no le dispare en la rótula por esa mierda, señora —dijo
Antonio mientras subimos.
Todavía podía sentir sus manos sobre mí, exigentes y posesivas. Sus labios
mientras mordían mi cuello, mi oído, y por fin mis labios. No sólo era un buen
besador, era un besador sensual. Él quería asegurarse de que, con sólo un beso,
estaría mojada por él y dispuesta a ceder. Si hubiera sido cualquier otra, habría
funcionado.
No había ninguna duda en mi mente que él sabía qué hacer y cómo hacerlo.
Él era una fuerza, y a mí no me hubiera importado, si no hubiera entrado en mi casa
y tratado de convertirme en su pequeña esposa perfecta.
Cuando finalmente volví a tomar aire, allí estaba él, el objeto de toda mi ira,
rabia, y lujuria, sentado junto a la piscina con un traje fresco y un vendaje sobre su
pierna, una pierna estaba descansando en mi silla de piscina. Saliendo del agua, cogí
mi toalla mientras sus ojos recorrieron mi cuerpo.
—¿Ves algo que te gusta? —le pregunté, exprimiendo el agua fría de mi pelo.
—Si me convertí en una salvaje despiadada, fue sólo porque otro salvaje
implacable entró en mi arena. Si vienes por una disculpa, busca en otra parte. Ahora,
sal de una puta vez —dije.
—¿Qué te hace pensar que no puedo abrir una cerradura hijo de puta? —me
burlé, tirando de la maldita esposa.
Frustrado, se pasó las manos por el pelo antes de sacudir la cabeza. —Vamos
a hablar más tarde, entonces. Come. No me gustaría llevarte a casa de mi madre
enferma. Me aseguraré de que la habitación se mantenga caliente. Envié a todos los
53 demás a la cama por la noche. Buenas noches, esposa.
Estaba bien hasta que apagó las luces y cerró la puerta. Él no lo sabía. Nadie
sabía a excepción de mi padre. Tenía un miedo irracional a la oscuridad. A pesar de
que todavía estaba la luz tenue de la piscina que iluminaba el área pequeña, todavía
podía sentir el miedo arrastrándose por mi columna vertebral.
Iba a salir de esto esta noche, incluso si tuviera que romper mi mano para
hacerlo. Con suerte, la silla se rompería contra las paredes primero.
54
LIAM
—¿Te he enseñado algo? —preguntó mi padre, su voz un tono más que un
susurro mientras leía los archivos en el escritorio delante de mí.
—No padre, en realidad me has enseñado mucho —le contesté antes de tomar
otro trago del horrible coñac de Orlando—. ¿Por qué lo preguntas?
—No seas tímido conmigo chico. Lo que pasó entre tú y Melody hoy era
inaceptable. Golpear a tu esposa…
Sedric se me quedó mirando, con los ojos ardiendo mientras daba un paso
hacia adelante. —Como debería haber hecho. No tenías derecho a interrumpirla. Si
se invirtieran los papeles, ¿qué habrías hecho?
—¿Qué eres? ¿Un horno? Estoy del lado de la familia, como debe ser. No fue
tu madre, o Coraline, u Olivia. Fue Melody. Melody, quien se convertirá en tu esposa
en menos de setenta y dos horas. Haz las paces con ella.
¿Setenta y dos horas? —¿Por qué diablos vamos a casarnos en tres días?
Tomando asiento una vez más, me volví y miré a la chimenea encendida que
iluminaba la oficina de Orlando. Este día no había ido como lo planeé, y mientras
mis huesos dolían para dormir, mi mente no podía dejar de pensar.
Necesitaba hacer que Melody entendiera que ella no estaba por encima de mí.
Que ella no daba las órdenes. Que ella no movía montañas o causaba tornados a
56
través del cielo.
Lo hice.
Había trabajado demasiado tiempo y demasiado duro para dejar que alguien
me detenga, y no sería ella. Me hubiera gustado morir antes que renunciar a mi puta
pretensión de esta familia. Cuando me enteré de lo que hizo mi padre para ganarse
la vida, vi cómo las personas crean caminos para él mientras caminaba en edificios
llenos de gente. Vi como gobernadores, senadores, banqueros y malditos jueces por
igual, besaban sus pies. Yo sabía lo que quería hacer. Algunas personas, como Neal
y Declan simplemente nacen en la familia, pero yo sabía que había nacido para
gobernar la mafia. Estaba más allá de mi puto llamado, estaba en mi sangre. Era lo
que me empujó a diario, y la única persona que estaba en el camino de eso era mi
padre.
Él sólo se rió. —¿Esta frustración reprimida que siento irradiar de ti, tiene
algo que ver con el hecho de que la desees tanto? Así fue como disparó la pistola. La
estabas tocando y…
Alzando las manos, vidrio todavía en su izquierda, asintió con una sonrisa.
—Eres posesivo. Me pregunto lo que tu futura esposa piensa de eso.
—Ella estaría cabreada, tanto así que espero que ella me dispare en la pierna.
Nunca hemos tenido ese tipo de juego previo antes.
—Mi madre te quitaría tu lengua por hablar así —le respondí, golpeando de
nuevo una copa antes de tomarme otra.
—No antes de tomar la tuya por lo que pasó hoy. Debería haber sabido que
tomarías represalias.
Rodando los ojos, me acerqué a la mesa y recogí mis archivos. —La esposé a
una de las sillas de la casa de la piscina y le dejé un poco de cena. Voy por ella en la
mañana.
—No puedes estar hablando en serio, Liam —dijo, haciendo que me gire a él.
Él debería haberlo sabido mejor que dudar de mí.
—Está bien, es enserio. —Él frunció el ceño—. Pero no puedes dejarla allí toda
la noche. Si así estaba ella con una buena noche de sueño, imagina lo irritada que
estará en la mañana. ¿Quieres que este así para tu madre?
—Sr. Callahan —Adriana, la patito feo, entró, vestida con un antiguo camisón
como si hubiera salido de la edad media.
Declan contuvo su risa llenando su boca con brandy, mientras me gire hacía
la pobre chica delante de mí.
Me miró como si supiera lo que casi dije. —La jefa me dijo que le preguntara
¿a qué hora partirá mañana?
Jaque mate.
Melody Giovanni.
Podía oír su risa resonando en mis jodidos oídos. ¿Jaque Mate? ¿Ella pensaba
que era jaque mate?
—Sí, te he echado de menos también. Sí, Melody es… ella es única mamá,
única en su clase. Llamaba para saber si no te importaría tener una fiesta de
bienvenida para ella. Sólo para demostrarle lo feliz que soy de tenerla en mi vida.
Quería rodar los ojos. —Sí, toda la familia. ¿Puedes hacerlo? Ella es tan
maniaca como Olivia.
—¿Estás seguro de que ella no está cansada? Pensé que hoy llegaba a la
ciudad.
Cuando colgó, sonreí. Mi madre haría lo que siempre para las celebraciones.
Ella se podía sobrepasar.
Ahora sabía que Melody podría echarse bajo tierra y rodar como una
profesional de mierda. Pero no sería capaz de contenerse con mi familia. Ellos
cagaban arco iris y unicornios y mientras ella estuviera distraída, me daría algo de
tiempo para una nueva pista de Valero.
Estaba planeando algo grande para esos hijos de puta e iba a utilizar toda la
información que adquirí de los archivos de Orlando para hacerlo. Los contactos de
los Giovanni ahora eran mis contactos. Casi podría decir jaque mate ahora. Pero me
preguntaba cómo se sentiría ella cuando utilice su trabajo y multiplique la
destrucción por veinte. Ella jugaba un juego de niños y yo ya no era un mocoso. No
se trataba de superar, este era yo demostrando un punto. Mataría dos pájaros de un
tiro. Valero nunca lo vería venir y me gustaría dejar mi huella como el nuevo Ceaan
na Conairte y el nuevo jefe.
61
7
Traducido por Mich Fraser & Feña St. Clair
Corregido por Cris Maddox
MELODY
—¿Cuál, mi señora? —Adriana levantó dos vestidos verdes azulados para
ponerme en mi primer día con el sangriento clan irlandés, pero realmente no me
importaba lo que vistiera mientras consiguiera pasar el maldito día.
—Dr. Anderson, ¿qué piensa usted? —le pregunté al hombre mayor que
vendaba mi muñeca. El Dr. Anderson era el único doctor en el que confiaba lo
suficiente para que me tocara. Después de todo, él me recibió en el parto y había
visto más de mis lesiones sin molestarse en preguntar.
Estaba en lo cierto. Había usado tanta fuerza en tirar del brazo de la silla que
corté profundamente mi muñeca. El idiota había hecho puños de acero, lo que hizo
fácil romper la silla, pero todavía dolía como una perra y dejaría una cicatriz.
Adriana me miró, esperándome. —¿Tacones blancos, mi señora?
Asentí, frotando mi muñeca una vez que el doctor se fue. Tuve que luchar
contra el impulso de lanzar este maldito anillo feo por el desagüe cada vez que lo
miraba en mi mano.
Fedel mantuvo la puerta abierta para el Dr. Anderson, pero no sin antes
entregarle un sobre con dinero más que suficiente para asegurarse que no tuviera
que trabajar por un tiempo.
—No, señora. Nunca pensaría que sería tan tonta para terminar en la cárcel.
—Él se aclaró la garganta y me reí. Saliendo detrás del vestidor, Adriana me dejó los
tacones blancos en mis pies.
—Eso no sería prudente, mia bambina dolce —mi padre tosió mientras era
llevado por su enfermera. Caminando hacia él, le di un beso en la mejilla.
—¿Por qué no puedo decirles que se jodan? —le pregunté, cuando Adriana
me entregó mis pulseras.
—Porque para el resto del mundo, eres la prometida de uno de los hombres
más poderosos de este país, el príncipe de Chicago. No su jefa. Ellos quieren a una
Kate Middleton o a una primera dama, alguien que bese a los bebés y escriba
grandes cheques para la beneficencia a nombre de su esposo —espetó mi padre,
haciendo que me detuviera y sólo mirara sus moribundos ojos.
—No lo fue —dijo entre dientes—. ¿Has olvidado por qué te pones los
zapatos blancos? —Todo mi cuerpo se congeló por un momento y un escalofrío
corrió por mi espina dorsal.
Mi padre vino detrás de mí. —No voy a ir a la tumba sabiendo que este
matrimonio está condenado y que, de nuevo, dos personas que están hechas el uno
para el otro, no se traguen su orgullo, bajen sus armas y ¡actúen igual! Tú, Melody
Nicci Giovanni, no vas a recorrer el mismo camino que tu madre y yo hicimos. Vas
a apoyar a tu marido, lo guiarás cuando sea necesario, estarás a su lado y sólo a su
lado. Vas a ser una maldita Callahan y te asegurarás que ambas familias, la pasada
y presente, ¡se levanten! —gritó, ni una sola vez tosiendo o incluso parpadeando
para el caso. Había cerrado los ojos, él sonó como el Orlando que solía conocer.
—Pero el resultado lo será si no tomas mi consejo. Haz las paces con él,
Melody. ¿Recuerdas cuánto tiempo tardé en adaptarme a ti como la jefa?
Demuéstraselo a él. Demuéstraselo a todos ellos sin hacer que tu marido parezca
tonto, así yo puedo descansar en paz. —La tensión en su voz cayó antes de que él
tosiera otra vez, volviendo al hombre enfermo que ahora era.
—Bien, trataré, pero si me trata como un tapete o peor, como Martha Stewart,
le voy a disparar en el otro muslo. —Sólo estaba medio bromeando.
—Es todo lo que pido —dijo, mientras era llevado fuera de mi dormitorio. La
espalda de Adriana y Fedel se enderezaron a medida que nos siguieron por el
pasillo.
65
—¿Fedel, las casas están terminadas? —le pregunté, caminando lo más lento
posible, ya que no tenía prisa por llegar a mi destino.
Cuando me enteré hace años que iba a casarme, poco a poco había comprado,
sobornado y tomado tierras “protegidas por el gobierno” lo suficientemente lejos de
la mansión de Callahan o la mía, para darles a mis hombres un lugar para sus
familias, algo cerca de donde yo me iba a alojar. Las casas no eran nada parecidas a
la mansión de Callahan o la mía, pero eran bonitas, casas comunes de familias que
se encuentran en los suburbios. Las empezamos a construir hace tres años, en un
área que les dejé a Antonio y a Fedel para completar la construcción.
—Buenos días, ¿voy tarde? —le pregunté amablemente y brillante como fue
66 posible.
—No, señora, sólo pensaba que estás hermosa esta mañana —respondió
Declan tratando de tomar mi mano para besarla, pero la aparté.
—Déjenme aclararle algo a los dos. Si me tocan los voy atar y arrastrar hasta
sacar el último hueso de sus cuerpos, ¿entendido? —les pregunté con una sonrisa.
Sus brazos cayeron y Declan mantuvo su mano en el bolsillo.
—Excelente —añadí.
—Senza rispetto10 —Monte dijo en voz baja. Él era todo acerca del respeto.
—Basta tontos. Vamos a llegar tarde. Su madre dice que el caos esta fuera de
la mansión. Vámonos —les dijo Sedric mientras me guiñó un ojo. El viejo pervertido.
Caminaron hacia sus autos, dejándome sola con Liam y su nuevo negro Audi.
No dijo nada, abriéndome la puerta y luego cerrándola cuando tomé asiento. No
10
Irrespetuosa.
dijo nada cuando tomó asiento junto a mí y no lo necesitaba. De hecho, tenía trabajo
que hacer.
Porque salí de la silla a la que me dejaste encadenada como a un perro, tú hijo de puta.
A menos que no consigas lo que quieres. Entonces lloras como un recién nacido que
abofetearon su culo.
Sus ojos brillaron. —Detén el coche —le dijo al conductor, quien pisó el freno.
Liam agarró el Ipad de mi mano, una botella de brandy y después salió del
coche y lo derramó todo en el dispositivo antes de dejar caer su encendedor,
ardiendo en llamas en la parte superior. Fue tan rápido que podía escuchar el cristal
agrietándose. Regresando al coche, se pasó las manos por el cabello antes de ajustar
su chaqueta y corbata.
Recuerda a Orlando.
—Un poco inmaduro, ¿no lo crees? —le pregunté, sin molestarme en mirar
68
encima por miedo de golpear su rostro hasta matarlo.
—Joder ¿no me digas? —repitió mis palabras—. Pero era la tablet o tú, y
puesto que hay decenas de fotógrafos y reporteros esperando a ver a una feliz pareja,
me imagino que matarte no irá bien.
—Será mejor que se quemara por completo —dije, respirando por la nariz.
—¿Me veo como el puto James Bond? —sonreí. Era un cumplido, y ni siquiera
él lo sabía.
Miró, dándose cuenta de su desliz sólo un momento más tarde. —No. Más
como una viuda negra.
Cuando la mano de Liam tomó la mía, salté, sacando una navaja de mi muslo
antes de que incluso cualquiera de nosotros pudiera parpadear. Se me quedó
mirando con los ojos abiertos y luego sonrió a la navaja en mis manos, antes de mirar
a mi muslo. Pude ver la pregunta perfectamente: ¿Cómo diablos la tenías tan bien
escondida?
—Maté al último hombre que me miró de esa manera —dije, esperando ver
el disgusto por mis palabras, pero sólo vi más lujuria. Se estaba excitando y lo último
que necesitábamos era esa impresión—. Por el amor de Dios, contrólate Callahan.
Tu madre, la mujer que azotó tu culo de niño, te está esperando.
Eso lo hizo.
En el momento que lo hizo, los flashes de las cámaras nos asaltaron. Liam me
acercó hacia él, su brazo envuelto alrededor de mi cintura y usé la oportunidad para
tratar de arreglar su sexi cabello. Él besó mi mejilla cuando terminé, causando que
los periodistas nos lanzaran tantas preguntas. Quería dar la vuelta e irme, pero Liam
apretó mi mano y sonreí apretándosela de nuevo. Para ellos, parecíamos unos locos
enamorados. Si sólo supieran.
Una mujer increíblemente hermosa, que sólo puede ser la madre de Liam, dio
un paso adelante del clan detrás de ella. —Liam, pon espacio entre tú y la pobre
chica, somos católicos por Dios.
Me dio un gran abrazo y supe de donde Neal lo sacó. Estas personas necesitaban
dejar de tocarme.
—Por favor dime Evelyn, mi amor —sonrió más brillante que el sol—. No
tienes idea de cuánto tiempo he esperado por conocerte y no me extraña que tu
padre te escondiera, eres tan hermosa, Melody.
Dejé caer mi cabeza por puro efecto antes de sonreír. —Gracias, Sra… Evelyn,
pero por favor sólo llámeme, Mel. Mi nombre no encaja en absoluto con mi
personalidad. No puedo hacer una nota.
Asintiendo en placer ella me tira hacia adelante. Por el rabillo del ojo, vi la
mirada de asombro en el rostro de Liam.
70
Sólo porque odiaba el maldito papel no quería decir que no podía jugarlo.
—Mel, estas son mis otras dos hijas, Olivia, la esposa de Neal. —La Barbie
Malibu, con su largo cabello dorado y brillantes ojos azules me miró dándome la
mano, un poco apretada.
La siguiente fue Coraline, la mujer más bien alta, con piel chocolate y una
gran sonrisa en su rostro.
—Hola. Soy Coraline. Me alegro de por fin conocerte. —No pudo contenerse
tirándome en un abrazo.
—Hola, Coraline —le sonreí—. Todos son tan agradables. Gracias por darme
la bienvenida a su hogar. No tienen idea de lo nerviosa que he estado.
Coraline me agarró del brazo libre, mientras que Olivia se limitó a sonreír,
claramente no encontrando ninguna amenaza en mí. Al igual que el resto.
—Lo siento —hice una pausa, con las palabras de él viniendo—. ¿El resto de
la familia?
Pero sabía que el clan Callahan era entre noventa o cien personas en su
familia. Mi línea italiana había desaparecido en su mayoría. No me ocupo de muchas
personas en cualquier lugar, con la excepción de mis hombres.
Dando la vuelta, Liam estaba sonriendo como un maldito gato con una bola
de estambre, y entonces supe que tuve que haberlo matado en mi sótano. Él guiñó
el ojo y estuve tentada a perder la calma, pero no le daría el placer.
—Si todos son tan acogedores creo que puedo hacerlo, pero por favor no me
deje completamente sola. Realmente no quiero insultar a nadie.
Coraline sonrió. De nuevo son sus putas sonrisas. —Mel, eres familia. No
podríamos tirarte a los lobos sin darte una lanza.
Por favor, dame una maldita lanza. Sabía qué corazón quería atravesar.
Les permití tirarme por los aburridos pasillos hasta un conjunto de grandes
puertas francesas, las que se abrieron a una amplia zona de césped de hierba, ahora
cubiertas de carpas blancas. Al menos un centenar de personas estaban sentadas
bebiendo, riendo, y rellenando sus caras con la comida. Música rugía de una vieja
banda irlandesa organizada cerca de los árboles, y cuando dije vieja, quise decir
vieja. Con largas barbas blancas, tocaban sus instrumentos hechos a mano para la
multitud.
Todos ellos dejaron de bailar, cantar y beber, como si quisieran que el mundo
supiera que no era sólo un estereotipo irlandés de mierda, para mirarme. Entonces
ellos levantaron sus tazas y gritaron:
—¡Salud!
Sus sonrisas casi dividieron sus caras cuando comenzaron a hablar de lleno
en irlandés. Liam debe haberme seguido, porque estaba siendo felicitado por
algunos otros borrachos masculinos. Parecía sorprendido de que yo supiera
irlandés. Pero él era un cerdo chovinista que pensaba que todo lo que hacía era
pintar las uñas de mis pies y comprar. Por supuesto que hablaba irlandés. Mi padre
me hizo aprender al momento en el que se formó el contrato.
A medida que los niños me tiraban hacia un rincón del jardín enorme, cada
uno bailando a mí alrededor, yo fingía no darme cuenta de las mujeres mirándome.
Hablaría con ellas más tarde, pero ahora necesitaba hacerme ver como una maldita
73 santa. Me quité los zapatos y bailé junto con los niños, cantando sus canciones
irlandesas e incluso algunos de ellos girando alrededor. Incluso me hizo reír. No me
malinterpreten, me gustaban los niños… algo, un poco. Estaba segura que eran
molestos como la mierda si pasabas mucho tiempo con ellos. Pero los necesitaba hoy,
así que bailé.
—Oh, vamos a tener una fiesta en el jardín para ti mañana, para todas
nosotras. —Los ojos de Evelyn brillaron de alegría—. Todo el mundo se muere por
conocerte.
—No puedo esperar —le dije, pero ellas ni siquiera notaron que estaba
mintiendo.
—Discúlpenme.
74
Fedel y Monte se tensaron, esperando a que yo estuviera cerca para hablar.
—Fedel, quédate aquí, no me gustaría que salieras lastimado —le solté, antes
de disparar a la derecha a través de la pared. Ni Monte ni yo nos detuvimos, ni
siquiera cuando la pintura, andrajosa e irreconocible, se derrumbó al suelo. La pared
voló en pedazos poco a poco hasta que la puerta rebotó abierta.
Cuando se soltó, di un paso. Ahí estaban las ratas, todos estirados y en pánico
con las noticias sonando en el fondo. Mis ojos se encontraron con Declan, que lucía
tan blanco como un papel, luego Neal, quien estaba haciendo todo lo posible para
detener la hemorragia en su brazo. El siguiente fue Sedric, que no parecía
sorprendido de que fuera yo. De hecho, él era el único que llevaba un chaleco
antibalas debajo de su traje. Si no lo hubiera hecho, el agujero de bala en su corbata
lo habría matado. La rata más grande de todos ellos, que debe haber tenido un jodido
ángel de la guarda en el bolsillo porque estaba perfectamente bien, estaba furioso.
—Dime que no fuiste jodidamente tú, y todavía puedes venir a la puta boda,
cariño —le dije todavía tranquila como siempre, lista para empezar a disparar de
nuevo.
75 Debí haber usado los tacones blancos.
8 Traducido por Mich Fraser
Corregido por Cris Maddox
76
LIAM
—Tu prometida es… —Neal dejó de hablar, llevándola a través de la ventana
mientras se reían y bailaban con los niños. Una parte de mí quería correr allí y salvar
sus vidas. La hermosa mujer con la amable sonrisa y cara sonrojada, era sólo una
ilusión. Ellos estaban bailando con un maldito león, una serpiente de la hierba.
—Una maldita maestra del disfraz —susurré con enojo. Hubiera disfrutado
observándola bailar y sonreír y cantando desafinadamente si no la conociera mejor.
Si no hubiera un puto agujero en mi muslo, habría pensado que era afortunado.
La mujer ante nosotros, era la mujer que yo esperaba, la que quería y me enojé
sin ningún fin, porque ella no existe. Se suponía que esta fiesta la haría sentir
incómoda, pero ella estaba jugando con cada uno de nuestra familia como tontos.
—Nos tiene comiendo de sus manos. Es una dama —Neal dijo mirándola con
asombro y admiración.
—Neal, voy a dispararte en frente de Olivia y luego le daré el arma para que
te dispare otra vez si no dejas de ver a mi novia como si fuera la puta virgen María.
—Golpeteé de nuevo el coñac en mi mano. La odiaba por esto. Porque, una vez más,
me doy cuenta que ella podía jugar este juego, el juego del asesinato y la mentira,
como una maldita profesional de mierda.
—¡Cierra la puta boca, Neal, o te juro por Dios! —Agarro el vaso en mi mano
tan condenadamente apretado, que casi se rompe—. Ve hacer tu sangriento trabajo.
Quiero ese avión en cenizas en tres minutos.
No dijo nada más, mientras se alejó con Declan junto con el resto de nuestros
hombres, mientras yo miraba a mi pronto esposa caminar sobre la maldita agua.
—Señor, estamos listos. —Uno de mis hombres, Eric Reese, llamó detrás de
mí. Eric no era un familiar, pero era muy muy cercano. Uno de los pocos de mis
hombres con más de la mitad de un cerebro y completa lealtad. Es resto estaba en
esto por miedo o por el dinero.
—¿Estás seguro que quieres hacer esto, Liam? —Mi padre preguntó, mientras
miraba el punto que indicaba la posición actual del avión. Pronto cruzando aguas
americanas.
Eric asintió. —Debes enviarle una invitación de la boda, sólo para endulzar
la olla, compañero.
Declan sonrió, pero antes de que apretara el botón, Neal le ganó como si
fueran unos niños.
—Soy el más viejo, primo —dijo, antes de reírse como un loco tonto. Un
momento después, había llamar rojas, anaranjadas y amarillas que llenaban el cielo.
Metal arrancado, ceniza cayendo al mar y todo lo que podía hacer era deleitarme en
la grandeza de todo.
Pudo haber cortado a Vence por las rodillas, pero en su lugar, no hizo nada
sólo para salvar algunas vidas. Ella no lo entendía. Corremos en la puta mafia, no
reparamos en algunos, tomamos lo que queremos, cuando queremos y matamos
para tener el trabajo hecho. Todas esas personas se encontraban en el lugar
equivocado en el momento equivocado, y me aseguraría que mi madre… o tal vez
Melody, abriera una obra de caridad en sus nombres. Pero ahora yo...
Las balas estallaron a través de unas de las paredes antes de que pudiera
terminar mi pensamiento. Nos dispararon como la lluvia, destruyendo cualquier
cosa y todo en su camino.
Mátala. Pon una bala a través de su bonita cabeza de mierda y tírala desde un puente
de mierda, gritó mi mente cuando miré el cañón semiautomático de mi prometida.
—Carrot top11 —ella dijo, sin dejar de mirarme a los ojos—, es mejor que
aprietes del gatillo ahora. Te vas arrepentir si no lo haces.
11
Cabeza de zanahoria.
—Te dije que lo lamentarías —dijo entre dientes. Se echó hacia atrás y lo
golpeó en sus joyas con la culata de su arma.
—Liam Callahan. Por las próximas cuarenta y ocho horas, estás desterrado.
¡Retírate! —Una vez más la sangre en mis venas exigía derramar sangre, así que
disparo más allá de la cabeza y en el brazo de Monte.
Los ojos de Melody brillan con rabia, pero antes de que su bala me golpeé, mi
padre fue por su mano. Él torció su muñeca y luchó con ella hasta que la pistola
estaba fuera de su agarre y él tenía su brazo detrás de su espalda.
Cuando ella asintió, la dejó ir y se fue con Monte, del quien se aferró a su
brazo y Fedel, quien no se había movido de la pared destrozada. Cuando ella se fue,
mi padre ni siquiera tuvo que hablar, miró a nuestros chicos y se fueron más rápido
que ella obligatoriamente se había ido con el hombre que acababa de escupir toda
mi victoria. Una vez más, todo lo que podía ver era rojo y por primera vez en mis
veinte cuatro años de vida, quería la sangre de mi padre.
Dio un paso hacia adelante, con sus ojos más oscuros que una tormenta. —
Tú mismo te has avergonzado. ¿No crees que esa mujer, jefa, Melody, no pudo haber
bombardeado fácilmente el avión? Sí, yo sabía de donde sacaste esa información,
maldito idiota. Revisé sus archivos también, mientras estabas ocupado encadenando
a tu novia en la silla de la piscina.
81 Apuntó hacia la pared desmoronada, que ahora nos exponía. —¿Eso te parece
debilidad? ¿o es qué estás tan cegado por la idea de poder que has olvidado todo lo
que te he enseñado? —suspiré profundamente, dejando caer la pistola sobre la mesa
antes de que apretara el gatillo.
Me quedé inmóvil, sin entender lo que Aviela Giovanni tenía que ver con
esto. Ella había muerto hace años.
—Piensa en ello, después vuelve con ella y arrástrate. —Con esas palabras,
salió de la habitación.
Tomo asiento en uno de los equipos que no se destruyó, pongo los archivos
de los que él me estaba hablando y mi sangre se congela.
19 DE MARZO: VUELO 307 SE ESTRELLA EN EL OCÉANO
ATLÁNTICO; UNA SOBREVIVIENTE, SEIS AÑOS DE EDAD, MELODY NICCI
GIOVANNI.
—Joder —murmuro para mí mismo mientras leo el título, pero esto sólo
empeoró.
NOTAS:
Melody explicó que, debido a que ella estaba orando, ellos decidieron
dejar que Dios decidiera su suerte y la echaron de nuevo al océano, aferrándose
a un pedazo de escombro. A medida que se alejaban, le dijeron que si
sobrevivía podía unirse a los Valero cuando fuera mayor.
12
Miedo a la oscuridad.
Mi mente estaba en mal estado. No podía pensar con claridad, todo lo que
podía ver era una versión más joven de mi prometida, aferrándose a una puta ala en
medio del océano atlántico. En la oscuridad. Justo como yo jodidamente la dejé. —
Mierda.
Mi padre tenía razón. Realmente tenía que arrastrarme, pero incluso eso no
cambiaría las cosas. No sería suficiente. Nada sería suficiente y no tenía nada que
darle.
En el interior, ella se quedó a los pies de la cama, vestida de gris, con una
pistola y cuchillo atado a su muslo. Ella parecía estar asimilando todo, desde los
83 rojos oscuros y oro de mi cama y las paredes, los suelos de madera, los grandes
ventanales, la alfombra de piel de león, el piano en la esquina hasta la pantalla plana
plegada a la pared. Se dio la vuelta lentamente y realmente yo podía escuchar sus
pensamientos. No era la habitación de una mujer amistosa. Sin embargo, no estaba
destinada a serlo.
Cierro el pequeño espacio entre nosotros, y miro hacia abajo, en sus ojos
marrones, queriendo arrancarlos de su cara ovalada.
—¿Soy insolente? ¿Soy salvaje? Lo dice la mujer que atacó a su manera una
reunión privada casi matando a su futura familia política. No me conoces, Giovanni.
No te dejes engañar por mi ingenio o encanto. Me ha tomado toda mi fuerza no
matarte.
Paso dos, esconder todos los cuchillos, armas de fuero y tal vez almohadas.
84
9
Un asesinato hace un villano, millones un héroe.
Los números santifican, mi buen amigo.
~ Monsieur Verdoux
Traducido por Jane
Corregido por Daliam
85
MELODY
Había algo en Liam Callahan. Era inmaduro, pendenciero, e impaciente. Esas
fueron sólo las cosas más amables que se me ocurrieron, y sin embargo, sabía que
olía a canela, especias y manzanas. Me había tomado el tiempo para reflexionar
sobre su olor, incluso disfrutarlo. Ugh. Además de eso, me gustaba cómo se veía de
cerca. La forma en que flexionaba sus músculos por costumbre y crujía los nudillos
cuando estaba tenso. Me había dado cuenta de eso en tan sólo dos días. Tenía todo
un arsenal de hombres bajo mi control y muchos eran atractivos, de alguna manera,
forma o figura, y sin embargo, había algo en Liam Callahan.
—Ya me puse en contacto con Monte, y te dirá qué hacer. —Sus ojos se
abrieron, sabiendo lo que quería decir. Acaba de perder su título de mano derecha,
hijo de puta—. La próxima vez, Fedel, cuando te diga que desistas, hazlo sin
dudar. Gastas mi tiempo e insultas mi inteligencia con una declaración como, “los
superamos en número”. Eso es todo.
Lo corté antes de que pudiera hablar de nuevo. —El helicóptero nos llevará a
Delaware. El vuelo es de una hora. A partir de ahí, tomaremos una lancha rápida al
norte. El GPS capta la señal de quince sonidos desde la orilla. Sin embargo, los
86 Valero ya son conscientes de tu truco y lo más probable es que tengan hombres en
el agua tratando de recuperar alguna droga perdida. —Dando un paso adelante, me
aseguré de que entendía que no estaba jugando—. En primer lugar, ves lo que estoy
haciendo, ¿diciéndote todos los detalles de esto? Sí, eso es lo que debiste hacer. En
segundo lugar, esta es mi operación ahora. Mis hombres. Así que si la cagas, voy a
cortarte la garganta y luego llenarte de bal…
Sólo sonreí. Incluso con su brazo en mi cuello, pensaba que era tan
jodidamente inteligente. —Tienes tanta razón. Es por eso que ya tengo a Neal y
Antonio preparados, cargados, y esperando. ¿Cualquier otra cosa que asumas que
no pensé? ¿Cuándo entenderás que mientras has sido el número dos de papá, he
sido la número uno?
Afuera había cuatro motocicletas, dos de las cuales fueron tomadas por
Declan y Monte. Las otras dos para Liam y yo, la mía blanca, la suya verde y
negra. Me miró como si fuera una muñeca de porcelana, y lo único que pude hacer
fue rodar los ojos antes de saltar en mí, motocicleta y acelerar tan pronto como uno
de los suyos abrió la puerta. Sólo un segundo había pasado antes de que lo viera
alejarse rápidamente, casi tirándome, mocoso amargado, así que aceleré a su
lado. Corrimos a través de las callejuelas de Chicago, las luces de los edificios por
encima de nosotros se mezclaban en una sola fila. No importaba la cantidad de
velocidad que diera mientras zigzagueaba en el tráfico y los cruces, él siempre iba
ganando. Sólo podía ponerme en frente de él por un segundo antes de que acelerara
lejos de mí de la nada. Era como si estuviera jugando conmigo.
Sin decirle nada, caminé abordo para encontrar a Antonio y Neal babeando
por rifles de francotirador, como niños en la mañana de Navidad.
Al menos no tengo que preocuparme por disputas irlandesas e italianas entre ellos.
O no.
Neal se congeló, y vi una pizca de angustia atravesar sus ojos. Liam debió
verla también, porque no detuvo el asalto mental que inició. Era como si pudiera ver
en el alma de su hermano.
Antonio rió.
¿Estaba esperando a que hiciera algo? Su hermano lo empezó. Rodando mis ojos,
miré a Monte que murmuró algo en voz baja. Neal se encorvó como un perro y se
centró en su rifle.
13 Bienvenida a bordo.
conmigo dado que era genial con el combate cuerpo a cuerpo, lo podíamos necesitar,
pero seguro, Liam podía fingir que ayudaba. Una vez terminado, Monte se levantó
rápidamente para salir de la burbuja negativa creada por Liam y yo.
No dijo una palabra, pero pude la carrera en la mente de Liam correr, y me di cuenta
que no le gustaba que yo estuviera allí. Casi quería decirle que se fuera al carajo,
pero el helicóptero ya estaba lo suficientemente tenso. Declan y Monte se centraron
en las cuatro series de portátiles entre ellos, mientras que Antonio y Neal
comprobaban sus rifles. Parecían cercanos ya, dado que Neal le lanzó un paquete de
tabaco de mascar y Antonio aceptó como si fuera oro. Un momento estaban
luchando, el siguiente negociaban juguetes.
Miré a Declan y Monte por las coordenadas. —38.09, 72.50 —dijeron ambos,
de forma rápida.
Ellos asintieron mientras Liam se ponía de pie y miraba hacia mí. Estaba tan
bien hasta que abrió la boca de nuevo. —O puedes disparar y Neal y yo podemos ir.
Poniéndome de pie, le devolví la mirada. —Dame un rifle y la bala irá en tu
espalda —le dije, mientras esperaba junto a la puerta del helicóptero. Jinx iba a tener
que rodear todo continuamente. Liam se puso de pie frente a mí, la mano en el pomo
de la puerta y se me quedó mirando, una vez más. Siempre con la mirada fija,
raro. Por un momento, en medio de la tormenta que había en sus ojos, vi
preocupación. Estaba jodidamente preocupado por mí el hijo de puta. Esto no era
mi primer, ni sería mi último salto de un avión. Necesitaba agarrar sus bolas y tomar
una foto de la testosterona, porque yo no estaba preocupada por la mierda. Sólo
quería esto sobre lo que podía beber hasta quedarme dormida.
Agarrando mi arma, me di vuelta y disparé a uno entre sus ojos justo cuando
Liam cayó sobre los hombros de otro. Hubo gritos y maldiciones en ruso cuando
Liam se lanzó justo a mi lado.
—En realidad no. —Traté de no sonreír a medida que más rusos llegaban a
disparar contra nosotros—. La hospitalidad aquí es una puta mierda.
Otros dos hombres se acercaron, uno detrás de Liam, y otro detrás de mí. Los
dos levantamos nuestras manos, ya que gritan hacia nosotros.
—Los rusos no pueden hacer armas de mierda —dijo con disgusto, y tenía
razón.
Uno de los hombres preguntó dónde estaban sus hermanos, Liam ya estaba
en pie.
—Voy a llamar a los chicos —le dije, entregándoselo a Liam, pero una vez
que me di la vuelta, me encontré mirando el cañón de una pistola. Era el hombre
sobre el que Liam aterrizó, y tenía su arma apuntando directamente hacia mí. Liam
me sacó del camino y le disparó al hijo de puta en la cara, pero no antes de recibir
una en el brazo.
—Tienes una bala en tu brazo. —Lo miré—. Una bala rusa, que tú, tú mismo
dijiste era una mierda. Voy a sacarla.
—No estás bien. —Apreté con más fuerza—. Ahora deja de quejarte y déjame
arreglarlo, capullo.
Me sonrió antes de llevarse la botella a los labios. —Creo que me gustas como
enfermera.
Todo lo que los dos podíamos escuchar eran gritos, llanto y oraciones. Ellos
trajeron de vuelta los recuerdos que preferiría olvidar. Caminando, lo detuve y él
fue sacado de su trance.
Tiré con más fuerza, e hizo una mueca de dolor el bebé. —Gracias, pero no lo
hagas de nuevo. Lo último que necesito es que alguno de mis hombres piense que
no puedo manejarlo por mí misma.
—Eres tan jodidamente ridícula. ¿Por qué siempre tienes que tratar de probar
que eres una perra sin corazón?
—Debido a que una perra sin corazón es lo que tengo que ser —espeté,
levantándome delante de él—. Puedes fallar tantas veces como quieras, pero al final
del día, nadie va a dudar de ti. Yo, por el contrario, cometo un error y se
acabó. Algún idiota engreído como tú vendrá y demandará que soy demasiado
suave, o que no tengo agallas. He trabajado muy duro para dar marcha atrás ahora.
—No dijo nada. Sabía que tenía razón. No tenía tiempo que perder, demostrando y
reprobando quién era yo.
—Y en cierto modo, puede que tengan razón, porque debería haber volado el
avión —le confesé, agarrando el vino de la mesa e inclinándome en contra de ella—
. Si lo hubiera hecho, tendría el crédito...
—¿Quieres crédito? —Él me miró de arriba abajo, con los ojos verdes
atrapando sólo la luz tenue de la cabaña que ahora compartíamos—. ¿Quieres el
crédito del asesinato en masa que cometí?
94 —Y no sientes nada.
Me miró a los ojos, y esperé en Dios que entendiera, porque no sabía de qué
otra manera explicarlo. Era ese tipo de pensamiento que hacía que fuera fácil para
mí dormir por la noche.
Traté de moverme, pero agarró mis costados y me mantuvo quieta. Había esa
mirada en sus ojos, el hambre, la sed, y el animal enjaulado muriendo por
salir. Tirando de mí aún más cerca, se apretó contra mí.
—L… —Sus labios estaban en los míos y tiraba de mi ropa. Con su brazo
bueno, ahuecó mi trasero y la otra tomó mi pecho mientras se frotaba contra mí. Sus
labios zumbaban en mi cuello antes de que me levantara, tirándome en la cama.
Se detuvo por un segundo para mirarme otra vez, y la tormenta en sus ojos era peor
de lo que había visto en mi vida—. Esta es tu única oportunidad para decirme que
me detenga.
10
"Se necesitan dos para hacer un asesinato.
Hay víctimas nacidos,
nacidos para ser degollados,
como los degolladores nacen para ser ahorcados”.
~ Aldous Huxley
95
LIAM
Ella miró de reojo, y pude ver la lujuria creciente en sus ojos que reflejaba la
mía.
—¿Decir qué?
Volteándola, sujeté las manos sobre su cabeza y miré hacia abajo, a lo que
ahora era mío. Sus mejillas estaban sonrojadas, sus pezones erectos y me agaché a
chuparlos, era como si me estuvieran pidiendo que lo hiciera. Ella gimió en voz alta
mientras trataba de liberar sus manos.
—Una vez más —le exigí mientras chupaba el otro, mi lengua haciendo
círculos alrededor de su areola, no iba a dejar de chupar su pezón hasta que hiciera
lo que le dije. Pero mi chica nunca se rendía. Agarrando sus manos con mi mano
derecha, mi mano izquierda viajó hacia sus pantalones, sin detenerse hasta llegar a
su objetivo. Podía palparla, y eso eclipsó el dolor de mi brazo. Ella estaba goteando
por mí. El momento en que la ahuequé, la espalda de mi chica se levantó de la puta
cama.
—Otra vez —exigí una vez más, mis labios viajando desde el pecho hasta su
cintura lentamente. Besé cada parte de ella, apenas froté su coño mojado. Ella quería
más, y yo también, pero tenía que hacer lo que yo quería.
Pero, una vez más, mi chica quería hacer mi vida lo más difícil posible,
dejándome sin más remedio que liberar mi agarre en sus manos para que yo pudiera
tirar de sus pantalones por completo. En el momento en que mis ojos vieron el
manantial de miel rogando por mi lengua, me aferré, chupando y lamiendo todos
los jugos que ella había previsto para mí.
—Liam.
Ella negó y por lo que mi dedo encontró su camino en ella, y ella se quedó sin
aliento por el éxtasis. Dentro y fuera, lo más rápido y lo más profundo posible,
golpeé mis dedos en ella mientras ella muele mi mano, deseando la satisfacción que
sólo mi polla daría, pero haciendo todo lo posible que podía hacer con los tres dedos
que tenía en su interior. Justo cuando estaba llegando a su clímax, me detuve. Sus
ojos se estrecharon en mí mientras respiraba profundamente.
—Hijo de puta.
—Todavía no —le susurré, dando un paso hacia atrás para liberar mi polla
de los confines de mis pantalones. Ella la miró y se lo permití, sólo por un momento,
antes de tirar su espalda hacia mí. Antes de que tuviera tiempo de pensar, me
empujé profundamente dentro de ella. Su espalda arqueada, mientras ella gritó en
italiano.
La atraje aún más cerca de mí y fui aún más profundo todavía, si tal cosa
podría ser posible. Haciendo una mueca por la lentitud con la que moví, la vi temblar
mientras mi polla la llenó.
Mi nombre fue la clave para abrir los niveles más profundos de la posesión
posible. La empujé sobre su espalda, haciéndonos gritar y sisear mientras mi polla
se estrellaba contra ella una y otra vez. Ella se movió a mi ritmo, cada empuje, no
perdiendo el ritmo. Ella gritó mi nombre una y otra vez.
Y ambos deseos los cumplí, hasta que no pude contenerme más, al igual que
ella no podía, y nos vinimos juntos.
—Mo Mel álainn17. —Di un grito ahogado antes de salir de ella y caer sobre la
cama. Volteándose sobre su espalda, trató de controlar su respiración antes de
hablar.
No podía entender esto. Después de lo que había pasado entre nosotros, todo
había cambiado, si sabía o no y esto empezó conmigo. Agarrándola, me di la vuelta
sobre ella, permitiéndole su espacio así mi peso no haría ningún daño. Me miró
sorprendida, pero no dijo nada.
—Lo que pasó esta noche se va a repetir —le dije con calma, tratando de
recuperar el aliento—. Eres mía, como yo soy tuyo. Pero para que esto funcione,
99
tienes que dejar de verme como el maldito enemigo y más como tu marido.
Sus ojos se estrecharon.
—¿Mi esposo dices? ¿Así que tengo que sentarme a pulir tus zapatos y hacer
la cena en medio de las folladas?
>>No eres una ama de casa —le dije, saliendo sólo para golpear de nuevo—.
Tú no quieres ser mi adorno. —Golpe, ella alzó su mano hacia mi cabello.
—Eres un asesino a sangre fría. —Golpe, ella gemía mientras el sudor goteaba
de mi barbilla hacia su pecho.
17
Mi bella, Mel.
—Tú eres mi cambio. —Golpe, esta vez, ella se agarró a mi culo, tratando de
tirar de mí más cerca.
>>Para tratarte como una igual, pero tú debes hacer lo mismo por mí, Mel. —
Y con eso, me empujé en ella varias veces, su cuerpo moldeándose al mío, sus pechos
presionando contra mi pecho. Ella estaba tan jodidamente apretada que no podía
mantener mis ojos abiertos.
100 Sin aliento, la sostuve con fuerza, mis brazos envueltos alrededor de ella,
mientras utilicé su pecho como almohada. Estábamos los dos en silencio,
permitiendo que nuestra respiración llenara la cabaña, y ninguno dejamos ir al otro.
—No importa cuántas veces follemos Callahan, nunca me inclinaré ante ti.
Nunca voy a dejar que me gobiernes. No voy a ser tu perra para coger y ordenar.
No creo que pueda manejar eso.
Tal vez fue el hablar de sexo, o tal vez las palabras de mi padre, pero
finalmente estaban comenzando a hundirse y yo estaba empezando a ver una nueva
forma de conseguir lo que quería. Todo lo que yo quería.
Era tan simple. Tenía sentido lógico, pero yo era un hijo de puta codicioso, y
de muchas maneras, ella también. Estábamos demasiado jodidos por igual.
—Hay una sola cabeza. Pero también un cerebro dentro de ella. Todo lo que
elegimos para la empresa se pensará juntos en nuestra cama y luego lo llevaremos
hacia los hombres. Gobernamos como uno solo.
Ella no dijo nada, y le permití pensar en ello mientras aspiraba el olor a sexo,
nuestro sexo. El mejor sexo de mierda que he tenido. El sexo que nunca quiero dejar
de tener.
101 —No siempre estaremos de acuerdo en todo —susurró ella, y tenía razón.
—Pusimos una bala en cada una de sus cabezas y luego follamos en sus camas
—respondí, mientras me empujaba sobre mi espalda y agarró mi polla. La sentí
saltar con vida en sus manos.
—Si Jesús. Joder que sí. Tú y yo, nadie más. Lo haremos... mierda, nena.
¡Ohhh! ¡Sí! Nosotros gobernaremos como uno.
—Sí. Joder que sí. A pesar de que me la chupas, todavía no te veré por debajo
de mí, al igual que tu no podrás cuando te esté comiendo. —Gemí, metiéndolo en
su boca, ella sólo lo tomó, y mis manos fueron a los lados de su cabeza, mientras me
follaba su boca como cogí su coño duro y rápido.
Cuando llegué, ella chupó todo por su garganta y se limpió la boca. —Bueno,
103
supongo que puedo manejar eso, pero si me jodes más, Callahan, te voy a matar.
—Vamos a vestirnos y obtener este matrimonio ya, así puedo joder con un
anillo en ambos de nuestros dedos.
Ella se levantó antes que yo y levantó el top roto, gimiendo. —Eres como un
culo.
—¿Una última follada antes de casarnos? —Esa mirada en sus ojos me hizo
temblar.
Todo lo que pude hacer fue sonreír antes de empujarla contra la pared.
—Tú y yo, que pareja hacemos —dije, abriéndole sus piernas una vez más y
una de las muchas más veces que sucederán en el futuro, esperaba.
105
MELODY
Después de horas de misiones de rescate y millones de oraciones, todavía tenemos que
encontrar supervivientes del vuelo 735. Nuestros corazones están con todas las familias
afectadas por esta gran tragedia, que fue causada por un fallo de motor sencillo e impredecible.
La familia Callahan ha creado una obra de caridad en honor a las víctimas y ya ha donado
quince millones de dólares en nombre de Melody y Liam que, como todos sabemos, se van a
casar esta tarde. Su boda ha sido la comidilla de la ciudad desde que les mostramos la historia
hace sólo tres días. Al parecer, la pareja se ha estado viendo en secreto durante bastante
tiempo. Los rumores de quienes van a asistir a esta boda ostentan rango de senadores de
Estados Unidos a lo más alto de la lista-A...
—Bueno, tengo que decir que te ves aún más hermosa con este suelto.
—Gracias, Evelyn.
—Mel, por favor, mírame —pidió ella, y cuando lo hice su palma cayó en mi
cara tan rápidamente que nunca la vi venir.
Ahora estaba empezando a enojarme. Parándome derecha, miré sus ojos. Ella
consiguió una bofetada y eso fue todo, la próxima vez que me levantara el brazo iba
a romperlo. Antes de que pudiera moverse, Adriana estaba detrás de ella con una
pistola en su cabeza.
Mira quien tiene una espina. Asentí hacia Adriana, quien dio un paso atrás y se
acercó a la cama sacando mi vestido.
—Anotado —dije, ni siquiera un poco amenazada. Estaba demasiado
divertida para eso—. Sedric está fuera de límite. Él no era mi objetivo de todas
formas; tu hijo idiota lo era.
Ella miró fijamente antes de sonreír de nuevo. —Me tomó un largo tiempo
cambiar la opinión de Sedric sobre las mujeres cuando lo conocí y otra vez cuando
supo de ti.
¿Qué?
Evelyn sonrió radiante. —Como dije, puede que no quiera elegir el mismo
camino que tú, pero eso no significa que sea ingenua al funcionamiento interno de
esta familia. Sedric me ha dicho todo lo que has hecho. En el momento en que él
supo lo que eras, creyó que serías lo mejor para el idiota de mi hijo, como tú
107 elegantemente lo llamaste. Mantuvo su secreto para dejarlo lidiar con la información
a su antojo. Voy a felicitarte por tu actuación y espéralo en cualquier momento en
que estés en público conmigo. Lo que tú y Liam hacen, no me concierne. Sólo quería
asegurarme de que supieras cuál es tu lugar.
Evelyn sacó una pequeña caja puesta sobre la mesa. —Hoy tú te has
convertido en mi hija; te querré, estaré junto a ti, y te frenaré cuando sea necesario.
Podrías muy bien tener el mundo en tus manos pero sigues siendo joven y eso te
hace igual de estúpida como mi hijo lo es a veces. Me gustas Mel, así que espero a
que la próxima vez que hablemos en privado seamos más civilizadas.
No dije nada mientras ella miraba sobre mi cama y tomaba mis nuevos
zapatos blancos.
—Sólo porque ya follamos no significa que vamos saltar sobre el otro cada
vez que hacemos contacto visual —espeté. A pesar del hecho de que se veía más que
sexy, no quería que se acostumbrase a la idea de que mi cuerpo era suyo para hacer
lo que quisiera con él cuando estaba caliente.
—Esos zapatos hacen difícil el no tomarte ahora mismo —dijo, mirando hacia
mis piernas—. Sin embargo, voy a disfrutar de ese placer más tarde esta noche. Sólo
quería hacerte saber que Vance y su hijo, Amory, asistirán.
¿Qué carajos?
—Tú sabes que ese sería el momento perfecto para que él te devuelva el golpe
por lo que hiciste en el avión. —Crucé los brazos sobre mi pecho, y sus ojos fueron
a mis senos. Por Dios, se podría pensar que no habíamos tenido sexo toda la noche.
Si no fuera por la llamada de Sedric, ambos estaríamos todavía en ese barco.
Dando un paso adelante, dejó que sus manos trazaran arriba y abajo mis
costados. —Bueno amor, como nuestro nuevo contrato personal dicta, trabajamos
juntos ahora. Mis planes eran, o bien reforzar la seguridad y disfrutar de la velada,
o tomar un momento de nuestra noche y envenenar al bastardo justo allí mismo.
—Perra.
—Igualmente.
Tampoco quería que pensara que sólo porque era un gran amante, tenía la
clave para doblegarme. Dijo que entendía, pero la jefa en mí me decía que todo el
mundo mentía. Las personas mentían sobre cuánto bebían, lo mucho que estaban en
deuda, cuantas personas habían matado, las personas eran mentirosas. Siempre
pensé que era buena en detectar mentirosos. Lo podía ver en sus ojos, y si lo hacía,
los mataba. Sin embargo, con Liam, estaba perdida. Era como si estuviera ciega.
Parecía sincero, pero era igual que yo, un mentiroso maestro.
—Adriana, puedes hablar con libertad. Estoy segura de que has desenterrado
más suciedad desde que estamos aquí.
La miré a través del espejo, ceja levantada, antes de sonreír. Este era el talento
de Adriana. Era una perfiladora. Una muy buena perfiladora. Todo el mundo la
pasaba por alto, pensando que era sólo mi asistente personal. Sin embargo, mantenía
a Adriana cerca porque era mi segundo par de ojos. Veía a la gente como si fueran
un libro abierto y podía recopilar información porque nadie se fijaba en ella. No era
fan de la sangre, o la violencia, y no la obligaba a serlo. Demostraba su valía a
menudo en momentos como este.
—Sólo usted lo sabe, señora. Es un mejor juez de carácter que yo. Creo que él
quiere que se preocupe por él tanto como su madre cuida de su padre. No creo que
quiera hacerle daño, todavía. Pero sigue siendo un Callahan, y los irlandeses son
astutos. Va a ser su marido, y no está indignada por ese pensamiento, señora.
—Te ves hermosa —dijo Coraline, sonriendo cuando ella, Olivia, y Evelyn
entraron. Olivia parecía amargada, y no me habría sorprendido que pensara que yo
fui quien hizo un agujero en el brazo de su marido.
—Algunas personas tienen que esforzarse más que otros. Otros pueden verse
sencillamente elegante.
—Algo viejo. Toda mujer Callahan lo lleva durante su boda. Fue el regalo
dado a la esposa del primer Jefe. —Ella sonrió y lo colocó en mi muñeca.
—Gracias —le contesté, y por primera vez me di cuenta. Me iba a casar hoy.
23
Sé buena con él, Mel.
24
Lo seré.
Sacudiendo la cabeza, la arrebaté de su mano. —Vas a odiarte a ti misma, y
preferiría que me odiaras.
En sus ojos hubo una lucha, porque era Mel, y mí Mel siempre luchaba
conmigo. Pero ganaría esta batalla. Caminando delante de ella, saqué el tapón con
los dientes antes de ir a su brazo. Mel envolvió sus manos alrededor de mi cintura y
puso su cabeza en mi espalda, sin ver.
Bien. No quiero que vea esto.
Lo hice lo más rápido posible y apagué las máquinas, antes de girar y
sostenerla.
120
MELODY
Sólo escuché en los brazos de Liam, no llorando o deprimida, sino algo
aliviada de que alguien más cumpliera el deseo de mi padre. Algo que había temido
desde que lo pidió. Nos quedamos allí abrazados por Dios sabe cuánto tiempo antes
de que Liam hablara.
—Esposa Mel, mi Melody. Vamos a ir a la cama —susurró, y yo asentí. Me
levantó estilo novia, y una parte de mí quería luchar con él, pero no ahora. No esta
noche. No en nuestra noche de bodas. No la noche de mi padre. Sabía que iba a
luchar con él por un millón de cosas pronto, pero no esta noche.
121
12
“Cruel con culpa, y osado con desesperación,
el asesino de medianoche explota la desleal barra;
Invade la hora sagrada del descanso silencioso
y deja, invisible, una daga en tu pecho.”
~ Samuel Johnson
Traducido por Sitahiri
Corregido por Daliam
122
LIAM
—¿Eso es todo, señor? —preguntó Dylan suavemente, colocando la bandeja
de comida y los archivos que pedí encima de mi escritorio. Sabía tan bien como
cualquiera que si despertaba a mi esposa, le rompería el cuello.
—Ayúdame a quitármelo.
Sin decir una palabra, destrabé la pequeña parte superior y bajé el cierre
lentamente, haciendo lo posible por no excitarme, pero no funcionó.
Su condenado padre acaba de morir, cálmate.
Joder.
Esta vez cuando me besó, la levanté y la puse boca arriba en la cama, besando
un camino de sus labios a su cuello. Gimió, empujando contra mí con sus manos en
mi cabello mientras bajaba a su pecho.
—Más fuerte —pidió. Así que lo hice, tirando de ellos antes de tomarlos en
mi boca. Ya se estaba meciendo contra mí, y supe que me quería dentro de ella, pero
yo no cedería todavía.
Mis manos vagaron hacia abajo para ahuecarse en ella, y ella se arqueó de
placer.
—Liam, tu polla.
—No —me reí disimuladamente, follándola con mis dedos aún más, hasta
que ella estaba tan cerca que me salí de ella.
Me miró furiosa y con los ojos muy abiertos. Se veía enfurecida, y todo lo que
pude hacer fue lamer sus jugos de mis dedos.
Me miró a los ojos mientras yo la miraba a los suyos. Nuestros labios estaban
a sólo centímetros, respirándonos el uno al otro mientras ella me cabalgaba.
Estirando la mano, rocé el costado de su cara y tiré de su cabello, junto con su cabeza,
hacia atrás para poder besar su cuello. Después la empujé hacia abajo en la cama y
la embestí más duro.
Gimió, y yo sonreí.
Aferrando su muñeca con una mano y agarrando su muslo con la otra, follé
duro su coño, embistiendo más y más dentro de ella mientras ella temblaba de
placer.
—Joder, Mel —grité, cuando sentí sus paredes apretarse alrededor de mí.
Pero incluso entonces no me detuve. Quería follarla bien y hasta que no pudiera
125 pensar con claridad, así que solté sus manos y me aferré a sus caderas. La follé como
si fuera una perra en celo. Fui rápidamente. Profundamente. Dentro y fuera tantas
veces que ya ni siquiera podía ver bien, y ella estaba gritando mi nombre mientras
arañaba mi espalda. Ya se había corrido dos veces, y seguiría haciéndola correrse
hasta que estuviera llena sólo de mí.
—Gracias.
—Nunca tienes que agradecerme por el sexo. —De hecho, ella podía tenerlo
cada vez que quisiera.
—No sólo por el sexo, Liam —deteniendo mis besos, me senté derecho para
mirarla fijamente a los ojos, pero ella se rehusó a mirarme.
—Mi querida esposa, tampoco tienes que agradecerme por eso. —Besé su
mejilla antes de finalmente salirme de ella. Iba a traer condones después, y con
suerte, ella tampoco los querría.
No hablamos por un momento mientras yacía a su lado. En su lugar, el olor
del sexo y nuestra respiración era lo único que llenaba la habitación.
No estaba seguro de cómo decirlo sin… sin sonar como un mariquita. Pero
sabía que si mentía, ella lo sabría, y lo último que nuestra relación podía manejar era
una mentira, sin importar que fuera grande o pequeña.
—Quiero que me ames —dije suavemente—. Pero si no, entonces quiero que
sea lo más cercano a que me ames. Quiero tu lealtad. Tu honestidad. Quiero que
estés a mi lado y nadie más. Quiero tu cuerpo. Tu mente. Quiero saber tus sueños y
esperanzas para que un día pueda hacerlos realidad.
Hice una pausa, sabiendo que mi parte más enferma y con más oscuridad
interior estaba a punto de hablar. Pero eso era quién yo era, y quería que ella lo
126 supiera. Ni siquiera me había dado cuenta de que lo quería hasta ahora.
—Quiero que estés dispuesta a matar por mí. Quiero que seas el mismo
asesino que yo soy y no te eches atrás ante la sangre. Quiero que te deleites con la
sangre junto conmigo. Quiero que me ayudes a eliminar a cualquier cabrón que se
interponga en el camino de un Callahan.
No era un no. Tan sólo era un cómo, y tendría que mostrarle. Tomé su mano,
besándola antes de sentarme.
—No tengo.
127
Sacudió la cabeza.
—¿En serio?
—Por supuesto.
—Puedo verlo.
Goodfellas (Uno de los nuestros) es una película estadounidense de drama criminal semi-ficción
26
Subió las piernas, y me di cuenta de que seguía usando sus tacones blancos,
lo que quería decir unas cuantas cosas. Una, la follé mientras ella usaba sus tacones
y eso era condenadamente ardiente. Dos, se veía condenadamente sexi, sentada en
mi cama desnuda con sólo sus tacones puestos, y tres, casi siempre usaba zapatos
blancos. Aun así, tomaría nota de eso para cualquier momento que le comprara algo.
—¿Por qué siempre usas tacones blancos? ¿Es una tendencia de la moda
italiana o algo así?
Se congeló por un momento, antes de que sus hombros cayeran y sus ojos se
pusieran vidriosos.
—Orlando y mi madre, Aviela, peleaban seguido cuando era una niña. Era
128 joven, pero incluso yo sabía que algo estaba mal. En el exterior aparentaban un
espectáculo de su rica y feliz pareja, pero en la realidad, mi mamá estaba viviendo
en un ala diferente de la casa. Inclusive, pasaba la mayor parte de su tiempo en Italia.
A veces, después de sus peleas con mi padre, no la veía por semanas. Cuando eran
jóvenes y se enamoraron el uno del otro con fuerza, mi padre no quería perderla, así
que sólo le contó sobre lo que hacía para vivir después de que estuvieron casados.
—Frunció el ceño, bebiendo de la botella de nuevo.
—Mierda. —No había modo de que una relación en nuestras vidas pudiera
funcionar si no dejábamos claro quienes éramos desde el principio.
—Sip —sacudió la cabeza—. Por lo que reuní, mi mamá era una hippie.
Odiaba la violencia, y como todos los hippies, protestó. Mis abuelos no la dejarían
divorciarse, por lo tanto usó guantes blancos. Básicamente, le estaba diciendo a
Orlando cada vez que la veía que sus manos estaban limpias. Ella le dijo que si podía
pasar una semana sin matar, se los quitaría y ella podría tocarlo. Pero eso nunca
pasó. Mi padre recurrió a putas, fingiendo que eran ella, y ella se enamoró de su
guardaespaldas. Sin embargo, ella estaba embarazada de mí, y mi padre me dijo que
sufrió un aborto una vez mientras estaban saliendo, así que ella no quería arriesgar
nada esta vez. Trataron de aguantárselo por mi bien, pero Orlando finalmente se
rindió al tratar de ganársela de nuevo y acordaron dejarme pasar las fiestas con él.
Fue así hasta el accidente aéreo.
—Eso es…
—Realmente raro, lo sé. Eso es algo que nadie sabía sobre mí excepto
Orlando, pero tú preguntaste.
—Es extraño, pero tiene sentido para mí. No me di cuenta de que era tan
profundo. No habría preguntado.
Comencé despacio.
—Nací como un gemelo. Evelyn estaba de camino a una recaudación de
fondos con mi hermano cuando alguien de la gente de Vance los sacó del camino y
los hizo chocar contra un árbol. El conductor fue capaz de sacar a Neal, pero Evelyn
entró en labor de parto y no se podía mover. Cuando los paramédicos llegaron y la
sacaron, ella ya estaba trayendo al mundo a mi hermana. Pero ella nunca lloró, o
siquiera tomó un aliento, y cuando llegaron al hospital yo estaba atorado. Tuvieron
que tirar, y debido a eso, mi hombro se rompió. Mi corazón y pulmones todavía no
estaban completamente desarrollados, y apenas lloré siquiera. Era más como que
estaba jadeando por aire. Ellos no creían que fuera a lograrlo, pero lo hice. Sin
embargo, mi crecimiento, peso y habla fueron atrofiados, y encima de eso fui
bendecido con pie equino varo27.
Por alguna extraña razón, a pesar de que no lo recordaba, siempre sentí un dolor en
mi hombro cuando pensaba en ello.
>>Él era el capitán del equipo de fútbol, un luchador, jugaba hockey y cada
deporte que le permitía destruir chicos por diversión. Así que naturalmente, lo
admiraba, pero en la escuela se quedaba apartado de mí. Yo, con piernas
temblorosas y todo, hice las pruebas para el equipo de fútbol sólo para que me
lanzaran bolas a la espalda. El entrenador tuvo compasión de mí y me convirtió en
el aguador. Un día, algunos de los amigos de Neal me empujaron por un tramo de
escaleras antes de meterme en un casillero con sus ropas sucias. Neal no sabía que
27
El pie equino varo, también llamado pie zambo, es una deformidad congénita del pie en la cual
éste aparece en punta (equino) y con la planta girada hacia adentro (varo).
estaba ahí. Sólo entró cuando sus amigos estaban orinando en mis ropas y les dijo
que se calmaran, que era el favorito de mi padre y que él tendría que lidiar con mi
mierda mental después. No dije nada porque no pude. No había tomado mi
medicamento esa mañana y terminé teniendo una convulsión en el maldito casillero.
—Casi quería reírme porque fue tan desastroso.
Casi había olvidado que ella estaba sentada frente a mí cuando me pasó la
131
botella de vino de nuevo.
—Me importa un carajo. El pene de Neal y el del cabrón, y de todos los demás
que estaban ahí, tendrían que vivir con ello, los estúpidos.
Ella no lo sabía, pero para alguien que no sabía cómo amar, definitivamente
estaba haciendo un buen trabajo.
—Regla dos. Nunca usamos un maldito condón. ¿De acuerdo? —siseó, y casi
me corrí. Ella era tan condenadamente perfecta.
—Joder, sí.
—Regla tres. No confiamos en nadie más que nosotros —me dijo ella, y ya no
pude controlar mi necesidad. Aferrándome a su trasero como lo hice antes en la
tarde con su cintura, empujé contra ella. Empujando su espalda hacia abajo, tiré de
su cabello como si fueran riendas.
—De acuerdo.
Fue enfermo cuánto lo disfruté. Ella era mía. Era toda condenadamente mía.
—Ahora tengo que tomar una ducha —me siseó, parándose, y la miré
orgulloso y con lujuria. Ella había encontrado el monstruo en mi interior y lo
alimentó. Tristemente, no creía que tendría suficiente de ella alguna vez.
133
Se dirigió al baño y se detuvo para mirarme.
Casi gemí. Íbamos a rompernos el uno al otro, y eso sólo me excitaba más.
Saltando, mi polla en posición firme y ardiendo por ella, la dejé conducirme a la
ducha que nos esperaba.
LIAM
—El plan era impecable —dije pellizcándome el puente de la nariz—. Hasta
el último detalle fue planeado para ti, eres un estúpido chupapollas, ¡Hicimos todo
menos dibujarte un maldito mapa! ¡Así que, qué coño te hizo fallar!
—Ella hizo una pegunta. Queremos una respuesta, o los mataremos a todos
y empezaremos de nuevo. ¿Cuánto les pagamos, amor?
—Así que de nuevo, vamos a preguntar, ¿quién fue el que la jodió más?
Eric dio un paso adelante.
—Fue Ian.
Mel le silbó:
Eric gritó como un cerdo muriendo, mientras Ian dio un paso adelante.
Empujando el escritorio, extendí mi mano mientras Mel se levantó de la silla.
139 —Esta bala es para ti, Ian —le dije, mientras él miraba al arma y la bala. Los
quejidos de Eric eran lo único que se oía mientras esperábamos—. Cinco muertos
por tu culpa. Toma tu propia vida —dije mientras Mel y yo nos dirigimos a los
ascensores.
Ella tuvo que haber calculado el tiempo perfectamente porque las puertas se
cerraron justo en ese momento.
—Me gusta Eric —le dije mientras subíamos a la planta principal. Mi madre
estaba lanzando una de sus muchas mierdas de caridad al final de verano y todos
teníamos que asistir, por supuesto.
—Joder, Liam, cálmate. —Me miró—. Cada vez que ves sangre te excitas.
—Cada vez que veo que haces derramar sangre me excito. Hay una diferencia
—dije, corrigiéndola mientras me apoyé contra ella.
—Los dos llegan tarde. Tengo a la revista Time en espera para tomarles una
foto a la feliz pareja —dijo con la voz cortada.
—Evelyn, la revista Time esperará tanto como queramos que esperen ya que
son los únicos con los que estamos hablando —respondió Mel.
Observé con diversión cómo ellas hablaban con los ojos. Sin embargo, se
desvaneció cuando mi madre me dio una palmada en el brazo sin previo aviso.
—No sé qué está mal con él, Evelyn —Mel sonrió, antes de guiñarme.
—Esa mirada. —El viejo sonrió—. Lo sé, porque de vez en cuando viene a
través de mi cara. Es lujuria, deseo, esperanza y amor, todo en uno. Te tomó un poco
más de unas semana. A mí solamente cuarenta y ocho horas.
—¿Y si no lo hace?
—¿Quién eres y que has hecho con mi hijo? —Sus viejos ojos brillaron hacia
mí.
—¿Qué están susurrando? —Mi madre nos miró cuidadosamente cuando por
fin llegó.
—De la dominación mundial. —Ella le rodó los ojos y Mel solo me elevó una
ceja.
—Tuviste tu oportunidad y fallaste. Es hora de hacerte a un lado y dejar que
la sangre nueva de un paso adelante —dijo mi madre. Mi padre pretendió estar
herido, antes de tirarla a sus brazos. Eso era lo que quería hacer con Mel, pero lo más
probable, era que me dispararía por hacer demostraciones de afecto en público… o
cualquier tipo de exhibiciones.
Como para demostrar mis pensamientos, Mel me miró con confusión antes
de decirme con la mirada «tu familia es tan rara».
—¿No tienen una entrevista, oh nuevo rey y reina? —nos preguntó mi padre
con una sonrisa. Oficialmente había renunciado a su título la noche de nuestra boda
y desde entonces yo… Mel y yo gobernamos, y él estaba más que relajado, incluso
feliz. Había esperado mucho tiempo para retirarse, y yo pensaba todo el tiempo que
no quería renunciar a su título, pero lo hizo. Sólo quería asegurarse que no tendría
que dar un paso atrás de nuevo.
142 Después de ofrecerle mi brazo a Mel, los dos nos dirigimos a la sala y me reí
cuando la vi tratando de relajar su cara.
—Cállate. Sólo Dios sabe cuánto tiempo vamos a tener que sonreírles a esas
personas —replicó Mel cuando me detuve en la puerta.
—¿Ser como tu madre? Eres un jodido enfermo, Liam Callahan. —Me guiñó
un ojo, haciendo que me dieran ganas de dos cosas: estrangularla y besarla.
Rodé los ojos y besé su mejilla cariñosamente. La sentí tensarse un poco, pero
no se rompió fuera del personaje.
—Esta será una gran entrevista. Puedo sentirlo. ¿Ambos están listos? —
preguntó Jan. Asintiendo, caminamos hacia las sillas que prepararon para nosotros.
Esperé que Mel se sentara primero antes de tomar la mía junto a ella. En el momento
que lo hice, ella se inclinó como una puta profesional y puso su mano en mi rodilla.
Para alguien que nunca había hecho una entrevista lo estaba haciendo bien,
cruzando todos los no y haciéndolos suyos. Pero esta era mi esposa, una maestra de
la manipulación.
—En primer lugar, es un placer para mí estar sentada frente a la Real pareja
de los Estados Unidos —nos dijo Jan, inclinándose adelante.
—¿La Real pareja de Estados Unidos? —sonrió antes de dejar escapar una
pequeña risa falsa.
—Sí, Sra. Callahan, todos en América la aman y tengo que decir que
personalmente amé su vestido de novia. Después de su boda, las órdenes volaron
por todo el país —dijo Jan, efusivamente.
—Oh, mi Dios, ¿en serio? —Mel se sonrojó, con aspecto inocente y ojos dulces,
mientras ella se aferraba a mi rodilla con un apretón del infierno—. Esto es tan
extraño para mí. De repente, todo el mundo se preocupa por mi ropa o cabello. Me
siento como una celebridad o algo así.
—Créanme cuando les digo que no hay celebridades más grandes que
ustedes. Mis amigos todavía están tratando de averiguar el secreto detrás del cabello
sexi de Liam Callahan —ella continuó y tomó todo no gemir en lugar de sonreír para
la cámara.
—¿Ve por qué nunca puedo ganar una pelea? —Mel le frunció el ceño a Jan,
144 antes de sonreír de nuevo—. Él sólo me besa, o peor, se quita la camisa y estoy
completamente atónita.
—Sí, porque soy Liam Callahan y soy naturalmente sexi —dije, lanzando sus
palabras antes de girarme hacia Jan—. ¿Crees que podamos conseguir una
calcomanía de eso?
—Así que esta es la primera pregunta que todo el mundo quiere saber…
¿dónde se conocieron? —preguntó Jan.
MELODY
Gemí cuando entré al estudio.
145 Me envolvió con sus brazos lentamente, y sentí que mi cuerpo empezó a
relajarse en él automáticamente. No estaba segura de cuándo empezó, o si era
debido a todo el sexo, pero ahora pasaba. Mi cuerpo ahora conocía su tacto y lo
estaba aceptando, de hecho, lo disfrutaba. Yo lo disfrutaba.
»Liam, tenemos que asegurarnos de que todos crean que Amory mató a mi
padre y prepararnos para Italia —murmuré, pero él me besó el hombro y cuello—.
Lo digo en serio. Guarda tu polla y terminemos con esto antes de que Evelyn nos
saque a rastras para cenar.
»Seis de los coches más valiosos de Vance estarán de camino desde Suvereto
a Lucignano. Está a unos 170 kilómetros, pero tomarán los caminos alternativos
porque es más seguro y están menos vigilados por los policías. No me importa si
son los hombres de Vance o no, aun así son hombres —repliqué, mostrándole el
mapa.
Me miró con una ceja levantada y con una punzada de lujuria, como siempre.
Joder, era un gran adicto al sexo.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Significa que si tienen pollas, son hombres. Si son hombres, y tú los pones
detrás de las ruedas de un coche deportivo de billones de dólares, excederán el límite
de velocidad. Correrán unos con otros, porque los hombres tienen que probar que
son mejores en todo. —Puse mis ojos en blanco.
—Sabes que odio cuando te refieres a la polla de cualquier otro hombre que
no sea yo.
—Joder, Mel. ¿Por qué siempre tienes que intentar enfadarme? —Sus ojos se
entrecerraron antes de que finalmente me soltase.
146
—La Pareja Real Estadounidense, ¿recuerdas? Eso significa que yo encarno a la
jodida libertad de expresión. —Antes de que él pudiera replicar, hubo un golpe en
la puerta—. Genial. Es tu madre —suspiré y me preparé para ser civilizada.
—Entre.
Sin embargo, la persona que entró no era Evelyn, sino Declan, cuyos ojos eran
oscuros y su mandíbula tensa.
—Sí, lo soy, Sr. Callahan —dijo antes de mirarme—. Venimos para hablar con
usted en privado.
—Creo que me quedaré —dije tan amablemente como pude, antes de que
Liam pudiera hablar.
—Como sabe, Sr. Callahan, de hecho, lo llamaré Liam, soy el nuevo comisario
porque el anterior decidió retirarse antes de tiempo. Fui elegido por la buena gente
de Chicago para hacer de ésta una ciudad segura. Algo que no ha sido en un largo
jodido tiempo. Sé quién eres. Sé lo que hace, y estoy aquí para advertirle de que sus
días de pisotear la ley se han acabado. No me detendré hasta que usted y el resto de
su calaña estén donde pertenecen. Detrás de las barras estirándose para agarrar el
jabón.
—Cariño, realmente tenemos que empezar a votar. Mira lo que pasa cuando
no lo hacemos. Un idiota consigue una placa y un revólver, e intenta empezar una
pelea.
El oficial con piel más oscura junto al idiota, dio un paso adelante
Sonreí.
—Con mi mano en la jodida Biblia, estúpido.
—Quizá no me oyó…
—No, te hemos oído claramente —espetó Liam, con sus ojos entrecerrándose
de forma peligrosa—. Pero es hora de que me escuches a mí. ¿Crees que puedes
manejar esta ciudad? ¿Mi jodida ciudad? Joder, es mía. ¡La compré! ¡Peleé por ella!
Ningún hijo de puta adicto al crack en la esquina de Jump Street, ni ningún
polizucho con su secuaz parecido al oso Yogui, me dirá nunca algo diferente.
¡Chicago es mía! ¡Lo que significa que ustedes son míos!
—Puede que creas que caminas sobre el agua, pero sólo eres un hombre, Liam
Callahan, nada más, y no te tengo miedo. ¡Usaré toda en la medida de la ley y a cada
148
hombre que tengo para derribarte como el jodido perro que eres!
Tuve que admitirlo, el hombre tenía pelotas. Era un jodido idiota, pero tenía
pelotas.
—Crees que lo harás —repliqué, mientras que Liam respiraba por su nariz y
se ponía de pie—. Crees que tienes a todos los policías, pero no. Nunca los tendrás.
¿Qué pasa si alguien fuera a eliminar a sus familias? Ellos no son como tú, comisario
Patterson. Perdiste a tu mujer, a tu hijo y a tu jodida casa. —Me miró sorprendido,
como si yo no fuera a hacer una revisión a fondo sobre la nueva cabeza del
departamento de policía—. Lo perdiste todo, y ahora crees que no tienes nada que
perder. Bueno, créeme, lo tienes. No eres el primer hombre que pensó que podía
controlar esta ciudad con la ley y el orden. Eres reemplazable.
Liam dio otro paso justo frente a la cara del hijo de puta.
»Desataré el infierno sobre esas calles como nunca lo has visto, y cuando una
madre vaya a ti con una foto de su hijo muerto, cuando la gente esté tan asustada
que dormirán con chalecos antibalas y se giren hacia ti, diles que es porque pensaste
que podías desafiarme. Diles que fue porque eras un idiota y entraste en la casa
equivocada un sábado —dijo Liam, y yo no podía negar lo sexi que me parecía en
ese mismo segundo.
—No son bienvenidos, lo que significa que salgan de mi jodida casa antes de
que use mis derechos de la segunda enmienda y les vuele la cabeza.
—Te lo he dicho una vez… pero te lo volveré a decir puesto que eres mi
esposa, en quien confío y a quien quiero de demasiadas formas retorcidas como para
describirlas… nunca sujetes un arma contra mí.
—¿Y por qué lo haríamos? Ese hijo de puta y su compinche no tienen nada
que ver con Italia.
—Ya que estamos ahí, ¿ha habido una noche donde ninguno de nuestros
hombres no se hayan insultado ni intentado matarse unos a otros?
—Nosotros los irlandeses hemos estado luchando contra los italianos durante
generaciones. Por supuesto que no pararán sólo porque te hayas despatarrado en mi
cama.
La sonrisa en su cara, como un gato obeso después de una comida, hizo que
mi sangre hiriera. ¿Cuándo iba a entenderlo él?
—Eres un jodido… esto es lo que ustedes los irlandeses hacen que nos hace
enfadar. No piensan antes de hablar. ¡Sei in ottone, idioti maleducati, egoisti e cazzo,
razza di mangiare, dormire, uccidere e gobba come cani!28
Respirando hondo, di unos pasos para alejarme de él, intentando con todas
mis fuerza no… ah.
28¡Tú estás de latón, idiota, grosero, egoísta y puto, corres para comer, dormir, matar y joroba como
los perros!
—¿Has visto Sleeping Dictionary?
—¿Qué?
—Déjame adivinar, la película fue escrita y dirigida por hombres. Voi tutti mi
fai schifo29.
—Esta noche vamos a cenar y mañana nos preparamos para acampar —dije
con una sonrisa.
—¿Acampar?
Él se encogió de hombros.
—Es parte del equipo, Liam, y si vieras más allá de su apariencia, lo sabrías.
Es una tiradora entrenada, criminóloga experta y una ayudante personal realmente
buena —añadí, apartándolo para agarrar mi teléfono del escritorio.
152
—Todavía quiero quitar los coches de Vance. —Frunció el ceño. Los hombres
y sus coches.
—Joder, perfecto —me dijo antes de besarme otra vez, y supe que esta vez no
lo detendría.
30
The Brady Bunch es una serie de televisión sitcom estadounidense.
14
Si el deseo de matar y la oportunidad de matar vinieron siempre juntos,
¿quién evitaría la ejecución?
— Mark Twain
Traducido por Pagan Moore
Corregido por Getzee
LIAM
153 —Has destruido mi ropa interior —me dijo entre dientes mientras se ponía
sus zapatos blancos de nuevo.
¿Qué carajo es lo que me pasa? No importa cuántas veces la tuve, esto sólo me
hizo quererla aún más.
—No tengo ningún problema con eso —dijo ella, fulminándome con la
mirada—. No soy la que tiene que sentarse en la cena pensando en que no tengo
nada bajo este vestido, en cómo podría deslizarse fácilmente tu mano debajo de este
y llegar a mí. Pero creo que voy a sentarme frente a ti esta noche.
—Te vas a sentar al lado mío —le exigí mientras ella caminaba hacia la puerta,
y mis ojos fueron directamente a su culo.
—No, no lo voy a hacer. Yo más bien te dispararía, pero como no puedo, en
su lugar te frustraré sexualmente. No rasgues mi ropa —espetó, y me dejó dolorido
por ella.
Fruncí el ceño.
—Un día, puede hacerlo —suspiré. A decir verdad, ni siquiera estaba seguro
de si ella me gustaba por cualquier otra razón que el hecho de que nos casamos. Yo
era "sólo sexo" para ella, y esto no debería haberme molestado tanto como lo hizo,
pero no pude evitar la sensación de que ella no iba a cambiar… que nunca le
importaría.
—Mel, ¿hay alguna razón por la cual no estás sentada al lado de Liam? —
preguntó mi mamá amablemente cuando agarré mi copa de brandy.
Sentí al líquido correr por mi garganta cuando tosí. La miré. Por supuesto que
ella sacaría el tema del sexo en la mesa, plato de comida de mierda. Ella era mi Mel
y no le importa un comino el decoro. Vivía para hacerme temer por mi vida, caliente,
o incómodo.
—¿Qué pasa con el embarazo? —preguntó Olivia, mirando mientras bebía su
vino mientras los criados traían la comida.
Declan pateó mi pie, pero no dijo nada, simplemente cortaba mi carne. Esto
no era mi batalla, y definitivamente no tomaba una bala por Olivia.
—¿Crees que eres mejor que nosotros? —espetó Olivia, causando que Melody
se riera y que yo llenara mi boca con carne.
—Barbie, sé que soy mejor que tú —dijo Melody, bebiendo su vino tinto. Era
básicamente un grupo de alimentos para ella—. Todas mis partes son originales y
no estoy hecha en China.
Esto tomó toda mi fuerza para no reírme, pero realmente sonreí como un
156
idiota, y en la esquina de mi ojo, podía ver a mi padre sonreír así detrás de su copa.
—Tal vez deberías decirle que no atacamos a la familia —dijo Neal cuando
Olivia volvió a sentarse.
—¿Hasta cuándo vamos a hacer esto Liam? ¡Han pasado casi dos décadas!
—¡Liam! —gritó Evelyn—. No estoy segura de lo que pasó entre ustedes dos,
pero Neal tiene razón. Es el momento de hacer las paces.
—Neal, ¿te gustaría decirle a nuestra madre lo que pasó entre nosotros? —le
pregunté, esperando.
Coraline, que había mantenido la cabeza y la boca cerrada todo este tiempo,
sorprendentemente los agarró y se los entregó. Miré a Declan para encontrarlo
mirándola, y conocía esa mirada. Coraline más probablemente había ido a través de
otra tarjeta de crédito de relleno en el espacio en blanco para salvar a los niños
hambrientos. La gente iba a empezar a cuestionar de donde procedía todo este dinero.
Por lo menos nos parecía bueno. Él estaba enfadado. Tal vez lo dejaría matar al
policía sólo para liberar algo de estrés.
—Sin mujeres —dije sin pensar, haciendo que mirara a Mel. Ella entrecerró
los ojos.
Coraline se mostró sorprendida ante el apodo, al igual que todos los demás.
—¿Cora? —preguntó.
Podía ver la malicia que ella hacía girar en sus ojos, y yo no estaba seguro si
había que tener miedo o gemir en el temor de ella.
158
—Así que ¿este campamento? —preguntó Evelyn, insegura. Si era un
criminal, ella no lo quería saber, pero estaba interesada.
—Los dos lo hacemos —murmuré. ¿Cómo carajos lo hizo? ¿Cómo diablos era
capaz de provocar el infierno y el cielo en sus ojos? Estaba asombrado de ella tan a
menudo que eso me molestó. Podía oír las palabras de Orlando en el fondo de mi
mente. Tú no vas a encontrar a una mujer que necesita que le enseñes algo. Estaba
en lo cierto. Ella podía gobernar sin mí. Quería gobernar sin mí. No me necesitaba,
y eso me marcó. Ella me marcó, y otra vez, debido a ella, siempre tenía que pensar.
Confundió con mierda mis malditas emociones y a mí. Me sentí como un
adolescente otra vez, inseguro si quería follar o perforar una pared.
Ella sonrió.
—Un día, pronto, espero. He puesto todas las piezas en orden. Nada se
interpondrá en mi camino. He trabajado muy duro para eso.
—Eso habría sido inútil. Liam y yo nos casamos por la empresa. Una luna de
miel nos habría hecho perder el tiempo. —Ella frunció el ceño ante la idea. Frunció
el ceño ante la idea de mí.
—¿Sí? —grité, lo que la hizo saltar. Ella fue tan dulce, casi la compadecí, pero
necesitaba una decisión y rápido.
—¿Estás segura? —Declan iba a tener que conseguir una nueva esposa si ella
no llegaba al punto pronto.
—Cora, ve al grano.
—No, lo sé —dijo ella rápidamente, con los ojos muy abiertos—. Sé que
Declan nunca me engañaría incluso sí… Quiero que él me mire de la misma manera
en que aquellos niños lo hacen cuando les entrego un cheque. Quiero que él se
encienda como lo hizo una vez. Así que tengo que ser más como tú. Necesito que
me ayudes a ser más como tú.
—Mel. No quiero ser tú. Quiero ser como tú. Quiero ser capaz de disparar un
arma de fuego. Quiero aprender a pelear. Siempre he querido aprender a hacerlo,
pero nunca fue nuestro lugar. Pero entonces tú entraste rompiendo techos de cristal
y, literalmente, rompiendo paredes. Quiero ver si me puedes entrenar. No necesito
ser la mejor, pero quiero ser capaz de sentirme en control, y quiero que Declan me
vea como algo más que…
—Una buena ama de casa de edad —terminé por ella.
—Sí. Quiero subir al ring y mostrarle que hay mucho más de mí.
162 —Declan es yo, Mel. Siempre hemos estado sincronizados, y luego en alguna
parte abajo de la línea, la música cambió para uno de nosotros, y ahora estoy
buscando la estación correcta para volver a él. Él haría lo mismo por mí. Ha hecho
lo mismo por mí. Es lo que los casados hacen. Así que, por favor, ayúdame —rogó
ella, y no estaba segura de qué decir.
—¡Gracias!
—Sí, buenas noches —le dije antes de salir. Coraline era buena en conseguir
lo que quería de mí, y lo último que yo quería era estar de acuerdo en todo lo demás.
¿Melody? No me había llamado así desde la primera vez que tuvimos sexo, y
por alguna razón, al escucharlo llamarme así ahora me molestó.
—Mel…
—Llámame Melody otra vez y te daré un rodillazo en las pelotas. —No iba a
dejar que me mienta.
Él echó hacia atrás mi pelo mojado antes de tirarme y tirar mi cabeza hacia
atrás. Empujándome contra la pared, lo miré a los ojos, ya no parecían verdes, en su
lugar se llenaron de un fuego que arde con pasión y rabia.
Él me espetó:
—En mi mente, pensé que me estaba acercando a ti. Pero entonces esta noche
me di cuenta que todo lo que haces es jugar con todos a tu alrededor, incluyéndome.
Me inclino a tu voluntad. ¿Desde cuándo comencé a doblarme? ¡No eres mi dueña!
No soy una pieza más, soy tu marido.
—Deja de quejarte de mí. ¿Estás furioso por mis palabras? ¿Por qué estás tan
jodidamente emocional?
—¡Porque soy humano, y por lo tanto tengo emociones! —Su volumen hizo
que se me ensancharan los ojos—. ¿Por lo menos te gusto, Melody? ¿Cómo Liam? —
. ¿De dónde mierda sacó eso? Él sonrió tristemente, meneando la cabeza mientras
cerraba el agua. Dando un paso adelante, me besó en la frente—. El hecho de que no
puedas responder a esta pregunta es bastante.
—Me haces sentir como si fuéramos novios de secundaria que se fugaron para
casarse. Esto es un negocio, Liam. Te dije que podría gobernar al lado tuyo, pero no
puedo manejar tu mierda emocional.
Cuando entré al cuarto, estaba oscuro como la boca del lobo, alcé el cabello
de mi cuello mientras me metía a la cama.
Apagó su luz. Él nunca apagaba la luz. Desde que se enteró de mí… miedo.
Las noches que no teníamos sexo, que eran raras, él leía hasta que me dormía y cada
noche me decía: buenas noches, amor. Trató de no hacerlo obvio, pero yo sabía la
razón. Si iba a ser frío, yo iba a ser más fría. Era como un policía. Pero parte de mí
sentía que estaba en lo cierto. Realmente no había puesto mucho esfuerzo desde
nuestra segunda noche juntos cuando le había dicho acerca de los zapatos blancos.
Él se había visto tan feliz entonces, como si sabiendo ese pequeño detalle sobre mí
fuera a hacer su día.
¿Y qué si lo había llamado peón o una pieza esta noche? Los dos éramos
peones. Ambos lo sabíamos cuando nos casamos. ¿Por qué estaba tratando de
complicar la relación? Estamos jodidos. Hemos trabajado. Sencillo. Pero ahora ese
idiota de mierda tenía que asegurarse de que me importaba.
Levanté los brazos listos para estrangularlo, pero me aparté. Yo iba a matarlo.
No estaba claro el motivo aún, pero iba a matarlo. Había tanto que quería gritarle,
pero nada salía.
—Voy a la guerra, Melody. Todo el mundo viene a por mí… viene a por mi
familia, pero la mujer más peligrosa del mundo está durmiendo junto a mí. Me
preocupo por ella, pero a ella no le importa una mierda sobre mí o cualquier cosa.
—¡Es por eso que soy la mujer más peligrosa del mundo!
Él sonrió.
—Es también por eso que estás sola. Puedes confiar en mí en el trabajo, pero
con tu personalidad, no me dejas acercarme.
—¡No te conozco! —le grité—. ¿Cuánto tiempo hemos estado casados? Diez
putos días, ¿Liam? ¿Quién se enamora en diez malditos días? ¡Quién siente algo en
diez putos días! ¡Eso no es normal!
166
LIAM
Y así sin más, quise sonreír. Sabía que la tenía. Paso uno, asfixiarla con amor.
Paso dos, llevar a ese amor lejos. Paso tres, arrastrar las crudas emociones de ella
gritando y pataleando. En el momento en que me fui del comedor, sabía que era el
momento para el paso dos. Planifiqué el paso tres para la mañana, pero ella sólo
tenía que hablarlo ahora.
Sabía quién era ella, y la mayoría de las veces me encantaba. Pero no tenía
tiempo para acabar con sus paredes, ladrillo por ladrillo. Necesitaba encontrar un
punto débil y luego explotarlo. Me gustaría seguir adelante, seguir siendo frío con
ella hasta que admitiera la verdad para sí. No éramos sólo sexo. Incluso ahora
mientras ella dormía, podía sentir su calor. Le importaba. Ella quería preocuparse
más, pero tenía miedo.
Esperando hasta que estuvo profundamente dormida y murmurando para sí
167
misma, me acerqué y la abracé contra mí. Olía increíble. Besando sus labios
suavemente, miré como ella rodó a mis brazos.
Quería esto. Me quería. Iba a romperla para que saliera del modo de perra...
para mí. Disfruté sus puteadas hacia Olivia.
—Mi dulce Mel. Vas a admitir que me amas, incluso si tienes que tirarte de
los pelos al decirlo —le susurré, besando su frente.
Después de todo, todo entre nosotros era un juego de ajedrez, y la clave para
ganar cuando el juego cambia es cambiar de táctica. Lo tenía, y ahora jaque mate
estaba sólo una jugada más lejos. Todo lo que tenía que hacer era completar el paso
cuatro y ella tendría que decirlo. Una vez que lo hiciera, podríamos ser lo que
necesitábamos. Sin embargo, iba a necesitar ayuda, y por desgracia, eso significaba
Neal.
15
Si no hay lucha,
no hay progreso
–Frederick Douglass
CORALINE
168 Lo vi a través del espejo mientras nos preparamos para la iglesia. Como
siempre, Declan está calmado, tranquilo y profundo en sus pensamientos mientras
se cambiaba por la ropa que le escogí. Parecía estar en automático. A decir verdad,
creo que él había estado en automático por mucho tiempo.
—Te amo, Declan —le sonrío, causando que pare y me mire raramente.
Camina hacia mí y me besa en la mejilla. —Yo también.
Por fuera, mantuve una sonrisa pegada en la cara, a pesar de que sentía ganas
de gritar. No lo dijo de vuelta. Él solía decir, “Te amo más”. Pero eso parecía tan
lejano. Parte de eso fue mi culpa, mi hábito. Sin embargo, él era culpable también.
Me dejó de hablar. Paró de hacerme parte de su vida. Sólo me quedo en el banquillo
ahora, esperando para cuando esté lo suficientemente borracho para querer tener
sexo.
Cepillé mi pelo y me miré, tomando una profunda respiración antes de
levantarme.
—¿Estás lista? —preguntó, tratando de atar su corbata. Incluso con tacones,
tuve que ponerme de puntillas para ayudarlo.
—Sí. —Le sonreí de nuevo. Siempre le sonreía.
Asintiendo, tomó mi mano y me guio. Con cada momento que pasa, se hizo
más y más claro lo que necesitaba, y era la ayuda de Mel.
DECLAN
Me iba a ir al infierno. En el momento en que vi a Melody salir, sabía que iría
al infierno. Estaba cometiendo tantos pecados a la vez y nada menos que en un
domingo. Primero, codiciaba a la esposa de mi primo. Segundo, estaba celoso del
tipo de relación que ellos tenían. Y tercero, mi dulce esposa estaba parada a mi lado
todo el tiempo, sin darse cuenta.
Me preocupaba por Coraline profundamente. Mirándola, no podía dejar de
sentirme como un completo idiota. Ella era tan leal y hermosa. Sin embargo, ya no
era la misma Coraline llena de vida que recordaba. Ella era tan fuerte la primera vez
que la conocí, se reía tan fuerte que podía llorar. Ahora… ahora no sabía qué
169 demonios pasó. Quizás estaba asustada de mí. Tal vez ella había visto demasiadas
camisas ensangrentadas. De cualquier manera, ella dejó de ser mi Coraline hace
tiempo. Ahora miro a Melody, rogando a Dios que pudiera tener una noche, y eso
me hace odiarme.
Liam ahora estaba empezando a entender lo afortunado que era. Melody era
apasionada. Disfrutaba el trabajo. Ella jodidamente deseaba involucrase en más
trabajo. Liam no lo entendía. Cada vez que Neal y yo tratábamos de confesar
nuestros pecados a Coraline u a Olivia, ellas nos mirarían como si fuéramos
monstruos. Nosotros éramos monstruos. Lo sabíamos. Pero nuestras esposas no
deberían pensar así de nosotros. Melody era lo opuesto. Durante la boda, felicitó a
Neal por pasar la prueba.
Ella lo vio poner una bala en la jodida cabeza del ruso desde un helicóptero
y se acercó a decir buen trabajo, y lo decía en serio.
—¿Declan?
Sonriendo, tomo la mano de Coraline, dirigiéndola a la puerta del carro antes
de abrirla. Me miró extrañamente pero besé su mejilla. Ella me sonrió de vuelta como
siempre, y nos sentamos. Sostuvo mi mano mientras yo miraba fuera de la ventana.
No iba a engañar a Coraline. Nunca lo haría… físicamente. En mi mente, ya
lo había hecho. Esta mañana en la ducha mientras me toqué, lo hice. Todo en lo que
pensaba era en Melody mojada…
—¡Declan! —Coraline rió, mirando abajo a la erección en mis pantalones.
—Mierda. —Traté de acomodarme.
Ella me paró y comenzó a desabrocharme, pero agarré su muñeca.
—No lo…
—Quiero —dijo antes de sacarlo de mis pantalones. Me sacudí en sus manos.
—Coraline…
—Shh, bebé —susurró antes de meterlo en su boca.
Instintivamente, mi cabeza se fue atrás, y escuché al conductor cambiar la
música a algo más fuerte. Confiaba en Sal. Él no se atrevería a decir algo.
Temblé cuando su lengua me lamió. En mi mente, era un maldito bastardo,
todo lo que podía ver era a Melody. En mi mente, era Melody besando mi polla, y
eso me hizo querer follar su boca. En el momento que Coraline… Melody me tomó
en su boca agarré su cabeza. Ella succionó rápido y más rápido mientras empujaba
mi polla en su boca. Sus hermosos ojos marrones mirando hacia arriba viéndome
170 cubierto de lujuria. Follé su boca sin parar, gimiendo locamente hasta venirme
profundamente en su garganta.
Cuando Melody me soltó, sonreí como un idiota, disfrutando cómo se veía
mientras me limpiaba.
—¿Mejor? —La voz de Coraline preguntó, haciéndome volver a la realidad.
Iría al infierno. Maldición.
—Gracias cariño. —Besé su frente mientras ponía mi polla de vuelta en mis
pantalones. ¿Qué demonios estaba mal conmigo?
Melody no era mi esposa. Coraline era mi esposa, y ella era genial. Jódeme,
iría al infierno.
Tomando la mano de Coraline, traté de no pensar. Traté duro de no pensar
en ella. Iba a averiguar algo para que Coraline y yo mejoráramos, porque ella se
merecía algo mejor que esto.
Tomé su mano y la besé.
—¿Lista? —le pregunté. Ella asintió, saliendo del carro.
Sería mejor… para ella.
16
Sólo si el asesino es un hombre bueno
Puede que sea considerado como monstruoso.
—Graham Greene
Traducido por Mich Fraser & SOS Sapphire
Corregido por KAri_VAl
MELODY
—Sé que estás despierta —dijo fríamente, mientras dio un paso dentro del
cuarto de baño. Abrí los ojos, y miré como se ató la corbata.
171
—No lo estaba ocultando. ¿Hay una reunión de la que no sé? —contesté,
sentándome. Eran las seis y media de la mañana. ¿Por qué diablos estaba vistiendo
su culo al amanecer?
—Tú…
—¡Tocaste mi arma!
—He tocado más que tu arma. Supéralo —dijo cerrando la puerta al salir.
La sangre en mis venas hervía tan fuerte, mi piel se estaba poniendo roja.
—Fedel, ¿estás listo para redimirte? —pregunté. Casi pude escucharlo saltar
de la cama.
172 —Liam tiene una reunión esta mañana. Quiero saber cada maldito detalle. Él
estornuda, quiero saber de eso.
—¡No tengo una puta idea! ¡Haz tu trabajo! —grité, antes de lanzar el teléfono
a la pared, destruyéndolo y golpeando el espejo. Pasando las manos por mi cabello,
me esforcé en respirar, pero estaba enojada. Quería matarlo. ¡Quería matar a alguien!
Pero no podía —al menos, no ahora— así que me quedé quieta, respirando
lentamente, dejando fuera el mundo que me rodea. No me permito pensar, sólo
respirar. No estaba segura de cuánto tiempo me quedé quieta. Lo único que supe
fue que mi sangre hirviendo se estaba enfriando.
La miré fijamente antes de darme vuelta hacia el reloj, y por supuesto ya eran
las siete cuarenta y nueve. Asintiendo, entré al baño.
—Sí y no seas suave con ella. Asegúrate de que entienda que sólo se pone
peor después del Día Uno —contesté, entrando en mis zapatos antes de sentarme
para poner un poco de maquillaje en mi cara.
—Entre —dije en voz alta. Fedel entró rápidamente con una cámara en sus
manos.
—Buenos días…
—No.
—Su nombre es Natasha Briar. Asistió a la boda con Amory. Se reunió con
Declan y Neal para el desayuno. Hablaron durante unos momentos y cuando él se
dirigió hacia la parte de atrás, ella lo siguió. Doce minutos más tarde, él se dirigió de
nuevo hacia su coche, donde luego fue a un club de boxeo en el extremo del sur.
De pie, coloqué la cámara abajo y agarré mis gafas de sol junto con mi bolso
antes de salir de la habitación. No iba a pensar o decir nada hasta más tarde. Ahora,
sólo necesitaba respirar y estar tranquila. Lo iba a matar, pero no un domingo. No
mataba a nadie los domingos, aunque realmente quería hacerlo. Al salir de las
puertas, vi como todos hablaban entre ellos. No estaba segura de que tan lejos estaba
la ubicación del desayuno de Liam, pero regresó y hablaba rápidamente con Neal.
Se detuvo cuando sus ojos se encontraron con los míos.
—Gracias, Evelyn, igual que usted —dije, mientras caminaba hacia el Audi
174 de Liam. Su conductor abrió la puerta y me senté en el interior.
Jódete.
Asintiendo, miré por la ventana para ver la misma iglesia donde me había
casado, a sólo una cuadra de distancia. Hice mi mejor esfuerzo para no pensar en mi
boda. Sólo me recordaba a mi padre. Cuando tomó mi mano, pero se apartó y sonrió
tristemente, negando con la cabeza antes de apretar su agarre.
—Has lo mejor que sabes hacer y miente —él susurró mientras me ayudó a
salir del coche. Efectivamente, había algunos fotógrafos. Podrías pensar que ellos
tendrían más respeto. Íbamos a la iglesia, por el amor de Dios.
Mirando hacia arriba, sonreí. Gracias, Jesús, por este regalo. —Todos ustedes
entren. Los encontraré en un momento.
—Luego, tu mamá sólo tendrá que lidiar con ello. Voy al baño de damas.
Vuelvo enseguida.
Suspiré fuerte. Él tenía que pelear conmigo en todo. Coraline dio un paso
adelante, pero la fulminé con la mirada antes de que se atreviera a ir de voluntaria
conmigo. Le di a Liam mi bolso y me alejé. Puso los ojos en blanco antes de caminar
con Neal y Olivia.
Batió su cabello dorado por encima de su hombro dos veces y no quería más
que arrancarlo de su cabeza.
—Deberías —dijo, dándome una falsa mueca triste—. Mira, no estoy tratando
de hacerte daño y pareces dulce… un poco demasiado dulce, en realidad. Pero lo
necesitas saber. Liam y yo estábamos en algo antes de que se casaran. Sé que esto es
un matrimonio arreglado. Él me lo dijo. No va a durar, cariño. Como he dicho, eres
dulce, pero Liam no necesita una dulzura. Necesita a una mujer de verdad.
Sonrió. —Él aun no lo sabe, pero sí, lo soy. Sé cómo darle placer como nadie.
Se vino cada vez que mi boca estaba sobre él. Suplicó en la noche por mí. Me hizo
venir una y otra vez. Fuimos como animales. Pero después me lo haría dulce, lenta,
apasionadamente y amoro…
—Gritas, y voy a perforar tu cráneo, ¿me escuchas? —La miré y sus ojos se
abrieron con miedo.
—Yo…
—Lo s-siento. Yo s-s-sólo… yo sólo lo amo —sollozó. Era una maldita idiota,
seguro. Quería tomar su cabeza y aplastarla más, pero no asesino los domingos.
Quitando su cara del espejo y agarrando otro puñado de cabello, la empujé dentro
de una cabina de baño. Luchó contra mí, pero me hizo tirarla más fuerte, lanzándola
en la cabina antes de golpearle la nariz. Jadeó, deslizándose abajo en el suelo y
agarrando su nariz ensangrentada mientras sollozaba. Arrodillándome frente a ella,
me aseguré de que pudiera verme con claridad.
—¿Qué estabas haciendo con mi marido esta mañana?
—Respuesta equivocada.
—Por favor…
Deslicé su cabeza de nuevo en el agua y esta vez, ella luchó duro, pero para
su desgracia, había inmovilizado a hombres con el doble de su tamaño. Cuando dejó
de luchar, la solté y sacó su cabeza del inodoro antes de caer sobre su culo mientras
tosió y lloró.
—Natasha…
—Sabía que a Liam le gustaba comer en Remy los domingos, así que esperé
por él. Cuando me acerqué, me dijo que me fuera o me arrastraría él mismo. Yo, yo
mentí acerca de tener información sobre Vance y Amory. Le dije que sólo podría
decirle si me seguía atrás. Hice un poco de historia y de alguna manera él lo sabía.
Trató de irse, pero traté de darle un beso y me agarró del cuello. Me llamó puta y
me gritó que me mantuviera alejada o la próxima vez me mataría. Dijo que la única
razón por lo que no lo estaba haciendo era porque era domingo.
Las palabras de Liam de la noche anterior vinieron a mi mente. Eres como yo.
—Yo, señor del cielo y el mar, he oído a mi pueblo llorar. Todos los que moran
en la oscuridad y el pec… —él no iba a cantar, así que le di un codazo. Sólo sacudió
la cabeza empezando donde lo dejé.
—Lo dirías incluso si te aburre hasta las lágrimas —dijo padre Thomas,
guiñándome un ojo—. Debo decir, que has elegido bien, otra mujer de Dios en la
familia Callahan. Esto es porque Dios los bendice muy grandemente. Ustedes lo
honran todos los domingos sin falta.
—Gracias, padre.
181
Me tomó de la mano y Liam se aferró a mi cintura.
Sonriéndole, me alejé, esperando que Liam dijera algo, pero todavía estaba
sentado en su montaña de hielo.
—Te agradezco mucho, pero tenemos que irnos, Thomas —le respondí,
tirando a Liam hacia el coche.
—Porque el mío está roto —suspiré—. ¿Estás diciendo que no? ¿No quieres
que vea más allá de los nombres de tus putas?
182
17
“El asesinato, al igual que el talento,
parece ocasionalmente venir de familia.”
~ George Henry
Traducido por Sitahiri
Corregido por Juliee
MELODY
Están emocionados respondió Sedric mientras estábamos parados frente
183 a los jets, que fueron llenados de gasolina para llevarnos directamente a Cascadia.
Todos los hombres estaban unos a lado de otros mientras tomaban sus cosas y
caminaban a los aviones. Aquellos que no viajarían con nosotros, habían conducido,
saliendo anoche con Monte para que pudieran estar ahí para cuando aterrizáramos.
El año pasado, algunos de los adeptos a los cuchillos atraparon a cinco o
seis zorrillos y los pusieron en las cabañas de los francotiradores se rió disimulada
y rápidamente antes de responder solemnemente.
¿Y?
Santa mierda, ¿qué hay en el menú de este año? preguntó Neal, con los
ojos abiertos. Podía ver la emoción formándose en sus ojos.
Fedel sonrió.
Non vedo l’ora di prendere questi cani verso il basso31. Antonio se carcajeó
junto con Fedel.
Si vas a hablar basura de nosotros, hazlo en inglés o irlandés para que todos
podamos escuchar o beidh mé briseadh do liathróidí32.
Ustedes irlandeses y sus pelotas. Todo lo que dije es que no puedo esperar.
Mel, ¿estás…
Esto suena tan estúpido declaró Olivia con su nariz tan alta que un pájaro
podría hacer un nido en ella. Neal…
Neal trabaja para mí… para nosotros dije cuando Liam me fulminó con
la mirada. Esto es parte del trabajo. No te gusta, qué mal. Pero si de verdad estás
preocupada, me aseguraré personalmente de que no se convierta en el muerde-
almohadas33 de nadie.
Prosigan. No tenía nada que decirles. Sentándome, vi que Eric tenía una
pierna abrazada. Encontró mi mirada, y yo simplemente le sonreí, obligándolo a
apartar la vista.
Asintió.
Si alguien me juega una broma, les cortaré la mano y se las haré comer.
Siéntanse libres de esparcir la voz, porque no estoy bromeando. Ni siquiera tenía
que manifestarlo. La cantidad de veneno y hielo en su voz prometía más que la
pérdida de una mano.
¿Dijiste que tal vez tenga algo? preguntó Liam, y Fedel sacó lo que
187
parecían ser cartas en código y algo en ruso.
No estaba claro hasta ahora. El Paso Uno estaba comenzando con Alexei
Rozhkov respondió Fedel, sacando la foto del viejo jefe de la mafia rusa con una
cicatriz a lo largo de su cuello. Algún alma valiente se había escabullido en su cuarto
y rebanado su garganta, pero el bastardo todavía vivió.
Era uno de los hombres más poderosos, junto con Orlando y Sedric. Era
siendo la palabra clave.
Fedel me miró, riendo disimuladamente mientras que sólo bebí mi dulce vino
rojo. La cabina entera se había quedado en silencio cuando Liam y los ojos de sus
hombres se posaron lentamente en mí. Mi gente alardeó con orgullo, pero Liam se
me quedó viendo anonadado.
¿De qué mierda estaban asombrados? Como si robar una piedra fuera lo peor que
había hecho.
Entró y salió en ocho minutos añadió Fedel. Tres minutos para entrar,
dos minutos para matar a dos de sus hombres, un minuto y diecinueve segundos
para tomar la joya, y después cuarenta y dos segundos para salir.
El idiota estaba tan ocupado viajando en sus recuerdos pasados que casi
olvidó por qué estábamos hablando de esto.
Para el final de esta noche, será Saige Valero respondió, y tanto Mel como
yo bajamos nuestras bebidas.
Tiene sentido.
¿Ella lo sabe?
Hoy es el día. Leí la carta en voz alta, la cual tenía la peor gramática,
incluso en ruso. Hoy es el día que tomo mi legítimo lugar en el trono. Mi padre era un
190
tonto y perdió todo. No sabía cómo jugar el juego. Pero yo sí. He pasado años planeando mi
venganza y ahora, con el poder de los Amory y con el poder de los Valero, seré reina. Cubriré
la tierra con la sangre de mis enemigos. Comenzando con el zorro irlandés y la puta italiana.
Y es por esto por el que no llevamos diarios. Está fechado con el día de hoy
añadí mientras se lo pasaba a ella. Sabía que no podría leerlo, pero parecía lista
para arrancarlo de mis manos.
Así que ella está loca como una cabra. Dame una ubicación y la mataré
ahora, sea cierto o no. Los ojos de Mel se entrecerraron sobre el papel. Si no era
cuidadosa, lo prendería fuego.
Por fuera se veía fría, tranquila y serena, pero por dentro, podía ver a la leona
tratando de abrirse paso con las garras para salir de su jaula.
Fedel, déjanos.
¿Esto son celos? ¿Estás enojada porque esta mujer está el mismo nivel que
tú?
Traicionó a su padre.
Su padre era un zorro sin honor y débil. Lo habría matado primero.
Apartando su cabello hacia atrás, puse los labios más cerca de los de ella.
Puede que no sea capaz de hablarlo, pero puedo leerlo bien en su mayoría.
Mi IQ puede no ser el mismo que el tuyo, pero me las arreglo respiró hondo.
Creo que dijo que yo era una cara de coño sin clase, sin emociones, hija de una puta.
Sabía que mis padres estuvieron separados, y también sabía que mi madre estaba
teniendo un amorío con su guardaespaldas, Roger. Que debería haber ardido con
ella en el avión. La única forma de que ella pudiera haber sabido eso es si ella estaba
con Amory y Vance. ¡Así que quiero su cabeza en una jodida bandeja!
Cada vez que creía que la conocía, descubría algo nuevo. Cuando le di esa
carta, honestamente no pensé que sería capaz de leerla. Había leído más adelante y
detenido cuando me di cuenta adonde se encaminaba la carta.
Mentira —me reí, haciendo que me mirara a los ojos. No quieres saberlo.
Puedes hablar sabe Dios cuántos idiomas. Eres una luchadora experta, tiradora y
una maestra manipuladora. Si hay algo que quieras o necesites ser capaz de hacer,
te obligarías a ti misma a aprender. Te comprometerías a ello con sangre y sudor.
Harías eso por todo excepto yo. Así que no intentes esa carta conmigo. No acepto
esa excusa. Te conozco demasiado jodidamente bien para esa mierda.
¡Lo estoy intentando! ¡Eres más cercano a mí que nadie más, Liam!
Eso sería suficiente si todos los demás no estuvieran muertos se congeló
193 ante mis palabras.
Yo. Soy. Todo. Lo. Que. Tienes. Al igual que tú eres todo lo que tengo, al
diablo Declan, Neal, Olivia, Coraline, incluso mis padres. Mi familia y mi lealtad
comienzan contigo y sólo contigo. Entre más pronto te des cuenta de eso, más pronto
podremos regresar a perdernos dentro del otro y realmente matar a todos los que se
opongan a nosotros.
NEAL
Limpié mi rifle por lo que tenía que ser la decimoquinta cabrona vez mientras
esperaba que el sol saliera. No sería capaz de dormir hasta que todo terminara. A
decir verdad, no había dormido bien en más de una década. Cada noche desde la
preparatoria, despertaba con el mismo sudor frío, y cada noche creía que sólo era un
sueño hasta que veía el tatuaje en mi brazo; no era nada especial o sofisticado, sólo
era el número 224, el casillero en el que encontré a Liam. Estaría por siempre tatuado
en mi piel y en mi mente.
—Neal.
—O los mata o los deja morir, familia o no. Lo único que lo detiene es nuestra
madre, y ¿cuánto más crees que durará? Puede que un día despierte y nos encuentre
a mi esposa y a mí encadenados o en el infierno gracias a él. No puedo dejar que
suceda.
—¿Estás haciéndolo por qué temes que un día se vuelva contra ti o por qué
de verdad quieres su amor? —exclamó, mientras dejaba su cerveza para limpiar mi
arma—. Ha sido un hermano de mierda también. La jodiste, pero eras joven. Todos
lo éramos.
—No ves lo que yo veo por la noche, Declan —respondí, quitándole el arma—
. No entiendes lo asqueado que me siento conmigo mismo siempre que me despierto
en la mañana.
—Comienzo a hacerlo.
—¿Cómo…
Tenía un punto.
—Las llamo vacías, las hice para Liam. Dolerán como una perra y puede que
causen sangrado, pero no deberían matarlo. Las elaboré de las de paintball. —No
tomaría mucho en absoluto.
No podía fallar. Haría cualquier cosa que Liam necesitara para que no fallara.
Era una locura pero era quién él era, el noventa y ocho por ciento de todo lo que
hacía era una locura, pero funcionaba. Me dio su palabra de que por fin dejaría el
pasado quedarse en el pasado. Tal vez entonces finalmente podría ser capaz de
respirar de nuevo, de dormir de nuevo, de estar en paz de nuevo.
Es por eso que necesitaba hacerlo. No sólo por Liam sino por mí… por Olivia.
Para que por fin pudiera ser el hombre que necesitaba. En su lugar, era la mujer que
me abrazaba cada jodida noche mientras trataba de sacarme de la cabeza la imagen
del muchachito en el casillero.
202 Quería hijos, pero ella no era el problema. Yo sí. Aparentemente, mi cuerpo
había empezado a traicionarme. Los doctores lo llamaban “estrés,” estúpidos
cabrones. Era el modo en que mi cuerpo me decía que no estaba listo para ser padre,
no cuando ni siquiera podía mantener unida mi mierda.
—Que mi puntería sea fiel en su cometido —susurré para mí, antes de colocar
el crucifijo alrededor de mi cuello dentro de mi playera.
203 CORALINE
DÍA 1
—¡Ahh! —grité con todas mis fuerzas cuando un balde de agua fría congelada
fue vertida sobre mí y mi cama. Saltando fuera de mi lecho me encontré cara a cara
con… ¿Adriana creo? Se veía como si yo fuera una molesta mocosa.
—Estás retrasada —me miró fijamente, poniendo el balde en el piso.
—¡Son las seis de la mañana! —grité, temblando horriblemente. ¿Por qué
demonios no podía sólo sacudirme como una persona normal?
—El entrenamiento comienza una hora antes del amanecer. El sol ya salió, lo
que quiere decir que estás atrasada —caminó hacia mi armario y sacó dos piezas de
ropa al azar que ni siquiera combinaban, después me las lanzó.
—No es así.
—Desnúdate.
—¿Qué? —¿Quería que me cambiara en frente de ella?
Puso los ojos en blanco y señaló mi pijama.
—Quítate la ropa y cámbiate, para que puedas comenzar el entrenamiento
que le rogaste a la Jefa.
—Está bien, sólo déjame ir al baño.
—¿Por qué? ¿Tienes partes especiales de mujer que yo no tenga? —me
fulminó con la mirada.
—No te recuerdo siendo así de bocazas con Mel.
—¿Qué fue eso? —preguntó, haciéndome saltar.
—Nada, esta ropa no combina —respondí, caminando hacia mi armario.
Adriana me siguió, por supuesto.
—¿Importa qué ropa manches de sangre?
—¿Manchar de sangre?
—Hay una razón por la que la gente dice que trabajan sobre sangre, sudor y
lágrimas. —Puso los ojos en blanco, haciéndome sentir una idiota, y no estaba
haciendo esto para sentirme aún peor sobre mí misma.
—Mira, soy nueva en todo esto de…
—¿Ser fuerte? ¿Ser confiada? ¿Ser una maldita Callahan? Sí, lo veo. Es el
204
motivo por el que estoy molesta, porque no eres tú. O al menos no deberías serlo.
¿No se supone que las mujeres de color son fuertes?
—¡No me conoces, perra racista! —bramé. Sí, se suponía que era la “típica”
mujer de color, la que no soporta ninguna mierda y está lista para pelear a cada
momento. Dios no lo permita que haya una mujer de color que fuera tímida, que
odiara la confrontación, que no encajara con el estereotipo.
Sonrió con suficiencia, subiéndose los lentes por su pequeña nariz.
—No, no te conozco, ¿pero lo haces tú? ¿Esta mujer sumisa y pequeña frente
a mí es la verdadera Coraline o es la careta que te pones porque tienes miedo de
lidiar con tu mierda?
No estaba segura de cómo responder a eso.
—Piensa en por qué pediste hacer esto. Pudiste haber elegido cualquier otro
modo de reinventarte, de mejorarte. Podrías haber regresado a la escuela, perdido
tres kilos, escribir un libro de autoayuda. Pero en lugar de eso quisiste aprender
cómo pelear. La gente que elige esa opción, ha nacido de manera distinta al resto del
mundo —se paró justo frente a mi rostro, y sentí la necesidad de retroceder.
—Hay un instinto, un hambre dentro de ti, Coraline. Estás tratando de salir
de tu caparazón pero tienes miedo de hacerlo. Tienes miedo porque todo lo que
sabes hacer es esconderte detrás de niños enfermos y cheques de grandes
cantidades. Te escondes detrás de todo, inclusive tu ropa. Es por eso que no puedes
quitártela frente a otros. Déjame adivinar, ¿Declan y tú tienen sexo en la oscuridad?
Te escondes y esperas bajo las sábanas…
—¡Cierra la maldita boca! —espeté, mi puño volando hacia ella, sin embargo,
lo atrapó fácilmente y sonrió.
—Ahí está saliendo la verdadera Coraline. Tal vez no eres inútil. Lo
intentaremos de nuevo mañana, y será mejor que no llegues tarde —me fulminó con
la mirada antes de alejarse.
Cuando se fue, me sentí caer y sólo me quedé ahí tendida en mi armario.
¿Quién era la verdadera Coraline Wilson Callahan? No estaba segura. Toda mi vida
era insegura, a excepción de Declan. Era el lado positivo de mi existencia. Ninguno
de mis padres realmente quería tener algo que ver conmigo, considerando que no
eran realmente mis padres. Fueron mis muy amargados tíos. Después de que mis
verdaderos padres murieron, me recibieron, esperando poder conseguir el dinero
de mi herencia.
205 No se preocupaban por mí y se enojaron, cuando descubrieron que sólo yo
podía retirar algo y no hasta mi decimosexto cumpleaños. Nunca me dijeron una
palabra amable siendo niña; después, en mi decimosexto aniversario, me llevaban
de compras, o más bien yo los llevaba a ellos. Pero estaban felices y me trataron
mejor, así que seguí comprando. Ahora, aquí estaba a los veintidós, todavía tratando
de comprar afecto. Pero no funcionaba tan bien cuando todos a tu alrededor tenían
la misma cantidad de dinero, o más.
No sabía quién era la verdadera yo. Pero sabía que quería matar a esta
Coraline. No toda ella, pero sí a la mayoría. Quería ser como era cuando conocí a
Declan por primera vez, libre, viva, feliz. No estaba segura de cuándo perdí eso.
Creo que fue justo unos cuantos meses después de que nos casamos. Vi su lado más
oscuro, y me puse nerviosa, me volví temerosa y construí una pared distanciándome
de él.
Entre más sangre veía, entre más herido regresaba, más me alejaba, una
estupidez porque confesó quién era y lo que era en nuestra tercera cita. Me dijo que
me amaba lo suficiente para dejarme marchar. Indicó que si salíamos en una cita
más no sería capaz de soportar si lo dejaba. No quise dejarlo, así que me quedé, y
después lo pateé en el estómago por ello. Acepté esta vida, y no quería que me
gobernara. Quería caminar en la misma agua que Mel y Evelyn hicieron. Evelyn
caminaría a través del fuego por Sedric, mataría por él, y yo quería ser de ese modo.
Quería ser una verdadera mujer Callahan.
DÍA 2
Entré directamente en el cuarto de Adriana para encontrarla colocando
cuchillos en su cama. Entonces alzó la mirada y me sonrió.
—Cuatro y media de la mañana. Estoy impresionada. ¿Lista para sangre,
sudor y lágrimas? —preguntó.
—Sí.
206
20
“Tal vez es por esto porque tantos asesinos seriales trabajan en pareja.
Es agradable no sentirse solo en un mundo lleno de víctimas o enemigos.
Tan sólo parece natural. Tú y yo contra el mundo…”
~ Chuck Palahniuk
MELODY
No podía dejar de temblar, yo, la condenada Melody Giovanni, ahora maldita
Callahan, la chica que no parpadeó cuando vendió su primera onza de coca a los
dieciséis años en un callejón. Era la chica que asesinó al miembro de un cartel a los
diecisiete porque nos robó una libra de marihuana. Sin embargo, aquí estaba, y no
podía dejar de temblar. No temblaba. No me inclinaba. ¡No me encogía al ver sangre,
drogas, o ante el sonido de una jodida bala! Con todo, aquí estaba, mirando como
uno de los doctores de Cascadia atendía a Liam, ¡y estaba temblando! ¿Qué
demonios estaba mal conmigo?
¡Este estúpido doctor tenía cinco segundos para darme noticias o iba a
levantar el brazo y sacar su lengua por su trasero!
Sra. Callahan…
Salí al exterior, permitiéndole a mis ojos vagar por el patio de hombres que
estaban esperando por las mismas noticias que había estado yo esperando. Mi
mirada se detuvo en la del tonto, y era como si el león estuviera fuera de la jaula.
208
¡Neal! rugí, haciendo que cada hombre en sus cinco jodidos sentidos se
moviera como el jodido Mar Rojo cuando caminé hacia él. No se movió, ni siquiera
parecía sorprendido, pero en un momento, iba a verse como si estuviera en un
infierno de un montón de dolor.
Melody…
Melody…
Sí.
209 Sentí un momento de paz antes de encontrarme a mí misma lanzándome a su
cuello. Lo vio venir y agarró mis brazos y me levantó como si fuera una jodida recién
nacida.
¡Melody, fue un accidente! gritó, pero mira las piernas largas que tengo…
sólo para estrangularlo con ellas.
Las envolví alrededor de su cuello como una pitón, y apreté hasta que tuvo
que soltar mis brazos para agarrar mis piernas. Cuando lo hizo, di una voltereta para
apartarme y le di un rodillazo en la entrepierna. Se agachó y el cabrón estúpido, alto
y parecido a un oso, jadeó de dolor.
¡Tú, Neal Callahan, eres el accidente! Mi puño se estrelló contra su cara.
¿Qué? ¿Por qué masticas esteroides como desayuno debería tenerte miedo?
giré sobre él tan rápidamente que no tuvo tiempo para comprender lo que estaba
haciendo hasta que fue demasiado tarde. Era una de las pocas cosas que había
aprendido de mis fallidos intentos en las clases de baile cuando era niña. Deja que
tu compañero guíe. Era eso probablemente por lo que fallé en ello. Yo dirigía. Sin
embargo, funcionó con Neal, que era demasiado grande para evitar que girara y
tomara su arma antes de girar de nuevo.
Con mi dedo izquierdo, tiré del maldito gatillo. Tristemente, no era un arma
sino un Taser. Sin embargo, funcionó, y ocho mil voltios lo hicieron caer
directamente sobre su trasero, sacudiéndose como un pez fuera del agua.
Arrodillándome sobre una rodilla, me incliné para que pudiera ver mis ojos.
Está bien, sólo necesita descansar. Sigan fingiendo que no están tratando
de matarse los unos a los otros. Los veré después les dije, y mis ojos se encontraron
con los de Declan. Estaba siendo sostenido por el mismísimo Eric, que estaba
comenzando a desagradarme. Declan se veía pálido y en necesidad de un trago.
Estaría bien. Si no, bueno entonces que se joda.
Fedel le dará su pago después de que vea a Neal y Declan le dije,
quitándome las botas. Mi mano estaba dolorida, pero lidiaría con ello después.
Debió haberse dado cuenta porque dio un paso adelante, pero lo fulminé con
la mirada. Sólo había un doctor en el que confiaba, y no era él. Recibiendo el mensaje,
se fue rápidamente, dejándome sola con el bello, idiota durmiente, que era mi
esposo. Una vez más, me encontré mirándolo fijamente. Se veía hermoso, y cedí a
mi necesidad, dejando que mi mano buena pasara por su cabello. Cuando dejó
escapar un pequeño gemido, me detuve. Inclusive en sueños era un cachondo.
Definitivamente estaba bien.
Abriendo el agua de la ducha, esperé hasta que el agua estuviera caliente, que
llevaría un momento. Era uno de los inconvenientes del campamento. Bebiendo de
la botella, me permití a mí misma un segundo para mirarme fijamente en el espejo.
La mayoría de la gente odiaba verse a sí mismos. Siempre encontraban un defecto
en la persona que veían.
211
Sin embargo, yo nunca tuve ese problema. Sabía que era atractiva, y sabía que
era inteligente. Aunque no estaba poniendo la suficiente atención, no hasta que Liam
empujó un espejo metafórico tan cerca de mi rostro que mi nariz estaba tocando el
cristal. Fue sólo entonces que verdaderamente vi que, en muchos aspectos, tenía
razón. Estaba sola, y me sentía sola. Siempre había aceptado eso, y me aseguré de
nunca pensar en ello. No fue hasta que estuvimos en el bosque que de verdad lo
comprendí. Perder a Orlando dolió por debajo de todo, a pesar de que lo vi venir.
Liam sin embargo… esa bala, no la vi venir, y en un momento, podría haberse ido.
Salté ante el sonido de su voz. El espejo estaba tan empañado que no me había
dado cuenta cuando entró.
Girándome hacia él, mis ojos fueron directo al vendaje que estaba envuelto
sobre su hombro y alrededor de su cintura. Cuando alcé la vista, me estaba viendo
como si yo fuera agua y él fuera un hombre en el desierto.
Li…
Sus labios estuvieron en los míos, antes de que pudiera conseguir decir las
palabras. Mi mano fue a su cabello, besándolo igual de fuerte. Sabía a miel, y no
quería soltarlo. Pero tuve que hacerlo.
Liam, necesitamos…
No preguntes, Liam.
Sí, porque eres mi esposa suspiró. Lidiaré con Neal cuando no esté
tomando medicina.
Me preparé para su rollo, pero cuando me volteé hacia él, estaba sonriendo.
Debió haberle puesto unas medicinas realmente buenas.
Esto es lo peor que me has hecho. Frunció el ceño como un niño de seis
años.
¿Mi ex novia?
Una vez más, sus labios encontraron los míos, pero sólo por un segundo antes
de se apartara.
A mis ojos lo es susurró. Tengo dos placeres en este mundo. Uno eres
tú, Melody Callahan, y el segundo es el brandy. Retenerlos a ambos es simplemente
cruel y casi inhumano.
214
Y justo así, algo hizo clic en mi mente. Aquí estaba yo, parada desnuda
enfrente de él, no sólo en cuerpo, sino también con mis “pecados,” y no le importó.
Vio las partes más profundas y sucias de mi alma y mente, pero no le importó. De
hecho, quería quedarse en la oscuridad conmigo. Sólo él, yo y el maldito brandy.
Ambos están a resguardo sólo temporalmente. Puedes tenerlos una vez que
te sientas mejor susurré, besando sus labios suavemente antes de apartarme.
Mel, pienso follarte hasta que no puedas más. Tiró del cordón de sus
pantalones. Su pene estaba apuntando directamente hacia mí, y yo cerré las piernas
tratando de pensar claramente. Quieres que te folle contra esta puerta susurró
mirándome directo a los ojos. Me mantuvo prisionera con casi ningún esfuerzo en
absoluto.
Piensa, Melody.
Vas a estar tan adolorido en la mañana dije sin aire mientras me chupaba.
La calidez del vapor junto con su cuerpo me hizo sentir como si estuviera ardiendo.
No podía siquiera pensar. Todo lo que pude hacer fue sentirlo, y se sentía
maravilloso.
Si hago mi trabajo, tú también lo estarás sonrió con suficiencia. Así que
deja de pelear esta vez y déjame tenerte, esposa.
215
No pude hablar porque no esperó por una respuesta. En su lugar, se zambulló
tan profundamente dentro de mí que mi cabeza se echó hacia atrás. Gimiendo,
agarré su cuello, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura mientras me
sostenía contra la puerta, yendo más y más profundo con cada empujón.
Tomaré eso como un sí gimió, saliéndose una vez más sólo para entrar
de golpe de nuevo dentro de mí. He querido follarte contra la puerta por un largo
tiempo me sonrío mientras embestía dentro de mí una y otra vez.
No pude siquiera formar una oración. No pude hablar. Apenas pude ver
porque mis ojos se pusieron en blanco.
Soltó mis manos para agarrar mi cintura, y solté un grito de puro placer
cuando me corrí contra la fuerza de su polla. No amainó, follándome más y más
duro hasta que empujó tan profundamente que mi voz se quebró cuando se corrió.
Cuando me soltó, sentí a mis piernas liberarlo. Pero estaba demasiado débil para
pararme y me deslicé al piso. Inhalé el cálido aire ávidamente pero cuando alcé la
vista, todo lo que vi fue su erección.
¿Cómo es eso humanamente posible?, pensé mientras lo miraba fijamente,
sorprendida. Tenía aguante como nunca había visto. Mirándome, se acarició a sí
mismo, lo que en cambio sólo me hizo desearlo de nuevo.
216
LIAM
Sentándome, tomé el frasco de analgésicos, tomando dos con un vaso de agua
y no brandy como debería haberlo hecho. Mel podía salirse con la suya por ahora.
Bajando la vista a la bella durmiente a mi lado, esperé a que la culpa empezara a
hacer efecto. Sin embargo, no estaba por ningún lado. La había engañado, y no me
arrepentía porque ahora tenía lo que quería. La tenía. Lo sentí, el cambio, mientras
hacíamos lo que queríamos el uno con el otro. Fuimos del baño, a la ducha, a la cama,
en donde me ayudó a ponerme el vendaje en la herida antes de follar de nuevo. Mi
hombro, como había dicho, dolía como una perra, pero valió la pena porque la tenía.
Hice lo que necesitaba hacer para conseguir a mi esposa, y no había retractación.
Ahora lo sabía. Sabía que era suyo y era mía, y ahora podíamos seguir
adelante. Se sintió como la guerra más larga pero ahora había terminado, y ambos
217 salimos victoriosos. Un día, cuando estuviéramos a punto de morir de viejos, le diría.
Pero por ahora, lo guardaría bajo llave y nunca hablaría de ello de nuevo. Todo lo
que tenía que hacer era asegurarme de que mi hermano y primo mantuvieran la
boca cerrada. Si no lo hacían, los mataría… y lo decía en serio.
Dios, la amaba.
El doctor dijo que estaría así por otros cuatro o cinco meses. Creo que su
esposa me odia, señor.
¿No aman a mi esposa? les pregunté en voz alta, haciendo que los
hombres o se rieran o sonrieran como tontos.
Antonio se paró con una taza llena con lo que debía ser alcohol.
Habían estado aquí, ¿qué, dos días? Tal vez tres, si yo había dormido tanto
219 como creía, sin embargo aquí estaban, bebiendo y riendo el uno con el otro.
Sonriendo junto con ellos, asentí hacia Neal y Declan quiénes me estaban
fulminando con la mirada. Levantándose, me siguieron cuando caminé del comedor
a la sombra de los árboles. Declan se movía más lento de lo normal, al igual que
Neal.
Declan dio un paso al frente, la nariz ensanchada y los ojos bien abiertos.
Estaba cabreado.
¡Tú jodido imbécil de poca monta estúpido! Estás jodido de la cabeza. ¡Tu
esposa me apuñaló! ¡Ella me apuñaló, Liam! ¿Alguna vez has sido apuñalado? Esta
perra señaló a Neal, fue el que te disparó, ¡y sólo consiguió que le dispararan
con un Taser! Todo lo que hice fue tratar de calmarla. ¿Qué clase de mierda es esa?
35
¡Larga vida a la reina!
36
¡Vida la reina!
estaba calmada. Me sorprende que no hiciera más.
Neal estaba parado, quieto, sin decir nada y esperando a que yo cumpliera
mi parte del trato. Parte de mí había esperado que fallara para que pudiera odiarlo,
pero era tiempo de seguir adelante. Hizo lo que le pedí. Suspirando, extendí la mano
hacia él.
Habrá momentos en los que todavía voy a ser un imbécil contigo dije
cuando tomó mi mano. Sin embargo, prometo seguir adelante, hermano. Ya no
me aferraré al pasado en contra tuya. No te odiaré por ello. Todavía me desagrada
tu esposa, pero no te odio.
220
¿Puedes sólo hacer eso? ¿Dejar el odio?
Gracias, Liam.
Bueno, las primeras cervezas son a cuenta tuya. ¡Esa mierda dolió! Hice
un gesto de dolor y me agarré el pecho antes de irme.
¿Qué carajos? grité, buscando el archivo del que estaba hablando, pero
simplemente me pasó la laptop.
¿Cómo carajos entró ahí? espeté, mirando cómo el idiota y sus hombres
entraron en la fábrica. Hasta ahí llegaban los derechos personales.
Esto podría ser una trampa. Saige podría estar escribiendo estas como balas
para que nosotros las recojamos y nos disparemos a nosotros mismos. Todavía no
conocía lo suficientemente bien a Saige. Pero a partir de lo que sabía, era una
serpiente en el pasto y alguien necesitaba cortarle la cabeza antes de que se
alimentara y creciera.
Pensé lo mismo e hice que Fedel contactara a Ryan después de que nos
bajáramos del jet. Aparentemente, Saige olvida cosas constantemente y necesita
escribir todo. Amory tiene codificada su computadora cada semana para que nadie
pueda infiltrarse. Ryan es una gran ayuda con eso. Pero no estoy descartando nada
todavía. Ahora mismo tenemos todavía a una rata policíaca afuera de nuestra puerta
respondió mirando la pantalla de la computadora.
Sonreí.
Entonces los mataremos. Uno a uno, hasta que todo lo que quede sean
manchas de sangre.
224
CORALINE
DÍA 3
—¡No puedo hacerlo! —Me derrumbé, antes de vomitar dentro del recipiente
una vez más.
—Cora, lo estás haciendo bien, no voy a ser quien le diga a la Jefa que te has
dado por vencida después de sólo tres días —dijo Adriana, sujetando mi cabello.
Apartándola, retrocedí contra la tina. —Mi piel está muy golpeada, cambió
de color. Apenas puedo mantenerme de pie. No puedo hacer esto. No puedo. Siento
tanto dolor todo el tiempo, Adriana. Por favor, deja que me rinda.
—Eres más fuerte de lo que crees, Cora. En tres días, has llegado muy lejos.
Sí, sé que estás sufriendo. Pero no eres la misma Cora. Así que supéralo, vístete, y
ve a cenar, así podremos trabajar esta noche —exigió, dándome un atuendo para
usar.
No Olivia.
¿Cómo pudo Mel manejar todas las miradas? Siempre que las personas la
miraban fijamente, simplemente caminaba orgullosa.
225 Respirando profundamente, caminé lentamente hacia mi asiento. Colocando
la servilleta en mi regazo, tomé algo de comida y pretendí que no estaban allí.
—Está bien, Coraline, suficiente. ¿Qué te está pasando? ¿Estás bien? Estoy
preocupada —preguntó Evelyn, haciéndome saltar.
—¿Qué crees que pensaría Declan, Coraline? ¿Qué pasa si resultas herida?
No tienes idea de lo que estás haciendo. No eres alguna…
Sedric frunció el ceño. —¿Quién está dándote estas clases? ¿Son dignos de
confianza?
Mierda.
DÍA 5
—Hazlo —le dije a Adriana, mientras me siento frente al espejo.
—¿Estás segura Cora? —preguntó Evelyn, mirando hacia mi cabello.
—Es sólo cabello. Volverá a crecer, ¿verdad? Adriana casi arrancó mi cola de
caballo durante nuestra lucha de ayer —dije. Después de todo, ambos, Evelyn y
Sedric miraban esto como si se tratara de un maldito deporte. Sedric realmente no
hablaba. Sin embargo, fruncía el ceño cada vez que mi cuerpo chocaba contra el
suelo.
Adriana exigió que aprenda a usar mi tamaño como una ventaja, así que todo
lo que aprendí fueron golpes rápidos y patadas. Me hizo dar saltos por una hora
seguida antes de tenerme pateando sus manos. Pero siquiera podía ponerme de pie,
y mucho menos dar patadas. Cuando llegué a vomitar, me dio agua, algo de pan, y
un descanso de seis minutos antes de ponerme a trabajar de nuevo.
—Aquí voy —dijo Adriana, y cerré mis ojos. Todo lo que oí fueron las tijeras
que cortaban mi cabello.
227
—Evelyn, tu sobrino seguirá amándome si estuviera calva, ¿verdad? —
bromeé.
—Em…
—Cor…
—La sexi Adriana está aquí debajo, por algún sitio. —Sonreí—. Esto va a ser
como una de esas películas de adolescentes.
DÍA 7
Presioné mi vestido hacia abajo por lo que tenía que ser la novena vez desde
que nos bajamos del carro. Siento como si quisiera salirme fuera de mi piel. Estaba
tan emocionada de verlo. No obstante, la primera persona que salió del avión fue
uno de los hombres que no pude reconocer, seguido por Mel. Me observó
cuidadosamente mientras hizo su camino hacia mí.
228 Sin embargo, no podía prestarle atención porque no era mi Declan. Sus cejas
levantadas mientras miraba mi cabello.
Linda, no hermosa, pero tomaré eso por ahora. Era mejor que nada.
22
Es mucho más fácil confesar un asesinato tomando un café
que en frente de un juez.
—Friedrich Dürrenmatt
LIAM
229 —Está bien, tú pedazo de mierda, acércate —dijo ella mientras miraba al
venado parado unas cuantas docenas lejos.
—Relaja tu brazo y respira —le dije, poniendo mi cabeza justo al lado de la
de ella.
—Mi brazo está relajado, y tú estás respirando lo suficiente por los dos —
respondió como la sabionda que era.
Alejándome de ella, puse los ojos en blanco. —Bueno, entonces hazlo, mata a
Bambi . 37
Disparó la flecha y justo como me lo había imaginado, pasó justo por encima
de la cabeza del venado, causando el escape de este por miedo. Lo vio desaparecer
en el bosque con una rabia silenciosa antes de mirarme. Dándome el arco y las
flechas, sacó un arma, y traté de no reír.
—¡Lo podría matar con esto! —gritó, y era tierno, especialmente ya que sabía
que no era el porqué de esa rabia.
—Ese no es el punto. —Levanté el arco al cielo, poniendo la flecha y luego
lanzándola. Fui justo al corazón de un pájaro. Mel simplemente puso los ojos en
blanco, apuntando al cielo y disparó tres veces.
—Tres pájaros para mí, uno para ti. ¿Cuál es el punto? —Sonrió, mirando al…
mierda.
37
Película infantil de Disney.
—Matamos los Sinsontes. —Fruncí el ceño, poniéndome de rodillas para
mirar a los cuatro pajaritos ahora medio destruidos en el piso.
—Por favor dime que estás bromeando.
Sonriéndole una vez más, me puse de pie y tiré otra flecha al árbol, viendo a
otro de los hermosos pájaros caer muerto.
—Lúcete.
—Encontré un arma que mi esposa no puede usar —reí mientras me miraba—
, pienso que me luciré cuando pueda.
—¡Soy cazadora de personas! ¿Quién caza personas con flechas? —soltó, y
abrí mi boca para hablar pero me miró.
—Si dices Flecha Verde te dispararé en el otro muslo —agregó, y todo lo que
pude hacer fue sonreírle
—Todas las personas son animales, amor. Se congelan cuando tienen miedo.
230 Lloran mientras mueren. Un cazador es un cazador, y si puedes matar un venado,
puedes matar a una persona. Es así de simple —respondí—. Además, no iba a decir
Flecha Verde, tal vez Hawkeye38 o Katniss Everdeen, pero definitivamente no Flecha
Verde.
Sus ojos se agrandaron, y se alejó de mí, volviendo al campamento. No fue
difícil alcanzarla.
—Eres tan niño —dijo, pero pude ver la pequeña sonrisa en sus labios.
—Sí, sí —dije, agarrando su mano y acercándola a mí. Miró sus manos y luego
a mí. Sabía que estaba un poco incómoda, pero no se alejó.
—¿Qué? ¿No me vas a pedir que vayamos lento primero?
—Tal vez si estuviésemos en 1915.
—¿Alguna vez has estado en una cita? —le pregunté, haciendo que
parásemos.
—No salgo en citas, y mejor que no trates cualquiera de esa mierda romántica
en mí —dijo.
—A las chicas les gusta la mierda romántica —sonreí. Siempre me hacía
sonreír, y no estaba seguro de si podría atreverme a esconderlo de ella o del mundo.
personaje de Marvel Comics y Katniss Everdeen es la protagonista de la Trilogía Los Juegos del
Hambre, los tres personajes están caracterizados por usar el arco y la flecha como arma predilecta.
—No soy “chicas”. Soy Melody.
—Nos podemos comprometer —dije, recostándome en uno de los árboles.
Cruzó sus brazos y se paró rectamente. —O podría dispararte.
—La violencia no es la respuesta, amor. Bueno, la violencia en mi contra no
lo es —respondí, pensando rápidamente—, podríamos tener citas privadas. Tú y yo
en nuestra habitación, donde sólo yo te pueda ver siendo amable.
Antes de que pudiese hablar, la empujé en contra de mi cuerpo y la presioné
contra del árbol, besándola duramente, sólo para callarla.
—En ocasiones especiales, podemos matar a los policías o a cualquier otro
que se ponga en nuestro camino de pijamas de nuevo. Podemos mirar mientras se
desangran y queman, tomar vino y tenernos una y otra vez. Después de todo, ambos
somos cazadores de personas —susurré en la distancia de nuestros labios.
Me besó, presionando todo su cuerpo en contra del mío y se alejó con una
231 sonrisa. —Realmente sabes cómo encantar a una mujer.
Sus palabras me pusieron tan duro que la tomé en brazos y la puse en contra
de la corteza del árbol. Dios, amaba a mi esposa.
—Señor, señora. —Una voz dijo detrás de nosotros, y justo en ese momento,
quería romper su cuello. La oscuridad en los ojos de Mel me dijo que lo quería
muerto también.
Alejándose de mí, se giró hacia Fedel que estaba parado mostrándonos su
espalda —¡¿Qué?!
No se giró. —El Jet fue llenado con gasolina y estará listo para partir. Ninguno
de sus teléfonos funcionaba, pero su padre, señor, ha estado buscándolo. El
comisionado de policía dará una conferencia a la prensa acerca del fuego en una
hora. Ellos también vinieron a la casa esta mañana.
¿Ese estúpido vino a mi maldita casa de nuevo? ¡Está pidiendo morir!
—¿Están los hombres listos? —Mel preguntó, ajustando su ropa, pero no lo
necesitaba, siempre lucía igual, hermosa, matadora y follable.
—Sí, señora. Monte y todos los demás que condujeron salieron anoche —
respondió rápidamente. Estaba definitivamente más asustado de Mel que de mí. Iba
a tener que equilibrar esa escala también.
—Déjanos —ordené, y se fue. Girándome a mi esposa, traté de calmarme,
como fuese quería al maldito policía muerto.
—Voy a matarlo —le dije —Encontraré…
—No funcionará. Tienes que quebrarlo —suspiró, poniéndose en frente
mío—. Matarlo es sólo la primera parte de la batalla. Se está volviendo un modelo
para el resto de las fuerzas. Se está convirtiendo en un héroe. Va a dar un discurso
conmovedor y tratar de reinstaurar una esperanza para un futuro mejor. Es tiempo
de que hagamos lo que prometimos hacer si no se rendía.
—Haremos sangrar a Chicago —dije, y ella asintió.
—Cuando el crimen está en los guetos, a nadie le importa. Cuando el crimen
se acerca a los suburbios, las personas demandan mejoras para sus oficiales de
policía.
—Comienzan a desconfiar de ellos. Cuando lo hagan, nos acercaremos y les
recordaremos por qué ellos aman a los Callahans.
—Haré que Declan y Monte hackeen los registros y encuentren a todos los
oficiales de policía que tienen familia —sonrió, pero no era suficiente. Quería que la
232
ciudad y el estado lloraran en agonía.
—No sólo la policía —añadí mientras nos devolvíamos al campamento—,
quiero el nombre de cada juez, político, y hombre de negocios que no aporta a
nuestra familia. Si te pones en nuestro camino, te apartamos y a cada persona que
alguna vez te conoció.
Habrá sangre, y mucha.
MELODY
—Gente de Chicago, vengo a ustedes porque sé que tienen miedo. Soy de Chicago.
Conozco esta ciudad como la palma de mi mano, y sé que podemos volver a los días gloriosos.
Es por eso que la policía de Chicago está trabajando horas extras para hacer nuestra ciudad
segura. Si ves algo, te protegeremos si vienes. Es tiempo de que recuperemos esta ciudad de
los que creyeron que nos habíamos rendido. De esos que pensaron que los íbamos a dejar que
continuaran…
—Su voz me hace querer matarme —gruñí poniendo en silencio el
computador en frente de nosotros—. Tal vez lo debemos matar ahora. ¿No tenemos
francotiradores en el área?
Liam se tomó mi vino mientras se relajaba. —Tú y yo sabemos que eso sería
una mala idea. Mañana comienza el reino del terror, sólo aguántate otras 12 horas.
Palabra Irlandesa, literalmente perros de caza, pero su traducción de acuerdo al contexto sería jefe
39
de la manada.
LIAM
Ella tiene razón. Fue lo primero que me vino a la mente después de que se fue.
Yo era un Ceann na Conairte, no mi padre. Lo había visto como tal por tanto tiempo
que fue una segunda naturaleza mostrarle el mismo respeto. Bajando del avión, se
puso delante de nada menos que Coraline.
—¿Qué carajos le pasó a mi esposa? —preguntó Declan detrás de mí.
—¿Qué le paso a tu cabello? —preguntó Neal, mirando a la chica con pelo
corto delante de Mel.
Sin responderles, caminé hacia mi esposa sólo para encontrarme con otra
conmoción.
¿Esa era la patito feo? Adriana estaba junto a Coraline, con su nido de cabello
domesticado, sus gafas se fueron, y su rostro fue cubierto con un ligero maquillaje.
237 No estaba bellísima, pero ya no se merecía el título de patito feo.
—Adriana viaja con nosotros. —Fue todo lo que dijo Mel cuando llegué a
ella—. Cora hablaremos más tarde.
Una vez que llegamos al coche, el conductor abrió la puerta para nosotros
mientras Adriana se sentó en la parte delantera.
—¿Supongo que tienes algo que ver con esto? —le pregunté a Mel una vez
que estábamos en camino a casa.
—Ella vino a mí. Tuve a Adriana haciendo lo que pudo —respondió, en lo
más mínimo preocupada de cómo esto podría resultar. Declan… bueno Declan no
podría hacer una mierda, y eso es probablemente porque no le molestaba.
Suspirando, recurrí a la mujer de en frente. —Bueno, ¿qué puede hacer mi
cuñada?
—Su primer día fue difícil, frustrada con ella misma y el segundo con el
mundo. El tercer día, vomitó hasta la mitad de su peso, y el resto de la semana tuvo
un montón de conocimientos básicos. Va a necesitar más práctica, pero se está
acostumbrando a llevar un cuchillo. La Señora Callahan tuvo razón en el arma. Lo
intentó y casi se arrancó la mano. —Pude escuchar la diversión en su voz. Sin
embargo, mi mente no pudo imaginar a Coraline haciendo cualquiera de esas cosas.
—¿Y su cabello? —preguntó Mel.
—Se dejó llevar por la cosa de convertirse en guerrera. Exigió escuchar a
Rocky durante una de las sesiones de la mañana. Luego por la noche, quiso escuchar
Eye of the Tiger40 repetidamente. A la señora Callahan le pareció apropiado.
Mel se sentó. —Pensé que te dije que mantuvieras discreción.
—Lo intenté, señora. El segundo y tercer día fueron los más duros de Coraline
y estaba tan dolorida que no pudo ocultarlo durante la cena. La Señora y el Señor
Callahan creen que sólo es defensa personal. Olivia Callahan trató de llamar a Neal,
así que tuve su teléfono atascado, Señora.
Mel frunció el ceño pero asintió, aunque nadie fuera capaz de verla.
—Ya veo. —También fruncí el ceño. La cena familiar de esta noche iba a ser
interesante.
—No es nada de qué preocuparse. Tenemos cosas mucho más grandes en el
plato como Saige y Amory —dijo, Mel, silbando sus nombres como si fueran veneno.
238 —Por eso creo que tenemos que planear un pequeño viaje a Italia.
—Liam, no podemos sacar los coches de Vance ahora. Es probablemente la
cosa más inferior de nuestra lista de cosas por hacer. —Sin embargo ella no lo estaba
consiguiendo.
—No tenemos que ir, nuestros hombres podrían ir. Después de todo, qué
mejor momento para destruir coches y tal vez una o dos casas, mientras todo el
mundo está en la boda. —Ellos podían ser tan descuidados.
Sonrió. —Guerra de guerrillas.
—Exactamente.
—Adriana, ¿cuándo es la boda?
—Tres semanas a partir de ahora, Señora —respondió rápidamente,
entregándonos una invitación de la boda. Mel se le quedó mirando con tanto asco
como yo lo hice. Permitiendo que cayera al suelo, ella se giró hacia mí.
—¿Seguro que no te importa no poder destruir las cosas de Vance
personalmente?
Ese era el único inconveniente. —Sí, pero ver el rostro de Vance durante la
boda cuando le llegue esa llamada, seguramente lo va compensar. —Ni siquiera iba
Eye of the Tiger (en español Ojo de Tigre), es una canción que aparece en la película Rocky
40
240
MELODY
—El departamento de Policía de Chicago es importante para el bienestar de
la ciudad. Mi marido y yo no queremos que nuestros hombres en uniforme se
preocupen por los gastos médicos después de que ellos nos protegen. Es un gran
honor para mí dar este cheque por diecinueve millones de dólares a nuestro
comisionado y supervisor, el Oficial Patterson —sonreí a las cámaras que estaban en
la sala de emergencias del hospital St. John. El oficial Patterson me miró con una
mezcla de odio, ira y disgusto. Pero de todos modos tomó el dinero.
—Muchas gracias Sr. Callahan —dijo, casi con desprecio a través de sus
dientes—. Estoy seguro que esto ayudará a las personas que perdieron a sus seres
queridos y los que fueron heridos.
Liam sonrió a mi lado. —Aquello fue una tragedia. Esas viejas fábricas
tuvieron que ser revisadas. También eran conocidas por sus crímenes. ¿La policía no
241
estaba buscando eso?
El comisionario Patterson abrió la boca, pero los reporteros escucharon la
pregunta de Liam y saltaron sobre él.
—Comisionado Patterson, ¿esto es una de las cosas que planean fijar en
Chicago?
—Comisionado, ¿habrá una investigación?
—¿Es cierto que su casa también fue destruida?
—¿Se rumora que fue un ataque terrorista?
—¿Esto tiene algo que ver con su investigación del vuelo 735? —Eso llamó mi
atención y la de Liam, porque apretó su mandíbula.
—Señoras y señores, este es un hospital, y no queremos molestar a ninguno
de los pacientes que están aquí y necesitan atención médica —dijo el Comisionado
a todos, tan cortés como pudo.
Una doctora dio un paso adelante ya que los reporteros se dispersaron.
Parecía casi deslumbrada mientras miraba a los ojos de Liam.
¿Podría seguir siendo médico si le cortaba las manos?
—Sr. Callahan soy la doctora Amy Lewis, muchas gracias por la donación. Su
familia ha sido tan amable con los pacientes de este hospital, como también con el
personal. Sería un honor mostrarle todo. Estoy segura que a las víctimas de este
accidente les encantarían conocerlo —derramó, mientras yo traté de no vomitar en
mi boca.
—No creo que sea una buena idea —declaró el Comisionado Patterson,
causando que todo el personal lo mirara como si estuviera loco… muy
probablemente porque lo estaba.
—Han sido un par de días difíciles. Es posible que necesiten descanso.
—Le aseguro que estamos haciendo lo mejor para cada paciente — respondió
la Dra. Lewis, pero sólo porque quería pasar más tiempo con mi marido.
Caminando por enfrente de mi marido, sonreí como si estuviera en un
comercial de mierda de pasta dental. —Por supuesto, me encantaría conocerlos.
Cariño, ¿tienes tiempo?
Liam levantó una ceja. —Cualquier cosa que desees, mi amor.
Pareció que la Dra. Amy Lewis se tragó su uniforme al sonido de mi voz. ¿Me
242 pregunto si puedo romperle la cabeza?
—¿A dónde vamos primero?
Pareció sorprendida por mi voz, como si hubiera olvidado que yo estaba aquí.
Sentí mi mano deslizándose en la parte trasera de mis vaqueros hacia mi cuchillo
cuando Liam me agarró, tirándome en sus brazos.
—Contrólate, amor —dijo entre dientes en mi oído.
Tomando una respiración profunda, seguimos a la perra estúpida mientras
nos condujo hacia la otra parte del hospital.
—Esta es nuestra unidad de quemados, donde muchos de los oficiales están
siendo tratados —dijo, moviéndose por el pasillo como si estuviera dando una
exhibición.
No estaba segura de qué me hizo parar en frente de los cuartos de los oficiales.
Tal vez todas las flores, tarjetas y globos. Tal vez la pequeña niña sentada en el
regazo de su madre riendo con su padre quemado. Su rostro envuelto con vendas,
junto con sus dos brazos, pero él aún estaba en alerta.
Interviniendo, la familia se quedó inmóvil y nos miró.
—Oficial Pope, estos son el señor y la señora Callahan. A partir de este
momento, han pagado todas sus cuentas —declaró la Dra. Lewis, con alegría.
La mujer en la silla estalló en sollozos antes de salir corriendo y darme un
abrazo. No era una persona de abrazos, sin embargo, no podía ser yo misma.
—Muchísimas gracias. No tienes idea de lo mucho que esto significa para la
familia —exclamó, dando un paso atrás para recobrarse y recoger a su hija.
—Cualquier cosa por ayudar. No me puedo imaginar la vida que vives —dije
en voz baja—. Siempre preocupándote por si tu marido será herido o algo incluso
peor. Es lo menos que podemos hacer.
—Gracias. De verdad, gracias. —Se limpió la cara, girándose hacia su hija—.
Dile a la señora Callahan gracias, cariño.
La pequeña niña se escondió detrás de su cabello. —Gracias.
—Vamos a decirle al abuelo las buenas noticias —respondió ella, mirando
hacia atrás a su marido por un momento, quien asintió lentamente.
—Ahí hay una primera dama —susurró Liam. Besando la parte de atrás de
mi cabeza y me entregó una taza de café.
—Señor y señora Callahan —dijo la Dra. Amy, la puta.
243 —Liam, me voy a quedar —le dije. Me dio una mirada extraña antes de salir
con el resto de ellos.
El Oficial Pope simplemente me miró y supe que él tenía una idea de lo que
realmente estábamos haciendo detrás de la máscara pública.
—No tengo idea de por qué la gente elige convertirse en policías. —Fruncí el
ceño, mirando su piel quemada, la mitad de su cara prácticamente derretida.
—Alguien tiene que poner fuera a la gente como tú. —Luchó para decir.
Levantando una ceja, sonreí. —Eso nunca va suceder, y si lo hicieras, no serías
tú. He visto mejor carne seca.
—Podría tener un cable —siseó y rodé los ojos, mientras empujaba su pie
envuelto. Gritó en voz baja.
—No tienes un cable, incluso si lo tuvieras, tengo un bloqueador de alta
frecuencia, si eso no funciona, entonces sólo rapto a tu familia hasta que confieses
las manipulaciones y las pruebas falsas. —No era una idiota, después de todo,
estábamos en un hospital lleno de policías.
Sus ojos se estrecharon. —¿No te da vergüenza? ¿No tienes culpa? ¿O eres
como todas las serpientes sin corazón y de sangre fría? Tus drogas matan a docenas
de personas en tan sólo esta ciudad, justo en esta semana. Dios sabe cuántas
personas mueren en este país sólo para que tú hagas dinero. Todos ustedes están
enfermos. ¿Cómo diablos pueden dormir por la noche?
—¿A quién has perdido? —le pregunté, dando un sorbo de mi café. Sus
palabras no me molestaban.
—No te importa un bledo.
—Nop, no en absoluto —sonreí—. Ya ves, me estás culpando de algo que no
es mi culpa. ¿Culpas a un camarero por dale a alguien una bebida? No, porque es
suministro de una demanda. Nadie está obligando a nadie a hacer o tomar cualquier
cosa. Los que murieron, estaba en ellos y su familia. Deberían poner su mierda en
orden. Su familia tuvo que haber permanecido con ellos. En su lugar, tú estás
buscando a alguien a quien culpar.
—Debes estar jodida de la cabeza para pensar así. No hay una justificación
para lo que hacen las personas como tú —espetó, mirando hacia otro lado—. Nos
insultas más fingiendo que eres buena gente católica. No te preocupas por Dios. Ni
siquiera creo que creas en él.
—Lo hago. Me preocupo por Dios y creo en él. —Realmente lo hacía—. Sin
244 embargo, yo sé porque fui creada. Dios me necesita. ¿Qué pasaría si no hubiera gente
como yo? Si este mundo fuera perfecto, si todo fuera de la manera que quisieras,
entonces, ¿por qué orar? Dios me necesita, porque sin nosotros, tú te olvidas de él.
Él está de mi lado, no del tuyo.
—Vamos a ver eso. El comisionado tiene un ojo en ustedes. ¡No descansará
hasta que estén en la cárcel!
—Entonces se los voy arrancar y los enterraré dos metros bajo tierra. Debes
darme las gracias porque estás aquí, porque pasado mañana, Chicago nunca será la
misma. Puedes decir que el comisionario dijo eso —respondí, dejando la taza de café
con la huella de mi lápiz labial antes de dar la vuelta para salir.
—Por cierto, duermo perfectamente bien por la noche. Es todo acerca de los
hilos.
Le sonreí una vez más antes de salir. Chicago se quemaría y sabía que era su
culpa. Una vez que el humo se dispersara y el polvo se asentara, la íbamos a
reconstruir. Pero podríamos poseer esta ciudad de mierda.
Al girar a la esquina, hice una llamada.
—Pongan al Oficial Pope y a su familia en la lista.
—Sí, señora.
23
El valor es el poder dejar ir lo familiar.
—Raymond Lindquist.
SEDRIC
245
—Creo que tu hijo y su esposa me acaban de despedir. —Mi nariz se encendió
mientras me aferré al teléfono en la mano.
—¿Por qué es que siempre que hacen algo mal, mágicamente se convierten
en "lo mío"? —preguntó mi esposa mientras se vestía.
—Porque…
—Escoge cuidadosamente tus palabras, cariño.
Caminando por detrás de ella, la agarré por la cintura atrayéndola hacia mí.
—Yo goberné una vez. Era el rey, y sin embargo, mis propios hijos me están
despidiendo como si yo fuera un mayordomo. ¿Cuándo caí tan lejos?
Ella se rió, girándose de nuevo a mí.
—Mi vida, eras el rey, y cuando lo fuiste, ninguno podía decirte una palabra.
Tu palabra era ley, y los demás te escuchaban. Ni tus hijos ni yo podíamos hablar de
cualquier cosa que tú no quisieras. Pero renunciaste a tu corona porque ya no encajas
más. Al hacerlo, estuviste de acuerdo en permitir que Liam y Mel gobernaran a su
antojo.
—Pueden destruir esta familia si quieren. —Hice un puchero mientras me
besaba.
—Entonces dejémoslos. Tenemos más que suficiente para salir de forma
independiente y nunca ser encontrados si lo deseamos. Sin embargo, tú y yo
sabemos, que no están destruyendo esta familia. —Ella tenía razón pero no me
gustaba.
—Me gustaría que simplemente…
—No. Me prometiste que sólo te involucrarías si te lo pedían. No lo han
hecho, así que mantente alejado. Ya hiciste tu parte. Sólo quiero a mi esposo.
Mirando a sus ojos, asentí antes de agarrarla de su camiseta y arrancarla de
su cuerpo. Botones salieron de ella como balas.
—Entonces tenlo, porque sin duda él te quiere —susurré antes de arrancarle
su sostén. Sus senos se liberaron, y sonreí para mí mismo antes de tomarlos con mi
boca.
Ella gimió mi nombre, y la última cosa en mi mente fueron mis hijos, o su
caos.
246
24
“Nosotros no asesinamos, matamos…
Los animales no se asesinan, se matan”.
— Samuel Fuller
247 MELODY
Cambiando continuamente los canales de la televisión, no pude evitar
sonreír.
—¡Hace tres días, el comisario Patterson, estuvo de pie ante todos nosotros y nos
prometió que esta ciudad estaría segura! Prometió que pondría fin a la sangre y a la
corrupción, pero, en lugar de eso, ¡todo lo que ha hecho lo ha empeorado! ¡Durante tres
semanas, ha estado lloviendo sangre! El conteo de muertes sube a veintisiete, que sepamos.
La mayoría era gente inocente que sólo quería vivir sus vidas en paz. ¡Gente está muriendo
a diestra y siniestra! ¡Usted ha hecho esto! —gritaba un hombre de la multitud.
—Mi hija volvía caminando del colegio. Hacía ese mismo camino todos los días y
entonces… —sollozaba una madre con una foto de su hija en sus manos.
—Veintisiete en los suburbios, cincuenta y cuatro en la ciudad, dos al día en las partes
más pobres de la ciudad. Comisario Patterson, ¿es esta la nueva normalidad? —preguntó un
reportero.
El comisario Patterson parecía viejo, cansado y estresado, mientras que intentaba
encontrar las palabras.
—El departamento de policía de Chicago está…
—¡El departamento de policía de Chicago no está más a salvo que nosotros! ¿Cuántos
hombres y mujeres hemos perdido en las últimas tres semanas?
—Hemos perdido a un total de diecinueve hombres en acto de servicio. —El comisario
Patterson suspiró. Podía sentir la derrota saliendo por la pantalla.
—¿Cómo puede mantenernos a nosotros a salvo, si no puede siquiera mantener a
salvo a su gente?
—¿El FBI se involucrará?
—Nop —dije en voz alta, e incluso si entraban, yo tenía a más de un amigo al
que podría llamar.
—Cada uno de estos casos han estado en las manos de múltiples criminales, dejen que
el departamento de policía de Chicago los resuelva. Sin embargo, serán consulados en muchos
de los casos y formarán parte. —El Comisario se mantuvo firme.
—¿El Gobernador exigirá el estado de emergencia?
—No si quiere perder su próxima elección. —Estoy segura de que él era un
amigo de las familias, Coraline fue anfitriona de una ceremonia para él.
248 —No estamos todavía en ese momento. Entiendo lo asustados que todos están, pero,
por favor, no pierdan la fe en nosotros. Eso es lo que la gente responsable de todo esto quiere.
—¿Sabe quién es el responsable? Algunos han especulado de que esto es por la Mafia
irlandesa, otros dicen que hubo una fuga de la prisión municipal.
Quería escuchar su respuesta. Sin embargo, fui distraída por el hombre
besando mi cuello desde atrás. Reclinándome en él, me permití relajarme.
—¿Vigilando nuestra ciudad? —susurró cuando subió en busca de aire.
Envolviéndome en sus brazos, me acercó.
—El Comisario parece estresado. —Sonreí con suficiencia, estirándome para
pasar mi mano por su cabello.
—Con todos los asesinatos, robos y mala prensa, yo también estaría
estresado. —Se rió por lo bajo. Girándome hacia él, sus ojos fueron directos a mis
pechos, pero eso es lo que conseguía por estar en ropa interior mientras miraba las
noticias.
—¿Te gusta lo que ves? —le susurré mientras tiraba de su corbata.
Sus ojos estaban llenos de lujuria antes de que sacudiera su cabeza para
aclararse.
—Sí, mucho, y aunque disfrutaría haciéndote gritar mi nombre hasta que
estuvieras afónica, tenemos una boda muy importante a la que llegar.
—¿Estás rechazando el sexo por una boda?
—No es cualquier boda, amor. —Hizo un mohín—. Es la boda de Saige y
Amory, lo que significa…
—Lo que significa que consigues sentarte, comer su comida y beber su vino,
mientras que nuestros hombres los joden por todas partes.
—Y no quiero perderme ni un momento de ello.
Acercándome a él, volví a atar su pajarita en su cuello.
—Por supuesto que no. ¿A quién le gustaría tener sexo cuando podrían
observar a Vance perder el control? Quién sabe cuándo podría volver a pasar. No
tendrás sexo con nadie durante un tiempo, pero aun así.
Lo besé profundamente, mordiendo su labio antes de apartarme. Se quedó
boquiabierto cuando asimiló mis palabras.
—Cariño…
—Este cuerpo está ahora cerrado a ti, marido. —Alejándome de él, me di la
249 vuelta para ir a mi armario, pero me hizo volver.
—No hagamos nada imprudente —replicó, levantándome y lanzándome a la
cama, gateando sobre mí cuando tiró hacia atrás mi cabello.
—No tenemos tiempo. —Sonreí mientras me besaba.
—Somos los invitados de honor. Podemos hacer tiempo —susurró,
besándome de los labios a la mejilla y luego el cuello.
Empujándolo, fui capaz de ponerlo sobre su espalda. Sentándome en su
cintura, lo miré directamente a los ojos.
—Has hecho tu elección, marido, ahora lidia con ello. —Sonreí con suficiencia
mientras enterraba mis caderas en él antes de levantarme y asegurarme de que su
erección fuera clara para el mundo.
—Esposa.
—Marido. —Sonreí, y en el momento en que me fui corriendo a mi armario,
él se levantó de un salto de la cama para venir tras de mí. Tristemente, fue demasiado
lento, y fui capaz de encerrarme en mi armario.
—¡Maldición! —Golpeaba la puerta mientras yo me reía.
—Maldición, cálmate y termina de vestirte —grité, mientras buscaba los
zapatos que quería ponerme.
—Quítate la ropa interior. ¡No la necesitarás esta noche!
—¡Ni loca lo haré! No conseguirás nada conmigo —repliqué, incluso cuando
no podía dejar de sonreír.
—Entonces bien, te arrancaré las jodidas cosas. —Su voz se estaba
desvaneciendo, y puse mis ojos en blanco.
Oyendo la puerta cerrarse, sonreí para mis adentros. En las pasadas tres
semanas, mi relación con Liam había cambiado drásticamente. Ya no peleábamos
por asuntos personales. En lugar de eso, la mayoría de nuestros problemas tenían
que ver con el trabajo, e incluso esos eran menos y estaban más espaciados. A veces
nuestro plan de ataque no encajaba bien, y la única forma en que podíamos
resolverlo era follar hasta olvidarlo. Sin embargo, ninguno de nosotros se quejaba
por eso, y estaba segura que algunas veces él no estaba de acuerdo conmigo sólo
para que pudiéramos tener sexo de reconciliación, qué zoquete. Aun así, me
encontré sonriendo más a menudo por él. Estaba feliz, y eso sencillamente me
parecía raro.
250 Insistió en que tuviéramos nuestras «citas» al menos una vez a la semana. La
primera semana fue incómoda porque yo odiaba la palabra cita, y ninguno de los
dos hizo nada excepto trabajar. La segunda semana me trajo a un soplón, un peón
de poca monta que había estado en el proceso de hablar con la policía para rebajar
la pena de cárcel. Qué mal para él, nosotros pinchábamos todos los teléfonos de
nuestros hombres. Para que sea ejemplarizante, le di un líquido embalsamador para
beber y, cuando murió, nos aseguramos de mandarle su lengua al comisario.
Después de eso, Liam y yo no salimos de nuestra habitación durante dos días.
La cita que tuvimos esta semana consistió en Liam y yo desnudos en nuestra cama,
mirando las noticias locales. Teníamos programado un golpe a tres oficiales y sus
familias.
—Señora, soy Adriana. Tengo su vestido. —Adriana llamó a la puerta.
Abriéndola, saqué el vestido de la bolsa.
—Perfecto. —Sonreí, tocando el satén del vestido.
LIAM
Saliendo de nuestra habitación, intenté quitarme la sonrisa de la boca. Sin
embargo, era casi imposible. Antes, no había sabido que no tendría más opción que
decir que estaba enamorado de Melody Nicci Callahan. Me encantaba cómo rompía
las narices de la gente, cómo sonreía cuando matábamos a alguien. Me encantaba la
forma en que gemía mi nombre mientras hacíamos el amor, sólo para abofetearme
después. Era implacable en todo lo que hacía, y aun así podía arreglárselas para ser
abierta conmigo. Ambos habíamos cambiado. Sentía que la había conocido toda la
vida y no hace solo unas semanas.
—¿Supongo que por tu sonrisa todo está bien en su maldito país de las
maravillas? —me preguntó Sedric cuando llegué al estudio.
—Sí, padre —dije, entrando al estudio—. Todo está bien en nuestro maldito
país de las maravillas. De hecho, la aventura está recién empezando.
—Te lo estoy preguntando como padre. Hijo, ¿eres feliz con tu esposa?
—Sí, padre, todo está bien en el maldito país de las maravillas. —Bebí un poco
más—. Ella es… es la Sangrienta Melody y es perfecta. Dios la creó y luego rompió
el molde, porque el mundo no podría aguantar dos como ella.
—Entonces podría esperar que algo vaya terriblemente mal en esta boda. —
Realmente quería saberlo. Era casi triste.
252
—Espero que cuando tenga un hijo, no esté en el aprieto en el que estás tú. —
Me reí de él.
—Te hice pasar por mierda para que pudieras sentarte en el asiento y llamar
al infierno. En tres semanas, has hecho que esta ciudad se arrodille. —Casi sonaba
celoso, pero también pude oír orgullo.
—No creo que el comisario haya tenido la ayuda de los tribunales desde
entonces. —Porque eran muy inteligentes.
—¿Y dejar que otro aspirante a héroe tome su lugar? Él está a punto de
romperse, y, cuando lo haga, su moral correctora lo obligará a quitarse la vida, o sólo
se emborrachará hasta matarse. De cualquier manera, no me importa una mierda.
—Él empezó la pelea, y ahora iba a perderla.
—El sangriento país de las maravillas —dijo de nuevo con una sonrisa.
253
Alguien llamó a la puerta, antes de que pudiera responder.
—Entre —dije en voz alta y mi madre entró con un hermoso vestido verde de
manga larga—. Te ves hermosa madre —dije, poniéndome de pie para saludarla.
Besó mi mejilla.
—Gracias, hijo. Vine a decirte que hay dos oficiales en nuestra puerta
pidiendo hablar contigo. Pensé en que los conocieras personalmente. Esta es la
tercera vez, Liam. No estoy contenta.
—Llama a mi esposa.
—Por favor manden a los oficiales —respondió mi Mel mientras caminó (más
bien como que voló) hacia mí.
Tomando su mano, la besé una vez que mis padres se fueron. —Te ves más
que hermosa.
—Guarda tu adulación y dime que vamos a matar a esos hijos de puta por
regresar aquí —miró fijamente mientras se arregló el cabello.
—¿Sin comisario? Me siento insultado. —Me giré hacia Mel que sólo los miró.
—La ciudad está un poco demasiado caótica para hacer eso —dijo lleno de
humo—. Como ustedes saben yo…
254 —No nos importa. ¿Qué quieres? —preguntó Mel, mirando al hombre más
joven junto al lleno de humo.
Sentí que mi frente se alzó y una sonrisa curvó mi labio. Cuando miré hacia
Mel, ella frunció el ceño. Por supuesto que lo hizo, las banderas blancas no eran su
fuerte.
—Eres irlandés.
Él me miró.
—Sí, ¿y qué hacemos con los mentirosos? —pregunté con mis manos en sus
caderas. Sonrió, metiendo la mano en la chaqueta de mi esmoquin para sacar mi
teléfono.
263
OLIVIA
—¿Así que estás de acuerdo con lo que acaba de suceder? —Ni siquiera
estaba segura de por dónde empezar. Neal no respondió, pero comenzó a cambiarse
el esmoquin.
—¡Neal!
—¡Qué Olivia, qué! —gritó, arrojando su corbata a la cama.
—¡No me digas “qué”! Acabamos de prender fuego una mansión…
—Tú no hiciste esa mierda. Melody y Liam lo hicieron —me interrumpió
mientras entraba al armario.
—Exactamente, ¡y estuvo mal! ¿Cuántas personas murieron? —Él estaba
actuando como si no le importara. Pero esto tenía que haberle molestado. Estaba tan
enojada que quería matarlos a todos.
Me miró como si estuviera loca.
—Es el trabajo, Olivia. Me importa un carajo quien murió. No me pagan para
que me importe. Esta familia es todo lo que me importa, y sabes eso, así que
ahórrame esa porquería sobre los inocentes.
Cruzando los brazos sobre el pecho, lo fulminé con la mirada y me mordí la
lengua para detenerme de decir lo que en realidad quería decir.
—¡Ellos son imprudentes e insensibles, lo cual no es una buena combinación!
¡No tienen idea de lo que están haciendo! ¡Ustedes venden drogas! ¡No son asesinos!
¿Cuántos años tiene Melody? ¿Veinticuatro, veinticinco? ¡Ella camina como si fuera
dueña del maldito mundo! —La odiaba mucho.
—¡Porque lo es! —espetó, saliendo a zancadas del armario y en mi cara.
—No, no lo es, y tampoco lo es Liam. ¡Ni siquiera debería ser Ceann na
Conairte! Tú deberías serlo. ¡Todo esto está jodido! Te tratan como si fueras un
maldito perro. Todos nos tratan como si fuéramos sus putas mascotas. ¡Ella te
disparó dos veces! ¡Y cada vez los defiendes! Eres el más grande. Eres el más fuerte.
¡Deberías ser Ceann na Conairte! —Ya, lo dije.
Sacudió la cabeza y suspiró antes de sentarse en la cama. Caí de rodillas en
frente de él y besé sus manos.
264
—Siempre le has permitido a Liam controlarte en el pasado. Ahora su esposa
está haciendo lo mismo, y ella ni siquiera…
—Basta, Olivia —respondió tan fríamente que me estremecí—. ¿Quieres
divorciarte?
Mi mandíbula se abrió mientras lo miraba fijamente.
—Neal no puedes... ¿Qué? No, no quiero el maldito divorcio.
Me puse de pie mientras me miraba fijamente. Se puso de pie, caminó a mi
armario y empezó a sacar mis cosas.
—Neal, por los siete infiernos ¿qué estás haciendo? ¡No quiero el divorcio! —
grité de nuevo tratando de detenerlo.
—Esa es la única manera en la que sé cómo protegerte. Podríamos
divorciarnos, tendrías que conseguir una nueva identidad, y te dejaría suficiente
dinero así no tendrías que preocuparte. Una vez que Melody y Liam se enteren, lo
más probable es que te maten. ¿Hablas francés cierto? Francia podría estar bien para
ti, las compras, la…
—¡Cállate imbécil! Tenemos votos. No me voy a divorciar. Preferiría hacer
que me maten. —Sus palabras me dolieron, y traté de luchar contra las lágrimas que
se estaban acumulando en mis ojos, cuando él me jaló y me besó con fuerza, pero
fue sólo cuando se apartó de mis labios que finalmente me miró de verdad.
Me besó en la frente y permanecí en su abrazo. Amaba sus brazos. Me sentía
protegida, amada y especial.
—Te amo, Olivia, realmente lo hago —susurró—. Pero amo más a mi familia.
Si todo se reduce a Melody, Liam y esta familia, tengo que elegirlos. Está en mi
sangre elegirlos. Te quiero a mi lado, pero necesitas entender que somos una familia
y somos peones. Melody y Liam mandan, lo cual significa que cuando ellos llaman,
tú contestas. Te dicen que saltes y tú tratas de alcanzar el cielo.
—Neal…
Se echó hacia atrás para que pudiera mirarlo a los ojos
—No. Escúchame Olivia. Sólo porque soy el primogénito eso no me da
ningún derecho a ser Ceann na Conairte. No quiero ser Ceann na Conairte. Melody y
Liam nacieron en el lado oscuro de la luna. Ellos disfrutan de esta vida. Observan a
la gente quemarse en sus camas. Cuando no están haciendo eso, se están asegurando
de que las agujas permanezcan en los brazos de las personas y la cocaína en sus
265 narices. Eso es lo que hacen todo el tiempo. Es lo que tú haces cuando eres el Ceann
na Conairte. Vi a nuestro padre medio enloquecer a causa de lo que se vio obligado
a hacer. He visto a mi madre meterse en el cemento sólo para poder estar al lado de
él y no romperse. Ella no siempre fue tan dura. Esta vida nos cambia. Nos obliga a
convertirnos a sangre fría y a no cuidar a nadie más que a la familia. Me las arreglo
siendo un ayudante porque no quiero caminar tan profundamente en la oscuridad.
No quiero que caminemos tan profundamente en la oscuridad.
—Entonces, ¿qué se supone que debo hacer? —siseé, escapándome de sus
manos—. ¿Inclinarme a ellos como si fueran Rey y Reina?
Miró la ropa en el suelo y luego a mí.
—Tienes tres opciones: inclinarte, esconderte o morir Olivia. Así que sí, te
inclinarás y besarás el anillo como todos lo hacemos. Saltarás cuando ellos lo pidan,
vendrás cuando te llamen, y cualquier otra cosa. O, puedes empacar para el
momento en que yo vuelva.
Pasó junto a mí hacia la puerta antes de girarse de nuevo.
—Sabía cuándo te casaste conmigo que amabas la idea de poder tanto como
a mí. Sabía que querías todas las cosas que venían con ser un Callahan. He tratado
de dártelo todo, pero tienes que entender Olivia, no eres la reina, eres la princesa.
Siempre serás la princesa. Tal vez puedes usar una tiara, pero nunca será tan grande
o tan brillante como la de Melody. Espero que me ames lo suficiente para ser sólo
una Princesa.
—Neal… —Cerró la puerta.
—Te amo —susurré. Cayendo de rodillas, recogí mis cosas y las puse de
nuevo en el armario.
Trazando el tatuaje en mi muñeca, suspiré. Él tenía razón. Me encantaba la
idea de poder cuando nos casamos. Estaba tan emocionada de casarme con un
Callahan, y que fuera Neal Callahan. Pensé que todo mi dolor se iría. Pero en el
fondo de mi mente, todavía podía oír su voz a veces. Era como esta parte
interminable de mí que no desaparecería. No importa cuántas veces intenté alejarlo
de mí, él aún estaba allí. Me casé con Neal por muchas razones. En primer lugar,
porque realmente lo amaba, y segundo, porque sabía que él no se atrevería a venir
tras de mí, como una Callahan. Pensé que podría tenerlo todo, fama, marido y
protección. Neal pensó que era su culpa que no pudiéramos tener hijos, pero la
verdad es que era mi culpa. Fue a causa de lo que ese monstruo y sus amigos me
hicieron. Me rompieron.
266 Incluso después de todo este tiempo, aún no podía hablar de ello. Me sentí
asqueada conmigo misma, y al principio pensé que Neal también lo estaría. Lo sabía
mejor ahora. Sabía que me amaba, que es por lo que sabía que iba a casarlo. No sabía
si estaba lista para enfrentar a esa oscuridad todavía. Melody había tomado el
asiento que yo quería, pero yo tenía a Neal. Todavía la odiaba, pero tenía a Neal y
tampoco estaba dispuesta a perderlo. Así que me inclinaría y besaría el maldito
anillo.
26
“La verdad saldrá a la vista;
el asesinato no puede ocultarse por mucho tiempo.”
~ William Shakespeare
MELODY
—Te odio —siseé de nuevo mientras comía mi tostada francesa.
Liam puso los ojos en blanco, dándole vuelta a los archivos frente a él.
—Paciencia, amor.
Apretando el cuchillo en mis manos, sentí mis fosas nasales ensancharse.
—Al demonio con la paciencia. Han pasado cuatro meses desde su boda.
Desde entonces, han quemado la mitad de nuestros plantíos en México, matado a
siete de nuestros hombres en Italia, y cortado el treinta por ciento de nuestra hierba
en el este. La que deberías saber que nos cuesta cerca de cien millones cada semana.
Quiero sus cabezas en una estaca, y lo quiero ayer. Pero de algún modo, me
convenciste de esperar. ¡Así que jódete, que se jodan ellos y que se joda este maldito
sombrero que tengo que usar!
—¿En serio? ¿No es ahí en donde se te ocurrió meter más heroína a Boston?
Ahora el alcalde está involucrado.
—Eso es sólo porque la idiota de su hija fue y sufrió una sobredosis. Está
ocupado culpando a los traficantes como si nosotros hubiéramos sostenido la aguja
en su brazo. Aparentemente su mala crianza es nuestra culpa. Alcalde o no, fue una
buena idea. La demanda está creciendo.
—Liam —suspiré, pellizcándome el puente de la nariz—. Si seguimos así, no
vamos a dar abasto. No podemos pelear Chicago y Boston con Valero todavía
jodiéndonos. El alcalde va a estar doblando sus esfuerzos para rastrearlo.
269 —¿A quién llamas cuando es la policía quién te está acosando? —suspiré,
echándole un vistazo a Liam, que fulminó con la mirada al hombre acercándose.
—A nosotros.
—Comisionado…
—¡Ahora una niña de seis años no tiene familia, gracias a ustedes! ¡Sé que
ustedes son los que están detrás de Pope y Jeffry! ¡Ustedes están enfermos! ¡Arderán
en el infierno!
—¡Tal vez sí! —gritó el hombre cuando los guardias lo retuvieron—. ¡Pero no
van a permanecer intocables para siempre! Un día, alguien va a hacerlos pagar por
sus crímenes.
¿Alterándome? Al diablo con eso, esta mierda era muy divertida, pero podía hacer el
papel de damisela en apuros. Supongo.
270
—¡Los jodidos Callahans no estarán en el poder para siempre! ¡Sólo esperen,
alguien se las va a cobrar por diez, y voy a reírme, monstruos! —dijo, como si el
bufón hubiera comido hongos alucinógenos.
Cuando se fue, el gerente corrió hacia nosotros, inclinándose tan bajo que
pensarías que estaba tratando de besar la polla de Liam… cielos. ¿Desde cuándo
vivíamos en Japón?
—No hay problema. Por favor, sólo mantengan a ese hombre lejos de nuestra
familia —dijo Liam antes de sentarse de nuevo. Esperó a que la habitación regresara
al orden antes de mirarme fijamente con ojos duros.
—Sí —respondí, insegura del por qué se veía como si fuera yo a quién
quisiera matar.
—Lo haces parecer como si esa única niña tuviera algún poder —le espeté en
respuesta. Necesitaba calmarse antes de que lo apuñalara aquí y ahora.
—Es la hija de un policía, una sangre azul. Ahora no es una amenaza, pero
¿qué tal dentro de veinte años cuando salga de la academia? Va a ser como un
sabueso buscando venganza. Los niños crecen, y a menos que sepas algo que yo no
sepa, vamos a andar por aquí dentro de veinte años. No voy a tener el pasado
271
mordiéndonos el trasero. Después de todo, mírate. Tú tuviste seis una vez, y lo que
te pasó después te cambió la vida para siempre. Tú eres la última persona a la que
creí que tuviera que explicarle alguna vez quiénes somos o lo que hacemos.
Se escuchaba decepcionado de mí. ¿Quién se creía que era este perro cabrón?
¿Acababa de sentarme? Yo era la jodida Jefa, y tan seguro como el infierno no
tomaba órdenes. Coraline, Olivia y Evelyn entraron con un grupo entero de otras
mujeres de la organización benéfica antes de que pudiera golpearle la cabeza. Cada
una de ellas sonrió y se rió como si estuvieran respirando una clase diferente de aire.
Liam se rió pero era su risa falsa, la que hacía para las multitudes.
—Tomaré eso como un cumplido. —Le guiñó un ojo a algunas de las damas
mayores, obligándome a actuar como una esposa avergonzada y darle un golpe en
el pecho. No estaba de humor para jugar este estúpido juego.
—Lo siento, señoras, sólo Dios sabe cuándo la veré de nuevo después de que
desaparezca con todas ustedes. Al menos tengo que comenzar mi mañana con ella.
—Liam cautivó su camino a los brazos de las pumas41. Lo observaron como si fuera
un Dios. Tanto las expresiones faciales de ellas como las palabras de él me hicieron
272 querer vomitar.
—Amor joven. —Se rió Olivia, haciendo que la fulminara con la mirada.
—Adiós, Liam.
La miré, pero ella no encontró mi mirada. Dos pasos adelante, seis pasos atrás,
para Cora.
41 Término para referirse a mujeres que buscan una pareja mucho más joven que ellas.
—¿Qué tan seguido hacen estas reuniones? —le susurré a Evelyn mientras
todos aplaudían.
—El primer sábado de cada mes. Te has perdido unas cuantas —respondió
Olivia antes de que Evelyn pudiera hablar, y en el momento justo la vivaz rubia se
giró hacia mí.
Llevó un tiempo, pero por fin, todas las mujeres estuvieron tan inmersas en
273 sus conversaciones que ya no tenía que forzarme a poner atención. Tenían que ser
las mujeres más tristes y más desesperadas que había conocido alguna vez. A
ninguna de ellas le importaba la caridad. Sólo les importaba eclipsarse las unas a las
otras en cuanto a quién tenía más dinero que dar, sólo para probar lo ricas que eran.
Ninguna de ellas podría estar a la altura de ninguna de las esposas de un Callahan.
Sin embargo, todas querían terminar en segundo lugar. Así que si tenían que
alimentar a los pueblos hambrientos para que se les tuviera en alta estima, lo harían.
Coraline se movió por milésima vez desde que se sentó, haciéndome echarle
un vistazo rápidamente. Podía ver todo lo que había cambiado en ella. Sus brazos y
piernas estaban más tonificadas, y ahora parecía mucho más alerta y capaz. Incluso
se había cortado un poco más el pelo, pero a pesar de todo eso, seguía viéndose
hermosa, casi del tipo de belleza de una estrella de cine.
—¿Lo dices en serio? —preguntó, porque ella obviamente no sabía quién era
yo. Yo no bromeaba con cosas como esa. Raramente bromeaba en absoluto, de hecho.
—Adriana dijo que te estás acostumbrando demasiado a ella. Así que, sí, lo
digo en serio.
—¿Sí sabe que eres una mujer, correcto? —Sonreí con suficiencia—. Agarra
unas esposas, ponlo duro, dile lo que quieres decirle, y después déjalo ahí para que
piense en ello.
274 —Cachondo, lo que puedes usar en tu beneficio. Eres una jodida mujer
Callahan. Haz lo que quieras. Si quieres entrenar conmigo, entrena conmigo, y si a
Declan no le gusta, recuérdale los días cuando todo lo que tenía era su mano. —
Estaba hablando completamente en serio, a pesar de que Olivia estaba riéndose a mi
lado. Por toda la mejoría que Coraline estaba disfrutando, me sorprendía que
todavía estuviera escondida tras su caparazón.
—Es sólo que no sé cómo ser ésta persona fuerte. Declan significa el mundo
para mí, y no quiero lastimarlo o perderlo —susurró, y estuve tentada a ahogarme
en mi sopa.
—Habla.
—No voy a aceptar tu disculpa hasta que sepa por qué la estaás ofreciendo.
—Me volteé hacia el espejo de nuevo, tratando de arreglar mi cabello.
—¿Por qué eso es lo que hacen las personas maduras? Nos disculpamos
cuando estamos equivocados —espetó antes de respirar hondo.
—Él…
—¿Qué pasa con todas ustedes y eso de ceder ante lo que quieren sus
esposos? —Ellas de verdad eran esposas de Stepford42.
—Se llama amor, Melody —me espetó una vez más—. Cuando amas a
alguien, todo lo que quieres es que sean felices. Eso no te hace débil, y no te hace una
idiota. Liam está completamente enamorado de ti, moriría por ti, y aun así, tú te
encoges al pensar en eso. Coraline y yo no somos G.I. Joe, y no podemos caminar en
el lado oscuro de la luna y regresar bien. Pero al menos ninguna de nosotras tiene
miedo del amor. Así que me estoy disculpando una vez más. Tengo que ir a casa con
mi esposo, tener sexo increíble y verlo sonreír.
42Stepfor: Novela escrita por Ira Levin, autor del Bebé de Rosemary. Más conocida por su adaptación
al cine, conocida en Hispanoamérica como "Las Mujeres Perfectas" protagonizada por Nicole Kidman
y Matthew Broderick.
LIAM
La mayoría de la gente, mucha gente, estaría indignada con lo que hice esta
noche. Me llamarían monstruo, me dirían que soy desalmado y cruel. Pero ninguno
de ellos sabe la vida que vivo o caminan por las mismas tenuemente iluminadas
calles que yo. Yo era la cabeza de la familia. Yo era el Ceann na Conairte. Lo que quería
decir, era que recaía en mis hombros el proteger a esta familia de molestias pasadas,
presentes y futuras. Todo lo que tenía que hacer era ver una vieja película de la mafia
para ver cómo un cabo suelto hacía caer a algunos de los más grandes imperios que
haya habido.
277 Todo aquel que capturamos, o bien lo matábamos o se unía a nuestro bando
y se usaba para recopilar información. Pero después de que obteníamos lo que
necesitamos, eran asesinados de todos modos. Cualquier hombre que puede
volteársele a su jefe una vez, puede hacerlo de nuevo. Lo que hacía exitosos a los
Callahan, era que habíamos evolucionado más allá de los errores que habían
derribado a otros grandes. No le éramos infieles a nuestras esposas, y no usábamos
nada de la heroína o las drogas que vendíamos. El mundo de la mafia sólo era
conocido por esas dos cosas. Sin embargo, también era lo primero que los hacía caer.
Todos permanecían limpios, incluso los hombres más cercanos a nosotros. Los
hombres de nuestra familia habían trabajado muy duro para convertirse en lo que
eran hoy para que algún adicto se chivara con la policía para salvar su pellejo. Las
esposas eran la clave, porque si las tratabas bien, vivirían y morirían por ti. No tenía
remordimientos por lo que hice. No mataba porque fuera un enfermo y retorcido
hijo de puta. Todo era por la mejora de la familia.
Suspirando, toqué el piano. Regresé tarde y no sentía deseos de lidiar con Mel
o cualquier otro si vamos al caso. Creí que ella entendía, pero ella sólo lo ignoró
como si no fuera nada. Estaba demasiado enfocada en Amory y Saige. Sí, ellos era
un enorme problema, pero necesitábamos cubrir todas nuestras bases. A Vance le
encantaría si nos colgábamos nosotros mismos. Él estaba tratando de separarnos por
todo el globo. Entre más áreas por cubrir, más margen para errores. Yo sólo
necesitaba encontrar una grieta.
—Vas a desgastar las teclas —dijo mi esposa detrás de mí, pero no me pude
obligar a mirarla. Sabía que cualquier cosa que estuviera usando esta noche me
dejaría embelesado… al diablo con eso… me dejaría hambriento de ella.
Sólo seguí tocando. Ni siquiera estaba seguro de lo que era. Sólo toqué. Sin
embargo, con cada paso que ella daba, podía sentirla como una ola de calidez detrás
de mí. Supe cuando su mano estaba justo encima de mi cabeza, y me incliné hacia
ella sin pensarlo. Ella pasó sus dedos por mi cabello antes de poner un pie en el
asiento a mi lado. De ahí, trepó al frente del piano, poniendo sus piernas a cada lado
mío y obligándome a tocar mientras la veía fijamente. Joder.
—Mel…
—¿Me amas?
—Mel, lo digo en serio, no tienes que decírmelo ahora. Puedo esperar. —Traté
de levantar su barbilla, pero ella apartó su cabeza de mi mano rápidamente.
—Mel…
—Lo sé, es por eso que estaba esperando. —Acaricié sus muslos, no por algo
sexual, sino para que pudiera sentirme y supiera que estaba aquí sosteniéndola.
—Siempre he sido la fuerte, Liam. Soy buena en ser la fuerte. No quiero que
nadie nunca me vea como débil o…
—No hay una persona viva que de verdad te conozca que no te tema o crea
que eres débil —susurré, poniéndome detrás de ella—. ¿Qué te pasa?
Me reí.
Asintió.
—Diez semanas.
—Y yo usaría las cabezas de los hijos de puta como tiros al blanco. Hasta que
comience a caminar como un pato o un pingüino nadie me va a tratar diferente de
ninguna maldita forma. Si lo hacen, los encadenaré a la parte de atrás de tu estúpido
Audi y los despedazaré. Embarazada o no, sigo siendo la jodida Sangrienta Melody
—me gritó a la cara.
Tenía que haber algo jodido en mí si la encontraba sexi por amenazar con
matar gente mientras estaba embarazada. Besándola, me aseguré de dejar una nota
mental de dónde se había quedado nuestra discusión antes de ponerla sobre su
espalda. Pude sentir sus pequeñas manos desgarrando mi ropa, haciendo lo posible
por quitármela como yo estaba tratando de hacer con ella.
—Dime que me amas. —Besé sus otros labios, antes de poner tres dedos
dentro de ella.
281
No habló mientras aceleraba mis dedos dentro y fuera de ella. Gimió en voz
alta cuando reduje la velocidad.
—Liam…
—¡Te odio!
—Quiero beberte toda —murmuré contra su piel hacia mis dedos—. Quiero
hacer que te corras con mi lengua.
Al salirme, lloriqueó.
—Te odio.
—¿Y?
Capturando sus labios con los míos por sólo un momento antes de chupar su
seno, se meció contra mí mientras yo la acariciaba por dentro. Cada movimiento era
dolorosamente lento, pero no quería apresurar esto. Quería cabalgar cada ola de
placer con ella. Pero mi esposa raramente hacía lo que yo quería. Envolviendo de
nuevo sus piernas a mí alrededor, me atrajo aún más cerca de ella antes de darme la
282
vuelta en la cama. Su cabeza se echó hacia atrás mientras me cabalgaba, y tuve que
agarrarme de la cabecera. Mi agarre era tan fuerte, que me sorprendió que no se
rompiera.
—Te amo —gemí mientras me corría junto con ella. Cayó sobre mí, y mi
primer instinto fue envolverla en mis brazos.
Todo lo que pude oler era sexo, y todo lo que pude oír eran sus profundas
respiraciones mezcladas con las mías. Nos quedamos ahí, envueltos en los brazos
del otro por lo que parecieron horas antes de que ella alzara la vista hacia mí. No
dijo nada, sólo me miró fijamente, y una vez más, deseé poder leer su mente.
—No hoy. Ni nunca. —No quería nada entre nosotros—. ¿No quieres un hijo?
—Los niños huelen y son ruidosos. Nunca sabes lo que quieren porque no
pueden hablar. Sus cabezas son demasiado grandes para sus cuerpos, lo que
significa que si los tiras, caen de cabeza. Son como pequeños extraterrestres —
suspiró, y traté de no sonreír. Estaba asustada y preocupada acerca de ser una
madre, y porque era mi Mel, ella nunca simplemente lo diría.
—Sólo al principio…
La besé.
283 —Había días en los que mi mamá daba más miedo que mi padre incluso…
un montón de días, de hecho. Sin embargo, mis padres lograron que funcionara, y
salimos bien.
—Tú estás obsesionado con el sexo, eres un fumador de clóset que vende
hierba, crack y heroína para vivir. Sin mencionar que eres un asesino. —Puso los
ojos en blanco antes de reírse.
—Como dije, salí bien. —Honestamente, lo peor era el asesinato, pero eso no
era mi culpa. La gente creía que podían robarnos, amenazarnos y yo me aseguré de
que eso no fuera tolerado.
—Habla —dijo ella al teléfono mientras besaba sus piernas—. Estaremos ahí
enseguida.
LIAM
—¿Cuál es la palabra de cinco letras para mortalidad? —le pregunté al hombre
enyesado en el hospital frente a mí.
Él no dijo nada, pero eso tenía que ser debido a la morfina. Sonriendo, solté
mis dedos y llené los espacios en blanco del crucigrama del periódico.
—Es correcto, muerte —le dije—. Parece que Dios se burla de usted
Comisario… ExComisario ahora, ¿verdad? A la gente no les gusta los policías
suicidas.
—¿Es por eso que estás aquí, Callahan, para patear a un hombre cuando está
abajo? No estoy en shock —dijo entre dientes, pero no estaba seguro de si eso era
debido al dolor o porque se molestó.
—Yo no pateo a un hombre cuando está abajo. Puse una bala en tu cráneo.
Debes saber eso —suspiré, colocando el papel hacia abajo.
—Entonces mátame ya —gritó, haciendo que me den ganas de rodar los ojos.
—Este lado del hospital se despejó, así que vamos a charlar. —Le sonreí,
dándole unos segundos de aire antes de despegar la máscara de su cara otra vez.
—No estoy de humor para un listillo —le espeté. Cuando quité la almohada
de su cara, tosió como un fumador empedernido moribundo.
—¡Sé que fuiste tú! Ustedes Callahans destruyen todo. —Su voz se quebró, y
otra vez, rodé mis ojos—. Pero me advertiste y yo debería tener. . . me advertiste y
entonces es mi culpa que murieran. Esa niña, ¡Sú madre enferma! ¡Te hablé de ella!
Fui yo. Yo-yo…
—No juegues, ¿qué quieres de mí? Tú has tomado todo. —Tosió, recostado en
su cama.
—Quiero saber todo lo que tienes sobre los Valero. —El rió como un hombre
loco, y cuando lo hizo, sostuve de nuevo la almohada en su cara. Luchó hasta que
estaba demasiado débil, y fue entonces que lo dejé ir.
—Vamos a hacer esto otra vez. —La tomé de su cara—. Dime acerca de
Amory, Saige, y Vance o que Dios me ayude, voy a hacer que quieras estar muerto.
Me aseguraré de que estés vivo y bien, atrapado en tu propio cuerpo como una
288 maldita celda de la cárcel. Cada día, me aseguraré de que alguien me dé
personalmente un pedazo de tu piel hasta que no seas más que una herida abierta.
¿Qué… sabes?
Él sonrió.
—¿Lo que se dice en la calle? ¿Has oído eso cuando tu cuerpo chocó contra
él? —Quería extraer la sonrisa de sus labios.
—La forma de vida que está jodiendo con mis emociones, drenando mi
energía, y robando la mitad de toda mi comida es sin duda un saco de líquido y no
puede oír una palabra de lo que digo. ¡Fuiste a ver al comisario sin mí! —chilló
mientras hojeó los archivos en frente de mí.
—Amor…
—Me dejaste aquí con tu madre, que ahora está llamando a todos los
gilipollas de mierda con una gota de irlandés en sus venas a la casa. Voy a matar a
alguien, cortarle su cabeza y ponerla en el salpicadero de su coche si no se soluciona
esta mierda. ¡Estoy en la semana once y media y apenas se muestra! —Sus hormonas
van a costarme la vida… o un familiar.
—Mel, cariño…
—Dime “amor” o “cariño” una vez más, cariño, y voy a reventar tus dientes
—dijo dulcemente.
—No tengo nada de él. Antonio y Eric me dijeron que atraparon a uno de los
hombres de Valero, Cruz, en México. Deben estar en la casa, y puedes manejar eso
cuando vuelva. —Hubo un silencio en la línea, en el cual oré que significaba que
estaba bien.
—Soy bueno desactivando bombas, am… —me detuve. Casi podía sentirla
rodando sus ojos—. Entiendo. Un paso a la vez, y voy a hacer mi mejor esfuerzo
para ayudarte a que no te enojes. ¿Te gustaría un batido de frutas?
290 —¡Eso me hace enojar! —espetó—. ¿Desde cuándo me pudiste sobornar con
golosinas como un maldito niño?
Planeamos enviar todo su cuerpo, sin embargo, nos dejamos llevar un poco. Todo lo que
pudimos salvar fue su mano. Pero es todo lo que un doctor necesita, ¿verdad? Tan triste
que no te ayudará, como él ayudó a tu madre cuando estaba embarazada… vas a necesitar
toda la ayuda que puedas conseguir.
XOXO
A&S
298
MELODY
—Está inconsciente —me informó Fedel, poniendo su mano en el cuello de Cruz.
Me sorprendió que aún estuviera vivo, duró dos horas.
Suspirando, me puse de pie y rodé mi cuello.
—Asegúrate de que no muera.
Cruz sólo había dado pedazos de información, la mayoría de las cuales no
tienen ningún sentido. Tenía que ser la pérdida de sangre. Sin embargo, me gustaría
tener una respuesta, y me gustaría acabar con todos ellos.
—Son ustedes los que deben estar preocupados por morir. —Cruz habló
aturdido. Tenía los ojos apenas abiertos, y estaba tan pálido que podría haber sido
confundido con un cadáver.
—Todavía tengo mis manos y pies. —¿Quién carajos se cree este idiota que
299 era?
Él sonrió y rió como un hombre loco. Fedel golpeó el costado de su cara, pero
Cruz se limitó a reír con más fuerza. A continuación, la casa se sacudió con tal
violencia que tuve que aferrarme a Antonio por un momento. Me tomó sólo unos
segundos más tarde darme cuenta qué lo causó.
Liam irrumpió.
—El ala este fue bombardeada, tenemos que movernos.
—Nos vemos en el infierno hijos de puta. Dile al jefe que dije hola. —Cruz rió
y se desmayó.
Hubo otra explosión y la mirada en los ojos de Liam mientras sacaba no sólo
una, sino dos armas fue la más mortífera que jamás había visto.
Estábamos bajo ataque.
28
“Cualquiera de ustedes putos idiotas se mueve,
y voy a ejecutar hasta el último hijo de puta de ustedes.”
~Honey Bunny, Pulp Fiction
300
MELODY
—Monte —le susurré a través de mis dientes, y un segundo más tarde, puso
una pistola ametralladora y dos cargadores extra en mis manos.
—Sus órdenes son disparar a matar a todos menos a Amory o Saige —le
espetó Liam. Fedel y Monte ni siquiera perdieron un segundo antes de que
estuvieran fuera de la puerta. Colocando los cargadores en la parte de atrás de mis
pantalones, podía sentir la sed de sangre haciendo efecto.
—¿Dónde está la familia?
—En el cuarto de seguridad… donde deberías estar —me dijo, agarrando mi
brazo antes de que pudiera salir.
—No quiero desperdiciar balas, pero que Dios me ayude si piensas por un
segundo que me voy a sentar detrás de las paredes y esperar a que la tormenta se
disipe, voy a terminarla yo misma —le espeté a él sosteniendo mi pistola en su nariz.
Sus ojos verdes se estrecharon.
—Estas embarazada. Vete a la mierda detrás de la pared, Melody.
—Vete a la mierda. —Miré hacia atrás antes de salir. En el momento en que
lo hice, todo lo que vi fue destrucción. Era como… era como si fuéramos
bombardeados. Luces parpadeando, cables colgaban del techo, y todo lo que podía
oír eran disparos.
Apoyado contra la pared, contuve la pistola en mi pecho mientras Liam se
acercó a mi lado.
—¿Terminaste de tratarme como una perra y no como tu esposa? —le
pregunté, tratando de ver de dónde el fuego estaba viniendo.
—Será mejor que no te lastimen o te mataré yo mismo, amor. —Sonrió Liam,
besando mi mejilla antes de dar un paso adelante, disparando a ciegas en la sala y,
sin embargo, golpeando a los hijos de puta.
Al salir de detrás de la pared, lo fulmino con la mirada mientras él sonrió.
—Te odio.
—Me amas… —Fue cortado cuando le disparé en la sala a un idiota
escondido detrás de una puerta rota.
—Se te olvidó uno. —Sonreí antes de correr por el pasillo y lo podía sentir
justo detrás de mí.
301 En el momento en que llegamos al ala este, parecía una guerra sin cuartel
entre nuestros hombres, que utilizan todas las partes de sí mismos, incluyendo los
dientes y los puños, y vidrios rotos para matar si estaban sin un arma. Por el rabillo
de mi ojo, vi a Neal casi rasgar el brazo de un ruso. El aire estaba atascado con el
olor de la sangre, y me estaba quedando sorda por todo el ruido a mí alrededor. De
la nada, una hoja cortó mi pierna, y en el segundo que bajé la mirada, me encontré
con los ojos del necio que pensó que era una buena idea cortarme con vidrio.
Pisando mi talón en su cara, grité mientras su sangre fue por todas partes.
Limpiándome la cara con mis brazos, me volví para ver a Liam cortando la garganta
de un hombre. Cuando miró otra vez, él no me miraba. Seguí su mirada, a tiempo
para ver a Amory poner una bala en la frente de Eric.
Liam rugió tan fuerte que habría pensado que era él quien hizo temblar la
casa.
—¡Amory!
Amory parecía sorprendido al principio, como si hubiera olvidado la casa de
quien había atacado. Pero el choque pronto dio paso al miedo cuando Liam se dirigió
hacia él como el mismo diablo. En el momento en que nadie le bloqueó el paso,
fueron derribados tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de parpadear. Quería ver
que le lloviera fuego y azufre al idiota, pero no estaba segura de lo que sabían o lo
mucho que buscaban. Había sólo unos pocos de ellos que quedaban. Necesitaba
asegurarme de que todos nuestros archivos e información no estaban siendo
robados debajo de nosotros.
—¡Neal! —le grité, pero estaba demasiado ido en su sed de sangre, y estaba
ocupado derribando a los hijos de puta en su camino. Parecía casi vertiginoso, como
si estuviera en un juego de vídeo e invencible.
Mirando hacia atrás a Liam por última vez, vi como su puño chocó con la cara
de Amory antes de correr por el pasillo. Cuanto más me fui, saltando por encima de
los escombros y cables expuestos, más fuerte eran los gritos. Al principio, no estaba
segura de lo que era. Entre las chispas, humo y las llamas, apenas podía ver a unos
pies delante de mí. Cuando me asomé en la esquina, escuché a alguien gritar.
—¡Suéltame! —Era Olivia, gritando mientras que tres grandes hombres la
rodearon como lobos alrededor de una oveja.
—Eres bonita —dijo uno de los hombres—, pero serías más bonita en mi pene.
Todos se rieron mientras él la agarraba, y en ese segundo puse una bala en su
cabeza, haciendo que la sangre la salpique en toda su cara. Ella se quedó allí,
sacudida, mientras que los otros dos hombres giraron, lanzando una lluvia de balas.
302
Saltando detrás de lo que quedaba de una pared rota, grité:
—Tienen dos segundos para correr antes de que ponga una bala en sus
cerebros.
—Jódete, perra, estás en inferioridad numérica —dijo uno en un fuerte acento.
—Sal como una buena perra y vamos a ser amable con ustedes —dijo el otro,
riendo, y todo lo que podía oír era el grito de Olivia. Era molesta como la mierda.
¿Por qué no podía simplemente haber ido a la caja de seguridad como una buena
damisela en apuros?
Tomando una respiración profunda, me puse de pie lentamente, las manos
en alto.
Armas de fuego apuntaron mi cara, los hombres sonrieron con suficiencia. El
que estaba sosteniendo a Olivia sonrió.
—Suelta el arma, cariño.
—Te lo advertí. —Fue todo lo que le dije, sonriendo cuando Fedel se acercó
por detrás del otro. Disparé a través de la mano del hijo de puta que estaba
sosteniendo a Olivia, y cuando él retrocedió, le disparé justo en el ojo.
Corriendo a Olivia mientras ella gritaba, le agarré su brazo ensangrentado.
Rasgando mi camisa, lo envolví rápidamente y la obligué a mirarme a los ojos.
—¿Por qué coño no estás en el cuarto de seguridad?
—N-Neal... —tartamudeó en estado de shock—. Yo-yo-Neal.
Abofeteándola en la cara, la miré a los ojos.
—Consigue tu mierda junta y muévete, o te mataré yo misma. Fedel, llévala
a un lugar seguro. Si ella lucha, déjala inconsciente.
Él asintió y la dejé a su cuidado antes de correr por el pasillo. Esto tenía que
ser una distracción. Querían algo. El ala este no eran más que habitaciones, y si
fueran inteligentes, habían conseguido los planos de la casa, lo que significaba que
sabían lo que estaba en el ala oeste. Algunos de nuestros documentos más
importantes, dinero en efectivo y códigos se mantenían en el ala oeste.
Corriendo por las escaleras rotas, el calor de una bala me quemó ya que
atravesó mi hombro con tanta fuerza, que aterricé en mi espalda y rodé por las
escaleras.
Era la mujer que recordaba haber visto en la boda de Amory y de Saige, sonrió
mientras me miraba.
303
—Vaya, ¿te he hecho daño?
Traté de llegar a mi arma, pero ella pisó fuerte mi mano.
—¿Sabes quién soy? —dijo entre dientes hacia mí, su arma apuntándome a la
cara—. Tu gente mató a mi hermano.
—Cariño, hemos matado a un montón de gente. Me importa un carajo lo de
tu hermano, señora —dije en el cañón de la pistola.
—¡Perra! —gritó, pero yo le daría algo para gritar. Agarrando un cable
eléctrico cerca, apreté los cables expuestos contra su pierna, dándole la espalda, ya
que chispearon y la sacudió como si estuviera teniendo una convulsión.
Arrastrándome lejos de ella, sostuve mi hombro y traté de mantener la calma.
Sentí el impulso de agarrar mi estómago, pero no pude. No podía parar, y no podía
permitirme entrar en pánico. Pero aun sabiendo todo eso, todavía me encontré a mí
misma frotando círculos sobre mi estómago por un momento antes de volver y
dirigirme hacia las escaleras.
Cuando entré en la habitación secreta, no encontré a nadie ahí. Sacando
nuestros archivos, empecé a enviarlos a otros equipos antes de borrar todo. Escuché
lo que sonaba como el agrietamiento de vidrios y me di la vuelta, apuntando la
pistola a la cara de la amante del diablo. Pero el arma se deslizó de mi mano mientras
miraba hacia abajo a la hoja en mi estómago.
—Te lo advertí —dijo riendo, Saige Valero. Fue lo último que recordé antes
de que todo se oscureciera.
304
LIAM
—Mantenlo quieto —le dije a Declan y Neal cuando trajeron a Amory de rodillas
delante de mí. El imbécil pensaba que podía salir corriendo de mí. En el momento
en que tenía mis manos sobre él, sabía que su vida había terminado y el malnacido
corrió. Me encontré con él en lo que quedaba de mi garaje de medio-millón-de-
dólares.
Colocándome mi manopla, lo golpeé en la cara.
—Pensaste que podías entrar en mi casa —le grité cuando rompí su
mandíbula—. ¿Pensaste que podrías destruirme? —Me encantó el sonido de los
huesos en su rostro rompiéndose con sólo su piel para mantenerlo unido—.
¡Pensaste que podrías quemar mi jodida casa! —Ni siquiera podía ver su cara a
través de toda la sangre.
305
»¿Pensaste que podrías lastimar a mi familia? Tú imprudente. —Sus dientes
salieron de su boca como maíz reventado—, idiota —puñetazo—. ¡Coño de mierda!
—Puñetazo.
El momento en que me detuve, la carne de su nariz estaba besando sus labios
y un ojo estaba fuera de su cuenca.
—¿Tú? Gran pedazo de mierda que ninguna madre podría amar y ningún
padre podría incluso respetar. Pero lo peor de todo, el hombre-puta que sólo tenía
que joder mi día de mierda —suspiré, limpiándome la nariz antes de agarrar las
cadenas.
»Vi esto en una película una vez —le dije, mientras Neal y Declan lo ataron
de pies y manos a los extremos de dos coches diferentes—. Siempre he querido saber
si el cuerpo humano en realidad se destroza.
Amory tosió más dientes cuando lo ataron.
—¿Cómo está tu esposa, Liam?
Fue sólo entonces que algo hizo clic en mi mente, y sentí que mi corazón caía
en mi estómago. Sin embargo, no podía dejar que se vea en mi cara. En su lugar,
asentí a los dos conductores y empezaron a conducir lejos el uno del otro mientras
el cuerpo de Amory se levantó del suelo y sus gritos se incrementaron.
—Voy a estar seguro de enviar esto a tu padre —le dije, asintiendo una vez
más a los conductores, y empujándolo a toda velocidad. Me deleité en el sonido de
sus gritos mientras su cuerpo se desgarró. Pero mirando hacia arriba, sus palabras
todavía me obsesionaban.
—¿Dónde diablos está mi esposa? —grité sobre los rugidos de los motores, y
mientras lo hacía, Olivia se precipitó cubierta en sangre. Neal ni siquiera perdió un
instante, corriendo a su lado, pero ella se empujó fuera de su brazo y corrió hacia
mí.
—Melody, ella me salvó, pero... —balbuceó ella, y dejó de hablar en el
momento que vio a las dos mitades del cuerpo de Amory.
—¡Olivia! —grité, agarrando sus brazos—. ¿Dónde está mi esposa?
Sacudiéndola, sus ojos se abrieron como platos.
—Ella me dejó con Fedel, y él me puso en una de las habitaciones seguras.
Pero vi en la cámara, Saige… algún cuarto lleno de computadoras… todo estaba…
Melody no la vio… ella… Saige…
306 Nunca pensé que tendría que levantarle la mano a cualquier mujer en mi
familia, pero en ese momento, le di una bofetada tan fuerte que cayó al suelo. Neal
dio un paso adelante, pero Declan lo detuvo.
—Olivia, por última vez… ¿Dónde. Está. Mi. Esposa?
—Saige la apuñaló en el estómago. Entonces Patrick llegó y ayudó a Saige a
escapar con algunos documentos. Sedric está con Melody ahora —sollozó.
Nunca corrí tan rápido en mi vida. Me sentí como si estuviera poseído. No
podía ver nada. No podía oír. Y por Dios, no quería sentir nada. La única habitación
a la que Melody iría estaría en el ala oeste. Habría tratado de proteger nuestros
archivos. Los archivos que podrían haber conseguido con Patrick. Confiaba en él. Lo
traje a esta familia. Y él me jodió. Él tenía bolas, pero no por mucho tiempo. Me
detuve cuando mis pies no podían llevarme más lejos, y me quedé mirando el río de
sangre que conducía al cuerpo de mi esposa. Mi padre se cernía sobre ella, su camisa
envuelta alrededor de su cuerpo.
—Tu madre ha llamado una ambulancia. Ha dejado de sangrar por ahora,
pero… —Cayendo de rodillas, no estaba seguro de qué hacer. Se veía tan pálida, tan
enferma y tan diferente a la mujer que vi hace sólo unas horas.
—Liam —me gritó mi padre, tratando de sacarme de mi desesperación—. Tu
esposa va a vivir. En este momento, necesitas mantener la calma. ¿Me entiendes?
Asentí. Lo único que pude hacer fue asentir como si yo fuera un muñeco de
mierda.
—Patrick Darragh. Patrick nos traicionó. Yo…
—Hijo, tú has cumplido con tu deber. La casa es segura. Cuida a tu esposa —
dijo, y sentí la presión acumulándose en la parte posterior de mi garganta. Quería
abrazarla, pero no pude, no sin posiblemente estar causando más daño. Besándola
en la frente, la nariz y los labios, tomó toda mi fuerza de voluntad retroceder cuando
los paramédicos llegaron.
307
MELODY
Todo dolía. Todo era oscuridad. Pero en esa oscuridad, una voz sonó más
alto y más fuerte que todo lo demás.
—Melody. Mi hermosa Melody. Estoy aquí. —Sonaba tan triste.
—Liam… —Fue todo lo que pude decir antes de ir de nuevo a la deriva en
la oscuridad.
308
LIAM
—Sr. Callahan, no se preocupe. Contamos con los mejores médicos que
operan a su esposa. Si hay algo; y me refiero a cualquier cosa. —Agarrándola por el
cuello, estrellé su cuerpo contra la pared.
—¿Está coqueteando conmigo, Dra. Lewis? —Sus ojos se abrieron con miedo,
cuando hizo todo lo posible para sacar mi mano de su muy estrecha garganta. Sólo
apreté con más fuerza—. ¿Estás coqueteando conmigo mientras algún idiota está
cociendo a mi esposa de nuevo junta? ¡Dime que no lo haces así no tengo que
arrancarte la cabeza de los hombros, sin clase, de mala vida, perra estúpida!
—Por favor —gritó ella, golpeando sus pies salvajemente.
—Liam, estamos en público —susurró mi madre detrás de mí.
309 —¿Y? ¿A quién vas a llamar? —Me volví hacia el resto del personal del
hospital—. Soy dueño de este hospital de mierda, y soy dueño de esta maldita
ciudad. ¡Si no lo sabías antes, lo sabes ahora!
Volviéndome a la perra cuando se volvió azul, la miré a los ojos.
—Nunca te me acerques de nuevo o lo juro sobre la cabeza de tu madre y tu
padre, te voy a matar.
Dejándola caer en el suelo, me senté de nuevo, sacando un cigarrillo cuando
mi padre me dio un encendedor mientras que mi madre fruncía el ceño. Era lo único
que podía calmarme ahora. Neal se aferró a Olivia como si se le fuera la vida en ello.
Declan seguía mirando a Coraline como si pudiera desaparecer en cualquier
momento. Sabía que todavía estaban luchando o lo que sea la mierda que estaban
haciendo, pero estaría bien. A pesar de que ella no lo miraba, le permitió sostener su
mano. Los únicos que realmente parecían tranquilos eran mis padres, pero yo sabía
que era simplemente por el hecho de que habían hecho esto antes. No era la primera
vez que habían perdido un hijo a causa de los Valero, pero sería la última. Me
aseguraría de ello. Hice mi mejor esfuerzo para no pensar en ello. Pero dejé una
quemadura en mi pecho e hizo hervir mi sangre.
En el momento en que el cirujano salió, todos estábamos en nuestros pies.
—No pierdas palabras. ¿Cómo está ella?
—Sr. Callahan, tu esposa está bien y se encuentra ahora en su cuarto. Hicimos
todo lo que pudimos por el niño, pero…
Alejándome de él, asentí a Declan y Neal que ya sabían que nadie, sino la
familia y sus médicos iban a entrar en esa habitación.
—Gracias doctor.
—Blake, señor, el Dr. Nickolas Blake —dijo rápidamente, sacudiendo mi
mano. Traté de salir, pero mi madre se aferró a mí.
—Todo el mundo vaya. Necesitamos un momento. —Lo dijo de tal manera
que ninguno de nosotros podría incluso ponerse a discutir. Nunca había oído tanta
ira salir de su boca. Ella y mi padre compartieron una mirada rápida antes de que
ella me llevara a un lado.
—Madre, sea cual sea esta…
—Ahora mismo, este mismo momento, te definirá y a tu matrimonio para
siempre —dijo. En sus ojos, todo lo que vi fue dolor—. La mujer que una vez
conociste no va a ser la misma mujer que veas cuando entres en la habitación.
Imagina que Melody “La Jefa” está simplemente dormida y como tú reacciones
310
definirá cuánto tiempo permanecerá así. Ella tiene que llorar.
Ella no conoce a mi esposa. Ni siquiera derramó una lágrima después de que su padre
murió.
—Mel no es del tipo de llorar.
Mi madre golpeó la parte trasera de mi cabeza, algo que sólo ella podía hacer.
—No me estás escuchando. Tu esposa fue atacada. Su hijo fue robado de ella.
Ella no es la mismo "tipa" recuérdalo. Al menos no ahora. Tienes dos opciones,
alejarte o aferrarte a ella, incluso cuando sus palabras y acciones te lastimen. Porque
ellos, créeme que lo harán. No cometas los mismos errores que tu padre y yo
hicimos.
—Ustedes vinieron por esto —le susurré. Allí estaban, muchos años más
tarde, enamorados como siempre.
Ella sonrió, pero no hizo que sus ojos brillaran como de costumbre.
—Pedí el divorcio. Había elaborado los documentos e incluso llamé a mi
primo en Canadá. Tu padre estuvo de acuerdo. Si no hubieras ido al hospital, no lo
habríamos hecho. Él no podía manejar mis cambios de humor o todos los nombres
que lo llamé. Yo no podía dejar de culparlo. Lo hicimos. Pero lo hicimos de la manera
difícil. Así que esto, hijo, es tu hora de definir, y cuál sea tu reacción ahora o bien
romperá o hará tu futuro. Cualquiera que sea el dolor y la ira a la que te estás
aferrando déjala ir antes de verla o puedes simplemente perderla.
Ella me dio un beso en la mejilla antes de dejarme allí de pie, incapaz de
hablar siquiera. Ni siquiera podía respirar. Entrando en una sala de suministro
cercana, dejé que las lágrimas cayeran por el niño que nunca llegaría a ver, a quién
nunca llegaría a conocer, y traté de no dejar crecer el enojo con ella. Lo que estaba
jodido, era el hecho de que mi ira contra Mel eclipsaba mi ira contra Saige. Le dije
que no fuera. Le dije que entrara en el cuarto de seguridad de mierda, pero ella no
escuchó. Ella nunca escuchaba.
Abofeteando mis mejillas, tomé una respiración profunda antes de volver a
salir. Nadie hizo contacto visual conmigo hasta que me puse de pie justo afuera de
su puerta. Neal y Declan eran lo suficientemente inteligentes como para mirar hacia
otro lado.
Se sintieron como horas antes de encontrar la voluntad para entrar, y para mi
sorpresa, Mel estaba sentada. Se veía tan aturdida, como si hubiera ido a la guerra y
vuelto, pero nada era lo mismo que era antes. Evelyn la besó en la frente, mientras
311 que Coraline le dio un pequeño abrazo. Olivia se quedó atrás. Se puso de pie junto
a Sedric con la cabeza gacha, como si fuera una criada, y la visión de eso me molestó.
—Fuera. —Fue todo lo que tuve que decir antes de que se fueran, y fue en ese
mismo momento que supe que mi madre tenía razón. Nunca, en todos nuestros
meses juntos que hemos tenido, jamás vi a Mel saltar a mi voz.
Tomando asiento a su lado, negó con la cabeza hacia mí mientras luchó contra
las lágrimas construyéndose en sus ojos.
—Dilo —susurró.
—¿Decir qué? —Cualquier cosa que ella quisiera que dijera lo diría.
—Decir que fue mi culpa. Decir que maté a nuestro hijo. Decir que fue por un
bien mayor, porque hubiera sido una madre terrible de todos modos.
Cualquier cosa menos eso. Quitándome la chaqueta, me puse al lado de ella,
atrayéndola a mis brazos.
—Esto no fue tu culpa, y tú no mataste a nuestro hijo. Tú serías, y serás, una
gran madre —le susurré, besando su frente.
—Entonces, ¿por qué me siento de esta manera? —Ella se aferró a mi camisa
mientras luchó con sus sollozos.
No pude responder, sobre todo porque no se me ocurría qué decir. Me sentía
tan culpable por pensar que esto era culpa de ella hace unos momentos. Esto fue
Saige. Esto fueron los Valero, y pagarían muy caro.
Después de que Mel se había ido a dormir, la solté y salí al pasillo.
Neal, Declan, Monte, Fedel, y mi padre, todos estaban esperando. No confío en
ninguno de ellos. Eso es lo que Patrick había hecho. Había roto la banda de confianza
que mantuvimos en nuestro círculo más íntimo.
—¿Cómo pasó esto?
—Patrick fue quien encontró la delantera en Cruz, el hombre que Melody
estaba interrogando —declaró Declan—. Tenía un Jammer CS-5 implantado dentro
de él. Con eso, bloqueó la mitad de nuestros códigos de defensa y sensores. A partir
de ahí, Patrick abrió la puerta desde el interior. Ha estado trabajando para ellos por
la boca. No tenemos ni idea de por qué nos traicionó. Todo lo que necesitaban era
una persona dispuesta a morir, y Cruz era esa persona. Con la cirugía fallida tuvo
que conseguir el jammer dentro de él, no tenía mucho tiempo de todos modos. Fue
simple.
—Entrar en nuestra casa nunca debe ser simple —dije, pellizcándome el
312 puente de la nariz—. Quiero que lo encuentren y me gustaría saber cómo nadie más
lo sabía. Entonces quiero que llames a cada hombre irlandés o italiano en el maldito
país capaz de construir nuestra casa. No nos estamos moviendo…
—Liam podemos permanecer en la casa de verano…
—¡No nos estamos moviendo! —Grité, respirando por la nariz antes de dar
un paso atrás—. No voy a ser ahuyentado de mi casa como una empobrecida rata
callejera. Hay un montón de casas en la izquierda. Elije una habitación y lidia con
ello, padre.
Levantó una ceja hacia mí, sonriendo antes de asentir.
»En cuanto a Vance y Saige, tomen fotos del cuerpo de Amory y envíenlo a
ellos. Cuando hayan terminado, tiren el cuerpo de Amory en cualquier maldito
lugar, por favor. Lo enviaremos a la luna para la mierda que me importa. Sólo
asegúrense de que Vance sepa que esas fotos son todo lo que alguna vez habrá
dejado de su hijo. —Una parte de mí deseaba no haber matado a Amory en absoluto
y utilizarlo para algún tipo de influencia para derrocar a su padre.
—¿Cuándo vamos a devolver el golpe, jefe? —Fedel me preguntó, y creo que
fue la primera vez que me había llamado su jefe.
—Empezamos ahora. —Miré a todos ellos—. Declan, reúne a todos los
hackers de mierda y déjalo seco. Cualquier cosa que puedas destruir, hazlo. El resto
de ustedes, sus órdenes son las mismas. Disparar a matar. No me importa si están
en la calle o en sus malditas camas. Vamos a terminar esto así tenga que bombardear
toda Rusia para hacerlo.
313
29
La familia que lamentan juntos, sobreviven por siempre.
- J. J. McAvoy
Traducido por Debby
Corregido SOS Pagan Moore
SEDRIC
Era un déjà vu. Ningún padre querría ver a su hijo sufrir como él lo hacía.
314
Nuestros hijos e hijas debían avanzar. Cometer errores. Forjar nuevos caminos y
conquistar nuevas montañas. Sin embargo, Liam peleaba mi batalla. Debería haber
matado a Vance hace años. Debí impedir todo esto, pero fallé.
Permitiendo que el humo llene mis pulmones, miré hacia el cielo.
—Sedric. —Saltando ante el sonido de la voz de mi esposa, miré hacia atrás,
encontrándola mirando amenazante al conjunto en mis manos.
—Perdón —susurré, preparándome para tirarlo, cuando ella sólo lo tomó de
mis manos y le dio una larga calada.
Sonriendo, me lo devolvió. —Sólo esta noche. Después de hoy, debería
permitirse.
—Esto me recuerda a la universidad. —Fumando en el tejado después de un
largo y agotador día de sexo. Había algo que estudiar de vez en cuando también,
pero tranquilo.
—Estaba embarazada, ¿recuerdas? No podía fumar.
—Oh, cierto. —Reí mientras ella me golpeaba, pero simplemente la abracé.
—¿Estarán bien? ¿Podrán pasar a través de esto? —susurró.
—No lo sé. Es sólo el primer día.
CORALINE
Realmente no sabía cómo llegué a la sala de maternidad. Simplemente
caminaba y cuando me di cuenta, había bebés hasta donde me alcanzaba la vista.
Eran todos encantadores y pacíficos. Mirando hacia ellos casi me hizo olvidar que a
veces el mundo apestaba.
—Son adorables, ¿no es así? —susurró Declan a mi lado.
—¿No deberías estar cuidando a Mel?
Sonrió. —Neal, Fedel y Monte están vigilando.
No dije nada, y el miró a los bebés.
—Sigo tratando de preguntarme en cómo se vería el nuestro. Liam era tan
feliz. Estaba un poco alterado todo el tiempo.
De nuevo, no dije nada.
315
—Cora…
—¿Qué, Declan? —grité—, ¿quieres que te dé la hora del día porque te
sentaste fuera de mi puerta y tocaste música? Pero ya no querías saber nada de mí,
incluso después de que te dejo que me folles en cualquier forma que te complazca.
Él tomó mi mano y la besó después de dar un paso atrás, no hablando por
más tiempo. Cuando miré a través del vidrio, algunos de los bebés lloraban.
—¿Ves lo que hiciste?
DECLAN
No podía evitar sonreírle. Incluso ahora que me insultó, como debió hacerlo,
sonreí. Mató a alguien. Ella estaba en el ala este cuando cayeron las bombas, y luchó
hasta la habitación segura. Un cuchillo justo en su maldita garganta. Si no lo supiera
mejor, diría que me estaba enamorando de ella nuevamente. Pero lo cierto es que,
jamás dejé de amarla. Nunca pude. Podía esperar para invitarla a salir. Podría tomar
cada golpe mientras la tenga hasta el final.
316
OLIVIA
Mirando fijamente el teléfono, leí los mensajes de texto de Neal otra vez. Era
todo lo que me ayudaba a superarlo ahora mismo.
Te amo y en cuanto pueda, estaré a tu lado. Lamento mucho no haber estado antes.
Intenté respirar. Intenté pensar. Pero todo lo que podía sentir eran las manos
de aquellos hombres. Casi caí de mi asiento cuando Adriana se sentó a mi lado.
—Fuiste violada una vez, ¿cierto? —me preguntó, y lo hice, de hecho, dejé de
respirar.
Con eso, me dejó pensando en quién fue su Harvey y que había hecho con él.
30
¡Quiero ver tu cara cuando te mate!
¡Quiero ver la luz dejando tus ojos!”
-Voldemort
Harry Potter y el Caliz de Fuego,
J.K Rowling
MELODY
DÍA 5
—Liam puede ser un completo idiota algunas veces —dijo Coraline mientras
acomodaba mi almohada—. Deberías estar en la casa de verano tomándote un Sex
on the Beach43 y mirando The Young and the Restless44. Pero en su lugar, nos tiene a
todos atrapados. ¿Puedes creerlo? ¡Estamos bajo arresto domiciliario!
No dije nada.
Suspirando, Coraline cayó en la cama junto a mí. —Maté a alguien.
No dije nada.
—Está bien, probablemente no es la gran cosa para ti —susurró—, pero para
mí, es algo grande. Él salió de la nada y sólo reaccioné. Adriana me dijo que siempre
tuviese conmigo al menos dos cuchillos todo el tiempo, así que lo hice. Aún lo hago.
Y ese día sólo los saqué… y maté. ¿Pero sabes cuál es la peor parte?
The Young and the Restless es una telenovela estadounidense creada por William J. Bell y Lee
44
Phillip Bell.
De nuevo, no dije nada.
—No me importó —dijo—. El idiota vino a mi casa y trató de dañarme. Y
cuando tiré el cuchillo justo por su yugular, la sangre cayó en todos lados. Pero todo
en lo que pude pensar fue en, “Ojalá que este idiota no tenga enfermedades de
transmisión sexual”. Y eso está mal ¿cierto? Soy una buena persona. Era una buena
persona. Antes, hubiese estado volviéndome loca, rezando por él o algo, y todo lo
que quería hacer era patear su trasero porque me podía contagiar SIDA.
Nada, no dije nada.
—Mel, por favor háblanos. Han sido cinco días. Al menos di algo. Cualquier
cosa —me rogó Coraline, pero no podía.
Moviéndome a mi costado, traté de volver a dormir. Sólo quería la oscuridad.
Sólo quería dormir. Fue el único momento en que sentí algo.
—Te amamos, Mel. —Fue la última cosa que escuché antes de que volviese
la oscuridad… por suerte.
319
LIAM
—¿Dónde están Vance y Saige? —gritó Neal. El prisionero con el que estaba
hablando colgaba del techo en frente de nosotros mientras yo cortaba mi carne.
—Váyanse a la mierda —logró decir el idiota.
Neal me miró, y simplemente asentí mientras tomaba un bocado de la carne
sangrienta en frente de mí.
Agarrando el taladro de Declan, Neal puso la punta en el cuello del hombre.
—Última oportunidad. ¿Dónde están Vance y Saige? —preguntó Neal de
nuevo.
Antes de que el idiota pudiese decir su insulto, Neal encendió el taladro
rompiendo su piel, músculo, tejidos, y hueso. Gritó como un cerdo en su camino al
matadero… tal vez porque lo era. Neal paró sólo cuando fuimos capaces de ver la
320 cabeza del taladro al otro lado del cuerpo, luego lo sacó y se movió al otro hombro.
—¿Dónde están Vance y Saige? —le gritó Neal a la cara—. Juro por dios que
taladraré tu pene la próxima vez si no comienzas a hablar.
El idiota se escupió encima y respiró fuerte por aire. —Se están escondiendo.
—¡No me digas! —dije enojado, limpiando los bordes de mi boca—. Quiero
saber dónde se están escondiendo. Tengo a gente quemando tus cultivos, atacando
tus laboratorios, y matando a tus hermanos. Habrá más sangre. Habrá un castigo.
Puedes terminar con tus jefes o puedes terminar con toda tu familia. Elige
cuidadosamente, hay muchos más de los tuyos, y tenemos un montón de taladros.
Pasándome un vaso de brandy, Antonio pasó por mi lado y sostuvo otro
taladro en la panza del hombre.
—¿Dónde están Vance y Saige? —preguntó Neal una última vez.
Todos los ojos de la habitación estaban en él. —Juro por Dios…
—Dios no viene a esta parte de la casa, así que júrame a mí —le dije,
recostándome en mi silla.
—Juro…
—Mátalo. —Estaba gastando palabras y no sabía nada.
Ahogando sus gritos, cerré los ojos y escuché el sonido de los taladros. Ellos,
por alguna razón, me relajaban. Pero tristemente, terminó muy pronto.
Antonio revisó su pulso, y luego se giró hacia mí, cubierto en la sangre del
hombre. —Está muerto, señor.
Suspiré. —Cuando dije que lo mataran, me refería a que lo hicieran
lentamente.
Sólo fue para demostrarme a mí mismo que si quería a alguien bien
asesinado, lo tenía que hacer yo mismo. Declan me pasó un archivo, lo miré
rápidamente antes de ponerme de pie.
—¿Qué número es él?
—Es el séptimo, lo hemos perdido en el interrogatorio. Perras débiles —
respondió Declan, abriendo la puerta para mí.
Frunciendo el ceño asentí. —Encuéntrame más. Los quiero a todos muertos.
Quiero que Vance, Saige y el maldito Valero sepan que voy tras ellos.
Mientras me iba, sacaron el cuerpo del idiota lejos. El fuerte de Neal no era la
321 tortura, y tampoco era el de Declan. Eso siempre era algo de papá y mío. Éramos
buenos en eso, y de una manera enferma, lo disfrutábamos. Pero después de lo que
pasó, algo cambió en ambos. Neal estaba lleno de rabia de saber en lo que su esposa
se podría haber convertido. Declan había perdido a Coraline de cierto modo. Se
había ido la mujer adicta a las compras que nunca parecía entender el mundo a su
alrededor, y en su lugar estaba una asesina. Ella había pasado por eso y aún no
quería hablar con él. Tomó su energía, y la desató en cualquier mierda que viniese.
Pero entendía. Caminando a través de la obra en construcción que ahora era mi
hogar, supe lo que me esperaría cuando abrí la puerta de mi habitación.
Coraline me miró sacudiendo su cabeza con tristeza antes de irse. Sacándome
la camiseta, la tiré junto a las ropas que Adriana había dejado para Melody. Ninguna
de ellas parecían haber sido tocadas desde esta mañana.
Arrodillándome junto a ella, saqué su cabello de su cara. —¿Has comido?
No dijo nada. Ni siquiera me miró. Cinco días de esto y temía de que sólo
fuera el comienzo.
—Adriana necesito comida. Cualquier cosa que a Mel le guste, ahora —grité
al teléfono cerrándolo antes de sentarme en el piso en frente de ella.
Al menos está respirando. Ese era el único consuelo que tenía. Hojeando el
archivo en mi mano, comencé a leerlo, no quería que se sintiese como si la estuviese
dejando fuera, o que no la necesitaba. Porque lo hacía, la necesitaba mucho.
—Declan y Monte han tratado de meterse en el sistema de Valero. Su sistema
no es tan fuerte como el de nosotros, así que en su lugar crearon un millón de
diferentes paradas. Lo pueden hackear, pero tomará tiempo. Por ahora no han
tenido suerte. Están trabajando en las once paradas ahora. —Esperé para ver si
quería decir algo, pero de nuevo, no hubo nada.
»Hasta ahora, hemos hablando con siente miembros de Valero, y todos han
dicho la misma cosa. Vance y su familia se han ido a esconder en algo como un sitio
de mierda. Los dos idiotas tomaron a sus putas sucias… —Hice una pausa por un
momento y gruñí—: Estoy tan enojado que sueno como mi abuelo en el día de San
Patricio.
322
MELODY
Me hizo sonreír. No sé si lo pudo ver, pero me hizo sonreír. Me pregunté por
qué se tensó un poco cuando mencionó a su abuelo.
—De cualquier manera —dijo con algo menos que un acento—, se están
escondiendo. Tenemos todas sus cuentas bancarias monitoreadas. Al momento en
que rompamos las barreras, lo vaciaremos todo. Por ahora, si alguno de ellos mueve
incluso una moneda, lo sabremos. Ya quemamos todos sus cultivos en los dos
hemisferios y bombardeamos veintinueve laboratorios de metanfetamina. Si hay
más, los encontraremos. No se escaparán de nosotros. No tienen más opción que
morir.
Se puso de pie cuando Adriana entró con un plato de algo. No podía
realmente oír lo que estaban diciendo, y no me importaba. Quería volver a dormir,
323 pero mi cuerpo no me dejaba.
—Amor —susurró debajo de mí, pero no respondí.
Suspirando, me levantó con facilidad y me puso en su regazo, como si fuese
una ni… niña.
—Amor, come. Es solo sopa —dijo mientras comenzó a acariciar mi labio con
su pulgar—, Mel, amor, te lo ruego. Abre tu boca, o la abriré a la fuerza.
Escuché y lució decepcionado, como si quisiera que peleara. Pero estaba
cansada. Todo lo que quería era volver a dormir. Y la única manera en que lo podía
hacer era escuchando y dejándolo alimentarme, una cucharada a la vez.
DÍA 9
—Es de mañana, Melody —dijo Olivia mientras abría mis cortinas tan anchas
que el sol me cegaba. No quería al sol. Era muy feliz. Muy lleno de felicidad y vida,
no sabía cuándo no brillar. Debería saber que era un día oscuro. Debería saber no
ponerse en mi camino. Quería la luna. Quería la noche. Quería la oscuridad.
Pero estaba muy cansada para gritarle. En su lugar, simplemente me alejé del
sol.
—Sabes que yo estaba celosa de ti —dijo Olivia, tomando un asiento en el
final de la cama—. Aún estoy un poco celosa. Siempre estoy celosa. No trato de
estarlo. Viene de mis padres divorciados, supongo. Siempre estás peleando por
atención, y ellos siempre te la dan porque se sienten culpables. Pero contigo era una
clase diferente de celos.
Vete Olivia pensé, pero no hablé.
Ella continuó. —Cuando oí por primera vez que Liam se iba a casar, de alguna
manera esperaba que ella, tú, fueses como Coraline, la vieja Coraline, dispuesta a
dejarme ser el centro de atención y venir a mí por consejos. Pensé que quería ser
Evelyn de alguna manera. Quería ser el corazón de la familia. Pero no eras como
Coraline, o incluso Evelyn. Eras una jefa de la mafia. Tú, una mujer, gobernando la
mafia italiana. Cuando Neal me lo dijo por primera vez, pensé que estaba
bromeando. Debía ser imposible. No había manera de que cualquier hombre, incluso
de la mafia, se arrodillara en frente de una mujer, y aquí estás. Y los hombres estaban
tan arrodillados que casi besaban tus zapatos blancos. ¿Sabes que eso es una cosa de
Twitter?
Por favor vete, Olivia, pensé para mí otra vez, y otra vez fallé al decirlo fuerte.
324 Así que continuó… nuevamente.
—Hashtag, Melody Callahan —susurró—, eres tendencia. Siempre lo eres, y
ni siquiera lo sabes.
»Cada vez que salimos en público, estás en Fashion Police, o alguna que otra
revista, siendo felicitada. Pero a ti no te importa porque eres la maldita jefa. Así que
por supuesto, estaba celosa. La maravillosamente hermosa, siempre a la moda,
¿mortalmente asustada Melody Callahan? ¿Cómo mierda se supone que cualquiera
de nosotros se tome eso?
¿Por qué no te vas?
—No me debería importar ¿cierto? —suspiró—. Pero me importa. Eres todo
lo que quería ser. El objeto de los deseos de todos los hombres en una persona. Nací
hermosa, y no lo digo sólo porque me ame. Nací hermosa, y los hombres me querían
por eso. Pero había un chico al que le gustaba un poco más. Era una novata en la
universidad. Estaba guardándome para el elegido, sabía que él no lo era. Así que en
lugar de prestarle atención en la escuela a esos estúpidos carteles que decían “No
significa No”, él…
Ella sollozó, y yo sólo quise dormir.
»Él me llevó dentro de su dormitorio, y nadie hizo nada porque era la chica
linda quién muy probablemente tenía mucha experiencia. Sus amigos estaban ahí, y
todos ellos… —Ella se detuvo, mirando su tatuaje, pasando su dedo sobre él tantas
veces que dejé de contarlas—. Cuando terminaron, se rieron del hecho de que yo era
la virgen más suelta que nunca habían tenido. Cuando llegué a casa, nunca había
llorado o me había lavado con tanta fuerza. Al día siguiente me salí de todas mis
clases y terminé el resto de mi carrera universitaria desde la seguridad de mi
habitación.
No estaba segura de lo que quería de mí, pero disfruté del silencio mientras
ella se perdía en sus pensamientos. Tristemente, fue efímero.
—Obtuve este tatuaje un mes antes de encontrar a Neal. Un nudo Dara,
quería ser fuerte otra vez y esto me hizo sentir así. Creo que por eso encontré a Neal,
ya no estaba rota.
Si estás en esta familia estás rota, no te engañes a ti misma.
—Él me hizo sentir segura de nuevo, feliz otra vez. Pero todavía hay esta
parte de mí que no puedo arreglar. Odio a las personas. Odio a los hombres… todos
los hombres fuera de esta familia.
¡Esa es la definición misma de rota!
325
—Y odio a las mujeres de alguna forma, porque me odio a mí misma.
Entonces cuando te vi caminando como si estuvieras sobre el agua, te odié más. Neal
intentó meter algo de sentido en mí. Dijo que eres la reina y yo soy la princesa.
Después de eso, fui capaz de manejarlo hasta que Evelyn me dijo que estabas
embarazada. —Se rió con amargura.
Estás demente Olivia. Déjame sola.
—Quería un hijo propio. Neal y yo tratamos una y otra vez, y aquí, la mujer
chorreando de sangre y de pecado, iba a tener un hijo. Así que me maldije a Dios. Le
dije a Él que era un imbécil egoísta intolerante. ¿Dónde estaba la justicia? Toda la
mierda que había pasado y sólo quería un niño. Matas, robas, mientes, y, sin
embargo, te dio uno. Pero aquí estoy lamentándolo tan mal, Melody —susurró la
última parte.
»Nunca quise hacerte daño, y te juro que desde hoy en adelante siempre te
amaré como debería haberlo hecho desde el principio. —Si me conociera en
absoluto, debería haber sabido que no quería o pedí su amor y que yo sabía que eso
era una mierda. Ella quería hacerse sentir mejor, no a mí.
Estaba cansada de escucharla. Así que me dormí.
LIAM
—¿Cuál es tu nombre, querida? —le preguntó mi padre a la joven adicta al
crack ante nosotros mientras yo bebía mi brandy.
—Cualquiera que quieras que sea. —Ella guiñó, y casi vomité.
Mi padre, por otro lado, simplemente me miró de reojo. —Creo que Julia
Roberts es la única que puede hacer esa línea.
—¿Las pelirrojas son lo tuyo? —Hizo un puchero, que también fue muy
repugnante, mientras hacía girar su cabello castaño.
—Mi esposa es lo mío —replicó él, tomando asiento frente a ella—. Y tu vida
debería ser lo tuyo. Ya ves, lo único que te mantiene viva en este momento es la idea
de que puedes saber algo. Si no lo haces, bueno…
Él sólo se detuvo, y la puta empezó a temblar. —Necesito algo para poder
326 relajarme.
Rodando mis ojos, me obligué a no romper su cuello.
—¿Cuál es tu veneno? —dijo Sedric, caminando hacia la bandeja de drogas
que Fedel preparó para él.
Eso hizo que la chica se animara como una perra en celo. —La heroína y la
cocaína.
—Alguien es una estrella de rock —dijo mi padre—. Pero no vamos a ser
codiciosos. Elige una.
Ella hizo un mohín, otra vez, y una vez más, me debatía entre vomitar y
arrancar sus labios.
—Heroína —dijo ella, y mi padre agarró la inyección antes de entregársela.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó.
Pero la muchacha se limitó a sacudir la cabeza desatando su camiseta sin
mangas y utilizándola como un torniquete, sin tener vergüenza de que sus pechos
fueran expuestos al mundo. Gimiendo como si estuviera en la cima de un clímax,
montó la ola de veneno en sus venas.
—Hombre drogadicto —susurró Monte con disgusto. Este fue un
recordatorio constante de por qué a ninguno de ellos se les permitió hacer cualquier
mierda.
—¿Dónde está tu jefe, querida? —le preguntó Sedric suavemente.
—No lo sé. —Sonríe, y me siento perder el control—. Dijeron que iban a
Finlandia. Nadie comprueba Finlandia.
—¿Ellos te dijeron eso? —le interrogó Sedric mirándome.
Sacudió la cabeza como un niño —Nope. Vance acababa de terminar de
follarme. Él es un asno. Me dejó sin nada. Estaba casi suplicando. Pero no, él terminó
y quería que me fuera. Así que me fui a la ducha y le oí hablar con alguna puta
pelirroja. Ha-Ha, a ambos les gustan las pelirrojas.
—¿Sabes algo más? —le preguntó Sedric—. Esto podría salvar tu vida.
—Estoy caliente. ¿Puedo obtener una última cogida en vez de una última
comida? —Ella sonrió alcanzando la entrepierna de mi padre.
Estaba cansado de ella. Asentí hacia él, le puso una pistola en su cráneo. —
Esta no es la cárcel. Ni siquiera obtendrás una última plegaria.
Su cuerpo cayó sobre la mesa con la maldita aguja todavía en el brazo. Sedric
327 simplemente la miró con asco, la máscara de amables sonrisas se había ido, el
hombre que estaba de pie frente a mí era el mismo hombre que me hizo lo que era
hoy. Sacudiendo la cabeza, puso otros dos en ella antes de entregar el arma a Fedel.
—Ese maldito idiota. —Él frunció el ceño, sacando su cigarrillo eléctrico. Era
el único peligro que mi madre le permitiría.
—¿Así que Finlandia entonces? —me preguntó Declan.
—No, no hasta que lo sepamos a ciencia cierta. No creo que tengamos
hombres allí, pero vuelve a comprobar y sácalos. No quiero que los atrapen. Además
todavía tengo que hablarlo con mi esposa —le contesté mientras abría la puerta.
—¿Ya está hablando? —preguntó mi padre, pero sabía la respuesta.
—No, no lo hace, pero lo hará. —Tenía que creer que podría salir de esto.
—No pierdas la esperanza, hijo.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
MELODY
DÍA 14
—Tenía un enamoramiento contigo —susurró Declan desde su lugar a los
pies de la cama—. Enamoramiento es una palabra tan estúpida. Era más como la
lujuria. No debería estar contándote esto, pero espero que te enojes y patees mi culo.
Tú sabes, como la Sangrienta Melody haría. Sé que Liam me despellejaría vivo. No,
en serio, él en realidad nos tenía despellejando a uno de los Valero. Es como si
estuviera pasando por un manual histórico de tortura romana y sólo recoge mierda.
No me sorprendería si crucificamos al siguiente.
Tengo que poner un cartel de "no molestar" en la puerta.
—Sí, así que por favor no le digas. Tal vez un día, cuando seamos viejos y
328 tengamos el cabello gris… ni siquiera entonces. Él sería senil y probablemente peor.
Él actúa como nuestro abuelo a veces, y nuestro abuelo es un culo loco, pervertido
del más alto grado. Vive en Irlanda y prefiere quedarse allí, lo cual es bueno. Él
entendería por qué te deseaba. Es difícil no hacerlo. Creo que cada hombre con un
pene funcionando lo hace. Pero soy el único imprudente o lo suficientemente
estúpido como para insistir en voz alta. —Se rió porque era estúpido.
Muy estúpido. No es de extrañar que Coraline esté enojada con él.
—Se ha ido. No es que no seas atractiva porque lo eres, pero creo que… sé
que… deseo a mi esposa mucho más. Tuviste algo que ver con eso. No sé cómo lo
hiciste. Tal vez sea sólo por el hecho de que existes. Pero lo hiciste. Te llevaste mi
oveja y la hiciste una leona. No es una leona como tú, pero es mortal por derecho
propio. Además, su nuevo estilo de pelo es más sexy con cada día que pasa —dijo.
Cerré los ojos y me volví a dormir, haciendo mi mejor esfuerzo para acallarlo.
LIAM
DÍA 18
—¿Pensé que les dije que nadie estaba dentro de Finlandia? —les pregunté
mientras bebía directamente de la botella.
Antonio asintió. —Lo hiciste, Señor, pero ella descubrió a uno de nuestros
hombres en el aeropuerto antes de que tuvieran la oportunidad de salir. No tenían
más remedio que traerla con ellos.
Suspirando, me quedé mirando a la mujer rubia conocida como la amante
favorita de Vance, Hera Pompilio. No había nada que pudiera hacer al respecto
ahora. Ella no era el pez grande que quería, pero podría usarla como cebo.
—¿Puedo? —preguntó Declan, dando un paso adelante hacia el espejo.
329 —Abre tú. —Tal vez él podría utilizar su mierda caballerosa con ella.
Cuando él entró, sus ojos muertos miraban a través de él.
—¿Eres tú el hombre que mató a mi hijo? —cuestionó ella en voz baja.
Declan simplemente levantó una ceja. —He matado a muchos hijos, señora.
Vas a tener que ser más específica.
—Amory Pompilio Valero. Edad veintisiete. Un metro, ochenta y ocho
centímetros de alto. Cabello rubio, ojos azules, él…
—No, no lo maté —dijo Declan—. Ese honor fue dejado a mi hermano y dos
coches. Tenía la impresión de que la madre de Amory murió cuando él era joven.
—Eso es lo que te pasa por estar debajo de todo. —Ella sonrió—. Yo siempre
fui hecha para ser la esposa de Vance. Ninguna otra mujer podría llevar a su hijo, ni
siquiera su estúpida esposa. Le dije que debía matarla y casarse conmigo, pero me
dijo que no podía. Él hizo eso con un trato, pero sabía que era mentira. Me quitó a
Amory y se lo dio a ella. Ella estaba tan fuera de sí con alegría. Todos los días
cuidando de mi hijo, yo la odiaba. El día que Amory la llamó madre, embestí un
picahielos a través de su corazón. Vance estaba enojado, por eso rompió cuatro de
mis costillas y mi mandíbula. Pero me amaba demasiado como para matarme. —Se
rió con tan poco esfuerzo, me preguntaba si Natasha podría utilizar un compañero
de habitación en el asilo.
—Eso es triste —dijo Declan, pero yo sabía que no le importaba un carajo—.
¿Por qué estabas en el aeropuerto en Finlandia?
No respondió. En cambio, sólo comprobó sus uñas.
—Hera, lo que me digas podría ser la diferencia entre una muerte muy lenta,
o una rápida. Una donde podrías estar con tu hijo, de nuevo —le dijo Declan.
—¿Así que mis opciones son la muerte o la muerte? Vete a la mierda y a la
mierda por mi hijo. Quería sacarlo de esta vida antes, y me dijo que podía manejarlo.
Ahora él está…
—Ahora está en pedazos en algún lugar en los Grandes Lagos. —Declan
sonrió—. Voy a tomar el crédito por ponerlo allí.
—Todos ustedes están tan condenadamente orgullosos de ustedes mismos.
Un grupo de asesinos, mentirosos, ladrones y tramposos. —Ella frunció el ceño—.
Sus mujeres los odian, ya sabes. Los odian y odian lo que hacen. Ellas no quieren
esta vida. Querían el dinero y la fama, pero no querían las drogas, la sangre y el
horror.
Declan sonrió, viéndose malvado. —No conoces a mi esposa. Si fuera así, no
330
estarías tan rápida para hablar. Y te aseguro que no conoces a la Jefa. Así que cariño,
¿dime lo que necesito saber y podemos seguir adelante?
Ella se inclinó. —Jódet…
Levantándose de su asiento, Declan caminó alrededor de la mesa hasta que
él estaba justo en frente de su cara. Hera hace su mejor esfuerzo para no parecer que
va a mearse en los pantalones, pero ella no lo logra.
―Haz lo que quieras. Pero créeme, Vance lo ha hecho peor. ―Declan sonríe,
sosteniendo un cuchillo a un lado de su cara―. Todo lo que hizo era curable.
Después de todo, al final, todo lo que tienes es tu apariencia. Imagínate lo que Vance
pensará cuando vea a su juguete favorito cortado y cosido de nuevo junto como
Frankenstein. Mis puntos no son tan grandes con pacientes vivos.
―Qué podrías necesitar saber, ¿eh? ―le grita―. Fuimos a Finlandia para
ocultarnos. Amory lo jodió. Vance pasó meses, sino años trabajando en diferentes
maneras para atacar este maldito lugar. Lo tenía todo planeado en una T, incluso el
día. Pero Amory no podía esperar. No quería escuchar, y debido a eso, fue
asesinado. ¿Es eso lo que quieres oír? ¿O tú quieres saber que Vance está perdiendo
la cabeza? Amory fue la última gota. Vance mató a uno de sus hermanos porque
pensó que lo había traicionado. El otro hermano está dando vueltas. Todo está
jodido. Él va a saber que me tienes, y se va a ocultar de nuevo.
Declan se volteó hacia mí y sonrió. Era casi triste la rapidez con que ella
hablaba.
―Tú estabas en el aeropuerto. Él sólo piensa que lo abandonaste. ―Declan
pasa el cuchillo contra su mejilla.
―Nunca lo dejaría ―susurró―. Él lo sabe. Él sabe que no importa cuántas
veces yo diga que me voy, siempre vuelvo.
―Eres un tonta. Él no te ama, y debido a eso morirás sola. ―Fue todo lo que
Declan dijo antes de degollarla, su cuerpo quedó inmóvil por un momento antes de
caer al suelo.
―Ten todos los vuelos dentro y fuera de Finlandia monitoreados ―dije antes
de irme. Se estaba haciendo tarde, y yo iba a perder mi momento favorito de la
noche.
Traté de no correr, pero esta era la única especulación de esperanza que
tendría en todo el día. Era lo que me ayudaba a pasar el día. Corriendo a nuestro
dormitorio, sonreí al ver la cama vacía. Entré al cuarto de baño, y sonreí al ver a mi
Mel bañándose ella sola.
331
Fue hace sólo cuatro días que había encontrado la voluntad para bañarse a sí
misma. Fue un pequeño paso, pero era algo. Tomé asiento junto a los pies de la
bañera, sólo mirándola.
―¿Quieres que te enjabone la espalda? ―le susurré, y ella se congeló como si
no se hubiera dado cuenta de que estaba en la habitación con ella.
Me miró a través de su pelo y me dio la esponja vegetal. Era otro pequeño
paso. Estaba en su camino de regreso. Cuando se apoyó en mi brazo libre, sentí que
mi corazón saltó. Poco a poco le froté la espalda y sonreí porque tengo esperanza;
las noches oscuras estaban terminando.
MELODY
DÍA 23
―Así que tengo una confesión que hacer ―dijo Neal sentado frente a mí.
Grandioso, otra más, pensé mientras cortaba mi carne.
―Liam quería que llevara esto a mi tumba, pero tú no hablarás. Lo hemos
intentado todo para que te enojaras con él y conmigo para que salgas de esto. ―Se
detuvo y me miró a los ojos muertos, pero yo acababa de comer lentamente.
―Disparé a Liam porque me lo pidió. ―Él esperó a que yo reaccione, pero
no podía reunir la emoción.
Frunció el ceño. ―¿En serio? Tú me descargaste con una Taser, apuñalaste a
Declan, ¿y lo único que puedes hacer ahora es mirarme? Esta no eres tú, Melody. De
332 hecho, esto se sobrepasó espeluznantemente después de la primera semana.
Entiendo que estás triste, pero Liam está pasando por un infierno por ti. Él no se
detendrá hasta que los mate a todos. Yo conozco a la mujer despiadada que todos
amamos y el miedo está todavía allí dentro, ¿tan solo puedes por favor, venir aquí y
patearme el culo o al menos disparar a Liam de nuevo?
Acabo de comer. Fue lo único que me atreví a hacer.
LIAM
Llegué a nuestra cama justo cuando Neal estaba saliendo. Él me miró y
frunció el ceño antes de irse.
―Ya hemos perdido tres misas. Una más y la gente podría pensar que yo te
maté. ―Sonreí.
―¿Tienes pan? ―le pregunté, y allí estaba, una pequeña sonrisa. Esto hizo
que mi corazón saltara de alegría, trajo agua a mis ojos, y era mi propio milagro
personal del domingo.
Ella no dijo nada, pero una sonrisa fue suficiente para mí por el resto del día.
MELODY
DÍA 25
―No sé qué decirte ―dijo Sedric.
Mentalmente gemía. ¿Qué hay de no decir nada en absoluto?
―Así que voy a hacer esto corto.
Gracias Jesús.
―Melody Nicci Giovanni-Callahan, saca tu puto culo fuera de la cama. Esto
ha durado el tiempo suficiente ―espetó.
Levantando una ceja, encendí la televisión mientras Evelyn se reía.
―Te dije que no iba a funcionar.
334 ―Tenía que probar, pero al parecer a mi hija no le gusta escucharme ―dijo
besando mi cabeza antes de salir, dejándonos a Evelyn y a mí solas.
Ella se sentó en la cama conmigo. ―Entiendo. Ellos no lo entienden. ¿Cómo
se siente tener a un niño viviendo dentro de ti en un momento y luego quitado de ti
al siguiente? Entiendo que no puedas moverte, hablar, o incluso respirar debido al
ardiente agujero dentro de tu corazón. Ningún otro lo hace. Pero yo sí, por lo que
quédate en la cama todo el tiempo que necesites, Melody. Aflígete, y cuando estés
lista, tú conseguirás levantarte de nuevo.
La observé mientras se levantaba antes de volver a salir. Ella es la única que
entiende. Limpiando el agua que brotaba de mis ojos, me aferré a mí misma.
Ve a dormir, Melody. Sólo duerme. Me levantaría por la mañana, pero ahora sólo
necesitaba dormir.
LIAM
―Y así como así la rata está de vuelta ―le susurré al hombre delante de mí.
Su nariz estaba rota, los ojos amoratados, los dientes fueron eliminados, y
cualquier parte expuesta de su piel estaba o quemada o cortada. Patrick parecía que
había estado en el infierno y de regreso.
―Señor ―dijo rápidamente, luchando contra sus cadenas―. Hice esto por
usted, para ayudarlo.
―¿Me traicionaste para ayudarme? ―dije, lentamente se volvió hacia el resto
de nuestros hombres. Muchos de ellos querían ver esto así que tuvimos que salir a
la calle.
―Señor, lo juro, yo nunca lo traicioné. Lo conozco desde la universidad.
Hemos estado…
335
―Llega a la parte donde me apuñalaste por la espalda ―le dije, vertiendo la
gasolina por encima de su cabeza―. Recuerda la parte donde dejaste a mi esposa
sangrando en el suelo mientras te escapabas con la puta rusa.
―Señor…
―No gastes palabras. Yo sólo puedo aguantar este encuentro durante cierto
tiempo ―le dije, levantando la pequeña llama de mi alcance.
―Liam, yo sabía que estaban planeando algo. La única forma de averiguarlo
era hacerles creer que había abandonado el barco. No tenía ni idea de lo que Saige
tenía reservado para tu esposa. Yo sólo sabía que Valero tenía que llegar a su fin. La
información que he reunido te puede ayudar a derribarlos. Ya no están en Finlandia.
Se fueron a Tanzania. Era el único lugar que pensaban que no podías alcanzar.
Tienes gente en toda Europa, pero no en África. Te lo estoy diciendo, no te estaba
traicionando. ―Él gritó de pánico.
Sacudiendo la cabeza, dejé que caiga la llama, pero lamentablemente ya
estaba apagada.
―Así que, ¿te convertiste en un espía sin mi conocimiento? ―Me reí―. Estás
mintiendo…
―No…
Golpeándolo en la nariz rota, sostuve su rostro. ―Nunca me interrumpas, ¿o
has olvidado tus modales mientras estuviste con los perros? ―Apreté su rostro―.
Estás mintiéndome, Patrick. Deberías saberlo mejor que eso. Me traicionaste antes,
y ahora que las paredes se están acercando a Vance, estás tratando de salvarte. Eres
una rata de cabo a rabo. Creo que mi esposa dio una buena definición de esa palabra
antes.
―Liam…
―No digas mi nombre ―dije, dando un paso atrás―. No me importa por qué
me traicionaste. El simple hecho es que lo hiciste, y por definición, eso significa que
estás contra mí.
Ni siquiera dudé cuando lo tiré en el rastro de gas. Sólo tardó un segundo
antes de que todo su cuerpo estuviera en llamas. Él gritó y se sacudió violentamente,
mientras que los hombres sólo aplaudieron y cantaron en la noche. Alejándome,
miré hacia arriba para encontrar a mi esposa mirando fijamente al hombre en llamas.
Cuando nuestros ojos se encontraron por fin, vi... Vi a mi leona agitándose.
336
MELODY
DÍA 26
Bebiendo, esperé a que vengan a bordo. Si Adriana había hecho su trabajo,
deberían haber sabido dónde estaba. ―Es agradable verla, señora ―dijo Jinx,
dándome una botella de vino nueva. Asentí, pero no hablé. No quiero que mis
primeras palabras sean para él. Un segundo más tarde, Nelson abrió la puerta del
surtidor, permitiendo a Liam pasar a través de esta, vestido para la guerra. Él me
miró rápidamente. Sus ojos brillaban como diamantes verdes en el sol y una mueca
se dibujó en su rostro. Parecía que estaba tratando de contenerse.
―¿Qué carajo estás vistiendo? Nos dirigimos a la selva hacia personas que
cazan con flechas no armas ―le dije sin verdadera ventaja en mi voz.
337 ―Tú podrías matarlos con tus zapatos si quieres, estoy feliz de que estés aquí
―dijo sentándose frente a mí. Él me apretó la mano―. Realmente feliz.
―Puedo explicar…
Una parte de mí sabía que yo estaba siendo de esta manera porque no estaba
segura de cómo explicar mis sentimientos. Entendí cómo se sintió porque lo sentí
también. Yo ya no era parte de los muertos vivientes.
―Soy Melody Nicci Giovanni-Callahan, eso significa que tengo que buscar
venganza, incluso contigo, esposo.
―La espero con ansias.
En cuanto Jinx nos llevó hacia el cielo, me quedé mirando el sol a través de
las nubes. Liam gozaría de mi venganza, pero no hasta que haga que Saige pague
muy caro. Ojo por ojo, y vida por vida.
338
31
Creo que he jugado mucho a la víctima,
pero eso se trata gran parte de la historia femenina.
—Jodie Foster
Traducido por Debby
Corregido SOS por Pagan Moore
ADRIANA
Ella no tenía que decir nada, todo lo que hizo fue tender un boleto de avión.
339
No me obligó a ir.
No me lo pidió, fue mi decisión, y simplemente lo tomé y salí de su
habitación. De todos los hombres en el grupo de Mel, era la única que no dejaría irse
si quisiera. Antes de Liam, era la única que podía verla cuando estaba así de mal,
cuando tenía sus días oscuros.
No eran como estos, donde ni siquiera podía levantarse de la cama, pero eran
lo suficientemente oscuros para que las personas normales se asusten. Lo que hacía
con aquellos que la traicionaban durante sus días oscuros era al borde de la locura.
Yo, por otra parte, no era normal. Hace mucho tiempo, lo era. Era alegre, buena niña,
y muy probablemente irritante, como cualquier otro adolescente. Pero todo eso
cambió el día que mi padre acabó endeudado.
Al entrar a mi habitación, saqué mi cuchillo y maquillaje haciendo todo lo
posible en ocultar esos recuerdos, pero ellos nunca desaparecen. Nada podría
hacerte olvidar a tu padre vendiéndote como ganado. Ni siquiera sabía cómo mierda
eso le pasaba a la gente de América.
Era casi irónico que Taken45 fuera la última película que vi antes de que me
sacaran de mi habitación. Pero mi padre no estaba a un océano de distancia. No, él
se quedó en la puerta con su cabeza gacha cuando llegaron por mí. Peleé, grité, llamé
45
Taken: es una película de acción francesa, protagonizada por Liam Neeson, Famke Janssen y
Maggie Grace. Está dirigida por Pierre Morel escrita y coproducida por Luc Besson.
por él y mi madre, pero me dieron la espalda. Si no hubiera hablado con Mel en el
teléfono, realmente no habría alguna esperanza para mí.
Ambas estábamos en primer año de la Universidad, y todos permanecían
alejados de ella. Fue como si ella fuera la luna, y ellos miraban boquiabiertos desde
lejos. Y al igual que la luna, era fría, distante, y categóricamente siniestra. No había
ningún motivo para ninguna de las dos en hablar si no fuera por un algún proyecto
de la escuela. En realidad nunca me habló cuando trabajábamos, y yo era una
trepadora entonces, así que todo salió bien.
Esa noche grité pidiendo por mis padres y cuando me dieron la espalda, grité
tan fuerte como pude al teléfono dejado en mi cama. Me empujaron a la parte de
atrás de su coche y me dieron una mezcla de drogas que tomaría la pelea fuera de
mí.
La primera noche fue la peor. Se turnaban por las menos agraciadas, caía en
esa categoría. Lloré, vomité, supliqué por muerte, y sólo fue el primer día. Las chicas
340 que han estado allí más tiempo sólo estaban tiradas en sus camas, tan drogadas que
no podían levantarse por sí mismas.
Sabía que no iba a terminar como ellas. Juré que no iba terminar como ellas.
Planeaba suicidarme en el momento que tenga la oportunidad. Cuando mi siguiente
ronda de invitados llegó en el segundo día, se reían de mí mientras luché contra las
cadenas. Les gustaban las peleadoras, les gustaba romperlas, y justo cuando se
bajaron sus pantalones, habían comenzado los tiros.
Parecían como ángeles de la muerte, disparando hacia los cerdos que se
atrevían a llamarse a sí mismos hombres. Sucedió tan rápido que ni siquiera estaba
segura de estar en mis cabales. Pensé que mi mente estaba tratando de protegerme.
Eso fue hasta que la vi. Entró, miró a su alrededor hasta que encontró mi mirada, y
nunca me había sentido tan asqueada de mí misma. Lloré, y ella simplemente
caminó hacia mí y me dio su chaqueta blanca.
Ella me dijo—: Mientras viva, esto no volverá a pasarte.
Eso fue el comienzo. Me acogió y me forzó para hacer terapia mientras en
persona me pateaba el trasero en entrenamientos día tras día durante un año y
medio. Lo sentí un par de semanas después. Cuando estuve mejor, en el sentido en
el que ya no lloraba durante el día y vomitaba durante la noche, me dijo que podía
irme.
Pero, ¿a dónde iría? Le supliqué que me deje quedarme. Prometí que me
mantendría leal hacia ella mientras yo viva. Fue entonces que me contó sobre quién
era y qué hacía.
Después de un año y medio de ver muros sangrientos, drogas, y armas por
todas partes, no fue tan difícil de averiguarlo. Me dijo que la única manera de
quedarme era demostrar mi validez. No estaba segura de cómo, pero haría cualquier
cosa.
Por lo que me llevó a mi antigua casa en la esquina 54 y Adam Street, me dio
un arma, y me dijo que consiga mi justicia. Mi corazón latía tan rápido que podía
oírlo en mis oídos, y no quería decepcionarla. No quería defraudarme a mí misma.
Quería matarlos por lo que me hicieron. Padres así no deberían vivir. Así que toqué
al timbre, y cuando mi padre abrió la puerta, casi se orinó encima.
—Hola, papi. —Fue la última cosa que recuerdo haber dicho antes de que me
pierda a mí misma. Cuando todo terminó, fui hacia la cocina y encontré a Mel
341 comiendo la cena que mi madre nunca llegaría a comer. Me miró antes de
alcanzarme una copa de vino.
—De hoy en adelante, Adriana, soy tu Jefa —me dijo—. Me tratarás con
respeto. Te trataré con menos de ese respeto. Pero si alguna vez me traicionas, te
mataré, y me gustas. Pero aun así te mataré.
—Sí, señora —dije, tomando el vino.
—¿Necesitas algo? —preguntó, una vez que se puso de pie.
—No hay nada para mí aquí, señora.
—Entonces quémala hasta los cimientos —dijo, antes de salir por la puerta.
Cualquier parte de la vieja Adriana murió en ese incendio. De las cenizas, me
volví un fénix. Mel siempre me recordó que todos tenemos la capacidad de ser
despiadados, que todo lo que necesitábamos era un pequeño empujón.
—Vaya. —Antonio sonrió burlonamente desde mi puerta, a la transformada
mujer mirándome fijamente. Besando mi cuello, encontró mi mirada en el espejo—.
Sexy, pero esta no es mi fénix. ¿Adónde vas?
—La Jefa —dije, y no hizo más preguntas, sabía que no debía. Besó mi cuello
antes de caminar hacia la puerta.
—Ten cuidado, nena —dijo, mientras la puerta se cerraba.
Antonio y yo... bueno, era nuevo, complicado, y divertido. No he salido con
nadie desde que me uní a Mel, sin embargo, Antonio y yo siempre nos
encontrábamos en esta situación totalmente desnudos. Tuve que decirle a Mel, y
cuando lo hice, dijo que mientras que nuestra lealtad hacia ella esté por encima de
nuestra lujuria el uno por el otro, le importaba un carajo con quien folláramos.
Agarrando mis cosas, salí de la casa, básicamente desaperciba, y sólo cuando
estaba a punto de abordar mi vuelo, le envié un mensaje a Liam. Mel estaría
buscándome. Ella quería sangre. Tendría su venganza.
342
32
Había un cuerpo asesinado,
en tierra secreta y muerte violenta
en mil formas mostrado.
- Geoffrey Chaucer
343 LIAM
Yo no podía dejar de mirarla mientras bebía mi brandy. La forma en que
limpiaba su arma una y otra vez era una de las cosas más sensuales que jamás la
había visto hacer. Era fascinante, desde su larga cola de caballo, su elegante camiseta
sin mangas y pantalones de camuflaje, estaba memorizando todo en ella.
—Te siento mirando mis senos —dijo sin molestarse en mirarme. Pero su voz
era suficiente para darme una erección.
—Si te molesta, amor, ponte de pie y déjame mirar tu culo en su lugar. —
Sonreí, terminando el resto de mi bebida antes de levantarme.
—Liam, tenemos que centrarnos —dijo entre dientes mientras corría mis
dedos por su cuello
Besando la base de su garganta, agarré sus pechos. —Me estoy centrando.
—Liam, detente —dijo ella, alejándome.
Alejándome de ella, me pellizqué el puente de la nariz, tratando de calmarme.
¿Qué diablos estaba mal conmigo? Ella acababa de empezar a hablarme hace menos
de doce horas, y yo estaba tratando de no saltarle encima. Estar en el avión con ella
tan cerca no ayudaba. Nunca había sido tan feliz de tomar sus quejas.
—Mel...
—Liam...
Los dos nos detuvimos cuando alguien llamó a la puerta. Suspirando, Mel se
levantó y abrió la puerta del hospedaje, permitiendo a Neal y a Declan entrar. Declan
inmediatamente me dio una mirada como si supiera lo que había sucedido. Sin
embargo, con las paredes finas no estaría tan sorprendido.
Vance tenía razón en venir a Tanzania. Ni Mel ni yo habíamos estado aquí
antes, pero por suerte, el dólar estadounidense era tan bueno como el oro. Sólo nos
costó quinientos dólares comprar este hospedaje de madera en el medio de la puta
selva. No era el Ritz, pero serviría por ahora.
—¿Podemos entrar? —preguntó Neal.
—Ella abrió la puerta de mierda ¿no? —dije, sirviéndome más coñac. Gracias
a Dios que ese chico Nelson mantuvo el avión bien surtido.
Caminando hacia mí, Mel tapó la botella de coñac, mirándome antes de
mirarlos a ellos. —¿Qué tienes?
Declan sacó un mapa y lo abrió sobre la mesa. —Aquí, ellos estaban en
344
Seronera. —Él apuntó—. Por lo que hemos reunido hablando con algunos locales,
un grupo de hombres con Vs en sus brazos pasó por aquí hace dos semanas.
—Creemos que se esconden en Lobo, unos cuarenta y cinco kilómetros de
aquí. Si nos vamos ahora, podemos hacerlo antes del amanecer. Yo ya le he
comprado un helicóptero a uno de los habitantes del pueblo, Jinx ahora lo está
arreglando lo mejor que puede —agregó Neal, tirando de la correa de su rifle de
francotirador.
—Tú, Antonio, y Jinx junto con el resto de los francotiradores se quedarán
atrás dieciséis kilómetros. Supongo que el helicóptero que compraste no va a
aguantar a los doce de nosotros, así que busca otro y has que Adriana lo vuele —
dijo Mel mirando sobre el mapa—. Declan, tú y Monte, junto con el resto de los
hombres, realizarán una copia de la marca de cuarenta kilómetros.
La miramos como si acabara de perder su maldita cabeza.
—¿Así que tú y yo debemos asaltar su escondite por nuestra cuenta? —le
pregunté lentamente. Tal vez ella no estaba lista para volver todavía.
—Señora, Adriana ni siquiera vino con nosotros. —Declan la miró
detenidamente antes de dispararme una mirada. Esto era demasiado importante
para joderlo, y sólo teníamos una pequeña ventana.
—Tal vez deberías descansar —comenzó Neal, pero fue interrumpido por
Mel ladeando su pistola.
—Por favor, termina la frase, hijo de puta. Estoy rogándote para que termines
la frase, así cuando le diga a Olivia por qué su marido llegó a casa con una bala,
puedo decir que olvidó quién carajos soy... un error mortal. Sobre todo porque no
me ha gustado tu culo de perra desde el primer momento. Así que adelante y di que
necesito descansar un poco.
Neal hizo la elección más sabia de su vida y se mantuvo en silencio, Declan
por otro lado...
—Señora...
—Y tú —espetó Mel, girando su arma—. Tú mantén la boca cerrada o me veré
obligada a decirle a Liam todas las cosas malas que has estado soñando con hacerme.
—¿¡Qué carajos!? —Antes de que pudiera parpadear, tenía una pistola en su
cabeza. Yo nunca pensé que tendría que dispararle a mi mejor amigo, pero
últimamente me había equivocado en muchas ocasiones.
—Baja tu arma, Liam.
345
Yo sólo miré al maldito bastardo hijo de puta que se atrevió a llamarse a sí
mismo mi mano derecha. —Joder no. Preferiría matarlo lentamente. Tal vez
prenderlo fuego.
Empujando a Declan, Mel se puso delante de mi arma. —No te estaba
preguntando. Baja el arma ahora.
—Vamos a tener que hablar después, primo. —Miré hacia él antes de hacer
lo que ella me pidió. Lidiaría con ella después, también.
—Ahora que toda tu sangre está bombeando en los lugares correctos —me
dijo entre dientes—. Adriana, entra.
Y, por supuesto, una mujer de pelo rubio y ojos verdes entró. Era atractiva,
en una forma algo puta, y sin duda no podría ser el patito feo, Adriana. Sin embargo,
ella se acercó a Mel con la cabeza bien alta y sacó un teléfono celular de su sujetador.
—¿Hay algo más que necesite, señora?
Santa madre de mierda. Efectivamente, esa voz pertenecía a Adriana.
Asintiendo, Mel puso el teléfono en su bolsillo trasero. —Gracias, Adriana,
no dudes en cambiarte. Espero que eso no fuera demasiado para ti.
—Nunca, señora —respondió Adriana, quitándose la peluca rubia—. Puse las
bombas por todo el complejo como lo pedió. Barren el lugar todas las mañanas, así
que esta noche es la única oportunidad que tiene.
—No te tocó, ¿cierto? —preguntó ella sin emoción alguna. Cualquier persona
que la conocía era consciente de que Mel sin emociones era tan despiadada como se
veía.
—No, señora. Yo era demasiado europea para él. Quería saborear la cultura
nativa. —Ella frunció el ceño, parpadeando rápidamente mientras se quitaba su
nariz falsa.
—Gracias, Adriana.
Adriana asintió antes de salir, y yo podía sentir que mi sangre comenzaba a
hervir.
¿Por qué mierda estoy tan desinformado en este momento? Me dije a mí mismo
mientras quebrajaba mi mandíbula. Caminando delante de ella, me incliné por el
otro lado de la mesa.
—Habla ahora —le dije, asustado de perder los estribos con ella. Un segundo
quería follarla hasta exprimir su cerebro, al siguiente, quería romperle el cuello. ¿Por
346
qué me torturaba tanto?
Ella se inclinó y susurró. —Creo que debo descansar.
—Mel...
—Después de que Adriana te avisara que yo estaba en el avión, la hice
seguirnos en un vuelo comercial. Hemos reducido la mayor parte de la oferta de
drogas de Vance, pero el dinero que gana de la trata es de mayor cantidad…
—¿Dejaste que Adriana fuera secuestrada? —Eso fue lo más imprudente que
jamás había oído hablar de ella. La trata no era una broma. Adriana fue
probablemente drogada a los pocos segundos de ser llevada. Podrían haber hecho
Dios sabe qué durante ese tiempo, y lo peor de todo, Adriana podría haber sido
quemada...
—Veo las ruedas del infierno girando en tus ojos, y necesito que respires —
me espetó—. Sí, dejé que Adriana fuera secuestrada, pero ella sabía lo que tenía que
hacer. Después de todo, no era la primera vez que Valero la había llevado. Esta vez
no fue en calidad de víctima, sino como un liberador de mierda. Así que, como decía
antes de que te creciera un corazón, Sr. Grinch, Adriana fue tomada desde el
aeropuerto. Lo que hizo, y cómo ella salió, no soy consciente de cómo mierda pasó.
Todo lo que importa es que su escondite está atado con bombas de cianuro.
—Quieres sacarlos con humo. —Declan sonrió acercándose, y al momento en
que lo hizo, apuñalé la mesa junto a su mano. Él me miró con los ojos muy abiertos
antes de dar un paso atrás.
—Los llenamos de humo como a las ratas, y los derribamos uno a uno
mientras que están cegados. —Neal sonrió, haciendo un círculo por los alrededores
de la guarida de Valero—. Ellos vendrán corriendo tan rápido como sea posible,
pero van a estar demasiado jodidos para siquiera apretar el gatillo.
—Tú planeaste todo esto en unas pocas horas. —Ni siquiera me molesté
tratando de ocultar lo impresionado que estaba. Volviéndome a Neal y Declan, hice
una seña para que se fueran. Declan estuvo en la puerta más rápido de lo que jamás
lo había visto moverse.
Ella se sirvió una copa de coñac, pero ninguno de los dos habló. Los dos
éramos demasiado testarudos para eso. Tomando el resto de mi bebida, me lamí los
labios.
—Te extrañé —le susurré. Ella era la única que podía sacar toda la lucha fuera
de mí y ponerla de nuevo al mismo tiempo—. Te extrañé, y a nosotros, quienes
éramos por ese breve momento entre odiándonos y perdiéndonos…
347 Yo no creo que alguna vez fuera capaz de decirlo en voz alta. Dolía mucho, y
no importaba qué tan bajo empujara, el dolor volvía de nuevo.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera me había dado
cuenta de que se había movido a mi lado hasta que sentí su mano en la mía.
Levantándola a sus labios, besó mis nudillos, y yo no podía dejar de gemir ante la
suavidad de sus labios. Cuánto tiempo había pasado desde que la besé. Como si
pudiera leer mi mente, ella tomó el lado de mi cara antes de besar mis labios. Ella
sabía a miel y casi me vengo en mis pantalones cuando mordió mi labio.
—Te he echado de menos, también —susurró—. Yo…yo necesitaba tiempo.
No sabía cuánto, pero yo sólo sabía que necesitaba un momento para estar…
—Para estar triste —terminé por ella, queriendo nada más que cerrar la
distancia entre nuestros labios.
—Sí. —Ella sonrió con tristeza, y yo quería borrarla de su cara—. Nunca fue
mi intención... Yo sabía que no podía ser de ninguna ayuda en la forma en la que me
encontraba. Espero que no te hayas acostumbrado a gobernar sin mí.
—Nunca. —Ahuequé su mejilla dirigiendo mi dedo por su labio inferior—.
Yo nunca podría gobernar sin ti. Te necesito, física, espiritual y emocionalmente.
—Yo también te necesito, pero tengo que encargarme de Saige. No puedo…
—Shh —murmuré mientras desabrochaba su pantalón.
Ella gimió mientras yo ahuecaba su culo levantándola sobre la mesa. —Liam
no tenemos tiempo...
—Lo sé. —Suspiré—. Sólo necesito una probada para calmarme.
Antes de que pudiera hablar, bajé sus pantalones y su ropa interior, besando
su frente, luego sus labios, antes de besar la parte superior de sus pechos. Incluso
mordí uno, lo que la hizo jadear mientras jugaba con su vagina.
—Liam...
—Cállate, Mel —le dije, cayendo de rodillas y permitiendo a mi lengua el
placer de degustarla.
Ella gimió cuando mi lengua fue más profunda dentro de ella, podía sentirla
meciéndose contra mi cara, pidiendo la liberación. Su humedad goteaba sobre mis
dedos mientras los metía en ella.
—Fóllame, Liam... —Ella agarró sus pechos, pellizcando sus pezones,
348 mientras me montaba.
—¿Qué pasó con lo de no tener tiempo?
—Haz tiempo. —Ella agarró un puñado de mi pelo, tirando de mí hasta su
cara. Besarla hizo a mi pene rogara por libertad. Sabiendo que se estaba probando a
sí misma en mis labios era casi demasiado.
—Has tenido suficiente control por un día, amor —susurré tomando control
de sus pechos. Yo quería que ella fuera mi perra, porque ya lo era. Ella tiró de mis
pantalones hasta que finalmente cayeron, permitiéndome la libertad que deseaba.
Tiré de ella fuera de la mesa y la volteé, cayendo de rodillas otra vez mientras
besaba su culo antes de morderlo y levantarme nuevamente.
—Li… ¡oww… ohh! —gritó ella cuando empujé mi pene directamente en su
culo.
—Me has hecho enojar —le dije agarrando su pelo mientras me estrellaba
contra ella con tanta fuerza que su culo se sacudía, rogándome por una bofetada, lo
que no tuve otra opción más que hacerlo.
—Has capturado mi corazón. —Tiré de ella, levantando su camisa y el
sujetador con el fin de exprimir la mierda de sus pechos con la mano izquierda. Mi
mano derecha viajó por su estómago hasta ahuecar su humedad.
—Mierda, Liam... —Ella envolvió su brazo alrededor de mi cuello.
—Tú me has vuelto medio loco —le dije, mordiendo su oreja antes de
empujarla de nuevo sobre la mesa.
—Me has hecho enamorarme de ti. —Agarrando su cintura, reduje mis
empujes sólo por un segundo antes de chocar contra ella de nuevo haciéndola gemir
palabras al azar.
—Me has convertido en un monstruo. —Me aferré a sus costados mientras la
cogía tan fuerte y rápido, que todo lo que una vez estuvo en la mesa cayó al suelo.
La follé sobre el maldito mapa del país y le encantó tanto que ni siquiera
podía hablar. Follé las palabras desde sus labios. No se vino una vez, ni dos, ni
siquiera tres veces, pero sí cuatro. Alcanzándome por detrás, agarró un puñado de
mi cabello, se levantó, presionando mi pecho. Su cara estaba tan cerca de la mía
cada vez que se vino, sus ojos se pusieron vidriosos como si estuviera llegando a un
nuevo nivel. Y la expresión de su rostro, la mirada de una mujer bien follada fue
demasiado buena para manejar.
349 Tiré de ella y casi se derrumbó de nuevo sobre la mesa cuando me vine por
toda su espalda y culo. Fue la cosa más gloriosa que jamás había visto.
—Eres un maldito imbécil… —dijo a través de jadeos. Siempre fingía que
odiaba cuando me venía sobre ella, pero secretamente lo amaba. La había reclamado
y le encantaba cuando era mi turno de dominar casi tanto como amaba hacerme su
perra.
Levantándose de la mesa, hizo todo lo posible por mantenerse erguida y sólo
sonreí, pasando la mano por mi cabello sudoroso.
—Diez minutos… podrías haberlo hecho mucho mejor. —Sonrió, quitándose
su camisa y usándola como una toalla.
—Tenemos crisis de tiempo, entre más rápido matemos a esos hijos de puta
más tiempo tendré después para hacerte el amor. Tenía que follarte una vez más por
si acaso. —Me reí, tirando arriba mis pantalones.
Al entrar al baño, ella negó con la cabeza hacia mí. —Nunca has tenido el
control suficiente para pasar la noche. La próxima vez, tú serás mi perra.
No podía esperar. Sólo tendría que lograr pasar la noche. Si el dinero, el
territorio y la venganza no eran motivo suficiente para matar a Vance y su gente, el
pensamiento de mi Mel controlándome era lo suficientemente fuerte para
empujarme a matar a todos. Esta guerra llegaría su fin. Me gustaría verlo, por el bien
de ella y de nuestra futura familia.
MELODY
Había estado esperando esto desde que salí del hospital. Mientras Liam
conducía a través de las llanuras del continente africano, respiré el aire de la noche.
Nunca me había sentido tan viva en toda mi vida. Mi momento con Liam fue bestial,
lujurioso y francamente pornográfico, sin embargo era justo lo que necesitaba para
respirar de nuevo. Me hizo sentir cosas que ningún otro hombre jamás podría hacer.
Sabía que no importaba lo que pasó, estaba enamorada de él.
Él me entendía. Me amaba. Y era todo lo que necesitaba. No estoy segura si
alguna vez podría demostrarle cuánto. De hecho, ni siquiera estaba segura si íbamos
a vivir. Sí, teníamos todo planeado y las ideas de Liam añadidas después de nuestro
pequeño jodido festival eran geniales, pero siempre había una posibilidad de que
las cosas salieran mal. Era la verdad que todos entendíamos… algunas veces
planificas todo y aun así terminas muriendo. No había nada que hacer sobre las
350 cosas que no conocías.
Liam nunca soltó mi mano mientras nos dirigíamos hacia adelante. Para
cualquiera, nosotros tendríamos que estar completamente locos. Pero para nosotros,
esta era la única manera de que esto termine. No podíamos esperar horas y horas
para regresar el golpe, esto no era una misión de la CIA. Era una guerra, entre
mafias, y esta vez Romeo y Julieta estaban en el lado correcto.
Cada momento que pasaba mientras él conducía se sentía como una hora, y
cuando estacionó el auto bajo un árbol y besó mis nudillos, estaba casi saltando de
mi piel. Necesitaba terminar con esto. Necesitaba ser de nuevo yo y la única manera
que sabía cómo hacer eso, era haciéndoles pagar.
Metió la mano en el asiento de atrás y sacó dos ametralladoras junto con tres
repuestos de diferentes tamaños antes de entregarme uno.
—¿Estás lista? —preguntó y fue una pregunta estúpida, porque él sabía la
respuesta.
Abriendo el teléfono de un tirón, marqué rápidamente antes de partirlo por
la mitad. Ninguno de nosotros tuvo que esperar mucho tiempo antes de que el
pequeño pueblo se sacudiera con tal violencia que la pudimos sentir en el auto. Los
pájaros volaron en dirección opuesta, junto con todo lo demás que vivió. Incluso las
nubes cubrieron la luna llena como si Dios mismo estuviera tratando de no mirar los
demonios que desatamos. Tomó todo lo que tenía no pensar en el día en que nuestra
casa se sacudió de esa manera. El humo blanco se extendió alrededor del edificio
como una enfermedad que se arrastraba en cada parte de la casa hasta que unos
hombres vinieron corriendo con las armas en la mano. La dosis fue al extremo
inferior de la escala. No quería que murieran. Los quería confundidos, aturdidos e
indefensos.
Liam ni siquiera dudó cuando salió del auto con su pistola firmemente
apretada en sus manos. También salté y esperé hasta que el último de ellos no
tuviera más remedio que venir tropezando antes de desatar una lluvia de disparos.
A través de un destello en el cielo, la tierra debajo de nosotros voló en el aire
mientras que Antonio, Neal y Jinx sobrevolaban. Entregándome una máscara de gas,
caminamos hacia delante con toda la facilidad del mundo, mientras nos daban
espacio. Los escuché toser tratando de sacar fuera el veneno en sus pulmones, así
que les hice un favor disparándoles.
Realmente no dábamos dos mierdas de quienes eran. En el momento en que
algo se movió, disparamos hacia abajo. Vance y Saige estarían en la habitación
351 segura así que no había necesidad de ser cuidadoso. Después de todo, queríamos
que murieran lentamente. ¿Esas perras esperaban que simplemente nos olvidáramos
de ellos? Mierda, no. Mujeres desnudas gritaban con todos sus pulmones mientras
trataban de escapar, bueno, al menos algunas de ellas, el resto simplemente se
sentaron y lloraron. Cuanto más nos adentrábamos por el pasillo, el agujero en
donde solía estar mi corazón parecía latir en mi pecho.
Sólo cuando llegamos a las puertas dobles Liam y yo nos miramos el uno al
otro antes de patearla. Allí, desnudos y encadenados a la cama, había un hombre y
una mujer, ambos en pánico y respirando las toxinas lentamente. Vance me
disgustaba. Tirando de sus cadenas el hombre me miró a los ojos antes de mirar a la
pared.
—Corran, idiotas —espetó Liam y ellos lo hicieron, corrieron hasta donde sus
piernas desnudas podían.
Caminando hacia el final de la pared, Liam llamó—: Vance, ¿estás vivo ahí
atrás? —preguntó y al no tener respuesta, puse un ladrillo detonador contra la pared
antes de que ambos pusiéramos una almohada en contra. Cayendo atrás de la
cómoda, sonreímos ante el sonido del metal contra metal rompiéndose. No nos
pudimos mover ya que la lluvia de balas vino hacia nosotros como un enjambre de
abejas.
—Salgan, salgan, de donde quieran que estén —cantó ella y no quería más
que rasgarle la garganta. Pero Liam me retuvo agarrando mi muslo.
—¿Vinieron a buscarnos? —Se echó a reír—. ¿Esto es porque maté a tu pobre
bebé? No lo siento. ¡Lo haría de nuevo!
Todo lo que podía ver era rojo y antes de que Liam o incluso Dios mismo me
pudiera parar, salté detrás del mostrador. Ella ni siquiera dudó antes de disparar,
una bala me pegó justo en el pecho y si no hubiera sido por el chaleco antibalas, me
hubiera ido.
Ignorando el dolor, me levanté de un salto corriendo hacia adelante antes de
saltar y patear su cara. Su cuerpo voló atrás del espejo antes de deslizarse hacia
abajo. Agarrando un pedazo del espejo, corrió hacia mí, pero Liam, el puto
controlador de perra, le disparó a través de la muñeca.
—¡No! —le grité. La pelirroja era mía.
Él me miró rápidamente antes de correr a la habitación segura.
A Saige, sin embargo, ni siquiera le tomó un segundo antes de que viniera
hacia mí con el gran trozo de cristal.
352
Dejando caer mi arma, le di un puñetazo justo en la nariz, le di un codazo en
el cuello y pateé fuertemente sus rodillas, enviándola hacia abajo. Sólo fue cuando
ella estaba de rodillas, que hice hacia atrás la mía y la llevé con todas mi fuerzas
hacia su cara.
Ella cayó hacia atrás y justo cuando estaba a punto de agarrarla del cabello,
una cuerda se ató alrededor de mi cuello, ahogándome.
—He estado esperando hacer esto desde el primer día en que te vi —susurró
Ryan en mi oído mientras luchaba por respirar. El pinchazo se aferró a mi pecho—.
Creo que sólo voy a dejarte inconsciente, de esa manera podrás despertarte conmigo
sobre ti.
Justo cuando todo se hacía negro, su agarré en mí se fue cuando su cuerpo
cayó al suelo por la bala en su cráneo. Liam se puso de pie frente a mí, su nariz
respiraba como un toro. El infierno se reflejó una vez más en sus ojos. Fue entonces
cuando Saige pensó que sería una buena idea tratar de apuñalarlo, pero antes de que
pudiera, agarré su brazo y se lo retorcí hasta que escuché un ruido repugnante y su
brazo se quedó inerte.
—Vance tenía una motocicleta, se ha ido —dijo Liam, pero sabía que él estaba
enojado. Él quiso que esto terminara ayer.
—Y nunca lo vas a atrapar —dijo Saige, desde su lugar debajo de nosotros….
como jodidamente debería de ser.
—Pronto vas a morir, así que voy a dejar que sepas este pequeño hecho
divertido. —Me agaché, mirándola a los ojos—. Esto va a doler, vas a llorar y justo
cuando tu alma abandone tu cuerpo, vas a rogarle a Dios, y ni siquiera Él te mostrará
misericordia.
Con eso, le di un puñetazo en su cara y puso los ojos en blanco.
Miro hacia Liam, sonrió lanzándome su teléfono.
Adivina quién está conduciendo hacia nosotros, decía el mensaje. Odiaba las
adivinanzas, pero sólo por esta vez me gustaría disfrutar del juego mientras dure.
353
LIAM
—Vance, Vance, Vance. —Sonreí al hombre encerrado y amordazado frente
a mí. Se veía tan débil, tan… no valía mi tiempo. Una vez hubo un momento en que
me atreví a preocuparme acerca de que él estuviera más allá de mí. Él era un viejo
hombre pervertido con amigos rusos.
—He soñado con matarte desde que era un niño —le dije, arrancando la
mordaza de su boca—. Pensé en tantas maneras de destruirte y tengo que decir que
está fue una de ellas.
—¿Crees que esto ha terminado? —preguntó Vance y Mel le dio un puñetazo
en la mandíbula.
—Amor, él es mío para sacarle la mierda. —Le fruncí el ceño, ella levantó las
manos antes de inclinarse contra el árbol con Saige frente a ella.
354
Nuestros hombres se reunieron a nuestro alrededor, todos mirando con gozo,
orgullo y sobre todo entusiasmo. Se habían criado disfrutando de mis métodos de
tortura y el odio en silencio. De cualquier manera, esto había sido desde hace mucho
tiempo.
—¿Qué estabas diciendo? —le pregunté sacando un cuchillo—. ¿Algo de no
estar terminado?
Vance sonrió. —Estúpido irlandés bastardo. ¿Pensaste que estaba
preocupado? Ni siquiera sabes lo que viene. Yo era tu amortiguador, sin mí ella
vendrá después por ti.
—No tienes sentido, Vance —suspiré pasando la navaja contra su mejilla—.
Y no tienes mucho tiempo para explicar.
De nuevo, Vance sonrió, mirando por encima de mí a Mel. —Ella es
despiadada, ¿no? Igual que su madre.
En ese momento los ojos de Mel se estrecharon.
—Oh, ¿eso es rabia? —preguntó él y le di un puñetazo en la cara, enviándolo
contra su espalda, pero sólo se rió.
—Corrección, eso es rabia. —Sonrió antes de toser con sangre y alguno de sus
dientes—. Sin embargo pobre pequeña Melody, la niña que perdió a su madre
trágicamente en mis manos. Pero, ¿espera?
Se rió como un loco. —¡Ella ni siquiera está muerta!
—¿De qué estás hablando, Vance? —respondió Mel disparándole en el
tobillo.
Pero Vance era tan de metal, que ni siquiera se inmutó.
—Quiero decir, mi dulce niña, tu madre está viva, tu madre y tu abuelo
realmente están vivos. Gobernando en secreto. Sólo han estado esperando que nos
matemos los unos contra los otros y que recogiéramos los pedazos. —Él suspiró
sacudiendo la cabeza.
—Estás mintiendo —siseé, disparándole a su otro tobillo.
—Tal vez —dijo, cayendo sobre su espalda—. O tal vez todos esos años
casada con Giovanni Orlando “Manos de Hierro” la cambiaron, convirtiéndola en
alguien oscuro y despiadado. Después de todo, la manzana no puede caer lejos del
árbol. Pero pronto lo verás. Ella es intocable, todos ellos son intocables.
Mel y yo descargamos nuestras armas contra él, sin detenernos hasta que la
última bala estuvo en su cuerpo.
355
Agarrando a Saige por el cabello, Mel la obligó a estar al lado del cuerpo caído
de Vance. Tirando de su camisa rasgada, Mel la miró a los ojos.
—¿Estaba diciendo la verdad?
Saige sólo sonrió. —Vete a la mierda tú, tu madre y todos tus hombres.
Tomando una respiración profunda, Mel dio un paso hacia atrás.
—Desnúdenla.
Los ojos de Saige se ensancharon mientras los hombres se acercaron a ella. —
¿Harás que me violen? —Trató de no mirar asustada. Todos los hombres se
encogieron ante la idea.
—Nadie te desea, puta —dijo Fedel detrás de ella, haciendo que los hombres
se rieran mientras se acercaban. Sin pensarlo dos veces, ellos le arrancaron la ropa,
dejándola de pie ensangrentada y sucia.
—Tienes la oportunidad de dejar este mundo de la misma forma en que
entraste —dijo Mel, sosteniendo su mano mientras Adriana le entregaba un par de
tijeras.
—Primero, a raparte. —Pateando su rodilla mala, Mel agarró un puñado de
su cabello y lo cortó. Lo sacó todo de Saige hasta que había manchas rojas de su
cabello. Cuando terminó, agarró las esposas donde Saige estaba y la esposó a la parte
trasera del Jeep.
—En segundo lugar, grita.
La rabia, el fuego, el dolor en los ojos de Mel dejaron en claro a todo el mundo
que no la detuvieran hasta que hiciera sufrir a Saige y esta era la única manera. Mel
iba a arrastrar su cuerpo por Dios sabe cuántas millas hasta que Saige muriera a
causa de una conmoción o pérdida de sangre. Los animales harían el resto.
—Por favor… por favor… no hagas esto. Yo…. —Mel sólo le metió un calcetín
a la boca.
—Una vida por una vida —susurró Mel—. Te cruzaste con la familia
equivocada.
Monte mantuvo el auto abierto para ella y sonrió a través del espejo.
—Esto va a hacerte mucho más daño a ti de lo que nos dolerá a nosotros —
dije antes de entrar por la puerta del pasajero. Puesto en marcha el motor, Mel pisó
el acelerador con fuerza y los gritos llenaron el cielo de la mañana, pero yo sólo puse
música. Finalmente estábamos en la cima del mundo.
356
—¿Cuándo tomaste mi puto CD? —espetó Mel mientras conducía más
rápido.
—Tu gusto por la música es una mierda, amor.
—Sólo porque no me gusta la mierda clásica y la vieja escuela de hip hop, no
significa que sea una mierda.
—Todos esos artistas son auto-sintonía de todos modos. Me gusta la música
verdadera —dije, subiéndole un poco para ahogar los gritos.
—¿Qué mierda es esto? —Ella miró a la radio.
—MC Ren —dije y ella me miró. Sonriendo, empecé a rapear junto a él,
haciendo que sus ojos se ensancharan antes de que estallara en un ataque de risa.
—Eres un chico blanco con el culo pálido de Chicago Elite. No se te permite
tratar de rapear esto.
—Odiosa. —Guiñé un ojo mientras ella sonreía. Por primera vez en mucho
tiempo, los dos nos sentimos como que pudiéramos simplemente relajarnos.
Mirando a los leones cuando se levantaron para otro día, me preguntaba si
seríamos diferentes. Después de todo, maté, comí, dormí y follé como ellos lo hacían.
Yo era el rey de la selva y la mujer a mi lado era mi reina.
Epílogo
“Al igual que Alejandro Magno y Cesar,
357
MELODY
—Cinco. —Besé su nariz.
Escuchando los fuegos artificiales me aparté de él, por mucho que protestara,
pero quería ver todo el esfuerzo que Evelyn puso. Agarrando mi bata, me paré en la
ventana viendo como todos celebraban como unos tontos ebrios.
—Sabes que dicen que el primer año de matrimonio es el más difícil —dijo
Liam, besando mi hombro. Gimiendo, me apoyé en su contra.
—¿De verdad? Juro que ha sido más que eso. —Rió, tratando de desatar mi
bata, pero le di una palmada en sus manos para que se alejara.
—Contrólate. Tenemos una reunión, ¿recuerdas? —A pesar del hecho de que
lo deseaba por igual, esto era importante.
Rodando los ojos por él, tiré de los pantalones de mi pijama. —¡Puedo usar
lo que sea que quiera! Así que vámonos, la familia está esperando.
358 Toda su actitud cambió cuando Liam tomó asiento en su silla mientras yo me
senté en el escritorio.
—Gracias a todos por venir —dijo Liam con frialdad—. Como todos saben,
este ha sido un año estresante. Sin embargo, eso es lo que pasa cuando se toma un
estado.
Los ojos del senador Colemen se abrieron mientras nos miró con la boca
abierta. —¿Quieren que me postule a presidente? ¿Han perdido la cabeza? ¿Esto es
una broma?
Miré al idiota. —No, esto es una orden, ¿o ha olvidado quién ha financiado
todos los eventos de su otra campaña?
El Senador Colemen negó con la cabeza. —Eso es imposible. No sólo soy parte
de un partido impopular en este momento, sino que estoy divorciado y sólo he
estado en el Senado por unos pocos años.
—En cuanto a tu esposa —dijo Liam, haciendo una seña a Adriana quién
abrió la puerta para revelar a la ex señora Coleman.
—Tal vez somos todos poderosos, pero no somos Dios. No queremos crear el
mundo, queremos ser los dueños de él. —Liam se levantó de su silla.
Para el final, seríamos intocables, ¿y qué mejor manera de hacerlo que con el
Presidente de Estados Unidos en tu bolsillo trasero?
LIAM
Cuando todos se fueron, sólo Declan y yo nos quedamos en el estudio
mientras la luz del sol poco a poco empezaba a arrastrarse por las persianas mientras
se elevaba sobre el bosque. Un año nuevo, un montón de problemas nuevos, ni
siquiera estaba seguro de cómo empezarle a decir a Melody.
—Compruébalo de nuevo, Declan —ordené, vertiendo líquido marrón al
vidrio cristalino, esto era sólo… joder.
—Liam, lo he comprobado más de una docena de veces en las últimas dos
semanas. Nada cambiará el hecho qué…
—Jodidamente no te atrevas a decirlo —espeté, apretando el cristal—. Si lo
dices con tanto convencimiento, entonces es cierto. Y si es verdad, seré yo el que
tenga que explicarlo. Jodidamente no quiero explicar eso.
360 —Liam, es tiempo que enfrentemos esto. Lo sabes. Yo lo sé. Es hora que
Melody lo sepa.
Era más fácil decirlo que hacerlo. Me pellizqué el puente de la nariz y crují mis
nudillos, tratando de aliviar la tensión de mi cuerpo.
—Hemos sido tan felices, Declan —dije en voz baja, mirando el sol mientras
bebía lentamente—. Ella ha estado tan feliz. ¿Cómo le digo que todo lo que sabe es
una mentira?
Él hizo una pausa, tomando una respiración profunda mientras caminó a mi
lado en la ventana. —Mejor que lo escuche de ti, a que lo descubra ella misma.
Me entregó la carpeta una vez más, y miré a la mujer con el cabello corto y
negro y la piel oliva. De pie, alta y orgullosa con sus gafas de sol.
—Ellas se parecen tanto.
—Son parecidas, Liam, y toda la evidencia muestra que Vance tenía razón.
Hay mucho más de lo que sabíamos. No sólo Aviela Giovanni, madre de Melody,
no está muerta, sino que ha estado detrás de todo. No sólo te quiere matar a ti, sino
que a su propia hija.
—¿Y Orlando lo sabía?
—Hizo lo que estás tratando de hacer ahora y protegerla. Pero dudo que
funcione más tiempo. Aviela Giovanni acaba de entrar a los Estados Unidos.
Y justo así, pude sentir las puertas al infierno abriéndose.
—Que Dios tenga piedad de nuestras almas cuando Mel se entere.
361
Nació en Montreal, Canadá y actualmente está
estudiando Humanidades en la Universidad de
Carleton.
362
THE UNTOUCHABLES
RUTHLESS PEOPLE #2)
Un secreto. Multiples victimas.
La familia es todo… pero, ¿qué pasa cuando ellos salen de tu sangre? Todo lo que
han pasado no es nada comparado con lo que viene…
364