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A pesar de ser catalogada como la madera de la década de los años 80 en la industria de la fabricación de
muebles y la carpintería de obra, el Guayacán amarillo es hoy en día una de las especies comerciales de las
que se desconocen sus características particulares por lo cual, es confundida frecuentemente con otras que
también reciben el nombre de guayacán.
Éste, propio del bosque húmedo tropical y bosque muy húmedo tropical y que crece
potencialmente en elevaciones bajas presentando como importante ventaja que no exige,
para su crecimiento, buenos suelos, se encuentra distribuido de forma natural en Centro y
Sur América en Venezuela, Panamá, las Guyanas Británicas, Ecuador, Bolivia y Brasil.
Entre los más comunes están: balaúste, balaustre colorado ó guayacán del río en
Colombia, Aráriba, Aráriba amarelo, Aráriba tinga, Arauva, Baracuitara, Guararoba,
Lei-nova, Oleo amarelo Potumujo en Brasil; amarillo de Guayaquil o amarillo en Panamá;
Tejeyeque, Tarara amarilla o Huasicucho en Bolivia; Amarillo lagarto, Amarillo Guayaquil o
Palalisandro en Ecuador; Canary wood, Porcupine wood o Zebra wood en Estados Unidos;
Marosimo en Portugal, Redwood en la Guyanas británicas y Araribá amarillo en Francia.
El Hábitat y El Árbol
En bosques primarios, se caracteriza por ser una especie imponente que puede alcanzar
una altura hasta de 30 metros y un diámetro de 1.20 metros. Su tronco es recto y cilíndrico;
su corteza externa es levemente fisurada y presenta un color grisáceo, mientras su corteza
interna es de color blanquesino y exuda una resina roja.
Sus flores ofrecen un atractivo color morado o amarillo que lo convierten en un árbol de
gran belleza ornamental; sus hojas son alternas compuestas e imparipinnadas y poseen de
seis a nueve pares de folíolos subopuestos, vellosos, de base subcordada y ápice
acuminado. Su fruto está cubierto en la parte superior de aguijones o espinas y posee un
ala membranosa de hasta nueve centímetros de largo.
La Madera
Como una de sus características y ventajas físico mecánicas más sobresalientes esta su
excelente comportamiento al momento de transformarla y trabajarla. Es fácil de labrar
utilizando, tanto herramientas manuales como maquinaria compleja lo que facilita las
operaciones de aserrar, tallar, tornear, perforar, lijar, encolar y laquear.
Aunque esta madera presenta una durabilidad natural medianamente resistente al ataque
de hongos e insectos y al exponerse en usos exteriores su condición ofrece una resistencia
que abarca entre cinco y diez años, las técnicas usadas para su preservación generalmente
no dan buenos resultados ya que el material se muestra difícil de tratar por los sistemas de
vacío-presión o inmersión, en los que la albura presenta una penetración incompleta
(retención de 50 a 100 kg/m3) y el duramen es imposible de inmunizar sea cual sea el
método utilizado.
Por otro lado, las empresas madereras la han explotado sin tener en cuenta los mínimos
requerimientos técnicos para su aprovechamiento, talando los individuos de mayor porte
que son los ideales para la diseminación natural de la especie, causando daño a los
individuos más jóvenes y provocando así la rápida desaparición del Guayacán amarillo.
Por este motivo este documento dictó una serie de recomendaciones para el manejo
forestal de la especie en esta región, concentradas en delimitar áreas de protección que no
deben ser taladas y mediante este método, mantener un grupo de individuos que preserven
la población natural de la especie; controlar la retirada de maderas hasta que existan datos
suficientes para su vigilancia o hasta que se establezcan los mecanismos para alejarla del
peligro de impactos negativos. Igualmente se ha presentado la posibilidad de establecer un
banco de germoplasma del Guayacán amarillo que genere de los individuos seleccionados
su reforestación y de esta manera, preservar las características físico-mecánicas que le
confieren valor comercial.
Sin embargo, para el Ingeniero Forestal Jairo Silva, profesor de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas, es necesaria una actividad de promoción de la especie ya que
por su capacidad de fijar el nitrógeno del aire en los suelos y mediante el uso adecuado de
sus semillas, se pueden enriquecer rastrojos, rescatar áreas verdes o mejorar terrenos para
la agricultura, recurriendo a los sistemas agroforestales.
Fuentes:
- Técnicas de manejo de semillas para algunas especies forestales. CONIF. Mayo de 1990.
Bogotá.
- www. Conservación.info. Documento elaborado por León Morales Soto sobre la familia de
las Fabaceae.
- Oscar Escobar, Jorge Ricardo Rodríguez. “Las Maderas en Colombia”, Fascículos 44, 63
Y 64. SENA, Regional. Antioquia, Chocó y Centro Colombo canadiense de la Madera.
Medellín, 1995.