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Derecho Constitucional II Apuntes PDF
Derecho Constitucional II Apuntes PDF
1.1- Introducción.
Las dimensiones de la libertad más relevantes para los regímenes democráticos actuales son:
La que permite el desarrollo libre del sujeto individualmente o a través de los grupos en que
se integra.
La libertad así conceptuada, en sus vertientes pública y privada, se manifiesta en una pluralidad
creciente de D y libertades concretos que afectan a diversos ámbitos de la vida del hombre.
En Grecia y Roma la distinción entre hombres libres y esclavos era considerada como natural. El
cristianismo reivindica ciertos ámbitos humanos que deben quedar bajo la potestad del poder
religioso.
En la Baja Edad Media los primeros D reconocidos alcanzan solo a una pequeña parte de la
población, carecen de sistemática y suelen tener carácter temporal.
En España, los fueros o las cartas pueblas recogían privilegios locales de carácter fiscal, acotando el
poder de la nobleza y del monarca.
En la Carta Magna inglesa (1215), Juan sin Tierra se obligaba a respetar ciertos D de los barones de
su reino.
El debate entre Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria a raíz de los excesos de los
conquistadores y colonos en América llevó a enunciar una serie de principios, como que todos los
hombres nacen igualmente libres, y que, por tanto, tienen capacidad para elegir a sus gobernantes.
Esta doctrina influyó en las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542, protectoras de
los D de los indios, abriendo el camino para el reconocimiento de otras libertades.
1.2.3- El Humanismo renacentista y la Reforma.
Los principios humanistas de Erasmo, aplicados a la vida religiosa, llevaron a la Reforma de Lutero.
Este defendía que el hombre es únicamente responsable ente Dios. La Reforma provocó la
exigencia del reconocimiento de la opción religiosa personal. Es el precedente de la libertad
religiosa e ideológica.
Petition of Rights (1627): incorpora las libertades que deben ser respetadas en adelante por
el Rey (Carlos I la aprobó).
Habeas Corpus Amendment (1679): establece la puesta a disposición del juez de cualquier
detenido en un plazo determinado.
Bill of Rights (1689): primera declaración de carácter nacional, limita el poder de la Corona
y afirma el del Parlamento.
Características comunes:
Los precedentes están inspirados por la tradición del Common Law y por el iusnaturalismo
racionalista:
Ambas declaraciones positivan los más característicos principios del iusnaturalismo racionalista:
Soberanía popular.
La C americana de 1787 no incorporó una declaración expresa de D, que aparece con las primeras
10 enmiendas (Bill of Rights) en 1791:
Universalidad: los D se hacen universales para los hombres, excluyendo en muchos casos a
las mujeres, especialmente en cuanto a la participación política.
Sin ser un texto revolucionario en sí mismo, la Declaración contribuyó a la desintegración del orden
feudal, inició la consideración de los D como inherentes al hombre y protegidos por la ley, estimuló
el proceso de codificación, consagró la libertad de pensamiento y la tolerancia religiosa, con la
consecuencia de la secularización del Estado, y favoreció el capitalismo y la industrialización, con
el acceso al poder de la burguesía.
1.4- Los D durante los s. XIX y XX.
El régimen liberal emergente en los albores del s. XIX tenía por objetivo la lucha contra el Antiguo
Régimen. El constitucionalismo ofrecerá cobertura jurídico-formal a este movimiento durante
bastantes años.
En Francia, el régimen liberal, en su ruptura con el Antiguo Régimen, supuso una revolución
burguesa o liberal. Se duda de si tal revolución burguesa llegó a producirse realmente en España.
Con una burguesía débil y una economía esencialmente agraria, la transformación social y política
fue más lenta y gradual, con periodos revolucionarios y contrarrevolucionarios intercalados.
Durante el s. XIX España conoció 8 constituciones y diversos proyectos. Nunca tuvieron valor
normativo supremo, era la ley la que cubría amplios ámbitos relativos a D y libertades.
La mayoría de las C del s. XIX incorporaron formalmente algunos D, pero su eficacia quedaba
vulnerada con frecuencia por la poca sujeción del poder político al D y por la falta de valor
normativo supremo de la C.
Las C de 1812, de 1837, la nonata de 1856 y la de 1869, de corte liberal, incorporaron un amplio
catálogo de D y libertades. Las C conservadoras de 1834 y 1845 restringieron tanto los D como las
garantías para su ejercicio.
Tras la Guerra Civil, el régimen franquista supuso un paréntesis constitucional hasta la aprobación
en referéndum el 6 de Diciembre de 1978 de la CE en vigor.
Como resultado de las dos grandes guerras del s.XX, el mantenimiento de la paz y el
reconocimiento de D y libertades son objetivos comunes en el ámbito internacional,. Evolución:
La Commonwealth: surgió a partir de 1907 para unir Gran Bretaña con los llamados
Dominios (Canadá, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, India e Irlanda).
Se creó el Consejo de Europa para la defensa de los D y libertades, formada inicialmente por
el Benelux, Francia, Italia, Dinamarca, Suecia y Gran Bretaña. Sus órganos eran el CM, una
Asamblea consultiva, la Comisión y el Tribunal Europeo de DH. En 1950 se aprueba el
Convenio de Roma, para la salvaguarda de los DF y libertades públicas.
2- La función de los D.
Partiendo de la función general de configurar y proteger una esfera de libertad individual, se pueden
distinguir las siguientes funciones específicas de los D:
La función de disenso, con objeto de prevenir el abuso por parte de las mayorías,
fortaleciendo así la propia libertad, aunque disienta de la mayoría.
3- Las generaciones de D.
La doctrina ha dividido y clasificado los D en generaciones que se corresponden con los sucesivos
modelos de Estado de D y siguen una evolución paralela.
El Estado liberal de D y las constituciones escritas que lo formalizaron tomaban como principio la
limitación jurídica del poder como garantía de la libertad individual.
La 2º generación de D, que aparece en la 2º mitad del s. XIX incorpora cierta extensión del
sufragio (solo masculino) y ciertas libertades públicas, así como el D de asociación.
En el Estado social el sector privado y el sector público interactúan, avanzando la política social
hacia la igualdad real desde la igualdad formal.
La 3º generación de D incluye:
D de la comunicación y la información.
D en la red.
4- El sistema de D y libertades.
En el OJ español coexisten normas emanadas de los órganos centrales del Estado, de los órganos de
las CC AA y de organizaciones, instituciones o acuerdos internacionales. Estas últimas revisten
especial importancia en lo que respecta a los D y libertades, dado el reconocimiento y tutela que
éstos han encontrado en el ámbito internacional.
D de la UE.
D Internacional.
Constitución.
D de los Órganos centrales del Estado.
D de los Órganos territoriales (CC AA., regiones, estados federales, etc.).
D de otros entes territoriales.
Entendiendo por fuentes del D el origen de las normas jurídicas, en el sentido de ``aquello a lo que
el ordenamiento confiere la virtualidad de crear normas´´, se han aceptado como tales el D escrito,
la jurisprudencia, la costumbre, los PGD y, en el ámbito constitucional, las convenciones
constitucionales.
En nuestro ordenamiento comparte importancia con las fuentes escritas la jurisprudencia emanada
del TC, siendo menor la relevancia de la costumbre y de los PGD.
Podemos entender por fuente del D: ``diversas categorías o tipos normativos a través de los cuales
se incorporan normas jurídicas al ordenamiento´´, siendo entonces norma o precepto el contenido
material inserto en una fuente.
El OJ se puede definir como un conjunto sistemático de normas. Se rige por diversos principios,
destacando los de:
Jerarquía: clasifica las normas del OJ en función de su mayor o menor rango normativo.
Competencia: distingue las normas en función del órgano que tenga atribuida la facultad de
su elaboración.
El OJ contiene asimismo valores, principios e instituciones que las propias normas expresan o
aluden. En él coexisten normas de diverso rango, así como normas emanadas de centros legislativos
de diferentes niveles territoriales.
Interesa por ello la jurisprudencia del TS, con competencia en todo el territorio nacional, la de los
TSJ de las CC AA y, sobre todo, en materia constitucional, la del TC.
Según el art. 1.1 LOTC, el TC, ``como intérprete supremo de la C, es independiente de los demás
órganos constitucionales y está sometido solo a la CE y a la presente LO´´. De acuerdo con la CE y
la LOTC, el TC es competente para conocer:
De la cuestión de inconstitucionalidad.
De los conflictos de competencias entre el Estado y las CC AA o de los de éstas entre sí.
De las impugnaciones por parte del G contra las disposiciones y resoluciones adoptadas por
los órganos de las CC AA.
La jurisprudencia del TC es fuente del D. Destacan sus sentencias interpretativas, en las que el
TC realiza una interpretación de uno o más preceptos legales en relación con uno o más artículos
constitucionales, determinando la interpretación válida y las sentencias manipulativas, que evitan
declarar la invalidez de una ley alterando en cierta medida su tenor literal, con lo que varían el
contenido dispositivo de la norma.
La interpretación que de una ley hace el TC se incorpora al texto y tiene el rango de éste. Asimismo,
la interpretación del TC de los preceptos constitucionales es igualmente vinculante para todos.
La actividad jurisdiccional del TC ha permitido definir nuevos D con base a otros reconocidos
en la CE o en sus valores o principios y redefinir el contenido esencial y alcance de D
constitucionales para dar respuesta a nuevas situaciones y demandas sociales.
Aunque en la CE no exista norma expresa en este sentido, es legítimo que el TC como máximo
intérprete de la CE pueda definir o redefinir nuevos D siempre que se mantenga dentro de los
cauces de la interpretación y no de la manipulación. Así ha sucedido con D como la libertad sexual,
el D a la reproducción, a la objeción de conciencia de los médicos, o a no someterse a determinados
tratamientos médicos, etc.
Los primeros textos constitucionales codificados aparecen a finales del s. XVIII: la C de EEUU en
1787, surgida del deseo de independencia, y poco después la francesa, como oposición al
absolutismo monárquico.
El art. 16 de la DDHyC 1789 establece: ``Toda sociedad en la cual la garantía de los D no está
asegurada ni la separación de poderes establecida no tiene C´´.
Las C configuran el poder como una construcción de la sociedad o del pueblo, en la cual éste se
reserva zonas de libertad e instrumentos de participación y control efectivos, de modo que el poder
no pueda nunca pretender ser superior a la sociedad, sino sólo su instrumento. La formalización de
las C en documentos escritos y codificados pretende plasmar en la norma de las normas los
principios esenciales de la comunidad política.
La supremacía de la C frente a las demás leyes fue confirmada en EE UU con la resolución del caso
Madison contra Madbury en 1803. En ella el juez Marshall, presidente del TS, consideró que la C es
la norma suprema de la comunidad política y que, por ello, las demás leyes deberían respetar sus
principios.
La tradición constitucional española se decantó por considerar la C como una norma más del OJ,
limitándose a ofrecer cobertura jurídica a la actuación de las fuerzas políticas y fácticas en cada
momento. La C republicana de 1931, por el contrario, declaró la supremacía de la C sobre el resto
del OJ, creando un TCG (Tribunal de Garantías Constitucionales).
La CE actual, en su art. 9.1 proclama: ``Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la
C y al resto del OJ´´. La CE es un texto normativo pleno. Esta vigencia inmediata ha tenido gran
trascendencia en materia de D y libertades. Según ha declarado el TC:
5- Contenido de la C y D.
La CE consta de 169 artículos más un preámbulo (que no tiene valor normativo). Está estructurada
en 11 Títulos (el primero es el Título Preliminar), 4 disposiciones adicionales (D forales y de
régimen fiscal de Canarias), 9 disposiciones transitorias, una disposición derogatoria (que afecta a
todas las disposiciones contrarias a la CE) y una disposición final, estableciendo que la CE entrará
en vigor el mismo día de su publicación (29-XII-1978).
Disposiciones adicionales:
Establece que la mayoría de edad no perjudica las situaciones amparadas por los D
forales en el ámbito del D privado.
La parte dogmática de la CE contiene los valores y principios del régimen constitucional, y la parte
orgánica contiene la regulación de los órganos y poderes públicos. Incluye un amplio catálogo de
D y libertades, contenidos sobre todo en el Título I.
En cuanto a los D incorporados a los EE AA reformados, aunque presentan similitudes, no hay una
absoluta identidad entre ellos. Una gran mayoría se relaciona con materias sobre principios de
política social y económica, materias referidas a DF y a aspectos no regulados en la CE pero
incluidos en documentos internacionales o en la UE. Junto a estas materias los EE AA también
incorporan:
Principios rectores:
Garantías:
1- La construcción europea.
1.1- Origen.
La génesis de la UE ha estado presidida por la búsqueda de una paz estable. Los inicios, en la 1º
mitad del s. XX, se vieron frustrados por las dos GM.
La propuesta francesa de poner la producción franco-alemana de carbón y acero bajo una alta
autoridad común abierta a la participación de otros países europeos marcó un hito fundamental en la
construcción europea. El resultado fue la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y
el Acero) en el Tratado de París de 1951.
Desde el Tratado de Bruselas se instituyen un Consejo y una Comisión comunes, surgiendo así la
CEE o CE, denominación que se mantendría hasta el Tratado de Maastricht. El D originario
comunitario contenido en estos tratados ha sido luego modificado.
Austria, Suecia y Finlandia se adhirieron en 1995, siendo ésta ya la primera ampliación de la UE,
posterior al Tratado de Maastricht y con el Mercado Único europeo en vigor.
1.3- El D de la Unión.
El D comunitario está formado por los tratados constitutivos, sus modificaciones posteriores y
por las normas y actos emanados de las instituciones comunitarias en razón de sus respectivas
competencias.
Las relaciones entre el D Comunitario y los D internos de los EE MM discurren a partir del
Principio de Competencia, por el que los Estados Nacionales reconocen la competencia exclusiva
de las instituciones europeas para regular determinadas materias.
D originario: compuesto por los Tratados constitutivos y sus reformas. Es vinculante para
todos los EE MM y directamente aplicable siempre que el propio Tratado no difiera tal
aplicación a una norma ulterior. Constituye el marco básico y superior del ordenamiento
comunitario en tanto no entre en vigor la C Europea.
D derivado o secundario: formado por las normas emanadas de las instituciones de la UE,
habilitadas para ello por los Tratados constitutivos y sus reformas. Las normas
fundamentales del D derivado son:
Efecto directo: establece que los Estados, al suscribir un Tratado, reconocen una naturaleza
específica al D comunitario que permite su invocación por los nacionales ante sus
respectivas jurisdicciones. Este efecto directo afecta al D originario y a los Reglamentos de
D derivado.
En el caso de las Directivas, se suele considerar un efecto indirecto, si bien podrían tener,
en ciertos casos, efecto directo si cumplen las siguientes condiciones, según el TJ:
No rige entre ambos el principio de ley posterior, ya que una norma nacional
posterior a una comunitaria no puede restar eficacia a ésta.
España ingresó en la UE junto con Portugal en 1986. El Capítulo 3º del Titulo III de la CE 1978
se dedica íntegramente a los TI con vistas a este ingreso, distinguiendo:
Tratados que requieren autorización de las Cortes mediante LO: ``Mediante LO se
podrá autorizar la celebración de Tratados por los que se atribuya a una organización
internacional el ejercicio de competencias derivadas de la CE´´.
Los TI, válidamente celebrados y una vez publicados oficialmente, pasan a integrarse en el
ordenamiento interno, pudiendo solo derogarse, suspenderse o modificarse de conformidad con las
normas previstas en los propios tratados o bien conforme a las normas generales de D internacional.
Existe, por otro lado, un control a posteriori de los Tratados mediante el Recurso y la cuestión de
inconstitucionalidad. Ante una sentencia estimatoria de inconstitucionalidad, tanto el
incumplimiento como la declaración de inconstitucionalidad de alguna de las partes de un Tratado
pueden llegar a generar responsabilidad internacional del Estado.
2- El Tratado de Lisboa.
2.1- Origen.
El Tratado de Lisboa se firmó en 2007 y cerró la grieta creada por el fallido intento de dotar a la UE
de una C. Fue una conferencia intergubernamental en la que también participaron la Comisión y el
Parlamento Europeo. Se elaboró un Tratado que modificó los Tratados vigentes con el fin de
aumentar la eficacia y legitimidad democrática de la UE y la coherencia de su acción exterior.
Marco institucional: se elige presidente del Consejo Europeo por dos años y medio. Se
introduce la vinculación directa entre la elección del Presidente de la Comisión Europea y
los resultados de las elecciones europeas.
3- Los D en la UE.
Dicha ausencia se vio paliada en parte por la inclusión de la libertad de circulación y la prohibición
de discriminación en relación con la nacionalidad y el sexo entre las competencias reconocidas a las
instituciones comunitarias en el Tratado de Roma.
La doctrina del TJ ha logrado introducir el respeto por los DF como criterio de validez del D
comunitario, así como contribuir a la consolidación del principio de primacía, consolidando su
propia posición como institución comunitaria.
Prosigue en el art. 119. 4: ``Con objeto de garantizar en la práctica la plena igualdad entre hombres
y mujeres en la vida laboral, el principio de igualdad de trato no impedirá a ningún EE MM
mantener o adoptar medidas que ofrezcan ventajas concretas destinadas a facilitar al sexo menos
representado el ejercicio de actividades profesionales o a evitar o compensar desventajas en sus
carreras profesionales´´.
4- El TJ y los DF.
STJ Stauder de 1969: confirma que los DF de la persona forman parte de los principios
generales del D Comunitario.
STJ Internationale Handelsgesellschaft de 1970: afirma que corresponde al TJ determinar
el elenco de D y libertades, utilizando como criterio las tradiciones constitucionales
comunes a los EE MM.
Los TC de Italia y Alemania han cuestionado la doctrina del TJ, al considerar que la ausencia de
un catálogo de DF en el ordenamiento comunitario podía hacer posible que el D comunitario
incurriera en una posible violación de DF reconocidos en las respectivas C nacionales.
El Consejo de Colonia en 1999 adoptó una Decisión relativa a la elaboración de una Carta de DF de
la UE, que debería tomar como base D y principios reconocidos en el Convenio de Roma, así como
las tradiciones constitucionales comunes de los EE MM, considerando asimismo los D económicos
y sociales reconocidos en la Carta Social Europea y en la Carta comunitaria de los D sociales
fundamentales de los trabajadores.
La Carta de los DF de la UE recoge en un único texto, por vez primera en la historia de la UE, el
conjunto de D civiles, políticos, económicos y sociales de los ciudadanos europeos y de todas
las personas que viven en el territorio de la UE.
Dignidad humana.
D a la vida.
D a la integridad de la persona.
Prohibición de la tortura y de penas inhumanas o degradantes.
Prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado.
Ámbito de aplicación.
Alcance e interpretación de los D y principios.
Nivel de protección.
Prohibición del abuso del D.
El Tratado por el que se instituye una C para Europa es un documento único por varios motivos:
La Carta se incorporó a la Parte II del Proyecto de C Europea, cuyo proceso de ratificación está
abierto, siendo previsible que se culmine con éxito en los próximos años.
El segundo se refiere a los D que ya habían sido consagrados por el Tratado constitutivo de
la Comunidad Europea.
El objeto de esta disposición es mantener el nivel de protección que ofrecen actualmente en sus
respectivos ámbitos de aplicación el D de la UE, el D de los EE MM y el D internacional.
El primer objetivo de la Carta es hacer que los DF contenidos en ella sean lo más efectivo posibles
en la UE. El respeto de los DF fomentará la confianza entre los EE MM, de los ciudadanos y de
estos con los poderes públicos nacionales y europeos.
El art. 6 del Tratado de la UE ya preveía esta adhesión, y fue reformado por el Tratado de Lisboa.
Establece dicho precepto: ``la UE se adherirá al Convenio para la protección de los DH y de las
Libertades Fundamentales, esta modificación no modificará a las competencias de la UE que se
defienden en los Tratados´´.
Las organizaciones internacionales más relevantes que se han ocupado de la protección y garantía
de los D y libertades son: la ONU, el Consejo de Europa y la UE.
Tras la II GM, se creó la ONU con los fines de preservar la paz, la justicia, promover el progreso
social y ``reafirmar la fe en los DF del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en
la igualdad de D de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas´´.
La Carta de las Naciones Unidas determina asimismo que la organización promoverá ``el respeto
universal a los DH y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de
raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales D y libertades´´.
En 1946 la ONU aprobó la creación de la Comisión de DH, cuyo trabajo llevó a la elaboración y
aprobación de la Carta Internacional de DH, que comprende:
Surge en 1993 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DH para la tutela de los D y
libertades, con dependencia directa del Secretario General.
Los diferentes tratados de la ONU han generado los correspondientes órganos de promoción y tutela
de los D y libertades, en forma de comités especializados.
Dichos Comités pueden recibir denuncias individuales previa aceptación del Estado de esa concreta
competencia, salvo en el caso del Comité contra la Tortura, que posee tal facultad de investigación
aún sin reconocimiento de competencia por parte del Estado en cuestión.
Recientemente se han creado los Tribunales Penales Internacionales, en relación con crímenes de
guerra.
Tiene su sede en la Haya (Holanda), fue instituida por la Carta de Naciones Unidas como órgano
judicial de las Naciones Unidas. Se compone de 15 miembros que son elegidos entre ``personas
que gocen de la más alta consideración moral y reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio
de las más altas funciones judiciales en sus respectivos países o que sean jurisconsultos de
reconocida competencia en D Internacional´´.
Solo los Estados pueden ser parte en los casos que se someten a la Corte.
La Corte tiene también competencias consultivas, de forma que la Asamblea y el Consejo General
pueden solicitar opiniones consultivas a la Corte sobre cualquier cuestión jurídica.
La Corte tendrá competencia en todos los litigios que las partes le sometan y todos los asuntos
previstos en la Carta de Naciones Unidas o en los Tratados o Convenios vigentes.
El Estatuto de la Corte establece las bases conforme a las cuales la Corte decide sobre las
controversias que se le someten.
Las convenciones internacionales que establecen reglas expresamente reconocidas por los
Estados litigantes.
Las decisiones o doctrina de los juristas de mayor competencia da las distintas naciones. En
el caso de que haya controversia, la propia Corte tiene competencia para decidir sobre el
asunto.
Asamblea General.
Consejo de Seguridad.
Consejo Económico y Social.
Consejo de Administración Fiduciaria.
Corte Internacional de Justicia.
Secretaria.
4- El Consejo de Europa.
Tras el Congreso de La Haya se crea en 1949 por el Tratado de Londres el Consejo de Europa,
formado por Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Francia, Gran Bretaña Dinamarca, Irlanda,
Italia, Noruega y Suecia.
Con sede en Estrasburgo, contó en principio con un Comité de Ministros y una Asamblea.
Posteriormente se crearon la Comisión y el Tribunal Europeo de DH. Desde la aprobación del
Protocolo 11º, éste último ha asumido las funciones de garantía de los D y libertades.
Hoy el Consejo de Europa cuenta con 46 miembros, manteniendo los fines fundacionales de
defensa de la paz, la justicia y la unión de sus miembros para la consecución del progreso
económico y social, en torno a la idea del Estado de D y al reconocimiento de los DH y de las
libertades fundamentales.
4.2- El Convenio Europeo para la Protección de los D del Hombre y de las Libertades
Fundamentales.
Conocido también como Convenio de Roma, entró en vigor en 1953 (en España, en 1979).
Siguieron varios protocolos adicionales que lo completaron y modificaron, aunque no todos fueron
ratificados por todos los Estados, ni todos están hoy vigentes.
El Convenio de Roma no se limita a reconocer o promover los D, sino que los garantiza con
una eficacia mayor de la que había sido habitual hasta ese momento. Los D reconocidos en el
Convenio pueden agruparse en 3 niveles:
D intangibles e inderogables:
D a la vida.
Prohibición de tortura o tratos inhumanos o degradantes.
Prohibición de la esclavitud y la servidumbre.
Principio de legalidad penal e irretroactividad de las penas más severas.
D a la tutela judicial de los D.
En 1961 se firmó en Turín la Carta Social Europea, completada y enmendada por Protocolos
Adicionales. En ella se reconoce el objetivo común de promover y proteger los D sociales.
Convenio sobre Protección de las Personas por el Tratamiento Informatizado de Datos de Carácter
Personal.
El Protocolo 11 dio respuesta a los problemas surgidos del aumento de las demandas de protección,
así como la necesidad de reforzar la eficacia de la protección de los DH y libertades fundamentales
contenidos en el Convenio. La reforma que supuso sobre el procedimiento anterior pretendía:
El aumento extraordinario del volumen de trabajo del TEDH a raíz de la entrada en vigor de este
Protocolo ha planteado la solicitud de medios suplementarios, así como la necesidad de una nueva
reforma.
Integran el TEDH un número de jueces igual al de las Altas Partes Contratantes, que serán
elegidos entre juristas de reconocida competencia por la Asamblea Parlamentaria, en razón de cada
Alta Parte Contratante, por mayoría absoluta de votos, de una lista de tres candidatos presentada
por ésta.
Una vez elegidos (por 6 años), los jueces son independientes y no representan a sus respectivos
países.
Son reelegibles y pueden estar en activo hasta los 70 años. Gozan, durante el ejercicio de sus
funciones, de los privilegios e inmunidades del art. 40 del Estatuto del Consejo de Europa. No
pueden ser detenidos ni perseguidos en los territorios de los EE MM por opiniones o votos emitidos
en el desempeño de sus funciones. El Tribunal puede actuar en:
Pleno: reunión de todos sus miembros. Elige al Presidente, a uno o dos Vicepresidentes, a
los Presidentes de Sala, a uno o varios secretarios y aprueba su reglamento.
Gran Sala: integrada por 17 jueces incluyendo el Presidente, los Vicepresidentes, los
Presidentes de Sala y, en cada caso, el Juez elegido en representación de un Estado parte en
el litigio.
4.5.2- Funciones.
El TEDH entiende de todos los asuntos relativos a la interpretación y aplicación del Convenio
y sus protocolos de conformidad con los arts. 33 (asuntos entre Estados), 34 (demandas
individuales) y 47 (opiniones consultivas) del Convenio.
Pueden acceder al Tribunal los Estados o los nacionales (personas físicas o jurídicas). Tiene
funciones consultivas a instancia del Comité de Ministros.
El Plazo para acudir al Tribunal es de 6 meses a partir de la fecha de resolución interna (dentro del
EE MM) definitiva.
No admitirá ninguna demanda a título individual que sea anónima o sea esencialmente la misma
que otra ya examinada anteriormente.
El Tribunal podrá cancelar una demanda en cualquier momento del procedimiento si se comprueba
que el demandante ya no está dispuesto a mantenerla, que el litigio ha sido ya resuelto o que por
cualquier otro motivo ya no resulta justificado proseguir con el examen de dicha demanda.
Sin embargo, el TEDH deberá continuar con el examen de la demanda si así lo exige el respeto a los
DH garantizado en el Convenio o sus Protocolos.
Una vez admitida la demanda, el Tribunal procederá al examen contradictorio con los
representantes de las partes implicadas y realizará las indagaciones pertinentes.
Seguidamente promoverá un arreglo amistoso, que respete los términos del Convenio y sus
Protocolos. Si se alcanza tal acuerdo, el Tribunal cancelará el asunto mediante resolución, en un
procedimiento confidencial.
Si el Tribunal aprecia violación del Convenio o sus Protocolos y el D interno solo pueden reparar de
modo imperfecto, concederá al demandante una satisfacción equitativa.
4.5.5- La sentencia.
Las sentencias fundamentadas de las Salas podrán ser remitidas a la Gran Sala en un plazo de 3
meses.
Un colegio de 5 jueces de entre sus miembros aceptará la demanda de remisión si plantea una
cuestión grave de interpretación o aplicación del Convenio o sus Protocolos. La sentencia de la
Gran Sala será definitiva.
Las sentencias deben ser motivadas y públicas, adoptándose por unanimidad o por mayoría, en
cuyo caso puede unirse a la sentencia el voto particular del juez discrepante. La sentencia se remite
al Comité de Ministros, que vela por su ejecución.
El Tribunal puede emitir opiniones consultivas a petición del Comité de Ministros sobre
cuestiones jurídicas relativas a la interpretación del Convenio o sus Protocolos. La Gran Sala
examina las solicitudes de opiniones consultivas, adoptando su informe por mayoría de votos. Cada
juez puede formular opinión separada (concordante o disidente), o bien presentar una Declaración
de Disconformidad.
La CE 1978 fue elaborada a través del método de consenso, por el cual cada partido político cedía
en algunos de sus postulados con objeto de alcanzar un resultado final común.
El actual Título I: De los D y deberes fundamentales, proviene del Título II del Anteproyecto de
C, si bien los 37 artículos originales pasaron a ser 46. Las fuerzas políticas se dividieron ante la
cuestión de cómo tratar el catálogo de D en el texto constitucional:
UCD defendió una enmienda al art. 13 del Anteproyecto en la que se declaraba que la CE aceptaba
los D reconocidos en diversos convenios y TI, omitiendo así una relación expresa de los D y
libertades.
El Título I: De los D y Deberes Fundamentales, de la CE 1978, comprende los arts. 10-55, ambos
incluidos. Su estructura interna es la siguiente:
Art. 10: dignidad de la persona, reconocimiento de los D como fundamento del orden
político y la paz social. Se otorga valor a los TI para la interpretación de éstos.
Capítulo IV: De las garantías de las libertades y DF (arts. 53-54). Garantías normativas
e institucionales y Defensor del Pueblo.
La CE sistematiza los D del Título I en función de las garantías que la propia CE les otorga.
Se intentó evitar los problemas aparecidos en otros Estados con C consensuadas respecto del
desarrollo de los D y garantías.
La mayoría de los D se encuentran en el Título I, pero existen otros fuera de este Título.
La CE no reconoce diferente naturaleza a las libertades públicas con respecto a los D. Las
diferencias residen en las diferentes garantías normativas, jurisdiccionales e
institucionales que reciben.
2.2.1- D constitucionales.
Son los D reconocidos en la CE, sin entrar a analizar su alcance ni sus garantías.
2.2.2- DF.
Representa la protección constitucional que reciben algunas instituciones que son consideradas
necesarias en la organización política del Estado.
La Garantía institucional obliga a los poderes públicos a dotar a una determinada institución
citada en la CE de una regulación precisa que proteja su pervivencia e impida su desnaturalización.
Inicialmente este tipo de protección se otorgó a determinadas instituciones públicas; más tarde, se
amplió a instituciones de D privado y, finalmente, a instituciones sociales.
2.3- D estatutarios.
2.4- D legales.
Incluyen los D comunitarios de aplicación directa en España por aplicación del principio de
competencia entre el ordenamiento interno y el comunitario, con aplicación preferente de éste
último en el ámbito de las competencias cedidas.
Positivista: los D solo existen como tales si cuando son incorporados al OJ, encuentran su
fundamento en la iniciativa jurídico-política.
Por otro lado, dentro del sistema constitucional democrático, asentado en el concepto de Estado de
D, es donde la lucha por las libertades se ha desenvuelto más ampliamente, limitando la acción del
poder político y articulando las garantías precisas para que las esferas de libertad de los individuos
puedan ejercerse con plena autonomía.
Hoy día debe admitirse una mutua influencia entre ambas corrientes: el positivismo ha
incorporado valores y principios considerados inherentes al ser humano y el iusnaturalismo se ha
positivizado cuando tales valores y principios se han incorporado al OJ. Los valores naturales se
han convertido en valores democráticos, ganando en concreción y garantías. La democracia permite
así una mayor concreción de la justicia que ningún otro régimen.
3.2- Los valores y principios como fundamento de los D.
El art. 1.1 CE incorpora como valores superiores del OJ la libertad, la igualdad, la justicia y el
pluralismo político. Dichos valores poseen una triple dimensión:
De la justicia, siendo el valor con quizá mayor carga simbólica, debe aceptarse su relatividad.
Podría definirse como el objetivo del D para la realización de la condición humana.
La libertad es el valor básico que da sentido a los demás. Sin libertad no existe justicia, ni
podemos hablar de verdadera igualdad. Su desaparición desvirtuaría el tipo de Estado y el régimen
democrático implantado en la CE.
Con respecto a la relación entre valores y principios, ambos se complementan, siendo los valores
conceptos muy amplios a los que los principios dan concreción. Los valores proporcionan criterios
de interpretación, mientras los principios pueden alcanzar una proyección normativa. En caso de
conflicto entre dos principios, se utilizará la regla de la ponderación, buscando la optimización del
principio basado en los valores constitucionales.
La dignidad de la persona.
Los D inviolables que le son inherentes.
El libre desarrollo de la personalidad.
El respeto a la ley y a los D de los demás.
En Europa, la acción del Tribunal Europeo de los DH ha representado una protección efectiva de
aspectos sustanciales de la dignidad humana. El Consejo de Europa aprobó el Convenio sobre
Biomedicina y DH, reconociendo la dignidad humana en su art. 1.
La Convención Americana sobre DH establece asimismo que toda persona tiene D al respeto de
su honra y al reconocimiento de su dignidad.
4- Naturaleza de los D.
Cada uno de los D reconocidos en la CE puede ser portador en sí mismo de un orden propio
de valores que el intérprete debe precisar mediante las reglas de interpretación habituales.
Para conseguir tanto la finalidad genérica como la finalidad concreta de los D y libertades
resulta imprescindible que su ejercicio se regule específicamente, lo cual es una
necesidad del propio ordenamiento para garantizar el libre ejercicio de los D.
El D subjetivo representa la habilitación del sujeto para invocar una norma y hacer valer la
pretensión de que otros adopten un determinado comportamiento o permitan que el sujeto realice
una determinada actividad sin intromisiones.
Para ello y con carácter general el OJ exige que el sujeto posea una determinada capacidad que
le permita ser titular del D en cuestión. El OJ distingue:
Capacidad jurídica: capacidad de ser destinatarios de los efectos jurídicos previstos por la
norma y, por tanto, sujeto o titular de los D subjetivos que de ella derivan. Esta capacidad
jurídica es reconocida por el OJ español tanto a las personas físicas como a las personas
jurídicas.
La personalidad y con ella la capacidad jurídica se adquiere con el nacimiento y se pierde por la
muerte. La minoría de edad y determinadas incapacidades de las personas (demencia) son
restricciones de la capacidad de obrar.
3- Titularidad de los D.
Es persona física el sujeto primario y esencial del catálogo constitucional de D, pero la titularidad
de personas jurídicas en relación con algunos D y libertades ha sido recogida también en nuestro
ordenamiento y confirmada con la jurisprudencia del TC.
Algunos D vienen atribuidos a la persona física por su propia naturaleza (matrimonio...). Por otro
lado, el reconocimiento de determinados D a las personas jurídicas deriva de la necesidad del
tráfico o de la convivencia, con objeto de tutelar aspectos concretos de su desenvolvimiento en la
sociedad; la finalidad genérica de los D reconocidos a estos entes debería ser promover y favorecer
el desarrollo de las personas en el seno de la sociedad.
En casos concretos, las personas jurídicas tienen fines políticos, en cuyo caso el reconocimiento
de sus D implica también favorecer el acceso de los ciudadanos a otros D individuales o a otros
bienes constitucionales. Así sucede, por ejemplo:
Con los partidos políticos, que son asociaciones privadas que articulan funciones
constitucionales.
Con el D que se reconoce a las personas jurídicas (y también a las físicas) para crear
centros docentes.
Se reconoce a las personas jurídicas, además de la titularidad de aquellos D que la C les atribuye
directamente, también otros. El propio texto constitucional permite esta interpretación cuando, en
algunos de sus preceptos, se alude a la persona jurídica y a entidades, comunidades o grupos.
Las personas jurídicas no gozan de todos los D que se les reconocen a las personas físicas, pero
la titularidad de aquellas en relación con algunos D y libertades fundamentales rige para las
personas jurídicas nacionales en la medida en que, por su naturaleza resulten aplicables a
ellas.
La titularidad del D que establece el art. 24 CE corresponde a todas las personas físicas y
personas jurídicas a quienes el ordenamiento reconoce capacidad para ser parte en un
proceso, y está sujeta a la potestad jurisdiccional de Jueces y Tribunales.
Sin embargo, la proliferación de entidades públicas que actúan con cierta independencia podría
llevar a la necesidad de revisar esta doctrina jurisprudencial en el futuro.
Por último, reseñar que el TC parece haber reconocido, con carácter excepcional, la titularidad de
algunos D a grupos que carecían en sentido estricto de personalidad jurídica.
No se puede defender el reconocimiento de una titularidad general para todos los D pues implicaría
que en los casos en los que el sujeto no pudiera ejercer el D directamente (minoría de edad), podría
suplirse la falta de capacidad mediante representante, cosa que no sucede de manera general.
Existen D constitucionales cuyo ejercicio es de carácter personal y no admiten intermediario
(sufragio, objeción de conciencia, matrimonio...) en estos casos, parece que debe concluirse que,
aun existiendo capacidad jurídica, no hay titularidad del D concreto.
En nuestro sistema de D, podemos distinguir los siguientes supuestos en relación con la atribución
de la titularidad:
Por tanto, para determinar quién sea el titular de un D en cada caso debe acudirse obviamente al
texto constitucional, pero es igualmente inexcusable la consulta a los TI, a la legislación de
desarrollo y a la jurisprudencia del TC.
Art. 139.1 CE: ''todos los españoles tienen los mismos D y obligaciones en cualquier parte
del territorio del estado''.
Art. 149.1 CE: enumera las materias de competencia exclusiva del estado, y establece
como la primera de ellas la regulación de las condiciones básicas que garanticen la
igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los D y en el cumplimiento de los deberes
constitucionales.
El art. 13 CE recoge los criterios básicos en torno al reconocimiento y ejercicio de los D de los
extranjeros en España: ``Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que
garantiza el presente título en los términos que establezcan los tratados y la ley´´.
Existe en la CE una cláusula abierta por la cual serán los tratados y las leyes las que determinen el
estatus de los extranjeros en materia de D y libertades, dentro de los reconocidos en el Título I.
El TC ha declarado que la expresión libertades públicas debe ser interpretada en un sentido amplio
y, por tanto, comprende también a los D. También ha señalado que los extranjeros gozan en
España de los D vinculados a la dignidad personal reconocida en el art. 10.1 CE.
La cláusula general que contiene el art. 13.1 CE queda limitada respecto al D de participación
política por lo establecido en el apartado 2: ``solamente los españoles serán titulares de los D
reconocidos en el art. 23, salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda
establecerse por tratado o ley para el D de sufragio activo y pasivo en las elecciones
municipales´´.
Esta ley reconoce también la condición de refugiado en los términos contemplados en los
tratados y convenios internacionales.
L 4/85. De extradición pasiva (LEP): regula la extradición pasiva, con todas las garantías.
Este acto de soberanía, conforme a la ley española, requiere reciprocidad.
7- La edad.
Que el menor de edad no sea titular del D por ser la edad requisito necesario para la
atribución de dicha titularidad (D de sufragio, trabajo...).
Que se atribuya la titularidad del D al menor de edad pero que, por carecer éste de la
capacidad de obrar que acompaña a la minoría de edad, no pueda ejercerlo y/o defenderlo
directamente y precise de un representante.
Convenio sobre los D del Niño, adoptado por la Asamblea General de la ONU.
Legislación estatal:
Legislación autonómica:
Cataluña.
Ley 11/85, de protección de Menores.
Ley 37/91, sobre medidas de protección de los menores desamparados y de la
adopción.
Ley 8/1995, de atención y protección a los niños y los adolescentes y de
modificación de la ley 37/91, sobre medidas de protección de los menores
desamparados y de la adopción.
El art. 12 CE establece que la mayoría de edad se adquiere a los 18 años. A partir de este
momento y si no existe otra causa de restricción, el sujeto adquiere la titularidad de aquellos D
que requieren mayoría de edad y el pleno ejercicio de todos los que tenía y los que ha
adquirido como consecuencia de su mayoría de edad.
En la legislación sobre los D de los menores se han venido consolidando ciertos principios
generales que articulan el marco jurídico imprescindible para la regulación de éstos:
Principio de interés superior del menor: la ley prima el interés superior de los menores
sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
1.1- Concepto.
En la regulación constitucional de los D y libertades es cada vez más frecuente la exigencia de que
la ley respete su núcleo básico o contenido esencial. Esta exigencia se encuentra en el art. 53.1 CE,
que determina que el desarrollo legislativo deberá respetar el contenido esencial del D.
Sin embargo, nada dice la CE acerca del concepto y alcance del contenido esencial de los D como
reconoció el TC. La CE no determina cuál sea el contenido esencial de los D y libertades, por tanto,
las controversias deber ser resueltas por el propio TC.
El art. 17 del Convenio Europeo de DH prohíbe cualquier acto que pueda llevar a la destrucción de
los DF, y la Carta de los DF de la UE determina que cualquier limitación de los D reconocidos en
ese texto debe ser establecida por ley y respetar su contenido esencial.
El TC aprecia cierta recepción de estas tesis en numerosas sentencias relativas a los D y libertades
en los que éstos aparecen con una doble naturaleza jurídica: subjetiva y objetiva.
El TC señaló que para tratar de aproximarse a la idea de contenido esencial cabe seguir dos pasos:
Tratar de buscar los intereses jurídicamente protegidos como núcleo y médula de los D
subjetivos: ``se puede entonces hablar de una especialidad del contenido del D para hacer
referencia a aquella parte del contenido del D que es absolutamente necesaria para que los
intereses jurídicamente protegibles que dan vida al D, resulten real, concreta y efectivamente
protegidos´´.
El art. 53.2 CE establece la obligación de respeto del contenido esencial de los D regulados en el
capítulo II, del Título I, por tanto, esta garantía del desarrollo legislativo de los D no se refiere a la
totalidad de los D constitucionales ni legales, sino tan solo a un grupo específico de D. El TC ha
confirmado este ámbito acotado al establecer que la cláusula de respeto al contenido esencial no es
aplicable al Capítulo III del Título I.
El respeto al contenido esencial de los D del Capítulo II no debe llevarnos a considerar que el resto
de los D constitucionales podrían ser regulados de manera que quedaran desnaturalizados o
resultaran impracticables, ya que el valor normativo supremo de la C obliga a:
Interpretar y aplicar sus normas de manera plena y eficaz, y el carácter de los D como
instituciones jurídicas constitucionalmente reconocidas y dotadas de un sentido propio.
El respeto al contenido esencial de los D contenidos en los arts. 14-38 es una reiteración
garantista frecuente en la CE, producto de las circunstancias históricas en las que se elaboró el texto
constitucional y del deseo de los constituyentes de romper con los principios del régimen anterior.
El TC declaró que no existen en el ordenamiento español ``D ilimitados´´. Todos los D tienen
sus límites.
La doctrina ha defendido el carácter limitado de los D, que no son, por tanto, absolutos, sino
que deben articularse en un sistema en el que sea posible el ejercicio de todos ellos.
Algún sector doctrinal ha defendido que algunos D constitucionales son absolutos. Avala esta
posición la redacción de algún precepto constitucional, como sucede con el D a la integridad física
y moral reconocida en el art. 15 CE, en el que la C afirma que nadie puede ser sometido a tortura ni
a penas o tratos inhumanos o degradantes.
Límites constitucionales:
Límites derivados del mandato contenido en el art. 10.2 CE, que obliga a
interpretar las normas relativas a DF y libertades constitucionales de
conformidad con la DUDH y los tratados y acuerdos internacionales sobre la
misma materia ratificados por España.
4- Clasificación de los D.
4.5.1- D individuales.
4.5.2- D colectivos.
1- La interpretación.
Ha de ser posible una actualización del programa constitucional sin caer en rupturas,
mutaciones constitucionales silenciosas, ni revisiones apócrifas.
Gramatical.
Lógico.
Histórico.
Sistemático.
La interpretación consistirá en una discusión del problema entre varios aplicadores-intérpretes, que
se sirven de varios puntos de vista. Los distintos tópicos tendrán como función:
Este método considera que en la lectura de un texto normativo hay una precomprensión de su
sentido por parte del intérprete, existiendo varios presupuestos de la tarea interpretativa:
La relación entre texto y contexto tiene lugar a través de la mediación del intérprete, configurando
el llamado ``círculo hermenéutico´´.
Considera que la norma comprende parte de la realidad social. Contempla los siguientes principios
de la interpretación constitucional:
Principio de máxima efectividad o eficiencia: según el TC, la ley debe ser interpretada de
la forma más favorable para la efectividad de todos los D y la máxima aplicación de su
contenido.
CC: las reglas sobre interpretación de las normas contenidas en el Título Preliminar y los art. 2 y 3
CC son aplicables en su mayor parte a todo el ordenamiento, manteniéndose en el CC por tradición
histórica.
CE: el art. 10.2 CE establece que las normas relativas a los DF y a las libertades que la CE
reconoce se interpretarán conforme a la DUDH y los tratados y acuerdos internacionales sobre
las mismas ratificados por España.
Según el TC, a partir de la entrada en vigor de la CE es un imperativo para todos los poderes
llamados a aplicar la ley interpretarla conforme a aquella, debiendo rechazarse la aplicación de una
regla que conduce a un resultado opuesto al que el precepto constitucional considera deseable.
Siendo posibles dos interpretaciones de un precepto, una ajustada a la CE y otra no, debe
admitirse la primera.
El art. 10.2 CE establece que las normas relativas a los DF y a las libertades que la CE reconoce
se interpretarán conforme a la DUDH y los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas ratificados por España. Además de la citada declaración, este criterio de interpretación
abarca los siguientes acuerdos internacionales:
ONU:
Consejo de Europa:
Tratados constitutivos.
Tratado de Maastricht.
Tratado de Ámsterdam.
Tratado de Niza, proclamando la Carta de DF de la UE.
El ejercicio libre del D hasta donde no vulnere otro D o bien protegido por la CE.
La mayor efectividad del D.
La manifestación de la fuerza expansiva de los D.
El D comunitario originario está integrado por los Tratados constitutivos de las Comunidades y
por los Tratados de modificación de aquellos.
A juicio de la cátedra, tal afirmación debería matizarse en relación con los Tratados constitutivos y
sus modificaciones posteriores, al estar vinculados por lo establecido en el art. 93 CE y sujetos a
control de constitucionalidad previo y posterior.
En 1789 la DDHyC afirmaba que la sociedad en la cual ``la garantía de los D no está asegurada ni
la separación de poderes establecida, carece de C´´. Tales preceptos siguen siendo en la actualidad
un requisito inexcusable de cualquier estado democrático, siendo, además, el segundo instrumento
del primero: la garantía y plena vigencia de los D.
Los D y libertades sostienen el sistema democrático y forman un elemento objetivo del sistema. Por
ello, junto a la conveniencia de asegurar su libre ejercicio nos encontramos también ante la
necesidad de tutelar el propio orden constitucional del que aquéllos forman parte, para lo cual
puede resultar preciso interrumpir temporalmente la vigencia de algunos D y libertades
reconocidos, ya sea respecto de personas concretas y en situaciones determinadas (suspensión
individual de los D), o en situaciones de crisis constitucionales (estados excepcionales).
Las garantías son instrumentos jurídicos de aseguramiento de los D y libertades y, por tanto,
del valor normativo de la CE.
La eficacia de los D y libertades requiere unos instrumentos jurídicos que permitan restablecer o
preservar los DF de los ciudadanos ante actuaciones de los poderes públicos o de otros ciudadanos
que los amenacen o vulneren.
En los Estados modernos, las garantías se extienden en los mismos ámbitos que los D a los que
aseguran; así podemos distinguir, en materia de garantías, un ámbito interno y uno internacional.
La CE ha otorgado gran relevancia al sistema de protección de los D y libertades, siendo este uno
de los criterios de clasificación de los D constitucionales.
2- Garantías normativas.
Los D y libertades deben no sólo ser respetados por los poderes públicos sino que también son
eficaces en las relaciones entre particulares.
Los poderes públicos deben quedar vinculados por los D contenidos en el Capítulo III, puesto que el
reconocimiento, respeto y protección de los principios reconocidos en el Capítulo III, del Título I,
informará la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos.
Título preliminar.
DF, sección 1º , capítulo II, Título I.
La Corona, Título II.
La revisión total de la CE.
La CE otorga garantía de la rigidez constitucional a todos los D con las siguientes matizaciones:
El art. 86.1 CE establece que no podrán regularse mediante Decreto-Ley, entre otros, los D,
deberes y libertades de los ciudadanos regulados en el Título I. Se distinguen dos tesis sobre esta
previsión:
En la regulación de los D y libertades es cada vez más frecuente la exigencia de que la ley respete
su núcleo básico o contenido esencial. La idea de contenido esencial representa la prohibición de
que se regule un D de manera que, como afirma nuestro TC, desfigure y difumine los límites del D
hasta hacerlo irreconocible. Se trata pues, de que el desarrollo de un D no destruya su contenido
material convirtiéndolo en un D puramente formal.
2.5- D-garantía.
Algunos instrumentos de tutela se presentan bajo la forma de D concretos que garantizan aspectos
de otro del cual dimanan. La CE ofrece ejemplos significativos: el D a la intimidad personal
concreta un aspecto de la libertad personal. El más destacado es el D a la tutela judicial efectiva,
configurado como un D-garantía de todos los demás D.
Medio de aseguramiento de D y libertades que consiste en prohibir que el sujeto sea obligado a
realizar determinados actos que pondrían en peligro el libre ejercicio de alguno de sus D
constitucionales.
En este sentido, el art 16.2 CE establece que nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología,
religión o creencias.
Cuando se requiere resolución judicial previa a determinados actos de los poderes públicos,
como la suspensión o disolución de asociaciones o la entrada en domicilios particulares.
Cuando se prohíbe realizar determinados actos que podrían alterar el libre ejercicio de los D
y libertades, como la censura previa.
3- Garantías jurisdiccionales.
Son aquellas que pueden ser instadas para prevenir o reparar la vulneración de un D. Estos medios
de aseguramiento pueden manifestarse en forma de procesos, ya sean judiciales ordinarios o
especiales, y también pueden consistir en mecanismos de garantía que operan dentro de dichos
procesos. En la CE podemos distinguir entre:
Es un medio de tutela de los D y libertades a través de las garantías jurisdiccionales que son
comunes a todos los bienes e intereses del OJ, respecto del cual debemos distinguir la tutela
judicial efectiva que se sustancia ante los Jueces y tribunales ordinarios y el recurso de
inconstitucionalidad ante el TC.
Los D contenidos en el art. 14 y la Sección 1ª del Capítulo II del Título I se tutelarán ante los
Tribunales ordinarios conforme a un procedimiento basado en los principios de preferencia y
sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el TC. Este último recurso también
se aplicará a la objeción de conciencia.
Es una garantía genérica del contenido de la CE que se configura como un medio de defensa de la
integridad del contenido del texto fundamental y un medio de control de los propios poderes
públicos respecto de la actividad legislativa de las Cortes. . Opera tanto en la protección de los D
y libertades como en otros aspectos contenidos en el texto constitucional
Procede interponerlo ante el TC contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley que
pudieran haber vulnerado cualquier precepto constitucional. La CE reconoce legitimación para
interponer el recurso a:
El Presidente del G.
El Defensor del Pueblo.
50 Diputados o más.
50 Senadores o más.
Los órganos colegiados ejecutivos de las CC AA y, en su caso, las Asambleas de las mismas.
Si durante un procedimiento judicial el juez debe aplicar una ley de la que no está seguro de su
constitucionalidad, eleva al TC una consulta, quedando el procedimiento en suspenso hasta que el
TC decida sobre la consulta del órgano jurisdiccional.
Solo se podrá plantear cuestión de inconstitucionalidad una vez concluso el procedimiento y dentro
del plazo para dictar sentencia o resolución judicial. Se debe concretar la disposición con fuerza de
ley que se cuestiona, el precepto constitucional que se supone infringido y explicar en qué medida
la decisión del proceso depende de la validez de la norma en cuestión.
Sumariedad: proceso que tiene limitado su objeto, los medios de pruebas y otros
elementos del proceso a fin de conseguir una mayor celeridad en la tramitación. Estos
procedimientos carecen de fuerza de cosa juzgada material y la misma pretensión puede
volver a ser debatida en un proceso posterior.
Los D protegidos por el recurso de amparo coinciden con los que son objeto de tutela
preferente y sumaria:
Actos de los poderes públicos: el TC establece que el recurso de amparo procederá contra
``disposiciones, actos jurídicos o simple vía de hecho de los poderes públicos del Estado, las
CC AA y demás entes públicos de carácter territorial, corporativo o institucional, así como
de sus funcionarios o agentes que violen cualquiera de los D y libertades protegidos por
este recurso´´. Los únicos actos que parecen quedar exentos de este recurso son los de los
entes públicos extranjeros o los de las organizaciones internacionales o supranacionales.
Carácter subsidiario del recurso de amparo: es preciso agotar la vía ante los tribunales
ordinarios y su incidencia es subjetiva, pues tutela el D a instancia del particular, y objetiva,
pues con tal defensa tutela también el ordenamiento constitucional del que los D y libertades
son parte fundamental.
El MF, por actos o decisiones sin valor de ley, emanados de las Cortes o de
cualquiera de sus órganos, o de las Asambleas Legislativas de las CC AA o de sus
órganos.
4- Instituciones de garantía.
El Parlamento asume, entre otras, la función de controlar la actividad del G, a través de la cual
puede incidir en el aseguramiento de los D y libertades mediante preguntas, interpelaciones o
comisiones de investigación. Sin olvidar que corresponde al Parlamento la aprobación y
enmienda de los proyectos de ley que presente el G.
4.2- El MF.
El MF está integrado en el PJ, aunque se le reconoce autonomía funcional. Ejerce sus funciones
a través de órganos propios, conforme a principios de unidad de actuación y dependencia
jerárquica y con sujeción a los principios de legalidad e imparcialidad.
La Ley 50/1981 especifica que corresponde al MF: ``velar por el respeto de las instituciones
constitucionales y de los DF y libertades públicas con cuantas actuaciones exija su defensa´´.
Para el cumplimiento de sus funciones, el MF posee un conjunto de competencias, entre las que
destacan:
Interponer recurso de amparo ante el TC, en los casos y formas previstos en la LO 2/1979.
El Defensor del Pueblo es un Alto Comisionado de las CG, al que se atribuye la defensa de los D
comprendidos en el Título I. Ejercerá las funciones que le encomiende la CE y la presente LO.
Puede ser designado Defensor del Pueblo cualquier español mayor de edad que se encuentre en el
pleno disfrute de sus DC y políticos.
La LO del Defensor del Pueblo establece una serie de incompatibilidades para fortalecer la
posición de independencia que esta institución precisa para el desenvolvimiento de sus funciones
constitucionales. Además, El Defensor del Pueblo no está sujeto a mandato alguno, no recibe
instrucciones de ninguna autoridad y desempeña sus funciones con autonomía plena. Dispone de
inviolabilidad por las manifestaciones o actos que formule en el desempeño de su cargo, así
como de inmunidad, no pudiendo ser detenido sino en caso de flagrante delito y fuero especial
exclusivo de la Sala de lo Penal del TS.
Por renuncia.
Por expiración del mandato.
Por muerte o incapacidad sobrevenida.
Por actuar con notoria negligencia en sus obligaciones.
Por haber sido condenado, en sentencia firme, por delito doloso.
4.3.2- Funciones.
TEMA X - LA SUSPENSIÓN DE D
Su origen está en la ''Martial Law'' inglesa, en virtud de la cual la Corona y todo ciudadano podían
repeler por la fuerza cualquier insurrección, revuelta o resistencia violenta a la ley. En Francia
también se incorporó tras la Revolución a través de la institución de ''Etat de siege''. La C alemana
1968 incluyó asimismo 4 tipos de estados excepcionales.
El art. 15 del Convenio Europeo de DH 1950 establece: ``En caso de guerra u otro peligro público
que amenace la vida de la nación, cualquier Alta Parte Contratante podrá tomar medidas que
deroguen las obligaciones previstas en el presente Convenio en la medida estricta en que lo exija la
situación, y supuesto que tales medidas no estén en contradicción con las otras obligaciones que
dimanen del D Internacional´´. En términos semejantes se expresa el art. 4.1 del Pacto Internacional
de DC y Políticos 1966, añadiendo que tales medidas no entrañen discriminación alguna por causa
de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.
2- La suspensión de D en la CE.
La suspensión de D aparecía ya en las C 1812, 1837, 1845, 1869, 1876 y 1931, así como en la LO
del Estado durante el régimen franquista.
Previa declaración de estado de excepción o sitio, podrán ser suspendidos los siguientes D
constitucionales:
Art. 17.3: información al detenido, asistencia letrada y D a no declarar (solo para el estado
de sitio).
Según el art. 116.5, no podrá procederse ``a la disolución del Congreso mientras estén
declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo, quedando
automáticamente convocadas las cámaras si no estuvieran en periodo de sesiones. Su
funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no podrá
interrumpirse durante la vigencia de estos estados´´.
El apartado art. 116.6 confirma que la declaración de los estados de alarma, excepción y sitio
no modificará el principio de responsabilidad del G y de sus agentes tal como se regula en la CE y
en la ley.
Por último, el art. 169 prohíbe que se inicie un procedimiento de reforma constitucional en
tiempo de guerra o bajo la vigencia del estado de alarma, excepción o sitio. Sin embargo, no se
prohíbe expresamente que continúe un proceso de reforma constitucional iniciado con anterioridad.
La declaración de los distintos estados excepcionales tiene carácter temporal y puede quedar
circunscrita a un ámbito territorial determinado dentro del territorio nacional. Dicho carácter
temporal confirma la naturaleza extraordinaria de las medidas restrictivas de D, cuyo fin no debe ser
otro que restablecer la normalidad social y/o política alterada.
3.4- Sujetos.
La declaración de cualquiera de los estados de alarma, excepción o sitio afecta a los sujetos que se
encuentren dentro del ámbito territorial señalado en dicha declaración o a todas las personas
que se encuentren en el país si ésta afectara a todo el territorio nacional.
4- Estados excepcionales.
La LO 4/1981 establece que procederá ``la declaración de los estados de alarma, excepción o sitio
cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el mantenimiento de la normalidad
mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes´´. Establece asimismo que tanto las
medidas a adoptar como la duración de la declaración de cualquiera de los estados excepcionales,
serán las estrictamente indispensables para asegurar el restablecimiento de la normalidad, siendo su
aplicación en cualquier caso proporcionada a las circunstancias.
Dicha declaración tendrá carácter temporal, decayendo las medidas adoptadas bajo su vigencia en
el momento de expirar la declaración. La declaración de alguno de los estados excepcionales no
interrumpe el normal funcionamiento de los poderes constitucionales del Estado. Sin embargo, en el
estado de sitio la autoridad militar puede asumir competencias que normalmente no ejerce.
La declaración de uno de los estados excepcionales requiere publicidad y a tal fin debe
publicarse inmediatamente en el BOE, entrando en vigor en la fecha de publicación. Las medidas
que adopte la autoridad competente durante la vigencia del estado excepcional deben ser asimismo
ampliamente difundidas.
Los actos y disposiciones de la AA PP adoptados durante la vigencia del estado excepcional son
impugnables en vía jurisdiccional, teniendo los perjudicados en sus personas, D o bienes, D a
indemnización.
La competencia para declarar el estado de alarma corresponde al G, que podrá declararlo en todo o
en parte del territorio nacional. Si los hechos afectan exclusivamente a una CC AA, el Presidente de
ésta puede instar al G a que declare el correspondiente estado de alarma.
La declaración se produce mediante Decreto del CM, figurando el ámbito territorial, la duración y
los efectos del estado de alarma. La duración no podrá exceder de 15 días, pudiendo ser prorrogado
solo por el CD, que fijará las condiciones de la prórroga.
Una vez aprobado el Decreto por el G, dará cuenta al Congreso, suministrando la información que
requiera la Cámara. Deberá el G dar cuenta asimismo a ésta de los Decretos que dicte durante la
vigencia del estado de alarma.
La autoridad competente en cuanto a las acciones y efectos del estado de alarma será el G o, por
delegación, el Presidente de la CC AA si la declaración afecta solo a territorio de la CC AA. Todas
las autoridades civiles de la AA PP del territorio afectado, los integrantes de los Cuerpos de Policía
de la CC AA o corporaciones locales y demás funcionarios y trabajadores al servicio de las mismas
quedarán bajo las órdenes directas de la autoridad competente, en cuanto sea necesario para la
protección de personas, bienes o lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su
duración o naturaleza.
4.2.3- Efectos.
El Decreto inicial declarando el estado de alarma debe contener las medidas para el
restablecimiento de la normalidad, que pueden ser completadas por decretos posteriores. Efectos::
Se trata normalmente de alteraciones del orden público que responden a motivaciones políticas.
Determinación de los efectos del estado de excepción, indicando los D cuya suspensión se
solicita.
Relación de las medidas a adoptar con respecto a los D que se solicita suspender.
Ámbito territorial de estado de excepción, así como duración (no mayor de 30 días).
Cuantía máxima de las sanciones pecuniarias que la autoridad gubernativa pueda imponer.
El Congreso puede aprobar la solicitud en los términos en que fue enviada por el G o introducir
modificaciones en la misma. La prórroga por otros 30 días ha de ser aprobada por el Congreso
según el mismo procedimiento.
Una vez aprobado por el Congreso, el G puede declarar el estado de excepción por Decreto del CM.
En caso de requerir nuevas medidas, el G debe solicitar de nuevo aprobación del Congreso. En caso
de que el ámbito territorial esté comprendido en una sola CC AA, la autoridad gubernativa
coordinará su actuación con el G de dicha CC AA.
El G puede poner fin al estado de excepción antes del plazo previsto mediante Decreto acordado en
CM, dando inmediata cuenta al Congreso.
Puede declararse el estado de sitio cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o
acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el
ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios.
La competencia para declarar el estado de sitio corresponde en exclusiva al CD, por mayoría
absoluta de sus miembros, determinando el ámbito territorial, la duración y las condiciones del
estado de sitio, siempre a propuesta del G.
4.4.3- Efectos.
El estado de sitio acumula los efectos de los dos estados anteriores, más la suspensión temporal de
las garantías jurídicas del detenido del art. 17.3 CE.
Designada la autoridad militar, publicará y difundirá los oportunos bandos que contengan las
medidas necesarias, siempre conforme a la CE, la LO 4/1981 y la propia declaración de estado de
sitio.
La declaración de estado de sitio puede determinar que algunos delitos comunes queden bajo la
jurisdicción militar.
5- La suspensión individual de D.
5.1- Concepto.
Tiene la finalidad de evitar la necesaria declaración del estado de excepción o de sitio para
suspender D cuando se trate de investigar actos cometidos por bandas armadas o elementos
terroristas.
La llamada ley antiterrorista fue declarada parcialmente inconstitucional por el TC por contravenir
el art. 55.2 CE. Posteriormente se aprobó lo LO 3/1988, que derogaba la anterior, así como la Ley
10/1995, que modificaba el CP tipificando los delitos de terrorismo. La LO 4/1988 reformó en
relación con esto la LECr.
Puede ser suspendido el plazo máximo de 72 horas para la detención preventiva fijado en el art. 17
CE, así como la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones reconocidas en el
art. 18 CE.
El art. 520 bis LECr habilita una prórroga de 48 horas para la detención preventiva, siendo posible
así un plazo máximo de 120 horas (5 días).
Sobre la suspensión de secreto de las comunicaciones, éstas podrán ser interceptadas por la
autoridad gubernativa sin autorización judicial, debiendo comunicar inmediatamente la intervención
al juez, quien podrá revocarla.
Todo ello constituye un régimen restrictivo en el ejercicio de estos D, más que una suspensión. El
control judicial sale reforzado, si bien no hay referencia alguna al control parlamentario exigido por
el art. 55.2 CE.
Ciertas diferencias naturales entre los hombres (debidas a factores físicos, edad, sexo, salud) han
sido en las sociedades primitivas el origen de la desigualdad social.
Es en época muy cercana cuando comienza a notarse un esfuerzo por atenuar las consecuencias de
las diferencias originarias y por erradicar las diferencias institucionales y jurídicas. Nacen así las
reivindicaciones a favor de la igualdad entre distintos sectores de población.
2- La igualdad en el Estado de D.
Este pretende consolidar un modelo de estado presidido por la idea central de la limitación jurídica
del poder.
El poder queda subordinado y controlado por el D, el cual determina los márgenes de su actividad y
los medios que debe utilizar para alcanzar los fines concretos que el mismo D debe definir.
En este contexto la igualdad era entendida como respeto de la vida y la libertad de aplicación del
OJ a todos sin excepción y sin diferencia alguna.
En este período la igualdad se articuló en torno al concepto de igualdad formal, entendida ésta
como igualdad ante la ley que se proyecta en dos dimensiones:
Esta concepción de igualdad ante la ley resultó insuficiente, aunque no pueda afirmarse que resultó
ineficaz.
La crisis del Estado Liberal era inevitable y con ella se extenderá una interpretación más amplia del
principio de igualdad formal. La igualdad ante la ley incorporará ahora la igualdad en el contenido
de la ley.
Se desarrolló en los países más adelantados una política social cuyo objetivo inmediato era
remediar las pésimas condiciones vitales de los estratos más desamparados de la población.
La población ahora solicitaba servicios y prestaciones públicas. Este nuevo estado interventor
transforma el principio de igualdad como un instrumento de transformación social. Sólo un Estado
social que propugna la redistribución y la nivelación social podía defender un principio de igualdad
que se superponga a las desigualdades naturales.
A lo largo del texto podemos ver manifestaciones derivadas de la cláusula general del art. 14
CE.
Cláusula conferidora de D del art. 14 CE, ya que el resto de las manifestaciones concretas lo
son de la cláusula general contenida en el art. 14 CE.
Tanto unos como otro vinculan al legislador y limitan su discrecionalidad a la hora de desarrollar el
texto constitucional.
Empieza el art. 14 CE: ``Los españoles son iguales ante la ley...´´ La denominada igualdad formal
o igualdad ante la ley fue el primer logro en materia de equiparación jurídica de los ciudadanos.
3.3- La igualdad promocional (art. 1.1 CE) y la igualdad real efectiva (art. 9.2 CE).
Art. 1.1 CE: ``España se constituye en un Estado social y democrático de D, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político´´.
La igualdad formal fue completada por un nuevo concepto de igualdad: la igualdad real y
efectiva.
La CE incorpora este concepto en el art. 9.2. CE, que establece: ``Corresponde a los poderes
públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos
en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su
plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural
y social´´.
Añade el TC que las prescripciones del art. 9.2 no actúan como un límite concreto en la actuación
de los poderes públicos.
La propia fórmula del Estado social y democrático de D y los principios del art. 9.2 CE se proyectan
sobre la igualdad como criterios interpretadores que permiten determinar si, en el caso concreto, ha
habido o no discriminación.
El art. 14 CE establece que no podrá ``prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento,
raza, sexo, religión, opinión, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social´´.
El D a la igualdad permite cierta diferencia de trato siempre que sea razonable, es decir,
cumpla fines constitucionales y sea proporcional.
Como regla general, será inconstitucional la diferencia de trato que venga motivada exclusivamente
por el sexo de la persona afectada. La condición femenina no es suficiente para justificar la
diferenciación.
El art. 37 de la LO 1/2004, da nueva redacción al art. 153.1 del CP que tomaba en cuenta a efecto
de imposición de pena, el sexo agresor. Este precepto fue cuestionado ante el TC al considerarse
que, en materia penal, no cabía distinguir en razón del sexo del agresor. El TC resolvió la cuestión
de inconstitucionalidad estableciendo un nuevo subtipo agravado para un circulo de personas más
restringido, con la siguiente redacción: ``El que por cualquier medio o procedimiento causare a
otro menoscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este Código, o golpease o
maltratase de obra a otro sin causarle lesión, cuando la ofendida sea o haya sido esposa, o mujer
que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aún sin convivencia, o
persona especialmente vulnerable´´.
La diferenciación entre hombre y mujer a los efectos de este artículo del CP lo fundamenta el
legislador en su voluntad de sancionar más unas agresiones que entiende son más graves y más
reprochables socialmente.
Se usa este término para referirse a aquellas sentencias del TC que extienden conquistas en el
terreno de la igualdad al sexo que, hasta el momento, no gozaba de las mismas.
El TC equipara en sentencias diversas al hombre en los D que tenían algunas mujeres por diversas
razones, equiparando a aquéllos en dichas situaciones o D. Eliminó así el TC la diferencia de trato
favorable a las mujeres equiparando a los hombres en los beneficios que la norma reconocía sólo a
aquéllas. También declaró inconstitucional el art. 160.2 de la ley general de la Seguridad Social, que
establece que sólo las viudas podían tener D a percibir la pensión de viudedad.
Estas resoluciones pusieron fin a la aplicación de normas protectoras para las mujeres con las que
existía el peligro de que se consolidara una posición de inferioridad de éstas en el mundo laboral,
peligro señalado por el TC, que estableció que la prohibición de discriminación por razón de sexo
exige la eliminación en principio de las normas protectoras del trabajo femenino, que pueden
suponer un obstáculo para el acceso real de la mujer al empleo en igualdad de condiciones de
trabajo que los varones.
El TC ha reconocido aspectos favorables a las mujeres que, sin embargo, se les negaban al sexo
masculino, aunque este tratamiento diferenciado está desvinculado de consideraciones relativas a
cualidades físicas o psíquicas.
Podríamos decir que las acciones positivas tienen su fundamento constitucional en lo que hemos
denominado la igualdad promocional.
Por otro lado, un sector doctrinal ha venido distinguiendo, por la intensidad de las medidas
adoptadas y por el resultado perseguido, entre las acciones positivas en sentido estricto o moderado
y la discriminación inversa.
Las acciones positivas en sentido estricto o moderado tienden a situar al sexo minusvalorado
en la misma posición de partida que el otro sexo en relación con el ejercicio de sus D o el
acceso a bienes y servicios. Se trata de garantizar máximamente la igualdad de oportunidades y
nivelar la desigualdad en origen.
4.1- Introducción.
Después de la aprobación de la CE 1978 se discutió ampliamente sobre elaborar y aprobar una ley
para la igualdad de hombres y mujeres. Se aprobó la LO 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad
efectiva de los hombres y las mujeres. Las CC AA han sido especialmente receptivas sobre este
tema y han elaborado leyes de igualdad, además de las específicas sobre esta materia incorporadas a
los EE AA reformados. La Ley 3/2007 incorpora al ordenamiento jurídico dos directivas: igualdad
de trato y aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en cuanto al
acceso al empleo, a la formación y a las capacidades profesionales y a las condiciones de trabajo.
Principio territorial por el cual la ley de Igualdad se aplica a las políticas públicas en toda
España.
Principio de aplicación de las ``acciones positivas´´. Este mandato se dirige a todos los
poderes públicos para que eviten las situaciones de desigualdad.
Principio de distinción entre discriminación directa e indirecta.
El acceso al empleo.
La formación profesional.
Las condiciones de trabajo.
La afiliación sindical.
Sin embargo este mismo art. 5 dice que no será discriminación por razón de sexo cuando por la
naturaleza del trabajo o característica profesional del puesto de trabajo exista una diferencia de
trato.
Serán acciones discriminatorias el acoso sexual y el acoso por razón de sexo, también será
discriminatorio exigir una condición o requisito para el ejercicio de un D. La propia ley hace su
definición de acoso sexual: ``cualquier comportamiento verbal o físico, de naturaleza sexual que
produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, creando un entorno intimidatorio,
degradante u ofensivo´´.
Es una acción discriminatoria el trato desfavorable a las mujeres relacionado con el embarazo o la
maternidad.
La Ley introducirá ``acciones positivas´´ cuando las medidas de igualdad no puedan reparar las
situaciones de desigualdad. Estas medidas se aplicarán mientras existan situaciones concretas de
desigualdad y deben de ser proporcionadas y razonables para conseguir el objetivo perseguido en
cada caso.
Por otra parte el art. 44 bis de la LO de Régimen Electoral ha establecido que en las listas
electorales debe haber una representación equilibrada de ambos sexos.
4.9- Educación.
Los currículos de hombres y mujeres serán valorados en las mismas condiciones de igualdad y se
facilitará la incorporación de la mujer a los diferentes niveles de dirección y supervisión educativa.
También se aplicara en el ámbito de la actividad artística y creación y producción intelectual, se
permiten acciones positivas en este área.
Las AA PP garantizarán el D a la salud de las mujeres y hombres evitando que por sus diferencias
biológicas se produzca algún tipo de discriminación.
Las AA PP favorecerán:
Las normas sobre personal de las Fuerzas Armadas procurarán la efectividad del principio de
Igualdad entre hombres y mujeres. También se aplica el principio de Igualdad en las normas
reguladoras de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La diferencia entre la regulación del
principio de Igualdad en las Fuerzas Armadas y en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
radica en que en las primeras se procurará la efectividad del principio de igualdad, mientras que en
las segundas se promoverá la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
4.13- Protección.
La igualdad entre hombres y mujeres es un principio informador del ordenamiento, por lo que
cualquiera puede recabar su tutela ante los tribunales. Corresponde a las personas físicas y jurídicas
con interés legítimo recabar esta tutela.
Con el art. 15 comienza la sección 1ª, del capítulo II, del título I de la CE, que recibe el título de
``DF y libertades públicas´´. La CE ha otorgado a los D y libertades contenidos en dicha sección las
máximas garantías del ordenamiento constitucional, incluida la reserva de LO para su desarrollo
y el recurso de amparo ante el TC.
Para un sector doctrinal, el D a la vida es el presupuesto físico para el ejercicio de los demás D y
libertades, ya que sin la existencia física no cabe ejercicio de ningún otro D.
Así entendido, el D a la vida debería ser un D de carácter absoluto en tanto su restricción llevaría a
la eliminación del sujeto.
Por otro lado, este mismo artículo prohíbe la tortura y los tratos inhumanos o degradantes y se
declara abolida la pena de muerte, salvo lo dispuesto por leyes penales militares en tiempos de
guerra. En ambos casos, son D derivados del ámbito de la protección física de la persona.
2- El D a la vida.
Esta tesis ha sido corroborada por el TC, que ha manifestado que del art. 15 no se deriva una
libertad personal, un D en suma que permita a la persona decidir si vivir o morir.
La CE utiliza una variada terminología para referirse a los titulares de los distintos D: el hombre, la
mujer, los ciudadanos, los españoles, y utiliza términos como ``todos´´ en el art. 15 CE.
El concepto de persona en la CE es relativo al ya nacido y, según los D y libertades concretos,
puede referirse a todos los nacidos, mayores, menores, capaces, incapaces, o bien acotar el sujeto de
cada D a los mayores de edad que gocen de la plenitud de sus D.
El término ``todos´´ utilizado fue objeto de discusión en sede constituyente. El Diputado de Alianza
Popular solicitó, mediante una enmienda in voce, que se sustituyera el término ``persona´´ por el
de ``todos´´ con el fin de ampliar la protección al no nacido. Se produjo la votación de la
enmienda y quedó aprobada consagrándose el término ``todos´´ en el actual art. 15 CE.
Se ha afirmado que el ``D constitucional a la vida es antes que nada el D a la propia existencia
fisiobiológica´´. Es un concepto naturalístico.
Podríamos afirmar que no es necesaria la condición jurídica de persona para obtener la protección
del OJ constitucional, pero, de igual manera, puede sostenerse que la respuesta del OJ en orden a
proteger la vida humana puede diferir en razón de los distintos estadios biológicos.
La CE se refiere a la persona ya nacida en relación con la titularidad de los D y libertades, tesis que
parece confirmarse en la STC 53/1985 de despenalización de ciertos supuestos del aborto en la que
el TC negó la titularidad del D a la vida reconocido en el art. 15 CE.
Las sucesivas normas penales contemplaron la penalización del aborto distinguiendo las diversas
circunstancias en las que el mismo podía acontecer.
La reforma del CP 1985 introdujo el art. 417 bis, que declara: ``no sería punible el aborto
practicado por un médico bajo su dirección, en centros sanitarios acreditados y con consentimiento
expreso de la mujer embarazada, cuando concurran alguna de las circunstancias siguientes:
Que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud o física o psíquica de
la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por
un médico. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante, podrá prescindirse del
dictamen y del consentimiento expreso.
Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que
el aborto se practique dentro de las 22 semanas de gestación.´´
Sistema de indicaciones: adoptado por España. Para esta tesis, la vida es un valor en sí
misma y merece protección, pero en determinadas circunstancias no puede exigirse a la
mujer la continuación del embarazo.
Sistema de prevalencia de la vida del nasciturus: la vida del embrión o feto debe
prevalecer sobre otros D de la madre u otros bienes constitucionalmente protegidos. Se
defiende que el embrión es un ser humano desde el mismo momento de la concepción y por
ello portador de dignidad y merecedor de respeto absoluto.
Esta interpretación del D a la libertad permite dar solución, además, de a los problemas
derivados de la reproducción artificial, a otros varios como los concernientes a la donación
de órganos, tratamientos médicos, eutanasia, etc.
Paralelamente se tramitó en las Cortes la ley 42/1988 sobre donación y utilización de embriones
y fetos humanos y sus células, tejidos y órganos, que venía a dar cobertura jurídica a la utilización
de embriones, fetos o materiales procedentes de ellos, muertos o no viables.
La ley 35/1988 regula las técnicas de reproducción humana, especificando que se pueden aplicar, en
términos de igualdad, a todas las mujeres, casadas, o no casadas y también a las mujeres solas.
La ley 35/1988 y la ley 42/1988 fueron recurridas en inconstitucionalidad ante el TC que resolvió
en STC 212/1996 y 116/1999, rechazando gran parte de los argumentos recurrentes y confirmado
que el nasciturus no es titular del D a la vida, aunque sí un bien constitucionalmente protegido
que merece respeto y protección por parte de los poderes públicos.
Una persona mayor de edad, capaz y libre puede decidir anticipadamente su voluntad, con
objeto de que esta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas
circunstancias no sea capaz de expresarlas personalmente.
Cada servicio médico está obligado llegado el caso a cumplir con la voluntad expresada.
Esta Ley no modifica la vigente legislación penal sobre la propia muerte ni obliga a los médicos a
cualquier conducta solicitada por el enfermo.
3.1- Concepto.
El D a la integridad física y moral protege a la persona contra cualquier atentado no sólo físico, sino
también moral.
La STC 120/1990 define este D afirmando que con él se protege la inviolabilidad de la persona,
no sólo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también contra toda clase
de intervención en esos bienes que carezca del consentimiento de su titular.
Este D no sólo protege contra las acciones que directamente pretenden lesionar a la persona sino
también contra acciones realizadas sobre su cuerpo sin autorización del titular. Afecta a las
acciones médicas que requieren autorización del titular. Un caso particular son las pruebas
biológicas para la determinación de la paternidad, en las que el TC ha declarado prevalentes el
interés social, el orden público y los D de los menores sobre el D del particular.
Supuesto semejante es el de los registros corporales, respecto de los cuales el TC señala que el D a
la integridad física y moral no queda vulnerado cuando tales registros corporales deban realizarse en
el marco de una prueba judicial, prevista por la ley y acordada por la autoridad judicial respetando
el principio de proporcionalidad.
4.1- Concepto.
Las torturas y los tratos inhumanos o degradantes son ``nociones graduadas de una misma escala,
que en todos sus tramos denotan la causación, sean cuales fueran los fines, de padecimientos físicos
o psíquicos ilícitos e infligidos de modo vejatorio para quien los sufre´´.
En el caso más leve vulnerará el D a la integridad física y moral y en el más grave, atentará contra
el D a la vida, si los tratos inhumanos llegan a causar la muerte.
4.2- Ámbito.
Vulneran lo establecido en el art. 15 CE, las penas de innecesaria intensidad que puedan
considerarse inhumanas o atentatorias a la dignidad de la persona. En ocasiones las acciones
producidas sobre el sujeto no pueden ser consideradas como actos de tortura o tratos inhumanos
(intervenciones médicas).
5.1- Concepto.
La pena de muerte consiste en la privación de la vida. La legitimidad o no del Estado para
imponerla ha sido tema de controversia sobre el que hay posturas enfrentadas.
En muchos países se avanza hacia la abolición pero no se ha logrado en otros muchos. La pena de
muerte está lamentablemente unida a la historia de la humanidad. Se puede decir que hasta el s.
XVIII no surgen voces discrepantes con la pena de muerte.
Abolición para los delitos comunes, pero manteniéndola para delitos o situaciones
específicas.
Mantenimiento de la pena de muerte tanto para los delitos comunes como para los de otra
naturaleza.
La redacción del art. 15 CE no constitucionaliza la pena de muerte para tiempos de guerra, sino que
deja abierta esa posibilidad, reconociendo al legislador ordinario un ámbito de discrecionalidad
dentro del cual puede incluir o no la máxima pena para tiempos de guerra, posibilidad que está
sujeta a determinados requisitos:
Hay que delimitar las diferentes libertades que el art. 16 CE reconoce, ya que tal precepto
constitucionaliza 4 distintos D o libertades: la libertad ideológica, la libertad religiosa, la libertad
de culto y el D a no declarar sobre la propia ideología, religión o creencia.
2- La libertad ideológica.
2.1- Concepto.
Una garantía e inmunidad que protege al sujeto contra las perturbaciones de esa esfera de
libertad por parte de los poderes públicos.
Esta libertad no se agota en una dimensión interna del D a adoptar una determinada posición
intelectual ante la vida y comprende, además, una dimensión externa, con arreglo a las propias
ideas sin sufrir por ello sanción o demérito ni padecer la compulsión o la injerencia de los poderes
públicos.
La libertad ideológica es una concreción del valor de libertad de la que derivan otros D y
libertades. Un ejemplo es la libertad de enseñanza, respecto a la cual el TC manifiesta que implica
tanto el D a crear instituciones educativas, como el D de los profesores a desarrollar libremente su
función dentro de los limites propios del puesto docente que ocupan y el D de los padres a elegir la
formación religiosa y moral que desean para sus hijos.
La libertad ideológica no tiene más limite que el necesario para el mantenimiento del orden público
protegido por la ley.
3.2- Concepto.
La libertad religiosa define una esfera de libertad del individuo que le permite exigir la abstención
del Estado, por un lado, y la protección del mismo contra los ataques de terceros que vulneren dicho
hábito de inmunidad.
La CE dio paso a un estado aconfesional al afirmar que ninguna confesión religiosa tendrá carácter
estatal, siendo la consecuencia que los valores, principios o preceptos de ninguna religión pueden
servir de parámetro ni de orientación a la legislación civil.
La libertad religiosa garantiza al sujeto la posibilidad de actuar con total independencia, en este
campo y sin injerencias de los poderes públicos.
La libertad religiosa es un D individual pero tiene también una vertiente colectiva en el D de culto,
que es el ejercicio externo de la libertad religiosa.
En las relaciones que el Estado debe mantener con las distintas confesiones religiosas, el D de
libertad religiosa aparece como presupuesto tanto de los acuerdos celebrados entre Iglesia Católica
y Estado como de los tres posteriores acuerdos con confesiones no católicas. Todos ellos aparecen
redactados en el sentido de tutela de los D comunitarios antes que de los D individuales.
Recibir e impartir enseñanza e información religiosa de toda índole, elegir para sí y para los
menores no emancipados e incapacitados, bajo su dependencia, dentro y fuera del hábito
escolar, la educación religiosa y moral que está de acuerdo con sus propias convicciones.
La LOLR determina que para la aplicación real y efectiva de estos D, los poderes públicos
adoptaran las medidas necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los establecimientos
públicos, militares, hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros bajo su dependencia, así como
la formación religiosa en centros docentes públicos.
3.5- Límites.
La LOLR establece como único límite la protección del D de los demás al ejercicio de sus
libertades públicas y DF, así como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad
pública.
Expresamente excluye la LOLR las actividades, finalidades, entidades relacionadas con el estudio
de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión de valores humanísticos o espirituales u
otros fines ajenos a los religiosos.
Afirma el TC que la libertad religiosa comprende la libertad de expresar una concreta opción
confesional en el hábito social y a la libertad ideológica le corresponde el correlativo D a
expresarla.
También señala el TC que el D constitucional a no declarar las creencias, los principios religiosos e
ideologías no resulta vulnerado cuando el propio sujeto solicitara una prestación o exención al
Estado como era el caso del objetor para ser eximido de un deber constitucional.
5- La objeción de conciencia.
5.1- Concepto.
La existencia de una norma jurídica, con un contenido que pueda afectar a las creencias
religiosas o morales de los individuos, cuyo contenido no puede obviarse sin incurrir en
sanción.
La manifestación del propio sujeto sobre el conflicto surgido entre la norma y su conciencia,
sin que sea relevante la mera presunción sobre la existencia de conflicto, y en consecuencia
son inválidas las manifestaciones al respecto de terceras personas.
Actualmente la desaparición del servicio militar obligatorio ha dejado vacío de contenido este
precepto que, sin embargo, en su momento suscitó una viva polémica.
El TC concluyó que la objeción de conciencia al servicio militar no era un DF, lo cual permitió
considerar acorde con la CE el desarrollo por una ley ordinaria del art. 30.2 CE en este punto. No se
reconoció el D de ser objetor sino un D a ser declarado objetor siempre que se cumplieran los
requisitos establecidos en la ley a la que la CE se remite. No estamos, pues, ante un D de la persona
sino ante una causa de la exención del servició militar.
Los OJ no se encuentran preparados para aceptar una ampliada variedad de tipos de objeción de
conciencia que técnicamente podrán presentarse.
Nuestro ordenamiento constitucional no puede dar una única respuesta al problema de la objeción
de conciencia, la cual puede encontrar apoyo en las siguientes tesis jurídicas:
La objeción de conciencia como parte del contenido esencial de las libertades reconocidas
en el art 16.1 CE.
En nuestro OJ la objeción no puede recibir una idéntica regulación puesto que los diversos tipos de
objeción no poseen un único status constitucional.
5.4- Titularidad.
Conforme a esta opinión, se está fuera del concepto de objeción de conciencia (limites impropios),
cuando el presunto titular no sea destinatario de ningún deber jurídico, cuando carezca de madurez
necesaria para poseer conciencia moral o cuando en el caso concreto no estemos en presencia de un
auténtico conflicto de conciencia.
Hay que hacer constar que los extranjeros pueden ser titulares del D, o de la exención en la
objeción de conciencia por la clara similitud con lo establecido respecto de las libertades religiosas
e ideológicas, que les corresponden en los mismos términos que a los españoles.
Art. 17:
La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo
caso, en el plazo máximo de 72 horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a
disposición de la autoridad judicial.
Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus D y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la ley establezca.
La libertad personal es un DF, pero también ha sido considerada por la doctrina como un D básico
inseparable de la dignidad de la persona.
La libertad representa la esfera de autonomía que nos permite realizar, mediante decisiones libres,
los propios objetivos vitales.
El TC entiende que sólo tienen carácter de DF las manifestaciones de la libertad que expresamente
se contengan en la CE bajo esta fórmula jurídica. No existe según el TC en el contenido del art.
17 una manifestación de la libre autodeterminación de la persona.
La redacción del art 17.1 CE reconoce a la persona un ámbito de autodeterminación personal que le
permite actuar sin injerencias de los poderes públicos, garantizándose de manera expresa que los
límites de la libertad, en especial, la detención y, en su caso, la prisión, no se realizaran de manera
abusiva ni arbitraria.
Se reconoce y tutela un ámbito de autonomía que no puede ser vulnerado y que se configura
como un verdadero D público subjetivo.
Se establece la obligación de los poderes públicos de adoptar las medidas necesarias para
hacer efectivo dicho D.
El art. 17.1 establece en qué marco único pueden regularse los límites a la libertad personal:
En los casos y formas previstas por la ley. El TC ha establecido que el legislador no puede
configurar supuestos de privación de libertad que no correspondan a la finalidad de
protección de D, bienes o valores constitucionalmente reconocidos o que por su grado de
indeterminación crearan inseguridad insuperable sobre un modo de aplicación efectiva, y
tampoco podría incurrir en falta de proporcionalidad.
2.3- D a la seguridad.
El art 17.2 dice: ``La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente
necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos y,
en todo caso, en el plazo máximo de 72 horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a
disposición de la autoridad judicial.´´
El plazo de detención puede ser ampliado de manera excepcional respecto de personas concretas
cuando se dieran las circunstancias extraordinarias a las que alude el art 55.2 CE.
La puesta a disposición judicial no implica siempre la presencia física del detenido ante el Juez,
sino que basta para que se cumpla el requisito constitucional de que el detenido quede bajo el
control y la decisión del órgano judicial.
Judicial.
De los Cuerpos de Seguridad.
Detención preventiva el MF.
Cualquier persona.
El art 17.3 CE consagra los D del detenido que tienen su fundamento constitucional en la
presunción de inocencia que reconoce el art. 24 CE.
El art 17.4 CE remite a una ley de regulación del procedimiento de habeas corpus para la tutela de
la libertad personal.
Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o particular,
sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las formalidades
prevenidas y requisitos exigidos por las Leyes.
Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las Leyes si, transcurrido el mismo,
no fuesen puestas en libertad o entregadas al Juez más próximo al lugar de la detención.
Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los D que la C y las Leyes
Procesales garantizan a toda persona detenida.
La solicitud ha de cursarse ante el Juzgado de Instrucción de guardia del lugar donde se hallare
privado de libertad o bien del lugar donde se hubiera tenido última noticia de su paradero. El Juez
competente adoptará las resoluciones oportunas para conocer de inmediato del estado del privado
de libertad, recabando para ello de la autoridad custodia del detenido toda la información necesaria.
En el plazo de 72 horas desde que se cursó la solicitud, el privado de libertad será puesto a
disposición judicial sin que quepa excusa de ningún tipo por parte de quien se encuentra a su cargo,
adoptándose al efecto las medidas de traslado necesarias. Una vez examinado el solicitante de
habeas corpus por el juez competente, dictará éste resolución en el acto decidiendo sobre la
legalidad o ilegalidad de la privación de libertad y ordenando, en cada caso, la continuación de la
detención o la inmediata puesta en libertad del detenido.
Art. 25:
``Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación
vigente en aquel momento.
Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la
reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado
a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los DF de este Capítulo, a
excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo
condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá D a un
trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al
acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.
El art. 25 CE, incorpora por un lado el principio de legalidad respecto de los delitos, faltas o
infracciones administrativas y por otro, los D de los privados de libertad y la prohibición de
imponer penas de privación de libertad por parte de la administración civil.
Es reserva de LO en los supuestos en los que esté afectada la libertad personal y el desarrollo del
art. 25 CE por aplicación de lo establecido en el art 81.1 CE. En otros supuestos, la mención a la
reserva de ley puede verse cumplida con la aprobación de una norma con rango de Ley, como un
Decreto Legislativo, o un Decreto ley.
El principio de legalidad como manifestación del principio de reserva de ley, es una garantía de la
libertad y de la seguridad constitucionalizada.
El art. 25 CE declara que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad deben estar
orientadas a la reeducación y reinserción social. Este precepto prohíbe, además, los trabajos
forzados.
La situación de privación de libertad no restringe los DF recogidos por la CE, salvo que la
sentencia condenatoria prevea expresamente la limitación de alguno de ellos; o se deriven del
sentido de la pena.
4.1- Concepto.
4.2- Titularidad.
El art. 19 CE atribuye la titularidad de este D a los españoles. Los extranjeros poseen este D en
los términos señalados en el art. 13.1 CE, es decir, con lo que establezcan los tratados y la ley.
En lo que respecta a la posible titularidad de las personas jurídicas de estas libertades, cabe
rechazarla respecto de la libertad de circulación, ya que es la libertad de movimiento físico de la
persona; sin embargo, es más difícil dar la misma respuesta respecto de la libertad de residencia, ya
que también las personas jurídicas se establecen transitoria o establemente en determinados lugares.
Las libertades del art. 19 CE pueden ser restringidas en los supuestos de declaración del estado
de excepción o de sitio. Igualmente pueden ser limitadas estas libertades en caso de huelga, por
ser la persona afectada menor de edad o incapaz y estar sometido a la patria potestad o a la tutela,
así como en todos los supuestos de privación o restricción de libertad derivados de acciones
policiales y/o judiciales previstas en la ley.
Además, las libertades de circulación y residencia tienen en el respeto a la propiedad privada otro
de sus límites. La libertad de circulación y residencia no comprende la libre circulación y
asentamiento por zonas privadas sin autorización del propietario, así como por zonas públicas de
acceso restringido.
Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de
circulación y el establecimiento de las personas.
Los D recogidos en el art. 18 CE protegen la esfera más privada del individuo. Los dos principales
son el D a la intimidad y el D al honor, ya que la inviolabilidad del domicilio, el secreto de las
comunicaciones y la limitación de la informática pueden considerarse derivados o comprendidos
en el D a la intimidad, mientras que el D a la imagen parece ubicarse en el ámbito del D al honor.
El legislador ordinario ha desarrollado los D contemplados en el art. 18.1 en una sola norma, la LO
1/1982, de protección civil del D al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2- El D al honor.
El D al honor puede tener una significación relativa y ser valorado de manera diferente en
razón de los grupos sociales, relatividad que influye en su régimen jurídico. No existe un
concepto definido del D al honor. El TC lo ha calificado de concepto jurídico indeterminado.
La especial consideración que debe tener en estos casos el animus iniuriandi (intención de
injuriar).
3- D a la intimidad personal.
3.1- Concepto.
3.2- Titularidad.
Por las peculiaridades de este D, conviene distinguir entre la persona física privada y aquella que
posee cierta relevancia pública. En estos casos, el D a la intimidad puede verse matizado.
Destacar la dificultad para otorgar la titularidad del D a la intimidad a las personas jurídicas ya que
estas no son titulares de D de la personalidad y no tienen ámbito de vida privada personal o familiar
que pudiera ser hipotéticamente vulnerado.
4- D a la propia imagen.
4.1- Concepto.
Este D es, en cierta medida, una manifestación tanto del D al honor como del D a la intimidad
personal. Por ello, la perturbación de su imagen puede dañar también su honor. El uso de la
imagen de una persona sin su autorización puede vulnerar el D a su intimidad. El D a la propia
imagen comprende, en suma, el D a controlar la difusión del aspecto más externo, el de la figura
humana.
4.2- Titularidad.
La persona física es titular del D a la propia imagen. Las personas jurídicas no son titulares de este
D por las connotaciones físicas que el mismo tiene.
Esta LO desarrolla los D contenidos en el art. 18 CE. No se aprecia vulneración de estos D cuando
haya consentimiento por parte del sujeto, consentimiento que puede ser revocado en cualquier
momento.
Divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten a su
reputación y buen nombre, así como la revelación o publicación del contenido de cartas,
memorias u otros escritos personales de carácter íntimo.
Utilización del nombre, de la voz o de la imagen de una persona para fines publicitarios,
comerciales o de naturaleza análoga.
La limitación del uso de la informática para la protección del honor y de la intimidad personal
y familiar ha sido considerada por el TC como una garantía constitucional de otros D y como un
DF frente a las potenciales agresiones a la dignidad y a la libertad de la persona provenientes de un
uso ilegítimo del tratamiento mecanizado de datos.
La protección del D a la intimidad de los ciudadanos recogida en el art. 18 CE requiere que estos
puedan conocer la existencia y los rasgos de aquellos ficheros automatizados donde las AA PP
conservan datos de carácter personal que les conciernen, así como cuáles son esos datos personales
en poder de las autoridades; sólo así podrán ejercer su D a controlar sus propios datos.
La ley de protección de datos de carácter personal se puede sintetizar en los siguientes puntos:
Las reglas de protección y tutela en función de que los datos se obtengan con consentimiento
del afectado o sin él.
Las medidas para que el sujeto recupere el control sobre la información que le afecte,
cuando dicha información hubiere sido obtenida por terceros sin su consentimiento. Para
ello se reconoce al sujeto:
La ley incorporó un doble fin: la protección de los D de los afectados y la libre circulación de datos
personales.
7- La inviolabilidad del domicilio.
7.1- Concepto.
7.2- Titularidad.
Titulares de este D pueden ser tanto las personas físicas como las personas jurídicas.
La inviolabilidad del domicilio se excepciona cuando medie autorización del titular, en caso de
flagrante delito o mediante resolución judicial.
Para las actividades que puedan afectar a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las
comunicaciones, la CE exige en su art. 18 autorización judicial.
Los art. 202-204 CP regulan los delitos de allanamiento de morada, domicilio de personas jurídicas
y establecimientos abiertos al público.
8.1- Concepto.
Este D otorga al sujeto la posibilidad de mantener fuera del conocimiento de otros las
comunicaciones realizadas por cualquier medio, aunque, especialmente, las realizadas por vía
postal, telegráfica, telefónica o e-mail.
8.2- Titularidad.
Las personas jurídicas no hablan materialmente por teléfono ni escriben cartas directamente, pero
sí reciben correspondencia y sus agentes, las personas físicas que actúan por ellas, sí realizan esas
actividades en relación con las funciones de dichas personas.
En cuanto a las personas físicas, el D al secreto de las comunicaciones le corresponde también a los
menores de edad en el ámbito familiar, aunque la doctrina se ha manifestado a favor de reconocer
también el D de los padres a controlar las comunicaciones de sus hijos.
Por su ubicación, estos D gozan de las garantías reforzadas de los demás D y libertades.
2- La Libertad de expresión.
2.1- Concepto.
2.2- Titularidad.
La titularidad corresponde a la persona física pero también a las personas jurídicas. Le
corresponde a todos los ciudadanos y les protege frente a cualquier injerencia de los poderes
públicos, e incluso frente a la propia ley en cuanto ésta intente fijar otros límites que los que la
propia CE admite.
La jurisprudencia del TC ha indicado que el valor preponderante de las libertades del art. 20 CE
sólo puede ser apreciado y protegido cuando se ejercitan en conexión con asuntos que son de interés
general, por las materias y por las personas y que contribuyan a la formación de la opinión pública.
Las libertades del art. 20 CE no sólo son DF de cada persona, sino que también significan el
reconocimiento y garantía de la opinión pública libre, que es una institución ligada de manera
inescindible al pluralismo político, valor esencial del estado democrático.
3- El D a la información.
3.1- Concepto.
El D a la información participa tanto de los caracteres de los D sociales como de las libertades
clásicas, diferenciándose la libertad de expresión del D a la información por configurarse una
suerte de deber de informar que afecta más directamente a los profesionales de la información
y a las empresas informativas.
Se establece un específico deber de diligencia al informador, a quien se le puede exigir que lo que
transmita como hechos haya sido objeto de previo contraste con datos objetivos. En el caso de que
no se cumpla este deber de diligencia, se priva al que así hubiera actuado de la garantía
constitucional prevista en el art 20.1.d CE, pues se trata de una actuación que vulnera el D de todos
a la información cierta.
El ordenamiento constitucional no presta tutela a una conducta negligente, ni menos aún, afirma el
TC, a la de quien comunique como hechos simples rumores o invenciones, pero sí ampara, en su
conjunto, la información rectamente obtenida y difundida, aún cuando su total exactitud sea
controvertible.
La información debe ser libre, sin que pueda aplicarse ningún tipo de censura previa.
La información debe ser de interés público y los datos deben ser verificables.
La información debe ser objetiva y neutral.
La información debe ser plural..
La información debe ser veraz.
Inclusión de un procedimiento de rectificación.
3.3- Titularidad.
De este D pueden ser titulares las personas jurídicas, como las empresas dedicadas a la
información y a la comunicación que se convierten en empresas que facilitan el ejercicio pasivo de
un D: el de recibir información veraz.
Con la expresión ``D de los periodistas´´ suele aludirse a la cláusula de conciencia y al secreto
profesional en el ejercicio de las libertades informativas que se incorporan en el art. 20.1d CE junto
el D a la información.
Mediante esta cláusula se protege al informador que preste servicios en una empresa
informativa, cuando ésta modifique los criterios y parámetros ideológicos generando en el
informador conflicto personal y de conciencia.
Actualmente también protege al periodista contra las modificaciones que unilateralmente pueda
imponerle la empresa en sus trabajos escritos o en cualquier otro soporte.
Cuando la empresa les traslade a otro medio del mismo grupo que por su género o línea
suponga una ruptura patente de la orientación profesional del informador.
Permite al informador negarse a desvelar sus fuentes informativas a través de las que ha
obtenido la noticia o el dato informativo frente a la propia empresa, frente a los poderes
públicos y frente a terceros.
5- La libertad de cátedra.
El TC ha señalado que son titulares de este D todos los docentes, sea cual fuere el nivel de la
enseñanza en el que se desenvolvían sus actividades y en la doble vertiente de libertad docente y
libertad investigadora.
6- Límites.
El art 20.2 CE establece que los D regulados en el mismo no pueden quedar sometidos a ningún
tipo de censura previa, con lo que se garantiza su contenido propio.
Por censura previa debemos entender cualesquiera medidas limitativas de la elaboración o difusión
de una obra del espíritu, especialmente el hacerlas depender del previo examen oficial de su
contenido. Por previo examen debemos entender la acción de enjuiciar una obra conforme a
principios o valores determinados que prevalecen respecto de los que pueda contener la obra
examinada.
El primero de los límites es genérico para todo el sistema de D, y en caso de conflicto entre D
constitucionales se interpretarán éstos de conformidad con las reglas generales y que sean al caso.
Respecto del tercer límite, la LO 1/1996 de protección jurídica del menor establece el principio
general de que toda actuación habrá de tener fundamentalmente en cuenta el interés del menor y no
interferir en su vida escolar, social o laboral.
7.1- D a la educación.
7.1.1- Concepto.
La educación implica un proceso instructivo y formativo que determinados sujetos realizan sobre
otros. Disponiendo para ello de un determinado grado de conocimientos y de autoridad
institucionalmente reconocida.
Los fines del proceso educativo están fijados en el art 27.2 CE. Se prescribe lo que podríamos
denominar educación para la democracia. Este apartado configura una directriz del entero sistema
constitucional en la materia, que garantiza el pluralismo interno de los centros orientando a la
consecución de los valores, principios y D del sistema democrático español.
La LO 8/1985 LODE establece que todos los españoles tienen D a una educación básica que les
permita el desarrollo de su propia personalidad y la realización de una actividad útil a la sociedad.
Será obligatoria y gratuita en el nivel de educación general básica.
El Estado está obligado a satisfacer este D y, en consecuencia, debe remover aquellos obstáculos
que impidan o dificulten este objetivo.
El art. 2 de la Ley 8/1985, que regula el sistema educativo, dispone que la educación estará
orientada por los principios y D constitucionales para el cumplimiento de los siguientes fines:
7.2.1- Concepto.
La libertad de enseñanza permite y habilita a los particulares para la creación de centros docentes
y les reconoce, como ámbito de esta libertad, la facultad de organizarlos, incluso con ideario propio,
y dirigirlos de conformidad con la ley, que, en España permite la creación de centros privados y
centros públicos.
La ley 8/1985 del D a la educación, establece que dicha ley regirá para todos los centros docentes, a
excepción de los universitarios. Esta ley distingue entre centros privados y centros públicos.
7.2.2- Titularidad.
Corresponde a las personas físicas y también a las personas jurídicas. La atribución de esta
libertad a los extranjeros está en total dependencia con lo que la ley determine al efecto ya que no se
trata de un D de la persona, sino de un DH.
7.2.3- El D de los padres a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral acorde con
sus propias convicciones.
Este D constitucional permite a los padres exigir tanto en los centros públicos como en los privados
que se respeten los criterios que ellos determinen en relación con la formación religiosa y moral de
sus hijos en el marco de lo establecido en la ley.
Pero no implica, sin embargo, el D de los padres a elegir un centro concreto. La LO 8/1985
reconoce expresamente el D de los padres a:
Que sus hijos o pupilos reciban una educación conforme a los fines establecidos en la CE y
en la propia LO.
Escoger un centro docente distinto de los creados por los poderes públicos.
Que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.
La UNESCO alentó a los Estados a trabajar por una oferta educativa que denominaba enseñanza
democrática, en otras palabras, la incorporación de valores democráticos al sistema de enseñanza.
Autogobierno: permite a las facultades dotarse de sus propios estatutos y regular en ellos
su estructura interna y funcionamiento, conforme a la LO de universidades.
Autonomía académica: a través de la cual las universidades aprueban sus propios planes de
estudio.
1- D de reunión y manifestación.
1.1.-Concepto.
El art 1.2 LO 9/1983, reguladora del D de reunión, establece que a los efectos de la propia ley,
``se entiende por reunión la concurrencia concertada y temporal de más de 20 personas, con
finalidad determinada´´.
La ley ha optado por el número de 20 personas como podría haber optado por otro. Es indiferente
el lugar en que las personas concurran, si bien según sea o no de tránsito público el régimen será
distinto.
El art. 21.2 CE cita junto a las reuniones, las manifestaciones. Ambos pertenecen a la misma
categoría aunque la manifestación es una especie concreta de reunión en la que, junto con la unión
de varias voluntades en busca de un fin común, debe darse también la ``publicidad del problema o
la defensa de intereses no ya en el ámbito de los propios manifestantes, sino ad extra: a modo de
mensaje dirigido a los restantes ciudadanos y/o poderes públicos´´.
La CE solo ampara las reuniones pacíficas y sin armas y requiere, además, que la intención de
ejercer este D de reunión sea notificada a la autoridad gubernativa si la manifestación tiene previsto
discurrir por vía pública.
En este sentido el art. 3.1 LO 8/1983 declara que ninguna reunión estará sometida al régimen de
autorización previa, y establece que la celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de
manifestaciones deberá ser comunicada por escrito a la autoridad gubernativa correspondiente
por los organizadores o promotores de aquéllas, con la antelación de 10 días naturales, como
mínimo, y 30 como máximo. Si se trata de personas jurídicas la comunicación deberá hacerse por
su representante.
Las que celebren personas físicas en locales públicos o privados por razones familiares o de
amistad.
Las que celebren los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, sociedades
y mercantiles, asociaciones, corporaciones, fundaciones, cooperativas, comunidades de
propietarios y demás entidades legalmente constituidas en lugares cerrados, para sus propios
fines y mediante convocatoria que alcance exclusivamente a sus miembros o a otras
personas nominalmente invitadas.
Las que celebren los profesionales con sus clientes en lugares cerrados para los fines propios
de su profesión.
Las que se celebren en unidades, buques y recintos militares, a las que se refieren las Reales
Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, que se regirán por la legislación específica.
1.2- Titularidad.
El art. 4.3 LO 9/1983 menciona a las personas jurídicas, pero para atribuirles la responsabilidad
que corresponda a los promotores u organizadores, no como titulares del D de reunión.
A pesar de su carácter individual, el D de reunión posee una vertiente colectiva que se refiere a su
ejercicio, ya que es esencial en este D la existencia de un colectivo que ejercite el D de reunión en
un momento y lugar determinado.
1.3- Límites.
Para que la reunión de un colectivo quede comprendida en el ámbito del DF de reunión del art. 21
CE es requisito inexcusable que la reunión sea pacífica y sin armas.
2- D de asociación.
2.1- Concepto.
La organización interna y funcionamiento de las asociaciones deben ser democráticos, con pleno
respeto al pluralismo, declarando nulos de pleno D los pactos, disposiciones estatutarias y acuerdos
que desconozcan cualquiera de los aspectos del DF de asociación.
2.2- Titularidad.
El art 2.1 LO 1/2002 establece que todas las personas tienen D de asociarse libremente para la
consecución de fines lícitos, mientras que el art 2.6 declara que las entidades públicas podrán
ejercitar el D de asociación entre sí o con particulares como medida de fomento y apoyo, siempre
que lo hagan en igualdad de condiciones con éstos, al objeto de evitar su posición de dominio en el
funcionamiento de la asociación.
De ello se deduce que la titularidad corresponde a tanto a las personas físicas como a las jurídicas.
La LO 1/2002 define el ámbito de aplicación, señalando que se incluyen en esta ley todas las
asociaciones que no tengan fin de lucro y que no estén sometidas a un régimen asociativo
específico.
Quedan expresamente excluidas las comunidades de propietarios y de bienes, las entidades que se
rijan por las disposiciones relativas al contrato de sociedad, cooperativas y mutualidades, así como
las uniones temporales de empresas y agrupaciones de interés económico.
Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales. Se
prohíbe las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
El art. 515 CP enumera las asociaciones que deben considerarse ilícitas y punibles penalmente:
Las que tengan por objeto cometer algún delito o, después de constituidas promuevan su
comisión.
Las que, teniendo un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la
personalidad para su consecución.
La exigencia de resolución judicial para la disolución de una asociación es una garantía del
propio DF de asociación, ya que excluye los actos gubernamentales de disolución y encomienda
al poder judicial la disolución.
El CP habilita en su art. 520 a los jueces y tribunales para acordar la disolución de la asociación
ilícita en los casos previstos en el art. 515 CP. La resolución debe adoptarse en forma de auto o
de sentencia.
3- Partidos políticos.
3.1- Concepto.
En nuestro OJ, los partidos políticos (PP) son asociaciones y tienen en el DF de asociación su
fundamento jurídico constitucional. Pero son asociaciones específicas en razón de las funciones
constitucionales que les encomienda el art. 6 CE.
El TC afirmó que un partido es ``una forma particular de asociación´´, no son órganos del estado.
Se trata de asociaciones cualificadas por la relevancia constitucional de sus funciones, que se
resumen en su vocación de integrar, mediata e inmediatamente, a los órganos titulares del poder
público a través de los procesos electorales.
El estatuto jurídico de los PP ha sido completado en estos años por normas derivadas de la
propia CE y por otras como la LO 3/1987 sobre financiación de los PP o las normas penales sobre
la ilegalidad de determinadas asociaciones.
3.2- Creación.
El art. 1 LO 6/2002 establece que los españoles podrán crear libremente PP conforme a lo dispuesto
en la CE y en la propia LO.
Este mismo precepto consagra la libertad positiva y negativa de afiliación a este específico tipo de
asociaciones al declarar que dicha afiliación es libre y voluntaria.
3.3- Titularidad.
Los promotores de un PP deben ser personas físicas, mayores de edad, que se encuentren en
pleno ejercicio de sus D, no estén sujetos a ninguna condición legal para el ejercicio de los mismos
y no hayan sido penalmente condenados por asociación ilícita, o por alguno de los delitos graves
previstos en los Títulos XXI a XXV del CP.
El legislador orgánico ha reservado a los españoles el D a crear PP, ahora bien, dado que esa
reserva debe conectarse con el D de participación política de los extranjeros cuando se les
reconozca el D a sufragio tanto activo como pasivo, dicha restricción no puede afectar al D de los
extranjeros a afiliarse a los PP ya constituidos, ni traducirse en ninguna limitación de los D
derivados de la afiliación.
Si de la documentación se deducen ilícitos penales, el Ministro del Interior queda obligado a dar
traslado al MF, dentro del plazo de 20 días.
Una asamblea general del conjunto de sus miembros, que será el órgano superior de G del
partido y que podrá actuar directamente o por medio de compromisorios. Le corresponde
adoptar los acuerdos más importantes en relación con la vida del PP.
Unas reglas internas sobre convocatorias de las reuniones de los órganos colegiados que
garantice el D de información de los miembros, la inclusión de los asuntos en el orden del
día, de las reglas de deliberación y adopción de acuerdos.
Todos los afiliados a los PP gozan de iguales D. Los estatutos deben velar para que se cumpla este
requisito legal y contendrán una relación detallada de los mismos y en todo caso los siguientes:
Ejercer el D de voto.
Impugnar acuerdos de los órganos del partido que estimen contrarios a la ley o los estatutos.
Los afiliados a los PP sólo podrán ser expulsados o sancionados con privación de D mediante un
procedimiento contradictorio, en el que se respeten las garantías necesarias y el D a la defensa del
afiliado.
3.6- Disolución.
Además de por decisión voluntaria de sus miembros, sólo puede procederse a la disolución de un
PP, o su suspensión, por decisión de la autoridad judicial competente. La resolución que
confirme la disolución surtirá efectos desde su anotación en el Registro del PP, previa notificación
del propio partido o del órgano judicial que decrete la disolución.
La disolución judicial será acordada por el órgano jurisdiccional y sólo en los casos siguientes:
Concluir que los partidos sólo están sometidos al límite del art. 22 CE, sería tanto como
admitir que las previsiones del art. 6 CE se agotan en el contenido de una norma no
sancionada, lo que es tanto como decir, simplemente, en una proposición no normativa.
Otra cosa será que la disciplina legal de los PP, en lo que se aparte del régimen normativo de
las asociaciones comunes, establezca límites conformes con el propio art. 6 CE, que el
constituyente haya descartado encomendar la garantía del respeto del art. 6 CE por parte de
los PP al TC no significa que se haya descartado dicha garantía en sí; únicamente que su
verificación ha de corresponder al PJ ordinario en tanto no se establezca otra cosa.
En el supuesto del art. 9.3 d LOPP, deja de ser una simple manifestación ideológica para
convertirse en un acto de colaboración con el terrorismo o la violencia. Este tipo de
mensajes no queda al amparo de las libertades de expresión o de información.
Respecto del art. 10.2 LOPP, solo incurre en causa de disolución el partido que, no en su
ideología, sino en su actividad persiga efectiva y actualmente ``deteriorar o destruir el
régimen de libertades´´.
El control jurídico ha de ser un control que, al producirse una situación de quebranto del
orden jurídico pluralista se hace preciso restablecer la legalidad conculcada. No hay
componente punitivo alguno, estamos ante una sanción reparadora.
El TC resolvió el recurso de amparo de los partidos ilegalizados confirmando la sentencia del TS,
estos recurrieron al Tribunal Europeo de DH que resolvió confirmando la sentencia que declaraba
de conformidad la disolución de estos partidos con la LO 6/2002 de PP. El Tribunal Europeo
confirmo la sentencia del TS que establecía que los partidos disueltos formaban parte de la
estrategia de ETA, por lo tanto la medida fue proporcional al fin legítimo perseguido.
4- D de sindicación.
4.1- Concepto.
La LO 11/1985 de libertad sindical proclama que todos los trabajadores tendrán D a sindicarse
libremente para la promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales.
D del trabajador a afiliarse con la sola condición de observar los estatutos del mismo, o a
separarse del que estuviese afiliado.
El D a la actividad sindical.
Por otro lado, en el ejercicio de la libertad sindical, las organizaciones sindicales tienen D a:
4.2- Titularidad.
5- D a la huelga.
5.1- Concepto.
Permite al trabajador suspender su actividad laboral como muestra de discrepancia por las
condiciones laborales y para la defensa de sus intereses.
El TC estimó que:
El contenido esencial del D de huelga consiste en la cesación del trabajo en cualquiera de las
manifestaciones o modalidades, lo que no excluye que el legislador pueda considerar
abusivas ciertas modalidades.
El ejercicio del D de huelga puede quedar sometido por ley a algún tipo de formalidades,
siempre que no sean arbitrarias, que tengan por objeto proteger otros bienes e intereses
constitucionalmente protegidos y que no sean tan rígidas o difíciles de cumplir que en la
práctica hagan imposible el ejercicio del D.
No se puede comparar el D de huelga, reconocido como DF, con el cierre patronal, que debe
considerarse D cívico. Por tanto, los empresarios no pueden responder a una huelga con un
cierre patronal.
La Titularidad del D de huelga pertenece a los trabajadores, pero las facultades en que consiste el
ejercicio del D de huelga, en cuanto acción colectiva y concertada, corresponden tanto a los
trabajadores como a sus representantes y a las organizaciones sindicales.
6- D de petición.
6.1- Concepto.
El objeto del D de petición podrá referirse a cualquier asunto o materia comprendidos en el ámbito
de competencias del destinatario, con independencia de que afecten exclusivamente al peticionario
o sean de interés colectivo o general.
Este D debe ejercitarse por escrito, aunque puede utilizarse cualquier medio, incluso electrónico,
siempre que permita acreditar su autenticidad.
Es susceptible de tutela judicial mediante las vías establecidas en el art. 53.2 CE.
6.2- Titularidad.
Los miembros de las FF AA o institutos armados o Cuerpos sometidos a disciplina militar sólo
podrán ejercer este D individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su legislación específica.
1- D de participación.
1.1- Concepto.
El art 23.1 CE reconoce expresamente a los ciudadanos el D a participar en los asuntos públicos,
directamente o a través de los procesos electorales. La participación da unidad al sistema
democrático, siendo fundamento del propio sistema.
Este D de participación no habilita a los ciudadanos para exigir su participación en todos los
asuntos públicos, pues, como dice el TC, se requiere un especial llamamiento o una especial
competencia, si se trata de órganos públicos, o una especial legitimación si se trata de Entidades o
sujetos de D privado, que la ley puede, en tal caso, organizar.
En cuanto al ámbito material de este D, se refiere a asuntos públicos, expresión que parece aludir
a la participación política, aunque no agota aquí su contenido, ya que deben incluirse en este ámbito
otras modalidades de participación social, económica, cultural, judicial siempre que tengan carácter
o relevancia pública.
1.2.-Titularidad.
El sujeto del D corresponde a los ciudadanos, término que alude de manera directa a la persona
física.
Los particulares pueden acudir al recurso de amparo en la medida en que las leyes establezcan
condiciones discriminatorias.
Ostentan la titularidad del D de acceso a los cargos públicos los ciudadanos, primero como
candidatos a un cargo representativo y luego como parlamentario y en su caso, incluso los
grupos parlamentarios en que éstos se integran y que ellos mismos constituyen, en la medida en que
resulten menoscabados sus D.
La participación política puede ser definida como la acción de intervenir en los procesos de toma
de decisiones públicas.
Todos ellos son instituciones representativas. Lo mismo cabe decir de los Ayuntamientos, de las
Diputaciones provinciales y Cabildos.
Para definir aún más el tipo de mandato de los representantes, la CE establece que los miembros de
las CG no están ligados por el mandato imperativo. Ello implica que los representantes no pueden
recibir instrucciones en el desenvolvimiento de su función.
El sistema representativo debe reunir determinados caracteres para que pueda imbricarse en un
sistema democrático:
Una vez que la Mesa del Congreso comunica a los promotores que su proposición de ley ha
sido admitida, comienza el proceso de recogida de firmas, para la cual la LO habilita el
plazo de 6 meses a contar desde dicha comunicación.
Referéndum:
Municipios que por situación geográfica, mejor gestión de los intereses u otra
circunstancia lo aconsejen.
3- Sistema electoral.
3.1- Concepto.
Conjunto de reglas conforme a las cuales se produce el fenómeno electoral, se asignan los escaños a
los distintos candidatos según la fórmula adoptada y, en su caso, se resuelven los recursos
suscitados.
Todo sistema electoral debe diseñarse respetando unas reglas básicas que, serán:
Imparcialidad.
Adecuación histórica a las tradiciones e instituciones del país.
Control del excesivo fraccionamiento de las fuerzas políticas.
Pluralidad de opciones políticas, esencia de la democracia.
3.2- Elementos.
D de sufragio: capacidad que el OJ reconoce a los ciudadanos para participar, mediante su voto, en
los asuntos públicos. Este D tiene dos vertientes:
D de sufragio activo: capacidad para ser elector y emitir el voto.
Se reconoce este D como universal, se otorga a todos los ciudadanos sin excepción, aunque se
pueden solicitar ciertos requisitos para su ejercicio.
Todos los procesos electorales españoles se celebran por sufragio universal de los mayores de
18 años, que están censados y en pleno uso de sus D.
Carecen de D de sufragio:
Circunscripción electoral: es el territorio en el cual los votos emitidos por los electores
constituyen el fundamento para el reparto de escaños a los candidatos de manera independiente a
los votos emitidos en otras zonas electorales.
Circunscripciones plurinominales: en las que deben cubrirse dos o más escaños; cuando la
circunscripción abarca todo el territorio nacional, hablamos de colegio nacional único.
Fórmula de escrutinio: instrumento que permite asignar los escaños a los distintos candidatos en
razón a los votos obtenidos por cada uno de ellos. Se distingue entre:
El censo electoral está constituido por los ciudadanos que tienen reconocido el D de sufragio y se
publica con suficiente antelación a la fecha de la celebración de cualquier proceso electoral,
abriéndose un plazo para subsanar posibles errores.
Campaña electoral: periodo de tiempo que el ordenamiento habilita para que los partidos y los
candidatos puedan exponer a los ciudadanos sus respectivos programas electorales.
Elecciones municipales.
Elecciones autonómicas.
Elecciones nacionales:
Los ayuntamientos se integran por Concejales y Alcaldes. Los concejales son elegidos por los
vecinos directamente, mediante sufragio universal, igual, libre y secreto. Una vez elegidos
popularmente los concejales, se procede a la elección del Alcalde.
La CE permite que los Alcaldes sean elegidos por los concejales o por los vecinos, pero la LOREG
ha optado por la primera opción, determinando que pueden ser candidatos a Alcalde todos los
Concejales que hubieran encabezado sus respectivas listas electorales.
Si ninguno de los candidatos obtiene mayoría absoluta es proclamado Alcalde el Concejal que
encabece la lista más votada en ese municipio. En caso de empate se resuelve por sorteo.
En los municipios que tengan entre 100 y 250 habitantes pueden ser candidatos a Alcalde todos los
Concejales.
Una vez celebradas las elecciones locales, la Junta de Zona forma una lista con el número de
Diputados que corresponden a cada formación política que haya obtenido algún Concejal dentro del
partido judicial correspondiente.
Los Concejales de cada partido o formación política, reunidos de forma independiente, eligen, entre
ellos mismos, a quienes hayan de ocupar los puestos de Diputados Provinciales de su partido.
La LOREG establece unas normas especiales para la elección de los miembros de los Cabildos
insulares Canarios, determinando que en cada una de estas islas se elegirá, en urna distinta de la
destinada a la elección de los Concejales, un número determinado de Consejeros Insulares en
proporción al número de residentes en cada isla. Será presidente del Cabildo insular el candidato
primero de la lista más votada.
Los miembros de las Asambleas Legislativas de las CC AA son elegidos mediante el mismo
sistema electoral de los Ayuntamientos y del CD por sufragio universal, directo, libre, secreto, e
igual de la población de cada CC AA.
CD: se fija como circunscripción la provincia. Ceuta y Melilla estarán representadas por un
Diputado cada una de ellas.
Se establece una representación mínima de cada circunscripción que la ley ha fijado en dos
Diputados.
Las candidaturas se presentan en listas cerradas y bloqueadas con el mismo número de candidatos
que escaños se elijan en cada provincia, mas algunos suplentes.
Senado: se elegirán 4 Senadores por provincia, salvo las islas, Ceuta y Melilla.
En las provincias insulares, cada isla que posea Cabildo o Consejo insular propio constituye una
circunscripción a efectos de elección de Senadores y se eligen:
Tres senadores en cada una de las islas Mayores (Mallorca, Gran Canaria y Tenerife).
Cada CC AA designa, además, un senador y, además, otro por cada millón de habitantes de
su territorio. La designación de estos senadores se realiza por la Asamblea legislativa con
respeto al criterio de representación proporcional.
Tienen D de sufragio activo en las elecciones al Parlamento Europeo los españoles y las
personas residentes en España que, sin haber adquirido la nacionalidad española tengan:
Los mismos requisitos que la ley pide para ser elector a los españoles y gocen del D
de sufragio activo en los EE MM de origen.
Recibe la denominación de los D y deberes de los ciudadanos, y comprende del art. 30 al art. 38,
ambos inclusive. Los preceptos de esta sección 2º no están dotados de las mínimas garantías que sí
otorga el ordenamiento constitucional a los D de la sección 1ª.
Debe aceptarse que los D contenidos son considerados por el legislador menos relevantes en
orden a su protección.
Sin embargo, ciertos autores ya han considerado que las distintas garantías que se otorguen a los
diferentes D constitucionales no modifican su naturaleza, y, por tanto, unos y otros son DF.
Desaparecido el Servicio militar obligatorio, gran parte de los problemas jurídicos que presentaba
este precepto han decaído en su interés.
El art 31.1 consagra el deber de todos de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. La CE
establece los principios que deben regir este deber:
El TC ha confirmado la necesidad de que, en el hábito tributario, se respete el trato igual a todos los
sujetos en función de las diferentes capacidades económicas.
Colectivo: implica un mandato a los poderes públicos para que lleven a cabo una política de
pleno empleo.
El art. 35 CE atribuye expresamente este D-deber a los españoles, de donde cabe deducir que no
existe una obligación absoluta a equiparar a los extranjeros en el D-deber de trabajar.
Respecto a la edad mínima y máxima para ejercer este D, la mínima es una garantía de
protección de los menores de edad, la máxima es la limitación de un D individual, aunque
justificada, para la protección de valores y principios que han sido asumidos por la CE, como son la
solidaridad, la igualdad real y efectiva y la participación de todos en la vida social, económica y
cultural del país.
3- D al matrimonio.
Monogamia: la ley civil recoge la fidelidad conyugal, siendo el supuesto contrario una
de las causas legales de separación conyugal.
Igualdad entre los cónyuges: este mandato constitucional debe ser respetado, en todo caso,
por la ley, de manera que sea efectivamente igual su posición en el ejercicio de D y deberes
inherentes a esta institución.
El art. 32.2 estableció que la ley debía regular, entre otros aspectos, las causas de
separación y disolución del matrimonio.
La titularidad del D corresponde tanto a las personas físicas como a las personas jurídicas y en
los términos del art. 13.1 CE puede corresponder también a las personas físicas y jurídicas que no
sean de nacionalidad española. El art. 33.2 CE incorpora la posibilidad de establecer límites al D de
propiedad, al determinar que el contenido se modulará en razón de la función social modificando así
el contenido literal de este D que prevalecerá frente a otros D y libertades haciéndolo más acorde
con los principios del Estado social y democrático del D actual.
El art. 33.3 CE garantiza que nadie será privado de sus bienes salvo en los casos y con las
garantías siguientes:
La expropiación forzosa se concibe en los orígenes del Estado liberal como un último límite al
sagrado e inviolable D de propiedad privada y referido casi en exclusiva a expropiaciones para la
construcción de obras públicas. En el estado actual ya no es un límite al D de propiedad sino un
instrumento positivo puesto a disposición del poder público para el cumplimiento de los fines que
tiene encomendados en orden a la consecución del equilibrio económico, de la justicia social y del
desarrollo equilibrado de la sociedad.
Se entenderá por expropiación forzosa por causa de utilidad política o interés social cualquier forma
de privación singular de la propiedad privada o de D o intereses patrimoniales legítimos,
cualesquiera que fueren las personas o entidades a que pertenezca, acordada imperativamente.
5- El D de fundación.
La fundación es una persona jurídica constituida sin fin de lucro que, por voluntad de sus
creadores, tiene afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de fines de interés
general. La fundación nace como un acto de disposición de bienes que realiza el fundador,
quien los vincula a un fin por él determinado y establece las reglas por las que han de ser
administrados al objeto de que sirvan para la consecución de fines de interés general.
Las fundaciones se rigen por la voluntad del fundador y por sus Estatutos y, en todo caso por la
ley. Es requisito ineludible para constituir una fundación que los fines de la fundación sean de
interés general.
6- La libertad de empresa.
El TC reconoce la libertad de empresa como un DF, aunque no esté protegido por el recurso de
amparo, pues tiene un contenido esencial garantizado frente al legislador.
Entre las condiciones básicas para el ejercicio de la libertad de empresa constitucionalizada se halla
la libre circulación de bienes en todo el territorio nacional, aunque las CC AA pueden disciplinar
determinados aspectos de ciertas actividades empresariales.
El art. 128 CE reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Habilita este precepto a
la ley para que se reserve, en su caso, al sector público recursos y servicios esenciales y que pueda
acordarse la intervención de empresas si lo exige el interés general.
7- Colegios profesionales.
Los Colegios profesionales son considerados corporaciones sectoriales de D público para cuya
regulación el art. 36 CE ha establecido la reserva de ley y la exigencia que se establece para los PP
y sindicatos de que su estructura interna y funcionamiento sean democráticos.
La actividad de los Colegios profesionales no sólo está encaminada a la defensa de intereses
privados, sino que también tienen la función de garantizar el ejercicio de determinadas profesiones
tituladas para garantía de la sociedad, aunque pueda resultar discutible la colegiación obligatoria y
la sujeción tanto de los profesionales como de los particulares.
Así, estos principios dependen para su efectivo ejercicio o realización de la acción de los poderes
públicos y, en consecuencia, de los programas de política económica y social que los gobernantes
lleven a cabo.
El Estado Social articuló una intervención económica sistemática que sustituyó progresivamente a
las estructuras liberales.
Las obligaciones del Estado que se regulan tienden a la consecución de una serie de objetivos,
que podríamos sintetizar en:
Nos encontramos ante preceptos cuya eficacia es mediata a través de la Ley que los desarrolle,
aunque de los mismos parece derivarse la obligación de los poderes públicos de acometer su
desarrollo legal, ya que, en caso contrario, se anulará su eficacia jurídica. Parece que los preceptos
contenidos en los art. 39-52 no reconocen al sujeto una esfera de autonomía o libertad que le
permita demandar a los poderes públicos su abstención, en alguno de los casos, o una
prestación concreta en otros.
Pero, por ser la C normativa y de aplicación directa, se puede considerar que los preceptos
contenidos en este capítulo III pueden alegarse, no como D directamente exigibles, pero sí como
principios y obligaciones de los poderes públicos que han podido ser exigidos, incluyendo incluso
las obligaciones de desarrollo de los preceptos.
8.2- El contenido del Capítulo III, del Título I.
El Cap. III tiene un contenido heterogéneo, sobre el que proponemos la siguiente clasificación: