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Introduccin, la religin el opio de los pueblos

En el prlogo a esta obra, el autor desarrolla una detallada invectiva contra la religin,
acusndola de opio de los pueblos. Cabe destacar que, como todo filsofo moderno, Marx
desconfa abiertamente de la religin. No obstante, a diferencia de la crtica iluminista, que
antepone a la razn como punto de partida fundante de toda existencia (y en este sentido hace
otra religin), la crtica marxista parte del materialismo, es decir, la religin es obra intencionada
de los hombres; obra que pretende negar la realidad en pos de una promesa infundada. Luego,
la subversin de la religin es la vuelta a la realidad de ac, a los problemas del hombre en su
mundo verdadero, a su ignominia y a sus posibilidades de emancipacin. En otras palabras, la
erradicacin del opio que mantiene extasiados a los pueblos.

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