El filibustero
Justo Sierra O'Reilly
REIWMATO
LICENCIADO
VIDRIERA
. &
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICOcoLeccion
RELATO LICENCIADO VIDRIERA.
COORDINACION DE DIFUSION CULTURAL
Direccién General de Publicaciones y Fomento Editorat
El filibustero
Justo Sierra O'ReillyINTRODUCCION
OS ertiaister ea scarey enero
ec ak eine ts
ia de la literatura mexicana, entre otras razones, por
ber sido uno de los introductores de la novela como género
rio en nuestro pafs. El periquillo sarniento fue publi-
da cn el afio de 1816, unos cuantos afios después de la
laraciGn de la independencia, y acaso por ello su tematica
suiestilo tienen que ver més con la critica de costumbres y
Bos apni cl sarin
erie ec ipemece ae
PG ae isyeictcens seociiscciai
ae DOES spc orrmnnertotCdaeaineren
i eee Sep steering
ean ales Dumas, Ste) Ron orconsigente
novela, Un afio en el hospital de San Lazaro
Ral ye oho a Byeinen fom cise cesar to intron
or a través de la trama y del conflicto psicolégico de
ee ce Richer ete cea pin
ISBN: 970-32-0473-2 (tomo 6) ta contraido lepra y se ve obligado a refugiarse en un
Impreso y hecho en México sario. Por otro lado, Sierra O° Reilly es también el crea-var
dor en nuestro pais de lo que se conoce como novela hist6-
tica, género que aprendié merced asus lecturas de Sir Walter
Scott, Bulwer Lytton y Victor Hugo. Su segunda novela, la
ya cldsica La hija del judfo fue dictada por Sierra O'Reilly,
con la misma soltura de Stendhal con su famosa Cartuja,
aprovechando las largas esperas durante su aciago viaje a
Estados Unidos en plena Guerra de Castas. Bien documen-
tada, con profundo conocimiento de la historia de a colonia
1 de las intrigas entre las principales Grdenes religiosas ~en
especial la pugna entre dominicos y jesuitas~ Sierra O'Reilly
crea una obra maestra efrta cual narra con lujo de detalles
las peripecias a que se ve sometida una jovencilla acusada
por la Inquisici6n de ser hija de judios con objeto de despo-
jarla de su herencia y, dems, frustrar su felicidad al impedir
su matrimonio con un joven de la mejor sociedad. Pero Sierra
tenfa otra veta, la de la novela breve o relato que, de algén
‘modo explot6 con éxito en los muy diversos periédicos que
publicé a lo largo de su corta pero atribulada vida. En este
‘g6nero Sierra O'Reilly ensaya con las leyendas e historias
‘que fueron famosas en la Peninsula de Yucatén. este género
perteneve Et filibustero, relawo que hoy preventamos y que
se hallaba précticamente inédito en nuestro pais.
Elfilibustero (1841) fue considerada por el propio autor
‘como una novela hist6rica en razén de que esta basada en
‘una leyenda del siglo xvit sobre las famosas piraterfas que
asolaban a la Peninsula de Yucatén, Esto, que alaluz-de hoy
puede parecer ingenuidad o falta de creatividad, no era tal
el siglo x0x evando lo que se pretendia era sobre todo
forzar la autenticidad de Ia anéedota y darle el tratamiento
nds realsta posible. Porello esta breve novela posee muchas
Jas mejores aportaciones de Sierra O'Reilly ala narrativa
ana. Se trata de larecreaci6n hist6rica de un personaje
enombrado en la imaginacién popular, Diego el Mulato,
ible por su oficio de filibustero y misterioso por suidenti-
y destino. El suceso estd ambientado en el pasado, como
novelas de Scott, pero ocurre en nuestro pas, en este :
o en la muy noble y leal villa de Campeche, en laenton-
pitan‘a General de Yucatén, lo cual le brinda un interés
al relato. Si bien es cierto que hay muchos ele-
fechados que le imprimen un toque excesivamente
{un tanto melodramatico ala narraci6n, también
rdad que la historia posee fuerza e interés sobre todo
se trata de una historia de amor a la vieja usanza,
que proponfan Byron, Emily Brinte o Victor Hugo,
nde existe de principio una gran disparidad entre el
‘moral de la pareja de enamorados y muchos obs-
ppara vencer. El elato contiene asf el suspenso folle-
cl clemento roméntico, ol anholo de penetracién
ea y la sorpresa con que suelen concluir este tipo de
sentido Diego el Mulato es un protagonista muy
Jen tanto que su caracterizacién es la de un tipico
oniano. Es ervel, valiente, buen mozo, habil con
saltivo, aungue a la larga resulte una vietima detdestino en cuanto a que se enamora de Ta persona menos
indicada, pues no slo se trata de ia mujer més bella de Cam-
peche sino también de quien con mayor derecho lo odiarfa
Elfilibustero es, en fin, la historia de una gran pasién, de un
amor a primera vista que desconoce sus orfgenes y que en-
frenta todas las adversidades posibles sin temor a Io que
pueda ocurrt. Tanto Diego como Conchita, el objeto de su
amor, estén dispuestos a arrostrar todas las penalidades
{que sobrevengan con tal de no prescindir el uno de fa otra,
La pasién de Diego no conoce Iimites y Conchita también
‘es capaz de renunciar incluso a su propia sangre con tal de
tunirse a quien la sedujo con el simple brillo de sus ojos.
‘Como sucede en las novelas decimonénicas, la historia esta
dena de paradojas,ironfas dramsticas y predeterminaciones,
del destino, Curiosamente las concesiones que hace el nove-
lista no van tan lejos como para llevarnos a un final feliz.y
esto, en gran medida, es lo que le imprime el cardctertrégico
y memorable a nuestro relato pionero en las letras mexica-
nas, Para la presente edicién se consideré pertinente moder-
nizar la tipografia y las convenciones editoriales con objeto
de hacer més gil su lectura
Hernén Lara Zavala
PRIMERA PARTE,-Ahi! dove fuggo?
E dove
Dove fugirpotrat?
Alfir-M. Stuarda
1
INVASION DE LA VILLA
LAS ARMAS, VALIENTES CAMPECHANOS! LOS BARBAROS
/ENEN A ROBAROS, A INSULTAROS, A SAQUEAR VUES-
€asas, a violar vuestras hijas ya incendiar la poblacién!
ey! {qué es el rey cuando se trata de conservar el honor
tencia de lo que tenéis de més caro en Ia tierra?
‘causa del rey no es la que vais a defender: es Ia
fra, es la causa de Yucatén: es la de la muy noble y leal
for consternacién y angustia,contemplando aquel
host El valentey resuelto eapitén Domingo Gal-
0, acuerdo con los principales dela villa, daba
ones y dictaha éedenes para la defensa de In
cinco de la tarde, mientras todos los vecinos es-
tunidos en las casas reales, viose venir a carrera tirada
yero de la Eminencia.. Lega bafiado de sudor, cubier-
Wo. no puede hacerse entender porque est espan-
agitado de la fatiga y del terror.“Por Dios!, hablad de una vez ~gritéle Juan Baniver-
de-5 qué hay?, son enemigos?
-Sf.. pronto... a las armas... es, no hay duda, lo... he
reconocido bien... es.. Diego el Mulat.
“Diego el Mulato! -exclam6 la azorada multitud, y en
aque! momento un estupor general cundié ripidamente-,
{Diego el Mulato! {Santo Dios!, ;quién resiste a Diego el
“Malato?, zquign puede embotare! filo de su espada?, ,quién
ccontiene su brazo exterminador?, ,que mitigarésu insaciable
sed de venganza y de sangre?”
‘Tan intrépido cual.era el capitén Galvén, no dejé de
turbarse con la noticia que trajo el vigfa de la Eminencia
Conocia perfectamente a Diego el Mulato, de quien era
padrino, y sabfa que era capaz de todo para vengarse de
cierto insulto recibido en la villa, Su nombre tenfa una
horrible celebridad, una fama de sangre. Como el Han de
Islanda de Victor Hugo, Diego el Mulato habia comido la
carne de un indio de Rfo-Lagartos y bebido el agua salobre
de una cignaga. Muchos afis de piratefa en las costas de
‘Yucatén lo habfan hecho temible aestos pacificos habitantes
Y su nombre era bastante para petrficarlos de espanta. Sin
‘embargo, era de la mayor importancia el proceder a serios
reparativos, yal efecto, el capitén Galvan dirigié una aren-
‘88 a los vecinos para excitar su patriotismo y lealtad, ha-
cigndoles ver que no habfa que temer a ningtin enemigo,
siempre que se afrontase con valor y resolucién a sus
tentativas, y que el nombre yucateco, el honor eampechano
Staban directamente interesados en el éxito de aquella
tase habfa aproximado a las costas, desembarcado con
ida a sotayento de San Romén, donde hoy esté el
illo de San Luis, ¢ internado por la espesura, Era segu-
een aquellos momentos estabacen tierra, y tal ver den-
Ta villa 0 sus arrabales, porque atin no se habfa re- ;
do al ocultarse el sol. Esto acabé de alarmar aos
,¥ ya no tuvieron resolucién para poner sus haciendas
Oy alejar de aquel teatro a sus familias, hasta que
ge el socorro que se habia pedido a la ciudad de Mérida,
de residiael gobernador. Como para esto era natural
tiese lgtn intervalo considerable de tiempo y
go era inminent, se resignaron a toda contingencia,
se erefan cereados por el encmigo. Cuando a las
a mafiana del dia siguiente el eacique de Sambulé
fle del saqueo que habfan hecho en su pueblo los
eros, ya la villa estaba en actitud de defensa, aunque
basino con doscientos sesenta y tres hombres, pues
se retraron a los montes inmediatos.
tima del bérbaro furor de aquel filibuster detestable
Jo en el ao pasado don Valerio Mantilla, enco-
fo de Champotsn. Diego el Mulato sorprendi6 aquel
cuchillo alos que no tuvieron lugar a escapar
te de su furor. Mantilia fue del niimero deestos desgraciados. Su familia estaba en Campeche y aunque
‘no conocia personalmente al pirata, nuestros Iectores deben
figurarse la impresin que su desembarco causaria en el la-
cerado corazdn de la viuda e hijos del caballero. Conchita,
lalindae inocente Conchita, sobre todo, fdolo y encanto de
‘su difunto padre, delicia de toda la familia y bello omamento
de la villa, era la que més sufria en aquel amargo trance.
Suelta la rubia cabellera, con los ojos hinchados de tanto
Horar, pintado el terror en todas sus delicadas facciones y
‘con traje de luto,sali6 en la mafiana del dia doce de agosto
para ira la parroquia, distante de su casa sélo el ancho de la
calle. Allf arrodillada sobre Ia tumba"de su padre, al pie
‘del altar de énimas, lanzaba ahogados sollozos pidiendo al
cielo... jSanto Dios! Sabitamente oye tocar a rebato; las
cornetas, trompas y afafiles dan la sefial de la proximidad
del enemigo, Trémula escucha la voz del capitén Galvan,
que manda a hacer fuego... ;poumn!, un tiro de artilleria
venido del mar... las balas se cruzan...el tiroteo se gene:
raliza... Conchita cae sin sentido desmayada en el templo,
sin un solo testigo, sin una sola mano que Ia socorriese.
Atacan con furor los enemigos la trinchera de San Ro-
mn: los botes y las lanchas protegen sus operaciones hos-
tiles. Se acercan una vez... otra atin... y el capitin Galvin
cae atravesado por una bala de mosquete, al salir a contener
‘aquellos forajidos. Sin embargo, los vaientes campechanos
sostienen con honor su puesto; pero se retinen en aquel solo
sitio, mientras que nuestros enemigos, haciendo un fuego
por la mar y por la playa, destacan diversas partidas y
poderan de varios puntos de la villa, Todo es ya confu-
¥¥ desorden. La superioridad exorbitante de los inva-
have desaparecer todo obstéculo a su empresa. Los
10s, en la dura alternativa de morir o rendirse a
Jn, no encuentran otto medio que el de refugiar-
‘el convento de San Francisco, Emprenden precipita-
te la retirada las mujeres y los niflos; os ancianos ¢ 7
dos se ven en el mayor peligro. Todo es luto y ho-
0 se oye ya la voz de los que mandan, y cada uno pro-
ar aquel contlicto como se lo permiten sus ago-
23s.
indo Conchita volvié de su largo y profundo des-
jgi6 en torno sus azorados ojos buscando a alguien,
+a un lejano ruido: es un himno @ Baco lo que
ppercibir: es el canto de los extranjeros que cele-
triunfo horrible en medio de una orgia. Retine sus
{Dios mio!, ;qué recuerdos}... Hace un esfuerzo para
de aque! lugar solitario; todo esté sumergido en espe-
todos. La puerta, sin embargo, esté entreabierta,
da, petrificada de espanto... encuentra un bulto
arrojado por el suelo..es el cadsver del capi-
_ otro en la calle. es el del capitén Losada
|capitin Pita, otro més, jay!, ;qué sangriento
ilo! gY su madre y hermanos? jNada! Su casa esta
€1 mayor desorden... Conoce Io eritico de suestos desgraciados. Su familia estaba en Campeche y aunque
‘no conocia personalmente al pirata, nuestros lectores deben
figurarse la impresiGn que su desembarco causaria en el la-
cerado corazén de la viuda e hijos del caballero. Conchita,
la linda e inocente Conchita, sobre todo, fdolo y encanto de
su difunto padre, delicia de toda la familia y bello ornamento
de la villa, era la que més sufrfa en aquel amargo trance.
Suelta 1a rubia cabellera, con los ojos hinchados de tanto
Horar, pintado el terror en todas sus delicadas facciones y
ccon traje de luto, salié en la maftana del dia doce de agosto
para ira la parroquia, distante de su casa s6lo el ancho de la
calle. Allf arrodillada sobre la tumba"de su padre, al pie
dl altar de énimas, lanzaba ahogados sollozos pidiendo al
cielo... ;Santo Dios! Subitamente oye tocar a rebato; las
‘cornetas, trompas y afiafiles dan la sefial de la proximidad
del enemigo. Trémula escucha la voz del capitén Galvan,
que manda a hacer fuego... jrounn!, un tiro de artillerfa
venido del mar. las balas se cruzan... el tiroteo se gene
raliza... Conchita cae sin sentido desmayada en el templo,
sin un solo testigo, sin una sola mano que la socorriese.
Atacan com furor los enemigos la trinchera de San Ro-
‘man: los botes y las lanchas protegen sus operaciones hos-
tiles. Se acercan una vez... otra atin... y el capitén Galvin
‘cae atravesado por una bala de mosquete, al salir a contener
aquellos forajidos. Sin embargo, los valientes campechanos,
sostienen con honor su puesto; pero se retinen en aquel solo
sitio, mientras que nuestros enemigos, haciendo un fuego
yo por la mar y por la playa, destacan diversas partidas y
poderan de varios puntos de la villa, Todo es ya confu-
¥y desorden. La superioridad exorbitante de los inva
hace desaparecer todo obstéculo a su empresa. Los
shanos, en la dura alternativa de morir o rendirse a
én, no encuentran otro medio que el de refugiar-
el convento de San Francisco. Emprenden precipita-
nte la retirada las mujeres y los nifios; los ancianos e
se ven en el mayor peligro. Todo es luto y ho-
se oye ya la vor.de los que mandan, y cada uno pro-
ar aquel conflicto como se lo permiten sus ago-
do Conchita volvi6 de su largo y profundo des-
6 en torno sus azorados ojos buscando a alguien,
un Iejano ruido: es un himno a Baco To que
es el canto de los extranjeros que cele-
Dios mfot, ;qué recuerdos!... Hace un esfuerzo para
aque! lugar solitario; todo est& sumergido en espe-
Jas: son las once de la noche y se encuentra aban-
‘todos. La puerta, sin embargo, esté entreabierta,
da, petrficada de espanto.... encuentra un bulto
‘arrojado por el suelo... es el cadaver del capi-
otro en ta calle... es el del capitén Losada,
capitin Pita, otro mas, jay!, iqué sangriento
ilo! ;¥ su madre y hermanos? Nada! Su casa esté
Jel mayor desorden... Conoce lo critico de suPosicién y vuelve horrorizada de nuevo a la parroquia
con el fin de ocultarse en lo més recéndito. Una persona
embozada seguta de hito en hito todos sus movimiento;
pero ella an no lo hab observado se encamina,.entra en
Ja capilla del sarario en donde arde todavia una lémpara
‘que apenas despide rémula yplida luz queda alos objetos
aspecto terible. El afligido corazén de la nifa late con
violencia... vaa exhalar tal vez el sltimo alieno, segin est
agitada, En esto el incégnito se coloca entre ella y la
impara.. una sombyragigantesca se dibuja sobre el altar
“jay! ~aritéarrebatada-de pavor y espanto ;por piedad,
socorredme.. bradme de Diego el Mulato!” Sus ojos se
cerraron, sus miembros quedaron en inaccién y se adorme-
cieron sus potencias,
‘Al posesionarse de la villa los filibusteros se distri-
buyeron po oda ella para satisfacer su desenfrenada coicia
1 su brutal lascivia. Diez de ellos entraron en la parroquia y
robaron cuanto se les vino a las manos, sin respetar lo
més santo y digno de veneracion, Retirsbanse ya de aquel
ugar sagrado cuando “presa!”, exclam6 uno de los bée
baros...Apenas daba Conchita seal de vida. ";Ated, mise-
rables!”, grit entonces una vor estentérea, El sitio qued6
en un momento despejado
EL filibustero recién venido, principal entre ellos sin
dua, eruz6 ls brazos,fij6 sus billantes ojos sobre Con-
chia. Tana6 un profundosuspiro. Un temo respetuoso lo
contiene... dos gruesasIigrimas ruedan sobre las tostadas
jillas del pirata..siente en su alma desusada compasié
a... se apoya.en un altar y con admiracién esttipida a
de estatua, queda inmévil en aquel sitio. Al recobrar
ita el uso de sus facultades, el filibustero ha seguido
movimientos: y es el mismo que ta recibe en sus brazos,
Ia capilla del sagraro.EL PESCADOR
POCO APARTADO DELA VILLA, EN LA PLAYA DE SAN ROMAN,
VIVIA UN HOMBRE MISTERIOSO, UN HOMBRE DESCONOCIDO
de todo el mundo, sin embargo de presentarse con harta
frecuencia en el mercado-para vender el fruto de su industria,
‘Una choza miserable cubierta de viejds y mal entretejidas
palmas, meciéndose constantemente al impulso de la brisa,
le servia de albergue. Dentro de ella s6lo se oftecta a la vista
tuna red y los instrumentos de pesca, un fogén de hierro, dos
ccazuelas de barro, un frasco, dos trabucos y una mala hamaca
de esparto, Tendria entonces nuestro hombre cincuenta y ocho
afios, era fornido y robusto; su frente y mejillas arrugadas;
los ojos de un verde opaco sobre fondo encamado; calvo, y
su tez de un color cetrino, Algunos decfan que era italiano,
otros portugués. y algunos lo hacfan pasar por holandés. Lo
cierto nadie lo sabia acaso. Allé por el afio de 1625 se habia
presentado en el pafs, y desde entonces vivia tranquilo sin
hhacer mal. No se entretenia en otra cosa que en pescar, mascar
tabaco, comer, dormir la mayor parte del dfa y velar de noche.
No ten‘ relaciones con persona alguna de la villa, pues su
habitacién, su figura, sus maneras y su cardeter lo hacfan
lamente incomunicativo. La gente del pueblo lo Ila
el pescador brujo”, sin mas motivo que su aistamiento.
Ja noche de aquel ominoso dia, en que tos filibuste-
maron a Campeche haciendo una horrible matanza y
jendo todo linaje de excesos, nuestro pescador de la
‘eon una pequefia y mezquina linterna, caminaba a
por la ribera del mar con la mira de socorrer a algtin
faciado herido que hubiese caido entre los muertos,
Of parte de Ios invasores sucumbieron en la reftiega,
§ muy avanzada 1a hora cuando a una sefial para”él
sida -un grito ahogado semejante al graznido del
‘detuvo la linterna, que como un triste fuego fatuo
aquellos lugares solitarios: se repite la sefal, y
Juz desaparece. La lobreguez. es ya espantosa en
to eritico,
seador y otra persona se encontraron a pocos pasos.
jempo! ~exclamé el primero,
padre mio; luego hablaremos: no gastemos estos
‘momentos en vano. Ayudadme a socorrer a esta
da criatura ~y diciendo esto el recién venido, hacfa
net su preciosa carga.
atin més crimenes, monstruo, hijo digno de un
ame, pero desgraciado! Aparta, lejos de aqui: yo
starme por més tiempo a tus iniquidades, ;bérba-
crimenes!
dad, padre mio!, esta nifia, esta pura inocente
(a de nuestros socorros, (Criminal me Maméis!,2
{ah!, no, 05 lo juro: no es el erimen el que me guia; es, zqué a: ese destino que vos dects preside Ia suerte y carrera
sé yo... es un cast, noble y piadoso sentimiento.. je ella mbre en la tierra
tan linda, tan tierna! | Venid, venil...-y caminaban ambos Sin embargo -replicé el pescador~ ese destino, esa
para la choza, lidad, la arrastrarfa a la muerte. {Dudas atin...!
Si, padre mio, dudo: vos mismo me habéis dado mot-
Legados a ella, el pescador, con aite de desconfianza y
‘murmurando algunas palabras asladas, hizo lumbre. El ili- gn mis erimenes! exclamasteis horrorizado, como re-
bustero se quits desde luego el capote y colocs sobre él a la do y echindome en cara una accién, que si hubiera
Angelical c inocente Conchita. Reinaba en et rosto de la ni- fnicua, no estaba en mis manos evitar. Vos me habeis
fia una palidezintensa: no podian contemplarse sin emocién, ‘ser en el crimen: naci en el crimen: arrancasteis la
sin un sentimiento profundo de temura y dolor, aquellas meji- ‘mi madre sin més motivo que por ser de distinto ¢o-
las descoloridas, aquetiefisonoma lénguida, melancélica ¢ Bipesto; he allt un nuevo crimen. Vos me: habéisin-
inmévil, Sus rubios cabellos estaban esparcidos en desorden, jo al robo, al asesinato y a la pirateria. Vos habéis he-
‘us ojos cerrados: de su frente corrfa un copioso sudor helado. urrollar en mf el germen de todos los delitos y las
{us frfas manos estaban cruzadas sobre su pecho, que apenas des. Cuando alguna vez, arebatado, horrorizado de
latéa con una corta y dificil respiracin atrocidades y las mias, querfa huir de vos, alejar-
~Ved aqut dijo et pirata~ Ia imagen del dolor. fa siempre de una vida tan impia, inecio!, me deci:
No es sino la de la muerte ~contests el pescador con ‘adénde te dirigirias que el crimen no te persigui
voz roncay quebrada, Un silencio sepuleral y sombrio siguié tino, Ja fatalidad con su pesada mano de hierro, te
después de estas ominosas palabras. arrastra y te sume en un insondable abismo. ;Huir!,
‘La muerte! ~repiti¢ el filibustero, pasado un largo in- huir de la influencia del destino?, y nuevos asesina-
tervalo~ z¥ por qué habia de morir esta divin, esta cdndi- incendios, mas sangre y mas devastaciones cra
day purisima paloma? Si su vida, como la nuestra, padre to resultado de vuestras infernales palabras, de
‘mio, hubiera sido un tejido de erimenes espantosos, un en- dicas sentencias. ,Qué pods, pues, reprobar
cadenamiento de atrocidades inauditas, suerte semejante no ta? La fatalidad ha sembrado mi carrera de los
‘me conmoverfa, Pero siendo tan joven, tan pura e inocente, espantosos: la fatalidad, si vos lo queréis, seré la
tan tierna, tan linda, tan interesante, tan hechicera, jah, sto yainspirado hoy un noble y vituoso sentimient.
seria horrible; yo creerfa por fin en esta fatalidad que atin Mo, padte mio, a esta hermosfsima erature“
~iVedaqut un nuevo y més horrendo crimen! “dijo entre {Quin sois, sefior?, ;cudnto os debo!, jestamos le-
dientes el pescador de la playa ese monstruoinfernal?, qué es demi familia, isabéis
lla?, ;dénde estoy? Seguramente venis del cielo para
mos de esa fiera, de ese brutal y sanguinario pirata. Por
asin, decidme: jestamos lejos de Diego el Mulato?
Diego el mulato! ;Tanto horror inspira ese desgra-
Conchita en ese momento lanz6 un suspiro, y gradual
‘mente fue recobrando el uso de los sentidos. Ya era el dia
bastante claro, cuando entreabri los ojos para reconocer el
sitio en que se hallaba. Cerca de ella ve en pie @ un hombre
de gallarda presencia. Su ademén era el de una persona
afligida, y todas sus proporciones y los rasgos de su fiso- vos sois extranjero e ignordis sin duda quién es 15
omia inspiraban el més vivo interés. Su frente era ancha y jel Mulato; el asesino de mi padre,
espaciosa: la nariz. aguilefia: su boca bien proporcionada, iDe vuestro padre!
aunque el labio inferior.algo abultado, y el superior cubierto
de un ligero bozo; luengos rizos de petb castaiio cafan sobre
sunacarado cuello: sus mejillas encendidas como grana, por
4a influencia del sol de los trépicos: y sobre todo, sus ojos
tenfan un brillo indefinible, fascinador e insinuante, un brillo
divino o acaso infernal: era un brillo irresistible. Su traje