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A nivel
social, se trata de algún asunto particular que, en el momento en que se solucione,
aportará beneficios a la sociedad (por ejemplo, lograr disminuir la tasa de pobreza de un
país).
La filosofía establece que un problema es algo que perturba la paz y la armonía de quien
o quienes lo tienen. Para la religión, un problema puede ser una contradicción interna
entre dos dogmas (¿cómo un Dios omnibenevolente y todopoderoso permite la existencia
del sufrimiento?).
Para las ciencias matemáticas, un problema es una pregunta sobre objetos y estructuras
que requiere una explicación y demostración. En otras palabras, un problema matemático
consiste la búsqueda de una determinada entidad matemática que permita satisfacer las
condiciones del problema. Los problemas matemáticos pueden ser de cálculo,
geométricos, algebraicos y no algorítmicos.
Por otra parte, se denomina problema didáctico al ejercicio de raciocinio que puede
resolverse con la utilización de las matemáticas y de la lógica. De esta forma, un
problema de este tipo debe contar con tres elementos básicos: los datos necesarios para
resolverlo (siempre explícitos), el método o relación entre los datos (que es lo que el
estudiante debe averiguar) y el resultado buscado (al que se llega tras seguir ciertas
reglas de razonamiento y supuestos que surgen de los datos).
Los problemas didácticos suelen ser matemáticos y se utilizan en todos los niveles
educativos para enseñar a asociar situaciones del mundo real con el lenguaje abstracto
de las matemáticas y a pensar con lógica.
Para resolver cualquier tipo de problema didáctico-matemático, hay que seguir tres pasos
básicos: comprender lo que se está preguntando, abstraer el problema (encontrar una
expresión matemática que permita representar el problema y resolverlo) y entender que
quiere decir el resultado al que se ha llegado.
Para que un problema sea científico debe de reunir determinados requisitos como son:
El problema surge como resultado del diagnóstico de la situación del objeto en que se
manifiesta un conjunto de fenómenos, hechos y procesos no explicables.
Para lograr una exitosa formulación del problema, es necesario conocer la teoría e historia
precedente acerca del mismo. El desarrollo científico acerca del problema será el punto
de partida sobre el cual se elaboran los nuevos conocimientos.
Viabilidad: El problema debe ser viable como tema de investigación, de acuerdo con las
condiciones objetivas y subjetivas que se ofrecen para resolverlo. Es necesario que el
problema sea susceptible de resolución de acuerdo con el estado actual del conocimiento.
Esto implica la disponibilidad de información, teorías, métodos y técnicas que permitan
plantear el problema con precisión
Algunos autores sugieren evitar los temas sobre los que tenemos prejuicios arraigados,
los problemas que se asocian fácilmente con las emociones del investigador o de la
comunidad para la que éste escribe, es decir, evitar al máximo el subjetivismo.
Precisión: El problema debe ser preciso para poder juzgar sobre su importancia, novedad,
originalidad y viabilidad. El acto de precisar incluye las operaciones siguientes:
La ubicación del problema en el marco teórico dentro del cual pretende resolverse,
mediante el reconocimiento de los supuestos básicos, la selección de métodos y técnicas
de investigación y, en su caso la formulación de una o varias hipótesis de trabajo. La
determinación de los objetivos, el alcance y las limitaciones del estudio.