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relaciones rotas
por personas minimizndose
maltratndose
emanando el hedor y la pestilencia de l (Satans).
La serpiente tambin nos susurrar constantemente al odo: Diles atodos qu en tu pas las
cosas son mejor que tu familia, tu iglesia, tu denominacin, tus amigos son los mejores y
hacen las cosas mejor que nadie.
A Satans no le importa que el congreso tenga xito, si es que los que se sacricaron por
este xito lo hagan con:
amargura
ira y enojo
gritos y calumnias
malicia, maldad
enguaje obsceno
engao
hipocresa
envidias
..y ms elementos como estos que enferman relaciones.
EN CAMBIO, DIOS DESEA QUE ESTE
CONGRESO TENGA EXITO
pero que elxito sea logrado con
relaciones sanas
por personas humildes
cuidndosemutuamente
ayudndose mutuamente a desarrollar sus responsabilidades y cargar sus cargas
emanando la fragancia dulce de Cristo
Dios SI desea que todos nos sacriquemos para que todo funcione bien, a la hora, y sea
seguro.
Dios SI desea que todos digan al nal que el congreso fue eciente, bien organizado, y
ejecutado por personas talentosas, y competentes.
Pero Dios no quiere que al luchar y esforzarnos por la perfeccin en lo tangible (en este caso
el congreso), sacriquemos lo eterno
amor
alegra
paz
paciencia
amabilidad
bondad
fidelidad
humildad
dominio propio
Por muy bien organizado y ejecutado que todo pueda resultar, EL CONGRESO NO VA A
TENER EXITO A LOS OJOS DE DIOSsi lo ejecutamos con relaciones rotas, fras, o enfermizas.
Y relaciones sanas implica instar a otros y confrontarlos. Relaciones sanas no signica que
por amor (u otros elementos del fruto del espritu) hagamos vista gorda y permitamos que
personas deshonren a Dios, daen relaciones, daen la causa de Cristo, o se daen a s
mismas.
Emanar fragancia dulce de Cristo implica que vamos a confrontarnos mutuamente, por
ejemplo, cuando vemos ojera o poca disposicin de cumplir con tareas y responsabilidades
segn lo acordado. En especial vamos a confrontar cuando vemos arrogancia, menosprecio
o maltrato. Pero lo diferente es que vamos a instar, urgir, exhortar y confrontarnos
mutuamente con humildad y mansedumbre, para la gloria de Dios, y no simplemente para
demostrar lo lindo, inteligentes, santos y buenos que somos.