Está en la página 1de 2

Dios quiere decirte algo…….

Consulta
www.desarrollointegralcda.blogspot.com
Semana Devocional 11
Primer día de la semana – 1. Verso para memorizar: 2. Tiempo de oración
Segundo día de la semana - Salmos 60 Comentario: Por Edwin Royeth

• Este salmo resalta el poder y la soberanía que Dios tiene sobre las naciones.
• El cumplimiento de la promesa de Dios, hecha por su santidad, de llevar a cabo la unión de su reino
bajo su único cetro.
Enseña sobre la fidelidad de Dios hacia su pueblo.
Salmo 1: 12
2 Crónicas 18:12-25
2 Samuel 10:16
Es un memorial melancólico de las muchas desdichas y decepciones que Dios les había hecho sufrir durante
varios años.
• Se queja de cosas duras que les había hecho ver (v. 3); es decir, sufrir, mientras los filisteos y otros
malos enemigos de Israel se habían aprovechado de su desventajosa situación.
• Reconoce que el desagrado de Dios es la causa de todas las cosas duras que han experimentado (v.
1): «Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; te has airado y, en esa ira, nos has
maltratado; de lo contrario, no habrían podido nuestros enemigos prevalecer contra nosotros. »
Se lamenta de los malos efectos y de las terribles consecuencias del infortunio de los últimos años. Toda la
nación estaba convulsa (v. 2): «Hiciste temblar la tierra.» El pueblo estaba consternado (v. 3b): «Nos hiciste
beber vino de aturdimiento; estábamos como borrachos que no saben lo que se hacen ni cómo puede ser
compatible esa situación con las promesas de Dios». V. 1-3

Cuando disfrutamos de los favores de Dios es bueno recordar las pasadas desdichas, pues ese recuerdo
puede servir para estimular nuestro gozo y nuestra gratitud.
La oración nos da la victoria ante la adversidad.
Para memorizar: “Con Dios obtendremos la victoria, él pisoteara a nuestros enemigos” V.12
NVI

Tercer día de la semana - Salmos 56 “Paz en medio de la Tormenta”


Neginah—o Neginoth (cf. el título de Salmo). Apartado de los privilegios espirituales acostumbrados, tal vez
por la rebelión de Absalón, el salmista pide el socorro divino sobre la base de misericordias anteriores, en la
confianza de que será oído.

Es la oración de un israelita piadoso, que sufre porque se encuentra lejos de Jerusalén y del templo. Se trata
de una petición real y consta de dos partes.
En los vers. 1-4 el rey recita una petición anterior, ahora cumplida, que Dios lo restauraría desde los
confines de la tierra (vers. 2) a su santuario.

En los vers. 5-8, después de agradecer la respuesta a su oración anterior (vers. 5) él ora para que lo
preserve en la vida eterna (vers. 6, 7) y promete alabar su nombre para siempre (vers. 8).

Acerca del Hombre


Ambas peticiones, la anterior y la posterior, hablan de la vida eterna del rey (vers. 4, 6-8). La primera puede
hablar en hipérbole de David y sus sucesores como viviendo eternamente (ej., “Viva para siempre mi Señor
el rey David” 1 R 1:31), o quizás sea una referencia a la casa de David (2 S 7:13, 16, 29).

Que dice acerca de Dios


Pero ninguna interpretación hace justicia al lenguaje de este Salmo que va más allá de la experiencia de
David y encuentra cumplimiento en Jesucristo. El Targum interpreta “el rey” (vers. 6) como el Mesías Rey.
Por medio de este Rey el pueblo de Dios comparte de las bendiciones reales (vers. 6, 7; Ef 2:6; Ap 22:3-5), y
pueden expresar esta petición por ellos mismos.

Promesa: “Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare: llévame a la roca que es
más alta que yo.”

La roca elevada es símbolo de firmeza y seguridad, Cristo es nuestra Roca fuerte a quien podemos acudir en
todo momento, sabiendo que su fundamento esta firme “Todo el que invoque el nombre del Señor será
salvo”.

Vv. 8—13. Las pruebas pesadas y continuas por las cuales han pasado muchos del pueblo del Señor, deben
enseñarnos a estar callados y tener paciencia bajo las cruces más livianas. Pero a menudo somos tentados a
estar descontentos y desesperarnos bajo penas pequeñas. Por esto debemos controlarnos. —David se
consuela, en su turbación y temor, en que Dios notó todas sus penas y dolores. Dios tiene una botella y un
libro para las lágrimas de su pueblo, para las lágrimas por sus pecados y las lágrimas de sus aflicciones. Él
los observa con tierno interés. Todo creyente verdadero puede decir directamente: El Señor es mi ayudador

También podría gustarte