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Kant rechaza las ticas materiales, pues presentan deficiencias. En primer lugar, son
empricas, es decir, a posteriori. Su contenido est extrado de la experiencia. Esto
impide que sus principios sean universales, pues slo lo a priori puede serlo. En segundo
lugar, sus preceptos son hipotticos o condicionales. No valen absolutamente, sino slo
de modo condicional para conseguir un cierto fin. Esto impide tambin que sean
universalmente vlidas. Por ltimo, son heternomas. Es decir la voluntad es
determinada a obrar de un modo u otro por el deseo o inclinacin a algo (placer, por
ejemplo)
Visto lo anterior, Kant afirma que una tica que pretende ser universal y racional no puede
ser material, ha de ser, por lo tanto, formal. La tica ha de estar vaca de contenido, es
decir:
1) No debe establecer ningn bien o fin que haya de ser perseguido, y
2) no nos dice lo que hemos de hacer, sino cmo hemos de actuar. La tica formal se
limita a sealar cmo debemos obrar siempre, se trate de la accin concreta de que se
trate. Un hombre acta moralmente, segn Kant, cuando acta por deber. El deber es,
segn Kant, la necesidad de una accin por respeto a la ley es decir, el sometimiento
a una ley, no por la utilidad o la satisfaccin que su cumplimiento pueda proporcionarnos,
sino por respeto a la misma.
A pesar de que Kant evita en buena medida hablar de lo bueno y lo malo, l entiende
que existe algo absolutamente bueno: lo bueno incondicionado. Esto es la buena
voluntad, el deseo de hacer siempre las cosas adecuadamente. Kant entiende que la
tica (la razn prctica) tiene algunos postulados que no son demostrables, como los
tena tambin la razn pura. Estos postulados son la libertad, la inmortalidad del alma y
la existencia de Dios. Esto es as porque la tica tan slo tiene sentido si existe la libertad;
la felicidad, que sera la perfecta adecuacin entre nuestros deseos individuales y el
deber moral tan slo se podra dar si fusemos infinitos, porque supondra una voluntad
santa en este mundo y esto es imposible. Por ltimo, la propia idea de felicidad supone
la existencia de una causa suprema de la naturaleza dotada de entendimiento y voluntad,
es decir, Dios.
Como vemos, para Kant, la moralidad coloca al hombre en el umbral de la religin. Sin
embargo, aunque lleva hacia ella, no es su objetivo porque el hombre no debe tender a
la felicidad, sino a la racionalidad. La religin sirve como esperanza para la moralidad.