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aV- Aico, 12689 Paul Ricceur LA LECTURA DEL TIEMPO PASADO: MEMORIA Y OLVIDO. Presentacién de Angel Gabilondo ‘Traduccién de Gabriel Aranzueque Porat: Zara (1982) mc Pex Viet, (Cole Permanent dl COAG ht tic Decors ara odes Colas © fons ea Universi Asonms de Made 181998. Aecie Prades, 5. ‘Swe: 10 Ue Monn 2253 Pool de Alto. Maid eee aenlige Bins seozino7 Deposit lea NA: 2576-1998 Inge eh Eta: Printed in Sin tuples ute epoca en do en panel egnéen.o ni {ape nsec ecaperte deere aga frm pot iain el, setae See day mst Serpent ‘ie el em neoprene lo v4 i ; | toe { pemoDvecION on (cantruto 1: Atmore nid y memoria cota § cantroto a: mesinaony menor CAPITULO 3: La memoria heriday la historia 1 CAPITULO 4: El obido yet perdén CAPITULO 5: La hulle del pasado APENDICE: Polar dela memoria BIBLIOGRAFIA B 1s 25 a 3 n 101 nt PRESENTACION El cuidado de lo inolvidable Sin dude es pernente deci que el seminaro de Paul Ricoeur en la ‘Universidad AutGnoma de Madi results inolvidabl. Pronto eso viene a Serinsuficiene, desconcerantey problemstico ala luz de lo queen aque as fechas de novierbre de 1996 presents como lecciones, letras, en su Curso de docorado, dentro del Programa de Tercer Ciclo Deciry mo de- cir el sujeto implicado. El texto que ahora se ofrece ze ocupa precisa. Inente dela memoria, del olvidoy de pasado, y, como era de esperar, NO ‘se reduce al uso t6pico que habitualmenteolorgamos a ess palabras. Ni siquiera la poblicacién pretende atjarsupuestas pérdidas, ya que, sin dd, la propia escrituraaporard nuevos olvidos, La entreg de lo que se resent como un trabajo en curs, uh curso en verdad en curso, no so responde al proceder que la labor de toda fecunda investigacia relama, sino aun eso que es un modo de exstncia, aul que ene en cunt Ia palabra y el hacer de los ores. Esta puesta en publico es, en primer lugar, tm gesto de reconocimiento agradecio, Tal estilo permite ver beta las cuestiones, consatar Ia ieupcin de eteminados problemas o autres, subeayat los guios, Ia taeas, las po- Sildades. Se sconta ala mediaign de la memoria enteel emp vi ido y ls configuraciones narravas se nos ofrece una serie de letras ‘que son, en efecto, ala pa, lecciones. Ahora, la memoria quees de em os eseritura que convoca a a acca delet. Y,entoces, no basta con recordar necesario rememorar, incluso celebra. Por ef, la publics ‘ida de estas lecciones no se reduce al cumpliiento, més 0 menos abl lo, de levantar eta de algo que ocurr6, una especie de memoria que _uandacia un sabor ncroldgico respect del alli (aqui sucedido. El pro Plo Ricoeur nas hs evocado con Atistieles que pot cl recuerdo exper: Pretec smentainos no slo el caseter pasado de ln cosas ausentes, sin e propio iiempo. Adin on todo, lo interesante de lo que abo Senos entreg noes Ss mera emtbilda para la configuacin de esto present, una espe- ‘le de enviquecimiento cultural, oun increment del saber. Sin menospre- lar tal posibilida, lo destaceble esl compan en el modo de aprender. ‘Ver bola los textos, su tratamiento respeioso, problematic y eric, s necesidad de oto, la blsqueda de lectres de nteriocutore, conceden & La lecura del tempo pasado un sire de dislogo y conversacién que en- ‘cuenta au comrespondencia en «Policas dela memoria, La entrevista ‘con Gabriel Aranzuequ', sia de considerarse como «Apéndie», es en ‘tno que pare del euerpo,prolongacin de su contenido. Two lugar con ‘ocasion de las lcciones ahora ofrecidas y shideexpresamente alos aun {os que las conforman, abriéndolas frtihmente a olos aspects eintere- se5,El tonoy el sentido de las cuestonesy la apertura que en elias se pro- ‘one eneventran nueva fecundiiad en ls palabras de Ricoeur. Tal pare ‘ceria que, efectivaente, el modo de abajo de un seminario fers, als par, sembrandoy fructiicando, No como mera obra del tiempo, Las le ‘jones en esa medida, son y reclaman lectus” En conereto, para cl eetor de Temps et rélt de So-méme comme un ‘aire el presente texto aportaslgunas novedades. No ha de hablarse de tun desplazamiento, peo side un reconacimlont, el que brota de todo wn trabajo, también del olvid, pars hacer resurgie nuevas lineas de investi> fgacidn y, en conereta, reseatar un cierto alvido, el olvido del olvido ‘smo en que caniste en ocasiones la memoria. Yel tempo inerito en ella ¥ la nocién de pasado, Y aqui, de nuevo, ls memoria noes slo re- Ti opin Gael Arma se sd cocina cin de ma see de os tials tevetncs ne od seer ease ana de Moi Ee ‘eters cont de noe Che AA Horned a, Le tay cere con ial Reve, Coan Ges! UAM. 197 ea sy stmnea este pr ewe nts yee unaicienistnete eberae pr cl pio Rico corer na bogs lnte soesyonans cone ct alata Seta 6 parr asco clone pre reser sles spent, es simixmo mem fice tt como pa i de a eta en eta perspective ype att ls vas umes So, pear de laren, dea mete coletva les euson $l y de sites Snmpatoe Conlon cna le Sin tiene memoria ori cov ete veal fe dh. congue os vemos I een de resabrpeansseme- wel send de los acontecimenos que com os tesa se een ¢ suid Si hen de aprender seb el pesto ences inven er tnro spn de eae sin tenia dren lg. Es dc aporcn, esa Get dea emote {ect pin responsi del oda Yam oo serede 2 Un dept de la vestige prs nail con sor arcipic. {acarga del pasado qe tect ene ftir insta neoprene dea que Ya ex pra ug, sin tei, neta elt. ‘Gs posing, Gaclas aqui por lo qu podem Se noo se fees alo que aa sta "record no aga en I ston de gna especie depose stn deo pasa, sno qu con close pop a end qos ex 50 ver jst conor exis de i isn Se crea ue amen y ‘2 ace loin dea misma, pr, apes gue pei sah dha el jus. No alo ena en conflicts norma eosin a ‘isms dcteminadss noma univers om persona Spt co ang defn de polemsn Elo oer oo tm aoa de comprosoy tigen los que se preci una posca qe pemia vn mcr rpe- Sec, clo una eres, eI sins. La apd, hos de lnmemoria, no pide, ses ben ela eponaiifad gue to sine ple respuesta Y, ences imagnaign ha de coniirco inept tacién, a Tria lnhistova de not nl historia los ots todas as sto sagen cl gi ara dee stems sas conforma aes A de una tort el narasén gu, con a Jl acta (qu coordina el sz eoayevant wagons cpap) yl dsc (Ge vine al act neracor ys a sttuin nglsica). com, Presenacin fa qu teri deans a poy cn 0s Ws snl. Ast en conideucion ee eos eugene ule me ton deel puesta qu usec 6 emo pe th dios ciecra on nexperncla dcr cae la lin oe tury ure tuned, nel acoce ea neprencln, Como oo {bese joconiccuen gus is slo se a nn ani ‘Speed como elo so fea gp ove st gue atop ct earn eo qu os emstuye, coms sued Fr Sto du Elena ntereta, Quant shri y Stun opermie Reso eter ue pacteamemt soll Pale ‘einarenone rapists, Su pel lame ey oe Ietn areas Een lc, gen teil Par pease Coe aicments um docuno crv quel cue nse ratnaden cme iota edad uo ony: ea ofr Glo le ane segue ep inetd and dette canon con uno ler Seren ener $ rire enw ssa. Conc logue dol ale CEES Tas memes Acme ‘rani unig an mepr ‘ano cs simplemente rectn ene lel elongata aes os rope cof ue cae tei airs choc et ceo oo oslo Scenery sn nS Teea ‘ioc prea menor histea ne lin eomporeralanpade lneensienn tea cody. pes anirlicin Acta wo acrid ls resco om ao de deat) a tue seruclans con lau, Dich den sete nquesove nse. SPs slo qa ss ques sun pide contrucin de dveon tenes con eR pass Hal set Yan San ena pac Lace nose eae. ty {resist al conflict, Espen ervey Ae Fs fo que ets lee, Sige lata Wal fou pe sped Ms in, et de ber en dhe eso poubitdae fam sia Ors pomen. 0 Quik incluso al precio de procurar nuevos olvidos, el d setios ya da ‘dos, y et de acepar ser un deador insolvenc que propicis nuevas perdidas “en nombre de ais promesas, tanto de aeverdos como de desaeuerdosra- omables, para la via en eomnn, Las lecruras de la Autdnoma son, en esa medida, alsbo deo tb jos, campo de juego para nuevos textos, materia de estudio, y apuntan a ‘lain libro por-enir-Tienen el eardeteradecuado para procurar la sais faccién de sista surgi de euestionesy labore. Silo que sucedi6no se limita a ser inclvidable es porque su publicaci tstimonia también lo ‘que nunca, ni siqulraentonees, ocurs, pero que con ella nos lam. Es tn dicha vida comin donde sigue haciéndose necestio et pasado inme ‘moral que ningUntexo ha de zanjar ni con su pretenin de career ab folut, ni diciendo Ia tima palabra. La lecture de empo pasado no lo El que no sea sia la hima preserva tanto la memoria como el olvido ‘de que ninguna palabra dice aguelloerginaio que permite qu se diga, Noes, por tanto, simplemente, que hemos Je ocupaes del ulivo d= lo ‘nolvidable, com sie ello, ahora ela enrega de estos textos, se encon- tara la dcisin par lo que nos atte. Ms bien ahi se del espacio dela posbilidad y dela necesiad de decir. El culdado (sou!) pie también 2 complemento del nombre, ue puede ses mismo (si) El cuidar de ‘eo inolvidabe hace que sea lo inolvidabe quien cuide del espacio para Ser uno mismo, Ricoeur, una ver ms, en esa casi, no pone fin a 1a ‘conversicign en que eonsistimas cuanios, de memoria en algin sentido 7 Yr so ptordda ets acd Auda ui en Reed Md ogee Mra meade al Ros que oe a quale ma pee (GELS anon moment dn leo tear maa psn jie {eins plps 13. Econ carter shen Sela qo em ira como st a sem a get enn tr Fa Fe Se TE ent var de eo omen qu retro lle ess en {ancl complemen dl nie yee or me cL ch es =e ‘mou de Mil Fournier de Pa Rites Ci Se come (eu Seui Pay 199 12 ed Sil NAL Mat 196 eX, Presencion herd y fg, nrramos historias de las que 90 nos consieramos pena: mente auoresy en las que quedames, ala pa, asimismo narrados, So ‘mos, como él nos recuerda, en busea derelato, de aguélolvidado que nce tve lugar. Y ell nos permite er cada no (chacun), ee pron Ie fascinante que alisha y recta justicia. Angel Gabilonde INTRODUCCION Quisera que este seminario se encontase bajo Ia infuencia de dos de Aiseles. La primera puede leerse ene breve tatado Peri mn ‘es kal anamnéseos, que forma parte de su obra Parva naturalia, Dice {si eLa memoria es del impos (genitive). La segunda se encventa en a Secci Sobre el empo de Ia Fisica io TV): «Todo cambio es destruc toe etait) por natralea, y todo Se genera se deste en el em- ‘po, Poreso, unos le laman “el més sabio", mienvas que para ors, como £1 pitagérico Para, es muy ignorant (amathéstaton), pues olvidamos en £4 epilanthnonaien toi (222 12-12). Mi invesigcion va desa- rrllarse ene el poo dela memoria, en cuanto ente de! tiempo, y el del ‘vido, en cuaniovobra de tempo destructor Espero que nadie se sorpren- da al encontarse con una recensén de aporias en lugar de con una cons- tevcin firme Creo efecivamente qe la custén dela memoria peniea tun problema muy descuidado por los fldsof0s, comenzando por mt mismo Cuando felsion€ directing et tempo y el eat, e hice caso ‘miso del median de it memoria nee empo vivid y Ls configu. ‘acionesnarativas El olvido, a3 ver, a excepcion de Neusshe, como ‘eremos, Fa sido ignorado Por los Sldsoos v 2 ba considera nica: ‘Tenic el enemigo que combate la memaci, el ai sin oxtae reeverdo, Propongo que recorramos [as seri dfcultades que plantes “elacia de Ia memoria con el pasado, Gracias a ese recortido, descu- triremas poco a poo los problemas propio del tema del olvdo que dete Haremos in fn. ‘oy a desarollar en un orden previamenteescogido una serie de apo- sigs qu afecan a problema dela memevia hasta el punto de presenti ome algo consid por lls misma. La primer Se refiee ala dit mente individual, privada einem con su caracerzacin com fendme- B Intact colev y pili, La Sei spor we refer a a ela Ss LhL—”— is emporals,y In mor G, ange coisa como le agian en ua epresentacin, pretends scancr el pasado, conti y ale fc gutta de encondancao de codon se ese cn mer aseni lalstancia emo? Latres apa see al dre Sha indict onsderaones cas eos cuando consicanes fe Felcin qu exist ene la memoria a constr de a dena per Sees pon sinned ene) G.aos, sh, inufclencla? {Como puede case cl dbisSy a meta? ino fe nc stromes, ble del a ctr car poco a poco medida qu vyamos pecan aap eu esnona Une ea jan Reset dese tse ble pectin MEMORIA INDIVIDUAL Y MEMORIA COLECTIVA Rememoracién y conmemoracién Lo esenial de la presente leccién estar dedicado al primero de los problemas previos de los que hemos hablado, a saber, al problema de her ses legiime,y basta qué punto lo es, hablar de ua serosa co- >. prime agar, vamos a sefalr Is azonesTueries que © Opo neta extensin de Ia idea de memoria a grupos, colectvidades, nacio- reset. sin embargo, por mal fundado queen un primer momento po ‘ezca estat ese concepo, se presupone, at menos de forma analigies, en {Cualquier discusion posterie: no se aplica la istora ala memoria cole tiva para comegirl?,zno pretende cura, gracias a esta ltima, as herds ela memoria individual? La primera pate de estudio estar edicada a, Imlestarepstemogico motivado por Ia peimacta coneedida en primera instania al cardter personal fatima de I memexia. En la segunda parte, uestonaremos dich primaciay proponicemos un modelo mis complejo de laconstitucién tua de 1 memoria indvidual ycolectva, 1. PRIMACIA DELA MEMORIA INDIVIDUAL? 4) Bara smpeza,prestemosofdos al alegatoen favor del uso exclu _vameste individual y vaio. la ncién de memorian. AL parece, es Son Tos asgos que cavacterizan excusivamene ala memoria personal. En primer lugar, parece que esradicalente singular. Puede decise incluso, td a mano de Locke, que la memoria coasttue por sf sola un eitero de pee Ja idenidad personal, Mis recuerdos no son los vuestros. No pueden teansfevrse los recuerdos de uno a la memoria de oe. Locke vela en It memoria una extensin en el tiempo de Ia identidad releriva que hace he uo «sea igual a s mismo. En ese sentido, puede hablase de la me- ‘moria como modelo del cardcter propio de las experiencis vividas del sujeto.En segundo lugar, el visculo eniginal dela conciencia con el pase do reside en ls memoria, Desde Agustin, sabemos y comentamos que Ia ‘memoria es el presente del pasado, Husserl viene a deci lo mismo en su Fenomenologtade a conciencia intima del tiempo: mediante la nocién de ‘retenciGns, siméwica ela de spretensiGns, hace referencia al pasado re- ‘enido en el presente. De ese modo, la mernoria garantiza la continuided temporal de la persona, Esa continuidad entre el pasado y el presente me permite remontarme sin soluein de coninuidad desde el presente vivido Insta los acontecimientos més ljanos de mi infanca, En efecto, puedo seltar por encima de intevalos de tiempo mis © menos grandes y digie- tne ditectamente a un acontecimiento del pasado con el objeto de reeor- {arto con un dinamismo mayor o meno, Falta por deci que la contin dad temporal tambien nos permite saber sla distancia qe existe etre el, [resene y los acontecimientos evocades en el recuerdo e= mayor © me- rot. Al respecto, uno de lot puntos erties, sin dda alguna, consist en ‘defender conjutamente la difereniacié entre los milipesreeuerdosy 1a continuidad indivisible de la memoria. Quiz habia que deci qu los recuerdos se distibuyen y se organizan en niveles de sentido o en archi- pilagos separados posiblemente mediante precipcio, y que la memoria sigue siendo la capacidad de ecorret y de remontar el tiempo, sin que ‘nada en principio pueda impedir que contnse sin solucign de continuidad ese movimiento, Posterormente, veremos cémo le recuperaciGnnarrativa ela aticulacion exstenteenge los rcueedospluralesy a memoria si gular resuclve el problema de la diferenciaidn y de la continidad, His Serlsupone, al respect, una ayuda apeeciable: mientras que Agustin no listing el pasado peéximo de Iejano,€!diterenia el parade reciente, ‘queen cierta medida an forma pare del presente, del pasado recordedo, ‘que depende de la reprsentacin y no dela presencia, aunque és se en- 16 Lace empo pasado: memoria yovide centre bajo los efectos 6 J cetencidn. De ese modo, puedo rerotreerme ‘i Tnclaytene la sensackin de que las cosas sucedieron en otra épo- a, Sin dda alguna, es alteracin le servic ala historia de punto de a ‘ie, si asf puede decise, a a hora de diferencia: los dstntos imtervalos temporales en funcién dl tiempo cronologico. Falta por confrmar que ‘xa alteridad, pse a intodueir una distincién ete los elementos y 1s n= tervalos del tiempo rememeorado, n0 eche por tera ninguno de os aspec- tos principales dela elacién entre el pasado recordado yel presente, a 8- bet, la continuidad temporal y el eardter propio del recverd, Por itimo 'y en tercer lugar, se eneuenta vinculada a la memoria la senssei6n de ‘ventarse a Io larg del imp, del pasado al futuro. Pero me reservo ese ‘andlisis para cuando logue el momento de considera Ia polaridad que existe ente el pasedoyel futuro en el marco de un ansisis més amplio, dela conciencia histvica (§ 3). b) A pest de estas carctristcesinalienables dela memoria indivi= ual, me parece complicado no recurre ala nocin de «memoria eotect- ‘van, por muchas que sean las difcultadesepistemot6gicas que ello plan- {ee El socislogo francés Maurice Halbwachs hizo una spologia de dicha ‘memoria en un ensayo titulado, precisamente, La mémoire collective: " bra inacebada y postama publicade en 1980 en la que el autor reomaba algunas de las tests recogides com un grado mayor de conjuncién en Les fades socius dela mémoire El problema no es dspreciable, en la me- {ida en que Tos necionalsmos cuyos excesos deploramos tienen muy en ‘cuenta aquellos recuerdos compartdos que perilan la ideatidadétnice, cultural o religioss de uns coletvidad dada. El primer hecho, el més im- portante,consiste en que uno no recuerda sol, sino €on ayuda de los r- ‘uerdos de otra. Adem, nuestros presuntos recuerdos muy a menudo se ‘han tomado prestados de los relatos contados por oto. Por iio, uno de ‘sspectosprinlpales quid conssta en que nuestros recuerdos se encuen- tran inseritos en relatos colectivos que, a su Ver, son reforzados mediante ‘conmemoraciones y celebracones poblicas de los acontecimientos dest- ‘ado de ls que dependié el curso de la historia de los grupos alos que pertenevemos, La rtualizacién de lo que podemos lamar «recuerdos " 1 VI nate | compari eine a Habwachs aa comerti sad neni hat [Jenn punto devs de lammoia coecvan, Ba de aha pe Spon in existencia den sje colecve de la memada qo se Nike ‘So, como dete anteriores, dl aktr propio ess tecterdbs ssn msi inept: pcr merc Iclvade on grupo coe as misma fucines de conserva deo fSnizan y Je fenonerscén ode woes gues anbulde me tors india: Hallwachs parece dares ao in tear elmente Heerlen amcor spe hit te a ‘onan de lamenera qu depended femomenooa dea conta ete ‘au un socolgi dea memoria que ace capi enc! echo de {au de eaada,scnccna page ena inp 6), Pidemos tata de eso ele, sn craton alos de Stbjetvidad que sobjace ala fenomencoga dela memoria dade ‘Astin aia Hu indonot ata ade emer eo Tees el eto de sconceso opratvo Sxpov de da di $n evga Poder encontrar un pun a favor de se amino onseraor de la ooion de sera clestva» ena enonetatga de Ia interbjevidad labora por Hse el guint Meditactn corte Sana: En es lines pustado Se xa edaion,popone la in de “petsonaidad de rango superior par hase referencias qi eta ES caeotas Jervis que srgen asm proce svindar de te ‘acin de os inerambios nuevos Baa co rides, por tam, el proces de eonstcton qe dad gr ss ead ara {elas Uae, 4s vez, como sueor delat qu pueden pedicure tous simlae aias qc ahbuos eno primer moments a concer Gi india deme apc, enlonces, or prods dee bje- Gin doe inereamoe nrujetivos ecareter anlage Huse ttniaye do oer ego epectoal oo propio, Gaia se aac Cis anlopicnpodcmesemplet a piers pesos dl paras & / ese «nosotros», sea cual sea su titular, todas las prerrogativas de la mern0- fn care propo coin plaid asd fr, Una vera 18 tetera ennesoite | ‘ada esa hipoess, que motiva que todo el peso dela consttcion de ls nldadescolectivasrecaiga en Ia ntrsubjeividad, es muy importante mo olvidar nunca que silo se ata de una analoga y que, eespecto ala com cieneia individual y a su memoria, la memoria colectiva slo consiste en l conunto de las hella dejads por los acontecimients que han afecta «al euso de a histori de los grupos implicados que tienen la capacidad | de poner en escena esos recuerdos comines con motive dels festa, ls! ‘tos las celebraciones pias. Nada os impide considera aexas pe. Senalidades de rango superior, una vez que hemos aeplado Ia transfer ia analgiea, un sujeto que posee una see de recuerdo, y hablar dest ‘eiporalidad o de suhistoicidad, en resumen, splicaranagieamente el carfeter propio de lo ecucidos aia ides de una posesin de los recuerdos colectivs. Lo cual es sufciene para considerar que la historia eseita consttuye un punto de apoyo en la existencia fenomenoligiea dels gr os. Lahisoriade las «mentalidades»y dela «cultura no cumple tna uncin meno, pero tampeco mayor. 2, GEN PRODELA IDEA DE LA CONSTITUCION MUTUA DELA MEMORIA INDIVIDUAL ¥ DELA MEMORIA COLECTIVA? Podeinos preguntanos si este proceso de derivacidn de ly memuiaco- lestiva a partir de I individual da cuenta fielmente de toda la observacign fenomenotdgica. Esta sugiere, mds bien, la idea de una constitution Imulnes, muta y convergente de amas remiss Los hechos que mencionaba el socilogo Halbwachs con anterioridad an realmente primondales. Podemos reorzalos mediante algunas ex periencis notorias tomadas de la précticapsicoanalitica. que oeuparé un Tugar muy imporanie en el tercer estudio, Al parecer, la evoeacin de los ‘eeuerdostraumaticos levada a cabo por el paciente no es evidente. Se 0 1] enue encuentra con ificulades que s6lo pueden eliminarse gracias ata iter. ‘Yenc de un terero, Pod declese que ée waorizas al pacinteare- Corda, por emplear una expresin dela psicoanaista Marie Balmary. Esa autorizacidn consist en ayudar al pacieneo, mejor dicho, al anal llevar al lenguaje sus sintomas, sus fantamnas, sus sues, etc. Ahora “bien el juego de lenguaje ene que se leva a cabo esa exeorizaidn, esa lexcpresn, es de carcter narrative: el relatoy los sftomas, hablando propiamente, © euentan, af como las restantes historias viales. No obs- ante, esa mediacin lingufstica no puede nscibrse en un proceso de de- rivacién a parr de una conciencia orginariament privada. De trad, es de naturaleza social y publica. Antes de ser clevada al ango de relate Iterario © hstrico, la nartacidn se pratica primero en la convesacion cndinaria en el marco de un intercambio recfproca, Adem, lengua en la que se expresa tambgn es, de entrada, comin. Finalmente, nesta ela ‘in con !relato consist, en primer lugar, en escucharo: nos cventan historias antes de que seamos eapaces de apropiamos dela capacidad de contary a frtion de la de comtarnos « nosoteos mismos. Esa mediaciGn lingnsticay narativa requiere que se lve a cabo una correcein impor. ‘ante de Ia ess dela pimacia dela memoria individual Al parece, ba de cuestonarse Ia ecuscién qu existe ett la conciencia, ene sentido fuet- te de sconeienca individual y la memoria En primer lugar, sspechamos que el andlisisclisio dela rememora- ‘in hace referencia a una conciencia que ha evado a cabo un largo tra- bajo de imteririzacidn, como pone de relieve el término alemén Erie: ‘rng, comentado por Hegel en la secign del Esprtysubjetivo dela En- ciclopedia de las cencasflosdjcas. En el nivel dela interirizacié, la ‘memoria parece anclada en la capacidad prrrefiexiva dela vid psfguica de sucederse asf misma. Dicha capacidad hace justicia ala nocindilthe- yana de Zusammenhang des Labens, de «cohesion de la via». El ato Ingroduee en esa cohesiGn su propia «eohesGn nrraliva>. Las diicultades para recorder algo mencionadas antericementey Ios fensimenos ue con sideraremos en ereera lecin sedan, al parecer, en el nivel prsrefie vo dela memoria. La mediaci del habla la ayo, la aprobicGn , i= 20 La ecard emp pata: memoria yoido cluso, la autorzaci6n de un tercero de la que hablabamos anteiormente presiden el paso de la cohesion vital ala narrativa propio de la memoria, Interorizada De fora ain més radical, podemos preguntarnos si la fe- rnomenologia de la memoria, que considera a esta tia un hecho ori hario dela concincia singular, no forma parte de a gran traicién de Ia imteiordad desarrolladaprinipalmente por el idealismo subjetivo,y si fo hay que atribuir la defensa de le primacfa de Ia memoria individual respecto ala colectiva al hecho de que forme pate de esa gran tradi, En ese caso, habria que poner en dda la ecuacicn exstete entre la me~ sori ylaconcienc {Al respect, la nocién de histricidad»,desrcollada por Heidegger en ‘Sein and Zeit elaborada prevent por Simtel y por la Escuela de Baden, parece que puede cancear la hipoteca potencialmenteiealista. El sentimiento de pertenecer aun grupo v ogo, a una naci6n deteminada, supone un relevo importante entre as relacionesintersubjetivasy la obje tivacign de étas en las comunidades de rango superior tatadas diect ‘mente como un sueto suscepible de dstntasaribuciones. El «querer vivir en comin» en el que Hannah Arent siti el origen del poder polit ‘0 cobra sentido en esta lecira en términs de historcidad dl intento husseriano de derivar la Conciencia coletiva a partir de Ia individual Sole esta neva base, ella ms plausible que antes ina fenomenologts 4e la constiucin simulténea, muta y convergente de la memoria indivi- ‘duly colectiva, 3. LA CONCIENCIA HISTORICA Si tenemos en cuenta la tribucinesrictamente simética del concep. to de ammemoria alos indviduos y alas colectvidades, podemes introd- cir Ins nociones de wconciencia histrica»y de tiempo histrico> dese ‘rolladas por Reinhart Koselleck en Vergangene Zulu La obra et de a 1 1 te ee ee eo ae ‘Dicha orientacién cobra su primer impulso gracias al horizonte de espera, Eo cere Se a 2 isto stamyepenicnceyotie| 1 bo y perdi) sobre el tlén de fondo de una dalética més ampli, la de Ja conciencia histrica, en la que el pasado nose encuentra separado del futuro, dando por supuesto que el adjetivo ehistérica» no ealifica una cienciadeterminads, Ia cieneiahisérica, sino la condicién humana 0, ‘como sucle decirse, su historcidad. Por qué leva el marco de la disc sin més alld del problema de ecarécterpasado> del propio pasado? Por- {que tos los terminos dela Secuencia mencionada tienen que ver con cl pasado yéte slo adquiere el Jobe sentido de ehaber sido» y de «no set ya» ensuelacié con el futuro. Por aol, era necesario sta el estudio, {que de otro modo cori el riesgo de obsesinarse por el carécter pasa | dos del pasado, en el marco de una daléctca mas amplia, en la que pre-| ‘aleve la relacidn cone futuro en lugar de con et pasado. En certo modo, toda a terapéutica de la memoria herida de Ia que hablaemos en ls Iec- clones siguentes descans.en esa piorida de la relacign del presente con l futuro en lugar de con el pasado 23 IMAGINACION Y MEMORIA Consisc en qu, después de haber reconocido que amas i coma che present algo ase, ay ue sep “a relieve In especie de la dimension Spor dela ‘mzmats. De exe modo, olvereinos 3 otrpi odo su significado a ex- “Prcsion de Arttles ia memoria es dl tempo Hay que ecuperar es éspecifcdady sefialar Ia distancia temporal de In cosa ecordada frente a In congusta desde hace sigls del problema del memoria po parte el de inimaginacion Tn efecto, hay que remontrse« Plat pra comprenderc6mo un pro bem ha llgado a dominar a oo. Es importane, dade el comin, darse cuenta de que la nocén de ein, ya sea sola aocide a a de ‘Pinas, aparece ene marco dels dilogos que habla del soft, de Tu sottaca y del posbidad onalgia del evox Poc cla, imagen y consiguientemente, la memoria se encuenan, desde el principio, ba fospecha dbid al enloroflossfca ene que‘e leva cabo s examen Seats se pregunta coma es posible el stay, cone, a alsedad en abl, y eno es posible, en itis instanci, el nose implicad por lo no-verdader. Ei Teeteto yl Sofia planeanel problema desde ese punto de vista, Para complica an mi as cosas, el problema el eikn s so- Gia aderss dese el principio al de asf o marc (yp) hee en na Inna de cera. Etertor, en es aso, consist nla desaparicin de as e- Tales (seme) o ca una equvocacién simular ade alguien que siguira In seal equivoeaa. Puede verse al mismo tempo emo el problems del lvido se planes desde el comienao en un sei dbl: como la desspa- Tiién de as hla y como ia fala de adecscin ene In imagenpresen- 2 21 atten te, por ejemplo, la marca grabada en la cera por un anillo. Hay que su: brayar que en estos textos fundadores, la memoria y a imaginacién com- paren el mismo destino, Esta stuacignincal del problema motva que la lirmacign de Aist6tels ela memoria es del tiempos resule ain mis sr rendeate [En primer lugar, quisiéramos abordar el destino de a ociGn de en, Heros empleado los tminos emarca, «seal» (zemeta)y también edo ‘on (pequeta imagen) para hacer referencia ala imagen presente de 10 que ‘© vio o se supo,y yao vemos a sabemos cuando lo recordamos. Lato el cin desarzollada en el Sofia puede servirnos de ayuda ala hora Ge abordar el enigma dela presencia dela ausencia recogida en ext isa jedel Tecteto: «Cuando la sensacidn presente (pare) se Suma a una de las Selials (semefa), pero no al oa, y el pensaiento aco Ia teal de Ia sensacin austnte (apodses) con la presente, se equivoca (pseidetai) a mente en ambos casos?» (194 a). En est punto, eden juego la dae tica dela presencia y de la avsencia propia de Ia remernoraciénentendida como un reconocimiento de las huellas. La posbilidad dela falsedad forma pate de esa paradoja, Una pregunta va'acenrar a parti de ahors toda el interés por In evestGn: cq significa ein? ZEn qué consist la semejanza? Ex este punto, el problema de la imaginacién comien ‘cular el de la memoria. A mi juicio, sin embargo, el problema dela se- ‘mejanza no se plantea en los mismostéminos en el caso de Ia imagen y en el del recuerdo. ;Qué sentido tiene decir que aquello de To que not acordamos se paece (es como) a lo que fue con anterioridd? El tempo, sin dada alguna, se encuentra implicado en el problema desde el momen toen que entra en escena lo que sucedi6 con anteroridad (préeron). Pero cl problema dela semejanza enre Ia imagen y su modelo neutaliza, en cierto modo, la referencia ala anteriordad, No puede decise Io mismo el breve tata de Asstteles que mencionaremes enseguia, Aislemos el texto clave del Sofia ea el que Plat dstingue Ia iit dn auténica del falsificacign 234 cys.) E marco dela discusin es Similar al del Teetto:e6mo es posible ia sofistica y su ate de la ius? El Extranjor y Testto se ponen de acuerdo ala hor de seflar que el so- 26 tate ticipate neyo | 2 sta —siempre él—espriscipalmente un imitedo del sory dela verdad, alguien que leva a cabo imitaciones(nimémara) y homénimos Chomeny- ‘ma) de los sres. En exe cas, se aplica la metifoa de a pntur propia de las artes grfcas a las artes linguiticas(edolalegdmena, 234 e; Dts tr ‘duce el término por wfesioneshablidas»), Dicha spiniran es capaz de ‘que eparezca verdadero» aqulle que dice. Se tata, por tanto, de una te rica, la téeniea mimética, en ta queTainitaciny la magia (aque dan prestgio», 35 b) no se encuentran sepradas. En este marco impueste, Plat6n pose en précica su método favorito: a divisin, Por un lado, is- tingue Ta define eikatit el este de copiar, como traduce Dts: «Ahora bien, copiamos felmente cuando ala hora de leva a cabo una imitacién tenemos ea cuenta las proporcionesexactas del modelo, su longitu, st altura y su anchura, y cubsimos ademés cada parte con ls colores que le corresponden» (235 d-). Por oto lado, se encuentra fa simulaci6n, ala {que Platdn aplica el térsino phamtasna (236 b). Se opone, portant, ‘iki a phntasnay el att ekastiké alate wfanstica (1élme phantas- ‘nk, 236). La especfcidad de problema dela memoria dsaparece bajo el peso dela pregunta «jd6nde ubicaral sfsta?s. EI Extanjeo reconcce ‘su confusién. Al mismo tiempo, todo el problema de la mimesis tae apa rejada una aporta. Para superl,habra que presuponerposterioemente realidad del noe, Sobre ese telén de fondo erstico y daletco, hay que situar ahora el trtado de Arsttelee Peri mnénes kal anamnéseos, A qué se debe ese doble titulo? No se rata de distingic la conservacin de las hues desu ‘evocacidn, sno de establecer una diferencia ente el enfoque estitico, el ‘el recuerdo presente enla mele, yeldinmico, el del ecerdo que bus- feamos al renontar la suesion de los recuerdos intermedios,Dejemos ‘un Io, por el momento este segundo enfoque con el objeto de centar- nos en el primero el del recuerdo presente, prescindlendo de la remem ‘cin, El primer rao que pucde seflarse ese caricierpasivo o recep tivo (pathos) de a mera legada(eymbaine’) del recuerdo, Per el aspecto 0 everacidad>—, He lsmado& esta aporia com el ‘ino «apemoria heida» para Schaar esta difculad, Para orentarnos eo «sta prblemética, creo que sera apropiado recumir a os notables ens yos de Fre y tratar de aproximarios, algo que al parecer todavia nose ha hecho. El primero de estos textos, fechado en 1914, se titula «Erinnern, Wiederbolen, Ducharbsiten» (G. W, t 10, 1913-1917, pp. 126-136). Se spreciar de inmedito que el utlo solo est formade por verbos que su ‘ayant pertenencia dels tes process al juego de fuerzaspsauicas con Jas que strabaja» cl psicoanalista. El pusto de parida de Ia rellexign de Froud se encwenraenlaidetifcacin de obstculo principal encontrado por el rbajo de la interpreta (Dewmgsarbei) a tratar de evocat 2 cuerdos tumétios, Dicho obsticulo, atribuido alas aresistencias dela Fepresion» (Verdrangungwiderstande), se designa con el tétino «com- psi de repeticidn» (Wederholungsewang: se carctriza, ene ous asgos, por una tendencia a pasar al acto (Agieren) que, segin Fred, «ss tituye al recuerdos. El paciente «no reproduce [el hecho olvidado] en forma de reouerdo sino én forma de accin: lo repite,evidenemente, sit saber que lo hace» (129). Deernos aun lade las implicaciones de este fe- -némeno respecto al olvdo. Volveremos a trata ese problema en el cuaro estudio, Ademas, el acento recac ene pasar a acto y en el lugar que ocupa ‘xc en el desconocimieno del paciente, Lo importante, para nosores, es tl vinculo que existe ene la compulsi6n de repeticin y Ie resistencia, junta la suttucin del reeverdo por ese dole fendmeno. Aqut reside et ‘obstécuo ala contnuaci6n del andiss. Ahora bien, mis ll de esta cons se rpite de este riodo ‘varias voces, y se opone siméiicamente ala compulsiga: abajo de reme- | moraci contra compulsi de repticidn, asf pvcfaresumirse eli r fs ¥ breve eaisayo. Tambien forman pate de este waka la ta con la repeticin canalizada por la ransterenca, por un lado, y por of, el valor del anlizado para reconocerse enfermo, fen pos de una relacionveriica eon su pasado. ‘Antes de considera as transposciones posibles del plano privado de la relacion anata al plano pblico dela memoria colectiva y dea hsto- ris, ditjmonos al segundo ensayo, sulado Duelo y melanclia (Trawer lund Melancholie)(G. W,, sid. 1916-1917). Este presenta sin duda mas resistencia que el precedente a una transposicén al plano de fa memoria colectiva, em I medida en que ef duelo no se abords tanto pos mismo, fen tanto que trabajo precisamente, cuanto como término de comparacién ‘la hore de penetra maj en los enigmas de la melancolia Su aceca- ‘mento al ensayo precedente pucde ayudarnos a exter de dicha comp ‘aci6n una informacin positive sobre el trabajo de duelo. Ademds, el hecho de que a nocig de «trabajo» se apliqe tanto a lameancolia como a duelo en el mareo del modslo «econsmico» solcitado enégicamente por Froud en la épocaen fa que esribe ese ensayo puede motivar que pa- emos por alt os datos que buscamos sobre la semejancaexistene entre trabajo de recuerdo yel trabajo de duelo sta reserva iniiales no nos impien sear que el ducto —y lta bajo de duelo— es consderado, en prime lugar, un tino de compars: cin y un supuesto directamente accesible, al menos en un primer mo- mento, dems, digamoslo de inmediato, la pareja duelo-melancolia ha M tate eaten | 3 de considerarse en blogue, y tanto el decive del duelo a ta melancolia ‘como ls difcullads que tiene este limo psa salir de esta feible new rosis deben suscitar muestra reflexionesposterors sobre la patologse de memoria coletvay Sobre las pespectivasterapéuics que se aren de se modo, E1 duclo —se dice al inicio es siempre la raccién ante la pda ‘de alguien querido o de una absracién convertida en el susitio de e58 persona, como la patra la libertad, un ideal, te». De este modo, abre ‘desde el principio una viaen la direcciém que tomaremos poserormente Yel primer problema que se planes el analista consist en saber por qué fen algunos enfermos vemos surgit,sdespués de las mismascrconstan ins, en fuga de! duel, a melancliay el subrayado es mics). La ex resin «en lugar des indica de entrada cl paentesco existete, desde et nto de vista de la estategia de a aygumentaes, entre los dos ensayos ‘que wratamos de aproximar: en lugar del vcverdo, el pasar al acto: en lugar de duclo, la melancoia. Por tanto, Io que esté en juego, en cierto modo, es la oposiein entre duelo y melancolia, a btureacion en plano secondmicon de inversions afectvs diferentes J, en este sentido, ua bi- furcacin enre dos modos de wabajo. La primera oposiién que seal ‘Freud es la dismimucin del «seuimient desi» (Selig) en la me- Tancols, mientras que wen el duclo no disminuye dicho sentimieno». De deriva la siguiente prepunca que taba se reaiza en el dclo? Res: puesta: «La prucha dela ralidad ha pueslo de manifesto que el objeto amado ha deja de exist y toda la iido est conminad a renanciae at fncul que la une a dicho objeto, frente alo eu se produce wn rechzo ‘comprensble». A continuacién, se eva cabo una cuidadosa descrpcién ‘de los xgrandes gastos de tiempo y de energfa de inversion» que require «xa obeencia de Ia ibido alas Sedenes dela realidad. ;Por qué un pre= «io tan elevado? Porque «la exstncia de objeto perdi contin ps cxmentes. Lo gravoso del precio a pagar por esta liguidaicn se debe, de este modo, ala sobreinversén de los recuerdos y dels expectativasme= ante los que la ibid sigue estando vineulada al abjeta perdi: «et 35 3 ‘cumplimiento en dealle de cada una de las Grdenes promulgadas por la realidad es la tatea del duclom Pero, entonces, por qué no es igual el duel la melancolit? :Qué Io inclina hacia ésta? Lo que convierte el duelo en un fenémeno normal, aunque doloroso, es que «una Ver que se acaba el trabajo de dla, el yo se encuentra de nuevo libre y desinhbido». Quisiera aproximarel abajo de duclo al trabajo del recuerdo desde este punto de vst. Sil trabajo de | melancolfa ocupa en este ensayo una poscionestraégic parlela a fa ‘que ocupa lacompulsgn de repeticin en el ensayo precedente, puede su- errs que el trabajo de delo se revelacostosaente como ut eericio | liberador en Ja medida en que consist en un abajo del recuerdo, Y tam bin recfprocamente el raajo de ducl el precio a pagar por el trabajo del recuerdo, y el tabaj del recuerdo e el benefci de trabajo del due lo. Pero anes de sacar las consecuencas que tenemos a a vista, veamos {qué ensefanzas complementaras aporta el trabajo de la melancolia a ‘marco precedente del trabajo de duel. Paniendo de la bservacin iniist respecto a Ia disminucién del Ichgeftl en la melancola, puede decirse ‘qu, diferencia del duel en el que el universo parece empabrecio y ‘acio, en Ia melancoli, lo desolado es, precisament, el propio yo, que recite Ios golpes de su propia devaluaciéa, de su propia aeusacign, dest propia condena y de su propio rebajamiento, Pero esto no es todo, ni s- ‘uiera fo esenca: ls reproches que se hace mismo 0 servirin para ‘enmascarr los reprochesdiigidos al objeto de amor? «Sus quejas es ‘re audazmente Freud—~ son acusaciones (Uhre Klagen snd Anklagen). ‘Acusaciones que pueden lega a matrizrel objeto ama, incluso ene fro interno del duel. Freud plate la hipstesis de que la acusaisn, a — corre parejas con Ia ‘sprucba dela realidad ene las grandes insituciones del yoo. Esta obser~ ‘vacin se enevena vinculada alo que se ha dicho nel ensayo anterior sole la responsabilidad del anaizado respecto ala ronunci a pasar al ato al propio trabajo de Ia memoria, Ota observacin: sien la melan- ‘cola las qusas som acusaciones, no participa et duelo de agin modo de ‘cha afiemacién, con la iferencia de que en éte se establece una cievta ‘medida, propia dl mismo, que limita tanto la acusacin como el autorre- proche que conleva la melancolfa? En fin —y esto es probablemente lo ‘is importante, no pone de maniiesto la proximidad entre Klage y “Anklage propia dela melanclta entre queja yreprohe, el carscter ambi valent de Ist relaciones amorosas, que anan amor y odio hasta en el dele? Pero quisiera finaliar esta breve incursnen uno de los mis conoci= dos ensayos de Freud refriéndome al resultado postvo del duel en con- trate con fs efectos desastrosos de 1a melancolia: «La melancliaplan- tea reiteradamente nuevas preguntas as que no siempre podemos rs- ponder. Comparte con el duelo la particulardad de poder, después de ‘ert empo, desaparecer sin dejar aparentes y graves modifieaiones or lo que respecta al duelo, hemes podido apreciar que tenfa que pasar agin dempo antes de que se prodyjera el cumplimiento total de Yo que cexige la pba dela realidad y para que el yo, una vez ealizada dicha te 37 3 31 at ‘ea, retire del objeto perdido su libido, que de este modo vuelve a srl bre En Ia melancols el yo realiza, como podemas figuranos, un abajo similar; desde el punta de vista econdmico, wo comprendemos ninguno de ‘estos fendmenos>, Olvidemos la confesion de Freud respectoalaexplica- ‘in, yretengamos su lecci clinica: el tempo de duelo no deja de eae ‘jonas con lapaciencia que eciamabm el analista ala hora de pasar dela repetiién al recuerdo, El recuerdo no se diige silo al tiempo, sino que reclama tambien su propio tiempo: un emp de duc. ‘Retom la preguna planteada al comienzo:chasia qué punto es legt- ‘mo tansponer al plano de la memoria colectvay de lahistria las catego- fas patolégicas propuesas pr Freud en fos dos ensayos que acabamos de leer? La justiieacin puede encontrarse en ambos lados, a saber, el lado ‘de Freud y del ado de fa concieneia historia ‘Se hab apreciado, por una pane, las distnasalusiones de Prevd as tuaciones que rebsan con mucho It esferapsicoanaliica, tanto por pate ‘el trabajo de recuerdo como del trabajo de duelo. Esta extensGn se Vel ‘ve mucho més evidene cuando se atiende a todas las stuaciones mencio- ‘nadas en la cura psicosnaltica que tienen que ve con el otro, no slo el dela historia familie, sino e oo psicosocialy, i asi puede decise el ‘otro dela stuacign histrice. Ademis, Preud no ha rehusado este tipo de textapolaciones, como constaan Téter y tabi, Moist y el monoteismo, El porvenir de wna ilusién 0 EI malestar en la cultura. Asimismo, me ‘ever a decir que algunos de sus psicoundisis privados fueron in ab fentia, El més célebre de todos ellos es el. del doctor Schreber. 2Y qué decir de EI Moises de Miguel Angel ode Un recuerdo de infancia de Leo rnardo da Vine? Ningin eserdpulo, por tanto, ha de detenernos por este Tado, La tansposicin resulta mucha més sencilla después de algunas re- interpretaciones de psicoanslisis prdximas ala hermenéutica, como po- demos ver en algunos viejo trabajos de Habermas, donde psicoandlisis se reformula en términos de desimbolizacion y de resimbolizaciéa, y donde se pone el acento en el papel de las dstrsionessistemicas dela ‘omunicasin en el plano dels ciencias sociales. La nica objec ala {que no se ha respondido se refer la auseneia de terapeutasresonccidos 38 Unter eg pte sms aite | 3 en las relaciones interpersonales. Pero, ino puede decirse que, en este ‘aso, l espacio pabico de la dscusi ese elemento equivalent de 10 que llamsbamos anterionmente la warena» de las relaciones ene terapen ‘ay analizado?| El segundo problema fosstieo que planta la nocién de eabuso de memoria» se efiere ala eraputica apropiada pra ratar esos rstoros, ‘Quisera insist en la nocidn de strabajon,empleada por Feeud en estos dos ensayos —trabajo del recverdo, trabajo de duclo—. Dicha nocign presupone no slo el sutrimiento de estos trastorns, sino nuestra respon- satildad ante os mismos. El propio Freud nolo ignor, como constatan ss consejos terapéuticos respect ala petlaboracidn. En efecto, fas 90- cones de «uso» de wabuso» tenon que ver eo wn uso perverso de este trabajo; recuerda la idea de una instumentalizacion de Ia memoria, que dependeria del que Max Weber lamba Zwectrationalita por contro ‘cin ala Wertrationaia. Habermas, aso ver, tata de distinguiee nivel ‘comunicacinal de la tea de su nivel puramente uilitrio y exrtésio. ‘Los usos de la memoria se encuentran en I encucijada de estos dos tipos ‘de racionalidad y también do estas das modaldades tics. Hay algo deli berado,concertado y suet a inalidad en esta nocién de trabajo» aplica- {daa reuerdo. Un testimonio de ello on los abusos dela memoria vine Iados a a manipulacién del recuerdo y, prineipalmeate, alos recuerdos enfentados dela glra y dela humillacién mediante una police conme ‘morativa obstinada que pusde denunciarse como algo en s mismo abusi- v0, Todiov al respecto es implacable. Ahora bien, zqié mecanismos de la memoria y del olvido posbilitan esta insrumentliacién, esta manipy- lacin? Esencialmente, el cadcterslectivo dela memoria, del qe an 0 ‘hemos hablado. Nos encontramos, en este punto, con un aspecto delicado, saber, el so delberado del lvido. Cicrtament, como dzemos poste rlormente, el olvido es una necesidad, como recuerda Nietzsche al co ‘mienzo desu conocido ensayo, Pero es también una estrtesia En primer lugar la del selato que, en sus operaciones de coniguracién,mezcl8el ol vido con la memoria. La insrumenalzacin de Ia memoria pasa, pus, » ‘esencialmente por la stleocién del recuerdo, Pero, zedmo hacer un buen so de este eile poder de sles? En este punt, el problema epistemoldgicoplanteado por el anelo de ‘eracdad de 1a memoria —problema ya de por sfcomplicado, dbido a ‘1 interseeci6n con eategotas patoldgicasy terapéuticas— plantea un problema moral, ¢inclusb politico, como aeabamos de ver a propésito del frenesfconmemortivo, Fl problema moral e planta en trminos de eon ‘minacién, Conminacin ano olvidar. Zakhor dice la Toth judi. Prohibi- do olvid...;Por gue Poe viras razones que tienen que Ver con 8 peo blema de la consttucin de In identdad tanto coletiva como personal Para mantener la identiad, habiamos dicho antviormente, para mane rela fo largo del iempoe incluso conta el empoy su poder «destruc tor», mencionido por Aristels en el texto enigmatico dela Fisica que sive de exergo a sus estudio, No deberos olvidar, en primer lugar, para fesistr el arruinamiento universal que amenaza a tas huellas dejades for Tos aontecimientos. Pa conservar ls cafes de la dentdad y mantener Ja diactica dela triciny de a innovacin, hay que trata de salvar las tuellaz. Ahora bien, ene estas huellas Se encuentran tambign las eri Infigidas poe el curso violent de la historia asus vicimas. No debemos ‘olvidar, por tanto, ambigny ques sobre todo, para continuar honando 8 as vitimas de a violencia histrea. En este sentido, puede deirse que ia ‘memoria #e encuenira smentzada, Puede sero y ha sido amentzada poi- ticamente por aquellos regimenesttalitarios que han ejreido una verda- era censura de la memoria. La ipa, pues, pasa por e uso pet= vetso de la propia seecci, puesta al servicio del desvio de Ia comina- ign dirigida contra el olvdo, Todorov tiene raz6n cuando dice que la ‘oleign del problema ha de buscarse en un desplazamiento que suponga ej de poner el acento en el pasado para pasar a ponero ene! futuo. La sempiteroa repeticién de las herdas de la memoria encuentra su limite en l valor ejemplar de los eximenes, que no contradice la incomparable ‘monstruosidad de los mas graves. No coatinoaré en est direcién. Estas eves consideraciones se referen alo que podramos lamar «polica de ln memocas, en la que este juego el cultivo de una memoia juste 0 Quisiera poner el acento mis bien en los recursos que la propia memo- sia ofrece a esta ica ya esta politica dela memoria just. La vneulacion ‘que hemos levado a cabo entce el trabajo del recuerdo y el abajo de, ‘elo de esta gran historia, en la que l estudio de Ia geografiay la explica cia estructural de los fenémenos sociales tae consigo una imporantisi- ‘a dramaturgia, cuyo mayor acontecimiento es la muerte politi det Mediternco, En Narrative Logic: a Semantic Analysis ofthe Historian's language, F K. Ankerst sostiene que ests grandes conjuntosnarati- ‘os, que lama naratice, on en cada caso obras singulares que escapan 4 Ja Iogica dela refutaion (ela que depend el abajo dl istoriador en nivel documenta y, hasta cierto punto, en ede Ia explicacia mediante ‘cusas y razon). Las naratasforman pare de un émbito de conrover- sia en el que unas prevalecen sobre ors en funeiGn desu capacidad de itegracin de los hechos mejor elaborados en el sno de cadenas de ex- Plicacon limitadas, yen funkin de la amplitud desu ngulo de perspec- tiva de su aleance (scope, Una gran naratio es aqueliaqu se ofrece ala ‘discus de los especialsiasy del pblico cultivado con un lo rade de plausblidad y de probabilidad. adams ceRirnos a repetr a propésito ‘de estas «prandes historias» lo que acabamos de decir sobre Ia historia €x plicativa, qug se reduce a establecercadenaslimitadas de acontecimiem tos, ya se trate de la historia nacional, dela historia de un periodo de historias especializadas (historia demogréfca,econémica politica, cult ral, rligioss, et). Estas «grandes historias» plantean, sn embargo, un ruevo problema, pues reinen un gran nimero de acontecimientos en _randes unidades que a menudo se ideniiean mediante un nombre propio (Renacimiento, Husracign, Revolucion francesa, Guerra fi, etc). Tal singularizacién mediante ef nombre propio ineitaa evar a cabo wade tilescin fuerte eforzada genealmente por el papel aibuido alos acon tecimenlos fundadores, no slo en la dvisidn en perfodos de estas gran ‘es unidades, sino en su denominacion, qu frecuentementees lator, yteclama su eonmemoracin ysitvalizacion. En este caso, la historia c= ‘ica no slo iene que luchar conta los preuicos de la memoria colectiva, a 3 3 Rr sino contra los de la memoria oficial, que asume el papel social de «me- ‘mori ensofiada. Lo que esi en juego en ese punto el identidad re indica por las coletivdadeso as comunidades, la idemtidad que tata ge justficr Ia histona oficial. La gueras siti de este modo dentro dela ‘propia historia, ence la historia cxiticay I oficial. Lo mas diffi no es “Sconiat de ott manera» 0 dejarse «conlar por otro, sino contr de otra ‘manera lor acontecimienos findadores de massa proplaidemidad cole tia, prineipalmente nacional; y dejar que los cucnten otros, lo cual resulta {odivia mds diffi. Habria que poder emplear la nocién de «sf mismo ‘como otro» en este nivel dela idemtdad colecsiva . LO QUE LA MEMORIA ENSENA A LA HISTORIA nel pardrafo anterior, se ha puesto el acento en la funein exe de lahistoriarespcto ala memoria, dando de este modo venaja aa primera cn su confromtacign con la segunda. ¢Quiere esto decir, por emplear los ‘Giinos de Bédarid, que la vir de a verdad ha de quedae por encia ‘de lade idl’ Asteria ion esta roacin dalétca la historia tu ese la dkima palabra, Ahora bien, la memoria conserva un privilegio que la historia no puede guitare de sitar a propia historia como disci ‘lina purtmente retrospetiva en el movimiento de in concencia hist ‘conno ha hecho R, Koslleck al diatingui entre wespacio de experien- ti y shorizonte de espera. Recordems qe Koselleck considera que ‘mbes polos no sla son ireducsibles ene sino que se encuentran vi clades median una relacién de intereambio mutvo mis © menos con- Tictiva. Ahora bin, esta dilécticeconlleva una paradojacuya repered- ‘én en la fanei6n de la memoria respect la historia veremos de inme- isto, La paradoja es la siguiente: el pasado —suele decirse— ya no puede sercambindo; es, en este semi, algo determinado, Fl futuro, por ‘lcontaio, considera algo inci, sberto y, por ello, indetermindo. [La puradoja so es apareme. Aungue, en efeto los hechos son imborr- 8 {a lecaa del empo parade: memoria yao bles y no puede deshacerse lo que se ha hecho i hacer qu lo que ha 8 ‘edie no suceda, el sentido de lo que pass, pore contri, no est fjado ‘de una vez por todas. Ademas de que los acontecimientos del pasado pue ‘dem interpretarse de otra manera a carga moral vinclads a la relacién de ‘deuda respecto al pesado puede inrementarse o rebsjase, seg tengan ‘rimacia a acusacion, que encierra al culpable ene setimientodoloroso {elo iteversibe,o el pera, que abe In perspective de Ia exencin de la inadvenido sobre el que se econta un “formas, son ms graves que en el caso de lo meramente alejado 0 no ‘onsiderad. Lo eprimido depende de uns economy profunda de as pl snes que, para hacerteconsciene,requiore un srabajo. Una Feaomenc- Fol de la atenci6n y de desc no esté ala altura del fendmeno, pues cl tino vinconsciente» se relaciona con lo oculo © con lo encubierio fen un sentido més radical que el de To-noapreciado notado por fala de a 4 Po Rie stencidn. Quizé encontremes en Binswanger y en las conversaciones en tabladas entre Heidegger y los representantes del «psicoandlsie existen ‘mente rtrospectivo. El punto de mira se sta, en este caso, en In cultura histrica erudita en custo «fiebe histérica devoradora». Frente a este fahuso —se trata de un abuso més que de un exceso— resulta positive tender Ia propuestawintempestiva» que sta, ala cabeza del enftente- ‘iento nice la historia monumental, la antcuaria y la etic, el elogio ‘el olvido que a lbrado a reputacién de este conocido texto, Dicho clo- tio vineulae resutada de I propuesta intempestiva» alee principal de ‘esto propio estudio, Frente al olvido bovino del rumiante que no tiene ‘ceeso al eso ert» que motiva et gto decisivo det hombve, se encuentra oligo lierador de quien logra Ia felicidad de sentiese durante un tem- po wnhstorisc: «como se ha proclamado, el olvid forma parte de toda ‘vcidne, «Este un grado de insomaio y de exceso (Ubermass) del seti- {do hstérico que perjudicn alo vivo y acaba por destruilo, ya se trate de un hombre, de un pueblo o de una cultura.» Un ejerciio preciso de lctu- ‘consists en distinguir las dstnts apotacioes del olvdo a las for- ‘mas (monumental, anscuara y eric}? del conocmient histérico, com- sdorando cada una desde el punto de vista de dato causado ala vida. No se sara, por ello, la vid dela justia, pues esta hima es la que in lerpeta, La fuerza del derecho a juzgar proviene dela energi del presen te: aSolo tenis dececho a interpreter el pasado en vetud de la fuerza su prema del presente». De ese modo, la suspensi de lo histrico mediante Rico, Top er, Pal, Sea, 1985 c9.VOL53 6 4 atone 1 elvido y la reivindicacia de lo eahisttico» sélo es ef reverso de la fuerza del presente. En este punto, el olvida vueve a converse en la condicin de a iterpretecign de pasado. 2, ELPERDON {A primera vista, l perdéa es una forma de olvido activo. Lo cual ha de decise con mucha precaucin, Tras recorersucintamente sus manifesta- clones en el émbito cultura, juriicoy politico, habe que tener en cuenta Jos argumentosesgrimidos Contra el pera ci. Estos solo prin enca- arse con éxito tras abordar Ia idea de don en la que se encuentran todas las difcultades opuests al peda fi, Terminaremos el estado hablan- do dela nocién de perdan dif. 2.1, Perdén y olvido I perd6n, en primer lugas, es contrato al olvidopasivo, tanto en su forma traumstica como bao el astutoaspeco dl clvido evasivo. Al re ecto, requere un aumento det srabajo del recuerdo». Sin embargo, se parece a primera vista, como acabamos de suger, una especie de olv- 4 activ, que no se referiea los acomecimientos en sf mismos, euya huella, por el contrario, ha de ser cuidadosamenteprotegida, sino ala deuda cuya carga pasliza la memoria y, por extensia, la eapacidad de proyectare de forma credora hacia el ftro, Nose olvid el scone Imiento pasado, el acto criminal, sno su sentido y su lugar en I dlaética ‘slobal dela concencishistriea. Adem,» diferencia del ovidoevasivo, el perdén no se encuentra encerrado en a relaciéa narcsisia de uno cons pile peo lee en mae eel ee de Donen votno Amee Die @ tetame epee nents | _g0 mismo. Supone la mediacién de otra concienci, la dela vita, que «la dniea que puede pertonar. Hl ator principal de ls acotecimicntos {que hieren la memoria, el autor de los das, slo puede pedir peed, ‘Adin ha de afontar la prcba de la negativa 0 del rechazo. En esa medi, €! perdén ha de encontrars, en primer lugar, con lo imperdonable. Esta posibilidad ha de ponernos en guadia frente ala facilidad del perdi, Para que ése contibuya af cuacion de Ia memoria herds, bade sufir Inte dl alvide i Com el objeto de tomares las medidas a esas formas perversas de pet din, hay que tomarselas asimismo a los Simbitos en los que ste se i= plora En primer lugar, evidentemente, se encvenira la esfera eigioss, en la «que et «pend de los pecadose puede reducire una forma (gn0 ha dado lugar, en otras ceasiones, 2 un comerco, llamado acetadamente scomercio de indulgencias’), Pero lo que el perdén expresa en trios ‘de gracia ene plano religioeoy cultual tiene eco en el judicial y ene! po- litco. En el plano judicial, se tata esencialmente de a relercidn,cuyo efecto consist, como sefala el nuevo céigo penal francés, en wolvida todas las incapacidadespasadas» y en restablecer la apacidad del conde nado de volverse a convenir por entero en un ciudadano, La gracia, en cuanto peivilegio o regalia, se funda en Ia misma finalidad, La ans, ‘que no es pronuncada per una instanciajuriica sino pote eesulta mas Aisutibl, en la medida en que equvale una amnesia institucional que ‘os invita hacer como si ef acontecimientoeximinal en cvestén no Bu bese sucedido, Result compresible la fnalidad de esa institu: co trbuir aa reconeliacién nacional, Pero el peruico dl olvido reside en fa increible pretension de brea la hulls de ss desavenencias publics, Fl histoviador,cuyatarea, por otra part, results especialmente compro: ‘meta cuando se produce esa istauracin del olvido pablico, ha de con luarestar mediante su discurso y junto ala ucidez de a opinign publics et itento de Bota los propios hechos. Su tarea cobra enfonces un aspecto subversvo, en la medida en que, mediante ell, se express ta mimesis de Taela e 4 panes Las peticiones solemnes de perdi, promunciadas por politics resp bles ydirigias alas vitimas de las grandes barbies del siglo vent, plonican problemas similares. Pensamos en las peticiones del cancillet [Brandt en Varsovia, del presidente Vaclav Havel & propésito de los Sude- {es y del rey de Espa Juan Carles 0 del presidente Soares evando tats onde reparie mediante sus delaraiones la expulsin de los judi de ka peninsula iérca. Pero zfectan esas peiciones de perdén, por honor ‘ls y meritrias que Sean, Iara del sufrimient jen0? neste punto, hay qe tener en cuenta las advertencas sobre el perdn facil. La pretension deejrcer el perdn como un poder sn pasar I rue ba de pediloy, peor ain, Inde que éste sea rechazado, entrafa una sere peligro, En primer lugar, se encuenta el perdn complaciente, qv sso proton- 23, alidealizalo el elvido evasive. Pretende ahorase el deber de lame ria. También podemos encontrarnos con el perdon benévolo ue quie- re evtar Ia justia y se encuentra vinculado ala isqueda de la mpuni- dad, Se olvida en ese caso que la reinsert del culptbe forma parte del ccumplimiento de la condena. Hay que pagar un precio por es8relnset- cin, Més sui es el perdi indulgete. Al especto, hay una parte de Ia teadicién teolgica para la que ese perdén consiseen el pag de una dw. da, jNo habla una dels versiones de! «Padremuestro», de a «Oraca del, Setioes, del «perdén de ls deudass? En ese caso, esté en jucgo el ala- 1miento en profundidad de Ia idea de «deuda». Considerada en un primer rivel a remisin de dicha deuda conleva I idea de un balance de cuen 5, de eréitos y de debites, en el que la column del dbito es borrada _magicamente del panel coatable. No s6lo no hemos abandorado Ia gic ela vetrbucidn, hecha pedazos, por etra part, con motivo del problema {el sufrimient injusto, como puede verse enel libro de Job, sine que esa borradura, que aabamos de califiear de mégica, desempefa el mismo papel que el peor de Ios olvides, a saber, esa forma de olvido protundo ‘mencionado al comienzo de est estudio que consisteenel desgaste de Las Sefiales 0 de las marcas, en la destrucciGn de las inseripciones antiguas, Nevada a cabo pore propio tempo (Aristseles di, 64 tate sng panne | A Se requere en este caso una nueva relacién con la deuda, con ia ped da, que Vuelva a inureducr el abajo del duelo en el dela memoria, La tnisqueda de esa neva relacin precisa revalua a idea de won», que se feeders en el origen de la de «perdéns. Después de esa reevaluacién, {ue tendr en cuenta, a Su vez, las trumpas del don, sec pesible hablar del erdin dif. 22. Dar y perdonar [No es casual que el perdén, semsinticamentehablando, se encuentre préximo al don en muchas lenguas: pardon, prdono, Vergebung,forg- ing, et. Ahora bien la iea de «don» entrata sus propiospeigrs. Ep el diccionario Robert de la lengua franceda, podemos encontrar Ia siguiente definiién: «Dar. Entregar a alguien con una itencin liberal © sin ecbir nada a cambio algo que se posee que se distuao. AI parecer, Se hace hincapiéen la ausenca de recIprocidad. La disimera entre el que ‘day el que recibe parece completa. A primera vista, sucede de ese modo. (En «Amory justicias, por ejemplo, opuse la Iipiea de la sobreabundan- cla, propia de Ta ezonoma del don, ala Lgica de las equivalencas dela ‘economia de Ia justicia,determinada por pesos y balanzas. Al respect, dar mis de lo que se debe constituye una figura paraela al hecho de dat sin ecibir nada a cambio) ‘A mi juici, el nGcleoertico consiste en saber si el don se inscribe fuera de todo intercambio o slo se opone ala forma mereatil del mis ‘mo, Me parece que todas Jas paradojas y todos os peligos del don y del perdén giran en torne a ese problema ero. Al respecto, el libre clisico {de Marcel Mause Ensayo sobre el don como forma arcaice de intercan bio tendria que ponernos sobre aviso, Mauss no opone el don al incercam bio sine a esculoy al interés, Valor a compettividad en la munifcen- cia, pues un don excesivo suele motivar ot en sentido contaro. Por su parte, Georges Balle encarece, por asi decir, el exceso ens elogio del {gasto, La economia dl don, por fetomar una de mis Viejas expresiones, 65 4 ane sigue siendo una economy en la medida en que este imo no sale del ‘feu del ntrcambio. ‘Tal disyuncin entre ef intercambio mercantly el no comercial s6lo ros permite hacer frente alas sospeckas, en ocasiones malintencionadas, ‘Tas que no dejan de dar ugar ls compertamienies privados 0 pablicos ‘que apelan al eatimiento de Ia generosiad (campafas de benevolenia lect plies o respuestas ala mendiidad), porno decir mada de los tagues dels que son vctimas hoy en dia las orzanizaciones no gubeti- rmentales de ayuda humanitaria Aquelios que estin en contra de dichas pedtieas arzumentan del siguiente modo: 8) el hecho de dar obliga a dar a cambio (do ut des, «doy para ue des) 'b)_ el hocho de dar crea desigualdad, pus sitéa a que fo hace en una posiign de superioridad condescendiene; ©) el hecho de dar compromete al benefciari y le converte en al ‘uien que ha de estar agradecdo,obligado al reconocimiento; ‘del hecho de dar hurl l beneficiario al impoverie una deuda que Je hace insolvent Ahora ben, la ertica no tiene por qué ser necesiiamente malntcio- rad La podemos encontrar et las propas palabras de Jess, justo des- pues de recordar la Regia de Or: «Si ais los que os aman, qué eco ‘hocimiento obtendeéis? También los pecadores aman a quienes les aman, [2] Amad a wuesttos enemigos, haced el bien y dad sin esperar nada a cambio» Lucas, 6, 32-37) De ese modo, a erica anterior se radicaliza a medida absolua del don covsiste en amar alos enemigos. La idea de prestar algo sn esperar nada a cambio se encveiravinculada 8 ese amor En lugar de aminorarse Inertia se radicalzadebidoalaexigencia de un ‘mandamientocuyo cumplimicnto resulta cas imposible Quisieea setalar, en este punto, no solo que Gncamente se etic elin- tezcambio comercial, sino que e pretende poner de relieve una forma ste petior de intecambio, Tod las objesiones, en efecto, presuponen unin 66 Latent inp pat ney | (cigs oculto detrés dela generosida. De ese moo, ambicn ellas se en- ‘uentan en el imbito dels bienes mercaniles, que poses esitimidad, eto dentro de un marco en et que la espera dela reciprocidad adopta forma de la exigencia de justiciay de la equvaleneia monet, Abor bien, ef hecho de amar alos enemigos, no slo rompe con aida deci culo, sino que abre la expecativa de oro tipo de inereambio, que cansit- teen que mi enemigo se convert algin da en mi amigo. El mandarien- to de amar alos enemigos se separa de a egla dela reciproidad, pues ‘exige algo cxtremado, Fie ala retérica evangélica de la hipecbole, se pre tende que sélo pueda justiicarse el don hecho al encmigo, de quien, a ‘madi de hipétesis, no se espera nad a cami, Pero dicha hipétesis, pre cisamente sflsa: esperamos que el amt convierta al enemig en nes {so amigo. A partir de ese modelo extremado, ls aciones enr0535 Pi vidas o pblicas, que siempre se encveiran bajo la sospecha de acommo- dats en secreto a a ldgica mereanti, slo podrén lestimarse, en ima Instaneis, si reconstruyen un vinculo de reciprocidad, mis al de ‘nua al agradecimient y a la devoluién, en un nivel no comercial del imereambio, El epoltch» celebrado por Marcel Mauss rompia el den ‘mercantiinterno mediante Ia munificenca, come fo hace, a #4 modo, ch «gastos de que hablaba G. Bataille. El Evangelio, po su prt, cumple la rrismafuncidn a abr al don una dimensi6nadesmedae, a que las acciones generosasordinarias s6lo pueden aproximarse ligerumente. Co- rMerél riesgo de sefalar que en la opi politica de la paz perperua kan tiana podemos encontrar algo de la bipérbole evangéic, pues dicha wo- Pla oforga a todo hombre el derecho a ser recibido en cualquier pals ex- teanjero «come huésped, no como enemigo>. La hospitlidad universal, en realidad, consist en Ia sproximacin politica del amor evangslico de fos enemigos. {{Cémo puede lamarse esa forma no metcantl del don? El intercon bio enre recibir y dar entre dar y recibir La genersidad que dependla ‘ain del orden comercial ofendfapotenciaimente la dignidad del que re- cibe. Sin duda alguna, hay que aprender a hacerlo, En ello reside la vir- tu de a modestia. Peto hay que aprender todavia mis & dar honeando al 6 4 pene beneficiri, En ello consiste Ia vrtud de Ia magnanimided, La resiro ida det hecho de dar y del de recibie pone fin a disimetsia de don ‘que no espera nada a cambio mediante la figura singuae que confire al agradecimieno Falta por poner de relieve e6mo dicha igura no metcanti del don, a socorrer al perdi diffi, puede permitos responder & las sospechas {ue éteocasiona 2a. El perdén dificil EI perdn cil al tomarse en serio el cardetrtrgico deta acci6n, acomete la aie de los actos y cl orgen d= Ios conflicts de los dafios ‘que requeren se perdonados: Nose tal, en est caso, de Bora el debito ‘den panel contabe, ni de lograrun buen balance comercial, sno de des Inner enredos, En primer ugar, el eoredo de los conflicts inextcabls y el dels di ferencias insuperables.Podemas recordar na vee mis cl caso de Antigo. ‘na, ene] que se solapan historias inconmensurabls, se enrentan ealtaes bsolutasy limitadas al mismo tiempo, la jsticla raya en la venganza, et oder, en a violencia y las heidas se consderan bendiciones. La teageia ‘reps, como comentaelocuentsmente Hegel en la Esti, solo conia at sconficion entre los caracteres el dsenlace fatal. También Io ha esbozado ena parte final desu Fenomenolgia del esti (en punto dessivo det sign de Plat en el Sofista a ratar de distinguir entre dos tipos de artes mnimélicas: una fentasmal y engafoa, y otra eikasié o presuntamenté ‘etdiea, Pero, zo6masabemos que una imagen es veridia? El doble as- pecto del enigma del recverdo se encuentra resumido por completo en Ghat ogo smd qe amples Rew dfn coment et elcome tn sein aalge omer eresnd desta (dpe, pes de nd signin odors arin soa ptr (pnd) n 5 5 Pau Riser este punto: para que la marca ola Sef sean el sign de otra cosa, han de ‘designar de algin modo la causa que las ha produc, ;Cémo apreia la Dresunta semejanca entre el retratoy su modelo sin un frtim compara fionis? Nos asla al respeto una duda:jn0 nos ba indigo a error desde ! principio la metéfora dal pos ode la hella en cuanto presencia de 10 susente? :¥ no nos hemos desorientado una segunda vez al entablar wna felaciOn de semejanza ene Ia cosa presente y Ta ausente, una relacin ‘que venfaimpuesta por la metfora de rato? Planteada de un mado di "ero, la pregunta es la siguiente: consis el reeverdo en na imagen si- nila al acontecimjento det que guarda una impresign oun fella? El problema moderna de a erepresemacign» tepite una y otra ver Ia antigua poria del icono. Consist la accién de representa algo en presenta de ‘nuevo, en presenta fo mismo una Yez mas, ose trata de algo totalinente sdistino a a reanimacin del primer encuentra? Conse et una recon tmuccion? De ser as, cud es la diferencia enie sia una construccin fantisticae, incluso, fantasisa, es decir, entre Ia fcc y la propia r- consirucci6n? {Cm se preserva la posicign real del pasao, del pasado real, en dicha reconstrcci6n? No deja de resultarextraotdinari el hecho de que el conocimiento his: ‘Geico vuciva a suscita la antigua apora del en, Consideemos la serie ‘que hemos sitvado en ta base de a recogida de datos y, por tanto, ene) ive de To que hemos lamado shistoria documenta. La serie er a i= {gulente: «archivodocumento-hyells, El archivo rete al documento y fe, a la huella, De ese modo, todo converge en esta sla, hasta el oto de que Marc Bloch ha defnido la historia como sconocimient ne dante huellas, Los documentos son hells y los archivos, reservas de huellasinvenariadas. Ahora bien, ;n0 es una huella el equivalnte moder node la seal dela que hababan los griegor? La metéfor s ha desplazs- so dela marca del sello en la ceraal paso de un anal por el eampo. Pero fondo de a metafor es el mismo a huella deja en est caso tambien es una seal que puede desctrarse. No obstante l igual que hay que se ‘ber, mediante un conocimiento anterior y extern, que alguien ha grabado su sello en la cera, también hay que saber que un animal pas poral, 8 tees imp pene I5 {incluso hay que saber ditnguir a huella de un jabalf dela de wn coz, Fl enigina de a seal ode la marca se repite enol dela hela. Hay que poreer un saber teérico previo sabe las costunbres de quien ha dejado ‘una huellay un saber pectic sobre el ane de desifala. En est e380, 1a Inulla opera como el efetosigno del paso qu la dejo impresa El eonciniento histrio, eterasnicamente el enigma de eit? No, porta un elemento completaente nuevo, capaz, sino de resolver el en ma, al menos de hacerlo tolerable. Ese elemento nuew es el tstimonio, ‘aya estructura de transiciénente la mpemariay ta historia hemos pogo ‘er con aneroridad. Ahora bien el estimonio introduce una dimes Line _isticn auseme en Ia metdfora de la seal ode la marca saber, discuso el estigo que cuenta lo que ha visto y require se vedo. La seal dejada ‘or el acontecinento consist en a visi6n relevada por lo que se dicey lo ‘que secre. Al mismo tiempo, enigma de larelacién de semeanca se sus tia por oto que quiz result menos intratable: el de a relacin fiuiaria ‘que consi I redbilidad del testimonio. Ya no se ata, po tanto, de La ‘semejanza de un reato, sno de la creibilidad de un testimoato euya pe sunta buena fe puede ponerse a prueba al eoejarse on oes. A partir de ahora, no hay por qué decir quc la hula pte nicmende et enigma de la sefal ode la tarca. Al sustiuir a estas Glimas, el testimoaio desplaza el problema de fa hull. Hay que pensar sia a paride qué, no ala inves, {sCbn0 afecta ese desplazamnieno a la relacién con ef pasado? En un sentido negative, nos conmina a abandonar el problema dela Semejanza, [Nohay que preguntase si un relato se parece a un acontciiento i si el conjunto dels testinonias, confrontados entre sf, resulta able. Si se ‘exelent, podem Sefalat que, gracias al testgo, hemos epresenciadow ff acontocimiento contado ‘Al reaparecer esa ulti expresidn ( del testimonio més que al dela metifora, aunque este dtimo se neuenize emparejado con e ser como» desarcllado en el octavo esto ‘de La metdfora viva, La noci6n de «representancia» hace referencia en teste estudio a la mezclaopaca del recuerdo y dela ficin en a reconstruc- ‘in del pasado, Por ello, no exper en Ia actalidad que la dalética entre To msm, Io oto y lo anslogo, mediante Ia que trataba de expresarcon- ceptuaimente la relacidn de «tepresentancigy, result tan iluminadora Como entonces. No obstate el recurso a a analog ms alé de fa. oposi= ‘in ene To mismo y lo ot, me parece que depende demasiado del pro blema del cin y que require se eribado por la nocién de stestimoniow 7 Fis fen ca msn en ne le en ict Spa pte omer ‘fc ested manne ‘tetas del eo ei st pt reo. Me ners naga! en ge sss cpm oe ee ‘Senclpy cower drem ana rae es cece sns methane gen ‘Cider statesmen oem pn ne ete ts ase cron emgo mane 81 5 wen Volviendo a Ia earga una vez mis, me pregunto sla esstenci dl pro- ‘blema del icono a sr asimilado por el del estonia se debe aun motivo i ca dl roo eo fname. canis smn pra a [Ropes ee eto cyl de Sc, sure go de eda Iban ene! pres au cnt pr reco agen ep ne plo cabo Jeli econ hiro chr ue ttn {nd se comer en na pnts ence cpa Sead lad eo Naecon md Ser ote de snr e sundial ay terane elo ate ‘én enna ene ef pet Ss bc ell eat pena ee senuncns,c dv eons me ace en gu gees fen en {ax ean smn en tv an chs Yr en coma co ne rset ab me seen perineal ere nn in onal nomen eee {mimo na elena ee Neo gn al pans CDH. Alas [pet «Parser sr lel Fede ene Sl ppl tj cof fio: en ett slo meta elec cee pests Crago oe cen mids peas aps pad i) en pe pea ee Isha bcs cons el des see enh een rate {ota be aocensn 9 eo ats ra hate 09) A ald um cole ne {st ay enon sla jn sate leat, utd tte, Dea que dalcen pata en or rs fotos atc ‘Manno Ovo 9 Andogsssgee ne pra scence cue nee tac de Cling ols suena de Mc tn fre ero ‘let ea sieca Pee oe ce de Creo ocd de “a hn yrds ue ere acca cnc pr a se tiers dl eta Height rpc port elo oul eon {Seamed ena ool de Hayden Whi gue ye ame presen fra ‘Res napa ea eesencia, ange pare coc Vendo ‘ees ieee hrs a ie at Poe aes nego ot estan Sts ica ena, Un ca ne ac ee edn en ee ora nterpectain 9, dco na q deavrd ‘dane inepece, Qu tf go iro ann ds tng i pesos ‘rer rn enn on ng i Seto om eed que se encarta mide area ncapHtany is nga cud alsa so major preci, dyed fe Geta eerie agit elec meio proce ent oben dea ee 2 alec del emp pte: meni oie ‘ns profundo ain qu el fenimeno de Ia elaboracgn de Ia magea od a repreentaciin del ecuerdo. Quis exisa algo mds inedactbe a ene roblema de a hel, go que se dejtentver ene cleo del estimonio tm bien, nau ugar de igen Se wala de resin de iceno yd la tela a contecimento amet ala ines la nisin oa lis cxpcn. Dio acontecnomo se conespond con el propio pas dejodo ur una hella. Ahora bien el estimonioenraa un evga sina. Aes Ge decir algo, ltestgo ha visto fd o sentido (0 a redo vero 03 i liferencia ene pea importaeia). Ea resume, se ncueta impr Sonado, que astmado, agg o Berio, en eau case, jetado por el scanecimiento, Ai deve algo, exprest ese eto feta por. En for semi, pes aba de impesin del acotesimiet mig a ropiotestionio, de la impvesn que étecomunica,Dicho testimonio Posse un earcter pas, relacionado con el pathos asocado ala dfn {nial de fa memoria levada a cabo por Avisttles. Aa bien, nos ncoteamos eon ee rasg0«pasivon eh el nivel de la conciencla istriea {ue adopt a fom crud gu le asgnab Gadame cunndohblaba de Sconciencia dl efecto del striae (Wirkunaygeschichliches Besse sein Dic expesin psd wade de siueme modo wel estar ae thd por itoras A través del eto yen, convert en un estizo de sun otden, se encventa a su er tact efecto del acomteinieno| ty ence, violencia en oessones, jubilocomonica el tesinonio. Fl eoblema de ia hull, debido aes asg pasivo, sua, en cist mod, dl txtimoni sin dzlvese completamente en, CQuisera concur estas ohservaciones en buena medi pretimiars, subrayano lcrStrinesolble del estat de la verdad ¥ dea ide dad de Ta memoria y,consiguiemements, de a Bisoria El eng como no soo fa sid resulta por completo po el problema Seund foo suborinado del festmonio, sino @e, incluso presuponiendo que iho testimonio ea capa de asic enigma del conoY de Ta ella cho enigma sepia conservand su poblemacdad propia, a abet la es aida 0 creda. Lo contri de Ia abi, hemos dicho on anteroridad, noe adeno semi escent epstnico del 8 5 5 ‘Gamino, sino i sospecha. Et problema def verdad, en efecto, se ha con- vertio ene de in veracidad. Ahora bien siempre podemos pone, ei ‘ima insane, un festimonio otro. Esa separacin neal vale ene la Ye= racidad-iablidad y Ia verdad-prca converte I idelidad en una figura especial dela verdad. El hecho de wereer en» siempre se encuentra unido Al de creer que». Al mismo tiempo, la oposicin entre lo verdadero y lo falso se desdoblg en la oposicin ent la conianzay Ia sospecha, Ahora bien, 1a labor cortectora de I historia no elimina Ia soepecha de que haya Podido engafarnos alg testimonio fls, La verdad historic sempre se cenevenra en suspenso. Es plausible, probable y discutible. En resumen, sempre puede eesribise El destino de esa verdod que siempre se encuentra en suspenso, de esa veracided siempre inconclusa, va a depender, en ultima nstancia, de line lwoduciGn del problema del ecareter pasado» del pasido ene ciclo dea tempoalidad 2. ELPASADOY LA DIALECTICA TEMPORAL La discusién precedente nlisa gue atamieno por seprad det sao desemoes enna sits estate por vn ad, Pest {bse de edad de ln mermorin po se ipon laa ea dal de 6a Desgrcindament, so goraos def meri ahora de shes algo sce realmente con aero. eLa emote lp Sedo, eras eas any a ede lmao de Ares Serge: tones ada, 4 nod de teed conta a sospeci, de qc la pola prtensin de caprel casctepesadow del acd en tao tal re Ciniendo de suvnclcn dala cons es insane fs lea a este elle sin sald, Heros de poponeros, pr a ta de into a mora en el ovinieno de meter gure te ene as expecta gue cea iio la presencia del pes 9 preguntas mo empleanslanemorn Catan de hoy oa a eee ‘mafana, Ahora bien, ese cambio sibito supone la recuperacisn dela con Cepcidn agustiniana del tempo del capitulo undécimo de las Confesiones, 1 nos invite &relacionar esta sftima con la concepeion eideggeriana del tiempo, En efecto, Agustin y Heidegger son, al menos que yo sepa, 10s tincbs pensadores que han considerado ala dalética del pasado, de pre= ‘entey del furroel tema cena desu concepcin del tempo "No vamos leva cabo una rescritura de as dos secciones de Them- po y rlato dedieadas al libco undécimo de las Confesiones y al capita ‘de Serytempa sabe Ia temporalidad. Popondcemos, mis bin, una libre ‘mediacién ence ambos textos, abordando indistintamente las propuestas Ge Agustin y de Heidegger, y mezclando el préstamo de ideas con la efi= fen, tratando de hacer asticina Los textos cliados y de ser responsablesres- ‘ecto al career iresoluble dl tratamiento por separado dl carder pa ‘stdon del pasado en cuanto t ‘Mis observaconesgiran en torno a os temas: el de la imposible wtali= zac de Ins tres dimensiones temporalesy, por tania de sb diaspor ox inaia, y, como corolaio del anterior, ede Ia igual primordalidad de ‘cad un de ests instancias, El péstamo de ideas y In eritica se sueederén 8 propésito de ambos temas. Respect al primero, canto Agustin como Heidegger han sealado con insistencia lo ie lamaba en Tempo y rear I, a propésito de Agustin, la isonanca ene as res instancias de la temporalidad: el ema de laden tio anim —tadceién dela distais de los neoplatnicos—, que aparece fen las Confesiones en el tona doloros0 del lamento. El alma gime en el {aad en ot ocses is senate pecs ei i rds cin La pence ft nano espa anon nes, coi ro tanec ase er paar spate por mates Tench eos sre leno emonenlopen cp cence, Anas oilers estan neces Potts peo noise {Spm eon eer cna cocci ss dinner Sz WaMan apart ure Sec deci ino oo forint sess elo pop como pr hp ete nee re Iijcnyelcomntpen as 5| ance ‘dmbito de Ia dierencay, Heidegger, por su parte, eioma la nocin de asi, que traduce iteralmente por «fuera de si: «La temperalidad es e1 “fuera de sf (Auster sich) originaio en y para sf mismon (329). Precist- mente, es cardcterexitico dela temporalidad originaria, sein Hedegeer, se conviere ea la comprensidn Vulgat del tempo en sna pura secuencia de horas sin principio ni fin» (ibid). Pero, chan asumido ambos autores las consecuencia itimas desu escuimiento? Para Agusti, es el present el que se disper en res di recciones: «Existen tes tiempos el pasado, el present ye futuro» (XX, 26). Postriormente, seal lo siguiente: «Si puede hablase de ello, veo (ideo) ues tempos. St, fo confeso (fateorgue),existen tes» (ibid) ‘Aor bien, wel presente del pasado es la memoria, el presente del pre Sent, I visi (contuizus) (mds tarde, nos encontramos coa la nociéa de ‘attentio} y el presente del Futuro, 1asexpecativass (ibid). Se wat, por ‘anto, de un tiple presente. Sin dd alguna, Agustin no carece de aru ‘mentos:sélo aontamos el pasado a partir de vestila, de imagenes 0 de lmpresiones presentes en el alms, Sueede Io misino on la anicipacio= nes presentes de las cosas por ven. Por tanto, e problema ( el enigma vinculado a este dtimo) dela presencia de lo ausenteimpone Ia ple re- ferencia al presente. Pero podria objetarse que Tos vesigiao las huells ‘del paso, suponiendo que hiya que posula sv present, nose alron- {an en cuanto tales en el presente vivido. No prestamos atencién a ellos, sino al wcaricter pasado» de las cosas pasadas y al wcardter futuro» de Jas cosas por vent. Resulta legitimo sospechar, como hacen los ertcos smederos y postmodemos de a «tepresentacigns, que se ha desizado de ‘manera encubierta una «metafisica de Ia presencia» en el presente de presente, en ese extafio presente repetido. De ese modo, se atenGan 1a . En tomo a ese agverio se encuentran ‘cho téminosconocidos pot los lectores de Sery tempo: el wencontar- Se» (Befndlickeit,§ 29) el wextado de yeeto»y el seaet» (G38). Bien es ‘eto que estos temas se introducen en la pimera seed de Sen und Zet, ¥ que, debido a ello, no se encuentan relacionados aparentemente con la {emporalida. Pero es sencillo renteraos en ese atc. Heidezse, por jemplo, l hablar del Daven como eencontarses, menciona el carter de carga 0 8e «peso» del propio Dascin (134). Es cierto que el acento reeae ‘nel wahiv del Darin. Peo el «yan dl caticter de sido» aparece pot pi- tera ver en ese contexto: «El ente que tine el carter del Dasein 3 30 ‘aN, de modo que, expresament oo, S€encuenzaen su ‘estado de yee to", En el “encontrrse’, el Dasein se encuentra siempre ante st mismo, sempre se ha encontrado» (135), En el scaer», en el Verallen, el «yan ‘welve a aparece: «En la medida en que cae, el Dasein ya ha cai de ‘mismo on cuanto ‘serene! mundo itieo, No acai en ninginente com trac que trpioce o no alo Iago desu existenca, sino en el mundo que ptensce asi serv (176). Sin ninguna dud, la novi de estar en Jewda» analiza en el conocido capo trceo de a segunda seccibn debidos Ja influencia del «precursar> deo hacia la must: «EI ‘poder ser tol 'au téntico del Dascin y la tompovalidad como sentido onogico de la cura» (G02 s), La cura alergsen sf coorignariament Ia mere y 1a deuda» (006). Es posible; pero el referente dela deuda es el wpoder ses. La devds snc el «poder Sern el pasado: |.) Elser deudor’, en a medida en gue pertenece al ser del Dasein, ha de concehirse como “poder ser deudor'» (ibid). Quisiera que recondsemes ese fuetevinculo con mas a desrto- Iara idea de epoder sem abieta a horizonesdistnts ala muerte. La ‘deuda cobra un significado mis profundo sila confrotamos con una ex [pecatvaineterminada que la propia doula limita desde as Al respect, Heidegger tiene razén cuando la separa del stars corruptions ene sentido teoldgico (304, n. 1). El pecado, en efecto, e agua Bstrica existencial {que concibe la dela bajo Ia inflencia de una inerpetacin tansnitila 95 5 | mene por las Fecrturas biblicas. Fl vncul tradicional que exist entre la deta y el pecado consiuye ahora un problema dstinto desde el enfoque de ansti- sts exstencal de I deuda. Hay que devolver ala noc de «dev In a= pltud que nocionespr6ximas como «berencian, «preter» (Vorhabe) sprevisin drectiva» 311) contribuyen a preserva. Quisiera conserva Ia dea de Ia dependencia anterior que se encuentra ene nicleo de a proyee- «dn de mis pesbilidedes y, por tanto, de mis expectaivas. La reserva de posibiidades y de imposbilidadesconfiere al «poder set» una determina- Cdn y una orientacién previas. En el westado de ser uno mismo» (Setbiandihei sind de la sipseidad»seiterelacionan el «ser dev ‘dors ye «poder ser (66). Al especto, el texto més destacado en el ue las nociones qu gran en toro al «yax se relacionan con el pasado como haber sdos, puede leeseacontinuaciGn: «La eolucin precursora com prende el Dasein ens ‘ser deudor esenclal. Esa comprensén contiste en sum el ‘ser deudor existendo, el zer como fundamentoyecto del no- ser, Pero la asuncin del esta de yect" signifi lo siguiente: er autén- ticamente el Dasen como era yen cada caso (wie es je schon war) Sin embargo, la asuncidn del ‘estado de yetos6lo es posible en la medida en ‘que el Dasein advenidero puede ser su ‘como ert ya en cada caso’ mds propio, es decir, su ‘sido’. Solo en la medida en que el Dasein es en gene ral eomo 'yo soy sido’, puede convertise en s mismo al venir, rettov niendo. Al ser auténicamente advenider, el Dasein es auténticamente sido. Ft precursar dela posibilidad extema y mis propia ese compen ‘vo retrovenir hacia lo ‘sido’ mis propo. Fl Dasein so puede ser sido ai \énticamente en cuanto ¢s advenidro. El ‘caréter de sido’, en cierto 10d, sutge del advenir (325-326). Se habe apeciado de paso el wie de como era ya en cal cason, ¢No se asemea ese wie al «cord» el ‘monio” Ahora, me gustaria intoduciren nuestro estudio sobre el wea ppsados dela memoria y de a historia esa sugerencia que Heidegger sitia fen el marco de una categoria derivada (@ mi juci, eréneamente) y, por tanto, menos original: la Geschichlicikel o hstorchad ‘A1mi modo de ver, el problema esl siguiente: gut afae la nocién de seudae lade «nulla» en una fenomenologie dela memoria y dela is: 96 tated ig pst nny | toria? Hemos comenzado aresponder esa pregunta al hacer referencia alt ‘carga del pasado que reese en el futuro, Pero Ia deuda, en la medida en ‘que obliga y, po famto, se vineula al futuro, no consistednicamente en tuna carga La erenciatambisn es un recurso. De ese modo, se relaciona ‘om el olvido que preserva mencionado al comienzo de eto anterior. ero e:0 noes todo: # volvemos a tomar Ia sugerencia con la que con- ‘lua la primera parte de este estudio saber, Ia idea de que la huellacon- leva ta pasvida det golpe sufrdo por el acontecimiento pasado, pode ‘mos sefalar que I idea de deuda, vineulade l pasado como «haber sido, nos leva a relacionaria con el hecho de estar afectado por un acontec- Imient, Podsfamos decir, entonces, que el pasado que y& noes, pero que ha sido, eoquiere el decir del relato en la medida en que éste se eneventra ausente. Michel de Certeau supiere algo parecido en L’Absent de Ihis- foir, El pasado como shaber sido, al caecer del decir dela histori, 10 reclama, Ese seria el sentido més fuerte que podrfamasaribuir ala idea ‘de I aproximacin al pasado mediante el conocimientohistrico, Aunque 1 discursohistrico sigue siendo una construceidn, pretende ser una re ‘construc, Ahora bien, ea intencionalidad reconstructiva, m0 est re- ida por el deseo de responder a lo que ya no puede interpretarse como ‘una peticién de dscurso por pate del shaber sido»? (Recae, por ello, en Ja stuacién de inesolucién con la que hemos concluido nuestra investiga- cn sobee la nocién de ehuellav? No. El vinculo que exist ene a deula yy el «poder ser» orientado al futuro libera@ la huella desu iresolucién epistemolégica. La deuda —tepitimoslo— obliga La petcin del «haber sido» del pasado cumplido se dig a futuro del diseurso. Su caricte i agotabe requiere que volvamos a dectio, qu lo rescribamos, que reco ‘mencemes una y otra vera eseritura de Ia historia®, TTS pone de evo an compara on spt ue no pd open sic Nodesinos qu tne pun pote tej aera deen ue Ps Qe {Sessa tun nt nay ote! at Soe Ve? (Nope ‘dala renee cies de al pies waves delete: despite? 97 5 | mate ‘Sob el tel de fondo de ess fenomenologta de la deud, quisiera ‘brayar lo gue he llamado el efecto retroactivo del futuro sobe el pasado. larder etospectivo dela storia no constisuye la ima palabra ace ‘a del conocimiento histrico. Lo sera si nos atuviéramos a la epinign ‘comin de qu el pasado ya no pede cambiarse y de que, por ee motivo, se encuentra detetminado. Segin esa opinidn, slo el futuro puede cons erase incierto, aiertoy, en ese semi, indeterminado. Esto sO coasti- tye la mia de la verdad. a efecto, aunque los hechos son imborrablesy yeto podemos deshacer lo que se ha hecho, ni hacer que ao pase To que ‘ass, el sentido de fo que sucedié, por el contri, no esti fijado de una ‘vez por todas, Ademis de que los acontecimientos del pasado pueden i {exptetarse de otra mane, 1a carga moral vnculada a a relai6n de la deta con el pasado pede aumentarseo aligerarse, en funcion de que Ia acusacinenciere al culpable ene sentimiento dolooso del ieversible ‘ode que el perdénabrala perspectva de la Hiuidacin dela devds, que ‘equiva a una conversin del propo sentido det acontecimieno, Podemos considerar el fendmeno de la reinterpretacién, tanto en el plano moral como en el del mero relato, como un caso mis del efecto retroactive dela {ntencionalidd del fturo sobre la interpreta del pasado. 98 APENDICE POLITICAS DE LA MEMORIA Entrevista con Gabriel Aranzueque Gabriel Aranzuegue~ Ha recuperado en estos estulios sobre el re= ‘uerdo ye olvidoel problema de la memoria colectva, que ya habla tra- {ado con cierta premura en eltercervolumen de Temps et rt, Dfendia fen aquellos péginas la neceridad de elaborar una niemoria comin ala hhora de comprender a recepcién dl pasado y el modo en que éte reper ‘ute en la historia presente de un determinado grapo social. Después de Le juste (Parts, 1995), asume el proyecto de poner de relieve las can ciones de posibildad de una memoria equitarva. ¢Oué relacion existe ‘entre Temps et ti, sus reflesiones sobre la ldgica dela probabilidad ju ‘Tica y etasconsideracionesentorna al fenémena de la memoria? Paul Ricoew:- En primer lugar, me gustara subrayar que este abajo ‘amen curso sole la memos, el olvido y el pasado supone asimismo Ta eparacidn de un olvido. En Temps et réeitabordé irectamente el proble- ‘ma de a configuracién del tempo en el eat, ya sea éstelterario, caso {e la novela, ohistrico, como sucede con los grandes tabajos de Ia his: torigrafias pero ignoré por completo una cuestin previ, 0 en cesta me ‘ida subierrinea, saber, el tempo insrito en la memotia, Hoy en dia, me sozprende mucho més este reativo descuido cuando observo que 10 primero que esti en Temps er récit fue el magnifico texto sobre el tem- ‘ode las Confesiones de san Agustin. La concepcin del empo de Agus- tin se basa, como es sabido, en una relacin triangular de propo presente ‘com el pasado, con el futuro y con una especie de ampliacin 0 distensiGn ‘del presente. La memoria, en este marc, exe vinculo fundamental con el pasado, al igual que la esperanza es el gozne que nos une al futur. Lo ‘esencial al espectoy, a mi modo de ver, el enigma permanente del pro blema del tiempo es esta complementriedad,y Ia vez esta contienda,€ 01 Aviadice incluso ste desgar en el dspazamito de Ia mente hci el pasado cn que consist la meri oyna lft en oa de esperanza, mio, dese, prcaicin,planficacn et Pes ben, ee ae esta meva ec de Agta cl sna gran inportaniacn cd Sarco de mea y meh levado a pensar qc Ta memare el gar paso eid dtd flex sobe el eno. —Linitenos el radio de acne msn aneror pregunta. :Cémo se mlcion ta dinsn inca dla momora cna carder gua Yo dle narrative etdiad on Terps et et? Exit un epindo enigma qu aba desea a saber, a nocin de pasado. Los problemas ue lana dics noi han soe [e aclaradosvocultados pola posed existent ene fe meni) ISimaginacé, Un revere una imagen. Al cord, como sil cise, represetamor un actin psa, Shor en ee an finan y aero, exit ua epic de Gmpentsiedb 9, a ‘ea ita desiguldnd Porn ad, ss falas nen algo en co ind © referena cose susnts, Puede deine ue gu cenewenea imbeca el prinrenignn En aaa ate enc lga le epesent cin de algo aunt Eta lain ene asenci peeniacvaaye él tronco conan ent a imaginacn famemorn, Paap a le ‘ei fundanetl ene ais fla cons en ucla msgasion se desarellaeapotineamnte ens bio del ea, To pete Iiens que la memoria shempe teense vnelas de un modo thro con toque resimene rice, Todos mis esti soe a ian Cin terra propia de In popeyn ee, a aged ol novela mena Foren de manent qu ester peers consityen una invesgaci Posi Creo haber cod en Temps tet clea dle Poin de Ai aces ene que ete comenta qe la post x mis lesen que a histo Fa. pues tiene qu ver eon lo probable, cen to potble, manque tose bac earge de gus a end ug a ni ses dea ‘mem sie en eta expen: lo qu ha ‘eid ugar La meme uml foarea de resiuirlo qu hatendolugary ene senda seen. vere inset em suse la els del empo. Ls imagine or Avindice ens, mo necesita esas. Es mis, padi que tata de 2 pel mpo para digine hacia fone, fo mpoile ol fatst- {hs dete hei Toque no cst amarad oer cn aio sa tid gas Ene natn pnp des diferencia Crm comet Soconene mi enc um yer eu con este prblena en Neh de a stein pero noo tratcn plan dea memoria. Aor, ress tment sigucnd «Gada, logue te aa la res det leno en Ia oto, cl modo en que non fee istio, uesta conden tien; prope porto us ea paride ecpided sence tr rigs en a propia memoria Me limit ext e rivel ef Conciente, Me psa amino, acto obscene ave a psvda, nung no si espe eat a Ta prea Gest formula, Oto de ox olga ue lana menor jun & se erect con I imaging, ea elim paiva 0 aia que a ne erm cl empo: Pr un ao, oda deine gu secur pe Senta inesperadumente En A la ecerche du temps ped de Maes Frost por eemplo el esd nvltio desempe un papel Cons tbl ates ecco sono cession oss alien una {Specie de ara qu Ts apronima leech Boro, prea pat Teeewo'y In memora pueden considers, enon creunsancis, Como un tbo como ue reso under ren loo. Una de as fades dieatodes que plates el problema dl recterdo consis en Efulitarapsivadcon nacido ensusoconfasesponsbild de ition eS ls ports de la memoria conaingen una medicine el sienpe vido las congsractone arava, lca lect enre arctan y temporal qe aba Tens st ha de cobra nee Mlaente nana dimension a dt problem del oid Ou es ees decree tonporlatoqueden modjcadoral iceman titel endmeno de la memoria? Seteta ain de un eng, qu quiz cams temible qe fs nt sis, ps flv st ode po am ga hiro de epesetai= testes, Det del poe divas encunta el med 3 Avéntice ‘en ocasiones, una especie de trrr ante lo que Aritsetes llamaba et ca eter destructor del iempo. El paso del tempo conlevs inevitable tun acumulacién de ulna. Aer ene! Muse del Prado tvimos la suerte ‘de contemplar, en primer lugar, la represenacin de Satumo devorando a tun hijo de Goya, y poseriormente Is teriblepintura de Rubens sobre este mismo tema, Creo qu el terorrefljado en esas pinturas es plano de Tondo del horror que semtimos ante el olvido. Tenemos la imptesién de ‘que hagamos lo que hagamos auesra huella ge borrarén siempre de un ‘modo irremediable. Al emplear la noc de shielaw, estamos haciendo tefetenca a uno de los elementos fundamentales de muestra elacicn con cl olvido La inuella esl ragedia del vestigio, de aqullo que, como sf Jal palabra latina vestgie,sobrevvi al horor destructor del tiempo 0 [pudo cludr su acidn demoiedora. Al respecta, ero que pede resltar ‘oteresaotedetenerse en la celebracion mde de ls ruins, Exist un buen nimero de obras sobre ese tema, vinculado en conercto a ran des cubrimiento de fa arqutecturagrega y romana que hicieron ls alemanes {en el siglo Xvi, Nos encontramas en todo ess trabajos con und espe ie, por asf deiro, de ideologia de la ruina qu sri interesante revisr, Heidegger, por su pare, ha dedicado este tema algunas paginas real- ‘mente execlenes. Hay que preguntarse avevamente qué es una ruins Para camprenderla hay que imapinar odo aquello que fa alrededor. La gene ‘que a vsitado Grecia recuerda la relativa deeepci que prexluce tenet ue emplazar una columns imaginaria sobre el pedestal que ha sabrevivi {dol paso del tiempo. Toda suing nos invita de algin modo a reconsttuir cl pusido desaparesido, —Pero, se agota dicha reconstrucein en nuestra libre creatividad imaginariva, como supone el ommtico? La recep del pasado se en ‘entra mediatzada por lainstiucionalizacién del resto histrice. Es ‘nis, su conversin en archive, por ejemplo, no sélo condiciona nuesra lecrura, sino que vuelve ireconocible aquello que una detenminada cul ura se afané en olvidar Solo hemos hablado de la mitad del enigma del olvido, Lo que hemos aprendido adquirido puede legar a perdere, Por ello, hemos de 04 | Avendce | Ccanservar las huells, El archivo histrco es un buen ejemplo. Hay que transforma los restos histéricos en archivos dentro de un marco istite- ional. Puede decrse que, para cualquier sociedad insitucin, es real- ‘mente importante conservar sus archivos, preserva las ella det pro- pia actividad. Esta actividad de conservaién consttuye en sf misma un trabajo. El trabajo del recuerdo coasise, en primer lgur, en preservar los ‘estos del pasado, Lo cual genera un segundo problema en relacién con et ‘olvido, Me refer ala dificultad que tenemos de acordarnos de cosas que ‘hemos eontervado pefeciamente, Es como si se nos impidieraacceder & restro propio fesoro, coma sin muro nos hubieraseparado de él. En cierto mado, hay que atravesar ese muro, Gran pate del psicondisis des- cansi en esta empresa de desvelamiento, de poner ala uz Io encubiert 0, como deca, de aravesar un muro. En primer lugar, quisiera hacer un pa- réatesis. Bl propio Preud, la metiforaarqueol6yia es muy important. Profundizamos en nosotos mismos para acceder alos vestigios del pasa- do, Freud defend asimismo la idea de que olvidamos mucho menos de logue ereemas. De hecho, la experiencia precoz de nuestra infanci per- smanece grabads para siempre, pero tenemos serias dificultades para acce- der texts recuerdos. Not enconiramos, de este mavio, con un segundo tipo de olvido, que no consiste en la pédida de las huellas 0 en la destruc- ‘no dsolucin de los rests del pasado, sino en la aparcion de impedi- ‘menos pare acceder a nuestros recuerdos. A lo largo de at leciones que th impart en Madd, he intent clsfiat ls distintas fguras del ol- vido, En este cs80, nos encontramos Frente al olvido generado por la re- presi, un de los presupuestos del psicounilisis. Pero existen ot 0s tps 4e olvido, como el evasivo. En acasione, eudimos el sufrimiento que ‘puede causa la memoria tratando de no recordar lo que pueda herirnos. El olvido, en este caso, esulta activo. Tiene lugar sobre todo en el plano ‘de la historia y de las grandes ctistrofeshistéricas, en épocas de grandes péididas o de grandes masacrs, como slcedi6 en Eutops, por ejemplo, fen impos de la Shosh, Existe en esas eitcunstancias una especie de vo Tuntad de no querer sabe. En cierto modo, podrfams decir que se olvida sctivamente, tatando de evadirse de los recuerdos. Pero exsten otras for- vos mas ms cvilizadas de olvido que, en buena medida, son jusifcables. Se trata del uso que hacemos del olvdo para poder contar algo o para esex- bir un felato. Me encontsé con este problema en Temps et rir pero no ‘elacioné directamente el olvid con la seleccdn de sueesas qu exige la ratracidn, No podemas acordarnos de todo ni contro todo, pes el mero hecho de elaborar une tra con dstintos acontecimients del pasado precisa una gran seleccin en funcia de Io que se considera importante, "ignificativo osuscepible de hacer otligible a progsesida de Ia historia Esta labor eleva a cabo en dsrimento de muchos restos que no son con- siderados dignos de figuaren el marco general que clabocamos del pas do, Algo que resulta especialmente evidente en el caso de la historogr fia, pues lo histriadores pueden tabsjar en distitosniveles, detallads mente ono, Puedenelaborar un gran fresco hstric sobre la Revolucién francesa, uns biografia sobre un personaje o un estudio acerca de un acontecimnienta canerto,¢ incluso en torno a un pueblo, como sucede con lamicrohictria dels historladorestalianos costemprinens. Es po- sible, por tant, desarrolla una historia muy resringida que trate de res- Car hasta ldo recuerdo en su lucha contra el olvida. Existe una s- pecie de escala dt olvido proporcional a la escala dela seeceia, Por dl timo, he situado en la clma de esta tipotogia el olvido liberader, recomendado por Nietsche cuando I conciencia de un pas ode wna n8- ‘in carga con un exceso de recuerdos, Con elo, nos topamos con proble- ‘mas roy embarazosos, pues los abusos de la memoria pueden darse al ‘sino tiempo ue los del olvo, Estos problemas han de ser aajdos por tuna politica de la getgn del pasado, que, no obstats, puede desviarse hacia la manipulacin, Tengo en mente los tals de ds libros excelen- tes: Le abus de la mémoire de Tevetan Todorov (Paris, 1995) y Usapes de oubl de Jean-Claude Milner y tts escrtores Pars, 1988). A través de ellos, podemos aproximarnos a Ia dimeasién pragmitica dela memo- ria, ue trae consigo varias posibilidades de manipulacifn deol6gica. EI poder dela memoria, por tanto, extéabocado a efremarse, en determinadascircanatancias, el poder establecido ideoldgicamente, que puede legar a preseribir y limitar el espacio posible del recuerdo. Cu 106 Avtoice lesson, au jue, las erelaciones de poder» que afectn lege polt- co enel que en ocaviones se dirime la dialéctica existene entre memoria yoluide? "= introduecién del fendmeno del poder y desu gimensin pol es completamente leita después de lo que eabarnes de dosir sob los ahusos de a memeriay los buenos uses del elvido. Pero hay que nid ‘dr una categoria suplmentaria, a saber, la noc de widen, pues poder siempre se encuentra vinculado al problema de Ia identiad, ya sea personal ocolectva. Por qué? Porque la cuestién dela identi gira en torno de la pregunta «jquién soy, y dicha pregunta depende esencial- mente de esta oa: «qué puede hacer», «bien, qv no puedo hacer, [La nocidn de «idenidads se encueriza, por tanto, estrcharente vincula- «dala de «poder», El poder no es, necesaiamente, un problema politic, Puede tatarse de Un pader hacer, de un poder oar o de wn poder amar. Enel momento en que mi poder iterfier ede los des, puode darse la posiilidad de que dicho poder pase a ejercerse sobre eos. El ejecicio ‘el poder de ada uno puede llegar a coarat el de Tos dems, impidndo- les hacer algo, subordindndole a ptroncs que es sean ajenos 0 plots doles. Lo propio del poder politico reside en su cadcterjrirquico, as bexen que uno gobiema y otro obedece, Se wata de io que la Sociologia

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