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9 Internacional PDF
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Unidad 9
Lectura 9
9.1.2. Fundamento.
Varios fundamentos han sido dados por la doctrina a la responsabilidad
internacional del Estado:
Grocio, apoyándose en la teoría romana de la culpa aquiliana, sostuvo que
una comunidad no responde por los hechos de los individuos que la
componen, sino cuando ella ha contribuido a su ejecución, por hecho
propio o por su negligencia. La norma señalada por Grocio no tardó en ser
desvirtuada. En 1649 Puffendorf enunció la presunción de que el Estado,
salvo prueba en contrario, se encuentra en condiciones de impedir que sus
nacionales ejecuten actos lesivos para los extranjeros. La noción de la culpa,
que a juicio de Grocio debía ser empleada en circunstancias excepcionales,
pasaba a ser regla principal, porque la culpa se presumía. En la teoría
contemporánea se estima que la culpa es un elemento irrelevante, de
carácter psicológico que puede servir para apreciar la conducta del
funcionario del Estado autor del acto, pero no la conducta del Estado
mismo: el Estado es responsable porque viola una obligación internacional,
sin que la culpa de sus funcionarios sirva para establecer por sí misma la
ilicitud del acto.
El profesor Anzilotti introdujo la idea de que la responsabilidad del Estado
es puramente objetiva; es el hecho ilícito hace responsable
internacionalmente al Estado, excluyendo el dolo y la culpa, como
elementos determinantes de dicha responsabilidad. En esta Teoría de la
Responsabilidad Objetiva, la misma se basa en la relación de causalidad
existente entre la actividad del Estado y el hecho contrario al Derecho
Internacional. Sin embargo, ni la práctica de los Estados, ni la
jurisprudencia internacional, han aceptado esta Teoría Objetiva que,
supondría una expansión considerable del campo de la responsabilidad de
los Estados. Solamente, se ha aceptado esta responsabilidad en
circunstancias definidas en Tratados. Como ejemplo podemos citar la
Convención sobre Responsabilidad Internacional por los daños causados
por objetos espaciales, que establece que el Estado de lanzamiento es
absolutamente responsable del pago de la compensación por daños
causados por sus objetos espaciales.
Bajo los auspicios de la Sociedad de las Naciones, el Instituto de Derecho
Internacional elaboró una resolución sobre la responsabilidad internacional
del Estado, en la cual se presenta como base de la responsabilidad el
"incumplimiento de las obligaciones internacionales", condicionándolo con
9.2.1. Concepto.
Diez de Velasco define al hecho internacionalmente ilícito como “el acto
atribuible a un sujeto jurídico-internacional que, constituyendo una
violación o infracción del Derecho Internacional, lesiona derechos de otro
sujeto o sujetos de dicho ordenamiento, dando lugar entre otras
consecuencias a la responsabilidad del sujeto autor del acto” (1997, p.
662).
Por consiguiente, son dos los planos en que se expresaría la ilicitud: uno
relativo al Derecho objetivo que resulta violado (es decir, una norma
jurídica internacional), y otro relativo al derecho subjetivo que es lesionado
como consecuencia del incumplimiento de la obligación impuesta al sujeto
por la norma en cuestión.
9.2.2. Consecuencias.
La consecuencia más característica del hecho internacionalmente ilícito es
la responsabilidad internacional del sujeto a quien el acto es atribuible,
que generalmente se concreta en el deber de reparar, y que será analizada
en el apartado 9.3.
Sin embargo, también es posible distinguir en el Derecho Internacional
otras consecuencias, tales como la nulidad del acto contrario al Derecho; la
imposibilidad de hacer valer el acto frente a terceros (inoponibilidad); o la
imposibilidad de alegar la cláusula rebus sic stantibus como causa para dar
por terminado un tratado, o retirarse de él cuando el cambio fundamental
de las circunstancias resulte de la violación del tratado por la parte que lo
alega.
9.2.3. Elementos.
El proyecto de la CDI en su artículo 2 refiere a los elementos del hecho
internacionalmente ilícito del Estado. Dicho artículo señala que “hay hecho
internacionalmente ilícito del Estado cuando un comportamiento
consistente en una acción u omisión: a) Es atribuible al Estado según el
derecho internacional; y b) Constituye una violación de una obligación
internacional del Estado.”
En virtud de ello, es posible distinguir claramente un elemento subjetivo
(acción u omisión atribuible al Estado) y un elemento objetivo (violación de
una obligación internacional) cuyas características se analizarán a
continuación.
Elemento Subjetivo:
Refiere a la presencia de una conducta (que puede ser positiva u omisiva) y
a la posibilidad de atribuir esa conducta (en función de ciertas
circunstancias) a un sujeto determinado, que en el plano internacional, será
generalmente un Estado.
Con relación al Estado en cuanto sujeto de Derecho Internacional, se refiere
a la posibilidad de atribuir un comportamiento no a la o las personas que
actuaron materialmente, sino al Estado mismo; de allí que interese
determinar la calidad o no de órganos del mismo de las personas autoras
del acto, así como de las condiciones en las que las mismas actúan (o dejan
de hacerlo).
Sin embargo, es importante realizar algunas observaciones al respecto:
El comportamiento atribuible al sujeto puede consistir en una acción o
una omisión. Ejemplo de omisiones son el no sancionar una ley cuya
adopción era exigida por un tratado, o faltar a la diligencia debida
exigida en la protección de los locales de una Misión diplomática.
Sólo conforme al Derecho Internacional cabe atribuir a un sujeto
internacional una conducta al efecto de verificar la existencia del hecho
ilícito (art. 3 del Proyecto).
Es importante destacar que el hecho de “atribuir” difiere del concepto
de “imputar” en el sentido del derecho penal, en cuanto que no es
posible predicar del Estado un estado de ánimo traducible en una falta o
culpa propia de éste en cuanto tal.
No obstante, el problema de la culpa se puede presentar respecto a los
órganos o agentes. ¿El comportamiento del órgano únicamente puede
ser imputado al Estado cuando ha incurrido en el ilícito de modo
culposo? O por el contrario: ¿la simple violación objetiva del Derecho
Internacional hace incurrir al Estado en responsabilidad? La posición
dominante atribuye al Estado toda violación objetiva del Derecho
Internacional por un órgano o agente del mismo, en cuanto que lo que
interesa no es la actitud psicológica de los individuos, sino la conducta
objetiva del Estado per se.
9.3. Reparación.
Como se mencionó supra, la consecuencia normal del hecho ilícito
internacional es la responsabilidad del autor del mismo. Con ello, entra en
juego la noción de daño o perjuicio resultante (para uno o varios sujetos) de
la transgresión a una obligación jurídica a cargo de otro sujeto; hay un
derecho subjetivo lesionado, y se es responsable por ello ante su titular. Ese
daño generado con la comisión del hecho ilícito es el que da lugar
habitualmente a la obligación de reparar.
Cuando hablamos de reparación en un sentido amplio en el marco del
Derecho Internacional, nos estamos refiriendo tanto a:
La compensación del perjuicio (reparación estricto sensu)
La cesación de la situación ilícita o vuelta a la legalidad (en caso de que
la situación ilícita persista o se prolongue en el tiempo).
A este segundo aspecto se refiere el artículo 30. Del Proyecto de la CDI, que
establece que “el Estado responsable del hecho internacionalmente ilícito
está obligado: a) A ponerle fin si ese hecho continúa; b) A ofrecer
seguridades y garantías adecuadas de no repetición, si las circunstancias
lo exigen.”
El primer inciso refiere a la cesación del hecho ilícito. Todo hecho ilícito es
una amenaza contra la eficacia, la validez y por ende la existencia de la
norma violada, especialmente si ésta es continuada. La obligación de cesar
se dirige a aquellas violaciones producidas por un hecho de carácter
continuo y su efecto es (sin perjuicio de la responsabilidad) imponer el cese
de su acción u omisión ilícita.
El inciso segundo se refiere a las seguridades y garantías de no repetición;
constituyen una medida autónoma que tiene una función preventiva más
que reparadora, y presupone el riesgo de repetición del mismo hecho. Es un
remedio sui generis, que debe diferenciarse de otros modos de reparación.
Cuando proceda o cuando las circunstancias demuestren que está el riesgo
real de repetición, y la gravedad de la lesión sufrida por el lesionado lo
justifiquen, procederán tales medidas. Es un remedio excepcional y se
desestimarán las reclamaciones abusivas que menoscaben la dignidad del
Estado autor.
Enfocándonos en la reparación estricto sensu, señala el artículo 31 del
Proyecto que el Estado responsable “está obligado a reparar íntegramente
el perjuicio causado por el hecho internacionalmente ilícito.”
El daño o perjuicio puede ser:
www.uesiglo21.edu.ar