Está en la página 1de 26

Teoría del

Aprendizaje.
Psicoanálisis
y la Escuela.
 Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, conocido por su
teoría de la personalidad y las etapas psicosexuales.
 En este recorrido temático y disciplinario, especialmente hay
uno en el que cifró grandes esperanzas: la educación y la
pedagogía como expresión disciplinaria. “De 1909 a 1937 hay
por lo menos 16 textos freudianos que jalonan el interés que
Freud no dejó de manifestar por la educación aun cuando la
mayor parte de las veces fuera a través de intermediarios,
BREVE RESEÑA HISTÓRICA
desde el “Pedanálysis de Pfister hasta la pedagogía
psicoanalítica de Anna Freud.

DEL PSICOANÁLISIS Y LA
El psicoanálisis ha aportado elementos muy importantes al
campo de la educación, tales como el conocimiento de las
EDUCACIÓN
etapas psicosexuales del desarrollo de la infancia; la crítica al
sistema educativo que, apoyado en medidas represivas para
contener la emergencia de las pulsiones, no considera el daño
que ocasiona al niño y a su desarrollo psíquico; los procesos
inconscientes que se presentan en la relación educativa, tanto
en el niño como en el educador y otros tantos elementos que
Sin embargo, es preciso recordar que el psicoanálisis surgió como
medida terapéutica y aunque sus aportaciones son muy
importantes, la educación no puede centrarse solamente en el
psicoanálisis, es preciso que, además de este recurso, eche mano
a otras disciplinas, psicológicas o no, para el mejoramiento del
sistema educativo y particularmente para el beneficio del
educando (alumno).
DESLINDES NECESARIOS
Freud nunca desarrolló una teoría educativa que permitiera
pensar en la aplicación, fuera del ámbito de la clínica
psicoanalítica, por ello existen vacíos teóricos y metodológicos
en la aplicación del psicoanálisis a la educación.
CUATRO COSAS QUE NO APROXIMACIONES CON LA
HIZO EN CUANTO A LA EDUCACIÓN
EDUCACIÓN
1- No realizó directamente análisis 1- Hizo críticas a una determinada
de niños. educación.
2- No construyó una pedagogía 2- Realizó aportaciones
analítica inspirada en el psicoanalíticas en este terreno.
psicoanálisis.
3- No emitió ninguna opinión sobre 3- Dio algunos consejos y
la educación de sus propios hijos. orientaciones en esta materia.

4- En sus incursiones no hay 4- Esbozó a grandes rasgos los


ningún tratado de educación. fines de una pedagogía de acuerdo
con un punto de vista
psicoanalítico.
Sensibilidad
en el
inconsciente.
CARACTERÍSTICA DE LA
El niño sólo tiene una sensibilidad inconsciente de sí misma. Y no
SENSIBILIDAD EN EL
conoce otra regla fuera del logro de satisfacción inmediata. La
angustia que puede producirse por las tensiones debidas a la
INCONSCIENTE: EL DESEO.
insatisfacción o a las ambivalencias afectivas, alcanza una
intensidad agresiva o autodestructiva insospechable.
Todas estas tensiones se expresan por lo que podemos llamar deseo.
Cuando un deseo no es satisfecho, o queda reprimido, se vuelve
permanente. Y continuará indefinidamente manifestándose a través
de una máscara, la cual protege al sujeto de la angustia. Pocas
personas no llevan sobre sí estas cargas afectivas inconscientes, que
modelan su naturaleza y su conducta.
Otro factor hace más compleja la maduración del deseo humano: es
su estrecha unión con las actividades fisiológicas y motrices. La
característica más notable del deseo humano es su carácter
culpabilizante y por lo tanto angustiante.
Estos factores retardan la maduración del niño. Pero otro factor va a
complicar más aún la lenta maduración afectiva del niño. Es la
sensibilidad de sus educadores. Los deseos naturales del padre, madre,
hermanos y hermanas estimularán, condenarán o captarán precozmente
la sensibilidad inmadura del niño.
La relación afectivas educador-educando son, en graduaciones variables,
tentativas de conciliación. Cada uno quiere satisfacer de un modo
disimulado la ambivalencia de sus sentimientos. Los deseos inconscientes
se descargan a través de alteraciones en el comportamiento. Pero el niño,
más débil, cuyo “yo” debe formarse según la imagen que le proponen los
adultos que lo rodean, es afectado particularmente por los deseos
inconscientes de sus educadores. Es absorbido y aprisionado por los
deseos de los adultos, que lo incitan a identificaciones mutilantes.
Los psicoanalistas, llevados a interpretar las dificultades del niño, deben
trabajar con una doble perspectiva: primero llevar al niño a resolver las
tensiones angustiosas que se desarrollan a través de sus fantasmas
inconscientes; pero también llevarlo a tolerar la realidad exterior y
particularmente lo que son sus educadores.
El niño y los
deseos
inconscientes
de sus Padres.
Influencia de los padres
El padre y la madre influyen en el niño no sólo por su
en la conducta del niño.
comportamiento individual, sino también por la naturaleza de
sus relaciones conyugales.
El niño captará las relaciones conflictivas de sus padres y fruto
de estas relaciones conflictivas será su conducta, la
experiencia confirma que la discordia de la pareja origina
“inquietud” en el niño. Las tres cuartas partes de los niños que
padecen dificultades de comportamiento y de carácter, tienen
padres con relaciones conflictivas.
Cabe destacar que según George Mauco, ninguna psicoterapia
infantil puede ser completamente eficaz si la pareja no
participa de ella.
Etapas del
desarrollo
Psicoafectivo.
ETAPAS DEL
DESARROLLO
El niño al depender de un adulto, vive su desarrollo como
PSICOAFECTIVO
reciproca con sus educadores, EN LA

acción por esto se ve la


influencia del educador atreves del desarrollo progresivo del


niño. VIDA DEL NIÑO.
Desarrollo del niño se da mediante la confrontación de sus
deseos inconscientes con la exigencia de la realidad exterior.
 LA VIDA FETAL:
1. El niño no solo es producto de la herencia, pues en el dominio
de la sensibilidad y el carácter, la herencia representa poco.
2. El poder de la educación y la influencia del medio prevalecen
por lo general sobre los factores hereditarios.
3. El niño depende mucho de lo que le rodea y la influencia del
medio ya está determinada, desde antes de su nacimiento,
por lo que son afectivamente los padres.

. Conexión de la madre y el hijo: A partir de la unión de las
células sexuales y la formación del huevo, el embrión sufre la
influencia del medio atreves de la madre. Si ella esta
disminuida por el cansancio, enfermedad, ansiedad, o no tiene
 El primer año:
1. El nacimiento hace sentir al niño una variedad de sensaciones
penosas, el abandono de la seguridad del seno materno, las
variaciones de temperatura y sobre todo, la ruptura del
cordón umbilical, hacen que se pueda hablar de un trauma
del nacimiento. Es decir que cuanto más penoso es el parto
mas es la probabilidad de que tenga reacciones de
inseguridad en el futuro.

. Los tres primeros meses del lactante:
1. El recién nacido no puede sobrevivir sin la presencia y los
cuidados maternos, el niño necesita cuidados y alimentos, y
seguridad y ternura (afectivo). Al nacer el niño permanece en
un estado de indiferenciación (sin representación, ni
percepción, ni voluntad).
2. La conducta surgirá con la interacción del niño con el medio.
Su conducta desde el nacimiento se basa reacciones reflejas
condicionadas a las sensaciones de placer o displacer, y esta
reacción se efectúa mediante dos comportamientos tipos: el
grito y la agitación para el disgusto, la relajación y la quietud
para el placer. En el segundo mes puede captar al adulto y el
alimento habitual (lo reconoce). El lactante desde el tercero al
duodécimo mes, principio de la constitución del “yo”. Con la
A los tres meses es capaz de dirigir su mirada. Entonces
alcanza el control ocular, condición para aprehender mejor el
medio y enriquecer mejor el circulo de sus intereses, Al mismo
tiempo aparece un principio de coordinación entre la visión y la
audición, y hacia el cuarto mes una coordinación entre succión
y visión. Entonces la presencia del biberón provoca el
movimiento de succión. El acto de chupar el pulgar revela una
actividad capaz de generar satisfacción apaciguante
(autoerotismo etapa oral).
 El segundo año de vida:

1. La relación se apoyara mayormente sobre la actividad


motriz, utilizar sus fuerzas musculares la permite actuar en
el ambiente e imitar al adulto no solo con palabras sino con
gestos.
2. El aprendizaje del dominio neuromuscular, los músculos del
esfínter serán el principal objeto de las sujeciones
educativas.
3. La función motriz se convertirá en una forma de expresión
de la sensibilidad relacional.
4. La retención o expulsión de las heces y orines se convierte
en una actividad en el cual los intereses de la madre y el
niño convergen, y por la cual expresan en parte sus
El niño ha ejercido su capacidad de identificación con la
madre mediante gestos y la palabra. El niño se hace cada vez
más activo y apto para afirmar sus necesidades y satisfacerlas.
 El tercer año: El niño deberá seguir soportando la realidad de
compartir y la disminución de los lazos con la madre, que
aparece en el segundo año cuando aparecen las imágenes del
padre y hermanos, además tendrá que someter a sus deseos a
nuevas renuncias y disgustos a casa de los imperativos
sociales.
 La situación edípica:
1. La importancia de esta situación para el desarrollo psíquico
del niño, es que mediante ella conocerá el papel de la madre
y del padre.
2. Es la edad en que el niño, al afirmarse cada vez más la
naturaleza sexual, el deseo lo inclina cada vez más a una
elección: el varón por su madre, la mujer por su padre.
3. Esta situación actual de la elección genera en el niño odio por
el progenitor del mismo sexo pero a su vez también amor, y
esta situación triangular es fuente de tensión, frustración,
agresividad y angustia. Con la situación edípica el niño
deberá identificarse en su naturaleza biológica de varón o
mujer, la misión de los padres y en especial el padre, es
 El Edipo con padres agresivos y asociales. El medio
familiar es dominado por la inestabilidad y la violencia, el niño
crece sobre la base del dialogo agresivo de los padres, se
convertirá precozmente en agresivo y delincuente, ya que el
ambiente es de inseguridad afectiva, padres alcohólicos,
escenas de miedo y pánico. Los niños son incapaces de
dominarse. Su desarrollo esta perturbado y queda fijado a los
primeros estadios pre genitales y se entregan sin freno a las
actividades sexuales, pues es un medio de descarga libidinal de
la angustia.

 El Edipo con padres ansiosos. Son padres que tratan de


reprimir su agresividad, reaccionan ante su inseguridad con
culpabilidad, ansiedad, intervencionismo excesivo. Reina la
desarmonía de los padres, que se desvalorizan mutuamente
 Latencia afectiva. (5 - 6 a)
1. la doble influencia afectiva de los padres y de las relaciones
escolares. Conviene aclarar que solo se trata de latencia
(ocultamiento, reposo) de la energía libidinal y de las
relaciones sexualizadas.
2. El “yo” el niño tendrá un importante trabajo de adaptación
para mantener y desarrollar su poder de síntesis entre las
exigencias de sus fuerzas interiores y la realidad exterior.

. La pubertad. (14-17 )
1. Hay un impulso libidinal del deseo.
2. El deseo, del otro exige la satisfacción ya fisiológicamente
realizable.
3. La necesidad del dialogo resulta imprescindible en la
adolescencia.

. El adolecente necesita con frecuencia compañía más objetiva
y más capaces de comprenderlo, es decir comprensión sin
moralizar. Si lo esencial en la educación afectiva es llevar al
niño a tomar distancia respecto a sus deseos para
dominarlos, sobre todo en la adolescencia, lo mismo se
puede decir con respecto a los educadores. Deben tomar sus
distancia respecto a sus sentimientos para con el niño. Con la
pubertad termina el desarrollo afectivo ligado a la relación
PSICOANALISIS
Y LA ESCUELA.
PSICOANÁLISIS Y ESCUELA.
 El niño al dejar la familia por primera vez, debe
soportar y establecer nuevos vínculos con sus
maestros y compañeros, al principio lo hará
dominado y orientado por su inconsciente,
transferirá a sus maestros que le evocan las
imágenes paternas, los sentimientos que lo ligan
a sus padres. El maestro, es para el niño símbolo
de autoridad, despierta en el niño las reacciones
hacia la imagen paterna y todo lo que ella
representa de fortaleza o debilidad interior. Los
compañeros del niño pueden suscitar reacciones
en función de lo vivido con hermanos y
hermanas, estas conductas dará paso a
reacciones correspondientes en el maestro y los
RELACIÓN ALUMNO –
La relación alumno-MAESTRO.
maestro dependerá en gran parte de lo
que el maestro es inconscientemente.
La naturaleza de su diálogo estará determinada por su grado
de madurez afectiva y por sus reacciones frente al
comportamiento inconsciente del niño.
Si el maestro no ha llegado a cierto nivel de madurez
reaccionará inconscientemente a la inmadurez natural del
niño. Si el maestro tiene una madurez personal que le ha
permitido resolver sus propias dificultades, podrá ayudar al
niño a vivir y resolver las suyas, y no reaccionará
afectivamente ante los intentos de transferencia de su
alumno.
LA RELACIÓN PEDAGÓGICA

= SIMPATÍA Y ANTIPATÍA.
La acción del educador es necesariamente directiva, es a la vez
freno y obstáculo para el deseo. La carencia de autoridad es
tan nociva como el exceso de autoridad. La autoridad es una
fuerza psicológica interior que se impone por sí misma. Esta
fuerza psicológica se apoya sobre la madurez afectiva del
adulto, es decir, sobre su superación de los estados afectivos
posesivos (oral y anal) y su adquisición del estado genital. Es la
sensibilidad genital la que permite el don de sí y la oblatividad.
El niño lo percibe automáticamente en el adulto.
 Si publicamos aquí las razones dadas por los alumnos para
definir al mejor maestro:
1. Disponibilidad afectiva positiva, simpatía.
2. La igualdad de humor o de sentimiento.
3. Ofrece al niño el modelo adulto.
4. La autoridad del maestro → la estima y el respeto.
Formación del Educador.
La formación del educador, debería tener la misma
dirección que la del psicoanalista. Éste está obligado a un
conocimiento y a un dominio lo más completo posible de
sus pulsiones y afectos. Los educadores deben propender a
igual conquista de sí mismos, de manera que puedan
ofrecer al niño un compañero lo más autentico posible.
(Mauco, 1993).
El ideal sería que todo educador tuviese una experiencia
psicoanalítica. Según Pfister quien demostró que las
ventajas de este “paidoanalisis”, al hablar del psicoanálisis
aplicado a la educación, la realidad muestra que este ideal
prácticamente inaccesible el problema más importante
actualmente continua siendo el de la información y
formación de los educadores.
Psicoterapia psicoanalítica
infantil.
Se sabe que el niño, aún incapaz de tomar conciencia, no puede,
como el adulto verbalizar sus emociones. Por lo tanto, el clásico
método psicoanalítico, en el cual el paciente, recostado en un diván,
expresa sus reacciones afectivas, no es aplicable al niño, por lo menos
hasta la pubertad. El psicoanalista tendrá que descubrir los deseos
relacionales bloqueados y angustiantes, a través de la actividad libre
del niño y por medio de los comentarios que de ella puede hacer.
El dibujo, el modelado, los títeres, las muñecas, las narraciones libres,
son otros tantos medios de expresión espontánea. Los sintomas: tics ,
tartamudeo, enuresis, fobias trastornos del comportamiento, etc, son
también formas de expresión del inconsciente que hay que descifrar.
Por último, el conocimiento del medio familiar y escolar y sobre todo
los sentimientos trasferidos sobre el análisis, pueden aportar
igualmente elementos susceptibles de aclarar el origen del problema
del niño.
Las consultas en que se ignoran los factores afectivos
inconscientes, llevan a emitir diagnosticos incompletos y por
lo tanto rígidos. “El doctor dijo que era…”, “El psicólogo, “El
pedagogo lo han clasificado como…”, es suficiente para que
un niño sea rotulado, matriculado ante sí mismo y ante los
demás y sometido a los educadores por su inferioridad
debidamente oficializada. Inferioridad que hace que los se
sientan culpables y fijen su ansiedad agresiva. El niño rotulado
y clasificado por los especialistas, convertido en objeto de la
vigilancia ambivalente de los adultos, no puede ser él. Es lo
que el adulto cultiva en él, su impotencia y su angustia de
estar entre los otros. (Mauco, 1993).
El niño en la ESCUELA
Persona en estudio.

Conducta. Personalidad.

Cognitivo. Volitivo. Afectivo. Herencia. Medio ambiente.


Conclusión.
Bibliografía:
* A. Millot, M. Debesse R. Duthil, “La Psicología del
niño edad escolar”, Editorial Losada S.A., Bs. As.,
2da. Edición, Año 1945.
* Cifali, M; “Freud pedagogo”, Psicoanálisis y
Educación, Méx. 1992.
* Mauco Georges, “Psicoanálisis y Educación”,

También podría gustarte