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Ese da los asistentes pensaron
que yo era un fantasma, llegu a la
fiesta con los ojos hundidos y en un
estado alterado. Cog la espada del
tatarabuelo y trat de ensartar
a mi esposo con ella. Das despus su
vida ya no corra riesgos gracias a la
intervencin de buenos mdicos. Lo que
dur hasta que fui a su cama a
ofrecerle un caramelo envenenado. La
familia decidi que deba casarme con
otro hombre. A lo que seal nuevamente
la espada de guerra del tatarabuelo, y
no hubo nunca ms de salir el tema.
() siempre tuve un refinado gusto por el
asesinato y la repostera, no querer casarme
fue una excusa para usar un arma. Confieso que
ninguna de mis mejores amigas muri de causa
natural. Me pregunto si en el Infierno torturar
o ser torturada, ambas cosas me estimulan. Pero
deseo hacer mritos.

Non fa caso (1897), Flaviana Sensi.


Traduccin libre: Sergio Sandro Olivares.

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