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EL ARCHIPIELAGO DE LAS GALAPAGOS CHARLES DARWIN QUINCE de setiembre —E1 Beagle atcibé a la isla mas me- ridional de las Galapagos, Este archipiélago consta de diez islas principales, de las cuales, cinco tienen un tamafio mucho mayor que el resto, Estdn situadas bajo la linea del ecuador, y auna dis- tancia de entre 500 y 600 millas de la costa occidental de Amé ca. Todo el conjunto es de formacién volesnica. Con la excepcién de algunos fragmentos de granito, a los que el calor ha alterado cubriendo de una curiosa patina, estan formadas en su totalidad por lava, o por la arenisca resultante de la atricién de materiales volcinicos. Las islas de mayor altieud (que ostentan una eleva- cidn de 900, y hasta 1.200 metros) suelen tener uno o mas crate- tes principales en su centro, y orificios mds pequeiigs en los flan- cos. No cuento con datos exactos para hacer el calculo, pero no dudo en afirmar que debe de haber en todas las islas del archipié- lago al menos 2.000 criteres. Estos son de dos tipos; uno, como suele ser el caso, formado por escoria y lava; otro, por arenisca volcanica acumulada en finos estratos. Estos ultimos presentan en la mayoria de los casos una hermosa simetria: deben su origen a la erupcién de un barro —esto es, fina arena volcanica mezcla- da con agua—que no tiene nada de lava. Si pensamos que estas islas estan baje la linea misma del ecua- dor, el clima dista mucho de ser caluroso en demasia; algo que, quizi, se deba principalmente a la temperatura tan baja del mar que las rodea. A excepcién de una breve época del aiio, cae muy 23 ; siquiera entonees lo hace con regularidad: pein estan bajas. Todo ello provoca una arider cada en las partes de las istas que estan al nivel del my, enuay acs cimas, con una altitud de trescientos metros g : ¢ Ta = ieee una vegetacion que s© diria exuberante. Sobre todo 1s, Pose do de barlovento, que es el que primero recibe y caso en cl ak la humedad de la atmésfera. . . La mafana del dia 17 de sembarcamos en Ja isla de San Cristé- bal, la cual, igual que el resto, se recorta suavernente sobre 4 linea del mar con su perfil redondeado, solo interrumpido aqui y ally por algin que otto altozano, resto de antiguos crateres. Nada in- vita menos a los sentidos que esta primera impresion. La negrun del malpais esta cubierta por doquier de una vegetacién raquitica, con escasas sefiales de vida. La superficie, seca y cuarteada, ca- Jentada por el sol de mediodia, le conferia al aire un rigor pesado y sofocante, como el que sale de un horno; hasta los matorrales nos daban un olor desagradable. Aunque traté con diligencia de recoger tantas plantas como pude, solo consegui muestra de diez clases; y eran hierbajos de un aspecto tan descorazonador que e dirian més propios de una flora drtica que ecuatorial. : Loos bosques ralos, que cubren las partes bajas de todas las i saa oe lava ha Buido recientemente, mee rate el inviemo ene ia, como los arboles de hoja caduca misferio norte. Tardé un tiempo en des- —- mee tenian hojas casi todas las plantas, sino ques decopna eta Gpoca en flor. Después de neti tempo apari Gay < las islas presentan durante un brev® Una vegeracvn gue ae ‘cial verdura. Solo en otra tierra he Eto Proxime a esta en su naturaleza, y fue Ihishe votes sla volcinica de Fy ‘ ’rmando Ne : chos 45° e108 a loro: P2* condiciones similares, ha, somerida en mut -ahistoria nat "eb atencign, stl 4€ €5te archipiélago lama podesosame?” Parece en af mismo un mundo aparte, pues cuir que 24 & Be mayoria de sus habitantes, tanto animales como vegetales, no se halla en ningun otro lugar. Como volveré sobre cllo mas adelante, dejaré constancia aqui tan solo, tras una primera im- presion formada nada mas desembarcar, de que las aves son ajenas al ser humano. Se mostraban tan déciles y confiadas que ni siquiera comprendian lo que implicaban las piedras que les tirabamos; y sin parar en nuestra presencia, se nos acercaban tanto que podriamos haber matado buen numero de ellas con un palo. El Beagle circunnavegs la isla de San Cristobal y eché el ancla en varias calas. Una noche dormi cn tierra, en una parte de la isla en la que habia un elevado numero de conos negros —antiguas chimeneas de los fluidos subterraneos candentes. Subido a un leve promontorio, conté hasta sesenta de estos montecitos trun- cos, coronados todos por un crater mas o menos perfecto. La ma- yor parte consistia simplemente en un anillo de escorias apelma- zado de forma compacta, y sc clevaban sobre el mar de lava a una altura no mayor de 15 0 30 metros. Su aparieneia regular le daba al entorno la semejanza de un taller, y me recordé vivamente esas partes de Staffordshire en las que abundan en numero las gran- des fundiciones. 2 Tar ealad le Tos distintas fechon de fave queda marcady nitidee comparando cf erecimiente de la vege oy tl auscncia, Nada que who prudent nuaginar se 4 NA99 pe fav ni horrendo que la superticie de los leebws recientes. Se las hy vimparates cm cazon tt ar Pe eadlo en el punts alyide ie I termpestads mas no hay mar que wlemwe ondulaciones tat inte. Fi Todos Tos crite. res estan apagadlos, y aunque se puede distinguir con cliridad ly edad de lis distintas lenguas de kava, es muy probable que fever en este estado siglos y sighos. No bay registros en ningun de lay expediciones antiguas de que hubiera un voledi setive en esty ite, desde Epos de Dampier (1684) le cantidid de ne por fuerza que haber aumentada, de lo contra- rio, athguien tan preciso no se habria expresade en estos términas: iskis mas hacia levante son tocosits, dridas yaceidentadas, que no producen sino es cube la mar arbol, ph [Nowa: Viafe de Dampier, pigina puede aplicur hoy dia Gnicamente a las es, i que atraviesen simas tun profind: isla; no abst: vegetacion t Cuniteo 6 cinco de ls fueraas volcdinicas estin en frecuente id. dia en el que visité los pequeitos criteres hacia un valor astixianté, y me era dificil y fatigoso abrirme paso por li super- fici y rugosa, y entre la maraiia de matojos, pero me di por bien pagado al contemplar una escena ciclopea: en mi & mine hallé dos tortugas gigantes, cada una de las cuales debia tus, y al acerearme, me miré y luego se alejé tranquilamente; la otra sol t6 un silbido peneteante y escondio la cabeza. Estos reptiles gi- gantescos, rodeados de la lava negra, de los desnudos matorra- les y los enormes cactus, tomaron en mi imaginacién la forma de algin animal antediluviano, de pesar al menos 90 kilos, Una comia un trozo de VEINTITRES de setiembre EI Beagle puso rumbo a isla Floreana. Este archipiélago fo han frecuentado desde antiguo, primero los bucaneros, y tiltimamente los balleneros, pero ha sido solo en los tltimos seis afios cuando se ha establecide una peque- fia colonia. Hay entre 200 y 300 habitantes, casi todos mestizos, exiliados por motivos politicos de la Republica de Ecuador (Qui- to es la capital de este pais), a la que pertenecen estas islas. El asentamiento se encuentra a unos 7 kilémetros hacia el interior, auna elevacidn aproximada de 300 metros. En el litoral el cami- no discurre entre matorrales sin hojas, igual que en Ia isla de San Cristobal. Cuando ibamos ganando altura hacia el interior, las matas se iban haciendo més verdes, y nada mas cruzar el vértice de la isla, fos vientos alisios dieron sosiego a nuestros acalorados cuerpos, y una vegetacin de floreciente verdura nos reftescé los sentidos, Las casas estan dispuestas de manera azarosa sobre una extensién Ilana de tierra, plantada de batatas y platanos. Seria di- ficil hacerse una idea de lo grata que nos fue la vista del barro negro, tras tanto tiempo acostumbrados a la tierra cuarteada del Peri y de Chile, Los islefios, aunque s¢ quejan de lo pobre de su existencia, ob- tienen sin mucha dificultad el sustento del suelo fértil. Hay abun- dantes cerdos y cabras salvajes en los bosques de marorral, pero la principal fuente de alimento animal son las tortugas. Como es logico se ha reducido considerablemente su ntimero en esta yn isla, aunque a estas gentes les basta con la provisién de dos diag de caza para el fest ge la semana. Se cuenta que antafio un solo arco podia llevarse hasta 700 de estos animales, y que la tripula- ion de una fragata hace unos afios acarred 200 hasta la playa en un solo dia. Nos quedamos cuatro dias en esta isla, tiempo durante el que recogi muchas plantas pajaros. Una mafiana subj a la colina mas alta, que tiene une altitud de casi 550 metros. La cima esté formada por un resquebrajado crater, cubierto de una capa espe~ sa de hierba dura y monte bajo. Solo en esta isla conté treinta y queve altozanos, coronado cada uno de ellos por una depresién circular més o menos perfecta. Heian coger npr ; VEINTINUEVE de setiembre —Doblamos el extremo suroccidental de isla Isabela, y al dia siguiente tuvimos calma chicha entre esta ¢ isla Fernandina, Hay ea ambas inmensos e- gueros de lava negra y desnuda, los cuales, ya fuera desbordando las grandes calderas, 0 emanados de los orificios mis pequefios a los flancos, cubriccon en su descenso kilametros enteros de la costa, Se tiene constancia cn ambas islas de erupciones ocasiona~ les; y en Isabela vimos una pequefa columna de humo en la cima de uno de los crateres mas imponentes. Por la tarde echamos el ancla en Bahia Banks, en isla Isabela. Al Megar 1a mafana, vimos que la ensenada en la que habia~ mos echado el ancla estaba formada por un crater resquebra- jado, de arenisea volednica. Sali a caminar tras el desayuno. Al sur del crater habia otra formacién similar, de hermosa sime- tria. Tenia forma eliptica; el eje mas largo medirla algo mas de un kilémetro, con una anchura de unos 150 metros. Ocupaba el fondo un lago de poca profundidad, con un diminuto criser en el centro formando un islote. El dia era caluroso en grado sumo, y la apariencia del lago era clara y azulada, Me deslicé a toda prisa por Ia orilla cubierta de escorias, y entre nubes del polvo levantado abri en el agua mi beca anhelante; pero para desdicha mia la hallé tan salada como el mar. Habia abundancia entre las rocas de grandes lagartos ne- gros, de entre metro y metro y medio de largo; y en las coli- 33 ue & a ea rn Et esc eee oneal Aaptilea Hate te nas, otra especic en igual nimero. Vimos varios ejemplares de esta tiltima, los habia que se alejaban torpemente de nosotros, otros reptaban al abrigo de sus agujeros. Describiré a su debi- do tiempo con mayor detalle los habitos de ambas especies de reptiles.

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