Boletin CERCA, N*20, 1998
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y
‘eta Bibliogrdfica 8
CON JOSE CORONEL
URTECHO EN LOS CHILES:
ELROSTRO DE
LAVANGUARDIA*
— ommnnenete Francisco Rodrigues
‘os¢ Coronel Urtecho eehé a rodar Ia poesia conversacional
ide América Latina. En 1993, un grupo de amigos nos en-
teramoa por casualidad dénde vivia y vigjamos docididos
iteonocer personalmente al fundador del nico movimiento van-
uardista de Centroamériea,
En una casa de madera y amplios patios anclada en Los
Chiles de Alajuela, el iécido y subversivo poeta nicaraguense re-
tuerda esos afios recostado en su mecedora, mientras disfruta de
‘una copa de vino tinto,
En 1927, este “enfant terrible", muy préximo al Rimbaud de
Une Temporada en al infierno, rogrosé a Granada, ciudad quo
lovio nacer en 1906, donde todavia se observaban las gosticula-
tiones de los postas que se gastaban la vida imitando a un Dario,
tonziente y solitario bajo su inmnso peso,
Conveneico de que la nica forma de no dejarse vencer por
Ja poderosa torre de marfil, era enfrenténdola, Coronel Urtecho:
‘Je paso tuna bomba en sus simientes y publicé el 29 de mayo de
1027 en El Diario nicaragiense su “Oda a Rubén Dario", don-
e le dice ene de ironta: “En fin, Rubén, paisano inevitable, te
‘saludo/ con mi bombin/ que ge camieron los ratones en mil no-
veeiontos veinte i cinJeo. Amén".Boletin CIRCA, N20, 1998
El impacto que produjo su enfrentamiento con la retérica
dariana fus inmodiato: co lo unioran los jévenes que impugnaban
lneiterada mimesis: Luis Alberto Cabrales, Octavio Redha, Luis
Downing, Manolo Cuadra, Alberto Ordofier Arguello y Pablo An.
tonio Cuadra. A partir de 1921 publicaron la hoja Vanguardia,
inaugurando la generacién del mismo nombre, que fundé la An-
ti-Academia y el Antiparnaso, y bus las rafees culturales nice
raguenses
Minimizando su responsabilidad en la oreacién de la nueva
poesia Iatinoamerieana, dice: “Es que nosotros no podiamos imi
tar a Rubén Dario, ea demasiado bueno para copiarlo; tenfamos
que escribir diferente para no sucumbir ante su grandeza, Nues-
tro-eamino era no soquirlo”.
Por un momento, la casa se llena de péjaros que viven alre-
dedoryy altaran su coversacién con la nuestra, mientras Coronel.
Urtecho toma atzo sorbo y nos canvida de nuevo. No podemos de-
jar de mirarlo fijemente y pensar que estamos ante una de las f-
‘guras més importantes de la literatura controamericana del si
‘glo XK
La conversacién continia y ante la progunta por sus libros,
‘frunce el nfo para responder: “yo nunca he escrito libros, lo ini-
‘co que eseribo son poemas; no me considero un autor”, Aparte de
‘Ta ironfa, Coronel recanoce su eterna pasién por Ia poesta, a In
-que define como brujeria y magia que siempre lo ha seguido, es
ceritura que se mezel6 con miltiptes vores de poetas europens y
‘americanos para dar origen @ una postica iconoclasta, indiferen-
‘tea los encasillamientos y s los cédigos tradicionales, que conmo-
scioné la sociedad Iatinoamericana, todavia apogada a los céino-
‘nes decimonénicos. Muestra de ello son los textos La muerte del
‘hombre stmbole, Narciso, Chinfonta burguesa, Pol- la d
‘andnta haténta pardnta, on donda se euela al género policia-
+0, la erénica, 1a fronfa, el ensayo, la poesia y ol drama, entro
‘otra,
‘Su relacién con la literatura norteamericana vino a ser 18
-propedéutica que posibilits el nacimiento del grupo nicaragden-
‘se Vanguardia donde dio n conocer dieeiones muy diferente, co-
‘mo lo confiesa en su Répido trénsito: “Si alguna parte tuve yo
‘mismo en orientar en un sentido clertoe poetas jévenes de nutes
‘Ata Bibliogréftea =81
‘0 pats, fue solamente en darles conocer, hace veinte aos, la
‘ortesmericana propiamente mederna que iniciara Ezra
Pound y que tenia nombres tan raros, nuevos y poe familiares,
“gio TS. Flict, Marianne Moore, #.E. Cummings o William Car-
Jos Williams. “El grupo, que perduré hasta 1923, fue el nico en
Centroamérica porque reunié un conjunto de intelectuales on
‘un programa estétio, politico y floestico bien defini,
Bl lider de este movimiento es Coronel Urtecho, Otra pruc-
‘ba do cllo son aus ensayos y traducsiones de autores norteameri~
‘ano, ineluyendo al mismo Pound, asi como su labor de antalo-
pista: Panorama y antologia critica de la poesta centroa-
mericana (1948) y Antologia de le poesia norteamericana
(1913), en eolaboracién con Ernesto Cardenal.
El nicaragiense introduce en Ia pacifia ciudad de Granada
{os principios de Ia Neto Poetry, las ideas de los imagist quo Bide
‘6 Pound, la experimentacién y el deseo de coneretar un estilo eo
Joguial que se sumergiera en ta cultura popular.
‘Ademés de su vida consagradia a Ie reboldia, es interesante:
‘en Coronel Urtecho el afn por interpretar su propia cultura, de
Toque es testimonio firme su Blogio de la cocina nicaraguen-
4, donde recrea los platillos y sabores deleitados por su pueblo,
Con wna escritura que oe degusta a s{ misma, describe las
bebidas alcohsticas, 1a sopa de pobre, 1a care en bakio, el naca-
tameal (geytin Coranel se deseubre mas sobre la historia nicara-
iRlense en tno de elloa quo en todas las paginas de don Joss Do-
ores Gmoz sobre la colonia, los piches, la iguana, Ia tortuga y
sobre todo el maf, cuya principal reeota os la tortilia:*... es la
‘yer plato, comida y cuchaza. Puede comerse sola y se comon en
lla 0 con ellas las otras comidas, Por eto ela comida de todos
Joe afts, no solo para el ino, sino para el pueblo niearaguonso
fen general. El pan nunca logré desalojaria de sus torritoris, an-
“tes derecho y sentarse a su lado junto ala cebecera, como un eon-
‘uistador a su mujer indigena’
Insistiendo en que tadavia vive en Nicaragua, porque aqut
| Se vino con Maria Kautz y ella lo abandoné al cometer el error de
Imorirse antes que él; ol poota afirma que si estuviera mds joven
DPondria un negocio de canversacién en un parque de por acd, ya
ue “ustedes no saben conversar ni hacer amigos”Boletin CIRCA, N*20, 1998
‘Mientras Coronel (como lo llamé quien nos dio la direccién
cexacta de su casa) sentencin con ironfa, aparecié en el corredar el
poeta Luis Rocha (hijo do Octavio Rocha) con una xtensa conn
lacién de Coronel Urtecho por publicarse dentro de un mes en le
Editorial Nueva Nicaragua. Se trata de uma euidada edieién con
‘una parte introductoria titulada “Préfego conversado", producto
do un dislogo entre Rocha y Urtecho que cuenta el origen y dese
rrollo de Ia vanguardia nicaraguense. Advirtionda que la amebi
lidad de Rocha estaba evidenctando una seria contradicelén, Ur-
ttecho répidamente levanté la mano y ve apresuré a decir: “Eso li
bbro no lo escribt yo, lo hizo Rocha; él fue quiem inaistio”
1a tarde empieza a apagarse y nosotros nos despedimos de
‘José Coronel Urtecho, quien hasta el iltimo momento ostuve re-
pitiendo que volviérames: “Solamente preguntan por mf y me Ila
‘man, yo estoy siempre agus". Nos marchamos impresionados, y
yono pude dejar de recrear una imagen que sobre el nicaragien-
'e lanza Jorge Boceanera on su libro de biografias Angeles tro-
tamundos, al referirse al impacto del proyecto renovador de Co-
rronel en la aristocrética sociedad de la Granada da lo afoa vein-
‘te: “Allf estaba Coronel, con la eabeza rapada leyendo sus textos
ten la torre de la Iglesia de La Mereod, gritando amenazadora-
‘mente “Queromos hacer uso de todos los medios, hasta de la di-