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Etica y Medio Ambiente
Etica y Medio Ambiente
Augusto ngel*
Felipe ngel**
Introduccin
Despus de un recuento histrico, quedan muchas interrogantes para
responder en el camino de la construccin de una tica ambiental. Ante
todo, se puede observar que cualquier lugar ideolgico es bueno para
iniciar la construccin de los fundamentos ticos. La tica, como cual-
quier componente del sistema ideolgico, se sacraliza con el tiempo, pero
en un primer momento, nace, por lo general, mediante movimientos anr-
quicos contra las costumbres establecidas, desde cualquier campo de
batalla, sea el mito, la filosofa o la literatura. La inquietud ideolgica se
esparce como semilla por todos los caminos.
Sin embargo, la tica acaba aceptando su nicho dentro de la estructu-
ra ideolgica de una sociedad. Es difcil describir un modelo nico de la
manera como se organiza el sistema simblico, porque el juego de la
historia transforma el papel asumido por cada uno de los componentes.
Deberamos partir por tanto, del principio de que la tica ambiental
debe ser al mismo tiempo un cdigo de comportamiento social y poltico.
Si esta afirmacin excluye o no la formulacin normativa de una tica
individual deber ser punto de discusin. Por una parte, las ticas
individualistas, que han predominado en el pensamiento moderno, parten
del presupuesto de que lo social y lo poltico son el resultado del esfuerzo
de voluntades individuales. Frente a estas tendencias, las corrientes que
9. LA CONSTRUCCIN DE LA TOLERANCIA
La tica ambiental tiene, por tanto, una tarea prioritaria: ayudar a cons-
truir un escenario cultural en donde sea posible la tolerancia. Una vez
superados los dogmas, es lcito sentarse a la mesa redonda para cons-
truir un escenario comn de reflexin y de convivencia. Para ello debe-
mos afianzar todava el convencimiento de que ese escenario es nuestro
y solamente nuestro y que slo lo podemos construir en el dilogo.
Una tarea urgente de la tica ambiental consiste, por tanto, en dispo-
ner el terreno ideolgico para el ejercicio de una verdadera convivencia
humana. La convivencia no significa conformidad, pero supone que la
verdad es algo que construimos en el dilogo. La convivencia es dilogo
y compromiso, no uniformidad. Hiptesis y no dogmas. Para ello es ne-
cesario aceptar que la contradiccin domina tambin el mundo social.
Oscar Motomura*